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POR LA INQUIETUD Y BÚSQUEDA AGUSTINIANASA LA ESPERANZA DE UNA VIDA NUEVA

EJERCICIOS ESPIRITUALES -2001

EE2001.wpd

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TEMARIO

I.- SIGNOS Y CONTRASIGNOS DE ESPERANZA

1.- La desesperanza, contrasigno de nuestro tiempo

2.- Signos y contrasignos de esperanza en la Vida Religiosa actual.

II.- FUNDAMENTOS TEOLÓGICOS Y ANTROPOLÓGICOS DE LA ESPERANZA3.- La esperanza humana en la perspectiva de la Alianza.

4.- Cristo, nuestra Esperanza.

5.- La esperanza cristiana en la espiritualidad de San Agustín.

6.- La Vida Consagrada: Profecía de esperanza.

7.- El Dios de la Historia, y el rumbo de nuestras esperanzas.

8.- Carisma y Esperanza

9.- Sembradores de esperanza: Compromisos inmediatos.

10.- Conversión a la esperanza.- Tarde penitencial y de desierto

CONCLUSIÓN11.- La Esperanza en nuestra Orden: Expectativas del Proyecto Corazón Nuevo.

12.- Construyendo esperanza: compromisos puntuales

APÉNDICES= Apéndice A: Jornada penitencial y de desierto: Conversión a la esperanza.

= Apéndice B: Acto Penitencial.

= Apéndice C: Celebraciones Eucarísticas.

= Apéndice D: Renovación de votos y compromisos

= Apéndice E: Temas complementarios o alternativos.

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I.- LA DESESPERANZA,

CONTRASIGNO DE NUESTRO TIEMPO

Cfr. Jesús Alvarez Gómez, C.M.F., EL MOMENTO HISTÓRICO DE LA VIDA CONSAGRADA, En la obra de Equipo “EN EL APRIETO ME DISTE ANCHURA”, Publicaciones claretianas, Madrid 1992 . Y Felicísimo MartínezDíez, O.P., Los Grandes Desafíos de la Vida Religiosa, en Boletín CONFER, Enero-Abril, 2000.

La Esperanza, Tema De Nuestros Ejercicios 2001.- Estamos finalizando el segunda gran etapa de nuestro Proceso de Revitalización de la Orden en A.L., iniciada en la Asamblea de Lima (Enero1999), que concluirá en la Asamblea de Bototá, en Junio del 2001. En el esquema clásico del “VER-JUZGAR-ACTUAR”, esta etapa ha correspondido al “JUZGAR”: Concretar y definir cuál sería el “modeloideal” de Vida Agustiniana en Latinoamérica, que responda a los desafíos del presente.

En el camino recorrido ha habido de todo: Claridades y oscuridades, compromisos y resistencias, entusiasmos y desencantos, fervores y apatías. Y a la vista ya de la etapa decisiva, la del “ACTUAR”,programada para el período “2001-2003, nos preguntamos cómo está nuestra esperanza, en el contexto de cómo está la esperanza en el mundo y en la V.R. actuales.

1.- SIGNIFICADO Y CONTENIDO DE LA ESPERANZA

a) Esperanzas humanas y esperanza cristiana.- LA ESPERANZA es algo constitutivo en el ser humano. El hombre vive caminando hacia un futuro; su vida es siempre búsqueda de algo mejor. Nopuede vivir sin esperanza; dejaría de ser hombre. Necesita un aliento de esperanza que anime su vida. «El hombre no sólo tiene esperanza, sino que vive en la medida en que está abierto a la esperanza yes movido por ella»'. Por eso, si desaparece la esperanza, la vida de la persona se apaga.En lenguaje secular, la ESPERANZA se define como “confianza en que nuestros objetivos se lograrán”. No hayesperanza cuando faltan objetivos, ni cuando éstos se formulan, pero con solapado o manifiesto escepticismo. Vivir sin esperanza no es vivir. La esperanza hace posible el entusiasmo por siempre nuevosobjetivos. Tiene mucho que ver con el frescor y la alegría de la propia vocación. Cuando ese entusiasmo se ha agotado, hemos envejecido sin remedio.

Ahora bien, cuando hablamos de la esperanza, no podemos menos de hacer la debida distinción entre las “esperanzas humanas” y la “esperanza cristiana”. Las primeras se refieren a las metasque los seres humanos pueden alcanzar en la vida presente y en el futuro de la humanidad. La esperanza cristiana es primordialmente escatológica: Mira a la Meta Última de los seres humanos y, por lomismo a su Destino Trascendente, sin los cuales también la vida presente pierde su sentido.

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- Somos “hijos de nuestro tiempo”. En un mundo afectado por la apatía y el escepticismo, en lo

que a idealismos sociales se refiere, ¿en qué grado está y nos está afectando a los Religiosos?

2.- Nadie vive sin esperanzas. Cuando el ser humano pierde “La Esperanza” en las grandes causas

comunes, se inventa “esperanzas” en torno a pequeños intereses personales. ¿Hasta qué punto yo (-

y nosotros-), Religioso, puedo estar tapando mi débil Esperanza, con pequeñas esperanzas

intrascendentes?

3.- Ante un mundo en general, y unas nuevas generaciones en particular, cada vez con menos

entusiasmo y esperanza por un mundo mejor, ¿qué capacidad de animación de la esperanza tiene la

Vida Religiosa actual?

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La cuestión planteada es si existe alguna relación o continuidad entre las esperanzas humanas y la esperanza escatológica, o no hay interconexión posible, y por lo mismo el cristiano nada tiene queesperar en este mundo. Están latentes las viejas cuestiones de la naturaleza y de la gracia; de lo natural y lo sobrenatural; del proyecto creador y el proyecto salvador de Dios: ¿Está Dios únicamenteinteresado en la realización trascendente de su proyecto salvador, o también quiere conducir su proyecto creador a una meta intrahistórica?

b) Esperanza escatológica y esperanza histórico-social.- Como virtud teologal, tiene su fundamento en Dios y su objetivo es la instauración de su Reino. Santo Tomás la define como “expectativa de alcanzar la vida eterna, es decir, la plenitud del conocimiento y del amor de Dios, fundada en la ayuda de Dios mismo” ( Suma Teológica, II-II, q. 17). G. Angelini (en Nuevo Diccionariode Teología), escribe: “Las promesas de Dios no se refieren a lo que el hombre logre realizar en la historia individual o colectiva, sino a su destino trascendente” . Así nuestra esperanza en Dios nos garantizaúnicamente la Meta Última, desde la que sólo adquiere nuestra vida su pleno significado. La carta a los Romanos parece suponer una total desconexión entre la vida y salvación eternas y nuestras obras enla vida presente, pues la vida eterna es pura “gracia”. Significa en realidad que no existe proporción entre nuestras obras y lo que Dios nos tiene reservado (que no es “pago” sino gratuidad).

“El cristiano - sigue afirmando Angelini-, no tiene una esperanza en relación con el futuro histórico-social, sino un mandamiento: el de querer y obrar el bien de todos los hombres como hermanos”. Yeste mandamiento se convierte en un compromiso ineludible. Santiago, por ello, prefiere enfatizar, en aparente confrontación con la carta a los Romanos, la prioridad de las obras.

Pero podríamos decir más: El Evangelio propone al cristiano, no sólo un mandamiento, sino también una utopía histórico-social: la de la unidad y fraternidad entre todos los seres humanos (“Quetodos sean Uno...). Y no hay utopía sin esperanza. La esperanza cristiana mira a la meta escatológica, pero tiene el apremio a anticiparla, en algún modo, ya en el mundo presente. El mismo San Pabloafirma que, en Cristo, ha nacido un “Hombre Nuevo”, que será realidad en la medida en que nos configuremos con Cristo., lo que daría lugar a unos “Nuevos cielos y una nueva tierra, en que habite la justicia”(2Ped. 3,12 y Apoc. 21,1), a una nueva humanidad, que tendrían lugar, según muchos teólogos, como meta histórico-social, y no simplemente escatológica. En un contexto ecuménico, podríamos afirmar quetambién la esperanza humana en cuanto se refiere a la utopía de una humanidad verdaderamente fraterna, solidaria y justa, es teologal, en la medida en que no excluye su destino escatológico.

En todo caso, tanto el Evangelio como los escritos neotestamentarios establecen una estrecha relación entre la vida temporal y la eterna, como la existente entre la siembra y la cosecha. las obras denuestra vida temporal jamás merecerán la vida eterna, pero sí la comprometen: “No todo el que dice <Señor, Señor> entrará en el Reino..., sino el que cumple la voluntad de mi Padre” (Mt.7,21); “Apartaos demi, malditos, porque...” (Mt.25,41). El presente nos orienta hacia el futuro que prepara; y es tensión que se manifiesta en los esfuerzos por promover cuanto pueda hacer a los hombres más felices.

En la praxis, los cristianos y, con mayor motivo, los religiosos, ni podemos desligar nuestra existencia del referente escatológico, ni desentendernos de la esperanza en la utopía histórico-social, que esevangélica, anhelada frecuentemente en nuestro mundo, en categorías seculares.

c) Individuo y colectividad.- La Palabra Revelada nos define la utopía hacia la que la historia humana ha de avanzar: la unidad en el amor, la fraternidad, la justicia y la paz entre los seres humanos.Cuales sean al fin los logros que la colectividad humana logre alcanzar, es algo que no nos es dado prever. Por eso el futuro de la utopía histórica no puede ser suficiente para cada individuo humano quien,por una parte, se desarrolla en el camino de la humanidad, y por ello el futuro de ésta afecta el significado de su propia existencia, pero por otra parte experimenta constantemente su no coincidencia con lamarcha del mundo, cuyo futuro efectivo no puede nunca condicionar su propia esperanza escatológica. Sea el que sea el futuro de la historia humana, el hombre de fe sabe que “todo redunda en bien de losque aman a Dios”.

2.- LA DESESPERANZA, CONTRASIGNO DE NUESTRO TIEMPO

De todos los rasgos que, según sociólogos y analistas, parecen definir el perfil del hombre contemporáneo, tal vez, el más preocupante es la pérdida de esperanza y el vaciamiento de vida que traeconsigo. Cuando en una sociedad la esperanza se debilita, la vitalidad decae, la vida corre el riesgo de degradarse. Lo mismo ha de decirse de la comunidad cristiana. La Iglesia de Jesucristo está llamadaa ser «la comunidad de la esperanza». Ella tiene, en medio de la historia, «la responsabilidad de la esperanza»; su primera tarea es despertar la esperanza en el mundo; ahí encuentra su verdaderaidentidad, lo que la convierte en «testigo del resucitado». Si la Iglesia, minada ella misma por su pecado, mediocridad o cobardía, no tiene fuerza para generar esperanza, está defraudando su misión.

Por lo demás, la V. R., como movimiento carismático y profético, está llamada a ser testimonio y profecía de esperanza dentro de la Iglesia misma.

3.- CRISIS DE ESPERANZA

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Son muchos los rasgos sombríos que caracterizan el momento actual, pero, probablemente, la constatación más grave es precisamente la crisis de esperanza. Alguien ha podido decir que «el siglo XXha resultado ser un inmenso cementerio de esperanzas»'.

a) Debilitamiento o pérdida de la esperanza escatológica.- La primera y más grave crisis de esperanza, en el mundo de hoy, es la pérdida del sentido de trascendencia. El hombre de hoy adolecede una creciente indiferencia o escepticismos religiosos. En su apreciación, tampoco las religiones o religiosidades han hecho históricamente un aporte significativo al mejoramiento de la humanidad; aúnmás, las mismas sociedades cristianas han repetido las lacras de la sociedad global: esclavitud, discriminaciones, opresión de libertades, dictaduras, guerras religiosas, etc. Y frente a estas negatividades delmás acá, se resiste a creer, aceptar e interesarse por una vida en el más allá. Con mayor motivo han entrado en crisis también sus esperanzas humanas.

b) Desmitificación del progreso

La historia de estos últimos años se ha encargado de desmitificar el mito del progreso, piedra angular en la construcción de la civilización moderna. Las grandes guerras de este siglo, Auschwitz,Hiroshima, el deterioro ecológico, el hambre en el mundo, la grave crisis económica, la propagación del sida y otras adversidades han provocado, primero el declive, y después «el desmoronamiento de lasutopías de raíz ilustrada»'.

No se han cumplido las grandes promesas que se hicieron desde la Ilustración. El mundo moderno sigue plagado de crueldades, injusticias e inseguridad. «La nuestra es, de finitivamente, la época delmalestar y la incertidumbre, del desengaño y el desánimo ante las grandes palabras prometidas»'.

Los numerosos grupos, ideologías o sistemas que han discurrido en nuestra historia con promesas “mesiánicas”, fueron cayendo en el descrédito, y ya nadie cree en mesianismos de ningún tipo:= El comunismo marxista, que comenzó prometiendo libertad, igualdad y un “paraiso comunista”, acabó en la vanguardia de la opresión, las desigualdades y el hambre.= Muchos grupos revolucionarios, que empezaron manifestando un idealismo atractivo y convincente, terminaron en lacras similares a las que combatieron, corregidas y aumentadas.= Las modernas democracias, basadas en la libertad y la coparticipación, se han ido convirtiendo en libertinaje, manipulación y dictadura de la calle.= La política partidaria, que pretendió superar las viejas dictaduras, se ha ido orientando a “servirse” del pueblo para los propios intereses de partido, más bien que a “servir al pueblo”.= Las entidades que enarbolan la Causa de los principios democráticos y de los Derechos Humanos, se contradicen a sí mismas en la praxis: La ONU es clasista, al reservarse cinco de sus miembros

el derecho a veto; Amnistía Internacional se ha manifestado celosa unilateralmente de los “derechos humanos” de los revolucionarios, guerrilleros y delincuentes, pero bastante indiferente para los derechoshumanos de sus víctimas, con frecuencia inocentes.

El resultado está siendo un escepticismo generalizado.

c) Fin de la historia

Si el progreso ha resultado ser «un espejismo», ¿,no habrá que decir que la historia se ha evaporado? Este es el sentir de no pocos pensadores postmodernos. Para G. Vattimo, estamos ya en «eleterno retorno de lo igual; el fin de la época de la superación»'. Según J. Baudrillard «la historia ha dejado de ser real»'. Es una ilusión pensar que estamos «haciendo historia». Los hechos yacontecimientos que estamos viviendo no llevan a ninguna parte.La caída de los sistemas socialistas del Este ha venido, por otra parte, a reforzar la sensación de que todo está ya decidido. Cualquiermodelo de sociedad parece derivar tarde o temprano hacia el sistema neocapitalista liberal. No hay más. Ahí termina la historia'.

d) Pérdida de horizonte

Llegados al fin de la historia, la sociedad moderna se ha quedado sin horizonte ni orientación, sin metas ni puntos de referencia. Según G. Vattimo «la filosofía no puede ni debe enseñar a dónde nosdirigimos, sino a vivir en la condición de quien no se dirige a ninguna parte»'. La humanidad parece estar llegando a su vejez. Los acontecimientos se atropellan unos a otros, pero no conducen a nadanuevo. «El progreso se convierte en rutina» (A. Gehlen). La cultura del consumismo produce novedad de productos, pero sólo para mantener el sistema en el más absoluto inmovilismo. Como dice J. M.Mardones, «no esperar nada de la historia conduce a esperar resignados que se sucedan ininterrumpidas las irracionalidades del sistema»'.

La consecuencia inevitable es el cansancio. «Occidente está profundamente cansado. Cansado de sí mismo. Y nosotros, los europeos, los occidentales, estamos cansados de ese Occidente que,por lo demás, constituye nuestro espacio vital, nuestro humus histórico y cultural»". El nihilismo que se extiende hoy en las sociedades hastiadas del Primer Mundo no es el nihilismo activo y luchador

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proclamado por F. Nietzsche, sino un «nihilismo fatigado», hecho de indiferencia, pasividad y frustración. El hombre moderno es fundamentalmente «espectador». Un ser pasivo que participa en unengranaje que no está promovido por él y cuyo horizonte no llega a alcanzar.

e) Disfrute de lo inmediato

Cuando no se espera nada del futuro, lo mejor es vivir al día y disfrutar al máximo del momento presente. Es la hora de buscar las «salidas de escape» que la cultura del hedonismo y el pragmatismopueden ofrecer ahora mismo.

«Si el hombre moderno estaba obsesionado por la producción, el posmoderno lo está por el consumo»". No predomina la ambición, el afán de superación, el espíritu de empresa y aventura.Una vez que uno se ha instalado con cierta seguridad, lo importante es retirarse al «santuario de la vida privada» y disfrutar de todo placer ahora mismo (just now). La vida es placer y, si no, no es nada.

f) Vacío de quehacer utópico

La convivencia social se ve despojada así de «quehacer utópico». Son pocos los que se comprometen a fondo para que las cosas sean diferentes. Asistimos más bien a una gran indiferenciahacia las cuestiones colectivas. Cada uno se preocupa de sí mismo. Se extiende por todas partes una cultura narcisista: el cuidado del propio cuerpo, la búsqueda de paz interior, el equilibrio psíquico, lasterapias grupales.

Mientras tanto, crece la «apatía democrática», el desprestigio de las instituciones políticas y el empobrecimiento de la vida pública. La democracia no genera ilusión ni concita los esfuerzos de lasgentes para crear un futuro mejor. «Los políticos se han convertido en administradores, más o menos eficaces, de maquinarias obsoletas y los ciudadanos-votantes en individuos que se acercan cada tanto alas urnas sin ninguna ilusión con respecto al significado de su voto".

g) Las consecuencias de «la guerra económica

Esta crisis generalizada de esperanza es vivida de manera diferente en los diversos puntos del planeta, como consecuencia de «la guerra económica» que se produce en el interior de la comunidadinternacional. Mientras los pueblos privilegiados (Estados Unidos, Japón, Europa) compiten entre sí para consolidar su poderío económico, los países subdesarrollados (continente latinoamericano, paísesorientales y del este) ven cada vez más amenazado su precario futuro, y el continente africano queda prácticamente excluido.

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Al mismo tiempo en Europa se va configurando una sociedad cada vez más segmentada. El sector integrado, que tiene asegurado su trabajo y nivel de vida, disfruta del bienestar aislándose en supropio mundo de manera cada vez más individualista e insolidaria. El sector amenazado, que ve en peligro su estabilidad laboral y social, lucha por no quedar descolgado (contratos temporales, trabajosprecarios), al tiempo que crece su desconfianza en la sociedad y su miedo a caer en una pendiente irreversible hacia la pobreza. Los sectores excluidos saben que Europa no es para ellos. Sin trabajo y sinposibilidades, han caído ya en la desesperanza. No creen en los políticos. No sienten en ninguna parte la «solidaridad de clase». El futuro se les cierra.

ALGUNOS RASGOS DEL HOMBRE DESESPERANZADO

Cuando en una sociedad muere la esperanza, la vida de la persona se deteriora. Sociólogos y psiquiatras describen en sus análisis los rasgos que parecen definir de manera cada vez más clara elperfil del hombre de esta sociedad desesperanzada. Señalamos algunos:

a) Sin metas ni referencias

El hombre contemporáneo se está quedando sin metas ni puntos de referencia. Según diferentes estudios, la persona es hoy más indiferente a lo importante de la vida. Apenas le interesan lasgrandes verdades de la existencia; no tiene certezas firmes ni convicciones profundas. Es cierto que busca mucha información para saber lo que está pasando. Pero esto no le ayuda a ser más sabia yprofunda. Recibe muchas noticias, pero es incapaz de hacer una síntesis personal de cuanto le va llegando.

b) Hombre «light»

Cuando falta la esperanza, la vida se va vaciando de verdadero contenido humano. Según prestigiosos psiquiatras, está creciendo entre nosotros un tipo de hombre «rebajado» de su contenidohumano. Un “hombre light". Como esos productos modernos, ligeros de calorías y atenuados en su fuerza natural: café descafeinado, leche descremada, tabaco sin nicotina. Un hombre interesado pormuchas cosas, pero sólo de manera epidérmica. Muy atento a todo lo pragmático, pero con poca hondura. Un ser trivial y ligero, cargado de tópicos, con poca consistencia interna, que camina por la vida sincriterios básicos de conducta. Al sexo se le llama amor, al placer, felicidad; a los programas televisivos, cultura.

c) Hombre hedonista

Cuando hay poco que esperar, lo más razonable es disfrutar del presente. El hombre contemporáneo se va haciendo cada vez más hedonista. Sólo le interesa de verdad organizarse la vida de laforma más placentera posible. Aprovecharse, disfrutar, sacarle jugo. La vida es placer y, si no, no es vida. A este hombre le cuesta cada vez más interesarse por algo que no sea su propio bienestar, sudinero o el pasarlo bien.

Se busca lo más fácil, lo más cómodo, lo que se puede conseguir al instante con sólo enseñar la tarjeta de crédito. Como señala el catedrático de sociología, Andrés Orizo, «ahora dinero equivale aéxito». Ya no hay otra forma de triunfar socialmente. Vivimos tiempos de hedonismo y consumismo». Por eso, crece también la permisividad. Cada vez es mayor la resistencia a aceptar códigos o normasde comportamiento. Es bueno lo que me apetece y malo lo que me disgusta. Eso es todo. No hay prohibiciones ni terrenos vedados. No hay tampoco objetivos ni ideales mayores. Lo importante es elpragmatismo: lo que a mí me va bien.

Anécdota.- Tenía todo: No necesitaba de Dios. I, 28

e) Espectador pasivo

Según R. Argullol, «la pasividad es una característica fundamental para definir al hombre de nuestra época» 14 . El hombre contemporáneo es «espectador», un hombre pasivo, que no vive su propiavida hacia una meta, sino un ser que es movido por una gran maquinaria en marcha. Aparentemente está en constante movimiento, pero no va a ninguna parte. Ama la velocidad. Consume de maneraacelerada espacio, tiempo, vivencias, pero es una «velocidad inmóvil» que no conduce al crecimiento de la persona.

Por eso, se va convirtiendo en un ser cada vez más irresponsable, «perfectamente conformado a patrones técnicos; patrones que, a su vez, no son responsables ante nada más que a su

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propia operatividad, o a su mecánica de funcionamiento»". Un individuo masificado, productor, consumidor, automovilista, receptor de la industria del ocio. Un hombre, configurado por la culturatelevisiva, cada vez más incapaz para pensar libremente; un individuo que tiene respuestas preparadas, sabe qué emociones hay que sentir, qué compor tamientos hay que adoptar; un «bárbaro-civilizado»que va alcanzando grados cada vez mayores de incompetencia, ignorancia y falta general de responsabilidad.

f) Individualista e insolidario

Cuando no se tiene esperanza en un futuro mejor para todos, cada uno busca resolver su problema. Se va extendiendo secretamente una consigna: «Sálvese quien pueda». Cada uno se preocupade su vida, su familia, su porvenir. ¿La situación de los demás? «Es su problema. Yo me he ganado a pulso mi nivel de vida, con mi propio esfuerzo y mi trabajo».

Se defienden los valores democráticos de libertad, solidaridad e igualdad para todos, pero lo que importa es ganar dinero como sea. Poco a poco, el «todo vale» con tal de obtener beneficios, vacorrompiendo las conductas, viciando las instituciones y vaciando de contenido nuestras solemnes proclamas. Los grandes valores éticos son sustituidos en la práctica por los intereses de cada cual. Comoha dicho recientemente el escritor italiano Claudio Magis «vivimos la vida como rapiña». Ya no hay límites. Todo se compra y se vende.

g) Buscador de seguridad

En una situación de crisis y ante un futuro nada optimista, el hombre contemporáneo busca seguridad. Lo que predomina en grandes sectores de la sociedad actual es «el instinto de seguridad». Elhombre que ve amenazado su futuro laboral, familiar y social busca por todos los medios asegurar su posición. No hemos de olvidar, por otra parte, que, junto a la «sociedad del bienestar» hay otra«sociedad del malestar» que amenaza la supuesta felicidad de los satisfechos desde muchos frentes; desde los países subdesarrollados del tercer mundo y desde los sectores marginados de lassociedades desarrolladas. Como dice John K. Galbraith, la amenaza más seria para la «cultura de la satisfacción» proviene de aquellos a los que se está dejando fuera del bienestar. Según el profesornorteamericano, la situación de la subclase marginada es «el problema social más grave de la época y, también, la amenaza más grande a la paz y la convivencia civil a largo plazo»". Es normal quelos excluidos del bienestar no acepten alegremente su destino y sea previsible el crecimiento de conflictos inmigratorios, la rebelión de los marginados, el estallido de los desesperados.

Mientras tanto, lo único que buscan los instalados es seguridad. Se exigen leyes y fronteras más estrictas frente a los extranjeros; se pide una represión más dura con los de lincuentes de lasciudades. Lo que interesa es la «seguridad ciudadana». Las clases privilegiadas contratan guardias de seguridad; en las residencias de alto nivel se instalan siste mas de protección. Nadie quiere pensarresponsablemente en los que sufren miseria y malestar. Este ambiente puede ser caldo de cultivo de nuevos racismos, xenofobias y tendencias neoconservadoras".

- DIFERENTES ROSTROS DE LA DESESPERANZA

La falta de esperanza se refleja de diversas formas en la vida de las personas. No es difícil observar hoy signos de desesperanza.

a) Vida insensible y apagada.- A veces, sin advertirlo ellas mismas, la vida de las personas se va haciendo cada día más insensible y apagada. Poco a poco les va faltando empuje y entusiasmo. Todo vaperdiendo fuerza y color. La persona hace más o menos lo que tiene que hacer, pero la vida no le llena.

b) Nada se espera de la vida.- Otras veces, el individuo vive satisfecho, contento con su actividad, su trabajo y sus logros. Sin embargo, ya no espera gran cosa de la vida, ni de sí mismo ni de los demás.Encerrado en el vivir de cada día, «se va tirando», sin más.

c) Cansancio y aburrimiento.- La falta de esperanza se puede manifestar también bajo forma de cansancio. La vida se hace pesada y aburrida. La persona se siente agobiada por el peso de la vida.Poco a poco, se desliza hacia la indiferencia y la pereza total.

d) Falta de alegría.- Otras veces, lo que se percibe es falta de alegría. La persona no encuentra gusto en nada. Cada día se siente más incapaz de saborear lo hermoso, lo bueno, lo grande que hay en lavida. No acierta a ver el lado positivo de la existencia. La tristeza y el malhumor se van apoderando de ella.

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e) Vacío y frivolidad.- En ocasiones, lo que se constata es el vacío. La persona se vuelve cada vez más frívola y superficial. Con una resis tencia cada vez mayor a todo lo que exija verdadero esfuerzo osacrificio. La vida se va así empequeñeciendo. El individuo envejece interiormente. El pecado se convierte en costumbre, la vida en rutina.

f) Sin proyectos ni metas.- Otras veces, la persona se percibe a sí misma sin proyectos ni metas. No se siente con fuerzas para correr nuevos riesgos, no quiere cambiar, no tiene arranque para enfrentar-,;e a nuevas dificultades. Sencillamente, se deja llevar por la vida.

Todos estos síntomas pueden denotar una grave crisis de esperanza cristiana. Por razones de orden diverso, la esperanza ha dejado de animar esas vidas. No son pocos los que, aun diciéndosecristianos, viven, de alguna manera, «extraños a las alianzas de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo» (Ef 2,12).

5.- PERO HAY BASE PARA LA ESPERANZA

La esperanza no radica tanto en los logros y valores hechos ya realidad en nuestro mundo, cuanto en la aspiración y el clamor crecientes en nuestra sociedad, y en los ensayos y esfuerzos realizados yen realización, pese a todos los obstáculos. Juan Pablo II (TMA,46), enumera algunos, a modo de ejemplo:

= “Los progresos realizados por la ciencia y la técnica, y sobre todo por la medicina, al servicio de la vida humana;= un sentido más vivo de la responsabilidad en relación al ambiente;= los esfuerzos por restablecer la paz y la justicia, allí donde hayan sido violadas;= la voluntad de reconciliación y de solidaridad entre los diversos pueblos, en particular en la compleja relación...”

II.- SIGNOS Y CONTRASIGNOS DE ESPERANZA

EN LA VIDA RELIGIOSA ACTUAL

Cfr. Jesús Alvarez Gómez, C.M.F., EL MOMENTO HISTÓRICO DE LA VIDA CONSAGRADA, En la obra de Equipo “EN EL APRIETO ME DISTE ANCHURA”, Publicaciones claretianas, Madrid 1992. Y Felicísimo MartínezDíez, O.P., Los Grandes Desafíos de la Vida Religiosa, en Boletín CONFER, Enero-Abril, 2000.

1.- SIGNOS DE ESPERANZA

Al hablar de la Esperanza en la V.R., nuevamente se nos plantean los interroganges ya considerados en el tema anterior:

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- ¿Cual de estas afirmaciones afecta, cree usted, a más religiosos de hoy: a) “La V.R. de las últimas

décadas ha manifestado una excepcional vitalidad, compromiso y valor testimonial; prueba de ello son

sus numerosos mártires”; b) “¡Qué poco religiosa es la V.R. actual!”?

2.- ¿Qué listado le sería a usted más fácil alargar: el de las “bondades”, o el de las “flojeras” de la V.

Religiosa actual? Ensaye.

3.- ¿Qué actitud cree usted priva hoy, en el mundo secular y entre los creyentes, ante la V. R.:

Admiración, rechazo, tolerancia, indiferencia?

4.- ¿ Qué resultado visualiza usted si se llevara a cabo una encuesta exhaustiva entre los religiosos de

hoy, con la pregunta: <¿Cómo valora usted la V. R. actual?

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= ¿De qué esperanza hablamos: -De la escatológica, según la cual esperamos que la Vida Religiosa nos conducirá a la Vida Eterna, o de la histórico-social, por la que esperamos un futuro históricoexitoso para la Vida Religiosa, y más en concreto para nuestra Orden?

= ¿Está Dios únicamente interesado en la dimensión escatológica de la V.R., o busca también que ésta sea un anticipo histórico de la Meta trascendente?= ¿Nos da base nuestra fe para esperar que la V.R. permanecerá por siempre, en la Iglesia, con uno u otro rostro?

Es claro que la preocupación que actualmente nos acucia es la del futuro histórico de la V. R., en qué sentido hemos de confiar en el Espíritu Santo, que la impulsó desde sus orígenes, y en qué otronos toca a nosotros prepararlo. Nuestras reflexiones, por ello, obedencen a los interrogantes: ¿Qué futuro histórico esperamos para nuestra Vida Religiosa? ¿Cuál es nuestra esperanza?

a) Vitalidad-Relajación.- La Vida Religiosa histórica ha pasado por períodos de extraordinaria vitalidad y fecundidad y por períodos de profunda relajación. No es quizá realista, catalogar la actualidadde la Vida Religiosa como de “extraordinaria vitalidad y fecundidad”; pero tampoco sería justo tildarla de “profunda relajación”.

La Vida Religiosa histórica se encuentra, a todas luces, en declive. Pero es preciso añadir que esto está ocurriendo “a pesar de”:= A pesar de los notables esfuerzos de renovación del período postconciliar;= A pesar de los significativos cambios de estructuras llevados a cabo;= A pesar de una decidida opción por los pobres y solidaridad con los mismos.= A pesar de su espíritu profético, que ha producido numerosos mártires.= A pesar de la generosa y abnegada entrega a la misión, con responsabilidades multiplicadas, por el cada vez menor número de religiosos.= A pesar de la existencia de excelentes religiosos y religiosas, llenos de espíritu y entusiasmo, de mística religiosa y de sentido comunitario.= A pesar de la tensión mantenida, de manera generalizada, por encontrar caminos y recrear modelos de Vida Religiosa, que respondan a los desafíos del mundo actual.

Las viejas relajaciones de la Vida Religiosa obedecieron, las más de las veces, a la degradación de la calidad de vida, humana y religiosa, de los individuos que la integraban. Hoy no podemos decir lomismo. Hay de todo “en la viña del Señor”, pero hablando globalmente, no es legítimo hablar, sin más, de relajación de las personas religiosas.Y menos de relajación de la Vida Religiosa en cuanto tal:En pocos períodos de su historia, la Vida Religiosa ha vivido la “constante tensión hacia Dios” (en frase agustiniana), que ha vivido en el postvaticano II; anhelo, empeño, esfuerzos reiterados de renovación-revitalización.

Para muchos, el juicio respecto a la renovación llevada a cabo en los Institutos religiosos es negativo. Para otros no solamente se han conseguido muchos logros, sino que aún son muchos más losque se pueden esperar para un inmediato futuro. Las bases para ello están puestas porque los religiosos están más apremiados que nadie a ser revolucionarios, porque siempre han sido revolucionarios. Elseguimiento radical de Jesús los compromete fundamentalmente a continuar la historia de las revoluciones y de los cambios profundos iniciados por el propio Jesús.

Los religiosos están capacitados para esta revolución permanente porque en los orígenes de sus Institutos hubo siempre un hombre o una mujer que fueron capaces de revolucionar la his toria de sutiempo y de su entorno. Por esto precisamente hay que ser fuertemente críticos con la renovación llevada a cabo porque la historia de las verdaderas revoluciones que han de lle var a cabo los religiosos estásiempre por escribir; siempre hay un más allá, a pesar de todo lo realizado por ellos en el pasado y en el presente.

b) La cuestión de los modelos.- En tiempos pasados, los modelos de Vida Religiosa eran universalmente aceptados, y eran los individuos los que, con frecuencia, fallaban. Hoy es justamente a lainversa: Los individuos religiosos son comúnmente aceptados, admirados y valorados, pero son los modelos mismos de Vida Religiosa los que han perdido su atractivo y fuerza de convocación. Resultademasiado frecuente que excelentes religiosos despierten interés, simpatía y amistad, en cuanto personas, pero no tanto en cuanto miembros de determinada Congregación. Es el modelo congregacional, nolos individuos, el que parece no despertar interés.

Estas constataciones son, sin duda, ambivalentes: Por una parte, el hecho de contar la Vida Religiosa actual con tantos religiosos “excelentes”, en todos los sentidos, es una fuente de esperanza.Por otra, acecha el riesgo del desencanto y la desesperanza aun en muchos de esos religiosos “excelentes”, porque el modelo de vida congregacional les desborda: No depende exclusivamente de ellos,sino de todos. Y el “TODOS” constituye un mecanismo pesado, difícil de maniobrar.

Y he aquí el gran desafío que hoy tenemos planteado: Del indivíduo “carismático”, que en otros tiempos arrastró a miles, hoy necesitamos que miles se unan y comprometan en la mismadirección, para brindar a cada religioso el modelo de vida en el que pueda vivir, sin demasiados “peros”, la alegría de la propia vocación.

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2.- DÓNDE ESTAMOS

a) La tentación del desencanto

Los trabajos de renovación más importantes concluyeron al iniciarse la década de los ochenta. Quizás el logro más decisivo fue la adaptación y aprobación definitiva por parte de la Santa Sede de lasConstituciones renovadas, y el consiguiente paso de unas estructuras en exceso verticalistas a otras estructuras más horizontales, más fraternales, más democráticas si se prefiere.Una vez concluido elperíodo oficial de renovación y de experimentación iniciado con el Ecclesiae Sanctae, se empezó a establecer una comparación entre las ilusiones depositadas y los esfuerzos empleados en la tarea derenovación y los resultados tangibles de la misma. Ya se sabe que las ilusiones y los proyectos plasmados en los textos legislativos son siempre superiores a las realizaciones concretas.

