pentagrama 02 2010

A causa de la contaminación de nuestro medio nos

preocupamos seriamente del campo de vida humano.

La contaminación impregna cada vez más intensamente en

nuestra atmósfera. Y como nuestro campo de vida es

también nuestro campo de respiración, esta contaminación

penetra en nosotros y es imposible no sentir los efectos.

«Quien no cambia su comportamiento basándose en el

alma despertada y no persevera, no alcanzará ningún

objetivo gnóstico.

Toda magia se realiza por medio de la respiración.

Quien no se protege de las influencias astrales nocivas

se convierte, sin excepción, en víctima.

A medida que la personalidad tiende a desaparecer,

va cambiando y es guiada por el alma, gracias a un

comportamiento de vida nuevo y positivo, el quinto rayo

del Espíritu Séptuple comienza a ejecutar su tarea.

Entonces se alcanza la cima de la montaña. Una nueva y

prodigiosa luz toca al alumno y lo colma. Esta luz actúa de

forma completamente mental. Por primera vez en su vida,

el alumno es capaz de pensar claramente, pues sus órganos

mentales se han abierto a tal posibilidad».

Catharose de Petri

Lectorium Rosicrucianum

pentag rama

El despertar del alma

El espejo del alma

La cuarta dimensión

La luz es la vida

La otra herencia de Charles Darwin

La alquimia hoy

MAR /ABR 2010 N Ú M E R O 2

Redactor JefeA.H. v. d. Brul

Responsable editorialP. Huis

RedacciónPentagramaMaartensdijkseweg 1NL-3723 MC Bilthoven, Holandae-mail:[email protected]

Edición, administración y suscripcionesFundación RosacruzPadre Rico, 8 bajo dcha.46008 Valenciaweb:www.fundacionrosacruz.orge-mail:[email protected]

Precios de suscripciones4,00 € por número21,00 € año**gastos de envío incluidos parael territorio nacional.

© Stichting Rozekruis Pers.Ninguna parte de esta revistapuede ser reproducida sin laautorización escrita del editor.

La revista pentagrama aparece seis vecespor año en holandés, alemán, español,francés e inglés.En brasileño, búlgaro, finés, griego, húngaro,italiano, polaco, ruso, eslovaco, sueco ycheco, sólo aparece cuatro veces por año.

Depósito legal:GI 1005-95

Revista de la Escuela Internacionalde la Rosacruz ÁureaLectorium Rosicrucianum

La revista pentagrama se propone atraer laatención de los lectores sobre la nueva era queha comenzado para el desarrollo de la humanidad.El pentagrama siempre ha sido el símbolodel hombre renacido, del hombre nuevo.Es igualmente el símbolo del universo y de sueterno devenir, por el que tiene lugar lamanifestación del Plan de Dios.No obstante, un símbolo sólo tiene valorcuando se convierte en realidad. El hombreque realiza el pentagrama en su microcosmo,en su propio pequeño mundo, se mantieneen el camino de la Transfiguración.La revista pentagrama llama al lector a realizaresta revolución espiritual en sí mismo.

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Existen dos tipos depensamiento: el pen-samiento analítico y elpensamiento sanador.El primero se explicapor la cantidad infinitade fenómenos e

investiga sus estructuras, hasta la más pequeña parte delátomo. Lo que este pensamiento observa, lo diseca, lodesmenuza, clasificándolo luego bajo tal o cual rúbrica,subordinándolo a su investigación.El segundo, el pensamiento sanador, ve como la vida uni-versal única se expresa en su totalidad, jubilosa en sumaravillosa diversidad: una riqueza indescriptible de for-mas y especies. Lo que es investigado por este pensa-miento se regocija por ser visto y le muestra con granplacer su belleza y su ternura; y este pensamiento se vuel-ve libre para elevarse en el bien supremo.Uno engendra frialdad y visión de conjunto; el otro calor,la vida y la comprensión. Uno pertenece al intelecto, elotro al Hombre original. Uno es de naturaleza humana, elotro de la naturaleza divina.En este número intentamos contribuir a acrecentar lacomprensión de tal riqueza.

p e n t a g r a m a

índice

el despertar del alma 2J. van Rijckenborgh

la cuarta dimensión 10Catharose de Petri

la otra herencia de Darwin 14

a pesar de todo no vamos a hablar de amor 22

Johan Schaberg

la luz es la vida 25

el espejo del Espíritu, alocución para los jóvenes alumnos 30

la alquimia hoy, sobre el heroísmo, el valor, el fervor por la verdad y el cambio interior 36

32 año nº 2 2010

Cubierta:Doce rosas y la decimotercera en medio,manuscrito Akhlaq-i Rasul Allah (1708). Enla sabiduría árabe, la belleza de cada flor, yespecialmente de la rosa, recuerda el sublimeEspíritu divino, y cada jardín terrestre es unanticipo del jardín celeste futuro

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CONSTITUCIÓN DE LA CONCIENCIAHUMANA El durmiente, durante lashoras de la noche, permanece en la esfera

astral de la naturaleza dialéctica. Cuando nos dor-mimos, se produce la división de la personalidad.Una parte de ella sale del cuerpo. Pero, sobretodo, lo que escapa a la atención de los investiga-dores es que junto con esta división de la persona-lidad también se produce la división de la con-ciencia.La conciencia dialéctica está determinada por lacolaboración orgánica de todos los átomos que, enun momento determinado, constituyen el sistemade la personalidad. De lo que resulta que podemosdistinguir cuatro fenómenos de la conciencia: dosque pertenecen más al cuerpo material y al cuerpoetérico; y dos más sutiles, a la conciencia astral ya la conciencia mental.Cuando nos dormimos, la parte más sutil de lapersonalidad se retira, se separa también de laconciencia. El aspecto material de la concienciapermanece en el lado material, a veces en estadolatente inoperante, otras en un estado de semi-acti-vidad. Este último caso tiene lugar, por ejemplo,cuando el cuerpo ha sufrido una tensión grandísi-ma durante la jornada, o cuando se ha estadoextremadamente nervioso, o cuando uno está ator-mentado por preocupaciones. El otro lado de laconciencia acompaña al cuerpo astral y al cuerpomental. Y como el cuerpo mental de todos losseres humanos todavía es muy elemental y muyimperfectamente organizado, la conciencia, en elestado de sueño, está regida prácticamente en sutotalidad por la conciencia astral.

Por ello, en lo concerniente al ser humano actual,se puede decir tranquilamente: la conciencia delsueño es la conciencia astral. De esta comproba-ción resulta que la vida nocturna consciente delser humano no se parece en nada a la vida cons-ciente usual en la materia cuando las cuatro con-ciencias, situadas concéntricamente están unidaslas unas a las otras, interactúan y se controlanmutuamente.La conciencia nocturna es entonces exclusivamen-te conciencia astral. Quien sabe lo que esto quieredecir, quien lo sabe verdaderamente, ya no serávíctima de los mil y un errores que comete y con-tinúa cometiendo al respecto.

NATURALEZA DE LA ESFERA ASTRAL La esfe-ra astral posee un gran poder de representación.Los pensamientos, los deseos, los sentimientos ylos procedimientos de la voluntad se proyectan enella. Así es evidente que, como consecuencia de laesfera reflectora y del comportamiento general dela humanidad actual, la esfera astral de la naturale-za dialéctica está muy contaminada, es muy com-pleja, perfectamente ilusoria y, para la vida gnósti-ca, absolutamente funesta porque la materia astrales extraordinariamente magnética. Lo que no con-cuerda con la naturaleza astral dialéctica es sim-plemente rechazado, arrebatado al durmientecuando entra en la esfera astral. En cambio el dur-miente recibe en su lugar la naturaleza de estaesfera y la sustancia astral correspondiente. Porello leemos en el evangelio gnóstico de la PistisSophia que ella es desposeída constantemente desu fuerza de Luz.

el despertar del alma

según J. van Rijckenborgh

La lectura del versículo 72 del primer Libro de Hermes, Poimandres, suscita lassiguientes preguntas: ¿Qué quiere decir Hermes con la expresión «la lucidez delalma»? ¿Adónde va la parte de la personalidad que se retira durante el sueño yqué hace durante la noche, o más bien, qué la ocurre?

2 Pentagrama 2/2010

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el despertar del alma 3

«El sueño del cuerpo se había vuelto la lucidez del alma; laoclusión de los ojos, la contemplación verdadera; el silencio,una gestación del bien; la enunciación de la Palabra, laobra fructífera de la salvación».La Gnosis Egipcia Original, tomo 1, Poimandres

«Su ser astral buscará morar en el

santuario de su corazón: así uno

comienza a ver el mundo tal como

es». El sabio Babur (Hindu Kush

1530) en meditación en su jardín,

cerca de lo que actualmente es

Kabul

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La esfera astral de la vida cotidiana está llena defuerzas impías, lo que se llama eones, las fuerzasde la naturaleza dialéctica. La palabra «eón» signi-fica, desde el punto de vista lingüístico, el cursodel tiempo, un espacio de tiempo inconmensurable. Ese concepto, evidentemente, hace referencia alhecho de que los eones están en estrecha relacióncon la constitución de la esfera astral. Los eonesson, por consiguiente, fuerzas astrales, actividadesastrales, desarrolladas y formadas en el transcursode muy largos períodos, que se han vuelto muypoderosas; por ejemplo, las proyecciones de losdeseos y pensamientos humanos han sido alimenta-das durante tanto tiempo que finalmente han aca-bado por adquirir vida propia en la esfera astral.Suponga que hayamos mantenido, en pensamien-to, determinada imagen, de la que hablamos cons-tantemente y que la hemos conservado duranteaños e inculcado a nuestros hijos así como a todoslos que hayan querido aceptarla y mantenerla. Losartistas la representan, pintan o la esculpen y lospoetas la evocan; usted puede entonces imaginarsecómo se forma un eón en la esfera astral. Loseones son corrientes constantes de las codicias,deseos y pensamientos humanos vivificados de talmanera que finalmente dominan a la humanidad.Vivificados en la esfera astral, también llamadaesfera reflectora, se vierten constantemente sobrela humanidad y acaban por imponerse al género

humano, siempre y por todas partes.Esos eones, cuya fuerza no deja de aumentar al seralimentada sin cesar por la humanidad, privan desu fuerza de Luz a toda persona orientada hacia laGnosis que entra en la esfera astral. Normalmenteesto ocurre cada noche al alumno desde elmomento en que confía su cuerpo al sueño.

