pensamiento argentino y latinoamericano

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TERICO 1

ltimos 20 aos: gran giro terico / revolucin terica Paso de la vieja tradicin de Historia de Ideas a una nueva Historia intelectual o Historia de los lenguajes polticos. No es simplemente un cambio de nombre, supone una reformulacin radical del objeto de estudio y de los modos de aproximacin a ese objeto.

Tres grandes escuelas. No se conocen entre s. Motivos de divergencia reaccionan a Historia de ideas que corresponde a tradiciones intelectuales locales diferentes: -Anglosajona Reacciona contra History of Ideas, fundada por Arthur Lovejoy-Alemana Reacciona contra tradicin neokantiana Ideengeschichte-Francesa

Caractersticas en comn de todas ests escuelas (que hacen a la revolucin ms general que se produce en el campo):-Todas van a intentar traspasar los contenidos del discurso. No les importa tanto qu es lo que dijeron los autores del pasado, sino cmo fue posible para ellos decir lo que dijeron. Del contenido de los discursos A las condiciones de enunciacin de esos discursos.-Problema de la temporalidad de los conceptos: todas van a reaccionar contra visin ahistrica de la Historia de las Ideas que concibe las ideas como entidades eternas o transhistricas. El objetivo primero de reconstruir las condiciones de enunciacin de los discursos est asociado, entonces, a recuperar la historicidad de los conceptos. Se tender a evitar los anacronismos, no hacerle decir a un autor algo que no pudo haber dicho. -Preguntas que se plantear la nueva perspectiva histrica conceptual: cmo es que cambian las ideas, los conceptos y el lenguaje? Por qu cambian? Cul es el origen, la fuente del cambio histrico?- Giro lingstico: Hans Kellner: Geting the story crooked. Cuenta que estaba en la pera viendo un espectculo con binoculares, los cuales no andan bien y se desenfocan. Es entonces que lucha con los binoculares sin prestar atencin a lo que est pasando en la obra; finalmente logra enfocarlos y se olvida de los binoculares. Pero entonces, slo vuelve su atencin sobre los binoculares en los momentos en que estos se desenfocan. Anlogamente, los conceptos o categoras con los que abordamos la historia suelen aparecernos como un medio transparente para entender lo que ocurri en el pasado. Slo stos se vuelven objetos de anlisis en el momento en que se nos revelan problemticos, es entonces prestamos atencin a aquellas herramientas conceptuales con las cuales construimos esos objetos. Este es el sentido del giro lingstico. Es una vuelta de la crtica sobre s misma para objetivar, volver objeto de anlisis, las propias herramientas categoriales con las cuales investimos simblicamente la realidad.-Escuela anglosajona (Cambridge):Representantes ms importantes Quentin Skinner y John Pocock.Van a reaccionar contra la vieja tradicin de History of Ideas de Lovejoy (quien fund Revista Journal of the HIstory of Ideas en 1940 ).Lovejoy: va a sentar las bases para el recorte de la Historia de Ideas como un campo especfico dentro del mbito acadmico le definir un objeto que es propio, y una metodologa peculiar para el abordaje del mismo.Premisas metodolgicas fundamentales:-Las ideas tienen capacidad de migrar, esto es, de pasar tanto de una disciplina a otra, como de una poca a otra (esto la va a distinguir, por ejemplo, de la Historia de las civilizaciones, que estn limitadas a una sola civilizacin, ej. griega). En cambio, la Historia de las Ideas podra hace run recorrido ms amplio de cmo circulan histricamente ideas, ej. Lovejoy estudia la gran cadena del ser. ste era un motivo tradicional en el pensamiento antiguo, existe una graduacin de los seres que va desde el plipo hasta Dios. (aparece en Platn). Pero tambin aparece en Leibniz e incluso hoy en Deleuze. Es decir, recorre la historia del pensamiento filosfico, pero tambin da lugar a grandes teoras biolgicas o fsicas. En definitiva, este postulado le da la impronta a esta escuela de un carcter fuertemente inter-disciplinario.-Unidad de anlisis: idea-unidad. Esto est relacionado con que los sistemas de pensamiento no son nunca para Lovejoy sistemas homogneos, sino heterogneos. Tienen una estructura cristalogrfica (como la de los cristales, que se van formando de unidades separadas encastradas unas con otras). Son ensambles de ideas que se van encajando de distinta forma, pero c/u de ellas proviene originalmente de universos distintos, y por eso nunca llega a constituir unidades homogneas, sino slo conglomerados heterogneos de motivos diversos que eventualmente encajan mejor o peor, pero nunca llegan a construir una totalidad orgnica coherente.[footnoteRef:1] Consecuencia metodolgica de este postulado: se trata de desgajar estos sistemas de pensamiento en sus componentes elementales y hacer la historia de cmo se fueron trasladando estas ideas a lo largo del tiempo en las distintas disciplinas y tambin cmo en este proceso de prstamos se fueron redefiniendo estas ideas, cobrando nuevos sentidos. [1: Por ejemplo, respecto al romanticismo, hace un repaso de todas las definiciones que intentaron darse de l para demostrar que ninguna resulta apropiada. Una definicin dada se puede aplicar a algunos autores, pero no a otros. Esto es, no hay ninguna definicin que pueda dar cuenta de todas las ideas que normalmente se inscriben dentro de la categora romanticismo. Nuevamente, lo sistemas de pensamientos no son nunca homogneos, sino heterogneos.]

