políticas sociales en el espacio de la salud pública

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II Congreso Nacional de Políticas Sociales (Mendoza, septiembre 2004) Daniel Fränkel [1] Políticas sociales en el espacio de la salud pública: análisis de caso aplicado a la desinstitucionalización en salud mental. Introducción Equidad y Problemática Político Institucional ¿Es posible lograr equidad en el espacio de la salud pública? ¿Alcanza el planteo sobre equidad para mejorar condiciones de vida de las poblaciones? ¿Cuál es el efecto en las políticas y programas cuando están orientados a poblaciones con y sin condiciones de vulnerabilidad , por ejemplo sí se trata de población materno infantil o del padecimiento psíquico crónico? ¿Cuáles son las relaciones entre la implantación y sustentabilidad con las reglas de juego instituidas cuando se enfoca el problema desde un criterio crítico de la salud comunitaria? Probablemente la respuesta sea afirmativa cuando se trata de un planteo positivo que regula las prácticas de gestión y atención. Cuando dicha interpretación responde a un imperativo positivo el análisis contempla tensiones entre hegemonías de políticas sociales o económicas. Pero el lenguaje del “deber ser ” no parece ser suficiente para comprender y abordar dimensiones profundas y complejas cuando se trata de dar respuesta a planteos institucionales tales como la conflictiva relación entre equidad y sustentabilidad. La hipótesis principal que sostenemos en este trabajo es que al discutir el problema de la equidad no debemos dejar de tener en cuenta el enraizamiento institucional de reglas de juego materiales y simbólicas que condicionan cambios y resistencias en los modos de apropiación y transferencia. Por ejemplo en los programas materno infantiles es predominante el criterio tradicional de apropiación segmentado y sectorial en tanto la transmisión del conocimiento es de naturaleza vertical y asimétrica en concordancia con el modelo medico predominante. En el caso de la salud mental dada la lectura compleja del proceso de implantación una mirada progresista esta ligada con derechos humanos de enfermos mentales crónicos, con calidad de vida de las personas, con estrategias de enfrentamiento al sufrimiento psíquico o a la discriminación y violencia. Esta mirada confronta con la tradición histórico-cultural de postergaciones, desigualdades y expulsiones. De esta afirmación surge una hipótesis que plantea que el área de Salud Mental constituye un emergente institucional relevante cuyas reglas de juego expresan la crisis del sector,

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Page 1: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

II Congreso Nacional de Políticas Sociales (Mendoza, septiembre 2004)

Daniel Fränkel [1]

Políticas sociales en el espacio de la salud pública: análisis de caso aplicado a la desinstitucionalización

en salud mental.

Introducción Equidad y Problemática Político Institucional

¿Es posible lograr equidad en el espacio de la salud pública? ¿Alcanza el planteo sobre

equidad para mejorar condiciones de vida de las poblaciones? ¿Cuál es el efecto en las políticas y

programas cuando están orientados a poblaciones con y sin condiciones de vulnerabilidad , por

ejemplo sí se trata de población materno infantil o del padecimiento psíquico crónico? ¿Cuáles son las

relaciones entre la implantación y sustentabilidad con las reglas de juego instituidas cuando se enfoca

el problema desde un criterio crítico de la salud comunitaria?

Probablemente la respuesta sea afirmativa cuando se trata de un planteo positivo que regula

las prácticas de gestión y atención. Cuando dicha interpretación responde a un imperativo positivo el

análisis contempla tensiones entre hegemonías de políticas sociales o económicas. Pero el lenguaje

del “deber ser” no parece ser suficiente para comprender y abordar dimensiones profundas y

complejas cuando se trata de dar respuesta a planteos institucionales tales como la conflictiva relación

entre equidad y sustentabilidad.

La hipótesis principal que sostenemos en este trabajo es que al discutir el problema de la

equidad no debemos dejar de tener en cuenta el enraizamiento institucional de reglas de juego

materiales y simbólicas que condicionan cambios y resistencias en los modos de apropiación y

transferencia.

Por ejemplo en los programas materno infantiles es predominante el criterio tradicional de

apropiación segmentado y sectorial en tanto la transmisión del conocimiento es de naturaleza vertical

y asimétrica en concordancia con el modelo medico predominante.

En el caso de la salud mental dada la lectura compleja del proceso de implantación una mirada

progresista esta ligada con derechos humanos de enfermos mentales crónicos, con calidad de vida de

las personas, con estrategias de enfrentamiento al sufrimiento psíquico o a la discriminación y

violencia.

Esta mirada confronta con la tradición histórico-cultural de postergaciones, desigualdades y

expulsiones. De esta afirmación surge una hipótesis que plantea que el área de Salud Mental

constituye un emergente institucional relevante cuyas reglas de juego expresan la crisis del sector,

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denuncian la escasa capacidad de integración, respuesta y contención por la que atraviesa la salud

pública en general.

No es casual que hayamos elegido como tema central para este debate el problema

institucional ligado a un programa de reforma de salud mental porque permite ejemplificar en el nivel

organizacional la compleja trama institucional que incluye a todo el espacio de la salud publica que

llamamos Orden Terapéutico Institucional (OTI)[i].

Sus reglas de juego materiales y simbólicas preexisten y condicionan la implantación.

La lectura institucional imprime al problema la presencia de dos lógicas que actúan

simultánea y contradictoriamente. En contraposición con el planteo de Giddens sobre la desaparición

de la lógica adversarial del espacio de la política Laclau propone dos lógicas que podemos extrapolar

al escenario de la salud pública:

¨ Lógica de la equivalencia: Desde un punto de vista binario la problemática institucional queda

encerrada entre dicotomías v eg o es un problema de la economía o de las políticas sociales.

¨ Lógica de la diferencia: Desde una perspectiva critica adquiere una interpretación antagónica y

contradictoria entre políticas sociales o económicas

Ambas categorías son útiles para comprender que en la historia de la salud pública intervienen

simultáneamente aunque con sentidos diferentes. La primera, de naturaleza binaria, relacionada con

el imperativo institucional hegemónico de búsqueda del bien común y del deber ser. La segunda afín a

un pensamiento dialéctico, destaca la primacía de una “arena de confrontación” en torno a la cual se

dirimen luchas y confrontaciones en torno a hegemonías y subalternidades; estas tensiones se

extienden tanto en el marco de políticas universales caracterizadas por un cierto resguardo protector

del Estado, contención social y solidaridad social como a las políticas focalizadas herederas del

modelo neoliberal y del ajuste estructural caracterizadas por el alejamiento del Estado y el vacío

institucional.

