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1 Transmisión intergeneracional de la violencia física en las parejas Alejandra Nava Ernult 1 Resumen La presente investigación tiene como objetivo general descubrir los patrones intergeneracionales y el funcionamiento familiar que generan violencia intrafamiliar de forma repetitiva en parejas violentas. Los objetivos particulares pretenden: a) conocer cuáles son los patrones y ciclos repetitivos de la transmisión intergeneracional de la violencia física en las parejas; b) analizar el impacto de la violencia física en parejas y cuál es el impacto en el funcionamiento familiar; y c) explicar una propuesta de intervención terapéutica que detenga la violencia física en las parejas. El diseño de la metodología es cualitativo, de tipo descriptivo-explicativo. Entre los instrumentos que se utilizan están el genograma (McGoldrick y Gerson, 2000) y la escala de Funcionamiento Familiar (Espejel et al., 2008). Las muestras se tomaron de siete estudiantes de nuevo ingreso de las licenciaturas (Educación Especial, Ciencias de la Familia y Atención Integral al Adulto Mayor) de la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, México. Los resultados, en cuanto a los niveles de funcionalidad, muestran que cinco parejas presentan puntajes totales de disfuncionalidad, una de funcionalidad y una en el límite de la funcionalidad. Los puntajes totales por factor que son funcionales: supervisión, afecto, apoyo. Los puntajes totales por factor que son disfuncionales: control, conducta disruptiva, comunicación, afecto negativo y recursos; en el límite de la funcionalidad se encuentra autoridad. En lo referente a los genogramas, el caso I: intento de asesinato, abuso sexual, violencia. Casos II y III: violencia, alcoholismo. Caso IV: violencia de un menor (8 años) hacia su hermana mayor (18 años) y violencia trigeneracional. Caso V: tortura, asesinato, violencia. Caso VI: muertes por accidentes. Caso VII: violación a una menor de edad, violencia, menor internado en orfanato por ausencia de padres. Palabras clave: transmisión intergeneracional, violencia, funcionamiento familiar. 1 Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, México. Correo electrónico: dayanale_24@ hotmail.com Ponencia presentada en el Seminario Internacional: Estudios sobre violencia de pareja, 26 de julio de 2017, Asunción-Paraguay.

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1

Transmisión intergeneracional de la violencia física en las parejas

Alejandra Nava Ernult1

Resumen

La presente investigación tiene como objetivo general descubrir los patrones

intergeneracionales y el funcionamiento familiar que generan violencia intrafamiliar de

forma repetitiva en parejas violentas. Los objetivos particulares pretenden: a) conocer

cuáles son los patrones y ciclos repetitivos de la transmisión intergeneracional de la

violencia física en las parejas; b) analizar el impacto de la violencia física en parejas y cuál

es el impacto en el funcionamiento familiar; y c) explicar una propuesta de intervención

terapéutica que detenga la violencia física en las parejas. El diseño de la metodología es

cualitativo, de tipo descriptivo-explicativo. Entre los instrumentos que se utilizan están el

genograma (McGoldrick y Gerson, 2000) y la escala de Funcionamiento Familiar (Espejel

et al., 2008). Las muestras se tomaron de siete estudiantes de nuevo ingreso de las

licenciaturas (Educación Especial, Ciencias de la Familia y Atención Integral al Adulto

Mayor) de la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano de la Universidad

Autónoma de Tlaxcala, México. Los resultados, en cuanto a los niveles de funcionalidad,

muestran que cinco parejas presentan puntajes totales de disfuncionalidad, una de

funcionalidad y una en el límite de la funcionalidad. Los puntajes totales por factor que son

funcionales: supervisión, afecto, apoyo. Los puntajes totales por factor que son

disfuncionales: control, conducta disruptiva, comunicación, afecto negativo y recursos; en

el límite de la funcionalidad se encuentra autoridad. En lo referente a los genogramas, el

caso I: intento de asesinato, abuso sexual, violencia. Casos II y III: violencia, alcoholismo.

Caso IV: violencia de un menor (8 años) hacia su hermana mayor (18 años) y violencia

trigeneracional. Caso V: tortura, asesinato, violencia. Caso VI: muertes por accidentes.

Caso VII: violación a una menor de edad, violencia, menor internado en orfanato por

ausencia de padres.

Palabras clave: transmisión intergeneracional, violencia, funcionamiento familiar.

1 Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Tlaxcala,

México. Correo electrónico: dayanale_24@ hotmail.com

Ponencia presentada en el Seminario Internacional: Estudios sobre violencia de

pareja, 26 de julio de 2017, Asunción-Paraguay.

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Antecedentes

La familia produce una serie de interacciones sociales que, por ser significativas, serán

interiorizadas por cada sujeto y, por lo tanto, influirán de manera decisiva en el curso de

su desarrollo social, afectivo, intelectual (Arranz y Olavarrieta, 1998 en Valdés, 2007). Así,

para la mayoría de las personas, la familia constituye la más importante red de apoyo

social durante las diversas transiciones vitales que han de realizar en su vida: búsqueda

de pareja, trabajo, vivienda, nuevas relaciones sociales, jubilación, vejez, etcétera,

asimismo, las crisis impredecibles que se pueden presentar: muerte de un familiar,

desempleo, divorcio. Además, se generan las condiciones que permiten al individuo

aprender a asumir responsabilidades, solucionar problemas, transmitir los valores, la

moral y se reproduce el poder.

Aunado a lo anterior, dentro del contexto del grupo familiar se originan situaciones

emocionales, la expresión del afecto, el apoyo mutuo e interacciones entre los miembros

que influyen decisivamente en el desarrollo de la autoestima y la identidad personal de

sus integrantes. Es decir, en este grupo es donde el individuo obtiene la mayor fuente de

afectos y donde puede desarrollar relaciones verdaderamente íntimas, por ejemplo, el

vínculo que se desarrolla entre la madre y el hijo (especialmente en la etapa de crianza,

cuando el hijo sigue fielmente conductas de la madre, aprende a relacionarse con el

mundo gracias a los estímulos sociales y afectivos que, en principio, son fomentados por

ella). Así es como se construyen los grandes afectos. Sin embargo, también emergen las

emociones más duras, intensas y fatales, que infligen al menor, y se les denomina

violencia.

Asimismo, en la familia nacen y maduran los sentimientos más intensos y se

aprenden los comportamientos sociales básicos. Además de ello, se practica la

comunicación interpersonal por medio de la aceptación de la diferencia y la autoridad, el

respeto a las reglas, la tolerancia a la frustración, la experiencia del compromiso y la

negociación, tanto en la familia como en la red social. Si estos aprendizajes no se

asimilan, o sea, si no se toman en cuenta la diferencia, la singularidad y los deseos de

cada persona, aparece la violencia, y esta se vuelve el modo más habitual de resolver los

conflictos familiares (Perrone, 2005).

En consecuencia, los trastornos emocionales y sociales pueden ser considerados

como una expresión de problemas que han sido desarrollados y transmitidos en el

transcurso de varias generaciones. Desde esta perspectiva multigeneracional no se

3

considera, por ejemplo, que la madre de un niño esquizofrénico sea la responsable de la

esquizofrenia de su hijo; la madre es simplemente un jugador dentro de una serie de

jugadores de otras generaciones.

La perspectiva multigeneracional ha sido estudiada por Boszormenyi-Nagy

(Boszormenyi-Nagy 1973) y Bowen (1976, 1978 en Simon et al., 2002). Estos

investigadores han podido demostrar cómo en el transcurso de varias generaciones han

comenzado a funcionar mecanismos similares de identificación proyectiva, una especie de

red. En este sentido, Alejandro Jodorowsky (2011) señala que una red se teje poco a

poco, en contacto con nuestros familiares y los conocimientos que nos transmiten.

Heredamos experiencias. Sin embargo, al ser estas experiencias limitadas, se traducen

en idiomas nacionales que producen estados mentales estancados en un mundo interior

que abarca muy pocas conexiones, una celda cultural de la que difícilmente se puede

escapar.

