ponencias - sb10mad · por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y...

12
Ponencias 1 Rehabilitación energética del tejido urbano residencial. Evaluación previa para una mayor eficiencia. Jorge Rodríguez Álvarez Environment & Energy Studies Programme, Architectural Association School of Architecture, London, UK [email protected] INTRODUCCIÓN La traslación de los enunciados de la directiva comunitaria 2002/91, sobre el funcionamiento energético de edificios, a la normativa nacional de los estados miembros, establece la utilización sistemática de unos estándares constructivos que aseguran una reducción importante de la demanda energética para acondicionamiento interior. En el caso de España, a través del mero cumplimiento de los requisitos dictados por el Código Técnico de la Edificación, los nuevos edificios tendrán, en general, un comportamiento ambiental notablemente mejor que los de épocas precedentes. A pesar de no existir una indicación de consumos, la obligatoriedad de alcanzar unos mínimos niveles transmisión térmica en los cerramientos hace que se equilibre el flujo energético y se reduzca por tanto la necesidad de aportes externos. En otros países como Reino Unido o Alemania, se ha ido más todavía más lejos y se ha asumido como norma lo que hasta hace poco eran metodologías adoptadas voluntariamente en desarrollos con clara vocación ecológica (Code for Sustainable Homes y Passivhaus standards respectivamente). Los consumos alcanzados a través del cumplimiento de sus especificaciones son tan bajos que la consecución de ulteriores mejorías entraña una gran dificultad. En todos estos casos las normas se basan en unos criterios objetivos y apuntan claramente al consumo energético como principal indicador del funcionamiento del edificio. En un momento donde la profusa reivindicación de bondades ecológicas busca refugio en criterios difusos, la transparencia y el uso de parámetros precisos y comparables es un filtro útil para discernir soluciones válidas de la mera especulación. La identificación de los factores que determinan la demanda de energía y el alto grado de conocimiento de los principios físicos que los rigen permiten realizar estimaciones razonablemente sólidas sobre el futuro edificio antes de que esté en funcionamiento. Estos procedimientos permiten, además, clasificar los edificios en función de su consumo facilitando la comparación objetiva. El RD 47/2007 establece la obligatoriedad de realizar esa certificación energética en nuevas construcciones. Para asistir a los equipos redactores se desarrollan aplicaciones informáticas (Calener/Lider) que sistematizan el proceso de cálculo a partir del trazado de la geometría básica, materiales y especificaciones. Por un lado, el usuarioredactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado. Pero por otro lado, dado que todos los datos introducidos entran en una especie de caja negra de donde solamente sale una cifra, el arquitecto pierde la oportunidad de entender que elementos de su diseño están afectando en mayor medida el comportamiento ambiental del edificio. Esta disociación entre el proceso de diseño y el consumo energético final se solventa parcialmente mediante la observación de la normativa, que va a asegurar unos mínimos aceptables. Sin embargo, el uso intuitivo de la normativa o los programas informáticos de apoyo, sin un conocimiento claro, puede resultar muy fácilmente en una lectura errónea de los criterios a seguir. Normalmente esto se traduce en un aumento del gasto (tanto económico como energético) que no se verá reflejado en mejoras del funcionamiento operacional del edificio. Esto puede ser asumible en edificios de nueva construcción donde, por ejemplo, la diferencia entre una ventana de calidad media y una de calidad superior resulta casi marginal en el presupuesto final. Pero en cambio, si la decisión es sobre un edificio existente, como puede ser la sustitución o no de las ventanas, es conveniente conocer de antemano las consecuencias

Upload: vuonglien

Post on 29-Sep-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

Rehabilitación energética del tejido urbano residencial. Evaluación previa para una mayor eficiencia.  

Jorge Rodríguez Álvarez Environment & Energy Studies Programme, Architectural Association School of Architecture, London, UK 

[email protected] 

INTRODUCCIÓN 

La traslación de los enunciados de la directiva comunitaria 2002/91, sobre el funcionamiento energético de edificios, a  la normativa nacional de  los estados miembros, establece  la utilización  sistemática de unos estándares constructivos que aseguran una reducción importante de la demanda energética para acondicionamiento  interior.   En el  caso de España, a  través del mero  cumplimiento de  los  requisitos dictados  por  el  Código  Técnico  de  la  Edificación,  los  nuevos  edificios  tendrán,  en  general,  un comportamiento ambiental notablemente mejor que  los de épocas precedentes. A pesar de no existir una  indicación de consumos, la obligatoriedad de alcanzar unos mínimos niveles transmisión térmica en los    cerramientos  hace  que  se  equilibre  el  flujo  energético  y  se  reduzca  por  tanto  la  necesidad  de aportes externos. En otros países como Reino Unido o Alemania, se ha ido más todavía más lejos y se ha asumido  como  norma  lo  que  hasta  hace  poco  eran  metodologías  adoptadas  voluntariamente  en desarrollos  con  clara  vocación  ecológica  (Code  for  Sustainable  Homes  y  Passivhaus  standards respectivamente). Los consumos alcanzados a través del cumplimiento de sus especificaciones son tan bajos que la consecución de ulteriores mejorías entraña una gran dificultad. 

En todos estos casos las normas se basan en unos criterios objetivos y apuntan claramente al consumo energético como principal  indicador del funcionamiento del edificio. En un momento donde  la profusa reivindicación de bondades ecológicas busca  refugio en criterios difusos,  la  transparencia y el uso de parámetros  precisos  y  comparables  es  un  filtro  útil  para  discernir  soluciones  válidas  de  la  mera especulación. La identificación de los factores que determinan la demanda de energía y el alto grado de conocimiento  de  los  principios  físicos  que  los  rigen  permiten  realizar  estimaciones  razonablemente sólidas sobre el futuro edificio antes de que esté en funcionamiento. 

