perlina winocur y la antropometría escolar en la ciudad de … · 2017-02-15 · perlina winocur y...

Quipu, Revista Latinoamericana de Historia de las Ciencias y la Tecnología,vol. 15, núm. 2, mayo-agosto de 2013, pp. 145-162.

Perlina Winocur y la antropometría escolar en la

Ciudad de Buenos Aires

* Departamento de Salud Pública y de Humanidades Médicas, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

** Departamento de Humanidades Médicas, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

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Summary

Anthropometric measurements -intended to determine characteristics of the average person- represent the origin of modern human statistics. Luis Casinelli made the first specific work on school anthropometry in the city of Buenos Aires in 1917. After that foundational survey, other studies were developed throughout the twentieth century, some of which were characterized by the in-tention to sustain pre-established social, political and biological theories. Of all the research done, the work of Dr. Perlina Winocur is known for providing va-luable results because of the large number of students surveyed over the years and throughout her several publications. Thus, the detailed statistical analysis became an important tool for the construction of public health policies, as well as for the advance of knowledge about childhood and the influence of socio-economic and cultural conditions on the health of Argentinian children.

Introducción

La salud escolar, como tantas otras de las creaciones debidas a la “generación del ochenta” puede ser interpretada de distintas maneras según la intencionalidad

que se le atribuya. En un artículo previo se ha intentado demostrar que una de ellas ha sido (como toda la educación escolar primaria de la época) la de lograr

ABEL LUIS AGÜERO*JAIME ELÍAS BORTZ**

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un control de la sociedad.1 En efecto, los actores sociales del ochenta intentaron de esa y otras formas amalgamar en una sola población argentina, la mezcla que se había producido en el país entre los menos de dos millones de argentinos nativos y la oleada inmigratoria que hacia principios del siglo XX había hecho radicar definitivamente en nuestra tierra unos tres millones de extranjeros. Esa diversidad de razas y culturas podría presentar un grave peligro de conflicto si no era adecuadamente orientada por la entonces clase dirigente.

Consecuente con esta realidad la generación del ochenta concibió el modelo de sociedad que consideraba conveniente para un país que, como el nuestro, presentaba las características de una economía agroexportadora, un orden social con hondas diferencias de clases, y una composición demográfica heterogénea. En el conjunto de esta masa proletaria predominaban los peones y obreros no calificados, conjuntamente con una pequeña pero percibida como peligrosa minoría de agitadores sociales que los países europeos habían procurado emigraran a estas tierras para evitar estallidos en las propias. En breve resumen podríamos afirmar que este modelo consistía en una sociedad integrada por una clase dirigente que ostentaba el poder político, económico y cultural y una masa proletaria. El ideal de esta última era que fuese formada por personas honestas, trabajadoras y adaptadas al orden establecido.

Muchos fueron los recursos empleados para lograrlo de los cuales destacaremos dos, que figuraron entre los más importantes: la educación primaria, que tomaba al hijo del inmigrante para transformarlo de un descendiente de expatriados en un niño argentino; y el servicio militar que debería tener como meta disciplinar a los jóvenes preparándolos para merecer el título de ciudadanos.

Pero no solamente en estas cuestiones socio-culturales quedaba resumido el problema del ser nacional, existía también un aspecto biológico del problema y era el de definir cuáles eran los caracteres de la “raza argentina”. En efecto, influenciados por el darwinismo (y más concretamente por su vertiente spenceriana), la mayoría de los hombres del ochenta y sus descendientes de la generación del centenario sostenían ideas acerca de la importancia de la composición racial de los individuos y de su relevancia en la sociedad. Si bien es cierto (y así lo hacen notar numerosos autores)2 hubo en este punto una divergencia entre los médicos y los pedagogos positivistas, pues los primeros se enrolaron decididamente en el spencerianismo, en tanto que los segundos optaron en general por una vertiente comptiana del positivismo. Mas, aún con sus diferencias y polémicas, todos ellos de mayor o menor manera aceptaron el

1. Abel Luis Agüero, Ana E. Milanino, Alfredo G. Kohn Loncarica y Norma I. Sánchez, “Salud Escolar en la ciudad de Buenos Aires (1880-1900). ¿Un instrumento de control social?”, en: Norma I. Sánchez (comp.), Historia de la niñez en la Argentina: una mirada médica y socio-cultural (1880-1930), Buenos Aires, Dunken, 2012, pp. 15-91.

2. Hugo Biagini (comp.), El movimiento positivista argentino, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1985.


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fatalismo biológico en la enseñanza. Así por ejemplo dice Juan Carlos Tedesco refiriéndose a estas concepciones pedagógicas:

El fatalismo biológico resultaría inmodificable; el fracaso escolar sería explicado por razones genéticas y la función de los métodos y programas escolares sería seleccionar a los “más aptos” y excluir rápidamente a los que no podrán avanzar en el sistema más allá de sus posibilidades “objetivas”.3

Resulta indudable entonces que uno de los primeros objetivos de la práctica docente era el de determinar arquetipos de normalidad, identificar capaces e incapaces, y excluir a estos últimos condenados a la “incurabilidad” por designio de la herencia biológica. Cabe destacar entonces el papel que los médicos escolares, como la voz de la ciencia y de la medicina, tendrían en este proyecto.

Pero no solamente en estas tareas de fuerte influjo eugénico quedaba resumido el papel de los médicos escolares, pues había otras interrogantes por responder. Si de acuerdo con Spencer existiría una supremacía de unas razas sobre las otras ¿cuál era la raza de la juventud argentina tan mestizada por la inmigración? En su tesis de doctorado, uno de los más importantes autores del momento, Enrique Romero Brest, destacado médico y docente manifestaba al respecto:

Nuestra raza, si podemos decir que tenemos una raza, no tiene de ninguna manera un carácter especial y distintivo, formada como está por elementos heterogéneos de un pronunciado cosmopolitismo...Pero en medio de esta babel de pueblos europeos más o menos aclimatados y cuyos hijos forman, conservando la sangre de sus padres, la masa de la población argentina, se destaca notablemente una raza: la raza latina.4

Certera pero dolorosa afirmación para quienes consideraban que los germanos y anglosajones poseían una constitución genética superior a la de los otros blancos. Por esa causa en años posteriores el mismo autor dirá: “…la fortaleza de una sociedad no puede ser buscada por la influencia sobre el individuo por actos externos, sino mediante la perfección de la raza, lo que ya es un problema de eugenesia…”.5

Así pues esquematizando la descripción de los estudios médicos de orientación positivista acerca de los escolares de los principios del siglo XX, podría decirse que ellos se dividen en dos grupos: los que estudian el comportamiento, la capacidad intelectual y la moral de los educandos, y los que investigan la composición corporal de la “raza”, para lograr el arquetipo

3. Juan Carlos Tedesco, “La instancia educativa”, en: Hugo Biagini (comp.), El movimiento positivista argentino, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1985, p. 356.

