pesca bonilla nº 7

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Pesca Bonilla Memoria Pesquera 2012

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Número 7 de la revista Pesca Bonilla

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Page 1: Pesca Bonilla nº 7

Nº 7 Año I Diciembre de 201 2

Historias de Suso

Capítulo VI I

Y además. . .

Pesca BonillaTu revista de pesca en Lanzarote

MemoriaPesquera 2012Tiempo debocinegros

Sargo. . .¿estás ahí?

¡Vaya bogas!

Page 2: Pesca Bonilla nº 7

STAFF

Manolo Hernández

Francisco Hernández

Óscar Hernández

Page 3: Pesca Bonilla nº 7

PB 6/201 2 Página 1

Sumario

Memoriapesquera 2012Tiempo debocinegrosSargo... ¿estásahí?¡Vaya bogas!Historias de Suso(y VII)

2 - 9

1 0 - 11

1 2 - 1 3

Nos vemos obligados, antes

de desarrol lar ningún

contenido, a pedir disculpas

a nuestros innumerables lectores por

el di latado tiempo transcurrido hasta la

aparición de este nuevo número de

nuestra revista. ¿Las razones? Pues

muchas, entre las que debemos hacer

constar las obligaciones profesionales

-la razón más notable-, problemas

tecnológicos y, avergonzadamente lo

confesamos, también un poco de

vagancia. Por esta útl ima razón, más

obligada es la presentación de

disculpas. Pero ya esta aquí el

número siete de nuestra revista en la

que se podrá encontrar, entre otros

artículos, la memoria pesquera del

presente 201 2, una referencia al

bonancible mes de diciembre que se

nos presentó y que posibi l itó varias

salidas en embarcación y, como no,

un nuevo capítulo de las apasionantes

historias de Suso.

1 6

Editorial

Arrecife, agosto de 201 2

1 4 - 1 5

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Memoria pesquera 201 2

Si tuviéramos que resumir en pocas palabras loque nos aconteció en cuanto a materia pesqueraen este ya agonizante año 2012, seguro que

tendríamos que acudir al nuevo escenario abierto con eldisfrute de la embarcación Sara y a la escasez decapturas de tamaño digno de mención pescando desdela orilla. Podrá parecer una impresión exagerada lasegunda de las cuestiones indicadas, pero tras laobservación estadística, forzadamente objetiva, de lascapturas habidas durante el año la contundencia de laafirmación es irrefutable. Apenas algunas capturas quepasaran de los dos kilos. Y nada más; el resto, dediscreto tamaño. Hemos registrado alguna anomalía enrelación a años anteriores; la temperatura del agua, quenos ha parecido superior a la media; proliferación demedusas durante un tiempo prolongado y la no apariciónde algunas especies habituales en algunas épocas del año. No podemos obviar que lapresión pesquera, tanto la profesional como la deportiva, está en el límite de colapsar elequilibrio entre las extracciones y la regeneración de las masas de peces, si no es que yahaya ocurrido el colapso. Preferimos no profundizar en la mayor o menor legalidad de losmodos extractivos. Ni de la irracionalidad empleada. Pero aquí está, cargado de evidencia,el resultado. Esperamos que por una vez por todas, las autoridades con competencia en eltema articulen procedimientos que al menos incidan en las conciencias de todos los quecompartimos el mar y sus bondades para evitar la continuidad de este deterioro.

Arrecife, diciembre de 2012

INTRODUCCIÓN

LA SARA EN ACCIÓNTuvo que pasar cierto tiempo para que el Sara, desde su llegada a casa de Manolo,

surcara aguas conejeras y, con ello, pudiéramos constatar el nuevo escenario pesquero

que se nos presentó. Cierto es que como puerto base elegimos el de Playa Blanca que, si

bien no posee una rampa en condiciones, sí que

sus cercanías son favorecedoras en relación a

las expectativas de capturas. De hecho, toda La

Bocayna se nos ofrece, por un lado; por otro,

Fuerteventura y la isla de Lobos están

relativamente cerca, y más cerca aún están Las

Maretas. Favorece mucho también el hecho de

que la Sara cuenta con un motor de garantías,

tanto para la marcha como para el consumo. A

continuación presentaremos un estudio

estadístico en relación a las capturas obtenidas,

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pero antes de ello, sí que queremos indicar que todo el pescado, todo, ha sido capturado

pescando a fondo. No se ha tenido suerte en la práctica del curricán, pues los dos bichos

que en su momento entraron a la muestra no pudieron capturarse. Apenas se ha

practicado el j igging y para nada el calamareo. Pero todo se andará. Pues sin más

demora, el análisis:

Especies capturadasEn relación al tipo de capturas obtenidas

desde la embarcación hay que volver a

insistir en el dato de que las técnicas

usadas son dirigidas a una determinada

variedad de peces y que estas se han

reducido a solo dos: fondeados sobre

fondos a treinta metros y gareteo sobre

fondos de marisco comprendidos entre

treinta y ciento veinte metros. La siguiente

tabla indica las especies capturadas y sus

frecuencias absolutas:

En este otro gráfico circular se puede observar las frecuencias de las distintas especies:

Es llamativo el porcentaje que acumulan las cabri l las, aunque ya hemos insistido en el

tema de que la técnica de pesca uti l izada va en su búsqueda. En kilos, indicar que se

capturaron más de 1 80 kilos que para doce salidas habidas da una media de 1 5 kilos y,

al dividir entre los tres pescadores, da la media reglamentaria de 5 kilos por cabeza.

Memoria pesquera 201 2

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Memoria pesquera 201 2

ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE CAPTURAS DEL 2011 Y EL 2012 PARALA PESCA DESDE ORILLAAprovechando que ya contamos con un análisis estadístico de capturas relativo al curso

pesquero 2011 , real izamos una comparativa relativizando los resultados al hecho de que el

número de salidas ha sido menor debido a las salidas en embarcación cuando el tiempo lo

ha permitido.

En la tabla que presentamos a continuación damos los resultados habidos en los años

pesqueros 2011 y 201 2, discriminados por tipos de especies capturadas, su frecuencia

relativa dada en porcentajes, las diferencias observadas y los kilos capturados.

Como observaciones más notorias podríamos señalar las siguientes:

- Ausencia de algunas especies, antaño frecuentes, como salemas, palometas, sierras, etc.

- Disminución de capturas de sargos y viejas y, por el contrario, aumento de las capturas –por lo demás bastante significativo-

de vaquitas y bocinegros.

Es posible que las variaciones se observen mejor en los siguientes gráficos de sectores:

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Memoria pesquera 201 2

Como observaciones más notorias podríamos señalar las siguientes:

- Ausencia de algunas especies, antaño frecuentes, como salemas, palometas, sierras, etc.

- Disminución de capturas de sargos y viejas y, por el contrario, aumento de las capturas –por lo demás bastante significativo-

de vaquitas y bocinegros.

Es posible que las variaciones se observen mejor en los siguientes gráficos de sectores:

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Memoria pesquera 201 2

En la siguiente tabla presentamos, en relación a las salidas habidas y los kilos

capturados, que fueron 21 4,75 para 61 salidas en 2011 y 11 4 para 33 salidas en 201 2,

proporciones que relacionan el número de capturas con respecto a las salidas y a los

kilos obtenidos con respecto también a las salidas:

Son destacables las siguientes observaciones:

- Ligero aumento del número de capturas por salida: de siete a ocho piezas.

- Prácticamente la misma media de los kilos obtenidos por salida.

- Al existir más piezas capturadas y la misma media de kilos inferimos que,

estadísticamente, se ha producido una ligera disminución en los tamaños de las piezas.

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Memoria pesquera 201 2

PESQUEROS PROSPECTADOSDiferenciaremos, por pura obviedad, los pesqueros prospectados desde ori l la y desde

embarcación.

Desde orilla

Desde embarcación

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Memoria pesquera 201 2

En la siguiente tabla, damos las toponimias locales de los pesqueros indicados:

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Memoria pesquera 201 2

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Tiempo de bocinegros

Es invierno, aunque no destaque en la isla por estos últimos

tiempos por su crudeza, se repiten ciclos biológicos marinos a

los que no parece importarles mucho la mayor o menor

virulencia de sus rigores. Y particularmente al de los

bocinegros tampoco, que es justamente ahora su

tiempo de desove y, por ende, del pago de su tributo

a los pescadores. Más aún, de último pareciera que

se cogen más que, por lo menos, el año pasado.

