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Por una sonrisa tuya Apoyada en la barandilla de la terraza miraba a los transeúntes pasar e intentaba adivinar como sería la vida de aquellas personas. Que complejo parece el mundo a veces y que insignificante otras. Cada una de las personas que veía desde su terraza tenía una vida única, diferente a la de los demás, sin embargo vistos desde allí a ella todos le parecían iguales En el poco tiempo que llevaba viviendo en ese apartamento había pasado más horas en la terraza que dentro de él. Su vida había cambiado tanto en tan poco tiempo que tenía demasiadas cosas en las que pensar. Salir allí y mirar al cielo, a la gente, los coches, la relajaba y la alejaba de la dura realidad por unos instantes De repente una sensación la devolvió a la realidad. Tenía hambre, no había comido nada en toda la mañana y su estomago comenzaba a protestar. No le apetecía ponerse a cocinar y es que tampoco se le daba muy bien, así que cogió su moto y se fue a un centro comercial. Se acercó a una hamburguesería y después de comer la que no era la más ideal de las comidas empezó a pasear mirando escaparates pero sin fijarse especialmente en nada Andaba absorta en sus pensamientos con las manos hundidas en los bolsillos de su chaqueta cuando viendo un banco vacío se acercó y se sentó en el. Un par de minutos después se acercó una chica visiblemente nerviosa y dejando un par de bolsas en el banco comenzó a buscar dentro de su bolso Por una sonrisa tuya 1

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Por una sonrisa tuya

Apoyada en la barandilla de la terraza miraba a los transeúntes pasar e intentaba adivinar como sería la vida de aquellas personas. Que complejo parece el mundo a veces y que insignificante otras. Cada una de las personas que veía desde su terraza tenía una vida única, diferente a la de los demás, sin embargo vistos desde allí a ella todos le parecían iguales

En el poco tiempo que llevaba viviendo en ese apartamento había pasado más horas en la terraza que dentro de él. Su vida había cambiado tanto en tan poco tiempo que tenía demasiadas cosas en las que pensar. Salir allí y mirar al cielo, a la gente, los coches, la relajaba y la alejaba de la dura realidad por unos instantes

De repente una sensación la devolvió a la realidad. Tenía hambre, no había comido nada en toda la mañana y su estomago comenzaba a protestar. No le apetecía ponerse a cocinar y es que tampoco se le daba muy bien, así que cogió su moto y se fue a un centro comercial. Se acercó a una hamburguesería y después de comer la que no era la más ideal de las comidas empezó a pasear mirando escaparates pero sin fijarse especialmente en nada

Andaba absorta en sus pensamientos con las manos hundidas en los bolsillos de su chaqueta cuando viendo un banco vacío se acercó y se sentó en el. Un par de minutos después se acercó una chica visiblemente nerviosa y dejando un par de bolsas en el banco comenzó a buscar dentro de su bolso

Chica: ¡¡Mierda!!... no puede ser. (Seguía hurgando en el bolso) ¡¡¡Joder!!!... No. (Con un gesto de rabia tiró su bolso sobre el banco y se puso las manos en la nuca)M: Perdona, ¿Puedo ayudarte?Chica: Gracias pero, si no te has encontrado una cartera supongo que noM: Ya veo. ¿Has perdido la cartera?Chica: (Un poco enfadada) Creo que es evidenteM: Lo siento pero, tranquilízate, no sé, tendrás que llamar para que te anulen las tarjetas y todo eso, es mejor que te tranquilicesChica: Joder, las tarjetas, es verdad. (De repente la miró sonriendo ligeramente) Gracias. (Sacó su móvil y empezó a llamar por teléfono)

La miró unos momentos y luego dirigió su mirada hacia otro lado para no parecer impertinente. Se quedó mirando a un niño que jugaba a lo lejos cuando le pareció ver algo en el suelo. Sin pensarlo se levantó y rápidamente fue hasta allí. Se agachó a recogerlo y efectivamente era una cartera. Se dio la vuelta para llamar la atención de su dueña y devolvérsela

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M: Oye. (La chica seguía hablando por teléfono y no la oía. Se acercó de nuevo a ella tocándole ligeramente el hombro para llamar su atención y le enseñó la cartera) ¿Es esta?Chica: ¡¡Mi cartera!! (Siguió hablando por teléfono) Oiga, perdone, que ya la he encontrado, no será necesario anular nada... sí, gracias, hasta luego. (Cogió la cartera y rápidamente la abrió y comprobó que no faltaba nada) ¿Dónde estaba?M: Pues... (Señaló hacia donde la había encontrado) allá, en el sueloChica: Gracias, de verdad. Que alivioM: De nada. Esto de perder la cartera es...Chica: Sí, menudo sofocoM: Bueno pues, nada... Hasta luegoChica: Hasta luego y, gracias otra vez

Siguió paseando sin ningún destino en concreto pero esta vez andaba con una sonrisa pintada en la cara. Le alegraba pensar que había ayudado a aquella chica, aunque ella en le fondo no había hecho gran cosa, le gustaba haberle quitado los nervios de encima. Iba pensando en el trastorno que supone perder una simple cartera, renovar el carnet, anular las tarjetas y pedir otras nuevas, y dios sabe que más. Menos mal que la había encontrado y que no sería necesario que tuviera que hacer todo aquello

Sin saber como, sus pasos la llevaron al lugar donde había dejado la moto. Quizás su cuerpo, inconscientemente, le estaba diciendo que ya era hora de regresar a casa, así que se subió en su BMW y después de ajustarse bien el casco se dispuso a emprender la marcha con tan mala suerte que en el momento que pasaba justo al lado de un coche que estaba aparcado cerca de donde ella había dejado la moto se abrió la puerta de este y casi no tuvo tiempo de reaccionar

Freno justo a tiempo de evitar males mayores y tuvo suerte de que como acababa de salir la velocidad era bastante reducida. Apenas si toco la puerta, pero no pudo evitar un pequeño rasguño en la parte delantera de la moto. Bajo de la moto maldiciendo mientras miraba con detalle el daño causado. Entonces miró al coche y vio a la chica de la cartera salir de él

Chica: Lo siento, de verdad. No te he vistoM: (Volvió a mirar la parte delantera de su moto y luego dirigió su mirada de nuevo a ella) Tranquila, no pasa nada. Ha sido culpa mía, iba demasiado pegada a los cochesChica: Para nada, yo he abierto la puerta sin mirarM: Mira, da igual de quien sea la culpa, no ha sido nada, un simple rasguño, nada que no me puedan arreglar en una tardeChica: Déjame que te pague la reparaciónM: No es necesario, la tengo asegurada a todo riesgo y no me va a costar nada. Es el hecho de tener que llevarla al taller y todo eso. Pero no te preocupes, de verdadChica: (Se quedó mirándola unos segundos y luego le sonrió) Tu encuentras mi cartera y yo te lo agradezco dándole un golpe a tu motoM: No lo pienses más, no tiene importanciaChica: Para mí si la tiene. Déjame al menos que te invite a tomar algo, (Seguía mirándola sin dejar de sonreír) así al menos me voy con la conciencia tranquilaM: (Con la sonrisa que tenía aquella chica no se podía negar) Vale, eso si te lo aceptoChica: Pues venga, deja la moto y vamos

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Fueron a una cafetería que había por allí cerca y se sentaron en la terraza. En el camino desde donde habían dejado sus respectivos vehículos hasta allí no habían dicho nada, ni una palabra, solo se miraban de vez en cuando y sonreían. Cuando llegó el camarero por fin rompió aquel silencio

Camarero: Buenas tardes, ¿Qué van a tomar?Chica: Yo un café con lecheM: A mi un café solo, por favor. (El camarero se iba y Maca decidió que no quería seguir en silencio. Ya que había aceptado aquel café, al menos intentar que fuera un rato lo más agradable posible) Por cierto, me llamo MacaChica: ¿Maca? Curioso nombre, me gustaM: Bueno, me llamo Macarena, pero todos me llaman MacaChica: Yo me llamo Paula. EncantadaM: Lo mismo digo. (Se acercaron un poco y se dieron dos besos. De nuevo aquel incomodo silencio hacía presencia. Maca pensaba que decir, no le gustaba estar así, se sentía muy incomoda) Que bien, ¿no?... que hayas encontrado la carteraPaula: Buffffff... Y que lo digas. Con el papeleo que supone renovar tarjetas, carnet...M: Me imaginoPaula: Y gracias a dios que tu moto no ha sufrido gran daño con el golpe... ni tú tampocoM: Yo nada. (Abrió los brazos y se miraba) Yo estoy enterita. (En ese momento llegó el camarero con el pedido) GraciasPaula: Eso si me habría importado más, que te hicieras daño por mi culpaM: No le des más vueltas, no me he hecho nadaPaula: Ya. (Le puso el azúcar al café y pasaron unos segundos de nuevo sin decir nada) ¿Vienes mucho por aquí?M: ¿La verdad? Es la primera vez que vengoPaula: ¿Ah sí?M: Hace poco que vivo en Madrid y no conozco a casi nadiePaula: ¿Qué haces en Madrid? ¿Trabajo?M: No exactamentePaula: Perdona, igual me estoy metiendo donde no me llamanM: No, tranquila, no pasa nada, no me importa. Vine a Madrid porque necesitaba un cambio de airesPaula: EntiendoM: Trabajo de momento no tengo, pero tengo esperanzas en que no tardaré en tenerlo. ¿Y tú? ¿Eres de Madrid?Paula: Más o menos. (Maca la miró y sonrío como esperando a que siguiera sin necesidad de preguntar nada más. Ella lo entendió y siguió hablando) Soy de un pueblo cercano a Madrid pero vivo aquí desde pequeña. Entonces, si no conoces a nadie en Madrid y no trabajas, te aburrirás como una ostraM: Ya te digo. Tengo una amiga aquí en Madrid pero, trabaja, está casada, y tampoco quiero ser un incordioPaula: Dudo mucho que lo seas. (De nuevo se miraban y sonreían)M: Como no llegue pronto ese trabajo voy a acabar siéndoloPaula: Oye, ¿Por qué no...? no, nadaM: ¿Qué? DiloPaula: Una tontería que se me había ocurrido, pero mejor noM: Dímelo, y yo te diré si es una tonteríaPaula: Estaba pensando, que yo he quedado con unas amigas esta noche para salir un rato... ¿Por qué no te vienes con nosotras?

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M: No quiero...Paula: (La cortó sin dejarla terminar) ¿No iras a decirme que no quieres ser un incordio? Porque ya te he dicho que no lo eresM: Iba a decir que no quiero ser una cargaPaula: Para nada lo eres, pareces muy agradable, además, así te compenso por lo de tu motoM: Y dale. Que lo de la moto no tiene importanciaPaula: Pues yo no me voy a quedar tranquila si no te lo pago de alguna formaM: Pero si no me va a costar nadaPaula: Vente. Ya verás como lo pasamos bienM: No séPaula: Me acabas de decir que te aburresM: Sí, pero...Paula: No lo pienses más, di que sí. Mis amigas son muy simpáticas. Están un poco p’allá, pero son simpáticasM: Está bien. VoyPaula: ¿Sí? ¿De verdad?M: No me lo vuelvas a preguntar que cambio de ideaPaula: No te voy a dejar cambiar de idea. Mira. (Cogió un papel y le anotó un número) Este es el número de mi móvilM: (Cogió el papelito, sacó el móvil de su bolso y después de grabarlo le dio un toque. Cuando Paula lo oyó sonar lo sacó rápidamente y miró la pantalla) Ese es el míoPaula: Pues perfecto. Te llamo y ya te digo donde quedamosM: Vale

De camino a casa pensaba tranquilamente en que era lo que había hecho. Había quedado con una chica a la que acababa de conocer y le había dado su número de teléfono. Ella no solía actuar así, le costaba hacer amigos, pero Paula le resultaba simpática, le gustaba, y como ella misma había dicho, se aburría en casa como una ostra. Estaría bien eso de salir y conocer gente nueva, al fin y al cabo le había caído bien, y si se había equivocado, siempre podía decir adiós y volver a su casa

Al entra en casa se dejó caer en al sofá y empezó a buscar algo que ver en la tele. Harta de cambiar de canal, dejó el mando sobre la mesa y antes de darse cuenta se había quedado dormida. De repente el sonido del móvil la despertó, no sabía que hora era ni cuanto tiempo había dormido pero, por la oscuridad que ahora reinaba en la sala supo que debía de ser tarde. Cogió el móvil y al ver el nombre de Paula en la pantalla se apresuró a contestar

M: ¿Sí?Paula: Hola MacaM: Hola PaulaPaula: Vas a venir, ¿verdad?M: Sí, ya te dije que síPaula: Pues mira, para ponértelo fácil, hemos quedado en la cafetería donde hemos tomado café tú y yo esta tardeM: ¿En serio?Paula: Como me has dicho que casi no conoces Madrid, pensé que así no necesitaba explicarte es aquí o es allá, y de ahí ya nos vamosM: Y, ¿a qué hora?

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Paula: Como a las once o asíM: Vale, allí estaréPaula: Te estaré esperandoM: No esperarás muchoPaula: Hasta luegoM: Hasta luego

Se quedó mirando el móvil y un nudo de nerviosismo comenzó a formarse en su estomago. Todo aquello era una locura, pero en algún momento y de alguna forma tenía que comenzar a conocer gente, y ¿quién sabe? Quizás aquella era la forma y esa noche el momento

Miró su reloj y sin pensarlo más se levantó del sofá y se fue a la ducha. Mientras se enjabonaba bajo el abundante chorro de agua pensaba en la ropa que debía ponerse. Dudaba entre si ponerse guapa pero informal o algo más seductor. Quería impresionarla, pero nada de lo que había visto en ella le hacía pensar que podía gustarle a Paula. Ella si le gustaba, eso lo tenía claro, o al menos lo que conocía de ella hasta ahora le gustaba

Después de ducharse preparó una cena rapidita y al terminarla fue a su habitación y abrió las puertas del armario de par en par. Miraba la ropa y no terminaba de decidirse. “La camiseta negra no, demasiado escotada, el suéter verde tampoco, seguro que donde vamos hará calor. La camiseta naranja...” La cogió y después de dudar unos segundos pensó que era la apropiada. Se enfundó unos vaqueros y salió de casa confiando en que aquella noche algo bueno iba a ocurrir

Aparcó la moto frente a la cafetería que iba a ser el punto de encuentro y no pudo evitar sonreír cuando miró hacia allí y vio a Paula esperándola en la puerta. Ató el casco a la moto y sin pensarlo se dirigió hacia donde ella estaba

M: Hola. (Se acercó a darle dos besos)Paula: (Un poco ruborizada) Has venidoM: (Aquel ligero color que subía por las mejillas de Paula fue la primera señal que le hizo pensar que ella también parecía gustarle) Cuando me conozcas un poco más, verás que yo no suelo mentirPaula: Espero conocer esa y muchas más cosas de tiM: ¿Y tus amigas?Paula: Todavía no han llegado, pero no creo que tarden mucho

Diez minutos después vieron a tres chicas que se acercaban por la acera y al ver Maca que iban directas a ellas supuso que serían esas. Paula le presentó a Maca a sus amigas, Sara, Lucía y Jess, y luego entraron a la cafetería, se tomaron un café rapidito entre preguntas varias, todas dirigidas a Maca, y salieron a la puerta donde se pararon a decidir donde ir

Lucía: Vamos a “La luna”Sara: Ni de coña, seguro que está petaoJess: Mejor al “Lennon.”Sara: No, por ahí no pasoLucía: Joder Sara, tía, no te parece nada bienPaula: Di tú algo, anda

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Sara: Vamos a “Queen.”Lucía y Jess: (A coro) A “Queeeeennnn.”Sara: No os riáis de míPaula: Otra vez a “Queen” no XDSara: Venga tías, hacedlo por mí, que hace una semana que no la veoLucía: Pero si no sabe ni que existesSara: (Muy seria) Por favor. (Se quedaron todas mirándola y aunque Maca no sabía lo que pasaba algo intuía)Lucía: (Mirando a Jess y a Paula) ¿Vamos? (Sara juntó las palmas de las manos delante de su cara como suplicando)Jess: Por hoy pase, pero no voy más. ¿Tú que dices Paula?Paula: Que más da, (Se giró a mirar a Maca y le sonrió) ¿verdad Maca?M: A mí me es igual, yo voy a donde me digáisSara: Pues nos vemos allí. (Echó a andar hacia el coche)Lucía: Espera Sara, joder que prisas. (A Maca y Paula) ¿Vosotras como habéis venido?Paula: Yo he venido en metro. He tenido un percance con la puerta del coche y no cierra bienM: ¿En serio? ¿Por lo de esta tarde? No me lo habías dichoPaula: No pasa nada, es poca cosaJess: Entonces ¿qué?M: Yo he venido con la moto, (A Paula) ¿Si te quieres venir conmigo? Lo digo porque... así me indicas el caminoPaula: Claro, buena idea. Pues yo voy con Maca chicasLucía: Vale, entonces nos vemos allí. Vamos. (Cogió a Jess de la mano y se fueron corriendo)Paula: Y... ¿esa moto corre mucho?M: (Dándole el casco) Tanto como yo quieraPaula: Pues... no corras mucho, ¿vale?M: (Le guiñó un ojo) Vale

Se subieron a la moto y Maca aceleró a fondo para que ella se tuviera que agarrar fuerte y pegarse a su cuerpo. Sonrió al ver que había conseguido su propósito y con la alegría en el rostro y siguiendo sus instrucciones llegaron al local. Maca no conocía aquel barrio, no había estado nunca, pero por supuesto, había oído hablar de el. Por la gente que habían visto en la calle supuso en que barrio se encontraba. Al entrar en el local, miró a su alrededor y ya no le cupo la menor duda

Paula: ¿Qué te parece? ¿Te gusta?M: Tiene buena pintaPaula: (Mirando a su alrededor) Parece que estas aún no han llegadoM: ¿Porque hemos venido aquí?Paula: ¿Te molesta?M: No. ¿Por qué me iba a molestar?Paula: No sé. Como es un local de ambienteM: No te preguntaba por eso, te preguntaba porque ha insistido tanto Sara en venir aquíPaula: Aahhh... entiendoM: (En un susurro casi imperceptible) Ya veo, yaPaula: Perdona, ¿decías?M: No, nada

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Paula: Mira la chica de la barra, la del top azul. (Maca se puso de puntillas para ver mejor y miró hacia la barra) ¿La ves?M: PerfectamentePaula: Pues tiene a Sara loquita desde el primer día que la vio, pero es una tonta y no se decide a decirle nada. (Se dio la vuelta y vio a sus amigas llegar)Lucía: Ya estamos aquí, cuerposSara: (Andaba dando pequeños saltitos para poder ver la barra) Joder, que guapa estáPaula: A ver si te decides de una vezJess: ¿Esta? Esta no se decide nunca. Mira petarda, o te decides o te la van a quitarSara: (Se frotaba las manos bastante nerviosa) No puedoJess: Sarita cariño, has venido todo el rato en el coche diciendo, hoy si, de hoy no pasa que le hable, ¿ahora te vas a echar atrás?Sara: Si es que mírala, ¿cómo se va a fijar en mí una tía así?Paula: Anda, (La cogió de la mano y tiraba de ella) vamos a beber algo

Llegaron a la barra y mientras Paula se disponía a pedir las bebidas Sara se escondía detrás de Lucía mirando por encima de su hombro para no perderse detalle

Jess: Sal de ahí. (Le tiraba de la camiseta)Sara: No. (Lucía se movía para dejarla al descubierto pero ella le seguía los movimientos)Jess: Sara, no seas cría. Hemos venido aquí por ti. ¿Cómo quieres que se fije en ti si estás ahí escondida?Sara: Que no tía. Que viene, que vieneChica del top azul: ¿Qué os pongo chicas?Paula: Un ron con cocacola, dos cervezas, un güisqui con naranja y... espera un momento. (Se dio la vuelta a mirar a Sara) Sara bonita, ¿tú que querías?Sara: (Asomó la cabeza por detrás del hombro de Lucía y Jess de un tirón la hizo salir del todo) Un... (Se quedó embobada mirando a la chica hasta que Lucía le dio un codazo) Un gintonicChica del top azul: Entonces serán dos cervezas, un güisqui con naranja, un ron con cola y un gintonic para la chica más tímida del local. (Le guiño un ojo a Sara y comenzó a servir las bebidas)Sara: Dioooooosssss... (Se puso de espaldas a la barra y se daba pequeños cabezazos contra el hombro de Lucía)Lucía: ¿Habéis visto eso?Jess: Joder si lo hemos vistoM: Parece ser que una chica así si se puede fijar en ti, SaraSara: (Volvió a mirar a la barra y en un par de ocasiones la chica, mientras preparaba las bebidas, la miró y le sonrió) Chicas, a mí me va a dar algo. (Aspiró profundamente y apoyándose en la barra sacó dinero para pagar las bebidas. Cuándo la chica dejó todas las bebidas ya preparadas allí le sonrió y le preguntó) ¿Cuánto es guapa?Chica del top azul: Así que no eres tan tímida. (Apoyó los codos en la barra para poder acercarse más a ella) Al gintonic te invito yo, el resto son 16€. (Con un movimiento sumamente lento, Sara le dio el billete de 20€ que tenía entre sus dedos índice y corazón) GraciasSara: (Después de coger el cambio, cogió su bebida, se puso de espaldas a la barra y se bebió más de mitad de un trago) Buffffffffff...Jess: (Le daba golpecitos en el hombro) Venga Sarita, que esta noche mojasLucía: Y que lo digas guapa

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Paula: Yo creo que voy a sentarme, ¿alguien se viene?Sara: Yo no me muevo de aquíLucía: Yo no me lo pierdoJess: Ni yo, vamosPaula: ¿Y tú, Maca?M: Yo mejor me siento contigo

Paula la cogió de la mano y al comenzar a caminar tiró suavemente de ella. Fueron al otro lado del local, donde había varias mesas con sillones y sofás a su alrededor. Paula se sentó en un sofá y tirando de Maca la hizo sentarse a su lado

Paula: Cuéntame de que es ese trabajo que esperas, a que te dedicasM: Soy médico, pediatra para ser más exactos. ¿Y tú?Paula: Yo soy economista. Trabajo en una inmobiliaria llevando la contabilidad. (Se movió un poco acercándose más a Maca)M: Yo... trabajaba en una clínica de Jerez, pero como te he dicho esta tarde, necesitaba un cambio de airesPaula: Debe de ser bonito JerezM: Lo es

Un silencio incómodo se abrió paso de nuevo entre ellas. Se miraban y sonreían tímidamente sin saber que decir. Bebieron un poco de sus respectivas bebidas y luego miraban a su alrededor para luego volver a encontrarse mirándose. Al final Paula dijo algo

Paula: ¿Qué te parecen mis amigas?M: Bueno, parecen divertidasPaula: Yo me lo paso muy bien con ellasM: Esto... ¿Lucía y Jess...? (Hacía chocar sus dedos índices como preguntando si estaban juntas)Paula: Sí, bueno... tienen una relación un tanto especialM: ¿Especial por que?Paula: A ver, ¿cómo te explico?... Son lo que vendríamos a llamar amigas con derecho a roce... o al menos eso es lo que ellas quieren hacer creerM: ¿Tú no lo crees así?Paula: Yo hace muuuuuchos años que conozco a Luci, y que quieres que te diga... está hasta las trancas, pero... Jess no quiere obligaciones, ataduras, y Luci se lo aguanta. Llevan así unos tres añosM: Yo no podría con una relación asíPaula: Ni yo, vamos... ni de coña, aunque supongo que a veces, si quieres mucho a alguien... al final todos hacemos tonteríasM: Eso también es verdad, pero ¡¡tres años!!Paula: A veces da la sensación de que la cosa va más en serio, pero en seguida notas como Jess da dos pasos atrás antes de involucrarse demasiado. No sé... yo hace tiempo decidí no metermeM: ¿Quieres mucho a Luci?Paula: Es mi mejor amiga. Nos conocimos el primer año de carrera y desde entonces hemos sido inseparables, pero... yo ya le he dicho lo que pienso muchas veces. El resto ya es cosa suya. (La miró y sonrió) ¡¡Me está dando un bajón!! mejor vamos a hablar de nosotras

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M: Sí, mejor. (La miró a los ojos sonriendo) ¿Qué haces mañana?Paula: ¿Mañana? (Sonrío abiertamente por la pregunta) No sé. De momento nada. ¿Se te ocurre algo?M: Uuhmmm... Se me ocurre, comer... ir al cine... dar una vuelta...Paula: No suena malM: ¿Se te ocurre algo mejor?Paula: ¿La verdad? En este momento, noM: Entonces perfecto, te llamo mañana y ya quedamos en algo

Después de un buen rato hablando llegaron Lucía y Jess y se sentaron con ellas

Paula: ¿Y Sara?Lucía: ¿A ver si lo adivinas?Paula: (Con cara de asombro) No puede serJess: Se ha ido con Alicia a tomar un poco el airePaula: ¿Alicia? ¿Se llama Alicia?Lucía: A mí me da que esas no vuelvenM: Pero, la tal Alicia se supone que esta trabajando, ¿no?Lucía: Habrá pedido permiso para irse, yo que séJess: Yo estoy con Luci. Estas no vuelven, seguro que están en el coche dándose el lotePaula: ¿Cómo no va a volver? Sara no os haría eso, no os dejaría tiradasJess: Con tres gintonics en el cuerpo y la tía esa en bandeja, Sara es capaz de cualquier cosa

Unos minutos después Sara se unía al grupo un poco sonrojada y con ojitos de cordero degollado. Sin decir nada se dejó caer en un sillón y recostando la cabeza en el miraba al techo. Todas se quedaron mirándola esperando a que dijera algo pero ella seguía sin decir nada

Jess: Cuenta, no nos dejes asíSara: Que mujer, bufffffffffffff... (Levantó las manos y las ponía en posición como si estuvieran cogiendo algo redondo) Que... diosssssssssJess: ¿Le has tocado las tetas?Lucía: Venga, suéltalo. (Paula y Maca las miraban y sonreían)Sara: Jajajajajaja... mas quisiera yo. Solo hemos estado hablando. Tenía quince minutos de descanso y hemos ido a dar una vuelta. He quedado con ella en irnos juntas cuando cierrenLucía: (Se sentó junto a ella y abrazándola le dio un beso en la mejilla) Esa es mi SaritaJess: ¿Y nosotras como nos vamos?Sara: (Sacó las llaves del coche de su bolsillo y se las dio) Toma. Ya encontraré yo quien me lleve a casaLucía: Si es que vas a casa hoy

Después de un par de copas más y un par de cientos de risas dejaron a Sara en la barra hablando con Alicia y se fueron a casa. Paula le dijo a Maca que no era necesario que la llevara que vivía con Lucía y se iría con ellas

A la mañana siguiente Maca se despertó pensando en ella. El día se presentaba interesante y se alegraba solo con pensar lo bien que lo había pasado la noche anterior. Se

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quedó unos minutos en la cama, tumbada boca arriba, mirando al techo, confiando en que las cosas le iban a salir bien, como ella deseaba, como había deseado que fueran desde el momento en que salió de su casa de Jerez. La vida le sonreía por fin, allí, en aquella ciudad extraña para ella, lejos de todo lo que había sido su vida hasta hacía poco tiempo, por fin se sentía feliz

Se preparó un suculento desayuno, le encantaba desayunar bien, empezar el día con energía, y sentada en su cocina, mirando a ninguna parte, le pareció que la comida le sabía mejor de lo habitual, que el café desprendía un aroma especial, y que el sol estaba más radiante que nunca aquella mañana

Andaba por la casa mirando la hora en el reloj de su teléfono móvil y le parecía que el tiempo no pasaba. Pensaba en cual sería la hora ideal para llamarla. No quería llamar demasiado pronto por no parecer impaciente, pero tampoco quería llamar demasiado tarde e impacientarla a ella. “¿Todavía estará durmiendo?” Pensó mientras se dejaba caer tumbada en su sofá. Miró de nuevo la hora, “Las doce y media.” y le pareció la hora ideal. Marcó su número y esperó respuesta

Paula: (Medio dormida) Hhmmm... ¿Siii?M: ¿Te he despertado? Cuanto lo sientoPaula: (Con voz algo ronca) Hola Maca. Buenos díasM: Si quieres te dejo dormirPaula: No, tranquila, ya va siendo hora de que me levanteM: ¿Has dormido bien?Paula: He dormido maravillosamente bienM: Me alegro. ¿Sigues queriendo comer conmigo hoy?Paula: Claro. ¿Adónde vamos?M: A donde tú me llevesPaula: Perfecto. Pues arréglate porque en menos de una hora estoy ahí. Por cierto, ¿dónde vives?

Después de intercambiar sus direcciones, quedaron en que era mejor que Maca pasara a recoger a Paula ya que la puerta del coche de esta seguía sin cerrar bien. Comieron en un restaurante cercano a su casa y como había sugerido Maca la noche anterior, luego fueron al cine. Vieron una comedia romántica y salieron las dos del cine un tanto sentimentales

Se encaminaron a un parque cercano dispuestas a pasear un poco y seguir conociéndose. Andaban bastante en silencio, casi no decían nada, solo algunas frases cortas. Llegaron a una zona donde había palomas y después de sentarse en un banco Paula sacó un par de galletas de su bolso y las desmenuzó y las echó por el suelo para que las aves las comieran

Paula parecía estar disfrutando tanto con el simple hecho de que las palomas se acercaran a ella que, aunque a Maca le pareció un acto un tanto infantil, la miró con ternura y se sintió feliz de verla así. Parecía una persona tan dulce, inocente, que solo estar a su lado y mirarla la llenaba de una calma que nunca antes había sentido

Cuando los trocitos de galleta fueron menguando en cantidad, las palomas se fueron alejando, y poco a poco se fueron acercando a unos niños que había cerca de ellas y les

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echaban migas de pan. Paula miraba como unas ya escasas palomas terminaban con los últimos trocitos y cuando ya se fueron todas miró a Maca

Paula: Me encanta dar de comer a las palomas. Siempre llevo algo en el bolso para cuando vengo aquíM: ¿Vienes a menudo a este parque?Paula: Sí, bastante. Es muy grande y tranquilo, ideal para pasear y pensar un pocoM: ¿Y en que piensas ahora?Paula: En ti... en mí... y en lo que me gustaría que pasara entre nosotrasM: ¿Qué te gustaría que pasara?Paula: Esto

Sin prisas se acercó hasta sus labios y la besó dulcemente. Se separó un poco para mirarla y esta vez fue Maca la que fue en busca de su boca. Fueron dos besos cortos que anunciaban lo que estaba a punto de nacer entre ellas. Se volvieron a mirar, luego apoyaron las dos sus espaldas en el respaldo del banco, Paula recostó su cabeza en el hombro de Maca y con sus manos entrelazadas sonreían sin decir nada

Las semanas pasaban y Maca y Paula habían quedado ya varias veces. Iban al cine, a cenar, de copas, o simplemente a pasear. Salieron un par de veces más con las chicas y en la última ocasión se unió a ellas también Alicia. Su relación iba siendo cada vez más estrecha, ya se conocían bastante y los besos y las caricias eran continuos entre ellas

Aquel día Maca recibió una llamada con buenas noticias y nada más colgar el teléfono llamó a Paula y la invitó a cenar en su casa diciéndole que tenía algo que celebrar y lo quería celebrar con ella. Se pasó la tarde en la cocina y cuando la tuvo todo listo se arregló y se sentó en el sofá a esperar su llegada

Cuando por fin sonó el timbre se levantó de un salto y fue rápido a abrir. La esperó en la entrada y nada mas verla salir del ascensor le dedicó la mejor de sus sonrisas. Con un gesto de la mano la invitó a entrar y una vez esta dentro cerró la puerta. Se quedó mirándola sin dejar de sonreír y muy lentamente se iba acercando a ella

Paula: ¿Qué?... ¿Me lo vas a contar? ¿Qué es lo que celebramos?M: Tengo trabajo. (La abrazó por la cintura y levantándola al aire comenzó a girar sobre si misma mientras la besaba)Paula: (Cuando dejó de besarla la abrazó muy fuerte) Eso es fantástico, enhorabuenaM: (Dejó de girar, la dejó en el suelo y la miró de nuevo) Me han llamado justo antes de llamarte yo a ti. Empiezo el lunes. Pero ven. (La cogió de la mano y fueron al salón) Vamos a sentarnosPaula: Que bien, ¿no? (Se sentaron en el sofá)M: Bufffff... tengo unas ganas yaPaula: ¿Y donde vas a trabajar?M: Voy a ser pediatra de urgencias en el hospital centralPaula: (Al oír el nombre del hospital se puso seria y bajo la vista al suelo) ¿En el central?M: Si, eso he dicho. ¿Pasa algo? ¿Por qué has puesto esa cara?Paula: No, por nadaM: Por nada no. (Le cogió la barbilla y le levantó la cara para que la mirara) Algo pasa

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Paula: Es que... conozco a alguien que trabaja en ese hospitalM: ¿A quien?Paula: A la jefa de enfermeras. Se llama EstherM: ¿Pero tienes algún problema con ella? Por la cara que has puesto...Paula: Lo tuve. Hace un montón de años que casi no sé nada de ella, solo lo que me cuentanM: ¿Qué pasó?Paula: Prefiero no hablar de eso, me duele demasiado. Quizás algún día...M: No me lo cuentes si no quieres, ya habrá ocasión. (Viendo que unas lágrimas asomaban a sus ojos la abrazó y apretándola contra su pecho le besaba el pelo) Venga, cariño, no pasa nadaPaula: (Levantó la cabeza para mirarla sin separarse mucho de su cuerpo) Me alegro mucho por ti, de verdadM: Lo sé. (Con sumo cuidado le quitó con el pulgar una lagrima que rodaba por su mejilla) ¿Tienes hambre?Paula: Ahora no mucha, la verdadM: Entonces cenamos despuésPaula: ¿Después de que?M: Después de esto

Comenzó a besarla y allí, tumbadas en aquel sofá, hicieron el amor por primera ver juntas. La tristeza que Maca había visto en su rostro al hablar de la tal Esther la llenó de ternura y de una inmensa necesidad de borrar de su cabeza cualquier recuerdo que pudiera tener de ella. No sabía lo que había pasado entre ellas, no sabía porque Paula se había puesto así, lo que si sabía es que no quería verla triste y que iba a hacer todo lo que estuviera en su mano porque la olvidara

Llegó el lunes y Maca se despertó con fuerzas renovadas, por fin el despertador sonaba para ella. Adoraba su trabajo y últimamente lo había echado mucho de menos. Miró a su lado, vio a Paula durmiendo y lo primero que pensó fue que quizás ese día iba a conocer a la causante de la única mirada triste que había visto en ella. Le dio un beso en la espalda y se fue a la ducha

Cuando regresó a la habitación la vio tumbada boca abajo en su lado de la cama, mirando hacía la puerta, posiblemente esperando su llegada y con esa sonrisa que la había cautivado desde el primer día. Se acercó a darle un beso y se sentó a su lado

Paula: ¿Ya te vas?M: Sí. (Miró el reloj) Entro a las ochoPaula: ¿Te importa que me quede un ratito más? Yo no entro hasta las nueveM: Lo sé. Puedes quedarte todo el tiempo que quieras. Si quieres desayunar, en la cocina hay de todoPaula: (Se dio la vuelta para quedar tumbada boca arriba) MacaM: (Le acarició el pelo) DimePaula: Si conoces a Esther... (Dejó de hablar durante un par de segundos en los que aquella tristeza volvía a adueñarse de sus ojos) no le digas nada de mí, ¿vale?M: Tranquila... Paula yo...Paula: Mira, esto no tiene nada que ver con nosotras, ¿vale? Un día de estos reuniré fuerzas y te lo contaré todo, pero por favor, no me preguntes nada

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M: Está bien... Me tengo que ir, no quiero llegar tarde el primer díaPaula: Claro. Ve, date prisa. (Maca le dio un beso y empezó a andar hacia la puerta)M: Te llamo más tardePaula: Pobre de ti que no lo hagas

Bajó las escaleras rápidamente, sacó la moto del garaje y se dirigió al hospital. Conforme se iba acercando se iba poniendo nerviosa, le pareció normal, era su primer día, no sabía con lo que se iba a encontrar, y ya en el parking del hospital bajó de la moto deseando que todo saliera como ella esperaba

Entró en el hospital y se acercó al mostrador donde vio a una mujer escondida tras unas gafas y mirando por encima de estas con disimulo

M: Buenos díasT: Buenos días. La cartillaM: Creo que se confunde, soy la nueva pediatraT: ¿La doctora Fernández? ¡¡Uy!! Perdone, ya me avisó Cruz de que llegaba hoyM: Sí. Puede avisarla de que estoy aquíT: Ay, hija háblame de tú, y me puedes llamar TeresaM: Encantada Teresa, yo soy MacaT: Maca, que nombre tan bonito. ¿Qué es? ¿Un diminutivo?M: Sí, bueno, en realidad me llamo MacarenaT: Pues a mí también me llaman mucho Teresita y...M: (Cortándola) Perdona, ¿Puedes... avisar a Cruz?T: Ay, es verdad, perdona. (Avisó a Cruz de su llegada y siguió hablando con ella) Que viene en seguida. Ya verás, te va a gustar estoM: Estoy segura de elloT: Y... ¿Dónde trabajabas antes?M: Pues... he trabajado en un par de sitiosT: Ah ¿sí? ¿Dónde?M: Pues... (Vio aparecer a Cruz por la puerta y dio gracias por ello)C: Hola Maca, ¿Qué tal? (Le dio dos besos)M: Bien Cruz, deseando empezarC: Pues si es así no perdamos tiempo

Se adentraron en el hospital bajo la atenta mirada de Teresita, que maldijo la inoportuna llegada de Cruz, al contrario que Maca, que andaba sonriente, dando gracias de que la habían rescatado a tiempo, antes de que aquella mujer averiguara toda su vida

Le fue enseñando todo el entramado de urgencias y luego fueron a pediatría. Le presentó a algunos compañeros y luego fueron a los vestuarios a indicarle cual era su taquilla y proporcionarle una bata. Llevaba dos horas en el hospital y aún no había visto a Esther. Por un momento se le pasó por la cabeza la idea de preguntarle a Cruz por ella pero luego pensó que igual no trabajaba en ese turno aquel día y que era mejor esperar a que el destino decidiera ponerla en su camino. Le intrigaba pensar como sería la tal Esther

A media mañana la avisaron de que había llegado un niño con una herida sangrando en la rodilla y fueron ella y Laura a atenderlo. Le llevaron a la sala de curas y una vez allí Maca comenzó a limpiarle la herida

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M: Laura, necesitaremos una enfermeraL: Voy a decirle a Esther que nos mande una

El solo hecho de oír su nombre había conseguido ponerla nerviosa, y ahora tenía claro que estaba allí, estaba trabajando en ese turno y en cualquier momento se iba a encontrar con ella. Intentó concentrarse en lo que estaba haciendo pero en ese momento escuchó una voz detrás suyo

E: Hola, me ha dicho Laura que necesitas una enfermeraM: Sí. Esto... Hay que suturarle la heridaE: A ver. (Se acercó a ella con una enorme sonrisa y siguió con lo que ella estaba haciendo) Déjame a míM: (Se levantó del taburete para que se pudiera sentar ella y cogiendo el portafolios comenzó a escribir en el informe) ¿Podrías...? ¿Darle un analgésico cuando termines?E: Claro doctoraM: Maca... me llamó MacaE: Encantada, yo soy Esther. (Apartó la vista un momento de la herida para volverla a mirar y sonreír)

Siguió escribiendo en el informe y de vez en cuando la miraba. Examina detenidamente a la enfermera con total disimulo y no podía dejar de pensar que era lo que había habido entre esa mujer y Paula. La miraba curar a aquel niño con suma delicadeza y hablándole de tal forma que el niño en vez de quejarse se reía

No le gustaba juzgar a las personas sin conocerlas, pero el recuerdo de la tristeza en los ojos de Paula al hablar de ella hacían inevitable una predisposición a llevarse mal con la enfermera. De repente se dio cuenta de que había saludado a todos los compañeros que había ido conociendo a la largo de la mañana con dos besos y en el caso de Esther, aquello ni se le había pasado por la cabeza

Se sintió mal por haberla tratado diferente a los demás, al fin y al cabo no la conocía de nada, no tenía motivos para pensar nada malo de Esther, y ella en general no solía actuar así. Le gustaba analizar bien las cosas y conocerlas al detalle antes de sacar sus propias conclusiones, pero en este caso le costaba bastante ser parcial y tratarla como a los demás, como si cualquier cosa, le había parecido que, fuera lo que fuese lo que había pasado entre ellas, lo que estaba claro es que había sido algo grave

Sin dejar de mirarla se sorprendió a si misma de lo que pasaba por su cabeza. No quería juzgarla, no quería sacar conclusiones precipitadas, así que decidió hacer un esfuerzo por tratarla como a los demás y esperar a oír lo que Paula le tenía que decir o a poder conocer a Esther y opinar por si misma

Cuando se acercaba la hora de acabar el turno se encontró con Cruz por uno de los pasillos del hospital y esta la invitó a tomar un café. Fueron a la cafetería y una vez sentadas comentaron como había ido el día

M: Creo que para ser mi primer día ha estado bien, bastante tranquilitoC: Has tenido suerte. ¿Y con la gente?M: Bien. He pasado casi toda la mañana con Laura y también con Esther

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C: Entonces has tenido mucha suerte. Esther es la mejor enfermera que tenemos en este hospitalM: Sí, se nota que sabe lo que hace. Da gusto verla trabajarC: (Esther entraba en la cafetería) Mírala. (Le levantó un brazo para llamar su atención) EstherE: (Fue a la barra a por un zumo y se sentó con ellas) Hola, (Miró a Maca sonriendo) ¿Qué tal el primer día?M: No me puedo quejarE: Tranquila. Ya habrá días para quejarte. (Apoyó la espalda en el respaldo de la silla y se frotaba la nuca con una mano) Que ganas tengo de llegar a casa y tumbarme en el sofáC: Que envidia me das, toda la casa para ti solita, sin niños ni nadie que te molesteE: Pues mira, justamente hoy es uno de esos días en los que agradecería llegar a casa y tener a alguien que me diera un masajito mientras le cuento como ha sido el día. (Maca no dejaba de pensar si en algún momento de la vida de Esther ese alguien habría sido Paula)C: Eso nos gustaría a todas, pero yo lo que me voy a encontrar es a dos niños que no dejan de pelear, una adolescente que solo hace tonterías y un marido con muy mala lecheE: Hay que ver que exagerada eres CruzC: ¿Y tú, Maca?M: (Absorta en sus pensamientos no sabía muy bien de que le hablaban) Perdona, ¿qué decías?C: ¿Si tienes a alguien esperándote en casa?M: Bueno... esperándome en casa no creo que esté, pero sí, tengo a alguien

Siguieron charlando un rato más y luego Maca fue a cambiarse pues ya había acabado su turno. Mientras se cambiaba seguía pensando en lo mismo. No podía sacarse de la cabeza la idea de que Paula y Esther podían haber estado juntas en algún momento de su vida. Recordó la cara de tristeza que se le ponía a Paula cada vez que hablaba de ella y luego pensó en Esther. En los pocos ratos que había pasado ese día con ella le había parecido una persona muy agradable, simpática y sobre todo una gran enfermera que sabía perfectamente como hacer su trabajo y como tratar a los pacientes

Apenas si la conocía, pero le parecía una persona incapaz de hacer daño a nadie, o al menos de hacerlo deliberadamente. Quizás ella no había hecho nada, podían haber tenido algún problema sin ser precisamente que Esther le hubiese hecho daño a Paula, pero esas eran las palabras que había utilizado ella al hablarle de la enfermera, “Me duele demasiado” ¿Qué había hecho Esther para que ella estuviese tan dolida?

Si todos los días coincidía tanto con ella como ese, el estar todo el tiempo pensando en lo mismo iba a terminar por condicionar lo que ella pensara de la enfermera. Ahora eran compañeras de trabajo y no podía empezar mezclando cosas, juzgando sin saber que, pensando mal de alguien sin un motivo concreto y mirando siempre a Esther así sin saber prácticamente nada de ella

Regresaba a casa pensando si debía o no preguntarle a Paula por la enfermera, pero si poco le gustaba la idea de empezar en el trabajo con mal pie, menos aún le gustaba la idea de remover en ella esos recuerdos que tanto parecían dolerle y que tan triste la ponían

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Quizás lo mejor sería intentar no pensar en nada, olvidarse de todo lo que le había dicho Paula y conocer a Esther por ella misma sin dejarse influenciar por las palabras de ella. Tomó una decisión, si Paula no sacaba el tema ella tampoco lo haría, pero si esta seguía nombrando a Esther le preguntaría aunque aquello le costara un enfado de ella

Puede que Paula tuviera derecho a callarse y no contarle ciertas cosas de su pasado, pero lo que no podía era tirar la piedra y esconder la mano, dejar caer la bomba y esconderse para no ver el daño causado. Pensó que lo mejor era dejar pasar el tiempo y esperar a ver que hacía Paula y en su momento dejar claras las cosas si era necesario

Llegó a casa y fue directamente al sofá, se tumbó, sacó el móvil de dentro de su bolso y la llamó

Paula: Hola cariño, ¿Cómo ha ido ese primer día?M: Muy bien, mejor de lo que esperaba. Parece ser que el hospital funciona muy bien, están bien organizados y se nota que el personal es competente. Creo que me va a gustar trabajar allíPaula: Me alegro de que te haya ido tan bien. Tengo unas ganas de verte y que me lo cuentes todo al detalle. ¿Estás muy cansada?M: Un poquito, pero me voy a dar un baño a ver si me relajoPaula: Que pena no poder estar ahí para bañarme contigo. ¿Por qué no te vienes a cenar a casa? Y me cuentas todoM: No quiero acostarme muy tarde. Mañana me toca madrugar otra vez y no quiero ir durmiéndome por los pasillos del hospitalPaula: Jooooo. ¿Me estás diciendo que no quieres verme hoy?M: Me encantaría verte, pero de verdad, estoy cansada y... quiero acostarme tempranoPaula: ¿Y si me paso yo a verte?M: Paula...Paula: Vale, no insisto, pero llámame antes de dormirte, aunque solo sea para darme las buenas nochesM: Te lo prometo. Un besito cariñoPaula: Otro para ti, guapa

Evita la ocasión y evitarás el peligro. Por un momento pensó que si le contaba a Paula todo lo acontecido en aquel día en algún momento Esther volvería a hacer acto de presencia en la conversación, así que decidió mejor quedarse en casa e intentar no pesar más en aquel hecho. Realmente estaba cansada y no tenía ganas de pensar más en todo lo acontecido, mejor todo a su debido tiempo

Conforme iban pasando los días, al ir conociendo a Esther poco a poco, cada vez estaba más convencida de que era una persona maravillosa e incapaz de hacer daño a nadie. En ningún momento Paula había vuelto a sacar el tema, por lo que Maca cada vez pensaba menos en ello. Pasaba el tiempo, se iba ganando la confianza de sus compañeros y su relación con Paula se iba consolidando

Era un sábado por la mañana y después de una guardia nocturna bastante movidita, Maca estaba en la cafetería desayunando cuando llegó Esther y se sentó con ella

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E: Que carita llevas, MacaM: Ha sido una noche horrible, no hemos parado un segundoE: ¿Has terminado ya?M: Sí. En cuanto termine el café me paso a preguntar si hay algún niño y si no es así me voy para casa. ¿Tú empiezas ahora?E: Sí, hasta las nueve de la nocheM: Que pereza. Solo de pensarlo...E: (Sonriendo) Duerme un par de horas por míM: (Le devolvió la sonrisa) Eso está hecho. “Pero que sonrisa más bonita tiene” (En ese momento el busca de Maca sonaba) Una niña. ¿Vienes conmigo?E: Sí, claro. (Termino su zumo de un trago y fue con ella)

Las avisaron de que la niña estaba en la sala de curas y fueron hacia allí. Al entrar vieron a una niña como de dos años, llorando, peleándose con Rusti, y con una pierna ensangrentada

M: Rusti, ¿qué pasa?R: Que no quiere que la coja, no deja de llamar a su madreM: ¿No ha venido con su madre?R: No. La han traído de la guardería, la chavala que la traía está muy nerviosa y se la ha llevado Laura para intentar tranquilizarlaE: Trae. (Se acercó y cogió a la niña en brazos) A ver, preciosa, no lloresM: Gracias Rusti. (Rusti se fue)E: (Abrazó a la niña y cogiéndole la cabeza la apoyaba sobre su hombro mientras la mecía) No pasa nada. Tu mamá vendrá en seguida. ¿Te ha asustado este tío feo?Niña: (Levantó la cabeza y señaló a la puerta por donde había salido Rusti) FeoE: Sí hija, es muy feo, y tú eres muy guapa, pero si lloras te vas a poner fea tambiénNiña: Toti esho pupaE: ¿Te has hecho una pupa, preciosa? Mira, (Señalando a Maca) Maca sabe curar pupas, y es muy guapa, no te va a asustar como el feo de Rusti. (La niña sonreía y Maca miraba con ternura como Esther trataba a la niña) ¿Quieres que Maca te cure? (La niña asentía) Vale. Te vamos a sentar aquí. (La sentó en la camilla y Maca comenzó a limpiarle la herida con cuidado sin dejar de mirar de vez en cuando a Esther) Y nos quedamos contigo hasta que venga tu mamá. Yo me llamo EstherNiña: TeterE: (Sonreía) Eso, Teter. Y ella es MacaNiña: CacaE: Jajajajajajajajaja...M: (Miró a Esther con mirada asesina pero sonriendo) No te ríasE: Perdona. A ver, Ma ca. (Remarcándole las silabas)Niña: Ca caE: Venga, yo Teter y ella Caca. Jajajajaja...M: (Le pegó un manotazo en el brazo y siguió con la herida) Oye, no te pasesE: Jajajajajajaja... lo siento ¿Y tú como te llamas bonita?Niña: PabaM: (Las dos rieron al oír el nombre que había dicho la niña) ¿Cómo?Niña: Paaa baaaE: Estamos apañaos. (Miró el informe y al ver el nombre de la niña se puso seria) Paula. Te llamas Paula

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Al oír el nombre de la niña, Maca miró a Esther y pudo ver la tristeza reflejada en sus ojos. Al parecer, Paula no era la única que se ponía triste con aquello, a Esther también la afectaba visiblemente el solo hecho de pronunciar su nombre. De nuevo un montón de preguntas ya casi olvidadas afloraron a la mente de Maca. Estaba claro que algo había pasado entre ellas, algo que les dolía a las dos, pero, ¿el que?

