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Portfolio de las fiestas del Stmo. Cristo de Candás de 2012

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Page 1: Portfolio 2012
Page 2: Portfolio 2012
Page 3: Portfolio 2012

Edita: iGrafix para el

Ayuntamiento de Carreño

Depósito Legal: AS-2.614/00

Maquetación:

iGrafix diseño gráfico

Portada:

Acuarela de José Cuervo Viña

Coordina:

Alain J. Fernández Fdez

Consejo de Redacción:

Hermenegildo Fernández González

José Marcelino García

Alain J. Fernández Fdez

Archivo Fotográfico:

Tito Aramendi

iGrafix diseño gráfico

Grabaciones:

Tito Aramendi

Colaboradores:

Abel S. Méndez

José Muñoz Álvarez

Juan E. Fernández Pandiella

Esther López Fernández

María Jesús González García

Este Portfolio no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus colabora-dores; tampoco se compromete a publicar los artículos no solicitados.

El Consejo de Redacción que ha contado siempre con la generosa e ines-timable colaboración del escritor José Luis Campal, así como con la de suesposa la escritora Aurora Sánchez (recientemente fallecida), expresa aJosé Luis su más sentido pesar por la pérdida de la que fue su admirable ybondadosa compañera.

Page 4: Portfolio 2012

Ángel Riego González

Saluda del Alcalde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4

María Teresa Álvarez

El Cristo del Amparo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6

Carlos Luis Álvarez Vega

Carta abierta a un amigo . . . . . . . . . . . . . . . . . .8

Asociación de Vecinos Amigos de Candás.

Luis Fernández Fernández.

Del Rita… A la Pregona . . . . . . . . . . . . . . . . . .10

Erundina Busto Menéndez

“Viaje Redondo” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12

José Luis Campal y Aurora Sánchez

“Liba”, novela sobre Candás, en

su siglo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16

Alfonso Campuzano

Al hilo de la memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18

Alvaro Cuervo

Pregón para las fiestas del

Santo Cristo de Candás 2011 . . . . . . . . . . . . . .24

Laureano Fernández Álvarez

Candás y sus mujeres de la fábrica . . . . . . . . .30

Hermenegildo Fernández González

Cien años de cine en Candás . . . . . . . . . . . . . .32

Amelia Fernández López

Las Mujeres de la Mar: La Llave del cambio . . . .38

Juan José Fernández Moreno

Armando . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .42

Carta a Pilar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .42

Luis Fernández Roces

A preguntar por mí . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .44

Luis Ángel Fernández Rodríguez

Linajes de Carreño: Feligresía de Candás . . . .46

Joaquín Fuertes

Entre la tierra yerma y el mar cansado . . . . . . .48

José Marcelino García

De cómo Helio, el heladero, no tuvo más

remedio que confesar a una mujer de Candás . .50

Berta García-Barrosa Candia

Una pérdida dolorosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54

José María García García

Recuerdos de la sanidad en Candás

en los años 50-60 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .56

P O RT FOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. AÑO 2012. EDICIÓN XLV I I

Page 5: Portfolio 2012

Rodolfo González Constans

Una biblioteca con encanto . . . . . . . . . . . . . . . .60

Ignacio Gracia Noriega

La literatura del mar en Asturias . . . . . . . . . . . .62

Elvira La Jorja

Es mi pueblo de Candás . . . . . . . . . . . . . . . . . .64

Manuel Menéndez Santos

Mi Buenos Aires querido . . . . . . . . . . . . . . . . . .66

Eterno en el alma y en el tiempo . . . . . . . . . . .70

Arturo Muñiz Fernández

Candasinos ilustres: Miguel Barrosa . . . . . . . .72

Emilio Nieto Menéndez

Aquel Candás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74

David Pérez-Sierra González

De fútbol. Tres trofeos importantes para

Carreño (II Parte) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .76

Carlos M. Prendes García-Barrosa

En torno a la estética del piragüismo . . . . . . . .78

Emilio Quirós González “Milúas”

El refugio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80

Eduardo Román García

También tres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .82

María Victoria Sánchez Zanón (Maru)

Cuando en Perán pudimos tener perlas... . . . .84

María Josefa Sanz

¡Y todo por pescar sardinas! . . . . . . . . . . . . . . .86

Armando Velasco Monreal (Mandy)

Los Tharisman y Candás . . . . . . . . . . . . . . . . .90

Concurso Nacional de Fotografía Digital

“La Mina y la Mar 2011” . . . . . . . . . . . . . . . . . .92

Encuentros de la Mina y la Mar “Langreo y

Carreño 2011” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .94

Langreo y Carreño en los actos del Pregón de las

Fiestas del Stmo. Cristo de Candás . . . . . . . . .95

Mª Sol Viña Martínez

Bajamar y pleamar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96

Wifredo Rodríguez Suárez

Al Cristo de Candás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98

TODA UNA VIDAOliva Cuervo Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . . . .99

Joaquín y Cipriano Aramendi-Cuervo . . . . . . .102

ALBUM PARA EL RECUERDO . . . . . .105

I N D I C E

Page 6: Portfolio 2012

4 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

l Portfolio de las fiestas del Santísimo Cristo de Candás me ofrece la posibilidad todos

los años de dirigir como Alcalde de Carreño unas palabras de saludo y felicitación a

todos mis conciudadanos: candasinos presentes y ausentes, amigos, forasteros y vi-

sitantes.

Fechas entrañables y de un profundo sabor marinero y tradicional, las fiestas del

Cristo son el colofón, el broche de oro con que Candás concluye las múltiples actividades de todo

un calendario lleno de eventos culturales, sociales y deportivos encaminados a ofrecer a candasi-

nos y visitantes lo mejor de nuestro patrimonio cultural y festivo, de nuestra hospitalidad, folk-

lore e idiosincrasia del antiguo y original pueblo marinero; un pueblo generoso, con solera, traba-

jador y alegre, que mira al futuro con esperanza e ilusión, haciendo frente al temporal de estos

tiempos con ese mismo arrojo y valentía con que los marineros de Candás han enfrentado las

galernas que rodearon tantas veces su vida.

Quiero pues, en estos siempre esperados días de las fiestas del Cristo, cargados para muchos

de profundos y emotivos sentimientos, tener, en primer lugar, un recuerdo para los que nos

dejaron, y hacer llegar a nuestros ancianos y ancianas, a los viejos marineros, a los enfermos y a

los jóvenes, que son nuestra esperanza de futuro, a los que sufren algún desconsuelo o dificultad,

y, en general, a todos los que durante estas fechas convivirán con nosotros, mi saludo más cor-

dial, al que acompaña el deseo de un tiempo mejor, más próspero y justo; un tiempo en el que el

trabajo para todos, la paz, la cultura y la libertad sean siempre nuestra meta y más preciado bien.

Esa es la lucha, el empeño y el horizonte diario de esta Corporación Municipal que presido,

en la que, con la misma ilusión y entusiasmo de siempre, estoy al servicio de Candás, de Carreño

y de todos vosotros.

Un fuerte abrazo, y felices fiestas.

Ángel Riego González

ESaluda del Alcalde

Page 7: Portfolio 2012
Page 8: Portfolio 2012

n los últimos años,

afortunadamente para

mí, tengo la posibili-

dad de pasar todos los

meses una semana en

C a n d á s, pueblo en el que nací y que

siempre ha ocupado un lugar

importante en mi corazón, pero

confieso que desconocía hasta que

p u n t o .

Durante mis actuales estancias

en Candás voy recuperando poco a

poco recuerdos que permanecen

a r c h i vados en mi memoria y que de

repente aparecen con fuerza llenán-

dome de emoción. Un olor, un

golpe de viento, una música y sobre

todo el contacto con las candasinas

y candasinos que han permanecido

en su pueblo, del que forman parte

i n d i s o l u b l e, hace revivir mi memo-

ria existencial llenándola de imá-

genes y sonidos.

H oy quiero compartir con las

lectoras y lectores del portfolio de

las fiestas del Santo Cristo de

Candás un recuerdo recuperado

gracias a Josefa, “la Cervera”, y a

Cuca, “la Ñarea”, a las que quiero y

con las que adquiero unas vive n c i a s

interesantísimas que enriquecen la

percepción de mi pueblo al que

pretendo conocer cada día mejor.

Una tarde, hablando de la pro-

cesión del Santo Cristo, les conté la

emoción que sentí al ver el rostro

de nuestra venerada imagen en la

t e l evisión. Fue en la década de los

setenta, cuando por primera vez el

Cristo salía a la calle sobre los

recios hombros de unos candasinos

que orgullosos y nerviosos le

mostraban sus calles.

Sé que la emoción y ex p e c t a c i ó n

ante su salida era grande entre

todos los asistentes. La tradición

decía que la venerada imagen no se

podía bajar del camarín, incluso

cuando la hija de Isabel II, la infan-

6 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

María Te resa Álva re z

El Cristo del Amparo

EE

Page 9: Portfolio 2012

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 7

ta Isabel, “la Chata”, visitó Candás y

pidió que sacaran al Cristo, por no

poder subir ella las escaleras, las

autoridades se negaron diciendo

que resultaba enormemente peli-

groso y que sintiéndolo mucho no

podían atender a sus deseos.

De ahí que cuando el párroco,

don Valeriano Muñoz, decidió que

el Cristo paseara por el pueblo el 14

de septiembre, una temblorosa

emoción se apoderó de todos.

Desgraciadamente no pude par-

ticipar de ella en directo pero sí co-

mentar las imágenes en telev i s i ó n .

Y fue entonces cuando me di cuen-

ta de la suave y amorosa ex p r e s i ó n

que se refleja en la cara del Santí-

simo Cristo. Siempre lo había mira-

do desde abajo y al ver un primer

plano de su rostro me impresionó la

dulzura de su gesto.

Josefa y Cuca recordaban muy

bien este día y me hablaron del

Cristo que salía en las procesiones

a n t e r i o r e s. Ellas me facilitaron la

fotografía que ilustra este artículo.

Fotografía que guardan como un

tesoro porque,

–“Mira, este es mi padre”– dice

Cuca, señalando al personaje que

figura en la izquierda de la foto en

la parte delantera.

–“Y el de la derecha el mío”–

apunta Josefa.

Eusebio Rodríguez, “Ñareo” y

Saturnino Suárez, “Fr a n c h u t e ” ,

como otros marineros de Candás,

l l evaron al Cristo del Amparo

durante muchos años.

Ninguno de los dos pudieron

ver la salida emocionada de su

Cristo marinero, pero sus hijas y

toda su familia pensaron en ellos de

forma especial aquel 14 de septiem-

b r e.

Os aseguro que las escuchaba

entusiasmada, aunque con cierta

preocupación ante lo que me esta-

ban contando porque no recordaba

haber visto nunca al Cristo del

Amparo. Claro que de niña, tal ve z

no me fijé, y lo cierto es que de

j oven, casi nunca iba a la procesión,

porque con un grupo de amigas nos

pasábamos la mañana del 14 de

septiembre en la iglesia ve n d i e n d o

a los peregrinos y romeros recuer-

dos del Santísimo Cristo.

Al rememorar aquellos momen-

tos veo con toda nitidez la imagen

de Josenín el de Ricarda que

atendía las peticiones de los fieles

enganchando en una horquilla los

objetos que ponía en contacto con

el faldón del Cristo y, ya benditos,

los devolvía a sus dueños. Lo que

no sabía es que, Celestino Muñiz,

que fue secretario del Ay u n-

tamiento hacía de “gancho” de

Josenín. Según me contó su hijo

Pe p e, casado con mi amiga Marisa,

su padre acudía todos los 14 de sep-

tiembre a primera hora de la

mañana al Camarín y después de

rezar al Santísimo Cristo le daba su

pañuelo a Josenín para que lo acer-

cara a la falda de la sagrada imagen.

De esta forma los romeros captaban

inmediatamente la misión de aquel

hombre que, aferrado a la horquil-

la, se pasaba horas y horas muy

orgulloso de su misión de interme-

diario entre el Cristo y sus fieles.

Eran otros tiempos en los que todos

intentábamos que el día del Cristo

fuera el más importante de todo el

a ñ o .

Hace unos meses no era cons-

ciente de este recuerdo que acabo

de plasmar y que como una luz que

se enciende acudió a mi mente

m o t i vado por la conversación con

Josefa y Cuca que también me

hablaron de la emoción de todo el

pueblo cuando acudió al muelle a

recibir la actual imagen del Cristo,

realizada en Galicia después de la

Guerra Civil, ya que la original,

rescatada del mar en el siglo XVI,

había sido destruida en la contien-

da. Me cuentan que la imagen fue

colocada en la caja de un camión en

un lecho de laurel.

Fue hermoso revivir retazos de

la historia de Candás de la mano de

Josefa y de Cuca pero la verdad es

que sentía un cierto resquemor al

no recordar la imagen del Cristo del

Amparo. Por ello me decidí a visi-

t a r l o .

En El Regueral, en la capilla de

la To r r e, perteneciente a la casa del

mismo nombre, en plena ruta clari-

niana se encuentra el Cristo del

Amparo. Nada se sabe sobre el ori-

gen de esta imagen que con toda

probabilidad fue comprada por los

antiguos dueños, según nos cuenta

la actual propietaria, Mari Carmen

que recuerda cuando de Candás

iban a recogerlo todos los treces de

septiembre y lo devolvían el 15.

Es una talla de tamaño mediano

que tiene la cabeza mucho más

inclinada que el Cristo marinero

que parece no abandonado a la

m u e r t e.

Miré al Cristo del Amparo

durante unos minutos y, para mí,

era la primera vez que lo veía. Le

pedí perdón por no haberme fijado

en él y en aquel pequeño recinto

t u ve la sensación de que El Cristo

del Amparo se alegraba de ve r m e.

Me fui prometiéndole que ahora

que lo había recuperado ya formaba

parte para siempre de mi vida.

Page 10: Portfolio 2012

8 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

migo José Ignacio: Lle-

gadas estas fechas ve-

raniegas tenía que re-

cordarte más que nun-

ca, ante todo como

amigo, y como colaborador habitual

incondicional de este Portfolio de

fiestas al que siempre aportaste lo

mejor de ti, sobre algo que nos atra-

jo desde niños, la navegación, los

b a r c o s, puertos y en definitiva, como

buen candasín, la mar.

Veranos de los años cincuenta.

Yo a clase de matemáticas, tú a clase

de latín a Perlora. Luego a la playa de

Palmera, a la de antes, la de les case -

t e s, que regentaba mi inolvidable y

pariente Etelvina.

Por la tarde, a coger cangrejos al

Río Rita, o a pescar al Muelle. Nos

empataba los anzuelos el ve n e r a b l e

buzo, cuando terminada su jornada

laboral tomaba el buen hombre la

botellina en el Bar de Benigno, tras

haber terminado la dura tarea de co-

locar los bloques de hormigón que

m ovía la machina, ayudada por los

r e m o l c a d o r e s.

Al atardecer, intercambio de te-

beos y cuentos en las escaleras de Te-

l é g r a f o s, incluidos los comics publi-

cados en castellano, que siempre te

enviaban tus primos de Texa s.

Recuerdo cuando leímos ambos,

con poco más de doce años, un ejem-

plar de Hamlet procedente de la bi-

blioteca de tu padre, que el bueno de

Marino tendría como oro en paño,

dada la afición y documentado como

estaba en el Arte Dramático.

Transcurridos los años, yo traba-

jando en el palacete del Muelle y tú

ya navegando como oficial telegra-

fista, primero en la Naviera del Na-

lón, y después en la Tr a n s m e d i t e-

rranea, nada más pisar tierra ibas a

buscarme para dirigirnos al bar El

Mecheru, donde adquiríamos orujo

y acto seguido rumbo al Musel a

invitar a tus compañeros de la her-

mosa motonave Ciudad de Oviedo.

D e p u é s, fruto de nuestras ve-

ladas en el Varadero, con el resto de

los amigos, conociste a la mujer con

quien compartirías el resto de tu

vida, el que sería tu suegro Pe p e

Viña, poeta y pensador, que escribía

a p oyado en el mostrador acerca de la

condición humana, diciéndonos que

la existencia se reducía para mucha

gente a simples funciones orgánicas,

c o m e r, hacer los contrario, y otras

actividades similares.

No podría concluir este escrito

sin recordar los tres responsables

que tuvo la Oficina de Telégrafos de

Candás: Bernardo Vega mi abuelo,

Ignacio Marino tu padre, y por últi-

mo tú mismo.

Hasta siempre José Ignacio, des-

de donde estés sigue transmitiendo

buen rollo. Allí, con seguridad, no se

aburrirá nadie.

C a rlos Luis Álva rez Ve ga

Carta abierta a un amigo

A

Page 11: Portfolio 2012
Page 12: Portfolio 2012

iempre fuiste la

cenicienta de nues-

tro pueblo. Todos te

e n s u c i a m o s, una y

otra vez, hasta nive-

les de escándalo sin que nada nos

justifique –Estamos hablando de ti,

"río Rita"–. Siempre tan sumiso y

tan callado. Muchos siguen creye n-

do que la mar lo cubre todo, lo tapa

todo, lo desaparece todo y así nos

va. Como si a este mar de Candás,

viejo y sabio, le pudiéramos

e n g a ñ a r.

Jamás te reve l a s t e, y podías

hacerlo, como lo hace la naturaleza

en otras partes. Por eso creemos

que tú y nosotros, además de ve c i-

n o s, somos buenos amigos, y debes

de saber que aquellos que no saben

c u r a r t e, ¡te tapan!... Buen procedi-

miento para tapar las indecencias.

Pobre "río Rita", cientos de años

o b s e r vando impertérrito todas

nuestras incoherencias. Firme y

silencioso corres a la mar y sales

por la puerta de la Pregona desde

que Candás es Candás y mucho

a n t e s. Hay cosas que no sabemos

con certeza, porque no hay nada

escrito, pero no es descabellado

pensar que es posible que el asen-

tamiento de Candás se deba a ti.

Pobre "Rita", siempre cargando

con lo humano por ser el hombre

hostil a la naturaleza. Bueno... nos

queda San Antonio, ya sabes, sin

capilla, que podía compensar todo

tu sacrificio haciendo un milagro...

¡ Ya veremos!. Las cosas terrenales

hace tiempo que no están en la

agenda de los Santos.

Río Rita (Nova l ) .

10 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Del Rita…

Luis Fe rnández Fe rnández. Asociación de Vecinos Amigos de Candás.

S

Page 13: Portfolio 2012

uieren taparte con

toneladas de cemen-

to tantas cicatrices

dibujadas por el

tiempo en el cuerpo

rocoso de tu Peña Furada. O en tu

muro del paseo marítimo, azotado

una y otra vez durante décadas,

por este mar nuestro y el capricho

de todos los vientos.

Qué saben ellos lo que es soñar

m i r á n d o t e, para entenderlo hay

que mamarlo… ¡lo siento, pero

vosotros nunca lo entenderéis!

Nunca podréis ver un maravilloso

rincón donde la mar se regodea

esperando un buen temporal para

derribar la muralla infranqueable

que corta su libertad. Esto no viene

en los libros. ¡Maldita ceguera!

No entienden de pequeñas his-

torias de pueblo, de señas de iden-

tidad grabadas a golpe de mar... Y

no preguntan: ejecutan.

Progreso y modernidad sí, pero

los rincones del Candás antiguo,

pescador y único, no tenemos

nosotros ningún derecho a ser los

últimos en contemplarlos. ¿Con

qué derecho privaremos a los

futuros candasinos de este rincón?

¡Ni un kilo de cemento más por

favor!

Ahora mismo en La Pregona

está lloviendo…, pero enseguida

escampará.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 11

A renal de la Pregona, Peña Furada y Fa rola de los Ángeles.

...A la Pregona

Q

Page 14: Portfolio 2012

12 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

l cielo se abría aquel

día de temperatura

agradable con una

espesa cortina gris

mientras los perros

reclamaban con sus acordes ladri-

dos su paseo matutino. Este paseo

al que voy a dedicar unas letras,

siempre agradeciendo el espacio

permitido a la ocasión, es la ruta

Clariniana “Viaje Redondo”, que

empieza en la Rebollada, parroquia

de Guimarán, en limite con la de

Prendes, tras la gasolinera del mis-

mo nombre y próxima al afamado

restaurante casa Gerardo y la casa

Texera de los ya fallecidos her-

manos Busto, entre ellos el más

conocido Marino (de quien en su

día el director del Real Instituto de

Estudios Asturianos D. Francisco

Tuero Beltrand, en el prólogo del

libro “Historia de las escuelas e

instrucción primaria en el concejo

de Carreño” apuntó: “Marino Bus-

to es un lujo para Candás”

El trayecto, de 8 Km. aproxi-

madamente, fácil de andar, viene

facilitado con los indicadores

direccionales y kilométricos habili-

tados por el Ayuntamiento y real-

zados con fotografías del entorno o

con otras de cuadros de Nicanor

Piñole, acompañadas de pequeños

fragmentos del cuento “Viaje Re-

dondo”, de D. Leopoldo Alas Ure-

ña, más conocido por Clarín, evo-

cando el relato autobiográfico del

autor de aconsejada lectura.

En uno de estos indicadores se

lee: “Viaje Redondo” es el de la

existencia, un viaje simbolizado en

el pórtico de la iglesia, que era a la

vez, escuela de niños y antesala del

cementerio. Efectuando este recor-

rido se podrán observar los testi-

monios de este relato, los cuales

nos permitirán conocer la inqui-

etud religiosa de Clarín”.

Otros indicadores con fragmen-

tos de “Cuesta abajo”, “El cura de

Vericueto”, “A 0,50 poeta” y “La

trampa” hacen referencia al en-

torno.

El paseo se hace agradable y

recreativo por lo mucho que ver en

la falda sur de la loma Cortina. En

el primer kilómetro ralentizamos

el paso contemplando casas de

reciente construcción, pero una

nota discordante desentona en

este tramo; más adelante también

se repite, pues junto a estas her-

mosas residencias hay una casa,

con su panera abandonada, que

venía siendo ocupada por personas

que en nada les preocupaba el

entorno, dejando restos que, a mi

entender, sería conveniente ade-

centar, pues impactan a los visi-

tantes. También la antigua edifi-

cación de la casona y panera de los

Muñiz, que una señal informativa

de hórreos y paneras con dibujo

despieza, está cual quedó tras la

infortunada guerra civil, prev i o

paso por el hermoso y nuevo geriá-

trico de los veterinarios Rocío y

Horacio, de construcción finaliza-

da. Al ponderarle la exc e l e n t e

obra, su dueño Horacio nos

comenta las muchas trabas buro-

cráticas que soportó para su edifi-

cación.

Dejada atrás la residencia se

llega a la fuente de nombre El

Rosal, recientemente retocada, con

agua no sometida a control sani-

tario y zona para el descanso, con

un lavadero de dos espacios que

nos hace pensar en el lavado y

aclarado junto a un reducido abre-

vadero.

La carretera nos lleva a la

Quinta Clarín, suntuosa casa que,

como hoy se ve, no conoció Clarín

pues fue edificada en 1911 diez

años después de su fallecimiento;

es aquí donde me viene a la memo-

Erundina Busto Menéndez.

“Viaje Redondo”

E

Page 15: Portfolio 2012

ria, entre otros, el artículo de Mari-

no “Leopoldo Alas Clarín y Guima-

rán de Carreño”, y las ex p l i c a c i o-

nes de la visita al solar clariniano

de Guimarán que también Marino

aportó al simposio internacional

“Clarín y la Regenta”, o los escritos

sobre Clarín que yo incluí en este

porfolio hace ya algunos años sobre

temas relacionados con alguna de

sus enfermedades y la importancia

del concejo de Carreño en su pro-

ducción literaria.

Según me comentaba Marino,

mi bisabuelo fue coetáneo y amigo

del escritor. Recuerdo las anécdo-

tas vividas por el casero “Manín”,

referidas por su nieto Víctor, el cual

las describía como hechos e intimi-

dades no contadas, en una ocasión

que le visitamos en compañía de

Marino; de cómo Clarín era visto y

conocido en Guimarán, que pa-

recía tener un gato y un perro en el

cuerpo por lo arisco del primero y

noble del segundo, pero esta anéc-

dota entendíamos que era de co-

secha propia, aunque por si misma

no la podíamos descartar a causa

de su padecimiento nervioso y di-

g e s t i vo. Él mismo así se veía. En

carta dirigida a Benito Pérez Galdós

fechada el 24 de Julio de 1884 le

decía Clarín de este aspecto: “Te n-

go la salud muy quebradiza; cada

pocos días me dan jaquecas con

acompañamientos de fenómenos

n e r v i o s o s … ”

En la Quinta con la actual

dueña, Manolita, hablamos de lo

mucho que hoy representa su casa

para Carreño y esta ruta, la aten-

ción gratuita que ella tiene con

todos aquellos grupos nacionales e

incluso extranjeros que de acuerdo

y previo aviso son guiados al hacer

la visita del entorno con un acom-

pañante autorizado por el Ay u n t a-

m i e n t o .

En la conversación hablamos

entre otras cosas de la hermosa y

buena conservación de los jardines

y nos comenta que incluso ella par-

ticipa en este mantenimiento, por

lo que dejamos caer que no estaría

de más que algún estamento del

consistorio le ayudase a ello; tam-

bién sobre las hermosas vistas que,

h oy como en época de Clarín, nos

relajan y deleitan, vistas de las que

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 13

Erundina y Manolita en la Quinta Clarín.

Page 16: Portfolio 2012

14 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Clarín refería así: “… suelo yo con-

templar en la lejanía del horizonte,

medio borrado por las nieblas, los

picos y crestas de las sierras y

cordales que son la espina dorsal

de los Pirineos por esta parte can-

tábrica …. Cuando el cielo está

muy despejado, por todos los pun-

tos cardinales, se ven desde mi

huerta los Picos de Europa que

parecen jirones de nubes que a

veces dora el sol para mí ya ausente

…. ”.

Vueltos al camino y adosada a

la Quinta podemos beber en la

f u e n t e, que con sus tres cuerpos,

f u e n t e, lavadero y abrevadero nos

indica los distintos usos del agua

como bien se lee en la señalización,

así como la compartimentación del

l avadero para la colada de las per-

sonas enfermas, ropa de difuntos y

resto del vecindario. Esta fuente,

que recuerdo con castaños, de

nombre Cellero, la podemos aso-

ciar y de ahí su nombre, a los cas-

tañedos celleros con frecuencia

mencionados en los “apeos” de

bienes que en su día pertenecieron

a la Catedral de Oviedo. Dichos

castañedos son de los que se lla-

man celleros por tener como tenían

la acción los vecinos de plantar en

él y sólo contribuyen al arren-

damiento de dicha “yugería” con la

mitad del fruto que producen,

quedando dueños de los árboles

para su arrendamiento.

Proseguimos nuestro lento ca-

minar cuando el abigarrado gru-

púsculo de chalets nos sigue sor-

prendiendo al contemplar las mu-

chas y extensas praderías que lo

b o r d e a n .

Al paso por la casona palacio de

los Carreño, grata de ver con nue-

va techumbre, no como la advir-

tiera, sufriera y presentara Arman-

do Rodríguez en un artículo de “El

Comercio” de Junio del noventa y

siete sobre su derruido techo.

Continuamos sobre empedrada

antojana con panera separada del

caserón de cuyo lugar Marino

Busto en un artículo del año 91 en

“El Comercio” y posteriormente en

el porfolio del mismo año nos rela-

ta entre otras cosas que el linaje de

los Carreño en el término de Seba-

des es de los más ilustres y vieja

nobleza de Asturias y la más

importante familia de nuestro con-

cejo. Y en otro porfolio en año pos-

terior de cuyo tema polemizó en

diversos medios de comunicación

e incluso con conferencia en el

RIDEA sobre la naturaleza y alcur-

nia de nuestro glorioso artista D.

Juan Carreño Miranda nos dice del

palacio, que hoy tal se ve, lo si-

guiente: “El palacio con ostentoso

escudo de armas, capilla en su día

abierta al culto bajo la advocación

de Nuestra Señora de la O, con-

servándose de la primitiva fábrica,

en la fachada principal, pared Oes-

te la puerta de entrada con arco de

medio punto (siglo XII) y en la del

Este otra puerta gótica , tal vez del

XIII”.

Actualmente un panel indicati-

vo próximo al edificio hace una

reseña del Palacio.

Medio Km. después llegamos a

la Iglesia Parroquial de Santa Ma-

ría la Real de Logrezana, en Seba-

des, que tiene su origen en el mo-

nasterio del mismo nombre, otor-

gado por el Rey Ordoño I a la

Catedral de Oviedo el año 857,

bordeada de laureles, dando lugar

a la especulación de si el nombre

del monasterio procediese de “lau-

retana” debido a estos árboles.

A esta iglesia dedicó amor,

tiempo, esfuerzo y mérito el ante-

rior párroco D. Manuel Martínez

González, hoy recordado en una

placa conmemorativa, labrando las

piedras que según él entendía

mejorarían el Templo donde pre-

cisamente se desarrolla el cuento

del referido viaje que podríamos

así resumir: Una madre y su joven

hijo rezan en un sencillo templo

rural envueltos por el gran silencio

que la aldea proporciona; rezan

por su padre fallecido, el joven se

debate con sus dudas espirituales y

la madre sufre por la crisis de fe

que supone en su hijo. En ese reco-

gimiento espiritual la madre se

imagina ya decrépita y ve a su hijo

envejecido pero empapado de esa

fe que ella hubiera deseado para

él. Al abandonar el templo la ma-

dre extiende su mano hacia un

ataúd que cuelga en el pórtico y

expresa su último deseo, ser ente-

rrada en aquella vieja caja de ma-

dera.

Como apunta Agustín Coletes

Blanco en su libro “Clarín y Ca-

rreño”. “¿Es “Viaje redondo”, en su

inspiración al menos, el pequeño

recuerdo autobiográfico, de una, o

posiblemente de varias visitas a la

iglesia de Logrezana del jove n

Leopoldo y su madre?”

Adosada a la fachada principal

de la iglesia una chapa explicativa

que fielmente referimos específica:

Page 17: Portfolio 2012

“Consta de una sola nave.

