por una crítica a favor de la experiencia y el activismo

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POR UNA CRÍTICA A FAVOR DE LA EXPERIENCIA Y EL ACTIVISMO Frente al decreto de la muerte de la historia,* la crítica **y la teoría por parte de autores neoliberales como Francis Fukuyama, 9 es precisamente ahora cuando es más necesario refundamentar criterios para un proyecto crítico, en el marco de un pensamiento posmarxista, que desenmascare la ideología dominante, que desarticule los argumentos neoliberales de la globalización. Precisamente en esta época que se pretende de pensamiento único, las estrategias de dominio a través de la ideología son las más sofisticadas de la historia de la humanidad. Palabras que parecen bien intencionadas maquillan propuestas sin más interés que la especulación. Se trata de construir un nuevo pensamiento que interprete que detrás del mundo de las formas existen implicaciones sociales y éticas; cada posición formal remite a una concepción del mundo, del tiempo y del sujeto. Se trata de *Habría que poner especial atención al término <<muerte de la historia>>, término que podría confundirse de una forma acrítica e irreflexiba con la condición posmoderna. Para de algún modo explicitar esta ambiguedad se hará una distinción entre "posmodernidad", y <<condición posmoderna>>. En este sentido "posmodernidad" sería un término que podemos ilustrar de la siguiente forma , y cito a Lyotard: "He leído a un pensador que goza de reputación asumiendo la defensa de la modernidad contra aquellos que él llama neoconservadores. Bajo el estandarte del posmodemismo, lo que quieren —piensa— es desembarazarse del proyecto moderno que ha quedado inconcluso el proyecto de las Luces. Incluso los últimos partidarios de la Auftlürung, como Popper o Adorno [...] Lo que Habermas reclama a las artes y a la experiencia que éstas procuran es, en suma, que sean capaces de tender un puente por encima del abismo que separa el discurso del conocimiento; del discurso de la ética y la política, franqueando así un pasaje hacia la unidad de la experienc ia Si bien "posmodernidad", es un término laxo bien podemos extraer la cuestión del "desembarazarse " del proyecto de las luces, lo que podría, aunque de forma arriesgada ,establecerse en una relación con <<la muerte de la historia>>, [Escriba texto] [Escriba texto] ARQUITECTURA Y POLÍTICA

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POR UNA CRTICA A FAVOR DE LA EXPERIENCIA Y EL ACTIVISMO

Frente al decreto de la muerte de la historia,* la crtica **y la teora por parte de autores neoliberales como Francis Fukuyama,9 es precisamente ahora cuando es ms necesario refundamentar criterios para un proyecto crtico, en el marco de un pensamiento posmarxista, que desenmascare la ideologa dominante, que desarticule los argumentos neoliberales de la globalizacin. Precisamente en esta poca que se pretende de pensamiento nico, las estrategias de dominio a travs de la ideologa son las ms sofisticadas de la historia de la humanidad. Palabras que parecen bien intencionadas maquillan propuestas sin ms inters que la especulacin.Se trata de construir un nuevo pensamiento que interprete que detrs del mundo de las formas existen implicaciones sociales y ticas; cada posicin formal remite a una concepcin del mundo, del tiempo y del sujeto. Se trata de

*Habra que poner especial atencin al trmino , trmino que podra confundirse de una forma acrtica e irreflexiba con la condicin posmoderna. Para de algn modo explicitar esta ambiguedad se har una distincin entre "posmodernidad", y . En este sentido "posmodernidad" sera un trmino que podemos ilustrar de la siguiente forma , y cito a Lyotard: "He ledo a un pensador que goza de reputacin asumiendo la defensa de la modernidad contra aquellos que l llama neoconservadores. Bajo el estandarte del posmodemismo, lo que quieren piensa es desembarazarse del proyecto moderno que ha quedado inconcluso el proyecto de las Luces. Incluso los ltimos partidarios de la Auftlrung, como Popper o Adorno [...] Lo que Habermas reclama a las artes y a la experiencia que stas procuran es, en suma, que sean capaces de tender un puente por encima del abismo que separa el discurso del conocimiento; del discurso de la tica y la poltica, franqueando as un pasaje hacia la unidad de la experienciaSi bien "posmodernidad", es un trmino laxo bien podemos extraer la cuestin del "desembarazarse " del proyecto de las luces, lo que podra, aunque de forma arriesgada ,establecerse en una relacin con ,

construir sistemas interpretativos de sntesis que sepan conciliar las interpretacionesp

