percepciones de cambio de profesionales de una cárcel juvenil en … · adopten un rol activo en...

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| Universitas Psychologica | Colombia | V. 17 | No. 2 | 2018 | ISSN 1657-9267 | a Autor de correspondencia. Correo electrónico: [email protected] Para citar este artículo: Mettifogo Guerrero, D., Reyes Rosales, M., & Vildósola Soto, V. (2018). Percepciones de cambio de profesionales de una cárcel juvenil en Chile. Universitas Psychologica, 17(2), 1-15. doi: https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy17-2.pcpc DOI: https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy17-2.pcpc Percepciones de cambio de profesionales de una cárcel juvenil en Chile* Perceptions of Change of Professionals from a Juvenile Prison in Chile Fecha de recepción: 02 Noviembre 2015 | Fecha de aprobación: 09 Septiembre 2017 Decio Mettifogo Guerrero Universidad de Chile, Chile ORCID: http://orcid.org/0000-0002-6168-0877 Marjorie Reyes Rosales Universidad de Chile, Chile Valentina Vildósola Soto Universidad de Chile, Chile a RESUMEN El presente estudio, de carácter exploratorio-descriptivo, tuvo como objetivo conocer las percepciones de cambio de profesionales que intervienen con adolescentes condenados a penas privativas de libertad. La muestra estuvo compuesta por ocho profesionales, quienes a través de una entrevista semiestructurada dieron cuenta de sus apreciaciones respecto a cuatro ejes de análisis. Los principales resultados indican que el cambio es percibido por los profesionales como un proceso excepcional donde confluyen diversos factores, incluidos la intervención penal y la privación de libertad. A modo de conclusión, se puede mencionar la necesidad de especialización en los profesionales para trabajar con población de alta complejidad y el desarrollo de estrategias para que adopten un rol activo en los procesos de cambio de los jóvenes. Palabras clave desistimiento; adolescentes infractores; percepción de cambio de profesionales; cárcel juvenil. ABSTRACT The present investigation was made from a descriptive-explorative approach and its aim was to know the perceptions of change of professionals who work with teenagers under custodial sentences. The sample consisted of eight professionals, who through a semi structured interview gave his findings on four analysis axes. The main results showed that professionals perceive change as an exceptional process in which several factors converge, including criminal action and deprivation of freedom. In conclusion, it can be mentioned the need for specialization in professionals who work with high complexity population and the development of strategies for adopting an active role in the processes of change of adolescents. Keywords desistance; youth offenders; changes perception of professionals; youth prison.

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| Universitas Psychologica | Colombia | V. 17 | No. 2 | 2018 | ISSN 1657-9267 |

a Autor de correspondencia. Correo electrónico:[email protected]

Para citar este artículo: Mettifogo Guerrero, D., Reyes Rosales, M., & Vildósola Soto, V. (2018). Percepciones de cambio de profesionales de una cárcel juvenil en Chile. Universitas Psychologica, 17(2), 1-15. doi: https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy17-2.pcpc

DOI: https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy17-2.pcpc

Percepciones de cambio de profesionales deuna cárcel juvenil en Chile*

Perceptions of Change of Professionals from a Juvenile Prison inChile

Fecha de recepción: 02 Noviembre 2015 | Fecha de aprobación: 09 Septiembre 2017

Decio Mettifogo GuerreroUniversidad de Chile, Chile

ORCID: http://orcid.org/0000-0002-6168-0877

Marjorie Reyes RosalesUniversidad de Chile, Chile

Valentina Vildósola SotoUniversidad de Chile, Chile

a

RESUMENEl presente estudio, de carácter exploratorio-descriptivo, tuvo como objetivo conocer las percepciones de cambio de profesionales que intervienen con adolescentes condenados a penas privativas de libertad. La muestra estuvo compuesta por ocho profesionales, quienes a través de una entrevista semiestructurada dieron cuenta de sus apreciaciones respecto a cuatro ejes de análisis. Los principales resultados indican que el cambio es percibido por los profesionales como un proceso excepcional donde confluyen diversos factores, incluidos la intervención penal y la privación de libertad. A modo de conclusión, se puede mencionar la necesidad de especialización en los profesionales para trabajar con población de alta complejidad y el desarrollo de estrategias para que adopten un rol activo en los procesos de cambio de los jóvenes.Palabras clavedesistimiento; adolescentes infractores; percepción de cambio de profesionales; cárcel juvenil.

ABSTRACTThe present investigation was made from a descriptive-explorative approach and its aim was to know the perceptions of change of professionals who work with teenagers under custodial sentences. The sample consisted of eight professionals, who through a semi structured interview gave his findings on four analysis axes. The main results showed that professionals perceive change as an exceptional process in which several factors converge, including criminal action and deprivation of freedom. In conclusion, it can be mentioned the need for specialization in professionals who work with high complexity population and the development of strategies for adopting an active role in the processes of change of adolescents.Keywordsdesistance; youth offenders; changes perception of professionals; youth prison.

Decio Mettifogo Guerrero, Marjorie Reyes Rosales, Valentina Vildósola Soto.

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En los países occidentales, la delincuenciajuvenil es un tema que ha ganado progresivoprotagonismo en los ámbitos social y político–donde Chile no ha sido una excepción–,existiendo una discusión constante sobre cuáles la forma más eficiente de disminuir el delito.Sin embargo, este debate ha tendido a centrarseen el método –en términos de ‘qué hay quehacer’–, olvidando un paso previo fundamental:el proceso reflexivo de comprender por quése produce el abandono de vidas delictivas(McNeill, 2006).

En relación con este fenómeno, dentrodel ámbito criminológico de las últimasdécadas, se han realizado importantesestudios longitudinales con poblaciones deexdelincuentes, dando origen a lo que hoy seconoce como paradigma del desistimiento. Desdeeste enfoque, en lugar de responder a cómoreducir el delito, se ha propuesto identificaraquellos factores que promueven estilos de vidaconvencionales, favoreciendo así el abandono detrayectorias delictivas.