Estos procedimientos permiten, además, clasificar los edificios en función de su consumo facilitando la comparación objetiva.  El RD 47/2007 establece la obligatoriedad de realizar esa certificación energética en nuevas construcciones. Para asistir a los equipos redactores se desarrollan aplicaciones informáticas (Calener/Lider)  que  sistematizan  el  proceso  de  cálculo  a  partir  del  trazado  de  la  geometría  básica, materiales  y  especificaciones.    Por  un  lado,  el  usuario‐redactor  se  ve  liberado  de  los  algoritmos  y  ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado. Pero por otro lado, dado que todos  los datos  introducidos entran en una especie de caja negra de donde solamente sale  una  cifra,  el  arquitecto  pierde  la  oportunidad  de  entender  que  elementos  de  su  diseño  están afectando en mayor medida el comportamiento ambiental del edificio. 

Esta  disociación  entre  el  proceso  de  diseño  y  el  consumo  energético  final  se  solventa  parcialmente mediante la observación de la normativa, que va a asegurar unos mínimos aceptables. Sin embargo, el uso intuitivo de la normativa o los programas informáticos de apoyo, sin un conocimiento claro, puede resultar muy fácilmente en una  lectura errónea de  los criterios a seguir. Normalmente esto se traduce en un aumento del gasto (tanto económico como energético) que no se verá reflejado en mejoras del funcionamiento operacional del edificio. Esto puede  ser  asumible en edificios de nueva  construcción donde, por ejemplo, la diferencia entre una ventana de calidad media y una de calidad superior resulta casi marginal en el presupuesto final. Pero en cambio, si la decisión es sobre un edificio existente, como puede ser la  sustitución o no de las ventanas, es conveniente conocer de antemano las consecuencias 

Page 2: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

vinculadas  a  cada  alternativa  ya  que  de  lo  contrario  se    acometería  la  obra  sin  ninguna  garantía de mejora  sobre  el  estado  inicial.  La  necesidad  de  optimización  de  recursos  se  acentúa  cuando  se interviene sobre el stock construido y es imprescindible cuando en vez de un edificio aislado se trata de de un  conjunto urbano. Un  caso habitual es el de  rehabilitación de barrios o distritos donde  ayudas públicas se destinan a  promover la mejora de las condiciones de habitabilidad.  

Las  políticas  de  rehabilitación  ofrecen,  de  hecho,  un  mayor  potencial  a  corto  plazo.  La  normativa aplicada  tras  la directiva 2002/91   se centra en  los edificios nuevos y sólo menciona  la posibilidad de aprovechar renovaciones mayores (es decir, con un profunda intervención) para incorporar los mismos criterios.  Sin  embargo,  confiar  políticas  energéticas  exclusivamente  a  los  nuevos  desarrollos  y  al reemplazo  gradual  de  stock  existente  no  producirá  resultados  sustanciales  a  corto  plazo.  El  tejido urbano de  las ciudades europeas está en su mayor parte configurado por viejos e  ineficientes edificios residenciales  cuya  demanda  energética  puede  superar  los  200kWh/m²  anuales.  Muchos  de  estos edificios pueden continuar operativos otros 30 o  incluso 50 años ya que el reemplazo del stock es un proceso complejo y lento. Con estos datos no es de extrañar que en países como Reino Unido la energía consumida por  los edificios represente el 50% de  la demanda total, por un 27% en España, donde un 17% del gasto energético se destina exclusivamente al sector doméstico. La reducción de la demanda de energía de los edificios de viviendas repercutiría por tanto de forma directa e instantánea en el consumo global y en consecuencia en las emisiones de CO2 a la atmósfera. 

Este artículo  investiga  la  rehabilitación de  los  tejidos  residenciales de  la ciudad como  instrumento de  mitigación  del  elevado  consumo  energético  del  sector  doméstico.  Se  trata  de  establecer  una metodología de evaluación previa y unas pautas mediante  las cuales se comprendan  los  factores que inciden  en  la  eficacia  de  las  medidas  aplicadas.  Para  ello  se  parte  del  análisis  de  las  tipologías edificatorias y  la estructura urbana en  la que  se  insertan. Se  toma  la escala del barrio  como área de actuación por lo que el edificio se entiende dentro de su contexto real y no como objeto aislado. Tras la definición del marco existente se abordan las técnicas de rehabilitación, desde las más comunes, como la introducción o mejora del aislamiento a las más controvertidas como los muros solares. Cada técnica es  analizada  y,  teniendo  en  cuenta  las  diferentes  condiciones  de  partida,  se  realizan  estudios  por parámetros para extraer unas  lógicas del rendimiento. Se combinan cálculos simples con simulaciones informáticas realizadas con EDSL TAS, un programa de análisis térmico cuya estructura permite rastrear de manera  precisa  los  patrones  de  comportamiento  energético  de  cada  decisión  constructiva.    Los rendimientos obtenidos de la implementación de cada medida rehabilitadora relacionarán las tipologías previas con el coste de  intervención y  los ahorros energéticos alcanzados,  incluyendo en el cálculo  la energía consumida por la ejecución de la obra. Se trata de evidenciar la necesidad de una metodología donde exista un análisis previo orientado a informar el proceso de toma de decisiones. De este modo se podrá optimizar el  rendimiento de  tanto de programas como de proyectos de  rehabilitación y ahorro energético.  

