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PLANIFICACIÓN FORESTAL EN ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS: HERRAMIENTAS INTEGRADORAS EN UN CONTEXTO DE CAMBIO Míriam Piqué Nicolau Área de Gestión Forestal Sostenible. Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC). Crta. de Sant Llorenç de Morunys, Km. 2. 25280-SOLSONA (Lleida, España). Correo electrónico: [email protected] Resumen Los espacios naturales protegidos (ENP) son aquellos dedicados a la protección de la diversidad biológica y de los recursos naturales y culturales asociados. Gran parte de estos ENP se encuentran distribuidos en una gran variedad de ecosistemas y formaciones forestales, y dentro de la Red Natura 2000. Sin embargo, en España, existe una gran disparidad de denominaciones para designar los ENP y una gran diversidad de normativas sectoriales y figuras de planificación a escala territorial que afectan a estos espacios, lo cual dificulta, a menudo, la implementación de figuras de planificación a nivel táctico y operativo y, en definitiva, la gestión final del ENP. La gestión forestal es clave para la conservación de gran parte de los ENP, con el objetivo de preservar la biodiversidad y los recur- sos naturales, en el marco de una gestión multifuncional y sostenible, que compatibilice la conser- vación con la producción y puesta en valor de los recursos naturales, e integre las necesidades del territorio y medidas de adaptación al cambio global. Para ello es necesaria la coordinación entre los distintos instrumentos de planificación del territorio. Las figuras de planificación a escala monte deben incorporar la zonificación y directrices de las figuras de planificación de escala espacial y jerárquica superior. Del mismo modo, las figuras de planificación de ámbito superior necesitan adap- tarse a la realidad y necesidades que ponen de manifiesto las planificaciones a escalas menores. Palabras clave: Conservación, Gestión forestal, Proyecto de ordenación forestal, Red Natura 2000, Cambio global, Criterios de conservación de la biodiversidad, Multifuncionalidad del monte, Valor del monte INTRODUCCIÓN Espacios Naturales Protegidos (ENP) en España Según la Unión Internacional para la Conser- vación de la Naturaleza (UICN), un área protegida es “un espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y gestionado, mediante medios legales u otros tipos de medios eficaces, para conseguir la conservación a largo plazo de la naturaleza y de sus servicios ecosistémicos y valo- res culturales asociados” (DUDLEY, 2008). En el ámbito español, la Ley LEY 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, establece la normativa básica sobre las áreas protegidas. De acuerdo a esta ley, los Espacios Naturales Protegidos (ENP) son aquellos que cumplen al menos uno de los requi- sitos siguientes: Contener sistemas o elementos naturales representativos, singulares, frágiles, amena- zados o de especial interés ecológico, cientí- fico, paisajístico, geológico o educativo. 299 Cuad. Soc. Esp. Cienc. For. 39: 299-312 (2015) «Conferencias y Ponencias del 6º Congreso Forestal Español» ISSN: 1575-2410 © 2015 Sociedad Española de Ciencias Forestales

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PLANIFICACIÓN FORESTAL EN ESPACIOSNATURALES PROTEGIDOS: HERRAMIENTASINTEGRADORAS EN UN CONTEXTO DE CAMBIO

Míriam Piqué Nicolau

Área de Gestión Forestal Sostenible. Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC). Crta. de Sant Llorençde Morunys, Km. 2. 25280-SOLSONA (Lleida, España). Correo electrónico: [email protected]

Resumen

Los espacios naturales protegidos (ENP) son aquellos dedicados a la protección de la diversidadbiológica y de los recursos naturales y culturales asociados. Gran parte de estos ENP se encuentrandistribuidos en una gran variedad de ecosistemas y formaciones forestales, y dentro de la Red Natura2000. Sin embargo, en España, existe una gran disparidad de denominaciones para designar los ENPy una gran diversidad de normativas sectoriales y figuras de planificación a escala territorial queafectan a estos espacios, lo cual dificulta, a menudo, la implementación de figuras de planificacióna nivel táctico y operativo y, en definitiva, la gestión final del ENP. La gestión forestal es clave parala conservación de gran parte de los ENP, con el objetivo de preservar la biodiversidad y los recur-sos naturales, en el marco de una gestión multifuncional y sostenible, que compatibilice la conser-vación con la producción y puesta en valor de los recursos naturales, e integre las necesidades delterritorio y medidas de adaptación al cambio global. Para ello es necesaria la coordinación entre losdistintos instrumentos de planificación del territorio. Las figuras de planificación a escala montedeben incorporar la zonificación y directrices de las figuras de planificación de escala espacial yjerárquica superior. Del mismo modo, las figuras de planificación de ámbito superior necesitan adap-tarse a la realidad y necesidades que ponen de manifiesto las planificaciones a escalas menores.

Palabras clave: Conservación, Gestión forestal, Proyecto de ordenación forestal, Red Natura 2000, Cambio global,Criterios de conservación de la biodiversidad, Multifuncionalidad del monte, Valor del monte

INTRODUCCIÓN

Espacios Naturales Protegidos (ENP) en EspañaSegún la Unión Internacional para la Conser-

vación de la Naturaleza (UICN), un área protegidaes “un espacio geográfico claramente definido,reconocido, dedicado y gestionado, mediantemedios legales u otros tipos de medios eficaces,para conseguir la conservación a largo plazo de lanaturaleza y de sus servicios ecosistémicos y valo-res culturales asociados” (DUDLEY, 2008).

En el ámbito español, la Ley LEY 42/2007,de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y dela Biodiversidad, establece la normativa básicasobre las áreas protegidas. De acuerdo a esta ley,los Espacios Naturales Protegidos (ENP) sonaquellos que cumplen al menos uno de los requi-sitos siguientes:– Contener sistemas o elementos naturales

representativos, singulares, frágiles, amena-zados o de especial interés ecológico, cientí-fico, paisajístico, geológico o educativo.