En términos simples, el desistimiento esun proceso voluntario donde los individuosdeciden abandonar el delito, lo cual puedeexpresarse en una disminución gradual de lasconductas delictivas que puede desembocaren la ausencia total de ilícitos (Pucci,Rojido, Trajtenberg, & Vigna, 2009). Segúnresultados de diversas investigaciones, esteproceso está asociado a múltiples factores anivel individual, social y estructural, así comoa ciertos cambios fisiológicos y psicológicosque se espera que ocurran en la transiciónde la adolescencia a la adultez. Los factoresindividuales aluden principalmente a cambioscognitivos en los sujetos, respecto a lasmotivaciones y significaciones que tienen sobresu identidad y sobre el mundo que los rodea(Cid & Martí, 2011; Maruna, 1999; McNeill,2006). Los factores sociales refieren a eventosobservables en la vida de los individuos, comola adquisición de un empleo o el matrimonio(Farrall & Calverley, 2006; Laub & Sampson,2001; Laws & Ward, 2010; LeBel, Burnett,Maruna, & Bushway, 2008). Por su parte,

los factores estructurales corresponden a lossistemas sociales donde se encuentran inmersoslos individuos, en términos de condiciones yoportunidades que facilitan u obstaculizan elcambio hacia un estilo de vida convencional(MacDonald, Webster, Shildrik, & Simpson,2011) y aluden principalmente al mercadolaboral y las políticas criminales vigentes.

Dado que buena parte de los estudios sobredesistimiento se ha realizado con poblacionesde exreclusos, otra dimensión que ha sidoampliamente estudiada corresponde a los factorestransicionales, refiriendo a aquellos elementospresentes durante la condena y que puedencontribuir al abandono del delito (Cid & Martí,2011). Según Cid y Martí (2011), a su vez estosfactores pueden clasificarse en tres categorías:1) los nuevos aprendizajes y el desarrollo dehabilidades personales que pueden ayudar aconstruir un sentimiento de autoeficacia; 2)vínculos con roles convencionales que puedeninfluir en el abandono del delito y reforzarla construcción de una identidad distinta ala delictiva; 3) el apoyo social de personas einstituciones que pueden ofrecer soporte materialy/o emocional para superar los obstáculos. Enuna línea similar, también se ha relevado elrol de quienes ejecutan las sanciones penales,en tanto pueden promover el desarrollo dehabilidades individuales, facilitar el acceso aoportunidades y brindar apoyo, animando alos individuos a cambiar sus estilos de vida yactuando como verdaderos agentes de cambio(Barry, 2007; Burnett & McNeill, 2005; Dionne& Altamirano, 2012).

El desistimiento es, entonces, un procesomultifactorial y dinámico (Laub & Sampson,2001; LeBel et al., 2008) que ocurre en lainteracción compleja entre el desarrollo vitalde los individuos (cambios subjetivos, eventosexternos asociados a ciertas transiciones de lavida) y la estructura social que brinda, en mayoro menor medida, las oportunidades para llevara cabo un proceso de cambio (LeBel et al.,2008; McNeill, 2006; MacDonald et al., 2011).Así, los eventos que ocurren en la vida de losindividuos, como hechos, no tendrían un valorpredictivo en el éxito del desistimiento, sino que

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lo realmente importante es el significado quelos sujetos atribuyen a estos eventos (McNeill,2006). De modo similar, cambios subjetivos comola motivación o el desarrollo de autoeficaciapueden hacer que los individuos tomen ventajade los eventos positivos que ocurren en susvidas (LeBel et al., 2008). A nivel estructural,el desistimiento como construcción interaccionalimplica que quien desiste debe aceptar encierta medida a la sociedad convencional, ala vez que la sociedad convencional tambiéndebe aceptarlo a él y confiar en su potencialde cambio (Wexler, 2001); en ese sentido, eldesistimiento es un proceso que no perteneceexclusivamente a quien desiste, sino también ala sociedad donde se desenvuelve. Lo anteriorda cuenta de diversos elementos que se esperapuedan ser percibidos por quienes intervienencon adolescentes infractores de ley, en contextosde privación de libertad.

Pasando a otro ámbito y dirigiendo lamirada hacia el contexto nacional, han pasadoocho años desde que en Chile se implementóla Ley de Responsabilidad Penal Adolescente[LRPA], creándose así un sistema de justiciajuvenil especializado sin precedentes en elpaís, cuyo fin último es la integración socialplena de los y las adolescentes que infringenla ley a través de intervenciones penalesde carácter fundamentalmente socioeducativo(Ministerio de Justicia, 2005). A diferencia delsistema adulto, la LRPA consta de una ampliagama de sanciones penales alternativas a lareclusión, dados los evidentes efectos negativosdel encierro, especialmente para jóvenes endesarrollo. Este lineamiento es coherente conlas cifras entregadas por organismos nacionalesligados al ámbito de la justicia juvenil, donde seindica que del total de jóvenes condenados por laLRPA, aquellos privados de libertad no superanel 8 % (Fundación Paz Ciudadana, 2013; ServicioNacional de Menores [SENAME], 2014).

La institución encargada de la ejecución desanciones privativas de libertad es el SENAME,que en sus orientaciones técnicas para centrosde régimen cerrado [CRC] indica que losadolescentes condenados deben contar conequipos de intervención multidisciplinarios y

especializados, capaces de responder a perfilesdelictuales y psicosociales de alta complejidad(SENAME, 2011). Dicha complejidad vienedada por una población de mayor edad –65 %mayor de 18 años, según informe del SENAME(2014)–, en comparación con aquellos jóvenesque cumplen sanciones no privativas de libertad,y que además cuenta con al menos un paso previopor el circuito de justicia juvenil. A lo anterior,se suman algunos casos en que los procesosjudiciales alcanzan tal extensión que los jóvenesimputados cumplen la mayoría de edad e inclusoalcanzan a pasar por el sistema penal adulto,antes de recibir la condena correspondiente adelitos que cometieron siendo menores de 18años 1 , aumentando así el contacto criminógeno.