Desde siempre el bocinegro ha sido objetivo de los

pescadores profesionales, significando una fuente

de ingresos notable para el sector. Pero hay

bastante que matizar al respecto. En primer

lugar, que para que a un ejemplar de la especie

pagrus pagrus se le denomine bocinegro debehaber alcanzado una tal la igual o superior a los

dos kilos. Si tuviera entre, aproximadamente,

medio kilo y los dos kilos seria un pallete y,hasta eso, si tuviera menos de medio kilo

seria un chamorro. A la sazón, recordamosque la tal la mínima para su captura es de

33 centímetros en Canarias, es decir, ya

casi estando el animal casi abandonando

su fase de pallete. Podríamos discutir

que quizás sea un poco restrictiva la

medida, pero es ley, no nos olvidemos

de eso.

No iba ser menos objetivo el

bocinegro para los pescadores

deportivos, aunque muchos de

los que están en fase propia de

la denominación no pasen del

enjambre de nasas que están

sembradas en los fondos de su

querencia. Pero es que ni pal letes,

incluso chamorros, tampoco pasan de

ellas, de las que la gran mayoría son

ilegales. En cualquier caso, algunos que

pasan pueden llegar a significar uno

momentos gloriosos para el pescador de ori l la.

Pocos peces cargan y luchan tan bien como el

bocinegro. La gran mayoría, por lo general, vienen

con el anzuelo ubicado en lo más interior de sus

gargantas. ¡Ah! , y su carne. . . .

Este año, como hemos dicho anteriormente ha sido especialmente fructífero al

respecto de la captura de bocinegros. Este positivo dato contrasta con la

disminución de las capturas de otras especies, pero estas tampoco es que

presenten una lucha como el bocinegro, ni su valor gastronómico tampoco

está a su altura. Es decir, que el dato es doblemente positivo. Sí que es

verdad que las tal las no han alcanzado una notabil idad como antaño, ni

mucho menos, pero bocinegros sí que son.

El bocinegro es querencioso para la sardina, la caballa y el calamar,

pero no desdeña atacar cualquier otro cebo, y con la misma violencia

que les caracteriza. Sí que también nos gustaría rogar, antes de

concluir esta atención a este regio pez, a quienes capturaran algún

chamorro que no vacilaran para nada en devolverlo al mar si cupiera

la posibi l idad, es decir, que el anzuelo no les hubiera dañado

vitalmente las agallas o la garganta. Con ello, podriamos todos

garantizarnos poder seguir capturando este hermoso y luchador

pez. Al menos los pescadores deportivos, porque las nasas igual

no tienen conciencia humana. . .

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Tiempo de bocinegros

Este año, como hemos dicho anteriormente ha sido especialmente fructífero al

respecto de la captura de bocinegros. Este positivo dato contrasta con la

disminución de las capturas de otras especies, pero estas tampoco es que

presenten una lucha como el bocinegro, ni su valor gastronómico tampoco

está a su altura. Es decir, que el dato es doblemente positivo. Sí que es

verdad que las tal las no han alcanzado una notabil idad como antaño, ni

mucho menos, pero bocinegros sí que son.

El bocinegro es querencioso para la sardina, la caballa y el calamar,

pero no desdeña atacar cualquier otro cebo, y con la misma violencia

que les caracteriza. Sí que también nos gustaría rogar, antes de

concluir esta atención a este regio pez, a quienes capturaran algún

chamorro que no vacilaran para nada en devolverlo al mar si cupiera

la posibi l idad, es decir, que el anzuelo no les hubiera dañado

vitalmente las agallas o la garganta. Con ello, podriamos todos

garantizarnos poder seguir capturando este hermoso y luchador

pez. Al menos los pescadores deportivos, porque las nasas igual

no tienen conciencia humana. . .

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Sargo. . . ¿estás ahí?