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Cuad. Soc. Esp. Cienc. For. 39: 299-312 (2015) «Conferencias y Ponencias del 6º Congreso Forestal Español»

ISSN: 1575-2410© 2015 Sociedad Española de Ciencias Forestales

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– Estar dedicados especialmente a la protec-ción y el mantenimiento de la diversidadbiológica, de la geodiversidad y de los recur-sos naturales y culturales asociados.En función de los bienes y valores a proteger y

de los objetivos de gestión a cumplir, los ENP seclasifican en cinco categorías básicas de ámbitoestatal (Parques Nacionales, Parques Naturales,Reservas Naturales, Monumentos Naturales, Pai-sajes Protegidos y Áreas Marinas Protegidas). Sin

embargo, dado que la mayoría de las ComunidadesAutónomas han ido desarrollando su propia norma-tiva a lo largo de estos años, existen en la actualidaden España más de 40 denominaciones distintas paradesignar los ENP (MAGRAMA, 2013a).

Así pues, en España alrededor del 27% delterritorio está bajo una figura de espacio prote-gido, siendo la de Parque Natural (Figuras 1 a 4)la que engloba más del 63% de la superficiedeclarada como ENP (EUROPARC ESPAÑA, 2013).

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M. PIQUÉ NICOLAU «Planificación forestal en espacios naturales protegidos: herramientas integradoras en un contexto de cambio»

Figura 1. Parque Natural del Montseny (Girona). Aprovechamiento de leñas mediante gestión irregular en una masamixta de encina y alcornoque. Autor: AGS-CTFC

Figura 2. Parque Natural de los Alcornocales. Cortes de la Frontera (Málaga). Rodal de bosque maduro de Quercuscanariensis. Autora: Raquel Saiz

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¿Por qué se declaran los ENP?Conocer el porqué se crea un ENP, es decir,

las motivaciones y criterios que han sido deter-minantes para su denominación, es básico parafijar los objetivos preferentes que sebuscan/esperan para ese espacio, y poder así pla-nificar y gestionar de acuerdo a ellos.

Entre los principales motivos para la crea-ción de un ENP y por tanto objetivos que se

esperan conseguir con su declaración estarían(EUROPARC ESPAÑA, 2013):– Conservación de la naturaleza: conservación

de elementos naturales singulares, frágiles,amenazados o de especial interés ecológico,científico o paisajístico; conservación dehábitats concretos; o bien, conservación dela diversidad biológica en general, por supapel fundamental en el funcionamiento de

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Figura 3. Parque Natural del Alt Pirineu (Lleida). Cortas de pequeños bosquetes en masa regular de Pinus uncinatacon el objetivo de diversificar la estructura de la masa y mejorar el hábitat del urogallo. Autor: AGS-CTFC

Figura 4. Parque Natural de Ports (Tarragona). Rodal de Pinus nigra maduro, resultado de la gestión realizada en elpasado en la zona. Autor: AGS-CTFC

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los ecosistemas naturales y servicios queéstos proporcionan.

– Conservación de los servicios ambientales:producción de alimentos, agua o madera;regulación del ciclo del agua y de nutrientes;regulación de la fertilidad de los suelos y laprotección de las cuencas hidrográficas o elcontrol de la erosión.

– Conservación de los valores culturales yusos asociados a ese espacio.Así pues, para asegurar realmente la conser-

vación de un ENP, y planificar una gestión deacuerdo a los objetivos concretos por los que secreó y que compatibilice los usos que allí se den,es importante utilizar criterios técnicos-científi-cos que nos permitan fundamentar si los objeti-vos de conservación se están consiguiendo. Paraello, es básico hacer uso de indicadores de fácilestimación en campo que nos permitan monito-rizar y controlar si un determinado valor a con-servar (p. ej. elemento natural singular, hábitat,servicio ambiental, etc.), razón de ser de eseENP, se está manteniendo, ha mejorado su esta-tus o, por lo contrario, está empeorando.

Por ejemplo, para el caso de la conservaciónde la diversidad biológica existen numerososindicadores y criterios objetivos que valoran suestado, éstos incluyen: diversidad de especies,estructura y madureza del bosque, madera muer-ta, etc. (IUFRO, 2003; CAMPRODÓN, 2007;REQUE, 2008; VV.AA., 2009). Indicadores simi-lares que nos pueden ayudar a determinar el esta-do de un ENP en relación a la conservación deservicios ambientales, como protección de sue-los, cuencas, etc. también existen; así como crite-rios de ayuda a la diagnosis de la vulnerabilidadde un espacio frente al cambio global o los incen-dios, una de las principales amenazas de nuestrosecosistemas. Todos estos criterios deberían inte-grarse en la planificación y gestión de un ENP.

Por tanto, es importante evaluar si los ENPcontinúan cumpliendo de forma eficiente lasfunciones y objetivos por los que se crearon ycual es su estado de conservación, así como ana-lizar las causas, si es el caso, que puedan moti-var su vulnerabilidad o problemas depersistencia. No es extraño encontrar espaciosforestales, que fruto de políticas conservacionis-tas, basadas en no intervenir o gestionar, presen-tan valores de biodiversidad o ambientales en

peor estado que otros en los que se compatibili-za de manera sostenible la conservación con laproducción de bienes y servicios.

La cuestión es, ¿qué debemos hacer paraconservar los valores y usos de los ENP?.

CONSERVACIÓN DE LOS ENP:GESTIÓN VS. NO GESTIÓN

Se conoce que la conservación de los valoresnaturales y de sus servicios ecosistémicos, asícomo los valores culturales asociados a un bos-que, necesitan de una gestión forestal sostenible.

