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Enero 2010 Número 469 Poesía en el Fondo ISSN: 0185-3716

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Enero 2010 Número 469

Poesía en el Fondo

ISSN

: 018

5-37

16

número 469, enero 2010 la Gaceta 1

SumarioAlí Chumacero 3Xavier Villaurrutia 4José Emilio Pacheco 5Alberto Blanco 6Homero Aridjis 7Sor Juana Inés de la Cruz 8Luis Cernuda 9Jorge Cuesta 10Stéphane Mallarmé Gerardo Deniz 11Fernando del Paso 12Guadalupe Amor 13Gabriel Zaid 14Rosario Castellanos 15Ramón López Velarde 16Ida Vitale 17César Vallejo 18Jaime García Terrés 19e. e. cummings 20Ezra Pound 21José Gorostiza 22Manuel Altolaguirre 23Elías Nandino 24Gonzalo Rojas 25Wislawa Szymborska 26Cesare Pavese 27Antonin Artaud 28Feli Dávalos 29Severo Sarduy 30Kn, de Carlo Belli

Por Manuel Marín 31

Imágenes de interiores de Gustave Doré, tomadas del libro Una visión en dos sueños de Samuel Taylor Coleridge, editado por el fce.

Ilustración de portada de Vlady, cortesía del Centro Vlady.

Director del FCE

Joaquín Díez-Canedo

Director de la GacetaLuis Alberto Ayala Blanco

Jefa de redacciónMoramay Herrera Kuri

Consejo editorialSergio González Rodríguez, Alberto Ruy Sánchez, Nicolás Alvarado, Pa-blo Boullosa, Miguel Ángel Echega-ray, Martí Soler, Ricardo Nudelman, Juan Carlos Rodríguez, Citla li Ma-rroquín, Paola Morán, Geney Beltrán Félix, Víctor Kuri, Oscar Morales.

ImpresiónImpresora y EncuadernadoraProgreso, sa de cv

FormaciónMiguel Venegas Geffroy

Versión para internetDepartamento de Integración Digital del fcewww.fondodeculturaeconomica.com/LaGaceta.asp

La Gaceta del Fondo de Cultura Econó-mica es una publicación mensual edi-tada por el Fondo de Cultura Econó-mica, con domicilio en Carretera Picacho-Ajusco 227, Colonia Bosques del Pedregal, Delegación Tlalpan, Distrito Federal, México. Editor res-ponsable: Moramay Herrera. Certifi -cado de Licitud de Título 8635 y de Licitud de Contenido 6080, expedi-dos por la Comisión Califi cadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas el 15 de junio de 1995. La Gaceta del Fondo de Cultura Económica es un nom-bre registrado en el Instituto Nacio-nal del Derecho de Autor, con el nú-mero 04-2001-112210102100, el 22 de noviembre de 2001. Registro Pos-tal, Publicación Periódica: pp09-0206. Distribuida por el propio Fondo de Cultura Económica.ISSN: 0185-3716

Correo electró[email protected]

2 la Gaceta número 469, enero 2010

Todo lo real se disuelve en la palabra: el contorno de las cosas va perdiéndose para dar paso a una danza inaudita de formas que nos seducen, arrojándonos a un vértigo implacable que desemboca en el reconocimiento de algo que desconocemos, que no podemos comprender, pero sin el cual no tendríamos ni la más remota idea de qué es lo extraordinario. Cuando dios sueña, lo indiferenciado comienza a adquirir forma haciendo que lo real exista. La pérdida de la noción de lo que consideramos real es lo que nos permite vislumbrar, aunque sea un poco, el principio del cual provenimos. La poesía es el vehículo, el vínculo, la palabra halada de ese principio. Poiesis es crea-ción, que es un desvelar, sacar a la luz, luz sonora que escuchan los ojos, sonido lu-minoso que miran los oídos.

La palabra es el eco sordo del silencio que quiere expresar lo inexpresable, de la misma forma que el hombre realiza el gesto de la muerte (sacrifi cio) para obtener más vida. Más allá de la vida está la muerte; más allá de la palabra está el silencio. Pero también más allá de la muerte está la vida; más allá del silencio está la palabra. A fi n de cuentas, lo único que queda es la voz que canta todo esto… la voz del poeta.

El fce cuenta con una larga tradición de publicar a los grandes poetas de nuestra lengua —y de otras también. Por ello la Gaceta apuesta en este número por la poesía. A continuación podrán escuchar algunas de las voces más representativas del catálogo de poetas con que cuenta el Fondo. Es sólo una muestra, ya que para rendir un justo homenaje a este género se necesitaría más de un número.

Por lo pronto, disfruten de las múltiples voces que emanan de las entrañas del Fondo. G

número 469, enero 2010 la Gaceta 3

La noche del suicida

I

Alza la noche el salmo del olvido,en oquedades su oración desata ásperas melodíasy al sonoro desfi le el corazón suspendeel fragoroso duelo.Con la fría certidumbre desploma los linajesy levanta la tempestad soberbia de la muerte.Árbol de ráfaga sedienta,fl uye de su aridez un turbio cantoardiendo entre las sombras, y a su vuelolas aguas del bautismo se arrepienten, lloran el largo tiempo, la familiar visita en deslumbrada tarde,la lenta juventud en ira absortasobre el fúnebre espacio que me espera.

No juegan ya los niños en la calle.Señora de crueldad, apaciguadaante el vencido párpado, a olas de traicióncubre de arena el rostro, hacia el temor despeñael hálito mortal, la urna que contienesinsabores, delicias, melancólicosmármoles yertos en museos,arcas de honra antigua y soledad,como abrasado huerto donde cae la frente del laurel.

En vano al pronunciar de la palabraalienta el corazón espuma de áspides y músicay en efímero reino aloja a veceslo que la vida arrastra en la marea:el orbe del sollozo, el añorar insomney la caricia que corona en vanola tierra que nos da perpetuidad.

Un eco solamente anima de fervores nuestro paso,eco de la pantera que en reposo es cólera dormida:a su inútil emblema inútilmente el labio invocarálas formas doblegadas, el milagrode un cuerpo que incendiaba la penumbra,la furia de los dientes, a cierta hora hermosos,los cabellos perdidos, el sudor.

Todo en silencio a la quietud navega. G

Alí Chumacero*

* Alí Chumacero, Palabras en reposo, fce, México, 1965.

4 la Gaceta número 469, enero 2010

Nocturno que habla de la muerte

Si la muerte hubiera venido aquí, a New Haven,escondida en un hueco de mi ropa en la maleta,en el bolsillo de uno de mis trajes,entre las páginas de un librocomo la señal que ya no me recuerda nada;si mi muerte particular estuviera esperandouna fecha, un instante que sólo ella conocepara decirme: “Aquí estoy.Te he seguido como la sombraque no es posible dejar así nomás en casa;como un poco de aire cálido e invisiblemezclado al aire duro y frío que respiras;como el recuerdo de lo que más quieres;como el olvido, sí, como el olvidoque has dejado caer sobre las cosasque no quisieras recordar ahora.Y es inútil que vuelvas la cabeza en mi busca:estoy tan cerca que no puedes verme,estoy fuera de ti y a un tiempo dentro.Nada es el mar que como un dios quisisteponer entre los dos;nada es la tierra que los hombres mideny por la que matan y mueren;ni el sueño en que quisieras creer que vivessin mí, cuando yo misma lo dibujo y lo borro;ni los días que cuentas

una vez y otra vez a todas horas,ni las horas que matas con orgullosin pensar que renacen fuera de ti.Nada son estas cosas ni los innumerableslazos que me tendiste,ni las infantiles argucias con las que has querido dejarmeengañada, olvidada.

