porque tenemos que dar

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PORQUE TENEMOS QUE DAR Entremos en lo que muchos consideran que es solo una parábola, pero aunque lo parezca, es más bien un mandamiento que Cristo Jesús transformó, de la Ley a la Gracia. De manera, que este pasaje bíblico que se encuentra en Mateo 6 es importante, aunque muchos piensen que no lo sea, vera que lo es, de manera escritural. De tal forma, escudriñaremos esta porción bíblica, y encontraremos cosas que ojo no ha visto, ni oído ha escuchado, en el Fundamento de la Gracia, pero no en el de la Justicia. Mateo 6:1-4 1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. 2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Uno de los 613 preceptos de la Ley (Torá) es ‘ Dar Caridad’, conforme con las posibilidades económicas de cada uno. Podemos observar el ejemplo que el apóstol Pedro nos da (Hechos 3:6), cuando dijo: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy”. A este mandamiento se le conoce como el ‘ Mandamiento de Dar Caridad’, o ‘ Mitzvá de la Tzedaká’. Conociendo este aspecto, podemos entender que de tal forma podemos ayudar al pobre, al necesitado y al menesteroso.

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Fundamento en la Ley de Justicia divina y verdad.

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PORQUE TENEMOS QUE DAR

Entremos en lo que muchos consideran que es solo una parábola, pero aunque lo parezca, es más bien un mandamiento que Cristo Jesús transformó, de la Ley a la Gracia. De manera, que este pasaje bíblico que se encuentra en Mateo 6 es importante, aunque muchos piensen que no lo sea, vera que lo es, de manera escritural. De tal forma, escudriñaremos esta porción bíblica, y encontraremos cosas que ojo no ha visto, ni oído ha escuchado, en el Fundamento de la Gracia, pero no en el de la Justicia. Mateo 6:1-4 1Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. 2Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 3Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Uno de los 613 preceptos de la Ley (Torá) es ‘Dar Caridad’, conforme con las posibilidades económicas de cada uno. Podemos observar el ejemplo que el apóstol Pedro nos da (Hechos 3:6), cuando dijo: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy”. A este mandamiento se le conoce como el ‘Mandamiento de Dar Caridad’, o ‘Mitzvá de la Tzedaká’. Conociendo este aspecto, podemos entender que de tal forma podemos ayudar al pobre, al necesitado y al menesteroso.

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Lucas 11:41 41 Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio. La palabra caridad es comúnmente traducida como ‘Tzedaká’, y se origina de la palabra de ‘Tzedek’, que significa ‘Justicia’; y la relación entre estas dos palabras es evidente. Pues, la Santa Palabra vislumbra en el tema de la caridad una cuestión de primera importancia, la cual está relacionada con la Justicia social, que normalmente debe existir en cada uno de nosotros. Sabemos que en estos postreros días es un poco difícil distinguir, quien pide por necesidad o para otro propósito, ya sea para bien o para mal. Colosenses 1:10 1 0para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; El necesitado, el pobre y el menesteroso son miembros de la comunidad exactamente igual que el que da, y tienen los mismos derechos que cualquier otra persona. La solicitud por los pobres, es piedra de toque, para una adecuada orientación social. Así lo han machacado infatigablemente los profetas en sus conciudadanos. Pero en último término, esta solicitud por el indigente no debe provenir tan solo de una compasión humana y de la responsabilidad social, sino que debe estar dirigida a Dios. Porque Él es el Padre de todos los hombres; su voluntad es que nadie continúe en la carencia, sino que sea recibido con misericordia por los hermanos, porque Dios también se compadece de todo el pueblo (Mateo 6:26). El que da limosna, no se exonera de una apremiante obligación social con un modesto donativo. 2Corintios 9:7 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. En su aspecto más estrecho, el ‘Mandamiento de Dar Caridad’ se refiere a ayudar al pobre, al menesteroso y al necesitado de la manera que se necesite hacerlo, así como nos enseña la Santa Escritura a los de la Ley: Levítico 25 y Deuteronomio 15, y a los de la Gracia: Mateo 5:39-43 y Lucas 6:27-30. Sin embargo, en un aspecto más amplio del ‘Mandamiento de Dar Caridad’ y/o Justicia, consiste en aportar para toda clase de obras de beneficencia, así como también para ayudar a los estudiosos de la Biblia, pues incrementar el estudio de la Palabra es un gran