Conserva del románico la ventana

del lienzo meridional de la Capilla

Mayor, la puerta principal y el

campanario. Los capiteles Jónicos

de la puerta tienen motivos orna-

mentales de hojas de árbol policro-

mado.

En la mencionada ve n t a n a

románica, su capitel de la izquier-

da constituye tal vez el motivo

arquitectónico más valioso del

templo: muestra a ambos lados dos

serpientes o dragones entrelaza-

dos, mitológica representación del

“rebrote” es decir el eterno volver

al punto de partida de la tradición”.

Como tiene por costumbre

nuestra cicerone particular Ve r ó-

nica Román Busto nos indica que la

ventana antes referida pertenecía al

original ábside y que había sido

colocada en este nuevo emplaza-

miento en una reparación del siglo

XVII. Del cabildo, a imitación del

románico, al que D. Manuel dedicó

destreza y tiempo, comenta lo si-

guiente: “Está orientado al sur

como es costumbre, con tres arcos

de medio punto y sobre ellos cuatro

bustos de altos jerarcas eclesiásti-

cos y debajo aparece la leye n d a

“ ROGA MARIA PRO NOBIS”

sobre cuatro robustas pilastras que

muestran una iconografía va r i a d a

en cuyos fustes se pueden apreciar

p e c e s, arpías, sirenas, un aglomera-

do bestiario unido a seres

humanos; en los capiteles con

mejor talla motivos religiosos,

destacando entre otros La Virgen

de Covadonga. También llaman la

atención las ménsulas o canecillos

que soportan el alero con repre-

sentaciones de monumentos asturi-

a n o s. En el interior del cabildo, en

su zona oeste, tapiando una antigua

puerta vemos una especie de estela

oferente y en la parte norte del

citado cabildo se pueden observa r

tres escudos, el de España entre los

de Asturias y Carreño. En el ex t e r i-

or se observa en su zona Oeste, en

el tímpano delimitado por un fron-

tón escalonado, motivos dive r s o s,

un rosetón, la puerta tapiada, ante-

riormente citada, esculpida con un

m o t i vo central entre dos columnas

y sus capiteles”. En el ex t e r i o r

admiramos el altar hermosamente

labrado para eventos religiosos en

contacto con la naturaleza.

Proseguimos nuestro camino

después de un leve descanso y

haber saciado nuestra sed y la de

los perros, subiendo la lleva d e r a

cuesta de la Iglesia donde tras ella

y a su lado en la zona de Po s a d a

podemos observar la antigua casa

de los Solís Carreño, hoy en desuso

y tabicada, donde años atrás junto

a Marino pudimos ver en el suelo el

escudo de la familia Miranda en el

interior de la fachada desportillada.

Llegados al Monte en la loma

Cortina giramos a la izquierda visi-

tando a escasos metros las escuelas

de Logrezana de las que reciente-

mente un matrimonio amigo nos

enseñó los planos originales. Es-

cuela producto de la emigración,

inaugurada el 5 de Octubre de

1923, construida totalmente a cargo

del hijo emigrante de la parroquia

D. Manuel González Martínez y

que constaba de dos naves para los

alumnos de diferente sexo, con

casa central para los maestros.

Retornando a la ruta por la

loma, el turismo nos sale al encuen-

tro con una hermosa casa rural,

casa de aldea “Casona los

Gamonales”, cuyo dueño, Enrique,

afablemente nos la muestra,

quedando embelesados con la mag-

nífica reforma de gusto exquisito y

gran coste en aquella vieja casa de

l a b r a n z a .

P r eviamente un indicador nos

señalaba la Arena en dirección a

otra casa rural, casa Jesusa, que por

desviación no visitamos.

Después del Monte el Campón,

Colloto y Pinzales nombres de los

lugares de la loma por los que se

pasa en un remanso de tranquili-

dad y sosiego con vistas de los

picos de Europa hacia el sur, si el

tiempo lo permite, o con el hori-

zonte de la marina Cantábrica

embrujadora con vértice en la ense-

nada de Perán al norte. Finalizando

el viaje en Arquiella, pudiendo

d e s v i a r s e, si se desea, a la izquier-

da hacia Candás o retornar en la

otra dirección al inicio de la ruta

por Prendes.

Esperamos que esta somera

explicación sirva de acicate para

que cuanto carreñense o foráneo lo

desee sienta el mismo deleite que

habitualmente nosotros apreciamos

en los paseos con nuestros dilectos

p e r r o s, haciendo la ruta completa o

parte de ella. Y si se tercia, depar-

tiendo unas palabras con la agrada-

ble gente de este valle de Carreño,

y como colofón sólo me cabe año-

rar un viaje redondo al pasado con

las impactantes casas abandonadas

volviendo a tener vida, entre lo mu-

cho edificado.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 15

Page 18: Portfolio 2012

16 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

ace cien años, el perio-

dista y empresario

Amador de Campo-

manes publicaba en

México capital (país

en el que se había exiliado tras emi-

grar a Cuba), y de la mano del editor

Eusebio Gómez de la Puente, una

austera novela de 229 páginas y

marcados tintes melodramáticos ti-

tulada “Liba (De otros días)”. La

obra posee, parcialmente, ambien-

tación candasina: la villa figura des-

nudamente retratada como “C.”

frente a otros lugares donde trans-

curre la acción que sí se consignan

con su nombre exacto: La Habana,

N u eva York, Londres, Buenos Aires,

Pa r í s, etc.

“Liba (De otros días)” está re-

corrida por un funerario acento sen-

timentalista (amor verdadero que

sólo se hará efectivo más allá de la

muerte) entre los dos desamparados

amantes Liba y Fernando de Sol-

d evilla. Como bien dice el narrador

en el prólogo de la novela: «Si el lec -

tor nos sigue verá que se trata de una

historia muy dolorosa. Historia intensa

y duradera y triste» (p. 11).

Acerca de su autor, el erudito

local David Pérez-Sierra González,

además de obsequiarnos con una

copia de la obra en cuestión, nos

hizo saber en su día, lo que le agra-

d e c e m o s, que Amador de Cam-

p o m a n e s, nombre literario de Ama-

dor Álvarez Fernández (ya que eran

sus padres el industrial lenense Gas-

par Álvarez Campomanes y la jove n

mierense Vicenta Fernández Casal),

fue un emprendedor inquieto natu-

ral de Mieres, localidad minera en la

que nació un 14 de octubre de 1872.

No obstante, dos de sus hermanos

(Alfredo y Sara) vinieron al mundo

en la capital de Carreño, donde el

padrón municipal situaba a la fami-

lia en torno al año 1879, y en cuyo

concejo el padre del futuro nove l i s t a

ejerció como alcalde, según refiere

Constantino Suárez, “Españolito”.

Puesto que “Liba (De otro s

d í a s ) ” (1912) no ha gozado de reedi-

ciones ni reimpresiones, nos hemos

tomado la libertad de conmemorar

la efeméride seleccionando, de entre

los 31 capítulos de que consta el

libro, ocho fragmentos descriptivo s

de arraigado sabor candasín que juz-

gamos no le pasarán desapercibidos

al lector conocedor de su territorio

físico y anímico, de ese Candás de fi-

nales del siglo XIX que Campo-

manes pinta a veces con un deje de

a m a r g o r. Helos aquí:

1) «Sobre la costa del mar de

Cantabria, en las playas bravías del

Cabo de Pe ñ a s, allí donde las olas

tienen en su murmullo acentos de

salmo, melodías de orquesta y rugidos

de fiera; donde a veces parecen oírse en

las noches de tempestad lamentos que

ruedan sobre la encrespada espuma,

como el estampido del trueno rueda en

las nubes, sobre ese mar imponente y

trágico, hirviente como el vaso de una

catarata, la villa de C. se refleja como

en un espejo en los días serenos y en las

noches apacibles y claras. Contra los

vientos del norte protege a la villa de

C. una elevada colina, que el mar soca -

va y la espuma salpica de continuo.

Sobre la colina, en el punto más elev a -

do, entre los pinos, una capilla abre

una vez cada año su única puerta para

dar paso a las devotas de San Antonio,

q u e, como en casi todos los pueblos de

As t u r i a s, suelen ser muchas y no ma -

l a s, infiriéndose de ser muchas que es

débil el poder de sus ojos contra la cor -

riente de emigración que ha arrastrado

y arrastra a la juventud asturiana,

aventurera y quimérica, tras el sueño

que muy pocos realizan acá en las tier -

ras americanas. Frente a la colina de

San Antonio, al Sur, un monte de

aparente figura cónica se eleva casi

perpendicularmente sobre el pueblo, de

tal suerte que si algún día se desplo -

mara, sepultaría hasta la última teja

del caserío. Al Oriente se adormece o

“Liba”, novela sobre Candás,en su siglo de vida

José Luis Campal y Aurora Sánchez

H

Page 19: Portfolio 2012

ruge el mar y al Oeste se extiende un

pequeño valle y serpea un tímido

a r r oyo, de caudal escaso y cristalino,

tembloroso como una lágrima, silente

como una agonía. Una fuente famosa,

que tiene un nombre de acento

eúskaro, vierte constantemente por seis

bocas el agua purísima, que se nos

antoja fría como la nieve en verano y

a lgo tibia en invierno. Y en otro tiem -

po, cuando la villa de C. era próspera

y lozana, y reía y cantaba; cuando el

dolor no había arrodillado delante de

la miseria a sus moradores, cerca de

aquella fuente se bailaba en las tardes

y en las noches de estío, y de este modo

las mozas se calentaban los pies

después de habérselos lavado en el

agua límpida de la fuente. Hoy nada de

esto sucede. Ni siquiera murmura -

ciones se mezclan ya al perenne rumor

de los brotantes caños. Y si alg ú n

gnomo se esconde por allí, debe de ser

un gnomo senil y entristecido por la

soledad y el vacío, e incapaz de la más

inocente travesura. Hace veinte años

la villa de C. no tenía ferrocarril, y era

un acontecimiento cada día la llegada

de las diligencias arrastradas por

caballos famélicos y escuálidos.» (pp.

1 3 - 1 5 )

2) «Por la temporada de baños

caían sobre la villa de C. alg u n a s

familias castellanas, y la playa, casi sin

arena, se animaba en las mañanas y

aun en las tardes y algunas veces en las

noches templadas. Para las muchachas

del lugar, todo joven, bien o mal pare -

cido, cursilón las más veces, que eco -

nomizaba de su sueldo de mil pesetas

al año cuarenta duros para darse tono

en C. y regresar a Madrid contando la

ilusión de haber estado en Biarritz; que

cambiaba de traje tres veces al día y

que deploraba la falta de algún noc -

turno espectáculo que le permitiera

vestirse una vez siquiera el frac que

había sido el ensueño de la mocedad de

su padre, todo joven de este pelo, o de

otro pelo cualquiera, era un encanto

para las muchachas arrinconadas todo

el año en aquel pueblo.» (p. 16)

3) «Los más días subía al elev a d o

cerro que en el lugar llaman “La Ata -

laya”, y en lo más alto, solo, enhiesto y

s o ñ a d o r, concentrando en sus pupilas

todas las líneas del horizonte y dilatán -

dose su corazón por la fuerza ardiente

de su deseo, se le contemplaba horas y

h o r a s, inmóvil y fijo, como una esfing e

de granito. De cuando en cuando su

mirada se posaba sobre el pueblo y

estudiaba su estructura, como quien

quisiera guardarla para siempre en la

memoria.» (p. 22)

4) «Algunas personas que viven

aún también recuerdan haberlo visto a

menudo en la colina de San Antonio,

ora pegado a la pared de la capilla

como una cariátide, ora inclinado

sobre el abismo que forma allí la ele -

vación del terreno socavado por el

m a r.» (p. 23)

5) «En un pueblo como C. una

familia de cierta distinción, en la que

además había una señorita ag r a c i a d a ,

tenía que alterar todo el orden social

acostumbrado hasta entonces; y en

efecto, cual más cual menos, todos o

casi todos los vecinos contribuían a

agasajar en la medida de sus fuerzas y

entendimiento a la recién establecida.»

(p. 28)

6) «La villa de C. recibía regocija -

da cada año, por este mes de mayo, a

muchos de los que, tres o cuatro lustros

a n t e s, la quimera de sus eng a ñ o s a s

esperanzas había lanzado a las remo -

tas playas.» (p. 10 0 )

7) «Y allí, en la villa de C., entre

los driles azules de la gente pescadora,

y entre las faldas rojas ribeteadas de

esterilla y los corpiños de panilla negra

de las sencillas aldeanas, lucía el hin -

chado Prendes y Reguera las flamantes

l evitas de cuello de seda (...). Injusta y

acaso rencorosa la gente de C. y sus

c o n t o r n o s, no le perdonaba a la diosa

fortuna aquella su mujeril y por muje -

ril estúpida predilección por el que

recordábanle allí gañán calzado de

a l m a d r e ñ a s, cuando veinte años antes

bajaba de la aldea en los anocheceres

e s t i v a l e s, cargada la ancha espalda de

frutas y legumbres que trocaba en la

rivera por desechos de pescado.

(...) –Y además de org u l l o s o ,

descreído, doña Ramona,... y ateo.

Dicen que decía en Semana Santa que

en estos pueblos de Asturias se pierde

mucho tiempo en rezos y procesiones.

(...) –Ándale allá el incrédulo...

¡Demonio con los liberales!... Y

después de todo, ¿para qué vuelven a

Asturias los desnaturalizados que

nunca tuvieron una lágrima para las

desgracias del terruño y que cuando

son ricos no tienen más mira que venir

a enseñarnos sus riquezas, sabe Dios

cómo adquiridas, allá en los países sin

L ey y sin Dios?» (pp. 11 4 - 11 5 )

8) «Subió luego pausadamente al

c o c h e, que a poco rodó sobre el empe -

drado y bajó a lo largo de la calle;

dobló después sobre la derecha a vista

del mar y de la costa, y se perdió al fin

tras el recodo de la carretera, lamida

por las olas y salpicada por la espuma.

Y aquella carretera accidentada,

construida en terreno robado al mar,

robo del cual el mar parecía que

protestaba con los embates de su ira

turbulenta, traíale a la memoria a la

triste viajera, que rebujada a través

del velo contemplaba el horizonte,

recuerdos imborrables de otra vida

llena de esperanzas de dulzura infini -

ta.» (p. 135)

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 17

Page 20: Portfolio 2012

nte un atardecer ano-

dino, el sol a punto de

r e n d i r s e, encontrában-

se paseando, abuelo y

nieto, por el muelle de

C a n d á s. Durante la mañana unas

nubes habían cubierto la villa de

un sedoso orbayo que se había

dejado sentir sobre la piel expuesta

al verano que vivían pero que, en

llegando la hora del almuerzo,

como si de un aviso se tratara, una

discreta brisa del nordeste anunció

el despliegue de un tul azul que

desgarró, en su recorrido, hasta

hacerlas desaparecer en el hori-

zonte.

Había transcurrido este día

como otro cualquiera en aquella

villa tan querida por el abuelo, y que

tantos y tan bellos recuerdos le

procuraba, donde los veranos pasa-

ban sin apenas sobresaltos a base de

sol, playa, lectura y ocio. Durante

estas horas habían estado en-

tretenidos y recogidos en el despa-

cho del abuelo, cada uno a lo suyo .

El abuelo miró a su nieto. En aque-

llos momentos parecía que estuviera

distraído. Así que, dejando los anteo-

jos sobre el escritorio, marcando la

página del Ulises de James Joyc e,

tomó cariñosamente a su querido

nieto por los brazos hasta colocarlo

entre sus muslos. Pese a su corta

e d a d, quizá no levantara más que

siete años del suelo, el abuelo le

habló como si de una persona adul-

ta se tratara, mientras hurgaba en

sus recuerdos:

- Para cualquier asturiano la villa

de Candás, villa de olímpicos, tan

afable y risueña ella, desde siempre,

tiene casi todo, incluidas varias jor-

nadas gastronómicas, pues siendo

como es, capital del concejo de

Carreño, constituido por doce parro-

q u i a s, está situada en una zona

costera verdaderamente privilegiada

del Principado donde, el océano

Atlántico convertido en bravío mar

Cantábrico, ha formado una pe-

queña bahía que se extiende desde

el cabo de San Antonio –llamado

por la familia, desde hace muchos

años, San Cutilín– rodeado de ma-

jestuosos y poderosos precipicios

que ensalzan el faro y la ermita,

que alberga una muy discreta y

recogida capilla, hasta el promi-

nente Perán, siempre recorrida por

un llamativo malecón transforma-

do, por el paso de los años, en

paseo marítimo, que cobija la playa

de Palmera.

El nieto, asombrosamente in-

A

18 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

A l fonso Campuzano

Al hilo de la memoria

Fig. 1a. Palacio de MuñizCarreño (s. XVI) en c/ Braulio BustoFig. 1b. Escudo de armas

Page 21: Portfolio 2012

móvil y embelesado, escuchaba las

palabras que le decía su abuelo. Ni

siquiera movía uno sólo de sus mús-

c u l o s. Algo extraño para un niño de

esta edad. La voz del abuelo le tran-

quilizaba, le hacía sentir seguro, así

que el abuelo, con sus ojos de mira-

da subyugadora, emitió un guiño de

c o m p l i c i d a d :

- Asimismo, la villa de Candás

disfruta de un puerto, hoy tan sólo

vestigios del ayer debido a sus tres

t r a n s f o r m a c i o n e s, que durante, por

los menos, trescientos años, es decir,

entre los siglos XIII y XVI, fue balle-

nero. Y que sus moradores, un siglo

d e s p u é s, durante el XVII, no

tuvieron más remedio que empren-

der acciones legales contra, quién lo

diría, unos mamíferos no humanos,

unos delfines que habitaban sus

costas y que alegremente, con sus

j u e g o s, destruían irremediablemente

las artes de pesca. El pleito entabla-

do tuvo su sentencia, y muy justa,

que fue cumplida a rajatabla, orde-

nando que estos mamíferos aban-

donaran para siempre estas costas,

como así ocurrió.

El abuelo, viendo como su nieto

le escuchaba extasiado, continuó

i m p a s i b l e :

-Sin embargo, la mayor sorpresa

que cualquier visitante puede es-

perar de esta preciosa villa, Candás,

es que posee varios palacios y casas

b l a s o n a d a s. Para ello, sola y simple-

m e n t e, hay que elevar la vista y

fijarse detenidamente. El más

antiguo quizá corresponde al palacio

de Muñiz Carreño (Fig. 1a) que data,

nada más y nada menos, del siglo

XVI, en cuya fachada, bien centra-

do, se admira, aún hoy en día, un

escudo heráldico (Fig. 1b) acuartela-

do y acolado por una piedra con

mascarón en frente grabada un

ancla: un castillo con tejo; un águila

con aspas; seis cuervos; tres bandas

cortadas; coronado con un ye l m o

emplumado en perfil izquierdo de

bastardía. Blasones de Muñiz, Ca-

rreño, Prendes, Cuervo Arango,

J ove.

De pronto, el nieto tomó un lápiz

y se puso a garabatear sobre un folio

inmaculado, en tanto que el abuelo

no dejaba de hablar, es más, se pre-

cipitó a favorecer aquello que la

niña de sus ojos deseaba:

-El que le sigue en antigüedad es

la casa de Cuervo Arango (Fig. 2a),

también llamada casa de Pa n í n ,

construida durante el siglo XVII,

que está actualmente en proceso de

rehabilitación, en cuyo frontis se ve

un escudo (Fig. 2b) acuartelado por

división de una cruz: barras y roeles

de Valdés; ajedrezado de Quiñones;

barras y roeles.

El nieto, al llegar a este punto,

habíase ensimismado tanto en los

dibujos que apenas le escuchaba,

mientras el abuelo, a sabiendas,

daba rienda suelta a su memoria, re-

latando como si de un cuento se

t r a t a r a :

–De este mismo siglo está acredi-

tado el palacio de Miranda Carreño

(Fig. 3a) que, tres siglos más tarde, lo

fue de Rivas y que, en su nove l a

“José”, el escritor Armando Pa l a c i o

Valdés llama la casa de Meira. En su

frontispicio se puede ver el doble

escudo de Rivas (Fig. 3b) sobre los

que reposa un casco de hidalgo con

cimera en perfil derecho: uno con

una cruz floreteada con siete flores

de lis, mientras que el otro está cor-

tado con león y dos bandas.

El abuelo no parecía cansarse,

incluso ayudaba a su nieto cuando

éste se lo solicitaba. La complicidad

continuaba porque él no cesaba de

h a b l a r :

–El tercero de este mismo siglo

pertenece al palacio de González

Villar (Fig. 4a) en el que su fachada,

c u ya reforma le ha hecho ganar en

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 19

Fig. 2a. Casa de CuervoArango (s. XVII) en c/Santaolaya, 10Fig. 2b. Escudo de armas

Page 22: Portfolio 2012

20 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

prestancia, aparece adornada por un

escudo (Fig. 4b) acuartelado y lau-

reado por un yelmo de caballero con

plumaje en perfil derecho: un casti-

llo; un árbol con tres bandas arri-

madas a cada lado de su tronco; tres

flores de lis; un león rampante.

El nieto, en este momento, se

deslizó por sus muslos y se tumbó

en el suelo donde, al ver sus

juguetes abandonados, volvió a

r e t o m a r l o s. Esto no fue óbice para

que la narración emprendida se cor-

tara, sino que fue un acicate más

para observarle y continuar:

- Ya en el siglo XVIII encon-

tramos la casa de González Pola (Fig.

5a) que, en su frente, vemos un

escudo (Fig. 5b, muy deteriorado)

acuartelado y coronado por un

yelmo: una letra P coronada; un

león rampante; una espuela.

A estas alturas del relato, cada

uno, abuelo y nieto, iban a su aire,

uno hablando con sus juguetes y el

otro relatando en alto sus recuerdos:

- A este mismo siglo pertenece

también la casa de Prendes Condres

(Fig. 6a) en la que, ha ganado mucho

con su reconstrucción, se observa

un escudo (Fig. 6b) acuartelado por

división de una cruz y laureado por

un yelmo de hidalgo con cimera de

perfil derecho: un jefe; seis cuervo s ;

N evares; Pola; Bernaldo Quirós;

S o l í s.

De cuando en cuando, el nieto

l evantaba la vista para mirar a su

querido abuelo que, sin inmutarse,

impasible proseguía la descripción:

- Al siglo XIX pertenece el pala-

cio de Estrada Nora (Fig. 7) cuyo

Fig. 3a. Palacio deMiranda Carreño (s. XVII)

en c/ Santaolaya, 14Fig. 3b. Escudo de armas

Fig. 4a. Palacio deGonzález Villar (s. XVII) en Plaza de la Baragaña.Fig. 4b. Escudo de armas.

Page 23: Portfolio 2012

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 21

escudo ha desaparecido de su hastial

al rehabilitar el edifico y albergar en

su interior el actual Museo de

Antón, lo mismo que el busto de

Don Juan III, que se encontraba en

el mirador de la playa de La

Palmera, donde antiguamente estu-

vo ubicado el taller de Luis. Extrañas

d e s a p a r i c i o n e s, desconociéndose si

habrán sido acogidos por sus fami-

l i a s.

El nieto parecía como si adi-

vinara que el final estaba cercano. Y,

en su insistencia, el abuelo tomó

aliento para concluir:

- Queda, por así decirlo, la casa

torre de González Pola (Fig. 8a), con-

struida en el siglo XIX, donde se

aprecia en el dintel de una de sus

ventanas una piedra rectangular con

l eyenda y en otra una piedra rectan-

gular con armas (Fig. 8b), ambas

mantienen el deterioro, pese a

haberse reparado la fachada. Estas

p i e d r a s, para mí, son un misterio.

Durante el trayecto, abuelo y

nieto, cogidos de la mano, hasta que

llegaron a la pica del muelle, apenas

si vieron tres barcos pesqueros que

hubieran atracado aquella tarde con

sardina, bocarte, pijotas, jurelinos.

Eran otros tiempos, no como antaño,

como cuando desembarcaban direc-

tamente a la rula varios quintales de

bonitos que iban a despiezarse a las

fábricas conserve r a s. O más atrás

aún en el tiempo pasado, ballenas. Y

es que el puerto de Candás siempre

fue importante hasta adentrarnos en

la historia reciente. Véanse sino

algunos mapas del siglo XVII encon-

trados en ciudades como Firence o

Salamanca donde puede leerse su

n o m b r e. Pero los tiempos cambian,

evolucionan, igual que los hombres,

las fábricas y los barcos desapare-

cen, lo mismo que la rula, una ve z

que los bancos de pesca se hacen

más difíciles de abordar, para dar

paso al desarrollo y, con ella, la

industria a donde, tras vender bar-

cos y aparejos, los pescadores se

refugiaron tierra adentro.

Pero, además, cada tarde de

Fig. 5a. Casa de GonzálezPola (s. XVIII)

en c/ Santaolaya, 16Fig. 5b. Escudo de armas

Fig. 6a. Casa de PrendesCondres (s. XVIII)en c/ Cueto, 10.Fig. 6b. Escudo de armas.

Page 24: Portfolio 2012

estío, Candás, una vez que el sol ha

tostado la piel sin necesidad de

echar mano de una atalaya, un

sobresalto en el horizonte marino

que se resiste a desaparecer: un

m e r c a n t e, un velero, una fragata o el

mismísimo buque escuela Juan

Sebastián Elcano, enarbolando su

complejo velamen y sus cadetes en

prácticas con destino hacia el Musel

de Xixón. Un nuevo recorrido, cada

año uno más, ha hecho que el aspec-

to exterior haya cambiado y mejora-

do.

Al nieto se le notaban las ganas

que tenía de hablar con su abuelo,

estaba intranquilo, quería abordar

una conversación sobre algo que,

desde un tiempo atrás le intrigaba, y

nadie mejor que él lo desentrañaría.

- Abuelo, habrás observado que,

cada vez que entro en tu despacho,

durante unos segundos, me paro

frente a las fotografías, las miro y

después te doy un beso.

Abuelo y nieto se sentaron en el

muro, mientras observaban como

los pescadores apostados, y en com-

plicidad con la pleamar de marea

v i va, lanzaban sus cañas al objeto de

engañar a algún pez.

- Esas fotografías las hizo tu

p a d r e. En ellas se resume una larga

historia. La primera de la izquierda,

si recuerdas, es la de tu tío, es decir,

mi hijo, cuando tenía tan sólo

d i e c i n u eve años de edad. Se le ve

sentado sobre el prado del monte

Fu xa, ahí enfrente, cuando estaba

mirando hacia el horizonte que se

domina desde allí, abstraído en sus

p e n s a m i e n t o s, lejos de adivinar la

empresa que más tarde empren-

dería. A quien le gustaba el mar por

vivir aunque, más bien, la ave n t u r a ,

porque también le gustaba el aire.

Probó ser piloto pero, al final, le

sedujo más el mar. Es difícil saber

cómo se gestó esta aventura porque,

si se pregunta a cualquiera de los

p r o t a g o n i s t a s, cada uno te daría una

fecha y unos hechos contrapuestos.

No obstante, todos los detalles están

en aquel libro, lejos de tu alcance,

por edad, no por altura, que te

esperará hasta el día en que puedas

asimilarlo, cuyo título habrás leído

montones de veces: Náufrago del

tiempo (Historia de Dánae).

Ahora, este verano, pasado

tanto tiempo, el ayer, acontecido

por el hoy, tornado en mañana,

quien fue testigo de estas viven-

cias, recuerda que el abuelo ya no

está con él y que el tiempo ido no

puede reponerse.

Fig. 8a. Torre de GonzálezPola (s. XIX) en ElRegueral.Fig. 8b. Escudo de armas.

Fotos: Alfonso CampuzanoJulio de 1985

Fig. 7. Palacio de EstradaNora (s. XIX) en c/ ValdésPumarino, 2.

Page 25: Portfolio 2012
Page 26: Portfolio 2012

24 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

ueridos Candasinos,

Angel Riego González,

nuestro Alcalde, ha te-

nido la amabilidad de

invitarme a pronun-

ciar el pregón de las fiestas de Can-

dás en honor del Santo Cristo. Es un

honor y una profunda alegría, algo

que hubiera llenado de sano orgullo

a mi madre, que tenía una profunda

veneración por el Cristo de Candás.

Gracias Alcalde.

Vaya mi agradecimiento también

a quienes con gran afecto me acom-

pañais hoy: familia, autoridades,

a m i g o s, candasinos todos.

Aunque ahondemos en la histo-

ria de los tiempos, nunca llegaremos

a conocer el momento exacto del na-

cimiento del pregonero; pero lo que

sí sabemos es que pregón está ínti-

mamente relacionado con festejo. Y

fiesta es el día escogido por un pue-

blo o lugar para hacer una pausa en

el trabajo y dedicarlo al ocio y al es-

p a r c i m i e n t o .

Cualquier pueblo, villa o ciudad

tiene su pequeña historia que contar,

h e c h o s, anécdotas que en muchos

casos casi se desconocen y precisan

de su divulgación. Y qué mejor oca-

sión que la festividad local para

rememorarlas o hacerlas públicas. Y

el encargado de ello fue, es y será

siempre el pregonero, que, por res-

peto a la historia, aún hoy en día de-

be pronunciar su discurso de viva

voz, sin posibilidad de sustituirlo en

forma impresa.

Y ahora comienza la dificultad

para éste que os habla. Durante mu-

chos años, ilustres pregoneros que

me precedieron, contaron en sus dis-

cursos todo cuanto se refería a Can-

d á s, su tierra, sus paisajes y persona-

jes; fueron precisos en sus descrip-

ciones y ha de decirse que el tema

casi quedó agotado. Sobre la historia

mi vecino Marino Busto lo escribió

casi todo. ¡Qué decir, pues, de Can-

d á s, del Santo Cristo y sus fiestas que

no sea repetir algo ya manifestado!

Veré cómo he de salir de este trance.

