periódico el mensajero

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El Mensajero Año VII Núm. 72 Octubre 2012 www.diocesisdematamoros.org El Periódico de la Diócesis Para ayudarnos a descubrir el gus- to de alimentarnos con la Palabra de Dios, el Santo Padre Benedicto XVI mediante su carta apostólica PORTA FIDEI (Puerta de la Fe) ha convocado a un Año de la fe. Comenzará el 11 de octubre de 2012 al cumplirse cincuenta años de la apertura del Concilio Vaticano II y a los veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. Esta coincidencia elegida expresa- mente por el Papa, es para ayudarnos a comprender que los textos que nos dejó el Concilio “no pierden su valor ni su esplendor” y son una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia. Este Año de la fe quiere ser una in- vitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del Mundo. Es un llamado a tener cla- ro que creer nunca es un hecho pri- vado exclusivamente y también que la profesión de fe es un acto personal, pero al mismo tiempo comunitario. Para tener acceso a un conocimien- to sistemático del contenido de la fe tenemos en el Catecismo de la Iglesia, un subsidio precioso e indispensable. Este Año de la fe deberá comprome- ternos a redescubrirlo y estudiarlo. Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, «que inició y completa nuestra fe» (Hb 12, 2): en NUEVA ETAPA Ejemplar Gratuito Año de la Fe un año de gracia Este Año de la fe quiere ser una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del Mundo. Por la fe, los Apóstoles dejaron todo para seguir al Maestro (cf. Mt 10, 28) él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón hu- mano. El documento del Papa nos re- cuerda que por la fe, María acogió la palabra del Ángel. Por la fe, los Apóstoles dejaron todo para seguir al Maestro (cf. Mt 10, 28). Por la fe, los discípulos formaron la primera co- munidad reunida en torno a la ense- ñanza de los Apóstoles. Por la fe, los mártires entregaron su vida. Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones en favor de la justicia. Tam- bién nosotros vivimos por la fe: para el reconocimiento vivo del Señor Je- sús, presente en nuestras vidas y en la historia. El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemen- te a merced de la duda. Finalmente el Santo Padre filialmente confía este año de gracia a la Madre de Dios, pro- clamada «bienaventurada porque ha creído» (Lc 1, 45). Mons. Oscar Lozano

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Edición octubre 2012

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Page 1: Periódico EL MENSAJERO

Pág. 1El Mensajero Año VII Núm. 72 Octubre 2012 www.diocesisdematamoros.org

El Periódico de la Diócesis

Para ayudarnos a descubrir el gus-to de alimentarnos con la Palabra de Dios, el Santo Padre Benedicto XVI mediante su carta apostólica PORTA FIDEI (Puerta de la Fe) ha convocado a un Año de la fe.

Comenzará el 11 de octubre de 2012 al cumplirse cincuenta años de la apertura del Concilio Vaticano II y a los veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica.

Esta coincidencia elegida expresa-mente por el Papa, es para ayudarnos a comprender que los textos que nos dejó el Concilio “no pierden su valor ni su esplendor” y son una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia.

Este Año de la fe quiere ser una in-vitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del Mundo. Es un llamado a tener cla-ro que creer nunca es un hecho pri-vado exclusivamente y también que la profesión de fe es un acto personal, pero al mismo tiempo comunitario.

Para tener acceso a un conocimien-to sistemático del contenido de la fe tenemos en el Catecismo de la Iglesia, un subsidio precioso e indispensable. Este Año de la fe deberá comprome-ternos a redescubrirlo y estudiarlo.

Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, «que inició y completa nuestra fe» (Hb 12, 2): en

NUEVA ETAPAEjemplarGratuito

Año de la Feun año de gracia

Este Año de la fe quiere ser una invitación a una

auténtica y renovada conversión al Señor, único

Salvador del Mundo.

Por la fe, los Apóstoles dejaron todo para seguir al

Maestro (cf. Mt 10, 28)

él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón hu-mano.

El documento del Papa nos re-cuerda que por la fe, María acogió la palabra del Ángel. Por la fe, los Apóstoles dejaron todo para seguir al Maestro (cf. Mt 10, 28). Por la fe, los discípulos formaron la primera co-munidad reunida en torno a la ense-ñanza de los Apóstoles. Por la fe, los mártires entregaron su vida. Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones en favor de la justicia. Tam-bién nosotros vivimos por la fe: para el reconocimiento vivo del Señor Je-sús, presente en nuestras vidas y en la historia.

El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemen-te a merced de la duda. Finalmente el Santo Padre filialmente confía este año de gracia a la Madre de Dios, pro-clamada «bienaventurada porque ha creído» (Lc 1, 45).

Mons. Oscar Lozano

Page 2: Periódico EL MENSAJERO

Pág. 2 Pág. 3[ ACTUALIDAD ] [ EDITORIAL Y OPINIÓN ]

Mons. Ruy Rendón Leal

Primer año episcopal de

¿Por qué un año de la fe?P. Roberto Sifuentes

Editorial

P. Margarito Salazar

"Un Pastor que ha puesto de su parte lo necesario para que podamos cumplir el mandato de Jesucristo".

Contenido

Portada•El Año de la Feun año de gracia

Pág. 2[ACTUALIDAD]•Primer año episcopalMons. Ruy Rendón Leal

Pág. 3[EDITORIAL Y OPINIÓN]•¿Por qué un año de la fe?