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proverbio al igual que un mandamiento, como también ayudar a otros a enseñarles a conocer más de las Sagradas Escrituras. Proverbios 9:9 9Da al sabio, y será más sabio; Enseña al justo, y aumentará su saber. 2Corintios 9:8-9 8Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; 9como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Podemos observar este tema en ciertas partes de la Biblia, pero buscaremos más profundo que lo que nosotros les hemos traído a su atención. Logre contemplar las distintas enseñanzas que la Santa Escritura nos da a nosotros, para poder aprender acerca de la importancia del ‘Mandamiento de Dar Caridad’. Examinemos el pasaje de Mateo 6 un poco más profundo de la superficie. GUARDAOS DE OTROS “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos”. Aquí, como mencionamos anteriormente, esta Justicia es connotativa con el ‘Mandamiento de Dar Caridad’. Evidentemente, Dios nos quiere recompensar por hacer su buena voluntad; de manera, que podamos de igual forma cumplir con su Palabra y sus estatutos. Pero aquí, tan pronto comienza nos da una advertencia, diciéndonos: “Guardaos”, haciéndonos una amonestación, de que debemos de protegernos, de prevenir que otros puedan ver cuando nosotros cumplamos con este mandamiento. ¿Por qué Cristo dice esto? Aunque Él mismo demuestra en su Palabra, que Él ha hecho su Justicia y ha mandado a otros en secreto, para que contasen lo que había hecho (Mateo 8:4, Mateo 17:9, Marcos 8:26, Lucas 8:51-56). Cuando nos dice: “Guardaos”, nos dice que detrás de las obras piadosas, se oculta un sentimiento de quien busca el propio ‘Yo’. Este sentimiento, en vez de buscar la aprobación de Dios, busca la aceptación de los hombres; en vez de esperar la recompensa solo de Dios, aguarda la recompensa de los hombres. Aquí nos manda a no enaltecernos; sino que siendo humilde es mejor que ser altivo. De modo, que cuando demos limosna, sea discreto,

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para que no lo confundan con los que se ensalzan. De esta manera, podemos hacer el bien, anónimamente. La experiencia enseña que la limosna no empobrece. Dios bendice a los justos con tan abundantes bienes que siempre tienen con qué hacer obras de misericordia; o también a que Dios permita la Justicia del piadoso con una recompensa eterna. La riqueza con que Dios recompensa al bienhechor es la plenitud de los dones terrestres y espirituales, para que quien así es recompensado pueda dar de nuevo. Al igual que el donante, también quien recibe la donación sabe que ésta es un regalo de Dios. Por eso, el beneficio recibido, provoca en el agradecido una acción de gracias a Dios. El donante es causa de que Dios sea conocido y alabado por su creación. GUARDAOS DE UNO MISMO “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres”. Pero, cuando el hombre da limosnas por amor de Dios, no queda exento de peligros. Precisamente entonces está al acecho del peligro del egoísmo. Jesús tiene ante su vista, personas que se jactan y hacen alarde de su gasto, publican en voz alta el importe del dinero o el valor de un donativo. Quieren captar la alabanza de los hombres y ser elogiados como bienhechores. Esto marca una diferencia. Aquí nos dice que no nos hagamos más grande que los demás, dejando saber que uno ha cumplido con el mandato de Dios (Lucas 18:8-14). Lucas 14:11 1 1Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido. Antes bien, no podemos buscar nuestra propia recompensa, como para exaltar vanidosamente e hipócritamente nuestros hechos. Pero Dios nos recompensará de manera diferente, a aquellos quienes lo hacen en secreto, porque de Él recibiremos la recompensa de la herencia en público, si lo que hemos hecho de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Porque los hombres no perciben las cosas que son del Espíritu de Dios; en cambio, el que escudriña todas las cosas, distingue como es que Dios lo estableció para nuestro favor. Por eso, Cristo lo había dicho anteriormente a los discípulos, para que no les irrumpiese la altivez y la utilicen con su mandato y conocimiento como una trompeta; de manera, que no se autoproclamen o afirmen con presunción y se vuelvan soberbios.