Ambas categorías interpelan y condicionan distintivamente problemas institucionales -

sustantivos e instrumentales- en la discusión sobre políticas de salud y equidad:

Crisis y reforma de la salud pública: aportan elementos y discusiones entre mercantilización y

desmercatilización, problemas de regulación y control, o criterios sobre “inversión social en salud

(Fränkel,1993; Veronelli; Belmartino)

Problemáticas Institucionales: luchas por hegemonías, definiciones sobre participación,

condicionantes de accesibilidad, extensión de cobertura, interacciones entre niveles de prestación

de servicios,etc (Fränkel, 1988; Llovet

Problemas de organización de los servicios y del sistema de atención, sus relaciones con la

complejidad y con modalidades de oferta, financiamiento e infraestructura (Katz; Isuani,A;

Mercer)

Problemas del desarrollo: planificación, participación, descentralización (Escudero;

Paganini,Chorny; Reale; Testa)

Page 3: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

De ambas categorías la segunda proporciona herramientas al conocimiento y a las prácticas

del proceso de salud/enfermedad/atención, a la interpretación histórica y socialmente que señala que

en el Orden Institucional permanece incólume y ajeno a reales transformaciones estructurales. El

espacio institucional tiene la exclusividad de acciones terapéuticas pero ajenas a una reflexión crítica

sobre cambios políticos y organizacionales. Esta afirmación se sostiene en que los cambios y reformas

sólo significan retoques cosméticos, cuestiones formales pero nunca de contenidos.

La manifestación más cruel del inmovilismo y rigidez representada por el estado de situación

del área de salud mental constituye el emergente institucional por excelencia del sector. Es la faz

visible de una problemática estructural cuya representación en las políticas asilares representa la

situación de exclusión, degradación y desigualdad a la que están sometidos pacientes y beneficiarios.

Múltiples trabajos y enfoques de las más variadas tendencias ideológicas y teóricas tratan sobre la

problemática del cambio en el sector: intentos de cambio estructural con matices progresistas o

conservadores; experiencias orientadas a la salud comunitaria con prevención y promoción de la salud

con ambiciosos programas de extensión de cobertura, ampliación de la accesibilidad sobre la

reforma, etc; pero a la hora de plantearse una evaluación la impresión es que siempre el problema se

encuentra en un punto “de inicio”

Por ejemplo anteriores intentos de Reforma de Salud Mental sostenidos en la reestructuración

de la atención psiquiátrica respaldan propuestas de equidad, se proponen revisar hegemonías y se

recuperan derechos humanos de pacientes. Sin embargo la atención psiquiátrica convencional no ha

podido ser desplazada por programas con objetivos progresistas sobre descentralización, atención

comunitaria, participativa, integral y preventiva. (Declaración de Caracas). En general el modelo

hospitalocentrico termina por invadir e imponerse; en el caso de salud mental internando, separando,

aislando y generando mayor padecimiento y cronicidad, deteriorando derechos humanos de los

pacientes.

Este argumento del fracaso en el cambio del modelo de atención también es extensible a la

salud general por cuanto los principios esbozados para una recomposición de la Estrategia de

Atención Primaria de Salud con el lema ”Salud para todos en el año 2000” fueron imposibles de llevar

a cabo. (Declaración de Alma –Ata) . Estos principios están esbozados en el contexto histórico

cuando en los finales de la década de los 70 se discuten nuevos presupuestos sobre el “Nuevo Orden

Económico Internacional” expresados con el Consenso de Washington que anticiparía propuestas de

Reforma y Ajuste afines a la economía de mercado y liberalismo. Ellas ahondarían brechas entre

institucionalidad y desigualdad por cuanto no pudieron mejorar el estado de salud de las poblaciones

ni resolver cuestiones relacionadas con deberes y derechos.

Estado Actual de la Cuestión

1. Recientes Fallos sobre Reforma y Equidad

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Existe prolífica documentación sobre crisis e ineficiente asignación del gasto. Esta afirmación

sellada por la ecuación política económica y política institucional caracteriza la última generación de

políticas de reforma de ajuste pro mercado.

La reestructuración del sector se piensa en términos reduccionistas de la economía: La

economía debía estar al servicio de las definiciones políticas. Este obstáculo permitiría explicar la

crisis y debilidad institucional del sector de la salud, cuando se privilegia eficiencia o el costo-beneficio

por encima de la eficacia.

Al implantarse el ajuste neoliberal se acompaña de “cajas de herramientas políticas”

conocidas bajo la modalidad del clientelismo, prebendarismo o faccionalismo partidario. Ellas

condicionan la reforma política y afectan la descentralización como un factor que “redunda en el

incremento de la inequidad” (Acuña,Tuozzo: 59)

La mirada de los Organismos Multilaterales coloca a la equidad en función de los costos y el

ajuste de la economía. La población pobre sufre como consecuencia de la reducción del gasto en

salud Afines al modelo neoclásico consideran que el problema institucional se resolvería cuando

cambie la ecuación negativa entre costos y brechas por gastos excesivos en medicamentos, técnicas

diagnósticas o de intervención. Por ejemplo el Banco Mundial sostiene que la desigualdad disminuye

con el incremento de la eficacia en función del bajo costo desestimulando las prácticas de

especialidades y de mayor complejidad en el sector público estatal dejando librado al criterio

discrecional la atención de patologías de alta letalidad. “La lucha contra la pobreza requiere de

promover el uso del mayor bien que poseen los pobres- su trabajo- y acrecentar su capital humano a

través del acceso a la atención primaria de la salud, la educación y nutrición.” (Banco Mundial, 1993:

56)

El sector de salud pública estaría reservado para el desarrollo de bienes públicos financiando y

prestando servicios esenciales dirigidos a los pobres: cobertura de vacunación, información,

focalización en mujeres y niños.

Recientes propuestas de Modernización del Estado fallan esencialmente al considerar

secundarios los aspectos sociales e institucionales de la crisis económica. En estos presupuestos se

otorga al sector salud la responsabilidad de ponerse a tono con ella, y actuar en consecuencia,

mejorando la eficiencia y reestructurando las capacidades de gestión. Esta visión imperante en la

lógica de los 90´, eficientista y tecnocrática tiene como objetivo primordial el desguase acrítico del

Estado y la intromisión silenciosa pero ininterrumpida de intereses económicos, que llevan a

cuestionar y hasta antagonizar las responsabilidades constitucionales y jurídicas del Gobierno para con

la salud de la población.

2. Gestión en el Plan de Reforma Liberal

Tal como plantea Torre siempre los planes de Reforma han estado vinculados con el tipo de

política predominante. En la década de los 60 estuvieron cercanas al régimen de propiedad y la

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Reforma agraria y con la ejecución de agencias de planificación; en cambio en los 90 ingresan en la

agenda pública la cuestión de las reformas estructurales. (Torre)

Está dirigida a promover la hegemonía del mercado, con un Estado Minimalista cuyos

presupuestos centrales son : ajuste macro estructural, derrame, políticas sociales compensadoras,

flexibilización.

Con respecto al problema de la equidad coloca el debate en torno a la reformulación del

Estado. [ii] La intervención del Estado se limita a cubrir los fallos del mercado garantizando políticas de

inmigración, de salud o de educación aceptables, estímulo al incremento/control de tasas de

natalidad. En cambio los bienes o privados están colocados en las regulaciones sanitarias,

asistenciales y preventivas o en complementaciones salariales.

Con respecto a la participación de actores sociales en el proceso de diseño de las políticas

auspicia intereses privados y corporativos

“Una percepción frecuente (en me dios de opinión y líderes sectoriales) es que el intenso debate entre

grupos de interés en el sector se trasladó al interior del gobierno y bloqueó buena parte de las

reformas previstas”

(Banco Mundial, 2003)

Aplicado al espacio de la salud equidad tiene una mirada eficientista. De acuerdo con el

concepto de “Inversión en Salud” enunciado por el Informe del Banco Mundial del año 1993 plantea

la necesidad del ajuste macroeconómico pero preservar a los pobres del gasto en salud.