M: ¿Te pasa algo Esther?E: ¿Eh? no, perdona. Ese nombre me trae muchos recuerdos y... (Sus ojos comenzaban a humedecerse) ¿Me disculpas un momento?

Salió de la sala de curas sin decir nada más y aquello confundió a Maca más si cabe. Esther aún reaccionaba con aquello peor que Paula. Lo que estaba claro es que algo gordo había pasado entre ellas dos para que el solo hecho de oír el nombre de la otra consiguiera ponerlas tristes. Hasta ese momento solo había pensado en la posibilidad de que Esther le hubiera hecho daño a Paula, pero después de lo que acababa de ver comenzó a pensar que podía haber sido al revés, o que las dos se habían hecho daño mutuamente

Cuando Maca terminó con la niña fue en busca de Esther. La encontró en los vestuarios, sentada, con los brazos apoyados en sus rodillas y la mirada caída al suelo. Muy despacio se acercó a ella y se sentó a su lado. Tenía que averiguar que era lo que había pasado, por una parte o por otra, tenía que conseguir que le contaran que era aquello que las ponía así

M: ¿Te encuentras bien?E: En este momento noM: ¿Qué te pasa? ¿Por qué te has puesto así de repente?E: Me he acordado de una Paula que conocíM: Esther, yo... si necesitas hablar con alguien...E: No me gusta hablar de esto. Me remueve muchas heridas que creía ya cerradasM: Pero...E: Te lo agradezco Maca, (Le acarició la mejilla y Maca le cogió la mano y le dio un pequeño beso en esta) pero no creo que hablar de ello me haga bien, sino todo lo contrario. Ya bastantes cosas se me han pasado por la cabeza en un instanteM: De todas formas, si en algún momento necesitas hablar con alguien...E: Gracias. (La miró sonriendo y Maca se alegró al ver de nuevo esa sonrisa en su cara) ¿Tú no te ibas a casa?M: No tengo prisa. Si quieres me quedo un ratito contigoE: (Se volvió a poner triste) ¿Me harías un favor?M: Claro, dimeE: ¿Podrías abrazarme? Hace demasiado que nadie lo haceM: Por supuesto

Sin pensarlo la abrazó y se quedaron así un buen rato. Maca sintió como el hombro en el que Esther había recostado su cabeza se humedecía, y supuso que estaría llorando. Un par de leves sollozos de esta le confirmaron que así era y en apenas un segundo un instinto de protección hacia ella la invadió y la llevó a abrazarla más fuerte, como queriendo calmar su llanto, intentando borrar esa pena que sentía y que la hacía parecer tan frágil en ese instante

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No sabía nada, no entendía nada, y en su cabeza cada vez reinaba más la confusión. Hasta donde conocía a Paula sabía que era una persona maravillosa, incapaz de hacer daño a nadie, pero, conforme iba conociendo a Esther, pensaba lo mismo de ella. ¿Cómo dos personas tan dulces, amables, cariñosas, podían terminar así?

Un sentimiento nuevo nacía dentro de Esther, un sentimiento que desconocía y que la estaba dejando un poco descolocada. Sentir esos brazos rodeándola, sentir el cariño y la ternura con la que Maca la estaba tratando le daba una seguridad y una tranquilidad que nunca antes había sentido en brazos de nadie. Deseaba no tener que moverse de allí, que no terminara nunca ese abrazo y poder sentir el calor de aquel cuerpo invadiéndola continuamente

Asustada por lo que estaba sintiendo al tener a Maca tan cerca se apartó casi bruscamente de ella y se quedó mirándola. Estaba muy seria, no sabía que decir y Maca la miraba sin llegar a entender que era lo que había pasado. Había olvidado por completo el motivo de su llanto, es más, incluso había olvidado que un instante antes estaba llorando, solo tenía un pensamiento en la cabeza, ¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Qué era aquello que había sentido al abrazarla Maca?

M: ¿Qué pasa Esther? ¿Estás bien?E: Sí, sí, es solo que...M: ¿Qué?E: No quiero entretenerte más, estarás cansadaM: No te preocupes por mí, no vuelvo hasta el lunes y tendré tiempo de sobra de descansar. No me gustaría irme y dejarte asíE: Tranquila ya estoy mucho mejorM: ¿Estás segura? (Esther asentía) No me importa quedarme un ratito más contigo, de verdad

No le gustaba ver triste a Esther, no podía soportarlo, así que intentando animarla le acarició la mejilla y le sonrió. Aquella caricia causó reacción en cada uno de los poros de la piel de Esther logrando el efecto contrario al buscado. Cada vez estaba peor, cada vez entendía menos lo que le pasaba, cuanto más intentaba tranquilizarla Maca más nerviosa se ponía ella. ¿Qué tenía aquella mujer que causaba ese efecto en ella? ¿Por qué reaccionaba su cuerpo así al mínimo contacto con su piel?

Aspiró hondo intentando tranquilizarse ya que había entendido que Maca no se marcharía hasta no verla bien, cosa que parecía difícil, porque cuanto más la cuidaba y más se preocupaba por ella, ella más nerviosa se ponía. Tenía que conseguirlo, tenía que aparentar que estaba bien y que todo se le había pasado, así que hizo un esfuerzo e intentó pensar en otras cosas. Recordó que tenía que hacer el pedido de farmacia y en un intento de centrar sus pensamientos en otra cosa que no fuera ella comenzó a enumerar medicamentos dentro de su cabeza

Se dio cuenta de lo absurdo que era lo que estaba haciendo y sin darse cuenta, pensando en ello, sonrío. Maca se alegró de volver a ver esa sonrisa que tanto le gustaba y en un impulso le cogió la cara con ambas manos y la miró

M: ¿Ya estás mejor?

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Sus piernas comenzaron a temblar al sentir sus manos otra vez pero hizo un esfuerzo por que no se borrara esa sonrisa de su cara. Puso las manos sobre las suyas y poco a poco las fue bajando hasta dejarlas juntas sobre sus piernas. No podía pensar, no podía razonar si tenía el más mínimo contacto con ella. Se puso de pie para alejarse un poco de aquel cuerpo que la estaba perturbando tanto

E: Sí, ya estoy mucho mejor. Voy al baño a refrescarme un poco la cara y luego tengo que ir a hacer el pedido de farmacia. (Se quedaron mirándose a los ojos y Maca se levantó y se puso frente a ella) Gracias por todoM: No tienes porque dármelas, no he hecho nadaE: Bueno... vete a casa a dormir y... nos vemos el lunesM: Nos vemos el lunes

Esther salió de allí peor de lo que había entrado, con un montón de sentimientos confusos brotando dentro de ella y lo que era peor, con unas ganas inmensas de volver allí y quedarse abrazada a ella para siempre

De camino a casa en su moto Maca pensaba en todo lo ocurrido, en el llanto y los nervios de Esther y en como la afectaba verla así. Le encantaba estar con ella, era tan dulce y agradable y tenía una sonrisa tan bonita. Recordó la primera vez que vio sonreír a Paula y se sintió culpable de sentir ahora con Esther lo mismo que había sentido unos meses atrás al conocerla a ella, pero algo le decía que no era lo mismo

Esta vez un sentimiento muy grande se estaba adueñando de ella, algo que nunca antes había sentido con nadie, estar cerca de Esther despertaba en ella tantos sentimientos y sensaciones que la asustaba, a ella que no solía asustarse por nada

Llegó a su casa y fue directa a la cocina a beber un vaso de agua. Apoyada en la encimera seguía pensando en Esther cuando oyó sonar el timbre y fue a abrir la puerta. Cuando la vio se quedó parada, no esperaba su visita a esas horas

Paula: Buenos días cariño. (Le dio un beso y la abrazó)M: Buenos díasPaula: Pensé que ya estarías durmiendoM: Acabo de llegar ahora. ¿Cómo es que has venido?Paula: Me he despertado en mi cama, solita, y he sentido unas ganas enormes de verte. (Se separó un poco para mirarla) ¿No te gusta que haya venido?M: Claro que me gusta. Me encantan esos impulsos tuyosPaula: Que penaM: ¿Qué pena por...?Paula: Porque seguro que estás muy cansada y muerta de sueñoM: Mmmmmm... (Miraba al techo y hacía como que pensaba sonriendo) Estaba pensando en darme un baño y... sería estupendo que alguien me frotara la espaldaPaula: ¿Segura? (Maca asentía)

Era justo lo que necesitaba, o al menos eso pensó en el momento en que la vio entrar por la puerta. Necesitaba borrar a Esther de sus pensamientos y estando sola seguramente no lo iba a conseguir. Tener a Paula ahora delante de ella le recordaba lo bien que había estado con esta los últimos meses, quería aferrarse a ella, conseguir que el amor que

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comenzaba a sentir por ella siguiera creciendo, hasta el punto de no pensar en nada más. Se bañaron juntas y luego se metieron en la cama. Con la cabeza apoyada en el pecho de Paula y las caricias que esta dejaba en su pelo no tardó más de dos minutos en dormirse

Cuando Maca se despertó fue a la cocina y vio a Paula preparando la comida. Se acercó a ella despacio y después de rodearla por la cintura dejó un dulce beso en su cuello y apoyó la barbilla en su hombro

M: Buenos díasPaula: Buenos días cariño. (Ladeó un poco la cabeza y le besó la mejilla)M: (Mirando la comida) ¿Qué haces?Paula: Todavía nada, solo he puesto agua a calentar. Había pensado un poco de pasta, pero aún no se como la voy a hacer, esperaba que despertaras para preguntarteM: Mmmmmmm... tallarines, a la carbonara, me encantan

De repente se puso muy seria y Maca al notarlo la cogió y le dio la vuelta para quedar cara a cara. Le acarició la mejilla y le sonreía para intentar animarla mientras la miraba a los ojos intentando adivinar que pasaba

M: ¿Qué pasa? ¿Te has puesto triste por unos tallarines?Paula: Lo siento. (La abrazó con fuerza y comenzó a llorar)M: Cariño, no sé lo que te pasa, pero quizás si me lo contaras yo podría ayudarte. (No dejaba de acariciarle el pelo y dejarle pequeños besos en la sien)Paula: No es nadaM: Mírame Paula. (Esta se apartó un poco y la miró) ¿Me vas a contar algún día porque a veces, de repente, con cualquier tontería te pones así?Paula: No pasa nada. (Hizo un esfuerzo para sonreírle) Es que cada vez que hago tallarines me acuerdo de mi... familiaM: ¿Tu familia?Paula: Sé que puede parecer una tontería pero, mi padre odiaba los tallarines. Cuando mi madre no estaba y cocinaba yo, siempre terminábamos peleándonosM: Ya veoPaula: Sí. Es que... ¿sabes? (Sus ojos temblaban y su mirada era infinitamente triste) Yo era el ojito derecho de mi padre y... cuando les conté que era lesbiana... como que no se lo tomaron muy bien... Tuve una discusión muy fuerte con ellos y... prácticamente me echaron de casa... (Se le hizo un nudo en la garganta que casi le impedía hablar) No les he vuelto a verM: Cariño. (La abrazó fuerte) Lo sientoPaula: Yo no elegí ser así. (Cada vez lloraba más angustiosamente) Lo último que deseaba yo en mi vida era hacer daño a mi familia... pero nunca pensé que se lo tomarían tan mal. Menos mal que Luci me ofreció su casa y me ayudó hasta que encontré trabajoM: ¿Eras muy joven?Paula: 21 años. Ni siquiera había terminado la carrera. Tuve que compaginar el trabajo con los estudios. Fue horrible durante una buena temporada, pero bueno, eso ahora ya es lo de menosM: ¿Nunca han intentado ponerse en contacto contigo?Paula: No que yo sepa. (Miró a Maca y luego le dio un beso) Voy a terminar de preparar la comida. Debes de tener hambreM: La comida puede esperar

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Paula: Gracias pero, no me gusta hablar de esto, es un tema del que cuanto más hablo peor me pongo, así que es mejor dejarloM: Como quieras. (Le cogió la cabeza para acercarla a ella y le dio un beso en el pelo)

Las semanas seguían pasando, y Maca y Esther cada vez se llevaban mejor, se iban haciendo más y más amigas cada día que pasaba, aunque sin ellas darse ni cuenta, lo que realmente les pasaba era algo más profundo, así que, sin que hubiera forma humanamente posible de evitarlo, Esther se estaba enamorando de Maca, y viceversa. Para Esther aquel sentimiento era completamente nuevo, se levantaba pensando en ella, pasaba el día intentando coincidir con ella en el hospital, y seguía pensando en ella hasta que se acostaba. Nunca había sentido esa dependencia de nadie, y esa necesidad la confundía

Maca en cambio intuía lo que le estaba pasando, y al contrario que Esther intentaba coincidir con ella el mínimo posible. Intentaba evitar lo inevitable, huir de aquel sentimiento que poco a poco iba haciendo mella en lo más profundo de su corazón, pero el deseo de estar cerca de ella la vencía, e inconscientemente, ella también la buscaba

Aquélla mañana, Esther se encontraba en la cafetería cuando llegó Laura y se sentó con ella. Esther no dejaba de mirar a la puerta y no atendía mucho a lo que le decía ella. Hacía ya cuatro horas que había llegado al hospital y todavía no había coincidido con Maca ni una sola vez. Tenía la esperanza de que la encontraría allí, pero se desilusionó un poco al llegar y ver que no era así

L: Esther, ¿me oyes? Hija, estás en babiaE: Perdona, ¿qué me decías?L: Nada importante, sin embargo tú si creo que tienes algo importante que contarmeE: ¿Yo? ¿El que?L: Tú sabrás, el porque estás así y no dejas de mirar a la puerta. ¿Se puede saber quien esperas que entre?E: Nadie. ¿A quien iba a esperar yo?L: No sé

En ese momento entraba Maca en la cafetería y al verla el rostro de Esther se iluminó y se adornó con una de sus preciosas sonrisas. Al ver Laura el cambio en la cara de Esther supuso que por fin había llegado esa persona que la enfermera esperaba tan ansiosamente. Se giró un poco para mirar hacia la puerta y vio a la pediatra que se acercaba para sentarse con ellas

El rostro de Maca lucía tan radiante como el de Esther ante aquel encuentro. Laura no entendía muy bien a que era debida tanta alegría por parte de ambas y simplemente se dedicó a observar

M: Hola. (Cogió una silla con la mano) ¿Puedo?E: Claro, siéntate y tómate un café con nosotrasM: No hemos coincido en toda la mañana, ya pensaba que no habías venido a trabajar hoyE: Se me han pasado las horas en quirófano. ¿Has tenido mucho trabajo?M: Lo normal

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Laura seguía observando y se dio cuenta de las sonrisas y las miradas que se dedicaban disimuladamente. Intentaba buscar explicación a todo aquello pero no lo conseguía

M: ¿Y tú? LauraL: ¿Qué?M: ¿Qué que has hecho esta mañana?L: De todo un poco, como siempreE: Hablas de mi y tú estás peor. ¿En que pensabas?L: En nada en particularE: Pues para no pensar en nada estabas muy absortaM: (Su busca comenzó a sonar con un aviso) Tendremos que dejar ese café para otro momento, tengo que irme chicas. Luego nos vemos. (Se levantó de la silla y se fue)L: EstherE: DimeL: ¿No tienes nada que contarme?E: Que pesadita estás con eso. Te he dicho que noL: (Le cogió una mano sobre la mesa y se la apretó) Sabes que puedes confiar en míE: Antes necesito aclararme un pocoL: Entonces sí tienes algo que contarE: No sé lo que me está pasando Laura. Bueno, si lo séL: ¿Te gusta?E: Muchísimo, no sabes hasta que puntoL: Pero...E: No sé nada Laura. A mí me pilla tan de sorpresa como a ti. ¿Crees que lo veo claro? Para nadaL: Me imagino como debes de estarE: No lo creo. (Se puso muy triste y una lágrima rodaba ya por su mejilla) No te imaginas las veces que me he acordado de Paula estos díasL: ¿Te gustaría poder hablar con ella de esto?E: No creo que tenga derecho después de lo que le hiceL: No fue culpa tuya Esther, eras muy jovenE: Venga ya. No tengo excusa... Anda que si llega a enterarse de que me estoy enamorando de una mujerL: Mira la parte positiva. Ahora por fin entiendes sus motivosE: No te imaginas como la entiendo ahora. No sé que hacer, Maca tiene parejaL: ¿Cómo lo sabes? ¿Te lo ha dicho ella?E: Sí, me lo dijo un díaL: ¿Pero sabes si ella essss...?E: (Sonriendo por como había dicho aquello Laura) ¿Essss...? No lo sé Laura. Solo dijo que tenía a alguienL: ¿Qué vas a hacer? Porque a mí me ha dado la sensación de que tu también le gustasE: No sé nada, de verdad. Es todo tan complicadoL: Pues para empezar tenemos que averiguar si tiene pareja, y si es así, si es hombre o mujerE: ¿Tenemos?L: Si me dejas que te ayude, claroE: Muchas gracias Laura, eres un encanto

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Llegó un viernes y Maca, Esther, Laura y Cruz fueron a comer juntas después de terminar su turno. Fueron a un restaurante cercano al hospital y ya en el café se unió a ellas Eva. Estuvieron hablando un rato y antes de irse Laura sugirió algo

L: Podríamos salir a cenar esta noche todas juntas y luego ir un ratito de marchaEva: Por mi estupendo, estaría genialC: ¿Y yo que hago con Vilches?Eva: Te lo dejas en casa de niñeraE: Si salimos, solo mujeresL: ¿Tú que dices Maca?M: Yo ya tenía planes para hoy, igual otro díaC: ¿Y no puedes cambiarlos?M: Es que no sé si quiero cambiarlosEva: Para una vez que salimos juntas. Venga MacaM: ¿Y si le digo que se venga?C: Hemos dicho solo mujeresM: Ya. Ya lo sé

Se quedaron todas en silencio unos instantes mirándose y sobre todo mirando a Maca. Cruz tardó un poco en entender lo que había dicho Maca, Eva se limitó a esperar a ver si alguien decía algo, Laura miraba a Esther y sonreía pensando que había conseguido su propósito de averiguar aquello y Esther cada vez estaba más confundida

El hecho de que Maca fuera lesbiana le hacía pensar en muchas cosas. Por un lado se alegró de que así fuera, pero por otro sentía que aquello no podía ser, ella era una mujer y ese hecho solo le iba a traer problemas, pero lo que más le afectó fue confirmar que tenía pareja, al parecer estable. Aquello no le hizo ninguna gracia

Por su parte, Maca, se arrepintió de sus palabras en cuanto acabó de decirlas. ¿Cómo se le había ocurrido soltar aquello? Sabía perfectamente que Paula y Esther se conocían y que no había precisamente buen rollito entre ellas. Mientras se sentía observada pensaba como deshacer lo que había dicho

C: A ver si lo he entendido bien, ¿nos estás diciendo que tienes... novia?M: Eso es exactamente lo que quería decirC: Por mí no hay problema, dile que se venga ella tambiénEva: Claro, así la conocemosM: El caso es que... no sé... igual me he precipitado al decir que se viniera ella tambiénL: ¿Crees que no querrá venir?M: No, no es eso, lo que quiero decir es que... si es una cena de compañeras de trabajo, pues igual se siente un poco... no sé. Además, cuando habéis dicho solo mujeres, igual en el fondo lo que queríais decir era sin parejasEva: Tienes razón, seguramente queríamos decir esoM: Pues nada. (Levantándose de la silla) Si me perdonáis un momento hablo con ella y os digo. (Salió fuera del restaurante)

Esther permanecía expectante a todo lo que había pasado sin decir nada. Demasiados pensamientos se agolpaban en su cabeza e intentaba ponerlos en orden

L: Eiiiii... (Cogiéndola por el hombro la zarandeo levemente) Despierta

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E: Perdona. ¿Me decíais algo?L: Que bajes de las nubesE: Voy un momento al servicio. (Se levantó y empezó a andar)L: Espera, voy contigo. (Se levantó y fue tras ella)C: ¿Y a estás dos que les pasa ahora?Eva: Pues no tengo ni idea

Maca salió a la calle y sacó el móvil de su bolso para llamar a Paula

Paula: Hola cariño, ¿ya has salido del hospital?M: Sí, estoy comiendo con unas compañeras. Esto... Paula, han organizado una cena para esta noche y me han invitado a mí tambiénPaula: ¿Y vas a ir?M: Pues no les he dicho todavía nada. Prefería hablar contigo antesPaula: Cariño, no te lo pienses, vete a cenar con ellasM: ¿Y esa cena a la que me ibas a invitar en tu casa?Paula: La dejamos para mañanaM: ¿Estás segura? ¿No te importa?Paula: Maca, tú y yo tenemos tiempo de sobra para estar juntas, además, me encanta la idea de que vayas teniendo tus amigas en MadridM: No séPaula: ¿Por qué me da la sensación de que no quieres ir a esa cena?M: ¿Qué?Paula: ¿Qué pasa Maca? ¿No te llevas bien con ellas?M: No sé de qué me estás hablando, claro que me llevo bien con ellasPaula: Entonces, ¿por qué estás buscando un motivo para no ir?M: No es esoPaula: Mira cariño, no sé que es lo que te pasa pero, si no te apetece ir a esa cena, pues no vayas, y si quieres utilizarme como excusa, pues me utilizas, a mí no me importa, pero cuidado con lo que les dices de mi, (A través del teléfono Maca notaba que hablaba riendo, como medio en broma) prefiero que piensen que es porque estás loca por mí y no puedes estar un día sin verme, antes qué que piensen que te tengo dominadaM: Pues no sabes tú ni nadaPaula: Venga cariño, en serio, haz lo que a ti te apetezca, ya sabes que a mi no me importaM: Vale. Te llamo luego. Un besito

Mientras, en el servicio del restaurante, Esther se había encerrado en uno de los habitáculos y sentada sobre la tapa del water lloraba. Laura desde el otro lado de la puerta la oía llorar

L: Esther, ábreme la puertaE: Vete Laura, por favorL: Esther, cariño, abre la maldita puertaE: Quiero estar solaL: O me abres la puerta o voy a llamar a MacaE: (Al oír su nombre se puso de pie y se pegó a la puerta) Ni se te ocurraL: Pues ábreme, ¡¡¡maldita sea!!!

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E: (Abrió la puerta y cuando Laura estuvo dentro con ella la volvió a cerrar) Estoy hecha un lío LauraL: Lo sé. (La abrazó y le acariciaba el pelo mientras ella cada vez lloraba más) Lo séE: ¿Te imaginas? Quiere traerla a la cena. Me da algoL: Esther, no puedes seguir así. Tienes que hacer algoE: (Se separó para mirarla) ¿Y que hago? ¿Me presentó delante de ella y le digo Maca creo que estoy enamorada de ti?L: Mujer, no hace falta ser tan directaE: Laura, ya lo has oído, tiene noviaL: Mira. Esta noche puede ser crucial. Si trae a su chica podremos ver como están las cosas entre ellas, y si no la trae ya es un punto a tu favor, una señal de que prefiere que ella no venga. Entonces será tu oportunidad de hacer algoE: No lo sé Laura, no lo veo claro. Yo no sé si quiero hacer nada, esto es muy complicadoL: ¿Complicado? Esther, aclárateE: Dicho así suena muy fácil, pero no lo esL: Pues yo lo veo bastante claro, solo hace falta ver como os miráisE: Ooohhhhh dios. ¿Por qué me pasan a mí estas cosas?L: Esther, yo no te voy a decir lo que tienes que hacer, eso lo tienes que decidir tú solita, pero no te niegues lo que sientes. Míralo así, si estuvierais las dos solas en el mundo, sin nadie mirando, sin nadie para opinar, para hablar, solo vosotras dos, ¿qué harías?E: ¿Ahora?L: Sí. Si salieras de aquí y el resto del mundo hubiese desaparecido, solo ella te esperara en esa mesa del restauranteE: (Se quedó pensando unos segundos) Laura...L: Olvídate de los demás, olvídate de todo y piensa en ti. Piensa en ti y en ellaE: El problema es que el resto del mundo existe, su novia también existe, y tengo que pensar en muchas cosasL: Esther, ahora te refrescas un poquito la cara y salimos ahí fuera para averiguar antes que nada si viene sola o acompañada, y sea como sea me voy contigo, hablamos todo lo que quieras, piensas un rato y te ayudo a ponerte guapa para esta noche porque tienes que estar deslumbranteE: Vamos a tener trabajo entonces, no sé como conseguirás esoL: Arriba esa autoestima Esther, y venga, refréscate un poco y sonríe, que estás muy guapa cuando sonríes

Un par de minutos después se volvían a sentar a la mesa casi al mismo tiempo en que también regresaba Maca

C: Bueno, ¿Qué?M: ¿Dónde cenamos?L: ¿Te vienes entonces?M: Sí, claroL: ¿Sola?M: Sola, hemos dicho sin parejasL: (Le dio un pequeño codazo a Esther y le sonrió) Bueno, solas saldremos. Igual alguna regresa a casa acompañada

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Llegó la noche y se fueron juntas a cenar. Esther, con la inestimable ayuda de Laura, se puso guapísima. Llevaba una camiseta de tirante fino, azul celeste estampada en crudo y unos vaqueros que le quedaban de vértigo. Una ligera capa de maquillaje, una sombra de ojos perfectamente difuminada y un pequeño brillo en los labios consiguieron que la enfermera estuviera radiante. Cuando Maca la vio llegar no pudo evitar mirarla examinándola de arriba abajo, examen que no pasó desapercibido para Esther

Pasaron la cena bastante divertidas, contando anécdotas del hospital y cotilleando un poco sobre algunos compañeros. Las miradas que se cruzaban entres ellas dos estaban llenas de deseo, y aunque intentaban disimular, no podían evitar que las demás ocupantes de aquella mesa se dieran cuenta de ello, pero ninguna dijo nada al respecto

Mientras tomaban unas copas, sentadas aún en la mesa del restaurante, Cruz tuvo una brillante idea, o al menos a ella se lo pareció, y ni corta ni perezosa soltó aquello

C: Maca, tú conocerás locales de ambiente en Madrid, ¿no?M: (Sonrío ante la ocurrencia de Cruz) Sí, claro, unos cuantosC: Podríamos ir a uno de esos, siempre me ha picado la curiosidadEva: ¡¡¡Eeeiiiiiiii!!! Me encanta esa ideaL: (Miraba pillina a Eva) ¿A sí? ¿Te encanta la idea de ir a un local de ambiente?Eva: Pero solo por curiosidad, como CruzM: Quien diría que es solo curiosidad, con la cara de alegría que has puestoEva: A ver, a ver, un respeto, que yo no me he metido con nadieL: (Pellizcándole el moflete) Que era coña, tontaC: Entonces, ¿Vamos? ¿O que?M: ¿Queréis ir en serio?Eva: Por mi síL: Por mí tambiénC: ¿Y tú, Esther?E: A mí me da igual, (Mirando a Maca) yo ya he estado en uno de esos y son locales como cualquier otroEva: ¿Has estado en un local de ambiente? Que calladito te lo teníasE: Bueno, fue hace muchos añosC: Entonces, ¿vamos? (Todas asintieron)

Desde que Sara había empezado a salir con Alicia, el “Queen” era al local que más solían frecuentar, así que decidió llevarlas allí, ya que era donde más gente conocía. Nada más entrar por la puerta, las cuatro abrieron los ojos como platos y se quedaron un poco paradas

Laura cogió de la mano a Eva y le susurró al oído, “Tu no me sueltes.” a lo que esta le contestó con una sonrisa, Cruz miraba sin pestañear a una pareja que había al lado de la puerta besándose y Esther solo tenía ojos para Maca e imaginaba el poder estar así con ella. Cuando Maca se dio cuenta de que no la seguían retrocedió un poco para volver a unirse a ellas

M: ¿Os vais a rajar ahora? Aquí no se comen a nadie, bueno, no al menos así de entradaC: Para nada nos rajamos, ahora ya estamos aquí. (Y después de decir esto se acercó decidida a la barra)Eva: Eso mismo digo yo

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Echó a andar detrás de Cruz tirando de la mano de Laura para que fuera con ella y luego las siguió Esther. Maca se acercó a ellas y viendo que Alicia estaba en la otra punta decidió mejor ir allí

M: Vamos hacia allá que nos servirán antesC: Vamos

Andaban decididas y al llegar allí Maca se acercó a saludar a Alicia

M: Hola AliAlicia: ¡¡¡Maca!!! (Le dio dos besos y luego miró a las chicas que la acompañaban) ¿Qué? ¿De guía turística?M: Ya ves, más o menosAlicia: (Acercándose a ellas) Hola chicas. ¿Qué os pongo?

Pidieron las bebidas y luego se separaron un poco de la barra hasta llegar al lado de una mesa alta donde dejar las bebidas mientras bailaban

Eva: (A Maca) Que guapa, la chica esa que te ha saludadoL: ¿Te gusta?Eva: No empecemos, no empecemosL: Pero si lo has dicho túM: Lo siento Eva, pero tiene noviaEva: (Fingiendo enfado) Ya vale con la coña que me voy a casaC: Dejadla, pobrecita, que se ha disgustado porque la chica que le gusta tiene noviaEva: Me vais a dar la noche

Esther las miraba y sonreía mientras pensaba que eso era justamente lo que le pasaba a ella, solo que lo suyo no era ninguna coña, lo suyo iba muy en serio, se estaba enamorando de Maca cada vez más sin que hubiera manera alguna de evitarlo, y ella tenía novia

Seguían bailando y riendo con la coña hacia Eva. Harta de la guasa se alejó un poco de ellas y al poco Laura y Cruz fueron a su lado para decirle que no se enfadara. Esther y Maca se quedaron junto a la mesa hablando cuando se acercó a ellas Lucía yendo directa a darle dos besos a Maca

Lucía: ¡¡¡Maca!!! No esperaba verte por aquí. Me había dicho Paula que no ibais a salir hoy

Al oír la voz de Lucía pronunciando aquel nombre, todos los músculos de Esther se tensaron al instante. Se dio la vuelta para ver bien a la propietaria de aquella voz y se quedó quieta mirándola. Maca no contestó al comentario de Lucía, en ese momento solo pensaba en Esther, en que estaría pasando por su cabeza. Sus miradas se cruzaron y entonces fue cuando Lucía se percató de la presencia de Esther

Lucía: ¡¡¡¿Esther?!!! ¿Eres tú? No puede serE: ¿Lucía?Lucía: Cuanto tiempo sin verte

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E: (De vez en cuando miraba a Maca e intentaba entender lo que pasaba) Y que lo digasLucía: ¿No me vas a dar dos besos?E: Claro, como no. (Le dio dos besos y siguieron hablando)Lucía: Niña, (Se apartó un poco y la miraba de arriba abajo) estás guapísima. Si te viera... (Se dio cuenta de lo que iba a decir y se calló antes de meter la pata)E: Dilo... No te cortes... Si me viera Paula... ¿Es eso lo que ibas a decir, no?Lucía: Sí, es justo lo que iba a decirE: (Se giró a mirar a Maca) ¿Conoces a Paula?M: ¿Yo?E: Sí, tú. Por el comentario de Lucía, es evidente que conoces a Paula...M: Sí. La conozcoE: ¿Y sabes quien soy yo? ¿Te ha hablado de mí?M: Poco, pero síE: ¿Y sabías que era yo?M: Sí. Cuando le dije que iba a trabajar en el central me dijo que eras la jefa de enfermerasE: (Un poco enfadada) O sea, que eres amiga de Paula y no pensabas contármeloM: No soy precisamente su amigaE: ¿Qué?M: Esther... Soy su noviaE: (Se quedó paralizada unos segundos antes de reaccionar) No... No puede ser. ¿Eres la novia de Paula? ... Dime que es una bromaM: No lo esE: Joder

La miró fijamente a los ojos, luego miró a Lucía y sin decir nada salió de allí corriendo

Lucía: Maca. ¿Qué está pasando?M: Voy a hablar con ella. (Hizo ademán de irse pero Lucía se lo impidió)Lucía: Espera. Mejor voy yo. Tú quédate aquíM: Pero...Lucía: Maca. Hazme caso, sé lo que hago

Lucía fue corriendo detrás de Esther mientras Maca se quedaba quieta, viéndolas alejarse de allí y sin saber que hacer. Tenía que hablar con Esther, explicarle sus motivos, pero no quería que Lucía se diera cuenta de su preocupación para con la enfermera

Cuando Lucía llegó a la calle vio a Esther a lo lejos caminando y fue corriendo hasta alcanzarla

Lucía: Esther, esperaE: (Seguía andando con Lucía a su lado) No quiero hablar de esto Lucía, al menos no contigoLucía: Esther. ¿Qué pasa?E: Déjalo, ¿vale?Lucía: Esther, por favor. (La cogió de un brazo y la hizo parar) Escúchame. ¿Qué está pasando?E: No eres la persona indicada, de verdadLucía: ¿Eres amiga de Maca?E: Eso creía, hasta hace unos minutos

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Lucía: No te enfades con ella. Si no te ha contado nada, seguramente será porque Paula se lo ha pedidoE: ¿Qué pasa? ¿Cree que me voy a llevar mal con Maca solo por el hecho de saber que es su novia?Lucía: No lo sé, pero quizás si lo ha hecho por eso. Fíjate como has reaccionado al saberloE: No entiendes nadaLucía: ¿Qué es lo que tengo que entender?

Esther se quedó quieta unos minutos sin decir nada bajo la atenta mirada de Lucía. Empezaba a ponerse nerviosa, no sabía muy bien que hacer. Miró al suelo, luego levantó la vista al cielo, volvió a mirar al suelo y al final buscó de nuevo los ojos de Lucía

E: ¿Llevan mucho juntas?Lucía: Unos meses, no recuerdo exactamente. Puede que seis... o sieteE: ¿Y se las ve bien?Lucía: Yo las veo bien, al menos a Paula la veo muy felizE: ¿Y a Maca?Lucía: También. No la conozco tanto, pero diría que sí

Se volvieron a quedar calladas mientras Esther intentaba asimilar todo lo que acababa de averiguar en unos minutos. Si en los últimos días había estado hecha un lío, esto lo complicaba todo aún más. Una frase resonaba dentro de su cabeza incesablemente, “Maca es la novia de Paula. Maca es la novia de Paula.” Aquellas palabras martilleaban sus sienes de forma insistente

Aquello era una locura, con la de personas que había en el mundo y ella no solo se estaba enamorando de una mujer, sino que además esa mujer era la única a la que no se atrevería a tocar nunca. Por nada del mundo quería que ella sufriera más de lo que ya debía de haber sufrido en los últimos años, así que si Paula era feliz con Maca, ella no tendría más remedio que resignarse y olvidarla

E: Mira, dile a Paula de mi parte que no voy a tratar a Maca mejor ni peor por que sea su chicaLucía: ¿Y por que no se lo dices tú?E: ¿Qué?Lucía: ¿Por qué no? Joder Esther, estamos en el siglo XXIE: ¿De que me estás hablando ahora?Lucía: De que ya va siendo hora de que aceptes a Paula como esE: Entiendo a Paula mejor de lo que creesLucía: ¿A sí? Pues demuéstraseloE: (Miró al suelo y negaba con la cabeza) No. No puedo. Ahora noLucía: ¿Por qué no? (La miró fijamente a los ojos y vio como dos lágrimas asomaban) ¿Qué está pasando Esther?E: NadaLucía: ¿Estás segura?E: ¡¡¡Joder Lucía!!!Lucía: No podéis seguir así toda la vidaE: Creo que no es el mejor momentoLucía: Prométeme al menos que lo pensarás

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E: Está bien. Te lo prometoLucía: Tienes que hablar con ella Esther. Te echa tanto de menosE: Y yo a ellaLucía: Mira. (Sacó una pequeña libreta de su bolso y un lápiz y comenzó a escribir) Te voy a poner aquí nuestra direcciónE: ¿Seguís viviendo juntas?Lucía: (Dejó de escribir y la miró) No exactamente. Catorce años dan para muchos cambios, pero sí, Paula ahora está en mi casa temporalmente. (Siguió escribiendo) También te voy a poner mi número de móvil y el suyoE: No sé Lucía, yo...Lucía: (Arrancó la hoja y se la dio) Hazme caso y llámala, o vente un día a casa. Estoy segura de que os irá bien a las dos hablarE: Lo pensaré, pero no te prometo nada

Mientras, en el interior del local, Maca estaba cada vez más nerviosa por no saber que pasaba fuera con Esther. Laura se dio cuenta de la ausencia de esta y se acercó a preguntar

L: ¿Y Esther?M: Ha salido fuera un momentoL: ¿Sola?M: No, con LucíaL: ¿Lucía?M: ¿Sabes quien es Paula?L: Sí, Esther me ha hablado de ellaM: Pues Lucía es su mejor amiga. Se ha acercado a saludarme y ha visto a Esther y...L: (Cortándola) Espera. ¿Tú conoces a Paula?M: Sí, es mi noviaL: ¡¡¡¿Qué?!!! ¿Qué Paula es, que?M: Lo que has oídoL: ¿Y Esther lo sabe?M: Se acaba de enterarL: ¡¡Joder!!M: Alguien tiene que explicarme lo que está pasandoL: ¿No lo sabes?M: Ni puta ideaL: (Un poco enfadada, nerviosa y con tono irónico) Pues pregúntale a tu novia, bonita. (Salió corriendo en busca de Esther)M: Joder, como está el patio

Laura sabía lo que estaría pasando por la cabeza de Esther y sin dudarlo un segundo fue corriendo a buscarla. La vio a lo lejos hablando con una chica, la cual supuso sería la tal Lucía, y se encaminó hacia ellas. Vio como la chica le daba un papel y la dejaba sola encaminándose de nuevo al local. Se acercó hasta quedar a su lado y sin decir nada la abrazó

E: Laura... Dime que esto no está pasando... que es una pesadilla y en cualquier momento despertaréL: Esther... cariño, no sé que decirte

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E: Maca es la novia de PaulaL: Lo sé. Me lo acaba de decirE: (Se separó de ella, se cubrió la cara con ambas manos y unos instantes después las apartó para mirarla) Esto es surrealista... ¿Paula no quiere que yo sepa que Maca es su novia por si eso condiciona mi trato con ella? No lo entiendo... Lucía piensa que me he enfadado porque no entiendo su orientación sexual... Maca no quiero ni imaginarme lo que estará pensando de mí, porque si sabe quien soy puede estar pensando cualquier cosa... y yo... yo ahora mismo quiero morirme... (Mirando al cielo) ¿Es que no me van a salir nunca las cosas bien?L: Esther. Yo creo que deberías de hablar con Paula. Ha pasado mucho tiempo y tenéis que arreglar las cosasE: ¿Y cómo hago?... ¿Eh?... No sabría que decirle. Además, no creo que este sea el mejor momentoL: No le digas nada de Maca, pero arreglad lo vuestroE: (Miró el papel que le había dado Lucía y acarició donde esta había escrito “Paula” junto a un número de teléfono) Quizás tengáis razón. Ya va siendo hora de que hablemos Paula y yoL: ¿Volvemos dentro?E: No. No quiero verlaL: Pero...E: Laura, tengo que olvidarme de ella. Lo entiendes ¿verdad?L: Claro. Seguramente yo haría lo mismo, pero os vais a seguir viendo en el hospitalE: Ya pensaré en eso, pero ahora no quiero verla. Voy a buscar un Taxi. Despídeme de ellasL: Vale. Ten cuidado

Cuando Lucía regresó junto a Maca esta esperaba ansiosa noticias de que había pasado allí fuera. Por la cara de ella imaginó que nada bueno y empezó a temerse lo peor

M: ¿Y Esther?Lucía: Fuera. No la entiendo, no sé lo que le pasaM: Lucía, ¿qué pasó con ellas?Lucía: ¿Paula no te ha contado?M: No, que va. Solo me dijo que la conocía cuando empecé a trabajar en el central, pero se que es un tema que le afecta muchoLucía: Yo no sé si debo...M: Mira, a Paula no le pregunto porque se pone fatal, Esther ni te digo como se pone con solo oír su nombre, y yo no tengo ni puñetera idea de lo que paso entre ellas. Yo no puedo seguir asíLucía: Pero... ¿No sabes nada?M: Ya te he dicho que noLucía: Ya le vale a Paula. Sabiendo que trabajas con ella te tenía que haber dicho algo. Entonces, exactamente ¿qué es lo que sabes?M: Nada. Que se conocen y al parecer hace años que no se hablan. Paula no saca el tema, y yo menosLucía: A ver, una cosa es que Paula no te haya dicho nada y otra muy diferente es que tu no te hayas dado cuentaM: ¿Cuenta de que?Lucía: Joder Maca, que trabajas con Esther hace meses

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M: ¿Y de que se supone que me tenía que haber dado cuenta?Lucía: De sus apellidos Maca, de sus apellidosM: (Se quedó pensando un momento) García, solo sé el primeroLucía: RodríguezM: ¿Qué?Lucía: Se llama Esther García RodríguezM: Paula García Rodríguez. (Se volvió a quedar pensativa y una sonrisa aparecía en su cara para volver a desaparecer al instante) ¿Me estás diciendo... que son hermanas?Lucía: Es evidenteM: Joder. ¿Cómo no me he dado cuenta antes?Lucía: Eso es lo que digo yoM: Y yo todo este tiempo pensando que Esther era una ex de Paula o algo por el estiloLucía: ¿Pensaste eso?M: ¿Y que querías que pensara?Lucía: Claro, supongo que es lo normal. Es que ya le vale a PaulaM: Ella ni siquiera sabe que nos hemos hecho amigas. Hoy mismo no sabía que iba a cenar con ellaLucía: ¿No?M: Lucía, (Remarcó la palabra) NUNCA hemos hablado de ella desde que la conozcoLucía: Pues ya va siendo horaM: Sí. Supongo que sí. (Se quedó pensando en lo que suponía aquello, en como cambiaba las cosas, y la imagen de ellas dos aparecía en su cabeza) ¿Sabes? Ahora que lo pienso, tienen la misma sonrisaLucía: Yo siempre he dicho que es en lo único que se parecen, físicamente, porque la verdad es que cuando las conoces, se parecen bastanteM: Sí, es verdad, se parecen en muchas cosas. Pero... ¿por qué están así?Lucía: Eso sí se lo vas a tener que preguntar a Paula, además, tienes una posición privilegiada, puedes oír las dos versionesM: Creo que me basta con la de Paula

Cuando Laura regresó al local vio a Maca hablando con Lucía y espero a que terminaran para acercarse a hablar con ella, aunque no tuvo tiempo, ya que nada más verla Maca se apresuró a ir a su encuentro

M: ¿Dónde está?L: Se ha ido a casaM: Tengo que hablar con ellaL: A mí no me parece que esa sea una buena ideaM: Necesito hablar con ellaL: Y ella necesita pensar. Dale tiempo MacaM: ¿Tiempo para que? ¿Qué es lo que tiene que pensar? Esto no tiene porque cambiar nadaL: Maca, dale unos días... luego habla con ella todo lo que quieras

Maca se despidió de sus amigas y se fue rumbo a su casa. Al entrar en esta dejó las llaves en la entrada, se quitó las botas e iba andando hacia su habitación mientras se iba quitando la ropa y la dejaba caer por donde pasaba. Al llegar a la cama se dejó caer sobre ella y hundió la cara en la almohada. Cuando sintió que le empezaba a faltar el aire se dio la vuelta y se quedó tumbada mirando al techo intentando ordenar sus pensamientos

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M: “Son hermanas... ¿cómo me iba a imaginar yo algo así?... ¿Y por qué están así?... ¿qué pasó?... tengo que hablar con Paula... y con Esther... necesito hablar con las dos... Al fin y al cabo... Esther es mi amiga... (Repetía esas palabras en su cabeza intentando convencerse a si misma de lo que decía) Mi amiga... solo eso... mi amiga... ¿Por qué se ha enfadado conmigo y se ha ido así?... Claro, pensará que yo sabía que eran hermanas... pero yo no lo sabía Esther... Y aunque lo hubiera sabido... no creo que sea motivo para ponerse así... Claro que... puede que... lo que le ha sentado mal no es el hecho de que yo se lo ocultara... sino que... lo malo para ella es que yo sea la novia de Paula... Claro... se ha enfadado cuando le he dicho que es mi novia... pero ¿por qué?...”

Se pasó la noche dando vueltas en la cama sin poder dormir y sin dejar de pensar en ellas dos, en todo lo ocurrido esa noche, e intentando adivinar que había pasado. Harta de dar vueltas se levantó y se dio una ducha, cogió la moto y se fue a casa de Paula

Era muy temprano, no hacía mucho que había amanecido y tuvo que llamar al timbre tres veces para que le contestaran. Cuando oyó la voz al otro lado del telefonillo se arrepintió de haber ido tan temprano. Quería hablar con ella, pero no se había parado a pensar que seguramente a la que primero conseguiría despertar sería a Lucía

Lucía: (Medio dormida) ¿Quién es?M: Perdona que te haya despertadoLucía: ¿Maca? ¿Qué haces aquí a estas horas?M: Ábreme y te lo explicoLucía: Déjalo, te abro y me voy a dormir

Empujó la puerta para abrir y subió las escaleras de dos en dos. Llegó en seguida, ya que era un primero, y todavía pudo ver a Lucía que regresaba de la cocina con un vaso de agua

M: Buenos días. Lo siento, de verdadLucía: No pasa nada. Buenas nochesM: (Sonriendo) Buenas noches

Fue despacio hasta la habitación de Paula y sin apenas hacer ruido se acercó a la cama y se sentó a su lado. Con mucho cuidado le quitó un mechón de pelo que cubría su cara y se lo puso detrás de la oreja. Le acarició suavemente la mejilla y mirándola detenidamente comenzó a buscar un parecido físico con Esther. Se sorprendió al ver que Lucía tenía razón, seguramente en lo único que se parecían era en la sonrisa, en esa sonrisa que a ella tanto le gustaba

Se quitó la cazadora, la dejó en una silla cercana a la cama y se tumbó al lado de Paula. Comenzó a dejar pequeños besos por su cara, en la nariz, sobre sus párpados, las mejillas y al llegar a sus labios cerró los ojos. Cuando sintió sus labios la imagen de Esther irrumpió en su cabeza y por un momento deseo que fuera ella a la que estaba besando

Se asustó de sus propios pensamientos, bruscamente se apartó de ella y abrió los ojos agitando su cabeza como queriendo borrar la imagen de Esther. Se levantó de la cama y comenzó a andar por la habitación mirando a Paula de vez en cuando. La quería, estaba segura de ello, pero algo le estaba pasando con Esther. Se acercó a la cama, se agachó a su lado y sin dejar de mirarla empezó a hablar con ella dentro de sus pensamientos

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M: “Cariño, no sé lo que me está pasando... Me gusta estar contigo... te quiero... y no son solo palabras... estoy convencida de ello... no te haría daño por nada del mundo... y me gustaría poder borrar de dentro de mí esto que siento cuando estoy cerca de ella... pero no puedo... Tienes que ayudarme... entre las dos tenemos que conseguir que piense solo en ti... Esther me gusta... me gusta mucho... pero es un imposible... y mas siendo tu hermana... Tengo que sacarla de dentro de mi... y dejar que tú te adueñes del hueco que deje... pero no sé como... no sé como

Se volvió a tumbar a su lado y se acercó a besarla de nuevo, pero esta vez con los ojos abiertos por miedo a ser traicionada de nuevo por su mente. La besó varias veces y como intentando convencerse de algo susurró, “Te quiero”

Paula no pudo oír sus palabras, pero con los besos de Maca que siguieron a estas comenzó a despertar. Abrió los ojos despacio y sonrío al comprobar que era ella la que la besaba

Paula: (Con apenas un hilo de voz) HolaM: Hola cariñoPaula: ¿Qué hora es?M: (Miró su reloj) Las ochoPaula: ¡¡¿De la mañana?!!M: De la mañana, claroPaula: ¿Y que haces aquí tan temprano? ¿Cómo has entrado?M: Me ha abierto Luci, la pobre estaba dormidaPaula: Pues como todo el mundo un sábado a estas horas. ¿Qué pasa? (Se incorporó un poco para acercarse más a ella insinuante) ¿Me echabas de menos?M: (Se puso seria) Tengo que hablar contigoPaula: (Se dejó caer de nuevo sobre la cama) Que desilusión. (A esta distancia pudo ver la seriedad en el rostro de Maca) ¿Pasa algo?M: ¿Sabes la cena de anoche?Paula: Sí, con tus compañerasM: Pues una de ellas era EstherPaula: (Se incorporó de nuevo quedando sentada sobre la cama) ¿Esther?M: Sí. La verdad es que nos hemos hecho muy amigasPaula: No me lo habías dichoM: Tú tampoco me habías dicho que es tu hermanaPaula: ¿Cómo te has enterado?M: ¿Por qué no me lo dijiste?Paula: Maca...M: ¿Sabes que yo creía que era una ex tuya?Paula: Sí. Lo noté la primera vez que te hable de ellaM: (Se levanto de la cama y andaba por la habitación intentando entender lo que acababa de escuchar) No lo entiendo, por mucho que me esfuerzo no lo entiendo. (Se acercó a ella y la miró a los ojos) ¿Lo notaste y dejaste que yo lo creyera así?Paula: Seguramente me equivoque, (Se levantó para estar delante de ella) perdóname cariño, pero... te vi celosa cuando te hablé de Esther... y por un momento me gustó verte asíM: No puedo creer lo que me estás diciendoPaula: Lo siento Maca, no quiero que pienses que...