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Lucas 14:9-10 9y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar. 1 0Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. GUARDAOS DE LA TENTACIÓN “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto”. Algunos interpretan este pasaje, de este modo: la derecha es el pueblo cristiano, que está a la derecha de Jesucristo, y la izquierda es todo pueblo que está en la parte opuesta (Mateo 25:33-34/41). Esto quiere decir que el cristiano (Que es la derecha) no haga la limosna, de modo que el infiel (Que es la izquierda) lo vea. Hay quienes solo creen eso, pero hay otros que interpretan que la izquierda es el enemigo, y piensan que eso significa que no debe saber tu enemigo cuándo haces limosna; ten en cuenta que el mismo Señor sanó caritativamente a los hombres en presencia de los judíos. Además, ¿Cómo puede eso concordar con el precepto que nos manda dar limosna aun a nuestro enemigo? Proverbios 25:21-22 21 Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua; 22Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará. Sin embargo, si en alguna ocasión debe ocultarse alguna cosa, porque el otro no podría ver aquella buena obra con buenos ojos por efecto de su debilidad, no podemos decir que esto se hace de una manera ilícita. Lo que se ha culpado en los hipócritas (Porque buscan las alabanzas de los hombres), esto es lo que se te prohíbe hacer. Por lo tanto, debe entenderse como izquierda la complacencia por la alabanza, y por derecha la intención de cumplir los preceptos divinos. Cuando el deseo de la alabanza humana se mezcla en la conciencia del que obra con el de dar la limosna, la conciencia de la derecha se hace izquierda. Ignore, pues, la izquierda, esto es, no se mezcle en tu conciencia el deseo de la humana alabanza. Nuestro Señor prohíbe con mucha más razón que sólo la mano izquierda haga las buenas obras, que el que se mezcle en las acciones de la mano derecha. El fin que se propone cuando dijo esto, lo manifiesta cuando dice: “para que sea tu limosna en secreto”, esto es, en la buena conciencia, la que

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no puede mostrarse ante los ojos humanos, ni tampoco manifestarse por medio de las palabras, porque entonces habría muchos que mentirían en muchas cosas. Tu propia conciencia te basta para obtener el premio, si esperas el premio de Aquel, que únicamente puede inspeccionar tu conciencia. Y esto es lo que añade: “y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Si nadie lo llega a conocer, tú mismo en cierto modo no lo sabes o lo olvidas enseguida, entonces tienes seguridad de que tu obra fue hecha por Dios. No te preocupes de que tu obra sea olvidada o no encuentre ningún reconocimiento. Dios también mira lo oculto; para Él no hay ninguna zona inaccesible, conoce los deseos más íntimos de tu corazón; conoce exactamente tu sentimiento, y según Él, pesa el valor de tus actos. El que busca la alabanza de los hombres, ya ha recibido su recompensa, una recompensa temporal, terrenal, y ya no tiene que esperar ninguna otra. El que obra el bien, recibe recompensa por amor de Dios, con sencillez y sin ser advertido. CONCLUSIÓN Como la Justicia de Dios es justa, nosotros debemos de aprender como Él nos trata para tratar a los demás; no siendo encubridores de nuestras obras, alardeando por doquier, pero tampoco por duda o por titubeo, no sea que por la sospecha desconfiada que tienes en contra de tu prójimo, peques y falles por tu cuestionamiento. Proverbios 3:27-29 27 No te niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo. 28No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle. 29No intentes mal contra tu prójimo Que habita confiado junto a ti. Santiago 4:17 1 7y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. De manera que guardándonos de otros, de nosotros mismos, y de las tentaciones, podremos dar y cumplir la Justicia que se nos encomendó; no solo como cumplimiento del segundo mandamiento de ‘amar a tu prójimo como a ti mismo’, sino que buscando y haciendo el bien, quitamos la iniquidad de vuestras obras (1Pedro 3:11). De igual forma, quienes imitan lo que el mundo hace, los cuales no buscan la recompensa de Dios, sino su

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recompensa propia, y son alabados por los hombres, por rendir una Justicia generosa, haciéndolo a su manera. Porque mejor es hacer el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. Tampoco olvidándose de lo que Santiago dice y lo que el Proverbio nos indica, como diciéndonos que si no estuviera escrito, no tendrían pecado; pero no tienen excusa por su pecado. Pues, Dios se los manifestó por su Palabra, para que escudriñasen las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, las cuales se hacen claramente entendidas desde la creación del mundo, siendo discernidas por medio de las cosas hechas visibles. Pero esto, decimos hermanos: que el tiempo está a punto de acabarse, y se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; creer en su Justicia aún que hay tiempo, y tened también vosotros paciencia, afirmando vuestros corazones; porque el levantamiento del Señor está cerca. Siendo, pues, sobrios, y velad en oración; no como los que no atesoran, para sí, buen Fundamento para lo por venir, sino que quieren tener la vida eterna sin hacer la voluntad del Padre. Así, pues, nosotros, os exhortamos también a que no recibáis en vano la Gracia y la Justicia de Dios. Porque su Palabra dice: “En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”. ___________________________________________________

Hechos 20:35 35En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.