poemas amarillos

5/16/2018 Poemas Amarillos - slidepdf.com

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SABRÁS PERDONAR

A Laura García Jiménez

Hoy a tu ventana, vengo a rogar perdón.

por actos que tú desairas,

ya había prometido no más,

y soy falso,

por ello,

recurro a tu bondad.

Sabrás Perdonarme...

Pero es inevitable

estás anclada a mi pecho,

es imposible

dejar de amarte,

solo por tu rechazo,

sería como reconocer

que es tibio mi sentimiento,

como semilla inservible,

como algo de momento...

Sabrás perdonar,

no puedo devolverme al muelle,

ante la primera brizna de tormenta,

porque yo a tí,

no te preconfiguré

como puerto fácil,

ni sencillo

ni de quinta.



Sabrás perdonar,

bella complejidad.

Sabrás perdonar,

si en medio de este amor,

tú te enamoras de mí,

sin siquiera gustarte

mi voz,

ni mis palabras,

ni lo que soy.

Sabrás perdonar,

si en medio de este torbellino,

suave de vientos de colina

y de cantos matutinos,

de gorjeos de canarios,

de cantos de turpiales

de vuelos de pétalos

y mariposas,

de brillos de miradas

y arcoiris.

Sabrás perdonar,

si un día te despiertas queriéndome...

Sabrás perdonarme si eso te ocurra,

porque ese día,

feliz para mi existencia,

empezará para los dos,

el mejor capítulo de LA VIDA.



Sabrás perdonar,

si a pesar de no saber bailar,

danzo alrededor del fuego,

con cantos africanos y sonidos

lastimeros,

cantando a grandes gritos

mi alegría en desbandada.

Sabrás perdonar,

si cada viernes de mañana,

olvido todas mis promesas

de irme lejos y esconderme,

del sol que son tus ojos.

Sabrás perdonar,

si de frío -sin ellos-,

morirme ya no queiro.

Sabrás perdonar

mi amor,

y perdona

mi osadía.

Sabrás Perdonar,

estas burdas letras,

que son gotas del corazón

y otros absurdamente

pretenden llamar

poesía.

Sabrás Perdonar...



DISPAR

Ella me habla con sus ojos profundos,

y a mí se me olvida que vine a leer.

Ella me habla con sus manos de reina,

y a mí se me olvida si sé acariciar.

Ella me habla con su boca risueña,

y a mí se me olvida decir lo que pienso.

Ella me habla con todo sus gestos,

y a mí se me olvida que el amor es de dos...



¿CUÁNDO?

¿Cuándo vas a dar paso,

a que mi boca deguste

hambrienta y famélica

en todo resquicio, el sabor de tu piel?

¿Cuándo dejarás que mi tinta

haga una nueva geografía

en el sutil lienzo

de tu cuerpo-papel?

¿Cuándo dejarás que mi barcaza,

renueve los surcos

con mi timón en la mano,

y sobre el agua profunda de todos tus mares?

¿Cuándo, dejarás que tu mente

enloquezca bravía,

con gemidos ahogados

la muda pasión que subsiste en los dos?



BESO INCONCLUSO

Yo miraba tus labios, cuando de a pedacitos,

querían ellos susurrar mi nombre,

y sacaban miel de entre tu boca

libando mi desespero.

Yo miraba tus labios, cuando por momentitos,

querían ellos pronunciar mi sueño,

y brotaban hierbas de esperanza,

que tu secabas con esmero.

Yo miraba tus labios, cuando en segunditos,

querían ellos suspirar mis versos,

y salían bocanadas de aire vacuo,

mortales, eternos y pétreos...

Yo miraba tus labios, cuando rojitos,

querían ellos encontrar los míos,

y de repente estrechar sus cuerpos,

sellando la esperanza con un beso.

Yo, lo confieso:

Miraba tus labios

aquella

noche…



VIEJO PAPEL

Abrí el cajón de la mesa vieja, con álbumes por doquier,

En la esquina como si nada,

la carta aquella, que nunca envié,

papel amarillo vetusto, arrugado de mucho ayer.

