plan regional seguridad ciudadana 2014

119
Plan Regional de Seguridad Ciudadana 2014

Upload: josenayhua

Post on 15-Sep-2015

220 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Seguridad ciudadana en arequipa

TRANSCRIPT

  • Plan Regional de Seguridad Ciudadana

    2014

  • 1

    I. Tabla de contenido

    I. MARCO CONCEPTUAL ....................................................................................................... 7

    A. Aproximacin al concepto de seguridad ciudadana ......................................................... 7

    B. Corrupcin y seguridad ciudadana ................................................................................... 9

    1. Enfoque integral de la poltica de seguridad ciudadana ................................................. 14

    II. DIAGNSTICO DE LA INSEGURIDAD, LA VIOLENCIA Y EL DELITO EN EL PER ........... 18

    A. Situacin actual ............................................................................................................... 18

    B. Homicidios ....................................................................................................................... 18

    C. Victimizacin ................................................................................................................... 21

    D. Percepcin de inseguridad .............................................................................................. 32

    E. Confianza en las instituciones ......................................................................................... 35

    F. Situacin del Sistema Penitenciario Regional ................................................................. 37

    G. Causas multidimensionales ............................................................................................. 39

    H. Factores de riesgo social que propician comportamientos delictivos ............................ 40

    I. VIOLENCIA FAMILIAR ...................................................................................................... 45

    J. Escasos espacios pblicos seguros como lugares de encuentro ciudadano .................. 48

    K. Dbil participacin de los ciudadanos, la sociedad civil, el sector privado y los medios

    de comunicacin social en la seguridad ciudadana............................................................. 49

    L. Baja calidad y cobertura del servicio policial .................................................................. 50

    M. Deficiente calidad y cobertura del servicio policial ........................................................ 52

    N. Dbil institucionalidad del Comit Regional de Seguridad Ciudadana .................. 55

    O. Problema y efectos ......................................................................................................... 58

    III. La Seguridad Ciudadana como Poltica de Estado: hacia un nuevo enfoque para

    la convivencia pacfica .............................................................................................................. 68

    A. Justificacin de la poltica de Estado .............................................................................. 68

    B. El Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana como sistema funcional ......................... 69

    C. Factores de xito ............................................................................................................. 76

  • 2

    IV. PLAN REGIONAL DE SEGURIDAD CIUDADANA AREQUIPA - 2014 .................................. 78

    A. Visin al 2015 .................................................................................................................. 78

    B. Objetivos estratgicos ..................................................................................................... 80

    1. Objetivo estratgico 1 ....................................................................................................... 80

    2. Objetivo estratgico 2 ....................................................................................................... 80

    3. Objetivo estratgico 3 ....................................................................................................... 81

    4. Objetivo estratgico 4 ....................................................................................................... 81

    5. Objetivo estratgico 5 ....................................................................................................... 82

    6. Objetivo estratgico 6 ....................................................................................................... 83

    V. MATRIZ DEL PLAN REGIONAL DE SEGURIDAD CIUDADANA 2013 .................................. 88

    A. Objetivo estratgico 1 ..................................................................................................... 88

    B. Objetivo estratgico 2 ..................................................................................................... 89

    C. Objetivo estratgico 3 ..................................................................................................... 91

    D. Objetivo estratgico 4 ..................................................................................................... 91

    E. Objetivo estratgico 5 ..................................................................................................... 95

    F. Objetivo estratgico 6 ..................................................................................................... 96

    ANEXOS ................................................................................................................................... 101

    MAPA REGIONAL DEL DELITOEN AREQUIPA 2014 ................................................................. 102

  • 3

    PRESENTACION

    Las noticias periodsticas abonan una campaa de alarma social ante la delincuencia

    violenta, lo que contribuye a reducir la problemtica a un crecimiento de la maldad y

    crueldad de ciertas personas (jvenes, pobres, excluidas, vulneradas, desocupadas).

    Ante esto suenan y resuenan voces de imponer la ley y el orden y se ha puesto de

    moda una invocacin a la llamada tolerancia cero que en los hechos slo persigue

    incivilidades mientras deja impune los grandes delitos del poder y la corrupcin

    pblica. Persiste as una poltica penal con su correspondiente selectividad o como

    dice M. Foucault una poltica que administra diferencialmente los ilegalismos.

    En la historia de las sociedades humanas la mayor amenaza a la vida ha sido la

    imposibilidad de dominar las fuerzas de la naturaleza y la supuesta existencia de

    seres sobrenaturales y todopoderosos (dioses) que conjugaban al mismo tiempo la

    bondad y la maldad, la crueldad y la compasin, la vida y la muerte (Girard, 1995);

    pero el mayor miedo ha radicado en la dificultad de establecer un orden social que

    evitara la violencia recproca inacabable. Es ste, el miedo a una violencia sin orden,

    lo que llev a aceptar resignadamente la imposicin de un orden con violencia

    (llamada civilizacin) y por lo tanto a la existencia de dominantes y dominados, de

    poderosos y dbiles, de soberanos y sometidos, de victoriosos y derrotados sociales.

    Bien, cmo logran los sectores dominantes conjurar esa amenaza latente de que se

    desencadene una violencia recproca que destruya el orden de las diferencias, la

    cultura?. Como sabemos, la institucin el estado- que representa el orden apela a

    la amenaza y a la violencia que concebida como legtima, es capaz de ejercer

    castigos invocando la defensa del orden amenazado y el supuesto mandato social.

    En parte producto de los medios de comunicacin y en parte por esta nueva realidad

    se ha hecho perceptible que el delito ha pasado de ser lo infrecuente, lo anormal

    circunscripto a las conductas de los marginales y extraos a ser una parte habitual en

    nuestra vida cotidiana tanto en las instituciones pblicas como en la familia, tanto en

    el mercado como en la gestin de las polticas sociales, tanto en la guerra como en la

    paz.

    El sentido de la vulnerabilidad que existe entre los ciudadanos se extiende a cada

    faceta de sus vidas, abarcando desde preocupaciones sobre el empleo y el cuidado

  • 4

    de la salud, hasta percepciones que van de mal en peor sobre la degradacin

    ambiental y la seguridad personal. Pero en si la realidad de Arequipa, no slo nos ha

    permitido observar con meridiana claridad la situacin de indefensin en la cual se

    encuentran los ciudadanos, frente al problema de la inseguridad, sino tambin

    constatar el divorcio entre el Estado y la Sociedad y entre la Ley, las costumbres y la

    tica..

    Lo legalmente permitido se define en relacin con un conjunto de normas jurdicas

    expresas acompaadas de mecanismos especficamente orientados a lograr su

    cumplimiento, mecanismos que en ltima instancia se apoyan en el monopolio de la

    coaccin material directa

    y en la posibilidad de aplicar sta conforme a normas que aseguran garantas de

    naturaleza procedimental ("derecho a la defensa", "debido proceso", etc.). Lo

    culturalmente vlido corresponde a comportamientos aceptables o deseables, con

    independencia frente a lo que dice la ley o el juicio moral individual, y "por lo

    general" de manera relativa a un medio o a un contexto cultural. Lo moralmente

    vlido se delimita mediante juicios y argumentos que la persona formula "ante s o

    ante otros" en uso de su autonoma moral (ante su "conciencia").

    Cierto grado de divorcio entre ley, moral y cultura es inevitable y al menos en la

    Modernidad puede ser interpretado como un factor de renovacin de la ley de los

    Estados, de la moral de los individuos y de la cultura de distintos grupos humanos.

    En algunos casos, ese divorcio puede ser visto como excesivo. Para reducir este

    divorcio entre ley, moral y cultura no parece suficiente una intensificacin de la

    comunicacin personal. Hace falta tambin una intensificacin de la interaccin

    expresiva y estratgica, an si esta intensificacin no resulta plenamente controlable.

    Lo sentido por cada cual debe aflorar y la pugna de intereses debe asumirse, aunque

    ello conduzca a resultados en parte impredecibles.

    Es propia de la democracia la construccin de reglas comunes acatadas por personas

    moralmente diferenciadas pertenecientes a diversas tradiciones culturales.

    Pluralismo cultural y moral se vuelven viables gracias a lo que hemos llamado

    congruencia entre ley, cultura y moral

    Por ello hablamos de "seguridad del ciudadano", aunque la frase en s misma puede

    no ser utilizada en la conversacin cotidiana entre la multiplicidad de los pobladores,

  • 5

    ella refleja un sentimiento que se comprende y se expresa en niveles anecdticos: la

    problemtica de viajar con seguridad desde el hogar hacia el trabajo o la escuela, el

    temor a ser atacado en su propia residencia, una desconfianza severa en las

    instituciones responsables de la seguridad pblica (la polica, los militares, el sistema

    judicial, etc.), y el sentido de vulnerabilidades crecientes contra una violencia

    aparentemente incontrolable, entre otras preocupaciones.

    Mientras la delincuencia, la violencia y otros factores alcanzan niveles nunca vistos, el

    asunto de la seguridad o la inseguridad del ciudadano se han convertido en un tema

    constante en el quehacer cotidiano de los pobladores. La extensin de la violencia se

    ha desbordado en un clima generalizado de criminalidad. En si las cifras sobre

    delincuencia, criminalidad, victimizacin y otros, muestran lo que simplemente es la

    magnitud absoluta de diversos tipos de violencia, ya sea domstica, comunitaria,

    social, poltica, o econmica.

    El mensaje contenido aqu es que la asuncin de una visin integrada de la seguridad

    ciudadana con los intereses de la sociedad civil en el centro y un reconocimiento

    realista de las fuerzas que la amenazan posibilitar la reformulacin del modelo

    institucional que actualmente caracteriza a los sistemas de seguridad, judicial y

    penal. Solamente as podrn ser echadas las bases que les permitan a los ciudadanos

    y las ciudadanas avanzar ms all de la violencia e inseguridad que actualmente nos

    rodea.

    En Arequipa, existen problemas de ndole delincuencial no tan alarmantes como en

    otros lugares del pas, pero sin embargo las estadsticas nos muestran que en un

    promedio 40 delitos, en sus diferentes modalidades, se cometen diariamente en toda

    la regin, resaltndose los delitos contra el patrimonio.

