podemos confiar en wikipedia

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34 EL PAÍS, miércoles 10 de junio de 2009 vida &artes 55.633 muertos salen de la lista de dependientes Con ustedes, Txema Ferrando, 35 años, curioso, fotógrafo, parado, aficionado al diseño y al ordena- dor (“es mi vida”), originario de Algeciras (sí, es de Cádiz aunque escriba su nombre con Tx) y resi- dente en Madrid. Un día, Txema se aburría en la cola del banco. Se fijó en un tipo con un uniforme “extraño”. “Tenía impresas las si- glas U. M. E., así que saqué el mó- vil, me conecté a la red, entré en la Wikipedia y me enteré de que es la Unidad Militar de Emergen- cias, que se dedica a grandes ca- tástrofes, incendios y cosas así”. Otro día, mientras rastreaba Wiki- pedia, Txema acabó en la página que esta dedica a los mecheros. “Así me enteré de que el encende- dor de la cocina se llama Magi- click. La foto del artículo era peno- sa, la habían hecho con el móvil en un Todo a 100, así que fui a la cocina, le hice una fotoy la subí”. Txema, lo han adivinado, es un fan declarado de Wikipedia. “Me encanta. Es la enciclopedia que yo soñaba tener de pequeño: se actualiza al instante, crece ca- da día, tiene vínculos a otras webs...”. Asiduamente, Txema ha- ce su modesta aportación a esta recopilación del conocimiento po- pular: “Hago ediciones menores: amplío artículos, corrijo estilo...”. Con ocho años y medio recién cumplidos, Wikipedia es una po- derosísima herramienta con una comunidad global de más de 150.000 voluntarios —más 20 em- pleados fijos— que han escrito 11 millones de artículos en 265 idio- mas (482.000 de ellos en español, a un ritmo de 400 nuevos al día). El perfil medio del wikipedista es el de un estudiante de entre 20 y 35 años, soltero. También partici- pan en ella catedráticos y recto- res de universidad (aunque a algu- nos no les guste gritarlo a los cua- tro vientos). Unos son más acti- vos que otros: el 30% de sus habi- tuales realiza el 70% del trabajo. En España, más de seis millones de personas la leen mensualmen- te. Le gana, por goleada, a las ver- siones online de las enciclopedias tradicionales. Pero, ¿qué hay de su fiabilidad? ¿Es correcto elevar- la a la categoría de enciclopedia? Wikipedia nació con el objeti- vo de “distribuir gratuitamente la totalidad del saber mundial a ca- da persona del planeta en el idio- ma que ésta elija, bajo una licen- cia libre que permite modificarlo, adaptarlo, reutilizarlo y redistri- buirlo libremente”. Es decir, la de- mocratización del conocimiento, un fin muy romántico que encabe- za una lista de pros que continúa así: es gratis, rápida, se puede co- rregir en el acto, tiene capacidad infinita y es una útil herramienta educativa (¡el conocimiento tam- bién eres tú!). Muchos motivos, y rabiosa- mente populares. ¿Y qué hay de los contras? También son unos cuantos. Los resumió en julio de 2006 el escritor Sam Vaknin —enemigo confeso de la Wiki- pedia— en un artículo que publi- có en American Chronicle bajo el título ‘Los seis pecados de la Wiki- pedia’: 1. Es opaca: no se conoce a los autores de los artículos; 2. Es anárquica; 3. La fuerza es el prin- cipal derecho editorial, pues la au- toridad va en función de la cuan- tía de participación (sin importar la calidad de ellos); 4. Está contra el verdadero conocimiento, pues los expertos reconocidos son re- chazados y atacados en ella. ¿Quiénes son los eruditos?; 5. No es una enciclopedia aunque se presente como tal; 6. Es una fuen- te de difamación y violaciones del copyright. Conocedores del vandalismo imperante, un ejército de wikipe- distas vela, como puede y cuando quiere, por mantener íntegra su veracidad (incluso bloqueando las páginas más sensibles para evi- tar su sabotaje). Se calcula que tar- dan una media de cinco minutos en corregir cada error. Si alguien escribe un insulto (“negrata”, pu- so alguien en la reseña de Obama; otro le pintó cuernos a Bill Gates) o un error evidente, se detecta con facilidad. Pero otros fallos, los menos obvios, permanecen. Y eso lo saben, sobre todo, sus víctimas. Como Fernando Savater. El escri- tor y filósofo, que confiesa no pres- tar la menor atención a la Wikipe- dia, comprobó que en las confe- rencias a menudo se le presenta- ba como un escritor exiliado en Francia. “A la de cuatro pregunté: ‘¿Pero de dónde ha sacado eso?’ ‘Está en la Wikipedia’, me contes- tó muy serio”. Savater ha comprobado en per- sona que la facilidad de disponer de una información con un clic está generalizando entre trabaja- dores, curiosos, periodistas y estu- diantes con poco tiempo (o vagos) la costumbre de dar por bueno lo que dice la Wikipedia. En 2005, cuando el éxito de la enciclopedia online era ya un he- cho, la reconocida revista Nature hizo un estudio para comparar su fiabilidad con la de una enciclope- dia tan reconocida como la Britá- nica. Nature comparó 42 artículos científicos (más sencillos de com- parar) de ambas y detectó 123 errores u omisiones en los artícu- los de la Británica, y 162 en la ver- sión inglesa de Wikipedia. ¿Qué titular dio la vuelta al mundo? ‘La Wikipedia es tan fiable como la Enciclopedia Británica’. El estudio cayó como un maza- zo sobre las enciclopedias tradi- cionales, ya de por sí tocadas por el efecto Internet. Desde Espasa no facilitan datos, aunque reconocen que se ha producido “una caída significativa” de la venta de enci- clopedias. Encarta, de Microsoft, se ha visto obligada a cerrar todas sus ediciones online. Pedro Ci- fuentes, que fue su responsable editorial en el mundo de habla his- pana, resume cómo vivió el auge de Wikipedia: “De pronto, una en- ciclopedia con artículos de cien- tos de catedráticos pasa a ser irre- levante porque miles de internau- tas, presuntamente irrelevantes, se unen y cambian el mundo de la comunicación”. Cuatro años después de su pu- blicación, el estudio de Nature si- gue siendo citado por todos los forofos de Wikipedia. Pero hay vo- ces discordantes. En 2007, el co- ¿Debemos fiarnos de la Wikipedia? Domina Internet y ha sumido a las enciclopedias tradicionales en una profunda crisis La ‘Británica’ y Larousse se abren a la interacción en la Red para intentar adaptarse sociedad 150.000 voluntarios han escrito 11 millones de artículos en 265 idiomas Es gratis, se corrige en el acto y tiene capacidad infinita, dicen sus defensores CARMEN PÉREZ-LANZAC Es opaca, anárquica y una fuente de difamación, afirman sus detractores ‘Nature’ determinó que la ‘Enciclopedia Británica’ es un 24% más fiable