Al lado de llaves sucias y mariposas de alfiler,

Por encima, facturas nuevas, recibos y más papel.

Escribía mi mano de siempre, aquél profundo querer,

susurraban entre promesas, esos besos a granel...

Guardada, allí desde entonces,

como tus sonrisas del mes aquél,

cuando con suspiros por la noche,

a tu ventana llegaba en pie…

Para decirte, con todo ahínco,

Aquello que hoy, no diré:

que escribí en ese papel raído,

y esta mañana quemé...



MEDIANOCHE

Y no estás a mi lado, para hablarte del color de tus ojos.

Y es casi, otro día, por pocos minutos...

Y no siento tu pelo, cortejando mi rostro.

Y pasadas las horas, la noche es más bruma...

Y ya no me llegas con esa sorpresa.

Y entonces, me pierdo tu mirada y su aroma...

Y ya tú no puedes, verme escribir.



(SLOW)

Hacia el precipicio, todos los animales corrían,

cuál de todos más, en la carrera de la vida,

pero el caracol, pensativo, meditando,

aún hoy a la muerte, no ha llegado.



EL BESO

Nuestro beso ardiente, recorría cada vena, quemando, arrasando cada recuerdo a su paso.

Se venía con sabor a ron, densidad de miel y fogosidad de lava, pasando entre nuestros

labios, flotando en nuestra piel...

Nuestro beso, con raíces de en nuestras entrañas y motor en nuestra pasión, no iba rápido,

no corría. Bajaba muy despacio, para poder arder en su hoguera, en cada resquicio

cualquier pasado tuyo y mío...

Nuestro beso, húmedo, tembloroso, ansioso, expectante y angelical, se tornó fuego, escupa

de volcán, rayo del crisol. Incrustaba en cada poro, la exhuma del amor, el rocío de la

pasión, el ardor de la espera, de tanto anhelo...

Nuestro beso, nuestro primer beso. Etna y Vesubio de la mano. Vulcano en todo su

esplendor, Eros maximizado y Afrodita en derredor. Callaba todo los besos de la historia

nuestro beso. El beso. Beso de sueño.



MOMENTUM

Consummatum est.

Y llegada la hora,

de acabarse el día,

de cerrarlo todo,

de salir

sin volver,

sin mirar atrás.

Ahí estarán mis sueños,

bailando en derredor,

cada uno de ellos,

sonriente de haber vivido...

Con cada gusano,

entre mis huesos,

entre la hierba,

entre la tierra,

caminando enternecido,

pavoneándose entre lombrices,

huevos de insectos

y tierra,

y agua,

y miseria

y olvido.



Y hasta que llegue esa hora,

cantaré mi alegre tonada,

la de mi pensamiento,

la de mis planes,

la de mis gritos,

con cada verso,

y con cada palabra,

haré esperar,

la jauría de la hora,

el detenerse de mi pecho,

el cierre de mis ojos,

el silencio de mi boca.

Para entonces, ya habré dicho

al oído del mundo,

lo agreste que es la vida,

lo sublime de tus ojos,

la calidez de tu mirada y

la sangre que me llena.

Hasta entonces,

viviré.

¡Y viviré!



MI LOCURA

"...Mi locura

bien nacida, en la sala llena de infantes,

jalonada por montones de hojas raídas,

aguijoneada por comejenes,

al vaivén de los días lluviosos,

en medio de crecientes,

como brotes nuevos en la selva de fango,

ha surgido.

Y para presentarse en sociedad

ha escogido la palabra,

las ideas,

los versos.

Cástula y sonora,

vibrantes y metálicas,

vivaces y amarillos.

Vienen con ruido,

con pasión,

y con altanería.

Mi locura

se ha trasmutado

para que puedas apreciarla,



acogerla.

Y para siempre

sea alojada

en el estante vacío

de tu pecho..."

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