-Las ideas importan: ms all de que puedan considerarse meras racionalizaciones de otros tipos de impulso (intereses econmicos o impulsos pasionales como afn de poder, etc.), estas racionalizaciones, una vez formuladas, compele a los sujetos que las formulan a actuar en consecuencia con ellas. Este ltimo es uno de los puntos fundamentales que va a ser cuestionado en los 60 y los 70, lo cual lleva a un oscurecimiento de la Historia de las Ideas Lewis Namier (britnico) va a cuestionar por ingenuidad e idealismo a la Historia de las ideas, mostrando que lo que funciona en la prctica concreta es una lgica pura del poder. Los actores polticos nunca tuvieron a lo largo de la historia ningn problema en contradecir sus ideas cuando lo consideraron necesario. Esto, en ltima instancia, pone en cuestin el sentido mismo de la disciplina: qu sentido tiene estudiar los principios que formulan los actores cuando sabemos que ni siquiera ellos mismos estn dispuestos a seguirlos? para qu estudiar Historia de las Ideas? Las ideas seran especies de pantallas que tienden ms a encubrir que a revelar las verdaderas motivaciones de los autores / Esto est asociado a su vez con el crecimiento de la Historia Econmica y Social, y tambin con las corrientes de la historiografa marxista que, por lo menos en su versin ms vulgar, tenda a pensar la historia intelectual como un epifenmeno superestructural de determinaciones econmicas objetivas.

