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/ 15 EL ESPECTADOR / M I É R CO L E S 8 DE ENERO DE 2 01 4 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ El tango que VUELVE El arte parece recorrer el camino contrario del progreso tecnológi- co. Parece caminar hacia atrás, con los pies en reversa. El modo de que el arte vaya hacia adelante, entonces, es torciendo su rumbo hacia atrás. Eso puede vislum- brarse de las palabras de Rodolfo Mederos, bandoneonista, argen- tino, 73 años. ¿Hacia dónde quie- re avanzar con el tango?, le pre- gunta un periodista. “Hacia sus orígenes —responde—, hacia su historia”. Porque en los orígenes se recu- pera la esencia, quizá. Porque en los orígenes están la rebeldía y la singularidad. Decía el escritor Macedonio Fernández que el tan- go era “lo único seguro en nuestra cultura porque no consulta con Europa”. Por ello, quizá, el tango atrae a Mederos: porque es la for- ma en que Argentina es más Ar- gentina y menos Europa. Mederos hace parte de ese ori- gen, pues desde sus primeros años de juventud, atraído como estaba por el tango, decidió en- caminarse hacia sus sendas de extraña nostalgia; por eso tocó con Astor Piazzolla, por eso lo admiró, y por eso también se jun- tó a Osvaldo Pedro Pugliese, pia- nista, tanguero. De modo que si Mederos decide volver a los orí- genes del tango, en algún sentido ha decidido, al mismo tiempo, volver a sí mismo. “Tocar es como un viaje —dijo en una entrevista con la revista Ñ—: uno cierra la puerta del auto, pone primera, segunda y va atra- vesando calles, luego entra en una ruta, llega la noche y no se ve muy bien, por ahí llueve, y piensa ¿cuándo llegaré a destino? Tocar música involucra más o menos todas esas alternativas”. El destino puede ser la fusión, como sugirió en principio con su trabajo en discos como De todas maneras (1977) y Todo hoy (1988) y luego en sus encuentros con Da- niel Baremboim, la Orquesta Fes- tival de Ushuaia, Mercedes Sosa y Luis Alberto Spinetta; allí, el ban- doneón era la voz cantante, que jugaba a combinarse con instru- mentos clásicos, que jugaba a mantener su integridad y a acor- dar sus sonidos con otras armo- nías. El destino puede ser tam- bién el origen: así está retratado en interpretaciones como Sur (original del bandoneonista Ani- bal Troilo) y Eterno Buenos Aires (1999), grabado junto a Armando de la Vega y Sergio Rivas, que es- tarán con él en el Festival de Mú- sica de Cartagena. Porque aquella música viene más allá de la tradición: viene de la necesidad de un pueblo de ex- presar un pasado que sigue sien- do presente. ¿Se ha desarrollado el tango? ¿Es un género eterno, que no cambia, que cuando nació también selló su historia? “El tan- go se ha puesto de moda (y lo que está de moda luego se pone en li- quidación) —ha dicho—. Evolu- ción comercial, tal vez, pero no desarrollo”. ¿En qué estriba su belleza si es permanente, si es re- gular? La respuesta, quizá, está en las formas de su combinación: en el modo en que se ponen de acuerdo su bandoneón y la guita- rra de Armando de la Vega, mien- tras se acercan al contrabajo de Sergio Rivas. El bandoneón, y así el tango, es una partícula que se amolda a otros instrumentos, que se abre camino en medio de las curvas de otras músicas. El bandoneón de Mederos ha combinado con mú- sicas ajenas la tradición del tango, porque se permite ser flexible: allí está, como muestra, Cansiones , algunos de cuyos temas grabó con Joan Manuel Serrat. Así avanza el tango, así retrocede también. Mederos recuerda su infancia como el momento fundamental de cuanto sería después. Recuer- da los primeros tangos, su en- cuentro con el bandoneón —un quiebre— y recuerda también aquellas calles de Constitución donde creció, en una familia de laboriosos. Y entonces hay una manera de comprender su histo- ria y su música. Hay que volver a ese momento cuando un hombre, en una habitación, una tarde, mientras las gallinas daban vuel- tas por allí y poco después de que su madre le preparara pastelillos, sacaba de una caja “un artefacto rarísimo que comenzó a sonar”. “Este instrumento se mueve co- mo un gusano —dijo en una en- trevista—. Y el sonido me penetró. Y creo que ahí entró en mi