EL ALUMNADO Para todos aquellos en quienesel alumnado tiene un especial significado experi-mentan importantes consecuencias: en particular,la imperiosa necesidad de escapar de la esferaastral de la naturaleza terrestre. Quien constataque, durante las horas nocturnas, sufre las influen-cias extremadamente funestas de este campo, seplantea las siguientes preguntas: «¿De qué manerapuedo liberarme de ella? ¿Cómo protegerse desemejantes influencias?» He aquí la primera nece-sidad.La segunda es que una vez liberado de la esferaastral de la naturaleza ordinaria, es necesariodurante el sueño dirigir la parte sutil de la perso-nalidad hacia un campo astral puro en el que noexisten las contaminaciones ni los peligros cita-dos. Ésta es una condición elemental que nadiepuede eludir. Sin ella, cualquier alumnado gnósti-co es una ilusión.Sin embargo, no debe forzarse, violentarse. Si lointenta durante algunos días, constatará que no

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Sólo quien es capaz de elevar su conciencia a su corazónsupera sus instintos naturales primarios

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puede llegar, que es una lucha seguida de una totalderrota. Por ello comprobamos, desde el principio,que la llave del camino gnóstico se encuentra en laposibilidad de dar a la conciencia astral una orien-tación diferente; a saber, desde y en la propia con-ciencia astral.En primer lugar, es necesario que elevemos hastael corazón el principio fundamental del «yo» fueradel sistema hígado-bazo. Esto sólo es posiblecuando hemos madurado lo suficiente para ello.Tras ser encontrados, en la vida, acorralados en lamateria, descubrimos que avanzar en el plano hori-zontal no ofrece ninguna perspectiva de liberación.Entonces elevamos el principio fundamental denuestro «yo», desde el sistema hígado-bazo dondemora de forma natural, hasta nuestro corazón. La persona en la que el «yo» tiene su centro en elsistema hígado-bazo, el plexo solar, es el tipomismo del hombre natural, egocéntrico y despia-dado. Se agarra y se aferra a la materia de la queespera todo. Pero a menudo, después de un tiempomás o menos largo, después de haber vividomuchas existencias, llega el momento en el que seencuentra bloqueado en la naturaleza.Y entonces descubre que con su microcosmos,gira y girará incesantemente en círculo y sinperspectiva. Mientras viva del sistema hígado-bazo y mantenga un poderoso instinto de conser-vación así como un egocentrismo fuerte, el alum-nado de la Escuela Espiritual no le servirá denada. Sólo si elevamos nuestra conciencia hacianuestro corazón llegamos a superar nuestros ins-tintos primarios naturales. Y sólo si nuestro «yo»astral procura morar en el santuario del corazón,

veremos el mundo tal como es en realidad.

LA FUERZA DECISIVA QUE ACOMPAÑA ELANHELO DE SALVACIÓN Entonces surge de élun nuevo deseo, una aspiración a la liberaciónesencial de su verdadero ser. Es lo que significa,en las Sagradas Escrituras, el «anhelo de salva-ción». Sólo este anhelo hace que el corazón seareceptivo a la Gnosis y toque la Rosa del corazón.Así se llega a la puerta de una vida totalmentenueva, y ello por el anhelo de salvación que resul-ta de la elevación en el corazón del yo conscienteastral. Millones y millones de personas se encuentranante esta puerta, tienen desde hace mucho tiempoese mismo anhelo de una vida realmente libera-dora. Por esta aspiración a la curación, esosmillones de personas han creado juntos un eón,que los escritos gnósticos llaman el «decimoter-cer eón». Y, entre ese decimotercer eón y esaspersonas llenas de aspiración, se ha establecidoun intercambio.Por consiguiente, la intensificación del fuego desus aspiraciones crece y se aviva cada vez más, asícomo aumentan incesantemente el sentimiento yla comprensión de su situación desesperada.Pero sólo el anhelo de salvación, sin más, no essuficiente. El yo astral, durante la noche, permane-ce en la contaminada esfera astral de la naturalezay, a la mañana siguiente, esas personas vuelvensiempre privados de la fuerza de Luz, de maneraque su desesperación es todavía mayor.Junto con el anhelo de salvación es necesario quetambién se produzca su propia santificación.


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Quien aspira a la santificación –es decir, a la cura-ción total– intentará hacer lo posible, sí, inclusohasta lo imposible, de manera que avance en estadirección. Usted comprende que esto es lógico.Una intensa actividad personal mostrará entoncesque el fuego del anhelo de salvación conduce a lapurificación. Tal actividad siempre proviene delcorazón e influye en todo el estado de la vida. Porello, en la Escuela Espiritual de la RosacruzÁurea, hablamos incesantemente de la necesaria

purificación del corazón.Quien, junto con el anhelo de salvación, añade unintento concreto de autopurificación de su compor-tamiento, experimenta la santificación con el naci-miento del alma nueva con todas las consecuen-cias que de ello se derivan. Existe una enorme cantidad de llamadas de ayuday plegarias a favor de la asistencia para todos losque lo necesitan en el plano material. Pero com-prenda bien que, para conseguir la verdadera sal-vación, primero es necesario comprometerse unomismo, debe comprometer todo su estado de ser.Sólo si, además del anhelo de salvación, se desa-rrolla la purificación de sí mismo que puedeengendrar el nacimiento de un alma nueva.Considerando todavía una vez más el desarrollo encuestión, repetimos que el candidato primero debeelevar su «yo astral» fuera del sistema hígado-bazo hasta en el corazón, lo que, en principio,eleva su estado natural; en segundo lugar, sigue eldesarrollo del anhelo de salvación y descubre lacaída de su propia naturaleza; en tercer lugar, lemuestra que su actividad, su propia purificaciónasí como la de su corazón y de su vida por la obla-ción total de sí mismo, conlleva el nacimiento deun alma nueva.

¿QUÉ ES EL ALMA NUEVA? El nacimiento delalma es, ante todo, el nacimiento de un nuevo serastral. Un alma es una entidad astral que, tras sunacimiento, influye inmediatamente en la sangre,en el fluido nervioso, en la secreción interna; tam-bién influye en los órganos del intelecto. Tan pron-to como algo del alma nueva se manifiesta en

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Thot, el dios egipcio con cabeza de ibis, es Hermes, el

mensajero del mundo espiritual. Él tiene en su mano un

rollo de pergamino, símbolo de la Palabra divina, la

Verdad

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nosotros, tan pronto como nos atraviesan nuevasactividades astrales y actúan, aparece un nuevopoder, una nueva fuerza que circula en nosotros yactúa sobre todos nuestros poderes comunes.Así comprendemos que la cuarta etapa, ahora anuestro alcance, es la consecuencia de transferirsistemáticamente la dirección de nuestra vida alalma nueva y a sus nuevas posibilidades. Dicho deotra manera, si colocamos completamente ensegundo plano nuestro «yo» de la naturaleza, yano seguiremos a nuestra naturaleza ordinaria, sinoque dejaremos que el alma nueva rija nuestra vida.En ese caso, el nuevo ser astral, el alma nueva,crecerá. Un nuevo cuerpo sideral totalmente equi-pado se manifestará y la antigua vida así como losantiguos deseos desaparecerán completamente.¡Desde ese momento ya estamos en el proceso dela transfiguración! Y a medida que avanza esenuevo desarrollo, nos retiramos definitivamente dela esfera astral de la antigua naturaleza. En unmomento dado, ya no hay acceso hacia ella, niencontramos ya espacio en ella para el nuevo serastral. Y entonces se abre el campo astral delCuerpo Vivo, el extranjero a la deriva en la Tierraes saludado como bienvenido en su nueva morada. Todo lo que precede tiene sobre todo por objetivoel hacernos comprender claramente que existe unanueva morada, especialmente preparada por laJoven Gnosis gracias a los esfuerzos de muchos.Está a nuestra disposición para nuestra salvación,no en un eventual futuro, o quizá para una libera-ción en un futuro próximo; no, ella está allí paracada uno de nosotros, en el presente: se trata deuna morada de la libertad en la que es posible

entrar si queremos utilizar las claves exigidas yaceptar las consecuencias de ello. La condición,sin embargo, es que poseamos un alma y quedemos prueba de ello en la vida cotidiana. Quenuestra vida cotidiana sea la aplicación concreta yconsecuente de nuestro alumnado. Una vida quemuestre nuestra disposición a servir a todos y atodo sin tener en cuenta a nuestro «yo», disposi-ción sostenida por el innegable amor al prójimoque emana de un alma verdadera. Todo ser huma-no en posesión del alma nueva, tras haber cumpli-do su tarea cotidiana, debe haber elevado total-mente su vida en la esfera del alma, y por consi-guiente antes de dormirse no debe detenerse en losaspectos del mundo de los opuestos. Así «el sueñodel cuerpo se vuelve la lucidez del alma».Quien se duerme orientado hacia el alma, permiteque se vuelva consciente, despierta. La vibracióny la orientación del ser astral durante el sueñodeterminan la vida nocturna y la vida del díasiguiente. Los que así están preparados penetranen el nuevo campo astral, y experimentan cada díacon mayor intensidad y evidencia, que el sueñodel cuerpo significa el despertar del alma. Ésta esla verdadera causa de la contemplación. Se tratade un verdadero, de un nuevo desarrollo, coronadopor la adquisición de una nueva conciencia, desig-nada en los escritos sagrados como una «impere-cedera corona de gloria»


La vibración y la orientación del ser astral durante elsueño determinan la vida nocturna y la vida del díasiguiente

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Se puede conocer el mundo sin cruzar la puerta de su casa

Sin mirar fuera se puede conocer el camino del cielo

Cuanto más se viaja, menos se sabe

El sabio, sin viajar,obtiene el conocimiento,ve sin mirar y actúa sin hacer nada.

(Lao Tse,Tao Te King, cap.47)

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Hampton Court, hacia 1690

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Una oleada de vida de almas, o microcósmi-ca, fue engendrada, y nació, en la natura-leza astral original omnipresente por la

radiación del pensamiento divino en la naturalezaoriginal, exactamente como nuestros pensamientosproducen chispas en nuestro cuerpo astral. Elmicroscosmos así nacido sigue un proceso deautorrealización pues, en el trasfondo, el pensa-miento divino impulsa a esta chispa astral. De talmanera que se liberan éteres en el campo de mani-festación del microcosmos, éteres que se concen-tran alrededor del núcleo del microcosmos, o rosa,y adoptan la forma de las imágenes mentales quehan originado la creación. De esta manera, a partirde la eternidad, un día fue creado el Hombreverdadero, unido al Padre de forma natural yespontánea.Pero el hombre que, en tiempos más remotos,abusó de su libertad y dio pruebas de su oposi-ción, sabe demasiado bien lo que ha llegado a serde él. El cuerpo glorioso del origen es incapaz demanifestarse. Ha desaparecido porque un cuerpomaterial etérico tiene la particularidad de disgre-garse completamente si no emana de un campomatricial astral. El factor animador original, elmicrocosmos, el alma, se ha vuelto inactivo, se havaciado y ya no está en condiciones de manifes-tarse. El Espíritu, el autor de la maravilla, se haretirado.Desde entonces, por un proceso de nacimientoterrestre surge una personalidad que está vinculadaa un alma. Esta personalidad es en sí misma otramaravilla del amor de Dios, pues debemos consi-derarla como partícipe en el plan de salvación des-

tinado a revivificar al Hombre original caído. Enefecto, la personalidad dialéctica, como entidadtemporal, tiene la misión de liberar a su alma, a sumicrocosmos, del encarcelamiento, con el fin deque por la oblación de sí misma, por su esfuerzoendurístico, se funda totalmente con este Otro, aquien es necesario devolver la vida.El microcosmos está actualmente unido a su siste-ma espacio-temporal. Pero cuando el espíritu, elalma y la personalidad transfigurada formen denuevo una unidad, el microcosmos se reintegraráal estado divino de la omnipresencia. Mientraséste no sea el caso, permanecerá quebrado y daña-do. Por ello resuena sin cesar, para todos, la llama-da para que realicemos la grandiosa obra de salva-ción, en y por la poderosa fuerza de la naturalezaoriginal.Por lo tanto, en primer lugar, esta grande y santafuerza de luz de la naturaleza original debe irra-diar todo su cuerpo. El comportamiento que ahorase le exige, su filosofía vital, es llegar a la ilumi-nación. Como Simeón, usted debe convertirse enun alma que busca el Espíritu. Por consiguiente,debe dirigir toda su vida, todo su comportamientohacia esa meta. Entonces, en un momento psicoló-gico apropiado, la gran luz penetrará su microcos-mos, y usted la contemplará.Para esto es necesario que coloque su sentimiento,pensamiento y volición bajo la fuerza de radiacióndel aliento divino, con el fin de que el alma sedespierte a la vida en el cuerpo vital y se una alEspíritu Séptuple. El Cristo interior tomará ladirección del hombre Juan; y allí donde el «yo»,por mucho que se consagrara, no podría tener

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la cuarta dimensión

Catharose de Petri

El nacimiento de la intuición es realmente el despertar del alma, afirma Catharosede Petri. ¿Cómo puede esta alma desarrollar una visión completamente nueva ynecesaria para ver en la esfera pura del Cuerpo Vivo magnético? La autora comparaesta visión con lo que nosotros llamamos «cuarta dimensión», la cuarta dimensióndel espacio.