Aquí estoy, ¿no me sientes?Abre los ojos; ciérralos, si quieres.”

Y me pregunto ahora, si nadie entró en la pieza contigua,¿quién cerró cautelosamente la puerta?¿Qué misteriosa fuerza de gravedadhizo caer la hoja de papel que estaba en la mesa?¿Por qué se instala aquí, de pronto, y sin que yo la invite, la voz de una mujer que habla en la calle?

Y al oprimir la pluma, algo como la sangre late y circula en ella,y siento que las letras desigualesque escribo ahora,más pequeñas, más trémulas, más débiles,ya no son de mi mano solamente. G

Xavier Villaurrutia*

* Xavier Villaurrutia, Nostalgia de la muerte. (Poemas y teatro), fce, México, 2006.

número 469, enero 2010 la Gaceta 5

Los ojos de los peces

A la orilla del mar la curva arenay una hilera de peces muertos

Como escudos después de la batalla

Sin vestigios de asfi xia ni aparenteputrefacción

Joyas pulidas por el marsarcófagosque encerraban su propia muerte

Había un rasgofantasmalen aquellos peces

Ninguno tenía ojos

Doble oquedad en sus cabezas

Como si algo dijera que sus cuerpospueden ser de la tierra

Pero los ojos son del marPor ellos mira el mar

Y cuando muere el pez en la arenalos ojos se evaporany al refl ujo

recobra el mar lo que le pertenece

Las moscas1

Mientras yo sobre titú sobre mílos dos al ladodos alados insectos se persiguen

Obscenamente sobrevuelan el lechoMiran zumbonas o tal vez excitadas

Para él sin duda no eres la más hermosa y deseable

(Tal un lirio entre las espinases su mosca entre muladaresLos contornos de su trompa son como joyascomo púrpura real sus vellosidades)

¿Despreciaránsus ojitos poliédricos nuestros cuerposnuestras torpes maniobrasnuestros brazos que no son alas?

Y juntas se levantan como la auroragrandiosas como ejércitos en batalla

Han puesto de cabeza El rastrero infi ernoy se adueñan al fi n de su cielo raso

Bocabajo seguramente jadeantescolgadas de las patas sobre el abismo

Y hacen lo suyo sin pensar en la muerte G

José Emilio Pacheco*

* José E. Pacheco, Fin de siglo y otros poemas, fce, México, 1984. 1 Con disculpas a Salomón: Cantares 2:2, 7:1 y 6:10

6 la Gaceta número 469, enero 2010

Entre las moscas

A Antonio Machado

Podría pasarme la vidaobservando a una mosca,sufriendo sus cortaúñasde incomprensible saliva,sus anteojos de carey,sus dientes de oro…

Podría pasarme la vidasimplemente oyéndolahablar de sus penasy de sus ilusionesen la ventana…

¡Y es que hay que vercómo sufre una moscaenamorada de un cristal!

The cloisters

A Ezra Pound

He de encontrarlas huellas en la nievedel unicornio

La ley de Pessoa

A Fernando Pessoa

Poseer algo es perder.Sentir sin poseeres conservarla esencia.

Zozobra

A Anna Ajmátova

En este reino yermo que fuera de avesbañado por las lágrimas del siglono hay más color que el gris…

Vagos fantasmas del aire y del agualeyendo en su testamentolas desventuras de la estrella del amor…

Es quimera que le supo prender fuegoal lado luminoso del abismo. G

Alberto Blanco*

* Alberto Blanco, La hora y la neblina, fce, México, 2005.

número 469, enero 2010 la Gaceta 7

Variaciones sobre un tema solar

1

El sol, un ojo.Si no un ojo pensante, un ojo de fuego.Nadie se ha atrevido a llamarloun ojo vivo, una conciencia.

2

El ojo total de lo fi nito estuvo aquí desde el principio.El ojo de los pensamientos amarillosdespertó a los grises y a los verdes.El ojo radiante de los amaneceresacabó por ponerse en el instante.El ojo alado de las mitologíasestá cantando en medio de la plaza.

3

La escalera de luz por la que subo es la misma por la que ahora bajo

La luz blanca que nos está lloviendoviene del Sol que se ha metido

Aun a oscuras yo te estoy mirando,aun a ciegas te recibo con las palmas abiertas

Oh semilla amarillaOh aire vestido de la luz blanca

4

¿Qué dios ebrio de luzideó este esplendor amarilloen los confi nes del universo?

¿Qué ojo loco se quedó abiertocontemplando esta gloria en los límites de sí mismo?

5

En el silencio alucinadoun ojo cobró forma y nadaEn alguna parte de tu cabezael sueño de la luz ha comenzado

6

Oigo el cascabeleo de unas llavesabriendo las puertas de la luzy yo bañado de soltodo lo que veo es sombras

7

Después de tantos díasde lluvia apareció el Solfl otando en el fi rmamentoy debajo de una nube oscurasus dedos doradosalumbraron la Tierra

8

¿Sueña el ojo solar con la Tierraque abrasa todo con sus sentidoso nosotros soñamos que el ojoque nos abrasa nos está soñando?¿Estamos adentro del ojo vivoque nos piensa y nos mirao somos —como él— imágenes fugitivasen la cabeza de un dios desconocido? G

Homero Aridjis*

* Homero Aridjis, Los poemas solares, fce, México, 2005.

8 la Gaceta número 469, enero 2010

Romances

Solía la señora Virreina, como tan amartelada de la Poetisa, favorecerla con la queja de alguna intermisión1 en sus memorias.

De una, da satisfacción

Hete yo, divina Lysi,considerado estos díasocupada en Él que sóloes digno de tus caricias. Toda te he juzgado en Dios:pues debe tu bizarría,2

como la más obligada,ser la más agradecida. Juzgado he tus pensamientosallá entre las jerarquías,3

porque los Ángeles sóloen el Cielo es bien que asistan. Ángel eres en bellezay Ángel en sabiduría,porque lo visible sólode ser Ángel te distinga. Pero si es tan bello el cuerpoque tu heroica forma anima,lo que lo desmiente máses lo que más lo acredita. Ángel, pues, entre sus Coros,¿quién duda que entonaríasde aquel alternado Sanctusla perenne melodía?4

Y así, no quise escribirte,porque no quise atrevidaquitar a Dios este obsequioni a ti estorbarte esa dicha; que los humanos objetos,cuando está el alma encendida,si no divierten,5 no ayudan,

si no embarazan, no avivan Y también, porque en el tiempoque la Iglesia nos destinaa que en mortifi cacionescompensemos las delicias, por pasar algunas yo,que tantas hacer debía,hice la mayor, y quiseayunar de tus noticias. Pero no de tus memorias:que ésas, en el alma escritas,ni el tiempo podrá borrarlasni otro objeto confundirlas. Doy la causa, porque sécuán aprisa fi scalizas,6

y que luego juzgas quequien se suspende7 se olvida. Mas ya que llega la Pascua,en que gozosa y festivala Iglesia deja los llantosy entona las alegrías, quiero dártelas. No tantode amor como de justicia:que claro está que son tuyas,porque son Pascuas Floridas. Reina de las fl ores eres,pues el Verano mendigalos claveles de tus labios,las rosas de tus mejillas. Téngaslas, como las haces,pues serán las de más dicha,si las gozares de alegrescomo las haces de lindas, de tu invencible Consorteen la dulce compañía,porque vivas con su aliento, porque aliente con tu vida, y porque a los pies de entrambos,quien los adora recibala vida que de tu alientofelizmente participa. G

Sor Juana Inés de la Cruz*

6 Acusas, observas.7 Se distrae.

* Sor Juana Inés de la Cruz, Primero sueño y otros escritos, fce, México, 2006.