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M: (Cortándola) Pensar, eso es precisamente lo que he hecho todos estos meses. ¿Acaso entonces no te preocupaba lo que yo pensara?Paula: Vale, lo admito, me equivoqué, pero yo no sabía que os conocíais tanto, nunca me has hablado de ellaM: ¿Cómo te iba a hablar de ella si pensaba que era tu ex?Paula: Lo siento... Déjame que te explique porque lo hiceM: (Cruzó los brazos) Te escuchoPaula: Tú y yo hacía poco que nos conocíamos, estábamos empezando, y al hablarte de ella y notar esos casi imperceptibles celos en ti... ¿Qué quieres que te diga? me sentí importante, sentí que te preocupaba que alguien me pudiese haber hecho daño en el pasado, y me gustó, me gustó que te preocuparas por mí. (Se estaba poniendo nerviosa y de sus ojos comenzaban a brotar unas pequeñas lágrimas) Decidí no decirte nada en ese momento, y luego el tiempo ha ido pasando y no hemos vuelto a hablar del tema. Como nunca me has hablado de ella pensé que no coincidiríais mucho, o algo. Yo que séM: No te hablé de ella porque me dijiste que te dolía demasiadoPaula: Y me dueleM: Esta bien. (La abrazó) Puedo entender tus motivosPaula: No te enfades conmigoM: No me enfado pero... me tienes que hablar de Esther, de lo que pasó para que estéis asíPaula: (Se apartó un poco para mirarla) Eso me va a costar másM: Vamos a hacer una cosa. (Le dio un pequeño beso en la nariz) Preparamos un café y me lo cuentas con calma. ¿Vale?Paula: Vale

Prepararon los cafés y volvieron a la habitación para poder hablar más tranquilas. Paula dejó su taza en la mesilla y se sentó en la cama cerca de esta. Maca se sentó a su lado sosteniendo la taza en sus manos

Paula: No sé por donde empezarM: Por el principio puede estar bienPaula: Voy a intentarlo. Si me voy mucho por las ramas avísameM: DescuidaPaula: Vamos allá... Esther y yo nos llevamos tres años, yo soy la mayor, es evidente... Ella siempre fue... mi bicho... (Tuvo que parar de hablar unos segundos para coger aire después de referirse a ella de aquella manera) me encantaba hacer el papel de hermana mayor y a ella el de hermana pequeña... a veces pienso que si hubiera sido al revés, si ella hubiese sido la mayor, los papeles hubiesen sido los mismos... Ella siempre ha sido muy inocente, demasiado buena a veces, y me encantaba ser su protectora, quien la guiara... Íbamos juntas a todas partes... nos lo contábamos todo... nos peleábamos... como todos los hermanos... pero nos llevábamos genial... Un día me di cuenta de algo que no sabía como contarle... me estaba enamorando de una chica a la que había conocido unas semanas antes y no sabía como decírselo a Esther... Si yo tenía veinte años, aquello me estaba pasando a mi y estaba hecha un lío... ¿Qué pensaría Esther si se lo contaba?... No se lo podía contar a ninguna de mis amigas... a mis amigas de la infancia, me refiero... no me atrevía... con la única que hablaba de esto era con Luci... pero quería que Esther lo supiera... Y allí estaba ella... con sus diecisiete añitos, dispuesta a escucharme... como siempre... Yo no sabía como contarle aquello... así que se me ocurrió una manera que no era la más ortodoxa... Le dije que había alguien que me gustaba mucho... y que porque no salía un día conmigo y así le decía quien era... Ni corta ni perezosa la llevé a un local de

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ambiente... Aún recuerdo su cara cuando entró allí... la pobre no sabía que decir... así que no dijo nada... La tía esta no estaba... pero supongo que Esther supo lo que le estaba diciendo... no me dijo si lo entendía o no... si le parecía bien o mal... solo permaneció en silencio... A partir de aquel día su actitud conmigo fue cambiando poco a poco... (Sus ojos temblaban y las lágrimas hacían acto de presencia en sus ojos)... puede que inconscientemente... pero hacía pequeñas cosas que a mi me dolían mucho... Empezó a cerrar la puerta del baño para ducharse... procuraba cambiarse de ropa cuando yo no estaba... (Empezó a formársele un nudo en la garganta que casi le impedía hablar) y poco a poco nos fuimos distanciando... Hasta que llegó aquel día... aquel fatídico día... cuando se me ocurrió contárselo a mis padres... Mi padre gritaba sin saber muy bien ni lo que decía... mi madre no decía nada, sentada en el sofá con la mirada perdida... y Esther... (Comenzó a llorar angustiosamente)M: Cariño. (Dejó la taza ya vacía en la mesilla y la abrazó muy fuerte) No sigas si no quieresPaula: Sniffffff... quiero contártelo, lo necesitoM: Como quierasPaula: (Cuándo se hubo tranquilizado se apartó un poco de ella y siguió hablando) Ella tampoco decía nada, solo lloraba... Me miraba desde su posición, apoyada en la pared y yo con la mirada le suplicaba que me ayudara... pero no dijo nada... Cuando mi padre se hartó de decirme mil perrerías se encaró con Esther... le gritaba “¿Tú lo sabías? seguro que lo sabías y no me lo dijiste”... Ella negaba con la cabeza... Yo no sabía que hacer... nunca había visto así a mi padre... De repente los tres me miraban sin decir nada... Me acerqué a ella y llorando le supliqué “Ayúdame.”... bajó la mirada al suelo y me dijo “Lo siento, pero yo tampoco te entiendo.”... Nunca en mi vida me han dolido más unas palabrasM: Pero Esther no es asíPaula: Puede que no sea así y que todo fuera culpa del momento... ella era muy joven y era fácil que no me entendiera... si no ha cambiado mucho, era la mejor persona que he conocido en mi vida... con los años he visto las cosas de otra manera... pero me enfadé mucho con ella... y cuando averiguó donde vivía y vino a buscarme le dije muchas tonterías... nos dijimos muchas tonterías... y luego... el orgullo seguramente se encargó del restoM: No podéis seguir así, Esther lo está pasando tan mal como túPaula: ¿Me echa de menos?M: ¿Qué? Cariño, se puso a llorar porque atendimos a una niña que se llamaba PaulaPaula: ¿En serio? Si es que es un sol mi EstherM: Es fantásticaPaula: ¿Crees que debería de hablar con ella?M: ¿Tú no?Paula: (La miró unos segundos y luego le sonrió) ¿Te has hecho amiga de mi hermana?M: SíPaula: Me encanta la idea. (De repente, unos golpecitos en la puerta llamaron su atención) ¿Sí?Lucía: ¿Puedo?Paula: Claro Luci, pasaLucía: (Entró y se acercó a ellas) Buenos días. ¿Ya se lo has contado?M: Sí, me lo ha contadoLucía: Ya te vale, ¿eh?Paula: Ya lo séLucía: Por cierto, tu bicho está guapísima, ¿verdad Maca?

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M: Sí, anoche estaba realmente guapaPaula: ¿Os visteis anoche?M: Sí. Fuimos a “Queen” y Luci estaba allíPaula: ¿Esther fue contigo a “Queen”?M: Querían ir a un local de ambiente, y las lleve a “Queen”, vimos a Luci, y entonces fue cuando me enteré que Esther es tu hermanaPaula: O sea, ¿qué tus compañeras saben que eres lesbiana?M: Se lo dije ayer durante la comidaPaula: ¿Y como reaccionó Esther?M: No sé. (Se encogió de hombros) NormalLucía: Cuando supo quien era tu novia no reaccionó tan normalPaula: ¿A no?M: No sé lo que le pasó. Quizás se puso nerviosa al verte a ti y acordarse de PaulaPaula: ¿Se puso nerviosa?Lucía: No sé si eran nervios, sé que la vi malPaula: Algo no cuadra aquí. ¿Qué le pasaba a Esther?Lucía: Eso solo te lo puede decir ella. (Su móvil comenzó a sonar y salió de la habitación dejándolas solas de nuevo)

Cuando Esther se despertó aquella mañana tenía un dolor de cabeza brutal. Casi no había dormido en toda la noche pensando en todo lo ocurrido y siguió pensando en ello nada más despertar. Fue en busca de algo para tomar que le aliviara el dolor de cabeza y luego se tumbó en el sofá. Intentó olvidarse de todo pero pensar en ellas le resultaba inevitable

El dolor de cabeza fue menguando conforme fue haciendo efecto el analgésico y Esther fue a su habitación en busca de sus vaqueros. Buscó el papel que le había dado Lucía y regresó al sofá. Cogió el teléfono, y con ambas cosas en las manos pensaba que hacer

Se decidió y sin pensarlo dos veces marcó el número de Lucía. Esperó pacientemente a que esta contestará mientras jugueteaba con el papel

Lucía: ¿Sí?E: Buenos díasLucía: ¿Esther?E: La mismaLucía: Que alegría que te hayas decidido a llamar. ¿Vas a venir?E: No lo séLucía: No lo pienses más Esther, solo venteE: ¿Está Paula en casa?Lucía: Sí, claroE: Consigue que no se mueva de ahí, pero no le digas nadaLucía: Vale. Date prisa

Se cambio tan rápido como pudo y sin pensarlo salió hacia allí. Lucía regresó a la habitación de Paula y las sorprendió besándose, tumbadas sobre la cama. Se quedó parada en la puerta y dio unos golpes con los nudillos para llamar su atención

Lucía: Ejem, ejem. Podríais cerrar la puertaPaula: (Paró de besar a Maca para mirar a Lucía) Ciérrala tú que estás ahí

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Lucía: Siento cortaros el rollo pero necesito hablar con MacaM: ¿Ahora?Lucía: Sí, ahoraM: (Le dio un último beso antes de levantarse de la cama) Vuelvo enseguida. (Salió de allí y siguiendo a Lucía llegaron a la habitación de esta) ¿Qué pasa?Lucía: (Cerró la puerta y le habló bajito) Esther viene hacia aquíM: ¿Qué?Lucía: Yo me voy a ir a dar una vuelta para dejarlas solas, ¿te vienes conmigo?M: ¿Y que le decimos a Paula?Lucía: Yo que me voy a desayunar con Jess, tú invéntate tu propia excusaM: Vale. A ver ahora que le digo

Se quedó pensando un momento en la habitación de Lucía mientras esta se cambiaba de ropa y cuando se le ocurrió una excusa que contarle volvió a su habitación

Paula: ¿Qué secretos os traéis vosotras dos?M: ¿Qué? Ah, no, nada. Luci, que se va a desayunar con Jess, y quería preguntarme si ya me voy para que la llevePaula: ¿Y no te lo podía preguntar aquí?M: Yo que séPaula: Esta cada día está peor. ¿Y que?M: ¿Qué de que?Paula: ¿Si ya te vas?M: Sí. Perdona, es que quedé con Ana que iría con ella a elegir las cortinas del salón, que quiere cambiarlas. Te lo dije ayer, ¿no?Paula: No lo recuerdoM: No sé. Se me pasaríaPaula: Entonces, ¿nos vemos esta noche?M: Me debes una cenaPaula: No se me olvidaM: (Se acercó y le dio varios besos) Hasta esta noche entonces

Esperó a que Lucía estuviera a punto y se fueron juntas a desayunar

Unos minutos después llegaba Esther. Llamó al timbre y cuando Paula lo escuchó sonar pensó que sería Maca. Se levantó rápido para abrir con una gran sonrisa y cogió el telefonillo para preguntar

Paula: ¿Quién es?E: Hola PaulaPaula: (Llevaba muchos años sin oír su voz, pero incluso un poco distorsionada por el telefonillo la reconoció al instante) HolaE: ¿Me abres la puerta?Paula: Claro. Sube

Se tapó la boca con una mano y apretó los ojos fuerte para evitar que salieran las lágrimas que clamaban desde el interior de sus ojos por salir. Recordó que era un primer piso y Esther llegaría enseguida y se miró en el espejo de la entrada intentando inútilmente arreglar su pelo con las manos. Cuando escuchó unos pasos que se acercaban se apoyó en el pomo de la puerta y un par de segundos después la abrió

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Se quedaron mirándose a los ojos durante un espacio de tiempo que ninguna de las dos sería capaz de calcular, luego se miraron de arriba abajo lentamente observando los cambios que el tiempo había hecho en ellas y finalmente Paula reaccionó y la invitó a entrar

Paula: Pasa

Esperó a que entrase y cerró la puerta tras de ella, luego empezó a andar hacia el salón y Esther la siguió. Se volvieron a quedar de pie, mirándose detenidamente sin decir nada. Sus ojos temblaban, su corazón se aceleraba y ninguna de las dos pudo evitar que las lágrimas comenzaran su camino. Paula dio un paso y se acercó a ella y con una gran ternura cogió su cara con ambas manos y con los dedos pulgares le limpió las lágrimas

Paula: No llores bicho

Después de aquellas breves palabras Esther no pudo aguantarse más y se abrazó a ella tan fuerte como pudo. Las dos comenzaron a llorar entre sollozos y montones de lágrimas. Esther hundió la cara en su cuello y Paula le dejaba besos en el pelo mojándolo levemente con aquellas gotas saladas que resbalaban por sus mejillas. Poco a poco su llanto se fue calmando y cuando consiguieron tranquilizarse un poco se separaron para mirarse nuevamente

Paula: Luci tenía razón, estás preciosaE: Tú también, incluso con esos pelosPaula: ¿Qué le pasa a mi pelo? (Se giró un poco para mirarse en el espejo del salón)E: Paula... Lo sientoPaula: Yo también lo siento bicho, no sabes cuanto. ¿Puedo seguir llamándote bicho, o a tu edad ya no queda bien?E: Ni se te ocurra dejar de llamarme bicho... Tenemos que hablarPaula: Sí... y mucho

Se acercaron al sofá y se sentaron las dos de lado para quedar cara a cara. Paula cogió una de las manos de Esther entre las suyas y se quedaron así unos segundos, mirándose, antes de que ninguna se decidiera a decir nada

E: Paula yo... siento mucho todo lo que pasóPaula: No fue culpa tuyaE: En parte sí. Si yo te hubiese ayudado un poco quizás las cosas habrían sido de otra maneraPaula: No le des más vueltas, éramos muy jóvenes y las dos nos equivocamos en algunas cosasE: No me diste la oportunidad de explicarmePaula: Estaba dolida. Me dolía que no entendieras mi posturaE: Ahora te entiendo perfectamente, y lo respetoPaula: ¿Sí?E: SíPaula: ¿Te gusta Maca?E: (Respondió sin pensarlo) Mucho. Quiero decir que... me cae muy bienPaula: ¿Sí?

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E: Sí. (Intentó bromear con el tema) Vamos, que si me hiciese lesbiana te la quitabaPaula: Tú nunca me harías esoE: (Intentó disimular pero aún así no pudo evitar ponerse un poco triste con aquello) Es verdad, yo nunca te haría esoPaula: ¿Y tú que? Cuéntame, ¿cómo andamos de novios?E: Buffffff... (Rieron las dos) MalPaula: Pero... algo tendrás por ahí. (Esther se puso triste de nuevo y bajó la vista al suelo) Eeiiiiii... (La cogió por la barbilla y le levantó la cara para que la mirara) ¿Qué pasa? ¿Te has enamorado, bicho?E: DéjaloPaula: ¿Pero que pasa? A mí me lo puedes contarE: Gracias por preocuparte, pero no he venido a hablar de esoPaula: Que mal te veo. Está bien, vamos a dejarlo, pero me lo tienes que contar otro día... ¿Cómo están mamá y papá?E: Viejos. Mamá con artrosis y papá bastante tocado del corazón, pero tan gruñón como siemprePaula: ...E: ¿Cómo sabias que soy la jefa de enfermeras del central?Paula: Tengo mis fuentes. ¿Sabes? Sabía que lo conseguirías. Cuando éramos pequeñas y me hacía cualquier herida nunca dejabas a mamá que me curara, querías hacerlo tú siempreE: Siempre tuve claro lo que quería ser. O sea, que te has ido informando de lo que yo hacíaPaula: Más o menosE: Yo he hecho algo parecidoPaula: Vaya dosE: ¿Cómo hemos dejado que pasara tanto tiempo?Paula: No lo sé, pero vamos a aprovecharlo a partir de ahoraE: Tenemos que recuperar muchas cosas

Estuvieron hablando toda la mañana, principalmente de ellas dos y de todo lo que habían hecho en los últimos años

A la hora de comer llegó Lucía y entre las dos convencieron a Esther de que se quedara a comer. Estuvieron contándole montones de anécdotas y pasaron una tarde muy agradable. Se les fue el tiempo hablando, riendo y sin darse cuenta se había hecho ya de noche. La primera en darse cuenta de lo tarde que era fue Lucía. Miró su reloj y como un resorte se levantó del sofá

Lucía: ¡¡¡¡Las ocho!!!! Joder, he quedado con Jess a las ocho y media. Lo siento chicas pero me voy a la ducha. (Y se fue)Paula: Cuatro sesiones como la de hoy y nos ponemos al día con todoE: Y que lo digasPaula: Yo debería de preparar algo de cena, va a venir Maca. ¿Me ayudas?E: “¿Y quedarme aquí hasta que aparezca ella? No, gracias.” Mejor me voy a casa. Llevo aquí todo el díaPaula: Como quieras, pero que conste que no molestas. Además, sois amigas (Le guiñó un ojo) ¿no?E: Sí, somos amigas, pero hoy mejor os dejo solas. (Se levantaron del sofá y empezaron a andar hacia la puerta)

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Paula: Vale. Te llamo mañana y hablamos un ratitoE: Claro. Mañana másPaula: EsoE: Me alegro de haber venidoPaula: Yo también me alegroE: Bueno. (Permanecía parada en la entrada y no se decidía a irse)Paula: Tranquila. Ahora no vamos a estar catorce años sin vernosE: Eso esperoPaula: Venga bicho, te llamoE: Ciao

Se dieron un beso y Esther comenzó a bajar las escaleras mientras Paula cerraba la puerta y se iba a la cocina a preparar la cena. Bajaba pensando en todo lo que habían estado hablando y al llegar al portal y abrir la puerta vio a Maca que se disponía a pulsar el timbre

Aprovechó que ella estaba de espaldas para mirarla bien sin que se diera cuenta, se acercó un poco más a ella, aspiró profundamente ese aroma tan suave que desprendía su pelo y luego le puso una mano en el hombro para llamar su atención

E: Hola MacaM: (Se dio la vuelta un poco sorprendida) Hola EstherPaula: (Por el telefonillo) ¿Sí?M: (Se giró un poco para contestar) Cariño, soy yoPaula: Sube, estoy en la cocinaM: Voy. (Volvió a mirar a Esther y tardó un par de segundos en hablar) ¿Qué tal con Paula?E: Bien... genial... Oye Maca... perdona que me fuera ayer asíM: No pasa nada, lo entiendoE: Me impacto un poco la noticia de que eras...M: ¿Tu cuñada?E: Eso...M: Y... ¿ya te vas?E: ¿Ya? ¿Te parece pronto? Llevo unas diez horas aquíM: Tendríais muchas cosas de las que hablarE: Puedes hacerte una ideaM: Me alegro de que al final hayáis decidido hablarE: Yo también me alegroM: Pues nada... nos vemos en el hospitalE: ClaroM: Hasta mañanaE: Hasta mañana

Se quedaron unos segundos mirándose a los ojos sin moverse, ausentes del resto del mundo, ignorando todo lo que no fuesen los ojos de la otra, envueltas por esa especie de locura que se apoderaba de ellas cuando estaban cerca la una de la otra y en un momento de lucidez Maca entró en el portal cerrando la puerta tras ella

Al llegar al primer rellano, donde ya no podía ser vista por ella, pegó su espalda a la pared y respiró profundamente intentando tranquilizarse. Había tenido que huir de su

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mirada, de esa mirada que la estaba trastornando y que no hubiese podido aguantar mucho rato más sin abalanzarse sobre su dueña y besarla con desesperación

Esther se había quedado viendo como se alejaba de ella a través del cristal de la puerta y ahora miraba los solitarios escalones esperando no sabía muy bien el que. Quizás que ella volviera a aparecer, que se acercara a ella y la volviera a mirar como unos segundos antes y si no era mucho pedir que la besara para calmar aunque solo fuera un poco el deseo que se estaba apoderando de ella

Pero no fue así. Llevaba varios minutos mirando a través del frío cristal y la imagen que podían ver sus ojos era siempre la misma, unos escalones vacíos que la separaban de la realidad, de aquel apartamento donde ahora estaban ellas dos juntas, su hermana, a la que por fin después de muchos años había conseguido recuperar y ella, esa mujer que la estaba volviendo loca y a la que decididamente tenía que olvidar

Cuando Maca consiguió tranquilizarse un poco entró en el apartamento de Paula y fue directamente a la cocina. Se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla

M: HolaPaula: Si que has tardado en subirM: Es que me he encontrado con Esther en el portal. Por cierto, ¿qué tal con ella?Paula: Oohh Maca, no puedes imaginarte lo que he sentido cuando la he visto. ¿Cómo hemos podido dejar que pasara tanto tiempo?M: Pero, ¿habéis aclarando las cosas?Paula: Creo que sí. Hemos hablado de muchas cosas, aunque aún nos quedan muchas másM: Bueno, lo importante es que ya habéis empezado a hablar. (Le dio un pequeño beso)Paula: (Puso las manos en la cintura de Maca) ¿Solo me vas a dar ese beso?M: ¿Quieres más?

Como respuesta a su pregunta Paula se fue acercando a ella y comenzó a besarla. Maca correspondía a sus besos pero su cabeza no estaba allí, en esa cocina, estaba en el portal donde apenas unos minutos antes había deseado hacer aquello mismo con Esther. De repente dejó de besarla y se separó de ella

Paula: ¿Qué pasa?M: Perdona, es que tengo que ir al servicioPaula: Está Luci en la duchaM: JoderPaula: ¿Qué te pasa?M: Es que vengo todo el camino aguantándome y no puedo másPaula: Lo siento, pero ya sabes que solo tiene un cuarto de bañoM: Voy a meterle prisa

Maca salió de la cocina y fue directa al baño. Por el camino se tocaba los mofletes con ambas manos y los notaba hirviendo. Al llegar allí dio unos golpecitos en la puerta

Lucía: Ya salgoM: Soy yo, es que tengo una urgenciaLucía: Un minuto

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M: Me espero. (Recostó la espalda en la pared, levantó la cabeza para mirar al techo y luego cerró los ojos para poder pensar mejor) “Esto no puede ser Maca. Si cada vez que beses a Paula vas a ver en tu cabeza la cara de Esther es que tienes un problema y grave... Admítelo, te has enamorado de ella... ¿Y ahora que vas a hacer?”Lucía: (Salía del baño sacándola de su ensimismamiento) Todo tuyoM: Gracias. (Entró y cerró la puerta tras de si. Apoyó las manos en el lavabo, se miró en el espejo y comenzó a hablar consigo misma en voz baja) ¿Qué vas a hacer Maca? ¿Eh? ¿Qué vas a hacer?... Aunque dejes a Paula no tienes nada que hacer con Esther... pero no puedes seguir así... Estás engañando a Paula... y lo que es peor... te estás engañando a ti misma... Tienes que encontrar una solución... ¿Pero cual?

Se sentó en un taburete que había junto a la bañera, se cubrió la cara con ambas manos y en silencio comenzó a llorar

M: “No puedo seguir así... no puedo ni besarla sin pensar en Esther... ¿qué pasará cuando terminemos de cenar y me insinúe algo?... No puedo hacerlo... tengo que inventarme lo que sea para irme a casa... lo siento Paula...”

Se levantó y se acercó de nuevo al lavabo para refrescarse la cara y la nuca e intentaba calmarse antes de salir de allí, pero la rojez de sus ojos no terminaba de desaparecer. De repente alguien llamaba a la puerta

Lucía: Maca, ¿te queda mucho?M: No, ya salgo. (Abrió la puerta y aunque intentó esconder su cara no pudo evitar que Lucía notara algo extraño)Lucía: ¿Te encuentras bien?M: “¿Y ahora que le digo? Piensa rápido Maca.” No mucho, la verdadLucía: ¿Qué te pasa?M: No me encuentro bien, me debe de haber sentado algo malLucía: Maca. (La miró fijamente a los ojos) ¿Estabas llorando?M: ¿Llorando? No, que vaLucía: Pues tienes mala cara, deberías de tumbarte en el sofá un momentoM: A eso iba

Se fue al salón y tumbada en el sofá seguía pensando en que hacer para resolver la situación en la que se encontraba procurando causar el mínimo daño posible a las demás implicadas. Unos minutos después entraba en la estancia Paula y al verla tumbada, con los ojos cerrados, se sentó a su lado y le dio un beso

Paula: ¿Estás bien? Me ha dicho Luci antes de irse que no te encontrabas bienM: Sí, estoy un poco pachucha, no sé que me pasa, creo que no voy a cenarPaula: No te preocupes, (Le acarició la frente apartando un poco su pelo) yo te cuidaréM: No sé, creo que es mejor que me vaya a casaPaula: De eso nada, ¿y si te pones peor, qué haces allí tu sola? Te quedas aquí esta noche y yo te cuidoM: Gracias Paula, pero prefiero irme a casaPaula: Mira que eres cabezotaM: (Se incorporó para quedar sentada a su lado) No te enfades conmigo, pero me duele la cabeza y me apetece estar sola

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Paula: Está bien, pero me llamas cuando llegues, y mañana cuando te despiertes lo primero que tienes que hacer llamarmeM: Vale, te llamaréPaula: Y si estás mejor comemos juntasM: Imposible, empiezo la guardia a las dosPaula: ¿Trabajas mañana? Joooo, se nos va a pasar el fin de semana sin apenas vernosM: Es verdad. Lo sientoPaula: Prométeme que me compensarás la semana que vieneM: Te lo prometo

Y sin decir mucho más dejó a Paula en su casa y volvió a la suya para intentar tranquilamente poner en orden sus sentimientos y encontrar la solución a todo aquello

Como le había prometido, llamó a Paula un par de veces y le dijo que ya se encontraba mejor. Al llegar el mediodía comió algo ligerito y salió para el hospital. Nada mas entrar por la puerta comenzó a ponerse nerviosa, sabía que Esther tenía guardia a la misma hora que ella aquel día e iba a ser inevitable coincidir con ella en un momento u otro

Fue atendiendo a los niños que iban llegando y cada vez que necesitaba de una enfermera se le formaba un nudo en el estomago hasta que esta llegaba y comprobaba que no se trataba de Esther. Cuando tuvo un momento de descanso, en vez de ir a tomar un café, como era habitual en ella, prefirió quedarse en el gabinete revisando informes. Intentaba concentrarse en su trabajo, pero le costaba bastante

No dejaba de pensar en ellas, y cuando más lo pensaba, más negro lo veía todo, cuanto más empeño ponía en intentar encontrar una solución, menos posibilidades veía de arreglar aquello. Seguramente no había una salida viable del lío en el que se estaba metiendo, solo a ella se le podía ocurrir ir a enamorarse de la hermana de su novia

Cuando creía haber vencido la batalla de pasar el turno sin verla la avisaron de que tenía a un niño en la sala de curas, y nada mas entrar allí y verla se le derrumbaron todos los muros que había estado intentando levantar para resistir el ataque de sus miradas, de su sonrisa, y no tuvo mas remedio que rendirse ante ella y dejar que siguiera con la conquista de su corazón

Se acercó a ellos con una sonrisa y después de mirarla un par de segundos cogió el informe que ella le entregaba

M: HolaE: Hola. (Le sonrió y luego evitó su mirada)M: (A la madre del niño) Hola, soy la doctora Fernández, ¿qué le pasa al niño?Madre: Tiene un fuerte dolor en la cadera y no puede andarM: A ver. (Dejó el informe sobre la camilla y comenzó a explorar la zona) ¿Cuántos años tienes?Niño: CuatroM: (Seguía palpando la zona de la cadera) ¿Te duele?Niño: SíM: (A la madre del niño) ¿Ha tenido fiebre?Madre: (Un poco nerviosa) No, solo dice que le duele y que no puede mover la pierna

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M: Esther, ¿quieres tomarle la temperatura? por favor. (A la madre) Tranquilícese, parece una simple sinovitisMadre: ¿Qué es eso?M: Vamos a ver, es como cuando tienen anginas, solo que en vez de tener inflamadas las amígdalas lo que tiene inflamado es la sinovial, que se encuentra en las articulacionesMadre: Entonces, ¿no es nada grave?M: No, no se preocupe, nada que no se cure con un antiinflamatorio y unos días de reposo, aunque para asegurarnos le vamos a hacer unas placasMadre: Menudo susto, no sé lo que penséM: Es normal, es una enfermedad que mucha gente desconoce y asusta un pocoMadre: Gracias doctora, no sabe la tranquilidad que me ha dadoE: (Mirando el termómetro) Maca, no tiene fiebreM: Perfecto. En seguida vendrán a buscar al niño para hacerles las placas

Salió de la sala de curas sin darse cuenta de que era seguida por Esther y fue al gabinete, cuando iba a cerrar la puerta la vio tras de ella

M: ¡Esther!E: Tienes un minutoM: Claro. (Entraron y cerró la puerta) Tú dirásE: Quería hablarte de lo del otro díaM: Ya lo hablamos ayer, ¿no?E: Sí, pero se me olvidó decirte que ya me comentó Paula que no sabías que éramos hermanasM: No, no lo sabíaE: Siento mucho haberme puesto asíM: Ya te dije que no importa

Se quedaron calladas unos instantes evitando mirarse a los ojos

E: Bueno, tengo que ir a pedir las placasM: Sí, claroE: Nos vemos por aquí. Hasta luegoM: Hasta luego

Maca se quedó mirando a la puerta, derrotada y sin saber que hacer, mientras que Esther, tras pedir las placas, fue a la sala de enfermeras y se sentó un momento. Necesitaba estar sola e intentar que su cuerpo recuperara la tranquilidad que perdía cada vez que estaba cerca de ella

Pasaron un par de días y Maca se las ingenió para no tener que quedar con Paula sin levantar sospechas. En el hospital seguía evitando a Esther y viceversa, por lo que casi no coincidían

Eran las cuatro de la tarde y en el central Teresita estaba detrás de su mostrador cuando se acercó una chica

Chica: PerdoneT: ¿Sí?

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Chica: Verá, me encuentro mal, ¿podría avisar a la doctora Fernández?T: Disculpe señorita, pero la doctora Fernández es pediatraChica: Lo sí, la conozco perfectamente, pero aún así, ¿podría usted avisarla?T: ¿Conoces a Maca?

En ese momento llegaba Esther leyendo unos informes y sin darse cuenta de la presencia de la chica

Chica: EstherE: (Levantó la vista de los informes al escuchar su nombre) Paula, ¿qué haces aquí?T: ¿A Esther también la conoces?E: Teresa, Paula es mi hermanaT: ¿Tu hermana? Que sorpresaE: ¿Has venido a ver a Maca?Paula: No exactamente. (Después de decir esto, presionó con las manos su estomago e inclinó un poco su cuerpo hacia delante)E: ¡¡Paula!! (Salió de detrás del mostrador y fue corriendo a su lado) ¿Qué te pasa? (La rodeo con un brazo por la cintura)Paula: Me duele y... (Se paró un momento a respirar) siento nauseasE: (Le tocó la frente) Pero si estás ardiendo. (Se giró y vio a un celador) Por favor, una sillaPaula: Puedo solaE: (La hizo sentarse en la silla) No digas tonterías. (Se giró hacia en mostrador) Teresa, necesitamos un médico, ¡ah! y avisa a Maca, vamos a la sala de curas

Esther cogió ella misma la silla y rápidamente la llevó hacia dentro

Paula: Bicho... me dueleE: Lo sé, pero tranquila, el médico vendrá en seguida

La llevó hasta la sala de curas y una vez allí la ayudó a tumbarse en la camilla

E: Te voy a tomar la temperatura, ¿vale?Paula: Esther...

Se cubrió la boca con una mano y Esther al ver que le daban arcadas buscó algo que acercarle para vomitar. Se lo puso delante, la ayudó a incorporase un poco y le sujetaba el pelo para que no se lo manchara. Cuando vio que el vomito cesaba lo dejó a un lado y le dio algo para limpiarse. Cogió unas gasas y tras humedecerlas un poco se las paso por la frente y la nuca

E: ¿Te encuentras mejor?Paula: No lo sé, creo que noE: ¿Voy a ver si viene el médico?Paula: ¡¡NO!! No te vayas, quédate aquí conmigoE: Como quieras. (Cogió un termómetro y se lo puso. Paula la miraba hacer y sonreía) ¿De qué te ríes?Paula: Se me hace raro... tú cuidándomeE: La vida da muchas vueltas

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V: (Entró en la sala de curas y fue directo a saludar a Paula) Buenas tardes, soy el doctor Vilches, me han dicho que eres hermana de Esther. (Esther le miró y sonrió)Paula: Sí, lo soyV: ¿Y que te pasa? (Paula volvió a sentir nauseas y no pudo responder)E: Tiene dolor en la fosa iliaca derecha, nauseas, vomito y... (le quitó el termómetro y lo miró) 38,7

Vilches estuvo reconociéndola, palpando la zona donde tenía el dolor y al terminar cogió el informe y comenzó a escribir

V: Esther, quiero una analítica completa, parece apendicitisPaula: ¿Apendicitis? ¿Me van a operar?V: Si los resultados confirman mi diagnostico, puedes estar segura de elloE: (Se acercó mas a ella y le acariciaba el pelo) No te preocupes, es una operación sencillaV: Trae el ecógrafo Esther

Esther fue en busca del ecógrafo dejando a Paula un momento con Vilches, que después de hacerle la ecografía y ver aún mas claro su diagnostico se lo comentó y se dispuso a marcharse

V: Esther, avísame cuando estén los resultadosE: DescuidaV: (A Paula) Encantado de conocerte. (Salió de la sala de curas y en la puerta se cruzó con Maca que entraba) Hola MacaPaula: (Al oír su nombre las dos miraron hacia la puerta) ¡¡Maca!!M: (Se acercó rápido a la camilla, al lado contrario al que se encontraba Esther y después de cogerle una mano entre las suyas le dio un beso en la frente) Cariño, ¿qué te pasa?Paula: El médico dice que parece apendicitisE: Tengo que sacarte sangrePaula: Que horrorM: ¿Te dan miedo las agujas?E: Más bien pánico diría yoPaula: Maca, anda, cuéntame algo mientras Esther me pinchaM: (Cogió una silla y se sentó a su lado) ¿Qué quieres que te cuente?Paula: (Miraba a Maca y Esther iba haciendo) No sé, dime algo bonitoM: (Miró a Esther y luego volvió a mirar a Paula) Estás preciosa, incluso con esa cara de pánicoPaula: GraciasE: Esto ya estáPaula: ¡¡¿Ya?!! Joder, ya sé porque dicen que eres la mejor enfermera del hospitalM: Lo dicen porque lo es, ¿qué te creías?E: (Comenzaba a sentirse un poco incomoda) ¿Te vas a quedar un ratito con ella?M: Sí, claroE: Pues aprovecho y llevo las muestras al laboratorioM: Vale Esther, graciasPaula: Gracias bichoE: (Le dio un beso en la mejilla a Paula) Vuelvo enseguida. (Y salió de la sala)Paula: (Miró a Maca y sus ojos comenzaron a temblar) Me van a operarM: Todavía no es seguro

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Paula: Pero casi. Menos mal que vosotras estáis aquíM: ¿Quieres que avise a alguien más?Paula: Si me operan, deberías de llamar a LuciM: De acuerdoPaula: No he estado en un quirófano en mi vidaM: Tranquila, no pasa nada, yo estaré cerca de ti todo el tiempoPaula: ¿Estarás en la operación?M: No, las normas del hospital no lo permiten, pero estaré todo lo cerca que me sea posible. (De repente Paula se puso muy triste y bajó la mirada al suelo) Cariño, no pasa nada, ya verás como todo va bienPaula: ¿Sabes? Me gustaría llamar a mi madre, pero no sé si es buena ideaM: ¿Quieres que le diga a Esther que la llame?Paula: No lo séM: ¿Te gustaría que ella estuviera aquí?Paula: Claro que me gustaría, pero menudo palo si la llama y no vieneM: ¿Por qué no lo hablas con Esther cuando vuelva?Paula: No sé si es buena idea. ¿Me operaran enseguida?M: ¿A que hora has comido por última vez?Paula: A las dos y mediaM: Pues supongo que esperaran hasta las diez, más o menosPaula: Entonces, tengo tiempo de pensarlo

Cuando Esther regresó llevaron a Paula a una habitación y estuvieron allí un rato hablando las tres

Paula: Es que todavía no me lo puedo creer, incluso ahora que os tengo aquí a las dos me cuesta creer que sois amigasM: Pues créetelo, somos amigas, ¿verdad Esther? (Se quedó mirando a Esther y esta tardó un par de segundos en contestar)E: Claro, nos llevamos muy bienPaula: Estoy fatal, me duele todo, y sin embargo no recuerdo haberme sentido nunca mejor que ahora. Teneros aquí a las dos es...M: (Su busca comenzó a sonar, lo sacó del bolsillo y lo miró) Lo siento, pero se acabo el tenernos aquí a las dos, al menos por un ratoPaula: ¿Tienes trabajo? Bueno, yo no me voy a mover de aquíM: Vuelvo lo más rápido posible. (Le dio un pequeño beso y se fue)Paula: (Las dos se quedaron mirando a Maca mientras se alejaba) Es increíbleE: ¿El que?Paula: Maca. ¿No te parece una mujer increíble?E: (Miró a su hermana e hizo un esfuerzo por comportarse de manera normal) Sí, lo es. ¿La quieres mucho?Paula: Sí, bastante. ¿Y tú?E: (Se asustó con la pregunta) ¡¡¿Qué?!!Paula: ¿Qué si me vas a contar tú a quien quieres?E: ¿Yo? (Miró a Paula a los ojos y se sintió culpable por sentir lo que sentía) Es un imposible, así que no tengo mas remedio que olvidarmePaula: ¿Por qué es un imposible?E: Porque tiene novia, se les ve muy bien y yo no quiero metermePaula: (Le acarició una mejilla) ¿Lo estás pasando mal?E: Un poco, pero se me pasará

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Paula: Ya sabes que si me necesitas para lo que sea, si quieres hablar de ello o, no sé...E: Lo sé Paula, muchas gracias, pero mejor noPaula: Vale, como quieras

Se quedaron en silencio unos minutos. Paula miraba a Esther y se apenaba por verla así mientras pensaba cuan imposible sería ese amor del que le hablaba. Esther, por su parte, se sentía cada vez más culpable por sus sentimientos. Pensaba que si hubiese sabido antes que Maca era la novia de su hermana, quizás podría haber evitado llegar a sentir por ella lo que sentía, la habría mirado de otra manera, y seguramente no se encontraría en la situación en la que se encontraba en este momento

Se angustiaba pensando en si sería capaz de ocultarle algo tan grande a Paula o si al final no podría evitar contárselo. De repente unas palabras de su hermana la apartaron de sus pensamientos por un momento

Paula: ¿Has hablado con mamá?E: ¿Cómo?Paula: ¿Si le has contado a mamá que nos hemos visto y que hemos hablado?E: Sí, se lo he contadoPaula: ¿Y que dice?E: Pues me estuvo preguntando que tal estabas, como te iban las cosas, aunque más o menos ya lo sabíaPaula: ¿Cómo que ya lo sabía?E: Ya te dije que yo también tengo mis fuentesPaula: O sea, que tu averiguabas como estaba yo y se lo contabas a mamáE: Eso esPaula: ¿Por qué tengo la sensación de que hemos estado haciendo el idiota todos estos años?E: Porque es asíPaula: ¿Y papá?E: Papá es más reticente con este tema. No recuerdo haberle oído hablar de ti más que un par de veces, y para lo que dijo, más valía que no lo hubiera hecho, pero con mamá es distinto. Si hablases con ella, sin que se entere papá, claroPaula: Claro, (Se puso muy seria) sin que se entere papáE: Ya sabes como son, Paula. Mamá nunca le ha llevado la contraria a papá, no sé si va a empezar a hacerlo ahoraPaula: No sé... si al final me operan... me gustaría que ella estuviese aquí. ¿Crees que vendría?E: (Se quedó callada, pensando unos segundos antes de responder) Te prometo que vendrá, yo me encargo de esoPaula: ¿Me harías ese favor?E: Mira, a partir de ahora somos dos en este equipo, ¿vale? Nos vamos a poner serias. (Sonrió) Si no quieren verte a ti, tampoco me verán a míPaula: ¿Y eso?E: Es algo que debí hacer hace muchos años, y no tuve el valor suficiente. Ahora me sobran motivos, créemePaula: No sé muy bien porque haces esto, pero graciasE: No tienes porque dármelas, no lo hago solo por tiPaula: Vale

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Siguieron hablando hasta que llegó Maca trayendo consigo el resultado de los análisis

M: Bueno, ya están los resultadosPaula: ¿Y?M: Vilches tenía razón, es apendicitisE: Voy a avisarle. (Se fue dejándolas solas)Paula: Ahora sí que voy a empezar a ponerme nerviosaM: (Se sentó a su lado y le cogió una mano) No tienes porque, es una operación muy sencillaPaula: Maca, cariño, nunca he tenido mucho más que un resfriado o una gripeM: No te vas a enterar de nada, vas a estar dormidaPaula: ¿Cuándo despierte estarás ahí?M: ¿Lo dudas? Ya te he dicho que no me voy a separar de ti. Termino la guardia a las diez, así que a partir de esa hora soy toda tuyaPaula: Que bien suena eso, lástima que voy a estar convaleciente unos díasM: Ocho o diez, como mínimoPaula: Bufffffff, que largos se me van a hacerM: Ya te tendré yo entretenida para que no te aburras muchoPaula: Maca, (Le acarició la mejilla y dejó la mano allí) te quiero

Maca se quedó mirándola unos segundos, quería decirle que ella también la quería, pero algo se lo impedía, así que se limitó a sonreírle y darle un beso. En ese momento regresaba Esther con Vilches

V: Ejem, ejem. Siento interrumpir pero tengo que hablar con mi paciente. (Las dos sonrieron un poco ruborizadas) Veamos. Los análisis han confirmado que se trata de una apendicitis. Tenemos quirófano a las diez y media, así que, (Miró su reloj) dentro de una hora y media, más o menos, vendrán a buscartePaula: Muy bienV: Esther, ¿te encargas tú de prepararla?E: ClaroV: Perfecto. Pues lo dicho, nos vemos dentro de un ratito. (Salió de la habitación)Paula: Esther, ¿qué me vas a hacer? (Esther la miró y sonrió)M: Te va a rasurarPaula: ¿En serio?E: Sí, pero primero tengo algo que hacer, (Le guiñó un ojo) ¿verdad?Paula: Sí, date prisa que no va a llegar a tiempo. (Esther sonrió a su hermana y salió de la habitación)M: ¿Qué os traéis entre manos?Paula: Va a llamar a mi madreM: (Le sonrió y le dio un beso) Me alegroPaula: Y tú deberías de llamar a LuciM: Ya lo he hechoPaula: ¿Cuándo?M: Cuando me han dado los resultados, antes de venir aquí

Y como si hubiese estado esperando a que pronunciaran su nombre, en ese justo momento aparecía por la puerta de la habitación

Lucía: Hola. (Se acercó a la cama y le dio un beso a Paula) ¿Qué te ha pasado?

