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ÍNDICE DE CONTENIDOS

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Prólogo, III

III Concurso De Relatos Hiperbreves “Luis Landero”, IV

XVII Concurso Literario De Narraciones Cortas Luis Landero – Ganador, IX

XVII Concurso Literario De Narraciones Cortas Luis Landero – 1er accésit, XIV

XVII Concurso Literario De Narraciones Cortas Luis Landero – 2o accésit, XXI

Opinión, XXVII

Literatura, XXXI

Rutas Literarias, XXXVII

Entrevista, XLI

Actividades Extraescolares, XLIII

Reportajes, LII

Humor, LXIV

Pasatiempos, LXVI

PRÓLOGO DE LA DIRECTORA DEL IES CASTILLO DE LUNA

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¡Hola amigos! Buscando y buscando entre mis papeles, llegan a mis manos los primeros números de la revista “El rincón del cuco”, revista que nació en el Instituto de Bachillerato de Alburquerque. Esto ocurría en el curso 90-91. Curiosamente, fue el mismo año que nació el Certamen de Narraciones Cortas Luis Landero. En el nº 2 precisamente, salen publicados los primeros ganadores de dicho Certamen. Con esta nueva publicación, que empieza hoy su andadura, queremos rendir un homenaje a aquellos profesores y alumnos entusiastas, que por aquel entonces ya apostaban por estos foros como lugar perfecto para informar, expresar sentimientos, opiniones, críticas, o simplemente entretenimiento. Aunque esta revista, en principio, es en formato digital, nuestro deseo es poderla publicar impresa en cuanto encontremos patrocinadores. Desde aquí quiero animar a todos los miembros de la Comunidad Educativa a participar en el siguiente número. Deseo que este proyecto tenga larga vida y que disfrutéis con su lectura.

Mª Luciana Pintor Gemio

III CONCURSO DE RELATOS HIPERBREVES “LUIS LANDERO” GANADORES

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JUAN FERNANDO GÓMEZ GARCÍA. 1º E.S.O. B: NO ME LO CREÍA

Llegué a casa cansado, toqué el timbre, pero nadie bajó a abrirme; me di cuenta de que la puerta estaba abierta. Subí y no había nadie. La comida no estaba hecha, la cama desordenada, y la televisión encendida. Yo no me lo creía, no había nadie. Llamé a mi abuela, no me lo cogía; también a mi padre, pero tampoco. Yo me volví loco. Alguien llamó por teléfono, lo cogí; me dijo que estaba solo con una voz muy grave y le colgué. Salí a la calle, miré a mi alrededor, no me lo creía, no había nadie en el pueblo y me acordé de la voz misteriosa que me llamó.¿Quién había sido? CRISTINA POCOSTALES RODRÍGUEZ. 1º E.S.O. C: COMO SIEMPRE

Ya oigo sus pasos hasta la habitación. Ella entra sin llamar a

la puerta; viene hasta donde estoy yo y empieza a decirme: —¿Ya has estudiado?, ¿no tienes más deberes?, ¿seguro que no tienes otra cosa mejor que hacer?

Yo, pensando que tengo la madre más pesada del mundo, me pregunto si no se cansará nunca de repetir siempre lo mismo, pero ella sigue diciendo: —¡Tienes que recoger la ropa, esta y aquella!¡Y quita esa música de una vez!

Yo le digo que sí para que se calle de una vez y con la esperanza de que lo haga todo ella, como siempre...


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JUAN JOSÉ CANTERO GUTIÉRREZ. 2º E.S.O. D: EL ÚLTIMO DÍA

Yo, Emilio Zumbido, me dedico a ir de persona en persona eligiendo aquella que tenga más dulce ese líquido rojo que tanto me gusta.

En una de esas idas y venidas, descubrí una bonita calva donde

hincar el diente, pero con tan mala suerte que supuso mi fin. Mientras yo bebía ese sabroso líquido, una gran mano cayó sobre mí. ANA BEATRIZ RASERO ROMÁN. 2º E.S.O. E: LA DIVA DE LA ORTOGRAFÍA

Voy a presentarme: soy una letra del alfabeto, una de las últimas, quiero reivindicar mi derecho a estar en determinadas palabras, porque existe una rival que me quita siempre el puesto, y la verdad es que no entiendo por qué los estudiantes nos confunden, si somos totalmente diferentes. Mi rival es alta y barrigona, mientras que yo soy baja y angulosa. Además, el profesor sanciona restando puntos por tener esta confusión. Por tanto, aviso: si no me utilizan en el lugar adecuado, se arriesgan a perder nota en sus exámenes. Firmado “La V” CARLOS A. MAYA COROBA. 3º E.S.O. C: UNO MENOS

Cuando más llovía y el tráfico era monstruoso, el anciano se dispuso a cruzar la calle. Aquel coche a gran velocidad no vio el semáforo en rojo. Al día siguiente todo sería igual,

solo que yo ya no vería nacer a mi nieto.


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JOSÉ ÁNGEL HOLGADO RODRÍGUEZ. 4º E.S.O. C: MIL MANERAS DE MORIR

Me clavan un cuchillo, me despellejan, soy descuartizada, desangrada. ¿Por qué, Dios mío, por qué tanto sufrimiento? ¿Cómo puede haber asesinos tan crueles? ¿Por qué, por qué me tocó ser naranja?

MARCOS RODRÍGUEZ MÁRQUEZ. 4º E.S.O. B: DIME

Lo escribo, no lo escribo, lo escribo, no lo escribo. Lo escribo, no lo

escribo. Lo escribo, no lo escribo, lo escribo, no lo escribo. Jodida margarita.

ANTONIO ROBLES DÍAZ. 4º E.S.O.B: PERSECUCIÓN

Iba en mi coche patrulla con mi compañero al lado. Perseguíamos a los ladrones de los diamantes, ellos iban en moto. Descubrimos que un helicóptero nos seguía a ras del suelo, y dos tigres nos cerraban el paso a cada lado. Luces de colores nos cegaban, no podíamos hacer nada ya, lo dábamos todo por perdido, todas las luces se apagaron. Entonces vi a una mujer que gritaba. Era mi madre diciéndome que me bajara del tiovivo.


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LUCÍA ROBLES EXPÓSITO. 1º BACHTO. CC.NN: EL ÁTICO

Un suspiro fuerte y profundo resopló en el ático. Mientras los segundos pasaban, los recuerdos se agolpaban en su mente: su primer día de clase, su primer beso, despertarse con los rayos del sol iluminando su cara, la sonrisa de Manu, las galletas extra de chocolate de su madre, poner nombre a las estrellas en las noches de verano, dar forma a las nubes de primavera en compañía de Linda, pelearse con su hermana...Y también aquel ático tan luminoso y caótico que le transmitía la mayor de las seguridades. Una lágrima recorrió su mejilla, ya era demasiado tarde, la cuerda apretaba más y más, marcando su fino cuello. Jamás volvería a disfrutar de las pequeñas cosas.

Mª JESÚS BALDOMINOS COBEÑAS. 1º BACHTO. CC.NN: SOÑANDO

Había un brillante fuego en la chimenea. A la luz del día podía apreciarse que era realmente un cuarto precioso, alfombras de acentuados colores, tapices y libros, y cuadros en las paredes, que lo convertían en un aposento bonito y confortable, a pesar del día gris y la lluvia persistente. Jesús también parecía casi un cuadro, envuelto en un batín de terciopelo y acurrucado encima de un cojín enorme bordado con brocados. Era un hombre joven y sano que se resistía a que le robaran sus horas de sueño.

Se despertó bajo la helada brisa del amanecer y regresó a la pobreza que le rodeaba.


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SARA FLORES GONZÁLEZ. 2º BACHTO. CC.NN: UNA NUEVA VIDA

Escucho el silencio. Miro a mi alrededor. Nadie. Todo parece tranquilo. Es más, todo sería normal de no ser por el cadáver que yace junto a la puerta de la habitación contigua. “El mundo no entiende nada”, pensé, “me lo agradecerán algún día”. Ahora el silencio acaba de ser roto por el timbre. Es la policía, lo sé. Echo un último vistazo a la estancia: todo está en orden. Sé que, a partir de este momento, me espera una nueva vida.

Mª ÁNGELES GONZÁLEZ GÓMEZ. 2º BACHTO. CC.SS: EL TEXTO

Sé que soy difícil, lo noto en su mirada, una mirada incrédula y perdida, que me mira y me remira analizándome sin encontrar respuesta alguna. Dentro de ella intenta buscar la solución, pero lo único que desea es cogerme con sus manos y lanzarme contra la pared. Aunque lo que en verdad le enfurece es reconocer que la sintaxis nunca será lo suyo.

XVII CONCURSO LITERARIO DE NARRACIONES CORTAS LUIS LANDERO RELATO GANADOR 2007

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¿Y AHORA?

Encendió por primera vez la luz de la entrada (clic) y un

motor pequeño como una abeja empezó a zumbar en alguna parte del corredor. El portal era amarillo, amarillo y triste como una foto antigua, con su lámpara negra y descascarillada colgando del altísimo techo, con su luz casi muerta. Aún se conservaba la portería tal como la dejó la última inquilina, gorda, de pelo gris recogido en un moño, seguro, o al menos así se la imaginaba, sólo que la ventanilla por la que pedirían los vecinos la llave del cuarto de contadores estaba tapada con una bolsa de basura. Sí, el portal tenía algo de viejo, de años cincuenta conservados en formol, que la hacía estremecerse.