1 La Cuaresma obligada a suspender las visitas en el convento hasta la Pascua Florida o de Resurrección.

2 Hermosura.3 Los nuevos coros de ángeles.4 Los ángeles cantaban eternamente “Santo, Santo, Santo es el

Señor Dios de los Ejércitos” (Isaías, vi, 2-3).5 Distraen.

número 469, enero 2010 la Gaceta 9

Diré cómo nacisteis

Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,Como nace un deseo sobre torres de espanto,Amenazadores barrotes, hiel descolorida,Noche petrifi cada a fuerza de puños,Ante todos, incluso el más rebelde,Apto solamente en la vida sin muros.

Corazas infranqueables, lanzas o puñales,Todo es bueno si deforma un cuerpo;Tu deseo es beber esas hojas lascivasO dormir en esa agua acariciadora.No importa;Ya declaran tu espíritu impuro.

No importa la pureza, los dones que un destinoLevantó hacia las aves con manos imperecederas;No importa la juventud, sueño más que hombre,La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestadDe un régimen caído.

Placeres prohibidos, planetas terrenales,Miembros de mármol con sabor de estío,Jugo de esponjas abandonadas por el mar,Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.

Soledades altivas, coronas derribadas,Libertades memorables, manto de juventudes;Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,Es vil como un rey, como sombra de rey

Arrastrándose a los pies de la tierraPara conseguir un trozo de vida.

No sabía los límites impuestos,Límites de metal o papel,Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan

alta,Adonde no llegan realidades vacías,Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.

Extender entonces la manoEs hallar una montaña que prohíbe,Un bosque impenetrable que niega,Un mar que traga adolescentes rebeldes.

Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,Ávidos dientes sin carne todavía,Amenazan abriendo sus torrentes,De otro lado vosotros, placeres prohibidos,Bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,Tendéis en una mano el misterio,Sabor que ninguna amargura corrompe,Cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.

Abajo, estatuas anónimas,Sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;Una chispa de aquellos placeres Brilla en la hora vengativa.Su fulgor puede destruir vuestro mundo. G

Luis Cernuda*

* Luis Cernuda, La realidad y el deseo 1924-1962, fce, México, 1995

10 la Gaceta número 469, enero 2010

Elegía

Después que mis ojos comprobaron que ya no la veía,después que mis oídos penetraban en vano el silencioque sus ruidos abandonaron, sus paseos, sus palabras,y que la muerte me dio una impresión certera y durable de su

[vacío, la lluvia invadió súbitamente con su presencia nuevamis sentidos desolados, y se apoyó mi vida en sentirla.Y cuando alguien vino a hablarme de la civilización europea,en vez de la lluvia, vi los trenes de Europa y su paisajes a los

[lados,los castillos que no hay en América y recordé el castillo de

[Windsory cuando me estiré para verlo hasta que se perdía.Pero se trataba de la fatiga de la vida,de la pérdida de su frescura religiosa,de la revolución social y de los hombres que no tienen ninguna fe y se asoman a los ruidos confusos para discernir una voz,y ven las nubes informes para sorprender una fi gura.¿Y yo qué fe tenía? Yo hablaba de la fe y eso me hacía vivirdurante ese momento como tenerla hace vivir más largamente,y en los huecos de mi pensamiento y de mis palabrasrenacía la lluvia y la puerta que enmarcaba sus hilosy el tejado enfrente de donde escurrían los chorros más gruesos.Pero hay todavía huecos que no se abren ya sobre otra cosa

[distinta,que no ven a otra lluvia, ni a más imágenes ni a más recuerdos:hay huecos que se abren sólo a un vacío silencio de donde ella partió y donde no crece nada.

[1929] G

Jorge Cuesta*

* Jorge Cuesta, Obras reunidas I Poesía, fce, México, 2003.

La tumba de Edgar Allan Poe

El poeta en Él mismo al fi n cual lo conviertela eternidad, suscita con una espada armadoa su siglo que tiembla por haber ignoradoen esta voz extraña el triunfo de la muerte.De la Hidra el escándalo antiguo, de que aciertea dar lengua más pura el ángel al poblado,vil proclamó por ellos a gritos el pecadoque un brebaje sombrío al sortilegio vierte.

Si nuestra idea hostil a la nube y al suelocon ambos en la tumba de Poe no esculpe, oh, duelo,y en un bajorrelieve guirnaldas no coloca,

granito aquí clavado por un desastre obscuro,de la Blasfemia al menos que un límite esta rocamarque a los vuelos negros sueltos en el futuro.

[Traducción de Jorge Cuesta]

[1939] G

Stéphane Mallarmé

número 469, enero 2010 la Gaceta 11

Suicidio

Esa malla que Rúnika lleva, ahora me fi jo,es la piel de un aguacate vaciada,con cinco aberturas según un meridiano doble(para la cabeza la mayor, arriba en medio).No es más extraordinaria—me va diciendo por el angosto puente ferroviario hacia Nifl -

[heim—que un libro de Snorri escrito en runas, en cuya posibilidad creí, culpa de Verne,hasta los veintinueve bien sumados.La vía se pierde entre niebla espesacincuenta o más metros sobre un fi ordo estigio.Suben humos helados; cómo será en invierno.Pegando el oído al rielse oye lo que ha de llegar, cada vez menos lejos.De tarde en tarde, el silbato es agudo(nos lo explicó Doppler cuando, antes de partir,nos detuvimos en su tienda a tomar un refresco).Hace ya rato que encontramos la cabeza de Va-tsya-yana,Aquel patético autor de Ka-masu-tra,cortada por el tren anteriorla tiramos con asco y no sonó al llegar al líquido.Nada veo en lo gris. Tampoco al fondo.Rúnika se ha detenido, mordiéndose de pronto el labio de arriba, y mira al frente.Allá adelante nos viene un punto de luz, no cabe duda.

Catastrofi smo

Sobre los oros de nuestra medianochecaerán del cielo las medias negras de un billón de amazonas,las vendas de una orquesta berliocesca de momias enlutadas.Espesarán primero el agua de las fuentes,nos sepultarán luego hasta el quinto apellidoy con éste ya nadie reconoce ya a nadie.

Durante el resto de la noche,la masa sedosa, nuestra agonía adentro,sorberá a la superfi cie hasta la última gota del alcantarillado.Quienes viajen por el costillar del monte en sombraverán que el esplendor de la ciudadfl uctúa, vibra, duda entre aletazos negros, se extingue.(Un minuto después subirá al airenuestro clamor más que opaco.)Hallarán bajo el día una órbita fétida y pardusca como cráter bajado de un planeta de estiércol.Pasa Rúnika al alba, camino a las canteras,a escoger mármoles para la obra maestra.Saluda al pasar, fi ngiendo ser de campo.Huele a niña nutrida de estrellas de mar crudas. G

Gerardo Deniz*

* Gerardo Deniz, Erdera, fce, México, 2005.

12 la Gaceta número 469, enero 2010

XXXVIII

Para cantarle al mar, me emperogrullo,me divierto y trasvierto, me trasviento,me aparejo de olas caracolas,me atavío de náyades, bahíos,me amaino acogollado de los pairos,me careno, encarezco, me enrarezco,me desacuerdo, encuerdo, me recuerdo,me engavio de gaviotas y ultramares,me empechino veneras, me encollarocon nácares y búcaros, careyes,me conchaperlo ombligos polivalvos,con pijamas de algas me aderezo,me endomingo con lunes ensabadosy borborigmos son mis abalorios.