cora- zón, en mi alma y en mi decisión de manera permanente”. Hay que volver al inicio salvaje, al momen- to en que tocaba las canciones de oído y sabía componer, aunque de un modo “maltrecho”. Hay que volver al salvajismo inicial, al ori- gen del golpe tanguero. A aque- llos hombres que le enseñaron el tango como tiene que ser enseña- do: tocando. El Pe n t a g ra m a ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Hoy, en el Cartagena Festival de Música 5 » » » » JUAN DAVID TORRES DUARTE [email protected] @acayaqui ‘La oreja pasiva’, pieza artística deJim Amaral y símbolo del Festival Internacional de Música de Cartagena. La noche francesa CAROLINA CONTI * Las sonoridades y los per- sonajes del repertorio fran- cés fueron los protagonistas del lunes 6 de enero en el Cartagena VIII Festival In- ternacional de Música. De- bussy, Ravel y Saint-Saëns, abrieron la Serie Oro Davi- vienda con Katia y Marielle Labèque, quienes en su últi- ma participación en el Festi- val contaron con un ensam- ble de músicos colombianos que emocionó al público tanto en la mañana como en la tarde. Y en la noche, para completar el panorama de obras francesas del siglo XX, el Teatro Adolfo Mejía aco- gió inicialmente al virtuoso del arpa Emmanuel Ceysson y al violista Laurent Verney, quienes abrieron el concier- to con tres breves transcrip- ciones de melodías de Fauré y Ravel en esa delicada com- binación instrumental. En- seguida, Ceysson se unió a la Orquesta de Cámara Or- pheus, que ofreció una her- mosa versión del Preludio a la siesta de un fauno de Clau- de Debussy, obra que señala el camino a la música mo- derna. Una interpretación perfectamente ensamblada y de gran nitidez en donde se sentía que cada uno de los instrumentos era un apasio- nado nervio del personaje mitológico que persigue a las escurridizas ninfas. Una interpretación que permitió apreciar la versatilidad de la orquesta sin director y cómo la comunicación entre todos los músicos logra poner de manifiesto colores sonoros que muchas veces quedan relegados en el todo de la textura orquestal. La última obra de la no- che fue Mamá Oca de Ravel, que habíamos escuchado en la mañana en la versión pa- ra piano con las hermanas Labèque. Cinco piezas ins- piradas en cuentos infanti- les de atmósferas ensoña- doras de profunda ternura. Orpheus hizo una interpre- tación magnífica y consi- guió un sonido orquestal sólido, pleno de expresión, que parecía provenir de una orquesta más grande. Hay que decir además que tener la posibilidad de escuchar la misma obra en formatos di- ferentes, piano y orquesta, el mismo día, abre al público la posibilidad de reflexionar acerca de la riqueza y enor- me diversidad de las expre- siones musicales a través de las combinaciones instru- mentales y, claro, de los esti- los propios de los composi- tores. El público supo apre- ciar la calidad del repertorio y el arte de los intérpretes. Incluso muchos asistentes hubieran querido disfrutar de un poco más de música. * Periodista Revista Diners. Rodolfo Mederos, 73 años, es uno de los bandoneonistas más queridos en la escena del tango. Sus composiciones sugieren que el género, esa máquina de nostalgia, siempre retorna a sus orígenes. En la capilla del Sofitel Legend Santa Clara, a las 11:00 a.m. y 3:00 p.m., escuche el primer recital del pianista armenio Sergei Babayan, quien se ha destacado por acercar a América el repertorio de Europa del Este. A las 7:00 p.m., en el auditorio del Centro de Convenciones, escuche el recital Del amor: un encuentro entre la poesía y el tango, del bandoneonista argentino Rodolfo Mederos, embajador por 50 años del ritmo del Río de la Plata. Escápese a España con el Dúo Assad y Cristina Zavalloni en la capilla del Sofitel Legend Santa Clara a las 7:00 p.m. Obras de Falla, Albeniz, Turina y Granados hacen parte de la programación. No olvide seguir la transmisión en vivo a las 7:00 p.m. por Señal Colombia del concierto que se presentará en la Sociedad Portuaria, con lo mejor de la música para cine de Nino Rota, compositor del delirante Federico Fellini, interpretada por la Banda Radar y el cuarteto colombiano Q-Arte. Estará hoy junto a su trío en el Getsemaní / Carlos Pineda