4. Enrique Romero Brest, El ejercicio físico en la escuela (del punto de vista higiénico), Tesis de doctorado, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, 1900, pp. 55-56.

5. Enrique Romero Brest, Bases de la educación física en la Argentina, Buenos Aires, Librería del Colegio, 1939, pp. 183-184.



perfecto en lo físico y lo moral de la población. Todos ellos influidos por las ideas del fatalismo biológico de la herencia.

En el momento de declinación de la doctrina positivista en nuestro medio, las ideas acerca del determinismo biológico como factor preponderante en las posibilidades de triunfo en la vida no fueron borradas de la medicina ni de la pedagogía. Simplemente hacia los años 30 del siglo XX se transformaron en otra rama de la medicina y la psicología con influencia en la educación: la biotipología.

Creada por el endocrinólogo italiano Nicola Pende (1880-1970), la biotipología pretende ir un paso más allá de las doctrinas de Cesare Lombroso (1835-1909) acerca del delincuente nato, y de la eugenesia de Francis Galton (1822-1921), descubriendo futuros comportamientos antisociales en individuos sin estigmas físicos, y con conductas (hasta ese momento) sin problemas.6 Estas ideas de Pende, bajo un aspecto científico (como la confección de fichas biotipológicas, la toma de diversas pruebas, etc.), encerraban un peligro de discriminación social, que la adhesión de este autor a las leyes raciales del fascismo italiano no hicieron más que acentuar. Pero fue justamente dicha adhesión a la política musoliniana lo que permitió que Pende obtuviera un resuelto apoyo para difundir sus teorías.

Como ya se ha dicho, en la Argentina las teorías de Pende tuvieron amplia acogida.7 En Buenos Aires en 1914 el médico Víctor Delfino fue invitado al 2º Congreso Internacional de Eugenesia en Nueva York, finalmente interrumpido por causa de la guerra. Este mismo personaje en 1918 fundó la Sociedad Argentina de Eugenesia que no tuvo mayor protagonismo, siendo reemplazada por la Liga Argentina de Profilaxis Social de Alfredo Fernández Verano en 1921. La sanidad escolar no estuvo ausente de estas lides, por el contrario en la primera década del siglo el Comité Consultivo Argentino sobre biotipología era presidido por Genaro Sisto, que llegaría a ser probablemente el más destacado de los médicos escolares de su época, siendo su vicepresidente el diputado socialista Alfredo Palacios.

En forma posterior (1932) aparece la Asociación Argentina de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social, que siendo primero una sociedad científica autónoma fue luego incorporada al Estado Nacional en 1943, como Instituto de Biotipología y Materias Afines. Esta Asociación recreó una serie de fichas biotipológicas escolares que mejoraron las ya existentes elaboradas por el docente Víctor Mercante en la Universidad de La Plata, las cuales comenzaron a ser aplicadas en las escuelas públicas. En tanto, la corriente eugénica encontró

6. Marisa Miranda y Gustavo Vallejo (comp.), Darwinismo social y eugenesia en el mundo latino, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005.

7. G. Vallejos y M. Miranda, “La eugenesia y sus espacios institucionales en la Argentina”, en: Marisa Miranda y Gustavo Vallejo (comp.), Darwinismo social y eugenesia..., pp. 145-192.



además cabida científica fuera de los estamentos del Estado a través del Museo Social Argentino.

En 1930 la biotipología argentina vivió un momento de esplendor al recibir la visita de Pende invitado por el Instituto de Cultura Itálica y la cátedra universitaria del profesor Mariano Castex. Posteriormente el gobierno militar surgido de la revolución nacionalista y conservadora del general José Félix Uriburu encomendó una misión oficial a Arturo López y Octavio Rossi (ambos médicos) para estudiar la biotipología italiana.

La escuela de biotipología dependiente del Ministerio de Salud continuó su accionar durante todo el período del gobierno peronista. Terminado el mismo y recuperada la autonomía del Museo Social Argentino, bajo el influjo de Bernaldo de Quirós y la nueva Sociedad Argentina de Eugenesia, se creó en esa casa de estudios la Facultad de Eugenesia Integral y Humanismo mantenida muchas veces gracias a subsidios oficiales. No era la orientación eugénica con sus diversos matices la única causa que fundamentaría los estudios antropométricos y de personalidad de los escolares argentinos. La necesidad de establecer con exactitud el número de habitantes y sus principales características, manifestada desde el primer censo nacional de 1869, demostraba a las claras que el país se encaminaba a establecer una administración política basada en decisiones racionales, para las cuales la información era una herramienta imprescindible. Por esa causa es que promulgada la ley 1420 de educación común (1884), e instalado el Cuerpo Médico Escolar en abril de 1888, el mismo comenzó a llevar las estadísticas de su labor inmediatamente después de su creación.