CONTEXTO 

Ámbito del estudio 

Para acotar los términos de la investigación, se restringe la misma al ámbito urbano del eje atlántico  de Galicia,  en  el  extremo Noroccidental  de  la  Península  Ibérica.  La  relevancia  de Galicia  como  caso  de estudio  viene  dada,  fundamentalmente,  por  su  condición  pionera  en  cuanto  a  la  implantación  de criterios de calidad en la rehabilitación, siendo Santiago de Compostela un paradigma a nivel europeo.  Estas ciudades ofrecen además una  lectura clara de  los diversos tejidos que  las han  ido conformando, desde los núcleos históricos a los polígonos de los años ochenta, pasando por los barrios de posguerra del  Instituto Nacional de  la Vivienda o  los desarrollos de  los setenta. Las diferencias de  implantación y técnicas constructivas en cada período y su relación con el rendimiento de las medidas rehabilitadoras serán la base del análisis realizado.  

Page 3: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

Consideraciones climáticas 

Es  obligado  que  cualquier  intervención  enfocada  a  reducir  el  consumo  y  emisiones  en  el  parque inmobiliario se base en un conocimiento exhaustivo de las condiciones climáticas que afectan al edificio o  conjunto urbano en  cuestión.   Es  tan  importante  contar  con unos datos precisos  como  conocer  su origen exacto; muchas estaciones meteorológicas se encuentran alejadas de los centros urbanos y por lo tanto no contemplan el efecto del calor generado por la actividad de la ciudad. Cuanto más aproximados al contexto real sean los datos de partida, mayor fiabilidad tendrán los resultados.  

En  este  caso  se  define  el  clima  a  partir  de  la  comparación  de  bases  de  datos  provenientes  fuentes diferentes. Finalmente, para facilitar el establecimiento de comparaciones se utilizan los valores medios del período 1970‐200 de la estación de A Coruña del Instituto Nacional de Meteorología. Se opta por la estación de A Coruña por estar situada en un ámbito urbano y ser representativa de  lo que el Código Técnico define como zona C1 [1], mayoritariamente afecta a las principales ciudades de la región.  

 Fig. 1 Datos climáticos .Valores horarios                                               Fig. 2 Radiación solar media por orientación de superficie 

Con  los datos  climatológicos  (fig.1)  se  realiza una primera  lectura del  contexto.  Se  trata de un  clima templado, caracterizado por veranos suaves e inviernos no demasiado severos. Superponiendo el rango de confort [2] se observa que  las temperaturas se mantienen  ligeramente por debajo durante todo el año,  por  lo  que  los  problemas  de  sobrecalentamiento  deberían  ser  fácilmente  evitables  mediante ventilación.  El  período  de  calefacción  se  extiende  de  Noviembre  a Marzo,  aunque  los  aportes  no debieran ser muy altos ya que  las medias mínimas no bajan de  los 8⁰ C. La  radiación solar horizontal presenta  valores  típicos  para  la  latitud  43⁰N,  con  máximos  en  verano  y  mínimos  en  invierno.  Sin embargo es  interesante saber que  la  radiación vertical sobre superficies orientadas al Sur alcanza sus máximos en invierno (fig.2)  que es cuando es realmente útil como medio natural de calefacción.  

Origen y destino final de la energía 

En  todos  los países  comunitarios, el  sector de  la edificación es uno de  los mayores  consumidores de energía, junto con el transporte y la industria. En Galicia, al igual que en el global de España, equivale al 27% del total de  la energía consumida, con un 17% correspondiente a edificios residenciales y el 10% restante a edificios de otros usos. Dentro del uso doméstico, más de la mitad de la energía se dedica a calefacción,  seguido  de  iluminación,  aparatos  eléctricos  y  cocina  y  un  porcentaje  casi  residual  de refrigeración [3].  

La  carga  de  calefacción  es,  entre  estos  factores,  el  que  más  está  influido  por  la  articulación arquitectónica  de  la  edificación,  esto  da  cuenta  de  la  importancia  del  diseño  en  la  conservación  de energía. Muchos de los elementos que determinan esta carga pueden ser optimizados por el arquitecto durante el proceso de diseño para mejorar el comportamiento ambiental del edificio.  

Page 4: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

 Fig. 3 Usos finales de la energía doméstica                                      Fig. 4 Carga de calor media en relación al año de construcción 

La media  de  consumo  energético  en  Galicia  es  de  120kWh/m²  por  año  por  lo  que  la  destinada  a calefacción  supone alrededor de 60kWh/m² año. Estos valores varían dependiendo de  la edad de  los edificios, construcciones más antiguas pueden alcanzar una carga calorífica de hasta 100kWh/m² año, mientras que aquellos construidos después de  los años ochenta,  con aislamiento y mejores ventanas pueden rondar los 40kWh/m² año. 

En cuanto al origen de la energía, las principales fuentes son el carbón y el petróleo. Más de un tercio de la energía eléctrica proviene del carbón mientras que aproximadamente la mitad de la energía calorífica se origina de productos derivados del petróleo. A pesar del desarrollo de las renovables todavía  supone una  proporción  inferior  al  40%  del  total  de  energía  consumida  en  Galicia.  De  ahí  la  necesidad  de controlar  la  demanda  en  el  punto  de  consumo,  ya  que  de  seguir  creciendo  al  ritmo  actual  no  será posible  aumentar  la  proporción  de  energía  renovable  a  pesar  de  las  inversiones  realizadas  en  este campo.   