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Page 1: Podemos confiar en Wikipedia

34 EL PAÍS, miércoles 10 de junio de 2009

vida&artes España seentretiene enAzerbaiyán (0-6)

El origen delcomportamientomoderno

Art Basel dejael arte grotescoy la provocación

55.633 muertossalen de la listade dependientes

Con ustedes, Txema Ferrando, 35años, curioso, fotógrafo, parado,aficionado al diseño y al ordena-dor (“es mi vida”), originario deAlgeciras (sí, es de Cádiz aunqueescriba su nombre con Tx) y resi-dente en Madrid. Un día, Txemase aburría en la cola del banco. Sefijó en un tipo con un uniforme“extraño”. “Tenía impresas las si-glas U. M. E., así que saqué el mó-vil, me conecté a la red, entré enla Wikipedia y me enteré de quees la Unidad Militar de Emergen-cias, que se dedica a grandes ca-tástrofes, incendios y cosas así”.Otrodía,mientras rastreabaWiki-pedia, Txema acabó en la páginaque esta dedica a los mecheros.“Asíme enteré de que el encende-dor de la cocina se llama Magi-click. La foto del artículo erapeno-sa, la habían hecho con el móvilen un Todo a 100, así que fui a lacocina, le hice una fotoy la subí”.

Txema, lo han adivinado, esun fan declarado de Wikipedia.“Me encanta. Es la enciclopediaque yo soñaba tener de pequeño:se actualiza al instante, crece ca-da día, tiene vínculos a otraswebs...”. Asiduamente, Txema ha-ce su modesta aportación a estarecopilacióndel conocimiento po-pular: “Hago ediciones menores:amplío artículos, corrijo estilo...”.

Con ocho años y medio reciéncumplidos, Wikipedia es una po-derosísima herramienta con unacomunidad global de más de150.000 voluntarios —más 20 em-pleados fijos— que han escrito 11millones de artículos en 265 idio-mas (482.000 de ellos en español,a un ritmo de 400 nuevos al día).El perfil medio del wikipedista esel de un estudiante de entre 20 y35 años, soltero. También partici-pan en ella catedráticos y recto-res deuniversidad (aunquea algu-nos no les guste gritarlo a los cua-tro vientos). Unos son más acti-vos que otros: el 30% de sus habi-tuales realiza el 70% del trabajo.En España, más de seis millonesde personas la leen mensualmen-te. Le gana, por goleada, a las ver-siones online de las enciclopediastradicionales. Pero, ¿qué hay de

su fiabilidad? ¿Es correcto elevar-la a la categoría de enciclopedia?

Wikipedia nació con el objeti-vo de “distribuir gratuitamente latotalidad del saber mundial a ca-da persona del planeta en el idio-ma que ésta elija, bajo una licen-cia libre que permitemodificarlo,adaptarlo, reutilizarlo y redistri-buirlo libremente”. Es decir, la de-mocratización del conocimiento,un finmuy romántico que encabe-za una lista de pros que continúaasí: es gratis, rápida, se puede co-rregir en el acto, tiene capacidadinfinita y es una útil herramientaeducativa (¡el conocimiento tam-bién eres tú!).