Sin embargo, algunos grupos sociales han per-cibido durante tiempo que algunas de las funcio-nes que se esperan para los ENP, a simple vista, norequieren de la gestión, como por ejemplo, protec-ción de la fauna y la biodiversidad. Cabe apuntaral respecto que la no-gestión es una opción de ges-tión siempre que se integre en un esquema plani-ficado, de lo contrario es abandono. La disyuntivagestión-no gestión ha sido ampliamente debatidaen el pasado reciente y tiene su origen en la consi-deración de los sistemas forestales como sistemasnaturales con dinámicas propias e independientesdel hombre (GONZÁLEZ et al., 2011).

Lo cierto es que los sistemas forestales hanevolucionado bajo influencia antrópica desdemuy antiguo y tienen mucho de paisaje cultural,hasta el punto de que prácticamente nada decuanto nos rodea es explicable de forma satisfac-toria sin contar con el hombre y su acción secu-lar, directa e indirectamente. Así pues, la mayoríade los ENP se corresponden con formaciones nosólo íntimamente ligadas a determinados usoshumanos, sino incluso resultantes de los mismos(EZQUERRA, 2010), hecho generalizado en toda lacuenca mediterránea (NOCENTI & COLL, 2013).

Aun así, por encima de los diferentes enfo-ques sociales y el conflicto de valoracionesexpuesto, existe hoy consenso en que la conser-vación de los valores naturales y de sus serviciosecosistémicos, así como los valores culturalesasociados a un bosque, necesitan de una gestiónforestal sostenible, dicho de otra manera que laconservación de los ENP y su desarrollo en con-diciones adecuadas requiere de una gestión acti-va y que su abandono no garantiza suconservación en la actualidad (GONZÁLEZ et al.,

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2011), como seria el caso de espacios forestalesabandonados que han acumulado mucha bioma-sa en los últimos decenios y que actualmenteson muy vulnerables a los incendios forestales yefectos del cambio climático.

En definitiva, la gestión debe ser capaz desatisfacer los diferentes intereses y objetivos queconvergen en un ENP de manera efectiva y efi-ciente, siempre teniendo muy presente el entornosocio-económico donde se encuentra el espacioprotegido. La organización coherente de todosestos aspectos para alcanzar los objetivos perse-guidos es compleja, y sólo es posible medianteuna planificación táctico-operativa de calidad, através de figuras de planificación como son losproyectos de ordenación forestal (POF) o planesde técnicos de gestión forestal (PTGMF).

IMPORTANCIA DE UNA PLANIFICACIÓNORGANIZADA DE LOS ENP

Disparidad de figurasComo ya se ha comentado, en España, exis-

ten más de 40 denominaciones para designar losENP y una gran diversidad de normativas secto-riales y figuras de planificación a escala territo-rial que afectan a estos espacios, lo cualdificulta, a menudo, la implementación de figu-ras de planificación a nivel táctico y operativo y,en definitiva, la gestión final del ENP.

Por ejemplo, para el caso de Cataluña, éstadispone de una variada red de espacios protegi-dos (GENCAT, 2013), donde las figuras de pro-tección establecidas por la Ley 12/1985, deEspacios Naturales, son diversas y, además, ensu gestión intervienen diferentes administracio-nes. La Ley establece las siguientes categorías:parques nacionales, parajes naturales de interésnacional, reservas naturales y parques naturales.

En total, el sistema de áreas protegidas deCataluña equivale una superficie del 30% delterritorio y comprende: 1 parque nacional, 13parques naturales, 4 parajes naturales de interésnacional y 1 reserva natural. De estos, 14 ENPestán gestionados por el Departamento deAgricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación yMedio Natural de la Generalitat de Catalunya yel resto por otras 5 entidades más.

Esto es una muestra de la disparidad de figu-ras y de responsabilidades sobre la gestión delos ENP, hecho que también se da en todo elterritorio español, a parte, algunos ENP corres-ponden a montes públicos de ayuntamientos yotros, una gran mayoría, a fincas de titularidadprivada, lo cual todavía hace más compleja laorganización y planificación consensuada deestos espacios.

Disparidad de planificación: necesidad deintegrar

Hay dos instrumentos legales para planificarlos ENP: los planes de ordenación de los recursosnaturales (PORN y equivalentes), normalmente decarácter estratégico e indefinido, y los planes rec-tores de uso y gestión (PRUG o equivalentes), anivel táctico, donde se establecen en periodos devarios años las medidas de gestión a desarrollar.Según datos de EUROPARC ESPAÑA (2013), actual-mente alrededor del 40% de la superficie declara-da como Parque Nacional y el 90% de la superfi-cie declarada como Parque Natural está incluida enun PORN y el 68% de parques nacionales, el 55%de los parques naturales y el 30% de las reservastienen vigente su correspondiente PRUG, sinembargo pocos gozan de POF o PTGMF.

A parte, cada comunidad autónoma tiene susfiguras de planificación como planes especiales,planes municipales, planes específicos, etc. En laTabla 1 se muestra un ejemplo autonómico con-creto (Cataluña) de estructura de planificación ynormativa que afecta a los espacios forestales engeneral, incluidos los ENP, que muestra la com-plejidad de realizar una planificación operativa yla necesidad de integrar la planificación.

Así pues, podría darse el caso de que existaun Plan de Ordenación de los RecursosForestales (PORF) que afecte a un ENP y queutilice criterios referentes a la conservación dela biodiversidad diferentes a los que contemplanotras figuras de planificación que afectan eseENP. El hecho de que sobre un mismo territoriocoexistan múltiples instrumentos tan similaresen sus objetivos y tan diferentes en sus determi-naciones no es recomendable, pues complicaextremadamente la consecución de los objetivosconcretos y reales que se quieran llevar a caboen el ENP (EZQUERRA, 2010).