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éxito, el alma hará desaparecer todas las dificulta-des existenciales de la personalidad y la conduciráa la gran victoria, es decir, hasta la colina delGólgota, hasta el preludio de la resurrección. Asíse habrá realizado en el hombre la primera tareade Jesucristo.Sin duda, ahora comprenderá lo que acontececuando el candidato a los misterios gnósticos, bajoel impulso de la llamada del Espíritu, logra elevarsu estado de alma hasta el Padre, logra zafarse delos eones de la naturaleza.Habiendo penetrado en su templo interior, en lomás profundo de sí mismo, él ve. Ve al Otro, elViviente. Y en esta experiencia de la pura visión,contempla la evolución de cada alma divina caídaque, desde la naturaleza de la muerte, se elevahasta la vida liberadora.Esta nueva visión está tan estrechamente unida a

la intuición, que de ninguna manera es posibleconcebirla como algo separado. Usted lo compren-derá perfectamente cuando descubra el sentido yla naturaleza de la verdadera visión.El nacimiento de la intuición es realmente el des-pertar del alma. Corresponde al verdadero naci-miento del alma, y a su localización en el espacioabierto detrás del hueso frontal.Despertar en el campo del Alma–Espíritu, entraren la esfera astral pura del Cuerpo Vivo magnéti-co, exige una visión absolutamente nueva, esdecir, contemplar, entrar en lo que nosotros deno-minamos la cuarta dimensión, la cuarta dimensióndel espacio.El hombre conoce tres dimensiones: la altura, lalongitud y la anchura, por las que percibe un espa-cio vital. Pero no importa cuán lejos extienda esteespacio tridimensional o lo imagine, pues siempre

la cuarta dimensión 11

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tiene un límite, una frontera: Es una prisión. Ennuestra época, verificamos que este encarcela-miento se experimenta de una manera inconscien-te: en efecto, habiéndose explorado totalmentenuestro globo terrestre desde el punto de vista tri-dimensional, los astrofísicos intentan alcanzarotros cuerpos celestes. Bajo el desenfrenadoimpulso que actualmente ejerce la evolución sobreel ser humano, la humanidad experimenta cadavez más las limitaciones, se siente ahogada, asfi-xiada dentro de las tres dimensiones. ¡Y la cienciareacciona de manera tridimensional, tratando deagrandar o ampliar este espacio lo más posible!Resulta evidente que las actuales dificultadesdesaparecerían tan pronto como existiese unacuarta dimensión cuya realidad pudiera reconocer

la ciencia. Pues bien, ¡esta cuarta dimensión exis-te! Es la dimensión que se llama la omnipresenciaabsoluta, o ubicuidad. Nos gustaría llamarla larealidad omnipresente. Es la dimensión en la queel tiempo, la distancia, el pasado, el presente, elfuturo, el ahora y el después, están abolidos.Si la humanidad poseyera esta cuarta dimensión,no sería necesario intentar alcanzar Marte, Venus,La Luna o Mercurio, por ejemplo. Pues pensar enla Luna, en la cuarta dimensión, significaríaencontrarse en ella. En resumen, poseer la cuartadimensión, es poseer el don de la omnipresencia.Para el ser humano, cuya visión es tridimensional,es muy difícil imaginarse tal capacidad. No obs-tante esta cuarta dimensión sólo es la puerta de laquinta, de la sexta y de la séptima dimensión.Estas siete dimensiones forman igualmente el fun-damento del átomo, el cual posee siete aspectos.En principio y fundamentalmente, el hombre alestar constituido existencialmente por átomos, esomnipresente, pero no es consciente de ello, puessu conciencia y sus capacidades actuales son tridi-mensionales.La conciencia omnipresente hace posible estar entodos los sitios en los que se desee permanecien-do, sin embargo, en el mismo lugar, por consi-guiente, sin desplazarse.La intuición es la puerta para su consecución. Lanueva visión es el primer resultado de poseer lacuarta dimensión.Tras esta breve exposición, usted comprenderá porqué es tan funesto ser receptivo a las influenciasastrales de la naturaleza dialéctica ordinaria.El campo de vida humano está totalmente manci-


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llado, y la atmósfera de la vida humana, con suscampos etéricos y astrales de causa y efecto, estáimpregnada de esta contaminación. Y como sucampo de vida es igualmente su campo de respira-ción, usted es prisionero hasta en su semilla, esdecir hasta en su descendencia.Por consiguiente, ¡cuán justa es la frase delAntiguo Testamento según la cual Dios castiga lainiquidad de los padres en sus hijos hasta la terce-ra y la cuarta generación! ¿Por qué solamentehasta la tercera o la cuarta generación? Porque unacausa de pecado sólo actúa hasta la tercera o lacuarta generación. Pero las consecuencias engen-dran frecuentemente una causa de pecado.Quien no cambia su comportamiento basándose enel alma despertada y no persevera, no alcanzaráningún objetivo gnóstico.Toda magia se realiza por medio de la respiración.Quien no se protege de las influencias astralesnocivas se convierte, sin excepción, en víctima.A medida que la personalidad tiende a desapare-cer, va cambiando y es guiada por el alma, graciasa un comportamiento de vida nuevo y positivo, elquinto rayo del Espíritu Séptuple comienza a eje-cutar su tarea.Entonces se alcanza la cima de la montaña. Unanueva y prodigiosa luz toca al alumno y lo colma.Esta luz actúa de forma completamente mental.Por primera vez en su vida, el alumno es capaz depensar claramente, pues sus órganos mentales sehan abierto a tal posibilidad.Y, en perfecta armonía con la manifestación de lossiete rayos del Espíritu Séptuple, se realiza larenovación de los sentidos, con la condición de

que el alumno realice lo que el proceso interior leexige. Entonces es sostenido por la Enseñanzauniversal liberadora.El quinto rayo corresponde a la inteligencia. Unavez que le haya sido permitido entrar en la esferade actividad del quinto sentido, descubrirá deinmediato que la inteligencia es mucho más queun sentido. La inteligencia es el vehículo del pen-samiento. La inteligencia es el vehículo del cuerpomental. Cuando la inteligencia unida a la razón sedespierta, esto significa que ha nacido el cuerpomental, del que todavía carecen todos los hombresde la naturaleza de la muerte.Sólo a partir de este nacimiento comienza el deve-nir del hombre verdadero.En las antiguas enseñanzas, el hombre era desig-nado por la palabra Adamas, con la que estáemparentada la palabra man o manas, el pensador.La cooperación con el quinto rayo del EspírituSéptuple por parte del alumno que aplica el nuevocomportamiento significa, por lo tanto, nadamenos que el nacimiento y la manifestación realesde la capacidad de pensamiento concebido porDios, el verdadero cuerpo mental. Así es como semanifiesta la inteligencia unida a la razón.Somos muy conscientes de la brevedad de estaexplicación. No obstante, esperamos de usted quepueda poseer suficiente fuerza de alma activa, enel santuario de la cabeza, para comprender y dis-cernir estas palabras

Catharose de Petri, La Palabra Viva (Fundación Rosacruz,Padre Rico 8 bajo, 46008 Valencia, España)

la cuarta dimensión 13

Por primera vez en su vida, el alumno es capaz depensar claramente, pues sus órganos mentales se hanabierto a tal posibilidad

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Darwin es de la opinión de que el trabajocientífico debe ser llevado a cabo inde-pendientemente de las representaciones

religiosas del autor. También pensaba que la feen una divinidad directora puede, más bien, ir ala par con la doctrina de la evolución porque lafe tiene una base diferente que la ciencia. Pero,precisamente, su vida deja ver cuán entremez-clados están, en él, el razonamiento y la fe.Durante su año de estudio preliminar de teolo-gía (Cambridge, 1828), Darwin es confrontadocon la teología de la naturaleza. Esta disciplinasostiene que en todos los fenómenos naturalesse nota la acción de un dios que ama o castiga.Buscar la prueba explícita de ello es su princi-pal motivación para su periplo de cinco añosalrededor del mundo. Por esta razón la Biblia,como autoridad incontestable, forma parte de suequipaje. No obstante, las representaciones de lahistoria de la Tierra y el desarrollo de las plan-tas y de los animales que se va formando, abase de numerosas y sorprendentes observacio-nes, hacen vacilar su ingenua fe en la Biblia.

UNA REPRESENTACIÓN DE DIOS DESAPARECE De regreso a Inglaterra, CharlesDarwin se puso a valorar sus amplios descubri-mientos. Entonces, avalada por investigacionesrealizadas durante muchos años, elabora progre-sivamente su teoría de la evolución y, a medidaque lo hace, comprende que su creencia en unDios, que interviene milagrosamente en losacontecimientos del mundo, se vuelve insosteni-ble. En su principal obra, El origen de las espe-cies, él libera su forma de ver: sin duda, Dios ha


la otra herencia de DarwinHace doscientos años, el 12 de febrero de 1809, nació Charles Robert Darwin.Su obra revolucionaria El Origen de las especies apareció hace 150 años.Los medios han dedicado mucha atención a ese doble jubileo. En este artículo,Pentagrama aborda un aspecto del pensamiento del biólogo apenas tratado: lacorrelación entre el saber y la fe.

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Conrad Martens, Monte Sarmiento,Tierra de Fuego.

El barco representado es el HMS Beagle, el célebre

barco de Darwin durante su segundo viaje, 1831-1836

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creado el universo y las leyes naturales, pero acontinuación Él les ha dado libre curso.«Probablemente hay algo muy sublime en laconcepción de que, en el germen de la vida quenos rodea, el creador sólo insufló a pocas for-mas o únicamente a una sola forma, tal como elhecho de que, mientras que nuestra Tierra semueve en un círculo según las leyes de la gravi-tación, de un comienzo tan modesto generó ygenera todavía un número infinito de formas delas más bellas y maravillosas»1.Con el aumento de la edad, Darwin pierde su feen un Dios, quizá también como consecuenciade su larga enfermedad. Y cuando su hijaAnnie, la más amada de sus diez hijos, muere ala edad de diez años, ya no puede creer por mástiempo en un Dios compasivo. Desde estemomento se considera agnóstico. Durante todasu vida, sólo se había interesado, de hecho, «enel cómo» de la evolución. Desde su punto devista, el porqué sobrepasaba el entendimientohumano. Un día escribió esto: «el secreto delcomienzo de todas las cosas nos es inaccesible;y, en lo que se refiere a mí, debo decidir perma-necer siendo un agnóstico».De hecho, su vida termina de manera trágica;mientras que sus concepciones y sus durasexperiencias de la vida han destruido completa-mente su fe y su idea de Dios, nada ha venido areemplazarlas. Cuando el 19 de abril del año

1882 fallece en Downe, en Kent (GranBretaña), está plenamente convencido de que lamuerte es el fin absoluto. No obstante, por suteoría, no sólo ha allanado el camino para unanueva y dinámica concepción del mundo, sinoque, además, fuera de toda duda, ha puesto labase de una concepción totalmente nueva deDios, aunque sin saberlo.