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Paula: Ya ves, apendicitisLucía: ¿Te van a operar ya?M: A las diez y mediaLucía: Yo he pedido en el trabajo la tarde de mañana libre, así nos turnamos para estar contigoPaula: No era necesarioM: A mí me viene genial, mañana tengo turno de tarde, así te vengo a ver cuando tenga un hueco y sé que no te quedas sola. Luego ya pediré un par de días para cuando te den el altaLucía: Claro, entre todas mejorPaula: Sois genialesE: (Entraba en la habitación) Ya estoy aquí. Hola LuciLucía: Hola EstherE: (Se acercó a la cama con una gran sonrisa) Mamá viene hacia aquíPaula: No me lo puedo creerLucía: (Miró a Esther y luego a Paula y preguntó un poco sorprendida) ¿Has avisado a tu madre?Paula: ¿Te parece mal?Lucía: Me parece estupendo, ya sabes que tu madre me caía genialPaula: Estoy empezando a arrepentirmeM: ¿Por qué?Paula: Me estoy poniendo muy nerviosa, y no sé si es la mejor manera de entrar en una operaciónE: No te preocupes, todo se arreglará. Cuando se lo he dicho se ha disgustado un poco por lo de tu operación, pero estaba contenta por vertePaula: Bufffffffffffffffff... menudo día

Maca tuvo que volver una vez mas a su trabajo y Esther, después de preparar a Paula para la operación, la dejo un rato sola con Lucía

Paula: Menuda cicatriz me van a dejarLucía: A mí las cicatrices me dan morboPaula: Tú eres un bicho raroLucía: Gracias por el piropoPaula: Es la verdad, lo que no le gusta a nadie te gusta a tiLucía: Hay mucha gente a los que les gustan las cicatricesPaula: Yo, con que a Maca no le disgusten, ya me conformo

Lucía se puso algo seria y se dio la vuelta para mirar por la ventana de la habitación

A pocos metros de allí, Esther recibía una visita bastante esperada

E: Hola mamá. (Se acercó a su madre y le dio dos besos)Encarna: Hola hija. (Bastante nerviosa) ¿Dónde está Paula? ¿Ya la han operado?E: No, falta casi una horaEncarna: Mi niña, pobrecitaE: Mamá, no dramatices, que solo es una apendicitisEncarna: (Empezó a andar) Anda, acompáñame a la habitación

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E: (Cogió a su madre del brazo para que parara) Espera, no corras tanto. Antes de ir allí quiero que sepas que seguramente su novia estará con ella, y si no está puede aparecer en cualquier momentoEncarna: Me dijiste que es una compañera tuya, ¿no?E: Sí, es pediatra aquí, en urgenciasEncarna: Mira, eso me da igual ahora, lo que quiero es ver a tu hermana antes de que se la lleven a operarla, y poder hablar con ella, aunque solo sea un ratitoE: Está bien, vamos

Fueron hacia el ascensor para subir a la habitación de Paula y por el camino, Esther le iba explicando a su madre que era una operación muy sencilla y sin ningún tipo de complicación aparente. Al llegar frente a la puerta, Encarna respiró profundamente y entró detrás de Esther

E: Tienes visita

Esther se apartó un poco para dejar a la vista a su madre. Paula se quedó mirándola, sin decir nada, viendo como se iba acercando poco a poco a la cama y Lucía miraba a Paula que estaba visiblemente emocionada. Cuando Encarna llegó al lado de la cama acercó su mano derecha a la mejilla de Paula sin llegar a tocarla, dejándola a escasos centímetros de esta, temblando, como con miedo a tocarla, y entonces Paula se la cogió y la apretó levemente contra su cara dejando un beso en ella

Encarna: (Con los ojos llenos de lágrimas) Hija mía... perdónamePaula: (Con un nudo en la garganta, casi no podía hablar) Mamá

Comenzaron a llorar y Paula le tendió los brazos a su madre para que la abrazara, la cual no se lo pensó ni un momento y se inclinó sobre la cama para abrazar a su hija. Esther las miraba emocionada, con los ojos repletos de lágrimas y finalmente se acercó para sumarse al abrazo. Después de un par de minutos así, Esther se apartó un poco de ellas y Encarna se separó de Paula apenas lo justo para poder mirarla

Encarna: ¿Podrás perdonarme algún día?Paula: MamáEncarna: Hija... (Le limpiaba las lágrimas) Yo... sé que puedo aprender a respetar la vida que tú has elegidoPaula: Yo no lo elegí, mamá, es que soy así, y no puedo hacer nada por cambiarloEncarna: Pues aprenderé a respetar la vida que te ha tocado vivirPaula: GraciasEncarna: (Le dio un beso en la frente) Tu padre es un cabezota, y por su culpa no me he decidido a hacer esto antes, pero ya basta, eres mi hija, y te quieroPaula: Yo también te quiero mamá. (Se volvieron a abrazar unos instantes)Encarna: Menos mal que Esther me ha hecho ver las cosas de otra maneraPaula: ¿Esther? (La miró como pidiendo una explicación)Encarna: Sí, Esther. (Se acercó a Esther y le dio un beso) Se ha pasado todos estos años intentando convencerme de que teníamos que ir a verte, hablar contigo, que no hacías nada malo. (Esther escuchaba a su madre mirando a Paula y ambas se sonreían) Ella me contaba que estabas bien, que las cosas te iban bienPaula: (Sin dejar de mirar a Esther) ¿En serio?Encarna: Muchas veces estuvo a punto de ir a verte, pero no se decidía

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Paula: (A Esther) ¿Por qué no te decidías?E: Por miedo, supongoPaula: ¿Miedo de que?E: Miedo a que me echaras de tu casa como la otra vez que fuiPaula: Me pase un poco, estaba enfadada, dolida, decepcionadaE: ¿Y como crees que estaba yo? Con lo que me costó decidirme y me echaste a la callePaula: (Abrió los brazos) Ven aquí bichoE: (Se apresuró a abrazarla) Me has hecho mucha falta todos estos años, ¿sabes?Paula: Lo siento

Lucía, que había estado observando la escena sin perder detalle, se acercó a ellas y puso una mano sobre el hombro de Esther para llamar su atención. Ella, al notarlo, se giró para mirarla

Lucía: Lo siento EstherE: ¿Qué?Lucía: Te juzgué malE: No pasa nada, ahora ya está todo claroLucía: Puede, pero quería decírteloE: Gracias

Siguieron hablando unos minutos hasta que llegó un celador para llevarse a Paula a quirófano

Paula: ¿Ya nos vamos?E: (Miró su reloj) Ya es la horaPaula: ¿Y Maca? ¿Dónde está Maca?M: (En ese momento entraba en la habitación apresuradamente) Menos mal que he llegado a tiempo, creí que ya no te veía. (Se acercó a Paula y le dio un beso sin fijarse en quien estaba en la habitación) Han traído a una niña a última hora y se me ha hecho tarde, lo siento cariño

Celador: Tenemos que irnosPaula: Espera un segundo, por favor. Maca, mira. (Señalando a Encarna) Ella es mi madre. Mamá, ella es Maca, mi noviaM: Mucho gusto, señoraEncarna: Lo mismo digoCelador: Lo siento, pero se hace tardeE: Es verdad, vamos

Salieron de la habitación y acompañaron a Paula hasta la puerta del quirófano. Una vez allí se despidieron rápidamente de ella y se quedaron a esperar

Lucía se sentó en una silla con los brazos cruzados sobre sus piernas, Encarna se sentó frente a ella, al otro lado del pasillo y miraba a Maca que andaba de arriba abajo, nerviosa, sin mirar a ninguna parte en concreto, y Esther se quedó de pie, apoyada en la pared, junto a la puerta de entrada a los quirófanos

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Los primeros diez minutos permanecieron en silencio. Encarna seguía mirando a Maca con disimulo, la cual había dejado de andar, y de pie, junto a Esther, jugueteaba con un boli. Finalmente, alguien se decidió a romper aquel silencio

Lucía: ¿Van a tardar mucho?M: Si todo va bien, una hora, aproximadamenteE: Luego la dejaran en reanimación varias horasLucía: O sea, que no la veremos hasta las tres o las cuatroM: Eso es, en teoríaEncarna: Pero vosotras sí que podréis entrar, ¿no?E: No deberíamos, pero...M: (Miró a Esther y sonrió) Lo intentaremosE: (Se acercó a su madre) ¿Tienes hambre? Seguro que no has cenadoEncarna: No, no tengo hambre, con los nervios se me ha quitadoE: ¿Quieres que te traiga un café, o algo?Encarna: No hija, no es necesario, ya me tomaré uno más tardeLucía: Más tarde lo vamos a necesitar

Siguieron esperando sin hablar mucho, apenas si hablaba Esther con su madre y poco más. Después de aproximadamente unos cincuenta minutos salió Vilches para hablar con ellas

M: ¿Cómo ha ido?V: Bien, está todo bien, todo ha salido como esperábamosE: Gracias VilchesV: Ahora a mimarla unos días y pronto estará como nuevaM: (Miró a su alrededor) Mimos, me parece que no le van a faltarV: Pues lo dicho, a cuidarlaEncarna: Gracias doctor. (Vilches sonrió a Encarna y se fue)

Maca y Esther entraron un momento para verla a través del cristal y luego se encaminaron las cuatro a la habitación para esperar allí. Maca se ofreció a ir a por unos cafés y Lucía la acompañó, dejando a Esther y a su madre solas, sentadas en un pequeño sofá que había en la habitación

Esther miró a su madre y la vio muy seria, supuso que estaría pensando en Paula e intentó animarla

E: Ya está, el médico ha dicho que todo ha ido bienEncarna: Ya lo sé, pero pensaba en la falta que le habremos hecho todos estos años. (Miró a Esther unos segundos antes de seguir hablando) Es muy guapaE: (Sabía perfectamente de quien hablaba su madre pero quiso disimular) ¿Quién?Encarna: La novia de PaulaE: ¡¡Ah!! ¿Maca?Encarna: Eso, Maca, se me había olvidado su nombreE: Sí, es muy guapaEncarna: Y se nota que la quiereE: ¿Tú crees?Encarna: ¿No has visto como se preocupa por ella?E: (Bajó la mirada al suelo con resignación) Sí, la quiere mucho

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Encarna: ¿Qué tal es?E: ¿Maca?Encarna: Claro, Maca. De ella estamos hablando, ¿no?E: Sí, claro. Pues... no sé... ¿a qué te refieres en concreto?Encarna: ¡¡Esther!! Hija, parece que no quieres hablarme de ella. ¿Qué pasa? ¿No te cae bien?E: Que va, todo lo contrario, me cae muy bien, me llevo muy bien con ellaEncarna: Entonces, ¿qué problema hay? Porque parece que evitas hablar de ellaE: No digas tonterías. (Se quedaron mirándose unos segundos)Encarna: ¡¡Venga!! Háblame de ellaE: Pues... es muy simpática y... es una buena pediatra... (Apartó los ojos de la mirada de su madre, sin mirar a ninguna parte en concreto veía a Maca dentro de su cabeza y pensando en ella se dejó llevar por sus palabras) Es muy dulce... se le coge cariño enseguida... tendrías que verla con los niños... Parece algo seria al principio, pero cuando la conoces mejor... te roba el corazón en un momento... (Una lágrima se escapó de sus ojos llamando la atención de Encarna)Encarna: (Le paso la mano por la espalda y la rodeo por la cintura, apretando el cuerpo de Esther contra el suyo propio) ¿Por qué lloras?E: (Miró a su madre y entonces se dio cuenta de que se había dejado llevar hablando de Maca. Pensó una explicación lógica para sus lágrimas y la soltó) Por PaulaEncarna: ¿Por Paula?E: Sí. Estaba pensando lo mal que lo debe de haber pasado, pero ahora por fin parece que las cosas empiezan a irle bien. Tiene a Maca, que la quiere mucho, (Se paró un instante después de decir esto) y ahora nos tiene de nuevo a nosotras. No sé... me he puesto tonta pensando en ellaEncarna: Yo también quiero verla feliz. Si ella es feliz con Maca, y encima es tan maravillosa como tú dices, seguro que nosotros terminaremos queriéndola y todo irá bien a partir de ahoraE: Seguro. “Seguro que vamos a querer todos mucho a Maca”

Unos minutos después regresaban Maca y Lucía con los cafés, los tomaron tranquilamente y aunque al principio la conversación era casi nula, poco a poco se fue animando y paso a ser bastante distendida

Encarna: Entonces, ¿las conocías a las dos pero no sabías que eran hermanas?M: Eso esEncarna: Que casualidad, y es que el mundo es un pañuelo. (Miró su reloj) Buffffff, ya son las dos y mediaE: ¿Por qué no te vas a casa, mamá? Es muy tardeEncarna: ¿Sin verla antes? Ni lo pienses. Además, yo prefiero quedarme esta noche con ellaE: No hace falta que te quedes, estás un ratito con ella cuando la traigan y te vas a casa a dormir tranquilaM: No se preocupe Encarna que ya me quedo yo con ellaE: Pero tu mañana trabajasM: Y tu tambiénEncarna: ¿Veis? Es mejor que me quede yo y vosotras os vais a dormirM: Encarna, yo estoy acostumbrada a pasar noches en vela

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E: Vamos a organizarnos. Esta noche se queda Maca, mañana temprano me vengo yo para que se pueda ir a casa o descansar un rato y por la tarde se queda Luci con ella, y tu mamá, te vienes a verla cuando quierasEncarna: Como se nota que tu trabajo es organizar a los demás

Por fin un celador aparecía por la puerta trayendo a Paula aún medio dormida y las cuatro se acercaron a la cama rápidamente

Encarna: (Casi en un susurro) Hija mía, ¿estás bien? (Paula abrió los ojos un momento, las miró a todas, sonrió y sin decir nada los volvió a cerrar)M: (Le pasó la mano por la frente) Descansa cariñoE: Mejor nos vamos y la dejamos dormirLucía: Sí, será lo mejorEncarna: (Le dio un beso en la frente) Mañana vengo a verte hijaE: Venga mamá, vamos. (Le dio un beso en la mejilla a Paula y Maca las acompañó hasta el pasillo dejando a Lucía sola, junto a la cama)Lucía: (Con un hilo de voz que apenas oía ni ella misma) Me gustaría quedarme esta noche contigo, pero ya se queda Maca. (Le dio un tierno beso en la mejilla y le susurró al oído) Te quiero. (Y se reunió en el pasillo con las demás)

Maca se despidió de ellas y volvió a entrar en la habitación, cogió una silla y la acercó a la cama, se sentó y tras darle un dulce beso recostó la cabeza en la cama para intentar dormir ella también

Un par de horas después una mano acariciando su pelo la hizo despertar. Levantó la cabeza y la miró, tenía mala cara pero aún así estaba guapa

M: Hola cariño, ¿cómo estás?Paula: Tengo sedM: (Miró la hora) Todavía no puedes beber, tienes que tener un poco de pacienciaPaula: Tengo la boca secaM: Espera. (Cogió una gasa la humedeció y se la pasó por los labios)Paula: GraciasM: ¿Te duele?Paula: Un pocoM: Intenta dormir, solo son las cincoPaula: No quiero dormir, duerme tú si quieresM: Da igual, ya dormiré luego, en casaPaula: ¿Te vas a ir?M: Cuando venga EstherPaula: ¿Qué tal con mi madre?M: Uhmmm, bienPaula: Te gustará mi madre, ya lo verásM: ¿Tú crees?Paula: Estoy segura, si Esther te cae bien, mi madre también, se parecen muchoM: Tú también te pareces a EstherPaula: Ah ¿sí?M: Sí. (Apoyó los codos en la cama, la cabeza en la manos y permanecieron así un par de minutos, mirándose, sin decir nada)Paula: ¿Qué te pasa?

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M: NadaPaula: Te noto triste, algo te pasaM: Te acaban de operar, que quieres ¿qué de saltos de alegría?Paula: No tiene nada que ver con mi operación, llevas ya unos días así. (Maca apartó la mirada de la suya) Lo ves, he acertadoM: No es nada, es que llevo unos días que no paro y estoy cansada, eso es todoPaula: Eso de que no paras si es verdad, apenas nos hemos visto estos díasM: Mañana le pediré a Cruz un par de días libres para estar contigo en casa cuando te den el alta y verás como todo está bienPaula: Esto de la operación al final va a tener su lado positivo, dos días enteritos juntasM: O tres, según lo simpática que esté Cruz mañanaPaula: Me gusta la idea de tenerte solo para mí, cuidándome, dándome mimitos, tendré que ponerme enferma más a menudoM: No es necesario, ya te cuido y te doy mimos aunque estés completamente sana. (Se acercó a ella y le dio un beso) Venga, vamos a dormir un poco que dentro de nada ya está aquí la enfermera a comprobar si todo va bienPaula: Que pesadas se ponen las enfermeras en los hospitales, no te dejan ni dormirM: Solo hacen su trabajoPaula: Pues que lo hagan un poquito más tarde. A ver, yo ahora no tengo sueño y seguro que cuando venga la enfermera estoy profundamente dormida y me despierta. Que vengan cuando estás despierta coñeM: Jajajajaja... cuando venga Esther se lo comentas, a ver que le parece la ideaPaula: (Miró a Maca con ternura y le acarició la mejilla) Al menos ha servido para que te rías un poco. (Maca le sonrió) Estás preciosa cuando sonríesM: ¿Solo cuando sonrío?Paula: Bueno, estás preciosa siempre, pero cuando sonríes, más

Se dieron un pequeño beso, Maca reclinó la cabeza sobre su pecho y poco a poco se fueron quedando dormidas

A las siete en punto una enfermera entraba en la habitación yendo directamente a darle el termómetro a Paula para que se lo pusiera

Enfermera: Buenos días. (Comprobaba el gotero)M: Buenos díasPaula: Buenos, buenos. (Miraba a Maca y las dos sonreían)Enfermera: Hasta luego. (Salía de la habitación)Paula: Pero tú te crees que estas son horas, ¡¡ala!! (Decía sonriendo) Y se va como si tal cosa, ya te ha despertado, ella ya es felizM: Que buen humor de buena mañana, así da gustoPaula: Pues si me das un beso todavía puede mejorar. (Maca se acercó a besarla y luego se levantó de la silla) ¿A dónde vas?M: A refrescarme la cara y estirarme un poco, (Se desperezaba y se frotaba la nuca con una mano) que me duele todo el cuerpoPaula: ¿Por qué no te vas a casa? Esther no debe de tardarM: No, me espero a que ella llegue. (Entró en el cuarto de baño y salió unos minutos después) ¿Ya te has quitado el termómetro?Paula: No, todavía no. (Se lo quitó y se lo dio a Maca) TomaM: (Lo cogió y lo miró) No tienes fiebre

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Paula: Estupendo. ¿Cuantos días me van a tener aquí?M: Depende de cómo estés, pero si todo va bien, hasta pasado mañana o así. ¿Quieres que te traiga algo? No sé ¿Unas revistas? ¿Pasatiempos? Lo que seaPaula: No gracias, estoy bien asíM: (Se volvió a sentar a su lado y le acariciaba el pelo) Descansa un poco

Paula se durmió de nuevo Maca se sentó en el sofá para intentar dormir ella también, pero no lo consiguió

A las nueve y media llegaba Esther. Muy despacio entró en la habitación y viéndolas a las dos con los ojos cerrados supuso que estarían durmiendo. Se acercó a Paula y le dio un beso en la mejilla, Maca abrió los ojos y se quedó mirándola. Cuando Esther se dio la vuelta se encontró con su mirada, sonrió y en silencio se acercó a ella y se sentó a su lado

E: Hola. Creía que dormíasM: No, que va, lo intentaba, pero nadaE: ¿Cómo ha pasado la noche?M: Bien, tranquilitaE: Bueno pues, ya te puedes ir a casa a descansar cuando quierasM: Primero tengo que hablar con Cruz, necesito un par de días para quedarme en casa con PaulaE: Claro, no creo que te ponga ninguna pegaM: Voy a comprobarlo

Se encaminó al despacho de Cruz y entró tras llamar a la puerta

M: Buenos díasC: Buenos días Maca. ¿Qué tal tu novia? Me estuvo contando Vilches anocheM: Bien, parece que todo va bien. De eso precisamente te quería hablar. Necesito que me des un par de días o tres para cuando le den el altaC: Claro, no hay problema, pero yo quería hablar contigo de otra cosa, te iba a buscar luegoM: ¿Pasa algo?C: Sí. (Le dio un papel) Toma, lee esto

Cogió el papel que le tendía Cruz y conforme iba leyendo su cara iba cambiando. Cuando entendió lo que ponía en aquel papel lo volvió a repasar rápidamente por si no lo había leído bien

M: ¿Y esto?C: Tienes que ayudarme a convencerla para que cambie de opiniónM: ¡¡¡¿Yo?!!!C: Creo que tú eres el motivoM: A ver si lo entiendo. Según he podido leer aquí Esther solicita un traslado a plantaC: ExactoM: ¿Y tú crees que yo soy el motivo?C: Estoy convencida de elloM: Que te hace pensar eso

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C: Muy sencillo. Ha venido a traerme la solicitud y cuando ya se iba me ha pedido por favor que no fuese en la planta de pediatría. Yo en un principio no había entendido el porque, pero esa última petición me ha hecho pensar

Maca volvió a mirar el papel que tenía en sus manos pero esta vez sin leerlo, solo pensando en ella. Lo dejó sobre la mesa y apoyando un codo en esta descansó la frente sobre su mano

C: Maca, yo vi a Esther pelear por el puesto que ocupa, le costó bastante conseguirlo, era su sueño, así que debe tener una razón de peso para querer dejarloM: Creo que no acabo de entenderlo. (Miró a Cruz) Según tú, ¿Esther se quiere ir de urgencias por mí?C: Eso creoM: Pero, ¿Por qué?C: ¿Pero no te das cuenta? Esther se ha enamorado de tiM: ¡¡¿Qué?!! Eso es imposibleC: Maca, puede que me equivoque, pero he visto como os miráis, y me imagino que siendo tu novia la hermana de Esther esto es algo muy complicado, pero la realidad es esa, Esther se ha enamorado de ti hasta tal punto que es capaz de dejar su puesto para alejarse un poco de ti, y creo que tú sientes lo mismo que ella, solo que el tener a...M: (La miró esperando a que siguiera hablando y entendió porque había parado) Paula, se llama PaulaC: Eso, Paula. El tener a Paula en medio de las dos os complica bastante las cosas, pero os estáis engañando y al final vais a terminar pasándolo mal las tresM: No, yo no voy a saber que decirle para que no se vayaC: Yo lo he intentado inútilmenteM: ¿Puedes retener la solicitud unos días? Hasta que Paula esté bienC: Claro, pero soluciónalo lo más rápido posibleM: Gracias Cruz. (Iba a salir del despacho)C: Espera. (Maca se dio la vuelta a mirarla) Entonces, ¿yo estaba en lo cierto?M: ¿Tienes cinco minutos?C: ClaroM: (Se volvió a sentar y después de permanecer en silencio unos segundos, cogió aire con fuerza y soltó lo que llevaba callando ya demasiado tiempo) La quiero con toda mi alma... Creía que ella no podría enamorarse nunca de mí... y desde que sé que son hermanas no dejo de pensar que es un imposible más aún... pero cada vez pienso más en ella... cada vez se mete más dentro de mí... y es una sensación muy extraña... porque en vez de sentir que estoy engañando a Paula, en realidad lo que siento es que engaño a Esther solo con besar a Paula... porque Esther es la dueña de mi vida... de mi corazón... de mis sentimientos... de todo mi ser... y solo puedo pensar en ellaC: Bufffff... Con todos esos sentimientos dentro de ti es normal que se te note solo con la miradaM: Pensar que ella también me quiere... si es verdad eso... no sé...C: Puede que sea difícil Maca, pero a veces hay que arriesgarse en la vida, y aunque lo veas difícil ahora, yo creo que te quiere lo suficiente para superar eso y másM: Dame unos días, no sé como pero intentaré arreglarloC: No te preocupes por eso, estas cosas van lentas y Esther lo sabe. No se extrañará si tardan en contestarleM: Gracias Cruz, te debo unaC: No hay de que, lo he hecho encantada

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Mientras, en la habitación, Paula se había despertado y vio a Esther sentada en el sofá, sola

Paula: Hola BichoE: Hola. (Se acercó a la cama)Paula: ¿Y Maca?E: Ha ido a hablar con CruzPaula: Es verdad, me lo había dichoE: Supongo que se pasará por aquí antes de irsePaula: Eso espero

Cuando Maca terminó de hablar con Cruz fue hacia la habitación y una vez en la puerta se paró unos instantes. Sabía que Esther estaba allí dentro, iba a verla, y si ya le había resultado difícil no levantar sospechas en Paula hasta ahora, más le iba a costar ahora que sabía que Esther, al parecer, también sentía algo por ella. Aspiró profundamente y entró en la habitación. Al ver a Paula despierta fue directa a su lado

M: Buenos días. Ahora si te han dejado dormir un buen ratoPaula: Menos mal. ¿Ya te vas?M: Sí, me irá bien dormir un rato a mí tambiénPaula: ¿A que hora vuelves?M: Empiezo la guardia a las tres, pero intentaré venir antes, y estaré un ratito contigoPaula: ¿Qué te ha dicho Cruz?M: (Miró a Esther y sonrió. Luego volvió a mirar a Paula) Ningún problemaPaula: Bueno pues, que descansesM: Vale. (La miró. Sabía que tenía que darle un beso antes de irse, pero notar los ojos de Esther clavados en ella se lo impedía) Bueno... cuídala EstherE: Lo haré, no te preocupesM: (Se volvió a quedar parada otra vez pero esta vez mirando a Esther. Cogió aire como el que va a hacer algo que no quiere y le dio un rápido beso a Paula) Hasta luego. (Y salió de allí rápidamente)Paula: Maca. (La llamó pero ella ya no pudo oírla, o hizo como que no la oía) ¿Qué le pasa?E: No lo séPaula: Ve a ver Esther, por favor, habla con ella, algo le pasaE: ¿Yo?Paula: Se supone que sois amigasE: Está bien. Voy

Salió tras ella y la vio entrar en los vestuarios, entró ella también y cerró la puerta

E: Maca, ¿te pasa algo?M: Que no puedo más Esther... ahora sí que ya no puedo más, (Se acercó a ella haciéndola retroceder hasta la pared y apoyó las manos en esta, una a cada lado de su cabeza) que lo que siento es tan grande que ya se sale de dentro de mí y no lo puedo pararE: ¿De que me hablas?

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M: De esto Esther, de esto

Poco a poco acercó sus labios a los de ella y le dio un pequeño beso. Se apartó para observar su reacción y vio como Esther bajaba la mirada al suelo mientras una tímida lágrima rodaba por su mejilla. La cogió de la barbilla y le levantó la cara para que la mirara

M: Te quiero Esther, y no puedo callarlo más... no quiero callarlo más... (Se quedaron mirándose unos segundos en los que el tiempo había dejado de existir para ellas)E: (Se abrazó muy fuerte a ella) Yo también te quiero

Por un momento Maca se quedó quieta, no podía creer lo que acababa de oír, al final reaccionó y poco a poco acercó los brazos al cuerpo de ella, temblando, como con miedo a que se tratará de un sueño, con miedo a que en el momento en que la abrazara se desintegrara entre sus brazos, desapareciera de allí, pero no fue así, la abrazó y era real, Esther estaba allí, pegada a su cuerpo y diciéndole que la quería. Después de permanecer así durante unos segundos, Maca se separó un poco de ella e intentó besarla de nuevo, pero entonces Esther le apartó la cara

E: Pero no puedo hacerlo Maca... Es mi hermana, no puedo hacerle algo asíM: Pero yo te quiero a tiE: No, no puede serM: Pero Esther, yo no puedo seguir con ella, no la quiero, al menos no como te quiero a tiE: Si le haces daño no te lo perdonaré nuncaM: ¿Y que quieres que haga? Dímelo y lo haréE: Quiero que sigas con ella, que sea felizM: Yo no puedo hacerla feliz Esther, ella merece alguien que la quiera de verdadE: Pero ella te quiere a tiM: Yo no puedo engañarla de esa maneraE: Yo desapareceré y te olvidarás de mí, entonces volverás a quererla como antesM: No, nunca será como antes de conocerte, porque aunque te duela aceptarlo yo te quiero y tú me quieres a mí, y le vamos a hacer más daño con esto que si aceptamos la verdadE: Yo nunca podré estar contigo, mi conciencia no me lo permitiríaM: Pero Paula tarde o temprano se va a dar cuenta, yo ya no puedo ocultarlo más, ¿O es que vas a dejar de verla?E: Eso nuncaM: Y que haremos cuando coincidamos las tres, ¿disimular? ... (Acercó su cara a la de ella hasta quedar a escasos centímetros) pues cuando me veas besarla piensa que en lo más profundo de mi corazón a quien estaré besando será a ti... y cuando la acaricie mis manos soñaran con que esa es tu piel... porque es contigo con quien quiero estar... porque aunque mi cuerpo esté con ella... mi corazón estará contigo... y tarde o temprano lo aceptarás y vendrás a buscarme... y yo estaré aquí esperándoteE: (Ironizó) Pues coge un sofá cómodo, porque te vas a hartar de esperarM: Esther... (Intentó acariciarla pero Esther le apartó la mano)E: Adiós Maca

Y salió del vestuario dejando a Maca maldiciendo entre lágrimas

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Cuando Esther regresó a la habitación vio a su madre hablando con Paula

E: ¡¡Mamá!! ¿Cuándo has llegado? (Se acercó y le dio dos besos)Encarna: Hace cinco minutos, y menos mal, porque la habíais dejado solaE: Ha sido ella, me ha dicho que fuera a ver una cosaPaula: ¿Y que tal?E: No la he visto, no sé dónde se ha metidoEncarna: ¿Pasa algo?Paula: No mamá, no te preocupesE: ¿Y papá? ¿Te dijo algo anoche cuando llegaste?Encarna: Está enfadado conmigo, pero el se lo pierde. No os preocupéis que él vendrá a buscarme, si lo conoceré yoE: ¿Le has declarado la guerra?Encarna: De momento esta mañana se ha preparado él el desayuno, y si sigue así se preparará la comida y la cenaPaula: Mamá, no es necesario...Encarna: (Cortándola) ¿Cómo que no? Entre las tres le haremos recapacitar, ¿verdad Esther?E: No sé yo, es muy cabezotaEncarna: Por intentarlo no perdemos nada

Estuvieron hablando las tres durante toda la mañana, tenían un montón de cosas que contarse. Cada vez que Paula reía Esther se quedaba embobada mirándola y era feliz por ver a su hermana así. Cuando salió el tema Maca, Esther se fue un momento con la excusa de que iba a por un café

Encarna: ¿Eres feliz con ella?Paula: Mucho mamá, no sé si será para toda la vida, pero ahora estamos muy bien

Después de decir estas palabras se quedó pensando un momento, sabía que le había mentido a su madre, que Maca últimamente estaba cambiada y que las cosas no estaban tan bien, pero no quería preocuparla y confiaba en que todo se arreglaría

A las dos y media llegó Maca y entró en la habitación yendo directamente al lado de Paula

M: Hola cariño, perdona que me haya ido antes así, pero es que estaba muy cansada y no sé lo que me ha pasado. (Le dio un beso bastante efusivo, luego miró a Esther que estaba sentada en el sofá y le sonrió) Hola Esther, ¿qué tal se ha portado mi niña? (Paula miraba a Maca y sonreía. Le encantaba volverla a ver tan cariñosa y tan atenta con ella)E: Bien, es una buena pacienteM: Voy a ir a cambiarme, (Le dio otro beso) y vuelvo enseguida. (La beso varias veces y luego le acarició la mejilla antes de salir de la habitación)Paula: ¿Tú no vas a cambiarte?E: Luego, cuando Maca regrese, y así ya os dejo solasPaula: ¿Te incomoda vernos así?E: No, ¿por qué me iba a incomodar?Paula: No sé. Una cosa es que respetes que yo sea así y otra muy distinta es que te parezca normal ver como nos besamos

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E: Tranquila, no pasa nadaLucía: (Entró en la habitación después de dar unos golpecitos a la puerta) Hola chicasPaula: Hola LuciE: Llegó mi relevoPaula: Anda, ve a cambiarte que se te va a hacer tardeE: Sí, voy. (Salió de la habitación)Lucía: ¿Cómo estás?Paula: Duele un poco, pero bien, me han cuidado mucho. Esther ha estado aquí toda la mañana, mi madre se ha ido hace un rato y Maca ha llegado hace un momento, se está cambiandoLucía: Que bien, ahora me toca a mí. (Se puso un poco triste)Paula: Luci, ¿te pasa algo?Lucía: ¿A mí? NadaPaula: Luci que te conozco, a ti te pasa algoLucía: No es nada, de verdadPaula: SuéltaloLucía: No quiero preocupartePaula: Más me voy a preocupar si no me lo cuentasLucía: (La miró un instante antes de empezar a hablar) He discutido con JessPaula: Vaya novedadLucía: Esta vez la bronca ha sido gordaPaula: ¿Cómo de gorda? ¿Qué ha hecho?Lucía: Ella nada, he sido yoPaula: ¿Y que es eso tan grave que has hecho?Lucía: Habíamos quedado ayer para cenar juntas, y no fuiPaula: Pero estabas aquí, ¿la avisarías no?Lucía: Se me olvidóPaula: ¿Se te olvido? ¿Pero donde tienes la cabeza?Lucía: Ayer la tenía en un quirófanoPaula: Joder Luci, estuviste aquí varias horas, ¿en ningún momento te acordaste de ella?Lucía: No. Me acordé cuando llegué a casa y vi los mensajes en el contestadorPaula: Encima tenías el móvil apagadoLucía: Lo apagué cuando entré en el hospitalPaula: Ya te vale. Menuda noche debió pasar, pobre Jess, tiene motivos de sobra para enfadarse contigoLucía: No lo sabes tú bien

Mientras Paula y Lucía hablaban, Esther se encaminó a los vestuarios en busca de Maca. Abrió la puerta y la vio allí hurgando en su taquilla

E: ¿A que ha venido eso?M: (Se dio la vuelta al oír su voz) No sé de que me hablasE: Sabes perfectamente de que te habloM: ¿Te molesta ver como beso a Paula? Tienes que ser coherente con tus palabras Esther, si quieres que la haga feliz, la tendré que tratar así como mínimoE: Lo has hecho a propósitoM: Estás celosaE: No es verdadM: Sí lo es. (Se acercó un poco a ella) ¿Qué pasa? ¿Preferirías que te besara a ti?

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E: (Sus labios temblaban, sus ojos se humedecían por segundos y todo su rostro reflejaba la tristeza que sentía en ese momento) Preferiría no haberte conocido. (Se dio la vuelta y salió de los vestuarios)M: Mierda... (Se giró y de un golpe seco cerró la puerta de su taquilla) Joder

Maca se sentó cinco minutos para tranquilizarse después de lo ocurrido y luego volvió a la habitación de Paula. Nada más entrar saludó a Lucía y luego se sentó al lado de Paula. Intentaba sonreír y que no se le notara que le pasaba algo, pero era inevitable

Paula: Maca, ¿te pasa algo?M: No, nadaLucía: (Notó que sobraba en aquella conversación) Voy un momento a por algo para leerPaula: Vale Luci. (Y se quedó mirándola hasta que salió de la habitación) Algo te pasa, estoy segura de ello, y seguramente no me lo quieres contar porque estoy aquí, convaleciente de una operación, y no quieres preocuparme, pero yo sé que algo está rondando por esa cabecitaM: Sé que llevo unos días algo distante, pero no es nada, ¿vale? Ya verás como...E: (Entró en la habitación interrumpiendo a Maca) Perdón si interrumpo pero, Maca, Aimé te esta buscandoM: Voy. (Se levantó y se acercó a darle un beso a Paula) Más tarde intentaré escaparme un ratito, ¿vale?Paula: (Asentía resignada) Anda ve. (Maca la volvió a besar y Paula se dio cuenta de que Esther miró hacia otro lado en ese momento para no verlo)M: Hasta luegoPaula: Hasta luego cariño. (Maca salió de la habitación y Paula miraba a Esther) Definitivamente te molesta ver como nos besamosE: NooooPaula: Siiiii. Te molesta, lo he visto. Antes has puesto mala cara cuando Maca me ha besado, y ahora te has girado para no verlo. No eres tan tolerante con esto como dices serE: No es esoPaula: ¿Qué es entonces? (Se quedaron mirándose a los ojos) Ven aquí. (Esther se acercó a ella sin dejar de mirarse) ¿Qué pasa?

Esther bajó la mirada al suelo y luego cerró los ojos apretándolos fuerte. No podía seguir mirándola, se sentía culpable por todo lo que estaba pasando. Ahora no solo estaba enamorada de Maca, sino que al parecer Maca también lo estaba de ella, y aquello iba a terminar por hacerle mucho daño a Paula. Tarde o temprano y de la manera que fuese, la relación entre ellas dos terminaría, Maca tenía toda la razón, la situación era insostenible, ella sabía que no iba bien, y le dolía en el alma ser la culpable de ello

Paula: ¿No me lo vas a contar?E: (Negaba con la cabeza) No puedoPaula: Esther... (La cogió de la barbilla, le levantó la cara y pudo ver una gran tristeza en su mirada) ¿Qué te pasa? (Esther se abrazó a ella y comenzó a llorar) Bicho... (Le acariciaba el pelo y le dejaba suaves besos en la sien) ¿Qué es lo que tienes?... Me duele verte así... Quizás si me lo contaras te sentirías mejorE: (Rompió el abrazo y dio dos pasos hacia atrás) Lo siento. (Y sin decir nada más se fue de la habitación)Paula: ¡¡¡Esther!!! (Gritó su nombre pero fue inútil. Estaba intentando levantarse de la cama para ir a buscarla cuando regresó Lucía)

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Lucía: ¡¡¿Pero que haces?!! (Se acercó rápido a ella y la hizo tumbarse en la cama de nuevo) ¿Estás loca? No puedes levantarte todavía, al menos no tú solaPaula: Tengo que hablar con EstherLucía: ¿Qué ha pasado?Paula: No lo sé, no tengo ni idea, pero algo le pasa, y lo está pasando muy malLucía: Tranquila, no puedes ir por todo el hospital buscándolaPaula: (Hacía un intento de volverse a levantar) Bastará con que la busque en urgencias, tampoco debe de ser tan grandeLucía: (La volvió a tumbar) Tú no vas a ninguna partePaula: Pero, ¿por qué no quiere contarme lo que le pasa?Lucía: Si no quiere contártelo, pues tendrá sus motivosPaula: Pero yo quiero ayudarla, no me gusta verla así, además, no entiendo porque no quiere hablar conmigo del tema. (Se puso a pensar en las palabras que Esther le había dicho) “Lo siento” ¿Qué es lo que siente?Lucía: ¿Qué?Paula: Me ha dicho que lo siente, como si me hubiese hecho algo a míLucía: No sé. (Se sentó en el sofá a leer el periódico)Paula: (Miró al techo de la habitación y siguió pensando) “¿Qué te pasa Esther?” (Recordó sus palabras del día anterior) “Es un imposible. Tiene novia, se les ve muy bien, y yo no quiero meterme” “Tiene novia...” “A partir de ahora somos dos en este equipo... No lo hago solo por ti” “¡¡Estás en mi equipo!!” “No eres tan tolerante en esto como dices ser... No es eso” “No puede ser... Esther... noooooo... bicho... no es posible... ¿Te has enamorado de Maca?... Ahora estás en mi equipo” (Susurró sin que Lucía llegara a oírla) Ya sé lo que le pasa. No querías caldo, ¿verdad papá? Pues toma, dos tazas

Paula estaba bastante pensativa. Lucía intentaba darle conversación, pero ella parecía ausente. Maca se pasó un par de veces a verla, pero fueron visitas rápidas, estaba muy liada y no tenía tiempo de más

A eso de las siete y media de la tarde llegó una visita. Llamaron a la puerta y sin esperar respuesta asomaron la cabeza

Sara: HolaaaaaaPaula: ¡¡Sarita!! (Luego vio que también estaban Jess y Alicia) Hola chicasSara: (Se acercó y le dio dos besos) ¿Cómo estás?Alicia: Hola Paula. (Le dio dos besos y se quedó de pie junto a Sara)Jess: (Muy seria se acercó primero a Lucía y le dio un pequeño beso. Luego se acercó a Paula y le dio un par) Hola PaulaPaula: (Miró a Lucía y a Jess preocupada por su enfado) Como me alegra que hayáis venidoSara: ¿Y ya te cuidan bien aquí?Paula: No me puedo quejarAlicia: Vaya preguntas haces cariño, con una novia médico y una hermana enfermera, ¿cómo no la van a cuidar bien?Paula: (Se puso seria de repente) Claro, como no me van a cuidar bienSara: ¡¡Eeeiii!! Alegra esa caraPaula: Es que todavía duele un pocoJess: Es bastante molesto durante unos díasPaula: ¿A ti también te operaron de apendicitis?Jess: A los diecisiete años

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Sara: Vamos a hablar de temas más alegres. Tengo que daros una noticiaPaula: Ah ¿sí?Sara: (Miró a Alicia buscando su aprobación y luego volvió a mirar a sus amigas) Ali se viene a vivir conmigoPaula: ¡¡¿En serio?!! EnhorabuenaLucía: (Se quedó mirando a Jess y luego se acercó a darle dos besos a Sara) Me alegro mucho Sara, es estupendoSara: A ver cuando os decidís vosotrasJess: Eso digo yo. (Agachó la cabeza y salió de la habitación)Sara: (Miró a Lucía) ¿He metido la pata?Lucía: Tranquila Sara, la que la ha metido he sido yo. Ahora vengo. (Salió en busca de Jess)Sara: ¿Qué les pasa a estas dos?Paula: No lo sé muy bien

Mientras ellas seguían hablando en la habitación, Lucía andaba por los pasillos buscando a Jess. La encontró en las escaleras, sentada en un escalón y se acercó poco a poco para sentarse a su lado

Lucía: Lo sientoJess: No tenía que haber venidoLucía: (Intentó acariciarle la espalda pero ella se apartó) Jess, yo...Jess: No hace falta que me expliques nadaLucía: Tú ya lo sabías, nunca te he mentido con estoJess: Ya, pero en el fondo tenía la esperanza de que conseguiría que te olvidaras de ella, pero ya veo que no... Nunca vas a conseguir sacártela de dentroLucía: Jess...Jess: Se acabó... no puedo más... antes solía pensar que aún podía conseguirlo... pero desde que se instaló en tu casa... no puedo... de verdad que no...Lucía: En quince días le dan las llaves del piso nuevo... y supongo que se iráJess: Estoy harta de conformarme con las sobras... solo te acuerdas de mi cuando ella no te necesita. (Por primera vez en toda la conversación la miró a los ojos) Dime una cosa... ¿Qué pasaría si en algún momento notaras que ella siente algo por ti?Lucía: (Negaba ligeramente con la cabeza) Jess...Jess: Aunque se fuera a vivir a la antípoda... ¿qué más da?... tú solo piensas en ellaLucía: ¿Y que quieres que haga? No lo puedo evitar... Si existiera una manera posible de mandar sobre nuestros sentimientos... por dios te juro Jess que yo preferiría estar enamorada de ti... Me gustaría poder compensarte por todo el tiempo que me has dedicado... por el empeño que has puesto en que esto funcionara... lo daría todo por ser capaz de hacerte feliz... pero la realidad es otra...Jess: DíseloLucía: No puedoJess: Y todo por esa estúpida promesa que hicisteis. Merece saberloLucía: (Negaba con insistencia) No... no... si se lo digo nunca será igual...Jess: Lucí... te quiero... te quiero tanto que he sido capaz de aguantar esta situación todos estos años... incluso dudo que nunca vuelva a querer así a alguien... pero se acabó... mereces ser feliz... eres una tía genial, y yo sé que solo vas a ser completamente feliz con ella... así que hazte un favor... díselo... deja que ella decida si puede o no puede pasar...Lucía: (Con los ojos llenos de lágrimas) Lo siento, de verdad

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Jess: Lo sé. (La abrazó muy fuerte)

Cuando regresaron a la habitación ninguna de las allí presentes se atrevió a preguntar nada sobre lo ocurrido. Siguieron hablando un rato con Paula y tras despedirse de ella y de Lucía se fueron

Cuando se quedaron las dos solas de nuevo Paula le preguntó por fin a Lucía

Paula: ¿Qué ha pasado?Lucía: Lo hemos dejadoPaula: ¡¡¡¡¿Qué?!!! ¿Así? ¿Sin más?Lucía: Lo que no sé es como hemos aguantado tanto, nunca ha funcionado bien lo nuestroPaula: Tampoco es eso, teníais temporadasLucía: No Paula, no es así, nunca hemos estado bienPaula: Pero ¿por qué? Sois geniales las dosLucía: Ya, pero con eso no basta, ¿verdad?Paula: Eso está claro, pero no sé...Lucía: Ahora no quiero hablar de esto PaulaPaula: Vale, pero cuando quieras hablar, ya sabes donde estoy

A las diez Maca terminaba su turno y se fue a la habitación para quedarse con ella toda la noche. Lucía hacía como media hora que se había ido bajo la insistencia de Paula de que se encontraba bien y de que ella necesitaba descansar

Cuando Paula la vio entrar le sonrió y no pudo evitar pensar en Esther. En toda la tarde no se había pasado a verla ni una sola vez, cosa que contribuía a confirmar sus sospechas. Maca se acercó a la cama y después de darle un beso se sentó en una silla a su lado

M: ¿Ya se ha ido Lucí?Paula: Sí, hace un rato. No quería irse hasta que tu llegaras, pero le he insistido hasta convencerla, mañana tiene que madrugar y yo ya estoy mejor, me puedo quedar un rato solaM: ¿Quieres que te ayude a levantarte y andamos un poco?Paula: Vale. (Maca la ayudó a levantarse y antes de empezar a andar se quedó un momento de pie apoyada en ella) Me he mareado un pocoM: ¿Quieres acostarte otra vez?Paula: No, ya se me pasa. (Comenzaron a andar poco a poco por la habitación)M: ¿Estás bien? ¿Te mareas?Paula: No, ahora estoy bienM: ¿Te duele?Paula: Un poco, pero supongo que es normal. (Seguían andando por la habitación lentamente) ¿Sabes si Esther ya ha terminado?M: No sé, no hemos coincidido en toda la tarde, pero supongo que sí, teníamos el mismo turno. ¿No ha venido a decirte adiós?Paula: No. Se habrá liado con algo y todavía estará por aquíM: SeguroPaula: Me canso

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M: Todavía estás débil. ¿Quieres acostarte?Paula: Prefiero sentarme un ratoM: ¿Nos sentamos un poquito aquí en el sofá?Paula: Como quieras. (Maca la ayudó a sentarse y ella se sentó de lado para quedar de cara a ella) Tengo un poco de fríoM: Espera. (Cogió una pequeña manta y se la puso sobre las piernas) ¿Mejor? (Paula asintió, Maca se volvió a sentar a su lado y miró la hora) Que raro que Esther no haya venido a despedirse de ti, ya son casi las once. (Paula su quedó mirándola fijamente a los ojos muy seria) ¿Qué?Paula: NadaM: ¿Y por que me miras así?Paula: Estaba pensando... conocerte ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en la vida... (Maca sonrió sin decir nada) Si algún día, por lo que sea, lo dejamos... me gustaría poder ser tu amigaM: (Se miraron un momento y Paula sintió que estaba en lo cierto, aquello se acababa) ¿Pero por que me hablas de esto ahora?Paula: Luci y Jess lo han dejadoM: ¿Y eso?Paula: Luci no me lo ha querido contar, pero creo que se veía venirM: Que ellas lo hayan dejado no significa que tú y yo...Paula: (Cortándola) Maca... ¿De verdad te ves pasando toda la vida conmigo?M: (Se quedó muy seria sin saber que contestar) Paula...Paula: Olvídalo

Se quedaron sentadas en el sofá sin decir nada hasta que pasados unos minutos Paula le pidió a Maca que la ayudara a acostarse de nuevo. Maca regresó al sofá sin dejar de mirarla y aunque quería decirle algo no sabía muy bien el que

Mientras, en la cafetería, Esther estaba sola, sentada delante de un café, al que llevaba como quince minutos mareando con tanta vuelta de la cucharilla, sin apenas darse cuenta de lo que hacía, cuando se acercó Laura y se sentó con ella

L: Buenas noches Esther. (Esta seguía removiendo el café como si nada) ¡¡¡Eeeiiii!!!E: (Levantó la mirada y la vio sentada a su lado) Hola LauraL: ¿Intentas batir un record de tiempo removiendo el café, o algo así?E: ¿Qué? (Miró el café, dejó de remover y puso la cucharilla sobre el plato)L: Creo que el azúcar ya se ha disuelto... ¿No me habías dicho que te ibas a casa?E: Sí. He terminado la guardia a las diezL: ¿Y que haces todavía aquí?E: Es que antes de irme tengo que darle las buenas noches a PaulaL: ¿Y?E: Que Maca está con ellaL: ¿Llevas casi una hora aquí sentada por miedo a ver a Maca?E: Me quiere Laura, me lo ha dichoL: ¡¡¡¿Qué?!!! ¿Por fin se ha decidido?E: ¿Tú lo sabías?L: Me lo imaginaba, vamos, estaba casi seguraE: No sé si esto está muy bien

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L: ¿Pero que dices? Os queréis Esther, eso es lo único que te tiene que importar. ¿Has visto como te mira? Diosssss, lo que daría yo por que alguien me mirara asíE: Pero... no es eso... llevo media vida intentando convencer a mi madre de que Paula no hacía nada malo, y ahora... ahora soy yo... y no sé si termino de aceptar lo que me está pasando... tengo miedo LauraL: ¿Te asusta el hecho de haberte enamorado de una mujer?E: Es que ahora no sé lo que soy. Tengo... ¿cómo se dice?... una crisis de identidad, eso esL: ¿Por qué?E: No sé, ¿soy lesbiana? ¿Qué es lo que soy?L: No sé si seré la persona indicada para hablarte de esto, igual me equivoco, pero aún así te daré mi opinión al respecto... Yo no creo que seas lesbiana... El hecho de que te hayas enamorado de Maca no significa que lo seas, al menos eso creo yo... Yo creo que el mundo, poco a poco, nos está ofreciendo un amplio abanico de posibilidades... aceptamos opciones que antes ni entendíamos...E: Pero yo nunca me había fijado en una mujerL: Por eso precisamente no creo que seas lesbiana... A ver... ¿Cuántas veces te ha gustado un tío físicamente y luego ha resultado ser un plasta, o un borde, o cualquier otra cosa así?E: Bufffffffff, imagínateL: ¿Y al revés? También pasa. ¿Verdad? Conocer a alguien que físicamente no te atrae y que luego, cuando le conoces mejor, te gustaE: Claro, también pasaL: Pues es justo eso. Cuando te enamoras, te enamoras del alma de esa persona, y el aspecto físico pasa a un segundo plano, da igual que sea alto, bajo, feo, guapo, miope, cojo, hombre... mujer... cuando te enamoras, todo lo demás da igual EstherE: Pero no es muy normal. Los heteros no van por ahí enamorándose de los de su mismo sexoL: Para mí eso le da más valor a lo que tú sientes por MacaE: ExplícateL: Pues eso, tienes que quererla mucho para que no te importe que sea una mujerE: Y encima la novia de mi hermanaL: Eso tiene arregloE: Eso me importa más que el hecho de que sea una mujer

Unos minutos después, Paula se había quedado dormida, cuando Maca vio que alguien habría la puerta muy despacio, como temiendo poder despertar a alguien. Con la poca luz que había ahora en la habitación vio que se trataba de Esther. Se levantó y se acercó a ella

M: (Hablaban bajito para no despertarla) Se ha dormido hace un momento. Me ha preguntado por ti y no he sabido muy bien que decirleE: Cuando despierte dile que he venido a darle las buenas noches. (Se dispuso a salir de la habitación pero Maca la cogió del brazo)M: Espera. (Paula abrió un poco los ojos, apenas entornados, y las miraba sin decir nada) Tenemos que hablar EstherE: Yo no quiero hablar contigo MacaM: Pero Esther...E: Maca, no insistas, por favor, y olvídate de mí

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M: No puedo

Se miraron unos segundos y luego Esther, con un movimiento de su brazo se deshizo de Maca y salió de la habitación. Paula cerró los ojos con fuerza para intentar cortar el camino a sus inminentes lágrimas, por miedo a ser descubierta, pero Maca en ese momento no podía darse cuenta ni de eso, ni de nada. En su pensamiento ahora solo había sitio para Esther

Maca se tumbó en el sofá, acurrucada como un niño pequeño, se cubrió con la manta con la que anteriormente había cubierto las piernas de Paula y comenzó a llorar en silencio. Miles de pensamientos se agolpaban en su cabeza y no pudo evitar que unos leves sollozos escaparan de su boca

Paula la escuchó y se dio media vuelta en la cama para mirarla. Aunque lo único que podía ver era un bulto sobre el sofá, notaba por el leve movimiento de este que Maca estaba llorando. Aquello si que no lo esperaba. Todo el distanciamiento y la frialdad de Maca en los últimos días se debía seguramente a eso, se había enamorado de Esther y ella quedaba en medio de las dos

Cuando Paula se despertó miró hacia el sofá y solo pudo ver la manta, bien plegadita, en una esquina de este. Miró a su alrededor y entonces escuchó un sonido proveniente del cuarto de baño. Fijó su vista en la puerta y unos segundos después vio salir a Maca. Estaba guapísima, como siempre, y sonriente se acercó a ella

M: Buenos díasPaula: Buenos días MacaM: Ayer a última hora se pasó Esther a darte las buenas noches, pero ya te habías dormidoPaula: Que lástima. ¿Sabes si va a venir hoy?M: No me dijo nada, y ni siquiera se si tiene guardiaPaula: Bueno, ya veremos. ¿Y tú? ¿Tienes guardia hoy?M: Hoy tengo guardia doble, por lo de estos días que voy a librar, ya sabesPaula: Que palo, ¿no?M: Sí, pero mañana ya nos vamos para casaPaula: ¿Me darán el alta mañana?M: Supongo que síPaula: Que ganas tengo... ¿No te vas a casa?M: No quiero dejarte sola. Ya me iré si viene alguienPaula: Pero si tienes turno doble, ¿tendrás que descansar?M: Paula, no te voy a dejar solaPaula: (La miró unos segundos) Eres un encanto, ¿lo sabías?M: Uhmm... (La miró y las dos sonrieron)