Pág. 4[COMISIÓN PROFÉTICA]•Octubre mes de las misiones•Abraham, padre de la fe

Pág. 5[COMISIÓN PASTORAL LITÚRGICA]•La "Sacrosantum Concilium" a sus 50 años de su aprobación

Pág. 6[COMISIÓN DE PASTORAL SOCIAL]•Experiencia de fe: un migrante

Pág. 7[COMISIÓN FAMILIA, JUVENTUD, LAICOS Y VIDA]•Proceso de Revitalización de la Pastoral Juvenil•De la familia nace la paz

Pág. 8[COMISIÓN VOCACIONES Y MINISTERIO]•Procesos de Evangelización•Vida Religiosa, Hermanas Agustinas de la enseñanza

Pág. 9[COMISIÓN SOLIDARIDAD INTRAECLESIAL]•Comisión Solidaridad Intraeclesial

Pág. 10[COMISIÓN DE DIALOGO INTERRELIGIOSOS Y COMUNIÓN]•¿Qué es ecumenismo?

Pág. 11[COMISIÓN PASTORAL DE COMUNICACIÓN]•Evangelizar con los medios de comunicación

Pág. 12[FE, CULTURA Y SOCIEDAD]•El Concilio Vaticano II (parte I)Se vislumbra una esperanza

Estamos ya en el umbral del Año de la Fe, convocado por el Sumo Pontífice, Su Santi-dad Benedicto XVI. En esta nueva etapa de nuestro órgano de comunicación, hemos querido precisamente resaltar por medio de diversos artículos lo que significará este Año en la vida de toda la Iglesia y de nuestra Diócesis en particular y de hacerlo además a través desde diversas perspectivas.

Por la Providencia de Dios, esta convoca-ción se ha hecho en el marco importante de la celebración del primer aniversario de la lle-gada de nuestro Obispo a la Diócesis, Mons. Ruy Rendón Leal, y de los inicios de la prime-ra etapa del Plan Diocesano de Pastoral, que arranca precisamente de modo simultáneo con el Año de la Fe. En la carta dirigida a la Iglesia que peregrina en Matamoros con oca-sión de estos eventos, nuestro Obispo resalta justamente la importancia de la fe, así como en el Sínodo que tendrá lugar en Roma este año con el tema “La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe”: Es esa fe “que debemos fortalecer, profesar, celebrar, vivir y rezar. Fortaleciendo pues, esta virtud teologal, - dice nuestro Obispo - la Iglesia podrá llevar a

Tendremos que partir de lo que sig-nifica la fe para el ser humano: la fe es fuerza, es don de Dios, que viene a for-talecer todos los ámbitos y dimensiones del ser humano. La fe nos lleva a bus-car la trascendencia en Dios, nos orienta siempre hacia Él. Nos lleva a vivir en un ambiente de más felicidad, nos fortale-ce; la fe nos ayuda a enfrentar en situa-ciones difíciles, situaciones no muy gra-tas o que causan sufrimiento; nos ayuda a superarlas y definitivamente a crecer y fortalecernos.

En la Iglesia es necesario un Año de la Fe porque el hombre tiene que volver su rostro hacia Dios. Nuestra realidad nos hace ver que el hombre que no mira hacia Dios, ha volteado su rostro a si-tuaciones como el placer, el tener, el po-der, se ha olvidado del conocimiento de Dios. El Papa por esta razón y la Iglesia han visto el Año de la Fe como una res-puesta para que el hombre redimensione su visión de persona, para que vuelva sus ojos a Dios.

cabo la nueva evangelización que haga posi-ble la transmisión de la fe cristiana”.

Serán importantes también los conte-nidos que tienen que ver con el caminar de la pastoral de nuestra Iglesia local, especial-mente la nueva organización en comisiones y dimensiones; resulta crucialmente impor-tante no sólo el conocimiento que tengamos de la estructura pastoral, sino el reconoci-miento también de la fuerza que emana de esta manera de ser Iglesia. Quiera Dios que nos vayamos empapando de esta nueva mentalidad y operatividad, y que juntos va-yamos respondiendo fielmente al llamado que Dios nos hace como comunidad dioce-sana.

Nos sentimos muy unidos todos uste-des, a cada uno de nuestros lectores, somos conscientes que en reiteradas ocasiones nos expresaron su deseo de restablecer este lazo de comunión, nos inquietaba vernos en la imposibilidad de hacerlo. Ahora ponemos en sus manos esta nueva etapa en la historia de la comunicación eclesial, pero ponemos esta iniciativa sobre todo en las manos de Dios. Pedimos a él que nos bendiga a todos.

Se nos invita a vivir una autentica y sincera profesión de nuestra fe, sin des-viaciones, sin vivir una fe disfrazada o adulterada. Se nos invita a confirmar la fe de manera individual y colectiva. Que sea una fe libre, no manipulada. Se nos invita a volver enfocar la fe, reanimarla, es decir darle vida. También se nos in-vita a purificarla, quitarle todas aquellas cosas la estén manchando, todos aque-llos elementos que no concuerden con la rectitud que nuestra fe exige. Confesar nuestra fe, que la podamos vivir, que no nos avergoncemos, siguiendo el ejem-plo del Evangelio a no encender nuestra fe y ocultarla debajo de la mesa, sino a ponerla en lo alto, donde pueda dar luz y ser guía para todos (cf. Mt 5, 14-15). Por último, la fe no solo puede ser con-ceptual, quedarse solamente en las ideas, sino vivirla en las obras, como dice San-tiago: “Muéstrame tu fe con obra, que yo con obras te demostrare mi fe”(St. 2, 18) .