Este es el desafo al que se propone responder la nueva Historia Intelectual Cul es el sentido que hay que darle a la Historia Intelectual para que sea digna de estudiar? Reformulacin fundamental Giro Lingstico.Escuela de Cambridge va a apelar a las teoras lingsticas anglosajonas de los actos de habla (sus principales representantes: Austin (Autor de Cmo hacer cosas con palabras?) y Searle).Skinner toma como base un texto de Peter Laslett, quien escribi un prlogo a una edicin de los dos Ensayos sobre el gobierno civil de John Locke. All, muestra que, si seguimos la interpretacin tradicional hasta ese momento del texto de Locke (esto es, que es una especie de refutacin del Leviatn de Hobbes), no podemos entender nada. Locke nunca discute con Hobbes, su interlocutor, en verdad, era un autor que para ese entonces era desconocido, y que hoy se hizo conocido gracias a Laslett. Se trata de Filmer, quien tena un libro llamado Patriarcha. Laslett muestra, entonces, como los dos Ensayos de Locke estn destinados a discutir claramente con cada uno de los argumentos de Filmer. En definitiva, no podemos entender cmo est construida la obra de Locke, si no la ubicamos dentro del contexto dialgico del cual surgi.Skinner se propone dar sustento terico a su maestro Laslett. Para esto, apela a la teora de los actos de habla para introducir la consideracin para la Historia Intelectual de una dimensin del lenguaje no tomada en cuenta por la vieja tradicin de la Historia de las Ideas: la dimensin performativa.Nosotros, cuando decimos, no slo estamos diciendo algo sino que estamos tambin haciendo algo al decir lo que decimos. El foco se traslada de los contenidos lingsticos a los usos del lenguaje. Ejemplo: cuando uno dice s en el altar: no slo est diciendo algo sino que est haciendo materialmente algo, que es cambiar su estado civil. Las palabras no slo producen hechos sino que son ellas mismas hechos, y todo acto de habla est orientado a intervenir materialmente sobre una realidad. . Entonces, no slo hay que entender qu dice Locke sino qu estaba haciendo Locke al decir lo que dijo, que es lo que hizo intent hacer Laslett. Este cambio de enfoque est destinado a detectar los anacronismos propios de la Historia de Ideas. El problema tradicional de sta es que construye la historia de la filosofa como una especie de dilogo transhistrico entre figuras cannicas en torno a preguntas intemporales, cmo cul sera el ideal del buen gobierno. Cmo si estas categoras no tuvieran historia, como si fueran transhistricas. Esto es lo que se propone combatir Skinner, por lo que sienta un postulado fundamental:-no decir nada de un autor que el propio autor no podra haber dicho.(Esto est relacionado con el concepto de intencionalidad de los actores: qu es lo que los actores quisieron hacer al escribir lo que escribieron o al decir lo que dijeron).Este postulado ser criticado; ya que el ejemplo que da l es que no se podra decir que cuando Petrarca escal el monte Ventoux fund el renacimiento, porque evidentemente l no podra nunca haber dicho estoy fundando el Renacimiento. La crtica que se le har a Skinner es que aqu pierde de vista lo que Paul Ricoeur llama el sentido excedente de los textos, cayendo en una creencia ingenua sobre la transparencia del sentido del accionar para los propios actores. Ejemplo de Petrarca, que Petrarca no hubiera podido haber dicho nunca que estaba fundando el Renacimiento, no quiere decir que no lo estaba haciendo, slo que no poda ser consciente de lo que l mismo estaba haciendo. Frente a las crticas, Skinner distinguir las motivaciones subjetivas de las intencionalidades objetivas. Hay ciertas intencionalidades objetivas inscriptas en los textos que escapan del control de los propios autores Se renueva problema hermenutico fundamental: qu se puede efectivamente decir respecto de los textos y qu no. Desde el momento en que la propia intencionalidad se vuelve objeto de interpretacin, se quebrara esta regla que propone Skinner, puesto que de nuevo estamos frente al problema de qu se puede decir del texto sin recurrir en un anacronismo.Skinner es influido fuertemente por antroplogo norteamericano: Clifford Geertz. Autor de La interpretacin de las culturas, Geertz desarrolla su teora en sus trabajos de campo en la Isla de Bal (en los aos 50, su teora se difunde en los 60 y los 70). Para entender los cdigos de una cultura se necesita leer esas culturas como textos: lo que necesitamos es una hermenutica de la cultura, lo que l define como una descripcin densa, que es la que sintetiza con la imagen de saber distinguir los tics de los guios. Esto es, comprender los cdigos implcitos que estn plasmados en las objetivaciones de una determinada cultura, leer la cultura por encima de los hombros de los nativos. Esto es a lo que apela Skinner, lo que necesitamos para poder decir qu se puede decir o no de un texto es desarrollar esta hermenutica de las culturas.[footnoteRef:2] [2: La teora de Cliffor Greetz en los aos 80 y 90 va a ser objeto de crtica. Hay un texto de vincent Crapanzano, que se llama Hermes dilema. Hermes era el dios griego que hablaba siempre con expresiones oscuras que haba que interpretar. De all viene la palabra hermenutica. El dilema de la hermenutica sera. Lo que muestra Crapanzano es que en el prlogo del texto de Geertz y la introduccin prima en todo momento la primera persona del narrador. Cuando pasa al resto del texto, adopta la posicin omnisciente: comienza a hablar de forma objetiva e impersonal. Esto muestra el gran lmite de la antropologa geertzeana o de toda antropologa: lo que desaparece es la dimensin autoral. En realidad, nunca hablan los nativos; es siempre el antroplogo el que est interpretando y dndoles una voz a los nativos. Los nativos, entonces, son siempre reconstrucciones que hacemos desde el presente, desde nuestros propios cdigos y categoras. Esto dar una revolucin en la Antropologa (post-geertzeana o post-moderna). La propia vocacin por darle voz a lso nativos tiene sus propias condiciones de posibilidad: slo se entiende por el contexto de esa misma vocacin por hacer hablar a los nativos del medio acadmico antropolgico norteamericano. Entonces, de lo que se trata es de volver objeto de anlisis el propio discurso antropolgico y las propias estrategias retricas con las cuales se construye a los nativos como objetos de estudio a partir de su contexto de enunciacin peculiar Aqu VERDADERAMENTE entramos en el GIRO LINGSTICO. ste supone, tambin, un segundo distanciamiento: no se trata slo de hacer objeto de anlisis las categoras con las cuales los autores pudieron entender su realidad, sino que hay que efectuar un segundo giro de la crtica sobre s misma. Para tomar el caso de Skinner cuando analiza a Maquiavelo; no debemos slo reconstruir el mundo de Maquiavelo para ver cmo pudo decir lo que dijo en El prncipe, sino tambin de lo que se trata ahora es de reconstruir el propio contexto de Skinner: cmo Skinner pudo a su vez comprender este contexto desde el cual Maquiavelo escribi lo que escribi. Pero esto, en ltima instancia, nos lleva al gran riesgo del GIRO LINGSTICO Cada en el fantasma del relativismo radical. Pero de lo que se trata, para Palti, no es de resolver estos problemas, sino ms bien de hacerse cargo de ellos. No se trata de encontrar una solucin si no de desarrollar estrategias para lidiar con este problema, sabiendo de antemano que en ltima instancia son irresolubles porque toda solucin que le demos ser precaria. Pero este es el gran desafo al que nos enfrenta el giro lingstico y que todos estos autores pretenden lograr: desarrollar herramientas conceptuales que nos permitan confrontar estos dilemas. Y si bien es cierto que ninguno de ellos lo va a resolver, en el transcurso de sus mismos intentos ofrecern aportes fundamentales, con lo que el giro producido no ser un movimiento en el vaco hacia el mismo punto de partida, sino que habremos ganado en autoreflexividad, con lo que se volveran aspectos visibles de la realidad que antes no lo eran. Este es el pasaje de la crtica a la metacrtica, que, aunque tarde o temprano vuelva a plantear los mismos problemas, ya se plantearn a distinto nivel. Ello nos permitir desarrollar marcos tericos que renueven profundamente el modo en que interrogamos la historia.]