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Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 07/01/2014, Hora = 03:27:35 p.m., Página= 15, Usuario = wbotia

/ 15EL ESPECTADOR / M I É R CO L E S 8 DE ENERO DE 2 01 4

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El tango queV U E LV EEl arte parece recorrer el camino

contrario del progreso tecnológi-co. Parece caminar hacia atrás,con los pies en reversa. El modode que el arte vaya hacia adelante,entonces, es torciendo su rumbohacia atrás. Eso puede vislum-brarse de las palabras de RodolfoMederos, bandoneonista, argen-tino, 73 años. ¿Hacia dónde quie-re avanzar con el tango?, le pre-gunta un periodista. “Hacia susorígenes —responde —, hacia suh i st o r i a ”.

Porque en los orígenes se recu-pera la esencia, quizá. Porque enlos orígenes están la rebeldía y lasingularidad. Decía el escritorMacedonio Fernández que el tan-go era “lo único seguro en nuestracultura porque no consulta conE u ro p a ”. Por ello, quizá, el tangoatrae a Mederos: porque es la for-ma en que Argentina es más Ar-gentina y menos Europa.

Mederos hace parte de ese ori-gen, pues desde sus primerosaños de juventud, atraído comoestaba por el tango, decidió en-caminarse hacia sus sendas deextraña nostalgia; por eso tocócon Astor Piazzolla, por eso loadmiró, y por eso también se jun-tó a Osvaldo Pedro Pugliese, pia-nista, tanguero. De modo que siMederos decide volver a los orí-genes del tango, en algún sentidoha decidido, al mismo tiempo,volver a sí mismo.

“Tocar es como un viaje —dijoen una entrevista con la revistaÑ—: uno cierra la puerta del auto,pone primera, segunda y va atra-vesando calles, luego entra en unaruta, llega la noche y no se ve muybien, por ahí llueve, y piensa¿cuándo llegaré a destino? Tocarmúsica involucra más o menostodas esas alternativas”.

El destino puede ser la fusión,como sugirió en principio con sutrabajo en discos como De todasm a n e ra s (1977) y Todo hoy (1988)y luego en sus encuentros con Da-niel Baremboim, la Orquesta Fes-tival de Ushuaia, Mercedes Sosa yLuis Alberto Spinetta; allí, el ban-doneón era la voz cantante, quejugaba a combinarse con instru-mentos clásicos, que jugaba amantener su integridad y a acor-dar sus sonidos con otras armo-nías. El destino puede ser tam-bién el origen: así está retratadoen interpretaciones como Su r

(original del bandoneonista Ani-bal Troilo) y Eterno Buenos Aires(1999), grabado junto a Armandode la Vega y Sergio Rivas, que es-tarán con él en el Festival de Mú-sica de Cartagena.

Porque aquella música vienemás allá de la tradición: viene dela necesidad de un pueblo de ex-presar un pasado que sigue sien-do presente. ¿Se ha desarrolladoel tango? ¿Es un género eterno,que no cambia, que cuando naciótambién selló su historia? “El tan-go se ha puesto de moda (y lo queestá de moda luego se pone en li-quidación) —ha dicho—. Evolu-ción comercial, tal vez, pero nod e s a r ro l l o ”. ¿En qué estriba subelleza si es permanente, si es re-gular? La respuesta, quizá, está enlas formas de su combinación: enel modo en que se ponen deacuerdo su bandoneón y la guita-rra de Armando de la Vega, mien-tras se acercan al contrabajo deSergio Rivas.

El bandoneón, y así el tango, esuna partícula que se amolda aotros instrumentos, que se abrecamino en medio de las curvas deotras músicas. El bandoneón deMederos ha combinado con mú-sicas ajenas la tradición del tango,porque se permite ser flexible: allíestá, como muestra, Ca n s i o n e s ,algunos de cuyos temas grabó conJoan Manuel Serrat. Así avanza eltango, así retrocede también.

Mederos recuerda su infanciacomo el momento fundamentalde cuanto sería después. Recuer-da los primeros tangos, su en-cuentro con el bandoneón —unquiebre — y recuerda tambiénaquellas calles de Constitucióndonde creció, en una familia delaboriosos. Y entonces hay unamanera de comprender su histo-ria y su música. Hay que volver aese momento cuando un hombre,en una habitación, una tarde,mientras las gallinas daban vuel-tas por allí y poco después de quesu madre le preparara pastelillos,sacaba de una caja “un artefactorarísimo que comenzó a sonar”.“Este instrumento se mueve co-mo un gusano —dijo en una en-t rev i st a —. Y el sonido me penetró.Y creo que ahí entró en mi cora-zón, en mi alma y en mi decisiónde manera permanente”. Hay quevolver al inicio salvaje, al momen-to en que tocaba las canciones deoído y sabía componer, aunque deun modo “m a l t re c h o ”. Hay quevolver al salvajismo inicial, al ori-gen del golpe tanguero. A aque-llos hombres que le enseñaron eltango como tiene que ser enseña-do: tocando.

ElPe n t a g ra m a~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Hoy, en el Cartagena Festival de Música

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JUAN DAVIDTORRES DUARTE

j to r re s @ e l e s p e c t a d o r.co m@ a c aya q u i

‘La oreja pasiva’,pieza artística deJimAmaral y símbolodel FestivalI n te r n a c i o n a lde Música deCartagena.