    La solucin a esta problemtica no es exclusivamente policial o judicial; y, por tanto,

    sugiere la necesidad de desarrollar polticas preventivas y de control que cuenten con

    la participacin activa de la comunidad. No es posible enfrentar con xito los

    problemas de inseguridad ciudadana en nuestra regin, si las autoridades polticas no

    conjugan diagnstico y estrategia para la accin. La estrategia est ntimamente

    ligada a las acciones que se desarrollen en la comunidad, como priorizar la atencin a

    adolescentes y jvenes en riesgo, la recuperacin de espacios pblicos, el

    ordenamiento del trasporte y el comercio ambulatorio. Al diagnstico y la estrategia

  • 6

    hay que sumar un factor clave: la participacin ciudadana. Solo a travs de la

    vigilancia y el compromiso de los vecinos se puede hacer una poltica local eficiente

    de combate a la delincuencia y la criminalidad.

    El Plan que a continuacin se presenta refleja la voluntad y compromiso de los

    miembros del comit Regional para disear y ejecutar acciones que nos lleven a

    hacer de la Regin de Arequipa, un lugar seguro y ordenado en el que prime la

    convivencia pacfica entre los ciudadanos, en un marco de confianza, tranquilidad y

    paz social, que permita una mejor calidad de vida, es decir una Regin en el que

    todos queramos vivir.

    El presente plan tiene por objeto definir las polticas y lineamientos de la seguridad

    ciudadana Regional propiciando que el comit participe como ente rector y

    coordinador en la interrelacin de los diferentes actores de la seguridad ciudadana

    como: la Polica Nacional del Per, el Gobierno Regional de Arequipa, autoridades

    educativas y judiciales, la comunidad organizada, as como tambin el sector privado

    que ha sido incluido al Comit Nacional de Seguridad Ciudadana (CONASEC).

    An faltan tareas por desarrollar, seguiremos construyendo juntos una Regin segura

    con ms nfasis en la prevencin teniendo en cuenta planes provinciales de

    Seguridad Ciudadana instrumentos de gestin que nos brindan estrategias para

    fortalecer la seguridad y garantizar una situacin de paz, tranquilidad y convivencia

    pacfica en una Regin emprendedora y con visin de futuro.

    JUAN MANUEL GUILLEN BENAVIDES

    PRESIDENTE DEL CORESEC-AREQUIPA

  • 7

    I. MARCO CONCEPTUAL

    En este primer captulo del Plan, se presentan los conceptos ms importantes

    para entender la problemtica que atae a la seguridad ciudadana. Asimismo, se

    explica el enfoque adoptado en la poltica de seguridad ciudadana.

    A. Aproximacin al concepto de seguridad ciudadana

    Segn la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU), el desarrollo humano es

    un proceso de expansin de las libertades efectivamente disfrutadas por las

    personas. Ese desarrollo no es automtico. Por el contrario, est plagado de

    amenazas. Precisamente por ello, el desarrollo humano debe estar

    indisolublemente ligado a la seguridad humana, que tiene como propsito

    proteger al individuo frente a amenazas de distinta naturaleza: desastres

    naturales, criminalidad, enfermedades y epidemias, hambre, pobreza extrema,

    dictaduras y totalitarismo.

    La seguridad ciudadana es solo uno de varios componentes de la seguridad

    humana, aquel componente responsable de enfrentar las amenazas violentas y

    delictivas contra las personas y sus bienes. La seguridad ciudadana tiene dos

    acepciones.

    La primera la define como la condicin objetiva y subjetiva de encontrarse

    el individuo libre de violencia o amenaza de violencia, o despojo intencional por

    parte de otros. El concepto de violencia denota el uso o amenaza de uso de la

    fuerza fsica o psicolgica con el fin de causar dao o doblegar la voluntad. La

    nocin de despojo remite al acto de privar ilegtimamente de su patrimonio a

    una persona fsica o jurdica

    Aunque esta definicin parecera restrictiva, en realidad, incluye a todos los

    delitos contra las personas, como el homicidio, la agresin, la violacin, el

    secuestro y la trata de personas, as como los delitos contra el patrimonio, tanto

    privado (robo, hurto y estafa) como pblico (soborno y cohecho). Incluye,

    adems, modalidades delictivas propias del crimen organizado, como el

    narcotrfico, el trfico de armas, el lavado de activos o el comercio de bienes

    ilegales, que estn muy estrechamente relacionados con la violencia y el

  • 8

    despojo, aunque no daen directamente a las personas o a su patrimonio.

    La segunda acepcin de seguridad ciudadana la refiere como la accin destinada

    a proteger a los ciudadanos frente a los hechos de violencia o despojo, lo que se

    persigue con una poltica pblica, entendida como los lineamientos o cursos de

    accin que definen las autoridades estatales. Esto constituye una obligacin

    positiva del Estado derivada de sus compromisos internacionales para

    garantizar los derechos fundamentales.

    Desde una perspectiva de derechos humanos, el concepto de seguridad

    ciudadana es el ms adecuado para el tratamiento de los problemas de

    criminalidad y violencia, en lugar de los conceptos de seguridad pblica,

    seguridad interior u orden pblico, por cuanto tiene un enfoque centrado en la

    construccin de mayores niveles de ciudadana democrtica, con la persona

    humana y los grupos sociales como objetivo central de las polticas, a diferencia

    de la seguridad del Estado o de determinado orden poltico.

    El analista

    Fernando Carrin seala que la seguridad ciudadana se diferencia de la

    seguridad pblica en que esta ltima se constituye desde una perspectiva

    Estado-cntrica y la primera desde una concepcin ciudadana en la que el

    Estado resulta ser uno de varios elementos.

    En los ltimos aos, el concepto de convivencia social se ha ligado al de

    seguridad ciudadana. En efecto, ambos conceptos se basan en la promocin de

    la adhesin de los ciudadanos a una cultura ciudadana basada en el respeto a la

    ley, a los dems y a unas normas bsicas de comportamiento.

    En este contexto, la Ley 27933, que crea el Sistema Nacional de

    Seguridad Ciudadana (SINASEC), considera que la seguridad ciudadana es la

    accin integrada que desarrolla el Estado, con la colaboracin de la ciudadana,

    para asegurar la convivencia pacfica, la erradicacin de la violencia y la

    utilizacin pacfica de las vas y espacios pblicos, as como para contribuir a la

    prevencin de la comisin de delitos y faltas. Con mayor detalle, el reglamento

    del SINASEC, aprobado mediante Decreto Supremo 012-2003-IN, precisa

    que su orientacin final es la proteccin del libre ejercicio de los derechos y

    libertades, adems de garantizar la seguridad, la paz, la tranquilidad y el

    cumplimiento y respeto de las garantas individuales y sociales a nivel nacional.

  • 9

    Con posterioridad, la Defensora del Pueblo ha sealado que la seguridad

    ciudadana no constituye en s misma un derecho de naturaleza constitucional o

    legal, pero s un bien jurdico protegido, en tanto conjunto de acciones

    destinadas a preservar otros valores jurdicamente tutelados por nuestro

    ordenamiento, adems de los derechos constitucionales a la vida, a la integridad

    y a la propiedad, entre otros, como la tranquilidad pblica o la paz social, el uso

    pacfico de los espacios y vas pblicos, etctera. En el mismo sentido se ha

    pronunciado el Tribunal Constitucional, al considerar que la seguridad

    ciudadana est referida a un conjunto de acciones orientadas a salvaguardar

    el desarrollo de la vida comunitaria dentro de un contexto de paz, tranquilidad

    y orden, consolidando una situacin de convivencia con normalidad, es decir,

    preservando cualquier peligro o amenaza para los derechos y bienes esenciales

    para la vida comunitaria.

    B. Corrupcin y seguridad ciudadana

    Desde una perspectiva histrica, el Per ha sido profundamente afectado por

    una corrupcin administrativa y estatal, que puede medirse desde las

    decadencias del periodo colonial hasta nuestros das, lo que ha limitado el

    desarrollo y el progreso del pas. Si bien no existe un concepto bien definido

    de corrupcin, se puede entender como prctica corruptiva el acto de ofrecer,

    dar, recibir o solicitar, de manera directa o indirecta, cualquier cosa de

    valor para influir en las acciones de la otra parte. Por su parte, el Plan Nacional

    de Lucha contra la Corrupcin 2012-2016 define la corrupcin como el

    uso indebido del poder para la obtencin de un beneficio irregular, de carcter

    econmico o no, a travs de la violacin de un deber de cumplimiento, en

    desmedro de la legitimidad de la autoridad y de los derechos fundamentales de

    la persona.

    En el transcurso del tiempo, se ha comprobado que la corrupcin afecta de

    manera negativa el desarrollo econmico, la distribucin del ingreso, la

    legitimidad del sistema poltico la viabilidad del Estado y el grado de

    criminalidad; en otras palabras, afecta la gobernabilidad democrtica. En este

    Plan, interesa destacar la relacin que existe entre la corrupcin y la seguridad

  • 10

    ciudadana: a mayor corrupcin, menor seguridad ciudadana.

    Los resultados de diversas investigaciones han demostrado que, en varios pases

    de la regin, la corrupcin y la impunidad han permitido a organizaciones

    criminales desarrollar y establecer verdaderas estructuras de poder paralelas.

    En ese sentido, la corrupcin de funcionarios pblicos es, con frecuencia, un

    producto de la delincuencia organizada. Los individuos que participan en

    actividades ilcitas graves y rentables invariablemente cuentan en algn

    momento con el apoyo de funcionarios pblicos corruptos. Tan estrecha es la

    relacin entre corrupcin y seguridad que se llega afirmar que la corrupcin es

    necesaria para el funcionamiento de la delincuencia organizada, y que la

    capacidad de los grupos delictivos organizados para crecer y tener xito

    depende en gran medida de las relaciones que establezcan con funcionarios

    corruptos.

    Asimismo, se ha constatado la influencia de la corrupcin en las entidades

    participantes de la seguridad ciudadana y sus diversas manifestaciones,

    dependiendo del actor de que se trate. En el caso de la Polica, son tres los

    principales niveles de corrupcin. El primero corresponde al rea administrativa

    e incluye los oscuros manejos de recursos humanos y econmicos. El segundo

    es el nivel operativo, aquel relacionado con la prestacin de servicios de la

    Polica y donde determinadas unidades policiales tienen un amplio margen de

    maniobra para protagonizar actos de corrupcin. Y el tercer nivel es el mbito

    poltico, el cual abarca el intercambio de privilegios, prebendas y prerrogativas

    gubernamentales a cambio de proteccin y mal entendida lealtad policial.

