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Portada Índice CONSTITUCIONES. Cartas y Decreto de aprobación. Comentarios de algunas Hermanas del Equipo General de Constituciones Nuestras Constituciones. Un camino de “mucho amor y mucho dolor” El Misterio Pascual en palabras de Benedicto XVI Novedades Editorial STJ Espacio Abierto: Clamor de Deus. Rita Romio, stj Primer encuentro de Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades en América Latina. MTA de Colombia. La Compañía en un nuevo país de África: BURKINA FASO No es fácil decir “adios” a una obra que llevamos en el alma. Colegio Santiago Apóstol. Cali, Colombia. Tudo chega e tudo se passa… Cierre de la casa de Benguela, Angola Noticias breves Han entrado en la vida Familiares difuntos

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APROBACIÓN DE LAS CONSTITUCIONES

2 de abril,

2006 Esta es una de las mayores gracias: el haberos podido ofrecer este cuerpo de doctrina que debe ser el principal alimento de vuestras almas, vuestro mejor maestro, guía y consejero, y lo que ha de formar vuestro espíritu.

Contiene a nuestro modo de entender el espíritu de la obra y los pormenores más precisos. Lo demás lo irán elaborando el tiempo y la gracia.

Tortosa, 23 de junio, 1879

Cantaré eternamente las misericordias del Señor…

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Vaticano, 3 Marzo, 2006 Prot.n. T 28-1 /2005 Reverenda Madre, En carta del 6 de octubre del año anterior Vd. ha presentado a este Dicasterio la petición de aprobación del nuevo texto de las Constituciones de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Pedimos excusa por el retraso en darle nuestra respuesta. El texto enmendado ha sido elaborado, discutido y aprobado por el XV Capítulo general del Instituto, según las normas del derecho. Esta Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida apostólica, después de un atento estudio, encuentra la nueva redacción enriquecida y bien integrada. Antes de emitir el Decreto se pide sólo una ulterior precisión o una explicación de los puntos transcritos en las hojas adjuntas. Será suficiente enviar los artículos modificados o las explicaciones, sin imprimir de nuevo el texto completo. Una vez recibida la respuesta, elaborada por Vd. y su Consejo, nos apresuraremos a emitir el Decreto de aprobación. Aprovecho con gusto esta circunstancia para saludarla fraternalmente en el Señor. (con anexo) Rvda. Madre Carmen Bartolomé Superiora General Compañía de Santa Teresa de Jesús Dirección General Vía Valcannuta, 134 - 00166 Roma

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Prot.n. T 28-1 /2005

D E C R E T O

La Compañía de Santa Teresa de Jesús, cuya Casa generalicia se encuentra en Roma, ha votado, durante el XV Capítulo General, un texto reelaborado de Constituciones, aprobadas por la Sede Apostólica el 7 de octubre de 1979 (Prot. N. T 28-1/79). La Superiora General ha presentado al Dicasterio el nuevo texto solicitando la aprobación.

Después de estudiar atentamente el documento, en el que se han

introducido algunas puntualizaciones, la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, con el presente decreto, aprueba el nuevo texto de las Constituciones.

Este Dicasterio augura vivamente que la práctica de las Constituciones sea

para las Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús una ayuda inestimable en la realización de la propia vocación, como “mujeres consagradas convocadas por Dios a promover los interesas de Jesús para restaurar en Él todas las cosas”.

No obstante cualquier cosa en contrario. Vaticano, 2 de abril de 2006, fiesta de la Inspiración.

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Viva Jesús

2 de abril, 2006

Fiesta de la INSPIRACIÓN de la Compañía

A LAS HERMANAS DE LA COMPAÑÍA DE SANTA TERESA DE JESÚS

Muy queridas Hermanas: “Dad GRACIAS hoy y todos los días de vuestra vida” y abríos a la fidelidad del don que Dios os ofrece hoy –el proyecto de vida renovado-, nuestras Constituciones.

¡FELICIDADES a cada una y a todas las Comunidades! Todas queremos hoy, fiesta de la Inspiración de la Compañía, dar GRACIAS al

Espíritu que movió el corazón y el ánimo de Enrique para que lo diera todo sin quedarse nada. La obra fue posible por su exquisita disponibilidad al Amor. Jesús y su Reino fueron su única pasión. Le bastaba descubrir, atisbar, que Dios lo quería, para vivirlo con todas sus consecuencias. Estamos seguras, no podemos dudar de la palabra de la Iglesia, de que nuestro Proyecto de vida, aprobado en el XV Capítulo General, ha sido confirmado hoy para nosotras, para la Compañía, como el mejor modo de vivir el Evangelio y seguir a Jesús. Acogemos de corazón este don y nos unimos en la vigilia para renovar con júbilo nuestra consagración en obediencia, pobreza y castidad. Damos GRACIAS a Jesús, Teresa y Enrique. Todas cantamos hoy y pedimos confiadas, sabiendo que nos será dado:

Graba tu imagen en mi memoria … Graba tu amor en mi corazón … Graba en mi adentro tu hermosura …

Un abrazo lleno de agradecimiento. Vuestra hermana:

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GGeeoorrggiinnaa ZZuubbiirrííaa,, rrssccjj,, qquuee hhaa mmooddeerraaddoo nnuueessttrraass rreeuunniioonneess,, ssee aalleeggrraa ccoonn nnoossoottrraass

México, D. F., a 10 de abril de 2006.

Muy queridas hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús:

Aún recuerdo que hace cuatro años, cuando comencé a caminar junto con ustedes, me llamó mucho la atención aquello que les dice san Enrique: “Lo demás lo irán elaborando el tiempo y la gracia.”

Ahora, al saber que ya fueron aprobadas sus Constituciones, celebro y agradezco con ustedes este tiempo de gracia vivido y compartido, orado y festejado. Tiempo de encuentros profundos y de búsqueda sincera, de percibir al Espíritu en la Palabra y en las muchas palabras pronunciadas desde los ricos y diversos contextos en los que la Compañía se encarna. Tiempo de abrir el corazón y darle la forma de los intereses de Jesús. ¡Tiempo de conversión y de gracia!

Con cariño entrañable, agradezco la oportunidad que me regalaron al compartir conmigo el evangelio vivido por cada una en el proceso de actualización de sus Constituciones. No deja de impactarme y conmoverme su sentido de pertenencia a un cuerpo, su corresponsabilidad con la misión común, su participación creativa y dinámica en la construcción colectiva de su Proyecto de Vida. A lo largo de estos cuatro años, la Compañía –con rostros y nombres muy concretos-, compartió conmigo su intimidad: sus deseos y sus dolores, sus gozos y sus esperanzas, sus miedos y sus certezas. Pueden tener la seguridad de que esta experiencia ha marcado mi vida con el valor y la fuerza de la intercongregacionalidad como condición de posibilidad de la vida religiosa en el mundo actual.

En cada encuentro “inter”, “pre” y “capitular”, la oración de cada día, las comidas y las eucaristías compartidas, las largas e intensas jornadas de trabajo y los ratos de descanso y distensión fueron momentos de percibir la presencia de la Sabiduría divina y la acción fecundante del Espíritu de comunión que las empuja a vivirlo “Todo por Jesús”.

Estoy segura de que en sus Constituciones han cosechado lo que ya se vive en las distintas Provincias y en el conjunto de la Compañía. Vida aún pequeña y frágil que, con su cuidado, su cariño y su discernimiento crecerá hasta convertirse en un árbol

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fecundo y frondoso capaz de ofrecerse cada día en favor de la vida de nuestros pueblos, especialmente de aquellos en los que “más peligran los intereses de Jesús”.

Una vez más, gracias por su acogida y su cariño, por su apertura y su confianza. Mi acción de gracias se convierte en oración cotidiana para que sus Constituciones encuentren los cauces adecuados en cada generación de teresianas, en cada contexto nacional y local, en cada raza y cultura, en cada comunidad y provincia. Que santa Teresa y san Enrique bendigan a la Compañía e iluminen su caminar.

Con profundo afecto, su hermana Georgina Zubiría M., rscj

LLaa HH.. PPiillaarr FFeelliiúú,, ddeell EEqquuiippoo GGeenneerraall ddee CCoonnssttiittuucciioonneess,, nnooss

ccoommppaarrttee ssuuss iimmpprreessiioonneess yy sseennttiimmiieennttooss aannttee llaass

CCoonnssttiittuucciioonneess aapprroobbaaddaass

Me han pedido que trasmita mis impresiones y sentimientos al recibir la noticia de nuestras Constituciones aprobadas. Me resulta difícil hacerlo porque las palabras se me quedan inexpresivas, pequeñas. No acierto a expresar la hondura de lo que he vivido por dentro. Pero voy a intentarlo. Os digo que tuve una explosión de emoción, alegría, gratitud y una mezcla de sentimientos agolpados al leer la carta de la Congregación de Religiosos del 3 de marzo. Me conmovió el tono cordial, cercano, como de madre y hermana, con que está escrita la carta. Mientras la leía sentí claramente que las Constituciones estaban ya aprobadas..... que había llegado la palabra definitiva, aunque aún no hubiese sido pronunciada oficialmente. Aquello lo viví como un regalo del cielo, como si Dios quisiera ratificarnos la vigencia y fecundidad de nuestro carisma, expresado en las Constituciones. Y se me hicieron presentes en aquel momento las personas, el trabajo, las vivencias de todos estos años.....