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Por ello, es imprescindible la coordinaciónentre los distintos instrumentos de planificacióndel territorio. Las figuras de planificación aescala monte deben incorporar la zonificación ydirectrices de las figuras de planificación deescala espacial y jerárquica superior. Del mismomodo, las figuras de planificación de ámbitosuperior necesitan adaptarse a la realidad ynecesidades que ponen de manifiesto las planifi-caciones a escalas menores.

En este sentido, EUROPARC ESPAÑA (2008)expone la necesidad de la integración de la pla-

nificación y la gestión activa de espacios natura-les protegidos y de la coherencia en la planifica-ción en escala de los ENP. Por tanto, no debeexistir duplicidad de planificación sobre unmismo ENP y deben integrarse los diferentesdocumentos de planificación que puedan existir,de esta manera, por ejemplo, si existe unProyecto de Ordenación Forestal (POF) de unmonte incluido en una Zona de EspecialConservación (ZEC), el Plan de gestión de laZEC debe integrar la planificación del POF y alrevés, si una ZEC dispone de un Plan de gestión

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Ámbitos de planificaciónEscala Planificación y Prevención Espacios Naturales Otras figuras deterritorial Gestión forestal incendios forestales Protegidos PlanificaciónCataluña Plan General de Plan de Espacios de Plan Territorial General de

Política Forestal – Interés Natural Cataluña Planes TerritorialesRed Natura 2000 Sectoriales (p. ej. energía

eólica, etc.)Grandes Plan de Plan de recuperación Planes Territorialesunidades Producción – especies en peligro (p. ej. Parciales (p. ej. régimengeográficas Forestal 1 PORF 2 quebrantahuesos, nutria, etc.) de protección del suelo,

paisaje, etc.)Macizos/masas Perímetros de Zonas de Actuación Urgenteboscosas – Protección Prioritaria – (ZAU) tras incendio forestalcontinuasUnidades PORN 3

territoriales PRUG 3

de alto valor Plan Especial de protecciónnatural – – del medio natural y del –

paisaje 4

Plan de gestión y directricesde la Red Natura 2000

Comarca Plan Comarcal de Planes Directores – Prevención – Territoriales

Planes Comarcalesde Montaña

Municipio Plan de Prevención Plan Especial de protección– Municipal i gestión del patrimonio –

natural municipalMonte/propiedad Proyecto de Ordenación Forestal (POF) / Planes Técnicos de Gestión y Mejora Forestal (PTGMF)forestal1 Contemplados en la Ley Forestal de Cataluña. No se ha elaborado ninguno hasta la fecha.2 Contemplados en la Ley de Montes del 2003 (Ley 43/2003, de 21 de noviembre). En fase de elaboración.3 A pesar de ser el PORN y PRUG figuras de planificación territorial previstas en la Ley Estatal 4/89, hay pocos ENP en Cataluñaque dispongan actualmente de estas planificaciones, la mayoría están en fase de elaboración.4 Figura que tiene su origen en los Planes Especiales previstos en las Leyes sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana de1956 y 1976. Esta figura queda recogida también en la normativa urbanística y de Espacios Naturales Protegidos autonómica(equivalente al PORN).

Tabla 1. Ejemplo de figuras de planificación con afectación a los espacios forestales en Cataluña, incluidos losEspacios Naturales Protegidos (GONZÁLEZ et al. 2011)

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y se realiza un POF, éste debe integrar dichoplan (SCHWENDTNER et al., 2009)

Los POF son perfectamente válidos para plani-ficar las gestión de ENP y zonas de la Red Natura2000 desde la perspectiva de la Directiva Hábitats,para ello es importante incorporar medidas y crite-rios de conservación de la biodiversidad y servi-cios ambientales en la gestión silvícola. El nivel dedetalle de los POM es mayor, por lo cual incluso espreferible abordar la gestión de las ZEC desdeestos, para ello es imprescindible el entendimientoentre los distintos órganos administrativos que pla-nifican e idealmente tener la planificación unifica-da en un solo documento (VERICAT Y PIQUÉ, 2007;SCHWENDTNER et al., 2009).

En cualquier caso, es sumamente importanteevitar la duplicidad y, más aun, el confronta-miento de las planificaciones, de manera que lagestión prescrita en los POM debe ser igual a lade los Planes de gestión de las ZEC.

Pero la realidad es que poca superficie com-prendida dentro de los ENP dispone de figurasde planificación a escala operativa, en las que searticulen y concreten en el espacio y tiempoactuaciones de gestión con el fin de asegurar laconservación del ENP y su compatibilizacióncon los diferentes funciones y usos que se danen estos espacios.

En el caso de la Directiva Hábitats, ésta con-templa la necesidad de realizar planes de gestiónpara los espacios de la red, para asegurar su con-servación, aunque no establece la obligatoriedadde redactar planes de gestión a nivel operativo. Lapregunta es si desde la Ordenación Forestal pode-mos dar respuesta a ese reto y la respuesta es quesí (OLABE Y VAL, 2007, VERICAT Y PIQUÉ, 2007,SCHWENDTNER et al., 2009), por tanto no es nece-sario buscar nuevos instrumentos de planificaciónde los ENP, LIC, ZEC, cuando ya disponemos deuna herramienta que nos permite una planifica-ción integral con el objetivo de preservar los valo-res ecológicos y compatibilizando los usos y apro-vechamientos que se dan en la zona, desde la per-ceptiva de un gestión forestal sostenible.

Al final, cada Comunidad Autónoma en rela-ción a la gestión de la Red Natura 2000 ha des-arrollado sus propias directrices o instrucciones,como es el caso de Murcia (CARM, 2012) oCataluña (GENCAT, 2006), entre otras. Éstaúltima, por ejemplo, contempla explícitamente

en sus instrucciones la necesidad de elaborar, enel marco de la planificación de la Red Natura2000, PO y PTGMF.