    Por diversas razones, la corrupcin operativa tambin tiene efectos

    devastadores, como la administrativa. Primero, porque si el servicio pblico

    tiene un precio, se vulnera su carcter universal y gratuito; se generan barreras

    para el acceso a la justicia, que afectan a los ms pobres; y se hace tabla rasa de

    la imparcialidad de los funcionarios pblicos, socavando su legitimidad.

    Segundo, la vulnerabilidad a la corrupcin destruye, en el proceso, el principio

    de legalidad y el respeto a los derechos humanos, que son los pilares del Estado

    de derecho, y ata de manos a las instituciones del sistema para hacer cumplir la

    ley, que es su razn de ser.

  • 11

    Con frecuencia, la corrupcin administrativa y la operativa en forma

    extendida prosperan y se consolidan cuando son, por lo menos, toleradas

    por las autoridades polticas, que no hacen uso de su autoridad para ponerles

    freno.

    Como resulta obvio, las polticas pblicas estn reidas con la corrupcin, pues

    su propsito es obtener el mayor bienestar colectivo posible, mientras que el de

    la corrupcin es obtener el mayor beneficio del corrupto y del corruptor. Existe,

    adems, una segunda incompatibilidad, que se deriva de las funciones

    esenciales de la poltica de seguridad ciudadana, que es la de aplicar la ley, as

    como prevenir y combatir el delito.

    Por otro lado, existen cuatro elementos que contribuyen a crear oportunidades

    para las distintas formas de corrupcin, a saber: la existencia de un poder

    monoplico, una alta discrecionalidad de quien lo ostenta, la falta de

    transparencia en el proceso de toma de decisiones y la ausencia de mecanismos

    de rendicin de cuentas.

    En la reciente encuesta nacional sobre percepciones de la corrupcin en el Per,

    que publica Protica en julio de 2012, en el captulo peruano de Transparencia

    Internacional, la corrupcin es percibida como el segundo problema nacional

    ms importante, solo superado por el problema de la delincuencia. En esa

    encuesta, el Poder Judicial y la Polica Nacional, junto con el Congreso,

    aparecen como las instituciones ms corruptas y las menos confiables para

    enfrentar el fenmeno. Por otro lado, llama la atencin la tolerancia que los

    ciudadanos muestran hacia las situaciones de corrupcin, que son rechazadas

    solo por uno de cada tres encuestados.

    Al respecto, el Plan Nacional de Lucha contra la Corrupcin 2012-2016

    sostiene que la lucha contra la corrupcin implica, por lo menos, dos

    enfoques complementarios.

    Uno de los enfoques se concentra en el combate frente a los actos de corrupcin

    realizados y el otro enfoque pone el nfasis en acciones preventivas de

  • 12

    los posibles actos de corrupcin que se puedan cometer.

    En tanto la

    corrupcin espera mayores ganancias frente a los posibles riesgos de detencin

    y castigo, las medidas de mitigacin consistirn en reducir el nmero de

    transacciones sobre las cuales se dispone una gran discrecionalidad por

    parte de los agentes, reducir el espectro de posibles ganancias,

    incrementar el nmero de controles e incrementar la severidad de los

    mecanismos punitivos.

    Es en este contexto que el sector Interior, en el marco de la Ley N 29915, que

    delega facultades en materia de reforma de la legislacin orientada al

    fortalecimiento del sector Interior, ha emitido una serie de medidas para

    promover la rendicin de cuentas y enfrentar la corrupcin desde las mismas

    instituciones que conforman el sector.

    Una de ellas est constituida por la Ley de Organizacin y Funciones del

    Ministerio del Interior, que crea el rgano de Inspectora General como aquel

    encargado de las funciones de supervisin, investigacin y control previo

    de los asuntos disciplinarios policiales y de los organismos del sector Interior.

    Dentro de su estructura orgnica, cuenta con un Tribunal de Disciplina Policial

    como ltima instancia administrativa en el procedimiento administrativo

    disciplinario policial por infracciones muy graves. El tribunal se encuentra

    conformado por civiles, quienes, al no encontrarse vinculados a la institucin,

    podrn realizar un anlisis objetivo de los casos de corrupcin policial.

    Tambin el rgano de Inspectora General tiene la capacidad para disponer

    investigaciones extraordinarias a nivel del sector, imponer sanciones y proponer

    polticas y estrategias orientadas al fomento de la tica, la transparencia

    y la lucha contra la corrupcin. Otra norma, que acompaa y

    complementa la anterior, es el DecretoLegislativo que regula el Rgimen

    Disciplinario de la Polica Nacional del Per, y establece la creacin del

    Sistema Disciplinario Policial definiendo a este sistema como el conjunto de

    rganos de la Polica Nacional del Per y del Ministerio del Interior que

    actan integrados en materia de fiscalizacin, evaluacin, investigacin y

    sancin disciplinaria. Tiene como rgano Rector a la Inspectora General del

    sector Interior.

  • 13

    Habra que precisar que, en esta nueva configuracin institucional del sector

    Interior, se constituyen como pliegos u organismos importantes la

    Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas,

    Municiones y Explosivos de Uso Civil (SUCAMEC) y la Superintendencia

    Nacional de Migraciones (MIGRACIONES). En los reglamentos de

    organizacin y funciones (ROF) de la SUCAMEC y de MIGRACIONES ha

    creado la Oficina de Fortalecimiento tico y Lucha Contra la Corrupcin, que

    es la encargada de conducir las acciones institucionales en materia de poltica

    anticorrupcin, bajo un enfoque preventivo y de combate, as como los temas

    de supervisin y asuntos internos.

    La Oficina de Fortalecimiento tico y Lucha Contra la Corrupcin se encuentra

    estructuralmente en la Alta Direccin para darle la importancia y relevancia

    requeridas en pro de la lucha contra la corrupcin. Asimismo, en el marco de la

    reforma de la Polica Nacional del Per, se ha institucionalizado el mecanismo

    de la rendicin de cuentas, tal como se precisa en el Decreto Legislativo N

    1148, Ley de la Polica Nacional del Per, con el fin de asegurar la funcin

    policial.

  • 14

    1. Enfoque integral de la poltica de seguridad ciudadana

    La perspectiva aqu asumida concibe a la seguridad ciudadana como un

    fenmeno social complejo, multidimensional y multi causal, en el que

    intervienen un conjunto de actores pblicos y privados, la sociedad civil

    organizada y ciudadanos. De ah que, para resolver este problema, se

    requiere el diseo de una poltica pblica de carcter integral y sistmico con

    una perspectiva de corto, mediano y largo plazo.

    Uno de los instrumentos ms utilizados para el estudio y visualizacin de la

    conformacin global de la poltica pblica es el esquema conceptual de las

    fases: identificacin de problemas, formulacin de la poltica, decisin,

    implementacin y evaluacin.

    Sobre la base de esta secuencia de etapas, se debe abordar el diseo de la

    poltica pblica de seguridad ciudadana desde una perspectiva multisectorial

    e intergubernamental, con una efectiva participacin ciudadana, del sector

    privado y de los medios de comunicacin. Esta poltica debe ser respaldada

    con normas jurdicas provistas de los recursos humanos y financieros

    necesarios; tambin debe ser materia de comunicacin persuasiva acerca de

    los beneficios que la poltica pblica brinda a los ciudadanos. En esa lnea,

    desde la perspectiva de diversos organismos internacionales, la poltica

    pblica de seguridad ciudadana debe tener las siguientes caractersticas:

    (i) integral, a efectos de abarcar sistemticamente los derechos humanos en

    su conjunto; (ii) intersectorial e intergubernamental, para comprometer la

    participacin de los diferentes actores estatales en los distintos niveles de

    gobierno; (iii) participativa, por la intervencin permanente de la poblacin

    involucrada y por favorecer la democratizacin de la sociedad; y (iv)

    universal, debido a su cobertura general, sin exclusiones ni discriminaciones

    de ningn tipo.

    No obstante lo anterior, toda poltica debe asegurar una adecuada

    implementacin, monitoreo y evaluacin, a fin de verificar el cumplimiento

    de las actividades, metas y objetivos establecidos en ella. De la experiencia

    internacional, se puede apreciar que existen cinco elementos que los pases

  • 15

    deben considerar en la implementacin de sus polticas de seguridad

    ciudadana. Uno: que la proteccin de los ciudadanos debe darse en el

    marco de la Constitucin y las leyes. Dos: que no debe limitarse

    exclusivamente a la lucha contra la delincuencia, sino en crear un

    ambiente propicio y adecuado para la convivencia pacfica de las

    personas. Tres: que sobrepasa la accin policial y, por tanto, demanda la

    participacin coordinada de todas las instituciones pblicas y privadas.

    Cuatro: que la Polica, como uno de los actores fundamentales, debe

    definir un nuevo perfil, orientado a la comunidad antes que hacia el

    Estado. Cinco: que debe ponerse mayor nfasis en el desarrollo de

    acciones preventivas.

    Desde la perspectiva de los organismos multilaterales, la poltica pblica de

    seguridad ciudadana debe proveer a los ciudadanos, por lo menos, cuatro

    servicios esenciales, a saber: (i) la prevencin de la violencia y el

    delito, (ii) el control y la persecucin del delito, (iii) la rehabilitacin y

    reinsercin social, y (iv) la atencin a las vctimas.

    De manera complementaria, pero no por ello menos importante, se debe

    resaltar los procesos de monitoreo y evaluacin de las polticas y programas

    de seguridad ciudadana. Se debe entender la evaluacin como la aplicacin

    sistemtica de procedimientos para valorar el diseo y la implementacin

    de los programas de intervencin, a travs del cumplimiento de los

    objetivos y resultados alcanzados, con el fin de valorar y perfeccionar las

    polticas y los programas pblicos, dado que, desde un punto de vista

    racional, cabra suponer que, tras la evaluacin, se debe optar por la

    continuidad, la redefinicin o cese de una poltica o programa pblico de

    seguridad ciudadana. El Grfico N 2 sintetiza la provisin de servicios de

    seguridad ciudadana en el marco de la poltica pblica.

  • 16

    A continuacin, en el Grfico N 3, se registran las instituciones encargadas

    de proveer los distintos servicios de seguridad ciudadana en el pas, tanto los

    esenciales como los de apoyo o transversales a toda poltica pblica.