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¡Cuánta vida compartida...! ¡cuántas manos enlazadas...! ¡qué largo camino y qué fecundo el que hemos recorrido...! Di muchas gracias a Dios por todo. También Nuestro Padre se me hizo presente, igual que lo ha estado durante todo el tiempo del Proyecto Constituciones acompañándonos y sugiriendo la palabra oportuna, adecuada..... Como si él, que tuvo que enfrentarse a animadversiones costosas y duraderas, nos hubiera llevado de la mano para que la Santa Sede hoy nos señalara solamente algunas puntualizaciones en el texto constitucional...... Cuando llegó el Decreto de Aprobación mi impresión fue la de quien recibe al fin una gran promesa esperada y cumplida. Me impresionó que el Decreto esté fechado el 2 de abril y que recoja literalmente lo nuclear de nuestro Artículo 2: “mujeres consagradas convocadas por Dios a promover los intereses de Jesús para restaurar en Él todas las cosas”. Me pareció muy significativo también que el Decreto nos estimule con tanto interés a vivir las Constituciones como el medio mejor de realizar nuestra vocación de teresianas. Esta palabra de la Iglesia la viví como una llamada que se nos hace a orar y reflexionar frecuentemente las Constituciones, para interiorizarlas hasta hacerlas patrimonio de nuestra mente y corazón. Y a la vez, irlas traduciendo en gestos y palabras, en hechos concretos de VIDA.

TTaammbbiiéénn llaa HHnnaa.. CCrriissttiinnaa RRoobbaaiinnaa nnooss ccoommppaarrttee llaass ssuuyyaass

““TTooddaass llaass vvoocceess,, ttooddaass……

TTooddaass llaass mmaannooss,, ttooddaass……”” 11 Me piden, hermanas, expresar ”sentimientos, impre-siones… sobre nuestras Constituciones ya apro-badas”. Y al intentarlo, empieza a crecer dentro de mí una canción que me ofrece su ancho cauce para expresar este Pentecostés que hemos compartido en Compañía durante los últimos años: se llama

1 “Canción con todos “ Se ha popularizado interpretada por Mercedes Sosa. Sus autores son Armando Tejada Gómez y Julio César Isella-Lago.

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“Canción con todos” y alude a nuestra humana capacidad de hacer posible un himno de fe y vida compartida desde la diversidad de pueblos y sensibilidades, de geografías y pertenencias. En nuestro caso, esta canción se ofrece como caja de resonancia de nuestro caminar carismático de este tiempo de gracia. Mi experiencia es que al emprender y recorrer nuestro camino de Constituciones en familia, fuimos sintiendo que “andaba en nuestra sangre un río que liberó en nuestra voz su caudal”. No puedo evitar conmoverme hasta las lágrimas al escuchar dentro de mí ese concierto que me habita; una composición polifónica hecha de los sentimientos y balbuceos, de las dudas y certezas que nos fuimos regalando unas a otras al querer decirnos a nosotras mismas y ser dichas por el Espíritu aquí y ahora. Creímos y por eso hoy “tocamos con nuestras manos y vemos con nuestros ojos” nuestro proyecto de vida entretejido por “todas las voces, todas; todas las manos, todas.” Creímos cuando aún no veíamos ni tocábamos y por eso se nos concedió “liberar la esperanza” que nos ha habitado siempre y que hoy es Presencia. Creímos y fue posible que “todas las sangres pudieran ser canción en el viento”. Hermanas: hoy siento que “ahora comenzamos……” En abril del año 2004, al enviarles el capítulo 13 –el último del texto- les hicimos llegar una sencilla evaluación del proceso. Eran tres preguntas: ¿qué nos ayudó?; ¿qué podríamos haber hecho mejor?; ¿qué hemos aprendido? Las respuestas fueron riquísimas en todo sentido. 2 También como nuevo punto de partida. Entonces decíamos respecto a nuestro sabernos y sentirnos Compañía:

redescubrimos la mística del carisma experimentamos el dolor de la distancia entre nuestra vida y el texto aprendimos a gozarnos con la riqueza de nuestro carisma al compartir las

experiencias personales y comunitarias sentimos un “renacer de las cenizas” y el compromiso de “tomar en nuestras

manos” la Compañía constatamos que la misión de la Compañía trasciende nuestros errores y

debilidades Hermanas: nos toca poner proa hacia el horizonte. Después de recalar en los dos últimos puertos, -el XV Capítulo general y la aprobación de la Congregación de Institutos de Vida Consagrada -, la Vida y el Señor nos piden “remar mar adentro”. No solas, “en Compañía” y con todas y todos los que creemos que “otro mundo es posible, otra iglesia es posible y otra vida consagrada es posible”. 3

2 La síntesis de esa evaluación fue entregada por el EGC en la Reunión precapitular. Cada hermana participante recibió el texto bajo dos formatos: una presentación de power point y un documento word. 3 “Aporte de la CLAR a la V Conferencia del CELAM”, publicado en la Revista CLAR, oct-dic 2005.

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NUESTRAS CONSTITUCIONES,

UN CAMINO DE “MUCHO AMOR Y MUCHO DOLOR”

San Enrique de Ossó es un hombre de fe en el que se unen “una oración continua y una actividad apostólica incansable”. Muestra de ello es la rapidez con que pone por obra aquello que comprende que es voluntad de Dios. En abril recibe la inspiración de la Compañía, dos meses más tarde consigue la Fundación. Sabe que todo grupo humano se reúne en función de un fin y necesita de una estructura que le ayude a conseguirlo. El fin lo tiene muy claro, lo ha soñado, orado y sometido a la aprobación de sus superiores. La estructura la irá esbozando poco a poco. El 23 de junio de 1876 comenzó la vida de la Compañía, el 1º de julio escribe el primer REGLAMENTO que regula la vida comunitaria del grupo y distribuye el tiempo con actos que avivan la vida de fe. En este mismo año escribe en su libreta-agenda unos apuntes breves e interesantes, un ESBOZO DE DIRECTORIO en el que señala la visión del Instituto (amplia, universal), el fin y los medios.

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En agosto de 1877 dio por terminado el DIRECTORIO PROVISIONAL, revisado por las Hermanas. De modo nuevo y original presenta a la Compañía como una obra gigantesca basada en el espíritu y ejemplo de Santa Teresa, y hace ver lo que va a ser su organización y su estructura jurídica. Contiene normas prácticas y algunos consejos espirituales.

23 de junio. Primeras CONSTITUCIONES MANUSCRITAS. Las escribe con la asesoría de su amigo el Dr. Marsal y las ofrece a la revisión de las Hermanas. Se conserva sólo el borrador del prólogo, que después aparece

en las ediciones posteriores. Aparece ya muy claro el fin de la obra: ser otras Teresas de Jesús para ser las primeras en conocerle y amarle y en mirar por su honra. Por medio del apostolado de la oración, enseñanza y sacrificio. Es la primera vez que aparece tan claro el auténtico espíritu de la Compañía. La M. Saturnina pide autorización para la impresión de las Constituciones porque es difícil entender la letra manuscrita, es imposible que se transcriban fielmente tantas copias, y su lectura es esencial para formar, sostener y avivar el espíritu de celo y magnanimidad de la Compañía. Pide imprimir un “sumario” de las Constituciones, es decir, un agregado de todos los Documentos reglamentarios que les había dado el Fundador.

SUMARIO DE LAS CONSTITUCIONES DE LA COMPAÑÍA DE SANTA TERESA DE JESÚS. Constituyen el núcleo y cuerpo de doctrina, contenido fundamental de las ediciones posteriores. Recogen los elementos de los

Reglamentos anteriores. Rigen la vida de la Compañía hasta que la Santa Sede da forma definitiva a la Vida religiosa Apostólica. Mantienen el prólogo de las manuscritas y presentan dos partes: la primera abarca el Directorio Provisional, enriquecido con nuevos apartados. La segunda parte trata de “Organización y gobierno”, tiene una “Breve noticia de la Compañía” y varias instrucciones para las Superioras. Estas Constituciones reciben la APROBACIÓN DIOCESANA en 1884. Firma el Decreto el Obispo Aznar, de Tortosa, el 26 de enero. Este mismo día Ntro. Padre lo comunica a las hermanas, y les comparte también sus planes: “Ya están traducidas al latín para su presentación en Roma”.

El primer Capítulo de Asuntos, celebrado en 1887, estudió la situación general de la Compañía y lo que convenía retocar de las Constituciones antes de enviarlas a Roma.

El 3 de enero de 1888, Ntro. Padre, con las Madres Saturnina y Teresa Pla presentan en Roma la petición de aprobación de las Constituciones y las cartas de recomendación de algunos Obispos. El 22 de septiembre se recibe el DECRETO DE ALABANZA, por él la Compañía queda constituida

en Instituto de Derecho pontificio. Pero las Constituciones no se aprueban… La Sagrada Congregación les hizo 28 animadversiones.

1879

1882

1888

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A fin de año se edita la PRIMERA PARTE, con un complemento adjunto, y a primeros del año 89 se edita la SEGUNDA PARTE. Son las mismas Constituciones del 82 con las enmiendas de la Congregación incorporadas. Se presenta recurso a tres de las animadversiones: la nº 10, sobre el voto de enseñanza, la nº 12 sobre la enseñanza de párvulos y la nº 18, sobre la edad de la Superiora General. En enero del 89 le contestan con un “dilata”, es decir, queda pendiente.