Esta villa de Candás es la encru-

cijada de una mística que produjo el

espíritu cristiano: la leyenda del Cris-

to, imagen traída desde la costa irlan-

desa por los balleneros candasinos

en un lejano siglo XVI. Este camarín

del Cristo del Milagro de los mares

del norte constituye en sí, salida y

meta de lo humano y divino: lugar

de culto fervoroso, memoria de un

peregrinar peripatético a esta villa

donde nos encontramos, que lleva en

sí impreso el sello de lo propio, del

m a r. No se puede prescindir de la

historia espiritual de Asturias sin

contar con el Cristo de Candás. Mis

v i vencias festivas en Carreño son

tres: la fiesta de Perlora, Nuestra Se-

ñora de los Remedios de Guimarán y

el Cristo de Candás. Todos hemos

cantado “Fui al Cristo y enamoréme/

mal haya de enamorar”.

No soy de Candás, por ello en es-

te pregón quiero haceros llegar lo

que era esta villa para un niño y un

j oven de una aldea de Carreño, hacer

una reivindicación de Carreño y una

petición al Cristo ante la crisis.

Candás desde la aldea

Nunca he tratado de disimular

mi origen de aldea; más bien pienso

que el tiempo acentúa su influencia.

Mi infancia son recuerdos de la Re-

bollada de Guimarán, sintiendo có-

mo la humedad de la hierba de los

prados se colaba en mis madreñas

camino de la escuela; recuerdos que

cada vez se hacen más cercanos y se

engrandecen a mis ojos. Carlos Gon-

zález Posada en sus Noticias Históri-

cas del Principado de Asturias y obispa-

do de Oviedo escritas en 1794, escri-

bió que Carreño era “el valle más de-

licioso de toda As t u r i a s ”. Jove l l a n o s

anota en su Diario al hablar de mi

pueblo Guimarán “tierra hermosa,

fértil, bien cultivada y plantada”. Ca-

rreño, que tiene por divisa la leye n d a

A l va ro Cuervo

Pregón para las fiestas del Santo Cristo de Candás 2011

Q

Page 27: Portfolio 2012

de “muy leal y fiel”, fue siempre un

concejo realengo, sometido única-

mente al mandato de reyes y nunca

a jurisdicción eclesiástica ni a

señorío particular. Mi parroquia Gui-

marán fue la capital del concejo has-

ta el siglo XIII, tuvo la capitalidad

compartida con Candás hasta finales

del dieciocho y volvió a recuperarla

en el Trienio Liberal 1821-23. Allí

aparece un antepasado mío como

abanderado de la revuelta aldeana,

José Cuervo Palacio, cuyos libros

c o n s e r vo. No pretendo ahora reivin-

dicar capitalidad alguna. Soy feliz te-

niendo Candás como capital.

Candás era, y es, un pueblo

abierto al mar con un puerto pesque-

ro que era muy activo y una podero-

sa industria conservera, que lo dife-

renciaba del resto de las villas mari-

neras de As t u r i a s. Candás era, y es,

una villa bien comunicada con Gijón

y Avilés gracias al ferrocarril de Ca-

rreño, y también con Oviedo. Los

candasinos eran, en mi recuerdo,

g r ave s, taciturnos, con un hablar y

deje singular, de noble corazón, gen-

tes que acogían, que no te hacían

sentirte ajeno o inferior por ser de al-

dea. Hombres capaces de ser balle-

neros y de poner pleito a los delfines

en 1624.

El puerto, el peso de la industria

c o n s e r vera y las comunicaciones ex-

plican esa capacidad que tiene Can-

dás de integrar a gentes de todas par-

tes de España, como ocurrió con la

llegada de ENSIDESA, y le permite

en los últimos años seguir incorpo-

rando nuevos habitantes. Es un pue-

blo con raíces, por ello no teme per-

derlas con los nuevos candasinos,

sino más bien al contrario los hace

s u yos aunque nunca lleguen hablar

con el mismo el acento y deje .

Candás era para mí el niño que

se asombra ante el puerto cuando

contaba con 72 barcos de pesca de

va p o r, 20 de motor y 45 de remos.

H oy quedan apenas una docena. Al-

go similar ha pasado con las conser-

veras: las fábricas de Perán, Herrero,

Ojeda, Portanet, Ortiz, Alfajeme, Al-

bo, Remo, que hoy son recuerdos.

Candás era para mí el Ay u n t a-

miento, la Baragaña con el cuartel de

la Guardia Civil, el Banco Urquijo,

Helados Helios, la calle Braulio Bus-

to, el chalet y la fábrica de Alfajeme.

Candás era el lugar a donde recurrir

cuando en la aldea, siempre por pro-

blemas de enfermedad, se necesitaba

el taxi de Fotingo, los fotógrafos Díaz

y Fredi para la foto de la escuela, co-

m u n i o n e s, bodas, e t c.

Candás era también donde esta-

ban las autoridades, la guardia civil

que paseaba por los caminos, y a la

que el cura fundamentalista de mi

pueblo denunciaba a los que no res-

petaban el descanso dominical. Ta m-

bién en Candás me enteré a los doce

a ñ o s, al pedir una partida de naci-

miento, que no me llamaba como

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 25

Al finalizar el pregón, el Alcalde de Carreño hace entre ga a Álva ro Cuervo de una rep roducción de la “Peña Furada” (Obra en bronce del artista local César

P é rez, que se entre ga cada año al Pre g o n e ro de las Fiestas del Stmo. Cristo de Candás).

Page 28: Portfolio 2012

26 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

creía, sino que mi abuelo al inscribir-

me en el Registro cambió mi nombre

sin decírselo a mis padres. Y también

fue Candás, pensabamos, la que hizo

desaparecer la arena de la playa de

Huelgues de Perlora, a la que iba los

d o m i n g o s,al ampliarse el espigón del

puerto en 1957.

De Candás venía el cambio de la

comida en la aldea. Marta la pesca-

dera, a quien me referiré más ade-

l a n t e, hacía que por unos días cam-

biáramos les berces y les fabes de

todos los días por el pescado: chicha-

r r i n o s, sardinas, bonito -tengo siem-

pre como referencia el rollo de boni-

to que preparaba mi madre- y en Na-

vidad besugo..

Candás era el teatro Apolo, con

goteras incluidas, el Teatro Prendes y

el Cine Avenida. Me trae a la memo-

ria cómo los lunes al regresar de la

escuela ibamos a ver a Manolín del

Cabo cuando llindaba les vaques pa-

ra que nos contara la película del sá-

bado o del domingo que había visto

en Candás. Lo hacía con tal realismo

que cuando, pasados los años, ve í a

las películas que él me había contado

las identificaba inmediatamente y

me resultaban ya conocidas en sus

detalles: “Cuando ruge la mara-

bunta” y un largo etc…

En la juventud uno se sentía có-

modo y feliz en Candás; eran años

vividos en los bailes en la Nozaleda

de Perlora, el Manila, la ve r b e n a

Santarúa, tras dejar la bicicleta en el

tendejón de Casa Carretilla –mi fa-

milia-, para ocultar de donde ve n í a s ;

pero al fin eras parte de Candás.

Cuan distinto era el Valparaíso en

Luanco, allí sentías la marginación.

Al acercarte a una moza y ante la

pregunta ¿bailas?, su mirada hacía

innecesaria cualquier respuesta adi-

cional. Luanco siempre fue algo dife-

r e n t e, frente a la apertura e inte-

gración de Candás, Luanco, tal ve z

por el trato con los veraneantes de

Oviedo, discriminaba, te hacía sen-

tirte fuera de lugar.

Candás era la música para los

acontecimientos de la aldea. La Ban-

da municipal y el Maestro Antuña.

Recuerdo la Salve Marinera como un

momento especial: “Salve estrella de

los mares” / iris de eternal ventura /

s a l ve fénix de hermosura / madre del

divino amor”, En las romerías de mi

pueblo un conjunto musical de Can-

d á s, creo que se llamaban los “Ro-

dri”, rompía con los discos de Ma-

chín y pasodobles y nos abría a un

n u evo mundo. Candás tambien era

la Alborada marinera de la que

Agustín Santarúa me explicó su obje-

t i vo y significado, y las corridas de

toros en el puerto con el torero zamo-

rano Andrés Vázquez actuando ma-

no a mano con los locales.

Desde lo alto de la “Formiga” he

visto Candás muchas ve c e s. Desde

allí ves la ciudad Residencial de Pe r-

lora y su abandono, abajo Pa l m e r a

falta de arena. La villa ha crecido

mucho, con cuestionables decisiones

u r b a n í s t i c a s, como la destrucción del

complejo conservero de Alfajeme, la

desapareción de la Rula y la capilla

de Doce, y la construcción del hotel

de la entrada; pero siempre será un

lugar bello y próximo. Gracias can-

dasiones por hacer que nos sintier-

amos “bien” los de la aldea.

Reivindicando Carre ñ o

Los aldeanos de Carreño somos

gente de minifundio y, por tanto, de

lindero. Tratamos de ensanchar la

tierra y eso sólo puede hacerse a cos-

ta de otras tierras aledañas, por eso la

vigilamos y defendemos en momen-

tos especiales como ahora que los de

Gijón nos quieren quitar Aboño y

parte del Monte Areo.

Como recuerda y escribe Pe d r o

S i l va, los carreñanos nos hemos visto

obligados a defender siempre el lin-

dero concejil del avasallador empuje

del vecino Gijón. La ría de Aboño es

la línea del frente. En esa línea se ha

combatido, y se combate. Pudiera

pensarse que la divisoria está en el

río que discurre por el va l l e, más no

es así porque los de Gijón mov i e r o n

su cauce, y además no es río, sino

ría. Los carreñanos hemos defendido

sin éxito y con apoyo documental

que es nuestro hasta la línea de má-

xima marea. Yo pienso que el límite

está en la Campa To r r e s. El poder de

la Procónsul romana de la Campa

To r r e s, la que fue alcaldesa de Gijón,

Fernández Felgueroso, y del Cónsul

nos han querido mover el lindero y

desplazarnos al interior. Los de

Carreño seguiremos luchando, pues

los aldeanos aceptamos todo menos

que nos muevan los linderos.

También debemos plantear con

fuerza la divisoria del Monte Areo,

donde una vez más nos quiere move r

los lindes con motivo de unos

yacimientos arqueológicos. No se

han conformado con destrozarnos la

p l aya de Aboño, con llevar a Gijón

nuestro Palacio de Valdés sino que

se apropian de lo nuestro e incluso

cuando se escribe sobre nosotros nos

definen como el “concejo satélite” de

Gijón (Juan Antonio Cabezas) cuan-

do deben saber que nunca giraremos

en la orbita de nadie.

Pero no queda ahí el expolio, los

de Oviedo, Gijón y Av i l é s, se apro-

pian de los carreñenses más pre-

c l a r o s. No pueden hacerlo con hom-

Page 29: Portfolio 2012

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 27

bres como los Alvaro de Carreño,

caballero que luchó al lado de

Fernando III, pues su apellido lo

i m p i d e, ni con la historia heróica del

Regimiento de Carreño en la Guerra

de la Independencia.

Con todo, es en la literatura y en

las bellas artes donde los carreñenses

más han aportado. En primer lugar,

y aunque los de Oviedo no lo quier-

an reconocer, pueden disfrutar del

Palacio de Bellas Artes y del esplén-

dido edificio del Hospicio, hoy Hotel

de la Reconquista, gracias a dos

hombres de Carreño: Manuel Re g u e-

ra y Pedro Antonio Menéndez. Más

aún, digo que sufrimos el expolio de

las villas cercanas, como ocurre con

el gran pintor del siglo diecisiete, pin-

tor de cámara de Carlos II, Juan

Carreño Miranda, quien, a pesar del

apellido, figura en los libros como

nacido en Avilés cuando él mismo,

como se ha constatado, escribe que

nació en Carreño, en la casa de sus

m ayo r e s.

En literatura tenemos que defen-

der al poeta Antón de Marirreguera

y a Leopoldo Enrique García-Alas

Ureña –Clarín–, hijo y nieto de

c a r r e ñ e n s e s. Su padre y abuelo

fueron alcaldes del concejo. Por ello

es aún más grave que a Clarín se le

considere de Oviedo, de tal suerte

que se olvidan sus raíces en Carreño,

donde están enterrados los suyo s, y

por nacer lo nacieron en Zamora.

Los de Oviedo afirman que Clarín es

de la capital y para ello aducen sus

años en la Universidad y su obra

magistral sobre la ciudad: La

Regenta. Los de Oviedo, los de

“ Vetusta” olvidan a Pa l o m a r e s, lugar

de veraneo en la Regenta, donde

Don Victor Quintanar y Frígilis caza-

ban cerca del mar, en las praderas y

marismas de Pa l o m a r e s, de Candás,

en realidad. Allí iba Don Víctor

cuando descubre su deshonra, el

amor de Ana con Alvaro Mesía.

Igualmente es el lugar donde don Al-

varo pasaba unos días y el magistral

Don Fermín de Pas se lucraba a costa

del santuario. Palomares es Candás y

ese sugerente personaje de la Re g e n-

ta, Don Po m p eyo Guimarán, que

parece dejar entrever el espíritu de

Clarín, lleva como apellido el nom-

bre de mi pueblo. Además de pasar

allí sus largos ve r a n o s, en Carreño

desarrolla Clarín varias novelas cor-

tas: Doña Berta, ¡Ad i ó s, “Cordera”!,

Boroña, El cura de Vericueto y Cuer-

vo, que pienso que está escrito pen-

sando en mi bisabuelo con quien

tenia problemas de ve c i n d a d.

Otra apropiación la sufrimos con

la novela “José” de Armando Pa l a c i o

Va l d é s, de costumbres marineras, ya

que al dar el autor al pueblo del per-

sonaje el nombre de Rodillero, la si-

militud fonética hace pensar en Cu-

dillero, y así lo vemos escrito, cuan-

do está describiendo Candás, lugar

que tan bien conocía el nove l i s t a ,

que veraneaba en él.

Carreño, pues, ha sido un conce-

jo expoliado, lo que hemos sufrido

con resignación, aunque ahora pare-

cen amenazarnos nuevas agresiones.

Según los de Oviedo –me refiero a

los que ejercen el poder y en algunos

casos la autoridad-, resulta que ha-

blamos una variante de bable defini-

do como “bable del cabo Peñas”, lo

cual nos hiere, desconocen el hablar

de Candás; y encima nos dicen que

mi pueblo ya no se llama como siem-

pre sino como dicta la Academia de

la Llingüa de Oviedo, Prendes ya no

es Prendes sino Priendes y la Re b o-

llada también me la cambian. Menos

mal que ya no vive mi güelo, porque

no comprendería que el bable que

hablaba no fuera el nuestro y que los

pueblos cambiaran de nombre.

Triste destino al que nos enfren-

tamos los de Carreño, primero se

apropian de nuestros hombres, no

sabemos ni lo que hablamos, ni el

nombre del lugar donde nacimos y

finalmente los de Gijón nos quieren

m over los “finxos” –los lindes.

Re f l exiones económicas

desde Carre ñ o

Terminaré con unas cortas refle-

xiones económicas, ya que, al recibir

la amable invitación y preguntar de

qué podía hablar, me indicaron ¡de

economía¡ Me temo que ante la cri-

sis en lugar de escuchar a los econo-

mistas es mejor rezar y rogar al Cris-

to, es decir, tener fe en nuestras pro-

pias capacidades para enfrentarnos a

los problemas, fe en nosotros, como

la tuvieron nuestros padres, la gran

generación sacrificada en nuestro

p a í s, la generación generosa que hizo

posible el actual bienestar. En todo

caso, siguen plenamente vigentes las

soluciones a los problemas económi-

cos que proponía Jovellanos: “Liber-

t a d, luces y auxilios”.

En el ámbito de la economía mi

pensamiento fue enriquecido por las

ideas económicas de mi abuelo, mis

padres y de Marta, la pescadera de

C a n d á s. Mi abuelo tenía tres prin-

cipios básicos: “No hay peor cosa

que una casa sin amo” –es decir, la

propiedad privada es fundamental–;

“el ojo del amo engorda el caballo”, o

sea, los incentivo s, el beneficio, son

importantes; y, “nietín, desengáñate,

aléjate de teorías, cortando co… se

aprende a capar”, es decir, cíñete a

las ciencias útiles.

Page 30: Portfolio 2012

28 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

De mis padres aprendí muchas

c o s a s, el ejemplo de trabajo y su mo-

delo de sacrificio, la idea de que

aquello que merece la pena exige es-

fuerzo, que el futuro se hace en el

presente y desde luego esperando

poco de las instituciones, que (salvo

las almas sublimes) nadie da nada

gratis y menos los de la capital (Gi-

jón-Oviedo), que las burbujas termi-

nan explotando y los paraísos no

ex i s t e n .

De Marta la pescadera de Candás

aprendí lo positivo y maravilloso de

la libertad económica. Marta ve n d í a

por la aldea las sardinas, el pescado,

a distinto precio, según las capacida-

des monetarias e inteligencia de cada

compradora. Igualmente, esa liber-

tad la sentías en las tiendas de los

p u e b l o s, que vendían de todo, como

El Corte Inglés, y además practica-

ban la libertad de horario.

Al analizar sectores económicos

de Carreño, es evidente que agricul-

tura y ganadería han perdido peso.

En el concejo había noventa llagares

con una sidra que era la mejor de As-

t u r i a s, por su aroma, color, sabor y

e s p a l m e. Hoy nos queda la de Pe ñ ó n

como referencia. Las soberbias va c a s

de la raza de los valles de Carreño,

la mayoría de las caserías y sus gana-

derías son un recuerdo del pasado,

como les fabes de la granja, que eran

las mejores. No obstante, espero que

la libertad de producir leche –la su-

peración de cuotas– pueda abrir Ca-

rreño, aunque con límites, al futuro.

La industria actual de Carreño

está concentrada en los ex t r e m o s,

E N S I D E SA en Tabaza, en Aboño la

cementera y la térmica, los polígonos

industriales de la Granda-Logrezana

y el Bosque de la Voz en Prendes. La

industria conservera se nos fue de

C a n d á s, que contaba en los inicios de

los sesenta con 7 conserveras que

manipulaban 3 millones de kg de

pescado con un empleo de 500 traba-

jadores fijos.

No se mantiene el pasado indus-

trial sino es reinventando el futuro.

No podemos olvidar la necesidad de

la destrucción creadora, desaparecer

para renacer. Todo proyecto de futu-

ro implica costes y quizás destruc-

ción de algo, no existe industria o

servicios limpios y puros.

Sé que no es fácil hablar de polí-

gonos industriales y de cluster de in-

d u s t r i a s, pero no se pueden mante-

ner las fábricas tradicionales y me-

nos en las villas, en el casco urbano.

El futuro exige disponibilidad de

espacio para la industria y los servi-

c i o s. La industria explicó la prosperi-

dad de Candás en los primeros años

del siglo pasado. Tal vez por ello

nuestros dirigentes empresariales y

s i n d i c a l e s, que provienen en su may-

oría de ella, siguen pensando que

industria o nada. El futuro de nue-

stro concejo tiene que ver con espa-

cio para la empresa pequeña y espe-

cializada y con los servicios. La gran

empresa integrada que hacia todo, la

fabricona, es el pasado. El futuro, el

presente en realidad, lo constituye n

los servicios de todo tipo, el error es

identificarlos como los “chigres” y los

c o m e r c i o s, con lugares para gastar lo

que se gana en la industria, sino que

ellos son el origen de la riqueza y

motor de la economía.

Los servicios de valor añadido se

fundamentan en la I+D y el capital

humano cualificado, no deben ser

m i n u s va l o r a d o s, ni tampoco deben

confundirse con museos, rutas y sen-

d a s. Ahora tenemos el proyecto del

Museo de la Conserva, la rehabilita-

ción del edificio de Ortiz, la feria de-

dicada a los enlatados, las jornadas

del bonito, etc... No podemos confor-

marnos con esto porque podemos

terminar con la senda de la vaca de

los valles de Carreño y los centros de

interpretación de la sidra o el maiz.

No es justificable el abandono de la

ciudad Residencial de Perlora que se

quiere explicar con razones adminis-

t r a t i va s,ni las dudas ante las necesi-

dades de espacio para las empresas

El envejecer de la población hace

que rechacemos lo nuevo, los cam-

b i o s, que pongamos dudas sobre la

creación de polígonos empresariales

y soñemos con qué verde era mi va-

l l e, la aldea perdida. Pero al hacer es-

to estamos cercenando el futuro sin

q u e r e r, debemos plantar árboles

aunque sus ramas no lleguen a dar-

nos sombra.

Termino. Quién me iba a decir

que un día, “post jucumdam juve n-

tutem” en el inicio de “la hora cre-

puscular y de retiro, hora de ocaso y

de discreto beso”, en palabras de Ru-

bén Darío, iba a estar aquí con vo s o-

t r o s, en el Cristo de Candás. Como

escribió el poeta:

Ahora más que nunca

quiero viajar y tumbarme a

mi antojo sobre mi tierra

para ver cómo crece la hierba del estío

Me siento feliz en Candás como

me sentía hace más de cincuenta

años y, a modo de muñeca rusa,

quisiera llevar un afecto dentro de

otro afecto; unos dentro de otros

quisiera llevaros a todos, a todos los

a m i g o s, los candasinos, los de la

cabeza clara y abierta a la mar, al

f u t u r o .

Y ahora a disfrutar, porque ya

han comenzado las fiestas del Cristo

de Candás. Muchas gracias.

Page 31: Portfolio 2012
Page 32: Portfolio 2012

30 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

omo todas las cosas

tienen su principio,

no importa el tiempo

ni cuando empezó, lo

importante es que un

grupo de hombres y mujeres de la

m a r, en este rincón de As t u r i a s, a

orillas del río Rita y como fondo el

mar Cantábrico, se aposentaron y

fundaron este pueblo llamado

C a n d á s. Este grupo fueron quienes

hicieron posible este sueño del que

h oy todavía perdura y que debe ser

recordado siempre.

Durante siglos, hasta la década

de los años 1950, uno de los tres

puertos pesqueros más importantes

del norte de España era el de Can-

d á s. El pueblo entero vivía de lo

que la mar producía, los hombres

estaban toda la vida en la mar y las

m u j e r e s, elaborando su pesca, en

las fábricas de conserva s.

Todos tenemos que recordar

que medio mundo, cuando tenía

una lata de conservas de pescado en

la mano, veía escrito el nombre de

C a n d á s. Se llegó en el pueblo, en

plena producción, a tener diecisiete

grandes fábricas y en ellas trabaja-

ban unas personas, que desde aquí,

voy a lanzarles un merecido home-

n a j e. Esas personas eran las muje-

res que iban allí a elaborar el pesca-

do, que con su sabiduría, su hon-

radez y su trabajo, preparaban el

bonito, la sardina, el bocarte, el

chicharro, el calamar, el pulpo o lo

que fuera necesario, que era una

delicia unive r s a l .

Un día cualquiera del año, cuan-

do empezaba a amanecer en la villa

de Candás, el silencio encogía el co-

razón, y en ese momento empezaba

a haber movimiento en las casas y el

pueblo comenzaba a tener vida.

Las mujeres eran las primeras en

l evantarse de la cama, hacer los de-

s ay u n o s, preparar la ropa para sus

hijos y maridos, y tenían que hacerlo

rápido, ya que a las 8 había que estar

en la puerta de la fábrica para entrar

al trabajo al toque de la sirena.

Para una mujer candasina, traba-

jadora de una fábrica, elaborar el

pescado era un arte que no se puede

a d q u i r i r, se nacía con ello, se vivía

con ello y se moría con ello. Durante

s i g l o s, cuando abría los ojos a la vida,

lo primero que veía eran barcos, fá-

b r i c a s, mar, mucha mar, mucha pes-

ca, conserva s, trabajo, ilusión, de-

s e o s, amor, cariño para sus hijos, su

marido, sus padres, sus amigos.

Desde bien pequeña ya la enseñaban

a enfretarse a lo dura que es la vida,

pero también a disfrutarla. Puedo

afirmar que a las mujeres de este

pueblo nadie las podía igualar.

Cuando a las 8 de la mañana so-

naban las sirenas, verlas entrar en el

trabajo, después de dejar su casa y su

familia lista, era todo un espectáculo,

que al recordarlo ahora, con el paso

de los años, produce vértigo. Iban

vestidas normalmente de oscuro, el

vestido iba cubierto con un mandil

que les llegaba desde el cuello a las

r o d i l l a s, y sobre él, colocado en el

pecho, llevaban bordado el nombre

de la fábrica donde trabajaban; iban

calzadas con madreñas para prote-

gerse de la humedad que había en el

suelo de las fábricas, y se les podía

conocer por el ruido que éstas pro-

ducían al andar; algunas llevaban un

pañuelo sobre la cabeza para prote-

ger el pelo. Su lugar de trabajo era el

centro de las noticias, pero también

de los cánticos; no es de extrañar que

cuando no había viento, o éste era

del sur, estos sonidos llegaban hasta

el mismo puerto; por eso, el gran

poeta Vega Pino dijo al oír estos cán-

ticos: "hay sirenas tropicales debajo

del monte San Antonio".

L a u reano Fe rnández Álva re z

Candás y sus mujeres

de la fábrica

C

Page 33: Portfolio 2012

Después de su trabajo en la

fábrica estas mujeres tenían que la-

var la ropa de sus casa, y lo hacían

en el lavadero de la Fuente de San-

tarúa. Verlas ir caminando por el

pueblo con un rodillo en la cabeza,

sobre el rodillo un barreñón carga-

do de ropa, sin cogerlo con las

manos ya que éstas muchas veces

las llevaban ocupadas con calderos

para llevarlos con agua de la fuen-

te cuando volviesen a casa, y calza-

das con madreñas, era algo que pa-

recía salido de otro mundo; quien

no lo vio, no se lo puede imaginar.

Eran unas señoras que con su

capacidad de trabajo ellas solas lle-

naban una casa. En aquella época

no había ascensores y ellas subían

cargadas las escaleras; la cocina

era de carbón o leña, el agua se

traía de las fuentes, no había frigo-

ríficos ni lavaplatos, todo había

que hacerlo a mano. Los colchones

eran de lana y tenían que varear-

los, preparaban los payarones y la

ropa de la mar de su gente; era

increíble la fortaleza de estas per-

sonas.

Cuando aparecía un temporal y

su familia estaba en la mar bajaban a

mirar por encima del muro del mue-

lle a ver si pasaba el barco donde

ellos iban, ya que no había otro

medio de comunicación en aquella

época. Cuando entraban en puerto

los primeros barcos se les iba pre-

guntando por los suyo s, que algunas

veces nunca más volvían, desapare-

cidos para siempre. Estas mujeres,

que habían perdido algún ser queri-

do, vestían de negro por dentro y por

fuera todo el resto de su vida.

Los de Candás que descende-

mos de una de estas mujeres (mi

madre Luz, trabajó 38 años en las

fábricas de Alfageme y Albo), todo

lo que tenemos se lo debemos a

ellas y tenemos que sentirnos orgu-

llosos de pertenecer a una de esas

familias y es por lo que jamás las

debemos de olvidar.

Os quiero a todas, un beso muy

grande, yo, no os olvido.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 31

Fábrica Alfageme, 1930.

Page 34: Portfolio 2012

a historia del nacimiento del Teatro Apolo

es sugestiva. La familia García Orejas había

construido un edificio para destinar el bajo

a almacén de vinos (como ampliación de la

vinatería que tenía en las proximidades de

la Baragaña) y el primer piso para domicilio, y a punto

de efectuar el traslado un grupo de amigos encabezados

por Paulino el de la Botica alquilaron el bajo para dedi-

carlo a salón de baile durante las fiestas del Cristo de

1927. Y sucedió que el día grande de las fiestas estuvo en

Candás Ignacio Menéndez Berjano, empresario del Te a -

tro Palacio Valdés y del cine Iris de Av i l é s, y en el mo-

mento que pasaba por delante del edificio se abrían las

tres grandes puertas para dar salida al numeroso público

que había acudido al baile, y al contemplar su interior

consideró que ese céntrico local (ubicado al comienzo de

la actual Avenida de la Constitución) se podría acondicio-

nar para cine, teatro e incluso salón de baile, como así se

hizo después de llegar a un acuerdo con los propietarios

sobre las obras a realizar en el local y su arrendamiento.

El Apolo se inauguró el 10 de septiembre de 1928 con

la obra de teatro "La jaula de la leona", a cargo de la

Compañía Concha Catalá. Fue contemporáneo, por tan-

to, del Teatro Marina hasta que éste cerró en 1935, por

lo que Candás volvía a tener dos teatros en competencia.

Era encargado del mismo el candasín conocido como

Manolo Salomé, y tenía un aforo de 478 personas: 208

butacas de patio, 42 sillas en 7 palcos, 28 localidades de

preferencia y 200 de general. El teatro tenía varios incon-

venientes relacionados con su nacimiento: el patio de

butacas sin ninguna inclinación perjudicaba la perfecta

visión de las películas; el piso (general) con un techo

L

Cartel del estreno de “El cantante de jazz”en los Estados Unidos.

32 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

H e rmenegildo Fe rnández González

CIEN AÑOS DE CINE EN CANDÁS(Continúa la película tras el descanso)

Page 35: Portfolio 2012

muy bajo resultaba incómodo, ade-

más de que en ocasiones se obs-

truía la salida de las imágenes que

se estaban proyectando; y por las

tres grandes puertas del patio de

butacas se filtraba un frío que re-

sultaba molesto, sobre todo en los

crudos inviernos.

Las películas proyectadas en el

Teatro Apolo por la empresa Ber-

jano, de las que apenas existen re-

f e r e n c i a s, eran mudas, en un tiem-

po en el que el cine mudo era una

etapa a punto de ser superada por

el sonoro. El cine americano se es-

taba dedicando, sobre todo las

grandes productoras, a filmar cine

sonoro. Recordemos que el 5 de oc-

tubre de 1927 los hermanos Wa r-

ner estrenaron el primer largome-

traje dotado de voz: "El cantante de

j a z z ", de Alan Crosland; y unos me-

ses después, la Fox estrenaría " E l

séptimo cielo", de Frank Borzage.