RED NATURA 2000, UNA OPORTUNIDADPARA LA GESTIÓN DE LOS ENP

La Red Natura 2000 es el principal instru-mento en materia de conservación de la natura-leza de la política europea. Se desarrolla a partirde la Directiva Aves (1979) y Directiva Hábitats(1992) en las que se definen el tipo de áreas, loscriterios de designación y los procesos para elseguimiento y la gestión de las mismas. Es unaRed donde se recogen los territorios europeosque contienen especies y hábitats de relevanciaa escala europea, y está compuesta por los lla-mados Lugares de Importancia Comunitaria(LIC), hasta su transformación en ZonasEspeciales de Conservación (ZEC) y las Zonasde Especial Protección para las Aves (ZEPA).

La Red Natura 2000 ocupa el 17,5% de laUnión Europea, siendo España el país que apor-ta más superficie terrestre a la red, con más de137.000 km2 (seguida de Francia con 68.000km2), esto representa más del 27% de su super-ficie terrestre (MAGRAMA, 2013b).

En España, la Red está compuesta por 1.446LIC y 595 ZEPA, estando, en muchos casos, lassuperficies de LIC y ZEPA superpuestas en elterritorio. Están representadas cuatro de las nueveregiones biogeográficas definidas para el conjun-to de Europa (Macaronésica, Mediterránea,Atlántica y Alpina). De éstas, la región biogeo-gráfica mediterránea es la que aporta más super-ficie absoluta a la Red Natura 2000 en nuestropaís, con casi 11,5 millones de hectáreas.

En el proceso de declaración de la red, cadacomunidad autónoma ha propuesto el territorio aincluir en la red, en el caso de Cataluña, porejemplo, se integran en la Red Natura 2000, losespacios que forman parte de la Red de Parajesde Especial Interés Nacional (PEIN), tantopúblicos como privados. En Navarra, se propo-nen como ZEC los Montes Catalogados deUtilidad Pública que constituyen hábitats natu-rales de interés comunitario.

Así pues, la mayoría de los ENP coincidencon las áreas de la Red Natura 2000, en las que

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las prioridades de conservación deberían esta-blecerse en función de lo indicado en laDirectiva Hábitats.

En este sentido, como se comenta en el apar-tado anterior, la Red Natura 2000 puede ser unaoportunidad para integrar la disparidad de plani-ficaciones, al contar con un marco de planifica-ción de nivel superior a todas ellas, asegurandouna planificación integrada en las políticas terri-toriales y sectoriales y garantizando un sistema deplanificación en cascada, en el que se abordedesde la planificación estratégica a la operativa, através de la figura de POF vigente, integrando cri-terios de conservación de la biodiversidad en laselvicultura y gestión forestal. Gestionar la super-ficie del territorio español comprendida en losENP y/o Red Natura 2000 es un reto y una opor-tunidad para los forestales (OLABE Y VAL, 2007).

De hecho, actualmente ya existen muchosejemplos de gestión de espacios de la RedNatura 2000, como es el bosque de Valsaín enSegovia, zona de Alcudie en Navarra o Montede Aralar en el País Vasco, entre otros(COMISIÓN EUROPEA, 2003), pero todavía esmucha la superficie protegida que requiere de unplanificación y gestión para su conservación.

CANTERO (2007) presenta una relación de losdiferentes tipos de Hábitats arbolados españoles,haciendo referencia a las principales caracterís-ticas de su gestión actual y problemas asociadosa la conservación de estos hábitats, la mayoríade ellos relativos al peligro de fuegos forestales,escasa regeneración y sobretodo en el caso delos Quercus, intenso aprovechamiento secular.Es importante integrar en la planificación deestos espacios todos estos aspectos de maneraextremadamente urgente.

En definitiva, la Red Natura 2000 es unaoportunidad para poner la selvicultura al servi-cio de conservación de los valores naturales.

PLANIFICACIÓN DE LOS ENP YCAMBIO GLOBAL

Características de los ENP: contexto decambio global

Como ya se ha comentado, en España casi11,5 millones de hectáreas de la región biogeográ-fica mediterránea están presentes en la Red Natura

2000, eso da una idea de la gran representatividaddel bosque mediterráneo dentro de los ENP.

Estos bosques presentan diferentes caracte-rísticas en función de su situación y especiesprincipales que los componen, pero en cualquiercaso la mayoría de ellos se caracterizan por:– Una gran diversidad biológica y riqueza de

especies de flora y fauna.– Una gran variedad de estaciones forestales,

debido a la diversidad climática, edáfica yfisiográfica del territorio. Las estacionesforestales, en el contexto mediterráneo, con-dicionan extremadamente la composiciónespecífica de los montes a nivel de rodal, asícomo su estado vegetativo, crecimiento yriqueza biológica, entre otros. Por ello, debe-rán tenerse muy en cuenta en la toma deci-siones sobre la gestión forestal.

– Una historia de usos intensa y diversa, al serecosistemas muy antropizados.

– Una gran multifuncionalidad, ofreciendobienes y funciones como la producción demadera y productos forestales no madereros,biodiversidad, valor medioambiental,recreo, paisaje, etc.

– Una elevada vulnerabilidad a perturbacio-nes, principalmente incendios forestales, y acondiciones de estrés hídrico, que segura-mente se agravarán en el actual contexto decambio global.En muchos casos, estos ENP constituyen bos-

ques relativamente jóvenes, fruto de la coloniza-ción natural, de antiguos campos de cultivos yzonas de pasto, producida progresivamente desdemediados del siglo XX y repoblaciones realiza-das. A la vez, a menudo las formaciones foresta-les presentan situaciones de elevada densidad,estancamiento del crecimiento e inestabilidad,por falta de gestión o gestión de baja calidad, loque confiere estructuras forestales complejas degestionar que necesitan de tratamientos selvícolasde mejora y, además, muy vulnerables a losincendios forestales, por presentar gran acumula-ción de combustible y continuidad de vegetacióntanto horizontal como vertical.