En concordancia con lo anterior, el SENAMEcontempla que cada adolescente privado delibertad disponga de un equipo de intervencióndirecta compuesto por Educadores de TratoDirecto [ETD], Profesionales Encargados deCaso [PEC], Profesionales de IntervenciónClínica [PIC], profesionales de Apoyo Sicosocialpara la Re-escolarización [ASR] y profesionalesdel Servicio Nacional de Drogas y Alcohol[SENDA], entre otros (SENAME, 2011).Dentro de los perfiles definidos para cada cargo,se considera que el equipo de trato directoesté compuesto por al menos un psicólogo yotros profesionales de las ciencias sociales, conexperiencia en trabajo infanto-juvenil de almenos un año, especialización en trayectoriasdelictivas, conocimiento del funcionamiento delsistema de justicia juvenil y normativa nacionale internacional vigente (SENAME, 2017). Todoello, con el fin de asegurar el carácter integral dela intervención, con miras hacia la disminucióndel comportamiento delictivo y la consecuenteintegración social.

De lo anterior, destaca la importancia quese da a la especialización profesional, aspectorespaldado por numerosa evidencia indicativa deque el éxito de los programas para adolescentesinfractores depende en buena parte de lacalidad profesional de quienes los ejecutan,principalmente de aquellos profesionales que seencuentran en contacto directo con los jóvenes(Alarcón & Vargas, 2012; Dionne & Altamirano,

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2012). Así, resulta lógico dirigir la atención haciaaquellos profesionales que ejecutan sancionesprivativas de libertad, pues son quienes tienenmayor contacto directo con los jóvenes. Enefecto, resulta de especial interés indagar ensus pensamientos y creencias acerca de cómo seproduce el abandono del delito en los jóvenesinfractores de ley, así como las percepcionesacerca de su propio rol como operadores delsistema, dentro de estos procesos.

Considerando todo lo anterior, el presenteartículo busca responder a la siguiente preguntade investigación: ¿Cuáles son las percepcionesde cambio de los profesionales que trabajan conadolescentes que cumplen condenas privativasde libertad en el CIP-CRC 2 San Bernardo?

Metodología

Enfoque metodológico

En concordancia con la pregunta deinvestigación, se escogió realizar este estudiodesde un enfoque cualitativo, centrado encomprender y describir en profundidad laperspectiva de los participantes acerca deun fenómeno particular, en el ambientenatural donde ocurre y en relación con elcontexto amplio. El diseño de investigaciónfue exploratorio-descriptivo, en tanto abordaun tema poco explorado –ofreciendo unaperspectiva novedosa que centra la atención enlos profesionales del sistema de justicia juvenil–y pretende mostrar con precisión las distintasdimensiones de las percepciones de cambio.

Muestreo

La muestra fue intencionada y por conveniencia,seleccionada por el SENAME con base en trescriterios establecidos por las investigadoras: 1)trabajar con adolescentes infractores condenadosa penas privativas de libertad; 2) formar parte delequipo de trato directo (ETD, PEC y/o PIC) y3) llevar al menos un año desempeñándose en elcargo.

Así, la muestra final estuvo compuesta porocho profesionales; un hombre y siete mujeres,con un promedio de 42 años de edad y 9 añosde antigüedad en su cargo. Del total de lamuestra, solo tres participantes tenían formaciónespecializada (diplomado) sobre intervencióncon adolescentes infractores. Los participantes sedistribuyeron según se muestra en la Tabla 1.

Tabla 1Descripción de la muestra

Técnica de recolección de datos

La técnica de producción y recolección deinformación utilizada fue la entrevista individualsemiestructurada, ya que esta permite undiálogo directo y fluido entre entrevistadory entrevistado, dirigido a la comprensión delpunto de vista de los participantes. Además,el carácter semiestructurado otorga condicionesde flexibilidad y libertad que permiten alentrevistador adecuar las preguntas a los/asparticipantes, elaborar otras adicionales paraprecisar conceptos que se presenten confusosy/o ahondar respecto de algunos puntos paraobtener mayor información (Gaínza, 2006; Taylor& Bogdan, 2010).

Procedimiento de entrevistas

La muestra fue contactada a través de unasolicitud a la Unidad de Estudios del SENAME,la que fue enviada a fines de septiembre de 2014,y luego de dos meses se obtuvo la autorizaciónpara realizar las entrevistas en el CIP-CRC SanBernardo, que comenzaron a inicios de diciembrede 2014 y se extendieron durante una semana.La jefa técnica del Centro fue quien seleccionóe invitó a participar a los sujetos entrevistados,con base en los criterios antes mencionados.También se encargó de programar las entrevistas,

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que finalmente se realizaron en las dependenciasdel CIP-CRC San Bernardo en horario laboral.Las entrevistas fueron grabadas en formato deaudio para su posterior transcripción y análisis.

Análisis de la información

El método de análisis de información usado fueel de la Teoría Fundamentada, principalmenteporque este método se basa en los datosobtenidos, generando así conocimientos yaumentando la comprensión del fenómenoestudiado (Strauss & Corbin, 2002). Este análisisconsta de etapas sucesivas que van desde laconfiguración de categorías hasta la generaciónde un modelo comprensivo general acerca deltema investigado (Andréu, García, & Pérez,2006; Strauss & Corbin, 2002). El procesocompleto contempla tres etapas de codificaciónde los datos: abierta, axial y selectiva; noobstante, de acuerdo a los objetivos planteadospara esta investigación, se realizaron solo lacodificación abierta y la axial.

A partir de los datos recolectados, emergieroncuatro ejes o categorías principales de análisis, delas cuales se desprenden subcategorías, según semuestra en la Figura 1.

Figura 1Categorías de análisis.

Aspectos éticos

El presente estudio se guió por el artículo 15del Código de Ética Profesional del Colegio dePsicólogos de Chile (2008), el cual señala quetodo/a investigador/a debe cuidar el bienestar ylos derechos de todos/as los/as participantes de lainvestigación.