Media hora después llamó Esther para decirle a Paula que ya iba hacia el hospital y esta convenció a Maca de que se fuera a casa a descansar. Cuando Esther llegó, Maca ya se había ido, lo cual, en el fondo, la tranquilizó

E: Hoy me puedo quedar todo el tiempo que quieras, no tengo guardia

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Paula: Estupendo, porque Luci no podía venir hoy. (Se miraron un momento y Paula le cogió una mano a Esther) Esther... ¿te he dicho alguna vez cuanto te quiero?E: Yo también te quiero mucho PaulaPaula: ¿Y sabes que yo haría lo que fuera por ti?E: ¿A que viene esto?Paula: Solo quería que lo supierasE: Parece como si fueras a matar a alguien y me estuvieras pidiendo perdón antesPaula: No digas tonteríasE: No sé... es que me ha sonado a despedida o algo asíPaula: No, por dios... espero no tener que despedirme nunca de tiE: Entonces es que te has despertado un poco tontita hoyPaula: Va a ser esoE: ¿Quieres pasear un poco?Paula: Vale. (Esther la ayudó a levantarse, le puso la bata y salieron a pasear por el pasillo del hospital) Que diferencia de ayer a hoyE: ¿Te levantaste ayer?Paula: Sí, un ratito, en la habitación, con Maca. Me mareé un poco, pero me sentó bien, ya empezaba a estar harta de tanta camaE: Vamos hasta el final del pasillo que hay una salita y nos sentamos un pocoPaula: Vale

Por el camino un par de enfermeras saludaron a Esther haciéndolas parar, pero al final llegaron a su destino y se sentaron en unos sillones que había allí

Paula: Te conoce todo el mundo en este hospitalE: Llevo aquí muchos añosPaula: Esther... lo que quería decirte antes es que... si catorce años sin verte no han conseguido que dejara de quererte... nada lo va a conseguirE: ¿Por qué ibas a dejar de quererme?Paula: Por nada dejaría de quererte... es justo eso lo que te estoy diciendoE: Que filosófica estás hoyPaula: Puede que sea eso... pero no olvides nunca lo que te he dicho... yo, ante todo, quiero que tú seas feliz...E: (Se quedó mirando a Paula preguntándose si acaso se estaba dando cuenta de lo que pasaba) Lo sé

La mañana pasaba con normalidad. Vilches se pasó a ver como seguía la enferma y la informó de que si todo seguía igual de bien al día siguiente le daría el alta y se podría ir a casa, cosa que Paula ya daba por hecho

Esther le estuvo contando a Paula la historia resumida de todos los novios que había tenido y le habló también de la poca suerte que tenía en el tema “hombres”. Paula la miraba con ternura y la escuchaba hablar. Cuando terminó su relato fue el turno de Paula

Paula: Mi primera relación seria, estable, o como quieras llamarla, no la tuve hasta los veinticuatro años. (Sonrió mientras miraba a ninguna parte recordando) Era guapísima... Creo que la tía más guapa con la que he estadoE: (La miró un momento y tímida le preguntó) ¿Más guapa que Maca?Paula: (Miró con ternura a Esther y le sonrió) Ohhh sí, era espectacular... se llamaba Silvia... pero era un zorrón de mucho cuidado

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E: Jajajajaja, no sería para tantoPaula: Lo que yo te diga, no podía dejarla sola ni un minuto, por eso lo dejamos... Luego llegó... (Pensaba) Sonia... con Sonia la cosa duró bastante más, era más “dócil”... pero su fue a trabajar a Barcelona... (Se puso un poco triste) Al principio nos vimos unas cuantas veces, pero poco a poco la cosa se enfrió...E: ¿Duró mucho?Paula: Casi tres añosE: Eso ya duelePaula: Bastante... pero ya pasó... aunque me costó lo mío olvidarme de ella... Luego la siguieron... (Seguía pensando) Leticia... Ana... Marta, Estefanía... Lola... buffffffff, seguro que se me olvida algunaE: Veo que has estado ocupadaPaula: No más que tú. Entre las dos nos hemos tirado a medio MadridE: ¡¡¡¡Ala!!!! Exagerada. ¿Qué pensaran de nosotras si te oyen hablar así?Paula: Las hermanas García al ataque, jajajaja... (Dejó de reír y miró a Esther) Y ahora... MacaE: Claro... Maca... (Se quedaron en silencio unos segundos, Esther por no saber que decir y Paula por miedo a herir a Esther si le hablaba de ella) ¿Y con Luci nunca...?Paula: ¡¡¿Con Luci?!!... ¿Bromeas?... Noooo... Además... hicimos una promesaE: Ah ¿sí? ¿Qué promesa?Paula: Éramos unas crías... ¿Recuerdas aquel verano que te fuiste con papá y mamá a la playa y yo preferí quedarme en Madrid a estudiar?E: Claro que lo recuerdo, sin ti me aburría como una ostraPaula: Pues aquel verano fue cuando Luci y yo nos hicimos tan amigas. Sus padres también se fueron de vacaciones y nosotras pasamos todo el mes juntas... unos días en una casa y otros en la otra... pero juntas... Un día... (Cerró los ojos un momento y sonrió al recordarlo) Luci me besó... (Se quedó callada un momento y se puso seria) Yo podía haberme dejado llevar, pero no lo hiceE: ¿Qué pasó?Paula: Le dije que me gustaba tenerla como amiga...y que no quería arriesgarme a perder su amistad... me dijo que había sido una tontería y que no pasaría más... Entonces hicimos la promesa... Prometimos que nunca, bajo ningún concepto, por muy desesperadas o borrachas que estuviéramos, nos enrollaríamos... Tonterías de adolescentesE: ¿Crees que habría pasado algo entre vosotras de no haber hecho esa promesa?Paula: No lo sé... La verdad es que yo nunca he mirado a Luci de esa manera... aunque... pensándolo bien... (Miraba al suelo pensando en ella) está como un queso... tiene esos ojos verdes, preciosos... ese pelo moreno, lacio, tan suave... y siempre huele tan bien... ¡¡¡¿Pero que estoy diciendo?!!!... No, Luci es mi amiga... es... es... como otra hermana para mí... No te pongas celosa, pero la quiero casi tanto como a ti... Sería muy raroE: Tú sabrás. (Callaron un momento las dos y luego Esther siguió preguntando) Pero enamorada, lo que se dice enamorada, ¿cuántas veces has estado?Paula: ¿Enamorada de verdad? Un par de veces... aunque yo tengo una teoría sobre el amor... y según esa teoría yo no he estado nunca enamoradaE: ¿Y como es esa teoría?Paula: Llámame ilusa si quieres por pensar que pueda existir un amor así... pero yo creo que el amor es algo mucho más grande de lo que yo he sentido nunca...E: ¿Cómo de grande?Paula: Me gustaría querer algún día a alguien tanto... que fuera incapaz de pensar en nada más... que me hiciera perder el apetito cuando llevara muchas horas sin verla... que

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temblaran mis piernas con solo una mirada suya... que no deseara nada más las veinticuatro horas del día que estar con ella... y sentirme incapaz de estar cerca de ella sin desear besarla, abrazarla, acariciarla... ¿tú crees que existe un amor así?E: Sí, lo creo... es más, estoy convencida de elloPaula: ¿Tú has querido así a alguien?E: (Dudó un momento antes de decirlo) Yo quiero así a alguienPaula: (La miró con ternura) ¿Tanto?E: SíPaula: Entonces, ¿existe? Tengo yo razón... esa clase de amor existeE: Claro que existe

Se quedaron mirándose y ninguna de las dos se atrevió a decir nada más sobre el tema. No tardaron mucho en apartar la mirada y dirigirla hacia otro lado, quizás por miedo a que la otra fuera capaz de leer sus pensamientos, aquellos que se agolpaban en sus cabezas de forma descontrolada

Igual que el día anterior, Maca llegó al hospital antes de su hora para tener tiempo de estar con Paula antes de empezar a trabajar. Al entrar en la habitación vio a Esther sola, se extrañó de no ver a Paula y miró de nuevo hacia la cama, pero efectivamente estaba vacía. Esther se quedó mirándola entendiendo al instante lo que pasaba, se acercó a ella y la sacó de dudas

E: Está en el bañoM: Claro. (Se quedó mirando a Esther que permanecía inmóvil delante de ella)E: “Que temblaran mis piernas con solo una mirada suya... Sentirme incapaz de estar cerca de ella sin desear besarla, abrazarla, acariciarla...” “Existe... claro que existe”

La puerta del baño se abrió y Paula apareció delante de ellas. Por un momento pudo ver como se miraban, aunque no tardaron mucho en mirarla las dos a ella

Paula: Hola MacaM: Veo que vas recuperando las fuerzas. (Le dio un beso en la mejilla y luego miró a Esther, la cual le sonrió como agradeciéndole el no ir más allá delante de ella, y entonces Maca, sin ser vista por Paula, le guiño un ojo a Esther y le sonrió)Paula: Esther, deberías de comer algo, no te has movido de aquí en toda la mañanaE: “Que me hiciera perder el apetito cuando llevara muchas horas sin verla...” Si, claro... ya voy teniendo hambreM: Pues aprovecha que estoy yo aquí ahoraE: Voy. (Y sin más dilación salió de allí)M: ¿No se había movido de aquí en toda la mañana?Paula: (Cogió a Maca de la mano y se acercó al sofá donde se sentaron las dos) Bueno, hemos paseado un poco por el pasillo... pero no... no me ha dejado sola ni un segundo, si es eso a lo que te referíasM: Os ha ido bien tu estancia en el hospitalPaula: Sí, hemos hablado mucho. Hoy hemos estado hablando del amorM: ¿Del amor?Paula: Sí... De nuestras experiencias amorosas... y de nuestra visión sobre que es el amorM: Que profundo suena esoPaula: ¿Y tú?... ¿qué es para ti el amor?M: Buena pregunta... No sé... igual no sé definirlo con palabras

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Paula: Inténtalo... me encantará oír tu punto de vistaM: Pues... querer a alguien es algo así como... ser incapaz de pensar en nada más... hacer lo que sea por ver al ser amado feliz... por una sonrisa suya... anteponer su felicidad incluso a la tuya propia... desear estar a su lado toda la vida... compartir penas, alegrías... no sé... algo así

Paula, por un momento, sintió el deseo de preguntarle en quien pensaba al decir estas palabras, pero el miedo a la posible respuesta la hizo callar, ojos que no ven, corazón que no siente, aunque ella tenía clara la respuesta, y le dolía, le dolía pensar que nadie, no solamente Maca, sino nadie, había sentido algo así por ella, ni ella lo había sentido por nadie

Cambiaron el tema de conversación de manera bastante radical, ya que ninguna de las dos quería seguir hablando de esto, y siguieron así hasta que Maca se tuvo que ir a trabajar. Unos minutos después llegó Esther y se encontró con una Paula bastante abatida

E: ¿Te encuentras bien?Paula: (Mirando al techo) Sí, solo pensabaE: He hablado con mamá y me ha dicho que viene en media hora o asíPaula: GenialE: Si viene ella yo me iré a casaPaula: (Parecía que no escuchaba y respondía de manera automática) ClaroE: ¿De verdad estás bien?Paula: Que sí, no seas pesadaE: Vale, no te pongas asíPaula: No me he puesto de ninguna manera, es que estás pesaditaE: De acuerdo, si la señorita quiere pensar, la dejaré sola. (Sin decir más salió de la habitación)Paula: (Se quedó mirando la puerta por donde había salido Esther) ¿Por qué me pasan a mí estas cosas? ... Lo siento Esther

La tarde pasó bastante rápida. Encarna estuvo varias horas con Paula, también tuvo alguna visita y Maca, como el día anterior, iba y venía cuando tenía tiempo

Por fin amanecía la mañana del viernes. Una bandeja caía al suelo en el pasillo de forma bastante ruidosa despertando a media planta seguramente, entre ellos a Paula, que al abrir los ojos se encontró sola en aquella habitación, sola, como lo había estado en muchos momentos de su vida

Con mucho cuidado se levantó de la cama y fue al cuarto de baño, cerró la puerta, se quitó el camisón, y se metió bajo el chorro de la ducha. Apoyada con las dos manos en la pared pensaba en toda la gente a la que ella quería, y se sentía abandonada, sola, terriblemente sola, y aunque el agua de la ducha las hacia pasar desapercibidas, abundantes lágrimas manaban de sus ojos

No muy lejos de allí, en el sofá del gabinete, Maca intentaba dormir, pero no lo conseguía. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, se sentía mal por lo que estaba haciendo, pero no sabía como salir del lío en el que estaba metida sin dañar a Paula, y lo

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que era más importante para ella, sin dañar a Esther. Harta de darle vueltas a la cabeza se levantó del sofá y fue a la habitación de Paula

Paula: Buenos díasM: (Se acercó a darle un beso y se sorprendió al ver que Paula la cogía por el cuello para profundizar un poco más en ese beso. Cuando por fin la soltó se separó un poco de ella y la miró) Buenos, buenos. Te veo muy contenta ya de buena mañanaPaula: Es que hoy por fin nos vamos a casa. ¿Cuándo tienes que volver al trabajo?M: El martes a primera horaPaula: Mmmm, que bien. (La cogió de ambas manos y tiró de ella hacia si para volverla a besar)M: ¿Qué te pasa?Paula: Nada, eso, que nos vamos a casa

Una visita rápida de Vilches, un par de consejos a la enferma, no muy extensos, ya que sabía que Maca iba a estar con ella y esta sabía perfectamente que hacer, y a esperar que llegara el alta. En cuanto la tuvieron salieron del hospital y se fueron a casa de Lucía

Aunque no era su casa llevaba ya unos meses en ella y llegar allí la reconfortó, nada como el hogar. Maca le sugirió que se quedara en su casa pero Paula prefería estar allí, según ella porque así Lucía podría ayudar un poco a Maca si esta lo necesitaba

Se sentaron en el sofá y Paula hizo que Maca se tumbara de lado reposando la cabeza sobre su muslo. Le acariciaba el pelo y no tardó en comprobar como el cansancio la vencía llevándola a un profundo sueño. Sin dejar de mirarla comenzó a hablar en sus pensamientos consigo misma

Paula: “¿Y ahora que?... ¿Te cuidará unos días y luego se irá?... Seguramente está esperando a que estés bien para decírtelo... ¿Por qué tuve que perder la cartera aquel día?... ¿por qué la tuvo que encontrar ella?... y luego el golpe con la moto... parecía que estábamos destinadas a conocernos... por eso la invité... porque me parecía mucha casualidad... En realidad no sé ni si estoy enamorada de ella... estoy hecha un lío... y ella no pone mucho de su parte... ¿Qué va a poner? Si está enamorada de Esther... pero aquí está... aguantando el tipo... hecha un lío como yo... seguro... Que situación más difícil... ¿Qué hago?... Diossssssss... ¿qué hago?... Mírala... que guapa es... y es tan dulce... que tranquilidad verla así... Quédate conmigo Maca... quédate...”

Suspiró levemente y se limpió un par de lágrimas que resbalaban por sus mejillas. Sin darse cuenta se había ido acercando a su boca y sus labios ya se rozaban. Maca seguía durmiendo pero a Paula no le importó mucho. Se acercó un poco más y la besó, primero suavemente, varias veces, luego entreabriendo más los labios y cuando los labios de Maca respondieron a sus besos la besó con más ganas. Hacía días que no la besaba así, la sentía estremecerse entre sus brazos y se sentía feliz por ello, hasta que Maca susurró entre besos una palabra que la dejó helada

M: Esther...

Paula se incorporó bruscamente y entonces fue cuando Maca despertó del todo. Cuando se dio cuenta de lo que acababa de pasar se incorporó ella también para quedar sentada a

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su lado y la miró, pero Paula tenía la mirada perdida, sus ojos temblaban y su respiración se aceleraba

M: Paula... (Intentó acariciarla pero ella se lo impidió) Lo siento... Paula... estaba medio dormida, yo...Paula: Vete. (Apretó los ojos con fuerza)M: No puedo dejarte asíPaula: (La miró con rabia) No necesito tu compasiónM: No me voy a ir, no puedes quedarte sola asíPaula: Prefiero estar sola que contigoM: No es verdadPaula: Te odioM: Estás en tu derecho, pero no me voy a irPaula: CabezotaM: ¿Qué más?Paula: (Con más rabia) Te odioM: Eso ya lo habías dichoPaula: Es que te odio muchoM: Me lo merezco, te he dado motivos para elloPaula: ¿Pero por que tienes que ser así? (Intentó golpear a Maca con los puños cerrados pero ella se los sujetaba) Vete, no te preocupes más por míM: No me voy a irPaula: Te he dicho que te vayasM: Y yo he dicho que noPaula: (Seguía haciendo fuerza con los puños intentando golpearla) ¿Por qué tienes que ser tan condenadamente... (Buscaba la palabra adecuada) buena?... Así no puedo odiarteM: Pues no lo hagasPaula: ¿Por qué...? (Empezó a llorar, cansada de forcejear con ella se dejo caer sobre su pecho y se dejó envolver por su abrazo)M: Lo siento. (También lloraba, pero más silenciosamente)Paula: Te quiero

Permanecieron así, abrazadas, hasta que Paula se calmó y siguieron hablando

M: Soy lo peor... No tengo perdón... enamorarme de otra persona estando contigo... pero pasó... yo no sabía que era tu hermana, ya lo sabes... aunque creo que incluso sabiéndolo habría sido inevitable... Si no la hubiese conocido a ella, no sé que habría pasado con nosotras... pero la conocí...Paula: Ella también te quiere... y de que maneraM: ¿Cómo lo sabes? ¿Te lo ha dicho ella?Paula: No, que va, ni de coña, ella lo callaría toda la vida si hiciese falta con tal de no hacerme daño, pero se le sale por los poros. Solo hay que ver la carita que pone cuando te miraM: No quiere saber nada de míPaula: Normal, eres la novia de su hermana. Bueno... eras, ¿no?

Siguieron hablando un rato en el sofá hasta que sin darse cuenta, se quedaron dormidas

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Al mediodía llegaba Lucía a casa. Era viernes y los viernes trabajaba media jornada. Sabía que Paula ya estaría en casa, y fue directa al salón para ver si estaba allí. Nada más entrar las vio dormidas, abrazadas, y miró a Maca con odio, con celos, celos de ser ella la que estuviera abrazando a Paula. Se fue a su habitación y olvidando que estaban dormidas dio un sonoro portazo

Maca apenas si se movió, pero Paula se despertó al instante. Se preguntaba que había sido aquel ruido y después de mirar la hora supuso que Lucía ya estaba en casa, pero ¿por qué ese portazo? Se levantó con cuidado y fue hacia la habitación de Lucía. Al llegar allí abrió la puerta despacio y asomó la cabeza

Paula: ¿Se puede? (Vio a Lucía sentada en el borde de la cama)Lucía: PasaPaula: (Se acercó a ella y se sentó a su lado) ¿Te pasa algo?Lucía: (La miró y recordó algo que podía explicar su mal humor) Jess va a venir luego a por las cosas que tiene aquíPaula: Entonces, ¿es definitivo?Lucía: Eso parecePaula: Lo sientoLucía: No pasa nadaPaula: ¿No tiene arreglo?Lucía: (Negaba con la cabeza mirando al suelo) Creo que esta vez noPaula: Maca y yo... también lo hemos dejadoLucía: (Levantó la vista rápidamente) ¿Qué?Paula: Lo que oyesLucía: Pero... os acabo de ver en el sofá del salón, durmiendo abrazadasPaula: Ya. Es que es muy cabezota y se ha empeñado en quedarseLucía: ¡¡Lo habéis dejado!!... ¿Por qué?Paula: Que más daLucía: ¿Tú estás bien?Paula: Podría estar mejorLucía: Mi niña. (La abrazó y no pudo evitar sonreír un poco por la noticia)

Cuando Maca se despertó oyó unas voces provenientes de la cocina y fue hacia allí. Al verla aparecer por la puerta las dos se quedaron muy serias mirándola y Lucía, después de disculparse se fue a su cuarto. Maca se sentó en la silla que esta estaba ocupando y Paula le sirvió un café

Paula: ¿Has dormido bien?M: No mucho, la verdadPaula: ¿Por qué no te vas a tu casa?M: Estás convaleciente de una operación, alguien te tiene que cuidarPaula: Luci va a estar en casa todo el fin de semanaM: Vale. Entiendo que no tienes muchas ganas de estar conmigoPaula: Maca...M: Tienes razón, mejor me voyPaula: Quizás con el tiempo, yo vea esto de otra manera, pero ahora...M: Tranquila, pero si necesitas algo, lo que sea, llámame, ¿vale?Paula: Lo haré, no te preocupesM: Bueno... (Se levantó de la silla) ya nos veremos y... espero que podamos ser amigas

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Paula: Quien sabe, igual con el tiempo...M: Claro... Hasta luegoPaula: Hasta luego. (Maca cogió su chaqueta y salió de aquella casa)

Más tarde, Paula se había dejado caer en la cama para descansar un rato cuando escuchó el timbre. Segundos después oyó a Lucía hablar con Jess y tras oír la puerta de la habitación de Lucía cerrarse ya no oyó nada. Se estaba quedando dormida cuando le pareció que discutían. Se levantó con cuidado y no pudo resistir acercarse a ver que pasaba

Cuando le faltaban apenas un par de pasos para llegar a la puerta de la habitación el tono de voz había disminuido considerablemente, ahora hablaban más tranquilas. Pensó que lo que hacía no estaba bien y se disponía a regresar a su cuarto cuando una frase de boca de Jess la dejó completamente paralizada

Jess: Dile a Paula que estás enamorada de ella de una vez por todas. (Paula pegó su espalda a la pared del pasillo y se quedó a escuchar lo que hablaban sin apenas respirar)Lucía: Ahora no puedo. Ella y Maca lo han dejado y no puedo aprovecharme de la situación. Seguramente me necesitara a su lado pero como amigaJess: Esto va a acabar contigo... ¿cuánto tiempo más piensas seguir así?... Si hubiese una sola posibilidad de que te olvidases de ella, yo sería la primera en ayudarte, lo sabes... Pero lo tuyo no tiene remedio...Lucía: Se lo diré... cuando se pase un poco todo esto y se recupere de la operación y de lo de Maca, se lo diré... te lo prometoJess: No me lo tienes que prometer a mi Luci... te lo tienes que prometer a ti misma... Llevas demasiado tiempo con esto dentro... tienes que sacarlo... Déjala que opine... arriésgate... no tienes nada que perder... no vas a estar peor de lo que estásLucía: Pero es que... yo para ella solo soy su amigaJess: De verdad Luci... yo creo que no pierdes nada por intentarlo

Con lágrimas en los ojos y la imagen de Lucía en su cabeza regresó lentamente a su habitación

El fin de semana fue bastante raro para todos. Paula intentaba disimular ante Lucía lo que ahora ya sabía, esta la notaba extraña, pero lo atribuyó todo a la ruptura con Maca. Esther se pasaba a ver a Paula cuando podía y más aún, cuando supo que lo habían dejado y que no iba a encontrar a Maca allí. Veía a Paula triste y le echaba las culpas a Maca de esto

Maca en su casa, daba vueltas en su cabeza a todo lo acontecido y se sentía mal por haber dejado a Paula en un momento así, cuando más la necesitaba, pero por otra parte se sentía aliviada de tener por fin las cosas claras y no tener que fingir ya delante de nadie

Y así poco a poco pasaron los días y pronto Maca y Esther volvieron a coincidir en el horario de su guardia y no pudieron evitar tener que encontrarse. Esther se encontraba en la sala de curas con un niño, esperando que llegase el pediatra, y sabía perfectamente que Maca tenía guardia a esa hora, sabía que ella iba a ser la que atendiera a ese niño, y después de casi una semana sin verla, las piernas le temblaban con solo pensarlo

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Maca se dirigía hacia allí rogando coincidir con Esther en cualquier momento, llevaba demasiado tiempo sin verla y sentía que no podía soportarlo más. Cuando entró en la sala de curas sonrió al verla, pero esta sonrisa se borró al ver que Esther evitaba mirarla

Atendió al niño sin apenas cruzar una mirada con ella y ni una palabra que no fuera estrictamente profesional. Un poco abatida salió de allí y fue al gabinete. Necesitaba estar sola, pensar, y allí solía haber bastante tranquilidad. Así pasaron esa guardia, y la siguiente y varias que vinieron detrás

Esther andaba por los pasillos del hospital como alma en pena. Le costaba concentrarse en lo que hacía y cuando llegaba a su casa era peor aún, la soledad que reinaba en esta solo hacía que empeoraran las cosas. Si hablaba con Paula se sentía mal por haber contribuido a que aquello no funcionara y a casa de su madre no podía ir, porque así se lo había propuesto, hasta que su padre recapacitara

En la última semana la vida de Maca consistía en ir de casa al hospital y del hospital a casa. No le apetecía nada, casi ni comía, apenas si pedía algo de comida por teléfono y había días que ni eso, un vaso de leche, unas galletas y listo. Y así estaba un día en su casa cuando sonó el timbre. Se levantó y fue a abrir

M: ¿Quién es?Voz: Hola Maca, ¿me abres?M: ¡¡¿Paula?!!Paula: Sí, soy yoM: Sube. (Abrió la puerta y se quedó en la entrada a esperarla)Paula: Hola. (Salía del ascensor sonriente, pero unas terribles ojeras ensombrecían su sonrisa)M: Y yo creía que tenía mal aspectoPaula: No te rías de mí. (Se acercó a darle dos besos) ¿Puedo pasar?M: Faltaría más. (Entraron en la casa y se sentaron en el sofá del salón) ¿Quieres un café...?Paula: No, graciasM: Veo que ya estás bienPaula: Sí, me he recuperado muy rápidoM: Me alegroPaula: Maca... (Le cogió una mano entre las suyas) te necesitoM: Paula... yo...Paula: Nooooo... no te asustes... no es eso... necesito que me ayudesM: ¿A?Paula: Necesito hablar con alguien y no sé a quien acudir. Tú te ofreciste a ser mi amigaM: Claro, y te lo dije en serioPaula: Por eso estoy aquí... Tengo un grave problemaM: ¿Es el causante de esas ojeras?Paula: SíM: Soy toda oídosPaula: Llevo... como una semana durmiendo fatal... y cada día que pasa duermo peorM: Pero si eres una marmotillaPaula: Raro que algo me quite a mi el sueño, ¿verdad? Pues así es, no duermo nada

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M: ¿Y a que se debe? ¿Qué es eso que te perturba el sueño?Paula: Eso es lo peor... que no entiendo porque estoy asíM: ¿Me estás diciendo que no tienes motivos para estar así? ¿Qué piensas que es patológico?Paula: No... hay un motivo por el que no duermo... pero no entiendo porqueM: Explícate mejorPaula: ¿Por donde empiezo? A ver... (Se cogió la cabeza con ambas manos hundiendo los dedos en su pelo) El día que me dieron el alta... cuando tú y yo...M: Sé de que día me hablasPaula: Pues ese día... oí una conversación entre Lucía y JessM: ¿Una conversación?Paula: (Frotaba sus manos de manera nerviosa) Sí... sé que está feo, pero la oí... no era mi intención... pero estaban hablando de mí... y me picó la curiosidad...M: ¿Y que decían?Paula: Por lo que decían es por lo que no duermo... Al parecer... dios... Luci lleva una eternidad enamorada de míM: ¡¡¿Luci?!!Paula: Luci... Le he dado muchas vueltas... Es que no sé como... como ha podido soportarlo... como han debido de ser todos estos años para ella... tan cerca de mí...M: ¿Nunca le habías notado nada?Paula: Una vez me besó... pero de eso hace... diecisiete años. (Se levantó y andaba arriba y abajo delante de Maca que la seguía con la mirada)M: ¿Crees que ya estaba enamorada de ti hace diecisiete años?Paula: No tengo ni idea... pero si es así... que idiota he sidoM: ¿Idiota por qué?Paula: Por no darme cuenta antes... no me la puedo sacar de la cabeza... cierro los ojos y solo la veo a ella... incluso a veces la veo con los ojos abiertos... no hago más que pensar en ella... hemos vivido tantas cosas juntas... (Se quedó quieta delante de Maca) Dentro de unos días me dan la llave del apartamento nuevoM: Por finPaula: No... por fin no... (Se agachó quedando a su altura) No quiero irme... quiero quedarme con ella...M: Entonces te has equivocado de persona... esto se lo tendrías que estar contando a ellaPaula: ¿Y si me estoy equivocando?M: Paula, mírate... mira dentro de ti... escucha todo lo que me estás diciendoPaula: Jodeeeeeerr... esto es horrible. (Se levantó y empezó a andar de nuevo)M: ¿El que es horrible?Paula: Estar enamoradaM: No digas tonterías... estar enamorada es maravilloso... y si es verdad que te has enamorado de Luci... es más maravilloso aúnPaula: (Se paró a mirarla) ¿A sí?M: Claro. (Se levantó y se puso frente a ella) Porque si Esther te ve feliz... a lo mejor incluso me perdonaPaula: (Le acarició la mejilla) Pobrecita Maca... que Esther está enfadada con ella... Eso lo tenemos que arreglar, si señor... eso lo arreglamos entre todas... La quieres mucho, ¿verdad?M: ¿Recuerdas que me preguntaste que era para mí el amor? (Paula asentía) Pues te lo podría haber dicho con una sola palabra... Para mí el amor, es Esther... (Paula se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla) Venga. Corre, vete a casa, que hoy es viernes y Luci llega antes

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Paula: (La abrazó un instante) GraciasM: Gracias a ti

Maca se quedó tumbada en el sofá y sonreía pensando en lo que le había contado Paula. Se alegraba mucho por ella, la quería mucho y le gustaba verla tan ilusionada. Por otro lado pensaba en Esther y en la posibilidad de poder estar con ella si se enteraba de esto. Con una alegría que hacía días que no sentía se encaminó a la ducha deseando llegar ya al hospital y encontrarse con ella

Paula entró en casa y despacio fue hasta el salón, esperaba encontrar allí a Lucía pero no fue así. Luego fue a la cocina y también la encontró vacía. Se acercó a la habitación y asomando ligeramente la cabeza la vio allí, tumbada en la cama, con los ojos cerrados. Poco a poco se acercó a ella y una sonrisa se iba dibujando en su cara. Se sentó a su lado y al notar esta el movimiento de la cama Lucía abrió los ojos

Lucía: HolaPaula: Hola. ¿Qué haces a estas horas en a cama?Lucía: He llegado con un dolor de cabeza horrible y lo primero que he hecho al entrar en casa ha sido tomarme algo y de cabeza a la camaPaula: ¿Ya estás mejor?Lucía: Sí, ya se me va pasandoPaula: (Puso su mano derecha en la frente de Lucía unos segundos y luego, hundiendo los dedos en su pelo lo acariciaba) ¿Tienes hambre?Lucía: Un pocoPaula: (Seguía acariciándole el pelo y habló casi en un susurró) Que suave. (Lucía la miraba extrañada, no entendía muy bien su actitud. Entonces Paula abandonó su pelo para bajar con el dedo índice por su cuello. Se inclinó sobre ella y aspiró profundamente) Que bien huelesLucía: (Puso las manos en los hombros de Paula y la apartó un poco) ¿Qué estás haciendo?Paula: ¿Tú que crees?Lucía: Así no... No quiero ser el paño de lágrimas de nadie... y menos el tuyoPaula: ¿Pero que dices?Lucía: Que si lo que quieres es olvidar a Maca te vas esta noche por ahí y te lo haces con la primera que pasePaula: No digas tonterías. No necesito olvidar a Maca, es más, creo que nunca he estado enamorada de ellaLucía: ¿Qué es lo que buscas entonces?Paula: A ti... te busco a ti... porque de ti si creo que no me voy a olvidar nuncaLucía: (Sus ojos reflejaban ya esas lágrimas que querían salir) Repíteme esoPaula: ¿Con las mismas palabras?Lucía: Con las que tú quierasPaula: Vale... Llevo una semana sin dormir pensando en tiLucía: ¿Por qué ahora?Paula: He estado ciega todos estos años... no me daba cuenta de lo que tenía delante de mí... pero ahora sí... por fin he abierto los ojos... y ahí estabas tú... siempre túLucía: Pellízcame. (Paula le dio un pequeño pellizco sonriendo) ¡¡¡Auuu!!!... eres real... (Las lágrimas ya inundaban sus mejillas) no eres uno de mis sueñosPaula: ¿Sueñas conmigo?

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Lucía: Todos los días desde la primera vez que te viPaula: ¿Y a que esperabas para decírmelo?Lucía: Lo intenté una vez... y me hiciste prometer que no lo haría másPaula: Dímelo ahoraLucía: (Comenzó a sollozar levemente) Te quiero... te quiero... desde la primera vez que te vi... llevo soñando con esto tantos años... pellízcame otra vez, por favor. (La volvía a pellizcar) ¡¡¡Auuuu!!!... dulce dolor que me lleva a ver que eres realPaula: Yo también te quiero... (Levantó un dedo en señal de aviso) y no te voy a pellizcar más... prefiero hacerte sentir otras cosas

Se acercó a ella con calma y comenzó a darle pequeños y dulces besos, primero en la boca, luego recorriendo el camino que habían dejado las lágrimas, después pasó por sus ojos, bajó por su nariz para regresar a su boca y luego se separó un poco para mirarla

Paula: ¿Te vas a quedar así, inmóvil?Lucía: Entiéndeme... todavía lo estoy asimilandoPaula: Pues tú sigue asimilándolo que yo sigo con lo mío

Comenzó a besarla por el cuello, muy suavemente. Lucía se estremecía con cada beso y Paula sonreía feliz al notarlo. Fue bajando hacia su escote muy despacio, sin dejar de besar ni un centímetro de la piel por donde iba pasando y al llegar al primer botón del pijama lo desabrochó y sonrió al comprobar que no llevaba sujetador. Con la punta de la lengua empezó a recorrer su canalillo hasta que Lucía le cogió la cabeza con ambas manos y se la levantó para que la mirara

Lucía: Ya está... (Respiraba aceleradamente) Ya lo tengo asimilado

Y abalanzándose sobre ella la hizo caer tumbada sobre la cama. Comenzó a besarla de manera descontrolada, dejando salir las ganas acumuladas durante tanto tiempo

Maca llegó al hospital puntual, con una leve sonrisa que reflejaba la ilusión que había revivido en ella después de hablar con Paula. Fue a los vestuarios a dejar sus cosas en la taquilla y al salir de allí vio a Esther de lejos. Se quedó mirándola y sintió mil mariposas revoloteando en su estomago. La veía a través del cristal atendiendo a un paciente con Laura y cada vez que sonreía por algún comentario, sin darse cuenta ella también sonreía

Pensó que podría pasarse horas mirándola y no se cansaría de hacerlo, y permaneció allí, inmóvil, sin apartar la vista de ella, hasta que en una ocasión sus miradas se cruzaron y Esther se puso seria de repente. No pudo evitar entristecer y agachando la cabeza empezó a andar por el pasillo huyendo de aquella mirada de reproche

Las horas pasaban, y en casa de Lucía, ella y Paula permanecían tumbadas en la cama, de lado, mirándose, sin decir nada, solo sonreían levemente. Paula cogió una mano de Lucía, la acercó a su boca y después de darle un beso la dejó sobre la almohada, entrelazada con las suyas. Entonces Lucía levantó un poco la mano que le quedaba libre y apartando un mechón de pelo que le caía a Paula sobre su rostro se lo puso detrás de la oreja acariciándole la mejilla en su camino de regreso

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Paula: Te quieroLucía: Dímelo otra vezPaula: Te quieroLucía: OtraPaula: Te quiero... te quiero... (Comenzó a besarla y se lo repetía entre beso y beso) te quiero... te quiero... te quiero... te quiero... te quieroLucía: Ooohhhh, mi amor. (La abrazó fuerte y empezó a besarle el cuello)Paula: Cariño, son las seis... Vamos a tener que comer algoLucía: No... (La tumbó boca arriba y se puso encima de ella) estoy a régimenPaula: ¿A régimen?Lucía: Sí... un régimen muy estricto en el que solo puedo comerte a ti. (Comenzó a darle mordisquitos en el cuello)Paula: Jajajajaja... vale, ya veoLucía: (Levantó la cabeza un poco) Es un buen régimen, te lo aseguroPaula: No lo dudo, y... me encanta ser tu único plato... pero en serio... (Poniendo morritos) tengo hambreLucía: Está bien... no te muevas de aquí. (Se levantó de la cama y salió de la habitación. Unos minutos después regresaba con un plato en la mano)Paula: ¿Qué me traes?Lucía: Voila... (Poniendo el plato delante de ella) lasañaPaula: ¡¡Lasaña!! Mmmmmm, que ricoLucía: Si te la comes toda no hace falta que cenesPaula: Solo voy a comer un poco, tengo que cenarLucía: ¿Cómo que tienes que cenar?Paula: Sí, he quedado con EstherLucía: ¿Te vas a cenar con tu hermana? Jooooo. (Con voz de niña pequeña) ¿Y me vas a dejar solita hoy?Paula: Cariño, tengo que hablar con ellaLucía: ¿Qué tripa se le ha roto ahora?Paula: ¿Recuerdas que te dije que algo le pasaba?Lucía: Sí, claroPaula: Pues averigüé lo que le pasa, y le tengo que echar un cable. No te lo he contado antes pero... ella y Maca se han enamoradoLucía: ¡¡¡¿Qué?!!!Paula: Lo que oyesLucía: Espera que no sé si te he entendido bien... ¿tu hermana se ha enamorado de Maca?Paula: SíLucía: (Se dejó caer sobre la cama) Esto es la lechePaula: Ya vesLucía: (Se puso de lado e incorporándose un poco apoyó un codo en la cama) Pero ella no...Paula: No, que va... Me estuvo contando algunas cosas y solo me habló de hombres... Con lo bien que le habría venido hablar conmigoLucía: Y no podía hacerlo porque Maca era tu noviaPaula: ImagínateLucía: Pobre EstherPaula: Lo está pasando fatal... No quiere saber nada de ella... supongo que por no herirme a mí... pero esto lo cambia todoLucía: ¿Y dices que Maca también quiere a Esther?

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Paula: Por eso lo dejamosLucía: ¡¡No jodas!!Paula: Sí, fue por eso. Porque me entere que quería a Esther... Primero deduje que Esther quería a Maca... luego me enteré que Maca también la quería a ella... y unas horas después me enteré de que tú me querías a mí... (Se acercó a ella y le dio un beso)Lucía: ¿Cómo fue eso?Paula: No te enfades conmigo pero... os oí hablando a Jess y a ti aquí, en tu cuartoLucía: ¡¡¿Nos oíste?!!Paula: Sí, y... fue como si hubiese llevado una venda en los ojos y al oírlo hizo que esta desaparecieraLucía: ¿Tú estás segura de que me quieres?... Igual saber que yo te quiero te ha confundidoPaula: Claro que estoy segura... Lo he pensado mucho... No he hecho otra cosa esta semana... Todos estos días, aquí, sola en casa, he tenido mucho tiempo para pensar... y tengo las cosas muy clarasLucía: ¿Seguro?Paula: ¿Por qué te empeñas en dudar de lo que te digo?Lucía: Han sido muchos años deseando oírtelo decirPaula: Pues se acabó la espera... y es verdad, no me cansaré de decírtelo... te quiero

A las diez menos cuarto Paula llegó al hospital y fue directa al mostrador

Paula: Buenas nochesT: (Mirándola por encima de sus gafas) Buenas nochesPaula: Perdone, ¿sabe si Esther ya ha salido?T: Ya decía yo que me sonaba tu cara. Eres la hermana de EstherPaula: Sí señoraT: ¿Y como estás? ¿Ya te has recuperado?Paula: Pues sí. Estoy muy bienT: Que suerte hija, porque mira que esto de las operaciones es delicado. Solo con que se te infecte un punto, ¡ala! te da más guerra que la operaciónPaula: Perdone pero...T: Como me alegro de que estés bien. Seguro que si...Paula: (Cortándola) Perdone, estoy buscando a EstherT: Hay hija, perdona tú, es que ya no sabía ni que me habías preguntadoPaula: ¿Y que? ¿Ya ha salido?T: Yo no la he visto salir. (Miró la hora) Pero no debe de tardar, además esto hoy está muy tranquilo. (Le cogía un brazo mientras hablaba con ella) Es raro un viernes por la noche ¿sabes? Pero la verdad es que está muy tranquilito hoy. Luego, más tarde, seguro que empiezan a llegar de algún accidente y lo típico de las noches de marcha. Si es que estos jóvenes. Mira... el otro día...M: (Aparecía por la puerta vestida de calle y al ver a Paula fue directamente a saludarla) ¡¡Paula!! ¿Cómo tú por aquí?Paula: (Cogió a Maca de un brazo y se apartaron a un lado) Gracias a dios que has llegado, te debo la vida, esta mujer es una pesadillaM: Si te llega a oír Esther, con lo que la quierePaula: Que horror, por diosM: Bueno pero, ¿qué haces aquí?

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Paula: He quedado con Esther, vamos a cenar juntas. Intentaré hablar con ella a ver si consigo que me cuente algoM: GraciasPaula: Es un placerM: ¿Y con Luci? (Paula le sonrió y levantó las cejas) ¿Sí?Paula: SiiiiiiiM: Enhorabuena. Me alegro mucho por ti, (La abrazó) bueno, por vosotras, pero por ti másPaula: Y por tiM: Bueno, eso también. (Vieron a Esther que se acercaba a ellas) Yo mejor me voyPaula: (Cogiéndola de un brazo) No, esperaE: Hola Paula. (Le dio dos besos a su hermana y las tres se miraban sin saber muy bien que decir)Paula: ¿Ya estás lista?E: Sí, cuando quieras nos vamosPaula: Maca, mañana te llamo y ya te digoM: Vale... Pasadlo bien. (Miró a Esther por última vez y se fue)Paula: ¿Nos vamos?

Salieron del hospital, subieron al coche de Paula y sin decir apenas nada en todo el trayecto llegaron al restaurante. Una vez sentadas y con calma, Paula comenzó la que iba a ser una larga conversación

Paula: Estás muy seria, no me gusta verte asíE: Al contrario que tú. Estás exultantePaula: Tengo motivos para elloE: ¿Vas a volver con Maca?Paula: ¿Con Maca? ¿Qué te hace pensar eso?No sé... antes os he visto ahí, con buen rollito, y he pensado...Paula: Pues no, no voy a volver con ellaE: Entonces, ¿a qué se debe que estés así?Paula: Me he enamorado Esther... pero de esa manera de la que hablamos... a lo grande... Bueno no... de esa manera no... es diferente... no sé... pero es maravilloso, te lo aseguroE: ¿Y de quien? Si se puede saberPaula: De LuciE: ¡¡¿De Luci?!!Paula: SíE: Pero... ¿de Luci... Luci?Paula: Sí, de LuciE: Me estás tomando el peloPaula: Que no Esther, que va en serioE: ¿Y que vas a hacer?Paula: (Ponía cara de pillina) Que he hecho, o mejor dicho, “que hemos hecho”E: ¡¡¿Lo habéis hecho?!! (Paula asentía) ¡¡¿Luci y tú?!!Paula: Sí... y soy feliz Esther... Me quiere... y yo a ellaE: Me alegro mucho por ti. (Se sentía feliz por ella, pero no podía evitar tener la mirada triste)Paula: Esther... (Le cogió una mano sobre la mesa y se la apretó) ¿Me vas a contar lo que te pasa?