¿Y ahora qué?, pensaba desde hacía ya un buen rato. ¿Y

ahora qué?, se preguntaba mientras ponía por primera vez el pie en las escaleras, mientras se apoyaba en la barandilla de madera, mientras se paraba a tomar aire en el descansillo. ¿Y ahora qué?, revoloteaba a su alrededor mientras se quitaba los guantes de cuero (eternos, pequeños y elegantes como ella) y buscaba en el bolso esas llaves que aún no reconocía al tacto.


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La mudanza se había hecho como por arte de magia. Como si esos duendecillos que ella tanto nombraba hubieran existido de pura repetición y se hubieran puesto de acuerdo para desplazar su casa entera, así, de una acera a otra, de un número a otro de la misma calle. "Es mejor así, mamá", le habían dicho, "mejor quedarse en el barrio, que ya conoces a todos, y además te han puesto el Champion ahí abajo". Sí, mejor quedarse donde siempre y decirle a la panadera lo de siempre, "dos vienas y media docena de huevos, y una palmera de esas, que viene mi nieta". Mejor que Rosarito llamara al timbre a deshora y que le hablara sin parar, y que ella asintiera con la cabeza, sonriendo mientras se abanicaba, para quejarse luego, "pero qué le voy a hacer, a la mujer nadie la escucha". Ella había estado de acuerdo: mejor ese piso interior que a todos les había parecido triste y con olor a lluvia. Ella lo notaba, claro, qué se creían, notaba que no tenía balcones ni dos habitaciones de invitados ni estudio ni leonera, notaba la luz blanca del patio, notaba las sonrisas forzadas de sus hijos, que hacían bromas como siempre para hacer como que todo era igual, y que se reían con más fuerza que nunca para aparentar que todo era mejor.

Ella no había cerrado una sola caja de cartón, no había decidido qué tirar ni qué guardar, ni siquiera la nueva disposición de los muebles. Por una vez había dejado que todo pasara junto a ella sin tocarlo, sin enderezarlo ni corregirlo, por una vez se había dejado cuidar. Quizás como entrenamiento, quizás porque sabía que debería hacerlo cada vez más a menudo. Además, de algo tendría que haber servido tener tanto niño, de algo tendría que haber servido ese sentido de la responsabilidad que habían heredado, o que ella les había inculcado poco a poco, entre la


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pulcritud de las estanterías ordenadísimas y los estrictos horarios de teléfono. De algo tendría que haber servido, porque ese pequeño ejército de hormiguitas trabajadoras y dispersas que era su familia se había puesto de acuerdo, no sin algún grito y algún lloro, para trasladar la vida de mamá de casa a casa, de suelo de baldosas a suelo de baldosas, de número impar a número par de la calle Castilla. Otra imagen más de la Casa de la Pradera para una familia de esas acogedoras y cálidas, un poco odiosas de tan sonrientes, que tienen también sus más y sus menos.

Y pese a todo, pese a que los escalones eran más anchos

que los de la otra casa, pese a que no sabía aún dónde estaba la luz del pasillo, la llave fue amable con una novata (novata, qué bien, hacía tanto tiempo que no lo era) y abrió la cerradura suavemente, sin problemas.

El piso era pequeño. El piso era de techos altos y suelos

grises. El piso tenía pocas ventanas y muchos muebles. Pero, sobre todo, el piso era una mezcla. Allí, entre esas paredes nuevas y recién pintadas, se amontonaban su cama y su

camilla, su armario de tres puertas y sus sillas tapizadas de verde. El nuevo espacio, tan pequeño que ni siquiera tenía pasillos, acogía ahora sus muebles de madera, esos muebles que habían tenido también pulmonías y reumas, sus fotos y sus trastos de cocina.

El piso no era ni igual ni distinto, ni nuevo ni viejo, a caballo entre lo extraño y lo conocido.

Y por eso ella no sabía si sentir nostalgia o estar alegre, si abrir los armarios para ver dónde


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estaba cada jersey y cada cacerola, o sentarse a ver la tele como cualquier domingo por la tarde.

El piso era una especie de foto retocada, uno de esos recuerdos que se tienen pero que

nunca se han vivido, un déjá—vu imperfecto, una broma, una variante... Una variante. No, no un cambio. Un ligero giro en una suave curva, un recodo amplio que parece no variar el rumbo, y sin embargo...

¿Y ahora qué?, volvía. ¿Y ahora qué?, mientras se miraba en el

espejo, el mismo espejo quebrado en un esquina, el mismo espejo sobre la misma cómoda en la que reposaban el mismo peine de plata y el mismo cofre de los pendientes. ¿Y ahora qué?, le preguntaba la anciana del espejo, la mujer menuda y desorientada del otro lado de la cómoda. ¿Y ahora qué?, le interrogaba cada arruga y cada mancha de la piel, ¿y ahora qué?, le decían las raíces plateadas de su pelo.

Y les respondió la rubia platino que volvía de algún rincón perdido del

reflejo, y les respondió la mujer mandona y fuerte que se maquillaba cada mañana antes incluso de desayunar. Les respondió la mujer radiante que lloraba sólo en reuniones familiares, y siempre de alegría o de emoción. Les respondió la madre y la abuela y la amiga y la hermana, todas a la vez, todas de acuerdo, todas ellas, que paseaban calle arriba cada mañana sonriendo incluso cuando no querían. Todas ellas, que aún sabían imponerse cuando alguien tiraba un papel al suelo o llevaba suelto a un perro por la


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calle. Todas ellas, que aún soportaban los años y los días, que aún no estaban aletargadas en su sillón de orejeras, que todavía eran más que un montoncito de migas y unos ojos nublados y perdidos. Todas ellas, que aún tenían el valor, la osadía incluso, de saber de política y de aconsejar de amores a sus nietas, y de saberse mayores, que no viejas, y de sentirse y obligarse a estar vivas.

Y ahora, les respondieron todas, ahora piano y

compras de Navidad, y pañales y consomé, y cocido los domingos y arreglar las fotos sin pensar demasiado. Y ahora, prosiguieron, Chanel N° 5 y arreglarse, y yogures de coco para quien venga, y bomboneras llenas de envoltorios dorados, y bufandas, y tacones, y hacer la ronda de llamadas de los lunes y aprender a mandar mensajes desde el móvil. Y ahora, y ahora, y ahora...

Y ahora, y ahora, y ahora, siguieron y siguieron todas

al unísono, una vez y otra, mientras se pintaba los labios con el color de siempre.

Clara Morales Fernández

I.E.S. Alto Conquero (Huelva)

XVII CONCURSO LITERARIO DE NARRACIONES CORTAS LUIS LANDERO PRIMER ACCÉSIT

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ESCALERA AL CIELO

Odiaba el verano. No

aguantaba aquel calor húmedo que hacía que el cuerpo se le pegara a las sábanas. La voz femenina que salía del transistor se había vuelto monótona, tan tediosa como la noche. Sintió un pinchazo en su vientre que le hizo encogerse.

Aún sigues vivo —se dijo— La oscuridad no te ha esclavizado todavía. Con cuidado se incorporó, despegando sus miembros de las sábanas que lo apresaban. Su mano encontró rápidamente la empuñadura del bastón, y acarició la metálica cabeza de perro


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esculpida con detalle, rematando la extensión de madera de aquel apoyo que lo acompañaba desde hacía tantos años. Con dificultad se irguió y, remiso, caminó hasta la puerta. No se molestó en encender la luz, temía que le recordara que cada vez veía menos. Arrastraba sus pies ruidosamente, encubriendo la voz de la locutora que seguía hablando, ajena a que nadie la escuchaba en aquella habitación. Alargó su bastón con la certeza de que golpearía la puerta; todo aquel tiempo atrapado allí le permitía recordar a la perfección cada recoveco. Un ruido sordo le indicó que la puerta había chocado con la pared. Siguió caminando, si es que se podía llamar así a esos tardos movimientos. Debía encontrarse ya en el pasillo. El ambiente estaba

menos cargado, todavía podía aspirar el aroma que había dejado la cena que, desgraciadamente, se le había privado de tomar. Permaneció unos instantes anclado en aquel lugar, en medio de la oscuridad, recreándose con aquel olor. ¿Acaso ya no lo reconocías? Tú, que habías sido el mejor cocinero de tu pueblo. Aspiró de nuevo una bocanada de aire. Eran pimientos. Hacía tanto tiempo que te habían privado de ellos... Otro pinchazo le hizo amarrarse con fuerza a su bastón para no desfallecer. Habían tenido la culpa aquella hinchazón de estómago y esos retortijones que te doblaban en dos. Ahora tu plato siempre estaba lleno de caldos ardiendo, de papillas de bebé, que no añadían ninguna emoción a tu ya insípida vida.


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Un ronquido fuerte, estridente, le hizo sobresaltarse. En la habitación del fondo alguien dormía plácidamente, osando interrumpir al silencio. ¿Por qué no lo imitabas?