La nochef ra n c e s a

CAROLINACONTI *

Las sonoridades y los per-sonajes del repertorio fran-cés fueron los protagonistasdel lunes 6 de enero en elCartagena VIII Festival In-ternacional de Música. De-bussy, Ravel y Saint-Saëns,abrieron la Serie Oro Davi-vienda con Katia y MarielleLabèque, quienes en su últi-ma participación en el Festi-val contaron con un ensam-ble de músicos colombianosque emocionó al públicotanto en la mañana como enla tarde. Y en la noche, paracompletar el panorama deobras francesas del siglo XX,el Teatro Adolfo Mejía aco-gió inicialmente al virtuosodel arpa Emmanuel Ceyssony al violista Laurent Verney,quienes abrieron el concier-to con tres breves transcrip-ciones de melodías de Fauréy Ravel en esa delicada com-binación instrumental. En-seguida, Ceysson se unió a laOrquesta de Cámara Or-pheus, que ofreció una her-mosa versión del Preludio ala siesta de un fauno de Clau-de Debussy, obra que señalael camino a la música mo-derna. Una interpretaciónperfectamente ensambladay de gran nitidez en dondese sentía que cada uno de losinstrumentos era un apasio-nado nervio del personajemitológico que persigue alas escurridizas ninfas. Unainterpretación que permitióapreciar la versatilidad de laorquesta sin director y cómola comunicación entre todoslos músicos logra poner demanifiesto colores sonorosque muchas veces quedanrelegados en el todo de latextura orquestal.

La última obra de la no-che fue Mamá Oca de Ravel,que habíamos escuchado enla mañana en la versión pa-ra piano con las hermanasLabèque. Cinco piezas ins-piradas en cuentos infanti-les de atmósferas ensoña-doras de profunda ternura.Orpheus hizo una interpre-tación magnífica y consi-guió un sonido orquestalsólido, pleno de expresión,que parecía provenir de unaorquesta más grande. Hayque decir además que tenerla posibilidad de escuchar lamisma obra en formatos di-ferentes, piano y orquesta, elmismo día, abre al público laposibilidad de reflexionaracerca de la riqueza y enor-me diversidad de las expre-siones musicales a través delas combinaciones instru-mentales y, claro, de los esti-los propios de los composi-tores. El público supo apre-ciar la calidad del repertorioy el arte de los intérpretes.Incluso muchos asistenteshubieran querido disfrutarde un poco más de música.

* Periodista Revista Diners.

¶ Rodolfo Mederos, 73 años, es uno de losbandoneonistas más queridos en la escenadel tango. Sus composiciones sugieren queel género, esa máquina de nostalgia,siempre retorna a sus orígenes.

En la capilla del Sofitel Legend Santa Clara, a las11:00 a.m. y 3:00 p.m., escuche el primer recital delpianista armenio Sergei Babayan, quien se hadestacado por acercar a América el repertorio deEuropa del Este.

A las 7:00 p.m., en el auditorio del Centro deConvenciones, escuche el recital Del amor: unencuentro entre la poesía y el tango, delbandoneonista argentino Rodolfo Mederos,embajador por 50 años del ritmo del Río de la Plata.

Escápese a España con el Dúo Assad y CristinaZavalloni en la capilla del Sofitel Legend SantaClara a las 7:00 p.m. Obras de Falla, Albeniz, Turinay Granados hacen parte de la programación.

No olvide seguir la transmisión en vivo a las 7:00p.m. por Señal Colombia del concierto que sepresentará en la Sociedad Portuaria, con lo mejorde la música para cine de Nino Rota, compositordel delirante Federico Fellini, interpretada por laBanda Radar y el cuarteto colombiano Q-Arte.

Estará hoy junto a su trío en el Getsemaní

/ Carlos Pineda

Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 07/01/2014, Hora = 03:28:27 p.m., Página= 16, Usuario = wbotia

EL ESPECTADOR / M I É R CO L E S 8 DE ENERO DE 2 01 4

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Jacopo Spirei

La ópera como lección de vida

ElPe n t a g ra m a

Sígales el hilo a las marionetas de Jaime Manzur

¶ El director escénico del montaje de ‘LaCe n i c i e n t a ’ se refiere a la necesidad del arte yla educación para una sociedad más equitativa.

Cobraron vida

Á LVA R OTINJACÁ *

Sentía una dulce ansiedaddesde que supe que las her-manas Labèque eran artistasinvitadas al Cartagena Festi-val Internacional de Música,ahora después de escucharlasel sentimiento me resulta me-jor que cualquier experiencianarcótica. Es extraño cruzar-se con artistas con un domi-nio absoluto de la técnica ins-trumental, de esos a los queuno no les encuentra el quie-bre, y que transmitan en el es-cenario una energía tan chis-peante. Degustar el trabajo deeste par de hermanas de-muestra que la sobriedad ydistancia del concierto clásicoestán mandadas a recoger.

