pensamientos de san pío de pietrelcina

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Pensamientos de San Pío de Pietrelcina "Tu estudio y vigilancia estén orientadas a la rectitud de intención que debes tener al actuar y al combatir siempre, con valor y generosidad, las artes malignas del espíritu maligno." "Los corazones fuertes y generosos no se afligen más que por graves motivos, e incluso estos motivos no logran penetrar en lo intimo de su ser." "Es necesario cultivar con solidez estas dos virtudes: la dulzura con el prójimo y la santa humildad con Dios." "Hemos de suplicar a nuestro Señor el amor y el temor; porque aquél nos hará correr por los caminos del Señor; éste nos hará mirar donde ponemos el pie." "Estáte atento para no caer nunca en el desánimo al verte rodeado de flaquezas espirituales." "Es necesario revestirse de gran prudencia cristiana." "Humíllate mucho pero sin perder el ánimo." "El miedo excesivo nos impide obrar con amor, y la excesiva confianza no nos deja ser conscientes y temer el peligro que debemos

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Pensamientos de San Pío de Pietrelcina.Pensamientos de San Pío de Pietrelcina

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Pensamientos de San Po de Pietrelcina

Pensamientos de San Po de Pietrelcina

No eres ms santo cuando te alaban, ni ms vil si te desprecian. Lo que eres, eso eres: ni se puede decir ms de ti de lo que Dios sabe que eres. Si miras lo que eres dentro de ti, no tendrs cuidado de lo que de fuera hablan de ti. El hombre ve lo de fuera; Dios el corazn (1S 1S 16,7). El hombre considera las obras, y Dios pesa las intenciones. (Imitacin de Cristo, II,6,3).Aquel que despus de ser menospreciado deja de hacer el bien que haca, da a entender que acta por el aplauso de los hombres; pero si en cualquier circunstancia hacemos el bien a los dems, tendremos una grandsima recompensa.(S. J. CRISSTOMO, Catena Aurea, vol. II, p. 43).Ordinariamente despreciamos las cosas pasajeras y, sin embargo, nos abstenemos muchas veces -por los respetos humanos- de expresar con la voz la rectitud que tenemos en el alma. Por eso el Seor aade el oportuno remedio a esta herida, diciendo: "Porque el que se afrentare de m y de mis palabras, se afrentar de l el Hijo del hombre". S. Gregorio Magno (Hom 32)