Es muy posible que quienes no aceptaron de buen grado la renovación llevada a cabo en los Institutos religiosos, quieran sa lir hoy por sus fueros, pretendiendo retornar a la situación anterior, oaceptando solamente aquello que en la renovación les agrada. En realidad el empeño de estos nostálgicos de un tiempo ya pasado definitivamente no ofrece ya ningún peligro, porque aque llos religiososreaccionarios de los primeros tiempos de la renovación ya no están en condiciones de influir mínimamente en la marcha oficial de los Institutos.

La tentación del desencanto puede, sin embargo, encontrar su apoyatura en una serie de hechos negativos bien tangibles en la actualidad. Referimos solamente los más relevantes.

b) El desafío de las estadísticas

Uno de los hechos más espectaculares de esta etapa postconciliar ha sido sin duda el fracaso vocacional de decenas y decenas de miles de religiosas y religiosos. Evidentemente, de este fracaso noha sido culpable el Concilio Vaticano 11. Otra cosa, por lo menos en parte, cabría decir respecto al modo cómo se han interpretado y aplicado sus decretos. La raíz última de estas defecciones vocacionaleshabría que buscarla en errores de reclutamiento, de formación y de ciertos modos de vivir anteriores al Concilio Vaticano II, y que el mismo Concilio quiso explícitamente corregir.

Las estadísticas son verdaderamente estremecedoras, no sólo para algunos Institutos en particular que han perdido casi la mitad de sus efectivos, sino también para la Vida Religiosa en general. Ya esto hay que añadir el descenso alarmante de los ingresos en los noviciados, por más que en estos últimos años se haya advertido un favorable aunque tembloroso crecimiento de las estadísticas.

c) El desafío de las abstracciones

Ante las dificultades reales por las que atraviesa la Vida Religiosa se puede caer fácilmente en la tentación de pensar que la renovación ha sido algo meramente abstracto. Una renovación que noha sobrepasado los límites de los escritorios en que se han planificado. Una renovación de grandes programas capitulares, de Congresos y Semanas Nacionales de reflexión, que no se han en carnado en lavida real de cada día. Se corre así el riesgo de que la renovación se limite a detectar simplemente las urgencias reales para las que se han programado estupendas posibilidades que se han olvidado apenasse terminó de programarlas.

La realidad no es esa, sencillamente porque no todo se ha quedado en papeles mojados; también ha habido estupendos resultados prácticos; pero las impresiones de muchos en sentido contrariotambién están ahí; son bien reales. Por eso mismo, lo decisivo en esta hora presente no está en si los religiosos han conseguido del todo su renovación, sino en si ellos aman de verdad su renovación. Y loque ellos aman ha quedado sin duda bien reflejado, no sólo a nivel oficial, sino también a nivel personal, en sus Documentos oficiales.

Sería ingenuo, por supuesto, pensar, que ya es suficiente con todos esos magníficos proyectos de vida y de misión para que, au tomáticamente, los Institutos, sus comunidades y sus religiosos, serenueven de verdad. El proyecto de vida y de misión de los Institutos religiosos siempre estará por encima de sus personas, aunque estas sean más importantes que aquel.

3.- UN EJERCICIO DE AUTOCRÍTICA

a) La crisis apremia a la autocrítica.- En momentos críticos, el desafío más importante para las personas y las instituciones es la autocrítica. Ésta nos permite tomar conciencia de la situación real, desus males y de sus posibles remedios. Y la vida religiosa se encuentra en uno de esos momentos críticos de su historia. De ella dependerá que la crisis sea de crecimiento o de declive.

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La vida religiosa atraviesa un momento de transición honda, casi de transmutación. Está sometida a cambios profundos y radicales. Los ideales de la renovación, de la restauración o de lareforma... no parecen ser ya suficientes para designar la tarea que tiene delante de sí. Hoy se postula una verdadera re-fundación de la vida religiosa.

En los ambientes de la vida religiosa crece la sensación de que un viejo modelo está ya agotado y a punto de caducar. Se trata del viejo modelo llamado clásico o disciplinar. Pero incluso el másreciente modelo de vida religiosa, llamado liberal, se encuentra en situación análoga. Ambos se han sucedido de forma tan rápida y fugaz, que parecen tocar a su fin simultáneamente.

c) Los síntomas de este agotamiento son muchos: -la capacidad de convocatoria vocacional es escasa; -la perseverancia de los candidatos es cada día más frágil; -el entusiasmo de los perseverantes está en declive; -el repliegue de presencias y obras apostólicas es creciente; -un cierto tono luctuoso y desesperanzado se expande sobre muchas comunidades... Hay honrosas excepciones, pero las mismas confirman la regla.

d) Final o insuficiencia de los viejos modelos.- Esto no significa el final de ese proyecto de vida cristiana llamado «vida religiosa» o «vida consagrada». Significa el final o la insuficiencia de unosmodelos, de unas mediaciones institucionales, que ya no son capaces de canalizar el seguimiento radical de Jesús, que debe caracterizar ese proyecto de vida cristiana. Tal situación invita, por consiguiente,y obliga a la búsqueda de nuevas mediaciones para ese proyecto de vida cristiana, para ese seguimiento radical de Jesús. Crece en los ambientes de la vida religiosa el clamor por un nuevo modelo de vidareligiosa más radicalmente evangélico. Las generaciones más jóvenes claman a voz en grito. Pero este clamor, que orienta nuestros ideales también deja al descubierto nuestras debilidades. Cuanto másradical es el modelo de vida religiosa que buscamos, más conscientes nos hacemos de la escasez de nuestras fuerzas. Nos movemos así entre un querer y no poder, situación que crea una espe cie dedesasosiego generalizado.

e) Parábolas.- A esta situación de la vida religiosa se la ha descrito recientemente con diferentes metáforas o parábolas:• Se ha hablado de la necesidad de retejer un jersey nuevo con la lana antigua, la lana de siempre. • Se ha hablado de una situación de caos, que ha de ser como la materia prima del cosmos, de una nueva creación. • Se ha hablado de la noche oscura, la gran prueba de la fe, utilizando la imagen de los grandes místicos del siglo XVI • Y se ha hablado, sobre todo, de los tiempos de invierno para calificar los actuales momentos de la vida religiosa.

Todas ellas son imágenes que evocan tiempos duros, severos, difíciles. Son imágenes que evocan tiempos críticos. Y en estos tiempos se hace especialmente necesaria la autocrítica.

f) Resistencia a la autocrítica.- Pero a nadie le resulta fácil o placentero ejercitarse en la autocrítica, cuando los tiempos son críticos. En la vida religiosa se da hoy una fuerte resistencia a la autocrítica.Se prefiere ignorar la crisis o meter la cabeza bajo el ala. 0 nos contentamos con buscar explicaciones y culpables: en la sociedad secularizada, en la cultura moderna impermeable a los valores evangélicos,en los superiores incompetentes o en los súbditos insubordinados. 0 simplemente se prefiere ignorar la profundidad de la crisis, y ver en todo este asunto una situación coyuntural y pasajera, que pasarácomo por arte de magia. Basta, pues, buscar un cobijo mientras pasa el vendaval. 0 se prefiere hacer ejercicios de supervivencia, para disimular el verdadero problema. Pero todos sabemos bien que lasupervivencia nunca equivale a vivir con dignidad.

En esta situación se recurre a cualquier medida. Todo menos asumir con realismo la situación, y llamar por su nombre a los males presentes y a los remedios necesarios. Pero esta reacción o falta dereacción puede ser fatal para la vida religiosa. Sólo conseguirá agravar la situación, retrasando los remedios.

El primer desafío para la vida religiosa hoy es la autocrítica, la sinceración de la situación por la que atraviesa, el análisis de sus causas y el señalamiento de las verdaderas soluciones. La vidareligiosa debe armarse de coraje evangélico, para hacer un ejercicio honesto de autocrítica. El coraje evangélico consiste sobre todo en una fe radical y una humildad profunda. El voluntarismo no essuficiente. Sólo esas virtudes permitirán a religiosas y religiosos asumir con lucidez la crisis y enfrentaría con valentía.

4.-LA ESPERANZA EN LA VIDA RELIGIOSA

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a) El futuro de la Vida Religiosa está en las manos de Dios

Se puede plantear la pregunta por el futuro de la Vida Religiosa en general o por el futuro del propio Instituto en particular, desde la sensación colectiva o personal de que todo se derrumba: ¿Será esta laúltima generación de religiosos? ¿Merece la pena seguir luchando por algo que ya no tiene futuro? Ante preguntas como éstas, puede surgir fácilmente la alternativa de huir, de abandonar lalucha, o de retornar apresuradamente hacia la época en la que todo parecía mejor; mejor, sin duda, para aquel momento, pero no mejor para el presente ni para el futuro. Cuando se encara el futuro conmiedo brotarán inevitablemente proyectos que, en vez de lanzarnos hacia el futuro, nos devolverán hacia el pasado, convirtiéndonos en estatuas de sal.

Hace unos años el P. Robert Faricy escribió un libro cuyo mero título no es precisamente entusiasmante para los religiosos, El fin de la Vida Religiosa, en el que dice:«Este libro está escrito para un tiempo de desaliento y de pérdida de esperanza en la Vida Religiosa, para nuestra época que es testigo del ocaso aparente de la Vida Religiosa.

No solamente Provincias enteras desaparecen, hasta Congregaciones y Ordenes enteras están agonizando. Han llegado a su fin. Han llegado a la última generación.

Contar siempre con el protagonismo del Espíritu.- Sin duda, el panorama que se le presenta a la Vida Religiosa de cara al futuro inmediato, «de tejas abajo», no es nada alentador. Pero la VidaReligiosa nunca ha sido solamente cuestión «de tejas abajo», sino que hay que contar siempre con la fuerza del Espíritu que está en el origen de cada Instituto religioso y tam bién en su desarrollo. No hayque olvidar nunca, por supuesto, la parte que a los mismos religiosos les incumbe. Y lo primero que tienen que hacer es intentar discernir los signos de los tiempos, a fin de descubrir en ellos la voluntadsalvífica de Dios para el presente y para el futuro.

Desde esta perspectiva, el futuro de la Vida Religiosa no invita al desaliento. El Espíritu que suscitó la Vida Religiosa, no dejará de estar presente en su futuro. Se trata, en definitiva, como dice Juan deDios Martín Velasco, de realizar un análisis de la situación real que permita iniciar «la lenta marcha desde este miedo que a todos nos acecha y que, tal vez, sea hoy el compañero de no

pocos de nosotros, pasando por la, cada vez más necesaria, paciencia, hacia la esperanza».

Fue esta la actitud de los profetas. Ellos no se limitaron a denunciar una situación de desajuste, de no-salvación, entre la realidad del Pueblo de Dios y las exigencias que sobre él tenía el mismo Dios,sino que anunciaron también un camino de salvación. Puede que el desierto y la noche, que habrá que atravesar, sean largos, muy largos; pero al final vendrán el valle frondoso y la mañana luminosa de unfuturo mejor.

b) ...Pero el futuro de la Vida Religiosa también está en nuestras manos

La afirmación de que “Todo depende de Dios”, sólo es plenamente verdadera en la medida en que le sigue esta otra afirmación: “Todo depende de ti”. Porque a fin de cuentas, cuando las cosasvan mal, no es Dios el que está fallando, sino los seres humanos, con los que quiso “aliarse” para llevar a plenitud la historia y la obra creadora. Esto significa que en nuestra esperanza y desde nuestra espe -ranza inconmovible en la Providencia de Dios, no debemos perder el contacto con la realidad, por aquello del refrán castellano: «A Dios rogando y con el mazo dando». Que San Agustín expresó quizá másclaramente con la frase: “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. No sería humano y, menos aún, no sería cristiano, esconder la cabeza debajo del ala o enterrarla en la arena, como hace el aves-truz en las Pampas argentinas, para no ver al enemigo, para no ver la realidad circundante. Pero, por otra parte, la constatación de la realidad, por adversa que pueda ser, incluso en el caso ex tremo de queesta concreta encarnación cultural de la actual Vida Religiosa o del actual propio Instituto, tuviera que desaparecer, un cristiano, un religioso, no deberían perder nunca la calma. Entraría aquí en juego el ars

moriendi carismatica, el arte carismático de morir, de que habla Juan Bautista.

Hoy es especialmente urgente definir y acotar las líneas y corrientes fundamentales que están impulsando y dinamizando la Vida Religiosa, a fin de que podamos asumirlas, no sólo sin sobresaltos, sinocon entusiasmo; aunque, en más de una ocasión, sea preciso purificarlas de ciertos gérmenes dañinos. En este sentido, aceptar el futuro no consistirá tanto en en frentarnos a algo radicalmente nuevo ydiferente, cuanto en detectar con claridad la novedad significativa que, no sólo se intuye, sino que se manifiesta ya abiertamente en tantos y tantos hechos como están afectando, desde dentro y desdefuera, a los Institutos religiosos. Solamente así, los religiosos seremos capaces de integrar, de un modo connatural, las llamadas que Dios nos dirige a través de los signos de los tiempos.

En efecto, percibir el futuro signfica ser capaces de:

- «captar la realidad como habitada por el inagotable misterio de Dios;- descubrir la presencia del Señor en la Historia, vivo, activo y siempre sorprendente, en medio de las realidades siempre claras y transparentes;- contemplar el mundo y todos los acontecimientos como "sacramentos de Dios", como "lugares teológicos" en los que Dios nos espera;

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- estar vigilantes para descubrir los signos de los tiempos, trascendiendo el acontecimiento concreto.

Todo esto es, hoy más que nunca, un constante desafío para los religiosos, de cara al futuro. Un futuro que ya está próximo, lleno de posibilidades, pero también oscuro y con una gran inseguridad»".

¿Qué podemos hacer los religiosos para preparar el futuro de la Vida Religiosa? No hay caminos; no hay respuestas infalibles ni fórmulas preparadas. Hay que pedir cada día al Señor que nosconceda un «oído de discípulo», para saber escuchar el clamor del pueblo y las aspiraciones más profundas de los hombres y de las mujeres de nuestro mundo. Nuestro desafío más fuerte ante el futuro quenos espera consistirá en «mantener una actitud constante, como hombres y mujeres que disciernen lucidamente ese futuro incierto que está llamando a nuestras puertas. Con la absoluta seguridad de queDios dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan» (Le 11, 13)48.

Cuando se piensa en lo que podrán ser los religiosos del futuro, la cabeza empieza a girar y a girar ante una avalancha de ideas, de deseos, de dudas, de esperanzas, y también de algunas certezas. Elreligioso del futuro será un hombre del futuro; de ese futuro lleno de posibilidades que, al intuirlas, asustan; pero también lleno de limitaciones y fragilidades que demuestran la extremada debilidad de todohombre y, por supuesto, de todo religioso.Si no se quiere caer en utopías irrealizables, habrá que admitir que el religioso del futuro, como el hombre del futuro, estará so metido a una serie de cadenas, deyugos que lo oprimirán; pero será también un hombre que luchará por romper algunas de esas múltiples cadenas que lo esclavizan, porque se comprometerá, una vez más, con Dios y con los hombres,contribuyendo a construir un mundo mejor, un mundo más habitable.

Ahora bien, hablar de la Vida Religiosa del futuro no se debería convertir en un puro futurible ni en una pura fantasía. Todo lo contrario, debería significar preocuparse, ante todo y sobre todo, por el hoyde Dios, del que tendrá que brotar el futuro hoy de Dios, porque ocuparse únicamente del presente es tanto como ocuparse del agua que se escurre entre las manos. La figura del religioso del futuro hay,pues, que empezar a labrarla en el presente. Y esto implica una serie de actitudes, de preocupaciones y de acciones, que será preciso que los religiosos asuman si quieren seguir siendo testigos del amorsalvífico de Dios en el mundo. De ellas hablaremos en temas posteriores.

III.-LA ESPERANZA HUMANA

EN LA PERSPECTIVA DE LA ALIANZA.

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- ¿Qué significa para usted la expresión <Yo tengo fe en Dios,y Dios es mi esperanza>, en

contextos como éstos: -Cuando la sociedad se vuelve más y más caótica; cuando la violencia y la

corrupción van en creciente; cuando cada vez son menos los que acaparan el 80% de la riqueza, y

más los que han de repartirse el 20% restante,etc.?

2.- ¿Qué conclusión puede sacar un no creyente de la afirmación de los creyentes: <Yo pongo en

Dios mi fe y mi esperanza>, cuando en tres mil años de historia Dios no ha solucionado los

problemas de injusticia, opresión, violencia e inhumanidad, ni siquiera en las sociedades creyentes?

3.- ¿Considera usted satisfactoria la respuesta: <A Dios sólo le interesa responder a los creyentes y

otorgar paz, justicia y felicidad en la otra vida>?

4.- ¿Cómo se defendería usted, creyente, de la acusación marxista: <La religión es el opio del

pueblo>?

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1.- EL HOMBRE, ALIADO DE DIOS

a) ¿Grandeza o pequeñez del hombre?.- Una de las tendencias freecuentes más fuertes de la vivencia religiosa es enfatizar la propia pequeñez, debilidad e impotencia, para acentuar la grandeza ypoder de Dios: -“Yo, Señor, no soy nada; Tú lo eres todo”. Tendencia que resulta paradójica, pues en la experiencia humana, cuando queremos exaltar a un autor, ensalzamos sus obras. Somos obra de Dios,y la mística de la autodisminución ante Dios, no hace honor en realidad a nuestro Hacedor. Por eso San Pablo, frente a la mística del “Yo nada puedo”, prefirió la mística del “Todo lo puedo en Aquel que es mifuerza”.

b) La antinomia humana.- En ralidad ambas místicas tienen su fundamento. Hecho a imagen y semejanza de su Creador, el ser humano es, en algún modo “ capax Dei”; capaz de Dios. Participa de lainteligencia, libertad, creatividad y amor de Dios; tiene posibilidades insospechadas y su aspiración no tiene límites. Pero arrastra inexorablemente su condición de creaturidad: No lleva en sí el Ser enPlenitud, sino el ser por participación; no es “fuente”, sino “arroyo”, lo que le impone las limitaciones propias de su ineludible dependencia. Significa que Dios, el Ser en Plenitud, sin el hombre lo es Todo; elhombre sin Dios, su Creador, es nada. De ahí que el hombre haya oscilado históricamente entre el endiosamiento y el desvalimiento. Llamado a “ Ser como Dios”, en alianza con El, corre el riesgo deestrellarse si reclama una autonomía “sin Dios”, que no posee. De igual manera, está llamado a la libertad, pero ésta queda limitada a ciertos cauces, porque el ser humano es necesaria dependencia,tanto respecto de su Creador como respecto de los demás seres humanos.

De ahí que el ser humano lleva en sí mismo la antinomia de la grandeza y de la pequeñez, que ha dejado en evidencia toda la historia humana. Una grandeza que toca las esferas de lo divino, y unapequeñez que le ha ubicado con frecuencia por debajo de la animalidad. En todo caso, elevarse o rebajarse constituye una de las opciones libres de todo ser humano.

c) La llamada a la Alianza.- Dios, sin embargo, no quiso hacer del hombre un simple receptor pasivo de sus dones. De algún modo, quiso ponerlo en su mismo plano y a su mismo nivel, al llamarle auna alianza con El, en orden a llevar a plenitud su obra creadora y la historia humana misma. Hoy diríamos, quiso hacerle su “socio”, que lo convierte en “creador” junto con El. Y hoy entendemos muy bien loque ello implica: En todo grupo de asociados, ningún socio hace nada sin contar con los demás.

La Alianza deja en claro, en consecuencia, que Dios no hará nada sin la colaboración de sus socios; y que el hombre no va a lograr nada, si no es en unión con Dios. San Agustín los expresógenialmente con una sola frase: “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Por extensión, el individuo humano encuentra su fuerza en su alianza con Dios; y su grandeza no está en su autonomía solitaria,sino en la COMUNIÓN con los demás seres humanos, y todos ellos en Alianza con el Creador.

d) Teología de las mediaciones.- Consecuencia de la Alianza es la teología de las mediaciones: No entra en la economía normal de Dios, su intervención directa en la historia humana, sino através de la mediación del hombre mismo. La acción “ad extra” de Dios se realiza en el Espíritu. Y el Espíritu no tiene manos, pies, y boca; utiliza los nuestros para su acción en el mundo. Cristo, que puso laclave de la continuidad de su misión en el Espíritu que trasmitió, no deja de advertir a sus seguidores que, en adelante, sean ellos los que vayan por el mundo y evangelicen; los que se conviertan en luz, sal yfermento de la transformación del mundo. Y, por lo mismo, “quien a vosotros oye, a Mi me oye”.

Cristo invita así a dar el paso de la “religiosidad filial”, que todo lo espera pasivamente del Padre, a la “religiosidad adulta de compromiso”, que implica secundar las llamadas e impulsos del Espíritu.

Anécdotas.- 1.- ¡YO CONFÍO EN DIOS!.- cfr. Plegarias y Parábolas, n° 33. 2.- ¡AYÚDATE, QUE YO TE AYUDARÉ!, cfr. Plegarias, n° 31.

2.- LA ESPERANZA HUMANA, EN LA PERSPECTIVA DE LA ALIANZA

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a) Las promesas de Dios y la esperanza profética.- Uno de los énfasis más significativos de los Libros Proféticos son las Promesas de Dios, cuya realización tendrían lugar con el advenimiento delMesías. Tales promesas son propuestas a nuestra reflexión particularmente durante el tiempo de Adviento:

• “El Señor gobernará a las naciones y enderezará a la humanidad. Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra otra, y no se adiestrarán para laguerra”. Is. 1, 4.

• “Esto dice el Señor: Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vegel, el vergel parecerá un bosque. Aquel día oirán los sordos las palabras del Libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de losciegos. Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor y los pobres gozarán con el Santo de Israel; porque se acabó el opresor, terminó el cínico, y serán aniquilados los despiertos para el mal”.- Is. 29,17ss.

• “En aquel día... habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito; el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastoreará. La vaca pastará con el oso, sus crías setumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con el áspid, meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No hará daño ni estrago por todo mi monte santo...”Is. 11, 1ss.

• “Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflición y viste las galas perpetuas de la gloria que Dios te da... Porque Dios te dará un nombre para siempre: <Paz en la justicia, gloria en la piedad> “.Baruc 5, 1-9.

• “Yo voy a hacer de Jerusalén un Contento y de su pueblo una Alegría. Yo quedaré contento con Jerusalén y estaré feliz con mi pueblo. Ya no se sentirán, en adelante, sollozos de tristeza, ni gritos deangustia...” Is. 6518ss.

Los sacerdotes sabemos sobradamente de uno de los interrogantes frecuentes en nuestros fieles de buena voluntad: -“¿Cómo es que Dios ha hecho tantas promesas que, a más de 2000años de distancia, a todas luces no se han cumplido, a pesar de haber llegado el Mesías, frustrando así la esperanza, particularmente del antiguo Pueblo de Dios?”.

Nuestra respuesta teológica puntualiza que el cumplimiento de las Promesas tendrá lugar en la plenitud de la “Era Mesiánica”, que Cristo inauguró. Es entonces cuando serán realidad “los nuevoscielos y la nueva tierra, en que habite la justicia”, en visualización de San Pedro (2Pe. 3, 13) y del Apocalipsis (Apoc. 21, 1).

Queda, sin embargo, pendiente otro interrogante: -¿Por qué Dios hace esperar tanto tiempo lo que todos anhelamos, no sólo los que vivan en los últimos tiempos, sino los que han vivido y sufrido entodos los siglos?

b) Las Promesas de Dios desde la perspectiva de la Alianza .- Toda la Palabra Bíblica gira en torno a un eje: La Alianza. Es la Alianza -la Antigua y la Nueva- la que ha dado el nombre alas dos grandes partes del Mensaje Bíblico: Antiguo y Nuevo Testamento. Y por lo mismo todo el Mensaje bíblico debe ser leído desde la perspectiva de la Alianza. Significa que cuanto Dios promete essiempre, en algún modo, condicional: -“Si guardáis mi Alianza”; “si guardáis mis mandamientos” (=Estatutos de la Alianza)...: “Si hubieras atendido a mis mandamientos sería tu paz como un rio, tu justiciacomo las olas del mar; tu progenie sería como arena; comos sus granos los vástagos de tus entrañas; tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante Mi”.- Is. 48, 18-19.

c) Propuesta de Dios y Respuesta del Hombre.- Las Promesas de Dios son la “Propuesta de Dios”, como parte de la Alianza. Una Propuesta que exige la “Respuesta” del hombre a los compromisosasumidos en la misma. En momentos críticos, cuando al pueblo todo le va mal, cuando terminan oprimidos y esclavizados, cuando son víctimas de desastres, los profetas se encargan de recordar que todoes consecuencia de la infidelidad a la Alianza.

Las promesas de Dios son propuesta, vocación y llamada:= Son propuesta: Dios propone, pero no impone. El hombre ha de asumir activa y responsablemente la propuesta.= Son vocación: Dios otorga el don, la gracia, las posibilidades. El hombre ha de activarlas.= Son llamada: Dios invita, pero el hombre ha de dar su aceptación y respuesta comprometida.

d) Esperanza pasiva y esperanza activa.- En virtud de la Alianza, podríamos decir que el hombre tiene el poder de frustrar las promesas de Dios. Dios ofrece fielmente su parte; pero elhombre es libre para aceptarla o rechazarla; de poner su parte o no darse por enterado. No cabe la esperanza pasiva de quien espera que “Dios lo hará”. Sino la esperanza activa que proclama con losCursillistas: “Dios y yo, mayoría aplastante”.

Pareciera, en consecuencia, que el cumplimiento de las Promesas de Dios, y por lo mismo los fundamentos de la esperanza, dependen sólo del hombre, pues siempre él es el que falla, no Dios. Pero

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esto sólo es verdad en parte: En lo que se refiere a la vida personal y a nuestros proyectos o modelos concretos de vida:= Son muchas las vidas personales que se malogran, a pesar de Dios.= Son muchas las sociedades, pueblos o naciones que se han derrumbado por deterioro de los altos valores espirituales y morales, que llamamos evangélicos.= Son muchas las Congregaciones religiosas que se extinguieron por falta de vitalidad espiritual.

No es tan cierto en lo que se refiere al Proyecto Creador y Redentor de Dios. Creemos que el Espíritu de Dios, que conduce la Historia, sabe “reciclar” todas las cosas, también nuestras resistencias,infidelidades y pecados, en orden a la consumación final de la Obra de Dios. Creemos que Dios, Autor del Proyecto Humano y Creador, no puede fracasar , pese a la falta de respuesta de los seres humanos.Y por ello, “esperamos -con fe firme- unos nuevos cielos y una nueva tierra, en que habite la justicia”. Sí podemos estar seguros que el retraso de la realización de la utopía, no se debe a la lentitud de laacción de Dios, sino a las resistencias que interponemos los seres humanos.

*Religiosidad: Pliego de peticiones y pliego de ofertas.

3.- LOS FUNDAMENTOS DE NUESTRA ESPERANZA

a) Fe en Dios y fe en el Don de Dios.- Nuestra Fe es la base de nuestra Esperanza. Pero muy frecuentemente nuestra fe, si no débil, sí es “manca”: No dudamos que Dios todo lo puede yademás ama a la Humanidad, y quiere lo mejor para ella. Pero ante las preguntas: -¿Por qué Dios permite tanta maldad y sufrimiento en el mundo,y no actúa? ¿Por qué deja que vayamos de mal en peor yno interviene?, los piadosos optan por respetar el misterio y pensar que Dios sabe lo que hace; y muchos de los no tan piadosos terminan decepcionados de Dios.

Nuestra fe muchas veces es “manca”, porque aun teniendo una firme fe en Dios, es débil o nula nuestra “Fe en el Don de Dios”, que Dios mismo ha puesto en nosotros, y nos capacita para actuar, conla segura esperanza de que con El, lo conseguiremos: Todo lo podemos en Aquel que es nuestra Fuerza.

La verdadera fe en Dios nunca puede llevarnos a una minusvaloración de nosotros mismos, y menos a derrotismos o complejos de inferioridad. La actitud correcta de Fe es la que se expresa con lafrase: “Pongamos cuanto está de nuestra parte, y dejemos hacer a Dios”. Y entonces podemos abrigar la firme esperanza de que todo irá a mejor.

b) La esperanza en medio de la crisis.- La esperanza se hace difícil cuando todo se vuelv e oscuro o parece derrumbarse, y por ello, no se ven por el momento caminos de salida. Pero todasalida de un lugar implica siempre la entrada en otro lugar. Y es la oscuridad que envuelve a ese “otro lugar” lo que produce crisis. Esto es particularmente significativo cuando se trata de los Caminos de Dios,o Caminos del Espíritu: No acertamos a visualizar adónde y por dónde quiere llevarnos el Espíritu, y se obnubila nuestra esperanza. Es el momento de confiar en que, si nos mantenemos “aliados de Dios”, elEspíritu nos reservará sus sorpresas. Y es esta confianza la que marca la diferencia entre la “crisis de crecimiento” y la “crisis de derrumbamiento”.

*Anécdota: El Náufrago. Cfr. Anécdotas Ejemplares, I, 55.

c) La crisis de la Vida Religiosa y nuestra esperanza.- Hoy damos por supuesto que la Vida Religiosa se encuentra en refermentación. Sabemos más o menos identificar lo que no va ytiene que cambiar, pero andamos a tientas a la hora de precisar el rumbo de los cambios. La Vida Religiosa está viviendo un “Exodo”, pero desconocemos la “Tierra Prometida”. Sólo nos queda garantizarnuestra actitud de escucha a las llamadas del Espíritu y nuestra disposición de respuesta fiel a las mismas. Queda entonces bien fundamentada nuestra ESPERANZA.

IV.- CRISTO, NUESTRA ESPERANZA.

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La fe cristiana, y más radicalmente la fe de la Vida Consagrada, no se fundamenta en unas verdades abstractas, o en una ideología. Es una <Vida>: Cristo. De esa fe y de esa vida somos <sujetos>,pero no <autores>. El autor es el Espíritu de Cristo, conductor de la Historia y sus acontecimientos en orden a la meta final.

Cuando decimos que Cristo es nuestra Esperanza, entendemos que es El, por la acción de su Espíritu, quien todo lo reordena hacia el <punto Omega>, que define la culminación del Proyecto humanoy salvador de Dios. Pero también aquí es necesario entender que Cristo es “Propuesta”, es “Oferta”, y los humanos permanecemos libres para optar por subirnos al tren de su Espíritu, o apearnos de El, yemprender nuestro propio rumbo.

Cristo es nuestra Esperanza en varios sentidos:

1.- CRISTO, COMO REVELADOR TRANSPARENTE DEL PROYECTO HUMANO DE DIOS

a) Respuesta cabal a las aspiraciones e interrogantes más profundos del hombre.- En lo más profundo de nuestro ser todos los humanos buscamos lo mismo: un sentido pleno a nuestraexistencia, una vida verdadera, unificada y feliz. En sentido negativo, todos buscamos respuestas a la evidente contradicción humana:

= Los seres humanos saben que están hechos para amar, pero se rigen por el egoismo, la insolidaridad, la división y el enfrentamiento.= Quieren la paz, pero preparan de continuo la guerra.= Son celosos de la verdad, pero entretejen la vida de engaño y mentira.= Sueñan con el “paraiso”, pero hacen de la vida humana un “infierno”.= Se aferran a la vida, pero se ven acosados de la experiencia de muerte.

Cristo es la revelación transparente, no sólo de Dios, sino del hombre mismo: Lo que está llamado a ser, y capacitado para ser, dónde y por qué se traiciona a sí mismo, y cuál es el camino parareencontrarse. Cristo es “el camino, la verdad y la vida”.

En su itinerario humano, Cristo nos fue legando la fuerza salvadora de su Persona:= La fuerza salvadora de su encarnación.= La fuerza salvadora de su mensaje.= La fuerza salvadora de su muerte >(kénosis).= La fuerza salvadora de su resurrección.= La fuerza salvadora de su espíritu.

Son otras tantas claves de esperanza para encontrar nosotros respuestas a los interrogantes que nos preocupan.

b) El “Hombre Nuevo”, constructor de la “Nueva Humanidad”, que todos anhelamos.- El saldo final de más de tres mil años de historia, y en ella de constantes ensayos y cambios de cosas y

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- Para los cristianos, y con mayor razón para los Religiosos, “Cristo es nuestra Esperanza”.

¿Cómo se traduce esta convicción en nuestra vida real de cada día, de modo que sea perceptible

para cuantos nos observan?

2.- San Pablo afirma que “Si nuestra esperanza en Cristo es sólo para esta vida, somos los más

infelices de los hombres” (1Cor. 15,19). Pero ¿qué decir si nuestra esperanza es sólo en el cielo y

en la vida eterna?

3.- ¿Qué me falta para que mi vida (y nuestra vida) trasluciera verdaderamente ante los demás que

nuestra Esperanza es Cristo? ¿Cuáles habrían de ser los frutos de la esperanza?

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sistemas por el logro de una humanidad verdaderamente “humana”, no parece muy optimista: Hasta los infantes visualizan que la sociedad humana actual, a la vista de tantas inhumanidades, tiene aún muypoco de “sociedad”, y menos todavía de “humana”.

Después de tan milenaria experiencia histórica de que cada nueva solución al problema humano, en base a cambios de cosas, leyes y sistemas, termina descubriéndose un espejismo, abrigamos lasecreta convicción de que con el tipo de seres humanos que somos no hay solución posible: Nada se consigue con “reformas”; se necesita una “trasmutación” (la ciencia dice “mutación genética”), que délugar a un “hombre nuevo”.

Cristo lo expresó más certeramente diciendo que “es necesario nacer de nuevo”: Ya no sólo de “la carne” ( el “hombre exterior”, para Pablo y Agustín), sino “del espíritu” ( el “hombre interior” paulino yagustiniano).

Cristo fue por delante, inaugurando en Sí mismo, ese “hombre nuevo”, movido por el Espíritu -el de Dios-. Cristo es nuestra Esperanza.

c) Alfa y Omega de la historia humana.- El “de dónde vengo y hacia dónde voy”, es uno de los interrogantes trascendentales del ser humano. La historia humana ha evolucionado dando tumbos,porque ni ha tenido claro el punto de partida ni la meta. Simplemente va -o está-, sin saber a punto fijo hacia dónde ha de dirigirse. Uno de los tópìcos de nuestra sociedad actual es la crisis de objetivos;decimos más bien el “inmediatismo”: No interesa ni el pasado, ni el futuro, sino lo inmediato que, por ser circunstancial, es siempre relativo. Tal mentalidad habrá de conducir a la historia humana a callejonessin salida. Hay tantos objetivos, divergentes entre sí, como personas; y el resultado habrá de ser el caos.

Cristo nos dejó en claro, en Sí mismo, tanto el punto de partida (“venido de Dios”), como la meta (la plenitud en Dios), que vale tanto como la “divinización” del hombre, nacido a imagen y semejanza deDios, y del Reino de Dios, plenamente realizado en la historia. El “seréis como dioses” es el mismo tiempo tentación (ser como Dios sin Dios), y vocación y destino del hombre (ser como Dios en Dios). Cristoes nuestra Esperanza.

Anécdota: María Francisca.

2.- CRISTO, COMO PORTADOR Y TRASMISOR DER UN ESPÍRITU: EL DE DIOS

a) Revelador del Espíritu, por y con el que fuimos creados.- Cristo, nos dice la Teología, vino a restaurar la “naturaleza caída”. Es decir el origen del hombre, o el hombre original. Y el hombre seoriginó del espíritu -el de Dios-: “Yavé ...sopló en él aliento (“spiritus”) de vida y existió el hombre con aliento (“spiritus”) y vida” (Gen. 2,7).

El drama del hombre, hecho carne y espíritu, al que apunta su “pecado original”, es el desfase entre el superdesarrollo de su carne (para San Pablo y San Agustin, su exterioridad, cuerpo y mente), y elsubdesarrollo del espíritu (consciencia, sensibilidad, amor). Este desfase resultará cada vez más peligroso, porque el progreso externo del hombre quedará siempre al servicio de la inconsciencia, lainsensibilidad y el desamor.