Mons. Ruy Rendón Leal ha sido para la Diócesis de Matamoros el obispo idóneo, la persona que la Dió-cesis necesita, Dios no se equivoca. Monseñor Ruy Rendón posee una gran prudencia, esto lo hace un hom-bre sabio. Es una persona con una ca-pacidad de escucha increíble; antes de tomar una decisión, la consulta, la medita y, una vez que reflexiona profundamente, toma la decisión más pertinente, todo lo cual le ayuda mucho para ofrecer seguridad al pro-ceso diocesano. En cuanto al trabajo pastoral, y a lo que a los sacerdotes se refiere, toma en cuenta cada uno de sus perfiles al llamarlos a colaborar en determinadas áreas de la pastoral de nuestra Diócesis. Realmente ha sido un Pastor que pone de su parte todo lo necesario para que podamos cumplir con integridad el mandato de Jesucristo.

Una de sus tareas y preocupacio-nes principales es la pastoral dioce-sana. Esta misión la va realizando ro-deado de un equipo de asesores que trabaja arduamente para proveer a la Diócesis de un Plan Diocesano Orgá-nico, que realmente llegue a todo el

Pueblo de Dios. Una de sus características y deseos

como Pastor es llegar a los lugares más alejados, viendo la posibilidad de construir nuevas Iglesias en aque-llos lugares que por la extensión o por su gran número de habitantes, sean necesarias nuevas Parroquias, para así brindar una mejor atención a los fieles. Aunado a esta preocupación, Monseñor está consciente que otro reto importante es la promoción de las vocaciones sacerdotales, más santos sacerdotes para poder servir al pueblo de Dios.

Monseñor es consciente que su Diócesis de Matamoros es una dió-cesis trabajadora y muy demandante, él mismo, aún teniendo como día de descanso los martes, prefiere atender a su presbiterio y al Pueblo de Dios. Monseñor Ruy es el Obispo que en este tiempo nuestra Diócesis necesita. Oremos por él.

Page 3: Periódico EL MENSAJERO

Pág. 4 Pág. 5[ COMISIÓN PROFÉTICA ] [ COMISIÓN PASTORAL LITÚRGICA ]

Octubre mes de las Misiones

Fe y Biblia:

Ser misionero de la Iglesia:

Abraham, Padre de la Fe

Ante la próxima apertura el año de la fe, es necesario fijar nuestra atención en Abraham, uno de los personajes im-portantes en la historia bíblica, quien es catalogado como modelo de fe. Pero ¿Quién es este personaje que influye en la literatura del Nuevo Testamento? ¿Por qué es un prototipo para nosotros cristianos?

Trasfondo históricoAbraham era, según la Biblia, hijo de

un caldeo rico (Gén 11,26ss), es un se-minómada que sale de Ur, en Caldea, y se instala en Canaán; pastor de ganado menor, es uno más entre los innumera-bles jefes de las tribus que emigran bus-cando pastos para sus ganados.

Directorio

Sr. Obispo de Matamoros Mons. Ruy Rendón Leal, Director P. Alan G. Camargo Muñiz, Editor P. José Luis Cerra Luna, Artículos y contenido Sem. Guadalupe Sánchez Cornejo, Diseño Editorial Gustavo Rodríguez Lerma, Impresión Stampa Digitale, S.C., Colaboradores Comisiones, Dimensiones y Departamentos de Pastoral en la Diócesis, Administración C.P. Julio y Liliana García, Distribución Centro de Pastoral de la Comunicación.El Mensajero, El Periódico de la Diócesis, es una publicación mensual bajo la supervisión de la Comisión de la Pastoral de la Comunicación, Calle Cuatro entre Morelos y González No. 137, Zona Centro, H. Matamoros, Tam., México, C.P. 87300 Tel. (868) 813-5511 [email protected] Impreso por Stampa Digitale, S.C. Calle Sexta y Fco. González Villarreal No. 801 Col. Euzkadi C.P. 87370, H. Matamoros, Tam. Los escritos firmados son responsabilidad de su autor. El Mensajero comenzó a publicarse en Agosto de 2005. Registro en trámite.

La "Sacrosantum Concilium" a sus 50 años de su aprobación

Sentido ReligiosoEl Génesis resalta la figura de Abra-

ham, ya que menciona su genealogía (Gén 11, 10-26), esto sólo se hace con los grandes personajes como Jesús. Tiene un cambio de nombre, signo de una misión especial (como Pedro, Mt. 16,18).

Dios lo llama y le hace una prome-sa, es una llamada que reclama obe-diencia, renuncia, desinstalarse: «Sal de tu tierra, de tu patria, de la casa de tu padre» (Gén. 12,1). Le promete una descendencia innumerable cuando su mujer es estéril (Gén. 11, 30; 16, 1-2) y él mismo es anciano.

Abraham obedece y se fía: Esta obediencia es un acto de fe, pues Dios

Mons. Martín Guerrero

“Vayan por todo el mundo y predi-quen el Evangelio a toda creatura” (Mc. 16, 15).

O vas… o envías… o ayudas a enviar.Todos los bautizados somos misione-

ros, ya que Cristo nos ha dado el mandato de anunciar el Evangelio a toda creatura. Para este mes de octubre, la Iglesia nos propone cuatro formas de cooperación misionera: Oración, sacrificio, donacio-nes y vocaciones.

