No es que no haya personas que nos valoren y que no estn dispuestas a luchar por nosotros, sino que muchas veces nuestro propio ostracismo es tan grande que hace que hasta el ms valiente guerrero claudique ante una batalla a oscuras, combatiendo monstruos imaginarios contra los que no le corresponde luchar a nadie ms que a nosotros mismos. Es comn que culpemos a los dems por no hacer aquello que nos corresponde nicamente a nosotros: rescatarnos. Nunca, nadie, va a hacernos sentir valiosos si no dejamos de sealarnos nuestros defectos, si no aceptamos y aprendemos de nuestros errores; las heridas no sanan si no las dejamos de tocar; nadie nos va a dar el valor que necesitamos si no dejamos de autocompadecernos y de victimizarnos; nadie va a llegar a rescatar a nadie en su caballo blanco; nadie va a la cama lleno de problemas y despierta a la maana siguiente con la vida resuelta; las erinias, monstruos, fantasmas (o como los queramos llamar) que hemos creado no van a desaparecer solo porque as lo deseamos; no hay un universo conspirando a nuestro favor cumpliendo nuestros anhelos y caprichos movido nicamente por el poder de nuestros deseos. Ojal todo fuera tan simple como eso; ojal el tiempo tuviera clemencia como para permitirnos poner pausa, stop, review, advance o reset a nuestras vidas, pero el tiempo no perdona, ni espera, ni se detiene. Es cierto que en la vida nos vamos a topar con todo tipo de cosas, personas y situaciones: buenas, malas, positivas, negativas, agradables, desagradables, interesantes y banales; sin embargo tenemos la capacidad de acercarnos a lo que nos hace bien y de alejarnos de aquello que nos lastima. Somos creadores de nuestros enemigos internos, podemos ser salvadores o verdugos de nosotros mismos y, aunque no somos libres para escoger el lugar donde nacemos, muchas de las situaciones que nos afectan, ni la vida que nos toc vivir, la mayora nacemos con la misma capacidad para valorar lo mucho o poco que la vida, nuestra familia y seres queridos nos dan, tenemos el poder para cambiar aquello que no nos gusta y movernos de aquel lugar donde no queremos estar. Somos la luz y la oscuridad de nuestras vidas, hacemos de esta vida nuestro propio cielo o nuestro gran infierno y todo aquello es responsabilidad nuestra, no le corresponde a nadie ms. Cada uno de nosotros, pienso, venimos a este mundo a vivir nuestra propia vida y somos responsables de nosotros mismos. Sera un acto deshonesto el poner el peso de nuestros problemas en hombros ajenos y esperar sentados a que alguien haga lo que nos corresponde: liberarnos de nuestras propias ataduras. Tampoco nacimos para cargar los problemas de los dems. Si bien es cierto que en muchas ocasiones necesitamos ayuda y que tampoco est mal extenderle la mano a quien lo necesita, cada quien es responsable de s mismo. Creo que nuestras acciones tendran que ser movidas por un fuerte sentido de justicia distributiva, donde no doy ms de lo que quiero y creo necesario dar, al tiempo que me siento responsable de retribuir aquello que he recibido y reconozco mi derecho a recibir una compensacin por lo que he dado. Quiz una de las partes ms difciles del hecho de vivir es aprender a estar con nosotros mismos, aprender a convivir con nuestros fantasmas y vencer nuestros ms grandes miedos. Sin embargo, si nos atrevemos a ello quiz seremos capaces de acercarnos a ese ideal de vivir que constantemente andamos buscando. Probablemente seamos capaces de acercarnos a aquella flor azul que describa Novalis, que para m representa el ideal de felicidad y el ideal del paraso dentro de esta hermosa vida. ****Esto que escribo es parte de mi sentir y de mi pensar y lo escrib pensando en aquellas personas que de una o de otra manera han dejado una marca significativa en mi vida, tanto en mi pasado como en mi presente. Quiz mi experiencia es limitada, mi retrica rstica y mis conocimientos escasos, no obstante estas lneas son mi forma de externalizar algunas emociones que quiz no podra expresar de otra manera. Definitivamente este ao ha sido un ao lleno de emociones: de ilusiones y de decepciones, de aciertos y de fracasos, de felicidad y de tristeza; sin embargo ha sido uno de los mejores aos de mi vida porque siento que he sido capaz de dejar atrs muchas cosas que he venido arrastrando toda mi vida, de dejar atrs algunos complejos, soltar algunas cargas, de enfrentar muchos de mis miedos y lo mejor de todo: dejar atrs un poco de ese propio ostracismo en el que viv encerrado por mucho tiempo. Aunque, si bien es cierto que no podra decir que la guerra est ganada, ni mucho menos que he conseguido todo aquello que alguna vez he soado o me he propuesto, quiz ni siquiera que est en uno de mis mejores momentos, tengo la oportunidad de retomar el camino. Este ao me di la oportunidad de vivir y tuve la fortuna de tener a varias personas especiales a mi lado, acompandome y ensendome lo que es la vida. Gracias a todas aquellas personas que estuvieron y han estado presentes y Felices Fiestas.