También existen ENP en zonas, preferente-mente de montes públicos, que han sido gestiona-das mediante proyectos de ordenación forestal,des de inicios del siglo XX y en las que no se daesta complejidad y disparidad de estructuras y

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que se encuentran en mejor estado en relación asu vitalidad, estabilidad, riqueza y vulnerabilidada los posibles efectos del cambio climático.

Por otro lado, muchos bosques han estadointensamente explotadas desde antaño, como esel caso de los bosques de quercíneas, que ocupanen España más de 7 millones de has y muchos deellos situados en ENP. Estas formaciones deQuercus mediterráneos han estado sometidasdurante años al aprovechamiento de carbón yleñas y en algunas áreas se encuentran en unestadio avanzado de degradación y muy vulnera-bles a sequías, enfermedades y plagas y, sobreto-do, incendios forestales (VERICAT et al., 2012).

Actualmente, muchos de los ENP ya seencuentran en una situación muy vulnerable enrelación a los incendios forestales por su condi-ción de ecosistemas mediterráneos, pero estacondición seguramente se agravará en el actualcontexto de cambio climático, en el que se espe-ran periodos de sequía más largos y episodiosclimáticos extremos.

De todas las regiones bioclimáticas, la zonamediterránea está considerada una de las regionesmás vulnerables al cambio global (EEA, 2008).Además de la componente climática, el áreamediterránea presenta una serie de característicassocio-culturales que añaden una enorme comple-jidad a la hora de prever los posibles impactos delcambio global, al tratarse de sistemas forestalesalterados desde hace milenios, e inmersos, en elcaso de la cuenca norte occidental, donde sesituaría España, desde hace décadas en una diná-mica de cambio de usos del suelo que ha conlle-va un incremento de superficie forestal y unanotable acumulación de biomasa (FAO, 2011).

Entre las principales amenazas del cambioglobal destacan la reducción del crecimiento yde las producciones forestales, debilitamiento delas masas, decaimiento y mortalidad, problemasde regeneración, aumento de la frecuencia deincendios de mayor intensidad y tamaño, incre-mento de procesos erosivos y degradación delsuelo, e incremento de problemas debido a pla-gas y enfermedades (REGATO, 2008; PEÑUELAS

et al., 2010; SERRADA et al., 2011)A la hora de prever los principales impactos

negativos del cambio global sobre los ENP, debeconsiderarse su vulnerabilidad. Ésta dependetanto del carácter y magnitud del cambio como

de la sensibilidad y capacidad de adaptación delas diferentes formaciones forestales presentes.Por tanto, los impactos tendrán diferente impor-tancia en función de las especies concretas, áreageográfica donde se localice el ENP, historia desu gestión y estado actual, principalmente.

Gestión forestal y cambio global Las dos estrategias principales de respuesta

al cambio global son la mitigación y la adapta-ción (IPCC, 2007). Numerosas prácticas de ges-tión forestal se alinean con estas dos estrategias.La mitigación trata de reducir la magnitud delcambio, actuando sobre las principales causas(por ejemplo, fijando más carbono atmosférico).Entre las prácticas de gestión forestal centradasen la mitigación, pueden citarse (IPCC, 2007c): – Prácticas destinadas a incrementar la superfi-

cie forestal, como aforestaciones y reforesta-ciones, o densificación de masas abiertas, etc.

– Prácticas destinadas a incrementar la vitali-dad y estabilidad de los bosques, incremen-tando su capacidad de fijar carbono, etc.Por su parte, la adaptación trata de minimi-

zar los impactos negativos del cambio sobre lossistemas forestales y sus funciones. Entre lasprácticas de gestión forestal centradas en laadaptación se proponen: – Fomento de la heterogeneidad espacial en

especies y estructuras para incrementar laresistencia y resiliencia a incendios y plagas.

– Tratamientos de prevención de incendios,incluyendo uso del fuego prescrito y gestión deáreas estratégicas para incrementar la resisten-cia de los espacios forestales a los incendios.

– Utilización, en plantaciones, de mezclas degenotipos de varias zonas y distribucionesheterogéneas de pies para facilitar la transi-ción a las futuras condiciones climáticas.Por tanto, en la planificación de los ENP, la

estrategia de promover la adaptación de las for-maciones forestales al cambio global debe serprioritaria. Para mejorar la capacidad de adapta-ción de un ENP, se pueden aplicar criterios selví-colas y de gestión forestal sostenible, comodesbroces selectivos, clareos, claras, cortas deregeneración, etc., con el objetivo de incrementarsu resistencia (reducir la exposición y la sensibi-lidad y, por lo tanto, la vulnerabilidad) y su resi-liencia (absorber las perturbaciones manteniendo

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sus funciones), o favorecer una transición lomenos traumática posible a las nuevas condicio-nes mediante acciones de respuesta y reajuste.

En este sentido, es muy importante la gestiónde los ENP con el objetivo de reducir la vulnerabi-lidad de las masas forestales frente a los grandesincendios, que propagan por las copas de los árbo-les con gran virulencia, y realizar una selviculturaorientada a promover formaciones forestales resis-tentes al paso del fuego y fomentar la capacidad deadaptación intrínseca al fuego que la mayoría debosques mediterráneos tienen (PIQUÉ, 2012).

Por otro lado, como muchos científicos apun-tan, las perturbaciones naturales tienen un impor-tante rol en la conservación de la biodiversidad,sobretodo las de pequeña intensidad, a nivel derodal forestal o bosque. De aquí, al ser el fuego uncomponente natural de la dinámica de las forma-ciones mediterráneas, reducir la acumulación decombustible de los ENP mediante fuegos desuperficie de pequeña intensidad, intentando imi-tar un régimen de fuego natural, al igual que sehace en otras zonas como California, Australia oSudáfrica, con las quemas controladas, puede seruna buena herramienta de naturalización de losENP y gestión de la biodiversidad, y la vez evitarfuegos de alta intensidad que escapan de la capa-cidad de extinción actual (BROWN et al., 2004;AGEE & SKINNER, 2005).