Previo a las entrevistas, todos los profesionalesfirmaron un consentimiento por escrito dondefueron informados sobre los objetivos dela investigación, la metodología, el caráctervoluntario y anónimo de la participación, asícomo el posterior acceso a los resultados.

Resultados

A continuación, se presentan los principalesresultados de la investigación, descritosen función de las categorías expuestasanteriormente.

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Factores asociados al cambio

Factores individuales

Dentro de los factores individuales, losprofesionales indican que la motivación personalconstituye un elemento central para facilitar unproceso de cambio, enfatizando que la voluntady el deseo de cambiar deben surgir de los propiosjóvenes. Algunos agregan que, si esta motivaciónno existe, entonces el cambio no será posible,ya que los jóvenes que no presentan motivaciónno adhieren a ningún tipo de intervención,independiente del enfoque de la misma.

[…] durante el tiempo que una ya lleva enesta pega, efectivamente va visualizando queel cambio muchas veces, siempre pasa porla opción del chiquillo. Aunque nosotras leofrezcamos todos los recursos que hayan, laposibilidad de salir del tema delictual siempre vaen ellos. (p. 8)

Además, mencionan que para impulsar elcambio, la motivación debe ir acompañadade un sentido de agencia y autoeficacia porparte de los jóvenes, quienes deben sentir quetienen las capacidades y recursos para cambiar.Por otro lado, los profesionales reconocen quela transición a la adultez, significa para losjóvenes una mayor conciencia de sus actos ylas consecuencias de los mismos, favoreciendo elcambio.

Factores sociales

La familia de origen es identificada por todoslos entrevistados como un factor crucial para elcambio, pues esta acompaña y entrega apoyo alos jóvenes durante y después del cumplimientode la condena, lo que puede ayudar a iniciar ymantener un proceso de cambio.

[…] yo creo que eso también es importante,que tengan una familia que los soporte, que seaun soporte para ellos mientras están acá, quese comprometan con la intervención, que losvisiten y que además puedan apoyarlos afuera.(p. 1)

Sin embargo, muchas veces esta es vista comoun obstáculo para los procesos de los jóvenes. Porun lado, porque la mayoría de las familias aceptany normalizan la conducta delictiva; por otro lado,porque muchas veces los delitos de los jóvenesoperan como soporte económico dentro de sussistemas familiares.

[…] nosotros de repente decimos con un dejo deironía triste […] de repente el principal factorde riesgo de los chiquillos es su propia familia,irónicamente. (p. 4)

Frente a esta situación familiar, losprofesionales proponen recurrir a otros adultossignificativos convencionales, que puedan actuarcomo soporte y guía durante los procesos decambio. Además, algunos promueven la creaciónde proyectos de vida independientes de lasfamilias de origen, trabajando la autonomía de losjóvenes.

Por otro lado, el grupo de pares es reconocidocomo principal referente de los jóvenes, pudiendoinfluir como un obstáculo o favorecedor de losprocesos de cambio, según los estilos de vida queadopten los miembros del grupo.

En cuanto al contexto sociocomunitario, estees descrito por la mayoría de los profesionalescomo obstaculizador del cambio, dada lapresencia de diversos elementos que fomentan lapersistencia del delito.

Factores estructurales

De manera general, en lo que respecta alos factores estructurales, los profesionales noidentifican elementos que actualmente fomenteny/o promuevan los procesos de cambio en losjóvenes. Sin embargo, ante este panorama, losentrevistados elaboran algunas propuestas conel fin de mejorar esta situación. Uno de losprimeros elementos mencionados correspondea la fuerte estigmatización social que sufrenlos jóvenes infractores, lo que tendría seriasrepercusiones en sus oportunidades efectivas demantener un estilo de vida convencional. En estalínea, los profesionales proponen la creación de

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redes institucionales estables y constantes en eltiempo, que apoyen los procesos de los jóvenes.

Un aspecto duramente criticado es la LRPA;en primer lugar porque la mayor parte de losadolescentes bajo este régimen alcanza la mayoríade edad durante el cumplimiento de su condena.A esto, agregan que algunos jóvenes del CIP-CRC San Bernardo ya han pasado por cárcelesde adultos, lo que aumenta la contaminacióncriminógena y la complejidad de la intervención.Frente a esta situación, exponen la necesidadurgente de una mayor y mejor preparaciónprofesional para intervenir con jóvenes mayoresde edad y con perfiles delictivos complejos.

Otro foco de críticas es la imposibilidad deunificar condenas, lo que se expresa en sancionesque, sumadas, son extremadamente extensas einadecuadas a las necesidades de los jóvenes.En ese sentido, la sanción penal es vista poralgunos profesionales como un impedimento alcambio, aun cuando el fin último de la mismaes la reinserción social de los jóvenes. Ante estaproblemática, se sugiere una revisión exhaustivaa la ley, en lo que respecta a la idoneidad de lassanciones y su ejecución.

Frente a la escasez de programas deacompañamiento postsanción –a pesar de quela ley lo estipula–, los profesionales proponenla creación de programas en esta línea comouna manera de apoyar los procesos de cambiode los jóvenes y hacer un seguimiento de losmismos. Se insiste bastante en este últimopunto, ya que el seguimiento también serviríacomo retroalimentación al trabajo realizado porlos profesionales, cuestión que actualmente noexiste.

Un último aspecto mencionado refiere a ladimensión institucional, ante la cual existe unaidea generalizada de poca claridad sobre cómointervenir, además de una sensación de abandonopor parte de la institución. Frente a esto, losprofesionales proponen una mayor precisión,coherencia y estabilidad en las orientacionestécnicas que rigen las intervenciones al interiordel Centro. Además, se sugiere una selecciónde personal altamente especializado y un mayorcuidado de los funcionarios, por parte de lainstitución.

