poema dormir

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Soy un encapuchado, vago por mi memoria, me emborracho con mi futuro. El negro manto de mi alma me cubre, y el brillante anhelo de mi corazón me alumbra. Mis huesos son tallados a cada paso rojas runas cubren mis costillas y azules líneas adornan mis mejillas. Mi capa ondea a cada uno de tus suspiros, a cada uno de tus ahogados gemidos, de dolor y étasis, por verme sufrir y retorcerme, reír y salir volando. !e alg"n lugar partí, mas no hallo meta# En mi largo devenir, ni si$uiera me convierto en profeta% de tus besos y de tus alas negras. Errante el paso de mí caminar, tras de mí una estela cubre los verdes campos% dulces de encanto los deja. En la noche desentona mi brillo, en la ma&ana desencajo con mi abismo y en la tarde me descoloca mi inocente sonrisa. Mis ojos no aguantar'n mucho m's esta pena. (erdido me hallo, mas nunca ser' resuelto, $ue el caminar del perdido alguna vez sea finalizado. (ero no me encuentro perdido por esa pena, ni si $uiera por celo o enga&o. )na larga b"s$ueda se gesto anta&o, y el caballero fue olvidado. Sus ropajes raídos y descoloridos, con su triste blasón descosido. Su armadura y espada oidada le supondr'n algo m's $ue un peso y una carga, ser'n la verg*enza cada una de sus ma&anas. El Sol lo ha de ba&ar, el resto de estrellas le coser'n, y la +una le mecer'. El caballero ha de eplorar la gruta, el peregrino ha de tomar su ruta, el amante a su doncella cuidar y el cazador su rastro camuflar.

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poema

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Soy un encapuchado,

Soy un encapuchado,vago por mi memoria,me emborracho con mi futuro.

El negro manto de mi alma me cubre,y el brillante anhelo de mi corazn me alumbra.

Mis huesos son tallados a cada pasorojas runas cubren mis costillasy azules lneas adornan mis mejillas.

Mi capa ondea a cada uno de tus suspiros,a cada uno de tus ahogados gemidos,de dolor y xtasis,por verme sufrir y retorcerme,rer y salir volando.

De algn lugar part, mas no hallo metaEn mi largo devenir, ni siquiera me convierto en profeta:de tus besos y de tus alas negras.Errante el paso de m caminar,tras de m una estela cubre los verdes campos:dulces de encanto los deja.

En la noche desentona mi brillo,en la maana desencajo con mi abismoy en la tarde me descoloca mi inocente sonrisa.

Mis ojos no aguantarn mucho ms esta pena.Perdido me hallo, mas nunca ser resuelto,que el caminar del perdido alguna vez sea finalizado.

Pero no me encuentro perdido por esa pena,ni si quiera por celo o engao.Una larga bsqueda se gesto antao,y el caballero fue olvidado.Sus ropajes rados y descoloridos,con su triste blasn descosido.

Su armadura y espada oxidadale supondrn algo ms que un peso y una carga,sern la vergenza cada una de sus maanas.El Sol lo ha de baar,el resto de estrellas le cosern,y la Luna le mecer.

El caballero ha de explorar la gruta,el peregrino ha de tomar su ruta,el amante a su doncella cuidary el cazador su rastro camuflar.

Djame vagar mi propio camino,djame visitar mi propia locura,

Una compuesta de la ms refinada de las rasgadas vestiduras que un da te engalanaron, con la que te presentaste ante el chaman de antao.

Fros lazos me aprietan las venas,para impedir que tu veneno corra descontroladoy me riegue de sueos y frescura.

Negras cadenas arrastro,dejando surcos melanclicos con olor de mil borrachos.

Un oxidado cepo recoge mi corazn,encarcelndole en un invierno sin color.

Alambre de espino en mi torrente sanguneo, ese fue su regalo.El tuyo: verdes hojas del gran rbol,oscuras races donde entrelazar mis sueosy dorados frutos que me das.

.

Un pasillo lleno de pelusas, eso es lo que veo a mi alrededor.Un polvoriento corredor, con libros amontonadosllenos de desordenadas palabras como hormigas borrachas.

Se alternan un fro invierno con una bella y clida puesta de Sol.

La muerte y el ocaso, y si acaso ella dio a luz,en ocasiones a algn retoo,con mis ojos pero no con las piedras que arrastro.

Ruinas hago crecer haya donde si quiera se ha poblado.

El fro juego de ajedrez ha acabado.

Mi mente languidece como un rub dorado,que pasa de mano en mano.

Mi corazn es transportado, y mi cuerpo es encerrado.Condena a muerte!, grita el jurado.

Dormir no quiero, solo y derrotado, prefiero caminar al menos habiendo amado.

En el recuerdo no me quedar atrapado, pero por siempre adorar al pasado.

El recuerdo como un tesoro guardar, pero s que no podr vivir en l.El tesoro amontonado no hace al hombre, solamente lo hacen sus pies cansados.

Recuerda hermano, que la gracia de la vista te puede ser retirada.Ni la Madre ni la Dama yacern a tu ladosolamente la Abuela te arrastrar de la mano.

Un tintinear de huesos como preludio a la consumacin del terrible acto.En vez de caricias y besos que tu mejor amante te haya dado.Tu miembro en su puo, te ser arrancado,tu corazn estrujado, y tus ansias y sueos, sofocados.

Fuego tras mis ojos, me quitan fuerza de las manoseste texto concluyo, antes de caer agotado.--EstusPestus-- Madrugada del 1 de Junio de 2013