  • 17

    Grfico N 3:

    Instituciones dedicadas a prestar Servicios de Seguridad Ciudadana

  • 18

    II. DIAGNSTICO DE LA INSEGURIDAD, LA VIOLENCIA Y EL DELITO EN EL PER

    Para empezar realizaremos un diagnstico integral de la inseguridad, la

    violencia y el delito en el Per. El diagnstico debe dar cuenta de

    la situacin actual de la problemtica, y debe explicar las causas y los

    problemas y efectos que la inseguridad, la violencia y el delito traen al

    Per.

    A. Situacin actual

    Existen mltiples indicadores para medir la situacin de inseguridad, la

    violencia y el delito en un determinado territorio. Los ms importantes

    son los homicidios, la victimizacin, la percepcin de inseguridad, la

    confianza en las instituciones y la situacin del sistema penitenciario.

    B. Homicidios

    Los homicidios constituyen la forma ms extrema de violencia en una

    sociedad, aquella que se ejerce de manera intencional para quitar la vida a

    otra persona. Para facilitar su comparacin, los homicidios se presentan en

    funcin de una tasa por 100 mil habitantes.

    La tasa de homicidios por 100 mil habitantes en el Per no es muy

    alta si se compara con la de otros pases de las Amricas, que resulta

    siendo la segunda ms violenta del mundo despus del frica. En efecto,

    la tasa en el Per se ubica entre las ms bajas de la regin, solo por

    encima de Hait, Uruguay, Argentina, Estados Unidos, Chile y

    Canad, y muy lejos de los pases del Tringulo del Norte

    Centroamericano (Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador) y

    Venezuela, los ms violentos. Esta informacin se puede apreciar en el

    Grfico N 4.

  • 19

    Grfico N 04

    Segn el observatorio de la Seguridad de la OEA (Alertamerica), la tasa de

    homicidios por cada 100 mil habitantes durante el ao 2012 fue de 9.40 para

    el Per; si bien es cierto la tasa se ha reducido a partir del ao 2008, aun no

    se encuentra lo suficientemente baja.

  • 20

    Grfico N 05: Homicidios Tasa Judicial

    Per 2000 - 2012

    Fuente: Alerta amrica : Observatorio Hemisfrico de Seguridad de la OEA

    Segn las estadsticas policiales, entre los aos 2010 al 2011, la tasa de

    homicidios en la Regin Arequipa sufri un incremento considerable

    (39.14%) por cada 100,000 habitantes, en tanto que entre el 2011 al 2013 se

    mantiene relativamente estable, vase el Grfico N 6.

    Grfico N 06

    Tasa de homicidios por cada 100 mil hab.

    Regin Arequipa 2010-2013

    9

    23

    23

    23

    0 5 10 15 20 25

    2010

    2011

    2012

    2013

    TASA DE HOMICIDIOS POR CADA 100000 HAB. REGION AREQUIPA 2010-2013

  • 21

    A lo largo del ao 2012, la provincia con la mayor tasa de delitos de

    homicidio en la Regin Arequipa corresponde a Caylloma (0.35); seguida

    de Castilla (0.26), Islay (0.19) y Arequipa Provincia (0.17) como se

    observa en el grfico N 7.

    Grfico N 07

    Tasa de homicidios por cada 10 mil hab.

    Provincias Regin Arequipa - 2013

    C. Victimizacin

    La victimizacin es el indicador ms til para medir la magnitud de la

    ocurrencia real de hechos delictivos, de violencia o de despojo, especialmente

    aquellos de naturaleza patrimonial. Se mide a travs de las estadsticas oficiales

    y de las encuestas de opinin pblica. La ventaja de estas ltimas radica en que

    no todos los delitos son denunciados ante las autoridades. En todo caso,

    es siempre aconsejable complementar el anlisis con ambas fuentes de

    informacin.

    Durante el pasado ao 2013 se tuvo la tasa de denuncias de delitos presentadas

    0

    0

    0

    0

    0,17

    0,19

    0,26

    0,35

    0 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25 0,3 0,35 0,4

    CAMANA

    CARAVELI

    CONDESUYOS

    LA UNION

    AREQUIPA

    ISLAY

    CASTILLA

    CAYLLOMA

    CAMANA

    CARAVELI

    CONDESUYOS

    LA UNION

    AREQUIPA

    ISLAY

    CASTILLA

    CAYLLOMA

    Fuente: PNP.

    Para el presente cuadro y los siguientes se ha tomado como referencia estadstica (universo - muestra) los estndares internacionales

    (100,000 o 10,000=1)

  • 22

    por el pblico ante la Polica por 100 mil habitantes ms alta de los ltimos

    cuatro aos (1111). Se debe significar que la recuperacin de estos datos,

    corresponde principalmente a la participacin activa de la PNP y el Ministerio

    Publico al intervenir a personas en la Comisin del Delito de Peligro Comn; la

    misma que desde el ao 2010 al 2013 ha tenido un significativo aumento.

    Bajo la categora de delitos totales estn comprendidos los delitos contra la vida,

    el cuerpo y la salud; contra el patrimonio, contra la seguridad pblica; la

    persona; etc.

    Grfico N 08

    Tasa de delitos totales por cada 100 mil habitantes

    Regin Arequipa

    Fuente: PNP

    Despus de llegar a una tasa por 100 mil habitantes de 933 durante el

    ao 2010, las denuncias de faltas ante la Polica se incrementaron en

    19,07% en el periodo inter censal 2010 - 2013.

    800 850 900 950 1000 1050 1100 1150

    2010

    2011

    2012

    2013

    933

    958

    1027

    1111

    TASA DE DELITOS TOTALES POR CADA 100000 HAB. REGION AREQUIPA 2010 -2013

  • 23

    Grfico N 09

    Tasa de Faltas por cada 100 mil habitantes

    ENERO NOVIEMBRE

    Regin Arequipa 2010-2012

    El decremento de las denuncias por faltas entre 2012 y 2013 tendra

    relacin con el registro, por parte de la Polica, de las denuncias por

    violencia familiar en esa categora. En mayo de 2012, se modific el

    monto mnimo para que un hurto constituya delito, reducindose el valor

    del bien sustrado de cuatro remuneraciones mnimas vitales a una sola.

    Ello explicara, por un lado, la cada de las denuncias por faltas y,

    por otro, el incremento de las denuncias de delitos los ltimos aos.

    El anlisis estadstico de los cuatro aos nos arroja que aunque

    aparentemente las cifras parecen estables, hay un crecimiento que se

    multiplica anualmente en un promedio de 25%, lo que demuestra que el

    ndice de faltas configura uno de los factores que mayor incidencia tiene

    en el estado de inseguridad que percibe la poblacin Arequipea.

    El Barmetro de las Amricas, por su parte, registra que en el 2012 el

    Per y Ecuador fueron los pases con mayor victimizacin personal

    en la regin, con un 28.1 % de personas que afirmaron haber sido

    vctimas de un delito durante los ltimos doce meses seguidos muy de

    cerca por Bolivia (27.6 %). Entre los menos victimizados, se encuentran

    0 500 1000 1500 2000 2500

    2010

    2011

    2012

    2013

    1026

    1198

    2020

    1315

    TASA DE FALTAS POR CADA 100000 HAB. REGION AREQUIPA 2010-2013

  • 24

    Panam, Guyana y Jamaica, con menos del 10 % de victimizados. Cabe

    precisar que, durante los aos 2006 y 2010, el Per tambin se ubic

    como el pas ms victimizado, y el 2008 como el segundo, solo superado

    por Argentina.

    Grfico N 10

    Porcentaje de victimizacin personal en las Amricas durante 2012

    Por su parte, la ltima Encuesta Nacional de Programas Estratgicos

    (ENAPRES), aplicado por el Gobierno del Per a travs del Instituto

    Nacional de Estadstica e Informtica (INEI), da cuenta de que la

    victimizacin personal fue del 36.6% el 2012. Las estadsticas sobre

    victimizacin al ao 2013 sealan que en el semestre comprendido entre

    abril y setiembre, alcanzan el 39.3%, el porcentaje ms alto de

    victimizacin en los ltimos aos.

  • 25

    Grfico N 11

    Poblacin vctima de algn hecho delictivo (porcentaje)

    (Marzo Agosto 2012/ Abril Septiembre 2013)

    El 2012 el ranking de victimizacin personal de la ENAPRES, (Grfico N

    13) fue encabezado por las regiones del Cusco (45.5 %), Puno (42.0 %),

    Apurmac (41.4 %), Tacna (41.2 %) y Lima (40.0 %). En el otro extremo,

    se ubicaron Amazonas (20.0 %), San Martn (20.1 %), Cajamarca (25.6

    %), Lambayeque (27.8 %), Ica (28.8 %), Ayacucho (29.3 %) y Loreto

    (29.4 %).

  • 26

    Grfico N 12

    Porcentaje de Victimizacin personal en las Regiones del Per

    La ENAPRES tambin muestra que, durante 2012, ms de la mitad de las

    vctimas (53.7 %) lo fue de dos o ms hechos delictivos y que solo

    el 13.0 % de las vctimas formul la correspondiente denuncia.

    Peor

    an, apenas el 6.5 % de las vctimas que denunciaron el hecho afirman

    que obtuvieron resultados positivos, como la detencin del delincuente o

    la recuperacin de los bienes sustrados La poca denuncia, sostiene Rico,

    depende principalmente de las facilidades para la denuncia,

    procedimientos breves, elevada moral y prctica de virtudes cvicas,

    gravedad del acto, confianza en la competencia y rectitud de la Polica,

    alarma y reaccin ante el crimen, presiones de los medios de

    informacin, amplia aceptacin de las leyes penales, certidumbre de la no

    impunidad, urgente indemnizacin econmica, mayor actividad del

  • 27

    Ministerio Pblico, naturaleza de los intereses jurdicos vulnerados o

    amenazados, y condicin social de la vctima.

    En relacin con los delitos ms recurrentes en la Regin Arequipa, la

    estadstica policial registra que, entre el 2010 y 2013, dos de cada tres

    denuncias (65.1 %) fueron sobre asuntos de carcter patrimonial,

    especialmente los hurtos despojo sin violencia ni amenaza y los robos

    despojo con violencia o amenaza sobre la persona. Las lesiones

    representaron el segundo delito ms extendido (10.7 %), seguidas del trfico

    ilcito de drogas (4.0 %), las violaciones sexuales (3.9 %) y los homicidios (1.5

    %). El Ministerio del Interior y el Observatorio de la Criminalidad del

    Ministerio Pblico han determinado que los robos, los hurtos, las lesiones, los

    homicidios y la violacin sexual son los que generan la mayor inseguridad

    ciudadana

    Cuadro N 01

    Entre los delitos patrimoniales, llama la atencin el incremento del peso

    relativo de los robos frente a los hurtos. Mientras que estos ltimos se

    mantuvieron estables, pasando del 47.0 % el 2000 al 45.5 % el 2012, los

    robos tuvieron un crecimiento importante, del 34.8 % al 45.6 %, lo que da

    cuenta de un incremento no desdeable de la violencia en el contexto de la

    comisin de esta conducta.