Muchos motivos, y rabiosa-mente populares. ¿Y qué hay delos contras? También son unoscuantos. Los resumió en julio de2006 el escritor Sam Vaknin—enemigo confeso de la Wiki-pedia— en un artículo que publi-có en American Chronicle bajo eltítulo ‘Los seis pecados de laWiki-pedia’: 1. Es opaca: no se conoce alos autores de los artículos; 2. Esanárquica; 3. La fuerza es el prin-cipal derecho editorial, pues la au-toridad va en función de la cuan-tía de participación (sin importarla calidad de ellos); 4. Está contrael verdadero conocimiento, pueslos expertos reconocidos son re-chazados y atacados en ella.¿Quiénes son los eruditos?; 5. Noes una enciclopedia aunque sepresente como tal; 6. Es una fuen-te de difamación y violaciones delcopyright.

Conocedores del vandalismoimperante, un ejército de wikipe-distas vela, como puede y cuandoquiere, por mantener íntegra suveracidad (incluso bloqueandolas páginasmás sensibles para evi-tar su sabotaje). Se calcula que tar-dan una media de cinco minutosen corregir cada error. Si alguienescribe un insulto (“negrata”, pu-so alguien en la reseña deObama;otro le pintó cuernos a Bill Gates)o un error evidente, se detectacon facilidad. Pero otros fallos, losmenos obvios, permanecen. Y esolo saben, sobre todo, sus víctimas.Como Fernando Savater. El escri-tor y filósofo, que confiesa nopres-tar lamenor atención a laWikipe-

dia, comprobó que en las confe-rencias a menudo se le presenta-ba como un escritor exiliado enFrancia. “A la de cuatro pregunté:‘¿Pero de dónde ha sacado eso?’‘Está en laWikipedia’, me contes-tó muy serio”.

Savaterha comprobado enper-sona que la facilidad de disponerde una información con un clicestá generalizando entre trabaja-dores, curiosos, periodistas y estu-diantes con poco tiempo (o vagos)

la costumbre de dar por bueno loque dice la Wikipedia.

En 2005, cuando el éxito de laenciclopedia online era ya un he-cho, la reconocida revista Naturehizo un estudio para comparar sufiabilidad con la de una enciclope-dia tan reconocida como la Britá-nica.Nature comparó 42 artículoscientíficos (más sencillos de com-parar) de ambas y detectó 123errores u omisiones en los artícu-los de la Británica, y 162 en la ver-sión inglesa de Wikipedia. ¿Quétitular dio la vuelta almundo? ‘LaWikipedia es tan fiable como laEnciclopedia Británica’.

El estudio cayó comounmaza-zo sobre las enciclopedias tradi-cionales, ya de por sí tocadas porel efecto Internet.DesdeEspasa nofacilitan datos, aunque reconocenque se ha producido “una caídasignificativa” de la venta de enci-clopedias. Encarta, de Microsoft,se ha visto obligada a cerrar todassus ediciones online. Pedro Ci-fuentes, que fue su responsableeditorial enelmundodehablahis-

pana, resume cómo vivió el augedeWikipedia: “De pronto, una en-ciclopedia con artículos de cien-tos de catedráticos pasa a ser irre-levante porquemiles de internau-tas, presuntamente irrelevantes,se unen y cambian elmundo de lacomunicación”.

Cuatro años después de su pu-blicación, el estudio de Nature si-gue siendo citado por todos losforofos deWikipedia. Pero hay vo-ces discordantes. En 2007, el co-

nocido periodista francés PierreAssouline dirigió un estudio deun grupo de alumnos del masterde Periodismo del Instituto de Es-tudios Políticos de París para ana-lizar la fiabilidad de la enciclope-dia online. El resultado es el libroLa revoluciónWikipedia (Alianza)y sus conclusiones son bastantecríticas. Para empezar, desmon-tan el estudio de Nature, al queacusan de poco estricto y sesgadoy recuerdan que, según sus pro-pios resultados, la Británica siguesiendo un 24% más fiable que laWikipedia. Después analizan unode sus grandes puntos flacos: lamanipulación, y apuntan que elpropio fundador de la Wikipedia,Jimmy Wales, ha modificado sureseña personal 18 veces, y re-cuerdan que desde el Congresonorteamericano se han modifica-do interesadamente las biografíasde varios políticos.

El estudio también señala el ca-so delwikipedista Essjay.Duranteaños fue uno de sus editores másreputados, activos y poderosos

(con la categoría necesaria parabloquear o borrar entradas). Ess-jay se presentaba como un profe-sor de Teología de una universi-dad de EE UU licenciado en dere-cho canónigo, pero finalmente sedescubrió que Essjay no era otroque Ryan Jordan, un estudiantede 24 años.