Para cantarle al mar, me desanudo,me coloco, trastoco y merolico,me pasaporto y viso, me extradito.me empluvio y me descorcho, lipotimio,me tumoro y jarabo, me tarugome inteligento, oreo y me sabihondo,me infarto y me baipaso, me colapso,me diezmo y no me alcanzo, me estupendo,me pifi o, aúllo, kiosko y predilecto,me monsergo, me rabio, escuajaringo, me descalabro y bufo, me bustrófedo,me enharino de miedo y me espumeo,me brillo de impaciencia y soy de vidrio,me jacarando, emperejilo, estallo,me detesto en las chispas y me encuervo,me esponjo de pupilas y me quiebro,me ventilo de pájaros y vuelo. G

Fernando del Paso*

* Fernando del Paso, PoeMar, fce, México, 2004.

número 469, enero 2010 la Gaceta 13

Décimas a Dios

Mi impotencia, mi ambición:doble vida corta y larga,mi nostalgia que se alarga,el rigor de mi razón,hacen de mi corazónuna morada infi nita,que aguardando tu visitade latidos se alimenta;y así, nutriéndose aumentala cavidad que palpita.

Eres mi meta anhelada,mi esperanza en el trayecto,el solo sendero recto, la luz en la encrucijada;eres la quietud soñada,el silencio sin tortura,la libertad en clausura,la fe sin exaltación,el imán de la razón,y el éxtasis que perdura.

Antes te quise visible,constante en mi inteligencia, deseé tu fi ja presencia,y que fuese infalible.Hoy te concibo intangible,tan sólo una sensaciónque adormece la razón,y por instantes contados,eres latidos aisladosque arroban el corazón.

Sé que eres inexpresable,que es torpeza defi nirte,que el acierto está en sentirte,y así alcanzar lo inefable.Mas mi ambición indomablequiere pruebas exteriores,desea que mis dolorestengan un premio inmediato.Mi Dios, te propongo un trato:¡que sin tardar me enamores! G

Guadalupe Amor*

* Guadalupe Amor, Décimas a Dios, fce, México, 1953.

14 la Gaceta número 469, enero 2010

Luz inasible

La majestad de ser abre el vuelo en tus alas,altiva luz del mundo, alta gloria cimera.Abres, porque te place, el mediodía.¡Infausta hora la que dejes olvidada!Pues tú, Dios displicente, no estás hecho para el hombre.Igual cierras el mundo que dejas ver su hermosura.Has enviado el soslayo, calamidad universalque nos impide ser ¡y todavía te escondes!Vuelas a tu albedrío, no hay quien te tenga en un puño.¿Nos vas llamando, acaso, para mejor estrellarnos?Guárdame Dios de Ti, que yo de mis quimeras.Agua mansa, buen Dios en jaula, ¡mal te conoce quien te compra!

V. Sombra

Las alas para qué,si son errantes.

Los ojos para qué,si son esquivos.

Para qué me acompañas,si para envenenarteme envenenas.

Tomando el sol

Encontrarse dadoy sin cuidado.

Encontrarse solocomo los otros.

Y el miedode estar tan quedo.

Inventarse un deber para tener qué hacer.

Nada de estarte al sol con tus prójimos.

Olvídate de ellos ¡y a salvarlos! G

Gabriel Zaid*

* Gabriel Zaid, Seguimiento, fce, México, 1964.

número 469, enero 2010 la Gaceta 15

En el fi lo del gozo

I

Entre la muerte y yo he erigido tu cuerpo:que estrelle en ti sus olas funestas sin tocarmey resbale en espuma deshecha y humillada.Cuerpo de amor, de plenitud, de fi esta,palabras que los vientos dispersan como pétalos,campanas delirantes al crepúsculo.Todo lo que la tierra echa a volar en pájaros,todo lo que los lagos atesoran de cielomás el bosque y la piedra y las colmenas.

(Cuajada de cosechas bailo sobre las erasmientras el tiempo llora por sus guadañas rotas.)

Venturosa ciudad amurallada, ceñida de milagros, descanso en el recintode este cuerpo que empieza donde termina el mío.

II

Convulsa entre tus brazos como el mar entre rocas,rompiéndome en el fi lo del gozo o mansamentelamiendo las arenas asoleadas.(Bajo tu tacto tiemblocomo un arco en tensión palpitante de fl echasy de agudos silbidos inminentes.Mi sangre se enardece igual que una jauríaolfateando la presa y el estrago.Pero bajo tu voz mi corazón se rindeen palomas devotas y sumisas.)

III

Tu sabor se anticipa entre las uvasque lentamente ceden a la lenguacomunicando azúcares íntimos y selectos.

Tu presencia es el júbilo.

Cuando partes, arrasas jardines y transformasla feliz somnolencia de la tórtolaen una fi era expectación de galgos.

Y, amor, cuando regresasel ánimo turbado te presientecomo los siervos jóvenes la vecindad del agua. G

Rosario Castellanos*

* Rosario Castellanos, Bella dama sin piedad y otros poemas, fce, México, 1984.

16 la Gaceta número 469, enero 2010

Hoy como nunca

Hoy, como nunca, me enamoras y me entristeces;si queda en mí una lágrima, yo la excito a que lavenuestras dos lobregueces.

Hoy, como nunca, urge que tu paz me presida;pero ya tu garganta sólo es una sufridablancura, que se asfi xia bajo toses y toses,y toda tú una epístola de rasgos moribundoscolmada de dramáticos adioses.

Hoy, como nunca, es venerable tu esenciay quebradizo el vaso de tu cuerpo,y sólo puedes darme la exquisita dolenciade un reloj de agonías, cuyo tic-tac nos marcael minuto de hielo en que los pies que amamoshan de pisar el hielo de la fúnebre barca.

Yo estoy en la ribera y te miro embarcarte:huyes por el río sordo, y en mi alma destilas el clima de esas tardes de ventisca y de polvoen las que doblan solas las esquilas.

Mi espíritu es un paño de ánimas, un pañode ánimas de iglesia siempre menesterosa;es un paño de ánimas goteado de cera,hollado y roto por la grey astrosa.

No soy más que una nave de parroquia en penuria,nave en que se celebran eternos funerales,porque una lluvia terca no permitesacar el ataúd a las calles rurales.

Fuera de mí, la lluvia; dentro de mí, el clamorcavernoso y creciente de un salmista;mi conciencia, mojada por el hisopo, es unciprés que en una huerta conventual se contrista.

Ya mi lluvia es diluvio, y no miraré el rayodel sol sobre mi arca, porque ha de quedar rotomi corazón la noche cuadragésima; no guardan mis pupilas ni un matiz remotode la lumbre solar que tostó mis espigas; mi vida sólo es una prolongación de exequiasbajo las cataratas enemigas.

c. 1917 G

Ramón López Velarde*

* Ramón López Velarde, Poemas, fce, Lima, 1997.

A Enrique González Martínez

número 469, enero 2010 la Gaceta 17

Dormir de noche

Ahora dejo la luz, tomo por el camino por dondeasidua va en cólera la sombra, doy mi nombre y razones,mi pretensión de júbilo,las horas celebradasen las que fui naciendoy presento mi díacomo un pájaro herido y terminante.¿Después qué, después dónde,después del sueño reclamadoy el ay fi nal de despedida?La fábula conclusa dobla sus verdes hojas y su cielo,guarda la tarde por recién usada,los vientos y palabras que se oyeron.Acá está el lento río,imagen fi el de otra corrientesin entrevista luz ni ruido alguno, sin caricia de amigo ni tibia piel vecina.Ávido el cuerpo espera,un estrellado viento vieney el cuerpo no responde.Ciego como campana abandonada,no sabe cuánto amor está guardandoentre la grave noche,y cuánta vida nace y cuánta muerebajo la lluvia de su oscuro polvo.Oh estancado, vacío cuerpo solo,sin memoria natal y sin presagios,largo navío que no llega,puente entre sombra y sombramudamente tendido. G

Ida Vitale*

* Ida Vitale, Sueños de la constancia, fce, México, 1994.