EL OTRO DARWIN La tesis de Darwin «thesurvival of the fittest», la supervivencia de losmás aptos, se ha interpretado muy rápidamentecomo «el más fuerte sobrevive». En realidad,quería decir que solo sobreviven aquellos orga-nismos que se adaptan en su medio. De susobservaciones dedujo la «lucha por la existen-cia»; para él esto no era una ideología. La coo-peración y la simbiosis de los reinos vegetal yanimal no le parecían menos importantes: el80% de las plantas viven en simbiosis con unhongo. Las concepciones de Darwin, más quecualesquiera otras, son objeto de un abuso polí-tico. Para comenzar, por los socio-darvinistasque han hecho de la «lucha por la existencia» la«ley del más fuerte, apoderándose así de la«selección natural» y haciendo en cierto modouna distinción entre vida humana valiosa y vidasin valor. Pero, según Charles, para el desarrollofuturo del género humano, la cooperación y latrascendencia son mucho más importantes quela competencia y el interés personal. ¡Unavisión verdaderamente pionera! Él ve que elamor, la comunidad, la empatía, la comunica-ción y la creatividad son los componentes deci-sivos del desarrollo humano. Escribió: «Lasaptitudes morales deben ser colocadas más arri-ba en la escala que las aptitudes intelectuales. Ylas características morales se desarrollan, direc-ta o indirectamente, por la influencia de loshábitos, de la razón, de la instrucción y de lareligión, más que por la selección natural»2.En su obra, El Descenso del Ser Humano(1871), la segunda en importancia, ya sólo seencuentran dos menciones a la «supervivenciadel más apto» mientras que la noción amor se


Portada de la primera edición de El origen

de las especies (On the Origine of Species) de

Darwin, Londres, 1859

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encuentra 95 veces y casi otras tantas vecesexpresiones como «afecto mutuo, ayuda recí-proca y simpatía»3. Durante su vida, Darwin nofue el defensor de una brutal maquinaria evolu-cionista por medio de la selección natural y dela supervivencia del más fuerte. Su mensaje esque existe la esperanza en lo que concierne aldestino superior del ser humano en el futuro,llevado por lo más elevado y mejor que hay enél: el amor. Son numerosos los que consideran que el pensa-miento de Darwin atenta fuertemente contra lascreencias cristianas. Sin embargo, nunca fueéste su objetivo. Siempre respetó los sentimien-tos religiosos de los demás. Pero nuestro propó-sito no es entrar en la controversia entre evolu-cionistas y creacionistas.

EFECTOS TARDÍOS Mucho tiempo después desu muerte, basándose sobre su teoría unida alconocimiento de las partículas elementales y ala micro-física, se ha desarrollado una nueva ydinámica visión del mundo, de la humanidad.Científicos interesados por la espiritualidad yteólogos de vanguardia avanzan concepcionesque son aceptables para el ser humano de hoy,donde la imagen científica del mundo concuer-da con una nueva y noble imagen de lo divino.Es interesante observar cuántas de estas nuevasvisiones del mundo coinciden, aunque sea sóloen parte, con la enseñanza universal intemporal,en la que Dios obra en todo lo que vive, englo-bándolo todo y a todos sin excepción alguna.

UNIVERSALMENTE UNIDOS «EL universo esun todo unificado surgido de una explosión ori-ginal. Es una unidad que abarca desde los uni-

versos hasta los microbios. La Tierra también esun sistema a la vez físico, químico y biológicoen el que, finalmente, por la evolución, todoestá en correlación con todo, como en un granorganismo». Según Jörge Zink, la conciencia dela unidad esencial de todos con todo puede sertraducida como compasión. Ser compasivo sig-nifica que se colocan en segundo plano los inte-reses egocéntricos en beneficio de la vida»4.«En física cuántica, se habla de una cohesióngeneral donde, sin parar, tienen lugar cambiosen las formas. En realidad, los «cambios»,como tales, no existen sino sólo la «renova-ción», o «elaboración», o «vida». A decir ver-dad, modificación equivaldría aquí a «fluidezgeneral» sin retención alguna. Para comprenderel mundo no debemos querer «entenderlo»,deberíamos más bien tender nuestros brazos yabrir nuestras manos para «recibirlo». Desde elinstante en que queremos «comprender», asfi-xiamos lo que en realidad queremos asir por lainteligencia y vamos tanteando en el vacío.Pues la esencia del mundo es intercomunicaciónentre todas las cosas. Quizás el estar entre unacosa u otra, sin ninguna intención…»5

DEVENIR EN LUGAR DE SER «Ser humano esdevenir humano, son las manifestaciones progre-sivas del Espíritu divino en el mundo y en el serhumano». «La creación es un proceso incesantey no el evento que ocurrió en un lejano pasado».(Th. Dobzhansky, biólogo evolucionista)«Cuanto más se avanza en la vida, tanto másuno cambia. Cuánto más se cambia, más semuere. Tal es la ley del devenir»6.


Los socio-darvinistas han ido demasiado lejoshaciendo «de la lucha por la existencia» la «ley delmás fuerte»

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RELACIÓN ENTRE CIENCIA Y RELIGIÓN«Muchas personas, con una mentalidad científi-ca, remontan nuestra existencia a la actividadde un poder transcendente misterioso. Ellascreen que nuestro cosmos ha nacido en base aun plan divino. En ese caso, Dios sería el crea-dor potencial de la evolución». Al respecto, teó-logos tal como H. R. Stadelmann hablan de unDios evolucionista que se mantiene más allá delbien y del mal..«De hecho, no existe contradicción entre cien-cia y religión en tanto que la ciencia se limita alos Qué, Dónde, Cuándo, Cómo, y la religión alPorqué»8.«Sentir que, detrás de todo lo que experimenta-mos, hay algo que nuestro espíritu no puede asiry cuya belleza y sublimidad sólo nos tocan indi-rectamente: esto es el sentimiento religioso... Laciencia sin la religión es parálisis. La religiónsin la ciencia es ceguera». (Albert Einstein)

PRIMACÍA DEL ESPÍRITU «El Espíritu y lamateria no son contradicciones sino sólo esta-dos agregados distintos: la materia es el Espíritucristalizado; y el Espíritu es el aspecto primero,ya que en la época de la explosión original noexistía materia en el sentido en que la entende-mos hoy» «La cohesión del cosmos no se reali-za por medio de la materia sino por el espíritu».(P. Teilhard de Chardin)

DIOS NO OBRA DESDE EL EXTERIOR «ElEspíritu divino se realiza en la evolución; se«encarna» a sí mismo, en el transcurso de laevolución, en las estructuras del mundo. Por elhecho de que Dios se concreta en una continuainteracción con su creación, Él forma parte del

destino de su creación»9.«Dios no es como un animador inmutable queactúa en el mundo desde lo alto o desde el exte-rior, sino que actúa desde el interior como lamás verdadera realidad dinámica del proceso deevolución de este mundo que Él hace posible,cuyo proceso lo impregna, realiza y concluye.Él es origen, centro y objetivo… con un totalrespeto de las leyes de la naturaleza, cuyo ori-gen es Él mismo»10.«Cada ser humano encuentra, en la concienciagnóstica, su ser perfecto; y todos descubren suverdad así como la consonancia de sus diversasactividades en Aquel que les sobrepasa y de losque son la expresión». (Sri Aurobindo)

LA MENTALIDAD DEL SERMÓN DE LAMONTAÑA «De la nueva imagen de Dios sedesprende también una nueva interpretación deJesucristo. Los acontecimientos históricos pasana un segundo plano. No sólo Jesús es hijo deDios, todos nosotros también somos llamados avolvernos hijos e hijas de Dios, por lo tanto avolvernos seres humanos nuevos. La entrada enescena de Jesús puede ser considerada como unsalto cuántico en la evolución humana, porejemplo cuando, en el enunciado de lasBienaventuranzas, los comportamientos egocén-tricos son superados. En ese sentido, Jesúspuede ser visto como nuestro «salvador» por elhecho de liberarnos del peso de la selecciónbiológica natural (comportamientos de compe-tencia, de autoconservación), y mostrarnos através de su ejemplo, de manera pacífica, conse-cuente y perseverante, «el camino a la cruz» yel del amor para toda vida: el camino de la sal-vación»11.


Las Bienaventuranzas anulan los modelos decomportamiento de los socio-darvinistas

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OBJETIVO DE LA EVOLUCIÓN Las nuevasconcepciones concuerdan con muchas frases dela Biblia. Por ejemplo, cuando Jesús dice que elreino de Dios comienza aquí y ahora; o cuando,en el Nuevo Testamento, se habla de Jesús entérminos de «hombre nuevo»; o cuando Pabloafirma: «nosotros no moriremos todos, mástodos seremos transformados». A fin de cuentas,el objetivo de la evolución sería que Dios residaen su creación convertida en la «nuevaJerusalén».«La resurrección de Jesús no es un prodigio querompe con las leyes de la naturaleza, sino queconcierne a una manera totalmente diferente deexistir en una dimensión diferente, la dimensiónde lo eterno»12.Comprendemos cada vez más que, nosotrosseres humanos, tenemos una tarea particular enrelación con la futura constitución del cuerpo deDios en su creación, el místico cuerpo delCristo… ¡Revestíos con el vestido de Luz!¡Volveos Luz! ¡Sed nuevas criaturas!13

PUENTES HACIA LA VERDAD UNIVERSALLos puntos esenciales de la fe cristiana como lacreación, Jesucristo, la manifestación, la libera-ción y la resurrección, adquieren en la luz de laciencia moderna un nuevo significado. Por otraparte, conviene preguntarse si no se trata de unareconciliación algo superficial entre ciencias dela naturaleza y ciencia del espíritu; o bien, si setrata de una tendencia a diluir la noción de espí-ritu o a dejarlo completamente en suspenso? Sinembargo, incontestablemente, muchas de suscitas se emparentan con la EnseñanzaUniversal. Que ellas puedan constituir otros tan-tos puentes hacia la eterna Verdad Gnóstica

FUENTES

1. Charles Darwin, Die Entstehung des Arten (La formación

de los tipos), Reclam 1967, p.678

2. David Loye, «Darwin in Love – Die Evolutionstheorie in

neuem Licht» (Darwin enamorado – La teoría de la evo-

lución bajo una nueva luz),Arbor, 2005

3. D.L., obra citada, p.150

4. Jörk Zink, «Dornen können Rosen tragen» (Las espinas

pueden llevar rosas), Kreuz 1977.

5. Hans-Peter Dürr, «Auch die Wissenschaft spricht nur in

Gleichnissen – Die neue Beziehung zwischen Religion und

Naturwissenschaften» (También la ciencia habla solamente

en metáforas - la nueva relación entre religión y ciencias),

Herder 2004, pp. 109 y 116.Y «Interstances – communi-

quer à contresens» (Interestancias - comunicar a contra-

sentido) de Louis Darms y Jean Laloup, CABAY, 1983.

6. Pierre Teilhard de Chardin, «Frühe Schriften» (Escritura

temprana),Alber 1968, p. 297.

7. Hans-Rudolf Stadelmann, «Im Herzen der Materie -

Glaube im Zeitalter des Naturwissenschsften» (En el

corazón de la materia – La creencia en la edad de las

ciencias naturales),Wissenschaftliche Buchgesellschaft

2004, p. 92 y siguientes.

8. Mathias Plüss, «Wass Darwin virklich meinte» (Lo que

Darwin realmente pensaba), Das Magazin, 2009/1.

9. H.R. Stadelmann, obra citada, p. 69.

10. Hans Küng, «Existiert Gott?» (¿Existe Dios?), Piper

1978, p.709.

11. Hans-Rudolf Stadelmann, obra citada, pp. 120 y 133.

12. Hans Küng, «Ewiges Leben?» (¿La vida eterna?), Piper

1978, p.138.

13. Pia Gyger, «Hört die Stimme des Herzens,Werdet

Priesterinnen und Priester der kosmischen Walndlung»

(Escuchen la voz del corazón, háganse sacerdotisas y

sacerdotes de la Transformación cósmica), Kösel 2006, pp.

54 y 157.