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E: Entonces... (Miró fijamente a su hermana) ¿Ya no te afecta lo que haga o deje de hacer Maca?Paula: Claro que me afecta... Maca ahora es mi amiga... y quiero verla feliz... igual que a tiE: (Seguía mirándola) Lo sabes, ¿verdad? (Paula asentía levemente) ¿Desde cuando?Paula: Supongo que me fui dando cuenta poco a pocoE: Has debido de odiarmePaula: Tanto como odiarte... pues no... pero no te negaré que en algún momento estuve muy enfadada contigoE: Yo no sabía que Maca estaba contigoPaula: Eso ahora no importa... Ahora lo único que importa es que las dos lo estáis pasando fatal... y tú puedes arreglarloE: Pero...Paula: ¿Qué pasa?... ¿te cuesta aceptarlo?E: No lo sé... en el fondo... tenerte a ti en medio... me servía de excusa para alejarme de ella... pero ahora... me asusta bastantePaula: Vamos a hacer una cosa... Cierra los ojos... (Esther le hacía caso y los cerraba) ¿Qué ves?E: (Dos pequeñas lágrimas asomaban a sus ojos) A MacaPaula: ¿Qué hace?E: Sonríe. (Después de decir esto se mordió el labio inferior)Paula: Está guapa, ¿eh?E: (Por fin sonreía) SiiiPaula: Bicho... abre los ojos... (Esther la miraba y sonreían) ¿Te gusta verla sonreír? (Cómo respuesta Esther sonrió más) Pues en tu mano está que lo haga... ¿Qué te importa más?... ¿Tu felicidad y la de ella?... ¿o la del resto de la gente?... Olvídate de los demás Esther... haz caso a tu corazónE: Vale... haré caso a mi corazónPaula: Y ahora, ¿cenamos?E: ¿Te importa cenar sola? Tengo que hacer algo urgentePaula: ¿Cenar sola?... ¿Y mi niña esperándome en casa?... Te llevo y me voy a cenar con ella

De camino a casa de Maca no dejaron de contarse cosas y reían sin parar. Paula estaba feliz de ver a Esther con aquella actitud, al final parecía que las cosas tenían solución. Detuvo el coche justo delante de la puerta del edificio y Esther la miraba nerviosa

Paula: ¿Cómo estás?E: Bufffffffff... fatalPaula: ¿Algún consejito?... (Sonreía de manera un tanto burlona) ¿Necesitas que te explique algo?... ¿O crees que te apañarás tu sola?E: Bueno... (Movía la cabeza levemente hacia los lados) creo que me apañaré yo solaPaula: ¿Sabes de que me he acordado?E: ¿De que?Paula: De cuando salías con aquel chico... (Pensaba) ¿Cómo se llamaba?E: No sé de quien me hablasPaula: Aquel chaval del pelo rizado, con gafas...E: ¿Pablo?Paula: Eso es. Pablo... Me preguntabas cosas y yo no sabía muy bien que decirteE: Nunca lo había pensado... Estabas más verde que yo con los chicos

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Paula: Ya ves... (Se miraban un momento mientras sonreían, sin decir nada)E: Bueno...Paula: Bueno...E: Gracias por todo... por ser como eres... por estar ahí...Paula: Me vas a hacer llorarE: Ni se te ocurra. (Se abrazaron muy fuerte durante unos instantes. Recordó lo que le había dicho Paula a Maca antes) Mañana te llamo... y ya te digoPaula: Jajajajaja... anda veE: (Le dio un beso) Deséame suertePaula: (Le sonrió y le guiñó un ojo) Suerte

Esther bajó del coche y se acercó al portal. Mientras repasaba los timbres con un dedo buscando el nombre de Maca se dio cuenta que su mano temblaba, en realidad, todo su cuerpo temblaba. Juntó sus manos con fuerza para detener aquel temblor y siguió buscando con la mirada, pero las lágrimas que había en ellos le dificultaban la labor. Entonces escuchó la voz de Paula que la llamaba

Paula: ESTHEEERRR... (Esther se dio la vuelta a mirarla) Cuarto CE: Gracias. (Pulsó el timbre con decisión y esperó respuesta)M: ¿Sí? ¿Quién es?E: (Tardó un par de segundos en responder) Maca... soy yo... EstherM: (Apretó el telefonillo contra su pecho con fuerza y después de unos segundos abrió) Sube

Esther empujó la puerta y una vez dentro del portal le dijo adiós a Paula con una mano y le lanzó un beso. Cuando salió del ascensor Maca la esperaba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Esther se acercó a ella despacio

E: Hola MacaM: HolaE: ¿Puedo pasar?M: Claro. (Se apartó un poco dejándole paso) Pasa

Maca comenzó a andar hacia el salón y Esther la seguía mientras iba mirando las cosas con disimulo. Una vez en este Maca se acercó a coger el mando de la tele, la apagó y después de dejarlo de nuevo en su sitio, con un gesto de la mano, le indicó a Esther que se sentara en el sofá

M: Habéis cenado muy rápidoE: No hemos cenadoM: ¿Y eso?E: Tenía algo importante que hacerM: (Aquello le provocó una sonrisa) Yo iba a cenar ahora... Hacía días que no cocinaba nada... pero mira por donde hoy me apetecía... Si quieres cenar conmigo... podemos repartirnos lo que hayE: ValeM: ¿Me ayudas?E: Claro

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Fueron hacia la cocina y sobre la encimera había un plato con pasta y en otro un filete. Maca sacó otro plato y puso la mitad de la pasta en el e hizo lo mismo con la mitad del filete

M: Ya está... (Le tendió el plato) Toma

Esther cogió el plato y lo volvió a dejar sobre la encimera. Se acercó a Maca, puso las manos en su cintura y poco a poco las fue deslizando por esta hasta que se encontraron en su espalda. Entonces pegó su pecho al de ella y la abrazó con fuerza. Hundió la cara en su cuello y dejó un par de suaves besos en él

E: Lo siento... Siento haberte tratado así... Siento haberte dicho que preferiría no haberte conocido... conocerte es lo mejor que me ha pasado nunca

Maca apartó los platos con la cena a un lado y cogiendo a Esther por la cintura la sentó sobre la encimera. La miró a los ojos unos segundos y luego, pegó la cara al pecho de ella y la abrazó. Esther la rodeo con brazos y piernas y dejaba besos en su pelo mientras sonreía

M: Esther... mi EstherE: Maca. (La cogió por la barbilla y le levantó ligeramente la cara) Déjame que te mire. (Maca sonrío) Me encanta verte sonreír... lo daría todo por una sonrisa tuyaM: (Se acercó un poco rozando su nariz con la de ella) Voy a besarteE: (Sus bocas estaban tan cerca la una de la otra que sus alientos se mezclaban)Lo estoy deseando

Y dicho esto acercaron más sus bocas sin apenas mover los labios, simplemente se rozaban, apenas un leve roce que estaba consiguiendo que sus respiraciones se aceleraran. Sus labios ardían, y la leve humedad habida en estos no conseguía calmar el calor que desprendían

Pronto Maca no pudo soportarlo más y con un ligero movimiento beso los labios de Esther. Ella le respondió con otro beso y ya no pudieron parar. Los besos se sucedían sin descanso, se abrasaban con cada uno de ellos y entonces Maca entreabrió más los labios para atrapar los de Esther e intentar saciar lo que estos le pedían

La lucha seguía, sus bocas cada vez se abrían más y sus lenguas se buscaban con la fuerza del río cuando baja en torrente buscando el mar, y al encontrarse batallaban como el río batalla con las olas al llegar por fin a su destino

Pronto no bastó el movimiento de sus bocas para saciar su necesidad, y Maca comenzó a recorrer la espalda de Esther con ambas manos mientras esta la cogía por la nuca para atraerla más hacia si e impedir que se separara ni un milímetro de ella

La cosa se estaba complicando, sus cuerpos cada vez pedían más, y Maca no quería precipitarse. Deseaba a Esther con todas sus fuerzas, pero quería hacer las cosas bien, así que poco a poco, bajó la intensidad de los besos y como pudo se separó un poco de ella, lo justo para poder mirarla. Le sonrió y luego pegó su frente a la de ella

M: Te quiero... y es inevitable

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E: Pues ya somos dos. (La abrazó y se dejó envolver por la calma que le brindaban los brazos de Maca)M: ¿Puedes explicarme como se puede querer tanto a alguien?E: No lo sé... pero se puede... (Se separó un poco de ella para mirarla y luego miró los platos que había a su lado) Se enfría la cenaM: ¿Tienes hambre?E: Un pocoM: Pues vamos a cenar

Se dieron un último beso y se sentaron a cenar en la mesa de la cocina. Pasaron toda la cena sonriendo sin motivo aparente, sin hablar apenas nada y diciéndolo todo con sus miradas

Cuando hubieron terminado, Maca cogió a Esther de la mano y la llevó hasta el salón. Se sentó en el sofá y dio unas palmaditas a su lado para indicarle a Esther que se sentara allí. Cuando se hubo sentado Maca levantó un brazo para invitarla a reclinarse sobre ella, invitación que Esther aceptó gustosa. En esta posición podía oír el corazón de Maca y sonrió al comprobar con que celeridad latía

(Joan Manuel Serrat Noa - Es caprichoso el azar.mp3) (Play)

Maca cogió el mando de la minicadena y le dio al play. Comenzó a acariciar el pelo de Esther y unos segundos después, al terminar los típicos ruidos que hace el cd al colocarse en su sitio, una suave música de piano comenzaba a sonar

Fue sin querer... es caprichoso el azarNo te busqué... ni me viniste a buscar

M: Me encanta esta canción. (Esther la miraba y sonreía)

Tú estabas donde no tenías que estarY yo pasé... pasé sin querer pasar

M: Me hace pensar en ti. (Le dio un beso en la punta de la nariz)

Y me viste y te vi... entre la gente que...iba y venía con prisa en la tarde que anunciaba chaparrón

M: (Y le susurraba sobre la música) Tanto tiempo esperándote... (Esther se acercó a ella y le dio un beso)

Tanto tiempo esperándote...Fue sin querer... es caprichoso el azarNo te busqué... ni me viniste a buscar

Esther se levantó y se sentó a horcajadas sobre Maca y con un dedo, lentamente, como la música de aquel piano, acariciaba las facciones de su cara

Yo estaba donde no tenía que estarY pasaste tú... como sin querer pasar

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Pero prendió el azar... semáforos carmín,detuvo el autobús y el aguacero hasta que me miraste tú

Al llegar a su boca se detuvo un momento y Maca dejó un pequeño beso en su dedo

Tanto tiempo esperándote...Tanto tiempo esperándote...Fue sin querer... es caprichoso el azarNo te busqué... ni me viniste a buscar

E: Es preciosaM: No tanto como tú. (Y atrayéndola hacia ella comenzó a besarla de nuevo)

Esther se dejó caer tumbada en el sofá y miraba a Maca mientras le sonreía. Con cuidado de no hacerle daño, Maca se fue colocando encima de ella, apoyando los codos en el sofá para no descargar todo su peso sobre Esther. Con la mano derecha le apartaba ligeramente un mechón de pelo

M: Se está haciendo tarde, ¿trabajas mañana?E: No. El domingo por la noche. ¿Y tú?M: El domingo por la tardeE: Entonces no tenemos que madrugar mañana ninguna de las dosM: No... Esther... (Dudó por un momento si pedírselo o no, pero le apetecía tanto que no se pudo resistir) Quédate esta noche conmigoE: Maca... (Aquella petición la dejó sin palabras. Por supuesto que quería quedarse con ella, pero no sabía si estaba preparada para ello) Yo...M: Ssshhhhh... (Con un dedo sello sus labios para que no siguiera hablando) Solo quiero pasar la noche abrazada a ti, tenerte cerca, estar tan cerca de ti como tú me permitas estar... ¿Qué me dices?

Esther lo pensó un par de segundos y al tiempo que sonreía asintió. Maca le dio un beso y luego se levantó con cuidado, le tendió una mano para ayudarla a levantarse y fueron hasta la habitación. Al llegar allí, Maca sacó un pijama limpio de un cajón y se lo dio a Esther. Señaló una puerta que había dentro de la habitación

M: Métete tú en este baño y yo iré al otro

Y sin más dilación salió de la habitación. Esther se quedó mirando el pijama que tenía en sus manos y sin pensarlo se acercó al cajón de donde lo había sacado Maca anteriormente y separando el pantalón de la camisa dejó este primero de nuevo allí. Rápido se metió en el baño y un par de minutos después salió y se metió en la cama

Al momento regresaba Maca con una camiseta que le cubría hasta las caderas y también sin pantalón. Al verla Esther, sonrió. Maca se metió en la cama a su lado, muy cerca de ella, pero sin llegar a tocarse. Se miraban y sonreían

M: Que poco habladoras estamos hoyE: Deben de ser los nerviosM: ¿Estás nerviosa?E: Bastante... ¿Y tú?

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M: Un poco... No pasa nada Esther... Solo dejemos que las cosas vayan a su ritmo

Esther se acercó más a ella, la rodeó con un brazo y le dio un beso. Entonces Maca puso su mano en la cintura de Esther e inevitablemente sus piernas se rozaron. Cuando Maca notó que Esther tampoco llevaba pantalón sonrió al mismo tiempo que lo hacía ella, sabiendo perfectamente que había provocado esa sonrisa

Poco a poco Maca entrelazó sus piernas con las de Esther y acercándose más a ella hundió la cara en su cuello quedando sus cuerpos completamente pegados. Una sensación de paz, de calma, de tranquilidad, la invadió por completo al saberse allí, entre los brazos de la mujer que poco a poco le había ido robando el corazón

Estuvieron así durante unos minutos en los que Maca permanecía inmóvil y Esther lo único que hacía era acariciar su pelo y dejar un beso en el de vez en cuando. Pasados estos minutos Esther pensó que Maca se había dormido y estirando el brazo como pudo, apagó la luz

M: No. (Se incorporó un poco y la volvió a encender) Así no puedo verteE: Pensé que dormíasM: ¿Dormir?... no sé si podré dormir hoyE: Como estabas tan quietecitaM: Solo disfrutaba del calor de tu cuerpo, del abrigo de tus brazosE: Ven. (Abrió los brazos para que Maca volviera a su anterior posición, y así lo hizo) Háblame... dime algo... lo que sea... sino voy a pensar de nuevo que te has dormidoM: Te quieroE: (Al oír estas palabras la abrazó más fuerte) Yo también te quiero

Maca levantó un poco la cabeza para poder mirar a Esther sin permitir que sus cuerpos se separaran mucho y poco a poco se acercó a sus labios y la beso muy dulcemente. Se quedaron así, quietas, con sus labios rozándose, sus frentes pegadas y no podían evitar besarse de vez en cuando. Eran besos dulces, tiernos, suaves, besos que solo servían para expresar mínimamente lo que estaban sintiendo

Y así, muy cerca una de la otra, poco a poco y sin darse apenas cuenta, se fueron quedando dormidas

Cuando los rayos de sol que se colaban tímidamente por la ventana inundaron de luz la habitación, Maca despertó. Recordaba vagamente haber apagado ella misma la luz la noche anterior para poder descansar mejor, y la claridad que ahora había anunciaba el fin del sueño. Poco a poco abrió los ojos y solo pudo ver el pelo de Esther

Se separó de ella para ampliar su campo de visión, pero en cuanto Esther sintió el vacío en su espalda se dio la vuelta y se abrazó a ella. Maca no pudo evitar sonreír

M: “Mírala que mona... (Se mordió el labio inferior mirándola) Con lo que le ha costado... y ahora ni dormida me puedo separar de ella”

Intentó separarse de ella de nuevo, pero al notarlo Esther la abrazó más fuerte

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M: Esther... (Apenas susurraba. En el fondo no quería despertarla) Cariño...E: Mmmhhm... (Se movió un poco acoplándose más a su cuerpo)M: “Y dale” (Sonreía ya casi resignada) Esther... yo tampoco me quiero despegar de ti... pero necesito ir al cuarto de bañoE: Mmhhmmm... (Abrió un poco los ojos y después de decir algo inteligible se separó un poco de ella)M: Vuelvo enseguida

Y así fue. En un par de minutos estaba de nuevo en la cama, junto a Esther, que al sentirla cerca, de nuevo se volvió a abrazar a ella recostando la cabeza sobre su pecho

M: Veo que no me vas a dejar escapar fácilmenteE: (Entornó los ojos y levantó un poco la cabeza para mirarla) ¿Quieres escaparte?M: Nunca

Esther volvió a recostar la cabeza en su pecho y no tardó mucho en quedarse dormida de nuevo. Maca no podía dormir más, prefería disfrutar del placer que para ella suponía tenerla así, entre sus brazos

Permaneció quieta, en silencio por miedo a despertarla, hasta pasada más de una hora, y entonces, aprovechando un movimiento de Esther, se separó de ella y se levantó. Se quedó mirándola un par de minutos agachada junto a la cama, y cuando comprobó que sin ella también podía dormir, salió de la habitación sonriendo, mientras susurraba

M: Me da a mi que esta es más marmotilla que la otra

Se dirigió a la cocina y haciendo el mínimo ruido posible, preparó el desayuno, lo puso en una bandeja, lo llevó a la habitación y lo dejó en una de las mesillas. Con cuidado de no despertarla se volvió a acostar a su lado y poco a poco se abrazó a ella

E: ¿Dónde estabas?M: Creí que ni te habías enterado... (Se acercó a ella y le dio un beso) Buenos díasE: Buenos díasM: Adivina donde estabaE: Mmmmm... Huele a tostadas y a café... ¿me has preparado el desayuno?M: Sí, ¿tienes hambre?E: Bastante. (Le dio un beso y salió disparada al cuarto de baño. Cuando regresó la bandeja con el desayuno estaba sobre la cama, exceptuando el café y el zumo, que estaban en la mesilla) Vamos a llenar la cama de migasM: No importa, luego lo limpiamos. Me apetece desayunar en la cama contigoE: (Con cuidado se sentó en la cama, a su lado) ¿Acostumbras a desayunar en la cama?M: Pues... ahora que lo pienso... nunca había desayunado en la camaE: ¿Nunca le habías llevado antes el desayuno a la cama a nadie?M: No, es la primera vez. (Esther le sonrió y empezaron a desayunar) ¿Tenías algún plan para hoy?E: Uhhmm... (Esperó a tener la boca vacía para hablar) Había quedado con unas amigas para esta tarde, (Cogió el zumo y después de beber un poco lo dejó de nuevo en la mesilla) pero las llamo y les digo que ya quedamos otro día, no pasa nada. ¿Y tú?

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M: ¿Yo?... (Se inclinó un poco para acercarse a ella) yo voy a pasar el día con la enfermera más guapa de todo Madrid... si ella quiere, claro. (Y dicho esto le dio un mordisco a la tostada de Esther)E: ¡¡¡Eeeiiiii!!! (Le dio un ligero manotazo) Esa tostada es míaM: (Ponía cara de pena) Es que la tuya sabe mejorE: ¿Cómo va a saber mejor si son iguales?M: Es verdad. Mira, (Le ofrecía su tostada) prueba tú y verásE: (Le dio un mordisco y lo saboreo) No sé. (Dio un mordisco a la suya) A mi me saben igualM: A ver. (Dio un mordisco a su tostada y ponía mala cara mientras la saboreaba) Dame. (Esther le acercó su tostada para que la mordiera) Mmmmmm... sabe mucho mejor cuando me la das túE: (Sonreía) Ah ¿sí?M: Uuhhmmm...E: ¿Pasará lo mismo con las magdalenas? (Cogió una magdalena y después de quitarle el papel se la ofreció a Maca)M: No sé. (Dio un bocado de magdalena) ¡¡¡Mmmmmm!!! (Ponía cara de placer mientras la magdalena se deshacía en su boca) La mejor magdalena de mi vida. (Se giró un momento hacia la mesilla y terminó su zumo)E: Jajajajaja... Pero que payasa eresM: (De nuevo miró a Esther y se puso algo seria) No estoy hablando en broma Esther... viniendo de ti, todo me parece mejor...

Esther dejó la magdalena restante en la bandeja, se acercó a ella y sin pensarlo atrapó los labios de Maca entre los suyos. Poco a poco fue reclinándola, hasta que quedaron tumbadas sobre la cama, se separó un poco de ella y la miraba yendo de sus ojos a su boca, sin saber donde detenerse

M: Ya no podía soportar verte todos los días en el hospital y no decirte apenas nadaE: Ni yo

De repente Esther se incorporó quedando sentada en la cama, se puso muy seria y no decía nada, solo pensaba. Maca empezaba a preocuparse, no sabía que le había pasado

M: Esther... (Le acariciaba un brazo mientras le hablaba) ¿Qué pasa?... ¿He dicho algo malo?E: Sí... Bueno, no... tú no... (Seguía pensando) No puede ser... Maldita sea. (Se levantó de la cama y se encerró en el cuarto de baño)M: Esther... (Se levantó de la cama y golpeaba ligeramente la puerta, pero no se atrevió a abrirla) ¿Qué te pasa?E: (Se oía su voz a través de la puerta) No pasa nada Maca, pero tengo que hacer algo urgente. (En apenas un minuto salía del baño vestida) Tengo que irmeM: ¿Pero a donde vas?E: Vuelvo lo más rápido posibleM: (La cogió de un brazo para detenerla) Pero Esther, dime por lo menos a donde vas. ¿Quieres que te lleve? ¿Qué vaya contigo?E: No es necesario. (Le dio un beso) No te me escapes, vuelvo enseguida. (Y rápido salió de la habitación)M: (Fue tras ella hasta la puerta, pero cuando Esther la cerró, se dio por vencida. Apoyó las manos y la frente en esta mientras buscaba una explicación a lo sucedido) Esther...

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Veinte minutos después Esther llegaba al hospital y fue directamente al mostrador

E: Hola Carmen, buenos díasCarmen: Buenos días Esther. ¿Te pasa algo? ¿Adónde vas con esas prisas?E: ¿Está Cruz por ahí? Dime que está, por favor, dime que estáCarmen: Estar está, pero no sé dónde. Espera que te lo miroE: (Repiqueteaba en el mostrador con sus uñas mientras Carmen averiguaba donde estaba Cruz) ¿La encuentras?Carmen: Está en una operación en el quirófano dosE: Gracias Carmen

Se encaminó rápidamente a los quirófanos en busca de Cruz y por el camino suplicaba que no fuera demasiado tarde. Al llegar allí le preguntó a una enfermera que salía del quirófano y esta le dijo que Cruz ya estaba terminando. Se sentó a esperar y nerviosa no dejaba de mover manos y pies. Cuando salió del quirófano casi no la dejó dar ni un paso. Se puso delante de ella pero los nervios le impedían hablar

C: ¡Esther! ¿Qué haces aquí? ¿Ha pasado algo?E: Necesito hablar contigo Cruz. ¿Tienes cinco minutos?C: Claro, vamos a mi despacho

Fueron hacia el despacho de Cruz y por el camino esta miraba a Esther extrañada, no acertaba a adivinar que era aquello que la ponía tan nerviosa y que tenía que hablar con ella. Una vez allí Cruz se sentó y Esther, al otro lado de la mesa, apoyó las manos en esta y miró fijamente a Cruz

E: Por favor Cruz, dime que llego a tiempo de parar la solicitud de trasladoC: (Sonrió al entender a que se debían los nervios de Esther) ¿Ese es todo tu problema?E: ¿Te parece poco?C: (Un poco maliciosa decidió hacerla sufrir un poco) Hace diez días que presentaste la solicitud Esther, ¿de verdad crees que llegas a tiempo de pararla?E: Lo sabía. (Dio un ligero puñetazo a la mesa y abatida se dejó caer en la silla)C: Tendrías que haberlo pensado mejor Esther. Ya te dije que era una decisión precipitada, y que con el tiempo te podrías arrepentir de lo que habías hechoE: Tienes razón, pero en ese momento yo solo pensaba en una cosaC: En ver lo menos posible a Maca para poder sacártela de la cabezaE: ¿Cómo sabes que fue por eso?C: El día de la cena me pareció que algo estaba pasando entre Maca y tú... Que me pidieras que no fuese en la planta de pediatría, también ayudó un poco a confirmar mis sospechas... Dime... ¿qué o quien te ha hecho cambiar de opinión?E: La misma que me hizo tomarlaC: ¿Lo habéis hablado? (Sacó la solicitud de un cajón)E: No, no he hablado de esto con ella, ni siquiera sabe... (Calló en seco al ver el papel que le mostraba Cruz)C: Sí lo sabe... Yo se lo dije... Perdona que me entrometiera pero... tenía que hacer algo... y hablar con Maca fue lo único que se me ocurrióE: (Cogió la solicitud y con lágrimas en los ojos la leía para asegurarse de que era la suya) No la cursasteC: No

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E: ¿Por qué?C: Porque Maca así me lo pidió... Las dos estábamos convencidas de que cambiarías de opinión... Me estuvo hablando de ti Esther y te adora... yo pensé que hacía lo correctoE: Te arriesgaste... pero acertaste... te lo aseguro. (Las dos se levantaron de la silla y Cruz se acercó a darle un abrazo) Gracias Cruz... Me has salvado de cometer el que seguramente habría sido el peor error de mi vidaC: (Bromeó) Puro egoísmo, te lo aseguro. (Se separó un poco de ella) Me gusta operar contigo y no podía consentir que te fuerasE: Muchas gracias Cruz. (Cogió el papel y haciendo una pelota con el lo tiró a la papelera)C: ¿Me invitas a un café para agradecérmelo?E: Yo te invito a lo que quieras, pero otro día, ¿vale?C: ¿Tienes prisa?E: Maca me está esperando en su casa. He salido de allí de forma precipitada y debe de estar pensando que estoy loca, o algo asíC: ¡¡¿Estabas con Maca?!!E: Estoy con Maca. No se lo cuentes a nadie de momento, por favorC: Pero... ¿tu hermana?E: Ese problema se acabó, lo dejaron. Mi hermana se ha enamorado, como dice ella, (Abría los brazos para decir esto) a lo grande, y ni se acuerda de MacaC: Me alegro por vosotrasE: Bueno Cruz...C: Sí, ya, gracias y todo eso. Venga vete

Esther le dio un beso en la mejilla y se fue sonriente

Cuando Esther llegó al portal de Maca otro vecino salía de este en ese momento, por lo que no tuvo necesidad de llamar al timbre. Subió rápidamente y al llegar a la puerta del apartamento se quedó quieta pensando en ella, en que habría pensado al verla salir así y en como le explicaría lo sucedido. Llamó y mientras esperaba se puso sería, como molesta por algo

Al mirar Maca por la mirilla no le gustó lo que vio. Esther parecía triste, o incluso enfadada, así que sin saber que pasaba pero dispuesta a averiguarlo abrió

M: Has vuelto... (Se apartó un poco) Pasa. (Esther entró y una detrás de la otra fueron hasta el salón) ¿Me vas a contar ahora lo que pasa?E: ¿Tú le pediste a Cruz que parara mi solicitud de traslado?M: (Se quedó pensando un par de segundos antes de responder) Esther... yoE: ¿Se lo pediste?... Sí o noM: (Agachó un poco la mirada) Sí... sé que no tenía ningún derecho, pero...E: (Se acercó a ella y cogiéndole la cara con ambas manos se la levantó para que la mirara mientras le sonreía) ¿Por qué lo hiciste?M: Esperaba conseguir que cambiaras de opinión... No sabía si tú y yo llegaríamos a algo... pero solo pensar que no iba a verte...E: Te quiero tanto... y con cada cosa que haces o dices consigues que te quiera más aún... ¿qué me has hecho? (Y como si de un imán se tratara sus labios fueron atraídos por los de Maca hasta quedar pegados a estos. Se separó de ella solo lo justo para poder hablar) No podía más, me estaba volviendo loca... tenía que dejar de verte de la manera que fuese... y se me ocurrió...

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M: No pasa nada... ya está todo solucionado, ¿no?E: Sí, menos mal... Antes, cuando me he acordado de la solicitud... creí que me daba algo... ahora si que no podría dejar de verte. (Le dio un beso y se quedó mirándola unos segundos) Tengo que ir a mi casaM: ¿Y eso?E: (Separó un poco los brazos de su cuerpo) Mírame... Llevo la ropa de ayer. Una duchita... ropa limpia... Ya sabesM: ¿Te llevo?... y luego te invito a comer... ¿Sí?E: Me llevas... (Le dio un beso en el cuello y empezó a andar hacia la puerta) y luego ya veremos

Maca sonrió y echo a andar detrás de ella. Cuando llegaron al garaje, Esther vio que Maca iba decidida hacia la moto

E: ¿Me vas a llevar con la moto?M: Claro. Es más rápida y más fácil de aparcarE: E infinitamente más peligrosaM: ¿Te da miedo la moto?E: Un pocoM: Tú agárrate fuerte a mí y verás como no pasa nadaE: Si me puedo abrazar a ti, merecerá la pena pasar un poco de miedo

Durante todo el trayecto Esther fue completamente pegada a Maca. La proximidad de su cuerpo conseguía clamarle el miedo y el ligero frío que sentía. Al llegar, Esther agradeció el haber ido con la moto, en su barrio era bastante difícil aparcar y con la moto pudieron parar justo frente a su portal

Al bajar de la moto cogió a Maca de la mano y así entraron en el edificio. Aquel gesto, que para Esther había sido tan natural, que hizo de manera espontánea, sin pensarlo siquiera, consiguió erizar todos y cada uno de los poros de la piel de Maca, e incluso provocó un ligero temblor en sus piernas

Una vez estuvieron en el ascensor Esther se fue acercando a Maca y rodeándola con sus brazos la aprisionó contra la pared y estuvieron besándose hasta que se volvieron a abrir las puertas de este

E: Ven. (De nuevo la cogía de la mano y sin soltarla abrió la puerta) Bienvenida a mi casa

Cuando Maca atravesó el umbral de la puerta abrió los ojos como platos, nunca había imaginado que Esther viviese en un lugar así. Era un estudio bastante amplio. A la derecha de la entrada había una puerta que Maca dedujo sería la del baño, ya que todo lo demás quedaba a la vista y esta parecía la única puerta existente

Frente a ella, una pequeña cocina americana y a la izquierda de esta, tras un bonito biombo, en una zona elevada unos cincuenta centímetros más que el resto de la casa, pudo ver una cama enorme, por lo menos de dos por dos, pensó. Una vez dentro completamente se giró hacia su izquierda y vio en otro rincón una gran librería y frente a esta una pequeña mesa, y un sofá, que por la pinta que tenía debía de ser muy cómodo

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E: Pasa, no te quedes ahí plantada. (Cogió el casco de Maca y lo dejó junto con el suyo sobre la mesa de la cocina. Luego volvió a su lado y le señaló el sofá) Siéntate

Pero Maca parecía no escucharla y seguía examinando la casa con la mirada

M: Tu casa es preciosa Esther, me encantaE: ¿Sí? me alegro de que te guste. Cuando me instalé estaba hecha un desastre, pero poco a poco he conseguido que fuera como yo la veía en mi cabeza. No has visto lo mejor. (La volvió a coger de la mano) Ven conmigo

Pasaron entre el sofá y los escalones que llevaban a la cama y Esther soltó a Maca un instante para apartar unas cortinas dejando al descubierto un enorme ventanal que daba a la terraza. Abrió el ventanal y salieron al exterior. La terraza era casi tan grande como el estudio y casi la mitad de esta estaba cubierta

A un lado había dos tumbonas, una mesa con cuatro sillas y en una esquina, cuatro plantas que debían de estar maldiciendo el día en que cayeron en manos de Esther. Se asomaron a la barandilla y entonces y no antes fue cuando Maca se dio cuenta a la altura en la que se encontraban

En el ascensor no se dio cuenta de los números que había ni de cual había apretado Esther, estaba demasiado ocupada besándola, y mucho menos podía haber calculado el tiempo que tardaron en subir, ya que aquel trayecto se le hizo realmente corto

M: ¿En que piso estamos? Hay una vista espectacularE: Solo es un noveno, pero el edificio es antiguo y los techos son muy altosM: Es impresionanteE: Me voy a dar una ducha. (Le dio un beso) Estás en tu casa

Como única respuesta, Maca le sonrió. Esther entró en la casa y ella se quedó apoyada en la barandilla admirando la vista. En un momento dado sus ojos se dirigieron hacia las pobres plantas que parecían clamar “Agua, por favor, agua” Se acercó a ellas y las regó con una pequeña manguera que vio en una esquina

Luego entró en la casa y cerró el ventanal. Subió los tres escalones que llevaban a la cama y al pasar frente a una mesa en la que había un ordenador, acarició las teclas de este. Se acercó a la cama y no pudo resistirse a comprobar lo cómoda que era, así que se sentó a los pies de esta, se dejó caer con los brazos en cruz y justo en ese momento fue cuando vio que, en lo que era el techo de la habitación, había un gran espejo

Contemplando su imagen en este, sonrió al pensar como debía de ser hacer el amor con Esther en aquella cama, viendo su reflejo en él. Solo de pensarlo el ritmo de su corazón se aceleró, y no se dio cuenta de que Esther había salido del baño hasta que la vio sentarse a su lado envuelta con un albornoz. Se incorporó rápidamente y notó como un ligero rubor subía por sus mejillas

E: (Con un dedo señaló al techo) ¿Te gusta?M: Sí... no sé... no lo había visto nunca... un espejo sobre la cama, digoE: No fue idea mía, ya estaba ahíM: ¿No lo has puesto tú?

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E: Que va, y muchas veces he pensado en quitarlo... ¿Te imaginas como es despertarse después de una noche de marcha, con ojeras, el pelo revuelto, una resaca horrible... Abres los ojos y te ves ahí...M: Pero... debe de tener su encanto... no sé... en determinados momentosE: Sí, puede serM: ¿Puede ser? (Esther la miró sin responder a su pregunta. Luego se dejo caer tumbada sobre la cama y al instante Maca hizo lo mismo) Puede que tengas razón, al principio vale, pero todos los días ahí. Aunque si fuese a ti a la que viera reflejada en el espejo... yo no me cansaría de mirarte... (Se giró hacia ella quedando tumbada de lado) Pero mejor así... de cercaE: (Se puso también de lado quedando de cara a ella) Maca...

Se miraron fijamente y poco a poco se fueron acercando hasta que sus labios se besaron. Se besaban de manera acompasada, con un ritmo cada vez más acelerado, y sus cuerpos se fueron buscando hasta quedar juntos. Maca puso una mano en la espalda de Esther y consciente de que esta solo llevaba la prenda que ella estaba tocando, intentaba controlarse para no quitársela de un tirón

Esther, sin embargo, no tenía miedo de dejarse llevar, y muy despacio deslizó su mano por debajo de la camiseta de Maca. El tacto de aquella piel tan suave la excito de tal manera que pronto su otra mano buscó el mismo camino para sentir más

Maca notaba aquellas manos recorriendo su espalda, torturándola, y cada vez le costaba más no hacer lo mismo con Esther. Se separó un poco de ella como pudo, y con la respiración agitada la miró como pidiendo permiso

Esther sacó con cuidado una de sus manos de debajo de su camiseta, deshizo el lazo que le sujetaba el albornoz y este se abrió un poco dejando entrever su escote. Maca no pudo evitar dirigir la mirada hacia allí y luego la volvió a mirar a los ojos

M: ¿Estás segura?

Esther no dijo nada, y cogiendo una de las manos de Maca la llevó dentro del albornoz estremeciéndose al sentir el contacto de esta con su piel. Se lanzó a su cuello y comenzó a besarlo subiendo por el hasta encontrarse con el lóbulo de la oreja, donde se entretuvo unos segundos y lo abandonó solo para susurrarle al oído

E: De lo único que estoy segura es de que te quiero... y te deseo con todas mis fuerzasM: Esther...

Aquellas palabras terminaron con la poca cordura que le quedaba a Maca. Tumbó a Esther boca arriba y ahora si, llevó sus manos a los hombros de Esther, las fue deslizando para abrir un poco más su albornoz y con cuidado de no asustarla, dejó su escote al descubierto

Acercó su cara a ella, llevó sus manos con cuidado de no abrir demasiado el albornoz a su cintura y le fue acariciando el escote con su nariz, sus mejillas, sus labios, dejando de vez en cuando un beso. Luego levantó la cabeza y la miró a los ojos. No se había dado cuenta, pero temblaba

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M: Si en algún momento te sientes insegura, asustada, lo que sea... si por el motivo que sea quieres que pare... dímeloE: Maca... cariño... estás temblando... (Maca miró sus manos y se dio cuenta de lo que le decía Esther) ¿Qué te pasa?M: Que me parece que estoy yo más asustada que túE: Mi amor... (La abrazó fuerte intentando darle calor) No pasa nada

Maca se dejó cobijar por los brazos de Esther y poco a poco dejó de temblar. Entonces Esther la miró con ternura mientras le acariciaba el pelo

E: ¿De que tienes miedo?M: De precipitarme... de que no te guste... de meter la pata... de perderte ahora que por fin te he encontrado...E: Maca... cariño... ¿pero que tonterías tienes metidas en la cabeza?... yo... (Comenzó a darle dulces besos en su cuello y entre beso y beso paraba un momento para hablarle) te quiero... te deseo... me muero... por tocarte... por besarte... sentirte...

Aquellos pequeños besos y las breves palabras de Esther estaban consiguiendo encenderla cada vez más y por un momento no pudo soportarlo y buscando la boca de Esther la beso apasionadamente. Se detuvo un instante para rápidamente y sin pensarlo quitarse la camiseta. Abrió un poco más el albornoz de Esther y colando las manos dentro de este las llevó hasta su espalda para poder abrazarla y así pegar su cuerpo al de ella

M: Te quiero Esther... te quiero...

Y sin ninguna duda instalada ya en su cabeza comenzó a besarla de nuevo. Ya no había manera posible de parar aquello, los labios de Maca viajaban descontroladamente por el cuerpo de Esther, que se revolvía entre sus brazos, presa de la excitación que invadía su cuerpo. Hundió sus dedos en el pelo de Maca y cogiendo así su cabeza con ambas manos la levantó para detener aquella tortura

La miró con deseo y abalanzándose sobre ella la beso mientras sus cuerpos giraban sobre la cama abrazados en una lucha por dominar la situación, por quedar encima y disfrutar del cuerpo de la otra a placer. En un momento en el que Esther quedó tumbada aprovechó y hábilmente desabrochó el sujetador de Maca, deslizó un poco los tirantes y debido a la posición en que se encontraba su dueña, este cayó al instante

Maca sonrió y con un leve movimiento terminó de deshacerse de él. Volvió a besar a Esther y dando media vuelta, ahora era ella la que quedaba tumbada. Decidió por un momento dejar que Esther le demostrara lo que era capaz de hacer, hasta el momento parecía muy segura de si misma y no había dicho o hecho nada que le hiciera pensar lo contrario

Esther pareció entender lo que Maca quería y no entraba en sus planes decepcionarla, así que siguiendo sus instintos y dejándose llevar por el deseo que la poseía comenzó a llenar de besos su cuello bajando hasta llegar a su pecho donde sus besos pasaron a ser más dulces. Deslizó las manos suavemente por sus costados y al notar como Maca arqueaba la espalda sonrió satisfecha. Tampoco se le daba tan mal

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Bajó las manos hasta llegar al pantalón e introdujo levemente los dedos en él rozando la piel que este cubría, los deslizó por todo el contorno de la cintura hasta llegar al botón y sin dejar de besarla ni un segundo lo desabrochó. Se separó de ella y por primera vez se detuvo a contemplar su cuerpo

E: Eres preciosa MacaM: Esther...

Maca fue bajando la mirada por el cuerpo de Esther y debido a la posición en la que se encontraba, apoyando sus manos en la cama y con el albornoz abierto, podía verlo bastante bien. Llevó las manos a su cintura y muy despacio las fue subiendo, acariciando la piel a su paso, hasta llegar a sus pechos

Esther se incorporó un poco más quedando sentada sobre las piernas de Maca, y llevando los brazos atrás consiguió que el albornoz se deslizara por estos cayendo sobre sus pies. Se levantó para quedar de rodillas, cogió el pantalón de Maca con ambas manos y tirando de él lo bajó hasta sus muslos para luego, tirando del bajo, terminar de deshacerse de este en un movimiento que llevó también el albornoz al suelo

De nuevo se sentó sobre sus piernas y acercándose a ella de manera peligrosa comenzó a dejar besos en su abdomen. Maca llevó las manos a su cintura, las fue deslizando hasta llegar a sus nalgas y asiéndolas firmemente la atrajo hacia si buscando la proximidad de sus centros, pero quedaba una prenda que le empezaba a molestar bastante

Subió las manos por la espalda de Esther atrayéndola hacia si y dando la vuelta la tumbó sobre la cama. Poco a poco deslizó las manos por su cuerpo para quitarse el tanga y tirándolo por los aires lo mando a hacerles compañía al resto de prendas

Sin que ninguna de estas pudiera ya evitar el pleno contacto de sus cuerpos, buscó el acercamiento que unos segundos antes le había sido imposible conseguir y habiéndolo logrado comenzó a moverse sutilmente mientras sus cuerpos terminaban de encenderse. Sus movimientos eran armónicos, acompasados, los besos y las caricias que sus manos iban dejando por todo el cuerpo no cesaban y todos ellos se iban incrementando lentamente

Los besos pasaron de ser tiernos a salvajes, las caricias se convirtieron en un desesperado intento de las manos por colarse bajo de la piel de la otra y sus caderas se movían ya de forma descontrolada llevándolas a ese momento de placer máximo que en apenas unos segundos consiguió calmar sus manos... sus caderas... sus besos... pero no el ritmo de sus corazones que latían aceleradamente rebosantes de felicidad

Esther quedó rendida sobre la cama, algo sudorosa, aunque la leve humedad que quedaba en su pelo después de la ducha le ayudaba a soportar bien el calor que se había adueñado de su cuerpo. Maca se tumbó de lado con el codo apoyado en la cama y la cabeza en su mano. Con un dedo y apenas rozando su piel, subía y bajaba por el brazo de Esther

M: ¿Cómo estás?E: (La miró y le sonrió) Bien... muy bien... ¿Y tú?M: Yo creo que estoy soñando... no sé si es posible sentir tanta felicidad

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Muy despacio se acercó a ella, dejó un dulce beso en sus labios, recostó la cabeza sobre su pecho y así, poco a poco, se fue quedando dormida. Esther, sin dejar de mirar el reflejo de las dos en el espejo, acariciaba su espalda rozándola apenas con la punta de los dedos. De repente, su móvil comenzó a sonar. Tan rápido como pudo alargó el brazo hasta alcanzar su bolso y buscó dentro de él consiguiendo descolgar antes de que se despertara Maca

Cuando Esther vio en la pantalla de quien se trataba, sonrió y miró a Maca, se levantó con mucho cuidado y se alejó un poco para hablar más tranquilamente, aún así habló en tono muy bajo

E: Hola Paula, buenos díasPaula: ¿Buenos días?... ¿a las cuatro de la tarde?E: (Miró su reloj) ¿Ya son las cuatro? No me había dado cuentaPaula: (Hablaba bajito como ella) ¿Por qué hablas así?E: Es que... (Dudó si decírselo o no, pero tarde o temprano se tenía que enterar, y lo mejor era que fuera a través de ella) Maca se ha quedado dormidaPaula: (Tardó un par de segundos en reaccionar) ¡¡¿Maca?!!... ¿Estás en casa de Maca?E: No exactamente... estamos en mi casaPaula: ¿Maca está durmiendo en tu cama?... (Con voz pícara) ¿Y llevas mucha ropa puesta?E: Paula... por favorPaula: Venga bicho, cuéntame algo...E: No sigas por ahíPaula: Vaaale... entiendo que hablar de Maca conmigo te pueda resultar violento, pero... dime algo... lo que seaE: Ha sido perfecto PaulaPaula: ¡¡¡Bien!!!... (Esther sonrió al oír a Paula exclamar aquello) Enhorabuena Esther... espero que seas tan feliz como lo soy yoE: Lo soy... te lo aseguroPaula: Me alegro mucho por ti... de verdad. (Permanecieron en silencio unos segundos) Esther... Yo no quiero que te sientas mal por esto... todo está bien... ¿vale?E: ValePaula: Incluso creo que te estoy agradecida... por fin las cosas parecen estar en su sitioE: (A través del teléfono, Esther creyó notar que Paula lloraba) ¿Estás llorando?Paula: Es que... bicho... han pasado tantas cosas en tan pocos díasE: Y las que nos quedan por pasar... ¿no?Paula: Sí... esoE: Veremos como se lo digo a mamáPaula: Buffffffffff... ¿te imaginas?E: No quiero imaginármelo... ahora no... solo quiero disfrutar el momento... vivir esto que siento... Ahora no quiero pensar en nada másPaula: Vive Esther... vive... y no renuncies a lo que amas por nada, ni por nadieE: Espero no tener que hacerlo nunca... porque ya no sabría vivir sin ella. (De nuevo el silencio se adueñó de la conversación)Paula: Bueno... ve con ella antes de que te eche de menosE: Voy... ¡¡Ah!! y dale recuerdos a Luci de mi partePaula: Se los daré, no te preocupesE: Un besoPaula: Te quiero

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E: Y yo. CiaoPaula: Ciao

Dejó el teléfono sobre la mesa del ordenador, se tumbó en la cama y cogiendo el edredón, cubrió su cuerpo y el de Maca. La miró durante unos instantes y sin darse cuenta un par de lágrimas se escaparon de sus ojos. Se sentía feliz, más feliz de lo que se había sentido nunca en su vida, y ver a Maca allí, a su lado, le producía tantas sensaciones que la emoción la superaba

No se pudo controlar, y acercándose a ella comenzó a besarla, primero despacio, con suavidad, en el hombro, el cuello... Apartó con cuidado su pelo y la beso más intensamente. Se sentó a horcajadas sobre ella y fue dejando un reguero de besos por su espalda que terminó por despertarla. Maca se dio la vuelta como pudo y la miró sonriendo

M: ¿Qué haces Esther?E: Lo siento pero no puedo... no puedo tenerte cerca y no besarteM: Pues entonces no dejes de hacerlo

Atraída por sus labios se acercó a su boca y comenzó a besarla

Qué tendrá el amor que en algunos momentos consigue que nos olvidemos de todo... menos de la persona amada... Que hace que seamos incapaces de calcular el tiempo... siempre y cuando lo pasemos a su lado... Que no importe si es de día o de noche... siempre que nos ilumine su sonrisa... Que haga sol o esté diluviando... si te dan cobijo sus brazos... Que tendrá el amor que hace que todo parezca maravilloso

Y amor era precisamente lo que no les faltaba a ellas, por eso seguían en aquella cama sin ninguna preocupación, sin pensar en nada más que en ellas mismas, olvidándose de que hora sería y ajenas a todo lo que aconteciera fuera de aquellas cuatro paredes

Pero... no se puede vivir solo de amor... y un momento dado, las tripas de Esther comenzaron a sonar. Motivo no les faltaba a las pobres, eran cerca de las siete de la tarde y la última comida que recordaban era un maravilloso desayuno que apenas habían podido terminar, así que comenzaron a rugir en señal de protesta consiguiendo con ello que Esther enrojeciera por momentos

E: Lo sientoM: (Sonrió ampliamente) No pasa nada. Ya iba siendo hora que algo o alguien nos recordara que tenemos que comerE: ¿Tienes hambre?M: ¿Tú que crees? Si hemos gastado más energía que si hubiésemos hecho una maratónE: Es que... (De nuevo se acercaba a ella insinuante) es difícil controlarse teniéndote tan cercaM: Esther... (Sonreía mientras Esther comenzaba a dejar dulces besos en su cuello) cariño...E: (De repente se incorporó y la miró muy seria) Vale... mejor comemos antesM: ¡¡¡¿Antes?!!! O sea que... ¿piensas seguir?

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E: (Le habló con tono burlón) ¿No te sientes con fuerzas? (Se levantó de la cama, sacó dos camisetas de un cajón y le tiró una a Maca dirigida a su cara que ella cogió al vuelo) Venga, levanta. Ya discutiremos luego si seguimos o no

Maca se incorporó un poco para poder mirar a Esther mientras se dirigía a la cocina y cuando el biombo le impidió seguir mirándola se dejó caer de nuevo en la cama, acercó la camiseta para olerla y sonreía feliz

Después de unos segundos en los que permaneció allí, inmóvil, con una sonrisa tonta dibujada en su cara, pensando en ella mientras la oía trastear por la cocina, se puso la camiseta y alargando el brazo apartó un poco el biombo para dejar un hueco entre este y la pared lo suficientemente grande como para poder ver a Esther. Se tumbó boca abajo, con la barbilla apoyada en sus manos y sin dejar de mirarla. Cuando Esther se dio cuenta la miró sonriendo

E: ¿Te vas a quedar ahí?... ¿no vas a venir a ayudarme?M: Me encanta mirarteE: (Sonrió más ampliamente mientras negaba ligeramente con la cabeza) No me hagas la pelota y ven ayúdameM: (Seguía tumbada sin hacerle mucho caso) ¿Qué haces?E: Cortando queso, ¿no lo ves?M: Que buenoE: (Cogió un trocito y se lo enseñó) ¿Quieres? (Maca asintió y acto seguido Esther se lo comió) Pues te levantas. Mmmmm... que ricoM: Eres mala. (Se levantó de un salto, fue hasta la cocina y al llegar a su lado la abrazó por detrás apoyando la barbilla en su hombro) Eres muy mala, ¿eh?... Yo también puedo ser mala si quieroE: Ah ¿sí?M: Sí

Comenzó a besarle el cuello muy suavemente mientras iba colando sus manos por debajo de la camiseta acariciando su piel. Esther intentó seguir con lo que hacía pero en unos segundos no pudo más. Dejó el cuchillo sobre la encimera y girando entre sus brazos comenzó a besarla. Maca miró de reojo los trocitos de queso que había cortados sobre la encimera, cogió un puñado de estos y separándose de ella empezó a andar hacia el sofá mientras se los comía

M: Mmmmm... riquísimoE: (No entendió muy bien lo que había pasado hasta que se dio la vuelta rápidamente y vio que faltaba más de la mitad del queso) Serás tramposa. (Fue tras ella, la tumbó en el sofá y sentada sobre ella empezó a hacerle cosquillas) ¿Y me dices a mí que soy mala?M: Jajajajajaja... pero si has empezado túE: (No dejaba de hacerle cosquillas) Si es que no te querías levantar de la camaM: Jajajajaja... vale ya... jajajaja... ya vale Esther... jajajaja... cariño, por favor. (Esther dejó de hacerle cosquillas y se quedó mirándola mientras ella respiraba aceleradamente por las risas y las cosquillas) ¿Qué te pasa?E: Creo que nunca te había visto reír así... nunca te había visto tan...M: ¿Tan qué?E: No sé... tan felizM: Tú me haces feliz Esther

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Se miraron unos segundos sin decir nada y luego Esther se fue acercando a Maca hasta que sus labios se juntaron de nuevo. Parecía como si algo les impidiera estar separados mucho tiempo, como si aquel fuese su estado natural... juntos... besándose...

Cuando cesaron los besos Esther se quedó tumbada sobre Maca con la cara pegada a su pecho

E: ¿Crees que vamos a conseguir comer hoy?M: (Le dio un trocito de queso) TomaE: No creo que tenga suficiente con eso. (Se incorporó apoyando sus manos en el sofá) ¿Me ayudas?M: Claro

Esther se levantó del sofá y le tendió una mano para ayudarla a levantarse, y así, cogidas de la mano, regresaron a la cocina, y aunque los besos, miraditas, sonrisas... no cesaron, por fin consiguieron comer

Cuando terminaron de comer fueron al sofá. Maca se sentó en una esquina de este, Esther se sentó a su lado y se reclinó un poco sobre ella. Permanecieron unos minutos en silencio mirándose y sonriendo de vez en cuando hasta que Esther sugirió algo

E: ¿Quieres un poco de helado?M: ¿Tienes helado?E: Sí, de varios saboresM: ¿Tienes de stracciatella?E: Creo que sí. Espera un momento. (Se levantó del sofá y un instante después regresaba con una tarrina de helado y dos cucharillas) Todavía queda más de la mitad. (Le dio una cucharilla a Maca y se sentó junto a ella, de lado, con las piernas cruzadas sobre el sofá) También queda de chocolate y de fresaM: Creo que bastará con este. (Empezaron a comer el helado mientras iban hablando)E: ¿Qué te apetece que hagamos luego?M: No sé... Cenar no, desde luego... ya son las ochoE: ¿Quieres que salgamos a dar una vuelta, o prefieres que nos quedemos aquí?M: ¿Tú que prefieres?E: Yo prefiero quedarmeM: Y yo. (De nuevo se quedaron mirándose unos segundos sin decir nada) Esther... (En ese momento sonó el timbre) ¿Esperas a alguien?E: Que va. (Se levantó y fue a ver de quien se trataba) ¿Quién es?Voz: Uy hija, que bien que estás en casaE: ¡¡¡¿Mamá?!!!Encarna: Sí, soy yo. ÁbremeM: (Esther se quedó petrificada un par de segundos y cuando reaccionó y le abrió la puerta del portal a su madre Maca ya estaba de pie a su lado) ¿Es tu madre?E: Sí. (De repente se puso muy nerviosa) Maca, tienes que esconderteM: ¡¡¿Esconderme?!!... ¡¡Supongo que estás bromeando!!E: No es ninguna broma Maca. (Mientras le hablaba la empujaba hacia el cuarto de baño) Como mi madre te vea aquí me da algoM: Pero Esther... (Se quedó parada mirando como ella iba rápidamente a la habitación y recogía todas sus cosas del suelo) ¿De verdad me estás pidiendo que me esconda?