formales con la crtica a la ideologa, es decir, que expliquen que el arte, la arquitectura y la ciudad desde lo social y lo poltico, pero que, al mismo tiempo, sepan analizar a fondo las obras, rechazando explicaciones simplistas y esquemticas que pretendan reducir la complejidad de los mundos creativos y formales exclusivamente a condiciones econmicas e ideolgicas.10Hablamos de una necesaria crtica posmarxista, en lo que pueda tener de reinterpretacion de la parte an vlida de la tradicin marxista, de anlisis profundo de los hechos y los objetos. Una crtica que sea capaz tanto de superar especialmente la tradicin dogmtica y maniquesta que el tardomarxismo foment en la dcada de 1970, como de desvelar los contenidos reaccionarios de unos proyectos actuales seductores, slo basados en alardes grficos, sin contenido especial y estructural, que no tienen en cuenta la realidad social, que parten de un total desconocimiento y desprecio por el saber de la historia y que se nutren del cinismo y la falta de escrpulos de la publicidad.11Nos identificamos con una condicin posmoderna en la medida en que nos reconocemos en la crisis del proyecto moderno de la ilustracin, que identific la modernidad del capitalismo con la apologa del desarrollismo, lo cual ha comportado la destruccin de la naturaleza; no se ha conseguido en las ltimas dcadas paliar las desigualdades sociales, y se ha impuesto una modernidad basada en el rechazo de los otros: as mujeres, las otras culturas y los marginados. Pero, al mismo tiempo, nos es conceptualmente admisible el rechazo del proyecto de la modernidad, basada en la mejora de las condiciones de vida y en la defensa de los rerechos humanos.Por todo ello es totalmente adecuado remitirnos a una posicin crtica posmarxista que acepte, tal como escribi Jaques Derrida en Espectros de Marx,12 que la alternativa es habitar propiamente en la crisis del marxismo, en sus desdoblamientos. Reinterpretando las teoras de Marx y oponindose

10 Vase Montaner, Josep Maria, Las formas del siglo xx, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2002, y Rem Koolhaas. Todo en venta. De Le Corbusier a Prada, Summa+, nm. 57, Buenos Aires, 2002-2003.11 Vase: Leach, Neil, The Anaesthetic of Architecture, The MIT press, Cambridge (Mass), 1999(version castellana: La an-esttica de la arquitectura, Editorial Gustavo Gill, Barcelona, 2001).12 Derrida, Jacques, Spectres de Marx: letat de la dette, le travail du devil et la nouvelle Internationale, Galile, Pars 1993 (versin castellana: Espectros de Marx: el estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional, Trotta, Madrid, 1995) 10 Vase Montaner, Josep Maria, Las formas del siglo xx, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2002, y Rem Koolhaas. Todo en venta. De Le Corbusier a Prada, Summa+, nm. 57, Buenos Aires, 2002-2003.11 Vase: Leach, Neil, The Anaesthetic of Architecture, The MIT press, Cambridge (Mass), 1999(version castellana: La an-esttica de la arquitectura, Editorial Gustavo Gill, Barcelona, 2001).12 Derrida, Jacques, Spectres de Marx: letat de la dette, le travail du devil et la nouvelle Internationale, Galile, Pars 1993 (versin castellana: Espectros de Marx: el estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional, Trotta, Madrid, 1995)