En la primera semana, la oración: “la oración, dice el Papa, debe de acompa-

ñar el camino de los misioneros, para que el anuncio de la Palabra resulte eficaz por medio de la gracia divina” (RM 76). Con la oración se pide el aumento de los misione-ros, la fuerza para que ellos logren cumplir con su tarea de anunciar el Evangelio a donde aún no se ha anunciado y las gra-cias para que los que reciben el anuncio, lo acepten.

En la segunda semana, el sacrificio: “A la oración, es necesario unir el sacrificio. Con tal ofrecimiento los enfermos se ha-cen también misioneros” (RM 78) El sa-crificio del misionero debe de ser compar-tido y sostenido por el de todos los fieles. Sin duda que nuestra vida esta hecha de sacrificios, vamos a unirlos todos a la cruz de Cristo y ofrezcámoslos por la evangeli-zación de los pueblos.

Tercera semana, las donaciones: “Son muchas la necesidades materiales y eco-

nómicas de las misiones; no sólo para fundar la Iglesia con estructuras mínimas, sino también para sostener la obras de caridad, de educación y de promoción humana” (RM 81). No se trata de dar una ayuda, sino de compartir, porque todo lo que hemos recibido de Dios no es nuestro, sino ha sido dado para usarlo y compartir-lo. El compartir exige mucho, dar lo nece-sario o de lo que se considere necesario.

Cuarta semana, las vocaciones: la pro-moción de las vocaciones misioneras está dentro de la cooperación a favor de las mi-siones. “La promoción de estas vocacio-nes es el corazón de la cooperación” (RM 79) Dice el Papa a los padres de familia: “han de ser conscientes de que deben de dar una contribución particular a la causa misionera de la Iglesia, cultivando las vo-caciones misioneras entre sus hijos e hijas.

Este documento fue el primero que se aprobó en el Concilio Vaticano II, en la III sesión, el 4 de diciembre de 1964.

Es un documento, que en su conte-nido, revoluciona la Sagrada Liturgia con una renovación muy importante para la Iglesia universal.

Inicia mencionando la importan-cia de la liturgia en la vida eclesial y su papel en la vida de todos los cristia-nos; es su aspecto teológico va a tener una relación muy importante con la teología de la revelación, con la evan-gelización, con la Palabra de Dios, introduciendo en los sacramentos la Liturgia de la Palabra.

Uno de los fines de este documen-to es lograr una “participación activa y fructosa” en la vida de la Iglesia, en las celebraciones de los sacramentos y sobre todo en la celebración Euca-rística, la santa Misa, la celebración del Misterio Pascual, en que la parti-cipación de los fieles debe ser mucho mas activa, sobre este punto dice: “la Iglesia procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que comprendiéndola bien a través de los ritos y oraciones, participen consciente, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den

gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmacu-lada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccio-nen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos”.

Un capítulo está dedicado al Ofi-cio Divino: “La función sacerdotal se prolonga a través de su Iglesia, que sin cesar, alaba al Señor e intercede por la salvación de todo el mundo"; se insis-te en que para todos los cristianos es fuente de piedad, además es la ora-ción publica de la Iglesia.

El capítulo V está dedicado al “Año Litúrgico”, poniendo de relieve el día del Señor, el domingo, en que se con-memora su resurrección y la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles; habla también de los santos, su ve-neración y el papel importante de la Virgen María en el ministerio de sal-vación.

Los últimos capítulos están dedica-dos a la Música sagrada, al arte y a los Objetos Sagrados.

Es un pequeñísimo esbozo de este Documento del Vaticano II, ojalá nos interesemos todos por conocerlo más ampliamente.

no le había dado ninguna prueba. Es la actitud de la persona que confía en otra persona (Dios). Pero esta fe llega a su culmen: hay que sacrificar al hijo (Gén 22). Dura prueba a la que no se rehúsa, sólo se fía en Dios y por ello es recompensado con bendiciones.

Abraham ejemplo para noso-tros cristianos

Porque cree en Dios, en su amor y sus promesas.

Porque sabe desinstalarse no afe-rrándose a las cosas, persona y situa-ciones.

Porque ama a un único Dios y lo adora.

Porque escucha y obedece, como todo aquel que es llamado y enviado.

Sigamos profundizando en Abra-ham, en su fe y su libertad para res-ponder al llamado de Dios y sea para nosotros un ejemplo (padre) de fe.

P. Gabriel López

P. Esteban Ramírez

Page 4: Periódico EL MENSAJERO

Pág. 6 Pág. 7[ COMISIÓN FAMILIA, JUVENTUD, LAICOS Y VIDA ]

Proceso de Revitalización de la Pastoral Juvenil

“Una misión que parecía imposible, empieza su caminar”

Este Proyecto surge del XV Encuen-tro Latinoamericano de Representan-tes Nacionales de Pastoral Juvenil que se llevo a cabo en la ciudad de Pa-namá, Panamá los días del 4 al 11 de Febrero del 2007 con su preparación al V Conferencia General del Epis-copado Latinoamericano del Caribe con un gran regalo de Dios a la Iglesia Latinoamericana con el Documento de Aparecida, el cual propone a los jó-venes renovar en estrecha comunión con la familia, de manera eficaz y rea-lista, dando nuevo impulso a la Pasto-ral de la Juventud en las comunidades eclesiales (Diócesis, Parroquias, Mo-vimientos, etc.) DA 446.