Éstos son algunos extractos deLa revolución Wikipedia: “Encuanto abordamos temas sensi-bles tales como la historia, lasciencias humanas, la evolucióndel ser humano o la política, laduda está sembrada: las reseñasbiográficas no son más que unasucesión de fechas y de aconteci-mientos expuestos escueta y cro-nológicamente siguiendo el dog-ma ilusorio del ‘punto de vistaneutral’; las fuentes no están je-

rarquizadas; no hay ni análisis nisíntesis; y, se diga lo que se diga,invariablemente de este magmade informaciones surgen juiciosabsolutamente discutibles. ¿Espreciso recordarlo? EnWikipediacualquiera puede escribir cual-quier cosa, y obviamente la genteno se priva. Es el campo de prácti-cas idóneo para los profesionalesde la manipulación de la opinión,que son totalmente ajenos al des-interés quemueve a loswikipedis-tas comunes. Existen algunos pro-cedimientos de control, pero noson ni omnipresentes ni omnis-cientes”.

Un ejemplo de artículo sensi-ble a la manipulación e intensoen el debate es el dedicado aFran-co. “Hola, quería decir que esteartículo no es neutral ya que sólose hablamal de Franco y hasta enun apartado pone ‘Franco teníaideologías negativas”, escribe unusuario en la página de debateque acompaña a cada artículo.“La cita que señala indica que di-chas ideologías eran siempre no afavor de algo (positivas) sino encontra o negando algo (negativas,de negar)”, le responde otro.

Estos foros de discusión son elnúcleo de la fiabilidad de laWiki-pedia. Y algunos se lo tomanmuyen serio.Mike Scott, de losWater-boys, contaba hace un par deaños que no había podido corre-gir un error en la reseña de subanda “por no documentar co-rrectamente la fuente”, según lecontestóunusuario (que descono-

cía estar dirigiéndose al mismísi-mo Scott). Pero estos foros a ve-ces no bastan para mantener elcontrol. Hace poco, Wikipedia re-currió a un Comité de Arbitrajepara decidir qué hacer con las pá-ginas dedicadas a la Iglesia de laCienciología. Tras debatirlo, deci-dieronbloquear las ediciones pro-cedentes de todos los ordenado-res (identificados por su direc-ción IP) de esta Iglesia.

Sin embargo, todos estos pe-ros se quedan pequeños ante eltirón de la Wikipedia, cuyos fansaceptan sus defectos con cariño ylos ojos puestos en sus aciertos.Desde Argentina, Patricio Loren-te, de la Universidad Nacional deLa Plata y organizador del próxi-mo encuentro de wikipedistas(que se celebra en agosto en Bue-nos Aires), rompe una lanza en sufavor: “La Wikipedia es tan fiablecomo cualquier material de me-dios más tradicionales y con con-cepcionesmásdogmáticas respec-to de la autoridad del conocimien-to: desarrollar la capacidad de lec-

tura crítica es imprescindible pa-ramantenerse a flote en unmun-do saturado de información. ElDiccionario de la Real AcademiaEspañola define el sur, desde ha-ce muchos años, como el lugar“que coincide con la posición delSol amediodía”. Sin embargo, des-de mi ubicación geográfica, esadefinición corresponde al norte.Aún las obras más cuidadas, porpersonas con la mayor califica-ción académica, contienen erro-res. No intento justificar los ye-rros, que deben corregirse dema-nera constante, sino señalar quelas obras del tamaño de una enci-clopedia o un gran diccionario,siempre pueden contener equivo-caciones. Es el lector finalmenteel que debe evaluar lo que lee enfunción del contexto, de su expe-riencia, de otros textos, etcétera”.

Más lanzas, ésta de parte deFélix Bahón, profesor de Periodis-mo en la Red en la UniversidadCarlos III: “Las ideas que muevenla Wikipedia ponen patas arribala concepción del conocimientoquehemosheredadode la Ilustra-ción, con la que asumimos queunos pocos sabios lo gestionabanparaque lamayoría se aprovecha-ra y la sociedad avanzara con ello.Ahora todos pueden contribuir alconocimiento.Un cambio tanpro-fundo en la transmisión del saberconlleva reacciones y necesitaajustes. En cuanto a su fiabilidad,hay varios niveles. Como estu-diante nunca debes fiarte. Comoperiodista, menos. Pero para unusuario normal es el gran inventodel siglo XX”.

Un gran invento que hay queaprender a usar y muchos profe-sores han tomado nota de ello. Loexplica Juan Carlos Rico, coordi-nador de tecnologías de la infor-mación (TIC) del colegio de pri-maria Fernando Feliú, de Gerena(Sevilla), un centro con dos orde-nadores por alumno. “UtilizamoslaWikipedia comoun recursome-todológico más, no como un finen sí. Procuramos estimular el jui-cio crítico de los niños, enseñar-les a usarla como una herramien-ta de búsqueda de información,una de las competencias digitalesque necesitarán en el futuro. Siestamos leyendo El Quijote y ha-blan de la zamarra, por ejemplo,la buscamos en laWikipedia”. Ya,pero “zamarra” no viene en estaenciclopedia online. “Bueno”, diceRico, “entonces enseñaríamos alos alumnos a documentarse paraentender su significadoy a añadir-la ellos mismos”.