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E: Maca por favor... (Llegó a su lado con sus cosas y se las dio) No salgas hasta que yo te aviseM: Esto me parece increíble. (Esther miró a su alrededor y al ver los cascos fue rápido a por ellos y también se los dio) No sé porque tengo que hacer estoE: Hazlo por mi Maca... (La miró suplicante) Por favor... (Encarna comenzaba a golpear ligeramente la puerta con los nudillos y Maca, sin muchas ganas, cerró la puerta del cuarto de baño) Voooy. (Cogió aire profundamente y le abrió la puerta a su madre) ¡¡Mamá!! Pero que alegría. (Le dio dos besos) ¿Cómo es que no me has avisado que venías?Encarna: Pues la verdad es que no pensaba que estuvieras en casa un sábado a estas horas. (Fue hasta la cocina y se sentó en una de las sillas) Vengo del cursillo ese al que te dije que me había apuntadoE: (Se sentó en otra silla, frente a su madre) Es verdad, me comentaste que era cerca de aquíEncarna: Sí, y no querrás que pase por la puerta de tu casa y que no llame a ver si estásE: Pues no. Lo normal es que pases a verme, claroEncarna: Me ha gustado mucho, es muy divertidoE: ¿De que me dijiste que era el curso?Encarna: De manualidades. La monitora es una chica joven, muy simpática ella...E: Que bien, ¿no?Encarna: Pues nos ha dicho que va a enseñarnos un poco de todo. A mi me va a ir muy bien, como sigo enfadada con tu padreE: ¿Todavía estáis así?Encarna: Yo no sé si esto merece la pena, ni siquiera sé si conseguiré algo con estoE: Pues no sé mamá. Papá es un hueso duro de roerEncarna: Yo no sé hija... en el fondo yo le comprendo... a mi también me cuesta mucho entenderla, que quieres que te digaE: (Se puso algo triste con las palabras de su madre) No se trata de entenderla... supongo que para vosotros será muy difícil... basta con que la aceptéis, la respetéisEncarna: No sé Esther... Y ahora dice que esa chica... Maca... que lo han dejadoE: Sí mamá... lo han dejadoEncarna: Que pena... parecía majaE: (De nuevo la sonrisa volvía a su cara al pensar en ella) Sí... es muy majaEncarna:¿Y tú sabes que les ha pasado? Me dijiste que es amiga tuyaE: No sé mamá... supongo que no estaban bienEncarna: Aayyy... menos mal que tu no me das esos disgustos. (Esther se puso seria nuevamente y agachó la mirada al suelo) Aunque una por la otra me parece que me voy a quedar sin nietosE: Mamá, no empieces con eso otra vezEncarna: Pero si es la verdad, a ver cuando te echas un novio. (El silencio reinó en la cocina durante unos segundos) Bueno hija... (Se levantó de la silla y empezó a andar hacia la puerta) yo me voy a ir que tu seguro que has quedado con alguien y yo te estoy mareando con mi charla de viejaE: No digas tonteríasEncarna: Venga. Avísame un día que te venga bien y comemos juntasE: (Le abrió la puerta) Claro mamá, ya te avisaréEncarna: (Le dio un beso) Ale, no te entretengo másE: Ten cuidado, ¿vale?Encarna: Lo tendré. (Entró en el ascensor y le decía adiós con la mano mientras la puerta de este se cerraba)

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E: Adiós mamá

Cuando Esther cerró la puerta se dio la vuelta y vio a Maca vestida ya, apoyada en la pared. Había escuchado toda la conversación y estaba bastante desilusionada

M: ¿Te puedo hacer una pregunta?E: Claro... dimeM: ¿Pretendes que nos pasemos la vida escondiéndonos por no hacerles más daño a tus padres?E: Maca...M: Si es así, prefiero saberlo ahoraE: Tienes que entenderme...M: No tengo que entender nada Esther... yo te quiero... y no tengo porque esconderme... No hacemos nada maloE: Maca... (Se acercó a ella con los ojos vidriosos e intentó acariciarla, pero Maca giró la cara rehuyendo aquella caricia)M: No soporto la hipocresía Esther... Defiendes a tu hermana a capa y espada ante tus padres pero... tratándose de ti ya es otra cosa... ¿verdad?E: Esto es muy difícil para mí... (Las lágrimas ya rodaban por sus mejillas) No solo les tengo que decir que me enamorado de una mujer, sino que además esa mujer era la novia de mi hermana... Maca... por si lo has olvidado... hasta hace unos días eras la novia de mi hermanaM: Pero Esther...E: No te estoy pidiendo que te escondas toda la vida... solo te pido un poco de tiempo... acabamos de empezar y... esto me está costando de entender incluso a mí... pero te quiero Maca... te quiero... eso es lo único que me ayuda a poder entender esto... te quiero más de lo que nunca imaginé que podría llegar a querer a alguien... No te enfades conmigo... no lo hagasM: Esther... mi vida. (La abrazó muy fuerte durante unos segundos y luego, separando un poco su cara pero no su cuerpo, comenzó a besarla dulcemente secándole las lágrimas con sus labios) No me enfado contigo mi amor... solo es que... te quiero tanto... que me gustaría poder gritárselo al mundoE: Ten un poco de paciencia conmigo... y mientras... me lo puedes gritar a mi si quieresM: (Se separó un poco para mirarla) ¿Sí?E: SíM: (Levantaba un poco la voz) Te quieroE: Más fuerteM: ¡¡TE QUIERO!!E: MásM: (Levantó la cabeza y cerrando los ojos gritó tanto como pudo) ¡¡¡¡¡TE QUIERO!!!!!

De nuevo se abrazaron muy fuertemente, con sus cuellos entrelazados y los ojos llenos de lágrimas

Y ese tiempo que Esther le pidió a Maca fue pasando rápidamente, y con él, fue creciendo la seguridad y el convencimiento de Esther por aquella relación que le estaba llenando la vida. Sus sentimientos crecían a pasos agigantados, disimular lo que había entre ellas ya era imposible y cada vez pasaban más tiempo juntas, incluso todos y cada uno de los días de sus vacaciones

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Cada una andaba ya por casa de la otra con total confianza, con toda naturalidad, unos días aquí, otros allí, hasta el punto de que si solo una de las dos tenía guardia nocturna a la otra le costaba conciliar el sueño sin tenerla al lado. Cinco meses habían pasado ya, cinco maravillosos meses en los que no dejaban pasar más de veinticuatro horas sin verse

Aquel día, eran casi las tres de la tarde, Esther terminaba su turno y Maca no tardaría en llegar ya que comenzaba el suyo a esa hora. Llevaban varios días sin coincidir sus guardias y Esther ya comenzaba a desesperarse. A punto había estado ya dos veces de cambiarse alguna guardia para coincidir con ella, para algo tenía que servir ser la jefa, pero la verdad es que no le gustaba abusar de su cargo

Esperó cerca de la puerta del vestuario a verla llegar y cuando la vio entrar en el se acercó hasta allí, entró cerrando la puerta tras de si y sin dudarlo fue en busca de aquellos labios que había estado añorando toda la mañana

E: Hola cariñoM: Hola mi amorE: (Se abrazó a ella y se dejaba mecer suavemente) Como te he echado de menosM: ¿Ya te vas?E: En diez minutosM: Todavía nos quedan dos días para que vuelvan a coincidir nuestros turnosE: Ya, lo estuve mirando antes... ¿Te vienes luego a mi casa?... Recuerda que vienen Paula y Luci a cenarM: Sí, lo recuerdo, no te preocupes. Podrías haberlas invitado un día que estuviera yo en casa para ayudarteE: No pasa nada, tengo toda la tarde para preparar la cenaM: ¿A que hora has quedado con ellas?E: A las nueve... pero saben que tú no llegarás hasta pasadas las diezM: Bueno... intentaré salir un poquito antes... aunque solo sea media horaE: Como quieras

Al principio les resultaba extraño, violento, quedar con ellas, pero poco a poco se habían ido acostumbrando. Al fin y al cabo Esther y Paula no dejaban de ser hermanas, y en el fondo querían recuperar todo el tiempo perdido. Pasaron unas semanas en las que solo quedaban ellas dos, solas, y aún así se les hacía raro, solo hablaban del pasado, de lo que les había sucedido en los años que habían estado sin verse, pero la cosa fue cambiando

Primero una salida con las amigas... quedar un día para ir al cine juntas... y con el tiempo cada vez se comportaban con más naturalidad... sin rencores... sin reproches... sin ningún tipo de malos rollos entre ellas

Después de pasar por el supermercado para comprar todo lo necesario para la cena, Esther fue a su casa y se pasó la tarde en la cocina. Había pensado una cena sencilla, nada sofisticada, un poco de queso, paté, jamón... un cóctel de gambas, que sabía le encantaba a Paula, y como plato fuerte solomillo de ternera. Preparó dos salsas distintas para la carne, para que cada una pudiera escoger la que más le apetecía, y de postre... una mousse de turrón

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Cuando lo tuvo todo listo hizo un último repaso para asegurarse de que no faltaba nada, preparó la mesa y se metió en la ducha. Los dos días calculando la cena en su cabeza le habían servido justo para lo que ella quería, ser capaz de tenerlo todo preparado con tiempo de sobra, solo faltaba llegado el momento poner la carne en la plancha y todo estaría perfecto

Salió del baño y mientras se iba vistiendo repasaba de nuevo mentalmente todas las cosas que había preparado para asegurarse nuevamente de no olvidar nada. Entonces sonó el timbre... miró su reloj, pero solo eran las ocho, no podían ser ellas, y terminando de ponerse la camiseta fue a ver quien era

E: ¿Sí?Voz: Hola bicho. ¿Me abres?E: Claro

Pues sí, eran ellas, pero ¡¡era muy pronto!! No las esperaba tan temprano, menos mal que ya lo tenía todo listo. Pasados un par de minutos llamaban a la puerta y cuando abrió solo vio a Paula. Asomó la cabeza fuera mirando a los lados como buscando algo

E: ¿Y Luci?Paula: Vendrá luego, a las nueve, como nos dijisteE: (Pasaron dentro y Paula cerró la puerta) ¿Y que haces aquí tan pronto?Paula: Pues pensé que podía venir antes y ayudarte, o lo que seaE: Ya está todo listo, pero me encanta que hayas venidoPaula: ¡¡¿Ya tienes la cena lista?!!E: Más o menos, lo que falta ya tiene que ser en el momentoPaula: Mejor, así podemos hablar un ratito. Para que luego digan que no se te da bien la cocinaE: Ya ves. Pero siéntate... ¿quieres tomar algo?Paula: ¿Una cervecita fresquita?E: Hecho. (Cogió un par de cervezas y se sentaron en el sofá) CuéntamePaula: Pues...E: ¿Alguna novedad?Paula: Sí... He alquilado el piso nuevoE: ¿Te quedas definitivamente en casa de Luci?Paula: Sí... Irme ahora es una tontería... ¿Qué quieres, que esperemos a conocernos más?... a veces creo que me conoce mejor que yo misma... El hecho de conocernos tanto hace que nuestra relación lleve un ritmo diferente... y yo solo quiero estar con ella... así que creo que es lo mejor... ¿Y tú qué?E: ¿Qué de que?Paula: Venga Esther... soy yo... tu hermana... ¿te acuerdas de mi?... (Movía la mano como saludándola)... puedes contarme lo que quieras... Nunca me hablas de ella... de lo vuestro... Se que estáis bien... pero me gustaría oírtelo decir... como cuando éramos unas crías y me contabas lo que sentías... me encantaba cuando me contabas tus cosasE: (Hablaba con nostalgia recordando aquellos años) Unas crías... eso es lo que éramos... unas crías... Lo mal que lo pasé la primera vez que me enamoré... ¿lo recuerdas?Paula: Claro... Tu primer año de instituto... aquel chico que era tan guapo, así alto...E: Jorge... se llamaba JorgePaula: Ya, Jorge, me acuerdo muy bien de él... era el hermano de Noe. (Miraba hacia el techo como disimulando mientras sonreía)

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E: ¡¡Eeiiii!! ¿Quién era esa Noe? No recuerdo a ninguna NoePaula: Yo sí la recuerdo, te lo aseguroE: No me contaste esoPaula: Anda la otra. ¿Que te iba a contar? Si tenías catorce añosE: ¿Te liaste con la hermana de Jorge?Paula: Tanto como liarme... no... Pero me ayudo a ver las cosas más claras... Creo que con ella fue con la que me convencí ya totalmenteE: O sea... que tú también lo estabas pasando fatal en aquella épocaPaula: ¿Fatal?... pues no... fatal no es la palabra que define como lo pasé con ella... (Sonreía de forma pícara) la verdad es que lo pasé bastante bien con ellaE: Pero serás...Paula: Estaba buenísima Esther... (Con las manos simulaba la forma) Tenía unas tetas impresionantesE: Jajajajajajaja, estás locaPaula: Es verdad. ¿Cómo estaba de bueno el hermano?... ¿Te acuerdas? (Esther asentía) Pues ella estaba más buena aún. (Las dos se miraron sonriendo)E: Lo que lloré por él... y la paciencia que tuviste conmigoPaula: Cuándo te veía llorar me daban ganas de ir a buscarle y decirle, ¡¡¡¿pero tu estás ciego, o que?!!!... no sabes lo que te pierdesE: Jajajajaja... tampoco era para tantoPaula: Sí lo era Esther... eres increíble... y que nadie se atreva a decirme lo contrarioE: (Le sonrió con ternura) Lo pasé mal... muy mal... Pues aquello era un granito de arena comparado con lo que siento por Maca... Maca es... es alucinante... (Se quedó callada unos segundos mirándola) Es que se me hace raro contarte esto... Estuvisteis juntas ¿Cuánto? ¿Siete meses?Paula: SíE: Estuviste más tiempo con ella del que llevo yo... que te voy a contar yo como esPaula: Te equivocas Esther... Tu Maca no es la misma Maca que yo conocí... Lo nuestro era más... no sé... no sé como definirlo... pero no era la misma... Esa ternura con la que te trata... el amor que reflejan sus ojos cuando te mira... la devoción con la que habla de ti... No... conmigo no era así, te lo aseguro... Tú estás descubriendo a una Maca distinta... A veces... cuando hablo con ella... me parece una persona extraña... como si fuera otra diferente a la que estuvo conmigo... ha cambiado desde que está contigo EstherE: Creo que entiendo lo que intentas decirme... porque a mí me pasa algo así... Es como si no hubiera sido yo hasta que apareció ella... ella es el complemento perfecto de mi vida... Es como si fuésemos las piezas de un puzzle... que se pasan mucho tiempo desperdigadas hasta que encuentran la pieza que encaja con ellas perfectamente... A veces hay una pieza que parece que encaja bien... pero al mirar la totalidad del puzzle, ves que no tiene mucho sentido... y cuando por fin encuentras esa pieza... cuando todas las piezas encajan con total perfección... el resultado es maravilloso... Maca y yo encajamos a la perfección... ella es justo la pieza que faltaba en mi puzzlePaula: ¡¡¡Uauuuu!!!E: ¿Qué?Paula: Nada...E: La quiero Paula... todo se reduce a eso... la quieroPaula: Ya... y es maravilloso poder querer así a alguien

Siguieron charlando un rato hasta que por fin sonó el timbre. Las dos tenían claro de quien se trataba, así que Paula fue a abrir mientras Esther aprovechaba para ir al baño. Cuando Lucía salió del ascensor y vio a Paula le sonrió y la miró de arriba abajo,

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examinándola como si llevase mucho tiempo sin verla, cuando la realidad era que se habían visto esa misma mañana

Lucía: (Con voz muy sensual) HolaPaula: HolaLucía: (Se acercó a ella muy despacio y rodeándola por la cintura la atrajo hacia si) No se como lo haces pero cada día que pasa estás más guapa. (Se mordió el labio inferior mientras dirigía la mirada de su boca a sus ojos)Paula: Bésame ya o me va a dar algoLucía: Tú mandas

Y poco a poco acortó la distancia que quedaba entre sus bocas hasta besar esos labios que temblaban esperando los suyos. Se besaron varias veces de manera dulce... suave... sin prisas, disfrutando cada beso... cada sensación...

Luego Lucía se separó apenas unos milímetros y rozaba su nariz con la de ella. La volvió a besar y se separó un poco más para poder mirarla

Lucía: ¿Entramos?Paula: Sí, vamosE: (Salía del baño y se encontró con ellas) Hola LuciLucía: Hola cuñada. (Se acercó a darle dos besos)E: (La miró de arriba abajo) Que guapa te has puesto hoyPaula: (Se acercó a ella sonriendo y levantando un dedo en señal de aviso) Ei, ei, ei, a esta ni me la mires. (Esther se puso seria y bajó la vista levemente) Esther... era una bromaE: Ya. (Se dio la vuelta y fue hacia la cocina mientras Luci cogía a Paula de la mano y se la llevaba al sofá)Lucía: ¿Pero tú estás tonta o que? (Le hablaba en tono bajo para que Esther no la pudiera escuchar) Te has pasadoPaula: Luci, que solo era una bromaLucía: Pues ahórrate esas bromas... con lo que te ha costado llegar a como estáis ahora... lo vas a estropearPaula: Tienes razón... (Se levantó del sofá y fue hacia la cocina. Allí Esther estaba con las manos apoyadas en la encimera pensando) Bicho... lo siento... no era mi intención...E: Lo séPaula: (Se acercó más a ella y cogiéndola del hombro le dio la vuelta, puso la mano en su barbilla y le levantó la cara) Creía que todo estaba ya claro... no fue culpa tuya Esther... esto ya lo hemos hablado más de una vezE: Pues si está claro no me lo eches en cara... ni aunque sea en bromaPaula: Lo siento. (La cogió y la abrazó contra su pecho) No pretendía hacerte sentir mal... de verdad. (Notó que Esther estaba llorando) Esther... bicho, no es para tantoE: (Se separó un poco y la miró) Es que... no es solo esoPaula: ¿Qué te pasa?E: Se lo voy a tener que decir a mamá... imagínate... buffffffffffffffffPaula: Pues se lo dices y ya está... Si quieres voy contigoE: No sé como decírselo... pero lo tendré que hacer... Me preguntó porque lo habíais dejado tú y Maca... ya ves... cuando se entere que lo dejasteis por mí... es que no lo quiero ni pensar

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Paula: Parece que no me escuchas cuando te hablo... Quieres entender de una puñetera vez que no lo dejamos por ti... quizás tú fuiste la gota que colmo el vaso... pero con o sin tu aparición Maca y yo no hubiésemos durado nadaE: Puede ser... pero mamá no lo verá asíPaula: Te vas a quitar un peso de encima cuando se lo digas, ya verásE: Eso espero... Vamos a servir la cena que Maca no tardará nada en llegarPaula: Venga

Terminaron de preparar la cena para que cuando llegara Maca estuviera todo listo y se sentaron en la terraza a esperarla, hacía una noche estupenda y la temperatura allí fuera era muy agradable. No habían pasado ni cinco minutos cuando esta llegó. Al oír Esther las llaves entrar en la cerradura fue rápido a su encuentro. Nada más abrir la puerta Maca se topó con ella

M: Hola cariñoE: Hola mi amorM: (Buscaba con la mirada a las invitadas) ¿Dónde están?E: En la terraza. (Maca la rodeo por la cintura y comenzó a besarla mientras andaban con cuidado hacia la cocina) Maca... (Ella seguía besándola sin contestar) Maca... cariño...M: (Dejó de besarla y se separó un poco de ella) ¿Qué?E: Que nos van a verM: No creo que se asustenE: Pues también es verdad. (Está vez fue ella la que se lanzó a besar a Maca, la cual la cogió por la cintura y la sentó sobre la encimera. Cuando llevaban un par de minutos así..)Paula: Ejem, ejemE: (Rápidamente se bajó de la encimera y se separó de Maca) ¡¡¡Paula!!!Paula: Tranquila Esther... no pasa nadaM: Hola PaulaPaula: Hola Maca, por mi podéis seguir, ¿eh? (Cogió una servilleta de papel y se la enseñó) Solo quería una servilleta. (Les sonrió mientras les guiñaba un ojo y regresó a la terraza)M: ¿Estás bien?E: Mejor que nunca. (Se acercó a ella hundiendo la cara en su cuello y se dejó envolver por sus brazos)

La cena transcurrió con normalidad, charlaban, reían, todo estaba perfecto, inmejorable. Después de tomar el café Paula y Esther insistieron en que ellas recogían y Maca se fue a la terraza seguida de cerca por Lucía. Al llegar allí se apoyó en la barandilla mirando al cielo y Lucí se puso a su lado

Lucía: Hace una noche preciosaM: Sí, y que lo digas

Las dos permanecieron en silencio mirando las estrellas durante unos minutos sin decir nada. La primera en decidirse a hablar fue Maca

M: Que de vueltas da la vida, ¿eh?Lucía: ¿A que te refieres en concreto?

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M: (La miró como diciendo, es evidente de que te hablo) Es curioso... yo nunca noté nada en ti que me hiciera pensar...Lucía: Con los años aprendí a disimularloM: Yo no lo habría soportado... tantos años enamorada de ella... fingiendo ser solo su amiga... aguantando encima todas sus historias... Por que además te contaría sus penasLucía: Eso era lo mejor... que siempre volvía a míM: ¿Me odiabas cuando estaba con ella? Es más... ¿Me odias?Lucía: Mira... si te soy sincera... de todas las relaciones que ha tenido... la vuestra es la que más me costó de aguantar... estuve apunto de soltárselo varias veces... seguramente se lo habría dicho si duráis un poco más... ya no podía soportarlo... Era... joder...M: SuéltaloLucía: No puedoM: Desahógate, vengaLucía: Pero no te enfades conmigo... al fin y al cabo... ahora somos familiaM: Sí, ya vesLucía: Lo tuyo fue peor porque a ti te tenía que aguantar en mi casa... ¿lo entiendes ahora?M: Claro que lo entiendo... ya te he dicho que yo no lo hubiese aguantadoLucía: Joder... cada vez que te quedabas en casa...M: Lo siento... yo no lo sabíaLucía: No tenías porque saberloM: Entonces si me odiabasLucía: No lo creas... aunque te cueste entenderlo, yo solo quería verla feliz... Más que odio yo lo llamaría envidia... celos... Si la hubieses hecho sufrir si te habría odiado... A la que llegué a odiar con todas mis fuerzas fue a Sonia... ¿Te ha hablado de ella?M: No, no me suenaLucía: Menuda hija de puta estaba hecha. (Maca la miró un poco sorprendida. Lucía no solía utilizar ese lenguaje y aquello le extrañó) No me mires así, tengo mis motivosM: ¿Qué le hizo?Lucía: Paula no lo sabe... nunca se lo he contado... prométeme que no le dirás nadaM: Tranquila, no le diré nadaLucía: Mira... desde que la conocí la he visto salir con toda clase de tías... Tuvo un par de relaciones así más serias... pero el resto... de todo... Y la única vez que la vi ilusionada de verdad, fue con Sonia... Además... si te lo cuenta ella es de la que mejor te hablará... bueno... supongo que ahora, cuando hable de sus ex, de la que mejor hablará será de tiM: Ah ¿sí?Lucía: ¿Lo dudas?... Te quiere muchoM: Y yo a ellaLucía: Ves... por eso no puedo odiarte... prefiero ver lo vuestro como una amistad que llegó a algo másM: Está bien eso... es una bonita manera de recordarlo... ¿Y que pasó con la tal Sonia?Lucía: Pues con Sonia estuvo... (Pensaba) dos años y pico... puede que tres... no lo sé... una eternidad... Vivieron juntas bastante tiempo... hasta que lo dejaron porque se tuvo que ir a trabajar a Barcelona... (Esto lo dijo con un tono un tanto burlón)... tiene narices la cosa... encima la tía venía a verlaM: ¿No fue eso lo que pasó?Lucía: No... Yo hice que se fueraM: ¡¡¿Tú?!!Lucía: (Recordando) Que cabrona... Sonia trabajaba en la misma empresa que yo... de hecho yo se la presenté... Me quedé un día hasta tarde en la oficina para terminar unos

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informes... y la sorprendí en los lavabos... haciéndoselo con una tía que no se ni quien era... Su cara fue un poema... pero a mi Paula no le hace eso nadie sin pagarlo... no señor... así que me las ingenié para que la mandaran a Barcelona... removí cielo y tierra para conseguirlo... Ella tenía claro que había sido yo... pero me da igual... La oferta era inmejorable... no podía rechazarla... vamos... o aceptaba o se iba a la calle... Se pasó tres meses viniendo a verla casi todos los fines de semana... Debió de conocer a alguien y dejó de venir...M: ¿Lo pasó muy mal?Lucía: Sí, bastante... llorando por una tía que para nada merecía sus lágrimas... No ha nacido la persona que merezca una lágrima de Paula... de mi PaulaM: Es increíble cuanto la quieresLucía: Haría lo que fuese por ellaM: No lo dudoLucía: Cómo tú por Esther... ¿no?M: Sí... como yo por EstherLucía: Al final nos vamos a llevar bien tú y yoM: Que remedio... (Sonrió) somos familiaLucía: Ya... ¿Y tú que te cuentas?... Genial... ¿no?M: Estos últimos días más que genialLucía: ¿Y eso?M: Pues... llevamos unos días que nuestros turnos en el hospital no coinciden... cuando yo entro, ella sale... y me está empezando a gustar estoLucía: Perdona, pero no sé si te entiendo... ¿Te gusta que no coincidan vuestros turnos?M: Que va... me gusta esa necesidad que tiene de estar conmigo que hace que esta situación la esté desesperando... Cuando llego al hospital sé que va a estar buscándome... aunque sea solamente para estar juntas unos minutos antes de empezar mi turno... y luego cuando salgo y me vengo a su casa... que maravilla... puedo ver el deseo en sus ojos cuando me ve entrar por esa puerta... siento como me ha echado de menos todo el día... Como casi no nos vemos en el hospital... el resto del tiempo lo pasamos juntas... me da que nos vamos a acostumbrar... Pasado mañana se vuelven a juntar nuestros turnos... y como ya nos hemos acostumbrado estos días a estar juntas en casa... Si no me equivoco se como acabará estoLucía: Yéndoos a vivir juntasM: Es lo que estamos haciendo ya... pero así sin darnos cuenta... sin ser “oficial”, por decirlo de alguna forma... y esto me soluciona mucho las cosas... No me importa estar siempre de una casa a la otra... siempre y cuando ella esté conmigo... y si le digo de vivir juntas se va a asustar... por lo de decírselo a su madre y eso... no quiero sacar el tema yo... así que me conformo con vivir con ella “disimuladamente”... hasta que se decida a hablar con ellos

Mientras Maca y Lucía seguían hablando en la terraza Paula y Esther lo hacían en la cocina mientras que la primera fregaba los platos y la otra los iba secando con un paño

E: ¿De que deben de estar hablando estas dos?Paula: ¿Lo dudas?... ¿de que van a hablar? De nosotras... seguroE: Miedo me danPaula: Tranquilízate... parece que se llevan bienE: No sé yo, ¿eh? (En ese momento se oyeron las risas de ellas dos provenientes de la terraza) ¿Oyes?... si vas a tener razón

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Paula: Ves como no hay de que preocuparseE: Menos malPaula: Oye bicho... que lo de ir contigo para hablar con mamá iba en serio, ¿eh?E: Se lo va a tomar fatal... lo séPaula: Mira, igual de fatal se lo va a tomar ahora que dentro de un año, así que no lo pienses, y cuando antes se lo digas mejorE: (Aspiró aire profundamente) Mañana mismo la llamo y voy a comer con ellaPaula: Mañana yo no puedo, imposibleE: Creo que es mejor que vaya yo solaPaula: ¿Estás segura?E: Sí... pero gracias de todas formasPaula: Si me necesitas ya sabes donde estoy

Eran cerca de la una cuando Paula y Lucía se fueron para su casa después de tomar una copa y charlar las cuatro juntas durante un buen rato en la terraza. La cena había resultado perfecta. Esther se dejó caer sobre la cama sonriendo satisfecha y Maca la miraba de pie a los pies de esta

M: ¿Contenta?E: MuchoM: Me alegro... Me voy a dar una ducha rapidita

Esther se puso el pijama y fue al baño a lavarse los dientes. De vez en cuando, con la boca llena de espuma de la pasta de dientes le hablaba a Maca que se estaba duchando

E: ¿Qué tal con Luci?M: Bien... hemos hablado un ratitoE: ¿Y de que hablabais? Si se puede saberM: (Asomaba la cabeza para hablarle) Que cotilla... cosas nuestrasE: ¡¡Cosas vuestras!!... Entonces tenía razón Paula... hablabais de nosotrasM: ¿Qué pasa? ¿Qué Luci y yo no podemos hablar de nada que no seáis vosotras?E: Supongo que sí... pero seguro que hablabais de nosotrasM: Me ha estado hablando de Paula... de cómo han sido todos estos años para ellaE: Está claro que la quiere mucho... sino no podría haber aguantado tantoM: (Cogió una toalla y envuelta en ella salía de la ducha) Supongo que son maneras de querer... (Se acercó a ella y la besó en la mejilla) Yo no soportaría verte con otra y fingir ser solo tu amigaE: O con otroM: Diooosss... contra eso no podría lucharE: (Terminó de lavarse los dientes, cogió otra toalla y comenzó a secarle el pelo) Dejemos las hipótesis a un lado... estamos juntas... y espero que lo estemos durante mucho tiempoM: Toda la vida si depende de mí. (Un escalofrío recorrió todo su cuerpo)E: ¿Tienes frío?M: Un pocoE: Vamos a la cama

La abrazó por detrás para darle calor y juntas fueron hasta la cama. Una vez allí Maca se quitó la toalla y rápido se metió debajo del edredón hecha un ovillo

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E: ¿Quieres el pijama?M: No, mejor ven tú aquí conmigoE: Espera. (Sin pensarlo se desnudó en apenas unos segundos, se acostó a su lado y la abrazó mientras ella se acomodaba en su pecho) Estás heladaM: Creo que he cogido frío en la terrazaE: ¿Y por que no lo has dicho? Habríamos pasado dentroM: Estaba tan bien... ahí sentadita contigo en la tumbona... (Se giró un poco y las dos sonrieron al cruzarse sus miradas reflejadas en el espejo) Es curiosoE: ¿El qué?M: El primer día que vine a tu casa... cuando me tumbé y vi ese espejo... me excité solo de pensar como debía de ser hacer el amor contigo en esta cama... con eso ahí arribaE: ¿Y qué tal es?M: (Se giró de nuevo para mirarla de cerca) Esther... hacer el amor contigo es siempre maravilloso... aquí o donde seaE: (Sonrió y le dio un beso) Pero me estabas hablando de hacerlo con el espejoM: Pues eso es lo curioso... que ni me acuerdo que está ahí ese espejo... Diez minutos después de pensar aquello estaba haciendo el amor contigo en esta cama... y lo hemos hecho... no sé... ¿cincuenta, cien veces aquí?... y estaba pensando que nunca... en ninguna de esas ocasiones he encontrado un segundo para mirar ese espejo... estoy demasiado ocupada en ti... mirándote (La miraba de arriba abajo)... embriagándome con tu aroma (Olía su cuello)... sintiendo tu cuerpo temblar junto al mío (La abrazaba levemente)... besando cada rincón de tu piel (Dejaba un dulce beso en sus labios)... demasiado ocupada como para que mi cabeza se preocupe por un reflejo... Para que voy a mirar ahí... si te tengo aquí... pegada a mí... Pensé que sería excitante... pero suficiente excitación me produce tenerte aquí conmigoE: Maca...M: Te quiero Esther... y no necesito nada más que a ti para ser feliz. (La besó suavemente apenas rozando sus labios) Adoro tu boca... (Esther sonrió) Y cuando sonríes... ya pierdo todo el control

La volvió a besar pero de manera más apasionada. Se separó de ella lo justo para poder respirar y con sus labios a escasos milímetros, casi rozándose, la miraba fijamente mientras notaba como sus respiraciones se iban acelerando

Esther levantó un poco la cabeza intentando besarla y ella al notarlo se apartó sonriendo. Quería hacerla sufrir un poquito, sabía que estaba tan excitada como ella y disfrutaba viéndola así

M: Ssshhh... no tenemos prisaE: Yo sí la tengo... te necesito... ya

Maca se puso completamente encima de ella y cogiéndole las manos las llevo una a cada lado de su cabeza, apretándolas contra la cama, sin llegar a hacerle daño, pero consiguiendo así inmovilizarla

M: Dímelo... (Le hablaba cerca de su boca y cuando ella intentaba besarla se apartaba lo suficiente para no permitírselo) Háblame... ¿qué quieres?... pídemeloE: Bésame... necesito que me beses. (Poco a poco Maca comenzó a mover sus caderas sintiendo como Esther cada vez se encendía más y más) bésame Maca... (Se mordía los

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labios y los lamía una y otra vez intentando calmar la sequedad que insistía en invadirlos) Mi amor... (Le suplicaba con la mirada encendida de pasión) bésame...

Entonces Maca llevó la lengua a su canalillo y poco a poco fue subiendo, marcando un camino en su piel, hasta llegar a su cuello y siguió hasta alcanzar su boca donde se detuvo. El cadencioso movimiento de sus caderas seguía desesperando más a Esther que ya era incapaz de estarse quieta e intentaba besarla una y otra vez

M: Te amo Esther... te amo

Y sin poder resistirlo más la beso con toda la pasión contenida mientras sus manos abandonaban por fin las de ella para viajar por todo su cuerpo. Esther llevó las manos a su espalda y bajando rápidamente por esta llegó hasta sus nalgas apretándolas fuerte contra si. No iba a permitirle separarse ni un centímetro de ella

Sus piernas se entrelazaban de manera confusa, sus manos comenzaron a viajar de forma descontrolada por sus cuerpos y llenas de deseo y presas de la excitación de sus cuerpos estallaron en placer en apenas unos minutos

Maca dejó caer todo el peso de su cuerpo relajado sobre el de Esther y ladeando la cabeza la apoyó en su pecho. Escuchaba aquel corazón que latía de manera agitada y sonreía al pensar que era ella quien le llevaba a latir así. Esther, mientras notaba como sus respiraciones se iban calmando, le acariciaba levemente el pelo

E: Te quiero...

Maca, con un suave movimiento dejó un beso en su pecho y luego la abrazó fuerte para, dejando caer su cuerpo sobre la cama, librándola así del peso de este, arrastró el suyo también ladeándolo y quedando así sus cuerpos muy juntos, pero en una posición cómoda para las dos, en la que poder dormirse

Se miraron durante unos minutos en los que las palabras sobraban, solo había sitio para los sentimientos que emergían de su interior en forma de miradas... sonrisas... caricias... y las envolvían creando un entorno tan agradable que les hacía desear no tener que moverse nunca de allí, solo quedarse así, disfrutando de ese momento mágico

Transcurrido este tiempo, Maca se dio la vuelta para poder apagar la luz, luego regresó de nuevo a su posición anterior y acomodándose en su pecho dejó un suave beso en su piel

M: Buenas noches mi amorE: Buenas noches cariño

Unos leves ruidos fueron suficientes para sacarla de su placentero sueño. Entornó los ojos todavía medio dormida y miró la cama buscando a Maca, pero conforme iba despertando cayó en la cuenta de que esos ruidos provenían de la cocina y que seguramente era ella la que estaba allí, ¿quien sino?

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Se dio media vuelta y se abrazó con fuerza a la almohada aspirando profundamente el aroma de ella que todavía permanecía allí. Se concentró en escuchar aquellos sonidos que llegaban a sus oídos desde detrás del biombo y sonreía al pensar con que cuidado debía de estar preparando el desayuno para hacer al mínimo ruido posible y no despertarla

El aroma del café fue por fin detectado por sus sentidos borrando cualquier deseo de quedarse en aquella cama. Se levantó y tras ponerse una bata fue hasta donde estaba ella, la abrazó por detrás pegando sus cuerpos completamente y llenó los pulmones con el aroma que desprendía su cuello mientras dejaba un suave beso en él

E: Buenos días cariñoM: (Dejó lo que tenía entre manos sobre la encimera y girando entre sus brazos fue directo en busca de sus labios para dejar un dulce beso) Buenos días amorE: MMmmmmm... que bien hueleM: El café ya está saliendo pero si te das prisa te da tiempo a ducharte antes de desayunarE: Sí, mejor me ducho primero

Le dio un beso y rápido se fue a la ducha. Cuando regresó el desayuno ya estaba listo sobre la mesa pero Maca no estaba allí. Se asomó detrás del biombo y la vio haciendo la cama

E: ¿No te vas a volver a acostar?M: No, ya no tengo sueñoE: Lo que daría yo por no tener que irme al hospital ahora, y tú que puedes dormir todo lo que quieras no tienes sueño. Que mal repartido está el mundoM: No seas dramática Esther

Esther se sentó a la mesa y apenas un minuto después Maca se sentaba a su lado. Comenzaron a desayunar y mientras iban charlando

E: Mañana tengo turno de tardeM: Lo séE: Que ganas... poder quedarme contigo en la cama hasta las once por lo menosM: Que buenoE: ¿Y que vas a hacer ahora?M: Pues debería de pasar por mi casa, ni sé ya los días que hace que no voyE: Maca... yo...M: DimeE: ¿Por qué no coges tus cosas y te vienes aquí definitivamente?M: (Sonrió ampliamente ante aquella deseada pero inesperada propuesta) Pero...E: Estoy decidida, voy a ir a hablar con mi madre... así ya no tendrás porque esconderte si viene sin avisarM: Cariño... ¿estás segura?E: Claro que estoy segura... Tarde o temprano se lo voy a tener que decir... Yo estoy muy segura de lo que siento por ti... así que no tiene sentido esperar másM: Esther... yo no quiero que te sientas forzada a hacerloE: Quiero hacerlo Maca... ¿Qué pasa?... parece que no te gusta la idea

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M: ¡¡¿Qué no me gusta la idea?!! (Se acercó a ella y la abrazó fuerte) Mi amor... lo estaba deseando... (Se separó un poco de ella y se quedaron cogidas de las manos) Ahora mismo voy a por mis cosas si quieresE: Tranquila... Mañana por la mañana tendremos tiempo de ir juntasM: ¿Y no sería mejor irnos allí?E: ¿A tu casa?M: Esto es muy pequeño para las dos cariñoE: Pero si hay sitio de sobraM: Esther... no tengo casi nada de ropa aquí y ya no sé donde meterlaE: (Miraba su casa con nostalgia) Con lo que me costó arreglarla... ¿quieres que la deje?M: Mi amor... a mí me da igual vivir aquí o allí... mi hogar está donde tú estés... pero admite que aquí no hay sitioE: Podemos comprar un armario si es ese el problemaM: (Le sonreía con ternura) ¿Tú prefieres aquí?E: (Ponía morritos) SíM: Pues nos apretamos un poco y nos quedamos aquíE: ¡¡¡¿Sí?!!!M: Claro mi amor, si a mí me da igualE: (Se levantó de la silla, se sentó sobre sus rodillas y rodeándola por el cuello comenzó a besarla) Gracias cariñoM: Mi niña

Esther pasó la mañana bastante nerviosa, no se decidía a llamar a su madre, pero había tomado una decisión y ahora no se iba a echar atrás. Cerca del mediodía la llamó y quedó con ella para comer juntas

A las tres menos cuarto Maca llegaba al hospital y como todos los días, esperaba encontrar a Esther en su camino, buscándola, pero no fue así. Cuando se disponía a dejar el bolso en la taquilla su móvil comenzó a sonar anunciando la entrada de un sms

Sacó al teléfono y abrió el mensaje. Una sonrisa se dibujó en su cara al leer de quien era, “Mi niña”. Hacía tiempo que aquello era lo que aparecía en la pantalla cuando los mensajes o las llamadas eran de Esther. Su expresión se volvió un poco más triste cuando comenzó a leer. “Cariño, q pena, no t veré hasta esta noche. He salido antes, voy a comer con mi madre. Deséame suerte. TQ.”

Era curioso como dos simples letras habían devuelto la sonrisa a su cara, “TQ”. Se quedó unos segundos pensando y luego le escribió un mensaje, lo mandó y rápido fue a su trabajo

Esther llegaba corriendo y un poco acalorada al restaurante donde había quedado con su madre. Se había pasado media mañana corriendo de un lado para otro y había renunciado a esos maravillosos cinco minutos que pasaba con Maca cada día en su cruce de turnos para poder llegar puntual a esa comida, y ahora, una simple avería en el metro conseguía hacerle perder todo el tiempo que a ella tanto esfuerzo le había costado conseguir

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Se paró en la puerta e inclinándose un poco hacia delante apoyaba las manos en sus piernas mientras respiraba aceleradamente. Poco a poco su respiración se normalizaba, y ya casi repuesta completamente de la carrera que se había pegado se disponía a entrar cuando el “vip vip” de su móvil anunció un sms

Sonrió con la certeza absoluta de que el mensaje sería de ella. Hacía ya más de media hora que le había mandado el suyo, mientras esperaba la llegada del metro, pero supuso que tardaría en llegarle por la nulidad de cobertura que había allí. Sacó el móvil de su bolso y comprobó que efectivamente era de ella. “MACA”

“Pues si, q pena, m ha faltado ese besito q m da energía antes d empezar. Muxa suerte cariño, todo irá bien. TQ.” Releyó el mensaje un par de veces y cuando consiguió bajar de la nube a la que conseguían subirla unas simples palabras de ella miró hacia la puerta del restaurante y recordó que llegaba tarde

Entró en el restaurante maldiciendo mientras miraba la hora y al buscar con la vista a su madre la vio sentada en una mesa al lado de la ventana, cogió aire profundamente, se acercó a ella y después de darle los dos besos que acostumbraba se sentó con ella

E: Creí que no llegaba. Veinticinco minutos ha tardado en pasar el metroEncarna: ¿Pero ha pasado algo?E: No, que va, una avería, pero ya ves, han conseguido que llegara tardeEncarna: No pasa nada hija, lo importante es que has llegadoE: ¿Y tú que tal estás?Encarna: Bien, aquí, esperándoteE: Ya pasan de las tres, con lo que me ha costado salir un poco antesEncarna: No te preocupes, no ha sido culpa tuyaE: Bueno... (Cogía la carta) ¿pedimos?Encarna: Claro

Pidieron la comida y comieron mientras charlaban tranquilamente. Esther no dejaba de pensar como abordar el tema, de que modo comenzar con aquella conversación que había decidido tener con su madre, pero de repente la conversación apareció provocada por una pregunta de ella

Encarna: A ver cuando me invitas a comer para decirme que te has echado novio, que estás saliendo con alguien... (Esther se quedó callada mirando a su madre, la cual pareció adivinar el porque de ese silencio) ¿Qué pasa? ¿No será ese el motivo de esta comida?E: Sí y noEncarna: ¿Cómo que sí y no?E: Sí estoy saliendo con alguien... pero no, no me he echado un novioEncarna: No te entiendoE: Ya... y ese va a ser el problemaEncarna: Explícate mejor hijaE: Mamá... (Apoyó los codos en la mesa y se cubrió la cara con ambas manos. Luego hundió los dedos en su pelo y mirando el plato ya vacío resoplaba levemente)Encarna: Esther, ¿qué pasa?... me estás asustandoE: (Levantó la cabeza para mirar a su madre) Mamá... esto es más difícil de lo que yo pensaba... no encuentro las palabras para decírtelo... así que te lo soltaré sin más. (Su

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madre la miraba en silencio esperando lo que le tenía que decir) Estoy saliendo con una mujer

La cara de Encarna fue todo un poema, para nada esperaba oír nunca de boca de Esther aquellas palabras, en los pocos segundos que había estado esperando que ella hablara se le habían pasado por la cabeza todo tipo de ideas, si se habría liado con un hombre casado, con uno muy mayor, o con uno muy joven, si sería un chico divorciado y con tres o cuatro hijos... se le pasaron por la cabeza toda clase de hombres, pero en ningún momento había pensado en esa posibilidad... una mujer

Permaneció en silencio, mirándola, mientras esperaba quizás a que Esther dijera algo ya que ella en ese momento no sabía que decir, pero pasaban los segundos en el reloj y ninguna de las dos decía nada, simplemente se miraban esperando a ver que hacía o decía la otra

En un momento dado llegó el camarero y mientras cogía los platos vacíos de delante de ellas les preguntó si iban a tomar café, esperó respuesta un par de segundos y cuando por fin reaccionaron a la pregunta le indicaron lo que querían tomar. Al marchar el camarero Esther decidió decir algo

E: ¿No vas a decir nada?Encarna: ¿Qué quieres que te diga?... que no me esperaba esto... no de tiE: Mamá... la quiero mucho... y se va a venir a vivir a mi casaEncarna: ¿Pero que os pasa a la juventud de hoy? ¿Os habéis vuelto todos locos? (De nuevo un incómodo silencio se adueñó del ambiente. Pasaron un par de minutos antes de que Encarna volviera a hablar) ¿Es alguna amiga de tu hermana?E: ¡¡¿Qué?!! (Aquella pregunta la sorprendió en sobremanera, ¿acaso su madre sospechaba de quien se trataba? No, eso era imposible, pero ¿a qué venía esa pregunta?)Encarna: ¿Qué si la has conocido a través de Paula? ¿Si os presentó ella? VamosE: ¿Qué tendrá eso que ver?Encarna: MuchoE: No sé que insinúas mamá, pero no, no nos presentó ella, de hecho, ya hace bastante que nos conocemos, mucho antes de que Paula volviera a aparecer, ella no ha tenido nada que ver en esto si es eso lo que estás insinuandoEncarna: ¿Pero tú te has parado a pensar lo que estás haciendo?E: No lo vas a entender, ¿verdad?... ni siquiera te vas a esforzar por hacerloEncarna: Esther, yo quiero que seas felizE: Y lo soy mamá, no sabes cuanto, pero lo sería más si supiera que tú estás a mi lado, que aceptas mi vida como esEncarna: Dame unos días hija... déjame que lo piense, que tenga tiempo de asimilar todo estoE: Está bien... Piénsalo... dale todas las vueltas que quieras... y cuando lo tengas asimilado me avisas. (Se levantó para ir hacia la caja a pagar pero su madre la cogió de la mano deteniéndola)Encarna: Espera... (De nuevo se miraron unos segundos en silencio) Te quiero mucho hija, no lo olvides nuncaE: Y yo a ti mamá

Después de darse un abrazo que reconfortó en sobre manera a Esther, se acercó a pagar la comida y se fue tras dedicarle una sonrisa a su madre

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Esther se dirigía a su casa dando un paseo, ya había tenido suficiente metro para ese día. Andaba con calma pensando en toda la conversación que había mantenido con su madre. Tampoco había ido tan mal, al fin y al cabo tenía que reconocer que para esta suponía un golpe bastante fuerte

Lo que seguramente no sería tan fácil sería decirle que esa mujer no era otra que Maca, pero pensaba que eso era algo más fácil de aceptar con el tiempo que lo que le acababa de contar en aquella comida

Tiempo, eso era lo que necesitaba ahora, que pasara el tiempo y que poco a poco sus padres fueran aceptando todo aquello, o al menos su madre, porque por parte de su padre la cosa parecía imposible

De repente un fuerte deseo de hablar con Maca la impulsó a llamarla. Sacó el móvil de su bolso y marcó su número. Un tono... dos tonos... tres tonos... y así hasta que el teléfono dejó de sonar, lo que le dejó claro que no lo llevaba encima. Como si de algo urgente se tratara, comenzó a buscar en la agenda y llamó al hospital

T: Hospital central, dígameE: Hola TeresaT: ¡Esther! ¿Eres tú? ¿te pasa algo?E: No Teresa no, todo está bien, es solo que quería hablar con Maca, ¿sabes si está por ahí?T: Te la localizo en un minuto, espera. (Antes de que transcurriera ese minuto volvía a oír su voz) Esther, que está con un paciente, pero que dice que te llama en cuanto acabeE: Gracias Teresa, eres un solT: De nada hija, es un placer

Se despidió de Teresa y siguió andando en dirección a su casa mientras esperaba su llamada. A pocos metros de allí vio un parque en el que unos niños jugaban bajo la atenta mirada de sus madres, se acercó y se sentó a observarlos. Había dos niños, de unos tres años aproximadamente, que se peleaban por una pelota

Una de las mujeres se acercó e intentaba poner paz en aquella disputa, pero la cosa parecía difícil. Esther sonreía contemplando la escena hasta que de pronto su móvil comenzó a sonar. Rápidamente y sin ni siquiera mirar de quien se trataba respondió

E: Hola cariñoM: Hola mi amor. ¿Estás bien? ¿Qué tal ha ido?E: Bueno... en realidad mejor de lo que yo esperabaM: Me alegro mucho EstherE: Me ha pedido tiempo... pero por sus palabras y el tono de su voz, creo que la cosa pinta bien... Lo peor va a ser la fase dosM: ¡¿La fase dos?!E: Sí... contarle que la mujer que se viene a vivir conmigo eres túM: ¿Le has dicho que me voy a vivir contigo?E: Sí, para que se vaya haciendo a la idea... pero no se como hablarle de ti MacaM: No pasa nada mi amor... ya verás como poco a poco...

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E: Tenemos un punto a nuestro favorM: ¿A sí? ¿Cuál?E: Le caes bienM: (Sonrió al oír aquellas palabras) ¿Cómo lo sabes? ¿Te lo ha dicho ella?E: Me lo dijo... cuando tú y Paula lo dejasteisM: ¿Y que te dijo exactamente?E: Que era una pena porque parecías muy majaM: Y tiene razón tu madreE: Pues sí. (Las dos sonreían sabiendo que la otra también lo estaba haciendo) CariñoM: DimeE: Que... te llamaba para decirte que te quiero mucho... y que para mi lo más importante eres túM: Mi niña... yo también te quiero mucho... y ya verás como todo se arreglaráE: Eso espero... Nos vemos esta nocheM: Claro... en casaE: Eso... en casaM: Un beso mi amorE: Yo prefiero dosM: Todos los que quieras mi vidaE: Pero me los das cuando lleguesM: HechoE: Hasta dentro de... (Miró su reloj) cinco horas mi amorM: Se me harán eternas sin ti... ciao

Esther volvió a guardar el móvil en su bolso y pensando en ella siguió al camino hacia su casa

A la mañana siguiente, cuando Maca despertó, Esther tenía medio cuerpo sobre el suyo con la cabeza apoyada en su pecho. Recordó la primera noche que pasaron juntas en su casa y como aquel día, sonrió al pensar en esa necesidad tan grande que tenía Esther de estar cerca de ella cuando dormía. Ella también se había acostumbrado desde el principio a dormir abrazada a ella y le encantaba

Después de unos minutos, en los que lo único que hizo fue mirarla y acariciarle levemente el pelo, se levantó con mucho cuidado y salió a la terraza a respirar el aire fresco de la mañana. Pensaba en la cantidad de horas que se había pasado en la terraza de su casa al llegar a Madrid, cuando solía pensar en que le depararía el futuro, como le irían las cosas y un montón de cosas más, y se sentía feliz por todo lo que le había pasado desde entonces, desde hacía ya...