Rol de la intervención

Bases de la intervención

Los profesionales identifican dos aspectos básicospara poder realizar intervenciones adecuadas alos jóvenes al interior del centro. Un primeraspecto consiste en trabajar desde un enfoquecentrado en la persona, en un intento porconciliar los lineamientos técnicos del Centrocon las necesidades, intereses y motivaciones decada joven, considerando además el contextode obligatoriedad. Frente a esto, señalan que sedebe mantener una buena disposición y procurartransmitirla a los jóvenes que ellos buscanacompañar durante el período de condena.Un segundo aspecto relevante corresponde alencuadre, donde se explicita el funcionamientode la institución (en términos de reglas y roles),así como lo que se espera del joven, con el fin deque los adolescentes puedan reconocer y respetarel espacio de intervención.

Vínculo

En relación con lo anterior, el vínculo establecidocon el joven emerge como un elementofundamental para la intervención. Segúnmencionan, este debe ser estable, permanente ycon límites claros.

Es fundamental. O sea, si de verdad quiereshacer un trabajo de intervención tienes quetener vínculo con ellos. Hay que tener unmínimo de confianza, un piso sobre el que podertrabajar, y eso puede demorar mucho o puededemorar poco dependiendo de la vida de loschiquillos. (p. 5)

En cuanto al proceso de formación de estevínculo, el reconocimiento del joven comopersona, la confianza y la escucha activa haciaél se identifican como aspectos primordiales,sobre todo teniendo en cuenta las historias devida de los adolescentes. Así, los profesionalesdescriben diversas estrategias empleadas parala vinculación efectiva con los jóvenes, comodemostrarles cariño o rescatar el valor del humor

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dejando de lado los tecnicismos. Algunos sevinculan desde un rol más maternal y otrosdestacan en su estrategia el valor de la honestidady el contacto con las familias de los jóvenes.La importancia del vínculo radica en que losprofesionales pasan a ser referentes significativospara los jóvenes durante el tiempo de condena.En ese sentido, el vínculo con el interventorpermitiría a los jóvenes visualizar y experimentarnuevos modos de relacionarse, basados en laescucha, la comprensión, la contención y loslímites claramente establecidos.

Contenidos de la intervención

Según todos los entrevistados, el principalobjetivo de la intervención es la ampliación de losdominios cognitivo, afectivo y conductual de losjóvenes. En palabras de los mismos profesionaleses “mostrarles otra vida”, más convencional.

[…] la labor de uno como interventor eneste caso, consiste en que uno sea capaz dedemostrarle al chiquillo que el mundo notermina en la esquina donde él se junta y quelos amigos que tiene ahí donde se vuela y robano es la única actividad que puede hacer […]mostrarle a los chiquillos que existe mucho másallá de lo que ellos ven cotidianamente. (p. 1)

Las estrategias para lograr este objetivo varíansegún el cargo que ocupa cada profesional. Enel caso de los ETD, la principal herramientautilizada es la conversación constante con losjóvenes, de manera que estos visualicen losbeneficios de llevar una vida convencional. Enel caso de las PEC, estas ponen el énfasis en laorientación de los jóvenes para que encuentrenalguna motivación por una actividad de carácterprosocial. Una vez presente esta motivación, sonellas quienes generan oportunidades reales dellevar a cabo dichas actividades. En cuanto a lasestrategias utilizadas por las PIC, estas apuntanprincipalmente a la revisión biográfica, con el finde promover la reflexividad y toma de decisionesen los jóvenes, lo cual les permitiría repararexperiencias dolorosas y recuperar el sentido deagencia sobre sus vidas.

Factores transicionales

Los profesionales señalan que durante la condenaexisten dos elementos que pueden apoyar unproceso de cambio. Primero, la escuela, yaque permite la nivelación de estudios; segundo,los talleres prelaborales y las capacitaciones,pues estos facilitan una posterior inserciónlaboral. No obstante, ambas actividades sonvaloradas negativamente, en tanto no cumplencon las condiciones básicas para conformar unaherramienta que efectivamente contribuya alcambio.

[…] creo que nos falta, por ejemplo, en generarreales y efectivos procesos de capacitación pa'los chiquillos […] es que los tenemos consuerte dos veces al año, o una vez al añoy mantenemos muchos talleres que se suponeque son prelaborales, pero que no cumplenefectivamente con el potencial y la calidadprofesional y técnica. (p. 5)

Frente a esto, los profesionales expresan quela oferta programática debe adecuarse al medio y,sobre todo, a las características de los jóvenes.

Trabajo multidisciplinario

Todos los entrevistados reconocen que el trabajoen equipo es fundamental para la intervención.Sin embargo, señalan que al interior del Centroexiste poca comunicación y una permanentedescoordinación entre los distintos actores queintervienen con cada joven, lo que a lavez dificulta la coherencia de la intervenciónen su globalidad. En otras palabras, existeuna idea de sobreintervención de los jóvenes,como consecuencia de un trabajo excesivamenteparcelado.

Todo el mundo interviene con el cabro; elACHNU, el Ágora, nosotros, la PEC, la PIC, elcolegio... pero no tenemos el sentido común decomunicar eso […] todos mascamos un poco alcabro ¿ya? y está mordido por todos lados, peromuy mal mordido, a lo mejor un puro tarascón¿ya? bien hecho, andaría mejor el cabrito. Peroese es uno de los problemas de acá. Llámele

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coordinación, llámele falta de información, faltade comunicación. (p. 7)

Rol del interventor en el proceso de cambio

Respecto a la influencia de los profesionalesen los procesos de cambio de los jóvenes, lasposiciones son variadas; mientras algunos se vencomo orientadores o meros facilitadores dentrode un proceso que depende mayormente deljoven, otros se ven a sí mismos como agentesde cambio, en tanto pasan a ser un referentesignificativo para los jóvenes mientras estoscumplen condena.

Efectos de la privación de libertad

Para una mayor comprensión de los efectos de laprivación de libertad, este eje se divide en dossubcategorías: la de los profesionales y la de losjóvenes.