Cuando Skinner dice: cmo fue posible para un autor decir lo que dijo, se est refiriendo en realidad, a dos planos distintos. El problema es que Skinner los confunde. Estos son:-Contexto lingstico: refiere a cul es el lenguaje de base, esto es, qu categoras tena disponible un autor para decir lo que dijo.-Contexto pragmtico: refiere a reconstruir la situacin dialgica dentro de la cual el texto cobr forma.

APORTES DE SKINNER: En su objetivo de detectar y controlar los anacronismos conceptuales, define una serie de mitologas o problemas metodolgicos tpicos de la tradicin con la que l discute.Mitologa de las doctrinas: Convierte a las doctrinas en entidades cuya historia es la que habra que analizar. Los distintos autores y las distintas teoras slo seran relevantes en la medida en que contribuyeron al desarrollo de esa doctrina. Por ejemplo: la doctrina de la divisin de poderes, hace que las ideas de Hobbes o Locke o Kant o quien fuera, seran interesantes slo en la medida que contribuyeron al desarrollo de susodicha doctrina.El problema de todas estas mitologas es que conducen a destruir el texto en su unidad, y de esta forma se pierde de vista la dimensin performativa, que slo se descubre cuando comprendemos el texto como tal. El texto, entendido como acto de habla, como accin, supone que el mismo constituye una unidad de sentido. Si entramos a tomar slo lo que nos interesa, para referirlo a otra cosa distinta de l, el texto como tal se disuelve. Un ejemplo que da es el de uno de sus maestros en Cambridge, Weldon. ste tiene un libro donde define dos grandes teoras del pensamiento: la mecanicista y la organicista. Weldon analiza la historia concreta y se da cuenta que de todas las ideas de los autores que analiza, ninguna coincide con los dos grandes paradigmas que l haba definido. Entonces cuestiona a estos autores por las supuestas contradicciones en las que incurren, porque mezclaran motivos mecanicistas y organicistas, etc., de tal manera que ninguno va a ser coherente con una u otra de las teoras. Esto es lo mismo que decir que fustiga a los pensadores que analiza por no decir lo que l estableci arbitrariamente de antemano que deberan haber dicho. Esta definicin de modelos que lleva a descubrir supuestas contradicciones en realidad est perdiendo de vista lo que Skinner llama, partiendo de Colingwood, la lgica de las preguntas y las respuestas: cules eran los problemas concretos a los cuales un determinado texto estaba intentando dar respuesta. Esto es, se pierde de vista la lgica que articula cada tipo de discurso en particular creando entidades abstractas y ficticias que estn destinadas a no coincidir nunca con ningn pensamiento en concreto.