En 2008 en la ciudad de Puerto Or-daz, Colombia, se nombra al equipo responsable de la actualización del Libro “Civilización del Amor: Tarea y Esperanza”. El equipo responsable presenta en Febrero de 2009 en Co-chabamba, Bolivia, el “Proyecto de Revitalización de la Pastoral Juvenil Latinoamericana” que consta de cua-tro etapas: 1)Fascinas, 2)Escuchar, 3)Discernir y 4)Convertir.

Y del 5 al 12 de Septiembre de 2010 se celebro el III CLAJ en los Teques, Venezuela, donde determinaron las

grandes líneas de Orientación para la acción pastoral en el Continente. Y donde México asumió con entusias-mo el Proyecto de Revitalización.

Con esta gracia por parte del Es-píritu, en Enero de 2011, en la XXXII Reunión Nacional de Asesores en Irapuato, Guerrero se dan a conocer los resultados del III CLAJ, y en Julio del mismo año en la XVI Asamblea Nacional de Pastoral Juvenil en Mé-rida, Yucatán se inicia el Proceso de Revitalización de la Pastoral Juvenil en México.

Y en Enero del 2012 en la Diócesis de Matamoros se inicia este Proyecto de Revitalización en la ciudad de Rey-nosa, Tamaulipas con el Taller “Revi-talización” en su etapa de Fascinar continuando con la ciudad de Mata-moros, Valle Hermoso y finalmente San Fernando, Tamaulipas.

Siendo todas las zonas pastorales juveniles de la Diócesis de Matamo-ros parte de este Proceso de Revitali-zación, y trabajando arduamente con el lema “Caminemos con Jesús para dar vida a nuestros pueblos”, siendo discípulos misioneros a ejemplo de los caminantes de Emaus.

[ COMISIÓN DE PASTORAL SOCIAL ]

Hola, mi nombre Carlos Ramírez López, originario de Acapulco Gue-rrero, recuerdo mi infancia y puedo tener la seguridad de que mi familia era sumamente católica, de manera muy espacial mi santa madre. Ella era muy comprometida e impulsaba en cada uno de nosotros, mis herma-nos y yo, la participación en las misas dominicales. No me puedo quejar, siempre me sentí muy acompañado y protegido por Dios en mi vida de niño

Un día de mi vida, al ver la nece-sidad que pasaba mi familia, en un instante pasó por mi mente el deseo de cruzar la frontera para alcanzar el gran sueño americano, del cual se habla tanto. Sabía que iba hacer muy difícil para mí tomar esta decisión tan rápida, sin saber qué tan duro era el camino hacia los Estados Unidos.

Sabía muy bien que tenía que cumplir dos tareas que eran muy difí-ciles para mí a solucionar en mi país. La primera era cómo sacar adelante a mi familia de la tremenda pobreza que vivíamos, y la segunda tarea, era que yo quería que mis futuros hijos tuvieran la posibilidad de estudiar hasta la universidad. En México no tendría dinero para cumplir ninguna de las dos.

La llegada a los Estado Unidos fue algo muy diferente a lo que vivía en mi Acapulco querido, lejos de mi familia y muy apartado de mi fe. Los días ten-drían que ser dedicados al trabajo y a sobrevivir la dura pena y carga que pasa un inmigrante. Cómo olvidar los primero días, con los que inicié, sólo tenía mis ganas de trabajar, de ayu-dar y un solo cambio de ropa. Pero en ese momento, me aferré en la ayuda y protección de Dios.

Gracias a Dios y a la virgen de Gua-dalupe, puedo decir que ya durante mis más de 28 años en los Estados Unidos, fueron como un pasar de tiempo sumamente rápido. Duran-te estos más de 28 años, puedo decir

La Comisión de Pastoral Social esta encabezada por el P. Francisco Gallardo

Carlos Ramírez

Experiencia de fe:

Un migrantetristemente que fueron pocas las oca-siones que me disponía yo a asistir a la Iglesia y participar en familia, era el tiempo y lo complicado para no-sotros el saber designar un día para ir a la iglesia, ya que era aprovechar la oportunidad y cualquier oferta de trabajo que saliera para el día. Pero eso sí, en mi barrio donde vivía, te-níamos la comunidad latina nuestra capilla católica, con una gran imagen de la virgen de Guadalupe. Muchos de los de ahí asistíamos al rosario y a las fiestas que se hacían en honor a la virgen de Guadalupe, patrona de los mexicanos. Ella me ha dado todo, y me entristece mucho el desperdiciar mucho tiempo por no asistir cons-tante a mi Iglesia a la cual yo nunca deseo dejar y abandonar.

El 10 de enero del 2012 fui de-portado de los Estados Unidos, y he dejado triste mente a mi mujer con la que me casé y que está enferma, y junto con ella, mi querida hija, que se ha quedado sin el apoyo y el cariño de un padre. Qué difícil es asimilar esta dura pena, mi vida ya esta allá en aquel país y que por no tener pape-les soy para ellos un peligro nacional. Ya ha pasado mucho tiempo, pero aun permanezco en suelo fronterizo, porque he de volver y regresar con mi familia, a la cual yo amo, con todo mi corazón. Sé que en este camino no estoy solo, porque Dios, y la Virgen de Guadalupe, me acompañaran. No cabe duda que si Dios me diera una oportunidad de regresar con mi fa-milia, volvería a hacer lo que yo era de niño, aquel que amaba a su Iglesia y que asistía domingo tras domingo. Sólo pido una oportunidad para vol-ver hacer feliz, y demostrar lo grande que es Dios.