Con la trascripción parapiano de Nubes y ferias, deClaude Debussy se abrió elrecital. La manera como toca-ron durante sus cinco presen-taciones en el evento de-muestra la perfecta comuni-cación producto del trabajomutuo. A cuatro manos conti-nuó el recital con la colecciónde piezas breves Mamá Oca,de Maurice Ravel, una inigua-lable interpretación que pudocompararse con la versiónampliada de la Orquesta Or-pheus durante la Noche Fran-cesa del Teatro Adolfo Mejía,me permitió constatar que eldominio de los recursos delpiano hace que no toque sinoque pinten verdaderos cua-dros, esta vez inspirados eno r i e n t e.

Junto con el Cuarteto Ma-nolov y un grupo de músicosinvitados entre los que se en-contraba Gabriel Mirabbasien el clarinete, concluyó el re-cital con el divertido Ca r n a v a lde los animales, de CamilleSaint-Saëns. La complicidadentre amigos fue el ingredien-te principal de esta ejecución.Los numerosos detalles es-pontáneos hicieron de la ex-periencia toda una comedia.Las mismas Katia y MarielleLabéque desordenaron losaplausos cuando una de laspartes a dúo les parecía so-bresalientes; el elefante, elcisne o los fósiles las mása p l a u d i d a s.

Una oportunidad en que lasfábulas salieron de paseo porLa Heroica y cobraron vida ensus viejas calles coloniales.Como mencionó Katia Labe-que antes de partir “para míCartagena es un nombre má-gico, su historia indígena ynegra me recuerda a Venezia,un lugar en el que se mezclanlas civilizaciones”.

* Músico.

ALEXÁNDER KLEIN *

debes sobreponerte siempre aellas y tener como meta ser unamejor persona, incluso si fallas enel intento. No hay odio que puedavencer al odio”.

“La cultura, no sólo la música,es la clave para la emancipaciónsocial”, dice, aún con más convic-ción. “Lo crucial es llevar la cultu-ra a quienes no tienen acceso aella. Las diferencias sociales notienen nada que ver con el mérito,tienen que ver con suerte. Si tútienes la mala suerte de nacer enel lugar equivocado, debes tenerel derecho de poder sobreponer-te a esa circunstancia”.

Luego, con un aire de nostalgia,Spirei comparte reflexiones de suItalia natal. “Vengo de un país queparó de invertir en cultura y edu-cación. Estamos pagando el pre-cio”, dice resignado. “La educa-ción y la cultura son los factoresclaves de una buena sociedad. Ungobierno ilustrado, un Estadoresponsable, debe invertir en cul-tura si desea un buen país”. Spirei

conoce bien los obstáculos. Comoles sucede a muchos artistas ymúsicos en el mundo entero, en-contró resistencia por parte desus padres cuando decidió estu-diar arte. “Cuando empecé en elarte, muchas personas intenta-ron persuadirme de dejarlo”, co-menta. “Pero el arte no es unaelección, es un llamado. Si el artees a lo que debes dedicarte y así losientes, es algo que no puedes evi-tar. De lo contrario, serás infeliz”.

“El arte casi nunca te volverá ri-co”, dice. Y luego ofrece la defini-ción más acertada que he escu-chado en mucho tiempo sobre loque es ser artista: “Si eres capazde cambiar la vida de alguien através de tu arte, has cumplido loque tienes que hacer para la hu-manidad. Ese es el trabajo del ar-t i st a ”, concluye acertadamente.Con su labor escénica en La Ceni-cienta, no hay duda de que su co-metido se cumplirá próxima-mente en la Heroica.* Compositor y musicólogo.

Conversar con Jacopo Spirei eshablar con un verdadero huma-nista. El director escénico de LaCe n i c i e n t a , el montaje más ambi-cioso del Festival, no sólo ve laópera y la música como medios deexpresión. Para él, la cultura y elarte representan la esperanza pa-ra un mundo más equitativo, paraun mundo mejor. “La ópera ac-tualmente tiene mucho que de-cirnos acerca de quiénes somos ycómo vivimos”, dice el artista congran convicción. “La cultura indi-vidualista y consumista en la quevivimos necesita este tipo de oxí-geno para respirar, pues de locontrario estaremos perdidos. Laópera te enfrenta a tus conflictosinternos; la ópera aborda los másprofundos instintos de la vida”.

Para Spirei, entonces, la óperaes un medio que ofrece la posibili-dad de reivindicarnos con noso-tros mismos y con la sociedad. LaCe n i c i e n t a de Rossini, que prepa-ra, no es una excepción. Para él,esta clásica historia es toda unalección de vida: “La Cenicienta deRossini es un cuento filosófico”,dice pensativo. “Y el cuento seconvierte en una lección moral.La niña es maltratada por su pa-dre y por sus hermanas, en todo leva mal, pero ella nunca renuncia aser una buena persona y eso al fi-nal es recompensado. Lo intere-sante es que al final de la historiatiene la oportunidad de vengarsede quienes la ofendieron. Perodecide perdonar, y ese es el men-saje más maravilloso del cuento.Tú no debes reducirte al mismonivel de las personas malvadas,

Aun cuando estemos acostumbrados a verlas marionetas a través de la pantalla, laexperiencia de uno de estos espectáculos envivo mantiene la magia: los hilos se vuelveninvisibles y los muñecos cobran vida propia.