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Este año no ha sidobueno, en general,con respecto a la

captura de sargos. En añosanteriores, incluido el 2011 ,lo raro era no pil lar un par deellos justo desde el momentoen que el día comienza aaclarar. Ahora lo raro ha sidopil larlos. Tal situación se haprolongado hasta bienterminado el verano. Ya noscomenzaba a preocupar elhecho hasta que llegó latemporada del rayado deplata. Es a partir de octubreel tiempo de su freza y no espara nada extraño cogeralgunos ejemplares deconsiderable tamaño que,por lo general, son hembras.Y asi nos ocurrió en algunaspescas. Más no debemosobviar que en contadasocasiones se hizo unanotable pesca de sargos. Ytanto de fondo como de laforma más propicia paracapturarlos que es a boya.Ya hemos señalado lacuestión en la MemoriaPesquera del 201 2, dondeconsignamos una reducción

porcentual de 5 puntos. Yatenemos bien resuelta laconvicción de analizar en el201 3 el progreso de laobservación, en el sentido desi es tendencia o unafluctuación estadísticamenteexplicable. No podemos dejar

de señalar que hemos vistopescatas -presentadas concierto alarde- en donde elnúmero de juveniles erapreocupante. Preocupantepues esos ejemplaresprobablemente no hayanalcanzado su madurez

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Sargo. . . ¿estás ahí?

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sexual, evitando sureproducción y, con ello, elmantenimiento de unacantidad equil ibrada desargos en nuestros mares.Nos atrevemos a pensar quelos anzuelos uti l izados nopodrian ser de unas

dimensiones racionales, yguardando todo el propósitode capturarlos de tal modo.Así no vamos a ningún lado.Y sí, es cierto que algunossargos pequeños engullen detal modo la carnada que, aveces, no queda más

remedio que sacrificarlos.Pero no pueden ser tantosque conduzca a esasituación como hemos visto.Pero lo anterior se podría vercomo una digresión, lo quenos movió a redactar elarticulo fue unapreocupación que hace unosmeses nos asaltó: Sargo. . .¿estás ahí?

"...una preocupaciónque hace unosmeses nos asaltó:Sargo... ¿estás ahí?"

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¡Vaya bogas!

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Vaya lata que nos dan lasbogas en la pesca.Desiscan con una

facil idad pasmosa aunqueuti l icemos carnadas duras. Enmuchas ocasiones, tanto en lapesca desde ori l la como desdeembarcación, la únicaposibi l idad que se puede llevara cabo para evitarlas es. . . ¡ huirdel pesquero! Que quede claroque respetamos mucho a lospescadores que las tienen porobjetivo, que los hay y muchos.Sin embargo, para las técnicasque uti l izamos y los peces quetenemos por objetivo, las bogasrepresentan una verdaderamaldición; pero. . . ¡ cuidado! ,hasta cierto punto. Hemosdescubierto con nuestrassalidas en el Sara que lasbogas pueden ser mucho másque lo que hasta ahoraconocíamos. No han sido pocaslas veces, cuando éramos másjóvenes, que estrujábamoshoras pescando en el MuelleChico y en el de Los Mármoles.En ese entonces que se podíapescar al lí, nuestras intencionestampoco eran las de capturarbogas, más bien caballas ygalanas. Más, ocasionalmente,y no era tan extraño entre tantocardumen que se podíacontemplar, pi l lábamos algunas

bogas que nos parecían grandes.Pero es que lo que recientementehemos visto supera con creces aesas referencias antañas. Hemospodido capturar desde el Sarabogas que al subirlas parecían ensu luchar ser otras especies,como palletes o chopas. Menudasorpresa cuando afloraban juntoa la borda del barco. . . ¿Pero estoqué es? No es ningunaexageración cuando decimos quealgunas tenían cuarentacentímetros de largo y un pesocercano al medio kilo. Nos quedala duda de si siempre han existidoejemplares de esta tal la, almenos desde la perspectiva de lapesca en embarcación. Sí escierto que algunas referencias degrandes bogas nos habíanl legado, otrora, pero jamás lashabíamos visto por nosotrosmismos y eso que venimospracticando la misma pesca enlos alrededoresde Arrecife. Elhecho locomentamos apescadoresveteranos,incluidosprofesionales, yno parecíanextrañarse tantode lasdimensiones,

¡Fuerte boga!