Los tejidos residenciales de la ciudad 

La estructura   urbana de  las  ciudades españolas es  resultado de un proceso de  crecimiento que  tras siglos de  cierto  equilibrio  se  acentuó notablemente  en  el  siglo  XX.  Tanto  el núcleo histórico original como  las  sucesivas etapas de  crecimiento han dejado una huella que permanece en el  tejido urbano conformando barrios y sectores claramente diferenciables. Esos estratos se localizan en forma de anillos perimetrales,  siguiendo  la  lógica  de  ocupación  de  nuevos  terrenos  que  se  producía  cada  vez  que  la ciudad necesitaba expandirse. Esa tendencia a la dispersión todavía permanece como una vocación de la ciudad  contemporánea  en  un  modelo  claramente  insostenible  y  que  debe  ser  reconsiderado.  La rehabilitación y mejora de  los barrios  interiores es una de  las herramientas para combatir el excesivo consumo de recursos de la ciudad actual.  

Cada  barrio  de  la  ciudad  puede  analizarse  desde  diferentes  puntos  de  vista  pero  lo  que  en mayor medida afectará el consumo energético de sus edificaciones será su configuración física y las tipologías constructivas y arquitectónicas utilizadas. En este sentido, se podría hablar de  la existencia de cuatro tipos de tejido residencial urbano:  

‐ La  ciudad  histórica.  El  centro  de  la  ciudad,  en muchos  casos  de  origen medieval  y  con  edificios construidos  antes  de  1940.  El  trazado  histórico  es  irregular,  con  calles  estrechas  y  parcelas profundas.  El  crecimiento  se  concentraba  en  torno  a  las  principales  vías  y  dentro  del  recinto amurallado. Estos centros son actualmente objeto de políticas de rehabilitación integral. El ejemplo más  conocido es el de Santiago pero  la  traza medieval  todavía  se  conserva  claramente  legible en Pontevedra, Coruña, Lugo u Ourense. 

‐ Los  barrios  de  posguerra.  Son  barrios  surgidos  en  los  años  cuarenta  y  cincuenta,  normalmente promovidos  por  el  Instituto Nacional  de  la  Vivienda  para  acomodar  al  flujo  de  trabajadores  que llegaban a la ciudad. Son piezas diseñadas unitariamente, normalmente situadas en el extrarradio y 

Page 5: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

que  recogen  algunos  postulados  de  la  teoría  urbana  europea  sobre  criterios  de  soleamiento  y ventilación. Muchas de estas piezas  todavía perviven en  la ciudad como es el caso de Recimil, en Ferrol, o el barrio del Carmen en A Coruña.  

‐ Los  ensanches de  los  años  sesenta  y  setenta.  Es un período de  gran  expansión  en  la que  zonas rurales periurbanas son absorbidas por la ciudad. La ciudad se densifica y con ello se vuelve a unos tejidos  sobreedificados con pobre  soleamiento. Cada ciudad gallega presenta uno o varios barrios con estas características; el ensanche de Santiago, el Agra del Orzán en Coruña o el Calvario en Vigo. 

‐ Los polígonos residenciales. Aunque su origen es anterior, alcanzan su máximo desarrollo a partir de los   años ochenta hasta  la actualidad. Se  caracterizan por una  reorganización de  la propiedad del suelo que permite  la obtención de  áreas  libres  y  zonas  verdes.  Las  densidades bajan  respecto  al período anterior y  la posibilidad de soleamiento aumenta. Campolongo en Pontevedra o Elviña en Coruña son claros ejemplos. 

            Fig. 5 Tipos de tejido urbano residencial de las urbes gallegas 

Tipologías constructivas asociadas a cada tejido 

Paralelamente a los desarrollos urbanos se produjo una evolución en las tipologías edificatorias. Por un lado, la configuración formal del edificio responde al modo en el que se inserta en la trama de la ciudad, por  otro  lado,  se  incorporan  nuevos  sistemas  constructivos  y  tecnologías  que  dan  lugar  a comportamientos ambientales diferentes. Realizando las simplificaciones necesarias para un proceso de análisis, es posible asociar una tipología edificatoria a cada período o tejido urbano residencial:  

‐ Edificación  tradicional  entre  medianeras.  Su  forma  y  geometría  responde  a  la  estrechez  y profundidad de las parcelas, que suelen tener entre cuatro y siete metros de ancho por unos doce o quince de fondo. Las fachadas y medianeras están compuestas por muros de granito de unos sesenta centímetros de espesor,  lo que se traduce en una transmitancia U de 2.5 W/m²K. La cubierta está formada por una estructura de madera sobre un espacio fuertemente ventilado y rematada con teja cerámica. La ventana  tradicional  tiene carpintería de madera y vidrio simple con valores U de 5.5 W/m²K. La ausencia de premarco en la ventana tradicional hace que la junta entre la carpintería y el muro de piedra  sea muy permeable  al  aire  lo que  facilita  la  ventilación natural pero  también  las 

Page 6: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

pérdidas de calor. La presencia de galerías actúa, dependiendo de la orientación, como colector solar y sistema de calentamiento pasivo. 