Podrías volver a tu cama y dejar pasar las horas hasta que la claridad te entregara otra jornada que volverías a sobrellevar esperando, otra vez esperando. ¿Qué era lo que esperabas? Reconócelo, ni tú mismo lo sabías. Dio tres pasos, quizás cuatro en dirección a su habitación, después se detuvo bruscamente. ¿Seguías vivo? El olor de los pimientos seguía avivando su apetito. Aquel aroma debía provenir del piso de arriba. ¿Cuánto hacía que no subías allí? Habías asumido sumisamente la prohibición del médico de no hacer ningún esfuerzo excesivo. Pero esta noche estabas resuelto a no dejarte derrotar ¿verdad? Se giró y arrastró sus pies con parsimonia hasta donde pensaba que estaba el primer peldaño. Extendió su bastón y éste le confirmó que la escalera estaba allí, quieta, retándole a subir por sus escalones. Al fondo los ronquidos seguían sonando, con una insistencia inquietante. Pensó en darse la vuelta, volver a su habitación, intentar conciliar el sueño, hacer compañía a la locutora que había dejado abandonada minutos atrás. Ahora eras tú contra tu mundo, era la ocasión de mover ficha. Sí, sería un jaque mate a aquellos que te consideraban un ser apático.

Su mano izquierda, al topar con la barandilla, sintió el frío del metal que desafiaba al calor de aquella noche. Sus pies desnudos que no se despegaban de las baldosas, también estaban fríos, helados. Le sobrevinieron ganas de estornudar. Su cuerpo se convulsionó y contuvo la respiración. Logró que sólo le aquejara una tos frágil, patológica, recuerdo de todos los cigarrillos que habías quemado, uno tras otro, tanto tiempo atrás. Si lograbas llegar arriba les enseñarías que no eras tan débil, que tus pulmones podrían aguantar una calada de vez en cuando. La casa seguía en silencio, nadie te estaba oyendo. Con inesperada facilidad, apoyó el


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bastón sobre el primer escalón. Premioso, levantó su pie derecho del suelo y lo colocó al lado del bastón. Sentía como su talón sobresalía; estaba al borde del peldaño evocándole su inestabilidad. Su mano izquierda se aferró con fuerza a la barandilla que se clavaba molestamente en su palma. Respiraba lentamente a pesar de que el calor no dejaba correr ni una brizna de aire. Después su pie izquierdo buscó al derecho y se situó a su lado. Seguro que parecías un niño dando sus primeros pasos. Debías resultar bastante gracioso, habías retrocedido tantos años. ¿Cuántos escalones más tendrías que subir para llegar hasta el final? No lo recordabas. Toda tu vida viviendo en esa casa y nunca te habías entretenido contándolos.

El bastón, como si tuviera vida propia, buscó el segundo peldaño impulsando a su pierna diestra a hacer lo mismo. Su pierna izquierda parecía más reticente a realizar cualquier movimiento. Mordiendo su labio inferior logró reunir fuerzas para elevarla y colocarla en el segundo peldaño. ¿Qué cara pondría aquella pretenciosa de tu enfermera, cuyo nombre no te habías molestado en memorizar, cuando te viera subido allí y descubriera que nunca necesitaste sus cuidados, que no te importaban lo más mínimo sus dictámenes? Rió con sólo imaginárselo. La despedirían, ya no te seguiría chupando el dinero de tu escasa pensión. Sus pensamientos fueron interrumpidos por el apremiante avance de su bastón hasta el tercer escalón. Su pierna derecha le siguió como ya se había acostumbrado a hacer. Su pie zurdo calculó mal la distancia y se golpeó con el borde del escalón. Por primera vez en toda la subida sentías el dolor, tu uña debía haberse roto. Aun así contuvo sus ganas de gritar. Apretó con fuerza los pocos dientes que le quedaban. Necesitabas tiempo para respirar y recuperarte, pero tu bastón ya estaba en el cuarto escalón, casi rozando el quinto. Notó su pijama mojado. Si antes eras capaz de subir las escaleras de dos en dos, ahora no sabías ni controlar tus esfínteres. Tus hijos te regañarían. ¿Acaso ya sólo te consideraban una carga, un inútil? Lo peor


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es que tenían razón. Por eso estabas allí subido. Sin darte cuenta casi del movimiento que tus pies habían realizado estabas ya en el cuarto escalón. ¿Cómo te sentías? ¿Experimentabas alegría, incertidumbre, agobio, dolor? No estabas cansado, tus piernas iban solas, detrás del bastón, buscando un nuevo peldaño, el quinto. Ya no tenía que ir dando golpes al aire para buscar un apoyo donde clavar su bastón; raudo, encontraba el punto exacto en el que hacerlo. Intentó subir el pie izquierdo antes que el derecho. Le resultó complicado romper su rutinaria serie de movimientos; no poseía la coordinación suficiente para ello. Notó que su mano derecha temblaba al sujetar el bastón que estaba ya en el sexto escalón. ¿Por qué temblabas? ¿Acaso tenías miedo? Sabías que no era eso. Es más, te hubiera gustado darte la vuelta para contemplar aquel pasillo desde lo alto, como si fueras un pájaro. La oscuridad te negaba ese placer. El temblor se iba acrecentando progresivamente. Agarró con fuerza la empuñadura de su bastón para intentar frenarlo pero ahora también vibraba su brazo. Mientras pensaba todo esto sus pies ya se habían movido y estaban asentados en el sexto peldaño. El dolor de su pie izquierdo se había hecho más punzante, aunque todavía le obedecía. Sin embargo su pierna derecha se mostraba ágil, impaciente por seguir el rumbo que le marcaba el bastón para llegar al final del tramo. Aspiró otra vez el placentero aroma que bajaba por aquellas escaleras para perderse en el pasillo. De nuevo elevó su pie derecho y después lo hizo con el izquierdo. ¿Cuánto tiempo llevabas allí? Seguro que la locutora de la radio ya habría sido sustituida por una voz masculina, grave, serena. El temblor de su brazo derecho se había adueñado de su hombro, subía por su cuello. Para sofocarlo, intentó dejar apoyado el bastón en la pared pero su mano se negaba a soltarlo. Sus dedos lo agarraban con más fuerza cada vez, clavándose la empuñadura en sus falanges. ¿Sentías dolor? No, tus dedos ya no te obedecían. Respiró con fuerza para calmarse. Tu brazo ya había avanzado hasta el séptimo peldaño y obligaba a tus piernas a moverse, a colocarse a su altura. Debías estar casi al final, pronto llegarías arriba.


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¿Qué es lo primero que harías cuando estuvieras allí? Gritarías con todas tus fuerzas para que todos supieran lo que habías conseguido hacer. Oíste un leve ruido, debían ser tus vísceras que estaban abrumadas por todas las emociones experimentadas esa noche. Quería llorar, pero no salían lágrimas de sus ojos resecos.

Ahora todo el lado derecho de su cuerpo temblaba, no lograba hacerse con él. Acababas de

alcanzar el octavo escalón. Una ráfaga de aire fresco te golpea la cara, alguien recordó abrir una ventana del piso de arriba. Tu mano derecha se apresura a posar el bastón en el noveno y, quizás, último escalón. El bastón no está apoyado en el escalón, ni siquiera ha rozado el borde y, lentamente, se escurre de tus manos, casi no lo notarías si no fuera porque sientes el doloroso golpe en las rodilla que viene a continuación, reprimes las ganas de gritar, ahora estás arrodillado en el borde del peldaño, no te preocupa estar así, sólo tienes que levantarte, tu mano derecha está buscando el bastón inútilmente, de repente notas un golpe en el pecho, casi simultáneamente en el hombro derecho y en ese mismo segundo interminable otro en la cadera; tu mano izquierda busca la barandilla mientras la derecha tapa tu rostro, intentando protegerlo, el ataque que reciben tus nudillos izquierdos te hace soltarte de la barandilla. Aún sientes los dientes de perro clavándose en tus dedos, pero un leve empujón de ese enemigo de madera y metal te hace recorrer con todo tu cuerpo, uno por uno, aquellos escalones. El bastón cae sobre ti y entonces es cuando sabes que nunca escaparás de las garras de aquel perro al que siempre habías oprimido.

Alba Torrego González

I.E.S. María Moliner (Segovia)

XVII CONCURSO LITERARIO DE NARRACIONES CORTAS LUIS LANDERO SEGUNDO ACCÉSIT

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LA NUEVA VIDA

Mientras conducía su monovolumen negro, Juan pensaba que aquél iba a ser un buen día. Se había levantado temprano, y preparado el desayuno para su esposa (todavía sentía el olor del café y del pan tostado arañándole la nariz).

Luego, había sonado el teléfono: el médico, al otro

lado de la línea, quería decirle que la biopsia estaba limpia, y que le había llamado para que no estuviera esperando todo el fin de semana. Desde entonces una sensación de optimismo le inundaba y hacía planes para celebrarlo.

Pensaba comprar algún detalle para su esposa y reservar mesa para comer en su restaurante favorito. Luego, irían al campo, lejos de la ciudad. Le diría que se llevara sus lápices para pintar la naturaleza, llena de vida por el principio de la primavera.