Subcategoría de los profesionales

Entre los principales efectos de la privación delibertad en los profesionales se identifica, enprimer lugar, la adopción de dinámicas carcelariasexpresadas a través del lenguaje, así como enla formación de relaciones hostiles y falta decooperación entre los mismos. Esto, sumado a laviolencia existente al interior del recinto, implicaun fuerte impacto y desgaste emocional quemuchas veces repercute en su disposición y, porende, en los procesos de los jóvenes. Otro aspectoque, según los profesionales, dificulta los procesosde cambio, es la falta de infraestructura y espaciosadecuados para hacer una buena intervención,además del exceso de trabajo administrativo quemuchos describen como inútil y que finalmenteles impide poder estar más tiempo con losjóvenes.

Subcategoría de los jóvenes

La privación de libertad, según algunosinterventores, implica ciertos beneficios para

los procesos de cambio de los jóvenes, comoson permitirles el acceso a servicios básicos,contar con apoyo profesional multidisciplinario yofrecerles un espacio donde pueden aprender avivir en comunidad respetando reglas y normas.A esto, agregan que el encierro y la extensiónde las condenas hacen posible una intervenciónconstante y permanente durante ese tiempo.Algunos profesionales incluso señalan que lareclusión significa una pausa en la vida de losjóvenes, donde estos pueden reflexionar y evaluarlos costos de una vida delictual, lo que puedellevarlos a considerar cambiar su estilo de vida.

[…] en definitiva hay jóvenes que están, queviven la vida tan loca de alguna manera, que estosignifica que tiene que necesariamente frenar,que se tiene que detener y ahí es donde unoaprovecha de meterse y de que ellos piensen yque reflexionen, y que se proyecten también enesto, que sean capaces de evaluar los costos ybeneficios. (p.1)

Por contraparte, los profesionales tambiénidentifican una serie de obstáculos derivados dela privación de libertad, entre los que mencionanla contaminación criminógena y expansión deredes delictuales, la desesperanza de los jóvenesrespecto a sus posibilidades de cambiar y, porúltimo, la progresiva dependencia que vangenerando con la institución, que muchas vecesse expresa como ansiedad a medida que seacerca el término de la condena, pues ya nocontarán con el apoyo y recursos otorgados por lainstitución.

Posibilidades de cambio

Si bien todos los profesionales indican que sícreen en que los jóvenes pueden cambiar, lamayoría distingue dos tipos de jóvenes: aquellosque sí pueden cambiar y aquellos que no.Los primeros, son aquellos que de maneracircunstancial cometieron un delito y llegaron acumplir una condena privativa de libertad, peronunca se identificaron con el mundo delictual,cuentan con recursos, apoyo y, por lo tanto, novuelven a delinquir. Los segundos, son los jóvenesmuy involucrados en el mundo delictivo, que

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muchas veces provienen de familias donde ladelincuencia es generacional o funcional a ladinámica familiar y, por lo tanto, no contaríancon la motivación ni el apoyo necesario parahacer un cambio en sus vidas.

[…] probablemente no todos pueden cambiar[…] hay algunos jóvenes que están muydeteriorados, que vienen de familias donde ladelincuencia es generacional, […] y es muydifícil de alguna manera promover un cambioen jóvenes como esos. No así en jóvenes quetienen otro tipo de vivencias o que tienenrecursos familiares donde sí se puede instalar unamotivación de cambio. (p. 1)

Pese a lo anterior, los profesionales logranidentificar elementos que pueden dar cuentade un potencial proceso de cambio. Entreellos mencionan la problematización del delitoy visualización del daño derivado del mismo;el desarrollo de empatía y respeto, ligados ala adopción de nuevos estilos relacionales; laelaboración de proyectos de vida convencionalesy realistas y la reducción del daño, entendidacomo una disminución en la gravedad de losdelitos que los jóvenes cometen después decumplir esta condena. Englobando lo anterior,es la congruencia entre los planos cognitivo,afectivo y conductual lo que permite un buenpronóstico respecto a las posibilidades de cambiode los jóvenes.

Por otro lado, cabe mencionar que la mayoríade los profesionales tiene la creencia de que lamayor parte de los adolescentes logrará hacer elcambio en algún momento de su vida, aunqueesto ocurra muy en el largo plazo. En ese sentido,un objetivo de la intervención sería acelerar esteproceso para que los jóvenes hagan el cambio loantes posible.

Para finalizar, cuando se pregunta a losprofesionales cuántos jóvenes de los que pasanpor este recinto logran efectivamente iniciar ymantener un cambio, las respuestas se centranentre el 5 % y 10 % de los jóvenes. Resultallamativo que la mayoría de ellos, en primerainstancia responde que no sabe, ya que nocuentan con cifras oficiales de parte de lainstitución u otro organismo. Respecto a esta

falta de información y de retroalimentaciónsobre el trabajo realizado, varios profesionalesmanifiestan insatisfacción y una sensación deque su trabajo no es efectivo, pues no se estaríalogrando que los adolescentes abandonen eldelito.

Discusión

El último resultado, señalado en el apartadoanterior, respecto de la baja estimación de cambioque visualizan los profesionales respecto de losadolescentes infractores de la ley penal quecumplen su condena privativa de libertad enel CIP-CRC de San Bernardo, constituye unhallazgo significativo del presente estudio y leotorga a la posibilidad de cambio el carácter deexcepcional.