Pastoral Juvenil Diocesana P. Martín Ortega

La oración en familia trae muchos frutos a la vida personal y familiar, de la oración nace la paz con Dios y con los demás.

En este mes quiero aprovechar para hacer una reflexión importante y urgente sobre el tema de la familia y la paz. Hace algunos años Juan Pablo II escribió que “de la familia nace la paz”. Quiero compartir algunas ideas que el Papa comentó en la "Carta a las Familias" (1994 ).

La familia es: DE ORIGEN DIVINO: «Hagamos

al hombre a nuestra imagen y seme-janza» (Gn 1, 26). La familia humana tiene su origen en Dios y su dignidad radica en la semejanza que tenemos con él. Es necesario valorarlo en la vida diaria, para tratarnos con más respeto y justicia.

LA ALIANZA CONYUGAL. La fa-milia arranca de la comunión conyu-gal que el concilio Vaticano II califica como «alianza», por la cual el hom-bre y la mujer «se entregan y aceptan mutuamente». Es difícil entender la alianza matrimonial si no se aceptan y se viven los valores del amor, la fide-lidad, la entrega, la lealtad y el com-promiso entre otros.

LA UNIDAD EN EL MATRIMO-NIO. «De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre» (Mt 19, 6). Los dos sujetos humanos par-ticipan de modo similar de la capaci-dad de vivir «en la verdad y el amor. Su unión debe realizarse «en la verdad y el amor».

LA ORACIÓN EN FAMILIA. En la oración todos deben estar presentes: los que viven y quienes ya han muer-to. En la oración, la familia se encuen-tra como el primer «nosotros» en el que cada uno es «yo» y «tú»; cada uno es para el otro marido o mujer, padre o madre, hijo o hija, hermano o her-mana, abuelo o nieto.

De la familia nace la paz

Page 5: Periódico EL MENSAJERO

Pág. 8 Pág. 9[ COMISIÓN VOCACIONES Y MINISTERIO ] [ COMISIÓN SOLIDARIDAD INTRAECLESIAL ]

¿Cómo inician los procesos de Evangelización en la Diócesis?

La diócesis de Matamoros, en sin-tonía con la Iglesia Latinoamericana y el reciente documento de Apareci-da, se encuentra a la vanguardia en la predicación de la Palabra de Dios. La Diócesis de Matamoros siempre se ha distinguido por tener una vo-cación evangelizadora, pues los pro-cesos de Evangelización iniciaron ya hace varios años, siendo de las pocas diócesis en el país que con-taba con equipos evangelizadores en diferentes parroquias de la Dió-cesis, pero ahora con la renovación que trajo consigo la Conferencia del Episcopado Latinoamérica en Apa-recida, Brasil, y el empuje misionero que caracterizó a Monseñor Faus-tino Armendáriz, la Diócesis inició

Procesos de Evangelizaciónun proceso de estructuración en sus procesos evangelizadores. Ahora con el apoyo de Monseñor Ruy Rendón Leal, la escuela ha visto un gran cre-cimiento

¿Cuál es el objetivo de la Escuela Diocesana de Evangelización?

El objetivo de la escuela Diocesana de Evangelización es no sólo formar evangelizadores, sino formar for-madores de evangelizadores, agen-tes de pastoral capaces de dirigir los procesos de evangelización de las diferentes comunidades, además de capacitar a los demás agentes para el servicio evangelizador. En la Diócesis no contamos con un método específi-co, pero los más usados son la Escuela de San Andrés y el SINE.

¿Dónde esta ubicada las escuela de Evangelización?

Actualmente la escuela de evange-lización cuenta con dos centros, uno se ubica en la ciudad de Matamoros, en la avenida Lauro Villar, frente a Mariscos Altamar y el otro en la ciu-dad de Reynosa en la parroquia del Sagrado Corazón

A los fieles cristianos que peregri-nan en la Diócesis de Matamoros.

Un cordial saludo de paz. Me dirijo a ustedes miembros del cuerpo de Cris-to, primero para saludarles y desearles lo mejor en su vida cristiana; segundo, para compartirles el ser y quehacer de la COMISIÓN DE SOLIDARIDAD IN-TRAECLESIAL; por ello, antes de caer en la tentación de reseñar lo que ha-cemos, quiero tener la precaución de mencionar lo que somos, recurriendo a la célebre frase que dicta: operari se-quitur esse (del ser brota el obrar).

Somos una Comisión recién engen-drada por nuestro Obispo diocesano, hace ocho meses (25 de enero), y so-mos parte del organigrama diocesano

de pastoral. La gestación está inspi-rada en el esquema operativo de la Conferencia del Episcopado Mexicano y nuestro objetivo es operar análoga-mente, pero a nivel diocesano. Nues-tra nomenclatura hunde sus raíces en la Tradición de nuestra confesión cristiana. En efecto, la solidaridad y la eclesialidad de la que hablamos, no puede reducirse a un simple eslogan o a dos conceptos gramaticales armó-nicamente diseñados, más bien refleja un binomio de cuño cristiano que está íntimamente ligado al espíritu evangé-lico y que ha permeado el caminar de la Iglesia.