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En otra parte de la ciudad, Marcos, en su estudio, mientras trabajaba en un boceto para la publicidad de un refresco, pensaba en una de las escenas de su película.

En ésta, el protagonista estará cerca de la chica, pintando —él será pintor— un banco, unas palomas, todavía no lo había decidido. La chica —siempre hay una chica— estará con sus amigas, todas variaciones sobre un mismo tema (sonrisas, tonos pastel) menos ella. Llevará algo distintivo, blanco quizá, y todo en ella dirá suave: mírame. Será sol y arena, juventud en estado puro. El protagonista no mirará, aunque todo en su gesto dirá "quiero mirar". En el cine, mirar es desear, y ese simple acto —no mirar queriendo hacerlo— abrirá la historia. "Qué imagen tan maravillosa"— murmura, y su secretaria le mira un momento, pensando que se refiere al boceto para la campaña. La luz, que entra a raudales por los ventanales de la habitación, le arranca reflejos rojizos a su pelo negro.

El sonido del teléfono le saca de su

ensimismamiento. De fondo, en la radio, informan de


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la fuga de los animales de un circo ambulante, instalado en las afueras de la ciudad. Al ver la hora, se da cuenta de que si no se va en ese mismo instante, llegará tarde a su cita en los estudios. Recoge su maletín y sale despidiéndose de su secretaria. Sus sorprendentes ojos amarillos, como monedas, le parecen una combinación muy exótica con los diminutos rizos blancos de su peinado.

Al salir a la calle, se para un momento frente a su coche y observa. ¡Qué hermoso está

todo! la luz, los colores, verde en los árboles, por primera vez tras los meses de invierno, el cielo azul, limpio. ¡Cuánta vida!

Se monta en el coche y sale de la ciudad. Aparece el campo, verde, intenso. Y de repente,

ve a una jirafa, mirándole serenamente desde sus ojos mansos, en la dignidad de su tremenda altura. Por mirar al animal no se da cuenta de que se ha desviado, ni del monovolumen negro que está cada vez más cerca, hasta que oye unas ruedas chirriar y se produce la colisión.

Cuando Juan trata de quitarse el cinturón para salir del coche, las manos le tiemblan. Logra sacárselo y abrir la puerta. Las piernas se le doblan cuando intenta salir. Se mira un momento. Por suerte, no ha sido más que un susto. Está en el fondo de una cuneta. Mirando hacia arriba, tras una larga cuesta, se ve el quitamiedos destrozado. Una jirafa pasa corriendo por la carretera, y se siente tan perplejo por un momento que no ve el coche que se encuentra a unos metros del suyo, hasta que oye lo que parece un gemido ahogado. Ése se ha llevado la peor parte. Todo en él da la sensación de encontrarse en un ángulo extraño, como si hubiera estado dando vueltas de campana mientras bajaba, aunque ahora se encuentra en la posición correcta. Se queda un momento mirándolo, en blanco, hasta que parece que una idea le cruza por la


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cabeza y vuelve al coche en busca de su móvil, que debe habérsele caído mientras se salían de la carretera. Busca por todos lados, revolviendo el amasijo de hierros y cristales que es ahora el interior, durante unos instantes que se le hacen infinitos, hasta que se da cuenta de que el teléfono sigue en el bolsillo de su pantalón.

Llama al 112. Los oídos le pitan y casi no puede oír la señal del teléfono. Siente su corazón

latir tan fuerte y tan rápido que, aunque no le pitaran los oídos, sus propias palpitaciones no le dejarían oír. Se lo cogen. La ambulancia llegará pronto. "No le mueva", le han dicho, "no le toque".

Se acerca a verlo para decirle que pronto llegará ayuda. Parece que no le escucha. No para de murmurar: "qué imagen tan maravillosa". Es sólo un niño. Piensa en su hijo, que hace tres años empezó la universidad, y en el coche que le regalaron meses atrás por su cumpleaños. Le suben unas arcadas tan fuertes que tiene que ponerse de rodillas, aunque no llega a vomitar. Se queda en el suelo. Sentado. El tiempo pasa y la ambulancia no llega. Piensa en la jirafa que ha pasado. Si Marcos pudiera hablarle, le contaría la fuga nocturna de los animales del Nederland Circus, de la que se ha enterado esta mañana mientras oía las noticias. Le hablaría de un oso viejo, casi calvo, que ha causado el pánico en un barrio residencial, en el que merodeaba buscando comida entre los cubos de basura. Le diría que la escena le pareció tan original que estuvo buscando la manera de introducirla en su película, como un símbolo, un canto al deseo de libertad y de ruptura con lo establecido.

Juan levanta la cabeza, y vuelve a mirar el otro coche. Se pone de pie, queriendo romper la puerta y sacar al chico, pero se queda a mitad de camino, con una mano extendida, pensando


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en aquellas palabras: "No le mueva, no le toque". Recordará ese momento en toda su vida, porque de repente el chico se pone a gritar. Él está chillando y Juan está allí, parado, con una mano extendida. Esta vez las arcadas son lo bastante fuertes, le sacuden entero, le hacen vomitar. Intenta sostenerse y taparse los oídos al mismo tiempo, pierde el equilibrio. Marcos se calla de repente, pero Juan sigue vomitando un rato más. Cuando por fin se recupera y vuelve la cabeza para mirarlo, el chico tiene la mirada perdida, ausente, como un pez. Se queda en el suelo hasta que oye el sonido de las sirenas, y siente que su cuerpo se deshace de puro alivio.

Marcos se despierta en una cama extraña, incómoda. El aire huele a plástico, a desinfectante. Está en un hospital, y siente las sábanas como papel en sus manos. Los recuerdos del accidente parecen sublimarse, e intentar retenerlos es como tratar de agarrar aire con las manos. Pero se ve allí, en su coche, gritando hasta quedarse sin voz. No se oye, ni recuerda las sensaciones. Nunca se olvida el daño que nos han hecho, pero el dolor no se puede recordar con exactitud, aunque lo reconozcamos en cuanto aparece.

Siente el calor de la luz en la cara, aunque no la ve, y ya nunca podrá verla, como va a decirle el médico que aguarda en la puerta a que despierte.

Cuando Juan entra en la habitación, ya es casi de noche. Marcos se siente totalmente a oscuras, aunque la luz de los fluorescentes golpea las paredes con fiereza, dando una extraña sensación de luminiscencia, como si todo estuviera rodeado por un halo blanco. Ha sentido la puerta abrirse, y se pregunta por qué el aroma del hombre que ha entrado —otro médico, supone— le resulta familiar. Tabaco negro, colonia barata y algo más, que se esfuerza por distinguir, aunque no lo consigue, levemente almizcleño.


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Juan le observa. Hay tanta tristeza en sus ojos que recuerda a los animales que se morían

de pena en las jaulas de aquel circo ambulante, instalado en las afueras de la ciudad. Juan empieza a hablarle:

— Sólo quería decirle que siento muchísimo lo del accidente.— se interrumpe. Pasan unos

minutos en silencio— Me han dicho que es usted director de cine, y yo... mi mujer es pintora, ¿sabe? Yo soy escritor, pero creo que para usted será más duro... "Que se calle, que se calle" piensa.

Ese hombre sigue hablando ("¡que se calle, que se calle!") y le viene a la mente su película. Las imágenes, los colores. Quería hablar de su familia, de su vida, del mundo. De los detalles más insignificantes, del meollo de las cosas. Iba a ser grandiosa, genial. Sutil, ligera como el aire. Dar sólo un poco y que el público aportara el resto. Miles de ojos observando, cada par creando una historia diferente. La gran comedia humana que ya nunca podrá rodarse.

No ha sentido más ganas de llorar en toda su vida.

Y piensa en el escritor, que sigue hablando ("¡que se calle, que se calle!"), en su mujer, pintora, en el accidente. Las imágenes, los colores... poco a poco se irán desdibujando, y los olvidará.

Juan se va. Vendrá cada tarde, y los dos se quedarán así, en silencio, matando el tiempo.


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Hoy — Marcos ha vuelto a pensar en la película. Otra vez la luz, los colores, lo que ya no

podrá ver nunca.

"¿Y qué más da?" —piensa— "si queda tanto por contar, tanto por hacer... es pronto para rendirse."

Olfatea, tantea el aire ansioso, buscando la mano del escritor, y pone un bolígrafo en ella.

—Escriba —le ordena—, le voy a contar una

historia.

AZUL

Guadalupe Manzano Canabal I.E.S. Valle del Jerte (Plasencia)

OPINIÓN

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A VUELTAS CON LA MEMORIA HISTÓRICA En los últimos años se ha extendido en nuestro país un interés por recuperar la voz de los

vencidos en la Guerra Civil que asoló nuestra nación entre 1936 y 1939 y que sufrieron la represión del régimen del general Franco en los años posteriores. Durante los años de franquismo, las autoridades en el poder esquematizaron esta memoria del lado de los vencedores, demonizando a los vencidos, y posteriormente, haciendo desaparecer todo atisbo de recuerdo democrático en la población, creando una memoria colectiva parcial en las generaciones que no vivieron el conflicto bélico.