‐ El bloque lineal de posguerra. Es una combinación de una distribución muy estudiada ejecutada con pocos medios  y materiales  pobres.  Estos  edificios  tienen  buen  potencial  para  beneficiarse  de  la energía  solar  ya que  se disponen  en bloques o hileras de baja  altura  y  con  separación  suficiente entre  unos  y  otros.  Las  viviendas  son  pequeñas  y  se  distribuyen  en  pisos,  la  poca  profundidad posibilita una buena ventilación cruzada. Se siguen utilizando materiales disponibles localmente; los muros suelen ser mampostería y cemento (U=2.5 W/m²K) y tanto  las ventanas como el sistema de cubierta son una continuación del período anterior, solo que se reduce el  tamaño de  las ventanas para minimizar las pérdidas de calor. La mayor novedad es la introducción de losas de hormigón en  los forjados.  

‐ El edificio del desarrollismo. Esta tipología es  la más habitual en  la ciudad actual. Suele constar de un mínimo de seis o siete plantas y esta insertado en una densa trama urbana. Patios interiores de dimensiones mínimas  iluminan  y  ventilan  de manera más  bien pobre  alguna de  las  estancias.  Se generaliza el uso de  la  cámara de aire en una  fachada que deja de  ser estructura y por  tanto  se reduce su espesor. La doble hoja de ladrillo con la cámara de aire resulta en una trasmitancia entre 0.8 y 1.2 W/m²K. La cubierta también se reduce, siendo ahora un forjado de hormigón más con una lámina impermeable sin espacio de ventilación; esto provoca riesgo de sobrecalentamiento para las viviendas superiores en verano y pérdidas de calor en invierno. Las ventanas son de aluminio aunque se mantiene el acristalamiento simple.  

‐ La edificación del bienestar. Los edificios construidos a partir de los años ochenta deben cumplir la norma básica sobre condiciones térmicas (NBE‐CT 79) por la cual se limita la conductividad máxima que se puede alcanzar. Además se extiende el uso de materiales aislantes en muros y cubiertas y se introduce el doble acristalamiento con cámara interior. De este modo las transmitancias del muro de  0.5 W/m²K  es  un  valor  normal  y  las  pérdidas  de  calor  por  las  ventanas  se  reducen.  Todavía  se mantienen ciertos problemas de puentes térmicos en las cabezas del forjado y huecos de persianas que con el tiempo se irán resolviendo.  

Comportamiento térmico de las tipologías edificatorias residenciales  

La evolución de estas tipologías en el último siglo ha propiciado un paso de un modo de funcionamiento selectivo hacia un modo excluyente  [4]. Mientras que  los edificios  tradicionales muestran una mayor interacción con el medio,  los sistemas constructivos actuales  tienden a confiar cada vez más en altos niveles  de  aislamiento  y  en  el  uso  de  instalaciones mecánicas  de  calefacción  o  ventilación. De  esto modo,  los  edificios  se  aíslan  del medio,  excluyendo  no  solo  los  aspectos  negativos  sino  también  los aspectos beneficiosos disponibles de manera natural.  

La comparación del comportamiento térmico de la envolvente de un edificio de posguerra y la  de uno actual muestra unas  temperaturas  interiores más elevadas en el primero a pesar de estar construido con peores materiales.  Los dos  edificios  se benefician de un buen  soleamiento pero  el  alto nivel de aislamiento  del más moderno  reduce  la  capacidad  de  aprovechamiento  de  esas  buenas  condiciones para calentar el espacio interior (fig.6). Si al análisis se añade la acción de las cargas internas (ocupantes, iluminación, equipos electrónicos…) la mejora en el comportamiento del edificio más aislado es notable. En  tipologías más antiguas,  las pérdidas de  calor a  través de  los  cerramientos  son mayores y no  son capaces de retener el calor en el interior, por lo que cuando la temperatura externa baja, la temperatura interior  se  reduce  rápidamente  a  pesar  de  la  acción  de  las  cargas  internas.  Cuando  el  edificio  está aislado se vuelve menos sensible a  las condiciones externas y unas  ligeras ganancias de calor  interior  son suficientes para que la temperatura aumente gradualmente. Este diferente funcionamiento sugiere que  las  técnicas de  rehabilitación aplicadas a  cada  tipología deberían  ser aplicadas en  función de  los sistemas constructivos originales.  

Page 7: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

 

 

 Fig. 6 Temperatura interior (⁰C) sin cargas internas (superior) y con cargas internas pero sin calefacción (inferior) 

ESTUDIOS PARAMÉTRICO DE LAS TÉCNICAS DE REHABILITACIÓN 

Precedentes 

Durante  la última década  se han  realizado en Europa numerosas  investigaciones acerca del potencial ahorro  en  energía  de  calefacción mediante  programas  de  rehabilitación.  Se  han  analizado  tanto  la implementación de medidas asiladas como en su conjunto, para poder predecir su  rendimiento en el futuro.  Discrepancias  de  hasta  un  40%  en  los  resultados  demuestra  que  las  predicciones  basadas solamente en las técnicas rehabilitadoras, sin estar sujetas a un contexto claro, pueden ser imprecisas. Por  otro  lado,  si  se  han  de  considerar  todas  las  variables,  el  número  de  escenarios  posibles  sería demasiado  vasto  para  ser manejado.  En  el  presente  artículo,  las  variables  determinantes  han  sido definidas  por  las  tipologías  edificatorias  y  tejidos  urbanos  más  comunes  por  lo  que  las  técnicas rehabilitadoras son analizadas en relación al sistema constructivo donde son aplicadas.  