14. Según J. van Rijckenborgh, Filosofía Elemental, capítulo

6: Involución-Evolución


Evolución e involución

Desde el punto de vista de la Escuela Espiritual, loque en general se entiende por «evolución» es invo-lución, es la inmersión, el descenso del Espíritu en lamateria. Por el contrario, la evolución verdadera esla liberación, es el salir del Espíritu de la materia: elproceso de la transfiguración14.

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Yo poseo tres tesoros que guardo preciosamente:el primero es la compasión,el segundo la moderación,y el tercero no se encuentra en el mundo.

La compasión hace verdaderamente valeroso;la moderación, verdaderamente libre,y la que no se encuentra en este mundotú eres capaz de dirigirla.

Pero el valor sin compasión,la libertad sin moderación,la voluntad de dominar sin saber seguir a otrosson cosas mortales.

La compasión te hace triunfar en el asaltoy victorioso en la defensa; cuando el Cieloquiere salvar a un ser humano,lo arma con la compasión.

(Tao Te King, capítulo 67)

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Como curso magistral era interesante yaccesible, pero como pieza de teatro estu-vo menos lograda. Tuve más suerte una

semana antes, y no fue en Londres sino Enschede.La Ópera Nacional, que se encontraba de gira enesta ciudad, dio una interpretación impresionantedel Oro del Rin de Wagner. Fui con un amigo y alfinal del espectáculo nos miramos, atónitos. Ladecisión de producir esta obra había sido tomada,evidentemente, mucho antes de que se produjerala crisis, pero esto se parecía a una crítica cons-ciente y deliberada de lo que agita la economía deestos últimos meses.Wotan, el dios supremo, está muy ocupado entodo tipo de cosas al margen de su vida conFrigga, su esposa. Inquieta por él, ella imaginapoder acercarle al hogar conyugal proponiéndoleconstruir un palacio para los dioses: el Walhalla,una morada que sea la expresión de su poder y desu magnificencia, él está encantado y le dice quesí… Incluso siendo el dios supremo, es a pesar de todoincapaz de construirla por sí mismo. Por consi-guiente, como todo patrón que se respeta, contrataobreros, los gigantes Fasolt y Fafner. A espaldasde Frigga, les promete como recompensa a Freya,la hermana de Frigga, la diosa del amor y de lavida. Pero cuando vienen para reclamar su salario,Wotan comprende de repente que no habría debidodisponer así de Freya y que además, sin la diosadel amor, los propios dioses decaerían y morirían.Con astucia, ofrece a los gigantes comprarles, conalgo que de nuevo no le pertenece, el anillo delelfo negro Alberich.

a pesar de todo, no vamos ahablar de amorAllí dónde hay drama, el arte no puede quedar al margen. Esta semana (octubrede 2009), en National Theatre de Londres, se representó la primera función dela pieza teatral The Power of Yes (El Poder del Sí). El autor, David Hare, intentadescubrir allí las causas de la crisis financiera.

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a pesar de todo, no vamos a hablar de amor 23

Del periodista Johan Schaberg, en el NRC Handelsblad del sábado 9 de octubre de 2009

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Pero este último tampoco lo había adquirido demanera honrada. Había oído decir que quienpudiese apoderarse del oro del Rin y forjar con élun anillo obtendría el poder absoluto sobre elmundo. Su desmesurada codicia hizo que no vaci-lara en robar el oro, incluso en detrimento de unacondición suplementaria: la de renunciar al amor.Todos los científicos concuerdan en decir que elfundamento de la crisis financiera es la codicia.Pero todavía no he oído señalar a nadie que fuesela falta de amor. No hablamos de eso en el mundode las finanzas y de los negocios. El amor es paralas canciones pop, para los enamorados, para lasmamás y los bebés. El amor pertenece a la esferaprivada; los hombres de negocios y los banquerossólo se interesan por él durante su tiempo libre. Esun error monumental. Hemos puesto el amor en elmismo plano que la emoción que lo acompaña enalgunas de sus formas, como por ejemplo la afabi-lidad del sentimiento amoroso o la ternura. Pero elamor es mucho más que esto. Era en otro tiempouna de siete virtudes capitales, con el valor, la jus-ticia, la prudencia, la templanza, la fe y la espe-ranza. Las virtudes eran comportamientos, con-ductas de vida. Eran completamente diferentes alas emociones, porque las emociones son comoolas que te invaden y dejan desamparado. Las vir-tudes son elementos conscientes, activos, que danuna dirección, que podemos poner en práctica ydesarrollar. Así podemos decidir amar o no amar,sea por apatía, por ignorancia o, como Alberich,deliberadamente.La práctica de la virtud del amor significa serconsciente de estar unido al otro por todas clasesde hilos, y saber que nosotros mismos sufrimos unperjuicio cuando algo le ocurre al bien-amado.Los antiguos lo han expresado de muchas mane-ras, del ‘Eres Eso’ de los Indios hasta ‘Amad avuestro prójimo como a vosotros mismos’ de losjudíos y de los cristianos. Pero nosotros hemosdegradado el amor a algo que viene del corazón,del vientre y aún de más abajo. La cabeza no par-

ticipa, y ello en nuestro mayor detrimento.Quien roba el oro del Rin y renuncia al amor rei-nará sobre el mundo. Quizá reinar sobre el mundo no dependa de lacalidad mágica del oro o algo parecido, sino delcarácter de quien es capaz de tal acto. Nada resistea la falta de amor y a la codicia. Es la mezcla tóxi-ca de la tierra quemada, de la sociedad saqueada.Un amigo me decía últimamente: «podríamos salirfácilmente de la crisis si aprendemos a refrenarnuestra codicia». Esto me parece un proyecto abo-cado al fracaso. Estamos programados genética-mente para coger, apoderarnos, tomar. Observe laavidez de un bebé en el seno de su madre. El bebéque no lo hace, muere; es un reflejo vital esencial.Quizá otra posibilidad fuese revalorizar el amor.No de manera forzada, por decreto, pues eso seríaentonces el camino del poder, el método deAlberich, que conduce a una miseria mayor toda-vía. Lo que, por el contrario, podemos hacer, esque cada uno de nosotros ponga en práctica la vir-tud del amor y cree un entorno que alimente yame tal práctica. Pero en el mundo de los negocios, ¿no vamos ahablar a pesar de todo de amor? Quizá sí, justa-mente. Es como los tabúes, lo que no se puedeexpresar, a menudo ejerce una fuerza de atracciónsecreta. Hay grandes posibilidades de que unaparte de nuestro problema sea justamente estesilencio. En todos los casos, la seña distintivacomún a todos los bancos y las empresas quebra-das últimamente, es que han sido administradassin amor. Ningún director ni administrador se dije-ron: «Yo formo parte de él, de mi negocio, y sisufre un perjuicio, yo aceptaré recortes». Allídónde se necesitaba amor, sus empresas han sidoabandonadas a las codicias de los depredadores. Entonces el lunes, cuando esté en su trabajo, plan-tee la pregunta a su patrono, a su colega o colabo-rador: «¿No es cierto que, de hecho, amas a estaempresa? ¿Y cómo vas a demostrarlo?» O bien,pregúnteselo primero usted mismo…

El amor era antaño una de siete virtudes capitales:valor, justicia, prudencia, templanza, fe, esperanza yamor

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Quien ha pasado una noche bajo el cieloestrellado del Sahara y se ha dejadoimpregnar por la infinitud de esos miles

de millones de galaxias, con todas sus estrellas osoles, ya no es el mismo. Así se ha llenado de unsanto respeto experimentando lo infinito, lo quela creación tiene de grandiosa, volviéndose cons-ciente de su propia futilidad. Pero también lavisión a través de un microscopio electrónico queaumenta más de un millón de veces y muestra laextraordinaria vida celular inspira la misma admi-ración.Y entonces confirmaremos las palabras deHermes, el Tres veces Grande, el padre de losescritos herméticos, cuando se dirige a Asclepios:«El ser humano es una gran maravilla».Por lo tanto, no debe extrañarnos que desde eldescubrimiento de los primeros telescopios ymicroscopios, hace cuatro siglos, haya aparecidoun gran deseo de conocimientos siempre másavanzados sobre el cosmos, la Tierra y el serhumano. Éste fue el comienzo de la ciencia occi-dental. Y la ciencia no ha dejado de progresartanto en la observación de las grandes cosas, comolos más de cuatrocientos mil millones de galaxias,como de las pequeñas cosas, descubriendo hoyque el número de electrones en un solo cuerpohumano es más elevado que el número de astrosen el conjunto de las galaxias.¿Pero qué o quién dirige todo esto? Esto escapa alas ciencias… Encontramos la respuesta en elBaghavad Gita, un escrito védico de unos 3000años antes de nuestra era:

«Yo soy el Espíritu que, en las profundidades del alma,Mora insondable en cada uno de los seres,El comienzo, el medio y el fin de todas las cosas,Su origen, su vida y su declive.

Yo soy la acción en el reino de las fuerzas,La sabiduría de los sabios y la luz de los ojos,Creador de todo y Padre de todo,Su origen así como su muerte,Y el fin de todas las cosas.

Yo soy el silencio en el que mora el secreto divino,Yo soy, de cada cosa, la semilla,Y, en cada fuerza, la fuerza original de todas las fuerzas,El origen del ser de todos los seresPues Yo soy todo, sin Mí no existe nada.

Yo soy en cada cosa, sólo yo mismo,El universo entero emana de Mí,Como mi propia manifestación.

Yo soy el Espíritu, el Comienzo, El medio y el fin de todas las cosas.Y, en cada fuerza, la fuerza original de todas las fuerzasY, en todos los seres, el origen del ser».

Por otro lado, en el Evangelio de Juan se dice: «Alcomienzo era la Palabra. Y en la Palabra estaba lavida y la vida era la luz de los seres humanos».Sin luz no existe ninguna posibilidad de vida sobrela Tierra. Así podía leer en un diario moderno:


la luz es la vida

Existen muchos escritos sobre la relación entre el ser humano y Dios, pero sesabe con certeza que ésta sólo puede existir en un solo lugar: en el corazónhumano. ¿Cómo comparar este conocimiento con la conciencia? ¿Qué es la conciencia? El estudio del ser humano y de su constitución, y su comparacióncon los demás estudios, es la cosa más apasionante que existe.

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«El ser humano proviene de la Tierra, se nutre dela Tierra, y, tras su muerte, regresa a la tierra. Perotodo ser humano se alimenta con la ayuda de loque el cielo hace aparecer en la tierra, se nutre porconsiguiente de la luz solar por medio de la foto-síntesis de los vegetales. La luz es la que haceposible la vida. Todo lo que vive está envuelto porun campo de luz coherente, organizado, los biofo-tones. El alimento producido gracias a la luz solarsiempre conviene al cuerpo material y lo mantienecon buena salud. «La vida era la luz de los seres humanos», dice laBiblia. Y la ciencia moderna dice: «La vida esluz». La física cuántica ha mostrado que la vida esequiparable a la luz; dicho de otra manera, a lainteracción electromagnética, o que entre las célu-las se producen intercambios de fotones virtualeso paquetes de energía. Por consiguiente, en nues-tro universo existe, al lado de la fuerza de la gra-vedad y de las fuerzas electromagnéticas, la fuerzade la transformación de la energía. Ésta es la fuer-za que determina la vida terrestre, mantiene la

organización terrestre y que, en resumen, repre-sentamos como luz.Pero también existe una Luz infinita muy superior,la fuerza del cosmos que crea el ordenamientodivino y del que el Bhagavad Gita dice: «Yo soyel Espíritu, en cada fuerza, la fuerza original detodas las fuerzas y, en todo ser, el origen del Ser ».