Dicho de otra manera, todo individuo es el producto de dos fuerzas: la fuerza

imitadora —dirigida por el grupo familiar, que actúa desde el pasado— y la fuerza

creadora —manejada por la conciencia universal desde el futuro—. Sobre esto último,

cuando los padres limitan a sus hijos y los obligan a someterse a planes, a consignas

(“serás esto o aquello” o “te parecerás a tal”, “nos obedecerás y propagarás nuestras

ideas y creencias”), desobedecen los proyectos evolutivos del futuro, por lo que sumen a

la familia en toda clase de enfermedades físicas y mentales. Si ocurre lo anterior,

entonces se originan las pautas interaccionales de una familia nuclear que han sido

prefiguradas y establecidas en las familias de origen de los padres.

Sobre nuestro problema de investigación —al que pretendemos conceptualizar

como transmisión intergeneracional de la violencia—, diversas investigaciones han

reportado las formas en que se estructuran y funcionan las familias que experimentan

violencia interna. Estas familias están teñidas por las creencias culturales patriarcales,

donde los roles siguen siendo tradicionales (Lucrecia y Paz, 2000). En ese mismo sentido

lo señalan Irma Olivera y Matilde García (2013: 83), en la investigación sobre

“Familiograma trigeneracional como herramienta para diagnóstico presuncional en la

problemática familiar”, que detectaron que una tercera parte de las familias estudiadas

acepta la presencia de violencia y solo en una familia se detectó la repetición de la

violencia en dos generaciones.

En otra investigación (Murillo, 2012), se reporta que la memoria familiar opera

como un dispositivo que determina la estructura familiar; aquella será constituida por los

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participantes en la futura relación de pareja: en la forma de asumirse como mujeres y

como esposas. Es decir, la presencia de violencia conyugal es una evidencia de patrones

de interacción similares en ambas generaciones. La presencia de violencia conyugal ha

sido determinada por la influencia de los patrones de interacción observados y

vivenciados en las diadas conyugales establecidas por sus padres. Esta memoria

generacional se perpetúa en las dinámicas relacionales como una película que se debe

repetir, por honor al antepasado, por emular una figura de poder jerárquico en la familia,

no importando los matices, los límites y el riesgo que implica, solo se replica consciente o

inconscientemente.

En la investigación realizada por Carmita Alexandra Soria (2015) se menciona que

el 90% de las personas encuestadas han crecido dentro de un ambiente familiar

conflictivo, del cual expresan recuerdos desagradables, recurrentes e invasores de todo

tipo de violencia donde la víctima y el entorno familiar han experimentado a lo largo de su

vida una progresiva dinámica cíclica de violencia, cuyos actos están presenciados por sus

hijos, quienes ya en su desarrollo y formación aceptan estas conductas violentas, las

legitiman y las repiten en la próxima generación, alimentando el ciclo de violencia

intrafamiliar. Se repite el proceso por el cual avanza un individuo, una pareja, una familia;

sin cuestionar el ambiente cíclicamente violento. Se actúa como si no pasara nada,

permitiendo y dando paso a la permanencia indiscutible del acto violento.

María de Lourdes Patricia Femat (2008: 578-601) explica que las familias se

estructuran y se organizan a partir de pautas de interacción que se refieren a patrones

recíprocos de comportamientos entre sus miembros, que funcionan como organizadores

de las interacciones del sistema. Las pautas de interacción se repiten a través de

generaciones. Las problemáticas, la organización, mitos, creencias, pasan de una

generación a otra. En este sentido, los comportamientos son el resultado de

interconexiones de un sistema antiguo al presente y al futuro. En el proceso de

transgeneracionalidad, influyen también las transiciones por las que pasa cada grupo

familiar y los sucesos de vida, que también se les denomina ciclo vital. Esta autora refiere

que las investigaciones acerca de las dinámicas familiares, especialmente cuando se

analizan tres generaciones, nos permiten conocer los ciclos de vida que todas las familias

viven; pero a la vez se van pasando, como si fuera una credencial, todos aquellos ritos,

mitos y valores de una forma natural y sin reflexión.

Ma. del Prado Ordóñez (2012: 4 y 5) reporta también la transmisión generacional

de la violencia. En su estudio se asume un modelo de aprendizaje de conductas violentas

5

dentro del hogar. Es decir, los estilos de crianza punitivos, uso y abuso de sustancias

(drogas) y la presencia de trastornos de conducta en la adolescencia han demostrado

poseer un papel relevante en el riesgo de ejercer violencia contra la pareja en la edad

adulta. Con la repetición, esos patrones de interacción y de resolución coercitiva de los

conflictos se generalizan y se aplicarán, posteriormente, a las relaciones familiares y de

pareja en la edad adulta. El escenario donde se aprenden mediante ensayo/error las

conductas más amorosas y/o las más destructivas hacia sí mismo o hacia los demás es,

sin duda, el familiar. Una forma de destrucción aprendida es el uso de drogas como una

solución de conflicto, que sin duda solo pospone el acto violento para después darle

salida de una forma inadecuada y explosiva que da cabida a la violencia aprendida,

reprimida.

En ese sentido, Ma. Luisa Garzón (2016) realizó una investigación, en Tlaxcala,

México, sobre la estructura de la familia de origen de dos casos que han presentado

repetición trigeneracional de violencia de género y alcoholismo. El objetivo fue mostrar

dos casos de violencia: uno con muertes por violencia y muertes traumáticas repetitivas

del hombre hacia la mujer, alcoholismo trigeneracional así como violaciones; el otro caso

mostró patrón repetitivo de muertes por accidentes en el hogar en la línea paterna,

descritos con el apoyo del genograma, donde se visualizaron las relaciones de

funcionalidad y/o disfuncionalidad dentro del sistema familiar. Los resultados de ambos

genogramas presentaron repetición de pautas a través de las generaciones, pautas

vinculares y triángulos, equilibrio y desequilibrio familiar; presencia de violencia hacia la

mujer hasta llegar al homicidio, violaciones, alcoholismo, repetidos trigeneracionalmente.

En la investigación realizada por Carmen Inés Canales (2011) se reporta que en

todo México el 46.7% de las mujeres han experimentado violencia a lo largo de su

relación de pareja, a nivel nacional y estatal. En el caso del estado de Nuevo León, la

proporción es de 37.1%, según el INEGI (2008). Entre los factores importantes de la

violencia conyugal encontraron la dinámica familiar entre sus miembros que pueden llevar

a una disfunción e insatisfacción, ya que los patrones de conducta que cada uno tiene,

hace que recurran al maltrato como una expresión de la disfunción, así mismo las mujeres

percibieron la disfunción familiar en mayor medida debido al ciclo de violencia vivido en su

relación de pareja. En Tlaxcala 67 de cada 100 mujeres de 15 años de edad o más han

sufrido algún tipo de violencia en cualquiera de sus manifestaciones, ya sea por su pareja

o por personas ajenas a su círculo familiar. Tlaxcala se ubica en la tabla nacional en la

posición 16 con un 61.9% de prevalencia total de violencia en el grupo de 15 años o más.

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Un aproximado de ciento un mil mujeres mayores de 15 años fueron agredidas física,

sexual o emocionalmente por su actual o anterior pareja es decir el 24.5% de la mujeres

que tienen una relación han sufrido violencia (INEGI, 2011).

En la población tlaxcalteca se han encontrado hallazgos significativos. En un

estudio realizado por Karina Hernández (2016: 56, 58 y 88), acerca del funcionamiento en

familias donde la pareja ejerce violencia, los resultados muestran que el total de las

parejas estudiadas (cien por ciento) vive violencia psicológica: el sesenta por ciento vive

violencia psicológica más violencia física; el veinte por ciento, violencia psicológica, más

violencia física, más violencia sexual; y el veinte por ciento restante solo violencia

psicológica. En cuanto al estudio de funcionamiento, se reportó disfuncionalidad. En la

investigación se concluye que ambos miembros de la pareja manifestaron una transmisión

transgeneracional de la violencia. Así pues, la historia familiar violenta —en uno o ambos

cónyuges— es el inicio de las pautas disfuncionales.

Por último, se ha investigado que los niños golpeados cuando crecen tienden a

maltratar a sus propios hijos. Esta conducta ha sido llamada transmisión intergeneracional

de la violencia y se dice que es el resultado del aprendizaje (Plascencia, 2007).