Aislamiento térmico 

La  finalidad  del  aislamiento  térmico  es  la  de  controlar  y  reducir  el  flujo  de  calor  a  través  de  los cerramientos del edificio. Esto se puede conseguir mediante el uso de un aislamiento radiante [5], que refleja el calor de vuelta al origen, mediante sistemas de alta resistividad térmica, añadiendo cavidades de aire en la dirección del flujo, o mediante materiales con una inercia térmica suficiente para ralentizar y suavizar el proceso de transmisión de calor.  La técnica más común en un clima templado es el uso de materiales  porosos  para  reducir  la  transmisión  por  conducción.  Estos materiales  son  normalmente polímeros plásticos como poliestireno o poliuretano. Es una solución relativamente sencilla y económica para edificios que carecen de una adecuada envolvente, como es el caso de  la mayor parte de  los que fueron construidos antes de la Norma de Condiciones Térmicas de 1979, muchos de los cuales todavía permanecen en el mercado. Sin embargo hay dos aspectos a analizar en cuenta antes de aplicar una capa  aislante  en  un  proyecto  de  rehabilitación:  el  espesor,  dado  que  se  trata  de  materiales ambientalmente  costosos,  conviene  optimizar  su  aplicación,    y  su  posición  en  el  cerramiento,  para maximizar su rendimiento sin perjudicar las posibles virtudes del edificio original.  

Page 8: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

Aislamiento térmico de muros 

Los muros suponen, por lo general, la mayor superficie de contacto entre el edificio y el exterior. Por lo que la reducción de su transmitancia es normalmente una medida efectiva. Sin embargo el incremento del  aislamiento  del  muro  sigue  la  ley  del  rendimiento  decreciente,  lo  que  significa  que  mayores espesores  no  garantizan  un mayor  ahorro  en  energía  (fig.7).  Cuando  se  alcanza  un  cierto  nivel  de aislamiento, el material que se añada a mayores supone un desperdicio de energía, material y coste.  

 Fig. 7 Relación entre espesor del aislamiento en un muro de                 Fig. 8 Efecto de aislamiento y su posición relativa en la             granito y la carga de calefacción                                                                   temperatura superficial de un muro de granito  

En una  rehabilitación,  la decisión  sobre  la posición de  la  capa de aislamiento va a  tener  importantes consecuencias en los patrones de transmisión de calor debido a las diferentes propiedades dinámicas de los materiales. Muchos edificios históricos están construidos con anchos muros de granito y debido a la capacidad  térmica  de  la  piedra,    el  flujo  térmico  se  ralentiza.  De  este  modo  las  fluctuaciones  de temperatura  se  suavizan  y  las  condiciones  internas  se  estabilizan.  Al  añadir  un material  aislante,  el funcionamiento  térmico  del  muro  se  transforma,  y  dependiendo  de  la  posición  de  esa  capa  de aislamiento, los beneficios de la inercia térmica pueden ser acentuados  o distorsionados. En el caso de edificaciones de mampostería o granito la posición exterior del aislamiento posibilita unas temperaturas interiores mucho más estables  (fig.8). Sin embargo otros criterios arquitectónicos pueden  limitar esta posibilidad, optando por un aislamiento  interior. En este caso se pierde el efecto de  la  inercia térmica pero se limitan las pérdidas por conducción.          

Aislamiento térmico de cubiertas 

La cubierta es uno de los elementos más sensibles del edificio. Recibe los mayores niveles de radiación solar en el período que ésta es menos deseable (fig. 2) y es la parte de la envolvente  más expuesta  al viento y la lluvia. La edificación tradicional y de posguerra soluciona estos problemas mediante el uso de espacios de transición y tejados inclinados. No obstante, en muchos casos de rehabilitación se demanda la incorporación de estos espacios de bajo cubierta a la superficie habitable de las viviendas. Esto obliga a resolver el aislamiento de  la cubierta mediante  la adición de capas en el espesor del cerramiento. El aislamiento de  la  cubierta,  además de  responder  también  a  la  ley del  retorno decreciente,  tiene un mayor rendimiento global en  los edificios de poca altura. Es evidente que el efecto más  inmediato se obtiene en la planta bajo cubierta, y que el ahorro medio en calefacción de los pisos restantes depende del  número  de  alturas. Una  edificación  de  tres  alturas  puede  obtener  un  ahorro medio  de  un  15% mediante el aislamiento de la cubierta, mientras que el ahorro a partir de las ocho alturas no superará el 5%. En  cuanto al espesor, una  capa de 15cm puede alcanzar una  transmitancia U de 0.23 W/m²K, a partir de ese punto  los  retornos en ahorro calorífico son mínimos. De hecho, a partir de  los 25cm de poliestireno extrusionado la energía consumida en la fabricación de material redundante es mayor que el ahorro energético alcanzado a mayores.  

 

Page 9: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

Aislamiento térmico del forjado  

Tanto si la planta baja está en contacto con el terreno como si da a un espacio no calefactado, se van a producir transmisiones  de calor hacia los mismos. La junta entre el perímetro del forjado y la fachada es otro punto sensible ya que puede generar puentes térmicos.  El uso de aislamiento térmico resuelve de manera sencilla las pérdidas de calor a través del forjado inferior, aunque la repercusión de esta medida en el consumo global de edificios de más de  tres plantas va a ser  inferior al 5% de ahorro, ya que el mayor  efecto  se obtiene en  la planta primera.  En  cuanto  a  los puentes  térmicos  en  los  forjados, un aislamiento continuo por la cara exterior del muro sería la mejor solución posible, sin embargo esto no siempre es posible y hay que actuar por el  interior. En ese caso hay que prestar especial atención a  la esquinas de los encuentros entre forjado y muro y evitar grandes diferencias térmicas entre la superficie interior de  los cerramientos y  la  temperatura ambiental. El aislamiento  superior e  inferior de  la  línea perimetral  del forjado puede atenuar el problema (fig. 9) 