18 la Gaceta número 469, enero 2010

Oración del camino

Ni sé para quién es esta amargura!

Oh, Sol, llévala tú que estás muriendo,y cuelga, como un Cristo ensangrentado,mi bohemio dolor sobre su pecho. El valle es de oro amargo; y el viaje es triste, es largo.

Oyes? Regaña una guitarra. Calla!Es tu raza, la pobre viejecitaque al saber que eres huésped y que te odian, se hinca la faz con una roncha lila. El valle es de oro amargo, y el trago es largo… largo…

Azulea el camino; ladra el río…Baja esa frente sudorosa y fría,fi era y deforme. Cae el pomo rotode una espada humanicida!

Y en el mómico valle de oro santo,la brasa de sudor se apaga en llanto!

Queda un olor de tiempo abandonado de versos,para brotes de mármoles consagrados que heredenla aurífera canciónde la alondra que se pudre en mi corazón! G

César Vallejo*

* César Vallejo, Obra poética, fce, España, 1996.

número 469, enero 2010 la Gaceta 19

Crítica de la vida cotidiana

Anónimo. difuminado, rumiasus atribulaciones de pequeño burgués.¡Todo se desbarata, se derrocaenvenénase todo tan aprisa!Piensa dándole vueltas al solo pensamientocomo si remediase con ello la desdichade la pared caduca y el traje mentiroso, del piélago de cosas que no sirveny la fi ebre tozuda que los médicos jamás toman en serio ni suprimen.Ahógase en el vaso de su día.Teme los nubarrones, las callejeras averías, al interlocutor hostil, a los ladrones.Y tampoco domina los miedos de sí mismo.Danle vergüenza sus limitaciones en el difícil ámbito del tedio que preside la lucha por la vida.Tiene proclividades al enojo.Sus réplicas a veces lo traicionan.Demasiado cerril en resumidas cuentas no logra concretar un sentimiento vago de lo que llaman otros el destino.Ama con desazón o con torpeza.Desempeña sin tacto ni mucho paladar los más de sus papeles en el álgido paso tejido por el ocio celestial.Profesa conjeturas increíbles.Y para fi n de fi esta las espulgabajo la destrucción de sus atardeceres.

Escolio

Pero la corrupción, señores míos, siendo tan inquietante, ni con mucho es el despeñadero más temible, que son peores a menudo ciertos enjuagues veleidosos, enfáticas reformas por encima, cedazos no dedicados al remedio de los males sino a dignifi car la podredumbre con abluciones de fariseísmo. G

Jaime García Terrés*

* Jaime García Terrés, Obras I, fce, México, 1995.

20 la Gaceta número 469, enero 2010

Piedad para este monstruo…

Piedad para este monstruo atareado, humaninanidad,

no tengas. El progreso es un mal confortable:tu víctima (muerte y vida a cubierto más allá)

juega con la enormidad de su parvulez—los electrones deifi can una hojaderasurarserranizándola: las lupas extienden

al indeseo curvando dondecuando hasta que el indeseo se vuelve sobre sí impropio. Un mundo de fabricados no es un mundo de nacidos —compadece a la pobre carne

y árboles, pobres estrellas y piedras, pero jamás a esta nuestra selecta de hipermágica

ultraomnipotencia. Los médicos sabemos

despertar de un casi si —escucha: hay un endemoniadoprimor de universo a la otra puerta; vamos.

[Traducción de Jaime García Terrés] G

e. e. cummings*

* Jaime García Terrés, Obras I, fce, México, 1995.

número 469, enero 2010 la Gaceta 21

La isla en el lago

Oh Dios, oh Venus, oh Mercurio, patrón de los granujas,en la ocasión propicia concededme, os lo ruego,una tabaquería no muy grande.Con envases brillantes y menudos apilados en orden sobre los anaquelesy las pendientes piezas olorosas de tabaco prensado y en tiras,y el lustroso Virginia puesto debajo del cristal pulido,y un par de balanzas sin excesiva mugre,y las puntillas que de paso llegan a cambiar dos palabras,una frase de prisa, y a componerse un poco el pelo.

Oh Dios, oh Venus, oh Mercurio, patrón de los granujas,prestadme una tabaquería no muy grande, o establecedme en una profesión cualquierasalvo esta diabólica profesión de las letras,en la que se precisa la inteligencia todo el tiempo.

[Traducción de Jaime García Terrés] G

Ezra Pound*

* Jaime García Terrés, Obras I, fce, México, 1995.

22 la Gaceta número 469, enero 2010

Presencia y fuga

I

En el espacio insomne que separael fruto de la fl or, el pensamientodel acto en que germina su aislamiento,una muerte de agujas me acapara.

Febril, abeja de la carne, avara,algo estrangula en mí a cada momento.Usa mi voz, se nutre de mi aliento,Impone muecas turbias a mi cara.

¿Qué amor, no obstante, en su rigor aciertaa destruir este hálito enemigoque a compás con mi pulso me desierta?

¡Templado hielo, sí, glacial abrigo!¡Cuánto —para que dure en él— liberta en mí, que ya no morirá conmigo!

II

Te contienes, oh Forma, en el suntuoso muro que opones de encarnada espumaal oscuro apetito de la brumay al tacto que te erige luminoso.

Dueña así de un dinámico reposo,marchas igual a tu perfecta sumaay, como un sol, sin que el andar consumani el eco mismo de tu pie moroso.

¡Isla del cielo, viva, en las mortalescongojas de tus bellos litorales!Igual a ti, si fi el a tu diseño,

colmas el cauce de tu ausencia fría;igual, si emanas de otra tú, la mía, que nace a sus insomnios en mi sueño.

III

Tu destrucción se gesta en la codiciade esta sed, toda tacto, asoladora,que deshecha, no viva, te atesoraen el nimio caudal de la noticia.

Te miro ya morir en la cariciade tus ecos, en esa ardiente fl oraque, nacida en tu ausencia, la devorapara mentir la luz de tu delicia.

Pues no eres tú fl uente, a ti anudada.Es belleza, no más, desgobernadaque en ti porque la asumes se consuma.

Es tu muerte, no más, que se adelanta,que al habitar tu huella te suplantacon audaces resúmenes de espuma.

IV

¡Agua, no huyas de la sed, detente!detente, oh claro insomnio, en la llanurade este sueño sin párpados que apurael idioma febril de la corriente.

No el tierno simulacro que te miente,entre rumores, viva; no, madura,ama la sed esa tensión de honduracon que saltó tu fl echa de la fuente.

Detén, agua, tu prisa, porque en tantote ciegue el ojo y te estrangule el canto,dictar debieras a la muerte zonas;

que por tu propia muerte concebida,sólo me das la piel endurecida¡oh movimiento, sierpe! que abandonas. G

José Gorostiza*

* José Gorostiza, Poesía completa, fce, México, 2000.

número 469, enero 2010 la Gaceta 23

Preguntas

Sentidos ignorados del Universo:¿adónde lleváis las sensacionesque adquirís de la nada?¿En qué vísceras yo, Dios mío, estoy?