Llegada la democracia, los intentos de consolidar el nuevo régimen impidieron recuperar

públicamente el hilo conductor entre la nueva experiencia y la anterior a 1936, tan republicana como democrática. Así, quedaba desmadejada la esperanza de reivindicar el sacrificio de los que lucharon por establecer un régimen de libertades en la España de los años treinta.

Eliminando la tan manoseada “inmensa mayoría de los españoles”, utilizada sin el menor

rubor por nuestros políticos actuales, cualquiera que sea su filiación política, hoy asistimos a una demanda social de una parte importante de la población de nuestro país encaminada a recuperar el recuerdo de los sin nombre que colmaron fosas comunes de cementerios y cunetas hace ahora setenta años. La novedad surge cuando el Gobierno de la nación adopta la iniciativa de contrarrestar institucionalmente la falsa memoria (falsa en cuanto parcial) recreada por el franquismo.

El trabajo por hacer es inmenso, largo y complicado, a tenor de la utilización política del

asunto y de la larga tradición española por paralizar las iniciativas gubernamentales cada cuatro

OPINIÓN

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años a golpe de cambiantes resultados electorales. Que aún encontremos en los manuales de Historia de las academias militares españolas la argumentación franquista de que el golpe de Estado de 1936 fue una respuesta al caos provocado por el desgobierno republicano incapaz de controlar a las masas obreras revolucionarias, es bastante más preocupante que la revisión neofranquista falta de rigor científico e histórico tan a la moda, avalada por las derechas actuales. No se trata de cambiar nombres al callejero o retirar monumentos extemporáneos, sino permitir que éstos ejerzan la función didáctica que les corresponde como patrimonio colectivo, del cual no pueden sólo formar parte cuarenta años de dictadura franquista.

En algo estamos de acuerdo con el actual inquilino de la Cátedra de San Pedro, es

inaceptable la práctica del relativismo ético, según el cual todas las ideologías serían buenas. ¿Cómo podemos equiparar a los luchadores que defendieron las políticas fascistas y excluyentes con los que defendían los principios de dignidad y justicia social en la atrasada España de los años treinta? “Recuperar la memoria histórica como base de la ciudadanía democrática es un deber de justicia histórica, afirma la calidad de la democracia y es una inversión de futuro porque no se debe olvidar que la identidad se construye en buena medida con el material de la memoria” (Carme Molinero, El País, 7 de noviembre de 2004). Permitamos, pues, que las víctimas de la represión franquista y sus familiares emprendan el doloroso camino de recuperar públicamente su memoria. Sólo así, conseguiremos que la sedimentación de la experiencia vital de unos y otros abra el sendero que nos reconcilie a todos con nuestro pasado.

Isidoro Monje Gil

Jefe del Departamento de Ciencias Sociales

OPINIÓN

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¿Por qué usamos MS-OFFICE?

Uno de los problemas más grandes del uso de la Nuevas Tecnologías es la cantidad de software sin licencia que usan los usuarios en sus ordenadores personales y una de las empresas más perjudicada por ello es Microsoft, cuyos programas son algunos de lo más pirateados. Sin embargo, me parece que a veces pirateamos sin motivo y uno de estos casos podemos encontrarlo en Office, la suite ofimática de Microsoft. Office es un programa muy potente que contiene todo tipo de programas para el uso en la oficina: procesador de textos, hoja de cálculo, base de datos, presentaciones, etc..., aunque la aplicación más empleada por el usuario medio es Word, el procesador de texto más usado en el mundo. Hasta aquí todo normal, si no fuera porque la mayoría de la gente usa Word para procesar textos que fácilmente podrían escribir en el Wordpad, gratuito en todas la distribuciones de Windows. Los documentos de textos son posiblemente, junto con las fotografías, los más distribuidos por los poseedores de un ordenador y como todo el mundo envía ficheros de Word, pues hay que tener el Word para poder leerlos y escribir nuevos textos que puedan leer todos. El resultado es que un montón de personas respetables se convierten en piratas informáticos que copian ilegalmente Office y fomentan, a su vez, la hegemonía de Microsoft en el ámbito de las suites ofimáticas profesionales.

OPINIÓN

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La gran cuestión que está detrás de todo esto es que no usamos formatos estandarizados y gratuitos de intercambio de documentos como RTF o el más flexible y conocido PDF (Portable Document Format) desarrollado por Adobe en su aplicación Acrobat pero que soportan ya muchos procesadores de texto y aplicaciones conversoras. Cuando enviamos a alguien un documento, lo lógico es que tengamos la intención de que pueda leerlo. Pero, en lugar de enviarle un formato estándar, le enviamos uno propietario que sólo puede leer con Word. Por ello debemos concienciarnos en no enviar documentos formateados en un formato propietario como puede ser DOC de Microsoft.

Existen en el mercado informático procesadores de texto, como Abiword, o suites informáticas completas como OpenOffice o NeoOffice que incluyen las mismas funcionalidades que Office de Microsoft y que no sólo son gratis sino que además permiten convertir fácilmente los documentos a PDF o que incluso son compatibles con el software de Microsoft (pueden leer y guardar en los formatos de Office).

Hoy en día usar Office sin licencia no tiene sentido. Se piratea sin ton ni son. Se copian ilegalmente programas para usar una mín ima parte de sus funcionalidades y se les hace creer a sus autores que su software es imprescindible, cuando lo que los usuarios quieren es escribir simplemente un par de folios a doble espacio y con los márgenes justificados. AbiWord: http://www.abisource.corn OpenOffice: http://www.openoffice.org NeoOffice: http://www.neooffice.org/neojava/es

LITERATURA

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EN TAMPICO, EL POETA ULTRAÍSTA BRINDA, ACOMPAÑADO, POR EL TIEMPO IDO (ARS VITAE) sobre todo cuando es domingo y llueve y se posa la calma en balcones y terrazas y se plantra la tristeza en las calles mojadas no sé si te planteas tu futuro como un pájaro muerto si miras suspirando la ventana o si tan sólo suspiras mirando el agujero inútil de tu cuarto de todos modos la nostalgia ignora verbenas calendarios estaciones impasible se muestra si la palabra es weekend o sexparty lejos quedan no obstante la lluvia el inglés con su metralla los balcones con su plaza y sus geranios más cerca está el domingo lamiendo ya bañando de desidia la penúltima canción de este local las últimas horas de este sábado hubiera podido ser de otra manera

no sé encontrarte quién sabe en otro país otra vida con otra boca y otras manos yo hablándote francés tú escuchándome en italiano disponer del tiempo a nuestro antojo elegir destino nuevo sin pagar peaje escoger entre los libros de la historia una historia un fracaso creer que es posible todo sobre todo ahora que el tiempo pasa y nos saluda el domingo con las pupilas como faros y su vestido de parroquia pensar que mañana -por decir algo- regaremos conmovidamente los geranios.

Abel Mangas

LITERATURA

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HAIKU

NO SE ME OCURRE NADA Un folio en blanco, musa de vacaciones, luz apagada.

LITERATURA

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VISITA A LA EXPOSICIÓN A mis alumnos.

Ayer por la mañana temprano, lunes 19 de diciembre de 2005, vi a don Quijote en mi cuarto de baño y hablé un ratito con él. Cuando llegué al instituto, a la sala de profesores, lo primero que hice fue contárselo a mis compañeros del departamento de Lengua castellana y Literatura, pero no me hicieron caso. Se rieron. A mí me dio igual y por eso, nada más entrar en 4º A, referí la visión quijotesca a mis alumnos. Ellos me miraron, primero, incrédulos y hasta con cierto cachondeo, pero al insistir yo tanto, se empezaron a asustar y querían llamar a Martina, la jefa de estudios. Cejé en mi empeño de decirles que era verdad, ya que ellos se habían empecinado en avisar también a la directora del centro, Aurora. Sin más, continué con la explicación del complemento directo en la oración simple, y los alumnos, tan contentos al haber recuperado a su profesora de Lengua. Yo, por mi parte, estaba deseando que tocara el timbre e ir a 4º C para contarlo, seguro que éstos me iban a comprender y no se iban a asustar.

LITERATURA

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Sonó la campana y me cambié rápidamente de aula. Una vez que entré en la clase de 4º C, les dije que había estado con don Quijote por la mañana temprano en el váter de mi casa y que éste me había pedido que les dijera algo. Casi el grupo al completo me pidió a gritos, como siempre, que explicara todo lo que el Caballero de la Triste Figura me había dicho, pero que contara todos los detalles de su aparición. Así comencé diciendo que el caballero andante había aparecido ante mí cuando iba a salir de la bañera, de hecho me había acercado la toalla para que pudiera secarme. Yo aún desconocía en ese momento que era él, pensaba que se trataba de mi novio que acababa de levantarse. Pero no. Al descorrer la cortina de la bañera, allí estaba él sentado sobre el inodoro con su inconfundible rostro aguileño, su yelmo de Mambrino, su perilla canosa y su inconfundible armadura de caballero andante. Intenté gritar pero ningún sonido brotaba de mi garganta. Él amablemente me agarró la mano para ayudarme a salir de la bañera y una paz inmensa entró en mi cuerpo, parecía que me iba a desmayar. Acto seguido comenzó a hablar.