Justificación

Es una necesidad actual adentrarnos a la dinámica familiar por medio del estudio de

nuevos roles familiares y problemas de tipo social —que alcanzan un nivel de silencio y

discreción—. Sin duda, uno de estos asuntos es el que se relaciona con la violencia

intrafamiliar. Jorge Corsi et al. (2004) la describen como cualquier forma de abuso de

poder que se desarrolla en el contexto de las relaciones familiares y que ocasiona

diversos niveles de daño a las víctimas de esos abusos. Y no solo afecta de forma

individual, además desequilibra el sistema familiar y modifica las relaciones hacia una

dinámica relacional con transacción violenta. Este autor señala la expansión y el impacto

que la violencia realiza de forma directa al sistema que vive y reproduce violencia

(especialmente en el uso del poder indiscriminado que desequilibra al individuo, a la

pareja y al sistema completo).

En este sentido, Perrone (2005) refiere que las diferentes formas que adopta la

violencia y el modo en que cada individuo del grupo familiar participa en el surgimiento del

acto violento, además de las condiciones en que surge, llevan a cuestionar en qué se

basan los sistemas de creencias familiares. Por ello, se circunscribe la violencia en una

interacción que se perpetúa en cada generación. En ocasiones, la transmisión ocurre

7

inadvertida, de tal modo que incluso la víctima niega haber sufrido un acto de violencia. Si

la persona no asume esta responsabilidad —es decir, de evidenciar que es víctima de

violencia—, estimula los aspectos incontrolados y violentos de la otra persona, con lo que

organiza y alimenta una interacción de carácter violento. Esta es una visión sistémica de

abordar la transmisión intergeneracional de la violencia. En palabras de Alejandro

Jodorowsky2 (2011), para sanar a un paciente violento, o sea ayudarlo a convertirse en lo

que en realidad es (una persona no violenta), se le ha de hacer consciente de que no es

un individuo aislado, sino el fruto de al menos cuatro generaciones de ancestros con

rasgos de violencia.

De acuerdo con el INEGI (2006), los tipos de violencia reportados en los hogares

no coinciden con el número total de las personas que viven la violencia. En el caso de

quienes han vivido violencia a lo largo de su vida (como ofensas, abuso, engaño,

extorsión, en espacios sociales o en sus hogares al reportar violencia intrafamiliar), a nivel

nacional, en México se reportan 31643 casos; en particular, para Tlaxcala hay 345 casos,

reportados según la Encuesta de la Dinámica de la Relación en los Hogares (ENDIRE).

Así, esta investigación 3 analizará los patrones intergeneracionales y el

funcionamiento familiar que generan la violencia intrafamiliar de forma repetitiva en

parejas violentas.

Planteamiento del problema

Las familias que han repetido y transmitido trigeneracionalmente la violencia intrafamiliar,

debido a diferentes factores (como callar y negar los ciclos violentos vividos por

generaciones), optan por el silencio. Esta decisión afecta las relaciones intrafamiliares y,

por ende, el funcionamiento familiar. En consecuencia, este factor conduce a la falta de

armonía personal, pone en conflicto la identidad y el desarrollo óptimo del individuo y del

sistema familiar que lo conforma. Este hecho, no abierto ni reflexionado, origina que se

repitan las relaciones en la siguiente generación.

2 Cito a este autor, quien es escritor y director de cine, porque desde la perspectiva integral aborda

el psiquismo humano, plasmando el empirismo de forma objetiva.

3 La investigación, que aún continúa, ha reportado alcances de prevención y formas de tratamiento;

sin embargo, no se ha logrado el alcance de difusión e impacto en la sociedad, especialmente en el tratamiento en parejas tlaxcaltecas, y no se ha hecho la interpretación de la transmisión intergeneracional.

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Diferentes autores como Welland, Corsi, Perrone y Ángel Valdés han descrito que

los ciclos violentos que no se resuelven generan pautas repetitivas permanentes y la

violencia se agrava al grado de ocurrir un homicidio. El sistema familiar crea y perpetúa la

violencia, por lo que afecta su funcionamiento. De esta forma, la capacidad para superar y

enfrentar las crisis por las que atraviesa el sistema familiar se ve gravemente afectada, se

interrumpen las relaciones funcionales y se promueve el caos al interior y exterior del

sistema.

Por consiguiente, surge en la sociedad un problema psicosocial creciente. Para

prevenir que la violencia se perpetúe de generación en generación, Ana Lilia Trejo (2012)

refiere que es necesario buscar la interrupción de patrones disfuncionales o, en su

defecto, la identificación a tiempo de los indicadores que transmiten esos patrones.

A partir de esta problemática se desprenden las siguientes preguntas:

• Preguntas de investigación:

¿Existe transmisión intergeneracional de violencia física en las parejas y cómo es

su funcionamiento familiar?

• Objetivo:

Descubrir los patrones intergeneracionales y el funcionamiento familiar que

generan la violencia intrafamiliar de forma repetitiva en parejas violentas.

• Objetivos particulares:

Conocer cuáles son los patrones y ciclos repetitivos de la transmisión

intergeneracional de la violencia física en las parejas.

Analizar el impacto de la violencia física en parejas y cuál es el impacto en

el funcionamiento familiar.

Explicar una propuesta de intervención terapéutica que detenga la violencia

física en las parejas.

Metodología

El diseño es cualitativo, de tipo descriptivo-explicativo.

Hernández (2006) dice que con frecuencia la meta del investigador consiste en

describir fenómenos, situaciones, contextos y eventos; esto es, detallar cómo son y cómo

se manifiestan. Los estudios descriptivos buscan especificar las propiedades, las

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características y los perfiles de personas, grupos, comunidades, procesos u objetos o

cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis (Dankhe, 1989), es decir, miden,

evalúan o recolectan datos sobre diversos conceptos (variables), aspectos, dimensiones o

componentes del fenómeno a investigar. En un estudio descriptivo se selecciona una

serie de cuestiones y se mide o recolecta información sobre cada una de ellas, para así

(valga la redundancia) describir lo que se investiga.

Los estudios explicativos están dirigidos para responder sobre las causas de los

fenómenos físicos y sociales. Su interés se centra en explicar por qué ocurre un

fenómeno, en qué condiciones se manifiesta y por qué se relacionan dos o más variables.

Para esta investigación se ha utilizado el genograma (McGoldrick y Gerson, 2000).

Este es un formato para trazar el árbol familiar y registrar la información sobre los

miembros de una familia y sus relaciones durante por lo menos tres generaciones. El

genograma presenta la información en forma gráfica, de manera tal que proporciona un

rápido Gestalt de complejas normas familiares y una rica fuente de hipótesis sobre cómo

un problema clínico puede estar relacionado con el contexto familiar. Además, se muestra

la evolución tanto del problema como del contexto a través del tiempo de por lo menos

tres generaciones. La recopilación de la información para la elaboración del genograma

se realizó por medio de entrevistas a profundidad de las tres generaciones de la familia de

cada informante que participó en este estudio.

Para evaluar el funcionamiento familiar, se aplicó la escala de Funcionamiento

Familiar de Emma Espejel et al. (2008). Este es un instrumento conformado por 40

reactivos que investigan nueve factores (que miden el funcionamiento dinámico,

sistémico-estructural de la familia): Autoridad, Supervisión, Control, Afecto, Apoyo,

Conducta disrruptiva, Comunicación, Afecto negativo y Recursos. Además, incluye datos

sobre la vivienda, sociodemográficos y económicos. Este instrumento tiene una

confiabilidad de .91 Alpha de Cronbach. Asimismo, discrimina sensiblemente a las

familias funcionales de las disfuncionales. La escala está diseñada para la población

mexicana. Se establece una diferencia entre familias funcionales a través de nueve

factores que la describen en ambos sentidos hacia lo funcional y con tendencia a lo

disfuncional.

Participantes

Esta investigación fue conformada por siete estudiantes de la Facultad de Ciencias para

el Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, México.