Toda la vida y el mensaje de Cristo discurren en clave del espíritu, y sólo desde el espíritu adquieren su pleno significado. Corremos siempre el riesgo, sin embargo, de leer el Evangelio en clave decarne, de exterioridad, y entonces “carnalizamos” aun las cosas del espíritu.

b) Instaurador y dinamizador de los más altos valores.- La pretensión central de Jesús es instaurar el “Reino de Dios” entre los hombres. Que vale tanto como instaurar el “Reino de la verdad y de lavida, de la santidad y la gracia, de la justicia, el amor y la paz”.Un reino, por lo demás, que “entre, o dentro, de vosotros está”, como potencial dinámico del espíritu con que fuimos creados. Cristo no vino aapremiarnos a ser otra cosa, sino a ser plenamente nosotros mismos, superando nuestras contradicciones.

Nuestra sociedad humana seguirá siendo una contradicción mientras hayamos de seguir confesando que nos encontramos en una alarmante “crisis de valores”: de aquellos que “humanizan” al hombrey a la vida humana: los altos valores del espíritu.

Y Cristo es la clave de estos valores. Cristo es nuestra Esperanza.

3.- CRISTO COMO PRESENTE Y ACTUANTE EN LA HISTORIA HUMANA

a) Somos protagonistas, pero no autores de nuestra historia.- Es parte nuclear de nuestra fe que el Señor Resucitado no es ya un simple personaje del pasado, sino Alguien viviente y actuante enla historia humana. Es El el “Señor de la Historia”, en la que, por la acción secreta de su Espíritu, reordena todas las cosas -positividades y negatividades- para el bien de los que lo aman (cfr. Rom.8,28). Ypara éstos, hará de todas maneras de la historia humana, “historia de salvación”.

Podemos, en consecuencia, acogernos en este sentido, a la psicología del subordinado: -“ El jefe sabe lo que hace!”. Pero somos “protagonistas”. Y como tales estamos llamados a “recrear

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históricamente la conducta de Jesús”: No “hacer” lo que hizo Jesús (imitación), sino lo que El haría en nuestra circunstancia (seguimiento). Lo que implica tres dimensiones inseparables: 1ª) Dedicacióntotal a la instauración del Reino; 2ª) Compromiso por rehabilitar a los excluidos; 3ª) Intimidad con el Padre. Nos toca la responsabilidad y el compromiso en la construcción del Reino de Dios; pero no laangustia por lo que sucederá mañana (cfr. Lc.12, 22ss: “No os preocupéis por...; vuestro Padre celestial sabe...”).

b) Nos corresponde el compromiso, pero no la conducción del acontecer humano .- Es cierto que podemos y debemos influir, hasta cierto punto, en quienes manejan los hilos de la historia ydeciden el rumbo de las sociedades. Pero a fin de cuentas, la orientación del acontecer humano nos desborda. El realismo de lo que ES se nos impone, al margen de nuestra utopía de lo que “debería ser”. Yesto es así, tanto cuando se trata de la Sociedad Humana y de las sociedades, como cuando se trata de nosotros mismos personalmente.

El binomio “realidad-utopía”, nos obliga a ser buenos “recicladores” de negatividades (como se hace hoy con la basura), para sacar de ellas positividades. Es el milagro para el que nos capacita elEspíritu de Cristo.

4.- ESPERANZA E ITINERARIO CRISTIANOS

Cristo marcó, en su propia vida, el itinerario humano en tres fases: = Encarnación: Todos, como Cristo, pretendemos encarnar, en algún modo, lo divino en lo humano; lo ideal en lo real; lo más alto en lo más bajo.= Kénosis: Pero el camino es árduo. Implica dificultades, problemas, contradicciones, titubeos, fracasos, frustraciones, experiencias de muerte. En definitiva, crisis. Y las crisis, lo sabemos, pueden ser

de derrumbamiento o de crecimiento. Depende de nuestra actitud ante las mismas.= Resurreción: La eterna tentación del ser humano es pretender saltar directamente de la primera fase a la tercera: de la concepción de un ideal a su realización inmediata. En la vida de Jesús de

Nazaret, de algo más de una treintena de años, la encarnación duró un instante; la resurrección tuvo lugar como un milagro; todo el resto de su vida es fundamentalmente kénosis: anonadamiento,ocultamiento, resistencias, incomprensiones, contradicción, rechazo, y por fin condenación y muerte.

La esperanza es la virtud de “saber esperar”. Vivir es tener que esperar, y esperar es vivir en la dirección de lo esperado . Y afrontar los desafíos con actitud serena y con mirada atenta paradetectar por dónde el Espíritu impulsa la vida. En el fondo todos somos demasiado inmediatistas: Lo que queremos lo queremos “YA”. Y esto es saludable a condición de que, cuando el YA se nos aleja, apesar nuestro, no desesperemos. En la tarde del viernes santo y durante el sábado santo, muchos creyentes concluyeron que nada había ya que esperar. Y en la historia humana se ha repetido de continuo elitinerario de Cristo: Todo logro de importancia ha estado precedido, las más de las veces, de algún modo de “viernes santo”. Y multitud de posibles logros jamás llegaron a serlo, porque la esperanza sequebró.

En todo caso, la virtud del “saber esperar” puede tener por reverso el “no apurarse”; es decir, esperar pero sentados, que es más cómodo. San Agustín sale al paso con una de sus geniales síntesis:

-“Confía en Dios como si todo dependiera de El; actúa como si todo dependiera de ti”.

5.-CRISTO ESPERANZA DE LOS CRUCIFICADOS

a) El “escándalo de la cruz” (cfr. 1Cor.1,23).- La cruz siempre nos ha resultado escandalosa, en cualquiera de sus formas: Desamor, incomprensión, injusticia, esclavitud, menosprecio, rechazo,marginación, humillación, contradicción, fracaso, enfermedad, muerte. Y toda cruz nos aboca fácilmente al sin sentido, al sentimiento de lo absurdo, a la experiencia de maldición, y por ello a ladesesperanza.

No nos resulta fácil bendecir nuestras cruces personales o institucionales. Pero es sobre todo complicado bendecir la cruz de los grandes crucificados de nuestra sociedad: Los crucificados deAmérica Latina, los crucificados del llamado tercer mundo y los crucificados, en general de toda sociedad humana, esto es, los marginados por cualquier causa y desechados en las grandes ciudades, lasvíctimas de los sistemas y condenados a muerte social o física. No es fácil bendecir lo que los afectados anhelan y tienen derecho a sacudir.

b) La resurrección de Jesús es esperanza en primer lugar para los crucificados.- Dios resucitó a un crucificado, y desde entonces hay esperanza para los crucificados de la historia. A la luz de loocurrido en la mañana del Domingo de Resurrección, entendemos que hay motivo para bendecir lo ocurrido en el viernes santo. Desde entonces, toda cruz o crucifixión conlleva una esperanza: En las

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experiencias de fracaso, problemas y conflictos, oscuridad, inseguridad, disminución y crisis, puede estarse fraguando una vida nueva insospechada. El Espíritu de Cristo hace el milagro.

Anécdota:

V.- LA ESPERANZA CRISTIANA

EN LA ESPIRITUALIDAD DE SAN AGUSTÍN.

1.- LA ESPERANZA EN LA TRINIDAD DE LAS VIRTUDES TEOLOGALES

a) Tres virtudes que se implican entre sí.- La esperanza fue una virtud a la que Agustín dedicó más de un tratado, pero especialmente, en su Manual de la fe, la esperanza y la caridad o Enquiridiondel año 421, insiste en que hay que ver el lugar que ocupa, es decir en relación con la fe y la caridad: “De esta confesión da la fe que brevemente se contiene en el símbolo, y que en su aspecto elemental esla leche de los párvulos, pero cuando se profundiza en su espíritu, se hace manjar de fuertes, nace la esperanza buena de los fieles, a la que acompaña la santa caridad” (Enquiridion 114, 30).

Nos encontramos aquí en compañía de las tres virtudes teologales. Ellas son inseparables, y en medio está la esperanza. Mientras el objeto de la fe puede ser pasado, lo presente y lo futuro, el objetode la esperanza es lo bueno futuro. A ella pertenece también el no ver lo que espera, según la doctrina de Pablo: “La esperanza que se ve, no es esperanza, pues lo que se ve ¿quién lo espera? Mas siesperanza es lo que no vemos, lo esperamos con paciencia” (Rom 8, 24-25). Así, para San Agustín, “por la fe subsisten en nosotros lo bienes que esperamos y son objeto de amor. Y así ni hay amor sinesperanza, ni esperanza sin amor, ni esperanza y caridad sin fe” (Enquiridion 8, 2).

“En la existencia cristiana la fe ocupa el primer puesto: pero el primado pertenece a la esperanza. Sin el conocimiento de Cristo, que se posee gracias a la fe, la esperanza se convertiría en una utopía suspendida en elaire. Pero sin la esperanza, la fe decae y se vuelve tibia y muerta... Por otra parte, la fe-esperanza implica la entrega total del hombre a Dios y a los hermanos; es decir, la caridad. Confiar en Dios significa amarlo. Ahora bien, elamor no se realiza, no es auténtico sino en las obras...” (G. Piana, Nuevo Diccionario de Espiritualidad).

b) Función de la esperanza.- San Agustín también limita el objeto de la esperanza a los bienes personales del que espera. En ellos se define la esperanza como virtud diferente de la fe y de lacaridad, si bien relacionada con las tres. Las tres son dones de Dios, pues él nos dio la fe, la esperanza y la caridad. Y por eso le es debido el justo agradecimiento y alabanza: “ Bendice a Dios que te dioestas cosas: la fe sincera, la esperanza segura, el amor sin ficción” (Comentario al Salmo 55, 19). En los Soliloquios, describe las etapas de un proceso personal en que se relaciona el principio, el medio y elfin, caracterizando así, las funciones propias de cada una: “¡Oh Dios, a quien nos despierta la fe, levanta la esperanza y une la caridad!” (Soliloquios I 1, 3). Es decir, despertar, elevar, unir.

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- ¿Qué relación ve usted entre las tres virtudes llamadas “teologales”: Fe-Esperanza-Caridad”?

2.- ¿Qué relación ve usted entre las virtudes teologales y las llamadas “cardinales” (virtudes-quicio):

Prudencia, Justicia, Fortaleza, Templanza?

3.- ¿Por qué hemos incluido en la espiritualidad cristiana cuatro virtudes que llamamos cardinales:

quicio, pivote, gozne, eje, clavo de amarre, siendo virtudes humanas?

4.- ¿Es sólo lo humano lo que queda “desquiciado” sin las virtudes-quicio, o también quedan sin

éstas desquiciadas las virtudes teologales?

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La función de la esperanza sería elevar, o mejor dicho, impulsar la subida hacia Dios. Sin embargo, tanto la fe como la caridad son igualmente fuerzas elevadas, de acuerdo a su naturaleza teologal,por ello para Agustín “subir con el corazón, con el afecto bueno, con la fe, esperanza y caridad, con el deseo de la vida inmortal y eterna” (Comentario al Salmo 120, 3).

Por otra parte, La esperanza está movida por la idea del bien que conoce por la fe y hace fuerza a la voluntad para que se eleve hacia él.

c) Objeto de la esperanza.- Según San Agustín, la vida humana está fundada en esperanzas. Se pueden distinguir dos clases de hombres: los que esperan en los bienes terrenos y los que tienen laesperanza puesta en los bienes celestiales prometidos por Dios, que no engañan. Podemos señalar tres tipos de esperanzas: a. las esperanzas humanas comunes y honestas, como las que se han mencionado antes; b. la vulgares o reprensibles, como la del que aspira a hacerse rico sin reparar en medios honestos o deshonestos, hacerse famoso del mismo modo, y c. la esperanza cristiana, que se describe aquí, y distingue a los cristianos de todos los de todo los demás que no lo son.

d) Las esperanzas humanas.- Hay esperanzas naturales buenas, que constituyen también objeto de la esperanza cristiana: “Vemos ahora que los hombres esperan muchas cosas terrenas, hasta lamuerte hay siempre un aliento de esperanza; esperanza en los niños para que crezcan, para que se instruyan, para que se formen en la cultura; esperanza en los adolescentes para casarse y formarfamilia; esperanza en los padres para educar, para alimentar, hacer hombre a los que acariciaban cuando eran párvulos; con esto os estoy recordando la vida de la esperanza humana, que es la máscomún, excusable y trillada. Pero hay también otras muchas esperanzas vulgares que no merecen alabanza” (Sermón 22, 2, 134).

d) La esperanza cristiana.- La vida cristiana es esperanza, mirada y peregrinación hacia delante, hacia la promesas del reinado glorioso de Cristo. Pero, como peregrinación, es al mismo tiempoprofundo gemido por la distancia de las cosas que esperamos y vislumbramos en la luz de la resurrección del Señor.

En este sentido, el sursum cor habere es fruto de la esperanza puesto que eleva el corazón de la tierra para que no corrompa sus bienes y lo levanta al recuerdo de la felicidad prometida:“Levanta el corazón, ¡oh género humano!, y respira las auras vitales y segurísima libertad... ‘Porque les dio potestad para hacerse hijos de Dios’ (Jn 1,12). Te engrandeció hasta ser lo que no eras, porqueeras otro. Yérguete, pues, en la esperanza. Gran cosa se te ha prometido, pero el Grande ha hecho la promesa” (Comentario a la epístola de Juan II, 10). Levantar el corazón y mantenerlo fijo en el deseodel bien prometido, esto hace la esperanza. Así se explica el simbolismo cristiano del áncora o ancla, que es el emblema de esta virtud: “ El Señor derramó su sangre por nosotros, nos redimió, noscambió la esperanza. Todavía llevamos la mortalidad de la carne y esperamos la inmortalidad futura; vamos navegando por el mar, pero ya hemos fijado el áncora de la esperanza en la tierra” (Sermón158, 8). Si la caridad une, la esperanza también enlaza los corazones con el deseo de la dicha futura. Fijar sujetar, anclar el espíritu contra el peligro de las perturbaciones del mar de quienes sufrenviolencia, marginación e injusticia de este mundo, así como soportar el flujo y la marea de los bienes pasajeros, es obra de esta virtud.

e) Presente y futuro de la esperanza.- La esperanza de un pagano o de un hombre comprometido en las luchas sociales de nuestro tiempo se instala y trabaja por un mundo mejorrealizable simplemente en éste, mientras la del cristiano mira también a un mundo mejor en lo futuro; aun fuera de este tiempo, más allá de la historia, al que dará fin para comenzar un estado nuevo decosas: “Aprende y retened, dice Agustín, cuál es la esperanza de los cristianos, por qué somos cristianos. No lo somos para buscar una felicidad terrenal, que no falta muchas veces a los ladrones ycriminales. Somos cristianos para una felicidad que culminará cuando haya pasado totalmente la vida presente” (Comentario al Salmo 62, 2).

En efecto, para un cristiano, el pensamiento del mundo futuro es un resorte necesario para vivir: “Pues sé que todos los cristianos tienen los pensamientos puestos en la vida futura. El que nopiensa en ella ni es cristiano para recibir al fin lo que Dios tiene prometido, todavía no es cristiano”(Sermón 9, 4).

Es éste ciertamente un lenguaje con frecuencia no debidamente comprendido a lo largo de la historia. Ya San Agustín hubo de defenderse, en sus sermones, de la vieja acusación de alienaciónde los cristianos: En vez de centrar su esperanza e interés en el mejoramiento de la vida presente, ponen sus sueños y esperanzas en el cielo, en el más allá de la historia humana. Más recientemente,Marx y el comunismo calificaron, por ello, a la Religión, de “opio del pueblo”.

En realidad, a la luz del Evangelio y del mismo San Agustín, tan lejos se encuentra de la esperanza cristiana el que descuida el presente como el que pierde de vista la Meta trascendente. Laesperanza cristiana es siembra en el presente de la cosecha futura.

En la catequesis agustiniana hay una lucha por la defensa de la fe, y otra similar de combate por la esperanza cristiana. “Porque tenemos la esperanza puesta en las cosas futuras y suspiramospor la felicidad que ha de vivir, y no aparece aún lo que seremos, aun cuando ya somos hijos de Dios, nos vemos cubiertos de burla y desprecios de parte de los que buscan o tienen su felicidad en este

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mundo” (Comentario al Salmo 122, 8). Para Agustín, sin embargo, “la vida de la vida mortal es la esperanza de la vida inmortal” (Comentario al Salmo 103, 17).

2.- CRISTO, NUESTRA ESPERANZA

a) Cristo, Camino de esperanza.- Nuestra esperanza está en Cristo, porque en El se ha completado ya lo que nosotros esperamos como promesa. El objeto de la esperanza, adquiere unsentido cristológico, porque Cristo es la patria y el camino a la vez, y al abarcar ambas cosa ha suprimido las distancias entre Dios y los hombres y ha dado alas nuevas a la esperanza humana. Lainaccesible altura de Dios se ha hecho valle de nuestra peregrinación: “No desesperes porque dije: Yo soy el que soy. Yo he bajado hasta ti porque tú no puedes venir a mí”(Comentario al Salmo 121, 5).Tal es nuestra grande esperanza: el haberse dignado tomar nuestra naturaleza humana. Por el camino humilde de su humanidad, nosotros subimos hasta la cima sublime de su divinidad.

La esperanza cristiana, en consecuencia, se fundamenta en el seguimiento del mismo itinerario de Cristo, que implica el compromiso de encarnación, el camino de la kénosis, y la meta de unavida resucitada.

b) Esperanza y Cristo Total.- La visión agustiniana del Cuerpo Místico, o Cristo Total, fundamenta la esperanza cristiana. El Cristo total exige la glorificación de sus miembros. Sobre todo en loscomentarios a los Salmos, esta doctrina se formula muchas veces: “Lo que en El se hizo el tercer día, se hará en nosotros al final del mundo. Queda aplazada la esperanza de nuestra resurrección, perono suprimida” (Comentario al Salmo 148, sermón 2, 1).

Cristo se hizo nuestra esperanza como ejemplar, como razón de ser y fundamento, como causa de nuestra justicia y de nuestra resurrección. “Así Cristo se hizo nuestra esperanza. En él contemplas tustrabajos y tu recompensa; los trabajos, en la pasión; la recompensa, en la resurrección. Pues tenemos dos vidas: una es la que vivimos aquí, otra la que esperamos. La que vivimos, ya nos es conocida;la que esperamos nos es desconocida. Sufre ésta para que consigas la otra. Con sus trabajos, tentaciones, pasiones y muertes te mostró Cristo lo que es esta vida; con su resurrección te mostró la quetendrás... Por eso se hizo esperanza nuestra en los trabajos y tentaciones” (Comentario al Salmo 60, 4).

Según esto, la resurrección de Cristo tiene ya en nuestra alma una realidad participada, que en un sentido psicológico es también prenda de la futura transformación. Los cristianos vivimos ya enla luz de la gloria de Cristo, interior e invisible, como es interior e invisible la esperanza. Pero la interioridad y la invisibilidad no son contrarias a la realidad, sino más bien son garantía suprema de superfección, porque el mundo invisible de la esperanza es más sólido y sustancial que todo lo visible.

3. ACTITUDES CONTRARIAS A LA ESPERANZA

San Agustín presenta dos enemigos principales de la esperanza: la presunción y la desesperación. Son los dos abismos en medio de los cuales el hombre, o esperando en las cosas donde nodebe tener su confianza de salvación, o desesperando de lograrlo por ninguna vía.

a) Presunción.- Sinónimo de “autosuficiencia”, que malogra las mejores esperanzas humanas. Tiene dos vertientes: La del “yo me basto a mí mismo sin necesidad de Dios”, y la del “yo mebasto a mí mismo sin necesidad de los demás”.

Según San Agustín hay una presunción del género humano que, al margen de Dios, pone su confianza en las cosas humanas, en la justicia propia, en la propia sabiduría o habilidad, en la valía delos amigos, en las riquezas.

La presunción fue la tragedia del Judaísmo: La presunción en la propia justicia, basada en la moralidad de la ley estrictamente, es el reproche más grave que presenta el Evangelio contra la moralde los fariseos. Se tenían por fuertes, por autosuficientes para cumplir toda justicia y toda ley, como los poderosos de este mundo que confían en una moral ad hoc, pretendiendo descargar su concienciacon buenas obras: “Esta fortaleza les impidió a los judíos entrar por el ojo de la aguja. Presumiendo de justos y teniéndose por santos, rechazaron la medicina y quitaron de medio al Médico” (Comentarioal Salmo 58,7).

Para Agustín, otros ejemplos históricos de presunción fueron los Pelagianos, que cambiaron el “sperare in Deo por el sperare in homine”, defendiendo la capacidad del libre albedrío de todajuisticia y perfección, y los Donatistas, quienes pretendían hacer depender la santidad de la pureza personal o santidad de los ministros. Presumían de su fuerza y se gloriaban de su justicia”. Porejemplo, al bautizar, ignorando la justicia de Dio y poniendo la suya delante, decían: “yo soy el que justifico, ya santifico a las almas”. Los méritos de los ministros eran el fundamento de toda esperanza; siel ministro era bueno, tenía suerte el que recibía el bautismo; si era malo, no podía darlo que no tenía, y el bautizado no recibía el perdón de los pecados y la gracia de hacerse nueva criatura.

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Sin embargo, es preciso reconocer que nos encontramos aquí ante una teología resbaladiza, muy ambiguamente formulada a las luces de la teología actual, más centrada en el hombre, como“lugar teológico” de la presencia y acción de Dios. La teología tradicional, también la agustiniana, contrapuso exageradamente “naturaleza y gracia”, (“lo natural y lo sobrenatural”), con un marcadomenosprecio de la primera, que promovió unas religiosidades de minusvaloración y autodesprecio, de condenación sistemática del mundo secular y de desinterés por las realidades temporales. Por otraparte, pareció dar por sentado que Dios creó al hombre totalmente desvalido y desequipado en sí mismo, reservándose la administración discrecional de su gracia sólo a quienes y cuando se lo pidan confe. Lo que contaba, entonces, era la “fe-en-Dios”.

La teología actual pone más bien el acento en el “Don de Dios”, en los dones, capacidades y posibilidades de que Dios ha equipado al ser humano, que también son “gracia”, pues son gratuitos.Supone la visualización de Dios, no como Alguien aparte de-, o por encima de- el hombre, sino como Alguien “dentro de-“, “más interior a mí mismo que yo mismo”, y por ello constituye mi máximapotencialidad. San Pablo, por ello, contrapuso a la espiritualidad del “Señor, yo nada puedo”, la espiritualidad del “Todo lo puedo en Aquel que es mi fuerza” (Filip.4,13). Lo que cuenta, entonces, es la “fe-en-el-don-de Dios”, que hay en nosotros. Y aun al no creyente podríamos decirle: -Ciertamente puedes muchas cosas, pero todo cuanto puedes es gracias a Dios.

b) La desesperanza.- El reverso de la esperanza es, evidentemente, la desesperanza. Ocurre cuando no vemos con claridad la solución a los grandes problemas de nuestra vida personal o social, ycuando concluimos que todo se derrumba sin remedio posible. Sinónimos de la esperanza son el pesimismo, el derrotismo y la negatividad.

La desesperanza tiene dos fallos fundamentales: la falta de fe “en el don de Dios”, de que está equipado el hombre, y la falta de “fe en Dios”, que conduce la historia y conduce nuestras vidaspersonales. Tendemos a concluir demasiado prematuramente: “no puedo”, o “no se puede”, echando “en saco roto el don de Dios”(1Tim.4,14). O bien, ignoramos las sorpresas de Dios, que “reordenatodas las cosas en bien de los que le aman” (Rom. 8,28).

La desesperanza llega al extremo en la “desesperación”, que ocurre cuando concluimos que nuestra vida ha perdido pie y deja de tener sentido.

4.- LA ESPERANZA DE LOS POBRES

a) Dimensión martirial del “Cristo Total”·.- San Agustín desarrolla una dimensión que bien podemos llamar martirial en el Cristo total. Se trata del sufrimiento, de la persecución y de la muerte, del temory de la tribulación que padeció Cristo, como Cabeza, pero que aún continúa padeciendo en sus miembros, porque el Cristo Total es la Cabeza (Cristo ascendido al cielo) y Cuerpo (todos los bautizados y,en algún modo, todos los seres humanos.

“Cristo completo es cabeza y cuerpo. La cabeza es el salvador del cuerpo, que ya subió al cielo; el cuerpo es la Iglesia, que sufre en la tierra. Si este cuerpo no estuviese adherido por el vínculode la caridad a su Cabeza, de suerte que se forme con el cuerpo y la cabeza un todo único, no hubiera dicho desde el cielo, corrigiendo al perseguidor: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Si, estandoya sentado en el cielo, ningún hombre podía tocarle, ¿cómo es que Saulo, ensañándose en la tierra contra los cristianos, le hería en cierto modo injuriándole? No dice por qué persigues a mis santos, porqué a mis siervos, sino ¿por qué me persigues?; es decir, ¿por qué persigues a mis miembros? La Cabeza se quejaba por los miembros y personificaba en sí misma lo miembros...” . (In ps. 30, II, 1, 3).

b) Miembros sufrientes del Cuerpo de Cristo.- La pasión de Cristo no concluyó en el Domingo histórico de la Resurrección. La pasión continúa en el Cuerpo del “Cristo Total”. Socialmente, hoyconsideramos especiales miembros sufrientes del Cristo Total a las víctimas de la injusticia, el desamor y la marginación humanas. En América Latina, el Documento de Pueblo trazó el cuadro dramáticode los “rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo” (números 31 al 39).

San Agustín abunda en sus sermones en la insistencia sobre el drama de los pobres y el apremio a la necesaria solidaridad. El “Christus Totus” nos liga, no sólo con la Cabeza, sino también conlos demás miembros. Y por ello, cuanto hacemos con uno de sus miembros lo hacemos con Cristo mismo. En otras palabras, Cristo considera que se ha hecho u omitido con El, lo que se ha hecho uomitido con cualquiera de los miembros de su Cuerpo, especialmente los más sufrientes (cfr. Mt. 25, juicio final). Agustín lo expresa gráficamente en este texto del sermón 137, 1,2:

“Aunque ya en el cielo, Cristo sigue padeciendo aquí en la tierra... Cuando padece su Cuerpo, El mismo ha dicho que padece.. También en nuestro cuerpo, la cabeza está encima ylos pies en la tierra. Sin embargo, cuando te dan un pisotón, ¿no dice la cabeza <me has pisado>? Nadie ha pisado tu cabeza ni tu lengua: Están arriba, a buen recaudo. Pero, porque de lacabeza a los pies reina la unidad, la lengua no se desentiende , sino que dice: <¡Me has pisado!>. Así Cristo”.

c) La esperanza de los pobres.- San Pablo advierte que “por el bautismo fuimos injertados en Cristo para participar de su muerte” y, por consiguiente, también de su vida resucitada (Rom. 6, 3-4). Laparticipación real en los sufrimientos del Cristo pobre, humillado, perseguido y crucificado, es para Agustín la mejor garantía de que se participará también en su vida nueva. No sólo resucitó Jesús deNazaret: Resucitará también el “Cristo Total” con todos los miembros que compartieron su propio itinerario humano.

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No es justo, sin embargo, reducir la esperanza de los pobres a su resurrección con Cristo. El énfasis reiterativo de Agustín recae, más bien, en la necesaria solidaridad de los demás miembros delCristo Total, que fundamente una nueva esperanza para los pobres. Cuando se socorre al necesitado “un miembro de Cristo da a otro miembro de Cristo” (serm. 53A, 6). “Cristo está necesitado cuandoun pobre padece necesidad” (serm. 38, 8).

Para los pobres, confiar y esperar en Cristo, debería equivaler a confiar y esperar en la solidaridad de los miembros de Cristo. Y Cristo, en el Juicio final, dejará insinuada su queja de que no pudosocorrer a los hambrientos, sedientos, enfermos y encarcelados, porque le fallaron sus miembros, que declarará amputados: “apartaos de mi, malditos...”.

5.- PERFIL DE LA ESPERANZA CRISTIANA

a) Fundamentada en Cristo

Cristo es el centro de nuestra esperanza. El cristiano vive todas las realidades de la vida y de la historia desde su fe en Cristo y desde la perspectiva que se deriva del evangelio de Jesús. Esta es suparticularidad y diferencia respecto de los demás hombres. Este matiz cristológico de la esperanza del cristiano la individualiza y diferencia de cualquier otro tipo de optimismo, confianza, seguridad oprosperidad humana. Así como la caridad cristiana es esencialmente diferente de la filantropía social que puede vivir cualquier hombre no cristiano, así la esperanza cristiana al estar fundamentada en Cristoadquiere una identidad propia que la singulariza respecto de cualquier otra actitud o sentimiento psicológico del hombre.

La esperanza cristiana, nace de edificar la casa sobre roca firme. Vendrán las tempestades y no podrán contra ella porque está edificada sobre buenos cimientos. Ahora bien, sabemos que edificar la casasobre piedras sólidas es establecer coherencia entre la palabra escuchada y la praxis cotidiana. Pues sólo quien escucha la palabra y la cumple se parece a aquel que construya su casa sobre roca firme y nosobre arena. La esperanza cristiana se fundamenta en la coherencia entre ortodoxia y ortopraxis en la vida del cristiano.

b) Dinámica y arriesgada

San Agustín, al inicio de sus Confesiones, deja claro el dinamismo existencial que envuelve a todo hombre que viene a este mundo : “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta quedescanse en ti”. Esta frase del Santo Obispo de Hipona expresa el dinamismo propio de la esperanza cristiana. El hombre animado por la esperanza tiene su mirada puesta en el futuro. En un futuro diferentey mejor. Esta persuasión le lleva a un cierto inconformismo con el presente, a no aferrarse a las seguridades del hoy y a romper son la pretensión del mundo actual a eternizar el presente, buscando todos losmedios, entre otras cosas, para vivir en eterna juventud. La esperanza cristiana dinámica y arriesgada apuesta por el futuro y se apropia de la espiritualidad del caminante, del peregrino. Es la espiritualidaddel éxodo y de los profetas. Es por cierto, la espiritualidad profundamente eclesial, del peregrinaje cristiano por el mundo, la cual tiene que purificarse de ese matiz negativo y pesimista del “fuga mundi” y de lapasividad intrahistórica.

El dinamismo de la esperanza cristiana y su tensión hacia el futuro no quiere decir desatender el presente, pues el futuro se fragua y teje en el presente. Pero el dinamismo de la esperanza nos desinstaladel presente, y más aún del pasado. Toda vida cristiana y religiosa anclada en el pasado, viviendo de las glorias de los antepasados y de las épocas de gran esplendor, es estéril y desconoce su compromisocon la historia, con su presente y su futuro.

Por otra parte, la esperanza cristiana conlleva una dosis de riesgo puesto que se apoya en la promesa. No obstante, la fe, que también riesgo y que es anterior a la esperanza debe amortiguar el miedo alriesgo propio de la esperanza. Ciertamente la esperanza no es confianza pero la fe sí genera confianza y cierta seguridad. Dios tiene poder para cumplir lo que promete (Rom. 4, 21). Por esto el riesgo de laesperanza no es un salto al vacío. Los enemigos del riesgo de la esperanza son la duda y la cobardía. Dudar no sólo del éxito de nuestros proyectos sino, también de la conducción de la historia por parte deDios. La desproporción de la realidad confrontada con lo que esperamos hace cobardes. Nos parece que esto ya nadie lo puede cambiar, o peor aún, escudamos nuestra cobardía aludiendo al dogmáticoparadigma del siempre ha sido así. El otro enemigo de la capacidad de riesgo en la esperanza es la seguridad del presente. Como estamos, estamos bien; no hay que cambiar nada; mantengamos lo quetenemos. Así no puede haber avance, ni progreso, ni cambio. Buscamos para encontrar y encontramos para seguir buscando. El conformismo estático ni es cristiano ni es agustiniano.

c) Crucificada y paciente

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La esperanza cristiana como la fe y otras virtudes, no adquieren su pleno significado en los momentos tranquilos, sosegados y exitosos de la vida. Al contrario, es en la prueba, en la crisis y en el desiertocuando florecen y se consolidan. La fe y la esperanza en el Señor no garantizan al discípulo una vida ausente de las pruebas y dificultades, de las persecuciones y cárceles, del destierro y el éxodo. Aunque latentación del creyente es verse libre de todas las penas y sufrimientos de la vida, por otra parte la espiritualidad cristiana nos invita siempre a la cruz y a descubrir el valor redentor del dolor. Jesús mismo sehizo solidario con el dolor humano y le dio un sentido y un valor. Esta posición cristiana es más realista y por tanto, alternativa. Pretender otra cosa es idealizar la vida y pretender lo imposible. Aquí, laespiritualidad de las bienaventuranzas se entrelaza con una espiritualidad de la esperanza vivida desde la cruz y el dolor propios de la condición humana.

d) Lúcida e inconformista

La esperanza arroja un rayo de luz sobre el presente y ayuda a discernir, a examinar la verdad para saber cómo actuar. Acomodarse al mundo presente con sus ofertas y proyectos es sepultar laesperanza. Centrarse en el presente porque nos sentimos muy bien en el ahora, así como estamos es negarse a la esperanza y, de alguna, manera equivale a enceguecerse y no ver más allá. Eso no es laesperanza cristiana. Esta permite tener una mirada crítica sobre el presente para no amoldarse a él y estancarse ahogando todo crecimiento. “Quien encuentra deleitable la peregrinación de esta vida no amade verdad la tierra de promisión de la vida eterna. Toda peregrinación, por su misma naturaleza, es dura y cansada. Sólo se emprende por la esperanza de llegar a la meta”. (San Agustín, In ps. 85, 11).

e) Solidaria y creativa

El cristiano que vive la esperanza no espera algo solo para sí, sino también para los demás. Esta común esperanza o esperanza solidaria que consiste en querer para los otros lo que espera para él, lelleva a una identificación solidaria con los demás. Así como para esperar le resurrección hay que compartir la suerte de los crucificados, así para esperar la plenitud de las promesas hay que hacerse uno conaquellos a quienes preferencialmente van dirigidas esas promesas.

La inconformidad y solidaridad propias de la esperanza cristiana generan la creatividad. No basta con protestar ante lo inhumano del presente y asumir como propias las angustias y penas de los demás.La esperanza es activa. El cristiano sabe que lo que espera se gesta en el aquí y ahora de su historia y de la historia de los otros. Se trata de hacer realidad mediante la creatividad y el compromiso la fasetransitoria de las realidades que se esperan. El compromiso efectivo del cristiano que espera realidades definitivas construye una antesala para pregustar lo que anuncia su fe y su esperanza. Son realidadesimperfectas desde luego, pero es la única garantía de su disfrute posterior y eterno. No hacer nada es no esperar nada: “Si nos fatigamos y luchamos, es porque tenemos puesta la esperanza en el Dios vivo”(1Tim. 4, 10). La pasividad, la pereza, la vida inerte, el pecado de omisión proceden siempre de una falta de esperanza viva.

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VI.- LA VIDA CONSAGRADA:

PROFECÍA DE ESPERANZA.

1.- LA ESPERANZA EN EL PROFETISMO DE LA VIDA RELIGIOSA

a) La dimensión profética, constitutivo esencial de la V. R.- La V.R. surgió en la Iglesia comomovimiento profético, además de carismático y laical. Aparece en el momento en que la Iglesia se masifica y, en esamedida, se va alejando del primer espíritu: la calidad cristiana disminuye o se adultera, la fe se entremezcla deelementos cristianos y paganos, y se hace imprescindible una formulación precisa del dogma y una regulaciónclara del vivir cristiano. La Iglesia empieza a poner sus énfasis en la organización, en el papel relevante de lajerarquía y en la codificación de normas y leyes, con el riesgo de que el Espíritu y fidelidad al Evangelio pasen asegundo plano.