Entre sus propuestas está incentivar con bienes públicos las externalidades positivas:

asegurar el financiamiento y prestación de servicios esenciales: inmunizaciones, campañas de

prevención, aporte de medicamentos genéricos, tecnologías de bajo costo, información al tiempo de

evitar externalidades negativas, desestimular la formación de especialistas, el tercer nivel y los

servicios discrecionales – enfermedades cardiovasculares, canceres de alta letalidad. (Banco Mundial,

op, cit 1993)

Afín con el modelo las sucesivas administraciones ministeriales de los últimos años han

asumido un carácter gerencial para hacer frente a la continuidad de la crisis, aplicando medidas

eficientistas , casi siempre bajo la forma de ajustes, con poca consideración a los perfiles

epidemiológicos de las regiones y provincias, atendiendo a compromisos políticos mas que médico –

sociales.

Esta lógica también es aplicable a medidas que impulsan los Seguros Provinciales- como el

aseguramiento Materno Infantil- medida también propuesta por el Banco Mundial por cuanto desde

el Estado no es conveniente pensar en términos de compra de servicios o de incentivos por “plus”,

reembolsos o capitación porque ello incrementa la desigualdad al interior del sistema y afecta la

calidad de las prestaciones. El resultado es que generan inequidad porque limitan los incentivos para

algunos profesionales del equipo de salud- v eg médicos generalistas, odontólogos, etc ; limitan las

prestaciones debido a un problema de costos, como es el caso de las prácticas odontológicas ; no

se resuelven problemas de accesibilidad de medicamentos; se solapan prestaciones ahondando

Page 6: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

conflictos entre agentes, como el caso del Primer Nivel de Atención o no logran resolver problemas

de referencia o de turnos con los Hospitales.

La necesidad de aplicar incentivos no acaba en el incremento de ingresos suponiendo que

incluyera a todo el personal del sector porque debe alcanzar a otros recursos (físicos, tecnológicos,

instrumentales y de gestión, de capacitación) de modo de adecuar la capacidad de resolución de

problemas de cada nivel de atención en acuerdo a las necesidades de atención de la población.

Remarcamos que asignar incentivos en la forma propuesta a través de aseguramientos

focalizados, sin tomar las precauciones antedichas, incrementa el desorden en el sistema de salud, al

generar desigualdades intra e interniveles de prestación favoreciendo rupturas programáticas.

Además minimiza la clave del problema que reside en la desigualdad que se presenta en reglas

institucionales. Adjudica el fracaso a los beneficiarios como parte de la tradicional cultura institucional

y política que oculta propios intereses e intencionalidades de los principales gestores y grupos de

interés.

En relación con la gestión los programas tuvieron en cuenta herramientas conocidas y

probadas cultural e históricamente. Se prefirieron los programas focalizados, descentralizados al

tiempo que se profundiza la segmentación y fragmentación del sector.

La descentralización es considerada como una forma de desligarse de problemas pero no ha

estado acompañada del debido marco legal, regulatorio y operativo adecuado.

Un ejemplo válido es la realización de una cantidad de programas compensatorios dentro del

marco del PRESSAL o PROMIN, previstos como Programas de Fortalecimiento Institucional para la

gestión descentralizada de hospitales públicos, en el primer caso y para la atención de la población

materno infantil en condiciones de pobreza para el segundo, han quedado en los discursos,

defraudando las expectativas del personal y de las comunidades a las que servían, obligando a los

equipos de salud locales a buscar alternativas muy alejadas de los objetivos previstos.

Por ello se discute el propósito de desmantelamiento del Estado y con ella la dirección elegida

para la recomposición y rectoría de políticas sociosanitarias. En este contexto la equidad está dada

por la compensación de desigualdades en tanto el estado de Bienestar reconcilia, tal como plantea

Habermas, la relación entre capitalismo y democracia y por lo tanto se convierte en garante del orden

social establecido (Minujin, Cosentino) o en asegurar la provisión por parte del estado de un mínimo

de factores que procuren la reproducción de los conjuntos humanos por medio de bienes públicos y

privados.( Therborn).

3. Matriz Institucional: Reglas de juego y pobreza

En el espacio epidemiológico Gerschanik considera que la organización de la salud pública

es por tipo de patología y grado de complejidad, rangos de cobertura o de calidad de atención. Los

indicadores con los que se trabaja son convencionales; no informan más que situaciones puntuales:

individuales, colectivas o contextuales. No alcanzan a brindar información sobre las relaciones entre

Page 7: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

empobrecimiento y salud, tomando en cuenta que la categoría empobrecimiento remite a un

desarrollo histórico y social y que tiene múltiples comportamientos: “En algunos hogares el

empobrecimiento puede notarse en restricciones en el consumo de bienes, en el acceso de bienes, en

el acceso a la educación, en el uso de medidas de movilidad, mientras que en otros tendrá mayor

gravitación sobre las condiciones de salud” (Gershanik: 140) Minujin,Kessler sugieren que el

empobrecimiento constituye una dimensión de “acumulación de riesgos” por causa del Estado de

Malestar. Se trata de indicadores de inequidad que permiten determinar los alcances de concentración

de riesgos en los sectores empobrecidos. La mayor presencia del indicador produce efectos negativos

en la subjetividad: padecimiento, agotamiento, angustia, burn-out. (Minujin,Kessler)

La reforma neoliberal también deja incólume reglas de juego instituidas sobre las que se

sostiene el Orden Terapéutico Institucional. Por el contrario reproduce y hasta incrementa el territorio

de confrontación en torno a hegemonías y prácticas subalternas, sostiene simbólicamente la

predominancia de naturaleza médica, aumenta la desigualdad y exclusión y desconoce los derechos

ciudadanos de cuidado y protección de la salud.

Las menciones sobre desigualdad y exclusión tienen aquí un carácter enunciativo por cuanto

no toman en cuenta los efectos brechas entre concentración del capital y la extensión de la pobreza

en términos de accesibilidad a la salud.

En el espacio de la salud mental prefiere mantener las prácticas asilares al tiempo que

desconoce necesidades de la población en consonancia con advertencias de estudios epidemiológicos

respecto al alarmante aumento de la carga global de morbilidad ligada al sufrimiento psíquico.

Estas reformas tiene un fuerte componente técnico-instrumental que derivan en soluciones

fragmentadas relacionadas con presupuestos de la reforma neoliberal hegemónica.