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Procedimiento

Para llevar a efecto la aplicación del genograma y la escala de Funcionamiento Familiar

en los estudiantes que serían los informantes, se solicitó la autorización a la directora de

la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano, perteneciente a la Universidad

Autónoma de Tlaxcala, México. Se le hizo hincapié en que para la investigación solo

participarían los estudiantes de nuevo ingreso de las tres licenciaturas que conforman

dicha Facultad: Ciencias de la Familia, Educación Especial y Atención Integral al Adulto

Mayor.

Marco teórico

Transmisión intergeneracional

Para definir el proceso de transmisión multigeneracional, se retoman los aportes teóricos

de Murray Bowen (1991). Este investigador se interesó en describir los modelos

patológicos de generación en generación; estudió los mitos, recuerdos y opiniones

influidos por la emotividad del pasado o del presente reciente. Estudió el proceso de

diferenciación, las triangulaciones en el sistema, las proyecciones y la importancia de la

posición entre hermanos, todo ello como elementos presentes en el proceso de

transmisión intergeneracional.

El modelo de transmisión intergeneracional es un proceso que se transmite con

diferentes niveles de inmadurez, en especial entre padres a hijo o hijos, generando

deterioro en un hijo de cada generación. Para ello, se describe el proceso de padres cuyo

nivel de diferenciación es por diferentes niveles: mayor diferenciación, menor intensidad y

escasa diferenciación.

La diferenciación es la capacidad de separarse tanto física como emocionalmente

de la familia de origen. Esta capacidad es transmitida de generación en generación, de

padres a hijos y a su vez cada hijo mostrará una diferenciación distinta o igual a sus

padres. En los casos de diferenciación escasa de los hijos, estos se exponen a una total

destrucción funcional que puede originar trastorno mental —como esquizofrenia— o

conductas de orden psicosocial alteradas —como conducta criminal—. Para que se

presente la esquizofrenia se requieren de por lo menos tres generaciones de “no sí-

mismo”; es decir del escaso concepto de sí mismo a nivel psicológico, social, corporal,

moral; que influye en la conducta matizada de creencias aptitudes y actitudes propias del

individuo y del sistema. Si el concepto del sí mismo está disminuido se genera un “no sí-

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mismo”. En los casos de diferenciación menos intensa, la inmadurez puede modificarse y

los hijos no la repiten porque progresan, de forma lenta pero lo hacen (Bowen, 1991).

En cuanto a las relaciones o pautas triangulares, se presentan en mayor medida

cuando en una familia con escasa diferenciación los padres establecen una relación con

uno de los hijos para posicionarlo en un lugar de conflicto, provocando que surja la alianza

debido a un conflicto con el cónyuge. En cuanto menos diferenciados estén menor

probabilidad de reconocer que las pautas triangulares generan síntomas a nivel somático

o relaciones conflictivas que detienen al sistema; se detonan así otras dificultades, como

el sobreinvolucramiento y la proyección de problemáticas, hacia los que integran el

sistema familiar.

La proyección es una relación que obliga a uno de los hijos a realizar los deseos

insatisfechos de uno de los progenitores; provocan baja diferenciación y conflictos en el

hijo que no puede desafiar el deseo que sus padres proyectan para que cumpla su vacío.

Generalmente, se considera al hijo mayor o al que ocupa la posición menor entre los

hermanos para cumplir con los designios de los padres; esto no excluye a los demás hijos

porque puede ser cualquier posición, sin embargo, los hijos pueden estar repitiendo un

designio no solo del padre, sino de los abuelos o bisabuelos.

Murray Bowen (1991) lo describe como el proceso de proyección familiar que

afecta a determinados hijos, que se repite a través de varias generaciones. Así, en cada

generación el hijo más implicado emocionalmente se desplaza hacia un nivel de

diferenciación de self más bajo y el menos implicado hacia un nivel más satisfactorio. En

toda familia nuclear existe un hijo que es el primer objeto del proceso. El resto de los

hijos, mínimamente implicados con los padres, emergen aproximadamente con los

mismos niveles de diferenciación que estos; quienes crecen al margen del proceso

emocional familiar desarrollan niveles de diferenciación superiores a los de los padres.

Por último, el proceso multigeneracional aporta una idea sobre la que se pueden

hacer predicciones de la generación actual y ofrece una perspectiva de lo que se puede

esperar de las generaciones venideras.

Funcionamiento familiar

El funcionamiento familiar es una categoría dinámica que se mueve entre dos polos: el

funcional y el disfuncional, con el cuidado de no etiquetar a ninguna familia como anormal

o enferma. Las principales características de una familia funcional son jerarquías y límites

claros, roles definidos, comunicación abierta y explícita y capacidad de adaptación al

12

cambio. La disfuncionalidad ocurre cuando la familia no obtiene ni encuentra los recursos

(individuales y familiares) necesarios para enfrentar algún trance crítico. Como la pérdida

de un ser querido, un divorcio, crisis de adolescencia. A continuación, mostraremos

algunos estudios para dar más claridad a este asunto.

En la investigación titulada “Factores de riesgo relacionados con la conducta

suicida en la infancia y adolescencia”, de Hernández, González-Elías y López (2013), se

define el funcionamiento familiar como el que realizan aquellas familias armónicas,

equilibradas y con interacciones positivistas. Estas familias muestran mejores

capacidades adaptativas para enfrentar con éxito las frustraciones existenciales (como el

suicidio), así como reestructurar la convivencia familiar de manera creadora ante eventos

generadores de sufrimiento. Estos investigadores agregan que no puede soslayarse que

son múltiples los factores de riesgo de la conducta suicida y, en la multicausalidad de

estos, la familia de donde procede la víctima es solo un factor entre muchos, pues la mala

capacidad de adaptación no es posible atribuirla únicamente a disfunciones familiares,

cuando existen también otros elementos que favorecen esa errada actitud ante la vida.

Los autores sostienen una afirmación acerca de la funcionalidad familiar como protectora

en caso de suicidio; sin embargo, señalan que para definir el suicidio se deben considerar

los rasgos individuales; lo que posiciona al individuo de forma lineal, olvidándose del

sistema en el que está inmerso.

En referencia a lo anterior, Wilfredo Guibert y Niurka Torres (2001: 457 y 458)

realizaron un estudio titulado “Intento suicida y funcionamiento familiar”. En este, los

investigadores describen que, en las familias donde hay sujetos suicidas, el

funcionamiento tiende a ser disfuncional, lo que reafirma la concepción de que la salud del

individuo no puede ser marginada de la idea de una familia que funciona eficazmente. El

suicida tiende a valorar a la familia como más severamente disfuncional, mientras que el

miembro significativo de su propia familia tiende a evaluarla como moderadamente

funcional, confirmando ambos que su familia no funciona bien. Estos autores señalan en

la investigación que el factor familiar importante que predispone la conducta suicida es el

conflicto por el poder entre sus miembros, factor que señalan como importante pero

carecen de un argumento sólido que explique por qué lo es, solo se limitan a motivar

replicas de la investigación así como la prevención.

En este mismo sentido, Raquel Yoma et al. (2010), en la investigación “La función

familiar y los trastornos alimenticios en adolescentes universitarios”, hacen hincapié que

un funcionamiento familiar saludable es aquel que le posibilita a la familia cumplir

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exitosamente con los objetivos y funciones que le están histórica y socialmente

asignados, como son la satisfacción de las necesidades afectivo emocionales, la

transmisión de valores éticos y culturales, la socialización de sus miembros y la creación

de condiciones propicias para el desarrollo de la identidad personal. Ares, (en Yoma,

2010). Los autores realizan una propuesta acerca de estudiar a los padres que presenten

este trastorno y realizar el análisis del efecto de los hijos. Considero que es una propuesta

interesante para estudiar al sistema familiar de forma longitudinal y conocer la evolución o

deterioro.