LITERATURA

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–Soberana y alta señora, ruego me perdonéis la desfachatez de presentarme de esta forma en vuestra casa sin previo aviso, pero los descalabros que en los últimos tiempos cometen sus alumnos con mis grandes hazañas me hacen venir a suplicarle que finalicen de una vez para siempre. Ustedes, los maestros, los sabios de las Letras se empeñan en que sus pobres discípulos lean parte, o por completo, mis aventuras, y ellos se niegan, puesto que es menesteroso negarse uno a hacer lo que no quiere. No obstante, buscan entre sus camaradas a aquéllos que las han leído para que se las cuenten y de esta forma puedan pasar sus pruebas o algo así. En dichas pruebas me confunden con el pobre Cervantes, me matan en la primera salida, señalan que no estoy en mis cabales y airean mis múltiples atrocidades que usted, bella señora, conoce de sobra. Por ello, ruego encarecidamente a Vuestra Merced que sólo lean mis aventuras aquéllos elegidos por usted, u otros sabios de las Letras, con el fin de que den buena cuenta de lo que realmente me ocurrió y no esa chusma que se quiere hacer pasar por lector sin serlo. Si así lo hiciere, me tendrá por suyo para siempre. Ruego también difunda esta petición que realiza don Quijote de la Mancha a todos sus compadres o similares. Sin más que añadirle, me despido de usted, esperando que se cumplan mis ruegos. Y ahora, bella dama, termine de secarse, que el frío está haciendo mella en su cuerpo. Más que fría estaba yo, cuando ante mis ojos desapareció en un instante el caballero andante por excelencia.

LITERATURA

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–Elena, Elena, ¿me oyes? ¿Estás bien? Parece que ya abre lo ojos –decía Martina dirigiéndose a Aurora. –A ver, apartaos y dejad sitio, no os amontonéis encima de ella –ordenaba Aurora. –¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí en el suelo? ¿Qué hacéis vosotras aquí? –No te preocupes, Elena, no ha pasado nada, estás en el Espacio de Creación Joven con los alumnos de 2º de E.S.O., ¿recuerdas? Los has traído para que vieran la Exposición sobre EL QUIJOTE. Les estabas explicando la segunda salida de don Quijote cuando de repente se ha caído el panel y te ha dado en la cabeza. Has perdido el conocimiento. Nosotras hemos venido en cuanto nos ha avisado del percance la directora del Centro. –¿Le ha dado a algún niño? –preguntó Elena, dirigiéndose a ambas. –Hemos tenido mucha suerte porque no le ha pasado nada a ninguno –respondió Martina–. ¿Te encuentras bien o quieres que avisemos al Centro de Salud para que venga un médico a reconocerte? Los alumnos han dicho que el golpe ha sido muy fuerte. ¿Te puedes levantar, Elena? –Por cierto, ¿sabéis que he estado hablando con don Quijote esta mañana? –dijo Elena con una sonrisilla extraña.

Mª Begoña García Quintás

RUTAS LITERARIAS

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LAS RUTAS LITERARIAS EN ALBURQUERQUE El programa educativo “Rutas literarias”, promovido desde hace algunos años por el Ministerio de Educación y Ciencia, tiene como objetivo general fomentar el hábito lector entre los alumnos y, por otra parte, favorece, mediante la visita a pueblos y ciudades de otras Comunidades, el conocimiento y aprecio de la riqueza cultural de España por parte de todos los alumnos. Se trata de un recurso educativo, destinado a alumnos de tercero y cuarto de Educación Secundaria obligatoria, para complementar la formación que se imparte en el aula por medio de un itinerario que gira en torno a un libro, un personaje o un autor o autores relacionados con la geografía que se va a visitar, unos lugares de donde son originarios los autores, donde transcurre el libro o donde de alguna forma surgió la inspiración. Desde la misma creación de las llamadas Rutas literarias, Alburquerque ha formado parte de ellas como una de las etapas de la ruta literaria por Extremadura. Evidentemente, el hecho de formar parte de este programa se debe a la obra de Luis Landero, gracias a la cual los directores del programa decidieron la inclusión de Alburquerque en el itinierario de las Rutas. El primer año el propio Luis Landero condujo a los alumnos de otras comunidades por las calles de Alburquerque, por la piedra Berrocal, por la Villa Adentro y por el Castillo de Luna mientras hablaba de sus recuerdos y de las reminiscencias de sus orígenes en sus obras literarias. Por motivos inexcusables de

RUTAS LITERARIAS

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agenda y de trabajo, el escritor no puede trasladarse cada año varios días a Alburquerque para realizar esta función, de modo que la Unidad de Programas Educativos de Badajoz, perteneciente a la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Extremadura, se puso en contacto durante el curso 2005-2006 con el Departamento de Lengua Castellana y Literatura del I. E. S. “Castillo de Luna” para pedir colaboración a fin de que se diseñara un programa de presentación de la figura y la obra de Luis Landero así como de una visita turística por el pueblo.

Junto con los alumnos de 4º de la E.S.O. del curso 2005-2006, el Departamento de Lengua se puso manos a la obra para preparar la visita de los viajeros de la Ruta Literaria, los cuales eran de Navarra, Almería, Baleares y Alicante. Se creó un blog con información sobre Alburquerque y sobre la obra de Luis Landero; se creó asimismo un foro donde intercambiaron opiniones sobre la ruta los alumnos de aquí y de los diversos lugares de origen de los visitantes; se realizó una presentación Power Point sobre la obra de Luis Landero y sobre Irene Sánchez Carrón, cuya obra también se analizó. La presentación de estos materiales corrió a cargo de los alumnos

citados y de la propia escritora Irene Sánchez Carrón, que habló de sus libros y respondió a cuantas preguntas se formularon. Seguidamente se realizó una visita guiada por Alburquerque, deteniéndonos en la casa de Luis Landero, en la piedra Berrocal, en la Villa Adentro, en la Iglesia de Nuestra Señora del Mercado y, obviamente, en el castillo.

RUTAS LITERARIAS

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Fue una experiencia muy interesante y hubo un fluido cambio de impresiones entre los alumnos y los profesores de Alburquerque con nuestros visitantes, a quienes atendimos lo mejor que pudimos. La presente edición presenta algunas novedades con respecto a la anterior. En primer lugar, los viajeros son de Canarias (dos grupos), de Jaén y de Lisboa (del colegio español). El itinerario por Alburquerque se reduce a la mañana de los días 16 y 23 de marzo. Sin embargo, tiene la ventaja de que la jornada es el último día de las Rutas para todos los grupos, como su fuese una especie de guinda final. El programa incluye también algunas novedades. Tras recibir a los viajeros, se hará una presentación Power Point sobre la figura y la obra de Luis Landero, semejante a la del año pasado. La gran novedad es que se realizará un Recital poético sobre poesía extremeña que el Departamento de Lengua castellana y Literatura ha diseñado expresamente para el programa de las Rutas, con el cual se desea que los viajeros conozcan las líneas generales de la poesía extremeña de todos los tiempos. La Antología o Recital se ha llevado a cabo en varios meses de duro trabajo, no sólo de los profesores de Lengua, sino también de otros profesores que han colaborado activamente, como es el caso de Jacinto Pedro Claver, del Departamento de Ciencias Naturales, de Pedro Piquero, del Departamento de Música, de Abel Martín, del Departamento de Orientación, o de Julio Rodríguez Masa, del Instituto de Secundaria de Garrovillas de Alconétar. Asimismo, han colaborado activamente en la recitación de los poemas muchos alumnos del centro, a quienes

RUTAS LITERARIAS

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deseamos dar las gracias por su colaboración. El trabajo, que se presentó a la Unidad de Programas Educativos y a la Consejería de Educación para su visto bueno y para que se realizara una impresión digna, ha gustado tanto a los responsables que han decidido editarlo con I. S. B. N. junto al CD con las fotos y el recital del mismo, lo cual ha constituido una gran satisfacción para todo el grupo de profesores que han colaborado. Desde aquí invitamos a todos los profesores y alumnos del Centro a participar en futuras ediciones de las Rutas Literarias con nuevas ideas e iniciativas con el objeto de que sigamos haciendo un buen trabajo para que Alburquerque siga formando parte del itinerario de este programa educativo. De este modo, además de dar a conocer la obra de Luis Landero, estamos dando a conocer los interesantes atractivos turísticos de Alburquerque en toda la geografía española.

Ramón Pérez Parejo Dpto. Lengua castellana y literatura

ENTREVISTA

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Eugenio Fuentes nos visita

Por María del Mar Gemio Márquez (1º de bachillerato de Humanidades)

El día seis de marzo se celebró una charla-coloquio con el escritor Eugenio Fuentes (Montehermoso, Cáceres, 1958), dentro de la Semana Cultural del I.E.S. Castillo de Luna. En dicho acto participaron alumnos de primero y segundo de bachillerato; todo ello fue organizado por el Ministerio de Cultura con la colaboración de las profesoras del departamento de Lengua castellana y Literatura del centro que imparten clase en este nivel. Antes de que comenzara la jornada literaria, el autor tuvo la deferencia de responder a estas cuestiones. MGM.: ¿Cuándo decide ser escritor? EF: No hubo un momento determinado para decidirlo, sino que mi obra fue creciendo, sin darme cuenta y sigo aumentándola hasta ahora. MGM: ¿Cómo se le ocurre el personaje de Ricardo Cupido? EF: Fue por el apellido de una alcaldesa importante. MGM: ¿Lee novelas del llamado género policiaco? EF: En realidad leo pocas, solamente algunas inglesas.