Felipe Ortega, de la universi-dad Rey Juan Carlos, autor deuna tesis sobre la Wikipedia, ex-plica hacia dónde van los tirosde cara al futuro: “La Wikipediaha creado un sistema de rankingde calidad de artículos, para dar-nos una idea del nivel de fiabili-dad que ofrecen. El objetivo espoder hacer una versión enCD/DVD (Wikipedia 1.0) con losmejores artículos según su cali-dad (revisados por la comuni-dad). Esto da unamejor garantíade la fiabilidad del contenido,aunque con menos artículos quela versión en línea, pues solo seincluirían los mejores”.

En enero, la Británica anun-ció que permitirá a los internau-tas generar contenidos en su ver-sión online con un sistema de edi-ción tutelado —Jorge Cauz, supresidente, aprovechó una entre-vista para criticar la Wikipedia:“Está llena de grietas en térmi-nos de calidad. Es desigual, loshechos no son siempre correc-tos, el modelo contiene cantidadde fallos”—. Larousse, por su par-te, también se ha abierto a lascontribuciones del público.

Así las cosas,Wikipedia se en-camina hacia un destinomás “pe-dia” (educación, en griego) y lasenciclopedias tradicionales quehan sobrevivido, hacia uno más“wiki” (rápido, en hawaiano). Loque nos lleva a la misma pregun-ta que se plantea Pedro Cifuen-tes, hasta hace un año editor dela ya desaparecida versión onli-ne de Encarta: “¿AcabaráWikipe-dia convertida en una enciclope-dia tradicional después de haberenviado a sus rivales a una crisishistórica?”.

¿Debemosfiarnos de laWikipedia?! Domina Internet y ha sumidoa las enciclopedias tradicionalesen una profunda crisis! La ‘Británica’ y Laroussese abren a la interacción en laRed para intentar adaptarse

Poco después de la tomade posesión de Obama,los senadores Ted Kennedyy Robert Byrd figuraroncomo fallecidos en Wikipedia.

En la página dedicada a lavicepresidenta María TeresaFernández de la Vega serecogió el bulo de que habíacontraído matrimonio con laperiodista María Escario.

Manu Chao nació en Chiapas(México), decía durante díasla reseña del cantanteparisino y simpatizantezapatista.

El mismo día en que se leconcedió el Nobel, al escritorJean Marie Le-Clézio se ledaba como muerto. El errorpermaneció un minuto.

Pedro J. Ramírez, directorde El Mundo, vive con eldiseñador Ralph Lauren,según decía (falsamente)su reseña.

En la página del periodistaestadounidense JohnSeigenthaler, se le citabacomo “patrocinador directode los asesinatos de JohnKennedy y su hermanoBobby (…), aunque nuncase demostró nada”.Seigenthaler, amigo deKennedy, montó en cólera.

En la edición francesa, aTony Blair se le definía comocatólico cuando todavíaera anglicano. El errorpermaneció dos semanas.

Algunos de suserrores conocidos

deportesfuturo

" Encuesta¿Cree que arriesga demasiadoal confiar en Wikipedia?

culturasociedad

La Wikipedia es ya unareferencia para muchos,

aunque se nutre deartículos que no siempreson fiables. / luis f. sanz

150.000 voluntarioshan escrito 11millones de artículosen 265 idiomas

Es gratis, se corrigeen el acto y tienecapacidad infinita,dicen sus defensores

CARMEN PÉREZ-LANZAC

Es opaca, anárquicay una fuente dedifamación, afirmansus detractores

‘Nature’ determinóque la ‘EnciclopediaBritánica’ esun 24% más fiable

Existen controles,pero no sonni omnipresentesni omniscientes

La idea de un saber‘democrático’ chocacon una jerarquíadel conocimiento

Page 2: Podemos confiar en Wikipedia

España seentretiene enAzerbaiyán (0-6)

El origen delcomportamientomoderno

Art Basel dejael arte grotescoy la provocación

55.633 muertossalen de la listade dependientes

Con ustedes, Txema Ferrando, 35años, curioso, fotógrafo, parado,aficionado al diseño y al ordena-dor (“es mi vida”), originario deAlgeciras (sí, es de Cádiz aunqueescriba su nombre con Tx) y resi-dente en Madrid. Un día, Txemase aburría en la cola del banco. Sefijó en un tipo con un uniforme“extraño”. “Tenía impresas las si-glas U. M. E., así que saqué el mó-vil, me conecté a la red, entré enla Wikipedia y me enteré de quees la Unidad Militar de Emergen-cias, que se dedica a grandes ca-tástrofes, incendios y cosas así”.Otrodía,mientras rastreabaWiki-pedia, Txema acabó en la páginaque esta dedica a los mecheros.“Asíme enteré de que el encende-dor de la cocina se llama Magi-click. La foto del artículo erapeno-sa, la habían hecho con el móvilen un Todo a 100, así que fui a lacocina, le hice una fotoy la subí”.

Txema, lo han adivinado, esun fan declarado de Wikipedia.“Me encanta. Es la enciclopediaque yo soñaba tener de pequeño:se actualiza al instante, crece ca-da día, tiene vínculos a otraswebs...”. Asiduamente, Txema ha-ce su modesta aportación a estarecopilacióndel conocimiento po-pular: “Hago ediciones menores:amplío artículos, corrijo estilo...”.