Max Planck, el autor de la mecánica cuántica,declara: «No existe, en sí, algo como la materia.La materia visible y cambiante no existe, no esreal, verdadera, de facto, sino sólo el Espíritu invi-sible, eterno… Sin embargo, los seres espiritualesno pueden existir por sí mismos, deben ser crea-dos. Por eso no tengo vergüenza en llamar «Dios»a este creador misterioso como lo hacen las anti-guas civilizaciones. Así llegamos, también por medio de la modernafísica cuántica, a la fuente de todas las religiones,a Dios. Muchos se apartaron de toda religión, ter-minaron con los dogmas, veían claramente que lasreligiones les tenían bajo su influencia, y abraza-

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ron las ciencias. Medir es saber, y lo que no sepuede medir no existe, así es su convicción. Sobreellos se dice en el Evangelio de la Vida, capítuloXVII: «Y, he aquí, que llegaron algunos que duda-ban de Jesús y le dijeron: Tú nos dices que Dioses la causa del ser y de la vida, pero nosotrosjamás hemos visto a Dios y no conocemos nadade tal dios. ¿Puedes tú mostrárnoslo, a aquel quellamas Padre-Madre, el solo y único Dios?Nosotros no sabemos si existe un Dios».«Jesús les respondió: Escuchad la parábola de lospeces. Los peces de un cierto río se hablaban,diciendo: se nos cuenta que provenimos del agua,pero nosotros jamás hemos visto el agua, nosotrosno sabemos lo que es. Pronto, algunos de ellos,más instruidos, les dijeron: nosotros hemos oídodecir que, en el mar, mora un pez sabio e instruidoque sabe todas las cosas. Vayamos a buscarlo parapedirle que nos muestre lo que es el agua.Entonces algunos se dirigieron a buscar, en el mar,el grande y sabio pez y le plantearon la pregunta.Él les respondió: «Oh peces tontos que no pensáis

en nada. Sabio es el pequeño número de los quebuscan. Es en el agua donde vivís y os movéis,donde tenéis vuestra existencia; venís del agua yregresáis al agua. Vivís en el agua y no lo sabéis.Del mismo modo vivís en Dios y, sin embargo,venís a pedirme: Muéstranos a Dios. Dios está entodas las cosas y todas las cosas están en Dios».«Vosotros sois el pequeño número que buscáis»,dice Jesús. Por consiguiente, se trata de buscar yde no contentarse con existir sin más.

En el libro titulado La Luz Perfecta, Ensayo sobrela ciencia del alma, leemos: «Existen muchosescritos sobre la relación del ser humano conDios, pero la certeza de su existencia sólo vienede un único lugar: del corazón del ser humano.Incluso si hubiese una búsqueda mundial ymuchos desearan encontrar una perspectiva libera-dora, ésta sólo puede encontrarse en el corazón».Este conocimiento interior, la Gnosis, viene delcorazón. Se trata de un conocimiento que emanade una conciencia nueva.


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CONCIENCIA ¿Qué es la conciencia y qué es lanueva conciencia? J. van Rijckenborgh respondeen Los Misterios de la Pistis Sophia:«Todo lo que un ser humano piensa, quiere, sientey desea forma la conciencia. Y este conjunto es unprincipio electromagnético del que vive un serhumano. La cabeza y el corazón dan forma a eseprincipio electromagnético que determina lascaracterísticas de la personalidad.Ese principio gobierna los cuatro éteres, los atrae,los reúne y los divide. Él determina en ciertogrado el estado vibratorio de los cuatro éteres. Lapersonalidad humana está, por lo tanto, constituiday formada por ese principio ». J. van Rijckenborgh prosigue:«El ser humano natural posee un vestido dialécti-co constituido por el campo electromagnético dela impiedad. Con ese vestido no puede encontrar asu bien amado, el Espíritu Santo. Con ese princi-

pio electromagnético no puede participar en lavida que no es de este mundo. Por ello es necesa-rio vivir de un nuevo principio electromagnéticode forma concreta, corporal, orgánica y manifies-ta. Toda la enseñanza universal, todos los escritossagrados dan testimonio de ello».A continuación se explica en el texto cómo un serhumano puede renovar ese vestido electromagnéti-co, cómo conseguir el nacimiento de un almanueva.«Quienquiera que siga el camino juanista de laoblación total de sí mismo, atrae sobre él unagran energía, la fuente energética de la Gnosis.Esta energía, en un momento dado, inflama elátomo original del corazón hasta producir unareacción en cadena que pondrá a todos los átomosde la personalidad en armonía con este átomo ori-ginal. Si un ser humano llega a liberar los átomos,ata la rosa a la cruz, y vuelve a ser portador del

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vehículo del alma nueva. Este camino de la ofren-da perfecta de sí mismo es el camino juanista, queel «yo» debe recorrer, para que el «Otro en mí»tome la dirección de mi ser, de mi microcosmos».Dicho camino sólo es posible sobre el fundamentode una comprensión, de un conocimiento del cora-zón, es decir, de una razón superior, de una pro-funda aspiración y de un verdadero anhelo de sal-vación».Espinoza dice de esta razón y de este anhelo:«Quien es tocado por la razón que está en medio,siempre experimentará impresiones de alegría y deintensa aspiración. ¿Por qué alegría? Porque, es laprimera vez que el camino de la perfección se lerevela con toda su radiación y con toda su belleza.¿Por qué una aspiración intensa? Porque tras innu-merables pruebas y sufrimientos, después de unavulneración hasta en la menor de las fibras de suser, la sabiduría y la plenitud de la vida liberadorase alumbran con tal luz y parecen tan vastas queen su corazón se agita un anhelo inmenso dealcanzarlas». Se trata de la razón que está en elmedio, la razón que hace de vínculo de uniónentre cabeza y corazón, la razón que revela la ver-dad universal. Esto es lo que dice al respecto elEvangelio de la Vida Plena, capítulo 90:«Mientras os mantengáis en la santa ley del amorque yo os he dado, la verdad se os revelará cadavez más y el espíritu de la verdad que viene dearriba os hará comprender toda la verdad…Permaneced fieles a la Luz que tenéis hasta queuna Luz superior os sea dada. Buscad siempre másluz y ella se verterá sobre vosotros; no descanséisantes de haberla encontrado.

Dios os da toda la verdad bajo forma de una esca-lera con muchos escalones, para liberar y perfec-cionar vuestra alma. Y la verdad de hoy la aban-donaréis por la verdad superior de mañana.Esforzaros en alcanzar la perfección… Dejad quecada cual guarde el amor que él considera como laverdad sabiendo que, allí donde no hay amor, laverdad es letra muerta y carece de valor.Tal como yo he recibido la verdad, os la transmito.Que cada cual la reciba según su luz y según supoder de comprensión… Pues la verdad es la fuer-za divina y ella acabará por triunfar sobre todoslos errores. Dios os da la verdad en forma de unaescalera…»Y esta escalera se debe escalar. Pues, J. vanRijckenborgh, dijo en La Gnosis China:«Tras un período de preparación llamado involu-ción, el ser humano está colocado ante la tarea lla-mada evolución. Al contrario de la opinión gene-ralizada, esta evolución no es un proceso automá-tico. El ser humano no es evolutivo, sino que debeproceder él mismo a su evolución y realización.Debe alabar mucho los designios de Dios en símismo y por sí mismo, sin coerción y con unamor lleno de agradecimiento


Quien es tocado por la razón que está en medio,siempre experimentará impresiones de alegría y deintensa aspiración

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UNA ALOCUCIÓN PARA LOS JÓVENES ALUMNOS

Un fresco alrededor de una ventana en Pompeya: ¿espejo de un mundo ideal?

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El silencio es algo milagroso, singular, algoinexplicable. Si uno reflexiona sobre ello, seda cuenta rápidamente de que hablamos de

diferentes tipos de silencio. En cualquier caso,existen adjetivos que los califican como silencioensordecedor, silencio mortal, silencio opresivo,silencio profundo, silencio sereno, silencio subli-me… Pero el silencio no es esto o aquello, oincluso una especie de Nada. El silencio es algotan grande, tan grandioso, que tiene numerososnombres.

En general, definimos el silencio como un instanteen el que no se produce ningún ruido, en el que nose oye nada. Nuestros oídos lo confirman. Por lotanto, el silencio sería, en el fondo, algo quepodríamos oír. Tendríamos necesidad de nuestrosoídos para percibirlo. Lo que quiere decir que elsilencio no es simplemente lo contrario del ruido,sino más bien una forma de «ruido». Una formade «ruido», de «sonido», por la que nuestros oídosse vuelven extraordinariamente atentos.El silencio es un misterio. «Sin silencio, no haymúsica», se dice. El silencio entre las notas daforma a la música. El silencio es algo comparableal espacio. Sin espacio, no es posible la creación.En el espacio, cada cosa encuentra su lugar. Asíque podríamos decir que el silencio es otra formadel espacio. En el espacio, donde reina el silencio,percibimos algo. En el silencio escuchamos lo quehabla.

«No hay espacio vacío», afirmaban los rosacrucesdel siglo XVII. Con ello, se referían a algo dife-

rente, que hoy la ciencia moderna reconoce: todoes energía, la materia es energía, el universo ente-ro proviene de energías vibrantes del océano origi-nal. Se podría decir entonces: no hay un «silenciovacío». O bien, no hay «silencio silencioso». Estotambién se ha descubierto. En este caso, la fórmu-la es: todo es ruido, todo es sonido.

El silencio es una forma de sonido. ¿La forma mássuperior? Esto depende. Un «silencio ansioso» serelaciona con un sentimiento fundamental que escercano a la vida animal. «El silencio interior» seremite al silencio del corazón. Por lo que aquelloque resuena en este silencio no es preciso. La luz es lo que puede penetrar y llenar todos losespacios. Ocurre lo mismo con el silencio. En él,comienza el mundo abstracto, el mundo de la luzde la consciencia, la Luz del Espíritu.

Aún otra pregunta: si miran el cielo estrellado,durante una noche de verano, ese azul profundodonde centellean millones de estrellas, ¿en quépiensan? ¿Acaso no se preguntan: pero qué pasaallí arriba? ¿Entre las estrellas hay algo? Como silas estrellas se hablasen entre ellas en un lenguajedesconocido, ustedes oyen el sonido del silencio.Pitágoras habla de la «armonía de las esferas»…

El silencio está por todas partes pero, en general,se hace lo posible por no escucharlo. Organizamosun gran revuelo y todo el mundo se agita, estandoocupados con toda clase de cosas, a menudo sindarnos cuenta de que no tienen tanta importanciacomo suponemos.

el espejo del Espíritu 31

el espejo del EspírituLos momentos de examen y de reflexión son esenciales para comprender mejor lo quetenemos en nuestro interior. Pues, en el Silencio, más allá de nuestros pensamientos,sentimientos y motivaciones, yace una sabiduría universal.Y, para poder llegar a ella, sonnecesarios espacio, calma y silencio. Si uno no los encuentra, entonces es imposible darsecuenta de lo que es verdaderamente importante. De ahí que algunos jóvenes planteen lapregunta: En realidad, ¿qué es ese silencio y por qué es tan importante?

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El sitio que ocupamos en el espacio es verdadera-mente pequeño, nuestro estruendo no resuena muylejos: se eleva en el aire y se extingue rápidamen-te. Y entre tanto, por encima y por todas partes,reina el silencio.Incluso cuando sabemos por qué queremos estaren silencio, el hacerlo no es sencillo. En Japón, enla época que precedió al budismo zen, aparecieronlas escuelas «tendai o hokke» bajo la dirección delsabio Tien-tai Chi-i (538-597), un movimientosalido de la corriente más importante del budismo.Cuatro alumnos de esta escuela se decidieron apracticar la meditación y a observar siete días desilencio. El primer día se callaron los cuatro. Sumeditación comenzó sin problemas, pero cuandocayó la noche y la luz de la lámpara de aceite sedebilitó, uno de los alumnos llamó a un servidor yle dijo: «Ocúpate de la lámpara». El segundoalumno se extraño de que hubiese hablado el pri-mero. «¡Pero no debemos decir nada!», hizo obser-var. «Vosotros dos sois unos estúpidos, ¿por quéabrís la boca?», preguntó un tercero. Y el cuartoconcluyó: «Soy el único que no he hablado».