    De acuerdo con las estadsticas policiales y del Observatorio de la

    Criminalidad del Ministerio Pblico, las mayores tasas de robo en el pas

  • 28

    en la ltima dcada se presentaron en la costa. Segn la Polica (Grfico

    N 14), el ao 2012, las tasas se incrementaron especialmente en Tumbes,

    Lima, Callao e Ica, mientras que el Ministerio Pblico (Grfico N 15)

    aade Arequipa y Piura.

  • 29

  • 30

    La costa, segn la Polica Nacional del Per, es la zona que presenta las

    mayores tasas de hurtos. El ltimo ao el problema se acentu en Lima,

    Tumbes y Callao, as como en el oriente del pas, especialmente en

    Madre de Dios (Grfico N 17). El Ministerio Pblico, cuando reporta la

    evolucin del hurto por distrito fiscal, registra al ao 2012 las tasas ms

    altas en Madre de Dios, Lima, Caete, Ica, Arequipa, Moquegua y

    Tacna.

  • 31

    Gr

    fico

    N

    14

  • 32

    La Regin Arequipa socioeconmicamente se caracteriza por un

    desarrollo industrial, minero, agropecuario y turstico desigual, como

    tambin sus concentraciones demogrficas y de servicios, una capacidad

    de atraccin migrante y de subempleo que conflictivizan muchas

    relaciones sociales y polticas; de igual modo, esto condiciona las

    manifestaciones locales y tipificacin del delito e inseguridad ciudadana

    en toda la regin. As por ejemplo en el grfico mostrado a continuacin

    se observa lo siguiente:

    Grfico N 15

    Tasa de delitos por cada 10, 000 hab.

    Regin Arequipa 2013

    Como se aprecia, durante el ao 2013 la provincia de Arequipa, con la

    mayor poblacin de las provincias de la Regin ha concentrado la mayor

    cantidad de delitos totales.

    La razn puede hallarse en el crecimiento econmico, social y

    demogrfico de la poblacin arequipea en los ltimos aos.

    D. Percepcin de inseguridad

    Una de las formas de medir la percepcin de inseguridad es consultando a las

    personas sobre el temor que sienten frente a la posibilidad de ser vctimas de un

    17

    39

    42

    53

    62

    71

    95

    128

    0 20 40 60 80 100 120 140

    CONDESUYOS

    LA UNION

    CASTILLA

    CAYLLOMA

    CARAVELI

    CAMANA

    ISLAY

    AREQUIPA

    TASA DE DELITOS TOTALES POR CADA 10,000 HAB. PROVINCIAS REGION AREQUIPA 2013

  • 33

    delito en el futuro. Al respecto, el Barmetro de las Amricas da cuenta que en

    esta materia el Per ha expresado una mejora en los ltimos aos, pasando

    de un 60.0 % el 2006 al 48.6 % el 2012.

    Grfico N 16

    Porcentaje de percepcin de inseguridad en el Per

    2006-2012

    Fuente: Barmetro de las Amricas.

    Sin embargo segn las encuestas realizadas por el Latino barmetro en el

    ao 2013, la mayora de pases de Amrica Latina seala como principal

    problema en su estado a la delincuencia.

    Grfico N 17:

    Problema ms Importante del Pas

    Amrica Latina 2013

  • 34

    En el ao 2011 el Per estaba dentro de los once pases que consideraban

    a la delincuencia como su principal problema, el ao 2013 el Per fue el

    tercer pas en reafirmar a este como principal problema.

    Grfico N 18

    Problemas ms importantes del pas

    Pases de Amrica Latina 2013

    Las percepciones ciudadanas tambin dan cuenta de una creciente

    preocupacin respecto a la delincuencia. Segn Pro tica, en el 2002, la

    delincuencia constitua el tercer problema ms importante del pas, solo

    despus del desempleo y la pobreza, mientras que el 2012 era, de lejos, el

    primero, lo que se mantiene hasta la actualidad.

  • 35

    Grfico N 19

    Problemas ms importantes del Per (%)

    2002-2012

    E. Confianza en las instituciones

    La evaluacin de las instituciones, tambin llamada segurabilidad, hace

    referencia a la confianza ciudadana en que los delitos sean prevenidos o,

    en caso ocurran, se investiguen y sancionen. Esto se realiza consultando la

    opinin de los ciudadanos sobre la confianza en el desempeo de las

    instituciones de seguridad y justicia.

    La ltima encuesta de Ciudad Nuestra del ao 2012 da cuenta de una

    importante mejora de la confianza ciudadana en los serenazgos y, en

    menor medida, en la Polica en relacin con el ao anterior. En efecto,

    la opinin favorable de los primeros pas del 29.5% al 34.4 %,

    mientras que la evaluacin del trabajo policial pas del 28.1 % al 30.8

    %.

    Sin embargo, una reciente encuesta de Ipsos Apoyo (2013) registra una

    mejora sustantiva en la evaluacin del nivel de confianza en la prevencin

    de los delitos de la Polica cuando se compara con el serenazgo; se

    otorga a la Polica Nacional un 43% de nivel de confianza versus el 23 %

  • 36

    del serenazgo.

    En el contexto actual, los niveles de confianza en las Policas

    latinoamericanas son, en general, bajos. El 2011, el Latinobarmetro

    ubic al Per (30.0 %) tres puntos porcentuales por debajo del promedio

    en Amrica Latina (33.0 %), lejos de las mejor evaluadas, como las de

    Uruguay, Chile, Nicaragua y Colombia. Las peor evaluadas fueron

    Guatemala, Repblica Dominicana, Mxico y Honduras.

    Grfico N 20

    Porcentaje de confianza en las Policas en Amrica Latina 2011

    Fuente: Latino barmetro.

    La corrupcin es percibida como el principal problema que enfrentan la

    Polica y el Poder Judicial. Las encuestas nacionales sobre percepciones

    de la corrupcin en el Per, llevadas a cabo cada ao por Protica,

    corroboran la gravedad del problema. Aunque la corrupcin alcanza a

    todas las instituciones pblicas, el Poder Judicial, la Polica y el

  • 37

    Congreso aparecen como las ms vulnerables a esta y, a su vez, como las

    menos confiables para combatirla.

    El sistema de justicia penal en general tambin tiene una responsabilidad

    fundamental en las polticas de seguridad ciudadana, pues le

    corresponde investigar y condenar a quienes han cometido un delito. Si

    no cumple, habr impunidad, lo que, a su vez, alienta la actividad

    delictiva. De acuerdo con el Latinobarmetro, la satisfaccin con el

    sistema judicial peruano fue, en el 2011, la ms baja de toda Amrica

    Latina.

    Grfico N 21

    Instituciones percibidas como ms corruptas en el Per 2012

    Fuente: Protica (2012). VII Encuesta nacional sobre percepciones de la corrupcin en el Per 2012. Lima,

    p. 51.

    F. Situacin del Sistema Penitenciario Regional

    La poblacin del Sistema Penitenciario Nacional est compuesta por las

    personas procesadas con medidas de detencin y las sentenciadas a pena

    privativa de libertad que se encuentran en los establecimientos

  • 38

    penitenciarios, as como por las que han sido liberadas con beneficios

    penitenciarios de semi libertad o liberacin condicional y quienes estn

    sentenciadas a penas limitativas de derechos. A diciembre de 2012, la

    poblacin total fue de 82,611 personas, de las cuales 61,390 estaban

    privadas de libertad (74.3 %) y 21,221 en los establecimientos de medio

    libre (25.7 %).

    En la regin Arequipa existen los penales de Socabaya (Varones y

    mujeres) y el de Caman, actualmente la poblacin penal es de 1965

    personas, de las cuales 1692 estn privadas de su libertad (87%), y en

    establecimientos de medio libre 273 (13%).

    Cuadro N02

    Poblacin del Sistema Penitenciario en la regin Arequipa

    Poblacin total del Sistema Penitenciario en la regin Arequipa

    setiembre 2013

    1945

    Establecimientos

    penitenciarios

    (Intramuros)

    1692

    Establecimientos de Medio

    Libre

    (Extramuros)

    273 Procesados

    416

    Sentenciados

    1276

    Asistencia post

    penitenciaria

    253

    Penas limitativas

    de derechos

    20

    A diciembre de 2012, las ocho regiones en que est organizado el Instituto

    Nacional Penitenciario (INPE) se encontraban sobrepobladas. La que tiene

    mayor porcentaje de sobrepoblacin es, de lejos, la regin Centro (189.0

    %), aunque en trminos absolutos el principal problema se encuentra en

    Lima, donde hay un exceso de 18,532 internos. Si bien en esta ltima

    regin los porcentajes ms altos se encuentran en los establecimientos

    penitenciarios de Huaral (453.0 %) y Callao (417.0 %), contina

    siendo preocupante la situacin de Lurigancho, con un exceso de ms de

    5000 internos.

  • 39

    La misma situacin se presenta en los penales de Socabaya (varones), con

    una sobrepoblacin de 231%, en mujeres 155.8% y en Caman 232%,

    hecho preocupante desde el ao 2010.

    Existe, pues, una brecha significativa entre la capacidad de albergue y la

    poblacin privada de libertad que origina un grave problema de

    sobrepoblacin, que lleg en la actualidad al 200%,vale decir, ah donde

    deberan alojarse 10 internos hay 20.

    G. Causas multidimensionales

    Si bien no existe una condicin necesaria o suficiente para explicar la

    violencia y el delito, s se pueden identificar factores que aumentan el

    riesgo o agravan la vulnerabilidad de las sociedades. El Programa de las

    Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) identifica como factores la

    abundancia de hombres marginalizados y la urbanizacin desordenada

    (factores demogrficos); familias disfuncionales; desempleo; las nuevas

    oportunidades y tecnologas para el crimen, la pobreza y la

    desigualdad (factores econmicos); la escasa legitimidad del Estado

    y los conflictos armados (factores polticos); los usos sociales que

    implican el consumo de drogas y alcohol, as como el porte de armas; las

    pautas culturales que toleran la violencia; y la ineficacia e ineficiencia de

    las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia.