En este contexto, aparece la V.R. como contestación al hecho de que la autenticidad evangélica de la vida cristiana global no es ya una realidad, y de que sin embargo, es posible, a nivel deminorías de libre opción, lo que ya no es de esperar del Cristianismo masivo.

La V.R. busca entonces retomar la autenticidad cristiana vivida en los comienzos, inspirándose en las primeras comunidades cristianas. San Agustín se refiere expresamente a la Comunidadde Jerusalén, tal y como se describe en los capítulos 2 y 4 de los Hechos.

La V.R. surgen en la Iglesia y con la Iglesia, pero se aparta deliberadamente del rumbo que ha empezado a tomar la Iglesia que, a raiz de la paz constantiniana (313), y del reconocimientooficial del Cristianismo como Religión del Imperio por Teodosio (380), empieza a pasar de la periferia al centro:

- de la inseguridad a la seguridad;- de la contestación a la alianza con los poderes de este mundo;- de la anormalidad a la normalidad;- de la pobreza a la riqueza;- de la marginación -y aun persecución- al “status” social altamente respetable.

Frente a este rumbo, la V.R. quiere optar por la radicalidad del Evangelio, convirtiéndose así en movimiento profético dentro de la Iglesia misma.

b) En la linea de la tradición profética.- Ya desde los tiempos bíblicos, la religiosidad práctica navegó entre dos tradiciones fuertemente confrontadas entre sí: la sacerdotal y la profética. Laprimera, de cuño vertical, puso siempre sus énfasis en la observancia de la Ley y la Tradición, y en la centralidad de la institución (el Templo). La tradición profética, en cambio, puso su acento en elespíritu, en la autenticidad interior de las personas, en la justicia, la solidaridad y la misericordia (humanismo).

Cristo se alineó evidentemente en la tradición profética, y se confrontó con la tradición sacerdotal, en boga en el Judaísmo imperante. Y tres siglos más tarde, la V. R. se alinea también en latradición profética, justo cuando la Iglesia empieza a derivar hacia la tradición sacerdotal, uno de cuyos signos más palpables es su clericalización creciente. La V. R. nace como movimiento laical,carismático y profético. Y muy pronto “comunitario” frente a la masificación cristiana.

c) La esperanza en el profetismo bíblico.- No siempre entendimos bien la figura del profeta bíblico. Muy frecuentemente lo hemos definido por algunas de sus funciones fragmentarias, quequedan distorsionadas al quedar desconectadas de la personalidad integral del profeta. Y así popularmente la palabra profeta ha quedado asociada a la del visionario o adivino del futuro; para otros ha

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- ¿En qué grado podemos afirmar que la V.R. es, o está siendo, profecía de esperanza en el mundo de

hoy, o más bien tendríamos que limitarnos a afirmar que “debería ser” profecía de esperanza?

2.- ¿Es afirmación generalizada que los niños son la esperanza del futuro.. Muchos afirman lo mismo

de la sensibilidad creciente por los derechos humanos, del progreso, etc. ¿Existe similar convicción, al

menos entre los creyentes, de que la V.R. es esperanza de un mundo mejor?

3.- ¿Qué esperanzas mejores que las que ofrece la V.R., visualizó fuera de ella la multitud de religiosos

y religiosas que la abandonaron en los últimos treinta años?

4.- ¿Qué necesitaría la V.R. para convertirse realmente en “Faro de Esperanza” para el mundo de hoy?

5.- ¿Soy yo, como religioso, un hombre de esperanza y animador de la esperanza?

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quedado etiquetado como anunciador de desgracias; y en ciertos ámbitos, no tan populares, se acentuó su carácter de rebelde, revolucionario y contestatario.El profeta bíblico, sin embargo, es una peculiar síntesis armónica de una trinidad de valores o funciones que no es legítimo desligar:= Es, en primer lugar, el “hombre de Dios”, familiarizado con Dios, e inundado de su Espíritu, frente al “hombre de la ley”, que representaba el rey, y el “hombre del rito”, que era el sacerdote.= Es, en segundo lugar, el denunciador de las infidelidades a la Alianza con Dios, y el que advierte de continuo de las consecuencias que ello implicará a mediano o largo plazo.= Y es, por fin, el animador de la esperanza: Cuando sus advertencias se han hecho realidad y todo va de mal en peor, el profeta se encarga de levantar los ánimos, y de insistir en que,

aliados con Dios, todo tiene remedio.

No hay profeta auténtico si falta cualquiera de estas tres notas. Y con los profetas bíblicos coexistieron numerosos “falsos profetas”, denunciados por los primeros.

2.- LA V. R. SIGNO Y TESTIMONIO DE ESPERANZA

a) Las tres notas proféticas.- Un desafío capital planteado hoy a la V.R. es, sin duda, cómo lograr que ella sea, frente a un mundo desesperanzado, profecía de esperanza. Y la clave nopuede ser otra que recuperar las notas del auténtico profetismo bíblico, y del profeta por excelencia, Cristo. Lo que ocurrirá:

= Cuando el pueblo pueda percibir en los conventos, ante todo y sobre todo, el aura de los hombres y mujeres de Dios, que en ellos moran. Nos ha hecho mucho daño la sustituciónde esta apreciación por la de meros funcionarios pastorales, profesionales cualificados en ciencias humanas o religiosas, o simples comprometidos sociales, cuando no revolucionarios. Y esto, confrecuencia, en el mejor de los casos: Hay otras apreciaciones menos respetables. Son notas sin duda válidas, pero el acento está mal puesto y el significado de la palabra queda falseado.

= Cuando nuestro modo y calidad de vida, y en esa medida nuestra palabra, dejen en evidencia los rumbos equivocados que va tomando nuestra sociedad, y aun en ciertosaspectos la Iglesia. La V. R. está llamada a proponer al mundo rumbos alternativos convincentes de interrelación y de valores. Nuestro modelo de vida no puede ya definirse únicamente en función denosotros mismos: En algún modo tiene que ser paradigma válido para el hombre de hoy, e incluir los valores que el hombre de hoy echa de menos. No seremos profecía de esperanza, si el hombre de lacalle descubre en los religiosos antivalores similares a los que ve a su alrededor; por ejemplo, el individualismo anticomunitario, la verticalidad autocrática, la ausencia de coparticipación, laautoinstalación, la insolidaridad con los que sufren, el formalismo rutinario de una interrelación sin afecto y valoración mutuas, etc.,etc.

= Cuando la V.R., en cuanto tal y no sólo en determinados religiosos, abra al hombre de hoy horizontes de esperanza, como paradigma de vida y de valores.- Tenemos quedemostrar ante el mundo que la fe en Dios y la fe en Jesucristo “resultan”. Es decir, realizan el milagro por el que todos suspiran: El milagro del amor consecuente y mantenido; el milagro de la unión, lacomunión, la solidaridad; el milagro del vivir comunitario; el milagro de los bienes compartidos; el milagro de la confianza mutua y mutua valoración; el milagro del humanismo por encima de todo; elmilagro de la esperanza y la alegría de vivir.

3.- La V. R. SIGNO Y TESMIMONIO DE ESPERANZA

a) Animadora de la esperanza.- Como los profetas bíblicos, la V. R. tiene la misión de ser animadora de la esperanza, y no sólo denunciadora del pecado. En dos sentidos fandamentales que debencompletarse:

= En la meta trascendente: Ha de dejar en claro que no sólo le importa “la otra vida”, pero sí le es determinate “la otra vida”, como meta final del ser humano, que pone en clave y da sentidoa toda la existencia. La dimensión escatológica de la Vida Consagrada es, sin duda, la que más enfáticamente hemos desarrollado en la espiritualidad de los consagrados, pero no la que más ecoencuentra en una sociedad secularizada e inmediatista. Pero hemos de seguir siendo “llamada” a la conciencia de que la esperanza o esperanzas humanas quedan “descolgadas” y en el aire, si lasaislamos del destino final y trascendente.

= En las metas inmediatas: No es saludable, ni justo, ni estimulador que las personas religiosas, ante los problemas humanos, sólo tengamos una respuesta, y por ello una única esperanza:<¡En la otra vida, Dios todo lo solucionará!>. O bien: <“Todos nuestros sufrimientos, aceptados desde nuestra fe, tendrán su recompensa en el cielo”>. Suena a conformismo pasivo, y deja siempre en elrostro del que sufre la pobreza, el conflicto, la injusticia... el interrogante: <“¿Y entretanto qué?”>.

Ciertamente no podemos garantizar a nadie, en nombre de la fe, la liberación mágica de todos sus problemas y sufrimientos. Forman parte del camino de Cristo. Pero sí podemosestimular la “fe en el don de Dios”, que nos capacita para afrontar empeñosa, creativa y positivamente nuestros problemas y encontrarles una alternativa satisfactoria. El <“Tú puedes, gracias a Dios”> esbastante más confortante que el <“Ten paciencia, y ofrece tus sufrimientos a Dios”>.

Al modo generalizado de solucionar problemas: el odio, la violencia, la venganza, la rotura, el engaño..., las personas de fe oponemos la fuerza milagrosa del amor, la unión, lasolidaridad, la condescendencia; la fe, la esperanza y la caridad; la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. He aquí los fundamentos de nuestra esperanza, también para construir una vida

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humana, personal y social, más humana y feliz.

Anécdota: Parábola de los tres ancianos.

b) Testimonio de esperanza.- La V.R. será animadora de la esperanza, en la medida en que ella misma recupere la esperanza. Al interior de la vida religiosa existe una la secreta convicciónfrecuente de que la vida religiosa ya cumplió su ciclo. Las cifras cada vez menores de religiosos, el progresivo envejecimiento y la escasez de vocaciones, sobre todo, transmiten cierto sentimientoderrotista y desesperanzador.

Además se señala otro peligro que puede atentar contra la esperanza al interior de vida religiosa: la pérdida de sentido de la consagración. Modelos caducos de formación, formas y estilos depresencias no renovadas, estructuras ancladas en el pasado, etc. cuestionan permanente el sentido del “nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. ¿Para qué?. Creo que este problema señala unadialéctica permanente en la vida religiosa frente a la cual debe tener respuestas y alternativas convincentes para que no se genere en su interior un ambiente de pérdida de sentido y desesperanza.

Finalmente nada más ajeno, extraño y enemigo de la esperanza que la satisfacción y el conformismo. Esta situación es tal vez la más grave que se pueda presentar contra el testimonio de esperanza quela vida religiosa debe ofrendar al mundo. Quien lo tiene todo y además está a gusto con lo que tiene y encima no quiere perderlo a ningún precio, ese pobre no tiene esperanza, allí no hay posibilidad para laesperanza. Es dicha situación la vida religiosa no será signo de esperanza. En la medida en que nuestra supervivencia histórica sea nuestra mayor preocupación, en esa misma medida hemos sepultado laesperanza.

c) Dsarrollo de una conciencia autocrítica.-Repetidas veces se ha hablado en muchos contextos de la secularización de la vida religiosa, de lo poco religiosa que es la vida religiosa. No es un juego depalabras sino una realidad cada vez más creciente en algunos ambientes e incipiente en otros. Urge el desarrollo de una conciencia crítica, más aún, de un estilo de vida crítico. No es lo que pide el Señorpara sus discípulos en la oración sacerdotal cuando ora diciendo: “no te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del mal del mundo. Están en el mundo, pero no son del mundo. Si fuerandel mundo, el mundo los amaría...” Creo que estas palabras del Divino Maestro nos alertan no sólo para que tengamos una conciencia crítica, sino para que nuestro estilo de vida sea contestatario,profético y alternativo. Sólo así se puede suscitar esperanza en algo distinto y mejor; sólo así la vida religiosa es anuncio de realidades mejores que aún no están presentes.

Esta conciencia crítica hay que ejercerla, primer lugar, al interior de nuestras propias comunidades. Frente a estructuras poco o nada evangélicas; frente al confort y la vida religiosa light; frente a unascostumbres e ideas que huyen de la cruz; frente a la pretensión de una oración poco seria y comprometida que nos haga sentir bien, cuando y como yo quiero; frente a la pretensión de comprar vocacionesante la escasez de las mismas, ofreciendo una vida muelle y comodona, sin ningún compromiso ni exigencia; frente a una vida religiosa rica, con los ricos y con los criterios de los poderosos de este mundo.Se necesitan profetas, instancias críticas al interior de nuestra comunidades, que fecunden un sentido crítico frente a las estructuras y modos del mundo. Así seremos profetas de esperanza, anuncio repletode frescura y lozanía de las realidades que aportan la verdadera vida al hombre.

d) Creatividad y capacidad de soñar.- Para ser profetas de esperanza necesitamos ser soñadores, el soñar es la presencia de la actividad en la quietud de quien duerme. Soñar es estar siempre activos, esser forjadores de ilusiones y utopías. Es la capacidad de proyectar un mundo nuevo, un hombre nuevo, unas comunidades nuevas. La capacidad de soñar y la creatividad se complementan. Quien sueñaque lo nuevo es posible se inserta en una dinámica que crea y recrea, que genera cambio y novedad. Se trata también de que la vida religiosa retome y se vuelva a enamorar de su opción primera de losprimeros días: cuando queríamos ir a la misión, recorrer largos caminos, pedir un vaso de agua de limosna, jugar con los niños debajo de los árboles, dormir mientras lo permitan los mosquitos, comer loque comen los pobres, buscar el pan de cada día como lo buscan ellos, ir montados en un sencillo y humilde asno, antes que la pretensión de los religiosos que no quieren bajarse de los aviones. Se tratade retomar y vivir la vida religiosa con la ilusión de la posibilidad del martirio. ¿Qué más propio del que asume la profecía y vive en la esperanza generando esperanza?

Es preferible para la vida religiosa ser utópica, soñadora, ilusoria, poética y revolucionaria, cantora de las posibilidades nuevas a que digan que los religiosos son piezas de museo llamadas alexterminio, que son cómplices del poder dominante, educadores de políticos corruptos, amigos de banquetes, de la púrpura y del lino. Creo que Jesús vivió y predicó la libertad, que soñó con la realidad delReino, que confió en la posibilidad de la fraternidad universal y que por estos sueños dio su vida. Creo que los religiosos que siguen sus pasos son gestores de esperanza en medio del nuevo pueblo delSeñor.

“Que volvamos a serla presencia sencillaal lado de los pobres,

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porción de su esperanza, poetas, cantantes, soñadores,

peregrinos portadores de gracia...algo como María”.

VII.- EL DIOS DE LA HISTORIA,

Y EL RUMBO DE NUESTRAS ESPERANZAS.

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- Los Agustinos tenemos, sin duda, fe y esperanza en Dios. Pero ¿esperanza de qué? Dos futbolistas contrarios hacen la señal de la cruz al iniciar el juego, cada uno de ellos con la esperanza en Dios de que ganará. Pero uno de ellos perderá. ¿Cual es el rumbo de nuestras esperanzas?2.- Algunos Agustinos tendrán fe y esperanza en Dios de que nuestra Orden volverá a sercomo en sus mejores tiempos del pasado. Otros esperan que Dios realizará nuestras mejores utopías del presente. ¿Qué nos permite esperar nuestra fe?3.- ¿Hemos de esperar que Dios llevará a cabo nuestros mejores proyecto, o más bien que Dios llevará a cabo <los suyos>?

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1.- “MIS PROYECTOS NO SON VUESTROS PROYECTOS” (Is. 55, 8)

a) El respeto al misterio.- La V. R. tiene como Referente fundamental a Dios. Ahora bien, en todo lo que se refiere a Dios, topamos insoslayablemente con el misterio. Porque Dios es “Misterio”. Quiere decir que el modo, orientación y alcance de suacción u omisiónes en la historia humana se nos escapan: “Mis proyectos no son vuestros proyectos, ni mis caminos son vuestros caminos. Así como el cielo dista de la tierra, así mis caminos se elevan sobre vuestros caminos, y mis proyectos sobrevuestros proyectos” (Is.55, 8-9).

Tenemos la tendencia a formular con precisión nuestros anhelos y utopías y concretar bien nuestros proyectos, y luego tener fe y esperanza en Dios en que se harán realidad. Todo queremos reducirlo a claridad y precisión. Cuando, en todo loque a Dios se refiere, hemos de mantener un sagrado respeto al Misterio. Es nuestra fe que somos “sujetos y protagonistas” del Proyecto Humano de Dios, pero no sus autores ni sus “rectores” últimos. Es Dios el Conductor de nuestra Historia y su“manejo” no siempre nos es comprensible.

San Agustín desarrolla ampliamente la teología del “Misterio”: “Dios es inefable. De El decimos más fácilmente lo que no es que lo que ES” (In Jo Ev. 7, 10). Por eso “A Dios se le busca para encontrarlo, y se le encuentra para seguir buscándolocon mayor afán” (De Trin. IX, 1,1 y XV, 2,2).

b) Hemos de fiarnos de Dios, pero no necesariamente de “nuestros proyectos” acerca de Dios. - Sabemos de demasiados “decepcionados” de Dios, incluso entre quienes fueron piadosos: Perfilaron y acariciaron sus más bellos planes e ilusiones;los pusieron en manos de Dios con firme fe e insistente oración; pero sus planes e ilusiones se derrumbaron. Y han concluido: ¡<Dios no es de fiar”>; o bien: <“La fe y esperanza en Dios no da resultado”>.

c) Las sorpresas de Dios.- Por otra parte, tanto la historia humana, como la historia personal, nos ha dejado en claro, en multitud de ocasiones, cómo “Dios escribe derecho aun en lineas torcidas”:= Cuando, en 1870, la Iglesia fue despojada de los Estados Pontificios, que magnificaban el poder temporal del Papa, esto fue considerado por la misma como una lamentable desgracia eclesial. Hoy consideramos ese despojo de los poderes

temporales, y aun militares del Papa, como una bendición.= Cuando en el mismo siglo XIX, las Congregaciones Religiosas fueron expropiadas de sus vastas posesiones, maldijimos del secularismo ateo. Hoy en España se alude irónicamente a “San Mendizábal”, el ministro que llevó a cabo en el país

tal expropiación.= Cuando el Modernismo, en la misma época, lanzó sus tesis sobre las libertades democráticas, la libertad religiosa y de conciencia y la emancipación de la mujer, mereció las condenas más cordiales de los papas Pio IX (Syllabus) y Pio X

(Decreto Lamentabili y encíclica Pascendi). Más tarde, el Concilio Vaticano II asumirá esas tesis como propias, desde la propia clave cristiana.

En la propia historia personal, todos sin duda podemos identificar hechos, experiencias y personas que, en su momento, nos traumatizaron o nos sometieron a crisis, pero a la postre reconocemos que se convirtieron en factor de crecimiento,madurez y bendición personales.

d) El Dios de la Historia hace de la historia humana “historia de salvación”.- Una de las frases más reveladoras de San Pablo es la de que “Todo colabora en bien de los que aman a Dios” ( ). La frase es, ciertamente, de fe y de esperanza, mirandohacia adelante. Pero es también un hecho de observación, mirando atrás: Incontables experiencias humanas han dejado en claro que Dios sabe sacar bien aun del mal. Más aún, que su Espíritu nos capacita para “reciclar” negatividades y convertirlas enpositividades. Y así Dios va haciendo, en nuestras vidas, historia de salvación, tanto en base a nuestras bondades como en base a nuestras deficiencias.

Dios conduce nuestra vida. Muy frecuentemente no acertamos a vislumbrar por dónde y hacia dónde quire llevarnos, peronal o colectivamente. Pero ésta es nuestra fe y nuestra esperanza: Que El sí sabe, y su Espíritu, que hace nuevas todaslas cosas, puede reservarnos sorpresas insospechadas, a costa muchas veces, del derrumbe de nuestros deseos y proyectos.

Anécdota: El náufrago (nº 55).

2.- LA V. R. ENTRE LUCES Y SOMBRAS

a) En la “Noche Oscura”.- De noche oscura, crisis, tiempos de invierno se ha calificado generalizadamente a la Vida Religiosa actual; de urgencia de revitalización, actualización, fidelidad creativa al carisma, y aun refundación, se ha considerado surealidad presente; de agotamiento, fin de su ciclo vital, y aun extinción se ha pronosticado, a veces, su próximo futuro.

Ciertamente, después de más de 30 años de intensiva búsqueda, no acertamos a clarear sus horizontes. Y nadie se siente capaz de predecir qué y cómo será la V.R. del 2050. Y aquí sí oscilamos entre la esperanza y la desesperanza. En elánimo de muchos religiosos está la convicción de que la V. R. simplemente no tiene futuro. Otros mantienen su fe en un futuro diferente, aunque no acertemos a definirlo. Los primeros se basan en la realidad presente. Los segundos se inspiran, másbien,en el mismo itinerario de Cristo y en el modo de actuación de Dios a lo largo de la historia humana: la “recreación” del Espíritu que, por ser siempre sorpresiva, nos desconcierta y confunde.

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De hecho, hoy tenemos datos para vislumbrar los rumbos del Espíritu, que apenas teníamos en la década de los setenta: = La crisis vocacional, tanto por los pocos que entran, como por el éxodo masivo de los que ya estaban, en las primeras décadas del postvaticano, nos sumió en puras tinieblas. Hoy empezamos a vislumbrar cada vez más claro que no todo ha

sido negativo: Gracias a la crisis vocacional ha ido surgiendo un laicado eclesial cada vez más comprometido, y hacia una Iglesia cada vez más laical (no laica), y menos clerical, al modo de las primeras comunidades cristianas. Sin crisis, ¿habríamossido capaces de dar este paso?

= A lado de la crisis vocacional en la V. R., que cada vez parece atraer a menos jóvenes, han ido surgiendo en la Iglesia grupos, movimientos y comunidades laicales, que atraen a multitud de jóvenes comprometidos. ¿ No estaránincubándose en varios de estos grupos, movimientos o comunidades nuevas formas y modelos de vida consagrada?

b) Dimensión laical de la Vida Consagrada.- No es conveniente olvidar que la V. R. surgió en la Iglesia como movimiento laical. Solo posteriormente se fue, por una parte, “clericalizando” (bajo la presión de los obispos que vieron en ella los mejorescandidatos para la ordenación), y por otra “sacralizando” en exceso como modelo y paradigma de vida, y en esa medida alejándose del pueblo cristiano común. Así como en la Iglesia el fenómeno de la clericalización y la sacralización terminódespojando al laico de su sentido de pertenencia corresponsable a la Iglesia, en la V. R. las congregaciones clericales terminaron por marginar a los religiosos “legos” hasta su práctica extinción. Y las congregaciones femeninas mimetizaron el esquemainstaurando una especie de “clerecía” en las hermanas de coro, frente a las hermanas “legas” (o de obediencia).

La supervaloración, en la V. R. clericalizada y sacralizada, de los valores “sacros”, provocó en los laicos la minusvaloración de los valores propios de su estado laical:= La castidad del celibato religioso dejó en las sombras el valor de la castidad conyugal, como fidelidad al amor que procede de Dios.= La obediencia al superior religioso, en la vida consagrada, redujo en los laicos el horizonte espiritual de la “obediencia al Padre”, vivida por Cristo, que se traduce en sintonía con el Espíritu que a todos nos convoca a la unidad de compromiso

tras los mismos objetivos.= La pobreza evangélica, vivida en la V. R., ante todo como sacrificio, austeridad y renuncia, minusvaloró en los laicos la virtud cristiana de compartir los bienes y de solidaridad con los más necesitados.En otras palabras, los llamados “consejos evangélicos”, sacralizados en la V.R. por la profesión y consagración, tienen también una versión laical, que nunca se subrayó debidamente, ni se tuvo demasiado en cuenta en lla V. R., nacida como

movimiento laical.Hoy estos tres compromisos, en su versión laical, están siendo determinantes en algunos grupos, comunidades o movimientos laicales, por ejemplo en el catecumenado.

c) El compromiso de los laicos, esperanza de la Iglesia y de la V.R.- La promoción de los laicos, que se retomó en la Iglesia bajo el apremio de llenar vacíos dejados por la crisis vocacional, hoy empieza a verse como una gran esperanza para laIglesia. No en el sentido de que terminen haciendo innecesarios a los clérigos, sino en el sentido de que los sacerdotes se centren en sus ministerios específicos, multiplicando en los laicos las fuerzas activas de evangelización y de gestión de lacomunidad cristiana.Paralelamente, en la V. R., el carisma ha empezado a compartirse, con nuevo vigor, con grupos laicales, que empezarán a ser determinantes en la misma, en la medida en que logremos que dejen de ser “terciarios”, o segundones de abordo, que sólonos interesan “de puertas afuera”, y sin derecho a voz ni voto, y pasen a inauguar la “rama laical” de la congregación, con participación activa en la gestión de la congregación misma (no es nada raro: El Opus Dei y varias otras nuevas congregacionesfuncionan así). Lo que implicará cambios significativos en nuestros actuales modelos de vida.

3.- “EL QUE TENGA OIDOS, ESCUCHE LO QUE EL ESPÍRITU ESTÁ DICIENDO A LAS IGLESIAS” (Ap. 2,11).

Los altos y bajos, las crisis y exaltaciones, las claridades y las sombras, los entusiasmos y las depresiones, forman parte del dinamismo normal del vivir humano, también de la vida espiritual y de fe. Y en ésta, tanto en la vida personal como denuestras instituciones. En todo caso, ha de mantenernos nuestra fe y nuestra esperanza, con algunas actitudes básicas:

a) Mantenernos a la escucha de “lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias ”.-El espíritu, clave de nuestro vivir de religiosos, es por sí mismo dinamismo, evolución, novedad, flexibilidad y sorpresa. Característica de los profetas fue susensibilidad y finura para vislumbrar los rumbos del Espíritu, en su momento histórico. En la V.R.,tenemos, sin embargo, la tendencia a codificar sus exigencias, a veces al minimum, y aferrados al código de lo que siempre se hizo así, de lo que en elpasado fue excelente, nos tornamos sordos y ciegos, aunque no siempre mudos, para las llamadas y signos del espíritu en nuestro presente.

Los religiosos y religiosos somos en realidad hombres y mujeres de fe; con frecuencia de demasiada fe: en nuestros modelos y estilos de vida; en lo que siempre fue así; en nuestro particular y bien definido “debe ser”. Y esta fe nos hace daño yfundamenta espejismos de esperanzas. No nos es dado visualizar el próximo futuro de la Vida Religiosa. Pero sí tenemos pistas y signos del Espíritu, que es necesario escuchar, valorar y secundar. <Las Congregaciones Religiosas que tengan oidos,escuchen lo que el Espíritu está diciendo a la Vida Religiosa>.

b) Estar prontos para secundar los apremios del Espíritu.- Si el Espíritu “hace nuevas todas las cosas”, hemos de estar siempre preparados para asumir sus novedades. Lo que implicará muchas veces, desapego, renuncia y éxodo, tras unequilibrado y sensato discernimiento. Lo peor que puede ocurrirle a la V. R. es que, ante el mundo y ante el Pueblo de Dios, “sea digna de admirar, pero no de imitar”, equivalente al “respeto, pero no comparto”. Porque sus modelos de vida no sonparadigmas válidos, ni inspiradores de modelos similares para todo cristiano.(Personalmente me cuestiona el encuentro con tantas personas, particularmente mujeres, educadas en colegios de religiosos, y que afirman: “¡Esas monjas metraumatizaron”!).

No se trata, evidentemente, de “laicizarnos” más que, en referencia a la Iglesia de los laicos, no es lo mismo exactamente que “secularizarnos” más. Sino de recuperar nuestro carácter de Signo, Profecía y Paradigma para el hombre, y másaún para el cristiano, de hoy. Entre la rotura o alejamiento del mundo y la mundanización está el “Ser para el mundo y en función del mundo”, en el que estamos apremiados a instaurar el Reino de Dios, siguiendo a Jesucristo.

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c) Escucha y discernimiento comunitarios.- El desafío desborda la buena voluntad, coherencia y calidad de vida de cada persona en particular. Es empresa común, a nivel de comunidad local, provincial y de la Orden. Hemos de darnostiempo para revisar juntos, y en clima de oración:

= La calidad humana y cristiana de nuestro vivir comunitario hacia adentro.= La calidad de nuestra proyección hacia afuera, en nuestra mentalidad, actitudes y acciones.= La transparencia de nuestra Fe, y por lo mismo de nuestra esperanza y nuestro amor, que nos definen.= La relación con los laicos, y la coparticipación que permitimos, no sólo en lo que hacemos, sino en lo que somos.= El cuadro de valores que habitualmente manejamos.

En el pasado mes de septiembre, durante mi estadía en el Congreso Nacional de Educación, organizado por la Provincia colombiana, un miembro de un equipo de gerontólogos, que desarrollan un proyecto de humanización de la vida de losancianos, abriéndoles más espacios de libertad, creatividad y autorrealización, dejó caer esta frase: <“Donde más problemas estamos encontrando es en los asilos de ancianos, regentados por religiosos y religiosas”!>. Se refería a que en éstos privanlos normas inflexibles, la cuadriculación de la vida del anciano, su tratamiento como a niños irresponsables, las restricciones de todo tipo, la ausencia de espacios para la autorrealización, etc. ¡Y la gente de la calle concluye que proyectamos lo quesomos!

VIII.- CARISMA Y ESPERANZA

1.- EL CARISMA, FUNDAMENTO DE ESPERANZA

a) Actualidad y proyección de futuro del carisma.- No todos los carismas que han fundamentado la V.R. son “eternos”. Muchas congregaciones se extinguieron, en la historia, porque su carismase agotó, bien porque dejaron de vivirlo de manera renovada, o porque dejó de responder a los signos de los tiempos. Las Ordenes militares, por ejemplo, dejaron de tener sentido, cuando la mística de lalucha contra los infieles dejó de ser ya válida. Otras se extinguieron porque, continuando válido, en sí mismo, su carisma, no supieron actualizarlo, reformularlo y hacerlo legible, de acuerdo a los desafíos delos tiempos.

Cada congregación religiosa se mantuvo floreciente en proporción a la vitalidad y actualización de su carisma. Y languideció o se redujo a simple supervivencia, cuando su carisma dejó de serdeterminante.

El carisma, sin embargo, no es una realidad estática, sino dinámica: tiene su propia evolución y va adoptando modalidades diferentes, de acuerdo a la realidad en la que ha de encarnarse. Por ello, elcarisma congregacional resultante es una simbiosis entre el carisma fundacional y los modalidades históricas que ha ido adoptando. Hoy estamos bajo el apremio a dar paso a nuevas modalidades de loscarismas religiosos, por imperativo de los tiempos, lo que la Vita Consecrata llama “Revitalización creativa del carisma”, que muchos entienden como una verdadera “refundación” de la V.R.

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- El carisma especializa y define una identidad. Cuando una especialidad (v.g. laconstrucción de carretas), ha quedado superada por los tiempos (irrupción de losvehículos a motor), deja de tener sentido y caduca. ¿Tiene futuro nuestro carismaagustiniano?2.- ¿Es nuestro carisma únicamente válido para nuestro vivir de agustinos, o contienevalores significativos que aportar a la Iglesia y al mundo de hoy?3.- Aquellos para quienes o con quienes trabajamos ¿conocen o perciben siquiera nuestrocarisma, o nos ven no más que como sacerdotes, educadores, misioneros..., confrecuencia excelentes?4.- ¿Tenemos los Agustinos fe y esperanza en nuestro carisma? ? ¿Sólo como válido paranosotros o también para el mundo en que vivimos?

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b) Indefinición de los carismas religiosos.- Nunca quizá se habló y escribió tanto sobre los Carismas de la Vida Religiosa como en estos treinta años postconciliares. Pero también quizá nunca sehan desdibujado tanto los carismas religiosos como en la actualidad. La inserción en la iglesia particular, la pastoral de conjunto, la primacía de hecho de los compromisos de acción sobre la vida comunitariahan tenido el contrapunto de homologar tanto a las diversas congregaciones entre sí, como a éstas con el clero diocesano. Lo que alguien ha llamado “parroquialización” de la V. R. De hecho nuestros fielesdifícilmente perciben diferencia alguna entre tres sacerdotes diocesanos y tres religiosos al frente de una parroquia.

No deja de ser sintomático el hecho de que tantos religiosos hayan optado al fin por pasarse al clero secular. Es preciso reconocer que han sido nuestros Centros Educativos los que han dado pasos significativos para marcar, en los mismos, una linea específicamente agustiniana, con un “ideario agustiniano”,

instauración de un “aula agustiniana” o formación permanente del profesorado en la pedagogía agustiniana. No ha resultado tan fácil la “agustinización” de nuestras parroquias y misiones. En ellas cabe unpluralismo de grupos y movimientos de Iglesia, pero no faltan resistencias para promover o dar paso a un movimiento juvenil o a una comunidad laical agustinianos. ¿Inviabilidad, falta de fe en el propiocarisma, carencia de creatividad carismática, falta de tiempo, convicción de que es complicar más las cosas?...

2.- LOS VALORES DEL CARISMA AGUSTINIANO Y SU ACTUALIDAD

a) La inspiración original.- Dejando al margen la cuestión de si es San Agustín el “fundador” de nuestra Orden, o sólo el “inspirador” de la misma, es incuestionable que el carisma y espiritualidad deAgustín han sido siempre determinantes para definir el carisma y espiritualidad de la Orden. Los valores específicos, más comúnmente manejados como integrantes de nuestro carisma y espiritualidad son lossiguientes:

= La Comunidad;= La amistad;= La interioridad;= La libertad bajo la gracia= La inquietud y búsqueda de la verdad, por el estudio= El amor y servicio a la Iglesia.

b) Valores fundacionales.- Nuestra Orden, como institución organizada, nació en el siglo XIII, en un contexto histórico determinado y con unas motivaciones (espíritu) concretas, comunes en parte alas cuatro Ordenes Mendicantes: Carmelitas (1205-1214), Franciscanos (1208-1209), Dominicos (1215) y Agustinos (1244-1256). Estos nuevos modelos de V.R. contrastan con los tradicionales, en variosaspectos:

= De la verticalidad a la horizontalidad: Ya no hay “Dominus” (Dom: título del abad), y no tanto “Pater” (el Padre Superior), sino “Frater- Fray”. Eliminación de las categorías sociales por razón de losbienes, el poder o la nobleza de sangre.

= Itinerancia: Disponibilidad para la predicación a los marginados, frente a la instalación del clero en sus “beneficios” y el aislamiento de los monasterios.= Pobreza personal y colectiva: frente a la acumulación de bienes del clero y de los monjes.= Inmersión en el mundo, para transformarlo con el Evangelio, frente a la “fugas mundi” del modelo tradicional.

Es evidente que,en lo que a la Orden Agustiniana se refiere, los valores de inspiración (San Agustín) y los valores de fundación se complementan, salvo que éstos últimos están más en conformidadcon la línea de fundaciones de Hipona (de orientación apostólica), que con la linea de fundaciones “Tagaste” (de orientación contemplativa). La Orden queda catalogada, desde su fundación, como“Fraternidad Apostólica” (Cfr. Constituciones 4,7,10,11...).

c) Actualidad y perspectivas de futuro de nuestro carisma.- Son muchas congregaciones, cuyo carisma surgió en y para circunstancias históricas muy concretas, pasadas las cuales ese carismaqueda desubicado y aun obsoleto. Los mercedarios y trinitarios, por ejemplo, han debido llevar a cabo una reubicación y traducción de su carisma original ( redención de cautivos en el contexto de las guerrascontra infieles) para que tenga significado en nuestro tiempo (atención a los presos entre los mismos “fieles”).