En 1932 la C.N.T. declaró un

boicot a los dos teatros candasinos,

Apolo y Marina, del que el periódi-

co "Avance" del 16 de noviembre

de ese año se hacía eco en los si-

guientes términos: "Una comisión

de la Unión General de Trabajado-

res de Candás, visitó también al go-

bernador para darle cuenta del

conflicto que la C.N.T. ha plantea-

do a las dos empresas de Teatros

locales en las que hay personal

afecto a la primera de dichas orga-

nizaciones. Los de la C.N.T. pre-

tenden desplazar a los afiliados al

organismo socialista, y como los

empresarios cumpliendo órdenes

del gobernador se negaron a aten-

der estas pretensiones, los de la

Confederación declararon el boicot

a las empresas. En vista de esto,

aquellas llegaron a un acuerdo con

los de la Confederación Nacional

del Trabajo. El gobernador aseguró

a los comisionados, que no se lle-

varía a efecto el acuerdo en per-

juicio de los legítimos derechos de

los empleados afectos a la U.G.T.

pues incluso llegaría a ordenar el

cierre de los teatros si se insistía en

llevar a efecto ese acuerdo". En

otra página del mismo periódico se

podía leer el siguiente anuncio:

"En Candás. Se arriendan dos Tea-

tros. Informes en esta Administra-

ción". Así las cosas, como la em-

presa Berjano decidiera no contin-

uar con el alquiler del Teatro Apolo

fue ofrecido su arrendamiento a la

familia Prendes, propietaria del

Teatro Marina, que lo aceptó con

vistas a inaugurar en Candás el

cine sonoro. María Suárez León y

su hijo Luis Fernández Suárez, que

regentaban el Marina, pasaron a

dirigir también el Apolo a partir de

diciembre de 1932, donde el 30 de

septiembre de 1934 se proyectó la

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 33

“Mogambo”, cartel originaldel estreno en España.

Page 36: Portfolio 2012

34 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

primera película sonora con un

Bauer adquirido en Barcelona.

Estallada la Guerra Civil en ju-

lio de 1936 el Apolo fue incautado,

continuando su funcionamiento a

cargo de un comité de empleados

hasta el final de la guerra en

Asturias en octubre de 1937, en

que fue de nuevo incautado, esta

vez por los nacionales, perma-

neciendo cerrado hasta fin de año.

El 1 de enero de 1938, con Joaquín

Prendes Fernández de empresario,

el Teatro Apolo volvía a abrirse al

público a condición de celebrar

baile cada vez que cayera una capi-

tal de provincia, además de cum-

plir lo establecido en la orden pro-

vincial de 28 de mayo de 1937 por

la que "en todos los cines de la zo-

na liberada de esta provincia, al co-

menzar el promedio de "descanso",

se proyectará un retrato del gene-

ralísimo de los aprobados por su

cuartel general, solamente durante

veinte segundos, para no cansar al

público, interpretándose en ese

tiempo los primeros compases del

himno nacional".

Durante la década de los cua-

renta, el régimen, consciente del

impacto del cine como medio artís-

tico de masas, tomó una serie de

disposiciones tendentes a su con-

trol. El obligatorio NO-DO fue, des-

de su nacimiento en 1942, parte de

la omnipresente propaganda del ré-

gimen. A esto había que añadir el

efecto de la censura directa, me-

diante cortes en las películas, más

la indirecta, que transformaba los

títulos orig i n a l e s, como en "El motín

del Bounty" c o n vertido en "La tra-

gedia del Bounty". También se re-

curría a los doblajes tergive r s a d o s,

otro medio de censura, con sonoros

p a t i n a z o s, como en la película

" Mo g a m b o ", en la que la alteración

de los diálogos originales sirvió

para borrar un adulterio pero puso

en las pantallas un incesto. El go-

bierno también intervenía en la

realización de películas, ve t a n d o

entre tanto proyectos cinematográ-

ficos que no encajaban en los mo-

delos del régimen. Al mismo tiem-

po aparecía una categoría de pelí-

culas con un especial favor del régi-

men, con ventajas tales como una

distribución asegurada o la prefe-

rencia de contratación en las salas

de exhibición en la época más con-

veniente de la temporada, por lo

que en los cines no había más re-

medio que ver películas de "Interés

Nacional", como "Los últimos de Fi-

lipinas", "Botón de ancla", "La mies

es mucha", etcétera. En suma, tanto

era el celo de los censores que

incluso se dedicaron a vigilar los

estudios de cine ex t r a n j e r o s. Po r

ello las mayores productoras, las de

H o l l y wo o d, se las tuvieron que ve r

con la permanente visita de agen-

tes del régimen que escrutaban ca-

da guión y cada fotograma. El caso

siguiente da idea del alcance de la

censura diplomática. En 1942 la di-

plomacia franquista en Estados

Unidos obligó a modificar el origi-

Henreid, Bogart y Bergman en“Casablanca”

Page 37: Portfolio 2012

nal de la película " Por quién doblan

las campanas", de la Paramount, pe-

ro como no quedó conforme con el

resultado final intentó suspender

su estreno, sin conseguirlo, por da-

ñar la imagen del régimen. En Es-

paña la película estuvo 35 años pro-

hibida, presentándose en un día tan

señalado como el 18 de julio de

1 9 7 8 .

En 1940 Candás tenía 3.947

h a b i t a n t e s, 1.028 menos que los es-

timados para ese año si no hubiera

habido guerra. Hasta los primeros

años cincuenta (en 1952 acabó la

cartilla de racionamiento) la simple

subsistencia fue un problema esen-

cial ante la agobiante carencia y ca-

restía de alimentos y de recursos

b á s i c o s. Pero la vida seguía, aunque

fuera en blanco y negro, y el cine,

una de las escasas posibilidades de

evasión del entorno cotidiano, fue

la principal fuente de ilusión, fan-

tasía y fascinación de los candasi-

n o s.

En cuanto a las películas pro-

yectadas en el Apolo en los años 40

h ay que distinguir entre las nacio-

nales y las ex t r a n j e r a s. Con pelícu-

las americanas (corría la época

dorada de Hollywood) como " C u m-

bres borrascosas", "La dilig e n c i a " ,

" Rebeca", "El bazar de las sorpresas",

"Qué verde era mi valle", "Casa-

blanca", "Escuela de sirenas", "Tierra

de audaces", etcétera; o películas

inglesas como " Pe r f i d i a " y " S a ng r e,

sudor y lágrimas"; o alemanas como

"La ciudad soñada" y "El lago de mis

e n s u e ñ o s ", se llenaba la sala. Por lo

que se refiere a las películas espa-

ñ o l a s, podemos diferenciar las pa-

trióticas-imperiales: "Harka", "Fr e n-

te de Madrid", "¡A mí la Legión!",

"Escuadrilla", "Ra z a ", esta última

con guión de Franco, etcétera; las

de temas decimonónicos: "El Cla-

vo", "Eugenia de Montijo", "Espron-

c e d a ", etc.; las folklóricas o españo-

ladas: "La Lola se va a los puertos",

"Embrujo", "Luis Candelas" y un

largo etcétera; y otras de distintos

g é n e r o s.

Mención especial requiere el

estreno en el Teatro Apolo, el 9 de

abril de 1944, de la película " A l t a r

Ma y o r ", de Gonzalo Delgrás, basada

en la novela homónima de Concha

Espina, con música de Pedro Braña,

y la actuación del también candasín

Pepín Vila (José Luis Vila Fe r n á n-

dez, que entonces tenía 15 años) que

interpretó varias canciones e intervi-

no en otros pasajes. Rodada en Co-

vadonga, el propio Delgrás comentó

que "la música de "Altar Ma y o r " e s

un verdadero triunfo del maestro

Pedro Braña, en la que tanto como

en el paisaje va esa cosa sutil tan

difícil de captar que es el espíritu

asturiano". Braña, que estaba en

Candás para dirigir la tradicional

S a l ve marinera, asistió al estreno y

al aparecer su nombre en la pantalla

el público que llenaba el teatro pro-

rrumpió en fuertes aplausos, que se

repitieron cuando salió el de Pe p í n

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 35

Page 38: Portfolio 2012

36 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Vila. Interpretada en sus principales

papeles por Maruchi Fresno, Luis

Peña, José Suárez (en su debut) y

María Dolores Pradera, el negativo

de "Altar Ma y o r " desapareció en un

incendio ocurrido en los laborato-

rios donde se encontraba deposita-

d o .

A mediados de los años cin-

cuenta se produjo una ligera mejo-

ría económica y hubo una tímida

apertura al exterior. Esto trajo una

influencia tardía del Neorrealismo

italiano que provocó una evolución

en nuestro cine. El realismo se iba

a colar en la pantalla de la mano de

Luis García Berlanga y Juan Anto-

nio Bardem. En 1955 Bardem emi-

tía un diagnóstico que resumía las

conclusiones de las Conversacio-

nes de Salamanca: "El cine español

actual es políticamente ineficaz,

socialmente falso, intelectualmen-

te ínfimo, estéticamente nulo e in-

dustrialmente raquítico". Entre

1962 y 1967 se rebajó la presión de

la censura y se facilitó el acceso de

jóvenes directores, lo que propició

el llamado Nuevo Cine Español.

Desde 1950 hasta su cierre,

veinte años más tarde, el Apolo

p r oyectó películas de todos los gé-

n e r o s, con cintas como " ¡ B i e n v e n i d o

Mister Marshall!", "Muerte de un ci-

clista", "Calle Mayor", "Calabuch",

"Gilda", "La reina de África". "Can-

tando bajo la lluvia", "Candilejas",

"De aquí a la eternidad", "La túnica

s agrada", "Vacaciones en Ro m a " ,

"Ladrón de bicicletas", "La strada"...

El 1 de enero de 1958 la ex p l o-

tación del Apolo pasó a sus propie-

t a r i o s, la familia García Orejas,

quienes lo tuvieron funcionando

hasta el 19 de marzo de 1970, fecha

en que cerró definitivamente sus

puertas con la proyección de la pe-

lícula "Abrázame y sáciame de

b e s o s ", de Dino Risi.

Los candasinos que nacimos en

la posguerra conservamos recuer-

dos indelebles del Teatro Apolo:

cabezas del público proyectadas en

la pantalla, cortes en las películas

con el correspondiente abucheo,

apagones que alborotaban el galli-

nero, la parlanchina mula Francis,

la huérfana "Cenicienta", la prince-

sa (Audrey Hepburn) que quiere

huir de su destino al vivir un sin-

gular idilio con un periodista

(Gregory Peck) durante unas

"Vacaciones en Roma", la bondad

primigenia de Gelsomina (Giu-

lietta Masina) en "La strada", de-

batiéndose entre la salvaje bruta-

lidad del forzudo Zampanó (Antho-

ny Quinn) y el Loco (Richard Base-

hart) en el eterno combate entre el

bien y el mal, acompañados por

una melodía sublime de Nino Ro-

ta... Para el niño que fui el cine era

un faro que iluminaba su vida co-

mo el proyector del Apolo alum-

braba las imágenes en las proce-

siones de Semana Santa. Ahora el

niño que no he dejado de ser sigue

soñando con Bogart sentado a la

barra del Rick's Café, bebiendo un

martini doble y escuchando tocar

el piano a Sam.

D E S CA N S O

Sala de fumar en el ve s t í b u l o - b a r

“Vacaciones en Roma”. Audrey Hepburn yGregory Peck en la Plaza de España.

Page 39: Portfolio 2012
Page 40: Portfolio 2012

38 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

pesar de los progresos

realizados estamos en

un nuevo siglo en el

que perduran anti-

guas disparidades: las

mujeres representamos el 60% de

las personas más pobres a nive l

mundial, somos menos del 16% de

la clase parlamentaria, las dos terce-

ras partes de las personas analfabe-

tas y somos objeto de violencia siste-

mática, tanto en los conflictos arma-

dos como en la intimidad del hogar.

En Irán, hoy en día, a las mujeres se

las persigue incluso por cantar en

público. En España, según datos del

último informe del Instituto de la

M u j e r, el 43,2% de las mujeres de

25 a 49 años trabajan a tiempo par-

cial. Los motivos que dan mayo r i t a-

riamente estas mujeres para trabajar

a tiempo parcial son tres: no poder

encontrar trabajo a tiempo completo

(42,7%), el cuidado de niños/as o

de personas adultas enfermas, inca-

pacitadas y/o mayores (17,8%) y

otras obligaciones familiares o per-

sonales (11,2%).

Las desigualdades de género se

siguen manifestando en nuestros

días de múltiples formas, siendo las

más notorias las presentes en el

mercado de trabajo (el salario de la

mujer española representa el 86,3%

del salario del varón) y en el acceso

a puestos de decisión en los ámbitos

económicos y políticos.

No obstante, también ex i s t e n

ejemplos de claros avances de em-

poderamiento de la mujer. Hay his-

torias de mujeres, como las candasi-

n a s, que nos demuestran su resis-

tencia, fortaleza y va l o r. En Can-

Las Mujeres de la Mar:La Llave del cambio

Amelia Fe rnández López

A“La mar más que un gran espejo de agua que separa espacios continentales

es una gran avenida líquida que une a muchos países”

Dachary y Aznaiz ( 1985)

Page 41: Portfolio 2012

d á s, las mujeres de la mar no

p ro t a gonizan series de telev i s i ó n ,

ni aparecen en las portadas de

las revistas o periódicos, pero son

y están, tienen cultura y vo c e s

p ropias que conviene re c u p e ra r

si se persigue avanzar en igual-

d a d. Tienen una compleja historia

de lucha cotidiana por la subsisten-

cia material y cultural que debemos

valorar debidamente. Son ellas las

que se ocupan de dar continuidad y

sentido a la vida y la cultura en lo-

calidades costeras como la nuestra.

Orgullosas de su herencia ancestral

y que transmiten a sus hijos e hijas

lengua y cultura como parte de su

identidad familiar. Sin su pre s e n-

cia y su cora j e, ni el desarro l l o

económico y social, ni la ar-

monía comunitaria habrían sido

p o s i b l e s. Quien les escribe, aldeana

de nacimiento y de corazón, les pro-

p o n e, desde la más profunda ad-

miración, recordar a estas m u j e re s

que apre n d i e ron a sentir y ser li-

b res junto al agua. A p r ove c h o

p u e s, la oportunidad que me brinda

este espacio, para visibilizar a las

verdaderas agentes de la transfor-

mación social en esta villa marinera:

motor y combustible de nuestro de-

s a r r o l l o .

A tal fin, glosaré brevemente la

figura de una de ellas: Josefa Suá-

rez García “ J o s e fa la Cer v era ”.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 39

Peña del Nodo.

Page 42: Portfolio 2012

40 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Mujer incombustible que a sus 88

años es h i s toria viva de nuestra

v i l l a . El año pasado, el Ay u n t a-

miento de Carreño la distinguió c o-

mo “ Mujer del año en Carreño” a

propuesta unánime de las peñas

marineras más veteranas y del mo-

vimiento asociativo femenino del

municipio. Mujer ligada a la mar

desde siempre: Ella, la mayor de

seis hermanos, estudió con la maes-

tra Pina, fue rapaz de barco, trabajó

incasablemente en las fábricas de

c o n s e r va, se quedó viuda relativa-

mente joven y sacó adelante a sus

dos vástagos, con ayuda de su ma-

dre y sus hermanas. Su abuelo fue

uno de los supervivientes del Cer-

vera en la guerra de Cuba, de ahí el

sobrenombre de la familia. Desde

niña adoraba el Carnaval y el dan-

z a r, por eso, se unió rápidamente a

las peñas marineras: primero a “Les

de siempre”, después a “La Fu r a d a ” ,

y ahora milita en las filas de la Pe ñ a

del Nodo “Les de ahora”, junto a sus

a m i g a s. Eso sí, en la sección de asa-

do de sardinas, fundada en 1987,

aquí, como ella dice, reparte sardi-

n a s, despacha y hace la comedia

con la gente. En la otra sección, la

de danzado, que surgió en 1965

cuando las jovencinas de la fábrica

Portanet se atrevieron a enfrentarse

a la danza de la fábrica de Albo, no

participa tan asiduamente. Ganas

no le faltan, pero sus achaques y el

temor de perder el paso y fastidiar-

la, la retraen un poco. Por eso, en

toda celebración que se precie, en

cuanto Mª Esther da la entrada a la

danza, “la Cervera” tantea primero

sus fuerzas y si se encuentra míni-

mamente bien, tira el bastón y se

suma, sin miramientos, a danzar.

Recientemente la hemos visto des-

gañitarse cantando por los bares du-

rante el I Certamen de Ochotes y

eso que, según ella, canta mal y tie-

ne de todo menos la regla.

Es Josefa un claro ejemplo de

las mujeres de la mar y de la

fuerza del cambio. U n a c a n d a s i-

na intensa, va l i e n t e, tra b a j a d o ra ,

y fo l i xe ra , que participa activa m e n-

te para mantener vivas las tradicio-

n e s. Su protagonismo, no solo en las

festividades de la villa marinera,

que se precian de estar entre las

más sobresalientes de As t u r i a s, se

me antoja fundamental para conti-

nuar con el cambio iniciado. Como

dice la letra del Poeta en la popular

canción “No te aflijas, sardinera, aun -

que no puedas andar, de la mar ya na -

die trae sardinitas de cristal….” a pe-

sar de ello, por su valor y coraje co-

tidiano, Josefa la Cerve r a es u n a

de estas “madres de la mar” a las

que la juventud carreñense de-

bería escuchar. De su ex p e r i e n c i a ,

a buen seguro, que saldrán sinergias

que nos ayudarán a repensar pro-

yectos y pensar iniciativas para se-

guir trabajando, día a día, por la

construcción de un mundo justo e

igualitario para todas las personas.

Empoderando a mujeres como ella

a l i s a r e m o s, un poco más, este difícil

camino hacia la igualdad.

¡MUCHAS GRACIAS! Y M I S

MEJORES DESEOS PARA ESTA S

F I E S TAS DEL STMO CRISTO DE

CANDÁS 201 2 .

Page 43: Portfolio 2012
Page 44: Portfolio 2012

42 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Te fuiste pronto,

tú fuiste para mí

un gran amigo,

y muy leal,

trabajamos muy juntos

buscando un ideal,

por eso yo sé

que en tu Coral

con mucha tristeza y amargura

seguirán añorando

tu figura.

A ti Cristina

quiero decirte

que pase lo que pase

siempre podrás contar conmigo,

por eso quiero que veas

en este verso

la triste despedida

de un AMIGO.

En esta carta

que te escribo

quiero contarte

lo que ha sucedido.

Desde que te marchaste

las penas no se han ido,

pero nos dejaste la alegría

de saber

que nos estarás mirando

desde allí arriba,

a mí sólo me has dejado

este consuelo

de poner en el remite

Cheché aquí en el suelo

y en el destino

Pilar allí en el cielo.

Estoy sentado en el fondo

de la mesa;

estoy intentando

cumplir una promesa,

ahora que te has ido

quiero decirte en este verso

que tú fuiste

el más fuerte bastión

de mi universo.

Cuando te fuiste

me dejaste el alma muy vacía,

pero también tú me dejaste

la esperanza y la alegría

de saber que estaré siempre a tu lado

cualquier día.

Yo llevo muchos días

con el corazón roto y partido,

por eso quiero que sepas

que yo no entiendo

porque tú te marchaste,

y no consigo comprender

por qué te has ido.

Ya sabes Pilar

que estuve mucho tiempo disfrutando

de tu alegre compañía,

por eso hoy

en esta tarde

que estoy solo

quiero dedicarte

esta poesía.

No sé lo que está pasando

en mi cabeza,

porque ahora

que todo se ha acabado

seguiré sintiendo

mucha tristeza.

Y quiero decirte con firmeza

que yo estaré siempre a tu lado.

Que días tan tristes

nos esperan

porque no van a ser

como antes eran.

María sé que tú ya sabes

donde está,

por eso pido a Dios

que no preguntes

donde está el plato de Tatá.

Aquí sin tí

estaremos todos muy juntos,

Luis, Marta y Juanjo

y alegrándonos la noche

pido a Dios que esté siempre María

por eso quiero mantener mi calma

porque dentro de la tristeza

que me rompe el alma

quiero darle a mi nieta

en ese día

aunque sólo sea eso

un poco de alegría.

Juan José Fe rnández More n o

Armando

Carta a Pilar

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Page 46: Portfolio 2012

44 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Como invierno muy frío y sin amigos,

cerradas las ventanas;

como un día medido sólo en horas de nieve,

malogrado;

un largo amanecer sin mundo afuera,

de brumas vespertinas contra el día;

unas pocas semanas, o estaciones,

y veranos muy largos hace tiempo,

que a destiempo regresan y atestiguan

que el tiempo es un anciano de camino

soñando con nacer otra vez pronto.

No lo quiero creer, y en eso estamos todos,

incrédulos actores

hace mucho recién abandonados:

pasó una vida toda en ese amén.

Y aguas arriba ya los afluentes,

y los atajos ciegos, entrevistos,

sin tiempo casi para abrirnos paso,

el tiempo siempre guarda, sedimenta,

despiertos sus contables, que dan fe.

Son ellos, me lo dicen, nos esperan

con los números hechos, desabridos,

y barcos de papel fuera del agua,

inalcalzables.

Antes ya de partir hemos llegado.

Siempre el mismo camino, distintos los paisajes

y nuestra casa siempre en qué suburbios

siempre,

esperando, imposibles, otros sitios,

sombra a sombra,

y otras puertas que den a otro lugar.

Los pasos que nos traen no lo saben:

si te cruzas con uno, los dos vamos,

o voy, tanto peor, o vais, descaminados.

Al fin, después de todo,

ya sin apuntador y sin memoria

y el teatro vacío, la tragedia servida,

declaro puesto en pie mi desconsuelo.

Tan solo una certeza podría consolarme:

saber que iba a llegar alguien un día,

algún desconocido, aunque fuera ahí al lado,

a preguntar por mí,

preguntar por las letras de mi nombre.

Luis Fe rnández Ro c e s

A preguntar por mí

Page 47: Portfolio 2012
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46 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

entro de la serie de

Linajes de Carreño

que venimos publi-

cando desde hace

unos años, nos centra-

remos en esta ocasión en otros cinco

apellidos que tuvieron su asiento en

la feligresía de Candás y que

podemos añadir a los ya referidos de

García Alas, Prendes Pola y Fe r-

nández de Luanco. Apellidos que en

muchos casos continúan entre

n o s o t r o s, aunque en parte mutilados

por sus descendientes.

DE LA RIBA

Linaje originado en la villa de

Candás que tomaría este apellido

del antiguo barrio de la Riba, junto

al puerto, donde tuvieron su casa

principal. Su tronco en común, el ar-

mador Juan de la Riba, aparece ya

documentado en el año 1524, siendo

un nieto suyo, llamado Domingo de

la Riba, juez del concejo en 1601.

Continuarían el linaje, los tam-

bién regidores Pedro de la Riba y

Luis de la Riba, siendo un hijo de és-

te último llamado Pedro de la Riba

quien se casaría en 1678 con Leonor

de Valdés Coalla, mayorazga de la

Casa de Manzaneda en Gozón,

pasando a residir allí habitualmente.

Au n q u e, tanto su hijo Fr a n c i s c o ,

como su nieto Benito (1707-1787),

seguirían manteniendo una cierta

vinculación con Carreño, donde

ejercerían el oficio de regidores del

c o n c e j o .

MOÑIZ DE CA R R E Ñ O

Rama familiar del apellido Ca-

rreño que tendría casa en Candás

desde mediados del Siglo XVI, sien-

do por entonces el regidor Alonso

Moñiz Carreño el mayorazgo de la

familia. Acumularon un importante

patrimonio agrario en todo el conce-

jo, principalmente en las feligresías

de Perlora, Guimarán y El Va l l e ;

ostentando también el cargo de regi-

dores por juro de heredad y jueces

ordinarios en diversas ocasiones.

A finales del Siglo XVII, dos ta-

taranietos del citado Alonso Moñiz,

los hermanos Gonzalo Moñiz Carre-

ño, canónigo de la Catedral, y An-

tonio Moñiz Carreño, capitán del

concejo, edificarían en Candás el

célebre palacio familiar en la actual

calle Braulio Busto, el cual con al-

gunas modificaciones ha llegado

hasta nuestros días.

O b v i a m e n t e, este linaje conti-

nuaría en la descendencia del capi-

tán Antonio Moñiz, destacando su

hijo Manuel Moñiz Carreño, juez or-

dinario en 1704, y su nieto Alonso

Moñiz Carreño, también juez en

1736, y si bien la línea principal del

linaje recaería en hembra a princi-

pios del Siglo XIX, otras ramas fami-

liares mantendrían el apellido, trans-

cribiéndose ahora como M u ñ i z .

Luis Ángel Fe rnández Ro d r í g u e z

Linajes de Carreño:

Feligresía de Candás

D

Page 49: Portfolio 2012

MENÉNDEZ DE VALDÉS

Este antiguo linaje asturiano

llegaría al concejo de Carreño a fi-

nales del Siglo XV, de la mano de

Fernando de Valdés, quien insti-

tuiría el mayorazgo de la familia a

favor de su hijo Pedro Menéndez

de Valdés en el año 1515, vinculán-

dole sus propiedades en Candás y

Tabaza.

Su casa-palacio en Candás es-

taría situada entre el Paseín y la an-

tigua calle Río, convertida en el Si-

glo XX en la fábrica de Conservas

Ortiz, desde allí, los miembros de

esta familia desempeñarían cargos

de gran relevancia en Carreño,

destacando por su influencia los

capitanes Rodrigo Menéndez de

Valdés (1622-1636) y su hijo Pedro

Menéndez de Valdés (1636-1669).

GONZÁLEZ DEL VILLAR

Linaje originario del lugar de

Villar en Guimarán que sería intro-

ducido en la villa de Candás por un

maestro cantero llamado Antonio

González del Villar, el cual figura

ya censado en nuestra villa desde

el Padrón de Hidalguía de 1644.

Edificarían su casa en la Plaza de la

Baragaña, dedicándose a las activi-

dades comerciales, ya que sabemos

por el Catastro de Ensenada de

1752 que Francisco González del

Villar, biznieto del citado Antonio,

era “tratante de mar” en hierro y

telas de lana. De su primitiva casa

tan sólo se conserva el blasón, ya

que fue redificada en el año 1927,

albergando en la actualidad la céle-

bre Heladería Helio.

M I R A N DA CA R R E Ñ O

Rama familiar del apellido Mi-

randa, cuyo miembro Domingo de

Miranda se establecería en la villa de

Candás hacia el año 1570, para de-

dicarse a las tareas pesqueras como

a r m a d o r. Su descendencia residiría

en la calle Santolaya, donde todav í a

se conserva su antigua vivienda,

aunque blasonada ahora con el escu-

do de la familia Riva s. En el año

1725, el mayorazgo de esta familia

llamado Diego de Miranda, contrae-

ría matrimonio con Clara de Carre-

ño, hija de Francisco de Carreño, Al-

férez Mayor del concejo, cargo que

también ostentaría Benito de Miran-

da Carreño, hijo de los citados Diego

y Clara, el cual uniría los dos apelli-

dos de sus padres, naciendo así el

apellido Miranda Carreño.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 47

Page 50: Portfolio 2012

48 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

l poeta Gabriel Ce-

laya nos explicó en

un día lejano de hace

más de medio siglo

los motivos por los

que había dejado el bien remune-

rado trabajo de ingeniero por la

incierta labor de dedicarse al

verso. Había venido a dar una con-

ferencia a Gijón, en aquel Ateneo

con goteras que velaba por la cul-

tura de lo que hay detrás de la

Campa Torres, que según dicen

algunos es donde está oculto, entre

el Infanzón y el Musel, el barrio

más grande de Candás. Gabriel Ce-

laya vino a decirnos que se había

convertido en poeta por no haber

podido resistir la mirada de un

obrero. Aquel obrero era un esti-

bador que arrastraba su cuerpo

cansado por los muelles de Pasajes,

y el ingeniero Celaya le pidió lum-

bre para el cigarrillo, recibiendo a

cambio una mirada profunda de

odio que lo dejó petrificado cual

Saulo caído del caballo, para tomar

a partir de entonces un nuevo rum-

bo que lo llevó a nombrarse inge-

niero del verso, para ser contado y

cantado entre los ilustres de la

postguerra. Gabriel Celaya murió

pobre, que es la dignidad postrera

de quien un día eligió ser poeta y

no ingeniero.

Aquellas fotos contenidas en

las revistas del Club Náutico de

Carreño me hicieron entender los

pasos decisivos de un hombre ilu-

minado y valiente como Gabriel

Celaya. A mí sólo se me alcanza la

rebeldía, al ver los niños descalzos

que iban a la escuela de Candás a

principios del siglo pasado, para

convertirme en un indignado pasi-

vo que a ratos protesta y en otros

se desentiende y evade. Los niños

de Candás de hace casi un siglo

eran yunteros de la mar y la tierra,

que trotaban con los pies descalzos

por los empedrados y los barrizales

del puerto. De aquellos pies des-

calzos y piernas famélicas salieron

los que con un vuelo corto no pa-

saron los escollos de la tuberculo-

sis y el tifus; otros, se embarcaron

para quedarse ahí dentro, en ese

mar que se los llevó descalzos, co-

mo vinieron al mundo y como iban

a la escuela de aquel maestro que

aparece en la foto, también enjuto

y macilento para no desentonar, to-

cado a buen seguro por el hambre

para no ser menos. Más hambre

que un maestro de escuela, se de-

cía, y aún se dice, en este país, que

se colma de crueldad y de absurdo

al definir a sus hombres más no-

bles y necesarios. La última criba

de la foto resultó ser la guerra; y

hasta puede que se mataran entre

e l l o s, aquellos niños descalzos:

hermanos contra hermanos, ham-

brientos contra hambrientos…

Esta villa marinera llamada

C a n d á s, que es como el vértice del

ángulo entre Peñas y To r r e s, pasó

de aquellas penurias de las fotogra-

fías de hace noventa años, a la es-

peranza de ir forjando el futuro

abrazándose a la mar. En el puerto

entraba la mercancía de primera o

segunda mano; quiero decir, lo que

pescaban los barcos, o se reenviaba

de otros puertos para las industrias

c o n s e r ve r a s. Pero ese sueño de

prosperidad se fue apagando, mien-

tras en las fachadas y escaparates se

iba encendiendo un paraíso ficticio

de luces de neón. Esa esperanza se

torció, tal vez, definitiva m e n t e, el

día que hace dos años le he visto

derramar una lágrima al vecino de

mi segundo barrio, Carlos Pérez, al

que 60 años de trabajo le han

puesto su segundo nombre:

Joaquín Fuertes

Entre la tierra yerma y el mar cansado

E

Page 51: Portfolio 2012

Carlinos el de Albo. Yo hablaba con

Carlinos sobre Candás, cuando su

memoria y sus ganas lo permitían,

porque entre a otros muchos, en tan

larga vida, había conocido a Antón,

cuando este era un muchacho que

esculpía en un cuartucho que le

habían dejado a la entrada de la

c o n s e r vera. Carlos Pérez acaba de

cumplir cien años en los mismos

días en que escribo este panfleto, y

el habérsele apagado el ánimo lo

a t r i b u yo a aquella pena que me

contaba, cuando a sus 98 abriles

leía el periódico todos los días y

pintaba los portones y las cancelas

de su casa. Pero la última con-

s e r vera se fue, con la misma

indiferencia que al otro lado de

Torres se cerró el último astillero.