En la víspera de celebrar la apertu-ra del Año de la fe promulgado por el Papa Benedicto XVI, y evocando los aniversarios de promulgación, tanto del Concilio Vaticano II, como del Cate-cismo de la Iglesia Católica -el primero como brújula que orienta y el segundo como subsidio e «instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial» (Fidei depositum)- nos per-mitiremos extraer de ambos el sustrato del que se nutre magisterialmente la COMISIÓN DE SOLIDARIDAD IN-TRAECLESIAL. A propósito del carác-ter eclesial, el Concilio Vaticano II, en su Const. Lumen Gentium profundizó sobremanera en el tema, su propuesta fue: una eclesiología inscrita en la no-ción «Pueblo de Dios»; veinte años más tarde, el Sínodo de 1985 le reformuló y se insistió en una «eclesiología de la co-munión», en ambas vertientes queda

manifiesta la complementariedad y la pauta que posibilita vivir la autentica comunión, con expresiones de igual-dad, subsidiariedad, corresponsabili-dad y solidaridad, todas ellas susten-tadas e iluminadas por la caridad. En cuanto al aspecto de la solidaridad, el Catecismo de la Iglesia Católica, nos recuerda que: «La solidaridad se ma-nifiesta en primer lugar en la distribu-ción de bienes y la remuneración del trabajo. Supone también el esfuerzo en favor de un orden social más jus-to en el que las tensiones puedan ser mejor resueltas, y donde los conflictos encuentren más fácilmente su solu-ción negociada» (CIC, 1940).

En efecto, nuestra identidad es fa-vorecer una sinergia cristiana que fiel a los valores proclamados los patenti-ce realmente con quienes se encuen-tran más desfavorecidos. En este sen-tido, «El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. San Pablo nos recuerda: "Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la caridad" (1 Co 13, 13). Con palabras aún más fuertes -que siempre atañen a los cristianos-, el apóstol Santiago dice: ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? (St 2, 14)» (Porta fidei, 14). Recordando que la fe y el amor se necesitan mutuamente.

P. Jorge Villanueva

¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras?

La Congregación de las Her-manas Agustinas de la Enseñanza se encuentran en Matamoros. Su Claustro está ubicado dentro de las Instalaciones del Seminario de Ma-tamoros, formando parte del con-junto de edificios que integran esta Casa formativa.

Las Hermanas Agustinas tienen su casa general en la Ciudad de San Luis Potosí, SLP y han colaborado en este Seminario de Matamoros desde su fundación (1959). A la fe-cha, colaboran en la organización, elaboración y administración de los alimentos de los jóvenes seminaris-tas y de los sacerdotes formadores.

La Comuniad actual está inte-grada por: Hna. Herlinda Alvarado (Superiora); Hna. María Moreno; Hna. Tomasa Martínez; Hna. Blan-ca Miranda.

Hnas. Agustinas de la

EnseñanzaComunidad Matamoros

(868) 811-2708Ap 742 H. Matamoros, Tam.

CP 87351Carretera Victoria km 13.5

Hermanas Agustinas de la Enseñanza

Vida Religiosa

P. Emilio Navar

II Congreso Diocesanode la Familia

Octubre 7 2012

Inf. (868) 817 0568Familia despierta al

amor y a la vida

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Tel. 819 92706a. Tlaxcala y Michoacán No. 218 Tel. 817 9043

Page 6: Periódico EL MENSAJERO

Pág. 10 Pág. 11[ COMISIÓN DE DIáLOGO INTERRELIGIOSO Y COMUNIÓN ]

ción con los nuevos grupos religiosos (sectas), en el contexto plural de la so-ciedad mexicana.

Impulsar el trabajo por la anhela-da unidad siguiendo los lineamientos del Concilio Vaticano II y haciendo nuestra la voluntad y la oración de Jesús, de que seamos uno como Él y el Padre son uno. De los documen-tos conciliares Unitatis Redintegratio, Nostra Aetate y Dignitatis Humanae, brotan fuertes impulsos para motivar los trabajos de esta comisión.

P. Francisco Javier FloresP. Alan G. Camargo

La Comisión de Diálogo Interreli-gioso y Comunión (CODIC) se pone al servicio de la Diócesis de Matamoros para facilitar una de las dimensiones que el Concilio Vaticano II impulsó a favor de la la anhelada unidad de to-dos los cristianos y fomentar un diá-logo respetuoso con las demás religio-nes, que favorezca la convivencia de todos los pueblos y credos, fortalezca la libertad religiosa y la paz de toda la familia humana.

Se pone igualmente al servicio de cada una de las organizaciones ecle-siales o religiosas no católicas que quieran cultivar en el espíritu fraterno un verdadero diálogo.

El Concilio Vaticano II confió es-pecialmente el quehacer ecuménico a todos los Obispos, para que traten de promoverlo y lo orienten con dis-cernimiento (UR # 51). Este quehacer se comparte en varios niveles:

Nivel universal: ”Corresponde en primer lugar a todo el Colegio de los Obispo y a la Sede Apostólica fomen-tar y dirigir entre los católicos el Movi-miento Ecuménico, cuyo fin es reinte-grar en la unidad a todos los cristianos, unidad que la iglesia, por voluntad de Cristo está obligada a promover” (Ca-non 755, 1).

Nivel Diocesano: “Cada Obispo en su propia Diócesis debe mostrase hu-

¿Qué es ecumenismo?

mano y caritativo con los hermanos que no estén en comunión plena con la Iglesia Católica, fomentando tam-bién el ecumenismo tal y como lo en-tiende la Iglesia.”(Canon 383, 3).

En síntesis podemos decir que la CODIC busca:

Atender a nivel diocesano la ne-cesidad pastoral del diálogo con las Iglesias cristianas y las religiones no cristianas.

Promover el conocimiento y las posibilidades de diálogo y coopera-

Conocer, amar y proclamar el Evangelio para compartirlo en cada medio, es un reto actual para nosotros como

católicos.