Las mediciones antropométricas a los fines de considerar las características del “habitante medio” de un país o de una región se encuentran en el origen de la estadística humana moderna. Al respecto es de rigor mencionar los estudios de Lambert Adolphe Jacques Quételet (1796-1874) acerca de las medidas de los soldados escoceses y los marinos franceses, pero sobre todo, su utilización del censo belga para establecer el “hombre promedio” de los ciudadanos de su patria.8

Era indudable que pese a la importancia de estas mediciones, los primeros médicos escolares de la ciudad de Buenos Aires no pudieron dedicarse a ellas. Un cúmulo de problemas urgentes reclamaron su atención antes que los sesudos estudios acerca de la salud y sus conclusiones a largo plazo pudieran ser efectuados.9 Sin embargo las deficiencias físicas de la juventud de la época, realmente notables, no podían ser ocultadas, y es más aún se revelaban en los exámenes médicos de ingreso al servicio militar. Así lo hace notar Andrés

8. Isaac Asimov, Enciclopedia biográfica de ciencia y tecnología, Madrid, Revista de Occidente, 1973, p. 269.

9. Abel Luis Agüero et al., “Salud Escolar en la ciudad de Buenos Aires. (1880-1900)...”, pp. 15-91.



Reggiani al expresar que: “Según los exámenes médicos practicados en 1917 por la Dirección General de Sanidad Militar a los ciudadanos de la clase 1896, más del 30% de los llamados a las filas no estaba en condiciones de defender a la patria”.10

El primer trabajo específico sobre la antropometría de los escolares data recién del año 1917, y es el estudio de Luis Cassinelli intitulado “Desarrollo físico y psíquico del niño en edad escolar”.11 12 Cabe resaltar que la importancia de este trabajo para la medicina moderna es que con él se inaugura una serie de mediciones que permiten establecer la llamada “tendencia secular”. Esta tendencia implica los cambios que se producen en el crecimiento y desarrollo de los escolares a través del tiempo, y que luego de una larga serie cronológica (alrededor de un siglo) permiten sacar valiosas conclusiones de salud pública. En nuestro caso, el historiador de la medicina podría apreciar un valioso dato suplementario. Los primeros estudios en la ciudad de Buenos Aires lo fueron en gran parte sobre los hijos de inmigrantes que habrán sufrido en su niñez las estrecheces económicas de sus padres, en tanto que los más modernos lo serán sobre una población infantil cuyas familias ya estaban afincadas en el país, y cuya situación socio-económica y alimentaria era en promedio, y hasta fines del siglo XX, muy superior a la de sus antepasados.

Luego del estudio fundacional de Cassinelli se produjeron durante el siglo pasado otros trabajos, que enumerados por Marcos Cusminsky fueron:13 los de Garraham y Bettinoti de 1922 sobre 2064 niños,14 Garraham y Cornejo Sosa de 1924 sobre 2461 niños,15 Perlina Winocur de 1937 y 1938 sobre 28.770 escolares;16 y los de Cusminsky, Lozano et al. en la ciudad de La Plata de los años 1970 a 1973 sobre 1420 escolares, los cuales por realizarse en una población muy similar a la porteña pueden ser comparados con los anteriores.17

10. Andrés H. Reggiani, “La ecología institucional de la eugenesia: repensando las relaciones entre la biomedicina y política en la Argentina de entreguerras”, en: Marisa Miranda y Gustavo Vallejo (comp.), Darwinismo social y eugenesia..., p. 283.

11. Luis Cassinelli, “Desarrollo físico y psíquico del niño en edad escolar”, La Semana Médica, Año XXIV, 42, pp. 437-441.

12. Carlos Pablo D’Angelo, Abel Luis Agüero y Marcelo Ghioldi, Un siglo de salud escolar en la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Edición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2002.

13. Marcos Cusminsky, “Tendencia secular del crecimiento en la Argentina”, Buenos Aires, Revista del Hospital de Niños, Vol. XX, No. 80, Agosto de 1978, pp. 196-198.

14. Juan P. Garraham y S. Bettinoti, “Peso y talla de los escolares de Buenos Aires”, Buenos Aires, La Semana Médica, 14 de diciembre de 1922.

15. Juan P. Garraham, Tratado de Pediatría, 5ª Ed., El Ateneo, Buenos Aires, 1941.16. Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos pertenecientes a la Ciudad de

Buenos Aires”, Buenos Aires, Revista de Higiene y Medicina Escolar, Tomo I, 1942 y Tomo I, 1943.17. Marcos Cusminsky et al., Investigación del crecimiento y desarrollo del niño de 4 a

12 años, La Plata, Ministerio de Bienestar Social-Comisión de Investigación Científica de la Provincia de Buenos Aires, 1974.



A esta lista restaría agregar la investigación de D’Angelo, Agüero y Ghioldi sobre 1680 alumnos realizada entre 1996 y 2000,18 y los innumerables estudios del Prof. Horacio Lejarraga, médico pediatra especializado en crecimiento y desarrollo infanto juvenil,19 siendo además un motivo de estudio y actualización permanente por parte de la Sociedad Argentina de Pediatría.

No todos estos tamizados de la población infantil son absolutamente idénticos entre sí. Por el contrario las medidas tomadas se han ido complejizando con el tiempo. De esta forma de las primeras mediciones de peso y talla de los infantes se ha llegado a datos mucho más detallados. Por ejemplo, en el mencionado estudio de D’Angelo et al. se determinaron en forma separada por sexos otros valores tales como: valor de distintos pliegues corporales (panículos adiposos), perímetro en diferentes partes de los miembros, somatotipo, porcentaje de tejido muscular, grasa y tejido óseo, diversas pruebas funcionales, encuesta nutricional, y maduración sexual. Todo ello puede explicar que aún con muestras más pequeñas los estudios de los últimos años demanden más tiempo que los realizados a principio de siglo.

Resumiendo podría decirse que acercándonos a la mitad del siglo pasado, existían al respecto de los estudios sobre salud escolar dos posturas. La de aquellos estudios enfocados desde una orientación ideológica determinada, como lo eran los biotipológicos, y la de los que partían del supuesto de que era necesario conocer la realidad de la salud de los escolares para luego adoptar las medidas tendientes a su mejoramiento, sin preconceptos teóricos previos.

Por el volumen de escolares encuestados y la relevancia de sus resultados, el estudio de Perlina Winocur atrae inmediatamente la atención de quienes examinen esta temática. Además, y desde una perspectiva de género, es de observar que es el primero realizado por una mujer, circunstancias por la cual este artículo estará dedicado a realizar un análisis detallado de la autora y su obra.

La biografía

Recuerda Julio Lardíes González (revista La Semana Médica, 19 de mayo de 1978) que no fue Perlina Winocur la primera mujer integrante del Cuerpo

Médico Escolar, honor que correspondió a la Dra. Antonina Freuler, pero, como el mismo autor hace notar, sí fue la Dra. Winocur una de las integrantes femeninas más destacadas de ese Cuerpo.