Con ocho años y medio reciéncumplidos, Wikipedia es una po-derosísima herramienta con unacomunidad global de más de150.000 voluntarios —más 20 em-pleados fijos— que han escrito 11millones de artículos en 265 idio-mas (482.000 de ellos en español,a un ritmo de 400 nuevos al día).El perfil medio del wikipedista esel de un estudiante de entre 20 y35 años, soltero. También partici-pan en ella catedráticos y recto-res deuniversidad (aunquea algu-nos no les guste gritarlo a los cua-tro vientos). Unos son más acti-vos que otros: el 30% de sus habi-tuales realiza el 70% del trabajo.En España, más de seis millonesde personas la leen mensualmen-te. Le gana, por goleada, a las ver-siones online de las enciclopediastradicionales. Pero, ¿qué hay de

su fiabilidad? ¿Es correcto elevar-la a la categoría de enciclopedia?

Wikipedia nació con el objeti-vo de “distribuir gratuitamente latotalidad del saber mundial a ca-da persona del planeta en el idio-ma que ésta elija, bajo una licen-cia libre que permitemodificarlo,adaptarlo, reutilizarlo y redistri-buirlo libremente”. Es decir, la de-mocratización del conocimiento,un finmuy romántico que encabe-za una lista de pros que continúaasí: es gratis, rápida, se puede co-rregir en el acto, tiene capacidadinfinita y es una útil herramientaeducativa (¡el conocimiento tam-bién eres tú!).

Muchos motivos, y rabiosa-mente populares. ¿Y qué hay delos contras? También son unoscuantos. Los resumió en julio de2006 el escritor Sam Vaknin—enemigo confeso de la Wiki-pedia— en un artículo que publi-có en American Chronicle bajo eltítulo ‘Los seis pecados de laWiki-pedia’: 1. Es opaca: no se conoce alos autores de los artículos; 2. Esanárquica; 3. La fuerza es el prin-cipal derecho editorial, pues la au-toridad va en función de la cuan-tía de participación (sin importarla calidad de ellos); 4. Está contrael verdadero conocimiento, pueslos expertos reconocidos son re-chazados y atacados en ella.¿Quiénes son los eruditos?; 5. Noes una enciclopedia aunque sepresente como tal; 6. Es una fuen-te de difamación y violaciones delcopyright.

Conocedores del vandalismoimperante, un ejército de wikipe-distas vela, como puede y cuandoquiere, por mantener íntegra suveracidad (incluso bloqueandolas páginasmás sensibles para evi-tar su sabotaje). Se calcula que tar-dan una media de cinco minutosen corregir cada error. Si alguienescribe un insulto (“negrata”, pu-so alguien en la reseña deObama;otro le pintó cuernos a Bill Gates)o un error evidente, se detectacon facilidad. Pero otros fallos, losmenos obvios, permanecen. Y esolo saben, sobre todo, sus víctimas.Como Fernando Savater. El escri-tor y filósofo, que confiesa nopres-tar lamenor atención a laWikipe-

dia, comprobó que en las confe-rencias a menudo se le presenta-ba como un escritor exiliado enFrancia. “A la de cuatro pregunté:‘¿Pero de dónde ha sacado eso?’‘Está en laWikipedia’, me contes-tó muy serio”.

Savaterha comprobado enper-sona que la facilidad de disponerde una información con un clicestá generalizando entre trabaja-dores, curiosos, periodistas y estu-diantes con poco tiempo (o vagos)

la costumbre de dar por bueno loque dice la Wikipedia.

En 2005, cuando el éxito de laenciclopedia online era ya un he-cho, la reconocida revista Naturehizo un estudio para comparar sufiabilidad con la de una enciclope-dia tan reconocida como la Britá-nica.Nature comparó 42 artículoscientíficos (más sencillos de com-parar) de ambas y detectó 123errores u omisiones en los artícu-los de la Británica, y 162 en la ver-sión inglesa de Wikipedia. ¿Quétitular dio la vuelta almundo? ‘LaWikipedia es tan fiable como laEnciclopedia Británica’.

El estudio cayó comounmaza-zo sobre las enciclopedias tradi-cionales, ya de por sí tocadas porel efecto Internet.DesdeEspasa nofacilitan datos, aunque reconocenque se ha producido “una caídasignificativa” de la venta de enci-clopedias. Encarta, de Microsoft,se ha visto obligada a cerrar todassus ediciones online. Pedro Ci-fuentes, que fue su responsableeditorial enelmundodehablahis-

pana, resume cómo vivió el augedeWikipedia: “De pronto, una en-ciclopedia con artículos de cien-tos de catedráticos pasa a ser irre-levante porquemiles de internau-tas, presuntamente irrelevantes,se unen y cambian elmundo de lacomunicación”.