PLANIFICACIÓN MULTIFUNCIONALEN ENP

La planificación multifuncional es clavepara la conservación de los ENP, con el objetivode preservar la biodiversidad y los recursosnaturales, en el marco de una gestión forestalsostenible, que compatibilice la conservacióncon el aprovechamiento de los recursos.Además, la planificación debe tener muy pre-sente la puesta en valor de los recursos naturalespara poder hacer frente a los costes de gestión, eintegrar las necesidades del territorio y medidasde adaptación al cambio global.

Es muy importante abordar la planificaciónde los ENP integrando la valorización del montey las necesidades de la población local en lo querespecta al uso y aprovechamiento del espacionatural, de manera que el ENP les suponga una

oportunidad de desarrollo y no una traba. Porejemplo, generando actividades económicasligadas a los valores y recursos naturales conque cuenta el ENP, siempre de manera sosteni-ble. Por eso, es importante que el responsable dela planificación y el responsable de la gestióndel ENP, conozcan la población del sitio, suscaracterísticas socio-económicas y la relaciónque mantiene ésta con el ENP.

Así pues, la planificación forestal en ENPtiene como reto la multifuncionalidad, inclusomás que en otros espacios forestales, puesto quemuchas zonas consideradas como espacios pro-tegidos son productivas y de propiedad privada,caso de Cataluña, por ejemplo, y en ellas deberealizarse un gran esfuerzo en compatibilizar laconservación de los espacios con el aprovecha-miento forestal.

En definitiva, cabe apostar por una planifica-ción y gestión multifuncional que integre losvalores ecológicos, salud de los bosques y con-servación de la biodiversidad, como objetivopreferente, y que a la vez asegure los beneficiossociales y económicos.

¿Como abordar esta planificación y gestiónde los ENP, en el contexto actual de cambio glo-bal, que integre la multifuncionalidad, compleji-dad y biodiversidad de los bosques y losincendios forestales, como principal perturba-ción que afecta en el mediterráneo?

Es una tarea compleja, pero disponemos deherramientas y conocimiento para llevarla acabo: por ejemplo, la gestión ecosistémica yadaptativa, teniendo en cuenta las dinámicasnaturales que se observan y sin fijar esquemasfijos a largo plazo, o la gestión próxima a la natu-raleza y de mínima inversión económica y,sobretodo, en cualquier caso, la gestión basadaen una correcta diagnosis de las masas forestalesy fijación de objetivos concretos para cada rodal,que nos permita una eficiente planificación mul-tifuncional y asignación de los recursos.

LA ORDENACIÓN FORESTAL COMOHERRAMIENTA DE PLANIFICACIÓNDE LOS ENP

Existe consenso en que el Proyecto deOrdenación Forestal (POF) es una herramienta

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eficaz para la planificación integradora de losENP (SECF, 2007).

Dehecho, los retos para la ordenación fores-tal del siglo XXI (ALÍA et al., 2011), contem-plan, en gran medida, lo que una planificaciónde calidad de un ENP requeriría: – Gestión ecosistémica y adaptativa, que con-

sidere las dinámicas de la vegetación y querehúya de los esquemas a largo plazo.

– Integración real en la planificación demuchos otros aspectos: conservación de bio-diversidad, calidad del paisaje, proteccióncontra incendios, etc.

– Consideración de la multifuncionalidad, carac-terística de los sistemas forestales de nuestropaís, tanto en bienes como en servicios.

– Nueva consideración de los aspectos pro-ductivos, con una demanda de productosforestales distinta y renovada. Parece ser quela madera, tras décadas de bajos preciosvuelve a tener interés económico, para suutilización como biomasa forestal primaria.

– Adaptación a una menor disponibilidad derecursos para la planificación a escalamonte. Necesidad de figuras de planifica-ción económicas y eficientes. Es un hecho que la gran diversidad de norma-

tivas y disposiciones que confieren algún gradode protección a los ENP todavía hacen más com-pleja la planificación de los ENP, y es precisa-mente en éstos donde el carácter de la OrdenaciónForestal como instrumento finalista de planifica-ción integral de los terrenos forestales se hacemás necesaria que nunca (GONZÁLEZ et al., 2011): – Por coherencia y eficiencia económica de la

gestión.– Para conseguir la coordinación de objetivos

y actuaciones. – De cara a la propiedad forestal, para abordar

conjuntamente todos los aspectos que afec-tan a la gestión de su propiedad (ecológicos,productivos, medioambientales, etc.) en unsolo documento de planificación.El papel de instrumento único no es incompa-

tible con la estructura administrativa, sino al con-trario. La mayoría de las ComunidadesAutónomas, y la propia Administración Generaldel Estado, ubican bajo un mismo departamentola conservación de los espacios naturales y la ges-tión forestal. Paralelamente, en muchos casos los

Servicios de Fauna y Biodiversidad de la admi-nistración autonómica informan los instrumentosde ordenación forestal para su aprobación.

Si la ordenación forestal debe ser el instru-mento unificado de planificación de la gestiónforestal, ambiental y de conservación de la bio-diversidad a escala monte, es necesario que seacapaz de integrar satisfactoriamente las directri-ces y estructuras territoriales de la normativaambiental y los ENP, así como el resto de medi-das de conservación.

En este sentido la Ordenación por Rodales,debido a su flexibilidad selvícola, espacial ytemporal, es uno de los métodos de planificaciónmás adecuado a la situación actual de muchosENP. La ordenación por rodales da respuestadirecta al requisito de flexibilidad y gestiónadaptativa, pero además, ofrece al equipo redac-tor la posibilidad de aportar conocimientos ysentido común, innovar y lograr una planifica-ción de calidad con la máxima eficiencia derecursos. El protagonismo en la planificaciónrecae más que nunca en el equipo redactor, y noen el método de ordenación: la ordenación porrodales enfrenta al profesional forestal al reto yla responsabilidad de elaborar una planificacióneficaz y eficiente.

