pensamiento geográfico y estudio de las actividades terciarias
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Se revisan y comparan brevemente las diferentes corrientes del pensamiento geográfico con respecto al estudio de las actividades terciarias.TRANSCRIPT
Capítulo 1: Pensamiento geográfico y estudio de las actividades económicas
Las corrientes
Corriente Posibilista
El principal exponente de la corriente fue Vidal de la Blache. Su planteamiento, que reconoce al hombre
como un agente activo y creativo en la transformación del territorio, está ilustrado claramente en la frase “el
medio nunca ofrece al hombre una determinación unívoca”. Una de sus aportaciones a la geografía
económica es el concepto de “modo de vida” del ya mencionado autor, que se refiere al conjunto de hábitos
a través de los cuales cada grupo humano asegura su existencia material.
Más tarde, la óptica posibilista se concentra en poner de relieve la combinación paulatina y complicada de
fuerzas naturales, evolución histórica y social, y avances técnicos como proceso configurativo del paisaje. Esta
interpretación deriva en clasificaciones descriptivas de territorios rurales, basadas en aspectos físicos y
socioculturales del territorio. Dentro del mismo contexto posibilista, Pierre George defendió el rol del hombre
como productor (y, por ende, transformador) y consumidor, lo que influyó en la aceptación de los aspectos
económicos como factores importantes en la organización del espacio.
Corriente Neopositivista
Surge a partir de 1945, cuando la región comenzó a examinarse en una manera analítica, y los escritos de
autores como Harvey & Haggett se centran en la búsqueda de corolarios y modelos. Con esta corriente se
popularizaron técnicas de investigación cuantitativas (especialmente la estadística), y se persiguió un
entendimiento geométrico del espacio, que permitiera explicar tendencias con base en las irregularidades del
mismo. En esta corriente se le concede un rol importante a las variables geoeconómicas en la configuración
del paisaje.
Cabe destacar que la mayoría de los postulados de esta corriente dan por sentado que el hombre busca la
maximización de sus ganancias, siendo un ser racional, informado, y consciente. Von Thünen sienta el primer
precedente de trabajos de este tipo con su tesis de anillos concéntricos y la utilización del suelo como
función de la distancia a centros económicos importantes. Trabajos posteriores fueron el de Weber, que
visualizó al costo de transporte como un factor decisivo para maximizar la eficiencia de las industrias, y los de
Christaller y Lösch, que plantean centros hexagonales para el abastecimiento óptimo de mercancías.
Corriente de la percepción y el comportamiento
Esta corriente descarta el papel del espacio como factor condicionante y adopta a la imagen subjetiva de él
como factor dominante en las actuaciones del hombre, por lo que le confiere a los lugares una carga
sensorial, aunque no desdeña sus funciones económicas, históricas y sociales del todo. Esta carga resulta en
una dualidad del espacio: objetivo (físico, medible, evidente) y subjetivo (derivado de la percepción). Así pues,
busca explicar el funcionamiento del espacio y sus estructuras a través del comportamiento. En cuanto a
economía concierne, bajo este esquema sólo es posible explicar la estructura del espacio si se estudia el
mecanismo de la toma de decisiones. Autores como Pred, Hurst, y Hugget & Meyer demuestran que,
tomando en cuenta las emociones y otros factores subjetivos, las decisiones de productores pueden alejarse
considerablemente del ideal racional. Por último, se plantea la existencia de “estructuras de preferencias
espaciales”.
Corriente Radical
Conceptualiza al paisaje como el lugar en que se proyectan los conflictos existentes en la sociedad, a causa
de relaciones sociales (de poder) asimétricas, y define al espacio como inerte (en el sentido de una nula
influencia sobre el comportamiento económico). Para esta corriente la articulación del espacio industrial no
es más que una sumatoria (que rara vez tiene el mismo resultado) de los conflictos de intereses entre
empresarios, trabajadores, poderes públicos, y otros agentes. Dada la flexibilidad de sus explicaciones, con
ella es posible reinterpretar modelos históricos de distribución industrial. Adicionalmente, califica al turismo
de mercancía, puesto que el espacio (y, por lo tanto, las actividades realizadas en él) es susceptible de
“venderse” a través de mercadotecnia.