    La Secretara Tcnica del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana

    (CONASEC), por su parte, ha priorizado seis causas directas de la

    violencia y el delito, que se interrelacionan entre s, a saber, los

    factores de riesgo social que propician comportamientos delictivos;

    los escasos espacios pblicos seguros como lugares de encuentro

    ciudadano; la dbil participacin de los ciudadanos, la sociedad civil, el

    sector privado y los medios de comunicacin social en la seguridad

    ciudadana; la baja calidad y cobertura del servicio policial; la deficiente

    calidad y acceso a los servicios de justicia; y, en general, la dbil

    institucionalidad del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana

  • 40

    (SINASEC).

    H. Factores de riesgo social que propician comportamientos delictivos

    Entre los primeros factores de riesgo social, se precisan los altos

    niveles de violencia contra las mujeres, los nios y adolescentes, el

    consumo de alcohol y drogas, las reducidas capacidades sociales y

    laborales de los jvenes en riesgo, el abandono de las nias, nios y

    adolescentes, y la carencia de cuidados parentales.

    Las Encuestas Demogrficas y de Salud Familiar (ENDES), que aplica

    el Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI), dan cuenta de

    que, entre los aos 2000 y 2011, el 40 % de las mujeres entre 15 y 49

    aos de edad alguna vez habran sufrido violencia fsica y sexual por

    parte de su esposo o compaero en alguna oportunidad. Ese porcentaje de

    violencia familiar contra las mujeres, as como la ejercida contra los

    nios y los ancianos en nuestro pas, son superiores al promedio

    latinoamericano. En efecto, el Latinobarmetro coloca al Per como el

    octavo pas con mayor violencia familiar contra esos grupos vulnerables

    entre 18 pases de la regin.

    Cuando se indaga por los hechos ocurridos durante el ltimo ao, ENDES

    identifica que el 14 % de las mujeres de 15 a 49 aos alguna vez

    manifest haber sufrido violencia fsica y sexual por parte de su cnyuge

    o compaero en este perodo. En el 2011, el ranking fue encabezado por

    Cusco (21.4 %), Junn (21.2 %), Loreto (18.4 %) y Apurmac (17.6 %).

    En el otro extremo, se ubican La Libertad (5.9 %), Lambayeque (8.8

    %), Cajamarca (9.4 %), Huancavelica (9.6 %) y Hunuco (10.4 %). Por su

    parte, el grupo ms vulnerable fue constituido por las mujeres entre los

    20 y 24 aos (20.4 %), seguido por las que tenan entre 15 y 19 aos

    (18.3 %). Tambin cabe precisar que el rea urbana (14.1 %) tuvo mayor

    incidencia en esa forma de violencia que el rea rural (12.4%). Las

  • 41

    vctimas declararon que las formas ms extendidas de violencia fueron

    que su agresor la empuj, sacudi o tir algo (10.5 %), que la abofete o

    retorci el brazo (7.3%)y que la golpe con el puo o algo que la poda

    daar (6 %).

    Grfico N 22

    El costo social del abuso en el consumo de drogas tambin est vinculado

    a hechos de violencia domstica y a hechos delictivos causados por el

    efecto y por la necesidad del adicto de procurarse drogas. En el mismo

    sentido, Masas sostiene que tres formas de violencia se derivan de las

  • 42

    drogas. La primera es la psicofarmacolgica, ocasionada por las

    alteraciones emocionales y cognitivas que produce el consumo, y que

    puede llevar al ejercicio de la violencia contra otras personas o

    contra el propio consumidor; en este ltimo caso, el de la violencia

    auto-infligida, el dao se puede traducir no solo en lesiones, sino tambin

    en accidentes por sobredosis, intoxicacin aguda e, incluso, suicidio.

    La segunda forma es la econmico-compulsiva, que lleva al consumidor a

    asumir comportamientos delictivos para financiar su consumo. Por

    ltimo, tercera forma de violencia es aquella vinculada al trfico ilcito y

    al ejercicio de la fuerza que este conlleva para hacer valer los acuerdos o

    para proteger y ampliar mercados.

    Los estudios epidemiolgicos realizados por la Comisin Nacional para

    el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA) miden la prevalencia del

    consumo de drogas, es decir, el porcentaje de personas que declaran

    haber usado una sustancia en un perodo determinado. Tomando como

    base la prevalencia del ltimo ao, los resultados de la encuesta

    aplicada el 2010 dan cuenta de que un poco ms de 180 mil peruanos

    entre los 12 y los 65 aos habran consumido drogas ilegales (1.5 %),

    siendo la marihuana la droga que registr la prevalencia ms alta (1 %),

    seguida de la pasta bsica (0.5 %) y la cocana (0.4 %). Esta prevalencia

    de consumo signific un aumento del 50 % con relacin a la del

    2006. Lima metropolitana es la regin que presenta mayor consumo de

    drogas ilegales (2.1 %); no obstante, el consumo tambin es alto en

    la selva (1.8 %), siendo incluso superior a Comisin Nacional para el

    Desarrollo y Vida sin Drogas, DEVIDA (2012).

  • 43

    Cuadro N 03

    Prevalencia de ao del consumo de drogas en la poblacin de 12 a 65 aos en el Per (%)

    2006-2010

    Tipo de droga Prevalencia de ao

    2006 2010

    Drogas ilegales 1.0 1.5

    Marihuana 0.7 1.0

    Cocana 0.3 0.4

    Pasta bsica de cocana

    0.3 0.5

    Inhalantes 0.0 0.1

    xtasis 0.0 0.0

    Fuente: Comisin Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, DEVIDA. Encuesta Nacional sobre

    Consumo de Drogas en la Poblacin General del Per 2010.

    La encuesta de 2010 identific que la pasta bsica es la droga que tiende

    a producir mayor dependencia en los consumidores (59.6 %); que el

    consumo de los hombres es siete veces mayor que el de las mujeres; y

    que las mayores prevalencias se registran entre los jvenes y los

    adolescentes, as como en la poblacin con educacin secundaria. El

    principal entorno de inicio son los amigos del barrio y, en menor

    medida, los compaeros de estudio (entre 7 y 8 de cada 10

    consumidores). Entre los factores asociados al consumo, se pone nfasis

    en el bajo nivel de integracin familiar, los entornos que no garantizan

    una convivencia y seguridad adecuadas, y los antecedentes de

    consumo y delictivos en la familia o en el grupo de amigos; tambin se

    evidenci que los juegos de azar predisponen al uso de las drogas

    ilegales.

    Si se comparan las prevalencias de consumo de marihuana y cocana

    con las de otros dieciocho pases americanos, nuestro consumo es

    bastante inferior, al igual que el del alcohol. La droga cuyo consumo es

    superior en el Per es la pasta bsica, consumo que solo es superado

    por Chile.

  • 44

    La magnitud del consumo de drogas es uno de los principales indicadores

    que refleja la situacin del fenmeno en determinado grupo poblacional.

    La proporcin de personas en la poblacin que declaran haber hecho uso

    de una droga en un determinado periodo de tiempo es lo que conocemos

    como prevalencia.

    En Arequipa la prevalencia de consumo de drogas en jvenes estudiantes

    de 1 a 5 de secundaria es como se muestra a continuacin:

    Cuadro N 6

    Prevalencia de consumo de drogas

    Escolares de 1 a 5 de secundaria

    Regin Arequipa 2012

    El 51.5% de los estudiantes encuestados ha consumido por lo menos una vez en su

    vida algn tipo de sustancia, el 34% lo hizo en el ltimo ao y el 18.8% en el ltimo

    mes del ao 2012.

  • 45

    Cuadro N 7

    Prevalencia de consumo de drogas segn ao de educacin secundaria

    Regin Arequipa 2012

    La prevalencia de consumo de drogas segn ao de educacin secundaria,

    muestra que la mayor cantidad de jvenes que han consumido drogas en su

    etapa escolar lo hace mayormente en los ltimos aos 4 y 5 de Secundaria.

    Algunos factores podran ser la poca vigilancia de los padres de familia, la

    necesidad de independencia de los jvenes, o la presin grupal.

    Los jvenes consumidores son ms propensos a ser violentos en sus hogares,

    centro de estudios y hasta en la va pblica, se podra decir que existe una

    relacin entre el consumo de sustancias alucingenas y el incremento de la

    violencia en la conducta del joven.

    I. VIOLENCIA FAMILIAR

    "La violencia es una accin ejercida por una o varias personas en donde se somete

    que de manera intencional al maltrato, presin sufrimiento, manipulacin u otra

    accin que atente contra la integridad tanto fsico como psicolgica y moral de

    cualquier persona o grupo de personas" Martin Ibarra.

  • 46

    Durante mucho tiempo nos hemos encontrado con problemas sociales que son

    recurrentes y que no son nada nuevos, que en muchas ocasiones nos hagan creer

    que el Estado encontr la solucin a un problema que comienza en muchas de las

    ocasiones la podemos considerar como una falacia.

    La Violencia Familiar es un problema social, que afecta a un alto porcentaje de

    familias de cualquier comunidad, en todos los niveles econmicos y culturales

    Grfico N 23

    Casos registrados de Violencia Familiar Per 2010-2012

    0 2 000 4 000 6 000 8 000 10 000 12 000

    Amazonas

    ncash

    Apurmac

    Arequipa

    Ayacucho

    Cajamarca

    Callao

    Cusco

    Huancavelica

    Hunuco

    Ica

    Junn

    La Libertad

    Lambayeque

    Lima

    Loreto

    Madre de Dios

    Moquegua

    Pasco

    Piura

    Puno

    San Martn

    Tacna

    Tumbes

    Ucayali

    Casos Registrados de Violencia Familiar Per 2010-2012

    2012

    2011

    2010

  • 47

    En general podemos observar en el grafico que los niveles de violencia del

    ao 2010 al 2012, no ha tenido variaciones considerables; sin embargo en las

    ciudades que muestran mayores ndices de violencia familiar (Lima, Cusco,

    Ayacucho, Ancash, Arequipa) podemos observar reduccin de los ndices del

    ao 2011 al 2012.