Nueva revisión y nueva solicitud de aprobación. Esta vez las presentan en Roma las Madres Rosario Elíes y Teresa Blanch. Se presentan en latín y en castellano.

MUERE NUESTRO PADRE SIN HABER CONSEGUIDO LA APROBACIÓN. ESTO FORMA PARTE DE SU MISTERIO PASCUAL.

Dos meses después de su muerte, de nuevo contesta la Sagrada Congregación con un DILATA y 26 animadversiones. Se admite la enseñanza de párvulos hasta los 7 años. En estos momentos, quedarse prácticamente sin Constituciones y comenzar un nuevo trabajo de revisión significa mucho, ya que se está viviendo un tiempo de vacío en todos los órdenes por la muerte del Fundador y las repercusiones de la enfermedad de la M. Rosario Elíes. La Compañía se sigue rigiendo por las Constituciones de 1888. Para la vida religiosa apostólica femenina hubo impedimentos hasta este momento, ya que se consideraba que la mujer consagrada debía guardar clausura y emitir votos solemnes tal como se hacía en las Órdenes religiosas. En este año, la Iglesia reconoce y aprueba una forma nueva de vida religiosa: los Institutos Religiosos Apostólicos, y publica normas para la elaboración de sus Constituciones. La M. Teresa Blanch pide de nuevo la aprobación de las Constituciones, enmendadas teniendo en cuenta las animadversiones de 1896. Alude al problema de que el Gobierno español no reconoce la validez oficial a los Colegios de las Congregaciones que no tienen aprobadas sus Constituciones. Quizá debido a esto se concede el DECRETO DE APROBACIÓN DEL INSTITUTO CON SUS CONSTITUCIONES. Sin embargo, teniendo en cuenta que el voto del Padre que las había examinado decía que las Constituciones bajo su forma actual “no se podían aprobar ni aun provisionalmente”, les aconsejan que las den para su compilación a una “persona práctica en leyes canónicas”.

1893

1896

1901

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Se las entregan al Dr. Marsal, que teniendo en cuenta todas las enmiendas y las nuevas normas de la Sagrada Congregación hace una reforma en la “forma material y el orden” tal como les habían pedido, conservando íntegro el espíritu.

El nuevo texto de las CONSTITUCIONES elimina varios puntos de las Constituciones antiguas, que deberán consignarse en un Directorio. Se consigue al fin la APROBACIÓN DE LAS CONSTITUCIONES AD EXPERIMENTUM, se editan y se entrega un ejemplar a cada hermana.

La M. Teresa Blanch, al ver que la intención de Roma no era suprimir tantos detalles desaparecidos en las Constituciones, que para ella tenían valor sagrado, sino que se consignaran en un DIRECTORIO, se dedicó con la mayor solicitud a recopilarlo.

Pasado el tiempo de la aprobación “ad experimentum”, el nuevo Gobierno solicita la APROBACIÓN DEFINITIVA DE LAS CONSTITUCIONES, que se consigue el 18 de diciembre. La M. Saturnina se traslada a Roma para agradecer personalmente al Papa Pío X el Decreto de aprobación.

Estas Constituciones han sufrido algunas modificaciones a lo largo del tiempo, según las necesidades dictadas por “el tiempo y la gracia”.

Las modificaciones en el Código de Derecho Canónico han exigido adaptaciones en nuestras Constituciones:

en 1920 se aprobó su adaptación al Código de 1917 en 1988, la adaptación al Código de 1983

La mayor modificación se hizo a partir del Concilio Vaticano II, que animó a los Institutos religiosos a renovar sus Constituciones intentando “volver a las fuentes”. A partir de 1969 se inició en la Compañía el trabajo de elaboración de las Constituciones renovadas. 1971, CONSTITUCIONES AD EXPERIMENTUM.

1903

1908

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El X Capítulo General, en 1975, encargó al Gobierno General la redacción de las Constituciones definitivas, la presentación a la Compañía para ponerles enmiendas referentes a la forma, y la presentación a la Santa Sede para su aprobación definitiva. Se decide que a las Constituciones les precedan los Documentos de Perfección como Regla Fundamental de la Compañía. El trabajo se prolonga hasta el año 1979, en que se dan por terminadas las CONSTITUCIONES RENOVADAS. El 14 de octubre, después de la ceremonia de Beatificación de Nuestro Padre, se lee a las Hermanas el Decreto de aprobación de DOCUMENTOS DE PERFECCIÓN y CONSTITUCIONES, fechado el 7 de octubre.

Pasados varios años, el XIII Capítulo General pide que se proceda a una reelaboración a fin de actualizar su contenido teniendo en cuenta la nueva antropología, teología y eclesiología. Las Hermanas empiezan a aportar sugerencias a través del “Itinerario de renovación”, se forma un Equipo de trabajo que, con el Gobierno General, comienza a dar forma a algunos Capítulos. El XIV Capítulo General toma el trabajo como núcleo prioritario para el sexenio, se implican en él todas las Comunidades, se forman Equipos provinciales y general, se revisa cada una de sus partes en los encuentros entre el Gobierno General con las Provinciales, y al fin se presenta la nueva redacción tras casi 12 años de trabajo participativo.

EL XV CAPÍTULO GENERAL LAS APRUEBA Y, EL 2 DE ABRIL DE 2006, RECIBEN LA APROBACIÓN DE LA SANTA SEDE.

María Echeverría, stj

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EEll MMiisstteerriioo PPaassccuuaall eenn ppaallaabbrraass ddee

BBeenneeddiiccttoo XXVVII A lo largo de las celebraciones de la Pasión y Resurrección del Señor hemos ido recibiendo de nuestro Papa mensajes tan breves como incisivos que iluminan nuestra vida y mantienen su actualidad en cualquier momento del ciclo litúrgico

LA CENA DEL SEÑOR. «Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo» (Juan 13, 1): Dios ama a su criatura, el hombre; le ama también en su caída y no le abandona a su suerte. Él ama hasta el final… Dios no es un Dios lejano, demasiado distante y demasiado grande para ocuparse de nuestras menudencias. Dado que es grande, puede interesarse por nuestras pequeñeces. Dado que es grande, el

mismo hombre creado por amor eterno no es algo pequeño, sino grande y digno de su amor.

Dios desciende y se hace esclavo, nos lava los pies para que podamos sentarnos a su mesa. En esto se expresa todo el misterio de Jesucristo. En esto se hace visible lo que significa la redención. El baño en el que nos lava es su amor dispuesto a afrontar la muerte. Sólo el amor tiene esa fuerza purificadora que nos quita nuestra suciedad y nos eleva a las alturas de Dios. El baño que nos purifica es Él mismo que se nos entrega totalmente hasta tocar las profundidades de su sufrimiento y de su muerte. Él es continuamente ese amor que nos lava; en los sacramentos de la purificación --el bautismo y el sacramento de la penitencia-- se arrodilla continuamente a nuestros pies y nos ofrece el servicio del esclavo, el servicio de la purificación, nos hace capaces de Dios. Su amor es inagotable, llega verdaderamente hasta el final. «Vosotros estáis limpios, aunque no todos», dice el Señor. Existe el oscuro misterio del rechazo, que con lo sucedido a Judas se hace presente y

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tiene que hacernos reflexionar. El amor del Señor no conoce límites, pero el hombre puede ponerle un límite. ¿Qué hace que el hombre se ensucie? El rechazo del amor, el no querer ser amado, el no amar. La soberbia, que cree que no tiene necesidad de purificación, que se cierra a la bondad salvadora de Dios… La soberbia no quiere confesar y reconocer que tenemos necesidad de purificación El Señor nos advierte ante esa auto-suficiencia que pone un límite a su amor ilimitado. Nos invita a imitar su humildad, a confiar en ella, a dejarnos «contagiar» por ella. Nos invita a regresar a su casa por más perdidos que nos sintamos y a permitir que su bondad purificadora nos levante y nos haga entrar en la comunión de la mesa con él, con el mismo Dios. Reflexionemos en una frase más de este pasaje evangélico inagotable. «Os he dado ejemplo…», «vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros» ¿En qué consiste «lavar los pies unos a otros»? ¿Qué significa concretamente? El Señor nos llama a esto: a bajar, a aprender la humildad y la valentía de la bondad, así como la disponibilidad para aceptar el rechazo, confiando sin embargo en la bondad y perseverando en ella.

Lavarnos los pies los unos a los otros significa sobre todo perdo-narnos incansablemente los unos a los otros, volver a comenzar siempre de nuevo, aunque parezca inútil. Significa purificarnos los unos a los otros soportándonos mutuamente y aceptando el que los demás nos soporten; purificarnos los unos a los otros dándonos mutuamente la fuerza santificante de la Palabra de Dios e introdu-ciéndonos en el Sacramento del amor divino.

El Señor nos purifica y por este motivo nos atrevemos a sentarnos a su mesa. Pidámosle que nos dé a todos nosotros la gracia de poder ser huéspedes un día y para siempre del eterno banquete nupcial. ¡Amén!