¿Qué ocurre en una escuela espiritual? Lo queocurre se parece mucho al silencio. No se trata dela importancia de lo que hacemos juntos, ni de lasconstrucciones, ni de reglas exigidas, ni de pala-bras; no, es el campo de esta escuela, esa esferaparticular que la rodea, que influye en lo más pro-fundo de su ser; invisible, indescriptible, sólo sen-tida e imposible de encontrar en cualquier otraparte.La propia esencia de nuestra Escuela, su campo de

fuerza como nosotros la llamamos, es de una natu-raleza muy especial. No es algo que se pueda des-cribir, esto nos lleva hacia un misterio; un misterioporque el centro, el corazón de ese misterio seencuentra en un campo de vida que no es de estatierra sino de los dominios del alma.Quien entre realmente en esta Escuela deMisterios y viva conscientemente en el campo defuerza de la misma, descubre su alma. Es en elalma donde se presencia uno a sí mismo y alcampo particular de la Escuela.

Hay dos cosas que un alumno debe aprender aconocer: el alma y el campo de fuerza. Los dosestán en el mundo, unidos a nosotros en tanto queser humano, pero su base no es de este mundo.El Cuerpo Vivo de la Escuela, o Campo deFuerza, está constituido de forma que el alumnopueda admitir los éteres superiores necesarios parala vida del alma verdadera de los que ella mismaestá compuesta. El alma de aquel que no estáunido a tal campo dependerá de lo que, eventual-mente por una conciencia particularmente pura, élmismo pueda atraer.Si nos miramos a nosotros mismos, vemos cuándifícil es. Porque somos ignorantes y nuestra igno-rancia retiene a nuestra alma encarcelada. Todoesto podemos encontrarlo en la segunda parte delpequeño libro titulado La Voz del Silencio:«La ignorancia es como un recipiente cerrado yvacío; un ave está encarcelada en ella, el alma. Nopuede cantar, ni tampoco puede mover un ala;mudo e inmóvil, permanece el cantante, hasta elmomento en el que muere por agotamiento».

Hay dos cosas que un alumno debe aprender aconocer: el alma y el campo de fuerza. Los dosestán en el mundo, unidos a usted en tanto queser humano, pero su base no es de este mundo

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La Escuela posee un Campode Fuerza que ha sidoestructurado con gran perse-verancia e inteligencia. Y,por encima de todo, con unapaciencia llena de amor: lapaciencia de los alumnos yla paciencia con los alumnosque perseveraron lo mejorposible en el elevado com-portamiento necesario paratal construcción. Poco apoco, vieron aparecer untenue resplandor de una luzdiferente, de una nueva luz;un resplandor muy delicadoproducido por una suave luzcomo se ve por la mañanamuy temprano justo antes del amanecer. Durantemucho tiempo siguió siendo este único rayo, comoun resplandor delicado que delimitaba, como guar-dián en la frontera, los dos campos. Pero estepequeño grupo de personas que sentían su almasaltar en su corazón no dejó apagarse esta luminis-cencia apenas visible. Conseguían elevarse cadavez más en dirección a esta luz. La esperanza y laatención que suscitaba en ellos este campo tanpróximo, y sin embargo aún tan lejano, les hacíaevolucionar. Y el esplendor que fue ofrecido a sualma se fundía, primero, con esta luz delicada y,después, con la frontera de donde había venido laluz la primera vez, hasta que se abrió un pasaje. Esta apertura, la experimentamos cuando estamosreunidos en nuestras Conferencias de Renovación.

Imposible describirlo y, sin embargo, lo sentimosde forma muy particular.

Aunque todavía sean jóvenes alumnos al inicio desu alumnado, su tarea es, no obstante, comprendertambién este campo especial y no sólo apreciarloen su valor, sino también mantenerlo.A veces se duda. ¡Oh, qué amargura produce estaduda! Es la duda en su alma. Pero sépanlo bienque el hecho de que ustedes no lo vean, no signifi-ca que no exista. Y esto nos lleva al segundopunto: hay que aprender a conocer el alma, con elfin de vencer las dudas. A menudo hay personasque dicen: quiero tener una sensación.Expresado de forma simplificada es como unciego que aspira, con todo su ser, ver la luz o un


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sordo oír un sonido. Primero, deben ir a la consul-ta de un médico para recobrar la vista o la audi-ción. Conocer el alma es un proceso al que llama-mos alumnado, que conduce desde el discerni-miento al conocimiento y, después, a la acción, asípues, a la renovación de la vida. Para esto es nece-sario vivir inteligentemente con esos dos aspectosdiferentes, esas dos naturalezas, que existen ennosotros. Esto nos coloca frente a algo extraordi-nario: ¡el hecho de que las experiencias de lavida nos permiten descubrir un reino oculto ennosotros! En la vida, adquirimos experiencia. Ustedes toda-vía son jóvenes, todavía no tienen mucha expe-riencia. Sin embargo, ya conocen ese reino, yasaben de ese reino. No necesitan experiencia paradescubrirlo sino para saber cómo comportarse enrelación con él. Es algo totalmente diferente de lohabitual. Por ello, no se permitan ningún génerode duda: yo no podría conseguirlo, esto no es paramí, todo esto es demasiado serio… No, tengan feen sí mismos, confíen en que la vida les dará esaoportunidad. Deben aprender a utilizar la llavecorrecta, la capacidad de actuar de forma liberado-ra, para alcanzar una vida de verdadera en colabo-ración entre ustedes y su alma.Queremos decirles aún algo más sobre el alma. Elser humano verdadero es prisionero de su formanatural. Su cuerpo no está constituido por vida yluz, pero él es Vida y Luz. Por lo que se dice: «¡Elreino de Dios, el ser humano divino, está dentrode ustedes!» Karl Eckhartshausen lo expresa de lasiguiente manera:«El espíritu es una chispa de luz que mora en lo

más interior de nosotros y que es una imagen deDios, el reino del cielo encerrado en nosotros. Elespíritu es el santuario más interior que está en elser humano. El velo y la «nube sobre el santuario»disimulan este espíritu. A aquel que quiera ypueda entrar en el santuario, la Luz le envolverá,será iluminado».El velo y la nube sobre el santuario constituyen laprisión del alma, de la misma manera que la igno-rancia aprisiona al pájaro del alma. Estamos orien-tados hacia la naturaleza, nuestras percepcionesestán limitadas por ella, lo que priva al alma de suderecho de existir verdaderamente.En la enseñanza sufí, este hecho se expone así: «elalma tiene dos lados, realiza dos tipos de expe-riencias: por un lado, con la psique y el cuerpo;por otro, con el Espíritu. La primera es la expe-riencia exterior; la segunda, interior: la naturalezadel alma es transparente como un cristal. Si unode los lados del cristal es recubierto, el cristal sevuelve un espejo, así el alma se vuelve un espejoy cuando la parte dirigida hacia el interior estácubierta, se reflejan las experiencias exteriores.Entonces, por muy gratificado que uno se sientapor sus conocimientos exteriores, no se está nece-sariamente provisto del Conocimiento interior.Para alcanzar el Conocimiento interior hay querecubrir el otro lado del alma, de tal modo que laparte que refleja esté orientada hacia el Espíritu enlugar de estarlo hacia el mundo exterior. De esemodo, tan pronto como es posible, recibimos ins-piración y revelación.Existe concordancia entre el establecimiento delCampo de Fuerza, o Cuerpo Vivo de la Escuela, y

El alma nueva es excepcional. Es susceptible deelevar nuestra humanidad muy por encima de lanaturaleza

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el crecimiento del alma. Estamos rodeados por uncampo de fuerza que podemos utilizar como elcampo de respiración en el que vive nuestra alma.También es necesario un tiempo para realizar elcambio interior en nosotros mismos: recubrir lamitad del espejo. Nuestra atención, de ahora enadelante, no debe ceder para conservar permanen-temente esta capacidad.

El alma nueva es excepcional. Es susceptible deelevar nuestro ser muy por encima de la naturale-za. Si todo va bien, ella confiere de nuevo al serhumano su dignidad, lo que le distingue de todaslas cosas terrestres. El alma manifiesta una altavibración sutil. El alma, que por medio del cora-zón permanece unida a nosotros, ejerce al mismotiempo su influencia sobre el corazón y, desde allí,sobre el cerebro.En función de la receptividad del corazón, ésteatrae no sólo a los seres humanos sino también atodo lo que calificamos de divino. Pensamientos ysentimientos emanan de nosotros sin cesar. Todolo que hacemos y decimos son igualmente vibra-ciones, un lenguaje del silencio que va de una per-sona a otra, de un corazón al otro. Las vibracionesdel alma son las más fuertes, y alcanzan lo queestá más alejado; como una corriente eléctricacorren de un alma al otro. ¡No subestimemos nuestra alma! Y no nos sobres-timemos a nosotros mismos.

Hermes dice en el Libro 16 del CorpusHermeticum sobre el alma:«El alma es un ser perfecto en sí mismo, y en el

principio se ha elegido una vida con arreglo aldestino, y ha atraído hacia sí una forma, com-puesta de fuerza vital efervescente y deseo.La fuerza vital está al servicio del alma, comomateria. Cuando esta fuerza vital ha creado unestado de ser conforme a la idea del alma, se con-vierte en valor y no se deja vencer por la cobar-día. También el deseo se presenta como materia.Cuando ha creado un estado de ser en concordan-cia con las consideraciones del alma, se convierteen templanza y no se deja mover por el ansia deplacer, ya que la capacidad racional del almasuple lo que le falta al deseo».

Gracias al alma, se hace posible que también ennosotros, como reflejo, surjan cualidades superio-res y nobles: la paciencia, el amor, la amistad, elvalor, la sinceridad, la belleza…Todas esas carac-terísticas llevan la marca del alma inmortal. Estose relaciona igualmente con la luz de Cristo en elcorazón como se dice en Despierta:

«¿Quién es Cristo? Cristo es amor, sabiduría, fuer-za, la fuente de la pura atracción que engendra laLuz interior. Allí donde se encuentra la Luz delCristo, allí se encuentra la dignidad humana, ben-dición de un corazón sensible y puro».

Por ello, no abandonen jamás al alma; acompá-ñenla e interróguenla sobre todo lo que lleva enella. Hermes dice: «¡Conozcan la Luz y háganlasu amiga!»


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El heroísmo está inscrito profundamente en elfundamento de nuestro ser. La mayoría delas famosas narraciones que provienen de la

antigüedad son siempre historias de heroísmo. Elcaballero «sin miedo y abnegado», pero tambiénla virgen «casta y pura» así como cuantos entre-gan su yo totalmente por afecto a los demás, todosellos son héroes. ¿Y qué pensar de quienes tienenconocimientos particulares? Todos los años seconceden premios a especialistas con sustanciosasrecompensas por el desarrollo del conocimientohumano.Quien combate por la verdad también puede con-vertirse en un héroe. Aquí debemos decir «puede»adquirir su condición de héroe sólo si se mantienevalientemente en su ideal y su misión tiene éxito.En las historias, el héroe siempre es alguien que,fuera de todo interés personal, actúa a favor de losdemás, de los animales o de la naturaleza. Susactos emanan, en cierta medida, de su amor al pró-jimo o de motivaciones religiosas como el amor aDios y a todos los seres humanos. Sus característi-cas son: pureza, amistad, conocimiento, verdad,valor.