Mitologa de la coherencia: Para evitar estas supuestas contradicciones, lo que se hace normalmente es seleccionar motivos dispersos que aparecen en la obra de un determinado autor, y con eso se construye un sistema coherente de pensamiento, donde slo entra aquello que coincide con el modelo presupuesto y todo lo dems que dijo ese autor se lo relega al plano de las afirmaciones circunstanciales que no formaran parte del ncleo conceptual del mismo. Dicho de otra manera, se termina hacindole decir cosas a los autores que nunca dijeron, a partir de motivos dispersos arbitrariamente seleccionados, para as construirle un sistema de pensamiento que nunca existi como tal.Mitologa de la prolepsis: consiste en encontrarle sentido a un pensamiento a partir de cmo anticipan ideas que se desarrollan posteriormente. As, Hobbes sera interesante en la medida en que anticip nuestra idea presente de democracia o lo que fuera. Se desencaja los textos de su contexto particular de enunciacin para encontrar en ellos anunciaciones de nuestras ideas presentes, las cuales apareceran como verdades finalmente reveladas y el trmino al cual conduce todo desarrollo previo. El historiador que hace eso, lo nico que hace es reconstruir retrospectivamente toda la historia del pensamiento como una especie de genealoga de s mismo. Busca en los autores del pasado nada ms hasta qu punto se acercaron o se alejaron a lo que l mismo piensa. Esto, desde el punto de vista metodolgico, es totalmente perverso.

Objetivo fundamental: RESCATAR LA NOCIN DE TEXTO. Esto es, reconstruir la lgica de preguntas y respuesta que los articula y entender un texto como una intervencin sobre la realidad. Skinner habla de realizar una movida. Es como un tablero de ajedrez en donde un autor realiza una movida y trata de interactuar con otros actores. De all que la teora de Skinner se entendida como un contextualismo lingstico. La idea de contexto debe entenderse no en el sentido banal de ubicar los textos dentro de su contexto, sino, por un lado, en reconstruir las condiciones discursivas de las cuales surge, qu categoras tena disponible un autor para decir lo que dijo, y por otro, qu hizo con esas categoras, cules son las movidas que realiz a partir de ellas.

Cul es la redefinicin fundamental? Que un texto ya no sera meramente un conjunto de tpicos o ideas, lo cual presupone una concepcin lingstica muy pobre: se enfoca exclusivamente en la dimensin referencial de los discursos, esto es, en el plano semntico, pero pierde de vista la dimensin pragmtica: no slo qu dicen los textos, sino qu es lo que se hace al decir lo que se dijo. Texto = Hecho = Realizacin de una accin.Construccin de texto: Doble operacin1. Operacin sobre el lenguaje: recorte del material lingstico disponible para investir de sentido la realidad2. Operacin sobre su contexto 2.1 Intervencin simblica sobre la realidad: todo texto construye su contexto en el sentido de que le da sentido. No existe contexto independiente del propio texto sino que ste es el que define cul es aquel contexto relevante para su propia interpretacin. Todo texto contiene dentro de s las claves para su propia interpretacin, y de lo que se trata es de encontrar dentro del propio texto las huellas lingsticas de su contexto de enunciacin. 2.2: Todo texto construye materialmente su contexto desde el momento en que interviene sobre esa realidad en tanto es un hecho que se alinea junto a otros hechos. No es simplemente una representacin de la realidad colocada por fuera de ella, sino que el texto forma parte de esa misma realidad a la que describe.Desde el momento en que introducimos la dimensin pragmtica al anlisis de la historia intelectual, ya no se trata simplemente de relacionar un texto con su contexto. Los textos son ellos mismos realidades materiales, por lo que se quiebra la vieja antinomia entre ideas y realidades.La representacin de la nocin de texto de Skiner lleva a concebirlo como un espacio de trabajo. El contenido semntico del texto es lo que tenemos inmediatamente ante nuestra vista, es lo que el autor dijo. Por otro lado, uno tiene el contexto: bueno, Alberdi y Sarmiento dijeron esto, pero qu es lo que ocurra en ese entonces, es algo que nosotros podemos saber perfectamente por otras vas historia social, poltica, etc.- Lo que le interesa al historiador intelectual no es ni una cosa ni otra, sino, justamente, aquello que yace en el medio, el espacio de trabajo de los textos que involucra pensar cmo una determinada situacin histrica se tradujo en un determinado conjunto de enunciados. [footnoteRef:3] [3: El concepto de sntoma, sobre todo desarrollado por Lacan, es una buena analoga para entender esto. El sntoma es como un espacio de trabajo. Por un lado est el sntoma en tanto conducta patolgica manifiesta, que es lo que el analista ve cuando se presenta su paciente. Por otro lado, esto tiene un origen ltimo, que normalmente el analista lo sabe de antemano (un hecho traumtico de la niez, de origen sexual, etc.). Pero en realidad, al analista no le interesa ni una cosa ni otra, sino justamente lo que yace en el medio: la serie de desplazamientos o encadenamientos que hacen que un hecho traumtico se manifieste en el nivel de la conducta patolgica de la persona, que es lo que propiamente trata de reconstruir el anlisis.]