POR EL CAMINO DE LA CRUZ

El Vía Crucis no es algo del pasado y de un determinado punto de la Tierra. La Cruz del Señor abraza al mundo, su Vía Crucis atraviesa los continentes y los tiempos. En el Vía Crucis no podemos ser sólo espectadores. Estamos involucrados y tenemos que buscar nuestro lugar: ¿dónde estamos nosotros? En el espejo de la Cruz hemos visto todos los sufrimientos de la humanidad de hoy. En la Cruz de Cristo hemos visto hoy el sufrimiento de los niños abandonados, abusados, las amenazas contra la familia, la división del mundo

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entre la soberbia de los ricos, que no ven a Lázaro ante la puerta, y la pobreza de tantos que sufren a causa del hambre y de la sed. Pero hemos visto también estaciones de consuelo. Hemos visto a la Madre, cuya bondad permanece fiel hasta la muerte y después de la muerte. Hemos visto a la mujer valiente que se presenta ante el Señor y que no tiene miedo de mostrar solidaridad por esta persona que sufre. Hemos visto a Simón de Cirene, un africano, que lleva con Jesús la Cruz. Y hemos visto finalmente en estas estaciones de consuelo que, así como no termina el sufrimiento, tampoco terminan los consuelos.

En el Vía Crucis no existe la posibilidad de ser neutros. Pilatos, el intelectual escéptico, trató de ser neutro, de quedarse fuera, pero precisamente de este modo tomó posición contra la justicia por el conformismo de su carrera. Tene-mos que encontrar nuestro puesto.

Hemos visto cómo en el camino de la Cruz, Pablo encontró el celo de su fe y encendió la luz del amor; hemos visto cómo san Agustín encontró su camino, san Francisco de Asís, san Vicente de Paúl, san Maximiliano Kolbe, la Madre Teresa de Calcuta, y así se nos invita a que nosotros encontremos también nuestra posición, a que encontremos junto a estos personajes grandes, valientes, el camino con Jesús y por Jesús, el camino de la bondad, de la verdad, de la valentía, del amor. Y de este modo hemos comprendido que el Vía Crucis no es simplemente una lista de lo oscuro y triste del mundo, no es tampoco un moralismo en definitiva ineficiente, y no es un grito de

protesta que no cambia nada; por el contrario, el Vía Crucis es el camino de la misericordia, la misericordia que pone un límite al mal, como hemos aprendido del Papa Juan Pablo II. Es el camino de la misericordia y de este modo el camino de la salvación. Nos invita a emprender el camino de la misericordia y a poner con Jesús un límite al mal. Pidamos al Señor que nos ayude a contagiarnos de su misericordia. Pidamos a la santa Madre de Jesús, la Madre de la misericordia, que también nosotros poda-mos ser hombres y mujeres de la misericordia y de este modo contribu-yamos a la salvación del mundo, a la salvación de la criatura-hombre de Dios. Amén. LA ALEGRÍA DE LA RESURRECCIÓN ¡Cristo ha resucitado«¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado» Desde aquella mañana, estas palabras siguen resonando en el universo como anuncio perenne, e impregnado a la vez de infinitos y siempre nuevos ecos, que atraviesa los siglos. Aquel sábado fue ciertamente «un día solemne», el más solemne de la historia, porque, en él, el «Señor del sábado» llevó a término la obra de la creación, elevando al hombre y a todo el cosmos a la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Ha peregrinado en la tierra de los hombres, ha terminado su camino en la tumba, como todos, pero ha vencido a la muerte y, de modo absolutamente nuevo, por un puro acto de amor, ha abierto la tierra de par en par hacia el Cielo. Hoy se cumple la promesa del Creador; hoy, también en esta época nuestra marcada por la inquietud y la incerti-

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dumbre, revivimos el acontecimiento de la resurrección, que ha cambiado el rostro de nuestra vida, ha cambiado la historia de la humanidad. Cuantos permanecen todavía bajo las cadenas del sufrimiento y la muerte, aguardan, a veces de modo inconsciente, la esperanza de Cristo resucitado.

Que el espíritu del Resucitado traiga consuelo y seguridad, particularmente, a África a las poblaciones de Darfur, que atraviesan una dramática situación humanitaria insostenible; a las de las regiones de los Grandes Lagos, donde muchas heridas aún no han cicatrizado; a los pueblos del Cuerno de África, de Costa de Marfil, de Uganda, de Zimbabwe y de otras naciones que aspiran a la reconciliación, a la justicia y al desarrollo. Que en Irak prevalezca finalmente la paz sobre la trágica violencia, que continúa causando

víctimas despiadadamente. También deseo ardientemente la paz para los afectados por el conflicto de Tierra Santa, invitando a todos a un diálogo paciente y perseverante que elimine los obstáculos antiguos y nuevos. Que la comunidad internacional, que reafirma el justo derecho de Israel a existir en paz, ayude al pueblo palestino a superar las precarias condiciones en que vive y a construir su futuro encaminándose hacia la constitución de un auténtico y propio Estado. Que el Espíritu del Resucitado suscite un renovado dinamismo en el compromiso de los Países de Latinoamérica, para que se mejoren las condiciones de vida de millones de ciudadanos, se extirpe la execrable plaga de secuestros de personas y consoliden las instituciones democráticas, en espíritu de concordia y de solidaridad activa. Por lo que respecta a las crisis internacionales vinculadas a la energía nuclear, que se llegue a una salida honrosa para todos mediante negociaciones serias y leales, y que se refuerce en los responsables de las Naciones y de las Organizaciones Internacionales la voluntad de lograr una convivencia pacífica entre etnias, culturas y religiones, que aleje la amenaza del terrorismo. Éste es el camino de la paz para el bien de toda la humanidad. Que el Señor Resucitado haga sentir por todas partes su fuerza de vida, de paz y de libertad. Las palabras con las que el ángel confortó los corazones atemo-rizados de las mujeres en la mañana de Pascua, se dirigen a todos: «¡No tengáis miedo!...No está aquí. Ha resucitado» (Mt 28,5-6). Jesús ha resucitado y nos da la paz; Él mismo es la paz. Por eso la Iglesia repite con firmeza:«Cristo ha resucitado ».

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“Clamor de Deus” numa realidade de pobreza

e exclusão

“Renovar o compromisso de estar ao lado dos empo-brecidos e excluídos e com eles/as caminhar para uma humanidade reconciliada: o Reino de Deus.”

Ser educadora teresiana para regenerar o mundo é um projeto de vida que exige uma integração profunda entre a espiritualidade e a missão numa realidade concreta. No desejo de Enrique de Ossó, sede santas e sábias, temos a missão de dedicar-nos à oração e à pregação da Palavra (At 6,4). O Capítulo nos convida a renovar a paixão por Jesus para anunciar a Boa Nova. É um chamado a um discipulado encarnado. Significa que não podemos estar isentas da realidade e dos acontecimentos ao nosso redor. Somos interpeladas a uma constante mirada para Deus e ao mesmo tempo um olhar para a sociedade e o mundo que nos toca viver. À exemplo de Jesus de Nazaré, perceber o grito existencial humano evidenciado pelos que mais sofrem, optando prioritariamente, pelas pessoas excluídas da sociedade. Neste sentido nos perguntamos sobre o significado da nossa missão teresiana na favela onde vivemos, concretamente na Comunidade do Bairro Caju, Rio de Janeiro, Brasil.

Nesta realidade o ser humano insiste em sobreviver em meio à não vida: a fome, a violência, o desemprego, o analfabetismo, a baixa escolaridade, o baixo índice de desenvolvimento humano. Imensa é a perplexidade diante do grande número de jovens desocupados, sem emprego, fora da escola, isca fácil para o tráfico de drogas. Olhamos seus rostos. A grande maioria, crianças e jovens! Os de meia idade, envelhecidos, sofridos! Numerosas e lindas crianças brincando nas ruas. É o pula-pula, o esconde-esconde, empinando a pipa ou até brincando de bandido que foge da polícia. Com um nome tão belo, Parque Boa Esperança, Caju, onde moramos, vive uma população de aproximadamente vinte mil habitantes. Queremos chamar a atenção de que o Bairro Caju é composto por mais oito Comunidades com características semelhantes às citadas acima.

Porém, se os desafios são muitos, igualmente os sinais de vida e da presença do Espírito se fazem notar. Vivemos num paradoxo. Em

¿¿TTee aanniimmaass aa eessccrriibbiirr eenn ttuu pprrooppiiaa lleenngguuaa?? EEssttaa sseecccciióónn rreeccooggee llaass rreefflleexxiioonneess oo eexxppeerriieenncciiaass ssoobbrree aassppeeccttooss ddee llaa ppoossttuurraa ccoonnggrreeggaacciioonnaall yy ddeessaaffííooss ddeell CCaappííttuulloo..

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meio a esta realidade de violência e profundo desrespeito á pessoa humana, testemunhamos muitos gestos de solidariedade, espírito comunitário, participação intensa de jovens, crianças e adultos. Gestos de fraterna comunhão e busca de respostas existenciais através da fé. Ao mesmo tempo, a maioria das vinte Igrejas Evangélicas presentes na comunidade do Parque da Boa Esperança têm sua oferta diária de cultos, preces e exorcismos com uma notória freqüência.