4. Equidad en términos de derechos y ciudadanía

El desmantelamiento del Estado de Bienestar produce efectos negativos en la subjetividad por

cuanto se pierde solidaridad; en tanto el ideal esté colocado en la búsqueda de rentabilidad

económica y en el enfrentamiento individual a los riesgos de la salud.(Galende)

Tal vez la posición más agobiante este representada por el Banco Mundial al plantear su

rechazo a cuestiones de naturaleza subjetiva: “ El grado de satisfacción de la gente con el propio

estado d e salud y con las atención sanitaria que recibe puede explicarse solo en parte por criterios

objetivos; las expectativas subjetivas tienen poca importancia” (Banco Mundial, 1993, op cit, :72)

Esta mirada analiza efectos y consecuencias del contrato social predominante en la salud

pública entre la asunción colectiva-solidaria o individual frente a los riesgos. En la primera dimensión

se ubica la discusión sobre derechos para la cobertura universal, integración social, repudio a la

exclusión en tanto generadora de padecimiento psicofísico; en la segunda la valoración de que la

desigualdad es el motor de iniciativa personal, el soporte de las leyes de la competencia y del

mercado (Laurell)

Page 8: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

La discusión entre sí es necesaria una distribución desigual en los estadios iniciales del

crecimiento que asegure la acumulación se contrapone con la comprobación de que con el desarrollo

se equilibran las desigualdades se obturan posibilidades de crecimiento y condicionan futuros estados

de desigualdad. Kliksberg plantea que no se trata de una fatalidad histórica e inexorable; más bien es

la riqueza que está injustamente distribuida, que la inequidad afecta la gobernabilidad y la pérdida de

credibilidad hacia las instituciones. Asistimos a un escenario que plantea la caída de la ilusión del

“derrame neoliberal”y del fracaso del Consenso de Washington; refiriéndose a Amartya Sen plantea

que es deprivaciòn con secuelas psicológicas, en el lazo social, pérdida de autoestima, tensiones

sociales, incremento de violencia y morbimortalidad. (Kliksberg)

La solución a este problema es, aunque sin especificar quienes son sus protagonistas es un

nuevo Consenso Post Washington, y en el nivel doméstico la formación de programas de desarrollo

con políticas sociales compensadoras tendientes a mejorar el problema redistributivo de la renta, de la

educación, de la salud, del capital social y de los lazos familiares al tiempo que fortalezcan el capital

humano como un factor central del desarrollo.

También el problema de la inequidad es analizada desde la pérdida de lazos de integración

social como consecuencia de la pérdida del derecho al trabajo y de la degradación de la condición

salarial: desestabilización de los estables, precariedad y ejército supernumerario (Beccaria, López;

Castel). Minujin plantea que la asalarización es la respuesta del capitalismo a la integración y

cohesión de los pobres en la era industrial temática estudiada por Comte, Weber y Durkeim. Al

descartar soluciones justas en la distribución de la riqueza se eligen soluciones focalizadas y

asistenciales que degradan derechos y ciudadanía, se procede a soluciones de democracia limitada en

las organizaciones del capital social, se postergan soluciones referidas a la accesibilidad como es el

caso de la cobertura de servicios en salud pública. (Minujin, 1999)

Nuestra perspectiva critica a estos argumentos es que los cuestionamientos a estas

posiciones se sostienen en que colocan el problema de la equidad en causas macroestructurales que

inciden negativamente en el orden institucional. Pero de acuerdo con nuestra hipótesis principal y aun

sin desmerecer dichas discusiones, consideramos fuerte impregnancia causal en torno a reglas de

juego instituidas que confrontan entre hegemonías y subalternidades, entre imperativos y

autonomías; ellas tienen un origen fundante caracterizado situaciones de asimetría y de poder en las

relaciones institucionales; se instalan como fuente de desigualdad, exclusión e inequidad a la hora de

implantar programas. Estos condicionantes simbólicos se realimentan en la confrontación real entre

múltiples practicas disciplinares al tiempo que se contraponen a una ética de la hospitalidad,

recepción o acogimiento.

En los albores de los programas de Reforma y de ajuste neoliberal se considera que la

debilidad del estado afecta la gobernabilidad (Isuani,Tenti) Sin embargo nuestra opinión es que al no

resolverse cuestiones primarias de desigualdad permanecen vigentes presupuestos o imperativos

positivos que son hegemónicos y por lo tanto negativizan la “cuestión social”. Estos fallos mantienen

respuestas de las mas variada heterogeneidad: primacía instrumental, negación de particularismos- v

eg : los planes no tienen en cuenta relativismos culturales, someten intereses públicos a intereses

Page 9: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

corporativos, transmiten asimetrías entre donantes y receptores, actúan discrecionalmente en la

acción distributiva, formalizan la dependencia de los usuarios con los servicios, etc .

El Plan de Desinstitucionalización:

Agenda para la discusión político institucional

La orientación hacia un cambio sea a la equidad, sea a la igualdad en los programas que se

implantan en el sistema de salud no pueden alcanzan los propósitos esperados a menos que logren

una transformación cultural y organizativa que cambie reglas de juego materiales y simbólicas

enraizadas.

En el caso especifico de la salud mental y tal como adelantamos arriba, el espacio de

confrontación que se dirime en torno a la salud mental reproduce conflictos en torno a condiciones

de atención y de gestión del sistema de salud en general y de implantación de los programas en

particular. Reproducen brechas entre el ideal positivo del “deber ser”, de defensa de la salud mental

de la gente- y una lectura critica sobre el lecho institucional.

Una perspectiva propositiva que es la Reforma de Salud Mental en la Provincia de Buenos

Aires incluye desarrollos basados en equidad, accesibilidad, solidaridad, eficacia, eficiencia, calidad y

extensión de cobertura. El cambio del modelo prestacional se orienta a reducir brechas de

accesibilidad al tiempo que revisar críticamente el impacto que tiene la carga de morbilidad cuando el

padecimiento psíquico está asociado al desarrollo social, económico, cultural y familiar.

Las acciones implican la puesta en marcha de dispositivos formales y simbólicos de

desinstitucionalización con base territorial en municipios con cuya red de contención en el primer y

segundo nivel se intenta revertir la significación de las políticas asilares. Dichas acciones están

sostenidas en los siguientes presupuestos:

a. Un marco estratégico global que es la SM Comunitaria que integra

todos los niveles de atención respecto a prácticas ambulatorias, internaciones breves y resolución de

situaciones de crisis articuladas según niveles de complejidad en Centros de Salud Comunitarios y

Hospitales Generales.

b. Un cambio en el modelo de atención que es la desinstitucionalización a

través del cierre gradual de internaciones en los Hospitales Asilares y la creación de casas de

convivencia. En este aspecto la falta de eficacia terapéutica y la presencia del asilo como factor de

cronificación, constituye el principal núcleo del debate. Numerosos estudios epidemiológicos

confluyen en el efecto iatrogénico del hospital psiquiátrico

c. Un cambio en el modelo de gestión por reducir barreras de

accesibilidad económica, geográfica y cultural y en la promoción de redes solidarias según niveles de

complejidad intra e intersectoriales

Page 10: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

d. Un marco legislativo que es la Ley de Salud Mental: La violación

sistemática de los derechos humanos de los pacientes, y la ausencia de legislación que reconozca

esos derechos constituyen argumentos para cuestionar el encierro

e. Un marco institucional caracterizado por la imposición de nuevas

reglas de juego: defensa de derechos que eviten discriminación, maltrato físico y psíquico,

confinamiento indefinido, exclusión y estigmatización. La caracterización del hospital psiquiátrico como

organización total conduce a establecer relaciones de sumisión, violencia física y afectiva,

marginación y exclusión. La circulación colectiva de la locura reproduce condiciones culturales de

marginalidad y de miseria con instalaciones deficientes y falta de hospitalidad.

f. Un desarrollo hacia el empoderamiento por parte de la ciudadanía -

Asociaciones de Familiares de Usuarios, Promotores de Salud, Agentes de Salud y de Programas

Sociales – v eg Plan VIDA, y de ONGs.

g. Un conjunto de factores no implicados originalmente pero cuyos

efectos tendrían repercusión al interior del sistema de salud por cuanto coloca en debate la

controversia sobre participación, contribución intersectorial y apropiación colectiva de los productos

que genera el programa.