18. Carlos Pablo D’Angelo, Abel Luis Agüero y Marcelo Ghioldi, Un siglo de salud escolar...19. Horacio Lejarraga creó en 1987 las Tablas de referencia peso y estatura desde el naci-

miento hasta la madurez, para niñas y niños argentinos, y en 2004 la Prueba Nacional de Pesquisa (PRUNAPE).



Nació la biografiada en la Provincia de Santa Fe el 2 de diciembre de 1892. Para ser más precisos el pueblo natal de Perlina Winocur fue la actual ciudad de Moisesville en el departamento de San Cristóbal. Esta población junto a las colonias hermanas de Mauricio y Clara eran fruto de la labor de la Jewish Colonization Association, que impulsada por el Barón Hirsch, propugnaba el establecimiento en nuestras pampas de los israelitas de Europa oriental que huían de los pogroms del gobierno zarista.

La fecha de fundación de Moisesville fue datada en el año de 1889, o sea poco antes del nacimiento de la futura Dra. Winocur.20 Por esta causa durante la vida de Perlina Winocur muchas veces se pensó que era de nacionalidad rusa, cuando verdaderamente su nacimiento fue en la cuna de los gauchos judíos de la Argentina.

Trasladada a Buenos Aires se recibió de maestra normal en el Liceo de Señoritas de la Capital, e ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires donde se graduó en 1919 con Diploma de Honor. Defendió su tesis doctoral en 1920. El tema de esta tesis versó acerca de Leucemias crónicas y su tratamiento siendo apadrinada por el Dr. Raúl Novaro, Jefe de Clínica del Instituto Modelo. Curiosamente todos los casos que en ella se presentaron son de adultos, pese a que Winocur había sido ya practicante externa del Hospital de Niños (1915-16) y practicante menor y mayor en la sala de niños y mujeres del Instituto Modelo de Clínica Médica (1917-1918).

Según consta en su legajo de la Facultad de Medicina21 se adscribió (en 1928) a la Cátedra de Clínica Pediátrica y Puericultura del Prof. Mamerto Acuña donde obtuvo un puesto de médica agregada por pase de un cargo similar que desempeñaba en la sala del Prof. Allende. En 1931 obtiene el puesto de jefe de clínica.

Entre los años de 1934 y 1937 la Dra. Winocur tuvo licencia de sus cargos para viajar a los Estados Unidos de América en donde actuó primero en la cátedra del Prof. Shick, distinguido pediatra de origen vienés. En 1936 con una beca de la American Association of Universitary Women trabajó con el Prof. Edward A. Park en el Johns Hopkins Hospital donde fue nombrada fellow in pediatrics. Finalmente en 1937 se le otorga una nueva licencia para, como dice en su legajo: “terminar los trabajos iniciados en el Johns Hopkins Hospital en la cátedra de pediatría del Prof. Edward Park”.

Regresada al país fue nombrada docente libre en 1938, grado equivalente al actual de docente autorizado, dictando cursos en los hospitales Israelita y Rawson.

20. Max Rosenthal, “Agriculural colonies in the Argentine Republic”. Disponible en: http://www.jewishencyclopedia.com/articles/905-agricultural-colonies-in-the-argentine-republic-argentina, consultado en noviembre de 2012.

21. Legajo 7680, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires (U.B.A.).



Su relación con la Sanidad Escolar, según consta en su legajo, comenzó en 1924 con un nombramiento de médica de Higiene y Medicina Escolar en la Escuela de Niños Débiles.22 Paralelamente al desarrollo de esta actividad, Perlina Winocur colaboró en el dictado del Curso de Visitadoras de Higiene Social que desarrollaba la cátedra homónima bajo la dirección del Prof. Zwanck, con el cual además elaboró estudios sobre la higiene escolar.

En el Cuerpo Médico Escolar realizó una carrera sumamente destacada. Por mencionar algunos de sus logros diremos que fue designada delegada al 1er Congreso Panamericano de Tuberculosis realizado en la ciudad de Córdoba; en 1928 fue fundadora y directora (hasta 1930) de la Clínica de Nutrición para Escolares; fue ascendida a secretaria del Cuerpo Médico Escolar (también en 1928), cargo que ocupó hasta 1932, en que a su pedido pasó a ser médica inspectora del Distrito XII.

En su labor hospitalaria se registraron asimismo algunos cambios. En abril de 1943 pasó a ser médica adjunta honoraria del Instituto de Pediatría a cargo del Prof. Juan P. Garraham; en enero de 1948 es nombrada médica de planta en el Hospital de Clínicas, donde llega a la jerarquía de médica de hospital;23 finalmente en 1953 se acoge a la jubilación de sus cargos.

Perlina Winocur falleció en Buenos Aires en noviembre de 1959. Sus libros y escritos, siguiendo su voluntad, fueron donados a la biblioteca de la Facultad de Medicina.

Sus investigaciones y su obra escrita

Se conservan en la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, 65 escritos debidos a la autoría de Perlina Winocur. De ellos

los tres primeros en orden cronológico (un informe acerca de la melancolía, y otro sobre el saturnismo, ambos de antes de recibirse, más su tesis doctoral) son los únicos que no tratan acerca de la medicina infantil. Vale decir que luego de su graduación como doctora la totalidad de su obra es pediátrica.

Para poder encarar el estudio sistemático de estos escritos se los ha dividido según los temas abordados en:

1- Escritos acerca de investigación clínica y clínica pediátrica. En los cuales se tratan temas como: la colesterolemia, tuberculosis, estenosis pilórica, reumatismo cardíaco, estado ácido base, pruebas funcionales del riñón, alimentación, metabolismo del hierro, y la presentación de numerosos casos clínicos. Es de hacer notar que varios de ellos fueron elaborados como requisito para aprobar la carrera docente de la autora,

22. Lardíes Gonzáles da como fecha el año de 1927.23. Máxima jerarquía antes de la de Jefe de Servicio en la carrera hospitalaria.



y otros fueron realizados junto a colegas norteamericanos durante la estadía de Winocur en los Estados Unidos de América.