¿Qué mejor oportunidad, entonces, quetraer las marionetas a este Cartagena FestivalInternacional de Música cuyo tema centralserá la fábula? Jaime Manzur, quien le ha

dado vida a más de 700 personajes de óperas,zarzuelas, operetas y cuentos infantiles, llegaa compartir su arte con el público. El Museode Arte Moderno, al lado de la plaza de SanPedro de Cartagena, será el escenario de estaexhibición que nos acercará a todos losdetalles del arte del titiritero. Piezasfabricadas minuciosamente que implicanuna combinación de investigación histórica y

artesanía miniaturista.Las marionetas de Manzur presentarán

conciertos representativos de las fábulas en lamúsica. El objetivo es poder mostrar a losniños, especialmente, de qué se trata unaópera, cómo se produce y cuáles son su tramay sus personajes.

Ex p o s i c i ó n : Del 7 al 11 de enero. Entradal i b re

Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 07/01/2014, Hora = 03:29:48 p.m., Página= 17, Usuario = wbotia

/ 17EL ESPECTADOR / M I É R CO L E S 8 DE ENERO DE 2 01 4

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ElPe n t a g ra m a

Recorrido por los Talleres de Luthería

Los niños y jóvenes aprecian el trabajo en el Centro de Reparación y Mantenimiento de Instrumentos Musicales. / Carlos Pineda

ÁLVARO TINJACÁ

© Comunican S.A. 2014.Todos los derechos reservados.Calle 103 N°69B-43.Fax: 4237641. Apartado 3441.Bogotá, Colombia.

EL PENTAGRAMA

Periódico oficial delCartagena FestivalInternacional de Música.

PR E S I D E N TA : Julia Salvi. DI R EC TO R GE N E RA L : Antonio Miscenà.DI R EC TO RA EJ EC U T I VA DEL FE ST I VA L : Mónica Alzate Sierra.SOCIO FU N DA D O R : RCN, Ennovva y Postobón.SO C I OS : Cine Colombia y El Espectador.

DI R EC TO RA DE EL PE N TAG RA M A : Paula Ojeda. ED I TO R GE N E RA L : Juan Carlos Piedrahíta.CO LA B O RA D O R E S EL PE N TAG RA M A : Juan Carlos Garay, Juan David Torres, Carolina Conti,Alexánder Klein y Álvaro Tinjacá.DISEÑO Y DI AG RA M AC I Ó N : Julio César Carrero Ladino - El Espectador

h t t p : //www.c a r t a g e n a m u s i c fe st i va l .co m

El Festivalen las redes

Belinda AlgarinM o nte ro

¡Qué orgullo unaestudiante de laUniversidad Central(Julieth Lozano)entre los jóvenestalentos!

Diego ErnestoHernández Vidal

¡Ha estadoincreíble! ¡Wow,vaya qué pianistas, yqué orquesta! ¡Quégran inauguración!

Juan PabloOrozco Urrego

Fue unacompleta dichaestar en primerafila (en elconcierto delDúo Assad).

De pedazosR OTOS

Al caminar por las pintorescas ca-lles del sector de Getsemaní, cercaa la Plaza de la Trinidad y justo allado de las casas en las que las fami-lias escuchan son cubano a todovolumen, usted se puede sorpren-der al encontrar la Escuela Tallerde Cartagena, un lugar en el quefunciona el Centro de Reparación yMantenimiento de InstrumentosMu s i c a l e s.

Los niños cogen un tambor,golpean el cuero y, sin pensarlo,repiten el ritual que hizo grande asu raza, una música tan sabrosaque lleva años poniendo a bailaral mundo entero. El maestro losobserva y pacientemente va enre-dando una cabuya para ponerlaen el marco de una nueva tambo-ra. “Desde antes de que llegaran

los barcos negreros ya los indioshacían música con lo que la natu-raleza les daba”, dice Gabriel To-rres Groso, de los Gaiteros de SanJa c i n t o.