Este proceso de Reforma se inaugura con una experiencia piloto en un área de comprobación

denominado “Corredor Oeste Ramon Carrillo, comprendido por municipios del cordón oeste del

conurbano bonaerense.

Comprende la habilitación de una casa de convivencia para seis pacientes externados del

Hospital Cabred. Se trata de una primera etapa experimental con base en Francisco Alvarez

perteneciente a la Municipalidad de Moreno de la Provincia de Buenos Aires.

Entre sus propósitos se destaca garantizar el acceso a la atención ambulatoria

psicoterapéutica, psiquiátrica con provisión gratuita de medicación, implantar dispositivos de

rehabilitación psicosocial y reinserción laboral, sensibilizar a la población cercana a los dispositivos

residenciales, promover cambios en la comunidad en relación a la marginación y segregación,

promover la conformación de redes sociales de apoyo para el acompañamiento de las personas bajo

programa y habilitación de casas de externación-convivencia por parte del municipio.

Se entiende por Casa de convivencia a un dispositivo residencial integral con alojamiento

de pacientes auto válidos que requieren de un tiempo de convivencia para reincorporarse a la

actividad laboral, encontrar vivienda, etc. en tanto continúan recibiendo atención ambulatoria,

asistencia, y de rehabilitación social como parte del proceso de recuperación. Representa una

modalidad de interrelación social nuclear, normada por los intereses, derechos y obligaciones de

residentes convivientes.

Se trata de personas con discapacidad mental que cuentan con los elementos necesarios

para cuidar de si mismos y realizar autónomamente los quehaceres cotidianos. Los residentes poseen

las habilidades y recursos necesarios para cuidar de su salud, prever posibilidades de crisis, viajar,

manejar el presupuesto hogareño e individual, buscar trabajo o realizarlo.

Page 11: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

Respecto a la reinserción laboral comprende la inclusión de microemprendimientos

autónomos y autofinanciables, dentro o fuera del área laboral propia con vistas a otorgar salida

laboral supervisada de manera continúa. Se trata de proporcionar la mayor oferta posible en

las distintas actividades, uso del tiempo o desarrollo de inquietudes culturales o de formación.

Estas alternativas formales proponen también la posibilidad de que los usuarios participen

en el restablecimiento de nuevas personas, colaborando en la supervisión de manera cotidiana y

estrechando los lazos de solidaridad y contención para quienes aun no logran una autonomía y

autoestima mayor.

La propuesta es una nueva y diferente situación de convivencia a la habitualmente conocida

-internación psiquiátrica, contexto estigmatizante y exclusión recurrente de la comunidad.

En lo formal el proyecto adquiere un importante nivel de complejidad organizacional; incluye

multiplicidad de acciones políticas y organizacionales que comprometen fundamentalmente la red

sociosanitaria- refuerzo de la red prestacional con habilitación de camas en hospitales generales y de

atención en crisis, con centros de día y casas de convivencia- un importante desarrollo del área social-

con financiamiento a microemprendimientos productivos y fortalecimiento del lazo comunitario

Del mismo modo plantea multiplicidad de articulaciones entre equipos de trabajo,

organizaciones al tiempo entre la población residente y los pacientes.

El diagrama de articulaciones intra e interorganizacionales revela que intervienen una trama

compleja de dimensiones:

1. Participación interjurisdiccional:

Ministerio de Desarrollo Social de la Nación quien provee los recursos para el financiamiento

del microemprendimiento por medio del Proyecto “Manos a la Obra”

Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires quien provee también asistencia técnica y

financiamiento de recursos humanos y físicos al tiempo de asegurar la provisión de medicación y

asistencia psicoterapéutica especializada a través del Hospital Cabred

Municipalidad de Moreno: provee la casa de convivencia y el apoyo político y organizacional

de la red sociosanitaria y desarrollo social

2. Participación intersectorial:

Participación de organizaciones de salud: Interviene el Hospital Psiquiátrico Cabred, la red de

1er nivel de atención de la Municipalidad de Moreno y el Hospital Provincial HZA Luciano de la Vega

Participación de organizaciones de desarrollo social: Intervienen equipos del municipio de

Moreno y de Desarrollo Social de la Nación

Participación de Organizaciones de Familiares de Pacientes

Participación del Consejo Deliberante de Moreno

El difícil paso entre el cuestionamiento al encierro y la concreción del

cambio institucional I: Diagnóstico del Problema

Page 12: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

El creciente empobrecimiento refleja en la población un incremento de los problemas

emocionales. Las personas concurren a los servicios en condiciones de mayor padecimiento psíquico

como consecuencia del deterioro de sus condiciones sociales asociadas con marginalidad, violencia,

exclusión y pérdida de fuentes de trabajo. Se calcula que el 60% de la población se asisten en los

Hospitales Públicos.

El peso de morbilidad señala que los padecimientos psíquicos ocupan el 5º lugar

(aproximadamente el 24 %) de la carga de enfermedades con una proyección de crecimiento que

prevé para los próximos 15 o 20 años un ascenso al segundo o tercer lugar. La ansiedad y la

depresión son los trastornos más comunes en la consulta ambulatoria; los procesos sicóticos

son los más frecuentes en la consulta especializada. Las patologías prevalentes en la internación

aguda se caracterizan por ser las psicosis esquizofrénicas y trastornos neuróticos; en cambio, en la

internación crónica se incorporan los síndromes de dependencia al alcohol y las demencias el 43 %

de las discapacidades ocasionadas por enfermedades, es consecuencia de trastornos mentales.

Frente a este cuadro de situación y ante necesidades y demandas crecientes en salud mental

las políticas de salud no destinan recursos y presupuestos para hacerles frente. Los presupuestos

son generalmente reducidos para la Reforma y en general son destinados casi en su totalidad a

sostener camas en hospitales psiquiátricos – v eg en la Provincia de Buenos Aires la distribución de

camas revela que en los Hospitales Psiquiátricos se concentra el 83% y que en los Hospitales

Generales el 5%.

La oferta de servicios se caracteriza por con un modelo de atención predominantemente

individual tanto en la atención psiquiátrica como psicológica, debilidad en las capacidades de

respuesta debido a la gravedad de los padecimientos psíquicos, dispersión y escasez de servicios de

atención a situaciones de crisis. ( Dirección de Salud Mental, Ministerio de Salud de la Provincia de

Buenos Aires).

Además la atención de salud mental no siempre se enmarca en una red articulada del

sistema de salud. El hospital psiquiátrico, en gran mayoría de los casos, se encuentra fuera de la

red, y en situación de aislamiento.