No es ese el caso de los Agustinos. Los valores integrantes de nuestro carisma obedecen a desafíos permanentes; más aún son hoy signo relevante de nuestro tiempo, bien porque definen urgenciasmanifiestas de la Iglesia y del hombre actuales, o porque responden al cuadro de sensibilidades y valores que hoy se manejan.

= El estilo de comunidad, en clave de amistad y libertad bajo la gracia , constituye un aporte original a los anhelos de una interrelación desmasificada o individualista, tanto en la Iglesia como en lasociedad.

= La Interioridad clama por la autenticidad interior de las personas , más allá de etiquetas, apariencias y exterioridades; por la primacía del espíritu sobre las normas, leyes y sistemas; por lacalidad del propio vivir, más allá de lo que los demás piensen o digan que soy.

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= La interioridad y la libertad bajo la gracia sustentan el valor y dignidad de la persona humana, y responden a la sensibilidad creciente en nuestro mundo por los Derechos Humanos.= La búsqueda incesante de Dios, en la oración y en el estudio, supera dogmatismos cerrados, que estancan el camino hacia Dios, y nos abre a la humildad y el respeto al misterio, base esencial

para la convivencia fraterna en pluralismo y diálogo, y para una genuina actitud ecuménica: “La verdad no es tuya, ni mia, para que pueda ser de ambos”.= El amor a la Iglesia -jerarquía y pueblo-, soslaya el riesgo de individualismos religiosos arbitrarios, y acentúa las solidaridades y sentido de pertenencia, que no excluyen el sano profetismo al

interior de la Iglesia, precísamente porque se la ama.

Son valores de plena actualidad, y también de futuro, en los que los Agustinos habríamos de ser “especialistas”: Gestores de comunidad y participación, promotores de interioridad y autenticidadpersonales, vanguardistas de los derechos humanos, etc. Hay Congregaciones, cuyo carisma es tan puntual y definido que no ha podido pasar por alto para nadie: Los jesuítas son espontaneamenteasociados con los Ejercicios de San Ignacio, que han hecho escuela por largos siglos; los franciscanos son sobradamente conocidos por su espiritualidad franciscana; el fuerte de los Hermanos de San Juande Dios -todo el mundo lo sabe- es su consagración a los enfermos mentales. De los Agustinos muy pocos saben cuál es, a punto fijo, su fuerte. En un mundo de especialidades, hemos venido a ser“enciclopedias”: Lo abarcamos todo, sin cualificarnos en nada.

Los Agustinos tenemos pendiente una Escuela de Espiritualidad, en clave agustiniana, con un aporte a la espiritualidad cristiana no menos rico y original, y sin duda más actual, que el ofrecido porlargos siglos por la espiritualidad ignaciana. Los franciscanos y jesuitas hicieron de San Francisco y San Ignacio santos populares; los Agustinos estamos aún muy lejos de bajar a San Agustín al pueblo.

3.- NUESTRO CARISMA, BASE Y FUENTE DE NUESTRA ESPERANZA

El carisma es el alma de una Congregación. Es su motor, su fuerza, su razón de ser. Y mientras el alma esté viva y dinámica, la vida de la Congregación está garantizada. Porque el carisma esmanifestación del Espíritu. El espíritu, sin duda, está pronto; pero nos toca fundamentar nuestra esperanza, revitalizando y consolidando nuestro carisma. Esto significa:

a) Cultivar nuestro carisma.- Tomarlo verdaderamente en serio; vivirlo coherentemente para que hable nuestro testimonio; desarrollarlo en un lenguaje inteligible para el hombre actual; en algúnmodo, sistematizarlo para que haga “Escuela”.

b) Desmonopolizar nuestro carisma.- Superar el concepto de que el carisma agustiniano es sólo de los Agustinos y para los Agustinos; elaborar una versión laical del carisma agustiniano; promoverauténticas comunidades laicales agustinianas. Varios de los elementos de nuestro carisma están tomados, no del Agustín religioso, sino del Agustín laico. Por ejemplo, la amistad, la inquietud y búsquedaincesantes de la verdad y de la sabiduría y, en parte, el anhelo de vivir en comunidad.

c) Proyectar nuestro carisma.- Hacer de nuestro carisma la clave, no sólo de lo que somos y vivimos, sino de la que hacemos: nuestra pastoral, nuestra promoción de grupos eclesiales, nuestraeducación, nuestra misión en general, se enriquecerán notablemente, y adquirirán carácter propio, en la medida en que lleven el cuño agustiniano.

IX.- SEMBRADORES DE ESPERANZA: COMPROMISOS INMEDIATOS.

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1.- NUESTRO FUTURO, COSECHA DE NUESTRA SIEMBRA EN EL PRESENTE

a) La esperanza es compromiso.- El mismo Dios que ofrece, también pide. En la realización de nuestras más nobles esperanzas, podemos decir que Dios es el “determinante invariable”: porquetenemos firme fe en que Dios nunca nos falla. Pero nosotros somos “variable determinante”, porque podemos fallar y frustrar nuestras propias esperanzas. Y en este sentido, nuestra fe en Dios ha defundamentar la fe en nosotros mismos y en nuestras posibilidades, gracias al don de Dios. En tiempos de sequía podemos poner nuestra esperanza en el pozo que tenemos en casa (en nuestro tema Diosmismo); pero el agua no llegará por sí sola a nuestra mesa.

b) Sembrando nuestra esperanza.- La metáfora de la siembra y la cosecha, tomada de la experiencia campesina, es utilizada por Cristo y por San Pablo con connotaciones diferentes: En laparábola del sembrador, Dios (o “el Hijo del Hombre”) es el que siembra; y al hombre correspondería ofrecer, en sí mismo, a esa semilla una tierra fecunda y bien cultivada, más bien que pedregosa,pisoteada o llena de maleza. Para San Pablo, en cambio, el hombre es el que siembra y Dios el que da el crecimiento (1Cor. 3, 6-7). Por eso “lo que cada uno siembre eso cosechará: Quien siembre en lacarne, cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu cosechará vida eterna” (Gal. 6,7-8).

En el contexto de la parábola, el presente y el futuro están inseparablemente relacionados: Es en el presente donde estamos ya sembrando el futuro. Y por ello, la esperanza. Cuando el campesino sepregunta cuál será su futuro, le basta mirar a sus campos.

Sin embargo, el lenguaje parabólico, por referirse a experiencias muy concretas, es siempre limitado y ambiguo. Y en otro orden de cosas, también es cierto que “nadie sabe a punto fijo qué le tieneDios reservado en el futuro”. Porque, con frecuencia, a una “siembra” responsable y esforzada Dios responde con una “cosecha” sorpresiva, sin aparente relación con lo sembrado. Pero he ahí el sentido denuestra fe en Dios: Sabemos que nuestra siembra fructificará, sin que podamos muchas veces prever ni el cuándo ni el cómo.

Anécdota: El Sr. Fleming salva a un niño de morir ahogado (nº 4).

2.- NUESTRA SIEMBRA INMEDIATA

a) Preparando el futuro de nuestra Vida Religiosa agustiniana.- La V. R. en general, tampoco la agustiniana, tiene sus horizontes de futuro claros. Y al preguntarnos ¿qué podemos esperar?, ¿cuálpuede ser nuestra esperanza?, no tenemos otro referente de previsión que la calidad de siembra que ya estamos realizando, o estamos dispuestos a realizar. De ahí que nuestro afán ha de centrarse en loscompromisos inmediatos que hemos de asumir.

b) Compromisos inmediatos.-

1) Encontrar una auténtica espiritualidad apostólica

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.- Es indudable que Dios, en virtud de su Alianza, nos ha hecho “co-creadores” de nuestro propio destino. ¿Qué destino, o futuro, de nuestra Orden en A.L., estamos actualmente creando?2.- Si, al decir de San Pablo, “lo que el hombre siembre, eso cosechará” (Gal. 6,7), ¿Qué esperanzas para nuestra Orden en A.L. podemos abrigar, dada nuestra “siembra” actual?3.- ¿Qué valores de nuestro ser y de nuestro hacer habríamos de cultivar,ante todo, para fundamentar una legítima esperanza de futuro? 4.- Tú, personalmente, ¿irradias esperanza o derrotismo?

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Juan Pablo lI, en la mencionada carta a los religiosos latinoamericanos, dice que «el presupuesto del testimonio de los religiosos es evangelizar a partir de una auténtica experiencia de Dios, que es el n evo nombre de lacontemplación, a partir de la meditación de la Palabra, de la oración personal y comunitaria, del descubrimiento de la presencia y de la acción de Dio en la vida compartiendo esta experiencia con todo el Pueblo de Dios».

Se trata del gran drama que afecta hoy a todos los religiosos que se hallan escindidos entre el ansia de un encuentro sincero con Dios en la oración, y la necesidad de entregarse a una activi dad apostólica desbordante. Poreso es hoy más necesario que nunca que los religiosos realicen la síntesis entre acción y contemplación,- porque les acecha el peligro de la polarización en uno u otro de esos dos extremos.

Para los religiosos no deberían existir dos experiencias de Dios, la que acontece en la contemplación y la que se produce en la acción, sino una sola, aunque realizada en dos tiempos que solamente para nosotros son distintos,no para Dios; porque para Dios no hay diferencias de lugares ni de tiempos.

Hay que partir de la convicción de que no existen espacios sagrados en los que habita Dios y en los que solamente es posible el encuentro con El, como contradistintos de otros espacios deshabitados de Dios, en los que elhombre se quedaría sólo, a la intemperie, a merced de su propia autonomía y de las leyes del mundo.

También el mundo, también la historia de los hombres, especialmente en su reverso, que son los pobres, los marginados, los crucificados de este mundo, se convierten en lugar de la cita con el Señor; el lugar donde El quiereser privilegiadamente encontrado. El problema radica en la capacidad de los religiosos para hacer lecturas sacramentales de la realidad, que barrenen la simple corteza exterior de las cosas y de los acontecimientos, sin lo cual noes posible tener acceso a Dios que se manifiesta en ellos. Ser contemplativos en la oración significa vivir en una actitud permanente de escucha adoradora que en el interior de esa oración permita plantear la pregunta: ¿Quéquieres que baga?, y permita, al mismo tiempo, sospechar obedientemente la respuesta".

Ser contemplativos en la acción es el correlato de ser contemplativos en la oración. Sin la primera no se puede dar la segunda; y viceversa. El compromiso apostólico no genera por sí solo la experiencia de Dios; perotampoco la oración por sí sola genera el encuentro con Dios. Dios sale al encuentro en la oración comprometida con la historia de los hombres, pero sale también al paso en la acción adoradora en favor de los hermanos,especialmente de los menos favorecidos.

2) Encarnar la Consagración religiosa de una manera testimoniante para los hombres de hoy

Después de la renovación llevada a cabo por los Institutos, se constata con profunda consternación que hay algo misterioso que parece escapar a la buena voluntad que los religiosos ponen para ser ese signo espléndido delReino que el Concilio ha querido que los hombres de hoy vean en ellos.

En efecto, incluso los religiosos más insertos en el mundo no acaban de encontrar una forma de presencia y de testimonio fácilmente explicativa de los valores del Reino. Es decir, la Vida Religiosa de hoy ofrece una señalmuy débil y apagada del Reino. La Consagración religiosa solamente tendrá sentido en este mundo secularizado si es significativa de los valores del Reino. Lo cual quiere decir que los religiosos no deben disolverse en elmundo; pero sí tienen que estar presentes en el mundo en nombre de una vocación exigente con un estilo de vida que sea significativo. Esta significatividad ha de ser profética,- es decir, tiene que denunciar una situacióninadecuada con el Reino de Dios; y tiene que anunciar un camino de salvación que lleve a una adecuación entre el mundo y los designios salvíficos de Dios sobre él.

La Consagración impulsa hoy a los religiosos a vivir el encuentro con Dios en el corazón mismo de la existencia humana. Por los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, los religiosos han sido llamados por Dios a situarsu fidelidad evangélica en el corazón mismo de los problemas fundamentales del hombre de hoy: El problema del trabajo (Pobreza), el problema del amor (Castidad); y el problema de la libertad (Obediencia).

La Consagración no debe hacer a los hombres extraños ni ajenos a las realidades humanas, sino que los llama a vivirlas hasta el fondo; a ir al fondo de la existencia humana: El voto de pobreza invita a los religiosos a ir hastael fondo del sentido humano del trabajo, para manifestar a través de él la vocación de servicio,- el voto de castidad llama a los religiosos a ir hasta el fondo del sentido del amor, para manifestar la naturaleza profunda del don y de lagratuidad, del dar la vida por los demás,- y el voto de obediencia exige a los religiosos ir hasta el fondo del sentido del compromiso libre, para manifestar que el sentido de la libertad humana consiste en la adhesión incondicional ala voluntad de Dios.

3) Conversión a la antropología

El HOMBRE constituye, aunque pueda parecer un contrasentido, el centro de la Teología de la Vida Religiosa. La Vida Religiosa es ante todo un proyecto humano de existencia. Solamente después podrá ser un proyectocristiano y religioso de existencia. La conversión al hombre exige vivir para el hombre, con el hombre, como el hombre y por el hombre. El modo y la manera de vivir para, con, como y por el hombre, lo tendrá que ir diciendoprogresivamente la historia personal de cada religioso dentro de su propio Instituto; pero siempre con una mezcla adecuada de inventiva, de generosidad, de disponibilidad y de valentía.

4) Situarse en la vanguardia de la Nueva Evangelización

«Se exige que los religiosos, hoy como ayer, continúen estando en la vanguardia de la predicación dando siempre testimonio del Evangelio de la Salvación». Ante estas palabras de Juan Pablo II a los religiosos y religiosaslatinoamericanos, pero que tienen también plena validez para la Vida Religiosa de esta vieja Europa, cada Instituto, cada religioso, cada religiosa, tendrían que preguntarse dónde y cómo trabajan. No hay duda de que algo hay enla Vida Religiosa que hace preferir los trabajos tradicionales, en los que cada uno es ya un experto, y aunque ese modelo de misión apostólica se está ya acabando , se sigue para adelante, mal que bien, porque lo nuevo, elcambio de ministerio o de lugar producen miedo.

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Ciertamente los religiosos de hoy trabajan mucho, quizás excesivamente, pero ¿trabajan allí donde realmente es necesaria su misión apostólica? ¿Cómo pueden cohonestarse la actitud de vanguardia apostólica de los orígenesde nuestros Institutos con la cómoda instalación en determinados lugares que, objetivamente, no son los de nuestros orígenes? ¿Es que ya no existen en nuestro mundo las mismas condiciones de sujetos y de lugares que capta -ron la atención de nuestros Fundadores?

Descubrir hoy, aquí y ahora, la frontera que los Fundadores descubrieron, y comprometerse seriamente en evangelizarla, es la tarea que se espera de los religiosos. Esa nueva frontera sigue existiendo hoy; es preciso saber o,más bien, tener el valor suficiente para descubrirla.

5) De las «Obras de Misericordia» a la «Justicia Social»

Es una consecuencia del principio anterior, Si los religiosos se han de convertir a la antropología, tendrán que convertirse a los hombres concretos que tienen unos concretos derechos que será preciso defender, aunque enello les vaya la vida.

Las Ordenes y Congregaciones religiosas, tanto masculinas como femeninas, han tenido una larga tradición en el ámbito benéfico-social, hasta el punto de que han acaparado en un altísimo porcentaje la actividad de lasociedad y de la Iglesia en ese campo. Desde la Revolución industrial se empezó a reivindicar como justicia social lo que desde siempre habían realizado los religiosos como obra de misericordia en sus hospitales, escuelas,asilos, orfanatos y demás obras asistenciales en favor de los pobres en general.

Desde una consideración teológica, sin duda que son cosas diferentes la justicia social y la obra de misericordia. Son realidades distintas, pero la meta es la misma: la salvación integral del hombre, porque ni la justicia socialdebería olvidar nunca la dimensión trascendente del hombre, ni la obra de misericordia debería olvidar tampoco la dimensión inmanente del hombre que camina entre las vicisitudes de la historia.

Para los religiosos, la justicia social entra en la perspectiva de las profesiones laborales, mientras que la obra de misericordia entra en la perspectiva de la misión salvífica que tienen que desempeñar por una vocación especialrecibida de Dios; pero sin olvidar nunca que para los religiosos el cumplimiento de la misión pasa por la competencia en el cumplimiento de su profesión laboral, sea ésta la sanidad, la educación o la asistencia social.

6) Renovada presencia en la Sociedad

Aquello que la III Conferencia del CELAM celebrada en Puebla (México) pedía a la Iglesia Latinoamericana, se puede y debe pedir también a los religiosos de cualquier parte del mundo: «Transformar desde dentro lasestructuras de la sociedad pluralista»". También los religiosos son requeridos para que se comprometan en una acción directamente tendente a la creación de nuevas estructuras sociales. Siempre que una sociedad cristianaentra en un proceso de cambio cultural, es necesario que la Iglesia, atenta a la evolución y actuando con inteligencia y a tiempo, dé respuestas evangélicas a los problemas y a los interrogantes vitales que tal procesonecesariamente levanta. Como decía Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi ' cuando algunos «sectores de la humanidad se transforman: Para la Iglesia no se trata solamente de predicar el Evangelio en zonas geográficas cada vezmás vastas. O Poblaciones cada vez más numerosas, sino de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspi-radoras y los modelos de vida de la humanidad, que están en contraste con la Palabra de Dios y con el designio de salvación» (EN 19).

7) Reconversión de las obras apostólicas

Los religiosos, hombres y mujeres de lo Absoluto y profesionales de la religiosidad, tienen que traducir su modo de ser en un modo de hacer. Es decir, los religiosos no pueden contentarse con ser testigos mudos, sino que hande comprometerse en una misión específica en la construcción de la nueva sociedad. Ahora bien, la revisión de la propia identidad y de su misión apostólica, ha inducido a los Institutos religiosos a revisar lo que estaban haciendoinmediatamente antes del Concilio, para acompasar a ello sus campos de actividad apostólica o sus obras propias.

Esta necesaria reconversión de las obras propias ha metido a los Institutos religiosos en una difícil situación. Porque, por una parte, se advierte la incoherencia de determinadas obras apostólicas con la identidad originaria de lapropia misión; pero, por otra parte, se constata que allí donde se está trabajando apostólicamente, se produce un fruto, se tiene éxito incluso; y, por consiguiente, abandonar esas posiciones apostólicas para lanzarse a lodesconocido causa miedo e incluso pavor.

Ya se han dado sin embargo algunos pasos en esta dirección. Hay Congregaciones que han cerrado Comunidades y Obras propias, para crear Comunidades y Obras insertas en otros lugares más necesítados de esa mismamisión apostólica; pero hay que reconocer que los pasos dados hasta ahora son más bien tímidos, porque, a la hora de tomar decisiones de este tipo, siempre se encuentran razones para no llevarlas adelante. Unas veces puedenser la oposición y los lamentos de las gentes amigas, de las autoridades civiles e incluso de las autoridades eclesiásticas; otras veces, se trata de la resistencia de los propios religiosos que se sienten muy eficaces en ese puestode trabajo, pero fuera de él se sienten a la íntemperie.

Pero frente a todas estas razones que, sin duda, tendrán que ser tenidas en cuenta para un mejor discernimiento, habrán de prevalecer siempre el testimonio evangélico, el retorno a la mi sión originaria del Instituto, la fidelidad auna mayor pobreza evangélica y la opción por los pobres que, sin duda, fue prioritaria en tiempos de los Fundadores.

La reconversión de las obras apostólicas, en una Palabra, tiene que ser afrontada como una respuesta de fidelidad a Dios y a su Plan de salvación, dentro del cual hay que encuadrar la fundación del propio Instituto.

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8) Replanteamiento de la formación permanente

La formación permanente no es una moda ni un lujo, sino una condición de supervivencia. Los religiosos, en cuanto enviados por Dios al mundo en misión salvífica, no pueden vivir al margen de ese mundo que continuamenteestá pidiendo respuestas válidas para sus problemas inéditos y cada día más originales. Los religiosos tienen que ser personas vivas, despiertas, que caminan, no sólo al ritmo de la historia, sino que tienen que ir incluso pordelante de ella, para hacerle fácil el camino del encuentro con Dios que le sale permanentemente al paso. Los cambios de nuestro tiempo son tan rápidos y profundos, que a nadie le está permitido el lujo de pararse un instante, sino quiere perder el tren de la historia.

Esto obliga a un aprendizaje permanente,- es más, hoy día, no sólo es cuestión de aprender, sino que hay que aprender a aprender, como punto de partida para que se aprenda a ser, porque en un mundo que cambia tanvelozmente, resulta muy difícil estar haciendo constantemente la síntesis entre el pasado y el presente; entre la mentalidad anterior y la mentalidad q e viene. Si los religiosos de hoy no están atentos, pueden correr el riesgo de caeren uno de los dos extremos del péndulo: o anquilosarse en las seguridades del pasado a fin de desentenderse de los riesgos y de las incertidumbres que trae consigo el cambio, o embarcarse en aventuras de cambioinsuficientemente discernidas que nos conducirían a pactar con falsos valores y a perder la propia identidad.

La formación permanente viene exigida por todo lo que hasta ahora hemos expuesto respecto del momento histórico por el que está atravesando actualmente la Vida Religiosa; pero habría que poner especial énfasis en estos puntos:

- La especialización pastoral.- En la medida en que la organización moderna del trabajo, también del trabajo apostólico, tiende a la distribución de las tareas, hace que cada responsable sea un especialista. Desde el momento en que tal o cual tarea le

es encomendada, el religioso debe afrontar la urgencia de su puesta al día, de su perfeccionamiento en la misma.

- La preparación para nuevas responsabilidades: La formación permanente viene exigida especialmente para capacitar a aquel personal que habrá de desempeñar funciones de especial relevan cia en los Institutos religiosos, como son los cargos de

autoridad; los directores de determinados sectores apostólicos en los que la formación tiene que ser más específica; los formadores de los nuevos candidatos, etc.

- La reconversión de las obras apostólicas. Entre los problema humanos que esta reconversión plantea, sobresale el del re-empleo de los religiosos que trabajaban en esas obras suprimidas o reconvertidas. ¿Cómo sacar partido de las experiencias de

tantos año para transferirlas a unas actividades nuevas?

- La liberación de la mujer. En la lucha por los derechos humanos, tiene especial importancia hoy dia la liberación de la mujer,- s tuviéramos que comparar este problema con algún otro del pasado, podría ser hoy lo equivalente de la cuestión social

en el siglo pasado. Es este un problema que debería ser abordado cuidadosamente, no sólo por la Iglesia en general, sino de una manera peculiar por las religiosas, porque se podría correr el riesgo de que así como, en gran medida, la Iglesia perdió el

mundo obrero en el siglo pasado, pudiera perder ahora el mundo femenino.

Me parece que, en este sentido, no es un buen signo liberador para la mujer de hoy, el hecho de que muchas Ordenes y Congregaciones femeninas dependan institucionalmente de Ordenes y Congregaciones religiosas masculinas, como si esas

religiosas fueran menores de edad. El machismo eclesial y religioso está jugando aquí una baza negativa muy importante.

Ya va siendo hora de que las religiosas reivindiquen su mayoría de edad eclesial. No quiero entrar ahora, para nada, en temas de fondo teológico, quizás mal enfocados por el machismo teológico tradicional, como es el caso del ministerio ordenado de

la mujer; pero, al margen de esto, hacen falta hoy religiosas liberadas, que se comprometan de verdad, no como simples suplentes de los ministros ordenados, en el campo de la dirección espiritual, de la teología, de la cultura, de los ministerios eclesiales,

en los que ellas podrían prestar un servicio insustituible, precisamente desde su condición de mujeres, a la posición de la mujer en la Iglesia.

- La inculturación. Sin una formación permanente bien orientada, dificilmente los religiosos podrán responder a este reto tan acuciante de la Nueva Evangelización del mundo contemporáneo. La Iglesia es hoy consciente del carácter decisivo que

tiene el diálogo v la comprensión de las culturas, porque en ello está encerrado el destino mismo de la humanidad. Hoy día, todos los pueblos se preguntan por su identidad cultural, como camino único para conservar la propia libertad y la propia dignidad.

Desde el respeto a esta libertad y a esta dignidad de los pueblos, apoyadas en su propia identidad cultural, tendrá la Iglesia que proponerles la verdad del Evangelio.

Las Ordenes y Congregaciones religiosas que, en el fondo, no son nada más que una Iglesia universal en miniatura, tienen que vivir en su propio interior una situación de pluralidad cultural". Lo cual significa que todos los religiosos habrán de estar

bien formados e informados sobre los valores culturales de los pueblos que evangelizan; y porque cada religioso tendrá que vivir la identidad congregacional desde su propia cultura.

La formación permanente es, pues, un proceso vital, progresivo, que impulsa a renovarse permanentemente, para ser capaces de responder adecuadamente a las exigencias históricas de la propia vocación humana, cristiana y

religiosa. Esto significa que la misma formación Inicial debería entenderse y programarse desde la perspectiva de la formación permanente.

9) Planificar nuestro futuro

Necesitamos trazarnos objetivos y establecer etapas. La vida es progresión evolutiva y se estanca en la medida en que perdemos el entusiasmo por nuevos objetivos. La “tensión constante haciaDios” agustiniana, implica mantenernos siempre en camino hacia nuevos objetivos por lograr.

La ausencia de planificación sitúa fácilmente nuestra vida en círculos, reduciéndola a simple repetitividad y rutina. El dinamismo planificación-evaluación-replanificación debería formar parte esencial de nuestro vivir comunitario normal. Sin planificación nada hay que esperar, porque nada nuevo nos proponemos. Y entonces nuestra fe queda reducida a un esperar pasivo que lo que anhelamos nos caiga del cielo.

3.- PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA39

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a) En primer lugar el amor.- Es el amor, que procede de Dios, la mejor siembra de esperanza , tanto para la vida personal como familiar, comunitaria, congregacional y social. El “Ama y haz lo quequieras” de Agustín, se traduce en “ama y espera lo que anhelas”.

Nuestra Vida Religiosa avanzará por derroteros seguros en la medida en que seamos capaces de encarnar el “Ved cómo se aman”, que testimoniaron las primeras comunidades cristianas. Entérminos de actualidad, la V. R. Recuperará su puesto en el mundo en la medida en que sea testimonio e irradiación del auténtico humanismo del Evangelio.

b) En segundo lugar, el testimonio y proyección comunitarios.- El mundo anda loco por encontrar la clave dse una interrelación humana verdaderamente armónica, cordial, confiable, solidaria yfraterna. La V. R. se convertirá en faro de esperanza, si se puede ver en ella el milagro realizado de lo que la historia humana ha añorado y no acierta a hacer realidad: la vida en comunión.

La V. R. está llamada a demostrar que la proclama marxista de: “Obreros de todo el mundo, uníos”, y el aforismo popular de que “la unión hace la fuerza”, que apenas logran pasar de simplesutopías, es realizable cuando Cristo es la clave.

c) En tercer lugar el compromiso solidario.- Seguidores de Cristo, tenemos por misión ser “fermento” de transformación del mundo en que vivimos, con los grandes valores del Evangelio. Implicacompromiso solidario por “la santidad y la gracia, la justicia, el amor y la paz”, que definen el Reino de Dios entre los hombres.

d) Y por fin, la paz, alegría y serenidad de quienes tienen su vida enraizada en Dios.- La paz, la alegría, la serenidad son el sello de autenticiad de quienes ponen su fe y su esperanza en Cristo.El hombre de paz, bondadoso y sereno provoca siempre a preguntarse: -¿Cuál es su secreto? Tanto más en el mundo de hoy, que clama por la paz y la esperanza, sin acertar con caminos que hacia ellasconduzcan.

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POR LA INQUIETUD Y BÚSQUEDA AGUSTINIANASA LA ESPERANZA DE UNA VIDA NUEVA

EJERCICIOS ESPIRITUALES -2001EE2001-2.wpd

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TEMARIO

I.- SIGNOS Y CONTRASIGNOS DE ESPERANZA

1.- La desesperanza, contrasigno de nuestro tiempo2.- Signos y contrasignos de esperanza en la Vida Religiosa actual.

II.- FUNDAMENTOS TEOLÓGICOS Y ANTROPOLÓGICOS DE LA ESPERANZA3.- La esperanza humana en la perspectiva de la Alianza.4.- Cristo, nuestra Esperanza.5.- La esperanza cristiana en la espiritualidad de San Agustín.6.- La Vida Consagrada: Profecía de esperanza.7.- El Dios de la Historia, y el rumbo de nuestras esperanzas.8.- Carisma y Esperanza9.- Sembradores de esperanza: Compromisos inmediatos.

10.- Conversión a la esperanza.- Tarde penitencial y de desierto

CONCLUSIÓN11.- La Esperanza en nuestra Orden: Expectativas del Proyecto Corazón Nuevo.12.- Construyendo esperanza: compromisos puntuales

APÉNDICES= Apéndice A: Jornada penitencial y de desierto: Conversión a la esperanza.= Apéndice B: Acto Penitencial.= Apéndice C: Celebraciones Eucarísticas.= Apéndice D: Renovación de votos y compromisos= Apéndice E: Temas complementarios o alternativos.

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X.- CONVERSIÓN A LA ESPERANZA= * TARDE (O MAÑANA) DE DESIERTO:

Anotación.- En la práctica más generalizada entre los agustinos, los Ejercicios Espirituales, son de cinco días, cuatro en realidad si se inician a mediodía del primer día y finalizan a mediodía del último dia. Sobre estesupuesto se han diseñado 12 temas, a razón de tres temas por día.Sin embargo, en unos Ejercicios no debe faltar una media jornada, al menos, de orientación penitencial y “desierto” personal, con un tema inicial de orientación. El animador de los Ejercicios deberá entonces reducir eltemario, bien aunando algunos temas, o suprimiendo los que crea oportuno. A continuación el tema orientador.

A.- LA MÍSTICA BÍBLICO-CRISTIANA DEL “DESIERTO”

En la espiritulidad bíblico-cristiana, la conversión estubo muy ligada al “desierto”, como lugar de soledad y silencio, de prueba y confrontación, de reencuentro consigo mismo ante Dios, para tomar en serio nuestra vida yla orientación que queremos darle. Es el lugar de las opciones serias, conscientes y maduras, asumidas desde una honesta confrontación y careo consigo mismo.

a) La experiencia bíblica.- El ámbito geográfico en que inicialmente se desarrolla la historia del pueblo hebreo, es el desierto. Ya desde Abraham, es un pueblo de beduinos nómadas, vagando siempre por el desierto, y enmarcha hacia cualquier lugar donde una lluvia benéfica ha hecho brotar un pasto transitorio, que alimentará a sus ganados.

Cuando aparecen los primeros asentamientos humanos, por obra de los caininitas agricultores, el pueblo empieza a experimentar el contraste entre la vida natural, de altos valores del hombre nómada y del campo y la vidaartificial y de contravalores del hombre de la ciudad (descendientes de Abel y descendientes de Caín).

Por eso, ante el anhelo de una mayor autenticidad humana y de un reacercamiento a Dios, surge espontáneamente la añoranza del “desierto”:= Los hebreos viven la experiencia que, sólo en una larga travesía de desierto, les ha conducido a la tierra prometida y a la libertad.= Los profetas consolidan su vocación y preparan su misión en el desierto.= Multitud de fariseos piadosos buscan la soledad del desierto para preparar la venida del Mesías, constituyen la Comunidad de los Esenios.= Juan el Bautista pasa su vida en el desierto, antes de emprender su misión.= Cristo mismo, se retira 40 días al Desierto antes de empezar su predicación.

b) La experiencia cristiana.- En el Cristianismo, tan pronto como las conversiones masivas y sin muchas exigencias, degradan la calidad cristiana, muchos emprenden el camino del “desierto” buscando el primer espíritu.Nace así la Vida Religiosa en la Iglesia, en sus formas de eremitismo-anacoretismo. Y cuando, andando el tiempo, la Vida Religiosa se inserte plenamente en las ciudades, reinventará la experiencia de desierto, en una nueva forma,ahora sin connotación con el entorno geográfico: la vida de clausura.

Y llegamos a la paradoja interesante de nuestro tiempo, en que, mientras la vida de clausura ha ido perdiendo atractivo, como forma de Vida Religiosa, son cada vez más los cristianos que buscan hacer sus retiros a lasombra de los conventos benedictinos, trapenses Teitzé) , carmelitanos, agustinianos (Lecceto), o de clarisas, y se fundan en todas partes pequeños “yermos” o “desiertos” para retiros o ejercicios, personales o grupales, en unmovimiento paralelo al que socialmente se está acrecentando: La necesidad de salir crónicamente de la ciudad hacia el campo, huyendo del neurótico y buscando la tranquilidad.

c) El apremio a “IR” y la necesidad de “ESTAR”.- Oscilamos entre dos místicas igualmente válidas: La del “Id y evangelizad”, que implica salir de sí mismo, entregarse, comprometerse, darse sin medida. Y la queAgustín expresó como “No quieras derramarte fuera; entra dentro de tí mismo”.

Superdesarrollada nuestra capacidad de “IR”, terminamos pasándonos, sin posibilidad ya de detenernos. Una fiebre interna, o hervor de marmita, nos impide “estar”, y nos lanza siempre hacia fuera, no importadonde sea: a la calle, con objetivo o sin él, a la habitación del hermano para entretenernos un rato, al teléfono para conversar de cualquier cosa, o a objetivos más respetables: nuestro trabajo, nuestra misión, nuestrasresponsabilidades y compromisos. Pero el caso es “ir” siempre, porque su contrario es el aburrimiento y el hastío.

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Cuando perdemos la capacidad de “ESTAR”, perdemos la capacidad de mirar, interiorizar y vivenciar. Es decir, nunca damos tiempo a que fragüe la vivencia, porque siempre estarmos proyectados más allá:Cuando hemos llegado adonde íbamos, estamos mirando frecuentemente el reloj, para ver cuándo termina eso y podemos ir a otra parte. Porque el apremio y la fiebre es “IR”. Así se explica la frecuente crisis de jubilación, en laque muchos ya no saben qué hacer con su vida, porque el programa básico del “IR”, sin detenerse jamás, les ha quedado cancelado.

Ir y Estar; Acción y Contemplación; Darse y Reencontrarse; Exterioridad e Interioridad, son dos dimensiones básicas de toda persona madura. La polarización hacia una sóla de ellas da lugar, al alienado o almisántropo; al extrovertido o al ensimismado; al activista, sin raíces, necesitado de “estar siempre con-”, o en casos extremos, al “autista”, incapaz ya de interrelación.

d) Palabra y Silencio; hablar y escuchar; emisividad y receptividad.- Estamos configurados como un “walkie-talkie” (emisor-receptor; conversador de paseo), al que se le daña con facilidad el receptor y sólo sirve ya para emitir; o simplemente, hemos olvidado operar el botón de

“cambio” de emisión a recepción. Y así, estamos siempre listos para hablar, pero difíciles para escuchar. Constantemente “emisivos” hemos dejado de ser “receptivos”. Hábiles y fecundos en la “palabra”, no toleramos ya el“silencio”. Embarcados en un activismo sin reservas, somos ya incapaces de detenernos.

e) ¿Y tú qué?.-Estamos habituados a idealizar, cuestionar, exigir, formular proyectos, proponer cambios o mejoras, pensando en el “nosotros”, en la comunidad, en la institución. Lo que, sin duda, tiene su cara positiva.Pero se nos pasa por alto si, personalmente vamos en vanguardia de lo que decimos y deseamos, o más bien estamos esperando que empiecen “todos”. Y queda siempre en cuestión el: -¿Y tú qué?. Porque, en cualquierconstrucción que tú anheles, la primera piedra ha de ser la tuya.