La ordenación por rodales y la conservaciónde la biodiversidad

En una ordenación por rodales pueden coe-xistir una gran variedad de rodales de diferentestamaños, con diferentes especies y mezclas, for-mas de masa y tipos de espacios abiertos. A unnivel superior, se adquiere una gran flexibilidada nivel de paisaje, ya que el gestor tiene un gradoelevado de libertad para combinar rodales de dis-tinta cubierta forestal y modificar su forma y sudistribución espacial, al menos a medio plazo.

Las ventajas genéricas de la Ordenación porRodales en su utilización como herramienta deplanificación de ENP serían (VERICAT Y PIQUÉ,2007):– Particularización del inventario a nivel de

rodal, incorporando variables relacionadascon la biodiversidad si se considera necesario.

– Flexibilidad en la división dasocrática (liber-tad en la delimitación de los rodales), quepermite una fácil incorporación de la zonifi-cación propia del Espacio Natural Protegido.

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– Implementación de selviculturas diferencia-das a nivel de rodal, en función de los reque-rimientos de conservación. Fácilincorporación de las directrices de gestiónpropias del ENP y de otras medidas volunta-rias de conservación y mejora de la biodiver-sidad, a escala de rodal y a escala de paisaje. En cuanto a la integración de criterios de

conservación a escala rodal, pueden citarse: pre-sencia de madera muerta, presencia de pies degrandes dimensiones, presencia de pies conoquedades, mantenimiento de la diversidad deespecies arbóreas y ecotonos, grado de cobertu-ra de matorral, etc.

A escala monte, la implementación de crite-rios de conservación se ve facilitada por la flexi-bilidad en la delimitación, forma, tamaño ylocalización de las unidades territoriales (roda-les). Al mismo tiempo, el método posibilita laexistencia de rodales con distintas formacionesvegetales (arboladas o desarboladas), con distin-ta composición específica, estructuras, edades,etc. Entre los criterios de conservación a nivelde monte pueden citarse: la diversidad de espe-cies por rodales, gestión activa de áreas abiertas,conservación de rodales de bosque viejo, formay tamaño de determinados tipos de rodal (conec-tividad, fragmentación, etc.), mantenimiento deestructuras en mosaico, etc.

La planificación de los usos a nivel demonte, la regulación de accesos, la red viaria,los usos ganaderos dispersos, las épocas de eje-

cución de actuaciones planificadas, son tambiénalgunos de los aspectos a tener en cuenta.

A modo de ejemplo, en la Tabla 2 se resumenlas principales medidas adoptadas en ordenacio-nes por rodales en espacios naturales de Pirineoy Prepirineo catalán, con el objetivo de integraren la gestión criterios para la conservación de labiodiversidad (VERICAT Y PIQUÉ, 2007).

Áreas concretas de protección especial oáreas sensibles por la presencia de determinadasespecies pueden estar formadas por uno o variosrodales y ser de extensión variable. La defini-ción de objetivos y la gestión diferenciada anivel de rodal permiten configurar una gestiónóptima en áreas concretas de protección especialo áreas sensibles por la presencia de determina-das. Como ejemplo, en áreas especialmente sen-sibles de un monte incluido en un ENP se hanseguido los siguientes pasos para definir la ges-tión (GONZÁLEZ et al., 2011):1. Identificar los sectores críticos para las espe-

cies o comunidades a conservar. Se entiendepor sector crítico aquella zona del montedonde anualmente una especie desarrolla unaparte vital de su ciclo biológico, que tieneimportancia en el mantenimiento de la pobla-ción. En un sentido amplio, puede incluirzonas de hábitat potencial, corredores, etc.

2. En los rodales incluidos en los sectores críti-cos, definir las directrices de gestión y obje-tivos para mejorar el hábitat en relación a lascomunidades o especies de interés.

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1 Selviculturas diferenciadas a nivel de rodal2 Medidas para mejorar la calidad del hábitat a escala de rodal

Árboles grandes y ramosos. Árboles con oquedades o nidos de grandes avesÁrboles decrépitos, madera muerta y en descomposiciónPies extracortables en cortas de regeneración en masas regularesPies de gran diámetro en masas irregularesDiversidad de especies en el estrato arbóreoCobertura adecuada de matorralForma y estructura de la masa

3 Medidas para mejorar la calidad del hábitat a escala de paisajeZonificación: distribución de usosRodales de bosque viejoRodales de no gestión o evolución naturalGestión activa de espacios abiertosForma y distribución espacial de los rodales

Tabla 2. Grupos de medidas de gestión para la conservación de valores naturales utilizados en ordenaciones por roda-les en el Pirineo y Prepirineo catalán (VERICAT Y PIQUÉ, 2007)

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3. Definir rodal a rodal la propuesta de gestiónpara que se cumplan los objetivos anteriores,incorporando los criterios de conservación aescala de rodal y monte que se considerenadecuados.

4. Adaptar la planificación de aspectos genera-les del monte (accesos, red de senderos, usosextensivos, etc.) a los objetivos de conserva-ción propuestos para cada rodal, sector omonte.Cuando estas áreas se encuentran dentro de

un ENP, estos pasos se deben realizar en estrechacolaboración con los técnicos del ENP e integran-do las directrices de gestión del mismo. Además,en todo caso, la planificación final de ENP deberealizarse en coordinación con el propietario delmonte, público o privado, el gestor responsablede monte e integrar, en la mayor medida posible,las necesidades de la población local en lo querespeta al uso y aprovechamiento del ENP.

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