Desde hace años los invitan aque transmitan su conocimientoancestral a las nuevas generacio-nes que asisten a los Centros.“Aquí tengo la esperanza de quealgún joven se enamore de la mú-sica de su pueblo”. Primero tocalos maracones, luego le da golpesal tambor llamador y terminamostrando los palos que se trans-formarán con mucha paciencia yuna buena dosis de magia en unagaita. “Los sacamos de los cactusque crecen en la región de San Ja-cinto. Siempre nos hemos preo-cupado por conservar todo lo másoriginal posible, empezando porhacer nuestros propios instru-

mentos”, cuenta el maestro.Tal vez Torres Groso se alegrará

el día en que se encuentre a JavierBlanco, quien llegó a esas calles co-loridas hace un año, como cientosde niños, para aprender a repararinstrumentos. “Era el cantante dela banda de salsa de mi barrio. En elFestival nos trajeron y aquí estoy”,dice Blanco, a quien le quedó so-nando el tema de la luthería, ycuando tuvo la oportunidad de de-sarrollarse como aprendiz del ofi-cio no dudó en tomarla. “Yo le doygracias a Dios por los instrumentosdañados. Fue por ellos que encon-

tré mi camino”. Su rostro broncea-do por el sol del Caribe y sus movi-mientos despreocupados aún de-jan percibir la chispa de quien aca-ba de dejar la niñez atrás.

Además de Blanco está NataliaBastidas, una de las pocas mujeresque ejercen la luthería en Colom-bia. “Creen que es un trabajo pesa-do, para hombres... pero ser delica-da, detallista y tener más tacto lohace un oficio en el que tenemosve n t a j a ”. Su familia se ha dedicadopor cuatro generaciones al oficio.En sus ojos se lee la experiencia dequien tiene secretos heredados del

pasado. “Mi familia se dedicó aconstruir instrumentos de cuerdacolombianos, pero yo descubrí miamor por el violín y el chelo en untaller francés”, concluye Bastidas.

Los Centros, organizados porla Fundación Salvi con el apoyodel Ministerio de Cultura, y Fan-ny y Luis Carlos Sarmiento An-gulo, están abiertos a todos los in-teresados. Se trata de una invita-ción a vivir la experiencia de queel aserrín toque los dedos. Sininstrumentos no se podría dis-frutar del placer del Festival y sinmúsica la vida sería un error.

¶ El común denominador del Centro deReparación y Mantenimiento de Instrumentosen Cartagena es el aserrín. En este lugar seencuentran diversas generaciones quetrabajan por el bienestar del arte.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Conversatorio Orquesta Orpheus y Fidel Cano

‘El mito del director’

Krishna Thiagarajan y Laura Frautschi, de la Orquesta de Cámara Orpheus, enconversación con Fidel Cano, director de El Espectador. / Wilfredo Amaya

Fidel Cano, director de este dia-rio, imaginó un consejo de redac-ción de El Espectador en el cualtodos tuvieran la misma jerar-quía. La idea le pareció, por decirlo menos, revolucionaria. Encualquier empresa existen los di-rectores como figuras que guíanel desarrollo y cada uno de losproyectos. Pero no así en el casode la Orquesta Orpheus, cuyos re-presentantes compartieron esce-nario en una conversación titula-da El mito del director.

“Un estudio que comparaba el

nivel de insatisfacción laboral de-tectó que los músicos de orquestason tan infelices como los guar-dias carcelarios”, contó KrishnaThiagarajan, director ejecutivode la orquesta. “Hemos cambiadoesa realidad en Orpheus. Cadauno debe ser el jefe en algún mo-mento; es su principio”.

Esa aplicación de la democra-cia a nivel instrumental es la queha caracterizado a la orquestadesde su creación en 1974. Cano,aún reticente, expuso el caso dediscusiones internas que se alar-

gan y no parecen llegar a una con-clusión hasta que el editor gene-ral de este diario, Jorge Cardona,suelta su consabida frase: “Dema -siada democracia”.

“Es que la demasiada democra-cia se vuelve caos”, respondióKrishna. A lo que la violinistaLaura Frautschi agregó: “Más alláde las discusiones, todos tenemosuna responsabilidad con la músi-ca”. Fue sólo uno de muchos mo-mentos interesantes que hicieronparte de la primera de las conver-saciones de este Festival.

El trabajo delluthier es minu-c i o s o./ Carlos Pineda

Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 07/01/2014, Hora = 03:30:28 p.m., Página= 18, Usuario = wbotia

EL ESPECTADOR / M I É R CO L E S 8 DE ENERO DE 2 01 4

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ElPe n t a g ra m a

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Cristina Zavalloni

El canto en otraDIMENSIÓN

JUAN CARLOSPIEDRAHÍTA B.

j p i e d ra h i t a @ e l e s p e c t a d o r.co m

¶ La mezzosoprano italiana se formó en el jazz y sucarrera transcurrió luego en escenarios tan diversoscomo la música clásica y la canción tradicional europea.