En nuestra Diócesis la mayoría de las personas tienen acceso a un me-dio específico de comunicación, sea la radio, la televisión, la prensa escri-ta, el cine y el internet. En los últimos años vemos cómo la comunicación masiva se tiene como una nueva cul-tura. En efecto, la inmediatez como característica de una comunicación multimedial, por ejemplo, aporta una nueva comprensión del mundo y de la vida del hombre.

Como Iglesia queremos hacer uso de estos espacios y lugares mediá-ticos para dialogar, para compartir la fe, de proponer caminos de paz, justicia y solidaridad, mediante los lenguajes propios de cada medio de comunicación.

Los católicos necesitamos hacer presencia en los modernos medios, en diferentes niveles y capacidades, como parte de nuestra misión pro-fética de anunciar el Reino de Dios y denunciar las cosas que atentan a la dignidad del ser humano, así como al mismo tiempo, proponer acciones concretas para un mundo mejor.

No basta decirme católico, es pre-ciso reflejarlo en cada escrito que elaboro en el "facebook" y otras redes sociales. No basta con ir a Misa los domingos, sino aprender a seleccio-nar los mejores programas de televi-

Evangelizar con los medios de comunicación

sión para la familia. Y otros católicos podrán, de forma organizada y pro-fesional, producir programas de tele-visión, radio, prensa y sitios web que nos ayuden a tener un mundo mejor.

Conocer, amar y proclamar el Evangelio para compartirlo en cada medio, es un reto actual para noso-tros como católicos. A Dios gracias, hay muchos que ya iniciaron esta ta-rea de evangelizar con los medios de comunicación. ¿Te gustaría a ti? Hay mucho por hacer, te lo aseguro.

[ COMISIÓN PASTORAL DE COMUNICACIÓN ]

Page 7: Periódico EL MENSAJERO

Pág. 12[ FE, CULTURA Y SOCIEDAD ]

El Concilio Vaticano II (parte I) Se vislumbra una esperanza

Fue el 16 de octubre de 2011, cuando el Papa Benedicto XVI convocó a toda la Igle-sia a vivir, con motivo del cincuentenario de la Inauguración del Concilio Vaticano II, el Año de la Fe. En este tiempo nos ha pedi-do conocer nuestra fe y de manera especial conocer dos documentos importantes: el Catecismo de la Iglesia Católica y el Conci-lio Vaticano II.

En esta sección de El Mensajero iremos conociendo el devenir histórico de este acontecimiento que ha cimbrado a la Igle-sia y le ha dado un nuevo y gran impulso que todavía estamos viviendo.

Una mañana de invierno, el 20 de ene-ro de 1959, en la biblioteca pontificia. Una amplia sala en el segundo piso del palacio apostólico. Juan XXIII está sentado en su escritorio. Delante de él, el cardenal Tardi-ni, secretario de Estado. La conversación toma un aspecto particular. Se examina la situación crítica de la Iglesia en algunos países y el Papa advierte que el mundo se halla «inmerso en grandes angustias y agitaciones». La paz se halla nuevamente en peligro. Ante esta realidad ¿Qué hará la Iglesia? ¿La mística nave de Cristo debe permanecer a merced de las olas y aban-donarse a la deriva? ¿No es más bien de ella de quien se espera no sólo una nueva amonestación, sino también la luz de un gran ejemplo? ¿Cuál podrá ser esa luz?

El cardenal Tardini escucha con respe-to lo que el Santo Padre explicaba y se da cuenta de que el Papa ha dirigido la pre-gunta no a él, sino a sí mismo. El purpurado ni siquiera intenta buscar una respuesta. “De repente (afirmaría después el mismo Papa) me iluminó el alma una gran idea advertida precisamente en aquel instante y me saltó a los labios la palabra solemne y comprometedora: ¡UN CONCILIO!”.

Fue el domingo 25 de enero de 1959, fiesta de la conversión de San Pablo, Apóstol de las Gentes y jornada conclusiva del «octava-rio por la unión de las Iglesias», el Papa asistió a una solemne función religiosa en la basílica de San Pablo Extramuros para honrar al apóstol (como lo expli-ca en su homilía), ratificar una vez

P. Martín Tejeda

más la unidad de la Iglesia y el derecho de la misma a la libertad, y finalmente para poner de manifiesto su preocupación por las con-diciones impuestas por algunos países a los católicos.

Terminada la ceremonia, el Papa y los 17 cardenales que se hallaban presentes se dirigieron a la cercana aula capitular del monasterio benedictino de esta misma ba-sílica, fue ahí donde el Papa Juan XXIII dio a conocer lo que quería realizar en su minis-terio pontifico (llevaba apenas 3 meses sen-tado en la Catedra de Pedro), el Sínodo de Roma, la Actualización del Código de De-recho Canónico y un Concilio Ecuménico. Quienes estaban presentes manifestaron su sorpresa.

Por otra parte esa misma mañana del 25 de enero de 1959, pero en la oficina vatica-na de información, nadie daba crédito a lo que veía. Un “comunicado para la prensa” daba la sorprendente noticia. Su Santidad Juan XXIII había de-cidido celebrar un Concilio Ecuménico que “en la men-te del Papa tiende no sólo a la edificación del pueblo cristiano, sino que quiere ser además una invitación a las comunidades separa-das para la búsqueda de la unidad tan ansiada hoy por muchas almas en todos los puntos de la tierra”.