                         Fig. 9 Solución alternativa para reducir los puentes térmicos cuando sólo es posible aplicar aislamiento interior 

Ventanas 

Si la cubierta es un elemento sensible, la ventana es definitivamente el punto más frágil de la envolvente del edificio. La alta transmisión de la superficie acristalada y la permeabilidad a través de las juntas son causas importantes de pérdidas calor. Sin embargo, parte de estas pérdidas pueden ser contrarrestadas mediante  la captación de ganancias  solares al  interior.  Las medidas enfocadas en mejorar  los huecos intentan  lograr una mayor  resistencia  térmica  y hermetismo, a  la  vez que mantener  las propiedades ópticas del vidrio como captador solar. Ante  la sustitución de  las ventanas en un edificio existente se debe  considerar  permeabilidad  y  la  conductividad  térmica  conjunta  de  los  nuevos  sistemas.  La necesidad de aire fresco para mantener  la calidad del aire  interior hace poco rentable  la utilización de ventanas demasiado herméticas. En cambio, cuando existen grandes diferencias entre la conductividad de  los materiales  que  componen  el marco  y  el  vidrio  se  pueden  producir  puentes  térmicos  en  sus encuentros y que  reducen  la eficiencia del conjunto.   Por  lo  tanto el comportamiento  térmico será el factor determinante para establecer el criterio de selección de una nueva ventana. Este criterio debe estar basado en el análisis del balance de ganancias y pérdidas térmicas que cada producto ofrece, para ello es necesario estudiar no sólo la transmitancia del conjunto sino también las propiedades solares del vidrio (factor solar, θ). A través del ese balance se pueden realizar comparaciones entre productos para valorar  la  potencial  rentabilidad  de  sistemas  sofisticados  o  costosos.  La  figura  10  muestra  una comparación  entre  tres  tipos  de  ventana,  relacionando  la  transmisión  térmica  con  el  factor  solar  y obteniendo  las  ganancias‐pérdidas  netas  a  través  del  vidrio.  Los  cálculos mostrados  se  expresan  en medias  diarias  para  el mes  de  Enero  en A  Coruña  y  una  orientación  sur;  las  ventanas  funcionan  en combinación  con  unas  contras  aislantes  que  reducen  las  pérdidas  de  calor  durante  la  noche.  Los resultados de este análisis demuestran que un  sistema  intermedio  (doble  vidrio  con  cámara de aire) puede  tener un mejor  comportamiento que uno más  sofisticado  (doble  vidrio  con baja  emisividad  y cámara  rellena  de  gas)  el  cual,  debido  a  su  bajo  factor  solar  no  permite  aprovechar  las  ganancias naturales.  

Page 10: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

10 

 Fig. 10  Comparación de tres sistemas de ventana con           Fig. 11  Relación de las ganancias solares con la proporción de huecos              contras nocturnas aisladas 

Optimización de ganancias solares 

Las  reducidas dimensiones de  los huecos de  fachada  en  edificaciones de posguerra  y  las deficientes condiciones  lumínicas  en  las  estancias  abiertas  a  patios  interiores  hacen  que  la  apertura  de  nuevas superficies acristaladas o ensanchamiento de huecos existentes sea una opción planeada con frecuencia en proyectos de rehabilitación funcional. Desde el punto de vista energético, la apertura de huecos en repercutirá  casi  con  seguridad  en  un mayor  consumo,  ya  que  las  pérdidas  de  calor  superarán  las ganancias solares, a menos que se tomen medidas complementarias, como el uso de contras aislantes. Únicamente en una fachada sur con buena exposición solar se puede rentabilizar esa inversión de forma clara.  

Otra opción muy extendida es la del cierre de balcones existentes con elementos acristalados, creando galerías que capturan y retienen la energía solar. Normalmente ese calor se transmite al interior a través del muro intermedio, que para que sea más eficaz no puede estar muy aislado. La principal desventaja de estos  sistemas es el de  sincronización, ya que normalmente el mayor aporte de ganancias  solares ocurre  cuando no  son  tan necesarias.  Se debe diferenciar por  lo  tanto  entre  las  ganancias útiles,  es decir, las que repercuten en un ahorro de calefacción, de las sobrantes, que pueden resultar en riesgo de sobrecalentamiento (fig.11) 

Otros conceptos más avanzadas como los muros solares, con o sin aislamiento transparente, presentan como  principal  contratiempo  su  elevado  coste  de  implantación,  tanto  energético  como  económico. Además de  la transformación de  la  imagen del edificio original,  lo cual en algunos casos  irá contra un espíritu de conservación patrimonial.  

RENDIMIENTO DE LAS MEDIDAS SOBRE CADA TIPOLOGÍA EN SU CONTEXTO 

El rendimiento de la implementación de las medidas rehabilitadoras se mide mediante tres indicadores;    el ahorro energético alcanzado, el coste de  la solución  (expresado en euros/m²) y el coste energético asociado a  la  construcción de  cada propuesta.   Para el  cálculo del ahorro energético  se modelan  los edificios dentro de  su  contexto urbano,  considerando por  tanto  la densidad del  tejido y el efecto de sobreamiento asociado  a  cada  tipología.  Los materiales  y  geometría empleados  son  resultado de  los análisis previos y  recogen  las principales características de  tipo edificatorio. En cuanto al presupuesto económico,  se  realiza  a  partir  de  bancos  de  datos  disponibles  y  experiencias  previas  [6].  Todos  los valores se traducen a la unidad por metro cuadrado de área calefactada para facilitar las comparaciones.  