El cuestionamiento al encierro ocupa en el espacio institucional la intencionalidad del cambio:

diferentes movimientos de reforma corrientes de investigación, redes multicéntricas han enjuiciado

las instituciones asilares orientando estrategias terapéuticas hacia el contexto social de la persona,

la prevención y la rehabilitación.

La Declaración de Caracas( Declaración de Caracas, op cit) ha abierto una estrategia de

acción, caracterizada por la necesidad de vincular la asistencia a la atención primaria y de

enmarcarla dentro de los sistemas locales de salud. Esta

estrategia tiene algunos efectos para destacar:

1 .- El hospital psiquiátrico deja de ser el componente central de la

atención siquiátrica.

Page 13: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

2.- Los servicios comunitarios deben constituir el medio principal para lograr una atención accesible,

descentralizada, integral, participativa, continua y preventiva.

3 .- El impulso para actualizar la legislación de modo de generar un marco

jurídico que preserve los derechos humanos y civiles de los usuarios.

Pero en realidad se llevan a cabo algunas medidas paliativas como mejoramiento del espacio

hospitalario con transformaciones del habitat, humanización de los tratamientos y de las relaciones

personales, aumento de oportunidades de contacto social, fomento de intervenciones de

rehabilitación y abandono de la contención física y ambiental. Esta afirmación es reforzada por:

o Ineficacia en dar respuesta colectiva e integral al sufrimiento psíquico

o naturaleza expulsiva de las prácticas que no son cuestionadas ni revisadas por

sus efectos iatrogénicos y cronificantes que produce la manicomialización.

o vulneración de los derechos de las personas

El difícil paso entre el cuestionamiento al encierro y la concreción del

cambio institucional II: Cuestionamiento al contrato institucional

En el espacio de la salud mental y de la implantación de programas de reforma psiquiátrica

promueven la desmanicomialización ò desinstitucionalización :eliminación de medidas de contención

física, reconocimiento de derechos de pacientes, abolición de tutelas jurídicas y de asilos,

habilitación de casas de convivencia,etc

Pero desde un punto de vista institucional todo cambio de un programa adquiere alcances

limitados en tanto subvierte principios de de apropiación colectiva o de transferencia del

conocimiento a agentes y beneficiarios.

En este sentido cualquier programa de reforma debe afianzar dichos dispositivos por cuanto

no lograrlos revierte la institucionalidad preexistente en torno a la hegemonía del Hospital Psiquiátrico

o en el control del conocimiento por parte de múltiples disciplinas intervinientes entre las cuales el

saber psiquiátrico es predominante; de este modo se reinstalan practicas curativas y asilares

tradicionales por sobre las de reinserción, preventivas o de promoción; en fin el triunfo de la

racionalidad hegemónica por sobre racionalidad subalterna.

Esta interpretación critica surge del resultado de una investigación “Efectos de la

transferencia y apropiación en la gestión de programas materno infantiles: Un estudio

comparativo aplicado al sector salud”[1] que sugiere que el contrato tradicional de prestación es

funcional al modelo médico biológico hegemónico. Aplicado al programa de salud mental se trata del

modelo asilar e individual que reproduce el fracaso del sistema asistencial por abordar, resolver y

evitar colectivamente el sufrimiento psíquico de las personas.

Page 14: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

Este modelo subvierte cualquier intencionalidad de cambio. Se encuentra inserto en un

lecho institucional ya prefigurado por normas, códigos y reglas.

Este modelo incide negativamente en los problemas de implantación y sustentabilidad

ahondando tensiones entre agentes y sujetos enfrentados en este caso al Programa de

Reforma Psiquiát rica. Dichas tensiones operan negativamente en la apropiación colectiva de

productos materiales y simbólicos que emergen como resultado de la implantación.

Ì No hay una posición imparcial sobre equidad/ inclusión. Ella sólo está presente en el

imaginario colectivo [iii] mediante un ideal representado por la solidaridad, responsabilidad,

bien común, trabajo colectivo.

Ì El programa que finalmente se diseña es resultado de una confrontación

material/simbólica que se enmarca en los límites institucionales definidos por reglas de

juego tangibles e intangibles.

Ì El contrato institucional parece reproducir el contrato hobbesiano "...de guerra de todos

contra todos " ( Isuani, op cit: 47): en cuanto al estado natural demuestra despiadada

confrontación y en lo social desigual capacidad de negociación atribuida a una elite

política, burocrática o técnica desde cuyo imaginario se interpretan necesidades,

estrategias, normas, imágenes e identidades organizacionales, etc El interés personal o

sectorial termina generando enfrentamientos y "resistencias en los demás lo que torna

inviable su consecución" (ibid : 46)

Ì Las normas solo tienen cuenta deseos de planificadores/ejecutores en el nivel provin cial

o municipal. Ellas se construyen en términos de aplicaciones al programa pero siempre en

función de sus propios imaginarios. ¿Que es lo que se imaginan sobre el debe ser o sobre

metas que deben ser cumplidas?

“Hay que cumplir con las metas….hay que inaugurar nuevos

dispositivos…...hay que asegurarles el confort a los pacientes……hay que

habilitar centros de atención en crisis; hay que…….”(funcionario)

“¡La gente debe participar, promuevan el capital social, enseñen sobre la

planificación estratégica, incorporen la participación social!” (Organismos

Centrales de Planificación/Bancos Multilaterales)

Sin embrago finalmente contrastan con las racionalidades subalternas

“De que valen los técnicos sentados en el escritorio si no planifican con

nosotros. todo ya viene cocinado, enlatado. A nosotros que nos queda”.....?

(Enfermera)

Page 15: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

“ Que nos enseñen, pero no quieren, prometen mucho, los políticos y los

doctores, Nos reúnen, dicen algunas palabras y después no vuelven más”

(Familiar de un paciente)

Ì Desde un punto de vista ético el contrato institucional presenta tensiones entre el ideal

deontológico y consecuencialista en la práctica. En el imaginario predominante el

Programa de Reforma alienta una causa justa del deber en cuanto promueve la

desinstitucionalización ligado a un contrato solidario acompañado por una visión de

igualdad y homogeneidad. Pero al tiempo de proveer bienes materiales y alentar

libertades y derechos busca respuestas concretas, consecuencialistas que confrontan con

el ideal previsto.

“Hay un causa justa que es luchar por los derechos humanos de los pacientes; pero

te encontras con que todo son palabras y trabas. Son lindas palabras pero la verdad

es que solo interesa lo económico: bajar camas, disminuir costos; a nadie en realidad

le interesan los pacientes” (Médico)

“Este programa que iniciamos lo hacemos con pasión; con verdadera

pasión………………Pero tenemos que luchar contra todo un muro de obstáculos: al tal

funcionario que le interesa bajar costos o tal otro que le interesa cumplir con las

metas y con lo pactado con los Organismos Internacionales. El verdadero compromiso

lo tenemos nosotros que estamos cara a cara luchando con la realidad de todos los

días: Nadie nos pregunta a nosotros; como siempre las decisiones importantes se

toman en el nivel central” (Psicólogo)

La relevancia de las intangibilidades devela el razonamiento positivo por medio del cual se

afirma que las dificultades de implantación solo se deben a factores formales y que la profundización

de brechas institucionales preexistentes preanuncia fracasos en la sustentabilidad cuando ella sólo se

limita al imaginario de ejecutores o cuando queda sujeta a principios éticos consecuencialistas que

excluyen expresiones subjetivas y deseos de racionalidades subalternas. (Fränkel, 2002)

Los fundamentos hegemónicos se contradicen con los resultados esperados por cuanto para

alcanzarlos deberían partir de una posición crítica al imperativo institucional hegemónico. En tanto no

logren cambiar las reglas de juego instituidas que coloca al manicomio en un lugar de depósito y

ocultamiento del sufrimiento psíquico al tiempo que reproductor de mecanismos de control social, el

Orden Terapéutico Institucional a través de prácticas psiquiátricas, reproduce pero al mismo tiempo

niega que sus prácticas son de dominación al separar la enfermedad de condicionantes sociales, al

reproducir la segregación mente/cuerpo o al negar la constitución del deseo y autonomía en los

sujetos.