¿La tierra un corazón?Esta entraña secreta en la que estamosbajo los aires músculos:¿qué ofi cio tiene?

La luna, el sol, los astros,los pulmones oscuros de la noche:¿bajo qué piel, qué tacto viven?¿Es tu cuerpo, Dios mío, el Universo?

¿Estás en lo creadocomo el alma en la carneo tienes la arboleda de tu sueñoalborotada, fuera de tu frente,en la Nada infi nita,igual que yo en tu mundo?

Sombras

Mi cuerpono te separes de tu sombra,que se muere.

Que se muere el cuerpo (sombra que es del alma).Alma,no te separes de tu cuerpo.

Que se muere el alma (sombra que es Dios).Dios mío,no te separes de mi alma,que se muere.

Anhelo

No he nacido de mí. Estoy conmigoy quiero desprenderme de mí mismo,ser padre mío en un espejo:en tu memoria o en tu sueño;quedarme en los jardines de tu frentereproducido, confi ado, tuyo,niño que juegue mientras yo trabaje;estar contigo siempre y por la nochevolver por mí, por ti, cariño mío. G

Manuel Altolaguirre*

* Manuel Altolaguirre, Poesías completas, fce, México, 1981.

24 la Gaceta número 469, enero 2010

El poema inasible

Traigo entre ceja y cejaun poemaque en las noches escribopor detrás de mis párpados, y se borra en el díacuando los abro.

Igual que las estrellasresplandece en desnudezcuando la sombra impera,y se apagacuando la luz lo invade.

Me lo sé de memoriasin saber lo que dice;porque es un poemaque, por más que lo escribopor detrás de mis párpados, jamás he podidoconcretarlo en palabras.

Yo tengo la esperanzade que, cuando me ausente,algún poeta anónimo lo capte entre su sueñoy, al despertar, lo haga.

(Es el poema eternoque a todos los poetasse nos esconde adentrosin poderlo decir.El que nos sobreviveen el pulso del aireesperando que alguienlo descubra, lo entienday lo quiera escribir.) G

Elías Nandino*

* Elías Nandino, Cerca de lo lejos. Poesía 1972-1978, fce, México, 2000.

número 469, enero 2010 la Gaceta 25

Aiuleia por la resurrección de George Bataille

Pueda ser que Bataille me oiga, GeorgesBataille, el que vio a Diosel 37 en la vulvaDe Mme. Edwarda, medias ymuslos de seda blanca, la nochedel cerezo en el burdel, y escribalo que no sé voluptuoso en el linodel papiro la palabraque él supo y yo no sé, la Palabra.

Y así todo sea jueves, el marjueves, el oxígenopara arder, el mismohueso propicio, el trapeciodonde uno duerme como en la madre el ociohacedor.

A él encomiendo mi hambre porsanto torrencial descarado, a élmi libertinolibreto de todo, por vidente y rienteque apostó entero el orgasmo aldesollamiento vertiginosode ser en el sexo hombre, a élescrito como está en el precipicio el Mundo, pardos losazules ojos abiertos. G

Gonzalo Rojas*

* Gonzalo Rojas, Antología de aire, fce, México, 1995.

26 la Gaceta número 469, enero 2010

Autotomía

Ante el peligro, la holoturia se divide en dos:con una parte se entrega para ser devorada por el mundo,con la otra huye.

Se divide violentamente en pérdida y salvación,en multa y premio, en lo que fue y lo que será.

En el centro del cuerpo de la holoturia se abre un precipiciode dos orillas repentinamente ajenas entre sí.

En una orilla la muerte; en la otra, la vida.Aquí la desesperación, allá la esperanza.

Si existe la balanza, los platillos no se mueven.Si existe la justicia, hela aquí.

Morir lo necesario, sin exagerar.Crecer lo necesario, de lo que se ha salvado.

Sabemos dividirnos, es verdad, también nosotros.Pero sólo en cuerpo y susurro interrumpido.En cuerpo y poesía.

A un lado la garganta, la risa al otro,ligera, callándose rápido.Aquí el corazón pesado, allá non omnis moriar,tres pequeñas palabras como tres plumas al vuelo.

El precipicio no nos corta en dos.El precipicio nos rodea.

A Halina Poswiatowska, in memoriam

[AM]

Las tres palabras más extrañas

Cuando pronuncio la palabra Futuro,la primera sílaba pertenece ya al pasado.

Cuando pronuncio la palabra Silencio,lo destruyo.

Cuando pronuncio la palabra Nada,creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

[AM] G

Wislawa Szymborska*

* Wislawa Szymborska, Poesía no completa, Traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia, fce, México, 2008.

número 469, enero 2010 la Gaceta 27

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos…

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, esta muerte que nos acompaña, desde la mañana a la noche, insomne, sorda, como un viejo remordimiento o un vicio absurdo. Tus ojos serán una vana palabra, un grito tácito, un silencio.Los ves cada mañana al inclinarte tú sola en el espejo. Oh mi querida esperanza, en ese día también sabremos que la vida eres y la nada.

La muerte tiene una mirada para todos.Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.Será como dejar un vicio, como ver en el espejo surgir un rostro muerto, como escuchar cerrados labios.Descenderemos, mudos, en el vórtice. G

Cesare Pavese*

* Javier Sologuren, La uvas del racimo, fce, México, 1989.

28 la Gaceta número 469, enero 2010

Plegaria

Ah danos cráneos de brasas cráneos quemados por rayos del cielo cráneos lúcidos, cráneos reales y atravesados por tu presencia

Haznos nacer en los cielos de adentro acribillados de abismos pluviales y que nos traspase un vértigo con una uña incandescente

Sácianos tenemos hambre de conmociones sideralesAh viértenos lavas astralesen lugar de nuestra sangre

Desátanos, Divídenoscon tus manos de brasas cortantesábrenos esas bóvedas ardientesdonde se muere más lejos que la muerte

Haz vacilar nuestro cerebroen el seno de su propia cienciay arrebátanos la inteligenciacon las garras de un tifón nuevo. G

Antonin Artaud

* Javier Sologuren, La uvas del racimo, fce, México, 1989.

número 469, enero 2010 la Gaceta 29

El mundo se escurre como religión por las glándulas

Taxista en Gomorra o turista en Samaria, espía meda en el Ática, maga egipcia en Babilonia,la Daria de tu clase de siete en cualquier semestrede Comunicación en la Ibero, ahora, ready make Betty,si el amanecer encarna un mausoleo de secretos rojoscomo carmín despintado en tapiz imperial de museo;

pantera en jaula, sofi sticada a la manera alejandrina, con suscripción anual a las novelas rosas que devorascon ojos como anzuelos que se enganchan a la nada de bruja carolingia iluminando como luna de octubre;

bestia sagrada puesta en libertad, echada como moneda de volado pobre, tu cómplice es Hécate, Artemisa te cuida, experta en ritos venéreos, por penetrarte Zeus volvió a ser río entre el manantial de tus muslos, tocarte dentro sin tregua para el cauce, caoba en el fondo tallada sin herramienta.