Cuatro años después de su pu-blicación, el estudio de Nature si-gue siendo citado por todos losforofos deWikipedia. Pero hay vo-ces discordantes. En 2007, el co-

nocido periodista francés PierreAssouline dirigió un estudio deun grupo de alumnos del masterde Periodismo del Instituto de Es-tudios Políticos de París para ana-lizar la fiabilidad de la enciclope-dia online. El resultado es el libroLa revoluciónWikipedia (Alianza)y sus conclusiones son bastantecríticas. Para empezar, desmon-tan el estudio de Nature, al queacusan de poco estricto y sesgadoy recuerdan que, según sus pro-pios resultados, la Británica siguesiendo un 24% más fiable que laWikipedia. Después analizan unode sus grandes puntos flacos: lamanipulación, y apuntan que elpropio fundador de la Wikipedia,Jimmy Wales, ha modificado sureseña personal 18 veces, y re-cuerdan que desde el Congresonorteamericano se han modifica-do interesadamente las biografíasde varios políticos.

El estudio también señala el ca-so delwikipedista Essjay.Duranteaños fue uno de sus editores másreputados, activos y poderosos

(con la categoría necesaria parabloquear o borrar entradas). Ess-jay se presentaba como un profe-sor de Teología de una universi-dad de EE UU licenciado en dere-cho canónigo, pero finalmente sedescubrió que Essjay no era otroque Ryan Jordan, un estudiantede 24 años.

Éstos son algunos extractos deLa revolución Wikipedia: “Encuanto abordamos temas sensi-bles tales como la historia, lasciencias humanas, la evolucióndel ser humano o la política, laduda está sembrada: las reseñasbiográficas no son más que unasucesión de fechas y de aconteci-mientos expuestos escueta y cro-nológicamente siguiendo el dog-ma ilusorio del ‘punto de vistaneutral’; las fuentes no están je-

rarquizadas; no hay ni análisis nisíntesis; y, se diga lo que se diga,invariablemente de este magmade informaciones surgen juiciosabsolutamente discutibles. ¿Espreciso recordarlo? EnWikipediacualquiera puede escribir cual-quier cosa, y obviamente la genteno se priva. Es el campo de prácti-cas idóneo para los profesionalesde la manipulación de la opinión,que son totalmente ajenos al des-interés quemueve a loswikipedis-tas comunes. Existen algunos pro-cedimientos de control, pero noson ni omnipresentes ni omnis-cientes”.

Un ejemplo de artículo sensi-ble a la manipulación e intensoen el debate es el dedicado aFran-co. “Hola, quería decir que esteartículo no es neutral ya que sólose hablamal de Franco y hasta enun apartado pone ‘Franco teníaideologías negativas”, escribe unusuario en la página de debateque acompaña a cada artículo.“La cita que señala indica que di-chas ideologías eran siempre no afavor de algo (positivas) sino encontra o negando algo (negativas,de negar)”, le responde otro.

Estos foros de discusión son elnúcleo de la fiabilidad de laWiki-pedia. Y algunos se lo tomanmuyen serio.Mike Scott, de losWater-boys, contaba hace un par deaños que no había podido corre-gir un error en la reseña de subanda “por no documentar co-rrectamente la fuente”, según lecontestóunusuario (que descono-

cía estar dirigiéndose al mismísi-mo Scott). Pero estos foros a ve-ces no bastan para mantener elcontrol. Hace poco, Wikipedia re-currió a un Comité de Arbitrajepara decidir qué hacer con las pá-ginas dedicadas a la Iglesia de laCienciología. Tras debatirlo, deci-dieronbloquear las ediciones pro-cedentes de todos los ordenado-res (identificados por su direc-ción IP) de esta Iglesia.

Sin embargo, todos estos pe-ros se quedan pequeños ante eltirón de la Wikipedia, cuyos fansaceptan sus defectos con cariño ylos ojos puestos en sus aciertos.Desde Argentina, Patricio Loren-te, de la Universidad Nacional deLa Plata y organizador del próxi-mo encuentro de wikipedistas(que se celebra en agosto en Bue-nos Aires), rompe una lanza en sufavor: “La Wikipedia es tan fiablecomo cualquier material de me-dios más tradicionales y con con-cepcionesmásdogmáticas respec-to de la autoridad del conocimien-to: desarrollar la capacidad de lec-

tura crítica es imprescindible pa-ramantenerse a flote en unmun-do saturado de información. ElDiccionario de la Real AcademiaEspañola define el sur, desde ha-ce muchos años, como el lugar“que coincide con la posición delSol amediodía”. Sin embargo, des-de mi ubicación geográfica, esadefinición corresponde al norte.Aún las obras más cuidadas, porpersonas con la mayor califica-ción académica, contienen erro-res. No intento justificar los ye-rros, que deben corregirse dema-nera constante, sino señalar quelas obras del tamaño de una enci-clopedia o un gran diccionario,siempre pueden contener equivo-caciones. Es el lector finalmenteel que debe evaluar lo que lee enfunción del contexto, de su expe-riencia, de otros textos, etcétera”.