Ello puede analizarse al menos en dosdimensiones. La primera surge al considerarla importancia que tienen los factorestransicionales, esto es, los elementos presentesdurante la condena y que pueden contribuiral abandono del delito (Cid & Martí, 2011),particularmente, los relacionados con el apoyosocial de personas e instituciones que puedenofrecer soporte material y/o emocional parasuperar los obstáculos, entre los que la literaturadestaca aquellos que promueven habilidadesindividuales, facilitan oportunidades, animan alcambio de estilos de vida (Barry, 2007; Burnett& McNeill, 2005; Dionne & Altamirano,2012). Según Cid y Martí (2011), si losprofesionales tienen una estimación de cambioverdaderamente paupérrima, es probable queeste rol de agentes de cambio sea muydifícil de cumplir y cabe preguntarse si estatransformación excepcional puede realmenteasociarse a la intervención penal o si es unevento que ocurre más bien por azar. Endefinitiva, la posibilidad de cambio de losadolescentes pudiera no tener que ver con laintervención de los profesionales, es decir, noestarían operando como factores transicionalessinérgicos del desistimiento delictivo. El hecho deverse como meros facilitadores podría constituirun mecanismo de defensa que permite a los

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profesionales preservar su integridad personaly profesional (Segovia, 2001), ya que al noinvolucrarse en los procesos de los jóvenes,se reduciría el impacto negativo cuando losobjetivos de la intervención no se logran. Ensentido inverso, si los profesionales creyeranque el cambio es multifactorial o se asocia aelementos como los contextos en que viven lossujetos, entonces sí podrían operar como agentesde cambio, lo que involucraría cambios en losmodelos de intervención de las cárceles juvenilesen Chile.

Una segunda dimensión de análisis serelaciona con la percepción de los profesionalesrespecto de las condiciones del propio Centro,a las posibilidades reales de intervención enel mismo o a la existencia de programasde intervención eficaces, lo que tampoco esmencionado como un aspecto relevante, lo quepodría dar cuenta de cierta precariedad en lasintervenciones al interior de este Centro, porparte de los profesionales que trabajan en ellos.Ciertamente, no puede responsabilizarse de elloa quienes trabajan allí, y esta percepción delescaso margen de cambio visualizado, en ciertomodo, da cuenta de una evaluación de su parterespecto del conjunto del trabajo realizado por elsistema de justicia juvenil. Probablemente, esteresultado no sea muy distinto en otros centrosprivativos de libertad, en condiciones similares.Ambas dimensiones señaladas ayudan a entenderesta baja percepción de la posibilidad de cambiode los adolescentes, al no sentirse parte comoagentes de cambio efectivos, en un contextoinstitucional que no otorga las condiciones paraello.

Particularmente interesante resulta laatribución del cambio en los adolescentes, elque se centra en aspectos casi exclusivamentepersonales, con escasa consideración deelementos vinculados a factores comunitarios y/o familiares. Se atribuye a la motivación personalel peso de factor único y suficiente para quelos jóvenes puedan hacer un cambio. Si bien enla literatura aparece como un aspecto central(especialmente al inicio del proceso), tambiénse menciona que esta debe ir acompañadade otros elementos que resultan fundamentales

para mantener el proceso de cambio (Laub &Sampson, 2003 en LeBel et al., 2008), comolos de familia y comunidad; aquello pudiera darcuenta más bien de un trabajo inexistente enesas dimensiones y se transmite de ese modo unasensación de sentido común de que el entornode los sujetos determina su comportamientotransgresor, dejando solo a aspectos personalesla posibilidad de modificación. De cualquiermodo, aún la referencia a lo individual resultaparcial por cuanto no se menciona la identidad,aun cuando esta conforma un aspecto centraldentro del paradigma del desistimiento y que,según la misma teoría, es una dimensiónque cobra especial relevancia al trabajar conpoblación adolescente (Maruna, 1999; Murray,2009 en Blasco, 2012). Lo anterior podríadeberse a que el modelo de trabajo propuestopor SENAME tampoco contempla la identidadcomo una dimensión de la intervención; estoes relevante, considerando la importancia quelos profesionales le otorgan como elementosorientadores de su quehacer a los aspectosnormativos e institucionales, cuestión noconsiderada en las teorías de cambio. En suma,se puede afirmar que en los profesionalesexiste una percepción cargada hacia las posturasdenominadas “fuertemente subjetivas” (LeBel etal., 2008), donde los factores individuales son lofundamental para generar un proceso de cambio.

Cabe discutir la categorización que losprofesionales hacen respecto a los jóvenes quesí pueden cambiar y aquellos que no. En primerlugar porque, según la literatura especializada,quienes son mencionados como los que sípueden cambiar, se enmarcarían en un perfilde delincuencia propia de la adolescencia, decarácter exploratoria, donde el comportamientodelictual tiende a desaparecer con el paso ala adultez y en la mayor parte de los casossin necesidad de intervención penal (Pérez-Luco, Lagos, & Báez, 2012). Por otro lado,aquellos jóvenes catalogados como los que nopueden cambiar corresponden a casos de mayorcomplejidad delictual, siendo precisamente ellosa quienes van dirigidas las intervenciones dealta intensidad como la privación de libertad(Pérez-Luco et al., 2012). Esto da la impresión

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de poca claridad respecto a las características dela población objetivo de este tipo de sanción engeneral, y de este Centro en particular.

En relación con la intervención y los procesosde cambio, los profesionales mencionan varioselementos que coinciden con la literatura,destacando el rol del vínculo (Burnett &McNeill, 2005) y la ampliación de dominios(Zambrano & Pérez-Luco, 2004) como aspectoscentrales de la intervención. Es posible observardiferencias en el énfasis que cada profesionalotorga a los distintos dominios, lo que puedeasociarse a la profesión de cada uno o alperfil que la misma institución busca paracada cargo. Por otra parte, si bien todos losprofesionales reconocen el vínculo como unaspecto poderoso e influyente en la intervención,surge la interrogante sobre si recurren a este comouna estrategia para promover el cambio o másbien para mantener el buen comportamiento delos jóvenes durante el tiempo de condena.

Otro aspecto relevante es el posible efectode la privación de libertad en los procesos decambio de los jóvenes, resultando especialmentellamativa la descripción de la cárcel, por partede algunos interventores, como un espaciodonde los jóvenes pueden aprender a viviren comunidad. Esto resulta paradójico, ya quesi bien los individuos efectivamente puedenadaptarse a vivir en el contexto carcelario,este suele constituir una comunidad bastanteparticular, y aprender a vivir en ella puederesultar desadaptativo para la inserción enla sociedad convencional (Goffman, 1994;Manzanos, 1992).