2- Organización de los Servicios de Salud Escolar. En estos artículos se encuentran tópicos como: la Clínica de Nutrición para niños débiles, programas de salud para ser aplicados en las escuelas primarias, estudio de algunas instituciones escolares en los Estados Unidos de América, y la asistencia al niño cardíaco en Norteamérica.

3- Escritos sobre la clínica de la Salud Escolar. Allí se encontrarán estudios acerca de la alimentación en la escuela para niños débiles, el tratamiento dietético de las anemias alimentarias infantiles, o alimentación y salud.

4- Los exámenes de salud preventivos y periódicos en el medio escolar. Aquí se presentan las estadísticas de temas como la tuberculosis en las escuelas para niños débiles, la concentración de hemoglobina de los es-colares, estudios acerca del peso y talla o estatura de niños y adolescentes, y el crecimiento de los obesos.

5- Temas pediátricos varios. Como estudios sobre la tiroides, el diagnóstico de enfermedades renales, o la opoterapia.

6- Libros. Como: Juan P. Garraham y Perlina Winocur, Lecciones de terapéutica infantil, Buenos Aires, El Ateneo, 1953.

Finalmente cabe hacer notar que algunos de los artículos antes mencionados son de autoría individual de la Dra. Winocur en tanto que otros fueron realizados en colaboración con otros médicos.

De toda esta obra completa el peso de los artículos dedicados a la Salud Escolar es de aproximadamente un 25%. Entre los que se destacan para el propósito de la presente investigación seis de ellos que se refieren estrictamente a las mediciones antropométricas, y cuya referencia bibliográfica es la siguiente:

1- Perlina Winocur, “Valor que se debe dar al peso y a la talla”, Actas del 1er Congreso Nacional de Puericultura, Buenos Aires, 1940, Tomo I, pp. 213-218.

2- Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos pertenecientes a la Ciudad de Buenos Aires. Estudio hecho sobre 28.770 niños argentinos que concurren a las escuelas elegidas en cada uno de los veinte Distritos Escolares de la Capital”, Buenos Aires, Revista de Higiene y Medicina Escolar, Tomo I, 1942, pp. 75-108.

3- Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos pertenecientes a la Ciudad de Buenos Aires. Bibliografía y tabla de datos básicos”, Buenos Aires, Revista de Higiene y Medicina Escolar, Tomo I, 1943, pp. 82-99.

4- Perlina Winocur, “Peso y talla de los niños argentinos de 3 a 6 años”, Buenos Aires, Archivos Argentinos de Pediatría, Tomo XII, 1944, pp. 107- 123.



5- Perlina Winocur, “Peso y talla de los niños argentinos de 3 a 16 años pertenecientes a la ciudad de Buenos Aires”, Buenos Aires, Archivos Argentinos de Pediatría, Tomo XXI, 1944, pp. 562 y sigs.

6- Perlina Winocur, “El crecimiento de los obesos. Estudio de la talla en 4629 niños obesos de 3 a 16 años de edad”, Buenos Aires, La Prensa Médica Argentina, Tomo XXXII, 1945, pp. 2322-2328.

De un primer análisis de estas fichas bibliográficas se desprende que el núcleo de las investigaciones lo fueron acerca del peso y la talla de los niños; que cronológicamente los estudios se realizaron entre los años de 1937 (en que comenzó la toma de datos) a 1945, o sea en la época de madurez de la autora; y que todos ellos fueron firmados solamente por ella. Asimismo cabe señalar que en el grupo de investigaciones realizadas por la Dra. Winocur, las de tipo estadístico respecto de los escolares no eran, antes de las que nos ocupan, una rareza. En efecto, previamente a la determinación de las relaciones pondo-estaturales, por la cual esta autora es conocida, existieron otros importantes escritos acerca de la concentración de hemoglobina en la población escolar que culminó con el artículo “La hemoglobina en los escolares de la Ciudad de Buenos Aires”.24

Volviendo a los artículos sobre el peso y la talla, la serie es inaugurada por la comunicación “Peso y talla de los escolares argentinos pertenecientes a la Ciudad de Buenos Aires. Estudio hecho sobre 28.770 niños argentinos que concurren a las escuelas elegidas en cada uno de los veinte Distritos Escolares de la Capital” y el mismo presenta un prólogo firmado por Bernardo A. Houssay.25

No era nueva la relación entre el premio Nobel y Perlina Winocur, por el contrario, en 1928 con ocasión de adscribirse a la Cátedra del Prof. Acuña, la postulante había presentado entre otros avales, un certificado firmado por Houssay en el cual se daba fe de que había realizado diversas tareas en el Instituto de Fisiología.26

Resulta interesante analizar algunos conceptos vertidos en este prólogo. Allí Houssay remarca que: “Este trabajo representa la estadística más amplia y adecuadamente analizada de la talla y el peso de los niños de esta capital que concurren a las escuelas del ciclo primario”.27 Enfatizando adecuadamente con

24. Perlina Winocur, “La hemoglobina en los escolares de la Ciudad de Buenos Aires”, Buenos Aires, La Prensa Médica Argentina, 1º de marzo de 1939.

25. Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos pertenecientes a la Ciudad de Buenos Aires. Estudio hecho sobre 28.770 niños argentinos que concurren a las escuelas elegidas en cada uno de los veinte Distritos Escolares de la Capital”, Buenos Aires, Revista de Higiene y Medicina Escolar, Tomo I, 1942, pp. 75-108.

26. Legajo 7680, Facultad de Medicina, U.B.A.27. Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos…”, p. 75.



esta sola frase la importancia del artículo prologado. Pero además resalta también Houssay los méritos de la obra en razón de que el análisis de los datos no se limita a la exposición de un simple cuadro de pesos y tallas con sus respectivos promedios. Por el contrario contiene un detallado análisis estadístico con adecuado uso de las medidas de concentración y de dispersión, que permiten sacar conclusiones con el rigor de la estadística médica, todavía no muy en uso en esa época y en nuestro medio.