Uno de los hechos que da fuerza a esta corriente es la desigual distribución de la riqueza a nivel mundial, de
la que derivan indicadores económicos y socioeconómicos congruentes con la teoría del conflicto de clases.
El campo de investigación se enriquece al descartar factores históricos (por ejemplo la colonización, de la que
muchos países ya se independizaron) como limitantes, lo que apunta a problemáticas sociológicas. Otro
rasgo destacable es la política económica, que ha demostrado favorecer a los países en los que el
crecimiento económico se traduce en aumento del poder adquisitivo de la población.
Corriente Humanística
Tiene sus bases en los trabajos de Buttimer y Ley & Samuel en la década de los 70. Al igual que la geografía
de la percepción, niega categóricamente la existencia del homo oeconomicus, aboga por las emociones, la
intuición y la imaginación, enfatiza el lugar, y hace hincapié en la subjetividad; por el contrario, se deslinda
completamente de los modelos espaciales neopositivistas. Favorece la comprensión del mundo sobre su
explicación. Aspira a conjugar la lógica y la emoción en un conocimiento que tome en cuenta factores
culturales, sociales y personales. Sin embargo, su aportación a la geografía económica dista de ser clara.
Semejanzas
Entre Humanística y de la Percepción
Enfatizan los rasgos subjetivos y el concepto de lugar
Niegan la existencia del homo oeconomicus
Comparten rasgos metodológicos
Entre Humanística, de la Percepción y Radical
Desestiman el papel del espacio per se en la configuración del territorio
Entre Posibilista y Neopositivista
Consideran que el espacio y la economía tienen un rol importante en la configuración del territorio
Corrientes y teóricos vinculados al estudio de las actividades terciarias
Christaller postula regularidades (basadas en la rentabilidad) subyacentes en las actividades turísticas,
y considera al transporte como un factor de importante amplitud
Berry incluye al sistema intraurbano en su teoría de localización de las actividades terciarias
Beavon propone un modelo alternativo de la localización intraurbana de las actividades terciarias,
basándose en los postulados de Lösch, Christaller, y Berry.
Huguet & Meyer demuestran que diferentes combinaciones de variables pueden conducir a la
selección de emplazamientos industriales diversos. Dada la naturaleza de las premisas básicas de la
corriente perceptiva/comportamental, este principio puede aplicarse a las actividades terciarias
también.
Conclusiones
Si bien las diferentes corrientes del pensamiento geográfico tienen posturas poco compatibles en cuanto a
sus fundamentos teóricos se refiere, resultaría difícil comprobar que sus aportes son inútiles. En todo caso,
éstos se complementarían al llenar los huecos que las otras corrientes dejan. Lo anterior no es
necesariamente cierto para la Humanística, que tiene una metodología ambigua, es una versión extremista
de la Geografía de la Percepción, y se deslinda completamente de un referente espacial claro.
Para intentar refutar los planteamientos de la corriente posibilista, se tendría que preguntar: ¿Es posible negar
la existencia de regiones, y más aun, de un cambio del funcionamiento de las estructuras económicas en
ellas? La experiencia nos indica que no. En el caso de la corriente radical, la experiencia nuevamente
demuestra que no se puede ignorar la vigencia de los conflictos de clase: casos como la desastrosa
involución económica de México, iniciada a partir de los años sesenta, reforzada con la firma del TLCAN y
plagada de corrupción lo confirman.
Llegado este punto, no parece necesario seguir haciendo pruebas de validez de las otras dos corrientes,
especialmente si se toma en cuenta el poder explicativo que se obtiene al combinarlas. Un buen ejemplo es
la complementación entre la corriente Neopositivista y la de la Percepción, pues sería poco plausible que la
toma de decisiones industriales/económicas siguiera, en todos los casos, alguno de los esquemas.
Puesto que no parece haber una corriente que pueda explicar todos los casos de estructuración
económica/territorial cabalmente, lo correcto sería hacer uso mixto de los planteamientos teóricos de cada
corriente, sobretodo si se quiere explicar en términos globales la configuración territorial y económica del
espacio.
Bibliografía
Rodríguez L., F. (2000). La Actividad Humana y el Espacio Geográfico, pp. 13-40. Madrid: Síntesis Educación.