por que actuamos ambientalmente

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¿POR QUÉ NO/ACTUAMOS AMBIENTALMENTE? LA BRECHA ENTRE LA MENTE, LA EMOCIÓN Y LA CONDUCTA M.C. LUZ MARÍA NIETO CARAVEO Profesora Investigadora de la UASLP [email protected] Versión ampliada del artículo publicado en: Pulso, Diario de San Luis, Sección Ideas, Pág. 4a del jueves 6 de marzo de 2003, San Luis Potosí, México URL: http://ambiental.uaslp.mx/docs/LMNC-AP030306.pdf En Agosto de 2002, una prestigiada revista de investigación en educación ambiental publicó un número especialmente dirigido a un tema que a mí me parece fascinante: ¿Cómo se convierten el conocimiento y la preocupación ambiental en acciones y conductas pro-ambientales? ¿Por qué podemos estar preocupados, conscientes e incluso tener información y conocimientos especializados sobre medio ambiente, sin que eso se traduzca necesariamente en un despliegue coherente de conductas y acciones concretas a su favor? ¿En qué consiste esa brecha tan grande y tan incomprendida entre los pensamientos, las emociones y las conductas cuando se trata de los asuntos ambientales (supongo que en muchos otros también)? El editor de la revista, William Scott, explica que la idea de este número temático de la revista surgió de un artículo 1 de Anja Kollmuss y Julian Agyeman 2 . Gracias a su buena disposición al escrutinio público, los autores animaron la idea de que su propio texto fuera enviado a otros colegas, para que formularan comentarios y críticas que a su vez también fueran publicados en el mismo número de la revista. 1 Kollmuss A., Agyeman J. (2002) Mind the Gap: why do people act environmentally and what are the barriers to pro-environmental behavior?. En: Environmental Education Research, Vol. 8, No.3, 2002. 2 Al parecer Anja Kollmuss fue alumna de posgrado de Julian Agyeman, quien es profesor asistente en la Tufts University en Massachusetts, EU. Ver datos sobre éste en: http://www.tufts.edu/~jagyem01/

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Ambiente y sociedad

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  • POR QU NO/S ACTUAMOS AMBIENTALMENTE?

    LA BRECHA ENTRE LA MENTE, LA EMOCIN Y LA CONDUCTA

    M.C. LUZ MARA NIETO CARAVEO Profesora Investigadora de la UASLP

    [email protected]

    Versin ampliada del artculo publicado en:

    Pulso, Diario de San Luis, Seccin Ideas, Pg. 4a

    del jueves 6 de marzo de 2003, San Luis Potos, Mxico

    URL: http://ambiental.uaslp.mx/docs/LMNC-AP030306.pdf

    En Agosto de 2002, una prestigiada revista de investigacin en educacin ambiental public un nmero especialmente dirigido a un tema que a m me parece fascinante: Cmo se convierten el conocimiento y la preocupacin ambiental en acciones y conductas pro-ambientales? Por qu podemos estar preocupados, conscientes e incluso tener informacin y conocimientos especializados sobre medio ambiente, sin que eso se traduzca necesariamente en un despliegue coherente de conductas y acciones concretas a su favor? En qu consiste esa brecha tan grande y tan incomprendida entre los pensamientos, las emociones y las conductas cuando se trata de los asuntos ambientales (supongo que en muchos otros tambin)?

    El editor de la revista, William Scott, explica que la idea de este nmero temtico de la revista surgi de un artculo1 de Anja Kollmuss y Julian Agyeman2. Gracias a su buena disposicin al escrutinio pblico, los autores animaron la idea de que su propio texto fuera enviado a otros colegas, para que formularan comentarios y crticas que a su vez tambin fueran publicados en el mismo nmero de la revista.

    1 Kollmuss A., Agyeman J. (2002) Mind the Gap: why do people act environmentally and what are the barriers to pro-environmental behavior?. En: Environmental Education Research, Vol. 8, No.3, 2002.