LAS CINCO PRIMERAS FASES DE LAALQUIMÍA Pureza, amistad, conocimiento, ver-dad, valor. ¿Quién no desea, conscientemente o ensu inconsciente más profundo, poseer estas cuali-dades? No parece que sea posible elegirlas arbi-trariamente, ni que se presenten en este orden.Ahora bien, en cada una de estas cualidades, sereconoce una operación alquímica. En la alquimia,el Opus Mágnum, la «Gran Obra» se divide en

siete procesos, en siete operaciones principales, yesas cinco famosas cualidades se corresponden,más o menos, con las cinco primeras operacionesque son «calcinatio, solutio, coagulatio, sublimatioet mortificatio».Si consideramos que la alquimia es una alegoríadel desarrollo del alma humana, esas denomina-ciones evocan las muy importantes cinco primerasetapas del renacimiento del alma: la Luz atraviesalas tinieblas y las llena, las fuerzas de los seiscampos cósmicos se unen a las del séptimo y, paraacabar, la vertical se une a la horizontal, evocandola cruz donde florece simbólicamente la Rosa delcorazón.La persona tocada en el corazón por el Espíritudivino obtiene, en primer lugar, una impresión deequidad y pureza. Es confrontada con la radiaciónde un campo puro e inmaculado, y él debe reac-cionar con su búsqueda. En esta fase, «calcinatio»,es tocada por el primer rayo de la Luz Séptuple.En términos alquímicos se dice: «Separa con amorlo puro de lo impuro, sé consciente de tu condi-ción actual, como también del camino que debestomar, de tu compromiso y de tu objetivo». Quienemprende seriamente esta primera tarea y dejaactuar conscientemente en su vida a la Luz desen-mascaradora, observará que, desde ese instante,experimenta la vida de forma diferente. Comienzauna fase de pena y soledad como en el momentode un adiós; otro atravesará una fase, a veces vio-lenta, de intensas confrontaciones; y en todos loscasos las amistades y afectos serán puestos a prue-ba y cambiarán.Entonces se muestra que, casi sin darnos cuenta,

la alquimia hoySobre el heroísmo, el valor, el fervor para obtener la verdad y el cambio interior

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la alquimia hoy 39

hemos comenzado el camino. Y, pronto, nosencontramos ante la segunda operación alquímica,«solutio». En el lenguaje de las cinco cualidadessignifica lo siguiente y se puede caracterizar así:«Examina tus emociones, acepta a todos los seresen pura amistad, no te dejes dirigir por la simpatíao la antipatía».El segundo rayo de la Luz Séptuple nos capacita,por medio del Amor Universal, para liberarnos delas grandes turbulencias emocionales. Esto nosconduce a la calma de nuestras emociones, o cmonos quiere enseñar la alquimia, a la comprensiónde que: «No existen buenos estados de ánimo. Enese caso, tanto las impresiones buenas como lasmalas impiden una pura objetividad». La amistadpor todos jamás está fundada en las emociones,sino que proviene de la serenidad y del equilibriodel alma nueva, el alma viva. Y este equilibrio,esta pura objetividad es necesaria para la etapasiguiente.Franz Kafka, célebre escritor de Praga, se expresacomo sigue: «No existe ninguna necesidad deabandonar su casa. Permanezca sentado en sumesa y dispóngase a escuchar. Ni siquiera es nece-sario que escuche, espere solamente. Tampoco esnecesario que espere, aprenda únicamente a per-manecer solo y en calma. Entonces el mundo se leofrecerá deliberadamente para ser desenmascara-do. No tiene elección: se le dará a conocer conexultación»Quien se ha vuelto consciente de su estado, trashaber abandonado en alguna medida los torbelli-nos en medio de los cuales actúa, llega a ver quées, en lo que a su vida respecta, lo que le haceobrar y lo que le aprisiona, quiere obtener conoci-miento. Por este hecho, llegamos a la operaciónalquímica siguiente, y allí se trata de un saber

diferente: el conocimiento de lo que, en segundoplano, conlleva todas las cosas. Quien ha llegado aeste punto ya no tiene ningún interés por las expli-caciones muy conocidas de las ciencias y de lareligión natural, sino que intenta penetrar, contoda su fuerza, hasta el conocimiento verdadero, laGnosis. Muchos buscadores en quienes se ha des-pertado el anhelo de acceder a la Gnosis no seatienen ya a los escritos conocidos ni a las doctri-nas establecidas, negándose a agudizar y a amue-blar con ellos su inteligencia porque saben bienque tal enfoque ya no puede ayudarles más en elcamino.El saber de la Gnosis es activo y comparable a unavibración, a una fuerza. El alumno alquimista–con ayuda de los valores eternos en él– se vuelvehacia ese saber y lo recibe bajo forma de inspira-ciones en el corazón y la sangre. En el transcursode esta operación, la fase «coagulatio», se da cadavez más cuenta de la confluencia de dos influen-cias, y comprende el dicho: «que el más alto saberes no saber nada». Por un lado, el alumno experi-menta su vida de forma totalmente diferente; porotro lado, ésta transcurre progresivamente deforma absolutamente diferente.Esta tercera operación alquímica es para muchosun escollo. El peligro es que nosotros permanezca-mos en los numerosos conocimientos que hemosacumulado. Tal como el joven rico del NuevoTestamento, parece que estemos demasiado carga-dos para continuar el camino. Con la cabeza llenade saber exterior, nuestra auto-satisfacción nosimpide avanzar. Pues si no podemos renunciar anuestra «propia sabiduría», no podemos participaren la «sabiduría universal». Si renunciar al propiosaber es un sacrificio demasiado difícil, las semi-llas recibidas en las dos primeras etapas no seenraízan en el profundo misterio del No-saber.Nuestra Gran Obra ha comenzado con la fe en laverdad de la transmutación posible del plomo enoro, de la transmutación de la vida terrestre envida espiritual, con la idea, desde el principio, delregreso al campo de vida original. Por la concen-tración aplicada, a toda criatura le fue posiblepenetrar en el amor universal. Y ahora una basefirme y segura es necesaria para continuar el cami-no. Esta firmeza, esta fe es como un fuego quearde en el corazón, fuego que debe volverse inex-

No existe nada que sepueda calificar de buenasdisposiciones, tanto lasmalas como las buenaspueden conllevar una puraobjetividad

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tinguible para realizar la operación siguiente lla-mada «sublimatio». Es la fase de la entrada delEspíritu. El gran obstáculo aquí es la duda. Quien no vence la duda, no descubrirá la verdad.La duda es el polo negativo de interés que impulsaa investigar; la duda es el instrumento por exce-lencia de las fuerzas adversas que nos asaltan inte-riormente, mientras que un espíritu buscador,explorador, es necesario para mantenernos siempreatentos y despiertos. Ese espíritu que lo exploratodo es una ayuda inestimable para preservarnosde las ilusiones y encontrar la verdad. Sin embargo, la duda es el último obstáculo que seopone a la primacía del poder de comprensión: lainteligencia que, por un lado, quiere aferrarsetodavía a las viejas ideas, y no quiere entregarsecompletamente a la confianza de la fe. En efecto,la fe verdadera muestra perspectivas interiores dela vida nueva, lejanas e insospechadas, que esti-mula a la inteligencia a explorar las vías que con-ducen hacia ellas. Así podemos expresar la cuartaoperación alquímica: «Contempla la verdad y asú-mela. Que tome posesión de tu ser. Que consumatodas tus dudas». Quien medita sobre la verdad, seda cuenta de que debe ser admitida sin ningunarestricción.Después, gracias a la fuerza del sexto campo cós-mico, la verdad desciende en él, y así le vuelvetotalmente verdadero. Su orientación hacia el planohorizontal es realmente, literalmente, anulada porella. Se trata de la presencia de un fuego interiorque ya nada, absolutamente nada, puede apagar.Este proceso ha de tener lugar en la entrega absolu-ta de sí mismo, en el reconocimiento absoluto delverdadero principio: «Sin Mí, nada podéis».

No se trata de un reconocimiento de la verdad porel «yo», éste no es un combate personal, es lamanifestación de la fe, la inmutable e indudableelevación en la verdad: «sublimatio»… la últimaofrenda del «yo» que representa la muerte de lapersonalidad natural.Por ello la quinta operación de la Gran Obra,«mortificatio», consiste en dar al cuerpo del almala prioridad sobre el cuerpo físico: es la victoriasobre el «yo» de la antigua naturaleza. Esta fasedemanda valor, pero la séptima luz da la posibili-dad de tener el suficiente valor si uno se mantieneen el único principio verdadero. Quien sigue eseprincipio de forma consecuente elimina todos losobstáculos en el camino. Por lo tanto, el espaciosurge como por sí mismo en la vida, el espacio yel tiempo para hacer lo necesario con el fin de ser-vir no sólo a su prójimo sino también al mundo ya la humanidad. Sin embargo, el espacio para quepodamos consagrarnos a este único principio no semanifiesta desde el primer momento. Sólo quiense encuentra en medio del desorden, de la deses-peración de la vida cotidiana y, no obstante, sigueal único principio de la vida, puede descubrir quese liberan los poderes originales del ser humanomicrocósmico. Desde entonces, no sólo se liberael camino en el candidato pues está inscrito en élmismo, sino que también se liberan las fuerzas alas que otros pueden reaccionar.El valor forma parte de las grandiosas fuerzas ori-ginales del alma-espíritu. Es el poder realizadordel héroe que toma sobre sí todas las consecuen-cias de la cruz. No es la fuera constringente del«yo», sino la suave fuerza del «humilde» que, sinmiedo, mira a la muerte de frente, sabiendo que lahora de la liberación está próxima. «Mortificatio»,la hora de la muerte representa, en realidad, laliberación de la coacción del espacio-tiempo y dela propia muerte; y la elevación en la inmortali-dad. La quinta operación de la Gran Obra es, portanto, decisiva. Podemos expresar su esencia conlas siguientes palabras: «Asume con alegría la ten-sión que se manifiesta entre la naturaleza terrestrey la naturaleza divina original. Acepta el dolor dela cruz. Deja que el Amor del sexto campo cósmi-co, el amor de la Gnosis, cumpla su trabajo en ti.Sobre todo, no pierdas el valor, mantente firme»

Un espíritu explorador esnecesario para mantenernosatentos y despiertos. Nospreserva de las ilusiones yde las quimeras, es el sostén por excelencia paraencontrar la Verdad

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A causa de la contaminación de nuestro medio nos

preocupamos seriamente del campo de vida humano.

La contaminación impregna cada vez más intensamente en

nuestra atmósfera. Y como nuestro campo de vida es

también nuestro campo de respiración, esta contaminación

penetra en nosotros y es imposible no sentir los efectos.

«Quien no cambia su comportamiento basándose en el

alma despertada y no persevera, no alcanzará ningún

objetivo gnóstico.

Toda magia se realiza por medio de la respiración.

Quien no se protege de las influencias astrales nocivas

se convierte, sin excepción, en víctima.

A medida que la personalidad tiende a desaparecer,

va cambiando y es guiada por el alma, gracias a un

comportamiento de vida nuevo y positivo, el quinto rayo

del Espíritu Séptuple comienza a ejecutar su tarea.

Entonces se alcanza la cima de la montaña. Una nueva y

prodigiosa luz toca al alumno y lo colma. Esta luz actúa de

forma completamente mental. Por primera vez en su vida,

el alumno es capaz de pensar claramente, pues sus órganos

mentales se han abierto a tal posibilidad».

Catharose de Petri

Lectorium Rosicrucianum

pentag rama

El despertar del alma

El espejo del alma

La cuarta dimensión

La luz es la vida

La otra herencia de Charles Darwin

La alquimia hoy

MAR /ABR 2010 N Ú M E R O 2

pentagrama 02 2010

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