Perdida en el mapa profundo de la afección católica —reino del revelado fuero, futuro de parasiempres—,fuiste educada como reliquia bajo capilla, simulacro de cri-men, te hiciste gitana huyendo, bailarina de carnaval despojada de memoria fasta y daga sin maña de circo;

vuelta efi gie menor y mulata, menos menor que mulata,entallada en vestido largo, de noche y guinda —que hace resalte gótica la redondez de tus pechos—, protagonizas la comedia ahora desligada del tránsito en el coche, tu corazón adentro sostenido con pinzas se desgrana por sentirsin dejar de latir a plazos en la nómina,

impotente seduces desde la urgencia imperita,prevista y negada, a quien logre despertarte algo de tus humores expiados por un tribunal guadalupano de clase media y chilango de la vergüenza y la culpaaunque no cubras tu rostro ante sacramentos, albina,

que así quedó estipulado en el juramento dolosoque impoluto preserva por saldarse entre clanesel pactado catálogo de vírgenes deprimidas: Bovary con cable en la tele del cuarto,monja por curarte, malabarista de bolsillo, el mundo omitió que eras hija de dios, fuiste timada; a cambio de tu silenciote fue dada esta salvación acreditada y paulina.

Aventada desde un coche nocturno en cualquier calle sin luz enterrada en Lindavista sin que nadie se inmutara, ningún portentoo profecía grabada en oro, concebida de hembray lo que nació del útero de tu madre sin ser advertido se encontró contigo mismaque conoces conjuros de Isis, eleusinos misterios

y en Avenida Politécnico Nacional brotaronciruelos, naranjos, enormes perales, palmeras;sobre Ticomán una muralla de sauces llorones; en plena Miguel Bernard una convención internacional de las más pequeñas fl ores silvestres

y quedó testimonio paranormal y palmariode que fuiste esculpida por el rumor de la brisa que mece frutos en la víspera de caer: el árbol es un relicario en el corazón de las selvasen el que se atesoran tus nombres, cada uno, y los repite de memoria una diosa madre escondida en un tronco por perpetuarlosy de nuevo se reproduce la pujanza y esparcesin calcos ni atajo, remedo sin computo o rapto, porque las formas de la fl ama también te revelan:

los nombres del agua que anida en la fl ama,

sacerdotisa en combustión, sonaja en mute,con impronta en la frente de sino dramático como balada sonámbula que acompaña

a la tragedia de un sismo a la mitad de la urbe. G

Feli Dávalos*

* Adelanto del libro Morir mejor que será publicado en el fce en 2010.

30 la Gaceta número 469, enero 2010

Severo Sarduy*

* Severo Sarduy, Obras I, fce, México, 2007.

número 469, enero 2010 la Gaceta 31

Fiel a las Vanguardias artísticas del siglo xx, Carlo Belli inicia una refl exión sobre el arte como un manifi esto: arrebato de ideas, negación de sensaciones, análisis de mundos artísticos, distanciamientos estéticos.

Fiel a los artistas vanguardistas, Belli escribe a la par que pinta. Kn, su texto, es una refl exión que por forma e intención no termina con su lectura ni comienza con su pensamiento.

Fiel a las vanguardias artísticas italia-nas, Carlo es fascista.

Kn, recientemente traducido por pri-mera vez al español y editado por la editorial Taller Ditoria, plantea muchas rutas, muchos fi los cortantes, muchas líneas engañosas por las cuales caminar sus rutas. Escrito en 1932, entre guerras, Belli se empeña en hacer un recorrido por las vanguardias pictóricas desde una distancia teórica y por demás temporal. En ese momento ya no son éstas ni en-gendros ni engendradas, son formas del mundo susceptibles de revisión. Se ini-cia con Belli, entonces, un giro hacia un análisis tangible por haber asumido su idea y no su lenguaje.

Belli, pintor, historiador del arte, fi -lósofo y político, inaugurará una re-fl exión que prevé el declive de las van-guardias animando una fi gura, un superhombre, que evidentemente no ve pero describe. Esta fi gura separa la con-cepción del “arte por el arte”, románti-ca, de “El arte es el arte”.

Tentados a seguir sus múltiples fi los, tomaremos solamente tres de ellos, de-jando fuera por lo menos otros tres. Fuera, la crítica y análisis de todos los “ismos” que dieron vida tanto a van-guardias como prevanguardias. Fuera, “el superartista”, visión nietzscheana de un superhombre que a la inversa de éste se forma de espíritu y repudia materia y sensación. Fuera, su “¿Qué es el arte?”

visión de un mundo donde hay indivi-duos tocados por el espíritu y espíritus tocados por la necesidad.

Belli asume que el arte ha sido con-formado por dos fuerzas opuestas, de ello desprende una síntesis trascendente (I). Así formula una extraña ciencia que desvela la tangibilidad de lo arquetípico, la invisibilidad de lo tocable, una especie de retorno de los artistas a una república “democrática” de Platón (II). De esta manera, Kn es matemática de lo visible, física de lo visual (III).

I. “La idea sí, el concepto no”. Enun-ciado que Belli espeta entreverado en su manifi esto. Aseveración que después, en su refl exión metódica y detallada, no desarrolla pero reitera un sinnúmero de veces. “La idea” dice y “el concepto”, oye (solamente).

Worringer en Abstracción y Naturale-za (texto canónico) previendo un motor primero de todas las artes, procede a demostrar que el arte tangible es resul-tado, también, de dos fuerzas, una vital otra cristalizante.

Worringer y Belli se tocan, no propo-nen lo mismo más allá de intenciones sustentadas.

Idea y concepto podrían aparecer como sinónimos. Para un kantiano no. Pero para un artista posvanguardista podría ser hasta ofensivo.

Belli está cerca de Kant, no lo asume por completo. Asimila concepto a objeto e idea a pensamiento. Se asemeja a una teología de lo real trascendente: concep-to es materia; idea, es espíritu.

¿Cómo entender a un pintor que pin-ta entre Kant y Platón? ¿Cómo apro-piarse de un pensamiento teológico que niega la expresión de todo signifi cante por pertenecer a un alma mortal? Belli supone la inmaterialidad de todo signifi -cante y acepta la abominación de todo signifi cado materialista. El arte se irá

alejando del mundo, como objetividad, para llegar a ser realidad sin mundo.

El objeto para Belli es el ente sensi-ble; la idea, el ser para sí. Se acerca a Plotino y a Fichte al no olvidar la resu-rrección del Uno, y el Yo absoluto.

La Forma como sustancia de lo infi -nito, es Kn.

II. Si el alma, no el espíritu, han guia-do al arte, el arte expresa. Belli, enton-ces, encuentra y aísla la manifestación psíquica de cada modalidad de expre-sión; con ello ubica, critica y señala sus límites:

-La limitación del expresionismo es su obsesión;

-la debilidad de la pintura metafísica, su sospecha;

-la falacia del surrealismo es el cons-ciente de su inconsciente;

-la fragilidad del futurismo, su con-tingencia;

-el aspecto sostiene al fauvismo, ha-ciéndolo banal;

-la sensación efímera, estructura al impresionismo.

-Pero sobre todo, el pecado mortal es del cubismo, al no poder disolver el Ob-jeto.

Parecería que para Belli el alma es una aberración de una suerte de emana-ción parcial o fallida de un dios creador, ya que ésta, el alma, necesita del cuerpo, de los sentidos, para elaborar su “mate-ria”. La materia del alma es la expre-sión.

Así la creación (el arte) de esta Cria-tura (el alma) es un arte parcial o defec-tuoso, no puro. Por tanto no infi nito.

El texto retardará la defi nición de Kn. Retarda y prefi gura su esencia, cribando de cada manera, de cada apariencia, de cada logro del arte, una zona muerta y otra verdadera. No hay en Belli oposi-ción entre vida y muerte ni entre verda-dero y falso, la pugna es entre lo muerto

Kn, tangibilidad invisibleManuel Marín

Carlo Belli, Kn, Taller Ditoria/Conaculta, México, 2009.

32 la Gaceta número 469, enero 2010

y lo verdadero: lo verdadero no es vital sino trascendente. Por ello funde arte, pensamiento, política y fe.