Page 16: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

Este mecanismo esta legitimado por dispositivos formales: científicos, legislativos y

administrativos que justifican la exclusión reproduciendo secuencias contradictorias de negaciones

entre prácticas hegemónicas y subalternas.

Por ello el desmantelamiento de esta operatoria no puede llevarse a cabo en el paradigma

institucional vigente por cuanto las reglas enraizadas niegan la emancipación y restitución de derechos

como objetivos terapéuticos.

A pesar de que el contrato institucional vigente admite la constitución de autonomías de

agentes del sistema de salud consistentes en proyectos o ideas provenientes de quienes ocupan

posiciones subalternas la realidad final es que ellas terminan siendo negadas por practicas y discursos

enmarcados en una cadena vertical de poder representado hegemónic amente por grupos de elite que

diseñan, planifican o evalúan las acciones. Del mismo modo los presupuestos de apropiación colectiva

terminan en acciones individuales que subvierten los deseos originales de producir un cambio en las

reglas de juego. Por ejemplo en el programa de reforma existen articulaciones intergubernamentales

complejas entre jurisdicciones, equipos de trabajo con la población beneficiaria necesarias de ser

abordadas. Pero la historia demuestra siempre que ante las expectativas entre “juntémonos es la base

de todo” y la defensa de “mi equipo, mi médico, mi servicio, mi hospital” al final del camino las

reglas intangibles terminan subvirtiendo los presupuestos originales convirtiendo al programa en “uno

más”, negando posturas de cambio, apropiación colectiva o idealizando el desempeño individual.

Conclusiones ¿Es posible la sustentabilidad del Proyecto de Reforma?

El análisis que presentamos es un aporte a la evaluación de programas desde un punto de

vista subjetivo. Consiste en una herramienta critica sostenida en el aporte de resultados de

investigaciones cualitativas sobre los efectos de implantación de programas en las reglas

institucionales de apropiación y transferencia del conocimiento.

Propone mediante herramientas teórico metodologicas un aporte al Programa de Reforma de

Salud Mental en la Provincia de Buenos Aires colocando su mirada en el contrato institucional cuyos

presupuestos hegemónicos convierten en sojuzgantes las prácticas al no cuestionar las relaciones de

poder instituidas que conducen con frecuencia al control social y a la iatrogenia. (Fränkel, 1994).

Incluye en el espacio de la discusión con que los efectos de las acciones de los programas no

mejoran el estado de salud de los sectores más empobrecidos o necesitados. No se resuelven los

problemas de la atención. Por el contrario las políticas y programas inciden en sostener el mismo

estado de situación deteriorando aún más la accesibilidad. Alertamos que la implantación de

programas no puede limitarse a una cuestión instrumental sino también política al tiempo que deben

generarse los espacios de debate y participación de agentes y beneficiarios en definir sus propias

prioridades, en la gestión y en el control de los programas.

Page 17: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

El trabajo devela presupuestos ideales tales que en los términos formales de la

institucionalidad sociosanitaria equidad se alcance únicamente con el proceso formal de implantación.

Esta expresada en planteos formales tales como :

“ la nación hace un valioso aporte al estado de salud de la población, en especial de los

más pobres y vulnerables. Aquí, el desafío está en revisar la actual composición y

funcionamiento de los programas…….” (Banco Mundial, op cit, 2003)

Generalmente durante la implantación los programas se diluyen en intentos de cambio

sostenidos sólo coyunturalmente en cuestiones formales, acciones políticas espectaculares o

indicaciones normativas en la gestión como en la atención.

El planteo ético sobre la implantación y la cuestión de la sostenibilidad constituyen atributos

formales necesarios para la evaluación de cualquier proyecto y ocupan un lugar destacado en el

diseño y aprobación de cualquier proyecto pero pierden importancia una vez que el programa se ha

ejecutado.

Aun más, la mirada de la sustentabilidad tal como sostenemos en este trabajo no descarta los

factores económico-financieros pero considera aun más relevante la dimensión político-institucional.

Es más es su condición necesaria y suficiente para lograrla.

Esta afirmación implica que la mirada sobre la sustentabilidad se resiente cuando se advierte

que no son tomados en cuenta factores sustantivos, tales como los psicosociales, que al estar ligados

con la comprensión sobre reglas de apropiación enraizadas señalan el fracaso de programas y

políticas.

Sí los programas procuraran alguna ruptura en las reglas enraizadas seguramente ayudarían a

afianzar lazos sociales, reducirían los riesgos del permanente fracaso y mejorarían indicadores de

eficacia y equidad. Por eso afirmamos que obviar los factores intangibles a través de las reglas

simbólicas convierte a la perspectiva de la sustentabilidad en un planteo más formal que real.

En síntesis los factores simbólicos por su invisibilidad nunca son abordados en la implantación porque

para enfrentar el problema de la deshospitalización y desinstitucionalización no pueden descuidarse

complejas reglas de juego enraizadas en el Orden institucional. Estas reglas se sostienen en

presupuestos de desigualdad. Los resultados de investigaciones llevadas a cabo en distintos espacios

organizacionales han demostrado que la desigualdad constituye un factor de tensión presente y

contradictorio que se manifiesta en la distribución del conocimiento que hemos identificado de la

relación entre terapeuta –paciente. Dicha tensión alcanza a todos los ámbitos de la gestión política,

técnica y administrativa del sistema sociosanitario.

Al decir que son expulsivas las prácticas relacionadas con los beneficiarios estamos afirmando

que ellas se sostienen y transmiten mediante creencias de que el saber científico/psiquiátrico es

superior e incompatible con el popular.

Las reglas predominantes condicionan dispositivos y modalidades de como transmitir

información y con quienes compartir los productos de los programas. Cada nuevo programa agudiza

Page 18: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

y exacerba paradojas sectoriales preexistentes. Más que propender a la cooperación se ahonda la

fragmentación que metafóricamente expresamos en " La fragmentación transforma a la

Organización en muchos Sub-Servicios"

Tampoco el Programa de Reforma debería desconocer códigos y representaciones

simbólicas de agentes y beneficiarios que producen efectos en modalidades de atención o en cambios

de gestión.

Por ello decimos que la efectividad depende del cambio de las reglas de juego o del

enfrentamiento de contradicciones que se manifiestan simbólica y materialmente.