O XV Capítulo Geral nos impulsiona ao exercício de aproximação da realidade, discernimento, conversão e ação. Tendo presente a pobreza e exclusão social que palpamos no dia-a-dia no Caju, sentimos necessidade de explicitar a atitude e ação de

Enrique de Ossó em relação aos pobres. Lembramos aqui que em sua proposta

educativa para a Companhia de Santa Teresa de Jesus, Enrique de Ossó quer atingir a pessoa na sua globalidade de aspectos ou dimensões, a partir da opção por Jesus Cristo. Seu alvo são as pessoas de todas as classes sociais. Porém, em alguns de seus escritos, especialmente em algumas Cartas, a dimensão da educação gratuita aos pobres é enfatizada por Enrique de Ossó:

“[...] no mês de abril abram vosso colégio de pobres, do Coração de Jesus”4; “[...] admitirão gratuidade a todos os pobres [...]”5; “[...] cinco professoras para ensinar de graça às crianças pequenas e aos pobres da escola elementar [...]”6; “[...] por motivo nenhum são fechados os colégios da Companhia de Santa Teresa de Jesus, por serem pobres, aqueles onde se ensina gratuitamente [...] Las Profesoras enseñan gratuitamente en todos los colegios, a los pobres que se presentan”7; “[...] Por cada cinco o seis que paguen, pueden tener una gratis”8; “[...] las Hermanas siempre han cumplido el contrato de ocuparse, cinco de ellas, en la enseñanza de niñas pobres [...]”9; “[...] que mais duas Irmãs possam ir a Puebla para encarregar-se dos pobres [...]” .10

Atualmente, como herdeiras da missão evangélica que Enrique de Ossó nos deixou nos sentimos impulsionadas pelo Espírito ao compromisso de estar ao lado dos “empobrecidos e excluídos e com eles/as” construirmos o Reino de Deus. Fazer uma opção pela pessoa e ajudá-la a se desenvolver em todas as suas dimensões, significa resgatar a sua dignidade de criatura, feita à imagem e semelhança de Deus.

4 Carta a Magdalena Amargós, Barcelona, 1884 (Inédita em AGSTJ Vol.15,137). 5 Carta a Asunción Mallol, Barcelona, San Gervasio, 14/6/1893 (Inédita em AGSTJ Vol.12,14). 6 Carta ao Sr. Antonio, Almunia, 18 /11/1882, (Inédita em AGSTJ Vol.1,136). Cf. Carta a Saturnina Jassá, Barcelona, 20/11/1882 (Inédita AGSTJ Vol.3,138). Carta a Asunción Mallol, março de 1891 (Inédita em AGSTJ Vol.12,120). 7 Carta de 1886 (Inédita em GSTJ Vol.23,72). Cf. Carta a Teresa Plá, Tortosa, 18/5/1878 (Inédita AGSTJ Vol.3,15). 8 Carta ao Cura de Vilallonga, Barcelona, 12/11/1882 (Inédita em AGSTJ Vol.3,142). Cf. Carta, La Fraga, 12/12/1886 (Inédita em AGSTJ Vol.27,.45). 9 Carta a J. Pellicer, 4/4/1891 (Inédita em AGSTJ Vol.23,94). 10 Carta a Rosário Elíes, Madrid, 17/4/1891 (AGSTJ Vol.18,19 Ed. 1969, n. 424).

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No Caju, Rio de Janeiro, desde a fundação, as Irmãs Teresianas se empenharam no apostolado da educação popular, alfabetização, catequese, música, diversas articulações e grupos, enfim, todas as formas possíveis para atender as necessidades deste povo sofrido.

Hoje, viver na favela Parque da Boa Esperança, Caju, significa vivermos bombardeadas de muitos desafios e questionamentos! Escrevemos ouvindo uma barulhenta música do Comando da Droga, situado nos fundos da nossa casa. Parece um desejo de anestesiar as angústias, decepções, esperanças, amores e desamores. Na cruel realidade destes jovens, com um horizonte existencial tão curto, de “grana fácil”, vida constantemente ameaçada pela polícia ou por grupos rivais, o que significa acercar-nos a essa realidade tão complexa e desafiadora?

Recordamos com dor no coração aquela adolescente de treze anos, há poucos dias atingida por duas balas, no momento em que a polícia entrou na comunidade, dando tiros. O socorro imediato à vítima foi impedido pela polícia por exigir a presença do grupo das colegas que estavam com a garota na hora do acontecimento. Este fatal tempo de espera favoreceu o óbito.

São muitas as ocorrências violentas que presenciamos, tanto por parte da polícia como de quem se envolve com o comércio das drogas. Marcar presença junto às vítimas, na maioria das vezes, é a única possibilidade de ação. Seguidamente batem à nossa porta jovens mulheres com seus filhos já sem pai pois alguém os matou por terem se envolvidos com o tráfico de drogas. Olhamos para essas crianças e imaginamos se não os espera um futuro semelhante ao de seu pai.

A presença teresiana no Caju, entre outras atividades, impulsionou a formação da comunidade Nossa Senhora Aparecida onde muitas vezes o atual espaço físico é insuficiente para tantos grupos de catequese, de mulheres, de jovens e adultos que lá se reúnem e participam das atividades comunitárias. Entre essas pessoas há uma comunhão que inegavelmente é real, porém pouco se explica. Não será o Espírito de Deus que perpassa toda a realidade, a complexidade da história e que age e faz brotar vida no meio a tantas ambigüidades?

Percebemos que no “clamor de Deus” nesta realidade de pobreza e exclusão há algo em comum, um fio condutor que perpassa essa complexidade. É a vida, costurada pelo amor. Aí está a Trindade, aí está a nova e velha expressão do Seu amor pela humanidade, no percalço dos subúrbios da história, tal qual ela se apresenta. Precisamos anunciar que a Boa Notícia, o Espírito de Deus já se adiantou e quase não o percebemos! Rita Romio, stj

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LLooss rreepprreesseennttaanntteess ddeell MMTTAA nnooss ccuueenn--ttaann ssuu eexxppeerriieenncciiaa

Participaron ciento veintidós responsables de cuarenta y cinco mo-vimientos y nuevas comunidades, prove-nientes de 23 países de América Latina, treinta y dos Obispos, junto con la presidencia del CELAM y una representación del Pontificio Consejo de laicos. El encuentro fue un espacio de discernimiento para entender a los movimientos como dones del Espíritu llamados a aportar al mundo de hoy su lenguaje evangelizador, como “laboratorios de fe” en todos los ámbitos. Nos impactó la idea de que el discipulado es una llamada personal para seguir a Jesús y estar con Él, dejándolo todo. Es Jesús el que da la fuerza para seguir. Es Él quien mantiene al hermano en la comunidad. El encuentro con Jesús se parece a un dardo que nos toca el corazón y nos lleva a ser misioneros, a anunciar lo visto y oído. Algunos Movimientos contaron su nacimiento, formación, crecimiento: los Neocatecúmenos, La Renovación Carismática, Cursillos de Cristiandad, Comunión y Liberación, Focolares, San Egidio...etc. Hubo grupos de trabajo por temáticas. Gonzalo Marín participó en el de “Transmisión y educación de la fe a los jóvenes”, y la Hna. Luz Marina Carmona y Maribel, en “La tarea educativa: reconstruir el tejido humano, familiar y social.” La decisión no fue difícil de tomar pues escogimos el grupo por afinidad. Por ejemplo en nuestro grupo, era imposible no hacer reflejos desde la Propuesta Educativa Teresiana y su opción por LA PERSONA.

Maribel Betancur

Gonzalo Marín, H. Luz Marina Carmona y Maribel Betancour

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La COMPAÑÍA EN UN NUEVO PAÍS DE ÁFRICA: BURKINA FASO ALGO SOBRE EL PAÍS: Se trata de un país muy pobre, el tercero empezando por detrás en el Índice de Desarrollo Humano publicado por Naciones Unidas. Cercano a Costa de Marfil, con quien limita al sur y con quien comparte la lengua oficial: el francés. Aunque carece de casi todo, cuenta con una Iglesia viva y comprometida, pero minoritaria, que necesita misioneros/as para extender el Reino en las distintas zonas.

No tiene salida al mar, es uno de los países de mayor densidad de población en la sabana del Sahel, al sur del Sahara. Sufre un paulatino proceso de desertificación, causado por el uso de técnicas de explotación agropecuaria no adecuadas y al avance hacia el sur del desierto del Sahara. Apenas hay vegetación, escasea la leña y muestra un paisaje seco que impresiona. Hay diversidad de etnias, de lenguas, de culturas, los mossis constituyen más de la mitad de la población y su lengua es la más hablada. La educación es una de las grandes necesidades de este país. En cuanto a religión, los cultos africanos tradicionales son mayoritarios, hay un 30% de musulmanes y un 10% de cristianos. La población es de unos 12 millones de habitantes, de los cuales, medio millón viven en la capital: Ouagadougou,

Burkina Faso formaba parte, en otro tiempo, del Gran Imperio Mossi, uno de los más fuertes antiguos reinos africanos. En 1896, Francia ocupó toda la región, y en 1919 se convirtió en colonia francesa con el nombre de Alto Volta. Obtuvo su Independencia en 1960. Años más tarde, en 1984, el país adoptó el nombre de Burkina Faso (Tierra de Dignidad). Desde su Independencia, su historia se ha caracterizado por una serie de golpes militares.

La devaluación de su moneda, las sequías, la caída del precio de las materias primas, la falta de medicinas para combatir el paludismo y el SIDA, el que sólo haya un médico por 25.000 habitantes, con una media de vida de 48 años, ha provocado un fenómeno social que afecta a la mayoría del pueblo de Burkina: la necesidad de emigrar. Son muchos los que dejan su país y van a los países vecinos buscando trabajo para conseguir a cambio poder alimentar a sus familias.

