Cuando era mas pequeña tenía mucho miedo a personajes de ficción de series y películas de terror, sin embargo me encantaba mirarlos porque los vivía a flor de piel.

Ahora mis monstruos son diferentes y los vivo con más frecuencia. En este libro voy a hablar de unos cuantos. Pero de todos ellos existe uno que es distinto, se llama Baunster.

Muchas veces cuando pienso en algo concreto que no es muy agrada-ble, difícil de resolver o simplemente es demasiado, comienzo a darle vueltas y vueltas... y va creciendo, haciéndose mas grande y al mismo tiempo surgen otros pensamientos que desencadenan en mas cosas que terminan atormentándome.

Tanto caos en mi cabeza no me deja ver con claridad que no se puede solucionar todo a la vez.

Vengo de muy lejos, y el tema de mis papeles para poder tener una residencia aquí en España es algo que cada vez se hace mas difícil de conseguir. Me piden mas documentos, las tasas de pagos son el doble o el triple de elevadas, legalizaciones, permisos, certificados.

Tengo que moverme de un lado a otro y tener mucha paciencia para que muchas veces no exista una solución al problema. Y cuando estoy a punto de conseguirlo surgen nuevos inconvenientes.

Pero estuve pensando... Baunster nació de mi imaginación aquí en Europa, entonces si él me diera el “si, acepto”, me simplificaría mucho la vida.

Algunas veces es inevitable sentirme sola y me pregunto si esto se puede extender hacia el fu-turo. Entonces siento que podría pasar desaper-cibida.

Pero no es verdad...

Siempre habrá alguien.

¡Uy los peces!... En realidad todos los seres vivos que viven en el agua me dan mucho respeto, no podría estar ni siquiera cerca de Nemo. Siempre he pensado que si no me hablan en castellano no los quiero a mi alrededor.

Y a medida que el agua se va haciendo mas profunda me los imagino mas estremecedores y menos sociables.

No tengo nada en contra de los seres marinos, pero mientras estoy disfrutando de estar en el agua, preferiría que su espacio vital por un tiempo considerable fuera en otro sitio diferente.

Le tengo pavor a las agujas, jeringas, inyecciones, hipodérmicas a todas las denominaciones que pueda tener el material de punción quirúrgico. Ya tengo una edad considerable, pero aun así lloro como cuando tenía ocho años y me prendía de las paredes para evitarlo.

Actualmente intento disimularlo...

Baunster es muy polifacético, tiene una gama muy extensa de medi-camentos que curiosamente me vendrían muy bien para no tener que volver a ver una aguja nunca más en mi vida.

Y es que los miedos, las preocupaciones y demás siem-pre volverán a aparecer, algunas veces mas intensas que otras.

Probablemento no siempre se encuentren soluciones, pero siempre se puede hacer algo al respecto aunque sea solo para sentirse mejor.

Dedicado a todas las personas que de una u otra manera apaciguan mis monstruos.