Todo tiene un mismo sustrato: Kn.III. Kn arroja una matemática alegó-

rica o una lógica simbólica. Ciencia que él, Carlo Belli, truquea pero no lo sabe. De esta manera el planteamiento es de-licioso, por ser supuesto.

Es costumbre para la matemática, para el álgebra en particular, tomar las primeras letras del alfabeto (a, b, c…) como coefi cientes y colocarlos “previa-mente”. También es costumbre tomar las últimas letras (... x, y, z) como varia-bles y colocarlas “posteriormente”: ax dice, la variable x será “repetida” a veces. Una tercera costumbre es la de tomar las letras intermedias (… k, l, m, n…) como índices o exponentes: el comportamien-to de una función se dará por el número de veces que se reitere su variable inde-pendiente: xn .

Una variable “varía”, pero ésta tiene un dominio. Es independiente, es libre; pero tiene límites. Una constante per-manece igual, es sólo así y ahí. Una función será el resultado de una libertad

restringida y válida dentro de un com-portamiento modelado.

Belli habla de “la obra kn” del “arte kn” del “pensamiento kn”. Kn más que una función, entendemos, es un “espa-cio”. Aún más “un modelo espacial”. Un espacio abstracto de Hilbert. Matemáti-ca que visualizada sería un espacio abs-tracto de Kandinsky.

K, nos llega a decir, es “forma”, es “color”.

n, también nos dice, es variantes, multiplicidad.

¿No es acaso un parangón, una entele-quia, de los aprioris kantianos llevados ale-góricamente a signifi cantes in-signifi cantes?

Un espacio K sensible, un tiempo n discreto.

Si Belli hubiera dicho forma, estaría en consecuencia con ese Espacio origi-nario. Pero dice Forma como límite de color, lo que es irrepresentable. Si hu-biera dicho continuo, sería un sucedá-neo de ese tiempo original. Pero dice variantes, variancia, variedad “diversa”. Es un conjunto discreto tangible.

No es Kn porque K no pasa de uno a otro.

No es Kn porque K no se repite a sí mismo, aunque alegóricamente está en potencia.

No es KN porque no hay una modi-fi cación de uno en otro.

Menos podrían ser nK; las dos cons-tantes.

Ni tampoco nK como límite numeral.K no es solamente color y forma. Es

una progresión de relaciones de lo que al no ser forma es color; de lo que al ser color necesita de forma. Lo que al apa-recer como visible no se ve.

n, tomada como variable discreta in-fi nita, presupone un espacio invisible sin representación sensible.

El límite en la fi losofía es degradante, espantoso. Ya que alude a la falta de li-bertad y a la invariancia. El límite en la matemática es fascinante porque alude a una tendencia, a una aproximación, que cuando se cumple, deja de ser efectiva al convertirse en constante.

La idea es quien enfrenta la autodefi -nición de K en n. Belli vislumbra una tendencia, que al nunca alcanzarse, es verdadera. La aproximación permanente es: el Arte. G

Imagen tomada del libro Kn

Rosario CastellanosCentro Cultural Bella ÉpocaCiudad de México. Tamaulipas 202, esquina Benjamín Hill, colonia Hipódromo de la Condesa, delegación Cuauhtémoc, C. P. 06170.Teléfonos: (01-55) 5276-7110, 5276-7139 y 5276-2547.

Alí Chumacero

Ciudad de México. Aeropuerto Internacional de la ciudad de México.Av. Capitán Carlos León González s/n , Terminal 2, Ambulatorio de Llegadas,Locales 38 y 39, colonia Peñón de los Baños, delegación Venustiano Carranza, C.P. 15620. Teléfono: (01-55) 2598- [email protected]

Alfonso Reyes

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Elsa Cecilia Frost

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IPN

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Trinidad Martínez Tarragó

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Un Paseo por los Libros

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Víctor L. Urquidi

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Antonio Estrada

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Efraín Huerta

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Elena Poniatowska Amor

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Isauro Martínez

Torreón, Coahuila. Matamoros 240 Poniente, colonia Centro, C. P. 27000.Teléfonos: (01-871) 192-0839 y 192-0840 extensión 112. Fax: (01-871) [email protected]

José Luis Martínez

Guadalajara, Jalisco. Av. Chapultepec Sur 198, colonia Americana, C. P. 44310. Teléfono: (01-33) [email protected]

Julio Torri

Saltillo, Coahuila. Victoria 234, zona Centro, C. P. 25000. Teléfono: (01-844) 414-9544. Fax: (01-844) [email protected]

Luis González y González

Morelia, Michoacán. Francisco I. Madero Oriente 369, colonia Centro, C. P. 58000. Teléfono: (01-443) 313-3 992.

Ricardo Pozas

Querétaro, Querétaro. Próspero C. Vega 1 y 3, esquina avenida 16 de Septiembre, colonia Centro, C. P. 76000. Teléfonos: (01-442) 214-4698 y [email protected]

ARGENTINA

Gerente: Alejandro ArchainSede y almacén: El Salvador 5665, C1414BQE, Capital Federal, Buenos Aires, Tel.: (5411) 4771-8977.Fax: (5411) 4771-8977, extensión [email protected] / www.fce.com.ar

BRASIL

Gerente: Susana AcostaSede, almacén y Librería Azteca: Rua Bartira 351, Perdizes, São Paulo CEP 05009-000.Tels.: (5511) 3672-3397 y 3864-1496.Fax: (5511) [email protected]

CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE

Gerente: Carlos SepúlvedaSede, almacén y librería: 6a. Avenida 8-65, Zona 9, Guatemala. Tel.: (502) 2334-16 35. Fax: (502) 2332-42 16.www.fceguatemala.com

CHILE

Gerente: Óscar BravoSede, distribuidora y Librería Gonzalo Rojas: Paseo Bulnes 152, Santiago de Chile.Tel.: (562) 594-4100.Fax: (562) 594-4101. www.fcechile.cl

COLOMBIA

Gerente: César AguilarCentro Cultural Gabriel García MárquezCalle de la Enseñanza (11) 5-60, La Candelaria, Zona C, Bogotá.Tel.: (00571) 243-8922.www.fce.com.co

ESPAÑA

Gerente: Marcelo DíazSede y almacén: Vía de los Poblados 17, Edifi cio Indubuilding-Goico 4-15, Madrid, 28033. Tels.: (34 91) 763-2800 y 5044.Fax: (34 91) 763-5133.Librería Juan RulfoC. Fernando El Católico 86, Conjunto Residencial Galaxia, Madrid, 28015.Tels.: (3491) 543-2904 y 543-2960. Fax: (3491) 549-8652.www.fcede.es

ESTADOS UNIDOS

Gerente: Dorina RazoSede, almacén y librería: 2293 Verus Street, San Diego, CA, 92154. Tel.: (619) 429-0455. Fax: (619) 429-0827. www.fceusa.com

PERÚ

Gerente: Rosario TorresSede, almacén y librería: Jirón Berlín 238, Mirafl ores, Lima, 18.Tel.: (511) 447-2848.Fax: (511) 447-0760.www.fceperu.com.pe

VENEZUELA

Gerente: Pedro Juan TucatSede, almacén y librería: Edifi cio Torre Polar, P. B., local E, Plaza Venezuela, Caracas. Tel.: (58212) 574-4753.Fax: (58212) 574-7442.Librería SolanoAv. Francisco Solano, entre la 2a. Av.de las Delicias y Calle Santos Erminy, Caracas.Tel.: (58212) 763-2710.Fax: (58212) 763-2483.www.fcevenezuela.com