por qué dios permite el mal

3
¿Por qué Dios permite el mal? El problema del mal ha sido por mucho tiempo un obstáculo. Sabemos que Dios es bueno y que es todopoderoso. Sin embargo, también sabemos que el mal existe. Un Dios bueno y amoroso no le gustaría que existiera el mal. Un Dios todopoderoso sería capaz de erradicar el mal. Así que sentimos que nos quedamos con una contradicción: O Dios no debe ser todo bueno, o no debe ser todopoderoso. Lo que no hemos logrado reconocer es que somos también parte de la ecuación. Puede que seamos capaces de imaginar un mundo sin el mal, pero no estaríamos presentes en él. Los seres humanos son pecaminosos. Tenemos una naturaleza caída y depravada (Job 15:14, Isaías 64:6; Eclesiastés 7:20, Romanos 5:12-13; 3:10-11, 23; Tito 3:3, 1 Juan 1:8). Esto es por qué hay mal en el mundo. ¿Por qué Dios no nos hizo de manera que simplemente no podríamos pecar? Esta es la cuestión del libre albedrío. Sin el libre albedrío, seríamos títeres de Dios. No podríamos amar a Dios en verdad. Debido a que Él desea tener una relación real con nosotros – una que involucra elegir – tenía que permitir que existiera el mal. Podemos decir que Dios todavía podría darnos libre albedrío y al mismo tiempo prevenir las consecuencias del mal. Esto se convierte en una cuestión de grados. Podemos querer que Dios intervenga en el caso de asesinato o violación. Pero ¿queremos que Dios intervenga en el caso de nuestra propia idolatría? El pecado no se califica en una escala móvil. Todo pecado es una ofensa a Dios, y cada uno por igual nos separa de Él. Una persona no salva cuyo pecado más grave es el de chismear es igual de perdido como un no creyente que es un asesino múltiple. Si Dios fuera a intervenir y evitar el mal, Él tendría que eliminarnos a nosotros. Además, si Dios fuera a eliminar todas las consecuencias negativas de nuestros actos, ¿tendríamos realmente libre albedrío?

Upload: nelsonalejandrocastroandrews

Post on 09-Nov-2015

216 views

Category:

Documents


4 download

TRANSCRIPT

Por qu Dios permite el mal? El problema del mal ha sido por mucho tiempo un obstculo. Sabemos que Dios es bueno y que es todopoderoso. Sin embargo, tambin sabemos que el mal existe. Un Dios bueno y amoroso no le gustara que existiera el mal. Un Dios todopoderoso sera capaz de erradicar el mal. As que sentimos que nos quedamos con una contradiccin: O Dios no debe ser todo bueno, o no debe ser todopoderoso. Lo que no hemos logrado reconocer es que somos tambin parte de la ecuacin.

Puede que seamos capaces de imaginar un mundo sin el mal, pero no estaramos presentes en l. Los seres humanos son pecaminosos. Tenemos una naturaleza cada y depravada (Job 15:14, Isaas 64:6; Eclesiasts 7:20, Romanos 5:12-13; 3:10-11, 23; Tito 3:3, 1 Juan 1:8). Esto es por qu hay mal en el mundo. Por qu Dios no nos hizo de manera que simplemente no podramos pecar? Esta es la cuestin del libre albedro. Sin el libre albedro, seramos tteres de Dios. No podramos amar a Dios en verdad. Debido a que l desea tener una relacin real con nosotros una que involucra elegir tena que permitir que existiera el mal.

Podemos decir que Dios todava podra darnos libre albedro y al mismo tiempo prevenir las consecuencias del mal. Esto se convierte en una cuestin de grados. Podemos querer que Dios intervenga en el caso de asesinato o violacin. Pero queremos que Dios intervenga en el caso de nuestra propia idolatra? El pecado no se califica en una escala mvil. Todo pecado es una ofensa a Dios, y cada uno por igual nos separa de l. Una persona no salva cuyo pecado ms grave es el de chismear es igual de perdido como un no creyente que es un asesino mltiple. Si Dios fuera a intervenir y evitar el mal, l tendra que eliminarnos a nosotros. Adems, si Dios fuera a eliminar todas las consecuencias negativas de nuestros actos, tendramos realmente libre albedro?

En esencia, Dios permite el mal, porque l desea una relacin con nosotros. Somos pecadores. Con los pecadores vienen cosas malas. Pero gracias a Dios que nos ha redimido! No es necesario vivir en la esclavitud de nuestras inclinaciones pecaminosas (Romanos 6:16-18), aunque todava luchamos contra nuestros deseos pecaminosos (Romanos 7:14-25). S, vivimos en un mundo de pecado sobre el que Satans ha sido dado dominio (1 Juan 5:19). Los creyentes no son inmunes a las consecuencias del mal. Pero Jess ha vencido! (Juan 16:33) Dios es fiel para redimir el mal que sucede en nuestras vidas.

La historia de Jos, siendo vendido como esclavo por sus hermanos y luego convertido en un protagonista importante en el gobierno egipcio, que ms tarde salv a la nacin, es una de gran redencin. Jos dijo a sus hermanos: "Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transform ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente." (Gnesis 50:20). Romanos 8:28 dice: "Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propsito."

Dios permite el mal, s. Pero tambin lo detiene. Debido a que Dios es bueno, l no permite que haya exceso de maldad. Slo lo que se puede redimir y que puede conducir al bien est permitido. Muchas veces esto es ms de lo que pensamos que podemos soportar. Pero sabemos del carcter de Dios. l es un Dios de justicia y de amor. El mal no quedar sin castigo. Tampoco el pueblo de Dios que sufre a manos de los dems quedar sin socorro. De hecho, gran parte de los mandamientos bblicos son mandatos contra el mal. No slo se nos dice que nos abstengamos del pecado y vivir en justicia, sino que se nos dice que ayudemos a los necesitados. Estamos llamados a ser defensores de las vctimas del mal. Miqueas 6:8 dice: "Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el SEOR: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios."

Tambin, hay que recordar que un da Dios erradicar el mal. Actualmente est esperando con paciencia que ms personas se vuelvan a l y sean salvos (2 Pedro 3:9). Pero un da, Satans ser arrojado al lago de fuego por toda la eternidad (Apocalipsis 20:10). Un da, sta ser nuestra realidad: "O una potente voz que provena del trono y deca: Aqu, entre los seres humanos, est la morada de Dios! l acampar en medio de ellos, y ellos sern su pueblo; Dios mismo estar con ellos y ser su Dios. l les enjugar toda lgrima de los ojos. Ya no habr muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir. El que estaba sentado en el trono dijo: Yo hago nuevas todas las cosas!" (Apocalipsis 21:3-5a).