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Dónde y por qué hemos ido allí:

La delicada situación política de Costa de Marfil y el contar ya con hermanas de países vecinos despertó en las Comunidades de Costa de Marfil la llamada a llevar a cabo una expansión misionera de la Compañía en África francófona. En una visita de las Hermanas Concha Salvador y Cristina Martínez a esta tierra, comenzaron a tratar el tema de una nueva fundación y una reorganización de obras y presencias para el tiempo de la guerra. Se pensaba en los países de Burkina Faso y Benín, donde los Obispos habían solicitado la presencia de la Compañía. En una visita posterior, las Hermanas Concha Salvador y Encarna Autor, acompañadas por la Hna Carmen Bruguera, visitaron estos dos países y vieron conveniencia y posibilidades para una fundación.

En la parte norte que es la más pobre, en la dio-cesis de Ouani-gouya está Gour-cy, donde está la primera Comu-nidad Teresiana

Puesto que en los dos países se nos ofrecía un amplio campo apostólico y la necesidad era evidente, las Hermanas de Costa de Marfil acompañadas por la Hna. Concha Salvador hicieron un discernimiento sobre el lugar más conveniente para la nueva fundación y se inclinaron por Burkina Faso por las siguientes razones: - es un lugar de extrema pobreza muy necesitado de educación y el pueblo muestra

mucho interés por la escuela. - es una Iglesia abierta, el estilo de las comunidades eclesiales es sencillo, hay pocas

Congregaciones religiosas y el Obispo lleva años solicitando nuestra presencia.

El Gobierno General erigió una casa en Gourcy, diócesis de Ouahiguya, Burkina Faso, para responder a la petición del Obispo de la Diócesis y al discernimiento hecho por las hermanas de Costa de Marfil, y envió allí una pequeña comunidad teresiana, que depende de la Dirección General. Desde nuestra realidad comenzaremos un proceso de ser parte de este pueblo y esta Iglesia-Familia y esperamos ir asumiendo a su tiempo la educación a nivel secundario de la escuela, que ahora sólo ofrece primaria.

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ABRIENDO CAMINOS

Las hermanas Carmen Bar-tolomé, Coordinadora Ge-neral, y Concepción Salvador, delegada del Equipo General para acompañar a las her-manas de Costa de Marfil, llegaron a Ouagadougou, capital de Burkina Faso, el día 27 de marzo a fin de preparar la llegada de la nueva comunidad. El 29 tuvieron un encuentro en Gourcy con el Comité de la parroquia para la gestión de la enseñanza católica. Poco des-

pues se entrevistaron con Mns. Philippe Ouedraogou, obispo de Ouahigouya, y con el secretario, el ecónomo y el delegado de educación católica de la diócesis, para tratar juntos los asuntos generales de la fundación. El día 2 de abril, escogido como fecha significativa para la Compañía, llegaron las hermanas Carmen Bruguera, Edith Boya y la prenovicia Rosa Porgo que formarán la comunidad. Fueron acogidas, en el aeropuerto, por las Hnas. Carmen Bartolomé y Concepción Salvador, junto con el ecónomo de la diócesis, que las esperaban para llevarlas a Gourcy.

la H. Carmen Bruguera NOS cuenta La llegada a GOURCY Un aire seco que corta la piel, un sol ardiente, se respira el polvo. Muy poca vegetación, algunos árboles dispersos y casi sin hojas, algún arbusto. Al pasar por la carretera se van viendo los pueblecitos. Casas de adobe, techos de paja; así es el camino de Ouagadougou a Gourcy, pero –qué acogida tan entrañable! La gente se muestra cercana, sencilla, amable; niños, ancianos, adultos, todos parecen alegrarse con nuestra llegada.

Las Hermanas con el Sr.Obispo en la casa parroquial

La nueva comunidad

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Han preparado con cariño y esmero el recibimiento, nos han dado a beber el „agua de bienvenida‰, es su rito de acogida. La comunidad cris-tiana nos acompañó a la casa que la diócesis pone a nuestra disposición hasta que tengamos nuestra propia casa; nos ayudó a descargar el equipaje, nos acompañó a la parroquia donde nos presentamos y donde enco-mendaron a Dios nuestra obra y dieron gracias por nuestra presencia en Gourcy

Al día siguiente, cuando salimos a hacer algunas compras, nos cruzamos ya con rostros sonrientes. Ya a las 6 de la mañana pudimos participar, con mucha gente, en la eucaristía cotidiana; es una comunidad cristiana sencilla pero viva.

Que el Señor nos ayude a dejarnos evangelizar por todos estos gestos de acogida y cercanía. Que nos haga capaces de aportar nuestro pequeño grano de arena a la evangelización de la Iglesia en Ouahigouya donde la Compañía acaba de enviar su primera comunidad teresiana. Nos unimos con alegría a la alegría de nuestras hermanas, porque su misión es misión de toda la Compañía. Deseamos que se sientan acompañadas por nuestro interés y afecto, con ellas damos gracias a Dios.

Mª Carmen Franch, stj

Con el Delegado de Educación

El local de la escuela

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No es fácil decir “adios” a una obra que llevamos en el alma

Colegio Santiago Apóstol, Cali

1980 - 2006 Carta abierta de la Hna. Provincial:

Es difícil expresar algo cuando se entremezclan tantos sentimientos vividos durante este último mes. ¡Son tantos los motivos para agradecer al Señor! ¡Ha sido tan fuerte la experiencia vivida en el proceso de Santiago Apóstol! Gozo y

dolor juntos. ¡Todo es vida! Es el misterio pascual siempre presente en la historia personal y congregacional.

Recibí la noticia de la aprobación de las Constituciones el mismo día que entregábamos el Colegio Santiago Apóstol. Celebramos este gran gozo en medio de los rostros desconcertados de profesores, jóvenes y niños que con impotencia nos despedían agradeciendo toda la vida compartida allí durante 26 años.

“Contradicción de buenos” diría Nuestro Padre. Los responsables de la Educación en la Arquidiócesis de Cali tienen sus razones muy válidas para la nueva organización de los Colegios pero no podíamos comulgar con algunas decisiones que nos parecen injustas. La decisión ha sido nuestra y asumimos todo el dolor que está suponiendo dejar esta Obra tan querida por la Provincia y en la que dejaron parte de su vida tantas Hermanas.

Desde aquí quiero agradecer toda la vida recibida y compartida durante estos 26 años. Agradecer en primer lugar a todo el per-sonal del Colegio, sin su entrega, acogida y generosi-dad no hubiera sido posible nuestra misión; a los padres de familia por confiar en nosotras la educación de sus hijos y por su colaboración generosa y constante, a la Iglesia de Cali que fue por muchos años un espacio de comunión, de trabajo conjunto en donde

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podíamos poner al servicio de la pastoral educativa los distintos carismas en un intercambio que nos enriqueció a todos. Donde aprendimos a dialogar y a tomar juntos las decisiones necesarias para la buena marcha de los Centros Educativos.

Allí queda la semilla sembrada y un equipo de maestros formado en la espiritualidad teresiana que sabrá continuar la misión. El MTA se ha comprometido expresamente a mantener la llama encendida. Jesús seguirá siendo conocido y amado por muchos. Es una Obra de la Iglesia y el Señor no los dejará sin guías que continúen la tarea evangelizadora en toda aquella Comunidad Educativa, sé que es nuestro deseo y que oramos para que así sea.

Nosotras “callar y orar”. Callar todo aquello que pueda romper la unidad y orar mucho para entender lo que nos está diciendo Dios en este momento. Recibimos con gozo las Constituciones aprobadas, es un gozo que también recibimos de manos de la Iglesia. Es en ellas dónde vamos a encontrar la respuesta de Dios. Son nuestras, las

hemos elaborado entre todas, Me parece escuchar a Nuestro Padre que nos dice “Grandes cosas verdaderamente habéis prometido hijas mías”. La Iglesia lo ha confirmado, ahora nos queda vivirlas.

Hoy todo nos invita a

renovar nuestra consagración, a vivirla con “nueva pasión”. El

Capítulo, Las Constituciones, el Papa en su Encíclica, el tema de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano... Todo nos llama, como también lo hace la Santa Madre, a “poner los ojos en el verdadero camino”, a vivir el discipulado con todas sus consecuencias a ser “Comunidad de discípulas oyentes de la Palabra”

En el Capítulo nos preguntamos ¿Cómo ayudarnos comunitariamente a vivir con

gozo el compromiso con Jesús y su misión? Y respondimos con cuatro grandes desafíos que ahora tenemos en nuestras manos. Ahora nos toca respondernos como Provincia ¿Cómo ayudarnos? ¿Qué cambios de mentalidad, actitudes y estructuras deben darse en la Provincia? ¿Cómo “promover entre nosotras relaciones interpersonales incluyentes, fraternas y humanizadoras, que faciliten el acompañarnos mutuamente en la vida”?

Me uno a la oración y sufrimiento de nuestras Hermanas enfermas, con ellas

ofrezco la vida de la Provincia y pido a María que “anime nuestra búsqueda de la voluntad de Dios y nuestra fidelidad a su plan de salvación, y nos eduque y acompañe en nuestro seguimiento de Jesús.”

Luz Marina Valencia L. stj

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Tudo chega e tudo se passa...

