por alexandra lores - tomillo

2
76 ¿Y cómo lo están haciendo? Asumiendo sus carencias y poten- ciando sus capacidades. Los residentes del barrio de Pradolongo (uno de los siete que conforman el distrito de Usera) se enorgu- llecen de tener el cuarto parque más grande de Madrid. Pero pocos lo visitan: está descuidado y no cuenta con la iluminación adecuada. Con todo, los vecinos son conscientes de que las zonas verdes suponen un capital medioambiental que escasea y han decidido integrarse en la plataforma Pradolongo se Mueve, un colectivo que realiza reuniones de manera habitual para deci- dir el futuro del parque. ¿Sus principales objetivos? Llenarlo de actividad y hacer de él un lugar transitable en el que poder pasear, andar en bicicleta o relajarse. Los miembros del grupo quieren conocer las inquietudes de todos los ciudadanos, por eso han realizado encuestas entre los usuarios de los jardines. Una iniciativa que reforzaron con un acto público en el que los participantes pudieron escribir todo aquello que les gustaría cambiar. Con la intención de combatir la oscuridad del lugar, ENTORNO POR Alexandra Lores Usera se encuentra solo a siete para- das en Metro del centro de Madrid, pero la calidad de vida empeora con cada kilómetro recorrido. Entre sus más de 130.000 habitantes hay una tasa del 65% de paro juvenil (un 15% más que el resto de la Comunidad), y la mayoría de ellos tiene dificul- tades para calentar sus viviendas cuando llega el invierno. Cansados de esperar ayuda de las institucio- nes, han emprendido ellos mismos su propia transformación social. ... y frenar el cambio climático.

Upload: others

Post on 07-Jul-2022

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: por Alexandra Lores - Tomillo

7 6

¿Y cómo lo están haciendo? Asumiendo sus carencias y poten-ciando sus capacidades. Los residentes del barrio de Pradolongo (uno de los siete que conforman el distrito de Usera) se enorgu-llecen de tener el cuarto parque más grande de Madrid. Pero pocos lo visitan: está descuidado y no cuenta con la iluminación adecuada. Con todo, los vecinos son conscientes de que las zonas verdes suponen un capital medioambiental que escasea y han decidido integrarse en la plataforma Pradolongo se Mueve, un colectivo que realiza reuniones de manera habitual para deci-dir el futuro del parque. ¿Sus principales objetivos? Llenarlo de actividad y hacer de él un lugar transitable en el que poder pasear, andar en bicicleta o relajarse. Los miembros del grupo quieren conocer las inquietudes de todos los ciudadanos, por eso han realizado encuestas entre los usuarios de los jardines. Una iniciativa que reforzaron con un acto público en el que los participantes pudieron escribir todo aquello que les gustaría cambiar. Con la intención de combatir la oscuridad del lugar,

E N T O R N O

por Alexandra Lores

Usera se encuentra solo a siete para-das en Metro del centro de Madrid, pero la calidad de vida empeora con cada kilómetro recorrido. Entre sus más de 130.000 habitantes hay una tasa del 65% de paro juvenil (un 15% más que el resto de la Comunidad), y la mayoría de ellos tiene dificul-tades para calentar sus viviendas cuando llega el invierno. Cansados de esperar ayuda de las institucio-nes, han emprendido ellos mismos su propia transformación social.

... y frenar el cambio climático.

Page 2: por Alexandra Lores - Tomillo

7 7WWW. B U ENAV I DA . E S

115 familias implicadas en el proyecto para ofrecerles revisio-nes gratuitas y elaborar una gran base de datos vecinal. Con los números sobre la mesa, el siguiente paso fue realizar una inversión cercana a 200 euros por familia (para colocar reduc-tores del caudal en la ducha, sustituir lámparas incandescentes por led...), que les acabó reportando un ahorro de entre 400 y 500 euros al año.

