petra: la ciudad del silencio

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+ 1 Garraf Revista bimestral gratuita · Nº 20 lo m lo m + + s s EN UNA ENTREVISTA,DESTACA SU CARRERA COMO CANTANTE KEVIN COSTNER EL AUTÓDROMO DE TERRAMAR ENTREVISTA A CHENOA EL MUSEO DEL FERROCARRIL DE VILANOVA I LA GELTRÚ ENTREVISTA A MIGUEL A. TORRES

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Reportaje sobre Petra, Jordania. Publicado en Lo M+s Baix Llobregat 48 y Lo M+s Garraf 20, el 16 de marzo de 2012

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G a r r a fRevista bimestral gratuita · Nº 20

lo mlo m++ss

EN UNA ENTREVISTA,DESTACA SU CARRERA COMO CANTANTE

KEVIN COSTNER

EL AUTÓDROMO DE TERRAMAR

ENTREVISTA A CHENOA

EL MUSEO DEL FERROCARRILDE VILANOVA I LA GELTRÚ

ENTREVISTA A MIGUEL A. TORRES

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Hace 20 siglos, Petra era la capital del imperio nabateo. Durante centurias quedó olvida-da, y su memoria sólo perduró en las leyendas. Hasta que un joven suizo la redescubrió, y sus secretos volvieron a la luz. Pese a los aluviones turísticos, este parque arqueológico de gigantescas tumbas esculpidas en las rocas sigue presentando un aire majestuoso, en un valle rocoso de formaciones caprichosas y colores que cambian en el curso del día.Texto y fotos: Juan Pedro Chuet-Missé

La ciudad del silencio

VIAJES / PETRA, JORDANIA

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Estamos en 1812. Por un angosto desfi lade-ro con paredes que

llegan a los 200 metros de altura camina un joven suizo llamado Johann Ludwig Burc-khardt. El hombre viste como árabe, habla esa lengua a la perfección, y simulando ser un pastor extraviado sigue unas pistas de rumores y ha-bladurías, en búsqueda de la antigua ciudad perdida de los nabateos.

Su cuerpo palpita de an-siedad, y varios minutos más tarde su corazonada tiene premio: es el primer europeo en volver a contemplar El Te-soro, una gigantesca tumba esculpida en la roca hace casi 20 siglos. Este explorador ha vuelto a descubrir a Petra, y la ciudad olvidada volverá a

salir a la luz.Petra se encuentra al sur

de Jordania, un país de una paz insólita entre vecinos que tienen a la guerra como de-porte nacional. Su nombre, que en griego signifi ca piedra, no es en vano, porque toda la ciudad fue esculpida en la roca, gracias a las caprichosas formaciones geológicas que las rocas adoptaron en estos valles.

En rigor, lo que el visitan-te puede contemplar es un gigantesco cementerio. Por-que esas construcciones de dimensiones para colosos son tumbas, dedicadas a re-yes, nobles y comerciantes que podían permitirse el lujo de descansar en el más allá dentro de un palacio rocoso. Según los estudios arqueoló-

Izquierda: El Tesoro, la tumba más famosa y grande de Petra. Es la puerta de bienvenida a un mundo silencioso.Arriba: un beduino contempla el atardecer desde su comercio de artesanías. / J.Ch.

Cuando el turis-ta decide salir de los recorridos multitudinarios, no es extraño que los bedui-nos ofrezcan compartir un té e intentar una cálida conver-sación en un in-glés básico

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gicos, los nabateos eran exce-lentes escultores pero poco brillantes como arquitectos, por lo que preferían vivir en tiendas y dejar su legado artís-tico para los muertos.

De todas formas, los tiem-pos cambiaron, y pese a que el parque arqueológico de Petra está protegido y vigila-do, en las afueras del circui-to turístico hay beduinos que siguen viviendo dentro de las tumbas como lo hicieron sus ancestros durante siglos. Cuando el turista decide salir de los recorridos multitudina-rios, no es extraño que los be-

duinos ofrezcan compartir un té e intentar una cálida con-versación en un inglés básico.

Por la estratégica posición de Petra se cruzaban los ca-minos de la Ruta de la Seda y de otras caravanas de Orien-te hacia el Mediterráneo. Los nabateos no eran grandes militares, pero supieron sa-car provecho de los peajes y crecieron como una potencia comercial en la región. Inclu-sive los romanos, con todo su poderío, tardaron décadas en conquistar la ciudad. La clave fue que los nabateos, con su poder económico, soborna-

El Monasterio, una de las tumbas más fastuosas, merece la larga caminata desde el centro de Petra. / J.Ch.

Las gigantescas construcciones de Petra no son palacios sino tumbas reales. Los nabateos preferían vivir en tiendas

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Uno de los momentos más emocionantes de Petra: salir del Desfi ladero y encontrarse con El Tesoro. / J.Ch.

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ban a los generales romanos a cambio de dejar a la ciudad en paz.

Este poder se adivina en la fastuosidad de los templos y las tumbas, pero también en las ruinas del anfi teatro, los canales para acercar el agua, y en un diverso catálogo ar-queológico que el turista debe disfrutar en calma, caminando durante kilómetros pero sin dejar de maravillarse. Cabe re-cordar que después de los na-bateos también los romanos y los bizantinos dejaron sus huellas en este lugar.

Para los amantes del sen-derismo, y si se dispone de más de un día, se sugiere tomar los diversos circuitos que rodean las principales atracciones, fatigar distancias, ascender por escaleras inter-minables y contemplar desde las alturas los valles rocosos que rodean a Petra. A lo largo del día, el sol seguirá con su periplo y la ciudad comenzará a ser invadida por las tonalida-des naranjas del crepúsculo, para dar paso al silencio y a una noche de oscuridad casi absoluta.

Pero hay días en que se puede ver otra cara de la ciu-dad: dos veces por semana, se ofrece el espectáculo Pe-tra de Noche, donde el desfi -ladero que descubrió el joven Burckhardt se ilumina con cientos de velas, y se llega a la explanada de El Tesoro. Allí, la tenue luz de miles de peque-ñas llamas recuerda que pasa-rán generaciones de hombres, pero esas tumbas silenciosas seguirán desafi ando al tiempo.

El Tesoro, iluminado por velas en el espectáculo Petra de Noche. / J.Ch.

Un beduino vistIendo el uniforme militar de su cultura. / J.Ch.

La ciudad de Petra contemplada desde las alturas de los desfi laderos / J.Ch.