A continuación la autora comienza explicando la importancia que adquiere la apreciación del estado de salud infantil y la utilidad de la correlación peso-talla-edad para juzgar el estado nutricional de los niños. Pasa luego a agradecer a distintas personas del país y de los Estados Unidos de América que alentaron su labor, y a explicar la forma en que se realizó, es decir lo que modernamente se conoce como “material y métodos”. Así el lector se entera que la selección de escolares fue de 30.368 alumnos, de los cuales se presentaron los resultados de 28.770, divididos en partes casi iguales por sexo, por ser los únicos de nacionalidad argentina, si bien una buena proporción era hija de padres inmigrantes. Las edades de la muestra fueron determinadas en un rango entre los 6 a los 16 años, si bien este último grupo etario y los de niños de 15 años no pueden arrojar resultados incontrastables por la cortedad del número de casos encuestados.

Justamente la diferente composición étnica de nuestro medio resultó una clara dificultad para conseguir una muestra representativa y así lo reconoce la Dra. Winocur: “Interesa también [dice la autora] desde el punto de vista científico conocer la antropometría del tipo actual, resultado de la mezcla de razas que pueblan nuestra metrópoli”. Para agregar a continuación:

Las mediciones de una generación a otra en todo el país, permitirán apreciar las variaciones que se operan con la acción desarrollada para mejorar la situación económica que permite una alimentación y vivienda adecuada, así como la influencia de la formación de hábitos higiénicos y el saneamiento de lugares afectados por enfermedades endémicas. Toda esta obra incumbe igualmente a médicos, sociólogos y gobernantes, porque el perfeccionamiento físico es la base de la grandeza nacional.28

En esta frase se percibe asimismo la modernidad del pensamiento de Winocur, que ya lleva en germen la necesidad de realizar mediciones periódicas para establecer lo que hemos mencionado como “tendencia secular”.

Al mismo tiempo se desprende de sus dichos que la autora no se adhiere al determinismo de la herencia como fundamento exclusivo de la fortaleza y buena salud de una población. Por el contrario Perlina Winocur confía en el mejoramiento de las condiciones de vida para lograr “el perfeccionamiento físico”, que según su opinión es el basamento de la grandeza de las naciones.

28. Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos…”, pp. 79-80.



Curiosamente Perlina Winocur realiza en este acápite una revisión de los estudios previos acerca del peso y la talla en la Capital, mencionando como anteriores al suyo solamente los del Prof. Garraham. Se ignora si no conocía el trabajo de Cassinelli o, por el contrario, lo desechó por no considerarlo relevante.

También de la descripción del método de realización de la encuesta el lector se entera que las mediciones de la misma se trasladaban a una ficha individual. En esta ficha constaba, además del peso, la talla y la edad, junto a los datos identificatorios del escolar, las nacionalidades de los padres y la situación económica de la familia desarrollada en un breve comentario. Este último dato, lamentablemente no fue luego mencionado entre los resultados de la encuesta. Puede especularse que una de las causas podría haber sido la dificultad de operar manualmente con una variable cualitativa cuyos parámetros (por tratarse de un comentario) no estaban bien definidos.

Finalmente la acción de tomar las mediciones fue efectuada por un equipo de Visitadoras de Higiene dirigidas por dos de ellas pertenecientes a la Clínica de Nutrición del Cuerpo Médico Escolar. El período del estudio fue de un año a partir de agosto de 1937.

Realizada la encuesta y elaborados sus resultados29 se obtuvieron sobre la muestra los siguientes datos: media aritmética ponderada, desviación cuadrática standard, error probable, y coeficiente de variación. Realizándose la confección de tablas en las que se coloca la relación de peso-talla para cada edad, con la indicación de la banda de normalidad dentro de la cual deberían encuadrarse los escolares, con las siguientes advertencias de la autora:

La línea del término medio es artificial, la zona de normalidad es la que nos interesa, ella encierra todos los valores que obedecen a factores permanentes que se repiten siempre igual, los que están fuera de esta zona obedecen al azar o a una causa distinta con pocas probabilidades de que se presenten. Son pesos y tallas demasiado altos o demasiado bajos… Los niños de nuestra tabla son todos argentinos; pero debido a su ascendencia heterogénea llevan en potencia factores de crecimiento hereditarios y raciales que si bien pueden ser influidos por otras causas son los que priman en la determinación del tamaño definitivo del individuo. De ahí la dificultad que se encuentra a veces en la aplicación de standards.Este problema se presenta igualmente en los Estados Unidos de N. A [sic] donde para obviar inconvenientes se aconsejó el uso de tablas distintas según los grupos étnicos.30

Por esa causa (la heterogeneidad de la muestra) es que Perlina Winocur se declara partidaria de realizar en nuestro país tablas regionales de peso y estatura y no una tabla general de uso nacional.

29. Cuya estadística fue supervisada por el ingeniero Emilio Rebuelto30. Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos…”, p. 105.


Quipu, septiembre-diciembre de 2012

La petición de principios que había sido expuesta anteriormente acerca de la influencia del mejoramiento socio-económico sobre la salud, queda poco después demostrada con la siguiente observación:

Muchos hijos de extranjeros son más grandes que los de su país de origen, probablemente por la alimentación y el ambiente mejor que les brinda el nuestro. También se observan diferencias de una generación a otra… El estado económico más holgado trae aparejado hábitos alimenticios y hábitos de salud mejores.31

Para concluir que: “Nuestros promedios de talla y peso son más elevados que los hallados por Garraham y Bettinotti 18 años atrás”.32 Por consiguiente las mediciones de peso y talla: “Llaman la atención de los gobiernos sobre las clases menos favorecidas para combatir el pauperismo con todas sus consecuencias”.

Expuestas todas las utilidades de la determinación de tablas de peso y talla, la autora enfatiza su importancia y la necesidad de su uso, pero deja también esta última reflexión como limitante de su uso indiscriminado:

Preferimos el examen más superficial al mejor de los índices de salud. La simple inspección informa al médico experimentado sobre el estado nutritivo, expresión de la cara, estado de la piel y de las mucosas, conformación esquelética, proporciones, defectos posturales y otros datos que se complementan con el interrogatorio previo.33

Al año siguiente (1943) con el mismo título y en igual revista, Perlina Winocur publicó la segunda parte de su trabajo, conteniendo la bibliografía y la tabla de datos básicos. Con este escrito cierra entonces este primer e importante aporte por ella realizado al estudio antropométrico de la población escolar de la ciudad de Buenos Aires.