Asimismo, León et al. (2008), en su investigación “Percepción de la función de sus

familias por adolescentes de la enseñanza media superior”, refieren que la función o

disfunción de la familia se expresa por la forma en que este grupo es capaz de enfrentar

las crisis, valorar la forma en que se permiten las expresiones de afecto, el crecimiento

individual, y la interacción entre ellos, sobre la base del respeto, la autonomía y el espacio

del otro. Estos investigadores señalan crudamente que en las familias con disfunción

grave el adolescente es consciente de la problemática familiar y siente la necesidad de

ser querido, tratado con madurez; sin embargo, ante un sistema ocupado en funcionar

con esta dinámica disfuncional, el adolescente estará ocupado en mantener el síntoma,

es decir, el adolescente reclama al percibir el descontento familiar y, sin embargo, no pide

el cambio.

Dichos autores coinciden con los hallazgos en la investigación “Correlatos entre

funcionamiento familiar y apoyo social percibido en escolares en riesgo psicosocial”, de

Barcelata et al. (2013). Estos investigadores parten de la explicación de (Rivera, 1999;

Rivera y Andrade, 2010) sobre el funcionamiento familiar, quienes lo explican como las

relaciones que se establecen entre los miembros a partir de la comunicación y expresión

emocional, así como en la solución de sus problemas y conflictos. Para Barcelata et al., el

funcionamiento familiar es un factor que va cambiando, según las circunstancias, a lo

largo del ciclo vital de cada familia y de sus miembros, así como de las condiciones

socioculturales y económicas, por lo que las madres han tenido que incorporarse al

mercado laboral y tienen menos tiempo para dedicarse a los hijos. Asimismo, se aprecia

una importante relación entre el funcionamiento familiar y las redes de apoyo social. Los

investigadores reportan que los hijos jóvenes, tanto los hombres como las mujeres,

perciben por igual el funcionamiento familiar y apoyo social de sus amigos, proponen

estudiar el apoyo de pares en situación de riesgo psicosocial, aunque no siempre resulta

positivo. Esta propuesta es significativa, ya que los amigos juegan un papel fundamental

14

en la vida de los jóvenes, sin embargo, no existe la cultura de ayuda solidaria y

permanente hacia un amigo en riesgo, ya que cuando se llega a dar no existe la

secuencia y al final la familia asume la responsabilidad total.

Violencia

La violencia se puede definir como “todo atentado a la integridad física y psíquica del

individuo, acompañado por un sentimiento de coerción y de peligro”, según Ronaldo

Perrone (2005). Según la teoría de la comunicación, a menudo habremos de referirnos a

las teorías de la comunicación interpersonal por medio de secuencias. Entendemos por

secuencia la unidad de análisis no causal que integra las transacciones interpersonales

(Perrone, 2005). Una transacción es la relación entre dos mensajes contiguos, el modo en

que un mensaje se enlaza con el que lo precedió y con el que le sigue y así

sucesivamente. Una secuencia puede comprender varias transacciones. La primera

información que se utiliza es la interacción. En los modelos circulares de comunicación4,

las interacciones violentas se identifican por las repeticiones observadas en algunas

secuencias. Perrone (2005) aborda la violencia en dos dimensiones: la física y la psíquica,

utiliza la teoría de la comunicación como la base para describir el fenómeno, desde lo

relacional, no así desde lo lineal.

El acto violento no representa una forma de desorden, sino que obedece a un

orden prioritario, resultante de secuencias circulares, de interacciones y de mensajes

repetitivos intercambiados entre varios protagonistas. Un acto violento de forma repetida

genera una conducta esperada que predispone al otro a responder igual o en mayor

intensidad cuando se repite el acto. El tiempo y la repetición definen la relación violenta.

Por ello, en el enfoque sistémico no podemos hablar de víctima y verdugo, es una

interacción circular como actores de violencia; y se hace diferencia entre emisores (que

son los que manifiestan la violencia con hechos, con actos) y receptores (los que la

reciben en el nivel descriptivo). Se llaman participantes a las personas que se hallan

presentes en el momento de la acción violenta.

Los modelos de interacción, que conducen a la violencia, se describen desde dos

formas distintas, ya sea la violencia agresión (que se encuentra entre personas vinculadas

por una relación de tipo simétrico, es decir igualitaria, de rivalidad) o la violencia castigo

4 Un modelo circular es una cadena de acontecimientos, cuyos elementos son interdependientes:

cuando A estimula a B y B estimula a C, se trata de una causalidad de tipo lineal. Pero si a su vez C estimula a A, el modelo es circular y se sale de la lógica del sistema precedente. La lógica circular muestra la interdependencia recíproca de los distintos elementos (Perrone, 2005).

15

(que tiene lugar entre personas implicadas en una relación de tipo complementario, es

decir desigualitaria). Estas formas distintas se presentan alternadas o con predominio de

uno sobre otro (Perrone, 2005).

En la relación simétrica la violencia toma forma de agresión y su contexto es el de

una relación de igualdad. La violencia se manifiesta con intercambio de golpes, marcando

su estatus y poder. No importa la fuerza física, ya que la verdadera confrontación se da de

forma existencial. Quien domina en lo corporal, puede no dominar en lo psicológico y la

rivalidad se presenta hacia otro ámbito, en aspectos de dominio psicológico, imponiendo

ideas sobre un aspecto que sea favorito para el no dominante. En lo físico puede ejercer

violencia económica. La relación va desde una pelea hasta escándalos y tragedia.

En la relación complementaria surge un juego sin fin. El que ejecutó el acto

violento pide perdón, después surge la reconciliación, la reparación del daño y refuerzan

su alianza. La pausa complementaria comprende dos etapas diferentes (Perrone, 2005):

1. La aparición del sentimiento de culpa, que será el momento de la voluntad y el

movimiento de reparación.

2. Los comportamientos reparatorios, como mecanismo de olvido, banalización,

desresponsabilización y desculpabilización, sirven para mantener el mito de la

armonía, de la solidaridad y la buena familia.

Resultados

En lo referente a los datos socioculturales, se encontraron, en cuanto al tipo de unión,

cinco parejas en noviazgo y dos matrimonios. El tiempo de unión de las parejas en

noviazgo oscila entre un año y un año y medio. En los matrimonios, en uno se reporta un

año; en el otro, treinta y tres años. Religión católica. La edad de las mujeres se reporta de

dieciocho a veinte años; y un caso de cincuenta y cinco años. La edad de los hombres se

reporta de dieciséis a veintidós años; y un caso de sesenta años. El nivel de escolaridad

en las mujeres es de primer semestre de licenciatura. Los hombres tienen estudios de

primaria, preparatoria o licenciatura. La ocupación de las mujeres es el ser estudiantes y

dos casos además son amas de casa. Los hombres en dos casos estudian y trabajan;

tres, únicamente estudian; un solo caso trabaja; y otro es pensionado. La posición fraterna

que ocupan las mujeres: en cuatro casos son primogénitas, uno ocupa segundo lugar,

uno tercero y uno cuarto. El lugar de origen: dos casos son de Santa Ana Chiautempan,

dos de Tlaxcala, uno de Zacatelco, uno de San Cosme Atlamaxac y uno de Puebla.

16

Los padres del grupo de mujeres tienen edades entre treinta y cinco a ochenta y

cinco años. Las madres del grupo de hombres tienen edades de treinta y ocho a sesenta

y uno. La escolaridad alcanzada por el grupo de madres: tres casos con estudios de

primaria, dos con preparatoria, uno con licenciatura no concluida (séptimo semestre), un

caso con nivel técnico, cuatro casos con licenciatura, un caso con estudios de doctorado,

una persona únicamente sabe leer y escribir, un caso con segundo de primaria. La

escolaridad alcanzada por el grupo de padres: reporta tres casos con estudios de

primaria, dos con secundaria, tres con preparatoria, dos con estudios de licenciatura y dos

con maestría; un caso sabe leer y escribir, un caso con tercero de primaria. La ocupación

que las madres reportan: siete son amas de casa, un caso es empleada, uno supervisora

de educación básica, uno comerciante, dos son docentes, una es obrera y una costurera.

La ocupación que los padres reportan: cuatro casos son comerciantes, dos obreros, un

mecánico, un maestro, un chofer, un camillero, un policía federal, un empleado, uno

dedicado a la construcción, un caso sin datos.