    2 Al parecer Anja Kollmuss fue alumna de posgrado de Julian Agyeman, quien es profesor asistente en la Tufts University en Massachusetts, EU. Ver datos sobre ste en: http://www.tufts.edu/~jagyem01/

  • El resultado es un debate de primer nivel sobre el tema publicado en Environmental Education Research3 (Vol. 8, No.3, 2002). En esta ocasin me propongo hacer una brevsima, esquemtica e incompleta resea de dicho artculo, con el propsito de invitar a la lectura cuidadosa de toda la revista.

    CUESTIN COMPLEJA Y DISCUTIBLE

    Kollmuss y Agyeman explican que se han hecho cientos de estudios y se han formulado muchos marcos terico-conceptuales sobre el tema; pero no existe una explicacin definitiva. El debate y los comentarios de los dems autores en la revista lo confirman: la cuestin es compleja y discutible. Lo que s se sabe es que no hay una relacin automtica, mecnica o directa, entre conocimiento y/o conciencia/preocupacin ambiental, por un lado, y conductas y comportamientos ambientales, por otro. Para nosotros es importante destacar este primer punto, sobre todo porque con mucha frecuencia encontramos afirmaciones que dan por hecho que la gente, una vez informada o concientizada sobre X o Y problema ambiental, actuar consecuentemente para resolverlo. A veces sucede, pero no siempre, ni siquiera la mayora de las veces. A qu se debe que sea as?

    LOS MODELOS

    Los primeros modelos que se desarrollaron en los 70s son lineales, es decir, suponen una cadena de causas y efectos automticos y directos. Por ejemplo, se planteaba algo as como lo siguiente: los conocimientos ambientales generan actitudes ambientales que a su vez generan comportamientos pro-ambientales (Figura 1).

    ConocimientoAmbiental

    ConocimientoAmbiental

    ActitudAmbientalActitud

    AmbientalComportamiento

    Pro-ambientalComportamiento

    Pro-ambiental

    Figura 1: Primeros modelos sobre comportamiento pro-ambiental. Traducido de: Kollmuss A., Agyeman J. (2002) Mind the Gap: why do people act environmentally and what are the barriers to pro-environmental behavior?. En: Environmental Education Research, Vol. 8, No.3, 2002.

    Otros modelos desarrollados en los 80s tambin se basaron en la premisa de que el comportamiento de las personas es principalmente racional, es decir, que las personas hacemos un uso sistemtico de la informacin que poseemos para dirigir

    3 Los datos de la revista pueden consultarse en: http://www.tandf.co.uk/journals/carfax/13504622.html

    pg. 2 de 7

  • nuestras acciones (no tenemos deseos inconscientes, ni motivaciones no reconocidas). As, la Teora de la accin razonada, muy extendida en esa poca entre quienes diseaban programas y campaas educativas (Figura 2), fue bsica para el modelo del Comportamiento Ambiental Responsable de Hines (1986, Figura 3).

    Creencias evaluativassobre las

    consecuencias del comportamiento

    Actitudes hacia el

    comportamiento

    Importancia relativa de las

    consideraciones normativas y actitudinales

    Normas subjetivas

    Creencias normativas sobre las expectativas de los otros hacia el comportamiento y la

    motivacin para satisfacer esas

    expectativas

    Intencin de comportamiento

    Comporta-miento

    Figura 2: Teora de la accin razonada (Ajsen & Fishbein, 1980). Traducido de: Kollmuss A., Agyeman J. (2002) Mind the Gap: why do people act environmentally and what are the barriers to pro-environmental behavior?. En: Environmental Education Research, Vol. 8, No.3, 2002.

    Actitudes

    Locus de control

    Responsabilidad personal

    Factores depersonalidad

    Conocimientode los temas

    Conocimiento de estrategias de

    accin

    Habilidades deaccin

    Intencin de actuar

    Factores situacionales

    Comporta-miento

    pro-ambiental

    Figura 3: Modelo del Comportamiento Ambiental Responsable (Hines, 1987). Traducido de: Kollmuss A., Agyeman J. (2002) Mind the Gap: why do people act environmentally and what are the barriers to pro-environmental behavior?. En: Environmental Education Research, Vol. 8, No.3, 2002.