El “desierto” nos pone cara a cara con los interrogantes:= ¿Quién soy yo, cuando no hago nada, porque en el “desierto” sólo estoy yo de cara a Dios?= ¿ Quién soy yo conmigo mismo, y por mí mismo, cuando no me diluyo en el “todos”?= ¿ Qué estoy yo haciendo de la propia vida, en sí misma y en función de “todos”?= ¿Cuál es mi aporte a la esperanza?

El desierto nos desvela fácilmente que estamos haciendo de nuestra vida, una constante huida de nosotros mismos, porque es la compañía que más difícilmente toleramos. Con los demás, de una u otra forma nosentretenemos; con nosotros mismos nos aburrimos. Y sin embargo, son muchos los asuntos pendientes que cada cual ha de tratar consigo mismo. Si se quiere, entre los dos “YOs” que en cada uno se confrontan: El EGO y el Yo-Conciencia.

Sólo quien ha logrado vivir en paz, armonía y comprensión consigo mismo, ha encontrado la clave para vivir en paz, armonía y comprensión con los demás.

B.- EL TEMA: CONVERSIÓN A LA ESPERANZA

1.- LA TRINIDAD DE LA ESPERANZA

a) La esperanza no se sostiene sola.- San Agustín aborda el tema de la Esperanza en su relación inseparable con la Fe y la Caridad ( ). Fe-Esperanza-Caridad, virtudes teologales, constituyen unatrinidad de comunión, en la que ninguna de ellas subsiste sin las otras dos: No hay esperanza posible sin fe y sin amor; no es posible un “Amor-Charitas” sin fe y sin esperanza; no es auténtica una Fe que noredunde en esperanza y caridad.

Por ello, dinamizar, revitalizar nuestra esperanza implica necesariamente consolidar nuestra fe y sensibilizar nuestra caridad: Donde hay fe y amor, hay esperanza.

b) Revisión de mi fe.- Siempre nos acosa el riesgo de dejar reducida nuestra fe a simples “creencias”. Las creencias son mero asentimiento mental a determinadas verdades o cuasi-verdades. La fe esalgo más: es convicción que compromete y reorienta todo mi vivir. Por eso, decimos, la fe es vida, y no simple pensamiento. Cuando Cristo afirma de la cananea: “Oh mujer, grande es tu fe”, y del centuriónromano: “De verdad, no he encontrado tanta fe en Israel”, no está significando simplemente que la cananea y el centurión fueran personas de firmes “creencias”. Más bien son éstas las que atribuye a los judíos,sin verdadera fe de fondo.

La fe queda siempre canalizada por el amor: Cada uno tiene fe en lo que ama. Quien ama el dinero, tiene su fe puesta en el dinero. Y es la fe, surgida del amor, la que es verdaderamente determinante de

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nuestro vivir. Y es fácil, también para nosotros, Religiosos, que nuestra supuesta fe en Dios vaya quedando relegada a determinadas “creencias abstractas” sobre Dios, mientras nuestra vida se encarrila en basea pequeñas Fe-s, motivadas por otras tantas aficiones, entusiasmos, apasionamientos (amores), que muy poco tienen que ver con Dios, o discurren al margen de Dios.

Nuestra fe cristiana hace de Dios, de Jesucristo, el Absoluto y Determinante de todo nuestro vivir. Y hemos de estar siempre en guardia, porque se nos infiltran otros “absolutos” y “determinantes”, queempujan a Dios al “relativo” de nuestra vida práctica.

c) Revisión de mi caridad.- Amar algo o a algunos es fácil, porque lo necesitamos: “Te quiero porque te necesito” (Eric Fromm), que en realidad es un modo respetable de expresar nuestro egoismo.No es tan fácil el “Amor-Charitas”:

= Que no ama al otro por lo que él es “para mi”, sino por lo que él es “en sí”.= Que no busca servirse del otro, sino ponerse a su disposición.= Que no es selectivo, sino “católico” (sin fronteras), porque todo hombre es “amable” en su ser profundo, aun cuando no se hace amable en su conducta.= Que mira y acierta ver en los otros, no sus exterioridades, sino “lo sagrado” que oculta en su interior, porque lleva el sello de Dios.= Y, por ello, que sabe hacerse cercano, cordial, bondadoso, solidario y confiable con todos, sin excepción.

Tres preguntas para mi reflexión:1) Una para mi fe.- ¿Estoy realmente convencido de que el cambio a mejor es posible? Es decir: ¿creo en las posibilidades de mejora de los seres humanos, de la sociedad, la Iglesia y la propia Orden?2) Una para mi esperanza.- ¿Estoy empeñado en que esos cambios se hagan realidad, y mi compromiso va en vanguardia? 3) Una para mi caridad.- ¿Estoy interesado de verdad en que las cosas cambien en orden a una sociedad, Iglesia y Orden cimentadas en los valores del Evangelio?

2.- EL SELLO DE AUTENTICIDAD DE LA ESPERANZA

a) Los cuatro sellos.- Hay cuatro valores, o virtudes, que la tradición cristiana llamó “cardinales”, es decir, quicio, eje, pilares, bases del vivir cristiano: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza.Cabe preguntarse si son éstas virtudes las realmente “cardinales” del vivir cristiano, y en ellas se asentarían las que llamamos “teologales”, o más bien a la inversa. En todo caso, es incuestionable su profundainterrelación, de tal modo que unas quedan falseadas sin las otras: Las virtudes teologales son estériles si no redundan en las cardinales; y éstas se quedan sin raíz, si no proceden de las teologales. De maneraque todas han de construirse en armonía. Por ello:

b) Revisión de mi prudencia.- Es la virtud de la cordura y el discernimiento. Lo opuesto a actuar “a lo loco” y por simples impulsos. Su ausencia (la imprudencia) hiere con frecuencia la caridad yamenaza a la esperanza, no por lo que, en el fondo, busco y pretendo en mis acciones, sino por las “formas”. Las formas han dañado demasiadas veces muchos fondos.

La prudencia nada tiene que ver con eludir los riesgos.Nadie avanza sin riesgos. Pero hay quienes se lanza apasionadamente a tientas, sin discernimiento, y hay quienes se lanzan muy conscientes dedónde pisan, hacia dónde van, y por dónde van.

Una pregunta para mi prudencia: ¿Soy un hombre prudente, es decir, de claro y sensato discernimiento del rumbo que imprimo a mi vida?

c) Revisión de mi justicia.- Es bíblicamente sinónimo de “integridad”, y moral y socialmente celo y compromiso por la equidad en la relación interhumana. Son las injusticias humanas las que másgravemente desmienten la fe, socavan la esperanza y destruyen la caridad.

Dos preguntas para mi justicia:= ¿Soy justo en el modo de tratar y valorar a los que me rodean?= ¿ Cuál es mi actitud y compromiso ante las injusticias de nuestra sociedad?

d) Revisión de mi fortaleza.- Es la virtud de la solidez y consistencia interiores. También esta virtud es proporcional al vigor de nuestra fe y de nuestro amor, y es sostén de nuestra esperanza. No esfuerte:

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= El que lo intenta, pero ante los obstáculos, dificultades y problemas, se quiebra fácilmente.= El que ni siquiera lo intenta, porque es floja su fe, y flojo su amor.= El que a cualquier ideal le encuentra siete “peros”, que le paralizan.= El que no está dispuesto a correr el menor riesgo.= El que, por sistema, elude los problemas, más bien que afrontarlos.= El negativista que sólo percibe negruras en el horizonte.= El que prrfiere permanecer “sentado” a seguir avanzando, entretenido en hacer mística del “más vale un pájaron en la mano que ciento volando”.

¿Qué grado de fortaleza tiene mi fe, mi esperanza y mi amor?

e) Revisión de mi templanza.- Es la virtud de los sanos equilibrios, y de la armónica síntesis de valores. Como virtud cardinal, es señorío sobre nuestras pasiones, sentimientos y emociones, que nosllevan fácilmente a polarizar nuestras posturas, reacciones y conductas. A la templanza apuntaba el viejo aforismo; “In medio virtus”, que no significa canonizar las “medianías”, sino encontrar la justa armoníaentre dos valores bipolares: Entre derechos y deberes, libertad y solidaridad, comunidad y persona, condescendencia y apremio, igualdad y diversidades, tolerancia y profetismo, razón y sentimiento, etc.,etc. Ladestemplanza de las polarizaciones ha hecho siempre un pésimo servicio a la esperanza.

= ¿Se me conoce como un hombre ecuánime y equilibrado y, por lo mismo, confiable?

3.- CONVERSIÓN A LA ESPERANZA

Convertirse a la esperanza implica sentar bien sus fundamentos. En este tema hemos pretendido resumirlos en la sana armonía entre siete virtudes: las tres teologales y las cuatro cardinales. Revitalizarnuestra esperanza significa revitalizar esos siete pilares de nuestro vivir cristiano.

Convertirse a la esperanza es, pues, tomar en serio nuestra fe y nuestra caridad; nuestra prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

PARA TU REFLEXIÓN PERSONAL

Déjate evaluar por los que te rodean o, si prefieres, mírate a través de los ojos de los demás. No te es difícil captar cómo te ven. Un día tu vida acaba y, con el aporte de cuantos te han conocido, seescribe tu “necrología”. Y adivina:

1.- ¿Qué buenas cualidades tuyas destacarían? 2.- ¿Qué aportes significativos tuyos mencionarían? 3.- ¿Qué sombras y deficiencias tuyas, mejor se callarían?

Y en meditación personal, trata de visualizar:

a) Lo que diríanb) Lo que pensarían, pero se callarían, por no venir al caso.c) Lo que te gustaría que pudieran realmente decir.

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XI.- LA ESPERANZA DE NUESTRA ORDEN EN A. L.: EXPECTATIVAS DEL PROYECTO CORAZÓN NUEVO.

1.- LA REALIDAD QUE TODOS COMPARTIMOS

a) Hemos cambiado.- La Vida Religiosa, también la Agustiniana, como la Iglesia, ha experimentado cambios drásticos durante el período postconciliar. La evaluación de esos cambios sigue siendo muyconfrontada: Para muchos, es muy largo el listado de aspectos positivos que caracterizan a la Vida Religiosa de hoy, en relación a la de ayer: Hoy presenta un rostro mucho más humano y fraterno, másdinámico, más comprometido, más en consonancia con nuestra época, más vital. Para otros, los cambios han llevado a la Vida Religiosa a una crisis, de la que no acaba de salir. Y para otros, por fin, loscambios han sido positivos y necesarios, pero insuficientes.

b) Luces y sombras.- En A. L. podemos hablar de un optimismo moderado. Es indudable que la mayoría de las comunidades y personas religiosas desarrollan hoy una actividad benemérita en al Iglesia.Seguramente, la capacidad de entrega y compromiso de gran número de religiosos hoy no tiene parangón en el pasado. Tanto que para muchos esa entrega generosa y sin reservas es la que da sentido ysatisfacción a su vida, y se preguntan: -¿Para qué tanta alaraca de cambios y renovaciones, si, dentro de lo que cabe, nos va suficientemente bien?

Es ésta una visión de cosas bastante generalizada que conduce a que, mientras unos se desgañitan apremiando el cambio y la renovación, otros muchos vivan tranquilos y serenos, sin acertar a comprender lanecesidad de tanto cambio. ¡Lo que hace falta es trabajar!, que es en lo que algunos se están volviendo flojos.

Por otra parte, en el aspecto vocacional constatamos, en las últimas décadas, un moderado y relativo mejoramiento vocacional. Sólo relativo, pues es apreciable cuando se le compara con lo que ocurre enlos países del “primer mundo”. No es nada optimista si se le compara con las épocas de florecimiento de la Vida Religiosa, o si atendemos a la desproporción entre el incremento de la población y por ende delas urgencias pastorales, así como a la cantidad de actividades en que estamos comprometidos, y el número de nuevos candidatos en nuestras casas de formación.

Incluso no nos es fácil eludir la impresión de vulnerabilidad de nuestro moderado optimismo vocacional, porque puede repetirse en A.L., el esquema histórico: la fecundidad vocacional estubo, muyfrecuentemente, en proporción a la “inseguridad” ambiental de las sociedades: En nuestra Orden, en España, mientras Castilla estuvo en subdesarrollo y sin oportunidades de futuro para la mayoría de susjóvenes, fue cantera inagotable de vocaciones.No deja de ser sintomático, en nuestro Continente, que Colombia, la sociedad latinoamerican actualmente más insegura, sea la que va en vanguardia vocacional.

En el aspecto de la calidad de vida religiosa y agustiniana, el sondeo llevado a cabo por especialistas del Movimiento por un Mundo mejor, dejó en claro las insatisfacciones de los Agustinos de A.L., y laconvicción latente de la urgencia de cambios. Será el punto de partida para poner en marcha el Proceso de Revitalización de la Orden en A. L.

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INTERROGANTES PARA MEDITAR

1.-A ocho años de iniciado el proceso de Revitalización de la Orden en A.L., ¿quéhorizontes de esperanza vislumbramos?2.- ¿Qué porcentaje de agustinos de A.L., podríamos calificar de seriamente interesados ycomprometidos en el Proyecto y sus objetivos?3.- ¿Qué logros más significativos creemos haber conseguido en las etapas ya recorridas?4.- ¿Qué nos faltaría para que el Proyecto fundamentara realmente nuestras esperanzas?

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c) Los interrogantes.- Hay interrogantes que vienen inquietándonos, con el sedante oculto de que son comunes a la Vida Religiosa en general: = ¿Por qué nuestro modo de vida atrae cada vez menos?= ¿Por qué no logramos detener el declive vocacional, y vamos evidentemente a menos, mientras hay movimientos de Iglesia que atraen multitudes, y van claramente a más?= ¿Por qué, pese al creciente compromiso laical, y a los vitales movimientos juveniles, cada vez son menos los que se interesan por la Vida Religiosa?= ¿Por qué es tan largo el listado de los hermanos que nos han ido dejando, en algunas congregaciones incluso más del 50 % en estos 30 años de postconcilio?

d) En búsqueda de respuestas: ¿Alguno o todos?.- De las anteriores inquietudes nació, entre los Agustinos de Latinoamérica, el Proyecto de Revitalización de la Orden en el Continente. Con anterioridad, se captaba fácilmente, en las bases, el deseo de cambios, con la mira puesta en diferentes alternativas:

1) El General y su Curia.- El general debe dejar de ser un simple “símbolo” en la Orden, e intervenir más directamente en la vida de la misma. Habría de ser él, por consiguiente, el principal gestor decambios y revitalización. Serias reservas para los más: Una verdadera renovación no puede venir dada por decreto de la autoridad.

2) Alguna personalidad de fuerte arrastre carismático.- Es la alternativa que históricamente dió lugar a más efectivas fundaciones o renovaciones. Hoy, ni es fácil detectarla entre nosotros, ni estamosdemasiado dispuestos a dejarnos llevar del idealismo de uno o unos pocos.

3) Todos juntos.- Si bien la iniciativa del Proyecto de Revitalización, partió del P. General y su curia, como respuesta a las inquietudes detectadas en las bases, el Proyecto se puso en marcha bajo laconsigna de que es “tarea de todos”, y sólo será viable con la implicación y compromiso de todos.

Queda pendiente si verdaderamente logramos implicarnos “todos”, que implica el vanguardismo personal de cada hermano, como si todo dependiera de él. Significa entusiasmo por sus objetivos y empeñoen buscar y poner los medios que hagan posible su realización.

2.- CUERPO Y ALMA DEL PROYECTO DE REVITALIZACIÓN

a) El “cuerpo del Proyecto”.- En el diseño del Proyecto, se pretendió “disponer de un cuerpo”, y poner en él un “alma”. El cuerpo quedó constituido por:= Unos objetivos a lograr, en plazos determinados.= Unas etapas, con objetivos y medios específicos, establecidas entre otras tantas Asambleas Generales de Superiores y representantes de las distintas circunscripciones.= Unos responsables o coordinadores del Proyecto a nivel continental y circunscripcional.= Unas reuniones crónicas, en cada circunscripción y unos documentos a estudiar y desarrollar.

b) El “alma” del Proyecto.- A ocho años de inicio del Proceso, creemos que el “cuerpo” ha funcionado. Más difíl de determinar es si, en efecto, hemos logrado poner “alma” en el mismo, a nivel de“todos”. Que significa “todos, pero cada uno; cada uno pero todos”. Y poner “alma” es conectar con el “Espíritu” de Cristo, razón de nuestro vivir como Religiosos, desde nuestro espíritu, que es entusiasmo,ilusión, empeño y compromiso.

c) Termómetro de nuestra esperanza.- A estas alturas del Proceso, es sano y conveniente tomarnos el pulso de nuestra tensión, y aplicarnos el termómetro de nuestras esperanzas:= ¿ Estamos logrando una significativa revitalización?= ¿ Hay visos de que, al fin, alcanceremos sus objetivos?= ¿Las generaciones venideras podrán referirse a este Proceso como a un hito relevante en la historia de la Orden en el Continente?= ¿Nos hemos dejado contagiar del “espíritu” del Proyecto, y nos hemos ido reduciendo a su solo “cuerpo”?

El termómetro de nuestra esperanza eres tú mismo. Porque el éxito del proyecto depende de “Todos” y sin ti, no hay “TODOS”!

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3.- EL CAMINO RECORRIDO Y POR RECORRER

a) Las etapas y objetivos ya cubiertos.- El Proyecto de Revitalización de la Orden en A.L., asumido en la Asamblea de Superiores Mayores de Conocoto, 1993, fué diseñado en tres Grandes Etapas, a realizar en un plazo de siete años, con un objetivo último así formulado:

-“Promover en la Iglesia, inmersa en la sociedad, un dinamismo de conversión y renovación permanentes, por el testimonio de santidad comunitaria de la Orden en A.L.”.

El contenido fundamental de las tres etapas corresponde al esquema clásico del VER-JUZGAR-ACTUAR.

=PRIMERA ETAPA: Años 1996-1999.- Se inicia en la Asamblea de Hipona, Moroleón, y concluye en la Asamblea de Lima. Bajo el lema “VER”, busca una toma de conciencia de nuestra realidad actualy de los desafíos que nos plantea el Mundo de Hoy, que constituyen “Signos del Espíritu”.

Su objetivo específico quedó formulado así:

“Redescubrimiento comunitario de la vocación y misión de la Orden en América Latina”.

Ha faltado, quizá, una evaluación precisa de hasta qué punto el objetivo fue logrado, aunque no es fácilmente mensurable. Cabe preguntarnos: = ¿Cómo hemos redefinido nuestra vocación y misión en A.L.?= ¿ En qué aspectos estamos realmente respondiendo a esa vocación y misión?= ¿ En qué otros aspectos no somos coherentes con las mismas?

b) La etapa en que nos encontramos.- Estamos finalizando la segunda etapa, bajo el lema “JUZGAR”. Pretende Concretar y definir cuál sería el “MODELO IDEAL” de Vida Agustiniana enLatinoamérica (con los submodelos correspondientes: pastoral parroquial, misionera, educativa, social, de comunicación, de formación y espiritualidad, de servicios eclesiales), que respondiera a los desafíos dela realidad en que vivimos.

= SEGUNDA ETAPA: Años 1999-2001.- Se inicia en la Asamblea de Lima y finalizará en la Asamblea de Bogotá.Su objetivo específico está formulado así:

“Definir la renovada forma de presencia de la Orden en la Iglesia de América Latina, reveladora de la fuerza profética del carisma agustiniano.

Esta etapa, que estamos ahora recorriendo, fue dividida en tres fases, con sus respectivos objetivos inmediatos:=Fase A: Profundizar el Proyecto Ideal de Vida Agustiniana en A. L.=Fase B: Revisar la Vida y Acción agustinianas , a la luz del Proyecto ideal.=Fase C: Definir el nuevo estilo de presencia agustiniana en A.L.

Y como medios, se han presentado a las comunidades NUEVE DOCUMENTOS guía, para el estudio y reflexión:

FASE A-1999

Elaboración Documento A: . Síntesis de los problemas de Vida y Acción apostólica de la circunscripción

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Elaboración Documento B.- Necesidades de los destinatarios

FASE B-2000

Elaboración Documento C: El Contorno de la vida y acción apostólica de la circunscripción

Elaboración Documento D: Una intuición inicial sobre posibles obras y servicios de la Espirituales circunscnpcion

Elaboración Documento E Marco teórico de la vida y actividad apostólica de la circunscripción.

Elaboración Documento F Puntos críticos de nuestra vida y actividad apostólica, en relación a los grandes temas de la Sociedad y de la Iglesia

FASE C-2001

Elaboración Documento G: . El Dinamismo Pascual del Proyecto Hipona en la circunscnpcion

Aprobar Documento H: Modelos Ideales de vida y actividad apostólica de la circunscnpcion.

Elaboración Documento I : Propuesta de la Acción Apostólica de la circunscripción

Nuevamente, los Ejercicios Espirituales son excelente oportunidad para para una mirada evaluativa:=¿ Estamos logrando esos objetivos?= ¿ Hemos perfilado realmente el “Modelo Ideal” de vida agustiniana que anhelamos?= ¿ Cómo te visualizas a ti mismo en el Proyecto: Empeñado, comprometido, despistado, confundido...?

Como en todo proceso, una etapa no debidamente cubierta, compromete la realización de la siguiente.

c) La etapa final pendiente.- A partir de la Asamblea de Bogotá (Junio-2001), iniciaremos la tercera y última etapa, bajo el lema “ACTUAR”. Es el momento de la revisión seria de nuestras Obras y de latoma de opciones concretas, en coherencia con las conclusiones de las dos etapas anteriores.

=TERCERA ETAPA: Años 2001-2003.- Su objetivo último se formula así:

“ Adecuar y aplicar el proyecto operativo a cada comunidad y circunscripción”.

De la Asamblea de Bogotá saldrá el documento-guia, con los medios y estrategias para alcanzar este objetivo. Y sobre todo, con las sugerencias para asumir nuevas opciones. Si hemos vivido todo elproceso, surgirán como consecuencia lógica y serán decisivas. De no ser así, a muchos quizá les tome de sorpresa y se inclinen, más bien por seguir con pequeños e inofensiovos “remiendos nuevos” al viejovestido.

Al avanzar en el Proceso, todos nos vamos enfrentando a un desafío-encrucijada, de cuya respuesta está pendiente el sentido mismo de nuestra vida agustiniana en el presente y en el futuro inmediato. Laconvicción latente generalizada es que, como estamos, no podremos continuar por mucho tiempo. Se requieren cambios significativos; tan significativos que no bastará ya “nuevo vino” en los “viejos odres”,sino que necesitaremos nuevos odres, para el nuevo espíritu que ha de animar nuestra vida y nuestra acción. Pretensión nada fácil, que requerirá nuestro entusiasmo, empeño y energías al 100%.

4.- ESPERANZAS Y TEMORES

Temores y riesgos no nos faltarán: Forman parte del proceso; de todo proceso de crecimiento. Necesitamos, para ello, un sano equilibrio entre idealismo y realismo. El realismo que nos hace tener los piesbien asentados en tierra, pero al mismo tiempo una gran capacidad de soñar. Del gran artista argentino, Facundo Cabral, uno de los representantes más claros de un humanismo abierto la trascendencia, citamoslos siguientes párrafos de su folleto titulado “AYER SOÑÉ QUE PODÍA Y HOY PUEDO”:

“El sueño es un instinto que nos lleva al triunfo (el sueño es una manera poética de la intuición). Hoy estamos donde soñamos. Yo estoy caminando en el mundo de ayer que soñé y cantando la canción que intuí. Cada

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cosa que vemos es el resultado del sueño de alguien, desde la Pietá de Miguel Ángel al Empire State de Manhattan, desde la Consagración de la Primavera de Stravinsky al Cadillac Seville, desde las máquinas fotográficasa las computadoras. Todo lo que tocamos fue un sueño, por eso nada más práctico y saludable que soñar, los grandes hombres son el fruto de sus grandes sueños, donde vieron hombres mejores en días mejores, donde imaginaron al pulmotory a la independencia del Individuo. Si dejamos morir a nuestros sueños seremos pobres, si los cuidamos y ponemos en práctica seremos ricos. El sueño nos hace salir a la calle con un sí en el medio del pecho, entoncesprovocamos lo mejor en cualquier parte. Pero un gran sueño sólo se cumple después de un gran sacrificio, aunque trabajar para un sueño siempre es una fiesta. El sueño es un regalo anticipado de la Vida, que en cada uno de ellos nos revela un poco de la gran verdad, la que nos lleva a un mundo luminoso que está aquí nomás, que alcanzamos cuando nos damos cuenta, por esoel primer mandamiento del hombre verdadero es darse cuenta. Sólo los caminos donde señorea el orden llevan al progreso, sólo el hombre agradecido es agraciado, y la gracia es la paz, eternamente luminosa (esa luzconfirmará nuestros mayores sueños). Al que hace lo que ama, la competencia no lo distrae de la Victoria. No hay nada más grande que tu sueño, al que sólo tú puedes alcanzar. El te llevará adonde nadie llegó, perorecuerda que no es suficiente hacer lo posible, es necesario hacer lo imposible. Prepárate para trabajar porque lo mucho exige mucho. No olvides lo que le pidió el Rey David, moribundo, a su hijo Salomón: Esfuérzate,anímate y levanta el templo que tanto soñé. Estar con los que uno debe estar es el primer dato de sabiduría. No pierdas tiempo con los que no comparten tu sueño, no te agotes tratando de convencerlos. Ganarás tiempo con los que no pierden su tiempo con la dudaque empobrece, los que prefieren la curiosidad que enriquece. Fácilmente serás alcohólico con los alcohólicos y sano con los sanos, fácilmente te atrasarás con los que protestan y crecerás con los que proponen, entoncesharás y aceptarás solamente lo mejor. Define tu sueño y limpia el camino para llegar a él. Si la base es sólida, alcanzarás la cima, pero ponle fecha a tu llegada, porque lo que no tiene fecha pactada no llega jamás . Hasta elcamino más largo comienza con un primer paso, pero cuida la escalera por la que subes porque por la misma escalera bajarás (no olvides que el final de la vida no es la cima de la montaña sino la paz del valle).Nada como descansar después de haber cumplido la tarea, de haber concretado tus mejores sueños, como quiere la vida, que te los acerca. Repetimos los errores del pasado constantemente, por ejemplo seguir trabajandoen lo que no amamos, es decir por obligación, por eso nos va mal hasta cuando nos va bien. Mientras tú dormías, la vida preparó las maravillas de este día: el Sol que estalla en tu ventana, la manzana que brilla en el árbol,el amor redondo que es esa naranja. Si todo es nuevo, ¿por qué no serlo tú también? Piensa que este mundo es un infierno y lo será; piensa que este mundo es parte del paraíso y lo será. La vida es un funeral o una fiesta,tú eliges. Cuando entiendes que lo que llamas problemas son lecciones, comienzas a vivir saludablemente. Entrégate a la vida, que siempre es generosa, confía en su sabiduría, no interrumpas con tu pequeña cabeza su grandiosatarea déjala hacer, ella sabe que hacer contigo, al fin y al cabo le perteneces. Goza el invierno que te da tanto como la primavera, aprende de los dolores, no escapes de la soledad Porque es un maestro que te enseñará aconocerte (la mayoría de los problemas del hombre radican en que no sabe quedarse quieto entre cuatro paredes). Yo amo a la soledad porque siempre puedo contar con ella, es mi mejor amiga porque, pase lo que pase yvaya donde vaya, siempre me espera en el cuarto del hotel. Ayer soñé que podía, y hoy puedo”.

XI.- CONSTRUYENDO ESPERANZA:

COMPROMISOS PUNTUALES

1.- IDEAS Y ENCARNACIÓN

a) Riqueza de ideas.- Los Religiosos somos excepcionalmente ricos en bellas ideas: Las manejamos a diario en nuestra meditación y oración, en la lectura bíblica, en las constantes runiones, encuentros yasambleas de todo tipo, en los numerosos libros que hemos leído, en conferencias, pláticas y homilías que escuchamos. El exponente de esta riqueza de ideas son los papeles: Estamos inundados de papeles,documentos y proyectos, la mayoría de los cuales en nada ha afectado a nuestras vidas. Si fueramos juzgados por las bellas ideas que hemos manejado, teníamos garantizada la santidad y por ende la salvación.

Sin embargo, ante Dios tal cúmulo de ideas quedará reducido a las que hayamos “encarnado” y convertido en vida propia. La calidad de nuestra vida va quedando definida por las OPCIONES que hemostomado y los COMPROMISOS que hemos llevado a cabo.

En unos Ejercicios manejamos también multitud de bellas ideas. Tantas que corremos el riesgo de que el bosque no nos deje ver el árbol. Queda siempre la cuestión: -De todo esto, ¿qué es lo que voy atomar particularmente en serio? ¿Qué compromisos concretos voy a asumir?

Nos apasionan las grandes cosas, los grandes proyectos. Sin embargo, la vida se entreteje de “detalles”. Y son los detalles, tomados en serio, los que nos hacen avanzar.

b) La difícil tarea de la encarnación.- Toda bella idea es un proyecto. Pero vale más un proyecto realizado, que mil en el papel, o en la cabeza. Las ideas no convertidas en vida, son burbuas de jabón quearrastra el viento y se deshacen.

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La encarnación de las ideas implica concetar: :

✦ El “qué”.- Qué objetivo me propongo. Qué es lo que, ante todo, necesito. Cuales son mis prioridades. La definición de objetivos está inspirada en aquellos aspectos de mi vida en que reconozco ser másdeficiente, y necesito superar.

✦ El “cómo”.- No basta hacer un propósito abstracto. Es necesario precisar los medios que voy a utilizar para lograr el objetivo.

✦ El “cuándo”.- Debo establecerme plazos y fijar una autoevaluación crónica.

✦ El “quién”.- Cuando se trata de compromisos o proyectos comunitarios, frecuentemente no se trata de que los realicen todos, sino algunos al servicio de la comunidad. En tal caso, ha de concretarse quiéno quiénes se hacen responsables.

2.- OPCIONES Y PROYECTO PERSONAL DE VIDA

Los compromisos puntuales adquieren su significado y su fuerza cuando existe un Proyecto Personal de Vida. Este implica un conocimiento profundo de sí mismo, de los puntos fuertes y de los débiles, delo que soy y de lo que aspiro a ser y quiero ser. Pues el Proyecto Personal busca desarrollar los propios dones y superar gradualmente las propias deficiencias.

3.- OPCIONES Y PROYECTO COMUNITARIO DE VIDA

Es prácitca común, en las comunidades religiosas - no en todas-, la elaboración, al comienzo de cada año, del Proyecto Comunitario, con la coparticipación de todos. Se trata de definir los objetivosconcretos para ese año, concretar compromisos, establecer el horario cotidiano y el calendario de actividades, reservando los espacios necesarios para la vida comunitaria y para la celebración del capítulo local.

El Proyecto Comunitario evita la rutina y la dispersión y mantiene la tensión de todos hacia las metas del vivir comunitario.

5.- EJERCICIOS ESPIRITUALES Y OPCIONES

a) La tensión hacia Dios.- Objetivo importante de los Ejercicios Espirituales es “medirnos la tensión”; la espiritual, se entiende. San Agustín propuso, como objetivo fundamental del vivir en comunidad,el “vivir unánimes, con un alma sola y un solo corazón , en tensión hacia Dios”.

Existe saludable tensión, cuando mantenemos la capacidad, disposición y entusiasmo de trazarnos nuevos y cada vez más altos objetivos; esta tensión mantiene nuestra vida en gráfica siempre ascendente;si la tensión se baja, nuestra vida empieza a discurrir en círculo, en eterna rutina.

b) Tres compromisos puntuales.- Es costumbre frecuente en las comunidades religiosas, renovar sus votos durante los Ejercicios. Saludable costumbre. Sin embargo, también podemos pronunciar nuestrarenovación de votos, sin mayor compromiso. Como una fórmula más.

Sugiero, por ello, que cada uno adjunte a esa renovación de votos, tres compromisos puntuales concretos, en orden al mejoramiento personal. Cada comunidad puede hacer lo mismo, en orden almejoramiento de la vida comunitaria, reuniéndose para concretarlos. Los tres compromisos más coincidentes en todas las comunidades, pasarían a completar la fórmula de renovación de votos.

Esos compromisos puntuales han de tener algunas características:

1) Concretos: No se trata de propósitos genéricos: mejorar la calidad de nuestra relación; ser más comunitarios; mayor cercanía, aprecio y valoración entre los hermanos; ser más hombres de oración, etc.;

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sino puntuales: Elaborar, en el comienzo de cada año, el proyecto comunitario; fidelidad al capítulo conventual mensual, compartir la oración en determinadas horas; reservarse un día semanal, quincenal, omensual para la convivencia comunitaria (“dia sabático”), hacer una reunión mensual o bimensual de evaluación de nuestras actividades y proyectos, etc.

2) Con plazos precisos: Un compromiso puntual debe dejar en claro el cuándo y el cómo se va a realizar.

3) Con responsables determinados: Hay compromisos comunitarios que no pueden dejarse simplemente a la responsabilidad de “todos”: Alguno o algunos deben prepararlos o urgirlos.

4.- TAREA PERSONAL Y POR COMUNIDADES

A continuación proponemos una tarea a realizar en dos tiempos:

a) Reflexión personal.- En media hora de silencio personal, cada uno reflexiona y anota sobre estas dos cuestiones:= A la vista de tus deficiencias personales, ¿cuáles habrían de ser las tres opciones concretas que deberías tomar personalmente?= A la vista de las deficiencias más notables de tu comunidad, ¿qué tres opciones puntuales serían más urgentes?

b) Reunión por comunidades.- Cada comunidad comparte cuáles son las tres opciones más urgentes para la comunidad, y se ponen de acuerdo para elegir las tres que creen deben asumir. Las anotan y entregan al que seleccionará las tres más coincidentes entre todas las comunidades, para añadirlas a la Renovación de votos y compromisos.

APÉNDICES

APÉNDICE A: ACTO PENITENCIAL

1.- Lecturas de la Palabra: = 1ª lectura: 1Pe.3, 13-17= Texto agustiniano:

La esperanza “dejará de existir cuando se ha presente la realidad esperada. También la esperanza es necesaria durante la peregrinación; es ella la que nos consuela en el camino. El viandante que sefatiga en el camino, soporta la fatiga porque espera llegar a la meta. Quítale la esperanza de llegar, y al instante se quebrarán sus fuerzas. Por ello, también la esperanza en el tiempo presente forma parte de lajusticia de nuestra peregrinación. Escucha al mismo Apóstol: <Mientras esperamos la adopción, gemimos todavía en nuestro interior>. Donde hay gemidos no se puede hablar de aquella felicidad de la quedice la Escritura: <Pasó la fatiga y el llanto>. Por lo tanto, dice, <gemimos todavía en nuestro interior, mientras esperamos la adopción, la redención de nuestro cuerpo>. Gemimos todavía, ¿por qué? <Hemos

sido salvados en esperanza. La esperanza que se ve no es esperanza. Si alguien ve, ¿cómo puede esperarlo? Si, en cambio, esperamos, esperamos lo que no vemos, por la paciencia lo esperamos .>. Por sta

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paciencia fueron coronados los mártires; deseaban lo que no veían y despreciaban los sufrimientos. Fundados en esta esperanza decían: <¿ Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación? ¿La

angustia? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿La espada? Porque por ti...>. ¿Dónde está el por quién? <Porque por ti vamos a la muerte cada día>. Por ti. ¿Y dónde está: <Dichosos quienes no

vieron y creyeron?> Miran dónde está: está en ti, pues en ti está tu misma fe...” (Serm. 158, 8).