radicalmente al discurso mesinico y ultraconservador de Francis Fukuyama, Derrida escribi que en la situacin actual debemos reclamar una poltica de la memoria, de la herencia, de las generaciones. En nombre de la justicia. Un principio de responsabilidad.El texto Espectros de Marx parte de que el tiempo est desarticulado, descoyuntado, desencajado, dislocado, el tiempo est trastocado, acosado y transtornado, desquiciado, a la vez desarreglado y loco. Y concluye, citado a Hamlet de Shakespeare: The time es out of joint. Sostiene Derrida que no hay porvenir sin Marx. La clave radica en su continua y siempre posible reinterpretacin, aprendiendo de su visin social y superando las servidumbres y errores de su historicidad. Reconociendo que ya en su propia raz se habla sobre su propio envejecimiento posible y su historicidad intrnsecamente irreducible,Derrida escribe: Hay que asumir la herencia del marxismo, asumir lo ms vivo de l, es decir, paradgicamente, aquello de que l que no ha dejado de poner sobre el tapete la cuestin de la vida, del espritu o de lo espectral. El marxismo es una herencia que debe saberse recuperar, reinterpretarse y superar. La herencia no es nunca algo dado, es siempre una tarea. Ser es heredar. Para ser capaz de analizar la herencia de Marx, Derrida escribe que le gustara distinguir la raz de este espritu de crtica marxista, que parece hoy ms indispensable que nunca, de otras vertientes del marxismo ya caducas: cuando se ha entendido como ontologa, sistema filosfico o metafsico, es decir, como materialismo dialctico; el marxismo como materialismo histrico o como mtodo; y el marxismo incorporado en aparatos de partido, en Estados o en una internacional Obrera. Por lo tanto, Derrida defiende que la crtica marxista puede seguir siendo fecunda, si sabemos adaptarla a condiciones nuevas.Tratando nuestra poca, sus problemas, y oponindose frontalmente al contenido de El fin de la historia de Francis Fukuyama, seala que en nuestra poca la insignia suprema del poder es ver sin ser visto. Y aade Derrida criticando a Fukuyama: En 1848, el discurso hegeliano sobre el fin de la historia en el saber absoluto haba resonado ya en Europa, en consonancia con muchos otros taidos fnebres. La representatividad electoral o la vida parlamentaria no slo est falseada, como siempre el caso, por un gran nmero de mecanismos socioconomicos, sino que se ejerce cada vez peor en un espacio pblico profundamente trastornado por los aparatos tecnotele-mediticos. En definitiva, y para analizar estas guerras y la lgica de estos antagonismos, una problemtica de tradicin marxista ser indispensable durante mucho tiempo. Derrida concluye defendiendo la forma de

anlisis crtica que hemos heredado del marxismo.Todos los seres humanos son [] herederos de Marx y del marxismo, de una promesa de una forma filosfica y cientifica; esta tentativa nica ha tenido lugar. No hay herencia sin llamada a la responsabilidad.En Marx[] se inaugura laboriosa, dolorosa, trgicamente, un nuevo pensamiento de las fronteras, una nueva experiencia de la casa, del hogar, de la economa. Entre tierra y cielo. Es decir: Habr que volver a empezar todo. 13En un mundo que ya no tiene centro absoluto para interpretarlo todo, sin grandes relatos y legitimaciones, abandonada cualquier pretensin de reconstruccin de una ideologa hegemnica, sigue siendo imprescindible una labor cultural crtica, siguiendo aquel argumento que estaba en la raz del marxismo y contina en el posmarxismo: develar intereses y reclamar justicia. En ello la prctica de la arquitectura y el urbanismo tiene mucho que decir, si sabe renacer. Y tal como propone Rosi Braidotti,14 se ha de defender una poltica afirmativa y capacitadora, que frente a la destruccin, la especulacin, el dominio y la negatividad proponga un cmulo de prcticas micropolticas de activismo cotidiano y de proyectos para crear mundos alternativos.

13 Derrida, Jacques, op.cit.14 Braidotti,Rosi,Subjetividad: afirmacin, dolor y capacitacin, en AA VV, Ideas recibidas. Un vocabulario para la cultura artstica contempornea, MACBA, Barcelona, 2009; y Transpositions: On Nomadic Ethics, Polity Press, Cambridge, 2006 (versin castellana: Transposiciones sobre la tica nmada, Gedisa, Barcelona, 2009).La crtica nos abre un nuevo horizonte y son muchas las acciones pendientes: desde registrar crticamente la realidad, mapendola, hasta visibilizar aquello que se intenta borrar, que ha quedado oculto, como la aportacin de las mujeres o la memoria de los movimientos sociales urbanos. Dicho proyecto crtico se ha de enriquecer con la defensa de nuevas subjetividades ecolgicas y solidarias. Para ello, se ha de basar en valorar la experiencia en potenciar el activismo, recuperando y reinterpretando dos de los conceptos de Hannah Arendt en La condicion humana: la labor y la accin como caractersticas esenciales de la existencia humana. Y el objetivo de la arquitectura del futuro debera ser contribuir a la felicidad de los seres humanos, aportando espacios para sus labores, experiencias y acciones.13 Derrida, Jacques, op.cit.14 Braidotti,Rosi,Subjetividad: afirmacin, dolor y capacitacin, en AA VV, Ideas recibidas. Un vocabulario para la cultura artstica contempornea, MACBA, Barcelona, 2009; y Transpositions: On Nomadic Ethics, Polity Press, Cambridge, 2006 (versin castellana: Transposiciones sobre la tica nmada, Gedisa, Barcelona, 2009).

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