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  • Segn nos explican Kollmuss y Agyeman, muy pronto se demostr que esas ideas eran incompletas y equivocadas en varios sentidos; sin embargo nos dicen- siguen existiendo muchos ejemplos sobre cmo las actuales campaas de comunicacin ambiental de varias ONGs muy reconocidas y de numerosos gobiernos siguen basndose en ellas.

    En segundo lugar los autores describen los llamados Modelos de Altruismo, Empata y Comportamiento Pro-social, tambin desarrollados a finales de los 70s, 80s y principios de los 90s. Algunos de ellos partan de la premisa de que la gente que ha satisfecho sus necesidades bsicas tiende a tener ms motivacin y actuar ms ecolgicamente porque tiene ms recursos, y viceversa. Evidentemente pronto se demostr que no es as, de manera que los modelos se volvieron ms complejos. Otra nocin importante es el altruismo, entendido como una parte del comportamiento pro-social, que a su vez significa un comportamiento voluntario e intencional que resulta en beneficio de otros, independientemente de que los motivos que lo impulsan sean positivos, negativos o ambos (Eisenberg y Miller, 1987; citados por Kollmuss y Agyeman).

    Para Stern, por ejemplo, existen tres grandes tipos de orientaciones en las personas, donde el componente altruista est presente en diferente medida: a) la orientacin egosta, que slo est preocupada por el sufrimiento de s mismo; b) la orientacin social, preocupada por el sufrimiento de los otros; y c) la orientacin biosfrica, preocupada por el sufrimiento del mundo no-humano. As, la motivacin para el comportamiento ambiental sera una combinacin de las tres orientaciones, actuando con diferente peso. Al investigar su importancia relativa, Stern encontr que la orientacin egosta era la que dominaba en la gente, explicando as que muchas personas slo puedan ser motivadas para un comportamiento proambiental si se demuestra el beneficio directo e inmediato (preferentemente) que ste podra tener para esas personas.

    Un tercer tipo de modelos, desarrollados desde los 80s, son los llamados sociolgicos. Desde esta perspectiva, aunque tambin se incluyen factores psicolgicos, se cuestionan los modelos descritos antes, porque fallan en comprender las restricciones individuales, sociales e institucionales y porque asumen que los humanos somos slo racionales. De acuerdo con los modelos sociolgicos, no se trata tampoco de que seamos slo irracionales, sino de que las actitudes y valores de las personas son negociados, transitorios y algunas veces contradictorios. La dimensin social es importante porque el poder para hacer diferencias significativas en cuanto a los problemas ambientales locales o globales est inmensa e irregularmente distribuido segn explica Redclift, otro investigador citado.

    pg. 4 de 7

  • Un ejemplo destacado entre los modelos sociolgicos descritos por Kollmuss y Agyeman es el de las Barreras entre la Preocupacin y el Comportamiento Ambiental de Blake (1999), quien diferenca entre los mbitos de la individualidad, responsabilidad y practicalidad (Figura 4), en un continuo que va desde lo individual, el contexto y la sociedad y sus instituciones.

    Figura 4: Barreras entre la preocupacin ambiental y la accin (Blake, 1999)). Traducido de: Kollmuss A., Agyeman J. (2002) Mind the Gap: why do people act environmentally and what are the barriers to pro-environmental behavior?. En: Environmental Education Research, Vol. 8, No.3, 2002.

    Barrera Individual

    Individual en

    contexto social Barreras sociales

    e institucionales

    Preocu-pacinambiental

    Individualidad Responsabilidad PracticalidadCompor-tamientopro-ambiental

    P.ej: Pereza,persona equivocada,carencia de inters

    P.ej: Falta de eficacia, de necesidad, de propiedad de algo.

    P.ej: Falta de tiempo, dinero, informacin, estmulo; instalaciones, etc.