En cuanto a los niveles de funcionalidad, reportados por las siete parejas, nos

indican que cinco parejas presentan puntajes totales de disfuncionalidad, uno de

funcionalidad y uno en el límite de la funcionalidad. Los puntajes totales por factor que son

funcionales son supervisión, afecto y apoyo. Los puntajes totales por factor que son

disfuncionales son control, conducta disruptiva, comunicación, afecto negativo y recursos;

en el límite de la funcionalidad se encuentra autoridad.

En lo referente a los genogramas, los resultados son los siguientes:

En el caso I de la pareja de noviazgo denominada KK, se describirá, en primer

lugar, la familia de origen de la novia. La familia se encuentra integrada por el padre, la

madre y una hija. El padre, de 42 años, tiene estudios de preparatoria. Se desconocen los

datos de dónde trabaja, debido a la falta de comunicación del padre con la informante. La

relación fue de unión libre con una mujer de 35 años, abogada, dedicada al hogar,

permanecieron juntos un año y se separaron por incompatibilidad. Procrearon una hija

que actualmente tiene 20 años y que se encuentra estudiando la licenciatura. La madre

optó posteriormente por unión libre, con un hombre de 36 años que es alcohólico.

Tuvieron un hijo que tiene actualmente 17 años, y se encuentra estudiando la

preparatoria, consume drogas y ha intentado golpear a su hermana de 20 años.

Actualmente, la madre sostiene otra unión libre con un hombre de 37 años, con

estudios de contaduría pública. Los abuelos maternos fueron violentos entre sí, el abuelo

intentó matar a su esposa en tres ocasiones con un cuchillo, la mujer se salvó porque le

17

ayudó un familiar. Este hecho causó la separación después de 25 años de matrimonio. El

padre tiene dos hermanas que presentaron violencia, golpeándose entre sí. Los padres de

estos se divorciaron después de 25 años de matrimonio y ambos optaron por uniones

libres.

La familia de origen del novio está integrada por los padres y cuatro hijos. El

padre, de 42 años, con estudios de ingeniería, es empleado. La relación de matrimonio

duró 19 años, con una mujer de 38 años con estudios de preparatoria, es empleada. El

motivo de la separación fue violencia. Procrearon cuatro hijos. El primogénito de 19 años

estudia preparatoria, quien vive con una tía materna por problemas de violencia física con

la tercera pareja de su madre. Las segundas hijas son gemelas, actualmente tienen 12

años y se encuentran estudiando la secundaria; una gemela sufrió abuso sexual por un

primo de la segunda pareja de su madre; sin consecuencias legales ni relacionales,

actuaron negando el hecho: “aquí no pasó nada”. La cuarta hija, que actualmente tiene 9

años, está estudiando la primaria. En la actualidad, la madre vive con la tercera pareja en

unión libre. La abuela materna violentaba a su esposo con golpes y maltrato. En los casos

de abuso sexual, este se considera una violencia, pero a veces se produce de tal modo

que hasta la víctima duda de que la violencia haya existido. Según lo cita Ronaldo

Perrone (2005): la víctima pierde el sentido de su integridad y puede llegar a justificar y

negar la violencia del otro. El sentimiento de vergüenza y culpabilidad de la víctima

trastorna el sentido de la responsabilidad. Lo que parece ser un acuerdo con la víctima no

es en realidad sino una aceptación sin opción posible por falta de alternativas y de apoyos

relacionales sólidos.

Caso II de la pareja de noviazgo que se denomina AJ, se describirá, en primer

lugar, la familia de origen de la novia. Se encuentra integrada por los padres y cuatro

hijos. El padre que actualmente tiene 49 años es comerciante, con estudios de primaria.

Se unió en matrimonio con una mujer de 45 años, con estudios de primaria, es costurera.

La primogénita actualmente tiene 23 años, estudia bachillerato, hace una semana vive en

unión libre. La segunda hija murió por dificultades respiratorias. La tercera hija

actualmente tiene 18 años, estudia licenciatura. La cuarta hija actualmente tiene 16 años,

estudia tercer semestre de preparatoria. Se divorciaron hace nueve años por infidelidad

del padre con su cuñada, viuda de su propio hermano menor, quien falleció en accidente

automovilístico a la edad de 30 años, fue casado y tuvo dos hijos; la viuda se une con él y

procrean un hijo, a esto se le denomina sororato.

18

La familia de origen del novio está integrada por los padres y seis hijos. El padre

actualmente tiene 54 años, con estudios de primaria, es obrero. Se casó con una mujer

que actualmente tiene 51 años, con estudios de primaria, es obrera. La relación de ellos

es de matrimonio con golpes y alcoholismo por parte del hombre. Procrearon seis hijos: el

primogénito tiene actualmente 39 años, con estudios de primaria, trabaja en obras

públicas, vive en unión libre. El segundo hijo que actualmente tiene 38 años con estudios

de primaria, es obrero y vive en unión libre. La tercera hija que actualmente tiene 36 años,

con estudios de secundaria, vive en unión libre, es ama de casa. El cuarto hijo que

actualmente tiene 27 años, con estudios de secundaria, es obrero y vive por segunda vez

en unión libre. El quinto hijo que actualmente tiene 25 años, con estudios de secundaria,

es obrero y vive en unión libre. El sexto hijo que actualmente tiene 19 años, estudia

enfermería y trabaja suplencias en un hospital, quien tuvo que salir huyendo de casa para

refugiarse en una escuela militar durante dos años y medio, ya que su padre,

alcoholizado, le pegaba sin justificación alguna, hasta que una vez se desesperó y

terminó golpeando a su padre. Sus abuelos paternos eran alcohólicos, se salían de su

hogar abandonando a sus hijos, los golpeaban, ignorando todo tipo de necesidades

físicas y psicológicas, no les daban de comer. Este hecho lo señala Audi (en Aguirre y

Nochebuena, 2015), la violencia es el ataque físico, el abuso físico vigoroso, o la lucha

contra una persona, es el abuso psicológico hiriente sobre una persona de manera

maliciosa y vigorosa de destrucción y daño. Audi señala “la violencia tiene una dimensión

psicológica, el deterioro psicológico que proviene de vivir bajo la amenaza y el miedo de

violencia es reconocido como parte de lo que constituye a la violencia doméstica”.

Caso III de la pareja de noviazgo denominada EE, se describirá en primer lugar la

familia de la mujer (novia). La familia se encuentra integrada por los padres y los cuatro

hijos. El padre que actualmente tiene 41 años, con estudios de preparatoria, se dedica al

oficio de mecánico; está casado desde hace veinte años con una mujer que actualmente

tiene 42 años, quien se dedica al estilismo y es ama de casa. Procrearon cuatro hijos: la

primogénita, que actualmente tiene 18 años, estudia licenciatura. La segunda hija, que

actualmente tiene 16 años, estudia preparatoria. El tercer hijo, que actualmente tiene 14

años, estudia secundaria. Y el último hijo, que actualmente tiene 12 años, estudia

primaria.

Los padres han mantenido una relación de pareja con celos (del hombre a la

mujer), golpes y alcoholismo del hombre. Los celos y violencia que han experimentado

son porque su mujer le es infiel, según inventos de sus cuñadas con la intención de

19

generarles problemas y disolver a la pareja con el tema de la infidelidad. La infidelidad,

según Martin (2004), es una ruptura de un contrato, acuerdo o pacto implícito o explícito

en el cual uno de los dos miembros en la pareja tiene algún tipo de relación con otra

persona. En el caso de las mujeres que son infieles, la principal justificación suele ser el

amor y mucho más lejos aparece el sexo; suelen buscar en una relación extramatrimonial

el amor, contención, cariño y raramente una aventura pasajera. Si bien muchas mujeres

se las ingenian para ser infieles con el vecino o el verdulero, las opciones de conocer a

alguien son mayores para las mujeres independientes que salen de su casa y tienen sus

propias ocupaciones. La edad en donde la infidelidad se da con frecuencia oscila entre los

35 y 50 años.

Los abuelos maternos mostraron dificultades en su relación debido a la presencia

del alcohol, ya que ello provocaba agresión, pero con la presencia y autoridad de los

suegros se mitigaban los golpes que se hubieran provocado. Asimismo, un tío materno

también fue violento con su pareja. En cuanto a la presencia del alcohol, así lo señalan

Menéndez y Di Pardo (1998): el alcohol es parte de una vida cotidiana y de un ciclo

ceremonial, que en determinados momentos y en forma aparentemente abrupta puede

convertirse en violencia.