El tema vuelve a ser retomado en el año de 1944. En esa fecha la Dra. Winocur da a conocer su comunicación “Peso y talla de niños argentinos de 3 a 6 años” publicada en los Archivos Argentinos de Pediatría.34 Con lo cual ingresa en el campo de la antropometría de la población pre-escolar.

Se trata en este caso de una investigación realizada con la misma metodología que la llevada a cabo con los escolares en los años de 1937 y 38 y realizada en terreno por un equipo similar de Visitadoras de Higiene. Por este motivo, y al ser compatibles ambos trabajos, pudo afirmar su autora que: “La escala así completada comprende todo el ciclo de la segunda infancia y parte de la adolescencia (3 a 15 años)”.35

31. Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos…”, p. 105.32. Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos…”, p. 106.33. Perlina Winocur, “Peso y talla de los escolares argentinos…”, p. 106.34. Año XV, Tomo XXII, No. 2, pp. 107-123.35. Perlina Winocur, “Peso y talla de niños argentinos de 3 a 6 años”, Buenos Aires, Archivos

Argentinos de Pediatría, Año XV, Tomo XXII, No. 2, p. 107.

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En este caso la cantidad de niños encuestados resultó bastante más pequeña que en la anterior oportunidad pues fueron revisados 6684. Dos cosas caben comentarse de esta cifra. La primera es de hacer notar que, aunque efectivamente la cantidad es más escasa no es, si la comparamos con los números de otras encuestas, para nada despreciable. Además existiría una explicación muy sencilla a la diferencia en las cifras de ambas encuestas: la población de niños de jardines de infantes era en la Capital muy inferior a la de niños en edad escolar. Esta última razón es la que esgrime la autora para justificar la dificultad que la llevó a realizar las mediciones en un espacio de tiempo muy dilatado; en uno de los jardines ella duró de 1939 a 1943 y en otro de 1940 a 1943. Quedaron fuera de esta selección los niños alojados en asilos, en tanto que por el contrario, los niños vistos por consultorios externos por afecciones banales fueron incorporados al grupo.

Sin embargo la incorporación de niños de los consultorios externos permitió observar, aquí también, la influencia del medio en el crecimiento. Los niños de jardines de infantes resultaron ser los más altos porque la estatura era una de las condiciones exigidas para su admisión, pero en los otros niños, los que provenían del consultorio de la Corporación de Transporte (cuyos padres tenían trabajo estable), resultaron en promedio ser más altos que los que provenían de la Maternidad del Prof. Peralta Ramos que eran de una población hospitalaria más precarizada.36

Efectuadas las mediciones se confeccionaron similares tablas a las de los escolares y con igual metodología de establecer bandas de normalidad en la relación peso-talla-edad. Semejantemente a la advertencia ya establecida en su anterior trabajo, Perlina Winocur señala al lector que:

El peso si bien es muy importante, no es el único índice de buena salud, es necesario además una armonía en todas las funciones del organismo que deben cumplirse sin molestia y mantener un aumento progresivo, sin interrupciones en peso y talla, hasta alcanzar la plena madurez.37

En “Peso y talla de los niños argentinos de 3 a 16 años pertenecientes a la ciudad de Buenos Aires”38 Perlina Winocur repasa en forma global las mediciones efectuadas, repite los conceptos que de ellas se desprenden y menciona algunos elogios recibidos sin agregar mayormente nuevos elementos a los ya expuestos.

“El crecimiento de los obesos. Estudio de la talla en 4629 niños obesos de 3 a 16 años de edad”39 es un derivado de las encuestas antropométricas realizadas

36. Perlina Winocur, “Peso y talla de niños argentinos de 3 a 6 años”..., p. 111.37. El subrayado es de Winocur. Perlina Winocur, “Peso y talla de niños argentinos de 3 a 6

años”..., p. 122.38. Archivos Argentinos de Pediatría, Tomo XXI, 1944, pp. 562 y sigs.39. Perlina Winocur, “El crecimiento de los obesos. Estudio de la talla en 4629 niños obesos

de 3 a 16 años de edad”, La Prensa Médica Argentina, Tomo XXXII, 1945, pp. 2322-2328.



en escolares y preescolares. En ellas llamó la atención el hecho de que los niños obesos mostraban en promedio una talla mayor que los que no lo eran. Por esa causa se realizó un estudio aparte de los 4619 obesos (2197 varones y 2422 mujeres) que fueron detectados en la muestra.

El criterio de selección de los pacientes fue el aceptado en otros trabajos internacionales, se consideraba obeso y se incorporaba al estudio a todo niño que sobrepasara en un 20% la media normal de peso de acuerdo a la edad e independientemente de su talla. Los resultados de la comparación de las tablas de obesos con las de la población total fueron expresadas por Winocur de la siguiente manera: “Los niños obesos tienen una estatura superior a la media normal y mantienen la diferencia en el decurso de los años estudiados por nosotros”.40

Posterior a esta comprobación Winocur pasa a discutir sus causas con base en la bibliografía internacional. Así pues, aunque reconoce que las causas de esta probable correlación no están claras destaca el papel de la alimentación, la herencia y las glándulas endocrinas.

El último de los artículos a comentar, “Valor que se debe dar al peso y a la talla”,41 resultaría ser cronológicamente de los primeros de la serie. Se trata de una comunicación del año 1940 al 1er Congreso Nacional de Puericultura, que la autora realiza en el mismo año de publicación de su encuesta antropométrica de los escolares porteños. En ella Perlina Winocur se dedica a pasar revista a los distintos índices empleados en el ambiente internacional a los fines de determinar el estado de nutrición de los niños. Luego de señalar las fortalezas y debilidades de todos ellos se decide por el de la relación peso-talla-edad como el más confiable del conjunto. A continuación expone un resumen de las tablas antropométricas escolares y realiza un compendio de sus conclusiones muy similar a las que explicita con más detalle en su otro trabajo de investigación.