    Tipos de barreras

    LOS FACTORES

    El modelo de Comportamiento Pro-Ambiental que construyen Kollmuss y Agyeman trata de explicar cmo interactan dos grandes tipos de factores que van desde los demogrficos, institucionales, econmicos, sociales y culturales, hasta la motivacin, el conocimiento, el grado de conciencia, la percepcin de la capacidad de accin y control, los valores, las actitudes, las emociones, las responsabilidades y las prioridades, entre otros. Evidentemente ellos no tratan solamente de decir que todos los factores influyen siempre o en la misma medida, sino de explicar cmo y bajo qu circunstancias potencian u obstaculizan el comportamiento pro-ambiental. El artculo describe con detalle cada uno de los factores que se muestran en la Figura 5.

    La descripcin del modelo de Kollmuss y Agyeman dara para otro artculo, y las crticas y comentarios de los dems autores de la revista comentada, para varios

    pg. 5 de 7

  • ms, as que hasta aqu nos quedaremos el da de hoy, por cuestiones de espacio y porque no se trata de reproducir los textos mencionados. Me parece que, independientemente de las crticas que pueden plantearse al intento de modelar el comportamiento ambiental entre otras cosas-, la lectura de un artculo de revisin tan interesante como ste es imprescindible para los educadores ambientales.

    Barreras

    Figura 5: Modelo de Comportamiento Pro-Ambiental (Kollmuss y Agyeman, 2002). Traducido de: Kollmuss A., Agyeman J. (2002) Mind the Gap: why do people act environmentally and what are the barriers

    to pro-environmental behavior?. En: Environmental Education Research, Vol. 8, No.3, 2002.

    FACTORES EXTERNOSFactores de Infraestructura,

    Poltica,Culturales y Sociales

    Situacin econmica, etc.

    FACTORES INTERNOSPersonalidad, Sistema de valores, etc.

    Conocimiento

    SentimientosMiedo

    Involucramientoemocional

    ValoresActitudes

    Conciencia Ambiental

    Bloqueo emocional de nuevo conocimiento

    Falta de conocimiento

    Bloqueo emocional de nuevos valores y

    actitudes Valores existentes previenen nuevos involucramientos

    emocionales

    Conocimiento existente que contradice los

    valores ambientales

    Valores existentes que

    previenen el aprendizaje

    Accio

    nes a

    mbi

    enta

    les

    indi

    rect

    as, p

    or ej

    empl

    o,

    acci

    n po

    ltica

    Retroalimentacin negativa o

    insuficiente sobre el comportamiento

    Viejos patrones

    de conducta

    Falta de posibilidades e

    incentivos externos

    Falta de incentivos internos

    Falta de conciencia ambiental Compor-

    tamientoPro-Ambiental

    Finalmente slo quiero resaltar que Kollmuss y Agyeman advierten que hay otros enfoques que estn resultando muy prometedores frente a los fracasos de las campaas tradicionales de educacin y comunicacin ambiental que buscan la sensibilizacin y el convencimiento a travs del ofrecimiento de informacin. Especficamente se refieren a las nuevas tcnicas de mercadotecnia social basada en la comunidad, que se han utilizado en estrategias dirigidas a la salud, al SIDA y a las campaas para no fumar. Tambin se refiere a la metodologa de procedimientos deliberativos e inclusivos (por ejemplo, jurados ciudadanos y mesas redondas) ligados a problemticas ambientales especficas. La aplicacin de estos nuevos enfoques no ha sido suficientemente investigada todava.

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    Visita la pgina de la Agenda Ambiental

    de la Universidad Autnoma de San Luis Potos http://ambiental.uaslp.mx/

    La informacin y opiniones contenidas en los artculos y dems publicaciones disponibles en las pginas de la Agenda Ambiental de la UASLP, son responsabilidad exclusiva de los autores, y se publican con base en el principio universitario del libre examen y discusin

    de las ideas.

    Este artculo es una resea con fines didcticos y de divulgacin cientfica. Los autores reseados conservan los derechos de los textos originales.

    Por qu no/s actuamos ambientalmente?Cuestin compleja y discutibleLos modelosLos factores