La familia del hombre (novio). Se encuentra integrada por los padres y tres hijos.

El padre actualmente tiene 54 años con estudios de maestría en deportes, dedicado a la

docencia. Está casado desde hace 26 años con una mujer que actualmente tiene 50 años

con estudios de doctorado y se dedica al sistema de educación básica como supervisora.

Procrearon tres hijos. El primogénito que actualmente tiene 27 años con estudios de

maestría en deportes dedicado a la docencia. El segundo hijo que actualmente tiene 20

años estudia la universidad, la carrera de odontología. El tercer hijo que actualmente tiene

16 años estudia la preparatoria. El padre tiene dos hermanos que han desarrollado

violencia con sus parejas, uno de ellos robaba, es alcohólico y abandonó a los hijos. Así

también la madre tiene un hermano, al que lo golpearon por indicaciones de su mujer, ya

que ella tiene hermanos que son Gavilanes. Los Gavilanes surgen en la década de los

setenta del siglo pasado, motivados desde el poder surgieron grupos de estudiantes que

se ligaron a los movimientos campesinos y cuyos líderes a la larga asumieron el poder

político. En el Instituto de Estudios Superiores del Estado de Tlaxcala (IESET), la

Federación de Estudiantes de Tlaxcala (FET) tuvo un movimiento importante en la

movilización campesina, lo que le permitió cercanía con uno de los aspirantes a la

presidencia de la República Mexicana. La FET alcanzó una identidad particular que le da

20

el sobrenombre de los Gavilanes. La mayor parte de ellos hizo carrera en el Partido

Revolucionario Institucional (PRI), se mantuvieron activos durante muchos años y aún

ahora son identificables algunos de ellos, por ejemplo, el Gavilán Mayor (La Jornada de

Oriente, 2016).

Caso IV de la pareja de noviazgo denominada LM, se describirá en primer lugar la

familia de origen de la mujer (novia). La familia se encuentra integrada por los padres y

dos hijos. El padre que actualmente tiene 38 años, con estudios de secundaria, se dedica

al oficio de chofer. La relación se sustenta en la unión libre desde hace 19 años con una

mujer que actualmente tiene 42 años, quien se dedica a la ingeniería química. Procrearon

dos hijos: la primogénita que actualmente tiene 18 años y estudia la licenciatura. El

segundo hijo, que actualmente tiene 8 años, estudia primaria, él es violento con su

hermana, la golpea y le grita sin razón alguna. Los padres han desarrollado una relación

con presencia de golpes, la violencia es mutua en la pareja. En especial cuando el padre

optó por procrear dos hijos con otra persona en unión libre, los hijos actualmente tienen 3

y 4 años de edad. Este hecho, cuando se descubre, crea conflictos y separación del

hombre, pues se va de su casa. Posteriormente, le conceden regresar a la casa con la

condición de no mantener vínculos ni obligaciones con esa pareja e hijos. El padre tiene

dos hermanos, uno mayor y otro menor a él, quienes son violentos con sus esposas e

hijos, así también con la presencia de varias parejas en unión libre. Sus hermanas se han

divorciado y optan por la unión libre, también emplean la violencia física con sus hijos y

esposos. El abuelo tuvo tres parejas y era violento con ellas, ocasionando la separación

del matrimonio. Por vía materna mataron a un tío sin razón ni justificación alguna, la

familia no hizo averiguación ni denuncia ante las autoridades, solo se sabe que lo

mataron. Lo que nos lleva a pensar sobre una muerte secreta, como lo señala Imber-

Black (1999): cuando se toca la cuerda íntima de una familia es muy posible que se

encuentre un secreto. Se pueden guardar secretos ante el cónyuge, los hermanos, los

padres, los hijos, los mejores amigos, o se pueden tener secretos compartidos con estas

mismas personas. Hay secretos que toda una familia guarda ante el mundo exterior, con

el deseo de protegerse y el temor de ser estigmatizada.

La familia de origen del hombre (novio) está integrada por los padres y cinco hijos.

El padre murió a los 57 años de edad por cáncer, se dedicaba a la construcción, con

estudios básicos de primaria; su relación fue de matrimonio con una mujer que

actualmente tiene 56 años, con estudios básicos de primaria, dedicada al hogar. La

relación que mantuvieron fue con violencia física, lo que provocó separación temporal y

21

después reconciliación definitiva Los hijos procreados fueron una mujer que actualmente

tiene 40 años, con estudios de secundaria dedicada a la costura, vivió en unión libre y

actualmente están separados. El segundo hijo actualmente tiene 39 años, con estudios de

secundaria dedicado a la construcción, está casado y tiene dos hijos. La tercera hija que

actualmente tiene 36 años, con estudios de secundaria, es empleada en una farmacia, se

divorció por peleas y golpes de su exmarido. El cuarto hijo actualmente tiene 30 años de

edad, vive en Estados Unidos de Norte América, con estudios de secundaria, es ayudante

de cocina, está divorciado, con dos hijos, a los cuales les envía remesas a Tlaxcala. El

quinto hijo, actualmente tiene 18 años de edad, se encuentra estudiando la preparatoria y

trabaja en la construcción.

Caso V de la pareja en matrimonio se le denomina TS, se describirá en primer

lugar a la familia de origen de la mujer (esposa). La familia se encuentra integrada por los

padres y cinco hijos. El padre quien actualmente 60 años, con estudios de primaria,

obrero pensionado. La relación de matrimonio es de 33 años con una mujer que

actualmente tiene 55 años de edad, quien se encuentra estudiando la licenciatura, ama de

casa. Procrearon cinco hijos, el primogénito, quien actualmente tiene 32 años, es

maestro, vive en unión libre. El segundo hijo, actualmente tiene 30 años, es maestro y

vive en unión libre. El tercer hijo, actualmente tiene 26 años, es arquitecto y soltero. Los

dos hijos siguientes fueron abortos pues desconocía que estaba embarazada y refiere

que fue ocasionado por haber cargado cajas de refrescos. La madre tiene una hermana

violenta, le pegaba a sus cinco hermanos y a su esposo, hasta que esto provocó el

divorcio de la pareja. Ella tiene una hija que también le pegaba a su esposo a tal grado

que ocasionó que se hospitalizara hasta que se divorciaron. Por la vía paterna se

presentan cuatro tíos que eran violentos con sus esposas. El abuelo con problemas de

alcoholismo, golpeaba a su mujer porque decía que “tenía a alguien debajo de la cama”.

Por la vía materna, un tío golpeaba a su mujer frecuentemente hasta lastimarla. Así

también el abuelo golpeaba a sus esposas y a su primogénita la golpeaba igual.

La familia de origen del hombre (esposo). Está constituida por siete hermanos, uno

de los cuales era golpeado por su mujer (que denominaré M); esta se alió con su hermana

para golpear a su cuñada de 12 años, dejándole marcas en el cuerpo, la azotaban

dejándola inconsciente, le ponían alcohol en la zona lumbar y le echaron un cerillo,

quemándola y la hospitalizaban frecuentemente; le introducían alambres en los lóbulos de

las orejas, hasta que una ocasión el doctor que la atendió en el hospital se intrigó por las

huellas de maltrato que presentaba y le sugirió demandar por violencia, no demandó por

22

miedo a las amenazas de muerte, hasta que una tía paterna la rescató; la salva del

sadismo y tortura de las hermanas. Según datos del informe sobre violencia Organización

Mundial de la Salud (OMS, 2002) en la India una tetra habitual consistía en rociar a una

mujer con queroseno, prenderle fuego y luego afirmar que murió en un accidente de

cocina.

Posteriormente, esta mujer M se entera que su padre iba a heredar dinero a sus

hijos. Ella diseñó su asesinato, involucrando a su esposo, hijo y yerno para asesinar con

un bat a su propio padre, organizó el sepelio y no dejó que se acercaran a su féretro. Al

final, se roba el dinero de su padre. Según Lammoglia y Robl (2008), los asesinatos,

muertes prematuras, relaciones conflictivas y accidentes son ejemplos de eventos

significativos que ocurrieron en la vida de nuestros padres y ancestros.