El jazz le dio a Cristina Zavalloni la libertadpara emigrar hacia cualquier lado. En suequipaje venían incorporados el talento, lapotencia de una voz cuya procedencia esmás que un enigma y la facilidad para con-vertir en su dominio miles de historias aje-nas. Llegó al complejo escenario musicallista para ser escuchada, para ser vista tam-bién y, sobre todo, para soportar en su figu-ra el peso del desempeño de los integrantesde una orquesta sinfónica, de una banda derock o de un ensamble de jazz. La consignadesde siempre ha sido aproximarse al pú-blico sin el menor decoro y, al mismo tiem-po, valorarlo de tal manera que quede liga-do a su interpretación y establezca las dife-rencias con todas las demás.

Los elementos para improvisar se los dioel jazz, pero después se encontró en el ca-mino con que quería profesionalizar susrecursos innatos y empezó su proceso deformación en el Conservatorio G.G. Marti-ni, de su natal Boloña, Italia. Allí aprendió acontar historias, a relatar vivencias desdela música y a incrementar su capacidad pa-ra transmitir sentimientos y hablarle al oí-do a cada integrante del público, así estu-viera ubicado en la última butaca del recin-to. Su vocación histriónica logró canalizar-se con las clases de danza clásica y contem-poránea, conocimiento al que le saca pro-vecho en todas sus actuaciones, tanto en lainterpretación de personajes de la óperacomo en historias elementales surgidas apartir de la tradición europea.

Cristina Zavalloni realizó una de sus pri-meras intervenciones en el círculo de lamúsica mundial en 1993, con una creaciónelaborada especialmente para ella por elcompositor Louis Andriessen, quien des-de el comienzo se sostuvo en que queríaque su partitura reposara en manos de una

artista joven, versátil y con gran facilidadpara pasearse por diversos estilos. El jazzle abrió el camino para actuar mientrascanta y el conocimiento de varios idiomasle ha permitido acentuar con su cuerpo loscontenidos de las canciones, convirtién-dolas en narraciones a las que se les incor-poran, sin mayores esfuerzos, recursos au-d i ov i s u a l e s.

Música de cámara de los más importan-tes autores del siglo XX, obras legendariasdel repertorio clásico, jazz en sus términosmás exigentes y canciones tradicionalesde varias naciones de Europa nutren cadadía las facilidades interpretativas de Cris-tina Zavalloni. Sin embargo, ella se ha en-cargado de multiplicar sus presentacionesporque le gusta compartir con el públicosus propias líneas. En sus canciones buscahacer despegar su arte exhibiendo el bailey las dotes actorales que tanto reconoci-miento le han dado en América y Europa.La mezzosoprano italiana se percibe en latarima como única y cada quien es respon-sable de quitarle los ojos de encima mien-tras hace de las suyas con las partituras deCage, Ravel, Poulenc, Stravinsky, Mil-haud, Satie y De Falla, entre muchoso t ro s.

La London Sinfonietta, la Orquesta Sin-fónica de la BBC, la Orquesta Rai, el En-samble Schoenberg y Los Angeles Phil-harmonic han respaldado a Zavalloni enalgunos de sus conciertos. Pero así comosu voz ha sido arropada por colectivos in-mensos, también ha realizado conciertoscon su banda en los que le da cabida al ma-terial incluido en sus trabajos discográfi-cos ‘Id e a ’ (2006) y ‘Solidago’ ( 2 0 0 9) .

En el Cartagena Festival Internacionalde Música, la mezzosoprano comenzó suparticipación el domingo pasado en el Ce-rro de la Popa con la ejecución de seis crea-ciones del compositor ruso Ígor Stravinsky(1882 – 1971), en compañía únicamente delpianista Andrea Rebaudengo. En esa oca-sión, como en todas las demás, la voz en otradimensión de Cristina Zavalloni fue sufi-ciente para darle volumen a la noche.

La mezzosopranoitaliana interpretará‘Siete cancionesp o p u l a re sespañolas’, obra deManuel de Falla( 1 876 -1 9 4 6 )

conformada por laspiezas ‘El pañomoruno’, ‘Seguidillam u rc i a n a ’,‘A st u r i a n a ’, ‘Jota’,‘Nana’, ‘Canción’ y‘Po l o ’. Zavalloni

estará en elescenario junto aSergio y OdairAssad, dúo deg u i t a r ra s .

El concierto hasido titulado ‘Noche

Española’ y serealizará en laCapilla Sofitel SantaClara, hoy a las 7:00p. m .www.prime -ra f i l a .co m

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La camiseta está plasmada con el diseño creado por Jim Amaral, un violín donde el artista presenta la aparición de mujeres enigmáticas, protagonistas de su mundo, envueltas en notas musicales que se funden en el placer del gusto estético y el gusto erótico, elementos que se convierten en el símbolo del Cartagena VIII Festival Internacional de Música.

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Cristina Zavalloni en el Festival / Wilfredo Amaya