    Aunque los niveles de violencia juvenil en el pas no revisten la

    gravedad que tienen en los pases del Tringulo Norte de Amrica

    Central (Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador) ni los del

    Caribe, ellos no deben ser desdeados. Segn el Latino barmetro, uno

    de cada tres peruanos considera que las peleas entre pandillas son

    frecuentes o muy frecuentes en sus barrios. Una de sus posibles causas

    podra ser el nmero de jvenes que ni estudian ni trabajan: los

    NINIS. En efecto, un estudio de la Polica Nacional sobre la violencia

    juvenil da cuenta de que el 71 % de los miembros de las pandillas en

    Lima metropolitana abandonaron sus estudios sin haber concluido la

    secundaria y, en algunos casos, la primaria. Ese porcentaje es mayor en el

    Callao, llegando al 93 %. Un estudio de Renzo Massari para el Banco

    Interamericano de Desarrollo (BID) registra que los NINIS constituyen

    el 19.8 % de los jvenes del Per, ligeramente por debajo del

    promedio regional. Belice encabeza la tabla con el 31.9 %, seguido de

    Jamaica (29.2 %). Los NINIS pueden ubicarse tanto en las ciudades

    como en las zonas rurales, y estn integrados por hombres y por

    mujeres. Los ms vulnerables a la violencia y el delito son los varones

    que viven en centros urbanos. El estudio tambin precisa que el pas

    cuenta con el tercer porcentaje ms alto en la regin de jvenes

    empleados informalmente (73.3%), lo que es bueno porque su poblacin

    de NINIS es baja y malo porque estos solo cuentan con un empleo precario

    y sin seguridad social, situacin que muchas veces se mantiene

    indefinidamente.

    En la Regin Arequipa los casos de violencia familiar se han

    incrementado desde el ao 2012 al 2013 en un 16.4% segn datos de la

  • 48

    Polica Nacional del Per.

    La violencia familiar es un problema de Salud pblica, para resolverlo se

    necesita de la participacin de muchos sectores que colaboren en el

    mbito comunitario regional.

    Grfico N 24

    Violencia Familiar Regin Arequipa 2010-2013

    1.

    2.

    3.

    4.

    5.

    6.

    Las acciones a desarrollar deben incluir la potenciacin de las mujeres, servicios

    de extensin a los hombres, atencin de necesidades a las vctimas. Es de vital

    importancia que en las respuestas se involucren a los nios y jvenes y que la

    atencin se centre en cambiar las normas. Asimismo centrar los programas ms

    en la prevencin que en el castigo. Los adelantos logrados en estas reas sern la

    clave para lograr reducir la violencia familiar.

    J. Escasos espacios pblicos seguros como lugares de encuentro ciudadano

    Entre los factores relacionados con la escasez de espacios pblicos

    seguros, se identifican los insuficientes proyectos de renovacin y

    recuperacin urbana de espacios pblicos para el disfrute de los

    ciudadanos, los pocos planes integrados entre la Polica y el Serenazgo

    para la vigilancia y el patrullaje de las calles, las limitadas acciones de

    0

    5000

    10000

    15000

    2010 2011 2012 2013

    11096 10097 10476

    12203

    VIOLENCIA FAMILIAR REGION AREQUIPA

    2010 -2013

  • 49

    control y fiscalizacin de los mercados ilcitos, y la baja cultura de

    seguridad vial para reducir las muertes y lesiones por accidentes de

    trnsito.

    K. Dbil participacin de los ciudadanos, la sociedad civil, el sector privado y los medios de comunicacin social en la seguridad ciudadana

    Entre los factores vinculados a la dbil participacin ciudadana, de la

    sociedad civil organizada, del sector privado y de los medios de

    comunicacin en la prevencin de la violencia y el delito, tambin se

    incluye la falta de valores y de una cultura cvica respetuosa de la

    ley.

    Carrin

    pone especial atencin en los medios de comunicacin social.

    Estos, sostiene, venden la violencia en un nivel primario, lo cual

    permitira construir una percepcin a todas luces distorsionada del

    fenmeno, pudiendo magnificar la realidad, insensibilizar a la poblacin

    local y alertar a la internacional. De esta manera, banalizan la violencia al

    insertarla en la vida cotidiana en vez de ayudar a erradicarla.

    El Latino barmetro 2011 seala, en relacin con la cultura cvica, que

    solo el 12 % de peruanos afirma que cumplen la ley y el 17 % que son

    conscientes de sus obligaciones y deberes. Esos porcentajes ubican al

    pas en el ltimo puesto de ambos ranking, liderados por Uruguay.

  • 50

    Grfico N 25

    Porcentaje de ciudadanos que cumplen con la ley en el Per 2011

    Fuente: Latinobarmetro.

    L. Baja calidad y cobertura del servicio policial

    La baja calidad y cobertura del servicio policial se debera a varios

    factores: al escaso desarrollo organizacional de la Polica Nacional; a la

    insuficiente infraestructura y equipamiento; a la debilidad del rgimen

    disciplinario y de lucha contra la corrupcin de sus integrantes; a la baja

    profesionalizacin de sus efectivos y su rgimen laboral, que permite que

    los efectivos uniformados presten servicios para privados; al limitado

    sistema de informacin y comunicaciones; y a la escasa vigilancia y

    patrullaje de las calles.

    En la ltima dcada, solo uno de cada tres peruanos (34.2 %) expres su

    confianza en la institucin policial, lo que da cuenta de una amplia

    desconfianza ciudadana. No solo hay problemas en la gestin de los

    recursos humanos y en la organizacin, sino tambin en la

  • 51

    infraestructura, el equipamiento y modernizacin tecnolgica,

    especialmente en comunicaciones e informtica. Esto ltimo es

    corroborado por el Primer Censo Nacional de Comisaras aplicado el

    2012 por el Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI) y

    por las supervisiones de comisaras realizadas por la Defensora del

    Pueblo, lo que resulta preocupante, pues ellas constituyen la clula bsica

    de la institucin policial, donde se da la pelea cotidiana por la seguridad

    de la poblacin en el mbito local. En la actualidad, las 1,397 comisaras

    existentes en el pas cuentan con 34,805 policas, es decir, una tercera

    parte del personal a nivel nacional. De estos, solo uno de cada tres realiza

    labores de patrullaje (34.3 %).

    Cuadro N 04

    Principales resultados del Primer Censo Nacional de Comisaras 2012

    Aspectos evaluados Problema detectado

    Ttulo de propiedad

    52.0 % de comisaras de propiedad del Ministerio del Interior no cuenta con ttulo de propiedad, lo que limita la mejora de la infraestructura a travs de la inversin pblica.

    Infraestructura 53.3 % no cuenta con infraestructura adecuada y en buen estado.

    Servicios bsicos 46.2 % no dispone de servicios bsicos adecuados.

    Equipos de comunicacin 24.9 % no cuenta con algn equipo propio de comunicacin.

    Computadoras 40.7 % no posee una computadora propia operativa y no obsoleta.

    Conexin a Internet 70.1 % no tiene conexin propia y adecuada a Internet.

    Acceso a requisitorias policiales 45.5 % no tiene acceso.

    Acceso a informacin del RENIEC 61.2 % no tiene acceso.

    Acceso a informacin de Registros Pblicos

    86.5 % no tiene acceso.

    Acceso al sistema de denuncias policiales 87.8 % no tiene acceso.

    Vehculos 11.7 % no cuenta con algn vehculo policial.

    Participacin en el comit de seguridad ciudadana

    15.9 % no integra el comit de seguridad ciudadana.

  • 52

    Patrullaje con el Serenazgo

    De las comisaras que cuentan con Serenazgo en su distrito, el 27.4 % no realiza patrullaje con el serenazgo.

    Mapa del delito 33.5 % no cuenta con mapa del delito.

    Fuente: Instituto Nacional de Estadstica e Informtica. Primer Censo Nacional de Comisaras 2012.

    Entre 1989 y 2005, mientras la poblacin nacional se increment en

    30 %, el nmero de policas se redujo en 27 %, pasando de 120 mil a

    poco ms de 87 mil. Desde entonces, ese nmero se increment hasta

    llegar a 106,566 efectivos en enero de 2013, lo que representa un ratio de

    286 habitantes por polica. No obstante, el problema reside en el rgimen

    laboral que permite que los policas trabajen para terceros en sus das de

    descanso a travs de los denominados servicios individualizados, lo

    que impide que la institucin haga uso efectivo de su personal para

    el servicio pblico. Otro problema relevante es la inequitativa

    distribucin en el territorio. Mientras el ratio promedio de las cinco

    provincias con menos habitantes por polica es de 214, el de las cinco

    con ms habitantes por polica asciende a 6,404.

    M. Deficiente calidad y cobertura del servicio policial

    La deficiente calidad del servicio de justicia guardara relacin con su

    reducida cobertura, la poca eficacia de la investigacin criminal, la

    impunidad, la dbil lucha contra la corrupcin y la insuficiente

    capacitacin de sus operadores, as como con la dbil articulacin de

    los componentes de la poltica criminal y los problemas del sistema

    penitenciario para la resocializacin de los delincuentes. En efecto, la

    encuesta aplicada el 2011 por el Latino barmetro daba cuenta de que el

    Per es el pas donde sus ciudadanos se sentan menos satisfechos con el

    funcionamiento del sistema judicial (11 %), muy por debajo del

    promedio regional de satisfaccin (30 %).Esto conllevara que la

    poblacin considere que no se puede o no se quiere enfrentar

    adecuadamente la delincuencia, y que la impunidad de los delincuentes

    impulsa la reiteracin del delito.

  • 53

    Grfico N 26

    Nmero de efectivos policiales que laboran en comisarias

    Fuente: INEI I Censo Nacional De Comisarias 2012

    A nivel nacional existen 34 mil 805 efectivos policiales que laboran en

    comisaras, la mayora de ellos (9 mil 686), se encuentran en Lima

    Provincia, por el contrario, Madre de Dios es el departamento con el

    menor nmero de efectivos policiales (276).

    Grfico N 27

    Estado de las Comisarias

  • 54

    La regin Arequipa cuenta en la actualidad con 6500 efectivos policiales,

    aproximadamente, nmero insuficiente para atender a las necesidades de

    seguridad ciudadana que la poblacin arequipea demanda.