Page 11: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

11 

Caso 1.1 Aislamiento 50mm interior  Caso 1.2 Aislamiento 50mm exterior Caso  1.3  Aislamiento  100mm exterior         Caso 2.1 Aislamiento cubierta 50mm Caso  2.2  Aislamiento  cubierta 100mm        Caso  3  Aislamiento  forjado  inferior 50 mm      Caso  4.1  Sustitución  de  ventanas simples  por  doble  vidrio  y carpintería de madera Caso  4.2  Sustitución  de  ventanas con incremente del sellado      Caso 5.1   Muro solar  Caso  5.2  Muro  solar  con  material aislante transparente        Caso 6. Balcón acristalado     

 Fig. 12  Relación de las ganancias solares con la proporción de huecos

Page 12: Ponencias - SB10mad · Por un lado, el usuario‐redactor se ve liberado de los algoritmos y ecuaciones para obtener fácilmente un consumo final que se traduce en un certificado

 

Ponencias 

12 

La evaluación del  rendimiento de  las medidas anteriormente analizadas  se  resumen en  la  figura 12 y confirman los patrones detectados en los estudios anteriores. Siguiendo esas lógicas, el aislamiento del muro se muestra como la medida más efectiva a priori, excepto en las tipologías más modernas donde la existencia de un aislamiento previo  limita  la eficacia de  la nueva adición.   Si además se considera el ciclo de  vida de  los materiales, puede  fácilmente  resultar que  la aplicación de mayor aislamiento en estos edificios  resulte en un balance energético negativo. En cambio, el ahorro potencial en edificios tradicionales alcanza el 49%, siendo ligeramente inferior el ahorro en edificios de posguerra. A pesar de tener unos  sistemas  constructivos  similares,  el  consumo base del  edificio de posguerra  es  inferior  al tradicional de casco histórico; esto se debe a que se benefician de una mayor ganancia solar debido a la estructura urbana donde  se  insertan. Por ese mismo motivo,  la aplicación del muro  solar o balcones acristalados  son  hasta  un  28% más  eficaz  en  los  tejidos  lineales  de  los  años  cincuenta.  Este mismo sistema aplicado en los barrios de los años ochenta muestra un rendimiento inferior a pesar de tener un buen soleamiento. Esto se debe a que el aislamiento del muro original impide que el calor captado por el muro solar  lo atraviese y pueda penetrar al  interior por conducción. Todas  las observaciones que se pueden deducir de este gráfico  confirman, por  tanto,  las  conclusiones obtenidas a  través del análisis paramétrico realizado anteriormente, y verifican la influencia de la trama urbana y tipología edificatoria en la eficacia de las medidas rehabilitadoras. 

CONCLUSIONES 

Esta  ponencia  se  ha  enfocado  en  el  desarrollo  de  una  metodología  para  abordar  programas  de rehabilitación energética sobre el tejido residencial construido. Para ello se ha elaborado un detallado análisis del objeto a intervenir, esto es, de los barrios de la ciudad, tomando las ciudades gallegas como ejemplo. Este análisis comienza por los datos climáticos y la descomposición del uso de la energía como base  para  emprender  futuras  simulaciones.  A  continuación  se  definen  claramente  las  características esenciales de cada uno de  los grupos tipológicos, con  la finalidad de acotar y clarificar  los criterios de intervención. A  través de  los estudios paramétricos  se profundiza en el potencial  rendimiento de  las técnicas  de  rehabilitación,  desde  las  más  comunes  hasta  las  menos  consolidadas.  Por  último  se contrasta el aprendizaje obtenido de esos estudios con las simulaciones informáticas, que confirman la validez  de  las  hipótesis  y  dan más  información  sobre  la  eficacia  de  las medidas  estudiadas.  Como resultado  se  concluye  la  necesidad  de  evaluaciones  previas  ante  la  implementación  de  políticas energéticas sobre el parque de viviendas ya que no se pueden generalizar potenciales de ahorro sin un conocimiento  previo  de  las  técnicas  y  una  clara  clasificación  tipológica.  Los  resultados  de  esta  pre‐evaluación podrá informar posteriormente el proceso de toma de decisiones. 

AGRADECIMIENTOS 

Esta ponencia está basada en una tesis del Master in Sustainable Environmental Design realizado en la Architectural Association School of Architecture, London. Agradezco a la Fundación Barrié por el apoyo prestado para la realización de esta tesis. 

Referencias 

[1]   Código Técnico de la Edificación. Ahorro de Energía.  p.31,2006 [2]   F.  Nicol  &  L.  Pagliano.  Allowing  for  thermal  comfort  in  free‐running  buildings  in  the  new 

European  Standard  EN15251.  Proceeding  of  28th  AIVC  Conference  on  Building  Low  Energy Cooling and Advanced Ventilation Technologies in the 21st Century. 2007 

[3]   INEGA. Instituto de Energía de Galicia. Última visita 28/02/2010         www.inega.es [4]   D. Hawkes,  The Environmental Tradition. Studies in the architecture and the environment. E&F 

Spon, London.1996 [5]   S.V.  Szokolay,    Introduction  to  Architectural  Science:  The  Basis  of  Sustainable  Design. 

Architectural Press. 2004 [6]   IGVS. Base de Datos de la Construcción de Galicia v.11. 2008