Tudo chega e tudo se passa. Cumprimentos e despedidas. As nossas emoções, certa-mente, também são vossas! Ao longo do tempo que per-manecemos em Benguela, a cidade das acácias rubras e capital da província do mês-mo nome, experimentámos momentos de alegria e de tristeza. Alegria ao constatar-mos a consolidação humana e espiritual da Comunidade Paroquial de São João de Cassoco e também o crescimento dos diversos movimentos apostólicos, que têm sido una força vital para manter firme a fé. Reconhecemos que não foi tempo vivido em vão; verificamos que há frutos. A nível de catequese e de apostolado os grupos não estavam estruturados, a catequese não era sistematizada, nem os grupos eram assistidos. Ao chegarmos ao bairro onde se encontra localizada a Paróquia, não havia nenhuma comunidade de Irmãs, nem Pároco residente. Entregámo-nos à Comunidade e esta acolheu-nos. Foi necessária dedicação à actividade pastoral, com assiduidade e persistência para dar à Paróquia a vida que hoje se pode apalpar. Porém, após 20 anos de presença, experimentamos tristeza e saudades, o que é bastante normal nas despedidas. Sim, chegou a hora e há motivos para nos despedirmos: na área da Paróquia estão já presentes outras duas congregações; a casa não está a servir, como no início, para residirem as meninas aspirantes; o Pároco já é residente; hoje existem mais lugares abertos onde há possibilidade de continuar a formação académica; por outra parte, zonas mais carenciadas reclamam a nossa presença... O povo também se sentiu triste; sem dúvida conta o facto de termos sido as primeiras a proporcionar apoio e assistência; confiam em nós. O MTA está a crescer em duas paróquias nos seus diferentes ramos; a partir de agora a assessoria será menos frequente porque deverá ser assumida pelas Irmãs do Lobito, que está a uma distância de 30 Km. As despedidas são dolorosas, as partidas não são fáceis porque implicam renúncia. Não obstante, partimos com a certeza de que "somos servas inúteis; fizemos o que devíamos fazer" (Lc 17,10).

Comunidade de Benguela

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CALENDARIO DEL EQUIPO GENERAL

Durante los meses de junio y julio, las Hermanas del Equipo General continuarán preparando los “Encuentros con Equipos de Gobierno Provinciales”: y participarán en los siguientes:

- 26 a 30 de junio, en Viana, Angola, con el Equipo de Angola-San

Tomé- Mozambique y representantes de Costa de Marfil y Burkina Faso. Puesto que sólo habrá un Equipo Provincial, a una parte de este encuentro acudirán las Coordinadoras locales de todas las Comunidades de África.

- 5 a 15 de julio, en Braga, Portugal, con los Equipos de Europa.

En ambos casos, las Hermanas del Equipo General se harán presentes unos días antes para conocer la realidad del país que las acoge.

BODAS DE DIAMANTE

Hna. Petra Lozano Ávila, Casa de Ejercicios

BODAS DE ORO Junio: Día 29: H. Juana Cruz León, México

Julio: Día 14: H. Ángela Zalba Pamplona, Mayor H. Montserrat Fernández Tortosa, Colegio H. Lourdes Lana Pamplona, Mayor H. Carmen Abad Madrid, C.Provincial H. Amalia Abia Dueñas Día 16: H. Liria Ana Haefliger Rio de Janeiro, Caju Dia 21: H. Mª Nedy Weschenfelder Sant’Ana do Livramento Dia 31: H. Olga Cremonti Itaquí Agosto: Dia 4: Mª Alice Fernandes Fátima

NNOOTTIICCIIAASS BBRREEVVEESS

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NUESTRA ENHORABUENA

La Hna. Maria Rosaura González Casas, de la Provincia

Santa María de Guadalupe, obtuvo el título de Doctora en Psicología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, defendiendo el tema de: "Género y Relaciones"."Un estudio en Nancy Chodorow y Teresa de Ávila desde la perspectiva femenina".

En esta misma Provincia, la Hna. Aurora del Rivero ha recibido el título de “MUJER DEL AÑO del Municipio de Tizimín”, como reconocimiento al servicio realizado por ella y su comunidad en favor de los poblados indígenas afectados por los huracanes.

El semanario CATA-

LUNYA CRISTIANA dedicó un artículo a la Hna. Mª Victoria Molins, de la Pro-vincia Santa Teresa, con motivo de sus Bodas de Oro, reconociendo y agra-deciendo su dedicación a los más necesitados.

Las Hnas. Gloria García y Concepción Álvarez, de la Prov. Sagrado Corazón, han recibido del ayuntamiento de Mieres el galardón de “MIERENSE DEL AÑO” por su dedicación al Proyecto Hombre y su determinación “de recuperar la dignidad del ser humano luchando por cada hombre y mujer desde la humildad y la sencillez, llenando los corazones con su serenidad y sentido de la discreción”. ¿Hay más hermanas a quienes felicitar?

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NUEVOS NOMBRAMIENTOS

Provincia P. Enrique de Ossó:

SECRETARIA PROVINCIAL: H. Josefina Zalba ECÓNOMA PROVINCIAL: H. Josefina de la Mora DELEGADA DE EDUCACIÓN: H. Rosa Elvira Aldana

Provincia San Francisco de Sales:

SECRETARIA PROVINCIAL: H. Martha González ECÓNOMA PROVINCIAL: H. Dolores Rodríguez DELEGADA DE EDUCACIÓN: H. Gina Geraci

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HNA. MARÍA DEL ESPÍRITU SANTO HERRERO RODRÍGUEZ Provincia San José

En la Pascua de nuestra Hna. María Herrero. “Benditos los mansos, los pacíficos, los pobres, los humildes, los sencillos, los que siembran y buscan la paz”... así habrá acogido Dios Padre a nuestra Hna. María, porque ella era todo eso y muchísimo más; nosotras, sus hermanas, las que hemos convivido con ella en distintas comunidades, damos testimonio de ello.

Su único anhelo, “hacer siempre y en todo la voluntad de Dios” “lo que Él quiera es lo mejor” solía decir siempre, y con una paz inalterable acogía el querer de Dios y lo vivía. Así fue la vida de María.

Mujer de profunda fe, de gran esperanza y de amor sin límites en la entrega. Muy pobre para ella misma, sumamente generosa en el compartir y ayudar. Siempre atenta silenciosamente a las necesidades de los demás, para así solucionarles cualquier dificultad que estuviera a su alcance.

Dios, con ese amor entrañable, propio sólo de Él, la fue haciendo cada día más semejante a Jesús, su Hijo y lentamente la fue despojando de todo, hasta quitarle toda posibilidad de comunicación; sólo le regaló hasta sus últimos momentos, la mirada y el

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ser consciente de lo que sucedía. Nunca, mientras pudo comunicarse, le escuchamos una queja, una palabra de más.

Desde hacía siete años había sido trasladada a la residencia de Hermanas mayores en Montevideo hasta que el 9 de marzo, sorpresiva y silenciosamente como había vivido, a causa de un paro cardiaco, el Señor se la llevó a gozar con él para siempre.

La Hna. María nació en Salamanca el 24 de noviembre de 1921; en marzo de 1945, queriendo ser fiel al amor de Dios, y teniendo que optar entre Él y su familia, ante la postura negativa y rígida de su padre, siguió al llamado de Jesús, e ingresó en la Compañía, con lo que ello supone en el plano familiar.

En 1947 llegó a nuestra Provincia donde vivió hasta su muerte. Durante cincuenta y nueve años desarrolló la misión que el Señor la confió, en los Colegios de Montevideo, Asunción, Santiago de Chile, Rocha, Rivera, Dolores y últimamente en la Residencia San José de Montevideo.

Excelente maestra, entregada, solícita, sumamente responsable y sacrificada. Siempre dispuesta a atender las necesidades de sus alumnos, a aclararles sus dudas y también a escuchar sus penas, sus alegrías, sus confidencias. Muchísimas personas acudían a ella a recibir su consejo: seminaristas, sacerdotes, exalumnos, madres y padres de familia... todos sabían de su prudencia y confiabilidad.

Sus alumnos, los padres de los mismos, las hermanas con las que convivió, palpaban su entrañable amor a la Virgen, a quien siempre la presentaba como Madre. Ella fue siempre su fortaleza, especialmente en momentos de mucho dolor.

Sus últimos treinta y dos años como docente, los vivió en el Colegio de Dolores (Uruguay) donde fue un testimonio viviente. A su muerte, acaecida en Montevideo, todas las generaciones de alumnos, padres, amigos, etc, pidieron fueran llevados sus restos al panteón que la Compañía tiene en Dolores.

Una multitud reunida en el templo parroquial, los esperaba emocionados, con profundo recogimiento y cariño al mismo tiempo hacia las hermanas que se hicieron presentes. Una vez concluida la Eucaristía, la comitiva se dirigió al cementerio, donde fue depositada la urna que contenía los restos mortales de la Hna. María. Aún allí quisieron tributarle el homenaje de gratitud y amor que supuso para ellos su vida, que consideraron como un regalo invalorable de Dios, y también agradecieron a la Compañía, el haber accedido a su petición de que María descansara definitivamente entre la gente que tanto la quería.

Sus hermanas de la Provincia, pedimos a María que nos alcance del Señor la gracia de ser llamadas por Él, “Benditas...”