ENTREVISTA

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MGM: Cuando tenía nuestra edad (17 ó 18 años), ¿qué le gustaba leer? EF: Me gustaba leer novelas policíacas y autores como Julio Verne. MGM: Escribe novelas, relatos cortos, artículos periodísticos, ¿no le gustaría probar otros géneros? La poesía, ¿por ejemplo? EF: Digo como Cervantes: “Es la gracia que no me dio el cielo”.

MGM: ¿Cuáles son sus escritores favoritos? EF: William Shakespeare, Juan Carlos Onetti, Clarín, Cervantes y muchos más. MGM: ¿Está leyendo alguna obra en este momento? ¿Cuál? EF: Sí, “Historia de Roma” y también algunos relatos. Gracias a estas charlas con escritores, los jóvenes tenemos otra concepción de ellos y de su obra; además, en este caso, creo que todos hemos aprendido mucho con los maravillosos consejos que nos dio el autor de Las manos del pianista, Eugenio Fuentes.

ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

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Lengua de Signos Española

Esta actividad fue programada por el Departamento de Orientación y el de Lengua y Literatura españolas. Sus destinatarios fueron los alumnos de 1º de Bachillerato. Nuestro objetivo fundamental no fue profundizar en el conocimiento lingüístico de la L.S.E., sino lograr un acercamiento a ella como sistema de comunicación de una comunidad y ofrecerles una perspectiva natural y no discriminatoria de la misma. Para ello, se motivó a los alumnos partiendo de una situación real de comunicación en la que la responsable de la actividad, Chari, y otras profesoras, Chon y Begoña, se expresaban utilizando la lengua de Signos. Esto sirvió, en primer lugar, para que los alumnos sintieran la impotencia de no poder entender nada; en segundo lugar, para despertar en ellos la curiosidad y el interés que deseábamos. A continuación se les dio un dossier con una serie de consejos sobre cómo hablar a una persona sorda o con discapacidad auditiva y con todo el material que se iba a utilizar en el desarrollo de la actividad: consideraciones y reflexiones generales, sistema de comunicación


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bimodal y sistema signado, signos icónicos y signos arbitrarios, parámetros de formación del signo, estructura de la L.S.E.

Finalmente se les enseñó el alfabeto dactilológico, algunos signos, agrupados por campos semánticos, y algunas expresiones cotidianas. Con todo ello los alumnos pudieron formar frases cortas. Creemos que la experiencia ha sido muy positiva y que hemos conseguido no sólo los dos objetivos que nos propusimos, sino también otro añadido: divertirnos aprendiendo. Esto no hubiera sido posible, claro está, sin la participación y el interés de estos alumnos y sin la colaboración de Chon y Begoña. Mil gracias a todos. Ha sido un

placer.

Chari


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Opinión de los alumnos sobre la actividad de L.S.E. 1º de Bachillerato de CCSS - “Me ha parecido muy útil; además, creo que ha despertado en muchos de nosotros curiosidad y ganas de aprender más sobre esta lengua. Hemos aprendido algo, aunque sean oraciones cortas y expresiones cotidianas para defendernos y poder dirigirnos a personas con esta discapacidad. Me parece positivo que se aprenda esta lengua, debería ser como otra más”. - “Esta actividad ha estado bien, porque así comprendemos la dificultad de un sordo para relacionarse y hemos aprendido algo, aunque sea básico. Me ha llamado mucho la atención la importancia que tiene la expresión facial, el papel que desempeña para diferenciar distintos signos”. - “Ha sido una actividad muy divertida y amena. Me parece bien que nos inicien en cosas que no sabemos para conocerlas mejor; así, a partir de aquí, podemos elegir si te interesa conocer esta lengua más profundamente. Me ha parecido muy curioso que no sea una lengua universal y que además haya dialectos. Antes yo pensaba que era una cosa que no servía para


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mucho, pero ahora mi visión sobre la lengua de signos ha cambiado, me doy cuenta de lo importante que es y además me ha parecido muy atractiva”. - “Me ha gustado mucho esta actividad, ya que he conocido cosas que eran inexistentes para mí. He descubierto cosas nuevas y una manera de comunicación con la que antes no contaba. Me ha llamado la atención que tengan signos icónicos y arbitrarios, como nosotros, aunque me han parecido más fáciles los icónicos”. 1º de Bachillerato de CCNN - “Me ha resultado muy divertida y curiosa y he aprendido algo. No me ha parecido fácil, porque hay un signo para cada palabra y son muchos. Es algo que nunca me había planteado, pero ahora lo veo de otra manera y comprendo la impotencia que pueden sentir estas personas”. - “Lo más interesante es que hemos podido hacer un pequeño diálogo con los compañeros y hemos aprendido bastante en poco tiempo. Creo que debería haber durado más para aprender más. Me ha llamado la atención la agilidad que se puede tener al realizar los signos. Para mí ha sido muy positiva y me ha ayudado a comprender mejor a los sordomudos, ya que me he puesto en su lugar”.


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- “Lo que me ha parecido más interesante es que no se podía hablar y me llamó la atención el primer diálogo entre las dos profesoras, porque no sabía qué estaban diciendo y me sentí un poco impotente. Luego me pareció más fácil de lo que yo pensaba cuando nos lo explicaron”.

- “Pienso que es una actividad muy positiva, porque desde fuera todo se ve muy fácil, pero cuando tienes que utilizar este lenguaje te das cuenta de que no es tan sencillo. Creo que esta actividad puede hacer pensar a esas personas que se burlan de otras que tienen alguna discapacidad”. - “Lo más interesante para mí es cómo se formulan las preguntas y que para decir su nombre tengan un signo que simboliza algo característico de su persona. Yo pensaba que era algo fácil, pero me he dado cuenta de que no, porque hay mucho vocabulario. De todas formas he comprendido algo de esos signos que antes me parecían indescifrables”.


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TECNOLOGÍA - VIAJES Y PROYECTOS TECNOLÓGICOS


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EXCURSIÓN EN LA COVATILLA


Página L

SEMANA CULTURAL


Página LI

DÍA DEL CENTRO

REPORTAJES

Página LII

ESCHER, LA IMAGEN DE LA IMAGINACIÓN

¿DIBUJAR ES UN ENGAÑO? Necesariamente la

representación de la realidad tridimensional en un plano

bidimensional implica engañar al ojo y en este sentido, el

lápiz, articulado por el engranaje de la perspectiva, hace el

papel de auténtica varita mágica, de juego de naipes

trucado por el inmaterial arte de las matemáticas.

En el arte, desde el advenimiento de la fotografía, el interés

de los artistas por representar el mundo visual tal y como lo

percibimos ha perdido la importancia que tenía desde la

antigüedad clásica. El cuadro deja de ser una ventana

abierta a la naturaleza y el artista crea verdaderamente una

nueva imagen, que libre de imitar lo que vemos, hace que las formas, los colores o las texturas

recorran el cuadro creando en sí mismas una nueva configuración.

“Manos dibujando”(1948). Cada mano pinta a la otra, estando ambas en un papel clavado con chinchetas a la superficie plana que contiene a la obra.

REPORTAJES

Página LIII

“Tres mundos” (1955). Hace coincidir la superficie del agua (hojas), su profundidad (el pez) y eexterior (el reflejo de los árboles).

Aunque la precisión en el detalle del dibujo pueda dar a entender

lo contrario, Escher, con el rigor matemático de un geómetra

representa lo que nunca podrá existir siendo, más que dibujante

constructor, arquitecto de mundos imposibles jugando con los

límites perceptivos y sensitivos del espectador.

El resultado es un juego intelectual alucinante donde la

perspectiva se hace imposible, el infinito toma forma y vida

desarrollándose dentro de la estructura de la obra gráfica.

“Yo no deseo describir nada místico, lo que cierta gente llama

misterioso, no es sino un engaño consciente o inconsciente. Todo

lo que he querido es jugar a un juego, con la sola intención de

investigar los medios de la representación pictórica”.

Escher se interroga sobre la trama interna, sobre la estructura del dibujo como si al mirar una

complicada alfombra se plateara: ¿Cómo será el reverso? ¿Cómo está tejida?

REPORTAJES

Página LIV

“Reptiles”. Litografía. (1943). Nos muestra el cuaderno donde Escher dibujaba sus bocetos de partición de superficies. Desde él, pequeñas figuras planas (hexágonos) se van transformando en reptiles que toman cuerpo tridimensional deslizándose después por un tratado de zoología y por un triángulo hasta subirse a un dodecaedro donde la bestezuela resopla antes de saltar de nuevo a la hoja.

A partir de 1937, Escher deja de analizar el espacio

tal y como se muestra en la realidad (perspectiva

natural). Comienza, entonces, a producir series que

sintetizan espacios distintos en un mismo cuadro

llegando a conseguir que se complementen mutuamente.