= Evangelio: Jn. 3, 1-8.

2.- Breve homilía en torno a la Palabra.

3.- Meditación penitencial: Un lector proclama los siguientes textos de la Palabra, dejando unos breves momentos de silencio, para la reflexión personal, después de cada uno:

Lector: Revisemos nuestra vida a la luz de la Palabra:

Fe

1. “Examínense ustedes: ¿Están actuando de acuerdo con la fe? Pruébense ustedes mismos: ¿Pueden decir que Cristo está en ustedes? Si no, no son cristianos aprobados” (2Cor. 13, 5).

2. “Todo es posible para el que tiene fe” (Mc. 9, 23).

3. “La fe es el soporte de lo que esperamos” (Heb. 11, 1).

Esperanza

4.- “Perseverar en la esperanza es lo que nos salva. Pero ver lo que se espera ya no es esperar” (Rom. 8, 24).

5. “Estad siempre preparados para dar razón de vuestra esperanza” (1Pe. 3, 15).

6. “La creación entera espera, anhelante, la manifestación de los hijos de Dios” (Rom. 8, 19).

Caridad

7. “Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn. 15,12).

8. “Si tuviera fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy” (1Cor. 13, 2).

9. “Ahora tenemos la fe, la esperanza y el amor: los tres. Pero el mayor de los tres es el amor” (1Cor. 13, 13).“ El amor nunca pasará” (1Cor. 13, 8).

Prudencia

10. “Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas”.- Mt. 10,16.

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11. “Examinadlo todo y quedaos con lo bueno”.- 1Tes.5,21.

Justicia

12. “Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos”.- Mt. 5, 20.

13. “Aprendan lo que significa esta Palabra: <Misericordia quiero, y no sacrificio>”.- Mt. 9, 13.

Fortaleza

14. ”Dios no nos dió un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de amor y de buen juicio”.- 2Tim. 1,7.

15. “Permanezcan firmes, sin dejarse impresionar. Progresen siempre en la obra del Señor, sabiendo que con El nuestras penas no serán en vano”.- 1Cor. 15, 58.

Templanza

16. ”Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres”.- Filip. 4,5

17. “Pongan todo empeño en añadir a su fe la fortaleza; a la fortaleza el conocimiento; al conocimiento la templanza; a la templanza la constancia; a la constancia la piedad; a la piedad el amor fraterno; y alamor fraterno la caridad”.- 2Pe. 1,5.

* Canto penitencial

4.- Preces penitenciales

Sacerdote: Oremos a Dios, Padre de todo consuelo, para que para que bendiga nuestros anhelos de renovación y nos llene del Espíritu de su Hijo, Jesucristo.

Lector:

1.- Maestro Bueno, Tú que con tu palabra estimulaste nuestra esperanza: <“No temáis, Yo he vencido al mundo>”: Ayuda a nuestra fe, ilumina nuestra esperanza y aviva nuestra caridad.

Todos: Danos, Señor, un Espíritu Nuevo.

2.- Tú que nos apremias a “nacer de nuevo: del agua y del Espíritu”: Suscita en nosotros el espíritu de penitencia, purificación y reconciliación, y contágianos de tu mismo Espíritu.

3.- Tú que supiste comprender y perdonar las deficiencias y debilidades de tus Apóstoles: Perdona también nuestras flaquezas, y haznos humanos y comprensivos con las de los que nos rodean.

4.- Tú que quisiste <estar con nosotros hasta el fin del mundo>, por la acción constante de tu Espíritu en nuestras vidas y en la historia: Ayúdanos a poner en Ti nuestra esperanza, y a sintonizar siempre con losapremios y llamadas de tu Espíritu.

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5.- Tú que oraste al Padre para que “Todos sean uno, como Tú y Yo somos Uno”: Ayuda a tu Iglesia, a la Vida Religiosa, a nuestra Orden Agustiniana, a ser testimonio de comunión entre los hombres, para quetodos los hombres podamos, por fin, constituir la sola y única familia de los hijos de Dios.

6.- Tú que viviste como pobre, amaste a los pobres y los proclamaste los bienaventurados del Reino: bendice a los pobres de nuestro continente latinoamericano, y haznos solidarios con ellos y comprometidosen la causa de su liberación.

7.- Tú que que nos animas a la confianza filial: <“No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre se ha complacido en daros el Reino>”: Ayuda a nuestras comunidades agustinianas a renovarse según tucorazón, y a poner su gozo y esperanza en Ti.

*Los participantes pueden añadir otras peticiones.

5.- Invocación de reconciliación del sacerdote.- Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.- Amen.

6.- Expresión compartida de paz y reconciliación.

*Canto de acción de gracias

APÉNDICE B: CELEBRACIONES EUCARÍSTICAS.

Durante los Ejercicios es recomendable centrar cada una de sus Eucaristías en la celebración de un valor evangélico, en consonancia con el temario. A modo de pauta proponemos los siguientes:

1.- Primer Dia: Celebración de la Fe.Lecturas: - 1Cor. 2, 1-10.

-Mt. 8, 18-22.

2.- Segundo Día: Celebracion de la EsperanzaLecturas: -2Pedro, 8- 14.

- Jn. 16, 1-13.

3.- Tercer Día: Celebración de la CaridadLecturas: - 1Cor.13, 1-13; o 1Jn. 4, 7-12.

- Jn. 13, 33-35.

4.- Cuarto Día: Celebración del PerdónLecturas: - 2Cor. 2, 5-11.

-Lc. 15, 11-32; o Mt. 6, 9-15.

5.- Quinto Día: Celebración del Compromiso.Lecturas: - Sant. 2, 14-19.

-Mt. 7, 1-27; o Jn. 12, 11-15.

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APÉNDICE C: RENOVACIÓN DE VOTOS Y COMPROMISOS

Es bueno finalizar los Ejercicios con una renovación de los votos evangélicos. Sin embargo, la vivencia real de la Vida Consagrada y de los votos mismos exige compromisos concretos, que con frecuencia descuidamos. Por ello, junto a la renovación de los tresvotos, será importante asumir tres compromisos puntuales y concretos, que respondan a las deficiencias comunitariamente reconocidas. Cada comunidad puede presentar los tres compromisos puntuales que juzga más apremiantes en el dinamismo comunitario, yse seleccionan para la renovación los tres más coincidentes para toda la circunscripción.

FÓRMULA DE RENOVACIÓN

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo,

yo, fray_____________________________, renuevo de todo corazón mi consagración como religioso agustino, ante Dios, ante la Iglesia y ante mis hermanos.

Por tanto, renuevo mis votos de pobreza, castidad y obediencia según la Regla y en la Orden de San Agustín, para buscar a Dios y servir a la Iglesia íntima y concordemente con los hermanos en comunión de viday de bienes.

Renuevo mi compromiso de compartir todo lo que tengo y lo que soy con la comunidad; y de dedicarme a buscar con mis hermanos la voluntad de Dios, a amarle a El y a los hermanos con todo mi ser.

Doy gracias a Dios por los dones que me ha otorgado, por los de mis hermanos en comunidad, y por la convivencia y amor fraterno que compartimos como signo profética en el mundo.

Pido perdón por mis deficiencias y limitaciones, como también a todos los que han sufrido a consecuencia de mis debilidades y por mi falta de correspondencia.

Y para dar pasos efectivos hacia la utopía a la que estamos llamados, asumo con mis hermanos los siguientes compromisos concretos:

1.-

2.-

3.-

Suplico la intercesión de San Agustín y de nuestra Madre de Buen Consejo para poder seguir creciendo en fidelidad al Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos.- Amén.

APÉNDICE D.- TEMAS COMPLEMENTARIOS

O ALTERNATIVOS

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1.- LA ESPERANZA EN LA ESPIRITUALIDAD AGUSTINIANA

(Dimensión histórica)

No sólo en la espiritualidad agustiniana, sino en la revelación bíblica -y por lo tanto en la teología y la vida cristiana- la esperanza es una realidad comunitaria e histórica, no simplemente individual yabstracta. Se trata de una esperanza encarnada en un pueblo, el de Israel en el A. Testamento y la Iglesia pueblo de Dios en el N. Testamento. Más aún, ambos pueblos son depositarios de una promesa desalvación que les supera, que en realidad tiene como destinatario último a toda la humanidad.

En la S. Escritura, el REINO DE DIOS es la formulación concreta de esta esperanza: anunciado por los profetas, realizado en Jesucristo, recibido como misión por la Iglesia. Desde Pablo VI, se hablaen el mismo sentido y de forma aún más actual y concreta de la CIVILIZACIÓN DEL AMOR, basada por supuesto en los valores del Reino (amor y paz, justicia, verdad, libertad). En el vocabularioagustiniano, LA CIUDAD DE DIOS expresa sin duda la dimensión histórica de la esperanza cristiana, bajo la imagen de la ciudad peregrina "entre los problemas del mundo y el consuelo de Dios", que anhela"la paz eterna y perfecta" y que lucha en este mundo para que el amor a Dios y por Él al prójimo triunfe sobre el egoísmo del amor propio. Nos centraremos por eso en "La ciudad de Dios" para analizar ladimensión histórica intraeclesial y social de la esperanza: la ciudad peregrina y la búsqueda de la justicia y la paz.

La ciudad peregrina Es seguramente el modo más exacto de definir a la Iglesia según el pensamiento agustiniano, especialmente en su hora de madurez de "La ciudad de Dios". La Iglesia es el pueblo de Dios peregrino en

la historia, junto a toda la humanidad, insatisfecha de su situación actual y anhelando la consumación escatológica. Y es precisamente la esperanza quien sostiene e impulsa la peregrinación de la Iglesia.

En este mundo, mientras peregrina, la Iglesia debe luchar especialmente contra los enemigos que la persiguen y atacan desde fuera, contra los herejes que la desgarran desde dentro, y por supuestocontra el pecado que se opone al Reino de Dios que ella quiere anunciar y construir (cfr. CD 15,15,1; 18, 51,1-2; 15,6). De algún modo, la Iglesia está así "como cautiva" en este mundo, navegando en el marturbulento y proceloso de la historia (ib. 19,17; 20,16). Es una Iglesia exiliada, caminante, peregrina .

¿Es pesimista entonces la visión agustiniana de la realidad? No, es auténtica, pero debe ser completada -como de hecho Agustín lo hace en "La ciudad de Dios"- con la otra cara de la moneda: el triunfosobre el mal, la consumación escatológica que marcará el final feliz de su dura peregrinación. Será entonces la Iglesia gloriosa, en la Patria, feliz en la posesión de Dios y gozando de la paz perfecta parasiempre (cfr. ib.5,16; 19,11).

La ciudad de Dios nace de la fe y vive de ella. Por eso peregrina. Pero esta fe es todavía algo oscuro e imperfecto. Necesita por lo tanto de una "compañera" que la mantenga y vigorice, y la encuentraen la esperanza: "La esperanza es compañera de la fe. La esperanza es necesaria mientras no vemos lo que creemos" (Serm 53,11).

Por eso, si la Ciudad vive de la fe, es en cuanto esta fe es un prerrequisito indispensable para la esperanza y forma un todo con ella. La expresión completa y perfecta para Agustín es " vivir en laesperanza", porque la esperanza implica la fe, pero esta se ordena a aquella. Y ambas se consuman en el amor.

La ciudad de Dios vive "en la esperanza", peregrina vivificada y esencialmente animada por la esperanza de la felicidad futura. La esperanza la nutre, fortalece y consuela, hace posible y lógica superegrinación (Serm 255,5): " La esperanza es necesaria en la peregrinación, ella es el consuelo en el camino. El caminante tolera el sufrimiento y el esfuerzo del camino porque espera llegar a la meta. Quítalela esperanza de llegar y de inmediato carecerá de fuerzas para caminar" ( Serm. 158,8).

Pero esta esperanza no es algo utópico y etéreo. Es firme y ciertísima, porque se apoya en la misma resurrección de Cristo, en quien la felicidad y triunfo escatológico de la Iglesia son ya una realidadinconmovible a la que nos acercamos a pasos agigantados (cfr. CD 15, 18-19).

Por eso la esperanza ciertísima -y la paciencia en ella- hace que, aún en medio de "este valle de debilidad y miseria" (CD 19,10), la Ciudad peregrina viva gozosa e incluso ya feliz. En la "Iglesiagozosa sólo en la esperanza" (CD 18,49), los ciudadanos viven "gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación (CD 18,32). El que espera con certeza, en efecto, puede considerarse ya feliz en laesperanza (ib. 19,20). Ahora ya estamos salvados, aunque todavía peregrinamos. He aquí el misterio profundo y consolador de la esperanza cristiana, que inunda de felicidad nuestro caminar hacia la Patria.

Sin fe y esperanza, no puede existir el amor. Sin ellas, en consecuencia, tampoco es posible la "peregrinación" de la Iglesia, ni siquiera la existencia de la ciudad de Dios. Porque ésta debe elegir segúnAgustín entre los términos de este dilema: o vivir "de la fe y en la esperanza" o confundirse con la ciudad terrena. Esta es la vital importancia que reviste el binomio fe-esperanza en la escatología eclesiológica

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de La Ciudad de Dios.

Una Iglesia peregrina es, pues, una Iglesia insatisfecha pero esperanzada; consciente de su debilidad pero confiando en el Señor; abierta y mirando siempre hacia delante; comprometida con laconstrucción del Reino en la historia; fuerte y alegre frente a las dificultades de su misión profética... Así soñaba san Agustín a la Iglesia, y en términos similares se expresaron los Obispos de América Latina enPuebla, al hablar de la Iglesia como pueblo peregrino, que camina hacia una meta aún no alcanzada; Iglesia histórica que cambia necesariamente, aunque no en lo esencial; de creyentes peregrinos y testigos,

que asumen con esperanza en el Señor el riesgo y la inseguridad que implica la peregrinación (cfr. Doc. de Puebla, 254-66).

La justicia y la pazLa justicia y la paz son temas frecuentes en el pensamiento agustiniano. En su dimensión social y política, Agustín trata de ellos especialmente en "La Ciudad de Dios", la gran obra de su madurez, en

la que además de esbozar una filosofía y una teología de la historia aporta una visión profundamente crítica del Imperio romano.

Un significativo texto de La Ciudad de Dios, muy conocido, es sin duda la mejor forma de acercarnos a la reflexión agustiniana sobre la justicia (CD 4,4). Argumentando San Agustín que el Imperioromano no fue nunca una verdadera república -diríamos hoy un "estado de derecho"- porque no hubo nunca en él auténtica justicia, refiere la anécdota del encuentro de Alejandro Magno con un pirataderrotado por él: " Si de los gobiernos quitamos la justicia, ¿en qué se convierten sino en bandas de ladrones a gran escala? Y estas bandas, ¿qué son sino reinos en pequeño? Son un grupo de hombres, se rigenpor un jefe, se comprometen en pacto mutuo, reparten el botín según la ley por ellos aceptada. Supongamos que a esta cuadrilla se les van sumando nuevos grupos de bandidos y llega a crecer hasta ocuparposiciones, establecer cuarteles, tomar ciudades y someter pueblos: abiertamente se autodenominan reino, título que a todas luces le confiere no la ambición depuesta, sino la impunidad lograda. Con todafinura y profundidad le respondió al célebre Alejandro Magno un pirata caído prisionero. El rey en persona le preguntó: ¿Qué te parece tener el mar sometido al pillaje? Lo mismo que a ti, respondió, el tener elmundo entero. Sólo que a mí, como trabajo con una ruin galera, me llaman bandido, y a ti, por hacerlo con toda una flota, te llaman emperador".

Una reflexión valiosa y actual, capaz de suscitar serios interrogantes sobre el origen y la legitimidad del poder, la hegemonía de las grandes naciones y los imperialismos, las relaciones internacionalesentre pueblos y bloques políticos. Pero que, sobre todo, deja clara la importancia y la centralidad de la justicia en el concepto agustiniano de sociedad y su necesidad para que las estructuras políticas seanlegítimas: "Porque donde no hay justicia, no puede existir tampoco ningún derecho… Y no podemos llamar derecho ni tenerlo como tal a las injustas determinaciones de los hombres… Si el Estado ( res

publica ) es la empresa del pueblo, y no hay pueblo que no esté asociado en aceptación de un derecho, y tampoco hay derecho donde no existe justicia alguna, la conclusión inevitable es que donde no hayjusticia no hay Estado" (CD 19,21,1).

Son palabras textuales y tajantes de Agustín, comentando el pensamiento de Cicerón y partiendo explícitamente de la definición clásica de justicia : virtud que da a cada uno lo suyo. Una definición queestá profundamente ligada al tema del respeto a los derechos humanos y de la caridad cristiana, como de hecho Agustín subrayará y explicará con frecuencia -no sólo desde el derecho romano, sino desde la fe-en su predicación, al referirse a la justicia como una de las cuatro virtudes necesarias para la vida: "aquella por la cual damos a cada uno lo suyo, sin deber a nadie nada y amando a todos" (Com al s. 83,11).

Tampoco es preciso insistir demasiado en el privilegiado lugar que el rico concepto de paz ocupa en La Ciudad de Dios y en todo el pensamiento agustiniano. Aunque Agustín, como todos los grandesgenios, no es precisamente un sistematizador, sí organiza su vida y su pensamiento en torno a algunos principios fundamentales, pocos pero de una gran riqueza y profundidad. Y uno de estos principios ovalores clave es, sin duda el de la paz, tal y como se expone en el libro XIX de La Ciudad de Dios.

Comienza Agustín su tratado sobre la paz con un planteamiento general del problema del fin humano o el sentido de la vida: lograr la "felicidad" o el "sumo bien", anhelo común a todos los sereshumanos: ¡no hay nadie que no quiera ser feliz! Pero cada uno señala diversos medios o caminos para conseguir este deseo común. Y, tras analizar críticamente las distintas soluciones al problema del sentidode la vida o búsqueda de la felicidad de las principales escuelas filosóficas ( epicúreos, estoicos, cínicos, académicos, etc.), llega Agustín a una doble conclusión. En primer lugar, que la felicidad auténtica esimposible de alcanzar en este mundo y a nivel puramente terreno, es trascendente. Y en segundo lugar, que la auténtica felicidad que todas las personas y los pueblos buscan, consiste en la paz : ¡tampoco haynadie que no desee la paz!, pues incluso los que hacen la guerra luchan para conseguir la paz!…

Por supuesto, el concepto agustiniano de paz no se identifica con la simple ausencia de guerra. Es una realidad mucho más profunda, definida como la tranquilitas ordinis (la tranquilidad del orden), ysiendo el orden "la distribución de los seres iguales y diversos, asignándole a cada uno su lugar" (CD 19,13,1). En este sentido, la paz se realiza a diversos niveles, tanto en lo personal como en lo social: "La

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paz del cuerpo es el orden armonioso de sus partes. La paz del alma racional es el acuerdo ordenado entre pensamiento y acción. La paz entre el alma y el cuerpo es el orden de la vida y la salud en el serviviente. La paz del hombre mortal con Dios es la obediencia bien ordenada según la fe bajo la ley eterna. La paz entre los hombres es la concordia bien ordenada. La paz doméstica es la concordia bienordenada en el mandar y en el obedecer de los que conviven juntos. La paz de una ciudad es la concordia bien ordenada en el gobierno y en la obediencia de sus ciudadanos. La paz de la ciudad celeste es lasociedad perfectamente ordenada y perfectamente armoniosa en el gozar de Dios y en el mutuo gozo en Dios".

Aunque desde luego para Agustín la paz auténtica y definitiva es trascendente, mientras que aquí en la ciudad terrena la paz será siempre relativa y ambigua, esto no significa de ningún modo que elcreyente desprecie la paz terrena e histórica: la necesita, la valora y la construye. De hecho, Agustín analiza detenidamente la naturaleza de los cuatro niveles de sociabilidad humana descritos por los filósofos:la casa, la ciudad, el mundo y el universo espiritual. Y destaca siempre la exigencia de "tranquilidad", "armonía", "concordia", "orden", "correcta distribución", para que en cada uno de los niveles pueda existirla paz.

Algo que rompe directamente la injusticia, siempre creadora de desorden. La justicia, el orden justo, es una condición necesaria para toda sociedad que desea conseguir la paz. El abuso de los bienescreados, el afán de dominar a los demás y la búsqueda de intereses individuales por encima del bien común, hacen imposible por eso la ordenada concordia y el orden armonioso que supone la paz. Unavisión agustiniana de la realidad histórica que pareciera como escrita con los ojos puestos en la realidad de América Latina, y que desde luego tiene mucho que ver con las esperanzas y desesperanzas denuestros pueblos.

Cuando los católicos de América Latina proclaman en sus documentos eclesiales y cantan en sus celebraciones litúrgicas que "la paz es fruto de la justicia", están pues en plena sintonía con elpensamiento agustiniano y con la visión de la Iglesia que el ya anciano obispo Agustín tenía al escribir los últimos libros de La Ciudad de Dios : una ciudad extranjera, peregrina en este mundo, caminando enla esperanza de la paz perfecta y futura, pero comprometida también con la justicia y la paz social e histórica que comparte con toda la humanidad en este mundo. "En su caminar según la fe por país extranjerotiene ya esta paz, y guiada por la fe vive con justicia cuando todas sus acciones para con Dios y el prójimo las ordena al logro de aquella paz, ya que la vida ciudadana es, por supuesto, una vida social" (CD19,17).

Agustinos en la Iglesia para el mundo de hoy El Documento, así titulado, del Capítulo General intermedio de 1998 habla precisamente de "La ciudad de Dios" como un himno a la esperanza escatológica (cfr. n. 25). Es decir, como la afirmación

de una sociedad con futuro y de la presencia y acción de Dios en la historia, acompañando "con entrañas de padre y madre" nuestra peregrinación. No podemos entonces -en frase de Juan XXIII- estar deacuerdo con los "falsos profetas de calamidades" que piensan que el mundo va cada vez peor: más allá de los aspectos negativos, el mundo de hoy presentan rasgos positivos que llaman a la esperanza, porejemplo: "el surgir de una nueva espiritualidad, la democratización del poder, el pluralismo, una ética común, el puente fe-cultura, el cuidado de la naturaleza…".

Incluso pareciera que en nuestro mundo se percibe un cierto "rumor agustiniano", identificable en la búsqueda de paz y justicia, de sentido de la vida, de relaciones humanas profundas, de participacióny democracia, de globalización y solidaridad (ib. 1)

Es posible entonces el diálogo entre el mensaje agustiniano y el mundo moderno, con tal de que sepamos asumir el profetismo de nuestra vida: encarnar con fuerza y claridad los valores agustinianosque pueden ofrecer un mensaje real de esperanza a nuestra cultura (interioridad, comunidad, amistad, comunión de bienes espirituales y materiales, compromiso inequívoco con la solidaridad y con la justiciay la paz). Es el gran reto para, viviendo así en la práctica y no sólo en teoría, ofrecer con gestos concretos "el rostro misericordioso del Jesucristo del amor y la esperanza" (ib. 8).

Una oferta que -por otra parte y con un talante también muy agustiniano- no podemos pretender siempre que sea necesariamente RESPUESTA que se acepte como válida, pero sí al menos unaPREGUNTA cuestionadora e interpelante sobré dónde y cómo cifrar la esperanza. Una intuición muy valiosa en este sentido, que se encuentra en el Informe CELAM 2000 ( El Tercer Milenio como desafío

pastoral, nn.247-255): .. El Evangelio como pregunta

1. En la acción evangelizadora se suele presentar a la Persona de Jesús como la respuesta frente a los desafíos que plantea la actual sociedad y los anhelos más profundos del hombre y de la mujer de nuestrosdías. Sin embargo, muchas veces somos testigos que esta respuesta cae en el vacío, mientras que otras veces resulta totalmente irrelevante. ¿Por qué?

2. Vale la pena preguntarse si en el contexto de nuestra sociedad la persona de Jesús constituye una respuesta o más bien una pregunta. 3. Una respuesta es válida en cuanto se mueve en el mismo nivel y en el mismo contexto epistemológico de la pregunta. Pero cuando la pregunta trae una comprensión diferente del contexto en el cual se plantea

la respuesta, entonces resulta evidente que para el oyente la respuesta del interlocutor resulta incomprensible y hasta irrelevante.

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4. Así, a título de ejemplo, si la sociedad actual plantea como ideal de vida el éxito (como expresión máxima de autorealización individual) y nuestra respuesta evangelizadora es la Persona de Jesús, es totalmentecomprensible que nuestra respuesta no satisface al oyente. La sociedad entiende por la palabra éxito una categoría en términos de posesión (tener dinero, tener fama, tener belleza, tener poder, …), es decir, esun éxito en términos del "tener" que implica una comprensión antropológica de la vida en el horizonte existencial del tener para ser.

5. Ahora bien, en este contexto, es totalmente evidente que la Persona de Jesús no constituye ninguna respuesta porque Jesús es la contradicción de esta manera de pensar. En el Evangelio el éxito se entiende entérminos de servicio: soy más cristiano en cuanto crezco en el amor hacia el otro porque la ley del discípulo de Jesús es Aménse los unos a los otros como Yo les he amado. En otras palabras, mientras la

sociedad entiende el éxito a partir de un referente egocéntrico (autorealización individual), el Evangelio lo comprende a partir de uno altruista (auto-realización en la auto-trascendencia). 6. Entonces, en este contexto de dos mentalidades distintas (la sociedad y el Evangelio), la acción de la evangelización es más bien la de preguntar, poniendo en duda la respuesta de la sociedad sobre la auténtica

realización de la persona humana. ¿Para el hombre y la mujer, de verdad consiste el éxito más profundo en tener más cosas (dinero, fama, belleza, poder, …)? 7. En este sentido el anuncio de la Persona de Jesús resulta ser una pregunta más que una respuesta a la sociedad actual, porque invierte su orden valórico. ¿No es esta la razón por la cual el Evangelio comienza

con un desafío a convertirse? Se nos dice que Jesús proclama la Buena Nueva con las palabras El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértanse y crean en la Buena Nueva 8. La conversión consiste en entender y actuar de manera distinta (metanoía); sólo entonces es posible acercarse a la Persona de Jesús y comprender de alguna manera su mensaje. Nuestra misión es anunciar esta

Buena Nueva mediante nuestro testimonio concreto y diario; un testimonio que cuestiona profundamente lo que la sociedad establece como lo normal. Esta es la revolución de la fe: hay otra manera de pensar yexiste otro modo de proceder cuya fuente es el Evangelio. Este es nuestro mensaje para la sociedad de nuestros tiempos.

9. Evangelizar es cuestionar la pregunta de la sociedad y no imponer la propia respuesta que le resulta ajena. Evangelizar es cambiar la pregunta de la sociedad e invitar a entrar en el misterio de nuestra respuesta,porque - después de todo - nuestra respuesta es el misterio de la Persona de Jesús.

Para la reflexión

1.- En nuestra forma de entender la Iglesia, ¿está realmente presente su carácter peregrino o más bien pensamos en ella como algo estático y al margen de los cambios?2.- ¿Se puede decir realmente que nuestras comunidades comparten "los gozos y esperanzas" de la humanidad actual? ¿Cómo y por qué?3.- ¿Qué podemos hacer para que nuestra vida sea realmente un signo profético de esperanza? (Señalar dos o tres compromisos concretos)4.- ¿Cómo podemos evaluar el compromiso de nuestra circunscripción con la causa de la justicia y la paz? ¿Y cómo funciona la Comisión de Justicia y Paz?

2.- LA ESPERANZA ACTIVA

Una curiosa cuestión de vocabulario puede servirnos de introducción. Llama poderosamente la atención que nuestro idioma -tan rico en sinónimos y capacidad de expresión- muestre una notablelimitación y pobreza en torno a la palabra esperanza. Mientras que en otros idiomas "esperar" se expresa con verbos distintos según los matices ( to wait / to hope en inglés; attendre / espèrer en francés, porejemplo), no es tan clara la distinción en español. "Yo espero" se usa igual para la esperanza puramente pasiva (quien espera no tiene que hacer nada, yo espero el autobús o que llegue el domingo…) como parala esperanza activa, que implica compromiso, algo o mucho que hacer (yo espero ser feliz o terminar mis estudios).

La cuestión, por supuesto, no es sólo de vocabulario: implica formas muy distintas de entender la esperanza, tanto desde el punto de vista antropológico como teológico. La esperanza humana es activa,dinámica, implica compromiso y esfuerzo, actuación positiva. ¡Y mucho más la esperanza cristiana! A no ser que se acepte el concepto pasivo y alienante de esperanza que es objeto de la crítica marxista de lareligión: esperar, sin hacer nada, que Dios actúe o la justicia llegue "en el otro mundo"…

Nada de esto es aceptable desde la sana teología, ni desde la espiritualidad agustiniana. En esta última, es evidente que el peregrino/caminante no puede permanecer pasivamente sentado si quiere llegara la meta de su esperanza. Y en la teología católica es también evidente que la esperanza cristiana no se refiere sólo al más allá. La salvación/liberación cristiana es escatológica, pero también histórica: tiene suplenitud en el más allá, pero está ya presente en el mundo y supone lucha y trabajo. Así se entiende y expresa en el N.Testamento el Reino de Dios como proyecto de Jesús. Los valores del Reino se siembran y

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crecen ya en este mundo, y esa es la misión del cristiano, así continúa la Iglesia la obra de Jesús. La esperanza cristiana, pues, no se agota en este mundo, pero sí alimenta e impulsa el compromiso real, activo e

histórico por un mundo mejor. De lo contrario, los cristianos serían estériles e inútiles para defender los derechos humanos y colaborar con el plan de Dios.

Teología de la esperanzaEn este sentido, y especialmente a partir del Vaticano II, la verdadera secularización (afirmación de los valores humanos y las realidades temporales sin negar la trascendencia) ha dado paso a la

llamada “teología política” y, sobre todo, a la “teología de la esperanza”. Secularización y primado del futuro-esperanza deben ir de la mano: una vez “desnuminizado”, el mundo se convierte en el escenariode la actividad histórica del hombre. El creyente no se aleja del mundo, sino de la actual situación de un mundo lleno de males y limitaciones. Futuro es aquello –entonces- ante lo cual no se puede tener unactitud contemplativa, sino activa. Y surge así el concepto de escatología creadora y esperanza activa, en conexión con la construcción del mundo. Esta es la principal aportación de teólogos como J. B. Metz(“Teología del mundo”, Sígueme, 1.970) y J. Moltmann )”Teología de la esperanza” –“Esperanza y planificación del futuro”, ib., 1.969 y 71), cuyo pensamiento es importante para nuestro tema.

Comienza en efecto Moltmann por una meditación sobre la ESCATOLOGÍA y la ESPERANZA. La escatología no es un apéndice “raro” de la teología cristiana –especie de “ciencia-ficción sobre losacontecimientos del último día”-, sino el centro mismo del mensaje cristiano. Se trata de una doctrina -no puramente abstracta, sino basada en acontecimientos históricos- sobre la esperanza cristiana, queabarca tanto lo esperado como el mismo esperar vivificado por ello. El cristianismo en sí es escatología, mirada y orientación hacia delante y –por eso mismo- apertura y transformación del presente.

La teología bíblica confirma plenamente esta concepción. La categoría central de la revelación veterotestamentaria –afirma Moltmann- no es la de alianza, sino la de PROMESA. La religión de Israeles así una religión nómada, opuesta radicalmente a la baalización de otros pueblos sedentarios. Yahvé es el Dios de la promesa, siempre fiel y actuante. Bajo su mano poderosa Israel camina hacia el futuro,vive en esperanza, concibe la historia como algo dinámico. Los profetas saben así interpretar los acontecimientos más sobresalientes (patriarcas, desierto, David...) como comprobantes de la promesa cargadosde futuro. Y la esperanza es siempre la nota destacada, incluso en la celebración de hechos pasados (Pascua).

Ya en el N. Testamento, el Dios de Jesucristo es el mismo Dios de Abrahán, el Dios de la Promesa. La muerte y resurrección de Cristo constituyen la confirmación, continuidad, encarnación y plenitudde la Promesa, pero no su definitivo cumplimiento. Cristo ha resucitado, pero no está aún plenamente glorificado, tiene un futuro (=Parousía), una promesa aún pendiente de realización: la Justicia, la Vida, elReino, implantados universalmente, que son la razón de la misión y esperanza de la Iglesia. Misión y esperanza eminentemente activas, fruto de la tensión escatológica ya / todavía no. Pablo –que ya habíacondenado la falsa escatología pasiva de algunos cristianos de Tesalónica (II Tes.3, 10)- destaca el sentido de promesa futura inherente al bautismo: por él fuimos sepultados (aoristo, pasado) con Cristo paraque vivamos (futuro) una vida nueva (Rom. 6, 4 - 5). “Estamos resucitando”, en tensión hacia el futuro de Cristo.

La mejor definición de la Iglesia es entonces la de “comunidad en éxodo”, el “pueblo peregrino de Dios”. La ruptura entre Iglesia y mundo característica de la nueva sociocultura industrial traeconsigo la pretensión de reducir toda religión a mero culto privado. Se pretende entonces asignar a la Iglesia-religión las tres funciones sociales siguientes: culto a la subjetividad personal, culto a laprojimidad-comunidad y culto a la institución. La Iglesia no debe sin embargo dejarse cazar en esta trampa, reclamando por encima de su naturaleza social o geográfica su realidad histórico-escatológica. Lamisión esencial e irrenunciable de la Iglesia será siempre SER LA ESPERANZA DE LA SOCIEDAD EN LA HORA PRESENTE, abrir a este mundo el horizonte del futuro de Cristo crucificado-resucitado, el“sentido de la historia”, con todas sus exigencias (activas). La Iglesia –comunidad escatológica de salvación- es el proceso apostólico de Jesús en un horizonte universal que culmina en el ESCHATON yacepta por eso el sufrimiento en la esperanza.

Subrayando siempre que el dominio venidero de Cristo resucitado es algo que no se puede únicamente “aguardar”. Esta esperanza es activa, imprime su sello también a la vida, el obrar y el sufrir en lahistoria de la sociedad. La misión de la Iglesia no se reduce por ello sólo a propagar la fe, la esperanza y la caridad, sino también a encarnarla mediante la modificación de la vida, toda la vida personal, socialy pública (cfr. el texto de Rom. 12, 1ss.). De forma “polémica y liberadora”, pues la justicia y la paz del Reino son conceptos reales y el hombre a-social es sólo pura abstracción.

Liturgia y esperanzaLa liturgia cristiana, si es auténtica y no alienante, celebra y alimenta precisamente esta esperanza activa. Por eso, aunque los teólogos de la esperanza no hayan escrito expresamente sobre temas

litúrgicos, es importante tener presentes las consecuencias que implica su pensamiento para la liturgia y la oración cristiana.En primer lugar, merece destacarse –y es hasta cierto punto sorprendente- la importancia que J. Moltmann concede al aspecto de culto público de la religión. El cristianismo carece de razón de ser

desde el momento en que se convierte en algo privado, irrelevante en la vida y en la historia (personal y colectivamente). Es preciso por eso revisar la función profético-proclamatoria de la Liturgia antes deaceptar sin más una “liturgia de catacumbas”. La oración litúrgica y el templo, pueden cobrar nuevo valor desde esta perspectiva (como testimonio público e histórico de esperanza, no sólo como rito cultual).

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La concepción dinámica de la iglesia, propia de Moltmann, pone también sin duda en tela de juicio la pretendida inmutabilidad de la Liturgia cristiana. La “ecclesia semper reformanda”. ¿no exigevitalmente una “liturgia semper reformanda”? La a-historicidad de los textos litúrgicos, ¿no es absurda a la luz de la misión de la Iglesia misma? Si la oración y la liturgia resultan a veces lejanas a la gente ysus esperanzas es quizá porque su contenido y su lenguaje no tiene ninguna relación real con su vida, historia, esperanzas y sufrimientos .

