¿perdona usted como jehová?
TRANSCRIPT
“Si perdonan a
los hombres sus
ofensas, su Padre
celestial también
los perdonará a
ustedes; mientras
que si no perdonan a los
hombres sus
ofensas, tampoco
perdonará su
Padre las ofensas de ustedes.”
(MATEO 6:14, 15.)
“JEHOVÁ es misericordioso y benévolo, tardo para la cólera
y abundante en bondad amorosa. No por todo tiempo seguiráseñalando faltas, ni hasta tiempo indefinido se quedaráresentido. No ha hecho con nosotros aun conforme a
nuestros pecados; ni conforme a nuestros errores ha traído
sobre nosotros lo que merecemos.
Porque así como los cielos
son más altos que la
tierra, su bondad amorosa
es superior para con los
que le temen. Tan lejos como está el naciente del
poniente, así de lejos ha
puesto de nosotros nuestras transgresiones.
Como un padre
muestra
misericordia a sus hijos, Jehová ha
mostrado
misericordia a los
que le temen. Pues él mismo
conoce bien la formación de
nosotros, y se
acuerda de que somos polvo.”
(Salmo 103:8-14.)
“¿Hay Dios como tú que borre la falta, que perdone el crimen,
que no guarde eterno rencor, sino que le guste perdonar? Otra
vez apiádate de nosotros, pisotea nuestros crímenes, en el seno
del mar sumerge todas nuestras maldades”.
(Miqueas 7:18, 19, Agustín Magaña.)
Moisés intercede y Jehová escucha
A Moisés y Aarón les
consternó la reacción del
pueblo. Josué y Caleb,
dos espías fieles,
intentaron infundir ánimo
en Israel: ‘Es una tierra
buena, muy buena, una
tierra que mana leche y miel. No teman a la gente.
Jehová está con
nosotros’. Pero en lugar
de animarse con estas
palabras, el pueblo,
atemorizado y rebelde, trató de lapidar a Josué y
Caleb.
(Números 14:5-10.)
Por fin, Jehová hizo que los asirios subieran contra Judá, prendieran a
Manasés y lo llevaran a Babilonia. “Y tan pronto como esto le causó
angustia, él ablandó el rostro de Jehová su Dios, y siguió humillándose
mucho a causa del Dios de sus antepasados. Y siguió orando a Él, de
modo que Él se dejó rogar por él y oyó su petición de favor y lo restauró en Jerusalén a su gobernación real.”
(2 Crónicas 33:11-13.)
Acto seguido, Manasés quitó los
dioses extranjeros, los ídolos y los
altares, y mandó arrojarlos fuera de
la ciudad. Empezó a ofrecer
sacrificios sobre el altar de Jehová y
a encaminar a Judá al servicio del
Dios verdadero. Este relato es un
extraordinario ejemplo de lo dispuesto que está Jehová a
perdonar cuando la humildad, la oración y las medidas correctivas
producen frutos propios de
arrepentimiento.
(2 Crónicas 33:15, 16.)
El adulterio que el rey David cometió con la esposa de Uríases muy conocido. No solo cometió adulterio, sino
que, cuando ella quedó embarazada, David urdió un plan para ocultar su culpabilidad. Licenció a Urías del ejército con la
esperanza de que regresara a su casa y tuviera relaciones con su esposa.
Sin embargo, Uríasno lo hizo por respeto a sus
compañeros que estaban en el
frente de batalla. Luego lo invitó a una comida y lo embriagó, pero Urías tampoco
tuvo ayuntamiento carnal con su
esposa.
El perdón que Jehová Dios nos otorga tiene una peculiaridad
que a los seres humanos se nos hace difícil imitar cuando
nos perdonamos unos a otros: él perdona y olvida. Algunos
dicen: ‘Te perdono, pero no puedo (o no quiero) olvidar lo que
me hiciste’. En cambio, observe lo que Jehová dice que hará:
“Porque perdonaré su error, y no me acordaré más de su
pecado”. (Jeremías 31:34.)
El perdón en las
Escrituras Griegas Cristianas
“‘Esclavo inicuo, yo te cancelé toda aquella deuda, cuando me suplicaste. ¿No deberías tú, en cambio, haberle tenido
misericordia a tu coesclavo, como yo también te tuve misericordia a ti?’. Con eso, su amo, provocado a ira, lo
entregó a los carceleros, hasta que pagara todo lo que se debía.”
Momentos antes de dar Jesús esta ilustración,
Pedro se le había acercado y le había preguntado:
“Señor, ¿cuántas veces ha de pecar contra mí mi
hermano y he de perdonarle yo? ¿Hasta siete
veces?”. Pedro creía que estaba siendo muy
magnánimo. Aunque los escribas y los fariseos
fijaban un límite al perdón,
Jesús dijo a Pedro: “No te digo: Hasta siete veces, sino: Hasta
setenta y siete veces”. (Mateo 18:21, 22.) Perdonar siete veces
difícilmente bastaría para un día, pues como Jesús dijo: “Presten
atención a ustedes mismos. Si tu hermano comete un
pecado, dale una reprensión; y si se arrepiente, perdónalo. Aun si
siete veces al día peca contra ti y siete veces vuelve a ti, diciendo:
‘Me arrepiento’, tienes que perdonarlo”. (Lucas 17:3, 4.)
Cuánto nos alegra que Jehová no lleve cuenta de nuestros
pecados cuando perdona.
Esteban, el seguidor de Jesús, demostró una
extraordinaria capacidad
de perdonar cuando una
chusma enfurecida lo
estaba lapidando, pues suplicó: “‘Señor
Jesús, recibe mi espíritu’. Entonces, doblando las
rodillas, clamó con fuerte
voz: ‘Jehová, no les
imputes este pecado’. Y
después de decir
esto, se durmió en la
muerte”. (Hechos
7:59, 60.)
Los romanos tuvieron mucho
que ver en estos sucesos. Sin embargo, mientras Jesúagonizaba en aquel madero
de tormento, dijo lo siguiente
a su Padre celestial respecto a los soldados que lo habían
fijado en él:
“Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen”.
(Lucas 23:34.)
Perdonar como Jehová significa que
perdonamos y olvidamos.