Dos grandes aportaciones nos dejan sus estudios:

En primer lugar, y estimulado por el estudio de los alicatados árabes de la alambra de Granada,

Escher se interesa por la estructura de la superficie inventando un método para dividir

regularmente la superficie plana. Él parte de formas estrictamente geométricas (hexágonos

REPORTAJES

Página LV

regulares, triángulos, etc.) que van

transformándose en formas reconocibles (pájaros,

hombres, etc.) describiendo lo que él llamó ciclos

o metamorfosis. (Los artesanos Islámicos ya

utilizaban estas estructuras reticulares para trazar

los complejos enlazados geométricos de sus

decoraciones, pero su carácter iconoclástico −sus

creencias prohíben la representación de las

figuras humanas y de animales− les impidió llegar

donde Escher).

Tres grupos de obras distinguimos en este ámbito

de las estructuras: las llamadas metamorfosis

(figura izquierda: “Como se origina una

metamorfosis”), los ciclos (pág. anterior

“Reptiles”) y las aproximaciones al infinito(“Límite

circular IV” y “Evolución II”, a continuación).

REPORTAJES

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En segundo término, se interesa por la proyección del espacio tridimensional sobre el plano del

dibujo. Examina las leyes de la perspectiva, válidas desde el Renacimiento, con espíritu crítico y

descubre nuevas leyes que ilustra en sus dibujos de complicadas e imposibles perspectivas.

También aquí son tres las clases de cuadros: Conflicto entre espacio y superficie (Figura pág. 1,

“Manos dibujando”, las perspectivas (“Profundidad”)y las representaciones de figuras

imposibles(“Cascada”, “Belvedere”, “Cóncavo convexo”).

REPORTAJES

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“Profundidad” Cascada”, 1947. Litografía “Belvedere”, 1958. Litografía

La obra gráfica de Escher (unos 70 cuadros) es como un libro de bitácora

que luego reproduce en encargos concretos: diseños de sellos postales, de

envases industriales, de ex libris, papeles de embalar, portadas de

revistas, tarjetas de felicitación, ilustración de libros y, sobre todo, el

diseño de la decoración de revestimientos de fachadas, interiores y

REPORTAJES

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columnas, entre los que destacan el mural de la Central de

Correos de La Haya, cuatro grandes paneles de marquetería

para la decoración del Ayuntamiento de Leiden o el mural de

la Capilla del Tercer Centenario de Utrecht.

Pintando la decoración mural de la

Capilla del Tercer Centenario de Utrecht

Esfera de marfil: “Ángeles y diablos”.

“Cóncavo convexo”, 1955. Litografía

Augusto Rivilla

REPORTAJES

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Desde el Departamento de Matemáticas os animamos a que hagáis mosaicos. ¡Es muy fácil!

Una forma sencilla de conseguir mosaicos consiste en deformar los polígonos de un mosaico regular –formado por triángulos equiláteros, cuadrados o hexágonos regulares– como en el ejemplo. El fundamento de la técnica es simple: eliminar una parte de un lado del polígono para añadirla en otro. Repetiremos este par de acciones siguiendo siempre el mismo criterio hasta que obtengamos la figura que deseemos que encajará con el resto en virtud del proceso de construcción que hemos seguido.

REPORTAJES

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Si os parece muy difícil con un hexágono, podéis empezar por un triángulo o un cuadrado.

A partir de un triángulo cualquiera generamos un mosaico muy simple. A partir de un cuadrilátero cualquiera, convexo y no convexo, se

genera un mosaico. A partir de un triángulo equilátero y de un cuadrado se forman estas dos losetas con nombre propio: la pajarita nazarí y hueso nazarí. Visto como se construyen, os invitamos a que hagáis vuestras propias composiciones. ¡Ánimo!

REPORTAJES

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CÓMO HACER PAPEL RECICLADO

1º Tendrás que hacer tiras el papel que has ido acumulando en la "papelera". Después estas tiras las harás pequeños trocitos. Puedes utilizar las manos sin ninguna herramienta especial (no utilices las tijeras) ya que es muy fácil y divertido ¿verdad? Acumula todos los trozos de papel en el barreño.

2º Cuando tengas un buen montón de papel cortado. Añade tres o cuatro cucharadas soperas de la cola de carpintero en el barreño. Luego échale agua (por lo menos tanto volumen de agua como papel cortado sin apelmazar) para que se remoje todo y, después de removerlo para que se mezcle la cola, déjalo reposar un día o dos. Si el agua está tibia o caliente tendrás que esperar menos.

REPORTAJES

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3º Con la batidora, pide a tu profesor que bata todo el papel hasta que se convierta en una masa. Si no tienes batidora, mete las manos y tritúralo durante un buen rato. 4º Con la criba o cesnero sumérgela en el barreño e intenta sacar una pequeña cantidad de la pasta sobre ella que está repartida homogéneamente (sin dejar agujeros) por toda la red, y que no sea excesivamente gruesa (cuanto más fina sea, mejor). Espera sobre el barreño un par de minutos hasta que suelte el agua de sobra.

5º Coloca la criba con la pasta de papel sobre la mesa quitándole el marco móvil; cúbrela con la toalla, y encima de todo el trozo de pané. Como ahora el conjunto está rígido, dale la vuelta de tal forma que quede la criba en la parte de arriba. 6º Quita la criba y ahora, sobre la pasta de papel, vuelve a poner otra bayeta o toalla.

REPORTAJES

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7º Con el rodillo, dale suavemente (sólo con el peso del propio rodillo) para quitarle agua. Con varias pasadas bastará, y las bayetas empaparán el agua sobrante. 8º Quítale la bayeta enrollándola y con mucho cuidado para que no se pegue a ella nuestra hoja de papel reciclado. 9º Ponle encima una hoja de papel de periódico, y sobre ella el pané. El conjunto vuelve a estar rígido y puedes darle la vuelta de nuevo. Quítale el pané y la otra bayeta, del mismo modo que antes has visto. Vuelve a ponerle otra hoja de periódico y el mismo pané que acabamos de

quitar. 10º Ya puedes desplazarlo al lugar donde lo vas a dejar secar durante al menos un par de días. Puedes prensarlo con un buen montón de libros. 11º Finalmente, después de estar bien seco, quítale los pesados libros, y... ¡a recortar! Recórtale los lados a tu flamante hoja de papel para que estén rectos. Rafael Moya

HUMOR

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DUDAS EXISTENCIALES Si un abogado enloquece... ¿pierde el juicio? Si todos los derechos son reservados... ¿qué pasa con los zurdos? ¿Cuantos pájaros en mano corresponden a 450 volando? ¿Los infantes disfrutan de la infancia igual que los adultos del adulterio? Si el pez nada... ¿la vaca todo? Si hay un más allá... ¿hay un menos acá? ¿Por qué los jugadores de baloncesto se dan la mano al lanzar un tiro libre, lo fallen o lo

metan? Si la piscina es Honda... ¿el mar es Toyota? ¿Qué cuentan las ovejas para dormir? ¿Por qué las ciruelas negras son rojas cuando están verdes ¿Donde está la otra mitad de Medio Oriente? ¿A qué árbol pertenece el fruto del trabajo? ¿Cuanto miden las altas horas de la madrugada? ¿Qué hay que hacer si uno ve un animal en peligro de extinción comiéndose una planta en

peligro de extinción? ¿De qué color es un camaleón mirándose al espejo? ¿Porque Bill Gates llama a su sistema operativo Windows(ventanas) si lo podría haber

llamado Gates (puertas)? ¿Por qué nuestro planeta se llama Tierra si las 3/4 partes de él son agua? Si estamos hechos un 80% de agua... ¿Por qué nos ahogamos? La tierra es redonda y se llama Planeta... ¿si fuera plana la llamarían Redondeta? ¿Por qué SEPARADO se escribe todo junto y TODO JUNTO se escribe separado? La vaca hace mu, el perro guau, el gato miau pero ¿y la jirafa?

HUMOR

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PASATIEMPOS

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PASATIEMPOS

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SUDOKUS

La solución en el próximo número de la revista

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Esta revista se terminó de editar el día 29 de Marzo de 2007

I.E.S. Castillo de Luna

http://iescastillodluna.juntaextremadura.net

Diseño y maquetación: Rafael Santos

Ilustración de portada: Augusto Rivilla

Profesores redactores y colaboradores: Abel Mangas, Antonio Dávalos, Augusto Rivilla,

Chari Rodríguez, Isidoro Monje, José Carlos Martín, Luci Pintor, Mª Begoña García, Rafael Moya,

Rafael Santos, Ramón Pérez.

Alumnos colaboradores: Alba Torrego, Ana Beatriz Rasero, Antonio Robles, Carlos Maya,

Clara Morales, Cristina Pocostales, Guadalupe Manzano, José Ángel Holgado, Juan Fernando

Gómez, Juan José Cantero, Lucía Robles, Marcos Rodríguez, Mª Ángeles González, Mª Jesús

Baldominos, Mª del Mar Gemio, Mª de las Nieves Marmelo, Sara Flores.

página i...iii concurso de relatos hiperbreves “luis landero” ganadores página iv juan...

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