En cuanto a los efectos del contexto deprivación de libertad en el trabajo profesional,llama la atención la descoordinación profesionaly precariedad de los recintos, referida porlos entrevistados. Además, se desprende deldiscurso de los profesionales, una pérdidade la capacidad crítica hacia la institucióncarcelaria y el propio trabajo realizado. Segúnlo planteado por Segovia (2001), esto puedeentenderse como un mecanismo de defensaque permite a los interventores preservar suautoestima e integridad personal. Esto se apreciaclaramente cuando hacen referencia a factores

estructurales, normativos e institucionales, amodo de explicación de porqué el cambiomuchas veces no se logra; sin embargo, cuandoel cambio sí se produce, lo atribuyen enbuena parte a la intervención en el contextocarcelario, aun cuando este ocurra muchos añosdespués de la sanción. La discusión de loselementos señalados, permite comprender demejor forma los resultados obtenidos en relacióncon las posibilidades de cambio en adolescentesinfractores de la ley penal, las que en la actualidadse visualizan muy escasas.

Conclusiones finales

En términos generales, las percepciones de losprofesionales del CIP-CRC San Bernardo, dancuenta de una comprensión multifactorial de losprocesos de cambio de los jóvenes con quienesintervienen. Se observa que identifican variosde los factores involucrados en los procesos decambio, que coinciden con lo señalado por laliteratura especializada; sin embargo, se apreciapoca claridad respecto a cómo estos factoresse relacionan entre sí. En función de esto,resulta pertinente una mayor capacitación yespecialización, que permita a los profesionalesarticular sus conocimientos sobre el cambio eintegrarlos en un marco teórico y comprensivomás amplio. En la misma línea, sería provechosodesarrollar instancias de discusión y reflexiónentre los interventores, acerca de su rol comooperarios del sistema de justicia juvenil, dentrode los procesos de cambio de los jóvenes.

Todos los profesionales entrevistados afirmancreer en el cambio, sin embargo, sus estimacionesdel mismo, en términos porcentuales, son muybajas. Frente a esta evidente contradicción, seríainteresante generar una reflexión más profunda,respecto a cómo las propias expectativas puedenincidir en la visión que cada joven tiene sobresus capacidades y posibilidades reales de cambio.El trabajo en esta dimensión podría contribuir aque cada interventor se posicione como agenteactivo, entre los distintos factores asociados alcambio.

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Por otro lado, se aprecia una sensación deresentimiento, por parte de los profesionaleshacia la institución, pues sienten escaso apoyopor parte del SENAME, para trabajar conuna población altamente compleja. Frente aesto, surge la necesidad de mayor claridad porparte de la institución, respecto a lo que seespera de la intervención al interior de lacárcel, así como cuáles son los parámetros deéxito versus fracaso; desde el paradigma deldesistimiento, el abandono del delito es unproceso gradual, por lo que establecer objetivosintermedios entre la comisión de delitos y elabandono total de estas conductas podría aliviara los interventores de la presión profesional,institucional y social, respecto de su labor. Almismo tiempo, resulta imperiosa la realizaciónde estudios de seguimiento posteriores a lasanción privativa de libertad, que permitanretroalimentar a los profesionales respecto deltrabajo realizado y al sistema de justicia juvenilrespecto de su funcionamiento más global.

Por último, pese a que existen diferentes cargosal interior de cada equipo de trato directo, seaprecia un cierto grado de traslape y confusiónrespecto a las tareas y funciones que cada unodebe cumplir. En ese sentido, resulta necesariauna mayor diferenciación en las funciones decada cargo, explicitar qué competencias sontransversales a todos los operarios del sistema ycuál es el fin último del trabajo interdisciplinario.Esto, con el fin de comprender cómo cadamiembro del equipo, desde su área de experticia,contribuye al fin último de la no reincidencia y,eventualmente, el desistimiento delictivo.

Limitaciones e investigaciones futuras

Dentro de las principales dificultades de esteestudio se encontró que, durante las entrevistas,gran parte de los profesionales tuvo dificultadespara hablar sobre el cambio, desviándosecon frecuencia hacia explicaciones sobre ladelincuencia y la reincidencia. En ese sentido, fueposible apreciar la capacidad de los entrevistadospara identificar los factores que contribuyen alproblema de la delincuencia y las barreras que

impiden su abandono, pero una escasa habilidadpara visualizar qué es lo que finalmente favoreceel desarrollo de una vida convencional. Otradificultad observada corresponde a una visióndel cambio limitada al tiempo de permanenciade los jóvenes al interior del Centro y no desdeuna perspectiva más amplia donde este seaconsiderado un proceso que puede trascender elperíodo de condena.

Respecto a las limitaciones de estainvestigación, cabe señalar que el procesode recolección de datos estuvo coordinadoen su totalidad por la institución, quienesdefinieron los tiempos y espacios que seiban a utilizar, además de seleccionar a losprofesionales que participaron de ella. Otroaspecto relevante alude a la imposibilidad derealizar entrevistas posteriores que permitieranaclarar y/o profundizar algunas temáticas.

En futuras investigaciones relacionadas coneste estudio, sería interesante extender losobjetivos de esta investigación a nivel nacional,quizá a través de instrumentos tipo encuesta quepermitan estudiar una muestra representativade los distintos actores del sistema de justiciajuvenil. También sería relevante incorporar lamirada de profesionales que se desempeñenen sanciones alternativas a la reclusión o quetrabajen con población adolescente de sexofemenino. Por último, sería importante investigarlas percepciones de cambio de la misma poblaciónadolescente que recibe la sanción penal.

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Notas

* Artículo de investigación.1 Por esta razón la gran mayoría de quienes

cumplen sanciones privativas de libertad,por delitos cometidos siendo menores deedad, tiene más de 18 años.

2 CIP-CRC: Sigla que se usa para denominaraquellos centros privativos de libertaddonde se encuentran jóvenes imputados ycondenados (CIP: Centro de InternaciónProvisoria; CRC: Centro de RégimenCerrado).