Es posible que nadie haya derrama-

do una lágrima, a excepción de

Carlos Pérez, mi vecino de Castiello

de Bernueces.

Encontrándome hace años en

Galicia coincidí con una reunión de

representantes de industrias con-

s e r veras en Vigo, y pido perdón al

santo Cristo de Candás por las

ganas de blasfemar cuando leí en el

periódico El Faro de Vig o la relación

de personas que trabajaban en este

sector: unas once mil en Galicia, y

en Asturias no llegaban a quinien-

t a s. Y ahí figuraba Cantabria, con

cerca de dos mil empleos y la mitad

de costa; y los va s c o s, también con

menos costa que Asturias y más de

mil puestos de trabajo en el sector.

Desde entonces, para esta región las

cosas no han hecho más que empe-

o r a r. Pero ahí están los de siempre:

técnicos incompetentes, políticos

camastrones y los que manejan el

dinero, acostumbrados a vivir en

aguas fangosas como las anguilas, y

que se escabullen al menor peligro.

Y el eterno retorno nos dev u e l ve a

las plagas de antaño: los niños,

antes esqueléticos, ahora también

mal nutridos acuden a la escuela

obesos; la tuberculosis va en

aumento, según me asegura una

persona allegada, que trabaja en la

sanidad; y la guerra se la invoca de

un lado y de otro, como en el 36,

que ojalá nunca llegue: a tijeretazos

de una parte sobre los que menos

tienen, y de la otra individuos como

J avier Krahe cocinando cristos, a

semejanza de el del altar barroco

que “cocinaron” en esta villa hace

tres cuartos de siglo. Ojalá nunca

v u e l van aquellos tiempos, como

dice Carlos, mi vecino de Ber-

n u e c e s.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 49

Page 52: Portfolio 2012

50 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

oco tiempo hacía que

la guerra civil había

terminado y Heliodo-

ro Fernández, después

de un periodo de dura

y penosa reclusión, retornaba a su

tierra asturiana para comenzar una

andadura de postguerra no exe n t a

dificultades y peligros, dada su

destacada militancia republicana.

Militancia que lo llevó, como a tan-

tos jóvenes de su época, a luchar por

sus ideales de justicia, progreso y

l i b e r t a d, y sufrir, con la derrota,

pena de cárcel.

Nacido en el pequeño pueblo de

B a ñ u g e s, Heliodoro, miembro de

una familia numerosa de traba-

jadores de la mina y de la mar, em-

pezó de chavalín en Llumeres sacan-

do mineral de hierro; un trabajo

duro, peligroso y mal pagado que le

hizo tomar conciencia de la ex-

plotación en que vivía la clase tra-

bajadora en aquellos tiempos de mi-

seria. Luego, se embarcó con su pa-

dre de marinero y marmitón, en un

buque de carga, y al estallar la gue-

rra, fue soldado de la República y

comisario político por su formación

y experiencia en el mundo obrero y

s i n d i c a l .

Pues el caso es que, a comienzos

de los años cuarenta, tenemos a

Helio y a sus hermanos en Candás

emprendiendo una nueva vida,

abriéndose paso en medio del estra-

perlo, del hambre y la pobreza en

que la guerra había dejado a Espa-

ña. Todo había que reconstruirlo,

todo empezarlo de nuevo. Y así, de

esta manera, Helio comenzó a ve n-

d e r, en el invierno, castañas maus-

t a d a s, y a comprar chatarra y ocle.

Y fue chigrero en la Baragaña, en el

bar que Kiko le traspasó, donde

paraban un buen grupo de notables

y viejas glorias candasinas. Y, de

Pascua Florida a la Pilarica, a ve n d e r

los helados artesanos más ricos del

mundo, que elaboraba en un bajo

cercano a la Rula, casi pegado a la

tienda de Manolo el Menor y al chi-

gre de Antón de Pano.

Y de allí venía nuestro persona-

José Marcelino Garc í a

De cómo Helio, el heladero,no tuvo más remedio que confesara una mujer de Candás

P

Page 53: Portfolio 2012

je un atardecer del mes de Julio, con

paso lento y gesto reposado, que era

su forma de ser, cuando a la altura

de la botica se le acercó una mujer

con expresión angustiada.

–Doro, tengo que hablar contigo

sin falta.

Era una mujer de mediana

e d a d, viuda con tres hijos, que él co-

nocía bien por ser ambos algo pa-

rientes; así que Doro se paró y le

pregunto qué le pasaba para estar de

aquella forma.

–Doro, ya sabes que soy viuda y

tengo tres fios pequeños y que la

vida está muy mal. Munches ve c e s

no tengo nada que dayos de comer,

por eso se me ocurrió una cosa que

empecé a facer por les aldees, pero

que ahora me está quitando el sue-

ño y la tranquilidad. Quiero decite

que no me deja vivir esta preocu-

pación que llevo como una carga

muy grande. Ye algo que estoy fa-

ciendo por necesidad, pero que non

voy tener más remedio que confesa-

lo, porque me remuerde muncho la

conciencia, y así non puedo seguir.

Doro, le respondió de inmediato

que eso tenía arreglo. Y apuntando

hacia la Iglesia, le dijo que fuera allí

a confesar, como hacía todo el mun-

d o .

–Non puedo dir a confesar esto a

la Iglesia, Doro. Esto que faigo non

ye pa decilo a un cura. Quiero con-

fesar contigo...

–¿Conmigo...? –dijo Doro sor-

prendido y un tanto asustado,

abriendo los ojos desmesurada-

mente–. Ya sabes que yo no puedo

confesar a nadie, no estoy autoriza-

do. Si quieres confesar, no tienes más

remedio que subir la escalinata, en-

trar en la Iglesia y decir los pecados

al cura.

–Doro –dijo la mujer– ya te dije

que esto non ye de contailo a dingún

cura ni a dingún fraile. Eso que me

está matando sólo puedo decítelo a

ti. ¡¡Por Dios te lo pido, Doro, déja-

me confesame contigo!!

Era tanta la angustia y el dolor

de aquella pobre mujer, era tanta su

a n s i e d a d, que Heliodoro el cenetis-

ta, el uhpeista, el Comisario Po l í t i c o ,

pero sobre todo buenísima persona,

cogiendo delicadamente del brazo a

la desconsolada viuda, la llevó hasta

el portal de la botica, y allá en el

fondo, donde la luz era tenue, como

de confesionario, Doro, serio, grave,

impuesto y solemne ya en su sagra-

do papel de confesor, le dijo con su

más tierna y cálida vo z .

–Bueno, mujer..., bueno... Di-

m e... ¿qué pecados tienes. . . ?

–Doro –respondió la mujer– ya

ves la fame que estamos pasando.

Tú non sabes lo que ye ver a los mis

rapacinos naguando todo el día, sin

poder fartucase nunca. Así que un

día vínome un pensamiento a la ca-

beza. Una idea que si me atrevía c o n

ella podía sacar alguna perrina pa

d ayos de comer a los mis chiquillos.

Doro, puesto en lo peor, escucha-

ba con atención y en silencio la sin-

cera confesión que aquella infeliz

mujer le estaba recitando entre sus-

piros y alguna lágrima.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 51

Page 54: Portfolio 2012

52 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

–¿Qué idea fue esa –dijo Doro–

...qué ficiste. . . ?

–Pues ve r á s, ocurrióseme dir por

les aldees a pedir pa la Virgen de

C ovadonga. Pensé, ¿quién no va dar

algo, aunque sea un perrón o una

perrina, pa compray un manto a la

Santina...?

Así, que empecé a pedir y a

quedame con les perres que me da-

ben. Diba por Coyanca, por Ta m ó n ,

diba a Prendes y Aboño, y fui a dar

hasta Gozón. Con lo que sacaba

compraba lo que necesitaba para

dar de comer a los mis fios, que es-

taben muertinos de fame.

Doro, sin decir palabra, escucha

muy atento la confesión de aquella

pobre mujer, atormentada por los

r e m o r d i m i e n t o s.

– Yo sé que esto que faigo –siguió

la mujer– ye una cosa muy mala, un

pecau muy grade. Quitay les perres

a la Virgen ye lo último que a mí

podía ocurríseme facer. Pero fue la

n e c e s i d a d, Doro, júrotelo, y ahora

siéntome muy mal, non puedo

dormir ni descansar, tengo muncho

remordimiento, y como compren-

d e r á s, esto que faigo non puedo dir

decilo a ningún cura, porque igual

me descomulgan o métenme presa.

Por eso me confieso contigo, a ver si

me das un poco de tranquilidad.

–¿Non me dices nada, Doro...?

Y Doro, que había estado aten-

to, conmovido y un tanto triste

mientras escuchaba aquella confe-

sión, después de hacer una pausa y

una pequeña reflexión, con voz tem-

plada y paternal dijo a aquella mu-

j e r :

– Pero mujer... ¿tu pienses que

una idea como esa iba venite a la

cabeza sino te la hubiera puesto la

Virgen de Covadonga para que pu-

dieras dar de comer a los tus fios?

Esa ocurrencia ye cosa de ella, de la

Santina. Non sabes que a ve c e s, la

virgen fay eses coses con alguna

gente buena y necesitada como tú.

Así que estate tranquila. Sigue pi-

diendo mientras lo necesites. Lo pri-

mero de todo son los rapacinos. La

Santina no está enfadada, al con-

trario, está muy contenta de poder

ayúdate en estos tiempos tan malos.

Anda, y no te preocupes más.

La cara de felicidad que puso

aquella mujer no es para describirla.

Doro la vio marchar tranquila, so-

segada y en paz por la Pedrera del

Cura hacia el barrio del Pa r a g ü ay,

donde vivía en una pequeña casina

marinera. A los pocos días, un ra-

pacín, hijo de esta mujer, entregaba

a Isabel, la hermana de Doro, una

rueda de bonito gorda, fresca, jugo-

sa, de cerca de la ve n t r i s c a .

–¿Y esto? –preguntó Isabel ex t r a-

ñada–, diómelo mi madre pa Doro,

de parte de la Virgen de Covadonga.

Page 55: Portfolio 2012
Page 56: Portfolio 2012

l año 2010 celebramos

con euforia el aconte-

cimiento más impor-

tante para el Club de

Piragüas Los Gorilas

de Candás, sus 50 años de ex i s t e n c i a ,

y claro que sí, en particular era muy

importante para la familia Prendes,

pues varios miembros fueron palis-

tas y siguen incorporándose nueva s

g e n e r a c i o n e s.

Este año, la euforia se ha conve r-

tido en densa tristeza porque su prin-

cipal dirigente, su eje central, Aman-

do Prendes Viña ha fallecido de for-

ma inesperada. Cogió a la familia, mi

familia, desprevenida, ya que se

creía que iba a superar el accidente

vascular que sufrió viendo el gran es-

fuerzo que hacía por mejorar un po-

co cada día, pues su meta, lo que le

ayudaba a superar el sufrimiento físi-

co y psíquico era muy importante:

l l evar a su hija al altar. La familia

también tenía gran ilusión y lo ay u-

damos moralmente todo el tiempo

para que pudiese cumplir su gran

ilusión, pero su estado se agravó y en

pocas horas falleció.

¡Desolación! Así podemos titular

el estado en que quedamos todos.

¡Contrariedad!, ¡angustia!, ¡dolor!,

pero también ¡serena conformidad!,

gracias a los principios cristianos que

l l evamos con orgullo y que él tan sa-

biamente inculcó a sus hijos y nietos.

Ahora también nos toca hablar

de los componente del Club, sus que-

ridos Gorilas. ¡Inigualable! A los po-

cos minutos de conocer su falleci-

miento se presentaron uno tras otro

para acompañar sus restos, primero

en la capilla ardiente con caras deso-

ladas sin poder contener las lágri-

m a s, más tarde en el responso, luego

en el funeral que fue multitudinario

y por último en el pantano de Tr a s o-

na, donde sus hijos y su hermano Pi-

po, vertieron las cenizas (deseo que

siempre había comentado). Lamen-

tablemente su hermano Carlos no

pudo en esos momentos estar pre-

sente por hallarse hospitalizado recu-

perándose de una grave dolencia,

pero sí estuvo su familia.

Pero no solo quedó ahí el com-

portamiento ejemplar de los compo-

nentes de Club. Todos se unieron en

una piña para que el Club siguiera

adelante incorporándose varios ex -

palistas que por diversas razones ha-

bían dejado la competición, y en me-

nos de seis meses siguen adelante

con mucha fuerza. La rápida reac-

ción de sus hijos dentro de su gran

dolor ha sido fundamental. Tanto es

así que en el Campeonato de Invier-

no ha quedado el Club en primer lu-

gar y varios palistas entraron en los

primeros puestos.

A p r ovecho la oportunidad para

agradecer en nombre de toda la fa-

milia la compañía, el consuelo y el

cariño que recibimos. Todas las per-

sonas que acudieron a todos los actos

religiosos y seglares que se efectua-

ron en su memoria nos han demos-

trado con su presencia el cariño y

respeto que le tenían. También quie-

ro agradecer los diferentes homena-

jes que le hicieron a nivel personal y

comunitario, todos ellos cargados de

emoción y buen gusto.

Yo creo que Amando desde el

Cielo está velando tanto por su fami-

lia como por sus palistas y canoístas

y debe sentirse muy orgulloso al ve r

que su semilla sigue dando frutos.

54 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Berta Garc í a - B a rrosa Candia

Una pérdidadolorosa

E

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Page 58: Portfolio 2012

56 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

l año pasado escribía

en este foro sobre la

enseñanza como un

aspecto fundamental

en la vida de un país, y

este año me voy a refe-

rir a la sanidad, que junto al ante-

rior, son temas esenciales y muy

presentes en las discusiones que

hoy día tenemos en España.

Todos a lo largo de nuestras vi-

das tenemos contacto con el sis-

tema sanitario, ya desde el

momento de nuestro nacimiento y

posteriormente de forma perma-

nente necesitamos y utilizamos sus

recursos. De su calidad puede, por

lo tanto, depender cómo se va a de-

sarrollar nuestra vida. Hablaba el

año pasado del respeto que me

merecen los profesionales de la

enseñanza y no puedo menos que

afirmar lo mismo por el personal

sanitario, aunque en este caso

tenga que ser más reservado al for-

mar yo mismo parte de este colec-

tivo. Pero también he de decir que

aparte de ser personal sanitario he

utilizado los servicios sanitarios

tanto personalmente como con

familiares y amigos y creo lícito el

poder manifestar ese respeto.

Tengo recuerdos de la sanidad

en mi infancia de los años 50-60

con un esquema de funcionamien-

to muy sencillo (médicos, enfer-

meros y comadronas con actividad

privada y pública que no alcanzo a

delimitar muy bien). No existían

hospitales públicos importantes y

la sanidad no tenía tampoco unos

recursos relevantes en los pueblos

para poder ejercerla (en algunos

casos la casa privada del médico

del pueblo o pequeños edificios

con pocos medios). Por ello acudías

o llamabas al médico de cabecera

que te visitaba bien en tu domicilio

o en su consulta, que solía ser su

propia casa privada. Recuerdo en

aquellos tiempos a don Salvador

que era mi médico, a don Manuel

y a don Godofredo, aunque tam-

bién me llegó la referencia a través

de mis padres de don Tomás, médi-

co Pediatra. También ejerció la pro-

fesión médica en aquel tiempo don

José Manuel que tuvo su puesto de

trabajo principal en la Ciudad

Residencial de Perlora, si bien me

consta que previamente ejerció

unos años en Candás a principios

de los 50.

Recuerdo las visitas de don

Salvador a mi casa de Reina María

Cristina, su atención y prescrip-

ción de medicamentos; yo tenía (y

tengo) bastante miedo a las “inyec-

ciones” y la pregunta obligada a mi

madre Carmina tras la visita del

José María García Garc í a

Recuerdos de la sanidad

en Candás en los años 50-60

E

Page 59: Portfolio 2012

médico era ¿”recetóme inye c i o-

nes”?; la metía siempre en un

brete, si me contestaba “sí”, ya

empezaba a llorar antes de que me

pinchasen, si me decía que “no”

(mentira piadosa) y luego llegaba la

enfermera que llamábamos “prac-

ticanta” aunque a mí me sonaba

más sin la letra c (“praticanta”),

generalmente Juanita la hija de

Angelina la comadrona, el enfado

era aún mayor. Tengo la imagen de

un montón de “perrines y perro-

nes” del monedero de mi madre

rodando por todo el pasillo de mi

casa, fruto de una de mis rabietas

o el tener que ser sujetado por

varias personas para la corres-

pondiente “inyeción”. El método

de desinfección de agujas era

casero (no existía material desecha-

ble) y la espera a la administración

de la inyección era aún peor, pues

además de oír el ruido metálico de

las agujas sobre el recipiente en el

que habían de hervir, tenías que

esperar un tiempo interminable

hasta escuchar el burbujeo del

agua hirviendo. Además de

Juanita, también trabajaba como

enfermero José Antonio Blanco,

por desgracia fallecido prematura-

mente por aquellas épocas. En los

años posteriores tuvo una acción

muy destacada Juan José Fernán-

dez Moreno, conocido amistosa-

mente como Cheché, persona

siempre al servicio de todos

durante todo el día. Él me ayudó al

inicio del ejercicio de mi profesión

con su compañía, cuando tuve la

valentía (osadía de la juventud e

inexperiencia) de estar de médico

en el boxeo de la fábrica de

Portanet organizada por el Club

Náutico de Carreño con José como

responsable, y en alguna corrida

de toros que muchos años organizó

mi padre Rafael y después SOFE-

CA. También recuerdo como enfer-

mero a Tino, de Piedeloro, que me

atendió muchas veces posterior-

mente de forma siempre amable.

Puede llamar la atención que no

utilice el Don o Doña en las per-

sonas que ejercían la profesión de

enfermería, pero con ello quiero

reflejar cómo se les conocía o lla-

maba en Candás en aquel mo-

mento, más allá de la consid-

eración de que todas las profe-

siones requerirían el mismo

tratamiento.

El ejercicio de la profesión sani-

taria en aquella época, pienso que

tenía gran mérito. Junto una total

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 57

Page 60: Portfolio 2012

dedicación, con una disponibilidad

de 24 horas ya que no existían guar-

dias (recuerdo oír que Don Manuel

nunca pudo acabar una función de

cine o teatro sin ser llamado), con

muy pocos medios (la historia del

p a c i e n t e, la exploración física) para

poder llegar a un diagnóstico y

tratamiento adecuado. Por otro lado

tampoco había hospitales públicos

i m p o r t a n t e s, únicamente pequeños

sanatorios priva d o s, ni centros

públicos de especialistas, excepto las

consultas de éstos, por lo que me

imagino las grandes dificultades y

problemas que habrán tenido.

Comentario especial merece la

atención a los partos que ejercían

las comadronas (recuerdo a Cons-

tanza y Angelina) pues las per-

sonas nacíamos, al contrario de lo

que sucede en la actualidad, en

nuestro domicilio. De Angelina fue

de la que más conocimiento tuve,

me imagino la dificultad de los par-

tos domiciliarios con las complica-

ciones que habrán tenido que sol-

ventar. En mi caso tuvo que aten-

der un parto gemelar no esperado

(“Rafael viene otro”).

No quiero olvidarme de las per-

sonas a cargo de las Farmacias

(Juan Nieto que yo recuerdo ini-

cialmente y posteriormente José

Luis Prieto que regían las farma-

cias de “abajo y arriba” respectiva-

mente) y que también tenían una

dedicación permanente en la aten-

ción de administración de medica-

mentos.

En las décadas posteriores

hubo cambios muy importantes.

En los años 60 apareció el Hospital

General de Asturias y posterior-

mente las llamadas no adecuada-

mente en mi opinión “Residencias

de la Seguridad Social” en los años

70, con la extensión de la Segu-

ridad Social a la mayoría de traba-

jadores y sus familias, y con el

desarrollo espectacular que hemos

visto a partir de los 80 tras la pro-

mulgación de la Ley General de

Sanidad y la generalización de hos-

pitales (se dejaron de llamar resi-

dencias), centros de especialidades

y Centros de Salud.

Hoy día tenemos una Sanidad

reconocida en todo el mundo como

muy buena, con un desarrollo

grande de infraestructuras y

medios y de la que creo que la

mayoría de la población está satis-

fecha. Ha habido un hecho funda-

mental que ha sido la formación de

especialistas vía MIR (Médicos

Internos y Residentes) los cuales

durante 4-5 años se forman para

ejercer luego la especialidad tanto

en Centros de Salud (especialistas

en Medicina Familiar y Comunita-

ria) como en hospitales. Las presta-

ciones de que disponemos son

muy buenas y los medios al alcan-

ce del profesional son excelentes.

Estas reflexiones y datos son

fruto de mi memoria y dado que

evidentemente han pasado muchos

años me puede jugar alguna mala

pasada de olvidar personas o

hechos. Si es así pido mis disculpas

por adelantado. No pretendo

escribir historia de lo que ha pasa-

do, simplemente exponer lo que yo

recuerdo.

Sirva este escrito para manifes-

tar mi cariño y agradecimiento a

todo el personal sanitario que ha

ejercido en nuestro pueblo y mani-

festar mi deseo de que se haga un

esfuerzo para que la sanidad en

nuestro país sea un objetivo priori-

tario de nuestra sociedad. Visto

desde dentro como profesional del

ramo y desde fuera como usuario,

pienso que todos hemos de hacer

un esfuerzo para utilizarla ade-

cuadamente y cuidarla pues es uno

de los máximos logros de España.

Hemos de felicitarnos todos por

haber conseguido el alto nivel san-

itario que ahora tenemos. Mante-

nerlo es obligación de todos noso-

tros.

Felices Fiestas a todos.

58 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Page 61: Portfolio 2012
Page 62: Portfolio 2012

60 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

uería conseguir el

libro "Cuerda de pre-

sos" de grato recuerdo

j u venil y en Gijón no

lo tenía ninguna bi-

blioteca municipal ni librería al uso,

pero sí me dijeron que lo había en el

fondo de préstamo de la Biblioteca

Municipal de Candás. Así que un

hermoso día de primeros de sep-

tiembre a temprana hora de la

mañana monté en el mítico "tren

Carreño" con emoción, ya que hacía

bastantes décadas que no lo usaba, y

la ve r d a d, un poco decepcionado por

no ser tan amarillo como antes y

sobre todo por no pasar ya por los

vertiginosos desfiladeros sobre el

mar de "El Tranqueru". Llegada

bonita como siempre a la Villa

marinera entre hermosas mansiones

indianas, y de conserveras con

palmeras a gogó.

Bajada en el apeadero, y lo

primero el Teatro Prendes, muy acti-

vo con su programación actual y

muy nostálgico también con sus vie-

jas carteleras, cosa que me encantó.

D e s ayuno, como es preceptivo, en

"El Varadero", con cafetín y mara-

ñ u e l a s, saludo a dos clientes y ami-

g o s, y poco a poco, sin prisas, llego a

la plaza hermosa donde se erige

como un faro el edificio "muy

guapo" de la Biblioteca Municipal

candasina. Es un palacete del siglo

d i e c i n u eve o principios del ve i n t e,

estupendamente restaurado tanto en

su exterior como en su acogedor

i n t e r i o r, con todo materiales nobles,

hermosas maderas, muy buen gusto,

distribución racional y en algunas de

sus salas se disfruta de una dichosa

paz interior y belleza de espíritu. Me

prestaron el libro y estuve allí parte

de la mañana releyéndolo y

recordándolo con calma.

"Cuerda de presos" es una her-

mosa novela de Salvador To m á s, edi-

tada en 1953, y que cuenta el trans-

porte y la conducción de un preso

peligroso y homicida por dos

guardias civiles, uno veterano y otro

j oven, allá por 1881, prácticamente

andando desde Murias de Paredes a

Vitoria, atravesando las prov i n c i a s

de León, Palencia, Burgos y Álava .

Ruta que los llevaba siempre de

oeste a este, pegados a la montaña,

en el mes de octubre y lógicamente

en unas cuantas etapas. Narra todas

las peripecias, comidas, algo de dia-

logo, las pernoctaciones en alguna

casa cuartel, como en Boñar, o en

humildísimas casas de campesinos

en pueblos olvidados de la mano de

D i o s, o al raso y al mismo tiempo

Ro d o l fo González Constans

Una bibliotecacon encanto

Q

Page 63: Portfolio 2012

hace un relato realista de esa España

en esos tiempos con aquella dureza.

También trata magistralmente, no

solo a los guardias civiles y al delin-

c u e n t e, sino a todos los personajes

que se van cruzando con ellos,

haciendo un fresco maravilloso con

todo ello.

Con este relato hicieron una gran

película en 1955 dirigida por un

Pedro Lazaga en estado de gracia e

interpretada magníficamente en el

papel del "Sacamantecas" por

Fernando Sancho y en el rol de los

guardias civiles, Antonio Prieto y

Germán Cobos. Este film es de una

época en que en España se rodaron

auténticas obras maestras en blanco

y negro como una especie de contra-

punto al neorrealismo italiano, como

esta misma, o Bienvenido Mister

Marshall, Calle Mayo r, La tía Tu l a ,

S u r c o s, Mi tío Jacinto, etc, y por

e n d e, hechas con gran mérito en

momentos difíciles, y con una cen-

sura férrea, por los Nieves Conde,

Lazaga, Bardem, Berlanga, Rov i r a ,

Vadja, etc.

Salí de la biblioteca, el sol en lo

más alto iluminándolo todo con ese

replandor tamizado que nos encanta

en el norte, paseín hasta el faro y

vuelta por el muelle, aperitivo y

unos "culinos" en la Sidrería El

Puerto, caminando y disfrutando,

p l aya de Palmera, pedreru del Cone-

xal, Perán y por fin esa maravilla de

verdor que es Pe r l o r a .

Comida con los amigos en la te-

rraza de Casa Sandalio, acogida muy

amable y cariñosa como siempre de

Inés y Fermín. El ágape como de cos-

t u m b r e, contundente y riquísimo,

sus famosas patatas rellenas, su

pulpo, sus ensaladas, sus tartas de

f r u t a s, etc. Sabrosa sobremesa, leo

"mis cosines", chistes, chascarrillos,

risas y digestiones marchando como

un "Longines". Al caer la tarde,

vuelta a Gijón, lógicamente en

c o c h e, y otra vez a hablar de la

película “Cuerda de presos” y bus-

cando un resumen, casi un titular

sobre la misma, les describí el cartel

con que en su día la publicitaron, y

era el trío protagonista de espaldas,

los dos civiles con sus capas, tri-

cornios y fusiles con las bayo n e t a s

c a l a d a s, y el preso con la cabeza

gacha y esposado en un paisaje deso-

lado y áspero de Castilla, mientras

las nubes negras y amenazadoras lo

" n i m b a b a n " .

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 61

Page 64: Portfolio 2012

62 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

n As t u r i a s, donde

Clarín, Palacio Va l-

dés, Pérez de Ayala,

Dolores Medio, etc.,

escribieron literatura

realista, no existe apenas la ten-

dencia hacia la fantasía de otras

regiones de la cornisa cantábrica,

en las que se escribieron buenas

historias de aparecidos y fantásti-

cas (Valle-Inclán, Cunqueiro), mi-

tológicas (Manuel Llano) y de

aventuras (Pío Baroja). Los escrito-

res asturianos miraron poco hacia

la mar: más bien lo hicieron hacia

la mesa camilla. No obstante, el li-

toral asturiano es el más largo de

España. Las muestras de literatura

marinera de esta costa no corres-

ponde a su extensión.

Antonio Cea Gutiérrez recoge

un canto de balleneros (Voy a pes-

car ballenas / por anchos mares, /

¡ay!, si diviso apenas / sus costi-

llares), que encierra toda la vida

marinera de los siglos XIII y XIV

de la Comunidad del Norte, que

abarcaba desde la Bayona de Gali-

cia a la Bayona de Aquitania.

Entre las novelas de asunto ma-

rinero las más destacadas son "Jo-

sé", de Armando Palacio Valdés,

sin duda la más conocida, y "El

Capitán de Cadavedo", de finales

del siglo XIX, y cuyo protagonista,

marinero por todos los mares con

sus derivaciones inevitables en las

novelas de aventuras de negrero y

pirata, es asturiano de Cudillero,

aunque su autor, don José Arnao y

Bernal no lo fuera y la novela se

haya publicado en Cádiz en 1882.

La novela de Palacio Valdés es de

pescadores de costa, como "Sotile-

za" del santanderino José Mª Pere-

da, con la que se empareja, y la de

Arnao Bernal de pilotos de altura.

Su capitán Cadavedo pasa por to-

das las peripecias habituales en las

novelas de mar anglosajonas, des-

de los naufragios a los abordajes, y

su eco se percibe con cierta clari-

dad en "Las inquietudes de Shanti

Andía", aunque don Pío Baroja

jamás mencione al aventurero as-

turiano, y esto no deja de ser raro,

porque don Pío no solía ocultar sus

fuentes.