Comentarios finales

La vasta obra sobre la antropometría escolar debida a Perlina Winocur, merece la elaboración de una serie de reflexiones al respecto. En primer lugar

cabría la pregunta acerca de la ubicación de la autora dentro de las corrientes de pensamiento predominantes en la salud escolar esbozadas en la introducción. Más concretamente cabe responder ¿participaba Perlina Winocur de las ideas deterministas y biologicistas a ultranza de los biotipólogos? Reflexionando acerca del tema es de apreciar que la labor antropométrica de Winocur se desarrolló en un período (1937-1945) en el cual nuestro país estuvo dirigido por

40. Perlina Winocur, “ El crecimiento de los obesos…”, p. 2322.41. Perlina Winocur, “Valor que se debe dar al peso y a la talla”, Actas del 1er Congreso

Nacional de Puericultura, Buenos Aires, 1940, Tomo 1, pp. 213-218.



gobiernos de escasa legitimidad por la turbiedad de los procesos eleccionarios que sucedieron a la asonada de Uriburu, o por nuevos gobiernos militares con francas simpatías por los gobiernos de la derecha europea. Como se ha relatado, en ese ambiente el discurso oficial alentaba las ideas biotipológicas, que incluso llegaron a aplicarse en las escuelas de la Provincia de Buenos Aires.

Un análisis detallado de la obra de Perlina Winocur no permite en ningún momento traslucir que la autora haya recurrido a argumentos de fatalismo racial. Por el contrario, lo único que menciona es una realidad a ojos vista: en ese momento histórico la población escolar de la Capital constituía una mezcla de hijos de personas largamente arraigadas en el país, más muchos otros niños hijos de inmigrantes provenientes de las más diversas partes del mundo. Negar entonces la heterogeneidad de la muestra habría sido una aberración estadística, pero sacar de ello consecuencias raciales inexorables fue una tentación en la que no cayó la autora.

Por consecuencia cabe contestar que Perlina Winocur actuó, al sacar las conclusiones de su investigación, utilizando la más rigurosa imparcialidad científica. Demostró lo que era demostrable sin caer en tentaciones ideológicas que no se desprendían de lo observado.

Respondida la pregunta anterior cabría al respecto formularse otra que se desprende de la primera. ¿Eso quiere decir que Perlina Winocur no manifestó respecto de la niñez por ella estudiada ninguna inquietud de tipo social? Opinar así sería un craso error. Perlina Winocur abogó y pudo demostrar estadísticamente la influencia de la mejora en las condiciones de vida en la nutrición, el peso, la talla, e indirectamente en la salud infantil de los escolares encuestados. Lo que sí dejó para otro momento fue el encarar las medidas para lograr esos objetivos que como ella misma lo reconoce, superan las acciones que puedan tomar sólo los médicos. Por esa causa presentó sus resultados para, entre otras cosas, llamar “la atención de los gobiernos sobre las clases menos favorecidas para combatir el pauperismo con todas sus consecuencias”.

Relacionado con este tema es de destacar que comparada con la talla de sus padres, las de muchos de estos alumnos mostraban una media aritmética que revelaba su mayor altura, y otro tanto ocurría respecto de las medidas obtenidas quince años antes por Garraham y Bettinoti. En ambos casos la mejora de las condiciones de los hogares de los cuales provenían los alumnos, fueron la causa probable (según la autora) de este mayor crecimiento. Especial énfasis fue puesto en la mejoría de la alimentación, renovando la vigencia del apotegma que sostiene que “el crecimiento se encuentra planeado por los genes, llevado a cabo por el sistema endócrino y permitido por la buena alimentación”.

La periodicidad de estos estudios fue justificada por su cambio a lo largo de los años, tal como Winocur demuestra. La utilidad de los mismos en una serie cronológica, para vigilar no sólo la salud si no las condiciones sociales y ambientales de la población, se transformaba entonces en un imperativo para el diseño de las políticas de salud.



Otro de los indudables méritos que presenta el estudio de Winocur es la solidez en cuanto a su planteamiento estadístico. Múltiples son los motivos que avalan esta afirmación de los cuales se pasarán a enumerar los más destacados.

En primer lugar, y pensando en realizar encuestas nacionales, Winocur aboga por hacerlas por región, dadas las profundas variaciones demográficas que presenta la Argentina. La práctica moderna ha demostrado lo acertado de esta forma de encarar el problema.

La cantidad de sujetos que integran las respectivas muestras de los estudios es harto suficiente como para que los mismos sean representativos del universo estadístico, y su tratamiento matemático resultó adecuado. Por estas razones las bandas de normalidad que en ellos se definen son ampliamente confiables, y justifican la importante difusión que estas tablas merecieron en su momento.

En cuanto al personal que intervino en la toma de datos así como en la elaboración estadística, caben también algunas reflexiones. La toma de los datos de peso y talla estuvo a cargo de un grupo de Visitadoras de Higiene, dependientes (salvo excepciones) del Cuerpo Médico Escolar. En la dirección de las mismas se destaca la figura de la visitadora María Luisa Lépori de Róvere, que según confiesa la propia Dra. Winocur tuvo un papel fundamental en la investigación. En tanto que la estadística de la misma fue asesorada por el ingeniero Emilio Rebuelto. Por su importancia corresponde que estas dos figuras (Lépori y Rebuelto) sean mencionadas al referirse a los trabajos de la Dra. Winocur.

Respecto a algunos aspectos de la autora es de destacar su tesón en la empresa. Este tesón fue puesto de manifiesto al emprender una toma de gran volumen de datos, cuyo procesamiento manual debe haberle llevado el largo tiempo transcurrido entre la obtención de los mismos y la publicación de los resultados.

Otra remarcable virtud es su modestia. Perlina Winocur realizó todos sus estudios desde su puesto de médica de Sanidad Escolar. Sugestivamente en la Cátedra de Pediatría, y pese a contar con buenos antecedentes, nunca se presentó a concurso de profesora, jubilándose como docente autorizada.

Es de imaginar, dada la ideología reinante en los gobiernos de la época, que no debe haber sido muy sencillo para esta mujer, que a la capitis diminutio de su sexo agregaba su humilde origen y su hogar de religión mosaica, el abrirse paso en el medio extraño que le habrá representado Buenos Aires. Pero no es menos admirable imaginar que, aún con todas esas imperfecciones, la Argentina brindaba a los hijos de inmigrantes la posibilidad del progreso mediante el trabajo duro y continuo, que las patrias de sus padres tal vez les hubieran negado. La figura modesta y lúcida de Perlina Winocur, es un ejemplo de lo dicho.


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