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¡Vaya bogas!

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pero matizaron que estasdimensiones solo son habituales enlos últimos tiempos. En tal sentido,muchos coincidieron en la razón deser de este fenómeno acrecentante.Para ellos, la explicación de laaparición de estas superbogas no esotro que las jaulas marinas paradoradas y lubinas que se hallan enlas aguas cercanas a PlayaQuemada. Al ser la morfología delas bogas tan peculiar, y siendoengodadas con los piensos con quese alimenta a aquellas especiesenjauladas de interés comercial,entran a comer y salen con la mismasin ningún problema y, tras tantocebarse, alcanzan las dimensionesobservadas. Y desde eseasentamiento, luego viajan a otroslugares. Solo nos queda la duda depor qué si al lí encuentran fácilal imento, les da por buscar nuevosdestinos no tan prometedores parasu engorde.

¡Fuerte boga!

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The ending page:Historias de Suso (VI I )

Sombrero naveganteIgual puede que alguno lo crea, pero Suso nunca mostró desafección por las

recomendaciones emitidas por otros en relación al cuidado necesario que se

debe tener en la mar. Es más, curioso observador de la fenomenología marina,

él mismo también presenta a menudo arranques, en forma de sentencias, para

indicar ciertas reservas al respecto. No es raro escucharle decir: ­Esta no mejode a mí. Siempre le ha tenido más respeto a la mar de fondo que a la deviento, como no podría ser de otra manera. No le importa para nada seguir

pescando estando mojado hasta los chismes, producto de los rocíos del viento.Sin embargo, cuando la mar que reina es de fondo, con sus subidas y bajadas

estremecedoras, solo se verá a Suso bien en lo seco, aunque eso sí, intentando

algún lance. O, incluso, sugiriendo con gesto circunspecto el marcharse a

buscar lugar más seguro (­Esta no me jode a mí). La historia que queremos hoycontar viene a cuento de la actitud en Suso antes descrita. Resulta que un día,

en compañía de Paco el Perro Flaco -para otros, el Músculos (¿?)- y Carlos elPocarropa, pusieron rumbo a Las Maretas y, ya atisbando la baja de Janubio,pudieron observar el l igero, pero no por el lo menos preocupante, trastón que

presentaba el mar. Ante la indefinición sobre el aspecto del mar, l legaron hasta

el mismo pesquero que, en ese momento, se presentaba con la marea bien

vacía, correspondiente a la fase de marea. Que si sí, que si no. . . Aún sin montar

los aparejos. . . Y en eso que ven bajar del risco a un paisano de los auténticos,

con un cesto de mimbre apañado al codo, pantalón remangado y sombrero

pajero. Más evidencia de ser un mariscador, imposible. El paisano, pleno del

gesto indolente de los enterados de todo se dirige, antes de comenzar a

mariscar, a nuestro trío de amigos y, fi jando la vista en Suso, dice:

- Yo que ustedes, no pescaba. La mar no les va a dejar y puede hasta

l levárseles si se arriman demasiado.

- Ya, ya lo vemos -le contestó Suso.

Nuestro paisano se dirige a un angosto caletón e, imperturbable, se dedica a

coger lapas y burgados. Mientras, Suso y compañeros aún valoran la posibi l idad

de echar unos lances. Y en eso, que ven llegar unas andanadas que,

probablemente, estuvieran indicando el cambio de marea. ¡Pero qué

andanadas! y, casi al unísono, recreando a priori la situación, vuelven raudos la

vista al angosto caletón que quedó totalmente anegado y, sobre la espumosa

superficie, un sombreo navega con rumbo dubitativo. Tras el pronto retroceso de

la marea por efecto de la vertical idad gravitatoria, buscan al paisano y no lo ven,

pero sí que escuchan unos lamentos sobre sus callaos situados más a tierra. ¡El

paisano! , forrado en tantas laceraciones que parecía un Cristo.

- Esta jodida. . . -casi l loraba al decirlo.

- Sí, jodida -pensó Suso mientras le devolvía el sombrero que pudo recuperarle-,

pero que a mí no me jode.

Francisco Hernández, diciembre de 201 2

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