M: “Hoy estamos a... ¿14 de mayo?... si, a 14... Llegué a Madrid después de... si... el 26 de marzo... ya hace más de un año... más de un año ya en Madrid... más de un año sin ver a mi familia... y pronto hará un año que conozco a Esther... Esther... cuantas cosas se me pasaron por la cabeza la primera vez que oí tu nombre... es la jefa de enfermeras, me dijo... y yo pensaba que eras su ex... ya ves... iba predispuesta a llevarme mal contigo... hasta que apareciste con tu sonrisa y me rompiste todos los esquemas... un año ya... ¿Qué día entre a trabajar?... ¡¡No puede ser!!... No... ¿cómo no he caído en la cuenta antes?”

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Rápidamente entró en la casa y haciendo el mínimo ruido posible se vistió y salió cerrando la puerta con suma delicadeza

Veinte minutos después Esther se despertaba sola en aquella cama tan grande, que aún lo parecía más si ella no estaba. Se quedó en silencio unos segundos esperando oír algo que le hiciera saber donde estaba ella o que estaba haciendo, pero no escuchó nada

Un poco extrañada se levantó, buscó con la mirada por toda la casa y luego fue al cuarto de baño. Un par de minutos después salía de él y con una sonrisa dibujada en la cara fue directa a la terraza, sabía que a Maca le encantaba salir allí afuera por la mañana, pero esta sonrisa se borró al llegar allí y descubrir que tampoco estaba

Regresó dentro y aunque estaba claro que no había nadie seguía buscándola mientras la llamaba por su nombre. Convencida ya por fin de su ausencia cogió el teléfono y la llamó, pero no pudo hacer más que soltar un suspiro al oírlo sonar en la mesilla de noche, miró hacia allí y lo vio junto a su reloj

Empezó a buscar por la casa una nota o algo que le pudiera haber dejado Maca, pero fue inútil, no había nada, así que un poco confusa y algo preocupada se acercó al sofá y se dejó caer en él. Apenas un par de minutos después el sonido de las llaves en la cerradura la hicieron levantar de golpe e ir hacia la puerta

Cuando Maca abrió se la encontró delante suyo lo que la asustó un poco

M: ¡¡¡Dios!!! ¿Me quieres matar de un susto, o que?E: O tú a mí. ¿Cómo te vas sin decir nada? Creí que te había pasado algoM: Pero cariño, si no hace ni media hora que me he idoE: (Se la veía preocupada) Pero como no has cogido ni el móvil, ni el reloj, ni siquiera me has dejado una nota... no sé... pensaba que...M: Perdona. (La abrazó, momento en cual Esther se dio cuenta de que llevaba una bolsa en la mano) Lo siento, no quería preocuparte, sabía que iba a volver enseguida y pensé que no despertarías tan prontoE: ¿Adónde has ido? (Se separó un poco de ella y señaló la bolsa) ¿Qué es eso que llevas ahí?M: Una tontería. (Metió la mano dentro de la bolsa y sacó una rosa roja, la cual le tendió a Esther) FelicidadesE: (Cogió la rosa sonriendo pero un poco descolocada, por mucho que su cabecita pensaba no acertaba a adivinar que estaban celebrando) Perdona pero... le doy vueltas y... ¿Qué día es hoy?M: 14 de mayoE: Lo siento... no me suena... no...M: Hoy hace un año que entre a trabajar en el hospital... hoy hace un año que te conocíE: (Sonreía ampliamente) ¡¡¿En serio?!!M: Exactamente un año... un año que vi esa preciosa sonrisa por primera vez... y ya que hoy es el día en el que empezamos a vivir juntas oficialmente... (Sacó una bandeja de dentro de la bolsa) nuestro primer desayuno oficialE: (Sonreía con la vista puesta en la bandeja sin saber que había allí dentro) ¿También existen los desayunos oficiales?

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M: Claro. (Se acercó a la mesa de la cocina, dejó la bandeja y se volvió hacia ella para abrazarla) Y los besos oficiales. (La besó de manera muy dulce) Nuestro primer beso viviendo juntasE: ¿Y que es eso que me has traído para desayunar?M: CrepesE: ¡¡¿Crepes?!!... ¿con nata?M: Hay dos con nata y dos con chocolate. (Esther la miraba fijamente a los ojos mientras los suyos comenzaban a humedecerse) ¿Qué te pasa? No te me pongas tristeE: ¿Por qué eres tan buena y tan dulce conmigo?M: Mi amor... (Le cogió la cara con ambas manos y con los dedos pulgares le secaba dos lágrimas que ya rodaban por sus mejillas) solo intento hacerte ver de alguna manera cuanto te quiero... lo importante que eres para míE: Pero a mi se me dan fatal estas cosasM: Cariño... yo no espero recibir nada a cambio más que tu sonrisaE: (Tras aquellas palabras Esther no pudo más que sonreír) Creo que, nos falta una cosaM: ¿El que?E: Hacer el amor por primera vez desde que vivimos juntasM: Eso lo solucionamos en un momento pero, ¿y los crepes?E: Los crepes pueden esperar... pero que pueda esperar yo no lo tengo tan claro

Y sin dejarla decir nada más la llevó a la cama de la mano donde pasaron casi media mañana

A las once y media Maca estaba con la puerta abierta, un poco nerviosa ya dando prisas a Esther

M: Venga cariño, date prisaE: (Se puso los zapatos y cogió al bolso) Que ya estoy, no seas pesadaM: ¿Pesada? Yo quería ir ayer, tranquilita, y lo de ir hoy juntas fue idea tuya, así que date prisa que no nos va a dar tiempo a nada, a las tres tenemos que estar en el hospitalE: (Se acercó a ella colocándose bien todavía un zapato) Que sí, que ya

Al fin consiguieron salir de allí rumbo al apartamento de Maca. Por el camino seguía recriminándola por lo que había tardado en vestirse, pero Esther solo sonreía ante sus palabras

M: ¿Te hace gracia lo que te digo?E: Pues síM: No sabía yo que te resultaba tan graciosa. (Esther sonreía más aún) Bueno, ya me explicaras de que te ríesE: De nada en particular, simplemente estoy contenta hoy, está resultando ser un día perfectoM: Perfecto para ti será, porque la mañanita que me espera metiendo cosas en bolsas y maletas, (Puso los ojos en blanco apenas un segundo) DioooossssE: Venga cariño, sonríe, no lo estropeesM: (Aprovechó una parada en un semáforo para darle un beso y dedicarle la mejor de sus sonrisas) ¿Así te vale?E: Así me parece perfecto

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Llegaron por fin y mientras esperaban el ascensor Esther no dejaba de sonreír. Maca la miraba y no podía evitar contagiarse de su sonrisa

M: Es que no sé que te han dado hoyE: ¿Te parece poco motivo para estar tan feliz el hecho de que vamos a vivir juntas? (Llegó el ascensor y se metieron dentro)M: Me parece estupendo, y yo también estoy feliz por eso, pero... es que cada vez sonríes más... y con esa cara de pillina que pones que parece que estés tramando algo...E: Anda, no digas tonterías

Cuando salían del ascensor Maca miraba a Esther y aquella sonrisa cada vez le parecía más sospechosa. Abrió la puerta de su casa y entró caminando casi de espaldas para no dejar de mirarla. Después de dar unos pasos así se dio la vuelta para caminar ya normalmente y en vez de hacerlo así se paró en seco al ver lo que había en el salón

Se acercó despacio como con miedo a que aquello fuera a desaparecer y cuando se convenció de que era real se volvió a mirarla

M: ¿Esto es lo que creo que es?E: ¿Tú que crees que es?

De nuevo llevó la vista hacia el salón y lo miró de nuevo más detenidamente. En la pared del fondo había un cartel en el que ponía “Bienvenida a casa.”, y sobre la mesa del comedor un ramo de tulipanes con una tarjeta. Se acercó a cogerla y sin abrirla regresó de nuevo junto a Esther

M: ¿Nos quedamos a vivir aquí?E: Estuve pensando ayer y... seamos realistas... mi casa es muy pequeña, vamos a estar mejor aquí... además... te voy a copiar la frase... mi hogar está donde tú estésM: Cariño, (La abrazó suavemente, le dio un beso y luego se separó un poco de ella para seguir hablando) por mí no lo hagas... sabes que me da igualE: Lo sé... pero ya está decidido... nos quedamos aquí... y ya sabes porque no tenía ninguna prisa por venirM: ¿Por eso las sonrisitas?E: No. (Negaba ligeramente con la cabeza)M: ¿A no?E: La verdad es que las sonrisitas, como tú las llamas, eran por la tarjetita que tienes en la manoM: (Miró la tarjeta y sonrió) ¿Por esto?E: Sí

Maca se separó un poco más de Esther, pero sin llegar a alejarse de ella más que unos centímetros, abrió la tarjeta y comenzó a leer mentalmente lo que allí había escrito. “Celebremos que el azar nos unió hace un año”

M: (Con los ojos humedecidos) Sabías que día es hoyE: ¿Cómo olvidar el día que te conocí?M: Pero... yo lo recuerdo porque fue mi primer día en el hospitalE: Yo recordaba que había sido en mayo... pero no el día... Teresa me buscó tu contrato para ver el día exacto y... (Después de decir esto se encogió de hombros)

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M: Gracias cariño... me ha encantado...E: Creí que te bastaba con mi sonrisaM: Y me basta, pero... ¿a quien le amarga un dulce? (De repente se puso algo seria) Mi amor... ¿de verdad quieres que nos quedemos aquí?E: Que sí... tú tienes razón... mi casa es muy pequeñaM: Pero a ti te encanta, lo séE: No importa, de verdad

Sin decir nada más Maca comenzó a andar hacia su habitación, sacó una maleta grande del armario, la puso sobre la cama y bajo la atenta mirada de Esther comenzó a meter cosas dentro

E: ¿Pero que haces?M: Nos quedamos con tu casaE: Cariño, que de verdad que no me importaM: (Se acercó a Esther y le cogió la cara con ambas manos) Esther... mírame y se sincera conmigo... ¿Tú donde prefieres?E: Maca... yo...M: Mi amor... hay cosas que para unas personas tienen más valor que para otras... y me parece una tontería que renuncies a esto... Tú adoras esa casa... y yo la verdad... lo único que me gustaba de esta era la terraza... y tengo que reconocerlo... tu casa es pequeña, pero la terraza es preciosa... nos las apañaremos bien... ¿vale?E: Vale

Se pasaron un par de horas cogiendo cosas de Maca, llevándolas al coche y después de este tiempo decidieron seguir otro día, se les hacía tarde y mejor aprovechar el tiempo que les quedaba para ir a comer, así que cogieron el coche y pusieron rumbo al restaurante que había al lado del hospital

Mientras, en la casa de los padres de Esther la mañana había pasado bastante lenta para Encarna. No había dejado de darle vueltas en la cabeza toda la noche a la noticia recibida por su hija, y así seguía desde que había decidido abandonar la cama

Cuando el padre de Esther, que había salido a dar una vuelta, llegó a casa con la intención de comer, la encontró sentada en el sofá y con mala cara. Se acercó a ella y se sentó a su lado

Antonio: ¿Me vas a contar lo que pasa? Te has pasado la noche dando vueltas en la cama y ahora sigues ahí, toda la mañana sin ganas de nada... me estás empezando a preocupar... ¿Le pasa algo a la niña?Encarna: ¿A la niña?Antonio: Ayer fuiste a comer con ella, ¿no?Encarna: Sí, ayer comí con EstherAntonio: Y estás así desde que llegaste... ¿qué te dijo?... yo no sé, pero debe de ser algo serioEncarna: Antonio... (Se sentó un poco de lado para mirarle a la cara y le cogió las manos entre las suyas) Esther está saliendo con una mujer

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Antonio: (Se quedó en silencio unos segundos mirando a su mujer fijamente a los ojos mientras la expresión de su cara cambiaba, a veces se ponía serio y de repente sonreía de manera un tanto nerviosa) Es... es una broma... (Titubeó) ¿verdad?Encarna: No es ninguna broma... ojalá lo fueraAntonio: Pero... ¿Esther?... (Se levantó del sofá y andaba con las manos en la cabeza) La culpa de esto la tiene Paula... que le habrá comido la cabeza... Con lo bien que estábamos y tenía que aparecer ella de nuevo a marear a la niñaEncarna: Creo que no ha sido así... al parecer se conocían antes de aparecer PaulaAntonio: (Andaba de un lado a otro del salón bastante nervioso ya) Eso será lo que ella te ha dicho... se ha pasado la vida defendiéndola... que esperas que haga ahora... lo mismo... siempre protegiendo a PaulaEncarna: Tranquilízate AntonioAntonio: (Se quedó quieto un segundo para hablarle) ¿Qué me tranquilice dices?... ¿cómo me voy a tranquilizar?... Esa niña no sabe lo que hace... ¡¡Joder!!... (Al decir esta palabra dio un puñetazo sobre la mesa y se quedó con las dos manos apoyadas en esta) ¿Por qué nos tiene que pasar esto justamente a nosotros?... (Levantó la vista al techo como clamando a dios) ¿Qué pasa?... ¿qué no teníamos suficiente con una?Encarna: (Se levantó y poniéndose a su lado le pasaba la mano por la espalda mientras con la otra le cogía el brazo) Ven... vamos a sentarnos... te estás alterando demasiadoAntonio: (De un movimiento un pelín brusco se separó de ella) No quiero sentarme... vaya par de...Encarna: Cuidado con lo que dices... que son nuestras hijasAntonio: ¿Qué hicimos mal Encarna?... ¿eh?... dime... ¿qué hicimos mal?Encarna: Nadie tiene la culpa de estoAntonio: Eso... defiéndelas tú tambiénEncarna: Pues claro que las defiendo... (Se llevó la mano al pecho) son mis hijas. (Antonio se cogió el brazo izquierdo y lo apretó con fuerza contra su pecho mientras tenía una visible expresión de dolor dibujada en su cara) Antonio... ¿te pasa algo?Antonio: (Casi no podía hablar, le faltaba el aire) Llama a emergenciasEncarna: Antonio... (Se acercó a él pero no sabía que hacer)Antonio: Llama a emergencias Encarna

Mientras Encarna llamaba al 112 su marido intentó acercarse al sofá para sentarse en él, pero un fuerte dolor se lo impidió haciéndole caer sentado en el suelo junto a este y como pudo apoyó la espalda en él

Cuando Encarna terminó de hablar con emergencias, sin dejar de mirar a su marido, marcó otro número

E: Hola mamáEncarna: ¡¡Esther!! (Hablaba acelerada y Esther supo enseguida que algo pasaba) es tu padre... el corazónE: ¿Qué?... papá... ¿estáis en casa?Encarna: Sí, estamos en casaE: ¿Has llamado a alguien?Encarna: Sí, he llamado al 112, ya vienen de caminoE: Vamos enseguida mamá, ¿vale?Encarna: Date prisa hija, está muy malE: Ya llegamos mamá, estamos cerca

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Esther le contó a Maca lo sucedido y esta, rápidamente, puso el coche en dirección a la casa de los padres de ella. Mientras, Encarna se sentó en el suelo junto a su marido

Encarna: ¿Te duele?Antonio: (Se apretaba el brazo tanto como podía y cada vez le costaba más respirar) Encarna... dile...Encarna: Es mejor que no hablesAntonio: Dile... dile a Paula... que me perdone... por ser tan cabezotaEncarna: (Comenzó a llorar y mientras le acariciaba la cara le daba un beso de vez en cuando) No te despidas Antonio... no te vas a ninguna parte... no te voy a dejar irAntonio: Diles... diles que las quiero... y que estoy muy orgulloso de ellas... por tener el valor de luchar por lo que quierenEncarna: Antonio...Antonio: No seas tonta Encarna... no hagas como yo (Cada vez le faltaba más el aire y se ahogaba al hablar)... disfruta de tus hijas todo el tiempo que puedasEncarna: No te despidas de mí por favorAntonio: Te quiero... estás tan guapa... como aquel día que te vi... en la panadería... ¿te acuerdas?Encarna: Claro que me acuerdoAntonio: Me enamoré de ti en cuanto te viEncarna: No me hagas esto...Antonio: Dame un beso... un último besoEncarna: (Se acercó a besarle pero antes de conseguirlo un dolor más fuerte le hizo caer hecho un ovillo, tumbado en el suelo) ¡¡¡Antonio!!! (Le zarandeaba ligeramente, pero él no respondía) ¡¡Antonio!!... no me dejes sola... Antonio... (Su tono de voz iba bajando) Antonio... Antonio... (Hasta que acabo llorando sobre su cuerpo inerte)

Cuando Maca y Esther llegaron a la casa, Encarna ya había abierto la puerta para que pudieran entrar rápidamente al llegar. Fueron directas al salón y la vieron en el suelo, abrazada a él y llorando desconsoladamente

Se acercaron a ella, Esther se agachó a su lado y apartándola de su padre como pudo, la abrazó. Maca se arrodilló a su lado y comenzó a darle ligeros cachetes en las mejillas

M: Antonio... venga despierte... Antonio. (Comenzó a buscarle el pulso inútilmente y le abrió la boca para comprobar que nada impedía la respiración) Esther ayúdame, tiene paro cardio respiratorio

Entre las dos le colocaron boca arriba y se pusieron cada una a un lado de él, Esther junto a su cabeza y Maca junto a su pecho, y ya en esta posición Esther le inclinó la cabeza hacia detrás, dio dos soplos de aire en su boca y después de comprobarle el pulso y la respiración negó con la cabeza. Ahora era el turno de Maca, con las dos manos sobre su pecho presionaba mientras contaba

M: Uno.. dos.. tres.. cuatro.. y cinco

Encarna las observaba inmóvil, arrodillada en el suelo junto a Esther y con las manos entrelazadas delante de su pecho, como suplicando, y apretándolas con fuerza intentando sacar de dentro su impotencia ante tal situación de alguna manera

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De nuevo Esther soplaba aire dentro de la boca de su padre y Maca presionaba nuevamente su pecho mientras Esther controlaba su pulso. Y así continuaron durante un par de minutos

E: Espera, tiene pulso. (Acercó la cara a la boca de su padre e inmóvil y en absoluto silencio comprobaba su respiración) Respira... (Sonrió con lágrimas en los ojos) Está respirandoM: Genial

Unos minutos después llegaban los del samur a la casa y sin perder tiempo reconocieron al paciente mientras Maca les explicaba lo ocurrido

Esther ayudó a su madre a levantarse del suelo, la apartó un poco y la abrazó. Maca las miraba llorar abrazadas y sintió un enorme deseo de abrazarse a ellas, de abrazar a Esther y calmarla, decirle que todo había pasado ya, que solo había sido un susto, pero pensó que no era el mejor momento para que Encarna averiguara que ella era esa mujer de la que Esther le había hablado

Encarna: Hija, ¿se pondrá bien?E: Claro que si mamá, ya lo verás, solo ha sido un sustoEncarna: ¿Seguro?M: No se preocupe Encarna, se pondrá bien

Los del samur no tardaron mucho en poner al enfermo en una camilla y ya se disponían a salir de allí bajo la atenta mirada de las tres

Encarna: ¿No puedo ir con él?Enfermero: No señora, en la ambulancia no puede venirE: No te preocupes mamá, nos vamos detrás con el cocheEncarna: (Se quedó en la puerta mirando como le llevaban en la camilla escaleras abajo hasta que les perdió de vista) Voy a por mi bolso. (Y se fue hacia la habitación)

Esther se quedó mirando a Maca fijamente sin decir nada ninguna de las dos, pero sabiendo perfectamente cada una que estaba pensando la otra. Esther veía en los ojos de Maca ese deseo de abrazarla, de hacerle saber de alguna manera que estaba allí con ella, y Maca sabía del miedo de Esther por la reacción de su madre que la hacía ser más que prudente en aquella situación

Pero los nervios acumulados en los últimos minutos, el terrible miedo que se había instalado en su cuerpo unos instantes antes, y la tensión que seguía adueñándose de sus músculos, consiguieron apoderarse de todo lo demás, y sin pensarlo se echo en sus brazos rompiendo a llorar de nuevo. Maca la abrazó con todas sus fuerzas mientras dejaba besos en su pelo

M: Ya mi niña... ya está... ya pasóE: Si llegamos un poco más tarde... (Encarna regresaba por el pasillo y al verlas abrazadas se quedó parada mirándolas) Unos minutos más y ya no podríamos haber hecho nadaM: No pienses en eso mi amor... hemos llegado... eso es lo que importaE: Se pondrá bien, ¿verdad?

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M: Tendrán que hacerle pruebas para ver en que estado se encuentra su corazón... pero sí... supongo que se pondrá bienE: Que miedo he pasado Maca... (Hablaba entre sollozos) creí que le perdía... que no volvería a hablar con élM: No llores más mi vida... por suerte eso no ha sido así... y vas a poder hablar con él dentro de un ratoE: Sí... Tengo que hablar con élEncarna: Ejem, ejem... (Deshicieron el abrazo al instante y se giraron a mirarla) ¿Nos vamos?E: Claro mamá... vámonos ya

Y salieron las tres de la casa rumbo al hospital

Ya en el coche, de camino al hospital, Esther sacó el teléfono de su bolso para avisar a Paula de lo ocurrido

Paula: Hola bicho, ¿cómo va todo?E: Pues... ahora mejor... hace un rato de penaPaula: ¿Pasa algo?E: Paula... no te asustes, ya está mejor... pero papá ha sufrido una parada cardio respiratoriaPaula: ¡¡¿Qué?!!... pero esta mejor seguroE: Sí... vamos camino del hospital... pero lo peor ya ha pasadoPaula: ¿Y mamá?E: (Giró un poco la cabeza para mirar a su madre) Está aquí con nosotrasPaula: Pásamela, andaE: Voy. (Le pasó el teléfono a su madre) TomaEncarna: Hola hijaPaula: ¿Cómo estás mamá?Encarna: Nerviosa... bastante nerviosa... (Sollozaba levemente) Casi se nos va... a faltado un pelo... si no llega a ser porque tu hermana y Maca han llegado a tiempoPaula: Bueno... tranquilízate mamá... ya verás como se recuperaEncarna: ¿Vas a venir a verle?Paula: (Dudó unos segundos antes de responder) No séEncarna: Hija... hazlo por míPaula: Mira... de momento iré a verte a ti, ¿vale?Encarna: Vale... Tú vente y lo hablamos con calmaPaula: En cuanto pueda voy mamá... pero no te prometo nadaEncarna: Venga... te dejo que ya hemos llegadoPaula: Un besoEncarna: Hasta luego hija

Entraron en el hospital y Esther fue rápidamente a averiguar donde estaba su padre. Teresa le informó de que estaba en el box uno y cuando estaba llegando allí se encontró con Vilches que agarrándola de un brazo la detuvo

V: ¿Adónde crees que vas tú?E: Vilches suéltame... mi padre está en ese boxV: Lo sé... y tu vas a esperar fuera como todos los familiares

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E: Vilches... por favorV: Esther... no te voy a dejar entrarE: Pero...M: Cariño... Vilches tiene razón... es mejor que esperemos fueraE: (Miró a Maca y luego a su madre, que la habían seguido hasta allí e inspiró profundamente) Está bien... esperaremos aquíV: Así me gusta

Esperaron unos minutos en la puerta del box y cuando lo sacaron de allí se acercaron a verle

E: Hola papá... (Le acariciaba el pelo ligeramente mientras intentaba que las lágrimas no volvieran a hacer acto de presencia) ¿te encuentras mejor? (Su padre asintió levemente con la cabeza y le guiñó un ojo)Encarna: Menudo susto nos has dado... (Le dio un pequeño beso y las dos se despidieron de él con la mano mientras le veían alejarse)E: Aimé, ¿a dónde le llevan?A: Ahora le llevaran a hacerle un electro, una placa de tórax y tenemos ya las muestras para un análisis. A recuperado la conciencia en la ambulancia, y por la exploración parece que todo está bien. Esperaremos a las pruebas y luego ya os digoEncarna: Gracias doctorE: Gracias Aimé. (Aimé les sonrió y se fue)M: Bueno... yo tengo que ir a trabajarE: (Miró su reloj) Ya son las tres y media, ni me acordabaEncarna: Hija, ¿tienes guardia ahora?E: Sí, pero intentaré arreglarloM: Me voy a ir, pero en cuanto pueda me paso a verosE: No te preocupes, veM: Hasta luego EncarnaEncarna: Hasta luego hija... (Maca y Esther sonrieron por esta última palabra) y gracias por todoM: No tiene porque dármelas, a sido un placer poder ayudarEncarna: (Se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla) Gracias de todos modosM: (Volvió a sonreír, pero más ampliamente y luego miró a Esther) Hasta luego cariñoE: Hasta luego

Esther acompañó a su madre a la habitación donde le habían dicho que llevarían a su padre después de hacerle las pruebas y luego bajó rápido a urgencias para solucionar lo de su guardia. La solución apareció ante ella sin esperarlo. Susana, una enfermera que era amiga suya, se disponía a salir cuando se enteró por Teresita de lo ocurrido y se ofreció a hacerle el turno a Esther

E: ¿De verdad que no te importa?Susana: Ya te he dicho que no Esther, que no me cuesta nada, tú harías lo mismo por mí, ¿verdad?E: No lo dudesSusana: Pues no se hable másE: Muchas gracias Susana, gracias por el favor, de verdadSusana: No me des las gracias que te debo unos cuantos

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Aun así, Esther se tuvo que quedar unos minutos revisando unos informes antes de poder volver a la habitación de su padre

Cuando Encarna vio como abrían la puerta de la habitación se acercó rápido a la cama en la que traían a su marido y le cogió de la mano andando a su lado hasta que esta estuvo en su sitio

Celador: Venga, ahora a descansar un ratitoEncarna: Gracias. (Espero a que el celador saliera y luego le dio un beso a su marido) No me vuelvas a hacer estoAntonio: (Con apenas un hilo de voz que casi no se entendía por la mascarilla de oxigeno) EncarnaEncarna: No hables, (Le acariciaba el pelo mientras le sonreía) ya has oído lo que te han dicho, tienes que descansarAntonio: Has...Encarna: Que no hables cabezota... ya habrá tiempoAntonio: ¿Has hablado... con las niñas?Encarna: (Sabía perfectamente de que le hablaba su marido) No, no les he dicho nada, no he tenido tiempoAntonio: (Intentó quitarse la mascarilla y Encarna se lo impidió) No se lo digasEncarna: (Al oír esas palabras se puso seria) Mira... no vamos a hablar de esto ahora... tienes que estar tranquilo y descansar... no pienses en nada y relájateAntonio: No les digas lo que te he dicho antesEncarna: No te entiendo Antonio... ¿has cambiado de opinión?... ¿qué pasa?... ¿qué viendo la muerte de cerca se ven las cosas de otra manera?... ahora que estás mejor vuelves a ser el mismo cabezota de siempreAntonio: No es eso... (Se quitó la mascarilla un momento) Ya que tengo otra oportunidad... quiero decírselo yoEncarna: (Cogió la mascarilla, se la puso bien y luego le dio un beso en la mejilla) Tranquilo... tendrás tiempo de sobra para hablar con ellas

Unos minutos después Esther llegaba a la habitación de su padre y sin pensarlo se acercó a darle un beso, él le sonrió y le cogió una mano como pidiéndole que se quedara allí, a su lado

E: Ya tienes mejor aspecto, ¿eh?... Ahora te vas a tener que cuidar... y muchoAntonio: Esther... hija

Sin que se dieran cuenta ninguno de los dos alguien entreabrió la puerta y se quedó escuchando atentamente, ya que el tono de voz de Antonio era muy bajo y casi no se oía lo que decía

E: No te esfuerces ahora papá... ya me lo dirás cuando estés mejorAntonio: Te quieroE: (Sonrió y le abrazó con cuidado) Y yo a ti... no sabes cuantoAntonio: Esa chica...E: (Se incorporó de nuevo para poder mirarle) ¿Mi novia?... (Como respuesta a esa pregunta su padre asintió levemente con la cabeza) Maca... se llama Maca papáAntonio: Maca... ¿Te quiere?E: Sí... eso parece... y yo a ella

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Antonio: Me alegroE: Papá... no tienes idea las veces que pensé en ti cuando me di cuenta que me estaba enamorando de ella... pero fue inevitable... la quiero con toda mi almaAntonio: Lo siento... siento haberme portado así

Encarna, que hasta ese momento había estado mirando la escena sin perder detalle, vio que alguien escuchaba junto a la puerta, se levantó y fue hacia allí

E: ¿A dónde vas mamá?Encarna: Voy a por una botella de agua hija. Vuelvo enseguidaE: Pero si...

Esther cogió la botella de agua que había sobre la mesilla para decirle a su madre que todavía estaba llena, pero esta ya había salido de la habitación cerrando la puerta tras de si. Al salir al pasillo vio a Paula apoyada en la pared llorando, se acercó a ella y la abrazó

Encarna: Pero hija... ¿por qué lloras?Paula: Mamá...Encarna: Ssshhhhh... tranquila... no pasa nada... llora hija mía... llora si eso te hace sentir mejor

Permanecieron así un par de minutos y cuando Paula consiguió tranquilizarse un poco se sentaron en unas sillas que había al otro lado del pasillo

Encarna: ¿Ya?Paula: Sí... ya estoy mejor... ¿Y tú?... ¿cómo estás?Encarna: Ahora ya más tranquila... pero hemos pasado un mal ratoPaula: Me imaginoEncarna: ¿Vas a entrar a verle?Paula: No lo sé mamá... lo tengo que pensarEncarna: Yo creo que deberías de entrar... quiere hablar contigoPaula: ¡¡¿En serio?!!Encarna: Muy en serio... ¿Qué dices?Paula: Déjame sola un momento... ¿vale?Encarna: Vale... (La señalaba con el dedo en señal de aviso) pero no te vayasPaula: No... claro

Encarna entró de nuevo en la habitación y se acercó a la cama cogiendo la mano de su marido que quedaba libre, ya que la otra seguía entre las de Esther

E: ¿Y la botella de agua?Encarna: Cada día tengo peor la memoria... cuando he llegado al final del pasillo ya no me acordaba de para que había salido de aquí

Unos ligeros golpes dados en la puerta les hicieron dirigir la vista a los tres hacia allí

E: PasePaula: (Asomó un poco la cabeza con la mano apoyada en el pomo de la puerta) HolaAntonio: ¡¡Paula!!... hija mía

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Paula: (Empezó a andar lentamente hacía la cama y Esther se hizo un poco a un lado para permitirle acercarse más a su padre, pero ella se paró cuando apenas le faltaban dos pasos para llegar hasta allí) Hola papáAntonio: No muerdoPaula: ¿Seguro?Antonio: Seguro... Lo siento hija... Lo siento mucho... ¿podrás perdonarme? (Paula cerró los ojos con fuerza para intentar no romper a llorar de nuevo mientras aspiraba profundamente, luego volvió a abrirlos y se encontró con la mirada suplicante de su padre) Perdóname. (Abrió los brazos invitándola a acercarse y después de pensarlo un par de segundos por fin se abrazó a él no pudiendo controlar ya el llanto)Paula: Papá... te he echado mucho de menosAntonio: Y yo a ti cariñoPaula: Perdóname tú a míAntonio: (La cogió por los hombros y la separó un poco de su cuerpo) No... eso si que no... tú no has hecho nada malo. (Le miró unos segundos y se volvió a abrazar a él)

Después de la emoción del primer instante ya hablaban con más calma. Esther se había sentado en una silla junto a la cama, con los brazos entrelazados apoyados en esta y Paula permanecía de pie al otro lado cogiendo una mano de su padre y rodeando a su madre por el hombro con el otro brazo

Estuvieron hablando un rato los cuatro y al final, aunque les costó bastante, convencieron a Encarna de que bajara a tomar algo, y Esther se fue con ella dejando a su padre solo con Paula

Antonio: Paula hija, ¿quieres acercarme mi cartera? Está ahí, en el armario, con mis cosas. (Paula buscó la cartera y se la dio) Quiero enseñarte algoPaula: ¿Qué es?Antonio: No seas impaciente. (Sacó una foto de su cartera y se la dio)Paula: ¿Una foto? (La cogió y nada más mirarla se cubrió la boca con una mano un instante, mientras hacia fuerza para intentar no volver a llorar) Es de mi graduaciónAntonio: ExactoPaula: ¿De donde la has sacado?Antonio: La hice yo... ¿qué te crees?Paula: ¿Estuviste en mi graduación?Antonio: No lo pude resistir... Oí a Esther como le contaba a mamá que una amiga suya le dijo que te graduabas y...Paula: Viniste a vermeAntonio: Cuando tienes hijos lo único que te preocupa es que estén bien... que sean felices... Cuando me dijiste que... Ya sabes... aquel día que nos contaste todoPaula: Sí... sigueAntonio: Por primera vez desde el día en que naciste lo vi todo negro... no era lo que esperaba... no me pareció la vida ideal que había soñado para ti... Pero tú no te rendiste... Yo solía pensar que volverías pidiendo perdón... diciendo que te habías equivocado... pero no... Tú tenías claro lo que querías... y luchaste por ello... No sé como te las apañaste, pero conseguiste acabar tus estudios tú solita, sin la ayuda de nadiePaula: Yo no diría de nadie... hay alguien que lleva muchos años ayudándome siempre que lo he necesitadoAntonio: ¿Y donde esta?Paula: Trabajando... no la he llamado

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Antonio: Pues luego la llamas y le dices que se venga... quiero conocerlaPaula: Pero si la conocesAntonio: ¿La conozco?Paula: Claro... ¿te acuerdas de Luci?... estudiábamos juntas y venía mucho por casaAntonio: Tu amiga Lucía... sí... me acuerdo de ella... pero yo creía que me estabas hablando de tu noviaPaula: Ella es mi noviaAntonio: Yo eso no lo sabíaPaula: Pues ya lo sabesAntonio: Cuándo venía por casa, ¿tu y ella ya...?Paula: Que va... hasta hace poco éramos solo amigasAntonio: ¿Y a que se dedica?Paula: Estudiábamos juntas papá, te lo acabo de decirAntonio: Entonces, ¿también es economista?Paula: Sí, trabajó en una multinacional varios años, pero ahora ya hace bastante que da clases en la facultadAntonio: Una profesora de universidad. No está mal...Paula: Es maravillosa papáAntonio: ¿A que esperas para llamarla?Paula: Cuando regresen mamá y Esther la llamoAntonio: Esto me está costando mucho... no te creas... pero me has dado una lección... Tú no te has rendido nunca ante nada... y yo fui tan cobarde que no me enfrente ni a mi orgulloPaula: PapáAntonio: Es así... Hay que tener mucho valor para hacer lo que tu hiciste... y ahora yo tendré el valor suficiente para enfrentarme a mis miedos... a todo lo que haga falta para teneros conmigo... No te quiero volver a perder... y si tengo que tragarme mi orgullo me lo tragaré... si tengo que entender que tú eres así... (Bajó un momento la vista para luego volverla a mirar) por mucho que me cueste... lo acabaré entendiendo... Y si tú quieres a Lucía y ella te hace feliz, no me queda más que quererla yo también... Al fin y al cabo, lo que yo deseaba era eso... que fueras felizPaula: (Se abrazó a su pecho y dejó que él la rodeara con sus brazos) Gracias papáAntonio: Gracias a ti por perdonarme

Siguieron charlando hasta que regresaron Esther y su madre, momento que aprovechó Paula para salir de la habitación y poder llamar a Lucía con calma. Nada más salir ella de la habitación entró Aimé tras dar unos golpecitos en la puerta

A: Buenas... ¿Cómo sigue Antonio?Antonio: Mucho mejor ahora que tengo a mis hijas aquíA: A ver... Parece ser que el ataque que ha sufrido usted hoy a sido provocado por una pequeña obstrucción en la coronaria... De todos modos no parece grave... Le vamos a poner un tratamiento con anticoagulantes... mucho reposo durante unos días y eso si, nada de tabaco, ni alcohol, y una dieta que no quiero que se salte para nadaAntonio: ¿Con eso me pondré bien?A: Con eso estará usted mucho mejor, que no es poco... y luego ya le seguirá su cardiólogoAntonio: Muchas gracias doctor

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A: Las gracias déselas a su hija y a Maca... En casos como el suyo unos minutos pueden ser decisivos, una actuación rápida consigue que el corazón no sufra mucho daño... y le aseguro que ellas sabían lo que hacíanAntonio: ¿Me está diciendo usted que me han salvado la vida?A: Le digo que ha tenido mucha suerte

Le dieron las gracias a Aimé y este se fue. Antonio le apretó un poco la mano a Esther y la miró a los ojos

Antonio: Mi niña... Me habéis salvado la vidaE: Ya has oído al médico papá, a sido solo cuestión de suerteAntonio: El médico que diga lo que quiera... para mi no ha sido solo suerte... ha dicho que sabíais lo que hacíais... ¿También es enfermera?E: No, Maca es médico... pediatra para ser exactosAntonio: ¿Y donde está? Le quiero dar las graciasE: Esta trabajando... pero se pasará en cuanto puedaM: (Llamó a la puerta y asomó un poco la cabeza) ¿Se puede?E: Ya la tienes aquí... pasa Maca. (Se acercó a ella, la cogió de la mano y así juntas se acercaron a la cama) Papá... ella es Maca... mi noviaAntonio: Por fin te conozco... hemos estado hablando de ti y ya tenía ganas de conocerte... ¿No me vas a dar un beso, o algo?M: Claro, perdone... (Se acercó más a él y le dio dos besos) Yo también he oído hablar de ustedAntonio: No quiero ni pensarlo... mejor que olvides todo eso y que te centres en lo que veas a partir de ahoraM: ValeAntonio: Quería darte las gracias por lo que has hecho hoy por míM: Ha sido pura casualidad... estábamos cerca de su casa cuando Encarna ha llamado a Esther y...Antonio: Todos me habéis dicho lo mismo... casualidad, suerte... lo que sea... pero gracias a vosotras dos lo estoy contandoE: (Empezó a andar hacia su madre tirando de la mano de Maca para que esta la siguiera) Mamá... ya sé que ya os conocéis y todo eso... pero quiero hacer las cosas bien... Maca es la mujer de la que te habléEncarna: Sí... bueno... algo he visto que me hacía pensar esoE: (Sonrió ante las palabras de su madre) Sí, ya... quería decírtelo yo... solo que las cosas han sido asíEncarna: No te preocupes hijaPaula: (Entró en la habitación y al ver a Maca fue directa a saludarla) Hola MacaM: Hola Paula, ¿qué tal?Paula: Bien. Vengo de llamar a Luci... se ha enfadado conmigo por no avisarla antesEncarna: ¿Y por que no la has llamado antes?Paula: Pues porque no termina las clases hasta las seis mamáAntonio: (Se quedó mirando a Esther y Maca que seguían cogidas de la mano) MacaM: (Se dio la vuelta hacia el rápidamente para contestarle) ¿Sí?Antonio: ¿Entonces tu también trabajas aquí?M: Sí... (Recordó por un momento la mañana pasada con Esther y pensó lo largo que le estaba pareciendo aquel día) justo hoy hace un año

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Paula: ¿Ya hace un año? Parece que fue ayer cuando me dijiste que ibas a trabajar aquí. (Después de soltar aquello sin pensar, se quedó quieta mientras se daba cuenta que seguramente acababa de meter la pata)Antonio: A pero, ¿vosotras os conocíais?E: (Se acercó rápidamente a su padre y empezó a hablar antes de que nadie dijera nada que lo estropeara más aún) Si, ya ves... otra casualidad... si es que la vida está llena de casualidades... Ellas se conocían... luego Maca empezó a trabajar aquí... y hasta hace poco no supo que éramos hermanasAntonio: Que pequeño es el mundoPaula: (Miraba a Esther aliviada mientras le pedía perdón con esa mirada) Un pañuelo... el mundo es un pañuelo

Después de unos minutos, Esther fue a acompañar a Maca hasta urgencias como excusa para pasar un ratito juntas. Al regresar, de camino a la habitación, se encontró a su madre por el pasillo

E: ¿Adónde vas?Encarna: (Señalando al final del pasillo) Pues iba a por...E: (Sin dejarla terminar de hablar) ¿A por agua?... (Sonrió) Cambia de táctica mamáEncarna: Está bien... te estaba esperando. Es que hay una cosa que no me puedo sacar de la cabezaE: Anda, suéltaloEncarna: ¿Cuánto hace que tu y Maca...?E: Un momento. ¿Qué estás insinuando?... No... tú no puedes pensar que soy capaz de hacer algo asíEncarna: Yo ya no sé que pensar EstherE: ¿De verdad piensas que engañé a Paula?Encarna: No lo sé... ya te lo he dichoE: ¿Pero tú has visto lo bien que se llevan?... Si le hubiésemos hecho algo así, no es que no se llevaría bien con Maca... conmigo tampocoEncarna: Hay tantas cosas que mi cabeza no entiende muy bienE: Espera. Vamos a hablar con ella

Anduvo hasta la habitación seguida de cerca por su madre y al llegar allí se asomó y llamó a Paula con un gesto de la mano para que saliera al pasillo

Paula: Se ha dormidoE: Perfecto. (Miró a su madre y le sonrió) Venga... pregúntale a ella. (Su madre la miraba como diciendo, estás loca, ¿cómo le voy a preguntar eso?)Paula: ¿Qué pasa?E: Nada... que mamá piensa que me lié con Maca mientras estaba contigoPaula: (Miró a su madre sorprendida) ¿Qué piensas que?... Perdona, pero creía que conocías mejor a EstherEncarna: Yo no he dicho eso... pero es que hace nada era tu novia... me sorprende todo esto... y ya se va a vivir con ella... ¿Qué queréis que piense?... Vosotras queréis que yo os entienda... pero quien me entiende a mí

Las dos bajaron la vista al suelo y después de unos segundos se miraron a los ojos para después mirar las dos a su madre

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E: Tienes razón... Esto es un poco surrealistaPaula: Pregunta... ¿Qué quieres saber?... no te cortesEncarna: Antes que nada eso... ¿Cómo puedes comportarte de manera tan natural con alguien que hace unos meses era tu novia y ahora lo es de tu hermana?Paula: Muy sencillo mamá... por que yo no estaba enamorada de Maca... sentía un cariño muy especial por ella... y ya está... es que incluso me alegro de verlas tan bienEncarna: ¿Y tú como pudiste enamorarte de la novia de tu hermana?E: Yo no sabía que era su novia... Hace un año que conozco a Maca y de esto me enteré hace unos mesesPaula: Y para que lo entiendas... Cuando Esther se enteró de que Maca era mi novia incluso pidió un traslado a planta para evitar estar con ellaE: ¿Tú como sabes eso?Paula: Me lo contó un pajaritoEncarna: ¿Y Maca?... Por que ella si sabía que tenía novia cuando se enamoró de tiE: JoderPaula: Mamá... No le des más vueltas... todo está bien como está... olvida lo que pasó antesEncarna: ¿Tú estás bien hija?Paula: (Sonrió al ver que Lucía se acercaba a ellas) Perfectamente. (Y las dejó para salir a su encuentro) Hola cariñoLucía: (La abrazó y le dio un beso en la mejilla) Hola niña. ¿Cómo no me avisas antes?... Hubiese encontrado alguien que se hiciera cargo de las últimas clasesPaula: No era necesarioLucía: Mira... porque solo ha sido un susto... sino me hubiese enfadado contigo en serioPaula: Pero si tú no sabes enfadarte conmigoLucía: (Se separo un poco de ella y la miró mientras la sujetaba por los hombros) Paula, te estoy hablando en serio... Seguro que has pasado un mal rato... me hubiese gustado estar contigoPaula: Perdona... estabas trabajando y...Lucía: Para mi no hay nada más importante que tú... ¿lo entiendes?Paula: (Sonrió levemente mirándola a los ojos y poco a poco fue ampliando esa sonrisa) Claro que lo entiendo

Le dio un beso y cogiéndola de la mano fueron hasta donde estaban su madre y Esther, que aunque se habían dado la vuelta para no estar metidas de lleno en la escena no habían podido evitar oírlo todo

Lucía: Hola EstherE: Hola. (Se dieron dos besos)Lucía: ¿Cómo está señora Encarna?

Encarna la miró durante unos segundos mientras pensaba en todo lo que acababa de escuchar. Ahora tenía claro porque Paula estaba tan tranquila con el otro tema, si tenía a alguien que la adoraba y a quien seguramente ella adoraba de la misma manera, ¿cómo le iba a preocupar nada más?

No supo exactamente como, pero en ese cortísimo espacio de tiempo comenzó a entenderlo todo. Mirando los ojos de Lucía mientras esta esperaba su contestación, vio en ellos algo que le resolvió todas sus dudas y que le hizo entender las palabras que Paula le había dicho un instante antes, “Todo está bien como está.”

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Eso era exactamente, todo estaba bien, no había que cambiar nada. Maca se iba a vivir con Esther, Paula ahora estaba con Lucía, y todo el mundo contento y feliz, sin pensar en el pasado, solo mirando al futuro

Y con estos pensamientos en su cabeza se acercó a ella y sin pensarlo dos veces la abrazó y le dio un beso en la mejilla

Encarna: Nada de señora Encarna... Encarna... y háblame de túLucía: (La miraba un poco alucinada) Vale... ¿Cómo estás Encarna?Encarna: Muy bien hija... muy bienPaula: (Sonrió mirando a su madre y creyó adivinar lo que había pasado) ¿Vamos dentro?Encarna: Vamos

Había comenzado el mes de Junio ya, y los rayos de sol que inundaban la terraza invitaban a tumbarse allí afuera, y así lo hizo Maca, se sentó sobre la tumbona y poco a poco se fue reclinando hasta encontrar la postura más cómoda. Eran cerca de las tres y esperaba a Esther para comer, pero sin darse cuenta se quedó dormida

Unos minutos después llegaba ella y al salir a la terraza y verla allí tumbada, con los ojos cerrados, su rostro relajado, supo que estaba durmiendo, se acercó y con cuidado se sentó en una esquinita, a su lado y le dio un pequeño beso. Se quedó mirándola unos instantes sonriendo levemente. Maca fue abriendo los ojos lentamente y al verla sonrió

M: Hola mi amorE: Hola... se está bien aquí, ¿eh?M: Sí... ven. (Se hizo a un lado y dejó hueco suficiente para que se tumbara junto a ella, cosa que hizo recostando la cabeza en su hombro) ¿Qué tal el día?E: Sin ti en pelín largo... ¿Y tú?... ¿qué has hecho toda la mañana?M: He bajado a comprar un par de cosas, y bueno... al subir... me he encontrado a nuestro vecino en el ascensorE: ¿El del estudio de aquí al lado?M: El mismo... y me ha dicho que se mudan... que su novia está embarazada y pronto no van a caberE: ¿Carmen está embarazada?M: Eso pareceE: Que bien... segura que está contentísimaM: Sí... seguro... y bueno... le he comentado, que si piensan en vender el piso... que nos pregunten a nosotras antes... que igual estamos interesadasE: (Se incorporó rápidamente y la miró de frente) ¿Qué?M: ¿No te gusta la idea? (Esther se puso una mano tapando su boca y comenzó a llorar) Mi amor... (La abrazó y le dio un par de besos) ¿por qué lloras?E: Mi vida... soy tan feliz... esto es demasiadoM: Solo lo que tú te merecesE: ¿Sabes que el estudio de al lado es más grande que este?M: ¿A sí?... pues mejor aún... ¿Y te imaginas la terraza que se nos va a quedar?E: No lo sabes tú bien. (Se levantó y acercó una silla a la pared que separaba su terraza de la de los vecinos) Ven... sube y echa un vistazo

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M: Esther, que todavía viven ahíE: (Se subió a la silla y comprobó que no había nadie en la terraza vecina) No están... venga venteM: (Puso otra silla a su lado y subió como había hecho ella) Es enormeE: Pues imagínatela sin esta pared... Podríamos poner una piscina de esas pequeñas para niñosM: (La miró un poco sorprendida) ¿Qué niños?E: No me refería a que vayamos a tener niños... sino que esas piscinas suelen ser para niñosM: ¿Pero te gustaría?E: Pues claro... en verano va bien para el calorM: No te hagas la despistada... te hablo de los niños... y lo sabesE: (La miró seriamente un instante antes de decir nada) Claro que me gustaríaM: A mí también... pero en un futuroE: Claro... ahora noM: No... claro... dentro de... no sé... un tiempoE: Eso

Esther se bajó de la silla, la dejó en su sitio y fue a apoyarse en la barandilla. Maca no dejó de mirarla ni un instante y después de hacer lo mismo con su silla se acercó a ella, la rodeo por la cintura y descansó la barbilla sobre su hombro

M: ¿En que piensas?E: En que soy feliz... (Puso las manos sobre las suyas y echó la cabeza atrás para reclinarla sobre su hombro y así, ladeándola un poco poder mirarla) Quiero cerrar los ojos y quedarme aquí para siempre, contigo... no necesito nada más... no quiero nada másM: Uhhmmmm... ¿Ni siquiera los canelones que hay en el horno?E: ¡¡¿Canelones?!!... ¡¿Has dicho canelones?!.. (Maca asintió) Cambio de planes

Y dicho esto le dio un beso y entró en la casa mientras Maca sonreía rebosante de felicidad

FIN

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