Otras novelas de mar, ya de

este siglo (para mí "este siglo" con-

tinúa siendo el XX), son "La fraga-

ta rebelde" de Arias Campoamor,

"Un drama a orillas del mar", de

Andrés González Blanco, y "El

mayorazgo navegante" y "Con la

vida hicieron fuego" de J.E.

Casariego, la primera ambientada

en la época de la "marina románti-

ca" y la segunda en época más

reciente. "El mayorazgo navegante"

es una mezcla de Bradomín y del

capitán Hornblower, es decir, el

personaje que Casariego hubiera

querido ser. Más recientes aún son

"La verdadera historia de la isla del

tesoro", homenaje de Oscar Muñiz

a R.L. Stevenson, y mi propia no-

vela "El muro de la eternidad". D i s-

cúlpenme si la cito, pero no lo hago

por vanidad sino porque la escribí, y

no hay tantas novelas de mar en

Asturias como para omitirla.

En cuanto a la poesía, merece el

recuerdo José Mª Uncal, poeta que

lo cantó prácticamente todo lo rela-

cionado con el mar, desde las singla-

duras a los naufragios, los puertos

lejanos y las galernas, la vieja pipa

del capitán y las tabernas de los

m u e l l e s. Es lamentable, pero así es:

en As t u r i a s, nada digamos fuera, se

desconoce a Uncal, poeta moder-

nista que aguarda el rescate.

Ignacio Gracia Noriega

La literatura delmar en Asturias

E

Page 65: Portfolio 2012

Imagen PostScript

Anuncio 2012.fh11

Page 66: Portfolio 2012

64 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Es mi pueblo de Candás

el más bonito de Asturias

de una belleza sin par.

¡Qué precioso es mi pueblo,

el que viene no se va!

Candás, te llevo en mi sangre,

cuánto te quiero yo,

con tus calles cuesta arriba,

tu Baragaña sin par,

la Virgen de Covadonga

y el Cristo de Candás.

Cierro los ojos y pienso

lo antiguo de Candás,

siento el nordeste

en mi cuerpo

y las sirenas tocar.

Veo los barcos entrar

y descargar el bocarte

y la nostalgia me invade.

Candás, siempre marinera

pues vivíamos del mar,

pero los tiempos cambiaron

y no volveremos atrás.

Es lo último que escribo,

ya no puedo escribir más,

mis años ya han llegado,

mi mente ya no da más.

Me dice mi nieto Enol:

¿"Gueli", vas a morir?

Y yo le digo: no, mi vida,

yo siempre voy a vivir.

Y se pone muy contento,

no sé que piensa el "probín".

Mira hacia mi cara

y se pone a reír.

Más tarde me pregunta:

"Gueli", ¿si te mueres quién me da los euros?

Y yo le suelo contestar:

vas a la Caja de Ahorros

y allí ya te los darán.

Y él se pone contento

y no me pregunta más.

Adiós mi querido pueblo,

adiós Baragaña querida,

adiós mis escaleras del muelle,

y mi Santolaya querida.

Elvira La Jo rj a

Es mi pueblo de Candás

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Page 68: Portfolio 2012

66 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

an pasado unas

cuantas décadas desde

la filosofía letrista del

tango en temas de

b r o n c a s, amores, mise-

r i a s, penas, esperanzas, angustias, en

d e f i n i t i va, todas las manifestaciones

que prueban que el ser humano está

v i vo. Expresiones que, aunque niño,

fueron influyendo sustancialmente

en mi identidad sensible y sentimen-

tal en forma de melodía de arrabal,

de un cielo plateado por la luna, de

esa ventanita florida, reconocién-

dome un poco Gardel todos los días,

al tiempo que se iba incubando mi

sueño de visitarle en su mausoleo de

la Chacarita.

Aquel 20 de septiembre de 2011,

tras trece horas de vuelo, mi sueño

se cumplía al aterrizar en la ciudad

porteña. Media hora después me ha-

llaba en el hotel. Intenté dormir un

poco. Imposible. Salí a la calle. El trá-

fico era infernal, si bien, lugar privi-

legiado. Todo lo indispensable, lo

tenía al lado: la farmacia, locutorio

telefónico, kiosco, entidad bancaria,

la popular calle Corrientes, metro,

l i b r e r í a s, restaurantes, teatros. . . ,

después de ver un poco todo y

tomarme un par de cerve z a s, regresé

al hotel para no vo l ver a salir. Me

puse en contacto con una señora, Mª

E s t e r, apreciable amistad que conocí

en Candás a través de su hija

Romina. Quedamos para visitar el

cementerio de la Chacarita a la ma-

ñana siguiente.

A la hora convenida me encon-

traba ante una de las ilusiones más

importantes de mi vida: El mausoleo

de Carlos Gardel, rodeada de flores y

de placas recordatorias. No articulé

palabra. Me sentía profundamente

emocionado. Miraba aquel pasado

con sonrisa de bronce. Un mito, que

para el imaginario colectivo de

Gardel, constituía en cualquier

actividad el superlativo, por exc e l e n-

cia de lo inigualable. La imagen del

"Zorzal", su obra, y la proye c c i ó n

internacional de la cultura popular

relacionada con el tango. Comencé a

adentrarme en la biografía real e

histórica del Abasto. El barrio del

niño que le va nombrando como el

francesito, El Zorzal, para graduarse

como el Morocho del Abasto. Niño

de barrio, que estaba entonces, entre

esos crios de gringos y criollos que se

mecían al compás infatigable del

tango y se dormían en su suburbio

con aspiraciones. Allí, en esa

geografía del alma estaba Gardel

para inventarse a sí mismo como

niño de barrio. Imaginándomelo me

encuentro frente al Mercado del

Abasto. El centro que proveía, que

nutría, que alimentaba a la ciudad y

que Gardel veía todos esos esfuerzos

de la vida cotidiana. Hoy, reciclado

en un paseo de compras.

A pocos metros del Abasto la

casa 735 que Gardel camprara para

su madre en 1927 , calle Joan Jaurés.

H oy convertida en Museo Carlos

Gardel, que en su época se conocía

vulgarmente como casa "chorizo"

por responder su distribución a los

hábitos cotidianos. A la izquierda la

luz natural se concentra en un

amplio patio museo. A la derecha

unas cuantas salas museísticas con-

t r i b u yen a acrecentar y a difundir un

patrimonio cultural auténtico, un

verdadero centro neurálgico que

recrea su obra, su vida y su legado;

echo una ojeada a la cocina en cuyo

lateral derecho leo nitidamente: "el

más modesto puchero, hecho por sus

m a n o s, vale más y es más sabroso

que el más caro de los platos del

mejor de los hoteles del mundo".

Decía Gardel acerca de la comida

hecha por su madre. Tomo asiento

en el confortable salón para ver la

parte final de la película "Cuesta

abajo", mientras "Mi Buenos Aires

querido” sonaba por todos los rin-

cones del Museo como un revivir del

pasado lejano. Salgo a la calle. La

M a nuel Menéndez Santos

Mi Buenos Aires querido

H

Page 69: Portfolio 2012

presencia de Carlos Gardel por todas

partes me lleva a comprender que la

Casa Museo y todo el entorno consti-

t u yen una sola unidad.

H oy, los lugares más emblemáti-

cos me apetece visitarlos en un City

Tour: plaza de Mayo, Casa Rosada, la

Catedral Metropolitana, ave n i d a

A l ve a r, La Boca, popular barrio, y su

calle estrella y turística Caminito,

con paseos de coloreados conve n t i l-

los (antigüas casas colectivas de los

emigrantes), un verdadero museo

abierto: Puerto Madero, San Te l m o ,

el Teatro Colón, los bosques de

Palermo, La Recoleta (con su Museo

Nacional de Bellas Artes que he

tenido el placer de visitar), la Fe r i a

de Mataderos donde degusté un

sabroso asado en compañía de Maria

Ester y el barrio de Flores (en el que

vivió una apreciable familia y nació

Hugo del Carril). Sin embargo, Tigre

(ciudad a 30 kms de B. Aires), nos

r e s e r vaba una grata sorpresa, princi-

p a l m e n t e, a mí, al surcar las ve r-

dosas aguas del río Paraná que ser-

penteaba escurridizo por entre la

frondosa vegetación acompañados

por el constante canto de la gran va-

riedad de ave s, mientras en las ori-

l l a s, algunas casas veraniegas se

asomaban tímidas a nuestro paso.

Extraordinaria aventura que me

recordaba los años de juventud con

la canción "... yo soy como el Pa r a n á

que sin detener su marcha, besa la

p l aya y se va . . . "

Durante unos días visité unas

cuantas librerías. Algunas de muy

alto nivel como: la Librería Nacional,

la de Avila, la del Ateneo Splendid

(antiguo teatro donde había actuado

C. Gardel), donde uno se puede sen-

tar confortablemente y leer cual-

quier libro sin estar obligado a com-

prarlo, o sentarse en el escenario y

consumir lo que le apetezca al tiem-

po de escuchar música pianística en

directo. Al salir visité La Calesita,

modesta librería, buscando una

supuesta biografía de Carlos Gardel

escrita por José Mª Aguilar (guita-

rrista del cantor y uno de los tres

supervivientes de la tragedia de

Medellín), la señora me dice que sólo

había escrito unos cuantos tex t o s

porque su muerte prematura no le

había dejado continuar. Me recordó

que el año anterior había estado por

Asturias en compañía de su marido y

que les había encantado. Me regaló

una biografía y un CD de Gardel, al

tiempo que me decía que si no podía

pasar a recoger el encargo, me lo

enviaría al hotel. Le di las gracias y

me dirigí a la avenida Corrientes. Po r

la tarde-noche pude abrazara un

j oven amigo, Ariel, (que había cono-

cido en Barcelona) y compartir unas

gratas horas de charla sobre la

situación de su país, con la práctica

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 67

Page 70: Portfolio 2012

68 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

desaparición de la clase media, de lo

caro que están las cosas, de los bar-

rios poco recomendables como cier-

tas zonas de La Boca, donde está "La

Bombonera”, cuidarse de algunos lis-

tillos taxistas (ajustar antes el servi-

cio), la escasez de trabajo, del recien-

te fallecimiento de su madre. . .

Al día siguiente visité uno de los

más famosos cafés clásicos. Un ve r-

dadero museo como lo es El To r t o n i

(1858) por cuyas mesas de mármol

han desfilado personalidades

nacionales e internacionales de las

c i e n c i a s, de la política, de las artes y

las letras: Federico G. Lorca,

Alfonsina Storni (poetisa), Carlos

Gardel (con busto de bronce), Joan

M. Serrat, el Rey de España, Don

Juan Carlos de Borbón, entre un

largo etcétera. Pues bien, en este

famoso café pasé un par de horas

estupendas con el show del tango en

compañía de una chica, Lucy,

norteamericana que había conocido

visitando el Museo del Ta n g o .

Minutos después nos sentamos en

una de las famosas mesas. Durante

el transcurso de la charla mostró

gran interés por el origen de Carlos

Gardel, explicándole a grandes

pinceladas que había nacido en

Toulouse (Francia) en 1890. Dos años

más tarde, con nombre de Charles

Romuald Gardés y su madre, Berta

G a r d é s, emigran a Buenos Aires para

labrarse un porvenir y lejos de los

prejuicios sociales al ser madre

soltera. Cursa estudios primarios en

un modesto colegio salesiano. Con

dieciséis años comienza a cantar en

c a f e t u c h o s. El payador Betinotti le

apoda el "Zorzal criollo", a quien se

le atribuye también el cambio fonéti-

co de Gardés por Gardel. En 1913

forma dúo con otro cantor, José

Brazzano. En 1925 se independiza y

comienza una intensa e imparable

carrera artística hasta que en junio

de 1935 encuentra la muerte en el

aeropuerto de Medellín (Colombia),

cuando su avión despegaba. Tras de

sí dejaba cerca de mil canciones (con

un buen número musicadas por el

propio Carlos Gardel) , y unas cuan-

tas películas. En 2003 la UNESCO

declaró Patrimonio Cultural de la

Humanidad la voz de Carlos Gardel,

junto a Beethoven, María Callas, En-

rico Caruso, Mozart...

El sábado pasé el día en casa de

mis amigos Mª Ester y Carlos, a

quien tuve el placer de conocer. Un

hombre muy amable, de conve r s a-

ción amena y profunda. Después de

que ambos me mostrasen su casa y

el resto de la finca, nos sentamos a

degustar un sencillo menú, pero ex-

quisito, rociado con agradable vino

p o r t e ñ o .

El lunes visitamos de nuevo la

Chacarita. Con la voz quebrada por

la emoción le canté "Mi Buenos

Aires querido”. Luego, me despedí de

su sonrisa de bronce con ¡Hasta

pronto, "Buenos Aires"! Por la tarde

fui a la Calesita a recoger el encargo.

No estaba la señora Áurea, pero sí

un señor muy amable que me hizo

entrega de los textos muy bien pre-

sentados correspondiendo, con un

simbólico detalle de agradecimiento

Page 71: Portfolio 2012

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 69

y de amistad. Una hora después lle-

gó mi amigo Ariel. Tomamos unas

c e r vezas por Corrientes, despidién-

d o n o s, luego, con un fuerte y emoti-

vo abrazo.

Quise dormir unas horas. No

p u d e. Muchas cuestiones: políticas,

e c o n ó m i c a s, sociales..., dejaba sin

p r o f u n d i z a r, pero me llevaba emo-

ciones positiva s, museos, monumen-

t o s, parques y plazas, los espectácu-

l o s, la cercanía del río, el tango, la

buena mesa y ese aire elegante cos-

mopolita que respira Buenos Aires,

los distintos circuitos que revelan las

principales atracciones, curiosidades,

m i t o s, nove d a d e s, pinceladas de la

historia de los barrios. En fin, todos

los elementos para querer vo l ver una

y otra vez. Pero me llevaba lo más

valioso de los sentimientos porteños

simbolizados en el mito Gardel.

“¿Qué sería Buenos Aires sin Gar-

del?”, se pregunta y se responde un

preclaro estudioso de su vida y obra.

“ Porque Gardel es más que un per-

sonaje popular, es un mito que

excede a la ciudad, a su gente. Es

parte indisoluble de la identidad de

un pueblo que ama el tango y a su

m ayor ex p o n e n t e. Es el universo del

tango, es nuestro orgullo, por el arte,

la música, la danza y la cultura que

nos representa en el mundo entero".

Ya en el aeropuerto, con Mª Es-

t h e r, a quien tanto le debo por su

inestimable ayuda y a su Carlos ¡Mu-

chas gracias, amigos!, y a ti Buenos

Aires por los maravillosos días que

me hiciste pasar.

Es la una de la tarde argentina.

Mi asiento está entre los primeros. A

mi lado un hombre joven, canario.

Un excelente compañero de viaje. Al

instante nuestra conversación se fra-

terniza. Había pasado un mes en el

barrio La Recoleta. Lugar, me dice,

sin clase media y donde todo está

muy caro.

Había visitado el cementerio Re-

coleta como centro turístico a causa

de la fastuosidad de sus monumen-

tos funerarios, y también el Museo

de Bellas Artes. Le dije que conocía

algo de La Recoleta y visitado el Mu-

seo. Con frecuencia se levanta para

ir a verse con su tío que viajaba en

primera clase. Luego me diría que se

trataba del cantante José Vélez que

regresaba a España para actuar en

unas galas artísticas. Al llegar a

Madrid, Miguel Angel me lo pre-

sentó, quien al citarle Candás me

dijo que había actuado en nuestra

villa conservando muy buenos re-

cuerdos. Y yo también de él por

parecerme un tipo estupendo.

Eran las cinco de la madrugada

cuando aterrizamos en Madrid. Seis

horas después me encontraba en mi

querida Asturias con mi amigo Anto-

nio, que había venido a esperarme.

Minutos después llegaba a mi en-

trañable ¡Candás!, tras quince días

inolvidables ¡GRACIAS, BUENOS

AIRES!

Page 72: Portfolio 2012

70 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

En pleno fulgor de gloria,

cuando más te elev a b a s

la muerte ag a z a p a d a

colofón puso a tu historia.

Forjando otra trayectoria

con nombre de mitología,

mito hecho idolatría.

Crece en cada aniversario

recordando el escenario

que al mundo estremecía.

Tu arte inig u a l a b l e,

vivo está en la memoria.

No existe más alta gloria,

la que te otorgó el destino

p u e s, a tu canoro trino

¡Nadie pudo ig u a l a r t e ! ,

intentos de imitarte

los hubo en buenos cantores,

m a s, sólo imitadores,

¡ N i nguno logró alcanzarte!

Vana la pretensión.

Tu voz fenecida gana

al cantor que se eng a l a n a

con notas de bandoneón

y aires de imitación

en Buenos Aires querido.

Por ser tu lo más florido

sería una ofensa cruel

si osara a Carlos Gardel

medirse algún atrev i d o .

Perdónales desde el cielo

con tu sonrisa porteña,

embajadora enseña,

y tu voz de terciopelo.

Pájaros de corto vuelo

muy pronto llegan a caer,

en el triste amanecer

de sus necias pretensiones.

Cantores de bodegones

mucho tienen que aprender.

No pretendo el desprecio

de otros insignes cantores,

en mis oídos, ruiseñores

cuando los puedo escuchar.

Ellos saben bien respetar

tu pasado imponente,

saben, estás permanente

en el alma criolla arg e n t i n a ,

esencia viva, genuina,

como único referente.

Tu figura entronada

en la sacra Chacarita,

es como capilla bendita,

esencia idolatrada,

siempre fresca, floreada

en su mausuleo altar

a donde acude un mar

de fieles admiradores,

del cantor de los cantores,

sempiterno en su cantar.

Han pasado muchos años

desde tu aciaga partida,

tu figura sigue viva

tras los continuos hogaños,

aunque osados eng a ñ o s

te salgan imitadores,

solo son meros bufones

que en su ignorante deseo

quieren conseguir un trofeo

presumiendo de cantores.

Para dejar sentenciado,

a tanto falso imitador,

un tanguista ilustrado,

siendo, pues, denominado

con nombre de Jorge Vidal,

cantor hondo, sentimental

y devoción fraterna

para tu gloria eterna

y donde mito inmortal

te cantó así, Jorge Vidal:

Con un chambergo ladeado

y lenguaje blanco en el pecho

ya se crean con dere c h o

de dejar al morocho a un lado.

Pantalón afra n c e s a d o

con taquitos carre t e l

que hacemos con el cartel.

Salgan ñatos del engaño

que aunque pasen mil años

no habrá otro Carlos Gard e l .

ETERNO EN EL ALMA Y EN EL TIEMPO

Page 73: Portfolio 2012
Page 74: Portfolio 2012

72 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

gradezco otra vez la

oportunidad que me

brindan mis amigos de

C a n d á s, y en esta oca-

sión, como en las ante-

r i o r e s, tengo la satisfacción de apor-

tar una modesta colaboración al

anuario que con tanto tesón y entu-

siasmo viene contribuyendo a la di-

vulgación y el mejor conocimiento

de los valores culturales del concejo

c a r r e ñ e n s e.

Trataré de ofrecer algunos datos

acerca de una figura candasina que

alcanzó gran prestigio durante la pri-

mera mitad del siglo pasado. Se trata

de Miguel Ángel García-Barrosa y

A r g ü e l l e s, conocido artísticamente

como Miguel Barrosa. He de adve r-

t i r, sin embargo, que poco más aña-

diré a lo ya escrito por David Pérez-

Sierra y Luis Arrones Peón, quienes

en su día glosaron su vida y su obra

con la generosidad y el interés acos-

t u m b r a d o s.

Barrosa nació en Candás el 5 de

agosto de 1904, en la calle de Braulio

Busto, personaje, por cierto, herma-

no de la abuela de Miguel y médico

de profesión. A este respecto, he de

recordar que Busto fue el fundador

de la Sociedad de Mareantes de Can-

d á s, conocida más tarde como Cofra-

día de Pescadores "Virgen del Ro s a-

rio". Barrosa estuvo emparen-

tado, asimismo, con Arman-

do Palacio Valdés a través de

la primera esposa del escritor

l av i a n é s, Luisa Maximina

Prendes Busto, a su vez prima

carnal de la madre del tenor,

c u yo abuelo, llamado Casimi-

ro Barrosa, desempeñó los

cargos de Juez de Paz y Juez

Municipal de Candás.

Cuando Miguel cuenta

poco más de un año de edad,

su familia se traslada a Gijón

y pasa a residir en la calle Co-

rrida, en una vivienda perte-

neciente al edificio que a la sazón

ocupaba el popular establecimiento

Casa Rato. Por otra parte, la madre

de Miguel Barrosa era hermana de

Donato Argüelles, alcalde de Gijón,

fundador de la Asociación Gijonesa

de Caridad y la Cocina Económica.

Miguel cursa los estudios de ba-

chillerato, y a continuación inicia los

de ingeniero de montes, que no cul-

mina, pues decide emprender la car-

rera militar. Ingresa en la Ac a d e m i a

de Infantería de Toledo, posterior-

mente es destinado a Gijón e inter-

viene en la campaña de Africa con el

grado de teniente. Más tarde, encon-

trándose en Jerez de la Frontera, y

durante un acto que preside Miguel

Primo de Rivera, tiene oportunidad

de cantar (con gran éxito) la "Re c o n-

dita Armonía", que es, como se sabe,

la primera romanza de la ópera "To s-

ca". Este hecho circunstancial y, so-

bre todo, la admiración que siente

por el famoso divo Tito Schipa, pare-

cen constituir los pilares sobre los

que el candasín emprende su traye c-

toria artística, abandonando la carre-

ra militar definitivamente para dedi-

carse al mundo de la lírica. En torno

al año 1929 se desplaza a Milán y, a

t r avés de sus contactos con el consu-

lado español, se introduce en el am-

biente musical. No transcurre mu-

cho tiempo sin ser contratado, y a

partir de entonces se relaciona con

artistas tan destacados como Miguel

A r t u ro Muñiz Fe rn á n d e z

Candasinos ilustres:MIGUEL BARROSA

A

Page 75: Portfolio 2012

Fleta o Hipólito Lázaro, así como los

asturianos Servando Bango y Pa c o

Meana, ambos gijoneses. Debuta en

el famoso teatro Carlo Fe l i c e, de Gé-

n ova, y canta en otros destacados es-

cenarios europeos, alternando siem-

pre con las primeras figuras del arte

lírico. Después de una intensa carre-

ra musical, a lo largo de la cual inter-

viene en obras tan célebres como "La

Bohème", "Rigoletto" o "Madame

Butterfly" (que cantaría a lo largo de

su vida hasta ochocientas ve c e s ) ,

compagina sus actuaciones con su la-

bor de empresario teatral y empren-

de una serie de giras por dive r s a s

ciudades de España, entre ellas Gi-

jón, donde se presenta (1931) en el

teatro Dindurra.

Vu e l ve a Gijón en 1934, forman-

do parte de un elenco en el que parti-

cipan diversos artista de La Scala, así

como el coro, la orquesta y el ballet

del Liceo de Barcelona. Con motivo

de la devolución de la Cruz de los

Angeles al Cabildo catedralicio

(1942) canta en la capital del Princi-

pado. A continuación regresa a Italia,

y de aquí a Buenos Aires. Vuelto de-

f i n i t i vamente a España, a una edad

que ronda los cincuenta años, crea la

Academia de Canto de Madrid, en la

cual se llegan a formar figuras tan re-

l evantes como la de Pedro Lav i r g e n .

En torno al año 1952 inicia un espa-

cio radiofónico de comentarios sobre

ópera en Radio Nacional de España.

Miguel Barrosa (o Miguel García-

Barrosa y Argüelles) falleció en Ma-

drid el día 14 de noviembre de 1996.

Tres años antes, a la Escuela Munici-

pal de Música de Candás se le pone

el nombre de su ilustre vecino, por

acuerdo de la Corporación municipal

de Carreño, de fecha 1 de octubre de

1993, homenaje ratificado el 11 de

diciembre del mismo año y al que

Barrosa no puedo asistir, a causa de

su avanzada edad. Sí estuvo presente

en este acto su alumno y prestigioso

profesional Pedro Lavirgen, que pro-

nunció muy cálidas palabras de

agradecimiento en nombre del ho-

menajeado. Hemos de recordar tam-

bién que la última vez que

Barrosa estuvo en Candás

fue en 1976, ocasión en que

recorrió su villa natal evo-

cando cada rincón en que

había transcurrido su niñez.

Así lo comenta María Amor

Soria: "Y al final, ¡al Cristo!

Cuando nos acercamos a

"su" Cristo, se le iluminó el

semblante y pude ver que,

además de una gran emo-

ción, desfilaba por él el

recuerdo de muchos mo-

mentos y muchas anécdotas

v i v i d a s " .

El extraordinario bagaje

artístico de Barrosa y la

pasión que mostró hacia el

mundo de la música lo llevan a que,

en 1951, publique un libro que

puede considerarse como el va l i o s o

testimonio de un auténtico co-

nocedor del bel canto. La obra se ti-

tula El bel canto en la teoría y la prác-

tica y, tras la breve introducción en la

que el autor justifica la finalidad del

libro y muestra su reconocimiento

hacia quienes inspiraron y alentaron

su carrera musical, aborda, con es-

crupuloso sentido académico, todos

los aspectos concernientes al magis-

terio del arte del canto, desde la com-

penetración que ha de existir entre

maestro y discípulo a las particulari-

dades anatómicas y fisiológicas del

futuro intérprete, pasando por un

minucioso detalle de las característi-

cas y la clasificación de la voz huma-

na, los ejercicios de vocalización y ar-

ticulación y, en suma, todo cuanto

concierne a la exposición teórica de

los elementos que constituyen el

canto y su aplicación práctica. Este

trabajo de Barrosa es una pieza bi-

bliográfica sumamente rara, de la

q u e, afortunadamente, poseo un

e j e m p l a r, dedicado, por cierto, con

fecha de abril de 1953 y de puño y le-

tra de su autor, a un tal Ramonín. El

libro consta de 176 páginas y está

editado en cuarto menor.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 73

Page 76: Portfolio 2012

74 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Candás me maravilla

aquí me quiero quedar,

caminando por la orilla

de su playa singular.

Los marineros contra el viento

ves salir a faenar.

Esto es sentimiento,

no se puede expresar,

sólo sé que con el tiempo

aquí me quiero quedar.

En esta pequeña villa,

que aunque un poco sencilla

no deja de enamorar.

Emilio Nieto Menéndez

Aquel Candás

Page 77: Portfolio 2012
Page 78: Portfolio 2012

Difícil de calcular, pero en torno a 500 aficionados

jalearon al equipo. La final se puso de cara para el

Candás nada más empezar. Madeira robó el balón a la

defensa langreana, se fue por la banda izquierda y el

pase de la muerte lo remató Jorge en el minuto 8 ante la

algarabía de la afición.

76 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

D avid Pére z - S i e rra González

De fútbolTres trofeosimportantes paraCarreño (II Parte)

28 de Octubre de 2010:Candás - 2 Langreo - 0,en el Carlos Tartiere

Page 79: Portfolio 2012

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 77

Page 80: Portfolio 2012

78 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

a búsqueda de la feli-

cidad nos tiene ocupa-

dos de por vida. La

práctica deportiva nos

s i r ve a muchos para

intentar conseguir “moderadamente”

este anhelo. Las motivaciones para

practicar deporte son muy dive r s a s.

La principal, indudablemente, es el

deseo de cumplir objetivo s, de mejo-

rar el rendimiento paso a paso, com-

petición a competición, temporada a

temporada. No podemos ignorar

otras motivaciones que impulsan a la

práctica deportiva: la búsqueda del

éxito, la necesidad de mejorar nues-

tra salud, el deseo de incrementar

nuestro nivel de condición física o el

gusto por perfeccionar nuestra fiso-

nomía.

También encontramos motivo s

para ser felices descubriendo la be-

lleza a través del deporte. Todos re-

cordamos momentos estelares en la

historia del deporte, grabados para

siempre en nuestra memoria a trav é s

de imágenes realmente hermosas:

las luchas entre Perico Delgado y

Claudio Chiappucci en las etapas

montañosas del Tour de Fr a n c e, las

interminables piruetas de Nadia

Comaneci o Mary Lou Retton en la

competición gimnástica de los JJOO,

los amplísimos recobros aéreos de

brazos de Michael Gross mientras

nadaba mariposa en la pileta de nata-

ción, la gracilidad y perfecta coordi-

nación de movimientos en la carrera

de Carl Lewis sobre el tartán, etc. A

los piragüistas de mi generación nos

dejaba “embobados” contemplar el

“porte” y la elegante forma de palear

de Herminio Menéndez.

Ya en la Grecia clásica, los Juegos

O l í m p i c o s, además de servir a es-

partanos y atenienses para tomarse

un respiro en sus interminables

guerras cuando se establecía la

tregua sagrada, tenían un compo-

nente estético importante. Las dis-

tintas pruebas deportivas dilucida-

ban quienes eran los campeones, a

los que se colocaba la corona de

o l i vo que les distinguía como tales.

Los antiguos griegos honraban a los

campeones a la vez que disfrutaban

de la belleza de los hermosos cuer-

pos de sus atletas, la armonía de sus

m ovimientos y el disfrute de las

competiciones en recintos singulares

enmarcados en el entorno natural.

El que yo acabara sintiendo una

atracción especial por el piragüismo

fue un proceso lento, con altibajos.