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H. Mª DE LOS ÁNGELES DE CRISTO REY DÍAZ-BERNARDO

SÁNCHEZ-CIFUENTES Provincia Virgen de la Esperanza

“Ven sierva buena y fiel”, esta llamada la escuchó nuestra hermana María al

anochecer del día 4 de marzo del 2006. Ella había sido buena, muy buena y de una fidelidad al Señor y a la Compañía de Santa Teresa, extraordinaria. Ya llegó para ella el momento de recoger e ir a gozar del Señor y de su Madre, sus dos grandes amores.

María nació el día 25 de abril del 1914, en Mora, pueblo de la provincia de

Toledo, de familia castellana ¿vieja? o ¿nueva?, da lo mismo, ya pasó el tiempo de hacer esas puntualizaciones que nos llevaba a muchas consideraciones, lo que sí podemos decir es que era una familia buena. Fue su madre quien imprimió en su corazón esa piedad profunda que la caracterizó a lo largo de toda su vida.

A Mora de Toledo, le tocó vivir todos los horrores de una guerra civil que, si por

una parte fue muy dolorosa, por otra hizo que las jóvenes de ese momento aprendieran a valorar lo que era verdaderamente esencial, por eso María a la hora elegir, eligió que el Señor fuera SU ÚNICO BIEN y “dejándolo todo lo siguió”, familia, casa y muy pronto su patria. No fue fácil, tuvo que luchar para conseguirlo, su padre se oponía a esta opción, pero ella, contra “viento y marea” luchó hasta conseguirlo. Era mujer de convicciones fuertes y cuando veía la luz la seguía a pesar de quien fuera.

Por eso en aquel 11 de junio del 1942 marchó, sin volver su mirada hacia atrás, a

Tortosa donde la Compañía de Santa Teresa de Jesús tenía su noviciado. Ya en el colegio de Mora había empezado a conocer a Teresa de Jesús y a Enrique de Ossó, pero fue en Tortosa donde afianzó esta devoción que le iba a dar impulso a su vida. En Tortosa, el 16 de diciembre de 1942 vistió el hábito y dos años después hizo sus primeros votos. La profesión perpetua la hizo en México, su querido México, como luego diremos, en Puebla de los Ángeles, el día 16 de diciembre de 1949.

La comunidad de Tarragona, la acogió el 1 de enero de 1945, al salir del

noviciado, fueron muy pocos meses los que pasó allí, en septiembre del mismo año tuvo que saltar el charco, fue destinada a la isla de Cuba, a la comunidad de Cienfuegos, pero la perla de las Antillas también fue para ella lugar de paso, al año siguiente la voluntad de Dios se le manifestó con otro nuevo destino, y ahora sí, llegó, el 1 de septiembre de 1946, a México, y allí pasó gran parte de su vida religiosa, primero en Puebla de los Ángeles, primera casa de la Compañía en esta nación, ciudad llena de recuerdos de aquella primera hora de la Compañía y se sintió muy contenta, pero en el año 1950, otro nuevo reclamo la lleva a Tlalpan, al noviciado, y Tlalpan fue su paraíso, allí según María todo era “excelente”, un lugar buenísimo sin mezcla de mal alguno. Cuando hablaba de Tlalpan se le iluminaba el rostro y con mucha nostalgia nos decía que allí todo era perfecto, tanto la casa, como las cosas, como la Comunidad ¡Cómo recordaba aquellas

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novicias, que seguro que las volvió locas con su afán por el orden y la limpieza! Seguramente fue la Virgen de Guadalupe la que cautivó a María en México, de ella era muy devota. En 1967, volvió a Mora, se fue joven y cargada de ilusiones y vuelve, ya mayor, muy delicada de salud pero cargada ahora de experiencia y de fidelidad. Volvió, cuando aún vivía su madre, ya muy ancianita, fue un regalo que le hizo Dios para consolar y acompañar a su madre en sus últimos años. Se vio rodeada de sus familiares, a mucho de los sobrinos los conoció entonces pero ¡cómo los quería!, hablaba de ellos, les aconsejaba y quería comunicarles la riqueza de su fe.

En Mora siguió siendo sacristana, siempre lo fue, y con qué amor y delicadeza

atendía a las cosas de su Señor. Limpiaba sobre limpio, ¡no importaba! para Dios todo el decoro era poco. Y ese estar junto al sagrario días y días la aficionó a pasarse largos ratos delante de Jesús Eucaristía en adoración, en su rinconcito, daba igual que hiciera frío o calor, y eso que en Mora de Toledo las dos cosas son extremosas. María era muy piadosa.

¿Otras virtudes que la caracterizaban?: Su caridad: cuentan las hermanas de su comunidad que nunca la oían hablar mal de nadie. Su pobreza: todo le servía, era difícil que aceptara algo que no consideraba necesario. Su obediencia: para ella los Superiores, eran los que le manifestaban la voluntad de Dios.

María te vamos a echar de menos y damos gracias a Dios por haber vivido

contigo, mira a tu colegio de Mora e intercede por todas nosotras. HNA. PAULINA DEL CORAZÓN DE JESÚS DEL RÍO INGELMO

Provincia Virgen del Pilar Anochecía lluviosa la tarde del 17 de abril de 2006: lunes de Pascua de Resurrección. Nada más propio para pensar que, significativamente, nuestra hermana Paulina ha resucitado con Cristo. Desconocemos lo que en sus cuatro rápidos días de permanencia en el hospital le habría dicho a Jesús; o Jesús a ella. Lo cierto es que se encontró con el Resucitado, en quien había vivido plenamente centrada, envuelta en el abrazo eterno del Padre. Ella sí que entonará con júbilo el aleluya pascual. La hermana Paulina había visto la luz en Castromudarra, provincia de León, un 29 de abril de 1923; le faltaban escasos días para cumplir ochenta y tres años. Entró en la Compañía, en el Noviciado de Jesús (Tortosa) y, en 1944 tuvo su primer destino en Béjar (Salamanca). Toda su vida religiosa transcurrió entre Salamanca, San Sebastián, Calahorra y Zaragoza –Teresiano del Pilar primero y, retirada ya- pasó los últimos años, en la Residencia Enrique de Ossó, desde la que se ha encontrado definitivamente con el Padre.

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El Señor quiso que la hermana Paulina le dedicara su vida como consagrada entre los niños: párvulos, primaria e internados. Todos disfrutaban de su interés, su dedicación y su buen hacer en labores, dibujos y manualidades y en ellos supo poner siempre la impronta de la tarea bien hecha y del conocimiento y amor de Jesús. Tuvo también la oportunidad de combinar la educación con las tareas de la Sacristía, ocupación a la que se dedicó gozosa y esmeradamente en varios de sus destinos.

La hermana Paulina murió en el hospital. Ella conocía muy bien de cerca los hospitales y la enfermedad, ya que el Señor la venía preparando desde esta perspectiva de la cruz. Luchó con un cáncer durante ocho años y sufrió varias operaciones de tipo óseo tan difíciles como delicadas, lo que hizo que el sufrimiento aceptado y paciente fuera su compañero inseparable. Esto le llevó a identificarse más con el Jesús dolorido de la pasión que ella llevaba con envidiable naturalidad.

Y así es, porque si algo hemos de destacar en esta breve reseña de su vida, es la discreción, la humildad, la entereza y gallardía con que emprendía cada día, y la sonrisa y placidez con que acogía cada noche. Claro, porque Paulina vivió muy centrada en el amor y en el servicio desinteresado y sencillo y porque en su vida se producía el encuentro con una Persona: Jesucristo. Paulina ya no trabajará más en la sacristía ni acariciará las caritas de los niños; la hermana Paulina participará –participa ya en un primer plano- en la alabanza eterna y gloriosa del júbilo celestial.

¡Qué bien descansa en la paz de Dios que la ha cuidado con amor!

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La madre de la Hermana:

- Adelaide Mendes Gonçalves Braga, Casa de Formación El padre de las Hermanas:

- Fátima Gil Madrid, El Batán - Trinidad Vicente Salamanca, Colegio - Ana Mª Rivero Las Palmas

Una hermana de las Hermanas:

- Esperança Marques de Freitas Mendes Arcos de Valdevez - Rita Duran Asunción, Casa provincial - Visitación Carrascal Valladolid, Colegio - Ruth Sosa Managua, Res. Hermanas - Ana Mª Lillo El Vedat, Resid. Hnas. - Mª Jesús Rodríguez Barcelona, Casa Madre - Juliana Wandi Lichinga

Un hermano de las Hermanas:

- Ángeles Pidal Roma, Casa General - Aracy Rodrigues Erexim - Mª José Ruas Gonçalves Monteiro Lisboa - Petra Lezcano Les Roquetes, (Barcelona) - Catharina María Bertoni Sant’Ana do Livramento - Lourdes María Bertoni Itaquí - Berenice Bertoni Porto Alegre, Colegio - Rosalina Nahembi Huambo, Cacilhas - Josefa Kasinde Huambo, Cacilhas - Laura Azpilicueta Pamplona, Ermitagaña - Mª Jesús Rodríguez Barcelona, Casa Madre

Un hermano de Compañía: Mons. Polidoro Van Vlierberghe, que fue Obispo de Illapel y estuvo muy vinculado a aquella Comunidad y a la Compañía.

ENCOMENDAMOS EN NUESTRAS ORACIONES A:

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COMPAÑÍA DE SANTA TERESA DE JESÚS Dirección General Vía Valcannuta 134 – 00166 Roma