    En la provincia de Arequipa los servicios de Serenazgo han firmado un

    convenio para formar el Serenazgo sin Fronteras, el mismo que en la

    actualidad viene realizando actividades en apoyo a la seguridad

    ciudadana, contando para ello con 1202 serenos, 444 cmaras de video -

    vigilancia, 150 vehculos, 183 motocicletas y 654 equipos de radio

    comunicacin, tal como se muestra en el siguiente cuadro:

    Grfico N 28

    Serenazgo: Recursos Ao 2013

    Regin Arequipa

    Fuente: Municipalidades

    Elaboracin: CORESEC

    El Serenazgo cumple hoy en da un papel fundamental en la Seguridad

    Ciudadana, en apoyo a la Polica Nacional, realizando labores de

    patrullaje y auxilio al ciudadano las 24 horas del da. Algunas de las

    denuncias atendidas por los serenos en los diferentes distritos de la

    Provincia de Arequipa durante los aos 2012 y 2013, estn relacionadas a

    las siguientes actividades:

  • 55

    Arresto ciudadano

    Tentativa de suicidio

    Pandillaje juvenil

    Hurto de conductores elctricos

    Hurtos/robos frustrados

    Hurtos/robos de domicilio

    Hurtos/robos a personas

    Bsqueda de personas extraviadas

    Control de actividades no autorizadas

    Servicios prestados ante SEDAPAR

    Agresiones fsicas

    Retiro de personas sospechosas

    Accidentes de transito

    Operativos profilaxis social

    Actos de violencia familiar

    Emergencias de salud

    Retiro de personas ebrias en vehculos

    Retiro de personas ebrias a pie

    N. Dbil institucionalidad del Comit Regional de Seguridad Ciudadana (CORESEC)

    Por ltimo, la debilidad institucional del CORESEC no ha permitido

    desarrollar un trabajo coordinado y articulado entre todos los responsables

    de luchar contra la inseguridad en la regin. Esa debilidad se traduce,

    por ejemplo, en planes anuales sin una visin estratgica de mediano

    o largo plazo, en una escasa coordinacin interinstitucional en los

    diferentes niveles de las instituciones respecto a la evaluacin de

    polticas, planes y programas. Tambin se traduce en la deficiente gestin

    de la informacin delictiva, la baja calidad del gasto pblico en

    seguridad, as como en el dbil compromiso de los gobiernos provinciales

    y locales en la formulacin de sus planes, que son las herramientas de

    gestin para concretar acciones de prevencin, toda vez que la lucha

  • 56

    frontal contra la delincuencia y el crimen organizado es responsabilidad

    de la Polica Nacional. Por tal motivo se hace necesario retomar las

    coordinaciones inter institucionales en el tema de seguridad ciudadana a

    travs de un compromiso o pacto regional.

  • 57

  • 58

    O. Problema y efectos

    La Secretara Tcnica del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana

    (CONASEC) ha identificado los altos niveles de violencia y delincuencia

    como el problema central. Esos altos niveles generan un incremento de la

    sensacin de inseguridad, y ocasionan daos a las personas, las familias y las

    empresas, as como a la economa nacional; limitan el ejercicio de los derechos y

    libertades ciudadanas; afectan la confianza interpersonal y la convivencia

    pacfica; impactan negativamente en la gobernabilidad democrtica y la

    credibilidad en las instituciones; afectan la competitividad de las empresas y del

    pas; y, finalmente, limitan el desarrollo de las personas, la sociedad y el pas.

    En primer lugar, los altos niveles de violencia y delincuencia afectan los

    derechos a la vida, la integridad y la libertad de las personas, as como a su

    patrimonio, entre otros derechos. Tambin generan prdidas por el dao

    emocional ocasionado a las vctimas y por lo que se deja de producir como

    consecuencia de la muerte o de la discapacidad temporal o permanente que se

    pudieran presentar.

    A mayor inseguridad, mayores sern los recursos que el Estado, las

    empresas y las familias destinarn para enfrentarla. Entre los componentes del

    costo econmico de la violencia y el delito, se puede mencionar lo que gastan los

    rganos encargados de la seguridad y la justicia; tambin, la inversin de las

    empresas y de las familias en seguridad privada; los costos materiales, que

    incluyen la prdida de los bienes afectados y los gastos ocasionados por daos

    fsicos; y los recursos del sistema de salud para atender a las vctimas. El nico

    estudio sobre el costo econmico para el Per data de 1999 y estimaba que este

    ascenda al 5.1 % del Producto Bruto Interno (PBI) del pas.

    En segundo lugar, junto con la afectacin de estos derechos

    fundamentales causados directamente por la violencia y el delito, se genera un

  • 59

    escenario de temor que vuelve a impactar en otros derechos humanos. La

    inseguridad puede modificar el comportamiento de las personas, al punto que

    estas terminen aceptando el temor cotidiano como una actitud de vida, lo que

    limita sus oportunidades y acciones en mltiples mbitos, al restringir el

    ejercicio de libertades y derechos individuales. Entre las restricciones ms

    importantes a la libertad, se pueden mencionar las de movimiento, del

    disfrute del patrimonio y de recrearse.

    En tercer lugar, tienen un efecto negativo sobre el capital social, esto es,

    sobre las relaciones entre las personas, pues mella la confianza entre estas y su

    capacidad de relacionarse y trabajar conjuntamente, lo que dificulta la

    convivencia pacfica. Cuando las comunidades estn menos unidas y no

    disponen de referentes de control social o cultural, pueden resultar ms

    propensas a incubar comportamientos violentos. En el ao 2011, el Per

    mostr una confianza interpersonal menor que el promedio de la regin. En

    efecto, solo el 18 % confiaba en la mayora de las personas, cuatro puntos

    porcentuales por debajo del promedio latinoamericano (22 %).

    Grfico N 31

    Porcentaje de confianza interpersonal en Amrica Latina 2011

    Fuente: Latino barmetro.

  • 60

    La victimizacin contribuye a reducir incluso ms los bajos niveles de

    confianza interpersonal. El dao a la infraestructura social es ms grave entre las

    comunidades ms pobres, pues contribuye a reducir las oportunidades y a

    perpetuar la desigualdad de los ingresos.

    En cuarto lugar, los altos niveles de violencia y delincuencia contribuyen

    al deterioro del apoyo ciudadano a la gobernabilidad democrtica y al sistema

    poltico. En efecto, la percepcin de vulnerabilidad a actos de violencia y delito

    erosiona los valores esenciales de la democracia, especialmente la tolerancia a la

    diferencia y el apego a los derechos humanos. Contribuye de alguna manera,

    entre otros efectos, a la adopcin de esquemas penales fuertemente represivos y

    lesivos de las garantas individuales; a exigir de las autoridades resultados

    frente a la delincuencia a cualquier costo, aunque ello se traduzca en

    restriccin de derechos, incremento de atribuciones policiales e, incluso, en

    violaciones de derechos humanos; a la demanda social a que se prive de libertad

    al mayor nmero de infractores; a la exclusin de las minoras y grupos sociales

    y tnicos diferentes al propio; a favorecer polticas que reduzcan o detengan la

    entrada de migrantes; e, incluso a la aceptacin de castigos inhumanos, como el

    linchamiento y la pena de muerte.

    El ao 2011, el Latino barmetro dio cuenta de que solo uno de cada

    cinco peruanos (24 %) considera que la democracia garantiza la proteccin frente

    al crimen, seis puntos porcentuales por debajo del promedio latinoamericano del

    30 %. Un ao despus, la encuesta del Barmetro de las Amricas aplicada el

    2012 evalu el apoyo ciudadano al Estado de Derecho en contraposicin a

    quienes creen que en ocasiones la Polica y otras autoridades pueden actuar por

    encima de la ley. El Per fue uno de los pases con los niveles ms bajos de

    apoyo (57.7 %), solo por encima de Trinidad y Tobago ( 5 5 . 5 % ) , Ecuador

    (54.8 %) y Bolivia (53.3 %).

  • 61

    Grfico N 32

    Porcentaje de personas que apoyan el Estado de Derecho en Amrica Latina

    2011

    Fuente: Barmetro de las Amricas.

    Segn la misma encuesta, el Per tambin se encuentra entre los ltimos

    lugares de los pases que desaprueban el uso de la justicia por propia cuenta en

    caso de que el Estado no castigue a los criminales (64.5 %). Solo superamos a

    Repblica Dominicana (62.7 %), El Salvador (61.9 %), Bolivia (61.1 %),

    Ecuador (60.8 %), Guatemala (60.4 %) y Surinam

    (53.5 %).

  • 62

    Grfico N 33

    Porcentaje de personas que desaprueban la justicia por cuenta propia en Amrica Latina 2011

    Fuente: Barmetro de las Amricas.

    En quinto lugar, los altos niveles de violencia y delincuencia afectan la

    competitividad de las empresas y del pas. Si bien entre los aos 2008 y 2012 el

    Per avanz veintids puestos en el ranking global de competitividad que realiza

    el World Economic Forum (WEF), pasando del 83 al 61, su ubicacin en los

    costos de seguridad frente al terrorismo, frente al crimen y la violencia, y

    frente el crimen organizado retrocedi. En el primer caso, pas del puesto 102

    al 119, en el segundo del 113 al 125, y en el tercero del 99 al 126. Por su

    parte, la credibilidad policial tambin disminuy, pasando del puesto 123 al

    128. Claramente, en seguridad nos encontramos al final de la tabla.

  • 63

    Cuadro N 6 Competitividad y seguridad en el Per 2008-2012

    Puesto ocupado en el ranking de pases

    2008 2009 2010 2011 2012 2008-2012

    Competitividad

    global 83 78 73 67 61 22

    Seguridad

    Costos por

    terrorismo 102 96 115 113 119 17

    Costos por

    crimen y

    violencia

    113 108 119 121 125 12

    Crimen

    organizado 99 94 109 115 126 27

    Credibilidad

    policial 123 123 118 114 128 5

    Total de pases 134 133 139 142 144

    Fuente: World Economic Forum.

    Elaboracin: Ministerio del Interior.

    El deterioro de las condiciones de seguridad ciudadana podra, incluso, limitar

    los avances socioeconmicos y el desarrollo del pas

    A continuacin, se presentan el rbol de Efectos y el rbol del Problema

    central identificado

  • 64

  • 65

  • 66

    En el mes de noviembre del ao 2012 a cargo de la encuestadora Amakella se realiz la

    Segunda Encuesta de percepcin Ciudadana de Calidad de Vida en Arequipa Metropolitana,

    de la cual es importante mostrar los siguientes resultados:

    Grfico N 36

    Problemas ms importantes que afectan la calidad de vida en Arequipa

    Fuente: Segunda Encuesta De Percepcin Ciudadana De Cali