Tengo que reconocer que, sin que

fuera empresa fácil, dado el denoda-

do empeño de mi padre por engan-

charme a la piragua en mi tierna

infancia, intenté varias veces aban-

donar la empresa. Sin saber todav í a

nadar muy bien, me producía pavo r

el cruzar de lado a lado la presa del

pantano de Trasona con más que ev i-

dentes dificultades para mantener el

equilibrio en la piragua de turno (lo

del chaleco obligatorio para los ben-

jamines y alev i n e s, no existía de

aquella). Cuando paleaba hacia la

otra orilla del embalse se me pasa-

ban por la cabeza imágenes terribles

que terminaban a veces conmigo

siendo arrastrado por el chorro

enorme que escupía la presa hacia la

acería ENSIDESA. Por aquel

entonces los alevines usábamos las

peores piraguas de la flota de Los

G o r i l a s. Sin ninguna seguridad de

que estuviera colocado en el justo

centro, el asiento se “sujetaba” a la

embarcación colocando una esponja

húmeda entre éste y el casco de la

embarcación. De haber reposapiés,

muy probablemente no lo

alcanzábamos con los pies. Que el

“timón de cola” fuera recto, ya era

mucho pedir. Así que, con este

panorama, lo de evitar un vuelco tras

otro era, para un principiante, una

empresa bien complicada, más aun

C a rlos M. Prendes Garc í a - B a rro s a

En torno a la estéticadel piragüismo

L

Page 81: Portfolio 2012

cuando no dejabas de “temblar” por

el miedo que te ocasionaba el pensar

que podías acabar “afogao” en el

i n t e n t o . . .

Cuando ya empezaba a cogerle

“gustillo” a aquello de desplazarme

con mi piragua por las orillas del

e m b a l s e, aparecieron los amigos del

club Los Gorilas. Tres o cuatro de

éstos influyeron decisivamente en

mi vida deportiva. Joaquín Carrera

me hizo ver que las victorias, con

“elegancia”, con “clase”, eran más

v i c t o r i a s. Me enseñó a cuidar mi

piragua y mi pala. Me enseñó, en

d e f i n i t i va, a descubrir el lado bello

del piragüismo. A Carrera me unía

su especial forma de entender el

piragüismo y la casi devoción (Dios

me perdone…) que sentíamos los dos

por Serrat. Sin saber exactamente de

dónde venía su gusto por la carpin-

tería (sospecho que tiene alguna

relación con los famosos carpinteros

de ribera gozoniegos) me entusias-

maba verle trabajar con formones y

g u b i a s, dando forma a las proas

recién reparadas de nuestras

piraguas de madera fabricadas por

Antonio Cuesta en Ribadesella o

nuestras preciosas palas “Wilbur”

h ú n g a r a s. Para Carrera no era lo

mismo entrenar o competir con la

pala, ya estuviera ésta impecable o

por el contrario “hecha unos zorros”.

Cuando tocaba poner la pala a

punto para el comienzo de otra

temporada, Carrera tenía un proto-

colo de actuación perfectamente

definido para dejar ésta lista para

competir de nuevo. El primer paso

era arreglar las posibles “grietas”

en la madera. Con enorme habili-

dad y cuidado, y con la ayuda de

un pequeño formón muy bien afi-

lado, dejaba al descubierto toda la

extensión de la “herida” en la

madera para después rellenar el

hueco con resina de epoxi. Una vez

culminada la reparación de las

grietas, el siguiente paso era el lija-

do del antiguo barniz. Había que

tener cuidado para no llevarse más

que el barniz, sin alcanzar la

madera ni desfigurar los bordes de

las hojas. A continuación, tocaba

limpiar bien la madera para que no

quedara ni una mota de polvo.

Antes de barnizar la pala había que

escoger el barniz y la brocha ade-

cuada. Recuerdo que a mi “maes-

tro” le gustaba un barniz que se

llamaba “International” porque el

brillo y el aspecto que se conseguía

al final del proceso en la pala, no

era igualado por ninguna otra

marca. En el caso de la brocha, se

trataba de escoger una que no

soltara ni un pelo que afeara el

barnizado. La primera capa de

barniz era más “gruesa” que las

que se darían posteriormente. Para

el secado colgábamos las palas ve r t i-

calmente con un “sedal” de pescar

anudado alrededor del punto

donde se unía la pértiga con una de

las hojas. Tras el secado de esta

primera capa, se volvía a lijar la

pala entera, esta vez, apenas una

“pasada” con una lija de agua

muy fina. Para completar la faena,

se aplicaban una o dos capas más

de barniz, “estirándolas” muy bien.

Completado el secado, nadie se

atrevía a discutir que la pala de

Carrera era la más guapa, la mejor

cuidada. Con mi amigo se cumplía,

indudablemente, el dicho popular

de que “las cosas bien hechas, bien

parecen”.

Nuestra atracción por la hermosa

pala “Wilbur” de madera, llegaba a

rozar el “fetichismo”. Carrera

“montaba en cólera” cuando en los

viajes a las competiciones, al descar-

gar el material de la furgoneta o el

a u t o b ú s, su pala, a pesar de ir

impecablemente enfundada, no era

tratada con el debido cuidado. Nos

decía Joaquín a las “jóvenes prome-

sas” del club: “a la pala hay que

cuidarla como a la moza, siempre

agarrada cerca de uno y ay de aquel

que se atreva a meterle mano”.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 79

Page 82: Portfolio 2012

80 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

las cuatro de la tarde,

familiares y vecinos

llegaban alterados a

la escuela a recoger-

n o s. Habían sido

avisados del comienzo de la guerra

y de que una escuadra de barcos se

disponía a bombardear Gijón y sus

cercanías. El maestro nos mandó

recoger y pronto nos pusimos de

camino a casa.

Al pasar por detrás de la esta-

ción del Carreño, ya en Aboño,

explota lo que sería para mí toda la

vida el mayor estruendo escuchado

nunca; en ochenta años o más que

tengo jamás llegué a oír nada

s e m e j a n t e, parecía como si el

mundo entero reventase.

Los cañonazos del acorazado

España nos irían saludando desde

entonces diariamente, cañones ca-

libre treinta milímetros, los que

portan tan solo los acorazados.

En días sucesivos acompañaba

al España un crucero que también

bombardeaba otros lugares cer-

canos: el Cervera. Estos dos solían

dejarnos sin su visita algún día de

la semana. Los que no faltaban un

solo día eran los bimotores con sus

temidas cargas de bombas.

El objetivo más destacado para

estos barcos era el túnel de

Nemesia en Veriña, en el que los

republicanos tenían un gran

p o l vorín de dinamita y trilita.

Algunas veces también disparaban

a las cercanías del Simancas para

que sus ocupantes no fueran tan

hostigados.

Los aviones tenían un cometido

más variado: el puerto del Musel,

donde un destructor de la Repú-

blica tenía su domicilio, el Ciscar.

Vi como con sus antiaéreos repelía

a los aviones dibujando en sus alre-

dedores jardines de flores negras,

pero no vi caer ninguno abatido

por el blanco de éste. Asimismo,

también formaba parte de su obje-

tivo el campo de aviación en El

Va l l e, donde aviones y pilotos

rusos salían a combatir con ellos

en el aire y que en ocasiones con-

seguían ahuyentar gracias a la

habilidad y destreza de sus pilotos.

Rusia fue la única que ofreció a

la República ayuda con armas y

personal técnico, pero que vio y

comprobó la fallida organización,

ya que los carros, tanques y ca-

ñones que hoy enviaban, al día

siguiente se veían en las filas

rivales.

Los días y meses iban pasando,

y era del todo necesario calmar en

parte el miedo que atenazaba los

corazones así como su integridad.

Por ello, se acordó entre los veci-

nos la fabricación de un refugio en

el corte o talud que quedó del

monte al haber, entre todos los

vecinos de Aboño, arrancado con

picos, palas y carretillas muchos

Emilio Quirós González “Milúas”

El refugio

A

Page 83: Portfolio 2012

metros cúbicos de arcilla para

construir en su plano el que sería

uno de los mejores campos de fút-

bol regionales de Asturias, La Fa-

bricona, donde la Cultural De-

portiva de Aboño conseguía sus

glorias y sus lágrimas.

Fue entonces cuando las palas,

picos y carretillas volvieron a ser

protagonistas, esta vez con menos

euforia pero también con más

prisa, ya que los aviones diaria-

mente nos ofrecían sus mortíferas

cargas para las que era preciso

algún lugar de resguardo.

En el fondo oeste, hasta donde se

había desmontado para la hechura

del campo con unos cuarenta metros

de altura en su pared firme y recta,

y con una separación de unos cin-

cuenta metros, se comienza la per-

foración de dos bocas de veinte me-

tros de profundidad rectas que se

unirían en el centro formando un

ángulo de noventa grados.

La gente fue repartida en

cuadrillas cada una con un me-

nester preciso. Unos, a cortar

eucaliptos de los cuales estaba

lleno el monte para hacer postes

para apuntalar. Otros, a los va-

gones a por costeros para el techo,

escogiendo los mejores para ban-

cos. Dos encargados de instalar la

luz. Y el resto, a cavar.

Pocos días se tardó en construir

y aparecer ante los ojos de los veci-

nos una maravilla. Allí conocí la

única acuñación de moneda fra-

ccionaria representada en billetes

de papel, cincuenta, veinticinco y

diez céntimos, de los cuales iban

reuniendo gran cantidad las

mujeres que pasaban allí el día y

que me los ofrecían por ir a buscar-

les la comida. Abundaban mucho,

pero no eran muy apreciados, eran

los llamados Belarminos, acuñados

por la República en consejo de

Asturias y León.

Los aviones nunca atacaron la

zona civil, pero el miedo era como

si el día anterior hubiesen matado

a varias personas. El miedo es un

sentido oculto que domina casi

s i e m p r e. Solo un caserío de

Albandi recibió el regalo de sus

bombas. En el techo del hórreo

colocaron con ayuda de una vara

muy larga de eucalipto una gran

bandera roja. Al día siguiente, ban-

dera, hórreo y parte de la casa

volaban por los aires por un exceso

de provocación.

Laz guerra dejó motivos más

que suficientes para que jamás se

olvide cómo los hogares sufrieron

sus amargas quemaduras. Yo

padecí la pérdida de dos hermanos,

uno de veintidós años con los

nacionales y otro de diecinueve

con los republicanos. Dos años

más tarde moría mi padre, dejando

al frente de la familia a dos her-

manas, un sobrino y mi madre.

Crucero “Almirante Cervera”.

Page 84: Portfolio 2012

82 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Eran tres: ¡siempre los tres! …

Como en el cuento de don Leopoldo “¡Ad i ó s,

Cordera!”

siguen siendo tres

también a la ocasión.

Malcriados, empecinados, traviesos, bulliciosos,

¡Un encanto!

Bambi, Choco y Napoleón.

Con ellos empezamos

la conocida Ruta Clariniana

“Viaje Redondo”.

No por ir contra corriente que sí también,

en sentido inverso a la señalización,

por donde libremente corretean y olfatean

los prados aledaños a la carretera,

siempre que los abundantes cierres lo permiten,

fortaleciendo sus patas y el corazón.

En Arquiella, en su inicio, Pinzales a la sazón,

con el horizonte del mar entre eucaliptos,

los cuales nocivos,

rentables y foráneos en sus islas

nos gratifican con su fragancia medicinal,

esquilmando los acuíferos exiguos.

Por Colloto, pasaje tranquilo de esta loma,

el alto de los dólmenes a la izquierda

nos acompaña en nuestro caminar al paso,

junto a escasos laureles, castaños contados;

mimosas lucientes perfumando el campo

y artos mil artos.

Y por El Campo y El Monte

donde en sosegado deambular divisamos

amplios pastizales

y con su pastor permanente, caballos cercados,

cobijos habilitados para fin de semana

de anárquico encanto,

hermosos huertos e invernaderos

de entorno decrépito con su lona en blanco

y grandes y espaciados caseríos,

con su ganado en pasto.

La ruta discurre salpicada de caserías

por la falda sur de la loma Cortina

con árboles autóctonos y foráneos,

alguna que otra casa mariñana,

lavaderos restaurados

y tomados por la hiedra,

hórreos abandonados.

E d u a rdo Román Garc í a

También tres

Page 85: Portfolio 2012

En este tramo destacan

la iglesia Santa María la Real de Logrezana

lugar en la que D. Manuel, ya fallecido,

regaló a ésta su fe en piedra.

Para que futuros visitantes ensalcen

lo mucho hecho y más logrado,

y próximo a ésta

pasamos tras el palacio de los Carreño

con el germen de hermoso proyecto

de construcción parado.

Llegados a la edificación

“cum laude” de la ruta “Viaje Redondo”,

la quinta Clarín,

divisamos a Doña Manolita,

su actual dueña, que saludamos,

la cual mantiene

la memoria del insigne escritor,

el edificio y el entorno con innegable encanto.

Otro lugar, para nosotros a su término, nunca señalado,

donde los niños de los colegios e institutos

mayormente asturianos,

que habitualmente hacen esta ruta,

se paran a contemplar o imitar

a las ocas de Raúl de Roque

saliendo ocasionalmente escarmentados.

Y con su encanto particular, añejo, nemoroso,

la casita mariñana, sus dos viejos hórreos,

y su nogal lloroso.

Y llegados al final del principio de la ruta

próximos a casa,

los canes, como nosotros, cansados

olisquean y nos recuerdan con sus ladridos

su lugar de reposo o sus huesos guardados.

Page 86: Portfolio 2012

84 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

ue así: no recuerdo ni

la fecha ni a las perso-

nas que lo idearon ni

quién las compró, pero

llenaron la pequeña

bahía de Perán, que cuando la marea

s u b e, se convierte en una pequeña

ría por la mezcla con el riachuelo, y

llega, con más o menos agua, hasta,

e n t o n c e s, el molino de Po l l e d o . . .

Cuando la marea estaba baja po-

díamos atravesarlo por unas peque-

ñas piedras planas que alguien había

colocado. Con estas "pasarelas" se

podía atravesar el río para llegar has-

ta la caleya que unía Perán con el ca-

mino que llegaba a nuestra casa (que

ahora ella se ha quedado en un re-

cuerdo triste. . . )

Cuando podíamos ir atrave s a n d o

el río, yo siempre me imaginaba que

podía ver las ostras... Un día, sobre

una roca, vi una pequeña e inteligen-

te ostra que estaba muy colocada (co-

mo ellas se ponen, con una de las

va l vas agarrada firmemente a la ro-

ca). Yo, con mi imaginación, pensé

que alguna otra habría acertado en

escoger el sitio que ellas necesitan;

por supuesto, si pensaran se darían

cuenta que en el lugar donde fueron

echadas no había agua limpia y bati-

da, estaban en un lugar de cieno y

lodo negro con arena sucia y tam-

bién todos los detritos

y los desagües de las

c a s a s. Tampoco pie-

dras y rocas a propó-

sito, pues para vivir se

agarraban por su va l va

inferior mientras que

la va l va que queda

arriba se abría para

coger el alimento.

Yo tenía ilusión

por aquella que no era

muy grande pero

había sabido colocarse. Siempre que

cruzaba el río, la miraba, se quedaba

con la marea baja tapada con agua,

me encantaba verla crecer y contin-

uar en el lugar escogido por ella.

O t r a s, bastantes, se morían en el

c i e n o .

Era mi época de ilusión y fanta-

sía y todo me parecía bueno... de to-

das formas, ese dicho de que "genio

y figura, hasta la sepultura", en mu-

chas personas se hace cierto...

¡ Vo l vamos con mi ostra! Un día

empezó a llove r, con unas gotas gran-

des y separadas. Miré para ella y la

vi abrir su va l va de arriba y cogió

una gota de lluvia y la guardó dentro

de ella. Yo, con mi fantasía, pensé

que la necesitaban, porque dentro de

ella habría algún cuerpo extraño y

con su nácar y el agua podía empe-

zar a recubrirlo esféricamente en ca-

pas concéntricas con sus preciosos y

especiales poderes.

Todo este sueño y esperanza du-

ró lo que quiso el mar, con una mare-

jada que rompió las ostras (la mía

también), revolvió todo el cieno y era

un dolor ver aquello, lleno de "ostro-

nes" que solo eran las pobres ostras

p a r t i d a s.

Se lo conté a Mari Garrote, que

teníamos sentimientos parecidos, y

ella me regaló algo que todavía ten-

go. Esto me hizo recordar todo lo an-

terior escrito como una verdad triste

y nostálgica.

G r a c i a s, Mari, por tu atención,

por haber traído a mi memoria todo

lo anterior.

Dedicado a mi amiga Mari Ga-

r r o t e. Besos de Maru.

María Victoria Sánchez Zanón (Maru)

Cuando en Peránpudimos tener perlas...

F

Page 87: Portfolio 2012
Page 88: Portfolio 2012

86 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

a vida de Candás, co-

mo todos bien sabe-

mos, giró, hasta me-

diados del pasado si-

glo, en torno de la ac-

tividad marítima y más fundamen-

talmente de la pesquera. Ya otros

años hablé de las incursiones de los

pescadores candasinos en los

mares de Irlanda desde comienzos

del siglo XVI, o de lo valoradas que

eran en Oviedo las sardinas que

hasta allí llevaban les muyeres de

la paxa, que valían un cincuenta

por ciento más caras que las traídas

de otros puertos –por algo sería–, o

de los aperos de pesca que apare-

cen reflejados en los testamentos

de muchos hombres de esta villa.

Pero de ahí a ir a pleito por una

cuestión de pesca ante el tribunal

superior de justicia de la Corona

Real castellana, sito en Valladolid,

hay una gran diferencia y nos de-

María Josefa Sanz

¡Y todo porpescar sardinas!

L

Page 89: Portfolio 2012

muestra cuánto les importaba económicamente a los

pescadores de Candás el hacer una buena pesca del pe-

queño pez plateado que le ha dado tanta fama.

En este caso los vecinos del puerto de Candás se

enfrentaban con un poderoso enemigo, el concejo de la

villa de Avilés, y el motivo fue la pesca de cebo para

macizar en los bancos de sardina, el llamado “gueldo”,

formado por pequeños crustáceos.

Y todo comenzó a partir de junio de 1544. El día de

San Juan de ese año los vecinos del puerto de Candás

dan poder a Pedro Menéndez de Valdés

para que en su nombre comparezca ante

el licenciado Bañares, que ocupaba el

cargo de teniente de corregidor/gober-

nador del Principado de Asturias, para

pedir justicia sobre los daños que les está

causando el concejo de Avilés al pro-

hibirles pescar gueldo en la ría. Pedro,

muy inteligentemente, obtiene de los re-

yes Carlos I y Juana, su madre, el 16 de

julio una orden para que el teniente de

corregidor, que al fin y al cabo es su “delegado del gob-

ierno” en Asturias, atienda la petición de los vecinos de

Candás e inicie el proceso judicial.

Con ambas cartas – poder y real provisión– com-

parece Pedro Menéndez de Valdés ante Bañares y alega

que los vecinos del puerto de Candás y de todo el con-

cejo de Carreño an estado y están en posesión y costunbre

pacíficamente de tomar y pescar en la ría de Abilés, que es

en el término de la dicha villa de Abilés y en término de

Goçón e Corbera, que tocan y lindan con la misma ría, y en

otras partes comarcanas, cierto yeldo con que se pesca la

sardina de que se probehe todo el reyno…e diz que agora,

de poco tiempo a esta parte, en quebrantamiento de su dere-

cho y posesión, la dicha villa de Abilés e vezinos de ella an

intentado e intentan de prendar a los vecinos del dicho

conçejo, su parte, porque toman el dicho yeldo, e les llevan

muchas prendas e dinero, alegando que, de derecho comund

e por las leyes de estos reynos, pescar en la mar y ríos es

común a todos los dichos sus partes y que los vecinos de

Candás siempre lo habían hecho, sin problemas hasta

ahora. Y citan un hecho concreto: quel lunes antes, en

amaneciendo, fueran (ciertos vecinos de Candás) al térmi-

no de la aldea de Valliniello, que es en el conçejo de Goçón,

muy lexos e fuera de los términos de la dicha villa de Abilés,

y allí prendieron a Pedro de Otura e a Pedro Girón e a Juan

de Labandera, vecinos de la dicha villa de Candás, y diéron-

les muchos palos y hizieron malos tratamientos y los lle-

varon desnudos a la dicha villa de Abilés, a donde los tenían

presos, porque en el dicho término de Goçón querían tomar

yeldo para sus pescas, segund lo solían hazer. Pide final-

mente que se acuse a los vecinos de Avilés por haber

actuado contra la ley, ya que los prendieron fuera de su

jurisdicción, estando como además estaban pescando

algo a lo que tenían derecho.

El teniente corregidor convocó al concejo de Avilés a

su presencia y estos nombraron el 14 de julio como pro-

curadores a sus personeros Diego de Braceras y Pedro

de la Ribera y a dos vecinos de la ciudad de Oviedo:

Suero Menéndez Veranes y Fernán Menéndez de Posa-

da. Y ante él alegan que no es juez competente porque

commo al dicho teniente constaba y era ansí notorio la villa

y vecinos de Avilés tenían privilegio real de non ser sacados,

llamados ni çitados ni traídos a juyzio fuera de la dicha

villa. Alegaron también que tenían previllejos de los

señores reyes de gloriosa memoria que les çedían los térmi-

nos de la ría de Abilés y en todo en quanto llegaba e creçía

la mar por la ría arriba desde hacía mucho tiempo. Piden

al licenciado Bañares que se pronuncie por no juez, o al

menos reconozca que no puede llevar preso a Oviedo a

ningún vecino de la villa.

Y ante esta situación Avilés decidió llevar el pleito

ante la Real Audiencia, lo que retrasó varios años su re-

solución. Tanto Avilés como Candás nombran procu-

radores en Valladolid: los primeros a Juan de Antezana;

los candasinos al piloñés Álvaro Perez de Espinaredo,

ambos procuradores en la Real Audiencia.

En el inicio del pleito ambas villas se mantienen en

sus acusaciones. Pero en este caso Avilés decide ampliar

Los vecinos del puerto de Candás se

enfrentaban con un poderoso enemigo, el

concejo de la villa de Avilés, y el motivo fue la

pesca de cebo para macizar en los bancos

de sardina, el llamado “gueldo”

Page 90: Portfolio 2012

88 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

la suya, y lo hace, podríamos decir, con un tema muy

actual, que es el de la protección de especies, evitando

la sobreexplotación. Así a la queja de que los vecinos del

puerto de Candás no pueden coger gueldo en la ría de

Avilés, por ser toda ella jurisdicción de la villa, añaden

ahora que porque en la dicha villa de Abilés, en el barrio e

pescadería de Sabugo, que hera arrabal de la dicha villa, e

en otros lugares que heran de la juridiçión de la dicha villa,

abía grande número de los pescadores que tenían neçesidad

del dicho güeldo para sus pesquerías, e aún no les bastaba

para lo que abían menester, ni aún para la mitad dello, que

hera cosa injusta que los que non heran vezinos de la dicha

villa ni de su juridiçión fueran a su ría e término a llevar y

pescar contra su voluntad el guieldo, ni aún otro pescado

alguno, con redes ni otros aparejos algunos; e porquel pes-

car del dicho guieldo e la manera e aparejos con que lo

pescaban hera muy dañoso e muy perjudicial a sus partes,

porque con ello se desminuya el pescado, e se perdía e

destruya el pescado menudo que se pescaba a vueltas con el

dicho guieldo e no aprovechaba a nynguno.

Oídas las alegaciones, el 26 de enero de 1582 la

Audiencia real dictó sentencia favorable a la villa de

Candás, desestimando las reclamaciones de Avilés, con-

denándolos a dejar pescar gueldo a los candasinos,

aunque les eximen del pago de costas judiciales.

Pero Avilés no se conformó, y solicitó revista de esta

sentencia. Y no sabemos por qué razón, tras cuatro años

de proceso, el 12 de mayo de 1586 un nuevo tribunal

sentencia a favor de la villa de Avilés, en contra de los

pescadores del puerto de Candás, que desde ese mo-

mento vieron cómo desaparecía una de sus zonas prefe-

rentes de recogida de gueldo para pescar sardinas.

Y lo que sí conseguimos nosotros además, es tener la

nómina de 98 vecinos del puerto de Candás interesados

en la pesca de la sardina, que son los que otorgan el

poder para ir a Valladolid, en julio de 1544 y que fueron:

Juan de Mieres, Rodrigo de Valdés, Juan de Valdés,

Suero de Bustio, Gutierre de Vonlome, Juan de Prendes,

Juan Gómez, Diego Alonso de Mendaño, Juan Capulo,

Alonso de Forques, Juan de Hevia, Suero de Mielga,

Diego de Pumarín, Suero Garçía, Juan de La Riba el

mozo, Menén García, Pedro Fernández de Sahagún,

Juan de Mendoza, Juan de Miranda, Juan criado de

Domingo de Perlora, Diego Menéndez de Valdés, Ro-

drigo de Pumarín, Juan Canes, Pedro de Gozón, Juan

Tío, Gonzalo Casado, Pedro de Ávila, Juan Suárez sastre,

Juan Estébanez, Juan Fernández de Biodo, Fernán Gar-

cía de Candás, Juan de La Riba el viejo, Rodrigo Alonso,

Juan de Deva, Bastián del Campo, Pedro de Cabo, Juan

García de Folgueira, Álvaro Fernández de Isabel, Juan

Morán, Juan de Hevia, Alonso de La Guía, Juan de

Andrés, Alonso Pibisa, Pedro de Avilés, Gonzalo de La

Riba, Juan Cano, Alonso Álvarez, Alonso Fernández

Escaba, Rodrigo de Suero García, Bartolomé Arena,

Pero García de Juan Fernández, Diego de Suero García,

Diego Suárez del Hortal, Diego Pequeño,

Juan Gallego, Fernán de Leduerna, Die-

go Suárez del Regueral, Juan hijo de

Gonzalo de Perlora, Pero Pinto, Alonso

de Redondo, Alonso Lasanti, Pedro del

Cueto, Gonzalo de La Villa, Juan Pinto,

Sancho Rodríguez de Villanueva, Juan

Gutiérrez, Juan Alegre, Gutierre, Pero

Rodríguez, Juan de la Villa, Juan del

Regueral el viejo, Fernando Suárez, Juan

Tío el mozo, Alonso García de

Partolomé, Juan de Lastres, Juan del

Ablanal, Juan del Molín, Gonzalo de La Riba hijo de

Juan de La Riba, Andrés hijo de Quijada, Juan hijo de

Pero Fernández del Regueral, Diego Alonso de Dormón,

Pedro del Regueral, Gutierre del Regueral, Pero de

Colín, Diego de La Rúa, Domingo hijo de Fernán Cano,

Fernán de Luis, Alonso hijo de Alonso de Partolomé,

Juan de Solís, Rodrigo hijo de Redondo, Juan de Cuy,

Pedro hijo de Pedro de Avilés, Juan de Sagres criado del

arcipreste, Juan de Avilés, Juan de Miranda el mozo,

Juan del Colado, Juan hijo de Diego de La Riba, Alonso

Cueto y Juan de Candás.

La Audiencia real dictó sentencia favorable a la villa

de Candás, desestimando las reclamaciones de Avilés,

condenándolos a dejar pescar gueldo a los candasinos,

aunque les eximen del pago de costas judiciales

˘

˘

Page 91: Portfolio 2012
Page 92: Portfolio 2012

90 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

n la Década de los 60,

llamada por muchos la

“década prodigiosa”,

se formó un grupo mu-

sical partiendo de la

i n i c i a t i va de dos amigos que tocaban

en la Rondalla Felguerina “La Salle”,

de La Felguera. En 1962, yo, Mandy,

tocaba la bandurria y mi amigo Tito

la guitarra. Empezamos nuestros pi-

nitos tocando piezas de la tuna en las

fiestas del patrono del colegio donde

e s t u d i á b a m o s. Luego fuimos ani-

mando a varios amigos hasta com-

pletar el grupo al que se le puso el

nombre de “LOS THARISMAN”.

Su componentes eran: Mandy

(guitarra solista), Tito (guitarra bajo),

Valentín (guitarra rítmica), Juancho

(batería) y Melquiades (cantante). En

1966 se incorporó Jorge para susti-

tuirme por ir a la mili.

De entre todas las poblaciones

donde actuábamos tenemos especia-

les recuerdos de Candás y Pe r l o r a .

Llamábamos la atención por

nuestro uniforme de chaqueta roja y

pantalón negro. Pero lo más llamati-

vo era vernos llegar con aquel enor-

me automóvil. Un De Soto america-

no semiautomático en el que viajába-

mos con todo el material musical y

con el nombre del grupo grabado en

las puertas.

Como éramos titulares de Educa-

ción y Descanso tocábamos en los

bailes que se celebraban en los fina-

les de turno de la Ciudad Re s i d e n c i a l

de Perlora. Unas veces en el esce-

A rmando Velasco Monreal (Mandy )

Los Tharisman y Candás

E

Foto tomada en la sala de fiestas Manila, de Candás. De izquierda a derecha: Melquiades, Valentín, Juancho, Tito y Mandy

Page 93: Portfolio 2012

nario del comedor nº 2, al lado de la

capilla, y otras en un templete que se

instalaba en el prado enfrente del co-

medor nº 1.

Como había tiempo para todo,

también aprovechábamos para dar-

nos un baño en la playa de Carran-

ques o en la Isla, ya que alguna ve z

llegamos a instalar una tienda de

campaña en el pequeño camping

que había encima de la playa .

Las fiestas de Perlora también

contaron con nuestra presencia. La

romería se celebraba en la pradera

que hoy está ocupada por las instala-

ciones del Hotel Piedra. Tenía mu-

cho éxito ya que siempre coincidían

con los veraneantes de la Ciudad Re-

sidencial y de Candás. Además el Ca-

rreño llegaba repleto de jóvenes que

procedían tanto de Gijón como de

Av i l é s.

También tenemos muy buenos

recuerdos de la Nozaleda. Allí se ce-

lebraban unos bailes veraniegos con

mucho ambiente. Era una pista al

aire libre con un escenario situado

entre los árboles con mesas y sillas

repartidas por toda la pradera. Hace

unos años todavía funcionaba el bar

al que acudía con unos amigos para

pasar la tarde tomando unas botellas

de sidra o unas cerve z a s. Re c o r d a b a

con agrado aquella etapa en la que

habíamos disfrutado no solo actuan-

do sino también conviviendo con la

g e n t e.

En Candás, era la sala de fiestas

Manila la que concentraba la juve n-

tud durante los fines de semana.