Por otra parte, no cabe duda de que la teología de la esperanza supone una seria advertencia contra el peligro de “helenizar y epifanizar” el culto. El Misterio cristiano es algo en proceso de realización,y su celebración no puede entonces adquirir el aspecto de algo definitivo. El culto cristiano celebra la presencia de Cristo, pero se falsifica si olvida la venida de Cristo . La tarea de la Iglesia se reduceentonces a inundar el mundo con “dones celestes”, y desaparece la tensión escatológica de la lucha entre el dolor y la esperanza (peligro de alineación). La asamblea litúrgica no es entonces una actualizaciónde la Iglesia –realidad escatológica- sino un sucedáneo paralizador de la verdadera fe. Porque:

- la Palabra de Dios no es la salvación escatológica, sino una llamada para esperarla, buscarla y orientarse activamente hacia ella.- el Bautismo sella a los hombres en Cristo, comprometiéndolos a caminar hacia su futuro escatológico.- la Eucaristía proclama, espera y compromete a realizar la presencia de Cristo y su actitud sacrificial en los hombres y el mundo de hoy.- todos los sacramentos tienen esta dimensión esencial escatológica.- la Liturgia no es sólo un acto mistérico-cultual asépticamente aislado de la historia.- la Iglesia no es la comunidad detentadora de la presencia sacral de lo absoluto, sino la convocación de aquellos que, en virtud de la Resurrección de Cristo, esperan el Reino de Dios Y SE HALLANDEFINIDOS EN SU VIDA POR ESTA ESPERA.

Todo lo cual pone en evidencia la falsedad de la separación liturgia-vida y cualquier concepción tanto presentista-materialista o solemne-conmemorativa como puramente futurista-espiritualizante delculto cristiano. Lo que por desgracia puede ocurrir con frecuencia, y es también un reto para nosotros agustinos.

Oración y acción, un dilema muy agustinianoDe hecho, la tensión entre oración y acción, liturgia y vida, contemplación y compromiso es uno de los temas más ricos e iluminadores de la espiritualidad agustiniana.

Orar es hablar con Dios, pero no se habla con el Señor sólo con la boca, sino sobre todo con el corazón y con el deseo, dirá San Agustín (cfr. Com. al s. 85,7; Com. al s.30,2; Com.al s.37,14). Es imposibleestar "rezando" todo el día, pero sí se puede estar orando : con el deseo del corazón y con las buenas obras, "si nunca dejamos de vivir bien, alabamos a Dios incesantemente" (Com. al s. 148, 2).

Ninguna dicotomía, pues, entre oración y vida. "No, no, no basta rezar. Hacen falta muchas cosas para construir la paz", cantamos en muchos lugares de América Latina : un mensaje plenamenteagustiniano y que nos impulsa a la esperanza activa. La oración que no lleva a la acción es una mentira, llega a afirmar tajantemente nuestra Ratio Institutionis (n.50). Debemos orar y actuar, orar con loshechos, no caer en la trampa de la esperanza pasiva y alienante, como si se tratara solamente de esperar a que Dios actúe para resolver los problemas, evangelizar el mundo, renovar la Iglesia y la Orden,mejorar nuestra comunidad y nuestra vida. ¡Esa es nuestra tarea! San Agustín lo expresará con la metáfora del tímpano y el salterio: "¿Por qué dice el salmista: tomad en la mano el tímpano y el salterio? Larazón es que no sólo la lengua debe alabar, sino también las obras…Lo mismo vale para Ustedes. Cuando cantan 'Aleluya' deben dar pan al hambriento, vestir al desnudo, dar posada al extranjero. Al hacer estono solamente canta la voz, sino que también sus manos estarán en armonía con la voz de ustedes, en la medida en que las obras estén de acuerdo con las palabras (Com. al s. 149,8). Es decir, entonces la oracióny la liturgia no serán alienantes, e impulsarán a la esperanza activa. Aquello de "A Dios rogando, pero con el mazo dando"…

Y no por ser de sobra conocidas podemos dejar de recordar aquí las enseñanzas de Agustín sobre el necesario equilibrio entre contemplación y acción: "Nadie debe estar tan embebido en las cosas de Diosque se olvide de las cosas de los hombres, sus hermanos; ni tan inmerso en las cosas de los hombres que se olvide de las cosas de Dios…El amor a la verdad requiere un ocio santo; la exigencia del amor obligaa aceptar un trabajo justo"(La ciud. de Dios, 19,19).

Para la reflexiónSi nuestra esperanza es activa y auténtica, ¿a qué nos comprometen las siguientes afirmaciones?

- yo espero un mundo mejor, más fraterno, más humano- yo espero que América Latina tenga un futuro mejor

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- yo espero que la Iglesia se renueve y sea más evangélica- yo espero la revitalización de la Orden en América Latina- yo espero que mi comunidad sea más fiel al carisma agustiniano

Metodología: a)reflexión personal, anotando cada uno dos o tres compromisos concretos en relación a cada pregunta

b)compartir en grupo

c)escribir una oración/mensaje:El compromiso de nuestra esperanza hoy

3.- ALGUNAS TAREAS DE LA ESPERANZA HOY

Tomado de : J.A. PAGOLA, Es bueno creer. Para una teología de la esperanza, San Pablo, Madrid 1996.

Los cristianos han sido acusados de haber puesto sus ojos en la otra vida y haber olvidado ésta. Sin duda, es cierto que una esperanza mal entendida puede conducir a abandonar la construcción de latierra. Sin embargo, la esperanza en la “nueva creación” consiste precisamente en buscar y esperar la plenitud y realización total de esta tierra. Ser fiel al “futuro último” querido por Dios es ser fiel a estemundo hasta el final, sin desesperarse de ningún anhelo y sin defraudar ninguna aspiración verdaderamente humana. Desde esta perspectiva, indicamos algunas tareas de la esperanza hoy.

Abrir horizonteLa esperanza cristiana está llamada a “abrir horizonte” al hombre contemporáneo. La vida es mucho más que esta vida; la realidad es más compleja y profunda de lo que nos quiere hacer creer el

realismo; las fronteras de lo posible no están determinadas por los límites del presente. En medio de esta historia nuestra, a veces tan mediocre y absurda, se está gestando el verdadero futuro del ser humano.

Frente a una visión plana de la historia, sin meta ni sentido alguno, la esperanza cristiana toma en serio todas las posibilidades latentes en la realidad presente. Precisamente, porque quiere ser realista ylúcido, el cristiano se acerca a la realidad como algo inacabado y en marcha; no acepta las cosas tal como son, sino tal como deberán ser. Es el hombre escéptico de la postmodernidad el que cae en elirrealismo cuando se aferra a la realidad actual excluyendo sus posibilidades y su futuro.

Por otra parte, si todo lo reducimos a las “pequeñas esperanzas” internas de la historia, ¿qué clase de esperanza en el más acá puede haber aquí y ahora, para quienes sufren, para los débiles, losvencidos, los viejos, para todos cuantos no forman parte de la elite...?”. ¿Qué esperanza puede haber para los que han muerto ya, para todos aquellos que, a lo largo de los siglos, han sido vencidos, humillados,oprimidos, y hoy están ya olvidados? ¿Qué esperanza podemos tener nosotros mismos, que no tardaremos en formar parte del número de quienes no han visto cumplidos sus anhelos, esperanzas yaspiraciones? ¿Qué sentido puede tener una vida eternamente inacabada y sin posibilidad alguna de realización definitiva?

Criticar la absolutización del presenteQuien ama y espera el futuro de Cristo no puede “conformarse” con la realidad tal como es hoy. El mundo se le hace inaguantable a quien espera “los nuevos cielos y la nueva tierra en los que habitará

la justicia” (2Pe 3,13). La esperanza introduce contradicción con la realidad presente; genera protesta; nos despierta de la apatía y de la indiferencia propias del hombre contemporáneo; nos desinstala. Cuandose espera y se ama la liberación “empiezan a doler las cadenas” (J. Moltmann). No estamos en el mejor de los mundos. La esperanza cristiana destruye “los gérmenes de resignación” de la sociedad moderna ycombate “la atrofia espiritual” de los satisfechos. Esta esperanza transforma a la comunidad cristiana en una constante inquietud dentro de aquellas sociedades humanas que quieran estabilizarse,convirtiéndose en la “ciudad permanente”. Transforma a la comunidad cristiana en fuente de impulsos nuevos que incitan a realizar aquí el derecho, la libertad y la humanidad, a la luz del futuro anunciado quedebe venir.

Esta crítica de la esperanza a una absolutización de la vida vivida aquí y ahora, ha de orientarse hoy, de manera particular, en una doble dirección. En primer lugar, frente a ese grito consumista que seescucha en nuestra sociedad: “Lo queremos todo, y lo queremos ahora”; frente a ese afán de estrujar la vida y reducirla al disfrute del presente, la esperanza cristiana denuncia que el hedonismo no es principio

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de “un proceso viviente”; como se ha dicho con acierto, “el hombre hedonista no es espiritualmente una fuerza motriz”. En segundo lugar, frente al sufrimiento de los excluidos, la esperanza cristiana es unanegativa a pactar con la realidad que trata de imponer el sistema. La pobreza, el paro, la humillación, el hambre, la muerte en medio del abandono, no son hechos irremediables cuya existencia viene impuestainexorablemente por la necesidad del destino. Siempre es posible transformar la realidad en algo más parecido a lo que será la “nueva humanidad”.

Introducir sentido humano en el progresoLa crítica de la esperanza a este mundo injusto no es un no de mera resistencia en medio de la cobardía general de los “esclavos satisfechos”. Es un no constructivo que niega el presente para construir

una realidad distinta y mejor. El cristiano se siente urgido por su esperanza a trabajar incansablemente por crear ya ahora, en lo posible, eso que sabemos se encuentra encerrado ya en la historia humana comoposibilidad prometida por Dios: una sociedad realizada en el amor, la justicia y el perdón.

Por eso, la esperanza cristiana no es sólo “interpretación” del mundo y de la condición humana. Es esfuerzo de transformación. Introduce en la sociedad sed de justicia para todos, y compromiso dehumanización. ¿Qué significan las grandes palabras de la modernidad, libertad, emancipación, democracia, solidaridad, si todo queda reducido a planificación económica que sacrifica a los débiles, yhedonismo ilimitado que atrofia a los privilegiados?

La esperanza cristiana ha de contradecir hoy, de manera particular, esa utilización pragmática de la técnica que sólo atiende a la eficacia y al rendimiento, descartando cualquier otro planteamiento sobrela dignidad humana como irrelevante y carente de interés. Se puede programar el futuro de otra manera; se le puede dar un “rostro más humano” al progreso. El cristiano ha de comprometerse en destruir dospresupuestos erróneos que funcionan hoy en el sistema: que los hechos vienen dados objetivamente sin remedio, y que la programación ha de hacerse exclusivamente sobre los datos, sin atender a su contenidohumano y sin incorporar valores.

Creatividad de la esperanzaEl que vive con esperanza, se siente impulsado a hacer lo que espera. Y este compromiso es precisamente el que genera esperanza en el mundo. ¿Cómo desencadenar esperanza en la sociedad actual?

Frente a un “nihilismo fatigado”, fe en Dios El “cansancio de Occidente” tiene su raíz más profunda en la falta de fe en nosotros mismos y en nuestro progreso, falta de confianza en la vida. Eliminado Dios, el hombre se ha ido convirtiendo en

una pregunta sin respuesta, un proyecto imposible, un caminar hacia ninguna parte. Este hombre está necesitado del “Dios de la esperanza”. Al final de todos los caminos, en el fondo de todos nuestrosanhelos, en el interior de nuestros interrogantes, ¿no estará Dios como único posible salvador? Ese Dios del que muchos dudan, al que bastantes han abandonado y por el que tantos siguen preguntando, es paralos creyentes “el fundamento último en el que poder apoyar nuestra confianza radical en la vida”. Desde ese “Dios de la esperanza”, los cristianos hemos de contagiar hoy confianza en el hombre, a pesar detodos los fracasos y decepciones. Desde ese Dios, el hombre puede explicarse a sí mismo como “un ser capaz de proyecto y de futuro”.

Frente al pragmatismo, defensa de la personaEl desarrollo científico y técnico sólo es humano si está al servicio de la persona. Los planes económicos son humanos si están al servicio de una sociedad más justa y solidaria. Pero, cuando un

determinado progreso se convierte en dogma indiscutible y criterio absoluto de medidas que marginan y hunden en la miseria a los pueblos y sectores más débiles, ese llamado progreso se convierte en factor deopresión que mata las esperanzas de los pobres. El cristiano reacciona defendiendo siempre a la persona como valor primero que no debe ser sacrificado a nada ni a nadie, y no teme ir contra ese “progreso” enla medida en que aniquila la esperanza de los débiles y los despoja de futuro. Esta defensa de las personas despojadas de futuro se traduce en compromiso por transformar modelos de vida, introducir objetivosmás humanos en la producción, dar una orientación nueva a los proyectos colectivos a favor de los más desfavorecidos, promover formas sociales de autolimitación (ascesis colectiva).

Frente al individualismo, solidaridadLa crisis económica está provocando individualismo e insolidaridad. “No importa que todo siga igual con tal de que a mí me vaya bien”. Cada sector reivindica los derechos del propio grupo; a nadie

preocupa la situación de los demás. Crece el corporativismo insolidario y el egoísmo organizado. Los grandes valores del amor, la justicia o la igualdad son sustituidos por los intereses de cada uno. Poco apoco, la esperanza de los derrotados se apaga. Sólo la solidaridad puede despertarla. “Una comunidad eclesial que viva en el seguimiento de Jesús puede permitirse el lujo de hacerse despreciar por lospoderosos y sabios; pero si quiere mantenerse en ese seguimiento, no puede permitirse el hacerse despreciar por los pobres y los pequeños que “no tienen a nadie” (cf Jn 5,7)” (J.B Metz). Estos son losprivilegiados de la “comunidad de la esperanza”.

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Frente a la insensibilidad, misericordiaLa misericordia ha quedado proscrita. La sociedad progresista ha decretado que está prohibido pensar en el sufrimiento de las víctimas. El bienestar exige un precio: el sacrificio de los más débiles.

Eso es todo. Por otra parte, la organización eficaz de la sociedad y el funcionamiento eficiente de las cosas va reprimiendo la cultura del corazón. La ternura, la acogida cálida a cada persona, el cariño vansiendo barridos de la sociedad. No hay lugar para el corazón. Sin embargo, donde no hay corazón, no crece la esperanza. El cristiano se esfuerza por despertarla desde una actitud de misericordia y compasióncomprometida. Sólo así puede nacer de nuevo la esperanza en esas personas privadas de afecto y amor: ancianos solos, niños sin verdadero hogar, drogadictos sin apoyo, mujeres maltratadas, esposasabandonadas, gentes sin salida, que caminan solas por la vida o se encierran en su propia destrucción.

Frente a la violencia, diálogo y reconciliaciónLa violencia destruye de muchas maneras la esperanza. Matar por unos objetivos políticos o económicos es utilizar la vida humana como instrumento; reducir a la persona a puro medio; ignorar, en su

misma raíz, la dignidad humana. Pero, además, la violencia genera odio y resentimiento, ahonda las divisiones y acrecienta los deseos de venganza; no es posible así construir juntos el futuro. La violenciagenera una espiral diabólica que impide mirar al futuro con esperanza. Esta sólo puede nacer de nuevo, si la violencia cesa y el diálogo sustituye a la confrontación destructora. Pero construir la paz exige,además, promover la reconciliación y el perdón. El perdón rompe una dinámica de enfrentamiento deshumanizador, libera de las injusticias del pasado, ennoblece a quien perdona y a quien es perdonado, aúnafuerzas, genera nuevas energías para construir juntos el futuro. La capacidad de pedir perdón y perdonar pone en marcha una dinámica más liberadora y regeneradora que el “ojo por ojo y el diente por diente”,aplicado de forma implacable. El perdón es un gesto de confianza en el ser humano. Engendra esperanza.

Para la reflexión

1.- Desde esta perspectiva, ¿qué aspectos o tareas suponen un reto para nuestra Circunscripción HOY Y AQUÍ, si queremos ser solidarios con la esperanza de nuestro pueblo y responder a los signos de lostiempos?

2.- También desde esta perspectiva, hagamos un esfuerzo de lo que Juan Pablo II llama, en su Exhortación sobre la Vida consagrada, fidelidad creativa (al carisma). Si de verdad estamos comprometidoscon la esperanza de la revitalización de la Orden en América Latina, señalemos algunas tareas concretas y creativas de la esperanza :

- en la Orden de San Agustín- en los Agustinos de América Latina- en nuestra Circunscripción- en mi comunidad- en el trabajo pastoral- en el aspecto que yo creo más necesitado de renovación (identificarlo)

NOTA: La metodología para esta segunda pregunta puede ser como en el tema anterior: reflexión personal, compartir en grupo, oración o mensaje escrito.

4.- NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA.

Durante toda la historia cristiana, el pueblo creyente ha dirigido particularmente su mirada a María, en los momentos de inseguridad, duda, oscuridad y sufrimiento. Aquella cuya vida discurrió siempreentre luces y sombras, y se mantuvo siempre en la esperanza, se convirtió en “estrella de la mañana” para cuantos hacen travesías de “noches oscuras”. Bueno es que los Agustinos miremos a Maríacuando, también entre luces y sombras, buscamos horizontes de esperanza.

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1.-MARÍA, LA PRIMERA CRISTIANA

El lema de la “vuelta a los orígenes” ha presidido la búsqueda de renovación de la Vida Religiosa, durante el período postconciliar. Significa volver la mirada a los comienzos carismáticos de laCongregación (espíritu fundacional), al Evangelio y a los primeros cristianos, para captar su espíritu, más allá de las adherencias que, a lo largo de la historia, lo han oscurecido.

En este contexto, es justo mirar a María, porque ella es, sin duda, la Primera Cristiana:

a) La primera que amó a Cristo y se identificó con El.- Desde el momento de la anunciación, toda la vida de María queda centrada en su Hijo, y gira en torno a El. Este amor, identificación y centralidadson naturales, sin duda, en toda madre respecto de sus hijos, aun cuando no comulgue con el rumbo que sus hijos van tomando. Pero el contexto evangélico deja en evidencia la FE de María en Cristo y sumisión, vivida ciertamente entre luces y sombras, y en la actitud de <guardar” lo que en El obserbaba y “meditarlo en su corazón” (Lc. 2,19; y 2,51). Su intervención en las bodas de Caná y la recomendación:“Haced lo que El os diga”, pone de relieve la firmeza de la fe de María en su Hijo.

La figura de María queda ensombrecida, en el Evangelio, por la actuación de algunos de los parientes, de los que Juan afirma claramente que “no creían en El” (Jn. 7,5), y se hicieron acompañar de Maríapara hablar con Jesús (Mt.12, 46-50; Lc. 8,19-21), o incluso para llevárselo a casa, porque decían: “¡Se ha vuelto loco”! (Mc. 3, 20-21). Pero el retrato global que el Evangelio nos traza de María nos da basesuficiente para pensar que ella no compartió los sentimientos de esos parientes.

b) La primera para quien Cristo fue la “razón de su existencia”.- Es esta una precisa definición del cristiano: Aquel para quien Cristo es la razón, centro, eje y referente de todo su vivir. Realidad quevisualizamos radicalmente encarnada en María.

c) La primera que recorrió fielmente su mismo camino, el de la cruz .- Si el camino de Cristo fue la “kénosis”: el anonadamiento, la humillación, el sufrimiento y la cruz, María fue el eco constante de laexperiencia de Jesús. Simeón se lo adelantó proféticamente (Lc.2, 34-35). Es significativo que el Evangelio no nos haga aparecer para nada a María, en los momentos de éxito y de gloria de Cristo (con la únicaexcepción de las bodas de Caná), ni siquiera en los relatos de la resurrección. Pero en los momentos más problemáticos y de sufrimiento, allí está María (exilio a Egipto,creída pérdida de Jesús en el templo,atentado de los pobladores de Nazarte, sin duda, viacrucis y crucifixión.

d) La primera seguidora radical de Cristo, y “consagrada” a su Causa.- Si definimos la Vida Religiosa como seguimiento radical de Jesucristo, y consagración a la Causa del Reino, María fue tambiénla primera “consagrada”. También por la vivencia radical de los Consejos Evangélicos (virginidad, pobreza y obediencia), vividos al lado de Cristo. Ya en la anunciación definió su actitud ante Dios: “He aquíla esclava del Señor: Hágase en mí según tu palabra”.

e) La primera en morir con Cristo.- Junto a la Cruz, María compartió profundamente con Cristo, la humillación, el menosprecio y el fracaso que el ajusticiamiento de su Hijo significó aun para susmismos discípulos y seguidores. San Juan nos la presenta como la mujer fuerte -<“Estaba de pie junto a la cruz...>”, que no desmayó en su fe ni en los momentos más críticos.

f) Y nuestra fe la proclama también la primera resucitada en Cristo resucitado.-Asumida, decimos, en cuerpo y alma a los cielos, para compartir con el “Rey” la gloria de “Reina de los Angeles”.

2.- SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA

a) Tiempos de esperanza.- La esperanza sólo se hace significar en los momentos críticos: Cuando todo se vuelve en contra, cuando todo va de mal en peor, en la inseguridad, en el fracaso, en la crisis.Son éstos los hechos que nos ponen en la encrucijada de la esperanza o la desesperanza. Cuando todo va viento en popa, en los momentos de éxito y euforia, nadie recurre a la esperanza, porque nada provoca ala desesperanza.

La vida de María fue una cadena ininterrumpida de provocaciones a la desesperanza. Sencillamente porque se vió situada frente a la constante “contradicción”. El Evangelio nos da a entender que ella supodel destino de su Hijo, el Mesías esperado, desde el momento de su anunciación. Y la imagen del Mesías, en que fue “educada”, en el contexto del Judaísmo, era la del Rey, lleno de poder y majestad, que

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aniquilará a todos sus enemigos, garante de las Instituciones religiosas judías, cohesionador de todo el Pueblo en torno a Yavé, forjador de la primacía del Pueblo Judío sobre los demás pueblos, instaurador deun reino mesiánico de paz y bienestar, triunfador de todas las fuerzas opositoras, e incluso de la muerte. Sin embargo, lo que le toca constatar es, más bien:

= Un futuro Mesías, que empieza naciendo en un establo de animales, y seguirá viviendo en una pobreza de solemnidad.= Un supueto rey, exiliado a un país extranjero, por la amenaza a muerte del rey de turno.= Un hombre perteneciente a las clases inferiores de la sociedad, y para más inri “galileo”, que, a los ojos de todos, aparece como un hombre más, que vive, crece y trabaja como los demas.= Un Profeta, ya declarado, que se atrae ciertamente la admiración y el aplauso de muchos, pero se conquista muy pronto el rechazo, la confrontación y aun el odio a muerte de los más importantes de la

religiosidad. Y aun de los no tan importantes conciudadanos y parientes de su propio pueblo.= Un Profeta, Mesías y Rey que termina, al fin, condenado y ajusticiado con la muerte más ignominiosa, y, al parecer, incapaz de evitarla.

No fue fácil la esperanza para María. El Sábado Santo debió significar para ella, la cumbre de la desolación, cuando los hechos demostraban que todo había concluido en estrepitoso fracaso, y aun los másíntimos habían dado paso a la desesperanza. Sin embargo, el Evangelio nos ha dejado gráficamente plasmada la imagen de la “Mujer de Esperanza”, en la actitud de María junto a la Cruz de Jesús:-“Permanecía <de pie> junto a la cruz...”. Cualquier madre, en casos similares, es incapaz de permanecer <de pie>: ¡Se derrumba!

Si Pilato, frente a Cristo castigado, dejó caer su definición profética: “He aquí el Hombre” (íntegro, cabal, incorruptible), hubiera presenciado la imagen del Calvario, bien podría haber afirmado también:“He aquí la Mujer”:

= La Mujer fuerte que, ante la crisis, permanece de pie, entera, sin desmayos, sin gritos, sin resentimientos ni recriminaciones, segura de que Dios escribe derecho en lineas torcidas.= La Mujer inquebrantable que, desde su presencia silenciosa, pone aliento, serenidad y esperanza, allí donde unos se exasperan y otros se derrumban.= La Mujer madre fiel, que ha vislumbrado, entre sombras, la noble misión de su Hijo, y la acompaña hasta las últimas consecuencias.= La Mujer, compadecida por unos y despreciada por otros como madre de un delincuente, que, no obstante, sabe esperar los designios insondables de Dios.

3.- MARÍA, LA MUJER, SIGNO DE ESPERANZA

a) Más allá de su individualidad.- La devoción tradicional centró su mirada en la persona singular de María de Nazaret, “bendita entre las mujeres” y, por ello, única y diferente de todas las demás,intercesora y medianera de todas las gracias. La exaltación de María, en nuestra Iglesia, no evitó, por ello, el machismo ambiental y la minusvaloración de la mujer.

La Mariología actual ha puesto sus énfasis en María como “Signo Revelador” de lo que es o está llamada a ser toda mujer. Si de Cristo afirmamos que es “El Hombre” universal, más allá de laindividualidad de Jesús de Nazaret, lo que significa, según González Faus, que “Todo aquello que Jesús afirma de sí mismo, o el Evangelio afirma de Jesús, de algún modo y en algún grado, ha de afirmarse

del hombre en cuanto tal”, de María podríamos decir algo similar: “Todo aquello que, en base al Evangelio y la primera tradición, se afirma de María, de algún modo yt en algún grado, ha de afirmarse de la

mujer en cuanto tal”. En otras palabras, si en Cristo visualizamos la versión masculina de Dios, María nos transparenta la visión femenino-materna de Dios.

b) Signo de esperanza.- La historia humana ha pagado muy cara su visión “machista” de la vida humana: Al ubicar a la mujer en una categoría de inferioridad respecto del varón, minusvaloró también losvalores que, según la psicología diferencial, definen y caracterizan a la mujer, construyendo unilateralmente la sociedad sobre los valores que definen y caracterizan al varón, según el siguiente cuadro:

PAREJA HUMANA VALORES

Masculinidad FeminidadPolaridad Mascul. Polaridad Femenina

Varón

1-.Cerebro

2.-Inteligencia

Mujer

1.-Corazón

2.-Intuición

1.-Ley 2.-Orden3.-Organizac. 4.-Palabra 5.-Acción 6.-Eficiencia7.-Fuerza

1.-Espíritu2.-Espontaneidad3.-Alma4.-Silencio5.-Contemplación6.-Interioridad7.-Amor

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3.-Razón

4.-Autoridad

5.-Emisividad

6.-Dominación

7.-Conquista

8.-Funcionalidad

9.-Globalidad

10.-Heroísmo

3.-Sensibilidad

4.-Comprensión

5.-Receptividad

6.-Servicio

7.-Seducción

8.- Belleza

9.-Detalle

10.-Martirio

8.-Imposición9.-Justicia Vind.10.Guerra11.-Audacia

12.-Ascesis

8.-Atracción9.-Perdón10.-Paz11.-Prudencia12.-Humanismo

Unos y otros valores están llamados a complementarse entre sí, pues también los valores, como la pareja humana, se nos dan “emparejados”.El drama de nuestra historia es que hemos sido pésimos“casamenteros de valores”, polarizándonos por sistema entre los que consideramos más “masculinos”. El balance final ha sido una sociedad “inhumana”.

Y frente a este inhumanismo resultante del énfasis unilateral en la razón, la autoridad, la dominación, la eficiencia, la fuerza y la guerra, etc., sobre los que están diseñadas nuestras sociedades, Cristopone en primer plano, en el Evangelio, los valores del amor, la sensibilidad, la comprensión, el perdón, la paz, el servicio, etc., que siempre consideramos marcadamente “femeninos”.

Hoy consideramos la liberación de la mujer, como un signo de nuestro tiempo. Signo de esperanza, porque significará también la liberación de los valores que la mujer representa, ancestralmentemarginados. Y María es el “espejo”, en el que los varones podemos visualizar la dignidad y misión de la mujer, y las mujeres redescubrirse a sí mismas. A todos, varones y mujeres, nos apremia encontrar laclave de la armonía “matrimonial” varón-mujer, que conllevará también la adecuada síntesis de los valores bipolares, sobre los que ha de ser construída la convivencia humana.

Es misión específica de la mujer:

Poner corazón, donde el mundo varonil tiende a poner sólo cabeza. Poner finura, delicadeza y sensibilidad en la rudeza y busquedad varoniles. Poner ternura y comprensión donde el varón se excede en disciplina. Poner alma donde el hombre construye hermosos “cuerpos” de leyes, organizaciones y sistemas. Poner amor donde el hombre sólo alega la razón. Poner gracia y belleza donde el hombre sólo busca eficiencia. Poner suavidad donde el hombre sólo hace valer su fuerza. Poner humanismo donde el hombre sólo quiere atenerse a la ley. Poner perdón y reconciliación cuando el hombre pone su hombría en la venganza. Poner detalle donde el hombre sólo atiende a “lo importante”. Poner fe y esperanza, donde el hombre lo echa todo fácilmente a rodar. Poner sonrisa cuando el varón hombrea con su máscara de seriedad. Neutralizar con su elegante “táctica Venus” las furias prepotentes de la “táctica Marte”. Ser una “Dama” capaz de hacer del hombre un “Caballero”.

4.- MARÍA, LA MADRE, FARO DE ESPERANZA

a) Para la madre somos siempre niños.- No importa lo que crezcamos, la madre siempre verá en el hijo el niño que acunó. Y es sobre todo con la madre con quien el niño vivió la experiencia del amor, lacercanía, la ternura, la comprensión, la acogida, el calor humano.

Cuando crecemos, preferimos “hombrear” y todos esos valores, que vivimos al calor materno, se nos antojan debilidades, que hemos aprendido a endurecer, insensibilizar o disfrazar. Y de la dureza, lainsensibilidad y el estoicismo hemos terminado por hacer virtud. Pero, a la hora de la verdad, tengamos 15, 20 ó 70 años, nos aflora el niño vulnerable que llevamos dentro:

= Ante una palabra inconsiderada de rechazo o minusvaloración de un hermano;= ante la indiferencia o ignorancia de mis valores por parte de los que me rodean;

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= ante la incomprensión y la dureza con mis debilidades;= ante la imagen desdorada o irónica que percibo de mi mismo en los demás; = ante la frialdad de la acogida con que soy recibido;= ante la falta de “calor de hogar”, entre aquellos con quienes convivo.

Nos gusta hombrear; pero a la postre nos manifestamos vulnerables como niños.

Y es que en realidad:

No hay entre los seres humanos sino niños y niñas. Los niños y niñas tiernos, vulnerables de los diez primeros años de existencia, necesitados de mimo, caricia, cariño y protección, y aquellos otros de losveinticinco, o cuarenta, sesenta o noventa años, que han ocultado el niño tras de una coraza autoprotectora y defensiva, frente a los embates de la vida. Pero, tras del caparazón de un rostro adusto y grave, de

una mirada dominante, de pasos firmes, actitud de suficiencia y gestos agresivos, sigue latiendo el niño frágil que mendiga una palabra animadora, una sonrisa estimulante, cálido contacto humano,compañía y protección. O la niña sensible y vulnerable, que mendiga un abrazo, una caricia, un beso o una flor.

No hay entre los seres humanos sino niños y niñas transparentes y niños y niñas disfrazados. Aquellos nos enternecen; estos nos desconciertan. Pero, cuando las lágrimas del drama interiorrasgan, al fin su disfraz, y queda al descubierto el niño frágil, por mucho tiempo reprimido, también se quiebra nuestra coraza de acero, y nuestro propio niño interior se estremece y avergüenza al

descubrir que, mientras creyó estar golpeando roca dura, estaba malhiriendo a un niño débil! La humanidad será mejor cuando decida terminar con su juego de disfraces.

b) El “derecho a la ternura”.- Cristo declaró que “Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de los cielos”. Lo que implica liberar nuestro niño interior y dar paso a la ternura, la sensibilidad, laadmiración, la comprensión, la capacidad de estremecerse frente al niño de pocos años y frente al niño que oculta todo ser humano. Un autor colombiano (X, Restrepo) ha publicado recientemente en estalinea, un librito titulado “El derecho a la ternura”. Un derecho que hemos violado por sistema en una convivencia humana asentada más bien, sobre la racionalidad, la exigencia, el formalismo, la crítica ennombre del “debe ser”, la lejanía afectiva en nombre del respeto, la dureza en nombre de la disciplina, la insensibilidad so capa de evitar sentimentalismos.

Somos, también con frecuencia los religiosos y sacerdotes, demasiado tanjantes, drásticos, dogmáticos, frios y lejanos en nuestras relaciones, y demasiado distantes de la bondad, amabilidad, cercanía,afecto y calor humanos. Los fieles nos llaman “padres”, pero con frecuencia apenas logran visualizarnos como “padrastos”. Emociona el final de la vieja película “Molokai”, cuando una gran muchedumbre secongrega en torno a la casa donde el P. Damián está moribundo. Al escuchar la noticia de su fallecimiento, la multitud prorrumpe en llanto, y una jovencita, desecha en lágrimas, exclama: - “Papá Damián, no

nos abandones; vuelve, papá Damián!”. La escena nos golpea a cuantos somos llamados “padre” (-o madre-), porque deja al desnudo, quizá sí nuestra entrega generosa al pueblo de Dios, pero frecuentementefría, lejana, formalista, sin sensibilidad, sin cordialidad y afecto, sin calor humano, sin sentimiento. Son muchos los factores que nos han conducido a ello:

= La mentalidad y educación ambientales, en la sociedad occidental, que sobrevalora los valores machistas, y pone en guardia contra el sentimentalismo, la emotividad y los afectos demasiadodeclarados.= La cultura de origen, fría y distante en los anglosajones (celosos del respeto al espacio personal), fuerte y “brava” en los españoles, prepotente en los porteños argentinos, etc.= El carácter personal, muchas veces frio, agresivo, apático o distante.= La cultura religiosa, con frecuencia demasiado enfática en la ascesis, la disciplina, el sacrificio, la norma, el orden y el autocontrol.

El testimonio, varias veces escuchado, de hombres o jóvenes que se apartaron de la Iglesia, por el trato inconsiderado de un cura, o de mujeres que se educaron en colegios de religiosas: “¡Esas monjasme traumatizaron”, es lamentable. La actitud resultante varía entre diversas generalizaciones: “Desde entonces no he vuelto a pisar la iglesia”; “Desde entonces no puedo ver a los españoles” (el cura eraespañol); “Desde entonces odio a las monjas”, etc.

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= En un colegio de religiosas, éstas colocaron frente a cada inodoro la siguiente leyenda:

- “¡Mira que te mira Dios!.- ¡Mira que te está mirando!- ¡Mira que te has de morir!- ¡Mira que no sabes cuándo!

(¿¡Qué impacto e imagen de Dios cabe esperar de estos versos en una niñita de siete años, que necesita exponer ante ellos su culito desnudo!?...).

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c) María, Madre de nuestra esperanza.- En nuestra Iglesia se ha cultivado siempre la “espiritualidad mariana”. Esta adquiriría en nuestro tiempo su pleno significado e importancia si supiéramosconfigurarla como “Escuela de los Valores del Corazón”. Ya hemos tenido y seguimos teniendo sobradas escuelas de los “Valores de la Razón”. Y éstos se han manifestado, por sí mismos, insuficientes parainstaurar en la relación interhumana un auténtico y cálido humanismo.

María, la Gran Madre, y cuanto en Ella admiramos, ensalzamos y cantamos es “Signo de Esperanza”.

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