Felizmente, el asociacionismo en la zona empieza a recoger frutos. Ahorro energético, nuevos espacios públicos, cuidado del planeta, disminución de la pobreza... Y la tarea tiene pre-mio. Hace dos años, Barrios Sostenibles fue galardonado en El Desafío de Talento Solidario, un concurso que organiza cada año la Fundación Botín, y que el pasado 13 de septiembre cerró la convocatoria de esta tercera edición. Esta vez se han buscado ideas innovadoras para mejorar las condiciones de vida de las personas que han tenido que abandonar su país de origen. La lección que han dado los vecinos de Usera (cambiarlo todo con muy poco) es un magnífico referente para quienes trabajan con colectivos vulnerables, como los niños refugiados. A final de año conoceremos a los ganadores, que contarán con 20.000 euros de inversión y con todo el apoyo de la Fundación Botín para trasladar los propósitos del papel al espacio común.

introdujeron sus deseos en unas botellas de plástico con pin-tura fluorescente y una luz led. Los resultados no se han hecho esperar: la concejala del distrito ha informado que destinará parte del presupuesto a la creación de un huerto comunitario y reformará el parque. También se ha comprometido a rehabilitar la iglesia de Maris Stella, conocida como la iglesia rota debido a su deterioro. Solo así será posible convertir Pradolongo en el centro de unión de los siete barrios de Usera que todos ansían.

500 euros de ahorro al año. La aventura sosteni-ble del distrito madrileño no acaba ahí. Jardines en las azoteas de los edificios obrarán otro pequeño gran milagro: impermeabi-lizar las casas en invierno y evitar el aire acondicionado en vera-no. La Fundación Tomillo (una veterana en la zona) conocía los beneficios de las cubiertas vegetales y, junto a la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Coce-mfe), la Fundación Síndrome de Down Madrid y la Asociación Educación Cultura y Solidaridad, desarrolló el proyecto Barrios Sostenibles. Una de sus principales apuestas ha sido formar a más de una veintena de jóvenes parados en el ámbito de la jar-dinería. La teoría tomó forma en el tejado de la fundación y en el del centro educativo Ponce de León, en el barrio de Orcasur.

Las plantas tapizantes, que logran cubrir toda la superfi-cie de las cubiertas, optimizan los recursos disponibles porque generan una capa aislante y necesitan pocos requerimientos hídricos. “Este modelo permite la reutilización parcial del agua de lluvia, mediante un sistema de almacenamiento en la parte inferior a la capa de sustrato, y se complementa con un siste-ma de riego por goteo”, explica Juan Kindelán, del equipo de dirección de la Fundación Tomillo. Y no solo supone una mejora energética: las plantaciones fomentan la biodiversidad de la zona y disminuyen las emisiones de CO2 porque absorben los aires contaminantes. La intención es traducir este oficio en una fuente de ingresos. Algunos estudiantes (todos menores de 30 años) ya han encontrado trabajo como jardineros y otros han optado por continuar sus estudios en el sector. La asistencia a este taller, además, creó lazos sólidos entre los jóvenes .

La fundación, que conoce la situación de pobreza energé-tica a la que se enfrentan los vecinos del distrito, también ha enseñado a un grupo de jóvenes a realizar pequeñas interven-ciones eléctricas. Antes de nada, los estudiantes llamaron a las

LA CALLE ES NUESTRA En 1968, el filósofo Henri Lefebvre publicó ‘El derecho a la ciudad’, un ensayo que aboga por un modelo de urbe con servicios básicos gratuitos. El geógrafo David Harvey aseguró que el derecho a la ciudad era la posibilidad de transformarla en algo distinto. En el texto ‘El espacio público: ciudad y ciudadanía’, los urbanistas Jordi Borja y Zaida Muixí recogieron el testigo, e incluyeron el derecho “a sentirse orgulloso de ella”.

Las plantas tapizantes optimizan los recursos disponibles porque generan una capa aislante y necesitan poco requerimientos hídricos. Además, el sistema permite reutilizar parcialmente el agua de lluvia.