Más lanzas, ésta de parte deFélix Bahón, profesor de Periodis-mo en la Red en la UniversidadCarlos III: “Las ideas que muevenla Wikipedia ponen patas arribala concepción del conocimientoquehemosheredadode la Ilustra-ción, con la que asumimos queunos pocos sabios lo gestionabanparaque lamayoría se aprovecha-ra y la sociedad avanzara con ello.Ahora todos pueden contribuir alconocimiento.Un cambio tanpro-fundo en la transmisión del saberconlleva reacciones y necesitaajustes. En cuanto a su fiabilidad,hay varios niveles. Como estu-diante nunca debes fiarte. Comoperiodista, menos. Pero para unusuario normal es el gran inventodel siglo XX”.

Un gran invento que hay queaprender a usar y muchos profe-sores han tomado nota de ello. Loexplica Juan Carlos Rico, coordi-nador de tecnologías de la infor-mación (TIC) del colegio de pri-maria Fernando Feliú, de Gerena(Sevilla), un centro con dos orde-nadores por alumno. “UtilizamoslaWikipedia comoun recursome-todológico más, no como un finen sí. Procuramos estimular el jui-cio crítico de los niños, enseñar-les a usarla como una herramien-ta de búsqueda de información,una de las competencias digitalesque necesitarán en el futuro. Siestamos leyendo El Quijote y ha-blan de la zamarra, por ejemplo,la buscamos en laWikipedia”. Ya,pero “zamarra” no viene en estaenciclopedia online. “Bueno”, diceRico, “entonces enseñaríamos alos alumnos a documentarse paraentender su significadoy a añadir-la ellos mismos”.

Felipe Ortega, de la universi-dad Rey Juan Carlos, autor deuna tesis sobre la Wikipedia, ex-plica hacia dónde van los tirosde cara al futuro: “La Wikipediaha creado un sistema de rankingde calidad de artículos, para dar-nos una idea del nivel de fiabili-dad que ofrecen. El objetivo espoder hacer una versión enCD/DVD (Wikipedia 1.0) con losmejores artículos según su cali-dad (revisados por la comuni-dad). Esto da unamejor garantíade la fiabilidad del contenido,aunque con menos artículos quela versión en línea, pues solo seincluirían los mejores”.

En enero, la Británica anun-ció que permitirá a los internau-tas generar contenidos en su ver-sión online con un sistema de edi-ción tutelado —Jorge Cauz, supresidente, aprovechó una entre-vista para criticar la Wikipedia:“Está llena de grietas en térmi-nos de calidad. Es desigual, loshechos no son siempre correc-tos, el modelo contiene cantidadde fallos”—. Larousse, por su par-te, también se ha abierto a lascontribuciones del público.

Así las cosas,Wikipedia se en-camina hacia un destinomás “pe-dia” (educación, en griego) y lasenciclopedias tradicionales quehan sobrevivido, hacia uno más“wiki” (rápido, en hawaiano). Loque nos lleva a la misma pregun-ta que se plantea Pedro Cifuen-tes, hasta hace un año editor dela ya desaparecida versión onli-ne de Encarta: “¿AcabaráWikipe-dia convertida en una enciclope-dia tradicional después de haberenviado a sus rivales a una crisishistórica?”.

¿Debemosfiarnos de laWikipedia?! Domina Internet y ha sumidoa las enciclopedias tradicionalesen una profunda crisis! La ‘Británica’ y Laroussese abren a la interacción en laRed para intentar adaptarse

Poco después de la tomade posesión de Obama,los senadores Ted Kennedyy Robert Byrd figuraroncomo fallecidos en Wikipedia.

En la página dedicada a lavicepresidenta María TeresaFernández de la Vega serecogió el bulo de que habíacontraído matrimonio con laperiodista María Escario.

Manu Chao nació en Chiapas(México), decía durante díasla reseña del cantanteparisino y simpatizantezapatista.

El mismo día en que se leconcedió el Nobel, al escritorJean Marie Le-Clézio se ledaba como muerto. El errorpermaneció un minuto.

Pedro J. Ramírez, directorde El Mundo, vive con eldiseñador Ralph Lauren,según decía (falsamente)su reseña.

En la página del periodistaestadounidense JohnSeigenthaler, se le citabacomo “patrocinador directode los asesinatos de JohnKennedy y su hermanoBobby (…), aunque nuncase demostró nada”.Seigenthaler, amigo deKennedy, montó en cólera.

En la edición francesa, aTony Blair se le definía comocatólico cuando todavíaera anglicano. El errorpermaneció dos semanas.

Algunos de suserrores conocidos

deportesfuturo

" Encuesta¿Cree que arriesga demasiadoal confiar en Wikipedia?

culturasociedad

+ .com

La Wikipedia es ya unareferencia para muchos,

aunque se nutre deartículos que no siempreson fiables. / luis f. sanz

150.000 voluntarioshan escrito 11millones de artículosen 265 idiomas

Es gratis, se corrigeen el acto y tienecapacidad infinita,dicen sus defensores

CARMEN PÉREZ-LANZAC

Es opaca, anárquicay una fuente dedifamación, afirmansus detractores

‘Nature’ determinóque la ‘EnciclopediaBritánica’ esun 24% más fiable

Existen controles,pero no sonni omnipresentesni omniscientes

La idea de un saber‘democrático’ chocacon una jerarquíadel conocimiento

EL PAÍS, miércoles 10 de junio de 2009 35