Caso VI de la pareja de noviazgo que se denominará JN. Se describirá en primer

lugar a la familia de origen de la mujer (novia). Está integrada por los padres y tres hijos.

El padre, que actualmente tiene 62 años, es comerciante, unido en matrimonio con una

mujer que actualmente tiene 57 años, maestra en Educación Especial, jubilada.

Procrearon tres hijos. El primogénito, que actualmente tiene 28 años, con estudios de

maestría en Finanzas. La segunda hija actualmente tiene 24 años, es maestra de

preescolar, y la tercera hija actualmente tiene 18 años, estudia ingeniería en

Biotecnología.

La familia de origen del hombre está integrada por los padres y tres hijos. El padre

que actualmente tiene 38 años, con estudios de preparatoria, trabaja como camillero,

casado con una mujer que actualmente tiene 40 años, con estudios de preparatoria y ama

de casa. Procrearon tres hijos: la primogénita actualmente tiene 20 años, estudia

licenciatura; el segundo hijo actualmente tiene 18 años, estudia licenciatura; y la tercera

hija actualmente tiene 16 años, estudia preparatoria. Por la vía materna, se reportan datos

de violencia, denominado “poca paciencia”, de una tía hacia sus hijos, debido a que uno

de ellos tiene discapacidad. Por la vía paterna, se reportan accidentes en dos tíos abuelos

que murieron porque los atropelló, en un caso, un camión; y en el otro, por accidente de

automóvil, donde sobrevivió la esposa, quien estaba embarazada.

El bisabuelo padeció alcoholismo. Las mayores dificultades de esta familia fueron

por falta de convivencia. Hubo muertes por negligencia médica, en el caso de un tío-

abuelo por colitis intestinal. También hubo dos muertes durante el parto: uno en la

persona de la bisabuela, muriendo ambas (la madre y el bebé). La otra muerte fue con

una tía-abuela, también durante el parto. En este caso se observan puntos de

23

indeterminación, según Ingarden (en Rall, 2001), pues el informante durante la entrevista

usó un discurso con monosílabos, voz baja y temerosa. La vista la sostuvo hacia el suelo

de postura encorvada, mostrando inseguridad, vergüenza, angustia, expresaba que había

secretos en la familia. El secreto en las familias es un manto de protección un día, y una

cama de clavos al día siguiente. Pueden prestar calidez y contención a una relación, al

mismo tiempo que nos separan de otras personas con quien ansiamos sentirnos cerca.

Un secreto puede pasar silenciosa e inconscientemente de generación en generación,

como si fuera una reliquia de familia que esconde una trampa explosiva (Imber-Black,

1999).

Caso VII de la pareja en unión libre que se le denominará AA. Se describirá, en

primer lugar, a la familia de origen de la mujer. La familia se encuentra integrada por los

padres y una hija. El padre (denominado P) actualmente tiene 42 años, con estudios de

maestría en Ciencias Periciales, trabaja en la policía federal. La relación de unión libre fue

casual y nunca vivieron juntos. La sostuvo con una mujer (denominada C) que

actualmente tiene 42 años con estudios inconclusos de licenciatura, dedicada al comercio.

Procrearon una hija que actualmente tiene 19 años, que estudia licenciatura, quien vive

en unión libre y tiene una hija. El padre P también mantuvo una relación violenta con otra

mujer y procreó dos hijos, uno de los cuales es adicto a la marihuana. La mujer C también

sostuvo otra relación casual, de la cual procreó un hijo que actualmente tiene 16 años,

estudia preparatoria. Actualmente C vive en unión libre con otra pareja, a la edad de 5

años fue abusada sexualmente por un cliente de su padre, que aprovechó la ausencia del

mismo, fingiendo que lo buscaba, para abusar de ella, diciéndole al final: “Regresaré por

ti”. C tiene dos hermanas que fueron violentadas por su pareja de forma física y verbal. El

padre de C fue infiel a su pareja con la mejor amiga de ella y esta los encontró en la

cama. Actualmente P y C viven juntos pero no se hablan. El abuelo de C era violento con

su mujer, usaba machete recién afilado para asustarla, esta lo abandonó y eligió otra

pareja violenta. El padre P tiene un hermano que violenta a su mujer, así también otro

hermano que murió asesinado en una riña de policías. Los padres de P tuvieron

problemas de violencia, ocasionando que la mujer abandonara a todos sus hijos durante

un año, buscó a otra pareja, se embarazó, dio a luz a una mujer y regresó con su esposo.

La familia de origen del hombre, de esta unión libre, está integrada por los padres

y dos hijos. El padre que actualmente tiene 41 años, con estudios de secundaria, se

dedica al comercio. Vivió en unión libre por 14 años con una mujer que actualmente tiene

44 años de edad, licenciada en Trabajo Social. Procrearon dos hijos, el primogénito

24

actualmente tiene 22 años, con estudios de preparatoria, vive en unión libre, es

comerciante y tuvo una hija. Estudió tres años en la modalidad de internado, debido a que

no había quién lo cuidara. El segundo hijo que actualmente tiene 12 años, estudia

secundaria. La relación entre los padres no fue buena debido a golpes (cachetadas), por

lo que se separaron y cada uno de ellos optó por uniones libres con otras parejas. La

mujer se unió con un hombre joven que padece alcoholismo, el cual estuvo en

rehabilitación. Tiene una hermana que fue violentada por su esposo, era un macho, infiel,

violento, estuvo en la cárcel. Posteriormente, migró a los Estados Unidos de Norte

América y a su regreso mostró un cambio positivo en la relación con su esposa. Sus

padres tuvieron dificultades por infidelidad y violencia, vivieron juntos diez años y se

separaron. El padre se volvió a unir con otra pareja y, debido a su trabajo como chofer, se

ausentaba de casa por varios meses y cuando regresaba era violento. Por la vía paterna

hay dos hermanas que han estado en uniones libres y con parejas violentas.

Breve reflexión final

Los resultados hasta aquí obtenidos reflejan las historias violentas repetidas que

acompañan a las parejas estudiadas, a pesar de no presentar violencia física entre ellos

hasta el momento del estudio. La transmisión violenta, que vivieron sus familias de origen,

aún les permite relacionarse favorablemente, en la actualidad, con niveles de

funcionalidad familiar; sin embargo, en cinco parejas se detectó la necesidad de apoyo

pues son tendientes a la disfuncionalidad, debido a falta de comunicación, afecto

negativo, falta de control; factores que si no se tratan, pueden ser detonantes de violencia

en la pareja.

Summary

The present research has as general objective: to discover the intergenerational patterns

and the familiar functioning that generate intrafamily violence in a repetitive way in violent

couples. Specific objectives: to know the repetitive patterns and cycles of the

intergenerational transmission of physical violence in couples. Analyze the impact of

physical violence in couples and the impact on family functioning. Explain a proposal for

therapeutic intervention that stops physical violence in couples. Methodology: the design is

qualitative, descriptive-explanatory. Instruments: genogram (McGoldrick & Gerson, 2000)

and Family Performance Scale by Emma Espejel et al. (2008). Seven new students from

the undergraduate courses (Special Education, Family Sciences and Integral Care for the

25

Elderly) from the Faculty of Sciences for Human Development of the Autonomous

University of Tlaxcala participated. Results: in terms of the levels of functionality: five pairs

that present total dysfunctional scores, one of functionality and one in the limit of

functionality. The total factor scores that are functional are: supervision, affection, support.

Total factor scores that are dysfunctional are control, disruptive behavior, communication,

negative affect, and resources; at the limit of functionality is authority. Regarding the

genograms, case I: attempted murder, sexual harassment, violence. Case II and III:

violence, alcoholism. Case IV: Violence of a child (8 years old) towards his older sister (18

years) and trigenerational violence. Case V: torture, murder, violence. Case VI: Accident

deaths. Case VII: Rape of a child, violence, child admitted to an orphanage due to

absence of parents.

Key words: intergenerational transmission, violence, family functioning.

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