La clave, pues, está dada por el modo en que puedan quebrar reglas alienantes enraizadas

sostenidas en la reproducción de secuencias de negaciones entre autonomías y sometimientos, entre

colectivos e individualidades, entre libertad y alineación. La clave esta dada por revertir las reglas del

contrato institucional y construir un espacio común que incluya nuevas legitimidades con consensos y

autonomías al tiempo que se logren definir posibilidades de nuevas relaciones que puedan

convenirse en conjunto. Por ejemplo se plantearía la participación y el encuentro colectivo

desestimando tradicionales asimetrías y desigualdades entre decires y saberes –técnicos y populares-

de modo de dar lugar a una redistribución democrática de saberes.

Pero estos obstáculos recaen en sustentabilidad por cuanto constituyen problemas

resistenciales al cambio.

El resultado de la intervención será seguramente inverso a lo esperado y nuevamente se

impondrán prácticas intervencionistas o manicomiales o no se atenderán las respuestas a las

necesidades crecientes de la población en cuestiones de salud mental. (Fränkel, op cit 2002)

La preocupación por el mejoramiento de las condiciones de vida y el ímpetu inicial

contrastará con el agotamiento de equipos de trabajo por generar respuestas alternativas pero que

terminan con esfuerzos individuales o reducidos a microespacios y con la apatía y frustración de un

“nuevo programa mas ” y en la esperanza por un “nuevo recomenzar”

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Page 21: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

[1] Sociólogo y Magíster en Administración y Políticas Publicas, Universidad de San Andrés, 2004,

[email protected]

NOTAS

[i] Se trata de una categoría analítica que sostiene que el contrato institucional sobre el cual se funda la Salud

Publica es de naturaleza formal y simbólica. Se trata de comprender que el espacio sociosanitario es una

“arena de confrontación” entre prácticas disciplinares que definen hegemonías y subalternidades: políticas,

burocráticas, operativas o asistenciales y de los usuarios-beneficiarios. En esta categoría incluimos a todas

las disciplinas que participan del sector y que llevan a cabo acciones referidas a la atención de la salud. En

dicho corpus institucional el Modelo Médico es hegemónico. Aún cuando adquiera la posición

predominante, se destaca que en un plano externo hay un comportamiento uniforme de todas las disciplinas

que participan en el Orden Institucional por maniatar y excluir prácticas colectivas con los beneficiarios.

En estos espacios también intervienen las reglas instituidas sosteniendo prácticas que relegan

especialmente la participación ciudadana.

El OTI tiene un origen fundante que es la desigualdad y asimetría que surge de una relación paradójica y tal

vez irreversible que es la relación terapeuta-paciente y que constituye un patrón que distingue por su

especificidad el espacio de la salud del resto de las organizaciones: educación, desarrollo social, etc. Se

trata de una relación de desigualdad atravesada por el proceso de salud/enfermedad/atención y que como tal

se irradia a todo el espacio político y cultural de la institucionalidad terapéutica. [ii] En el sistema capitalista concilian tres subsistemas: el económico, que regula el intercambio, el político-

administrativo que armoniza la distribución desigual de la riqueza con la distribución igualitaria de

derechos civiles y políticos y el subsistema socio cultural que expresa anomia cuando están amenazados los

valores e identidad social, integración e intercambio. (Lo Vuolo)

[iii] El método para acceder al conocimiento de reglas institucionales es analizando significaciones colectivas.

Ellas guardan cierta congruencia con posiciones materiales que asumen los sujetos cuando se relacionan con los

programas implantados en el orden Institucional.

El concepto de imaginario simbólico es que se trata de “ significaciones imaginarias porque están dadas por

creación o invención, es decir no corresponden a elementos estrictamente reales y son sociales porque sólo

existen como objeto de participación de un ente colectivo o anónimo" (Fernandez AM Introducción: 17) El

término imaginario social también “ remite a capacidad imaginante o creación incesante - social, histórica,

psíquica - de figuras, formas, imágenes, producción de significaciones colectivas" (ibid: 17).

Para Castoriadis lo simbólico es un componente racional/real dado que representa lo real; en todo caso implica

lo que es “indispensable para pensarlo o para actuarlo ” (Castoriadis, Vol I: 221). Lo simbólico está no sólo en

Page 22: Políticas sociales en el espacio de la salud pública

el lenguaje sino también en lo institucional. Por lo tanto responde a una causalidad material que lo sostiene, que

le da sentido y contenido.

Tal como sostenemos las organizaciones sociosanitarias existen como sistemas simbólicos sancionados por

cuánto representan una cultura, reglas, una determinada concepción acerca del poder. Por lo tanto los elementos

básicos de su constitución son los símbolos “....de cuya constitución el imaginario no puede separarse, ni

aislarse” (Castoriadis, op cit : 225)

Se trata de una construcción subjetiva que permite comprender como es interpretado el Orden Institucional. De

este imaginario social se desprenden imaginario simbólicos particulares que cuentan con cierto nivel de

autonomía y que como tales son presunciones básicas representadas por los sujetos.

Bourdieu interpreta que los sujetos atribuyen al mundo de lo real, objetivo, sus particulares significaciones y que

adquieren legitimidad a través de lo simbólico. En torno a las relaciones objetivas de la vida política,

institucional y social se constituyen espacios de disputa real y simbólica en forma individual y colectiva.

Los espacios de lo simbólico tal como los espacios particulares de la vida de los sujetos también son de

confrontación y de concertación. “. En la lucha simbólica por la producción del sentido común o más

precisamente, por el monopolio de la dominación legítima, los agentes empeñan el capital simbólico que

adquirieron en las luchas anteriores......” (Bourdieu, 1993:138)

En la vida institucional, caracterizada por disputas reales y simbólicas, ellas adquieren concreción en torno a

saberes, reglas, normas, etc. Sin embargo, lo simbólico, puede adquirir cierta autonomía relativa y como tal

puede escindirse del mundo material. Aún más, las instituciones analizadas simbólicamente parecen adquirir

autonomía, en tanto poseedoras de dinámica propia. Aquí es pertinente recordar la afirmación de Castoriadis

respecto a la inversión de evidencias: “ lo que podía ser visto al comienzo como un conjunto de instituciones al

servicio de la sociedad, se convierte en una sociedad al servicio de las instituciones” ( Castoriadis, op cit :

189)[iii]

En la misma dirección, el saber institucional analizado en su formato simbólico, incluye, también componentes

particulares. Tal como plantea Foucault, en la singularidad institucional sociosanitaria el saber es un instrumento

de poder, de dominación y desigualdad pero también de posibilidad de construcción individual y colectiva: ¡En

la institucionalidad sociosanitaria la disputa se produce entre saberes científicos, técnicos y populares.[iii] !

Interpretamos que en el Orden Institucional hay un imaginario predominante configurado en el saber médico. El

saber, constituido en su formato simbólico, adquiere el punto de vista oficial en el orden en salud y por lo tanto

casi divino: “El médico es como Dios” (Médico) [iii] .

Tal como plantea Clavreul “.... el nivel de autoridad que concierne a la práctica médica o la construcción de la

enfermedad como objeto, responde a un imaginario que es la fabricación histórica de la necesidad de

dominación y de control” (Clavreul: 294)