Éramos casi como titulares, tanto por

el verano como en los bailes de No-

c h evieja. Nos considerábamos como

de casa. Había muy buen rollo con

la juventud de aquellos años 60.

Y como baile al aire libre, el inol-

vidable baile del farolillo en el Pa r-

que Santarúa. Desde el escenario

veíamos circular el Carreño en una y

otra dirección mientras sonaban las

canciones que tocábamos de los

B e a t l e s, Brincos, Dúo Dinámico, Si-

r ex, Mustang, entre otros. Mi predi-

lección era interpretar melodías de

los Re l á m p a g o s, Pe q u e n i kes y sobre-

todo de los Shadow s. También hacía-

mos arreglos de piezas clásicas y lle-

gamos a componer alguna canción.

Pasaron 50 años de aquel 1962 y

quién me iba a decir que Candás ,

desde 1979, iba ser mi segundo ho-

gar y que a pesar de los cambios sur-

gidos a lo largo de los años permane-

cen frescas en mi memoria todas

aquellas vivencias cada vez que fre-

cuento alguno de estos lugares.

Acordamos realizar una con-

v i vencia en Candás para este ve-

rano.

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 91

Comida de convivencia celebrada en Valdesoto el 12 de abril aprovechando la visita de Valentín, ya que actualmente reside en La Carolina,Jaén. De izquierda a derecha: Valentín, Mandy, Juancho, Jorge, Pedro (relaciones públicas del grupo) y Moreno (conductor ) . Falta Ti t o ,fallecido hace unos pocos años.

Page 94: Portfolio 2012

92 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

A rmando Velasco Monreal (Mandy )

Concurso Nacional de Fotografía Digital“La Mina y la Mar 2011”

Los miembros del jurado posan en el salón de Festejos con las fotos premiadas. De izquierda a derecha: Mandy Velasco, Juan Luis Hevia,Eduardo J. Parra, Juan Grela y Alain Fernández.

PRIMER PREMIO: “Encierro I” de José Ramón Rguez., de Mieres. Dotado con1100 euros.Patrocina el Banco Herrero

Este año se convoca por primera vez el

Concurso de Fotografía Digital. Se ha notado

un incremento de participantes y trabajos

que ha obligado al jurado a realizar va r i a s

selecciones hasta llegar a premiar los

m e j o r e s. El Jurado estaba compuesto por las

siguientes personas: Juan José Grela, fotó-

grafo y Juez calificador; Juan Luis Hev i a ,

fotógrafo y Juez calificador; José Antonio

Oca, Comunicación de HUNOSA; Alain

Fernández, Director-Gerente del Te a t r o

Prendes de Candás, Ayto. de Carreño;

Eduardo J. Parra, responsable de Imagen del

Ilmo. Ayto. de Langreo; Ejerce de Secretario:

Armando Velasco Monreal, Coordinador de

los Encuentros de la Mina y la Mar.

Page 95: Portfolio 2012

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 93

TERCER PREMIO: “Arte de la pesca I” de Antonio García, de Málaga.Dotado con 400 euros. Patrocina LANGREHOTEL

TROFEO MEJOR COMPOSICIÓN MINERA: “Sueños 2” de Nacho Soberón, de Cantabria

TROFEO MEJOR COMPOSICIÓNMARINERA: “Generaciones a su ritmo” deJosé Luis Gámez, de Torre del Mar, Málaga

SEGUNDO PREMIO: “Nostalgia“de Alfonso Casado, de Jaén.Dotado con 700 euros. PatrocinaO T E Y P S A

Page 96: Portfolio 2012

94 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Ambas actividades se desarrollaron en la Casa de

Cultura de La Felguera dentro del Programa de las fies-

tas de San Pedro. Asistieron la Alcaldesa de Langreo

Mª Esther Díaz y el Alcalde de Carreño Ángel Riego

acompañados de sus respectivos concejales. Por parte

de la Sociedad de Festejos y Cultura San Pedro de La

Felguera asistió el Presidente Abrahám Montes, El

Coordinador de Los Encuentros Mandy Velasco y va-

rios directivo s.

Abrahám Montes interviene en primer lugar para

informar que este año los representantes de los Ay u n-

tamientos de Langreo y Carreño recibirán, en este ac-

to, la mitad del Símbolo de La Mina y La Mar. En se-

t i e m b r e, como es costumbre, recibirán la otra mitad en

los actos que se celebren en Candás. Informa que este

Símbolo se les viene entregando a los ay u n t a m i e n t o s

invitados desde el año 2001. Los Ayuntamientos de

Langreo y Carreño, no los tenían por ser los anfitriones.

El Secretario del Concurso, Mandy Velasco dio lectura

al acta del Jurado y se fueron entregando los 5 premios.

Nacho Soberón, ganador del trofeo a la mejor foto mi-

nera, se desplazó desde Cantabria para recoger el premio.

Luego se desplazaron todos los asistentes hasta los salones

de la Sociedad de Festejos y Cultura “San Pedro” de La Fe l-

guera para visitar la exposición de las fotografías premiadas

y seleccionadas.

Encuentros de laMina y la Mar“Langreo y Carreño2 0 1 1 ”

Entrega de losPremios delConcurso Nacionalde Fotográfía Digital

Abrahám Montes y Mandy Velasco recibiendo a las autoridades de losConcejos de Langreo y Carreño acompañados de Ángel, Director delBanco Herrero de La Felguera

José Ramón Rodríguez, de Mieres recibe el el talón de los 11 0 0euro del primer premio que le entrega Ángel, de la delegación delBanco Herrero de La Felguera.

De izquierda a derecha: Nacho Soberón, José Ramón Rodríguez,Mª Esther Díaz y Mandy Velasco durante la visita a la exposición

Abrahám Montes hace entrega de la mitad del Símbolo al Alcalde deCarreño Ángel Riego en presencia de la Alcaldesa de Langreo EstherDíaz y de Mandy Velasco , Coordinador de los Encuentros.

Page 97: Portfolio 2012

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 95

Las fiestas del Cristo de Candás die-

ron comienzo con el pregón que este año

corrió a cargo del renombrado economís-

ta D. Álvaro Cuervo .

Posteriormente el Alcalde de Carre-

ño, hizo entrega de una reproducción del

Escudo del Concejo a los representantes

de la Asociación de Entibadores del Va l l e

del Nalón por su laborioso trabajo y

esfuerzo en reconstruir el monumento de

la Mina y la Mar a finales del pasado mes

de enero

La parte musical de la clausura cor-

rió a cargo de un coro venido del País Va s-

co y de la Masa Coral “Aires de Candás”

que , como de costumbre cerró los actos

desarrollados del Pregón y Los Encuen-

tros de la Mina y la Mar.

Langreo y Carreño en los actos del Pregón delas Fiestas del Stmo. Cristo de CandásCandás 10 de Setiembre

Alain Fernández, que ejercía de presentador, invitó a subir al escenario a Abrahám Montes y a Mandy Velasco para que hicieranentrega de la otra mitad del Símbolo de la Mina y la Mar al Alcalde de Carreño, Ángel Riego y al Concejal del Ayuntamiento deLangreo Vicente Dámaso

Abrahám Montes hace entrega de la mitad del Símbolo al Alcalde de Carreño ÁngelRiego en presencia de la Alcaldesa de Langreo Esther Díaz y de Mandy Velasco ,Coordinador de los Encuentros.

Page 98: Portfolio 2012

96 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

iene Candás una pre-

ciosa playa muy pró-

xima al centro del

pueblo a la que se

puede acceder fácil-

mente; segura, allí los pequeños

pueden jugar con toda tranquilidad

sin temor a que una ola se los lle-

ve; apacible, sólo se oye el conti-

nuo murmullo del oleaje y el gri-

terío de los niños; familiar, la ma-

yoría de las personas que acuden

frecuentemente se conocen.

Cuando la mar está baja la playa

es de considerable extensión, pero,

como suele pasar en el mar Cantá-

brico, la marea sube y entonces que-

da poco espacio para tanta toalla...

Sin embargo hay un maravillo-

so recurso, un espigón que, a modo

de proa de crucero penetra en el

mar y permite tomar el sol agra-

dablemente como si se estuviera

en la cubierta del barco, si no sopla

demasiado el viento del nordeste.

Tiene esta playa otra cosa que

es preciso destacar y es que pare-

cen llegar, a ambos lados del

espigón, dos corrientes de agua cá-

lida, de modo que, al moverse en el

agua, se nota la diferencia de tem-

peratura. Tal vez por eso la gente

del pueblo tiene tanta fe en los ba-

ños de mar, además de en el Santí-

simo Cristo, como fuente de salud.

Ven forastero, ven a Asturias,

ven al norte costero, te sentirás

como en casa y tendrás un buen

recuerdo.

Mª Sol Viña Martínez

Bajamar y pleamar

T

Page 99: Portfolio 2012
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98 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

Cristo de Candás bendito, tan querido y venerado,

pescadores de esta villa en Irlanda te encontraron.

En días de tormenta sus esposas acuden a ti rezando.

Una guerra sin razón se desató, no había compasión,

los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalgan de nuev o .

Tú no podías ser ajeno a tanto odio y te quemaron.

El retablo lo salvó un joven "Antón", malogrado escultor,

en su estudio lo escondió, así dice el cronista de Carreño,

su política era el arte, en la flor de la vida lo mataron.

Tras largos años en un barco de pesca por el mar llegaste,

en la Ribera todo el pueblo te esperaba, para acompañarte.

Desde entonces a nuestros días, has ido pasando de padres a hijos,

fueran creyentes o ag n ó s t i c o s, con devoción te han llev a d o .

Este penitente errante no volverá a limpiarte, este no es mi sitio.

Es la hora de bajarte y de flores rodearte,

son las que a Ti te gustan, rosas y claveles,

rostros emocionados te esperan para tocarte.

Todos quieren besar tu faldón, llevan horas esperando,

otros por tus pies pasan un pañuelo que será un recuerdo,

los miras con ternura, son mis romeros que vienen caminando.

Con más pena que alegría, te miro como si fueras mío,

h oy te hablo y te limpio, enfadado conmigo mismo,

al pensar que esto se termina, siento un gran alivio.

Mis charlas contigo me hacían sonreír, ha sido gratificante.

Mirándote a los ojos apretaba tu mano, quería sentir alg o .

Por última vez acaricio tu rostro, nunca podré olvidarte.

Wi f redo Rodríguez Suáre z

Al Cristo de Candás

Page 101: Portfolio 2012

Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 99

%n la noche de San

Juan del año 1916,

además de escuchar-

se los cantos de los

mozos y las mujeres

que danzaban alrededor de la

hoguera, en la que ardían viejas

caja de pescado, paxos rotos y

esfondados, ramas de lloreda y de

eucalito que perfumaban con su

humo el aire, se oyó también el

llanto natal de una niña que venía

al mundo bajo la luna llena de esa

noche. Noche, la más corta del

año, llena de magia y de misterio.

La niña, que debería haberse lla-

mado Juana en honor del santo

profeta, pero que en la pila de San

Félix le pusieron el hermoso nom-

bre de Oliva, habría de recorrer un

largo trecho lleno de avatares, de

dichas y de desdichas, desde que

alumbró su vida en el pequeño y

encantador barrio de la Tenderina.

Hija de Ramón Cuervo, marinero

de altura y luego, al enfermar,

botero, y de Agueda Rodríguez,

freidora en la fábrica de

Mardomingo, fue muy temprano a

la escuela de Pina, en el propio

barrio, una escuela entrañable y

familiar en la que se cantaba el ca-

tecismo y se hacían palotes bajo la

maternal mirada de Pina y de la de

su hermana Carmina, que estaba

lisiada.

Y fue creciendo Oliva, con un

padre enfermo de diabetes, en

unos tiempos en que era muy difí-

cil encontrar insulina en España, si

no fuera por Albo, que se la facili-

taba. Luego, a los 6 años, comenzó

en la Escuela Pública con dos

maestras viejísimas. Hasta que

llegó una maestra nueva, a la que

tenían que llamar señorita profeso-

ra, porque les decía que maestros

eran los peluqueros y los sastres. Y

dice Oliva.

-Nos enseñó mucha urbanidad,

nos puso al hilo, pero yo la quería

mucho, porque aprendíamos a res-

petar la naturaleza, a leer her-

mosos libros: “El Corazón”, “José”,

de Palacio Valdés y otros muy her-

mosos que nos entretenían y

hacían apreciar la lectura.

–Tenía 20 años cuando estalló

la guerra. Éramos cuatro her-

manos, pero aunque mi padre y mi

madre eran muy trabajadores, y yo

iba a la fábrica de Albo desde los

16 años, pasamos mucha hambre y

Oliva Cuervo Rodríguez

TODA UNA VIDA...

ECoordinación y texto: Hermenegildo Fdez. y José Marcelino García.

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100 Candás 2010. Portfolio Edición XLV

mucho miedo y mucha pena. Así

que cuando terminó aquel espanto,

en el pueblo tiraron voladores de

alegría. Pero, entonces, al poco

tiempo, mi madre, ya viviendo en

la casa del Muelle, moría con 70

años.

–Como ya dije, mi padre era

muy trabajador .Tenía una embar-

cación llamada “Los Cuatro

Hermanos” y él mismo, durante el

invierno, hacía los aparejos con mi

hermana Victoriana. Tuvimos tam-

bién un bote para ir al tresmayo y

a la quisquilla, en invierno. Iba

con dos rapazos remando hasta el

Cuarterón y la Igüera. Fue botero,

uno de los muchos que por en-

tonces había en Candás, pero antes

de enfermar iba a la altura: a la pa-

reja y a bonito.

Oliva, que vive en el barrio ma-

rinero del Calvario, está en una pe-

queña y ordenada salita, sentada

en una butaca, frente a la ventana

que da a la gran explanada de estas

viviendas que el cura Muniello

consiguió para los marineros, allá

por los años cincuenta. Le acom-

pañan su hija Belén, que es médico

especialista en Rayos-X, en Valen-

cia, y su hermana Nora, también

de más de noventa años, pero, co-

mo Oliva, joven y guapa como una

rosa.

–El cura Castiello me dio la co-

munión. Vivía en la rectoral con

una hermana, y todos los días

aquella buena mujer me bajaba un

cesto atado con una cuerda desde

el balcón de la cocina para que le

trajera en él una molleta de la “Me-

xona”, que tenía la tahona junto a

la confitería de Avelina y el portal

de la Espelma. Fui de blanco a

comulgar, y después nos llevaron a

desayunar churros y chocolate al

jardín de Laspra.

Oliva guarda silencio, parece

querer recuperar recuerdos, abrir

el arca de su memoria donde

reposan las vivencias de una larga

vida en la que hubo de todo.

–Me casé con Ramón Rosalino

Rodríguez Morán, un hombre muy

marinero y muy preparado, era pa-

trón y maquinista, en el Almirante

Cornejo, un barco de la familia.

Pero quedé viuda muy jove n .

Rosalino murió de una angina de

pecho que le dio estando en la mar.

Y así quedé con dos hijas: María

Oliva y Belén, de manera que no

tuve más remedio que volver al

puesto que había dejado en la

fábrica de Albo cuando nació

Belén. Hasta los 66 años, en que

me jubilé, trabajé de duro hacien-

do muchas horas extraordinarias

para poder sacar a mis hijas ade-

lante, como hacían la mayor parte

de las mujeres de Candás.

Page 103: Portfolio 2012

Candás 2010. Portfolio Edición XLV 101

Oliva dice que no envidia nada

a la juventud de ahora. Y dice:

– Teníamos en Candás un

Ateneo estupendo. Nos dejaban

libros, y como a mí y a Victoriana

nos gustaba mucho leer, nunca nos

a b u r r í a m o s. Ad e m á s, había una

banda de música que tocaba

muchas veces. Tengo un recuerdo

muy especial de un día que ce-

lebramos en Candás la fiesta del

árbol. A todos los niños y niñas nos

dieron un arbolín, y fuimos con la

banda de música a la estación del

tren a esperar a las autoridades

que venían de Oviedo. To d o s

aprendimos de memoria esta

poesía que si queréis os puedo

recitar.

Oliva aguarda que le digamos

que sí, y ella al ver nuestra cu-

riosidad y nuestro interés, comien-

za a recitar:

–“Cantemos al árbol que voy a

plantar / que Dios lo proteja del

aire y del viento. /Cantemos al

árbol que voy a plantar, salud y

riqueza dará / Colgarán las aves su

nido de amor / Uno para el otro los

dos viviremos / Uno se irá elevan-

do y yo iré creciendo / Y si triste y

sola me llego a morir / dejaré en el

mundo un árbol si quiera plantado

por mí”.

– Ya llovió desde entonces –dice

O l i va. Pasaron desde que nací, la vís-

pera de San Juan, la friolera de 96

a ñ o s, pero ahora ya no tengo que ir

con la libreta a la tienda, como en

aquellos tiempos, en los que todo se

compraba “fiao”, hasta que los mari-

neros hacían cuenta y se pagaba.

Son 96, pero todos los días voy con

mi carrito a comprar lo que necesito

al supermercado y a la pescadería.

No me acuerdo de haber ido nunca

al médico, o casi nunca, y muchos

días de invierno como “berces” con

fariñón. Sí, como mucha verdura y

mucho “pescao”. Echo de menos

aquellas primaveras en las que llega-

ban los “bermeanos”. Olían el

b o c a r t e. Decía mi güela: Va a ve n i r

pronto el bocarte, ya están aquí los

“ b e r m e a n o s ”. Y los íbamos a ve r

comer caldereta en el barco. Eran

muy católicos, se santiguaban a la

hora de comer. Y echo también

mucho de menos el canto. Candás

era un cántico. Se cantaba en las

f á b r i c a s, en las casas, en los chigres.

Los “fíos” de Rosa Feliciana, Antón,

Plácido, Adolfo y Eusebio cantaban

muy bien.

La tarde se va colando por

entre los visillos de la pequeña

ventana de la salita. Llegan voces

de niños que juegan en la explana-

da, tocan a misa, suena el teléfono.

Oliva mira a su hija y a su her-

mana. Está tranquila y parece una

mujer feliz.

Page 104: Portfolio 2012

102 Candás 2012. Portfolio Edición XLVII

e g u r a m e n t e, Jacinto

Aramendi fue uno de

esos marineros vizcaí-

nos que Armando Pa-

lacio Va l d é s, en su no-

vela “José”, dice que solían perma-

necer al abrigo de algunos puertos

asturianos (Candás entre ellos), para

pasar la costera de bonito, que dura-

ba, aprox i m a d a m e n t e, desde junio a

s e p t i e m b r e. Así, de esta manera, des-

de Fuenterrabía, llegaría el jove n

Aramendi una primavera, en un lan-

chón de vela y remos, allá por el

años mil ochocientos ochenta y algo,

y, de la misma manera que muchos

de aquellos marineros va s c o s, que se

quedaron en Candás, Jacinto, cansa-

do de dormir abordo bajo un toldo

embreado, entre velas viejas, saltó

un día a tierra y siguió a una mocina

sonrosada, de cabellos negros, ojos

rasgados y boca fresca (como Pa l a c i o

Valdés dice que eran las mujeres can-

dasinas), y se casó con ella: Au r o r a

Serrano Mori, hermana de Milán. Y

así empezó esta historia.

Cuando Joaquín Aramendi (Jua-

co el “Cho”, para los amigos) conoció

a su abuelo Jacinto el vasco, éste ya

estaba retirado de la mar.

–Me parecía muy viejo, aunque

quizá no lo fuera tanto. Vivía en el

m u e l l e, en una casa con balcones a la

Rula, muy marinera, que daba tam-

bién a Santolaya. Una casa situada

entre las de Ramón el Noco y otra en

la que vivió Felix Ponteo, que tenía

c l a r a b oya y bodega, y era de Enri-

quín, luego de Ramona, mujer de

Manolo Pano. En esa casa humilde y

pequeña vivía también –continúa

Juaco– mi bisabuela, la madre de mi

abuela Aurora, porque antes nadie,

fíjate bien lo que te digo, ¡nadie!, se

desprendía de los viejos. No había ju-

bilaciones ni pagas, pero toda la fa-

milia ayudaba con lo que podía. Me

acuerdo que iba muchas veces con

mi abuelo Jacinto, también llamado

el “Cho”, a San Antonio a cazar pá-

j a r o s, a ver la mar desde el Cuirno, a

pasear por el monte y los prados. . .

–No, no había pensiones, dice Ci-

priano (Panín el de la Rula, también

para los amigos, y hermano de Jua-

co). La vida media de entonces era

de cincuenta años, y, como pocos lle-

gaban a esa edad, eran reacios a

apuntarse y pagar trece pesetas para

poder cobrar una jubilación. De ma-

nera que había mucha necesidad. Mi

S

Joaquín y CiprianoAramendi-Cuervo

TODA UNA VIDA...

Coordinación y texto: Hermenegildo Fdez. y José Marcelino García.

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Candás 2012. Portfolio Edición XLVII 103

madre –continua Panín– iba a la fá-

brica de “a fuera” (cuando había mu-

cho “pescao”). Moría mucha gente

del pecho, tísica, mayores y jóve n e s,

porque la gente comía cuando pesca-

ba, y si no, a pasar “fame” y necesi-

d a d e s.

Así, un medio día lluvioso del

mes de abril, comenzamos esta con-

versación con estos dos hermanos

n o n a g e n a r i o s, Juaco el “Cho” y Pa n í n

el de la Rula. Los habíamos espera-

do a la entrada del Po l i va l e n t e, y los

vimos llegar elegantemente ve s t i d o s,

p u l c r o s, derechos, con paso rápido,

Juaco, y más pausado, Panín, que se

protege con paraguas de una lluvia

amable de primavera, que cae a ra-

t o s.

– N o s o t r o s, no lo pasábamos del

todo mal –dice Panín– porque matá-

bamos dos cerdos que se criaban en

el caleyón de la casa de Santolaya ,

frente a la de Matilde Barrosa, que

mi abuela Natalia había comprado a

un aldeano de Logrezana. En esa ca-

sa nacieron todos

mis hermanos. De

aquellos años, a

parte de muchos

r e c u e r d o s, conser-

vo la cama de roble

que mi abuela fue

a comprar a Ovie-

do y la trajo en la

cabeza. Ahora ya

tendrá unos ciento

cincuenta años, y

no tiene nada de

p o l i l l a .

– Yo –dice Jua-

co– me acuerdo

que mamé muchos

cachetes y chinela-

zos por culpa de mi

hermana Natalia.

Como era la única rapacina de la

familia, todos eran a mimarla. Le pu-

sieron el nombre de ella a una mo-

tora de nuestra casa. Una motora pa-

ra andar cerca, en la que por primera

vez fui a la mar, a toliñada. La man-

daba Antón de Pano, que era her-

mano de mi güela Herminia. Enton-

ces sí que había pescao por la mar:

por el Cuarterón, la Igüera, Socam-

p o s... La mar negreaba de xa r a b a l e s

de sardina y parrochina, de bocarte y

c h i c h a r r í n .

–Hicimos la comunión en la

Iglesia de San Félix –dice Panín– con

el párroco D. Francisco Pérez Cas-

tiello, que era un cura muy inteli-

g e n t e, creo que Licenciado o doctor

en teología, y que murió en la recto-

ral de Candás. Éste elemento –dice

Panín– mirando para su hermano, se

escapaba del catecismo, y yo todo el

santo día andaba detrás de él. Lo lle-

vaba a los ejercicios, pero al primer

descuido, ¡zas!, Joaquín volvía a es-

c a p a r s e. Y es que antes, teníamos

que aprender mucha doctrina cristia-

na, eran así las cosas. Me acuerdo

–continúa Panín– que yo en la mili

fui catequista. Nos examinaban de

catecismo antes de ir de permiso. Y

ya podías saber mucho de instru-

cción, de ordenanzas, de todo lo rela-

cionado con el ejército o la marina,

como no supieras el catecismo no ha-

bía nada que hacer.

Juaco, se sonríe al escuchar al

hermano. Y toma la palabra:

– Fui a la guerra con 18 años y vi-

ne de 23. Al entrar los nacionales,

nos enviaban al frente. Luego, al aca-

bar la guerra, la Marina nos reclama-

ba, y yo papé otros 3 años más. Estu-

ve en el destructor Velasco, y Pa n í n

la hizo en la Comandancia de Gijón.

–Con todo y con eso, yo, –dice

Panín– juré bandera a los 80 años, en

Noreña, con los soldado del reempla-

zo, porque me sentía incompleto, no

realizado como español.

-Me llaman “Cho”–dice Juaco–

como llamaban a mi padre. Y es que

el rapaz de barco, en el país vasco, es

el “Cho”. Y así fui yo, rapaz de barco,

o sea, “Cho” en un garrotín, una mo-

tora pequeñina que teníamos en casa

llamada “Nuestra Señora del Car-

men”, para ir a abarique. En otoño,

con una red pequeña, también salía-

mos a la mar a lo que caye r a .

Dejé la mar el año 62 y fui a tra-

bajar a “Entrecanales y Tavora”, lue-

go a Isolux. Después, como muchos

marineros de Candás, entre en ENSI-

D E SA (Mantenimiento Eléctrico).

Enseguida me destinaron para el

hospitalillo que la empresa tenía en

L l a r a n e s, con el Dr. Mauro como

d i r e c t o r. Y allí me jubilé.

Pero antes de todo esto que estoy

contando, tengo que decir que me

casé el año 43, con Lola, la fía de Jua-

Page 106: Portfolio 2012

co el “Gurugú” y de Concha. Éramos

amigos desde la niñez y siempre me

había gustado mucho. Nos casó don

José Muniello, que yo ya había cono-

cido en Oviedo, como capellán,

cuando iba hacia Daroca a aprender

la instrucción.

Panín escucha con atención y se-

riedad a su hermano Juaco. Y toma

la palabra.

– Yo entré a trabajar en la Ru l a ,

llamada también Pósito, el año

1945. Era un edificio de antes de la

guerra; una construcción muy sin-

g u l a r, con marquesina exterior pare-

cida a un Kiosco, en el que se prepa-

raba el pescado que las mujeres de

la paxa compraban en la subasta

para venderlo por el pueblo y las

a l d e a s, llevándolo en paxas o cajas

sobre la cabeza. Pescado fresco, bul-

lendo, tapado con felecho y lava d o

con salmoria de la Ribera. En ese

edificio de la Rula se reunía la Co-

fradía de Pe s c a d o r e s, que era en

Candás una institución muy respe-

tada. Fueron presidentes de ella Ra i-

mundo el Nin, Silvino Vega, Pa n í n

el Mozo y también lo fue Don José

González Muniello, el cura párroco,

que lo llamábamos “Pepe muelle”

por su gran amor a los marineros y

a Candás.

–Me acuerdo –continúa Pa n í n –

que yo tenía que pagar los puntos a

los marineros casados, una pequeña

c a n t i d a d, 100 o 200 pesetas, pero que

en aquellos tiempos de poca perra

suponía una ayuda apreciable, por-

que antes con un “perrón” se arregla-

ba la gente. Había trabajo y mucha

pesca. Pero, después de la guerra, los

marineros necesitaban un aval para

poder ir a la mar. Casi siempre ava l a-

ba el contramaestre, el cura, algún

fabricante o un cargo político de la

l o c a l i d a d.

Y salta Juaco, que permaneció

muy atento a las explicaciones de su

hermano:

–Ahora la gente vive a lo loco.

A n t e s, todos éramos más humildes y

la juventud tenía más respeto a los

v i e j o s.

–Sí, sí –dice Panín–, había más

respeto, pero a base de palo y tente

tieso. Ahora hay libertad, y también,

h ay que reconocerlo, libertinaje y

poca educación.

–Dímelo a mí –contesta Juaco–,

que fui juez de paz durante 20 años

y no hice más que arreglar gente.

Aunque tengo que decir que en Can-

dás no había muchos problemas. Era

la gente de la aldea la que tenía líos

todos los días. Los aldeanos siempre

fueron más complicados que los ma-

r i n e r o s. Por un “bardial” o un linde

ya estaba armada.

La mañana de abril va ava n z a n d o

por los recuerdos y la vida de estos

dos hermanos singulares, cada uno

con su estilo, con su personalidad,

con sus historias que ellos recuerdan

como si hubieran sido vividas aye r

mismo. Los dos fueron perdiendo a

sus mujeres. Los dos han tenido hi-

j o s, Juaco, tres, Panín, cuatro. Hijos

que llenan a estos dos hombres, ya

en la recta final, de cariño y compa-

ñ í a .

–Procuro llevar una vida tranqui-

la –dice Panín–, no creando proble-

mas a nadie, repartiendo sonrisas y

sin ningún miedo a morir. Mi vida

aquí está cumplida. Me fui preparan-

do antes para esta situación. Espero

encontrarme con mi esposa y todos

mis antepasados. Y con la ayuda del

Cristo de Candás, poder seguir vien-

do a este pueblo en el que nací, y

también a mis hijos y nietos.

– Yo sólo tengo miedo a los dolo-

r e s. No quisiera sufrir para morir

–dice Juaco–. Si me acostara y acaba-

ra, sería bárbaro. Bastantes dolores

aguante ya en la vida. Pero tengo que

decir que mereció la pena vivir, a pe-

sar de haber naufragado dos veces y

tener la muerte al lado. ¡Ah!, que me

pongan una baraja dentro de la caja

para jugar con los amigos.

-¡Sí!, dicen los dos a la vez, mere-

ció la pena vivir.

La lluvia al salir del Po l i va l e n t e

había cesado. Juaco apresuró el paso

hacia su casa, para poner, dijo, la la-

vadora. Panín fue bajando hacia la

mar con lentitud, mirando de cuan-

do en cuando el semblante escampa-

do y azul, abierto sobre Candás y la

m a r.

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Con fotografías del Candás antiguo y marinero, el Portfolio quiere mostrar perso-

nas, fiestas, paisajes y aspectos de la vida pasada de nuestro pueblo. Un pueblo

que durante la mayor parte de su historia vivió de la mar y de su industria pesquera.

Barcos con tripulaciones ponen ante nuestros ojos parte de la flota candasina del

pasado siglo, con sus patrones y marineros; un tesoro humano que Candás no puede

olvidar nunca.

Álbum para el recuerdo

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