El giro lingstico, en los aos recientes, en Skinner, se va a convertir en giro retrico. ste intentar rescatar la vieja tradicin retrica clsica para el anlisis de la historia intelectual. Esta vieja tradicin, previo a su rescate reciente, habra sido a que se la habra considerado aprisionada a un estatuto epistemolgico ambiguo entre episteme y doxa. El estatuto particular de la retrica era, como lo defina Aristteles, lo probable. Definicin de retrica es: el arte de percibid en cada situacin los medios disponibles de persuasin. Y esto est asociado tambin a la naturaleza de lo que funciona como probable, puesto que algo funcione como persuasivo o no est estrechamente asociado a un contexto discursivo particular. Depende del tipo de tema, de la audiencia, etc. Entonces, la retrica clsica a estos autores ofrece las herramientas fundamentales para reconstruir, en los propios textos, el contexto lingstico de enunciacin.En este punto, es necesario hacer una aclaracin. Skinner est muy cercano a una tradicin fenomenolgica que era muy fuerte en la universidad en los tiempos que l estudi. sta pone un fuerte nfasis en la nocin de intencionalidad. El parte de una premisa que es de matriz neokantiana fenomenolgica, y que tiene que ver con una discusin que se dio a fines del siglo XIX, entre explicacin y comprensin, juicios de hecho y juicios de valor, etc. Lo que distinguira, para estos autores, los hechos propiamente histricos de los acontecimientos naturales, es su naturaleza intencional. La cada de una piedra se puede explicar a partir de causas. Los hechos humanos, en cambio, no aceptan explicaciones de tipo causal, sino teleolgica. Para entender por qu alguien hizo lo que hizo, hay que reconstruir cul era el objetivo hacia el cual estaba dirigida esa accin,los fines que buscaba. Esta es la idea de hacer una movida: qu estaba buscando un autor cuando escribi un libro. Esto, a su vez, nos lleva a una de las figuras retricas que desarroll la tradicin clsica y en la que Skinner enfoca su anlisis. La misma consiste en redescribir hechos o acciones de modo que presenten un contenido moral o tico opuesto al normalmente establecido. Por ej., de alguien que es muy suelto de dinero, se puede decir, o bien que es muy generoso, o bien que es un irresponsable. Una misma accin se la puede describir como bivio o como virtud. Virtud y vicio seran vecinas, que alguien sea virtuoso o vicioso, es una cuestin de punto de vista nada ms, porque perfectamente se lo puede interpretar en un sentido u en otro. Este va a ser el gran problema que va a llevar a Hobbes, como muestra Skinner, a decir se necesita alguien que decida, que es el soberano, puesto que si cada uno quiere opinar al respecto, no hay orden posible. El punto importante aqu, es que Skinner interpreta el cambio histrico en trminos de paradistole. El cambio lingstico supone un ejercicio de paradistole porque permite a alguna accin que hasta determinado momento apareca como viciosa, aparecer como virtuosa y viceversa. Este sera el mecanismo fundamental del cambio conceptual para Skinner. As, ste destruye la idea de autor, porque la disuelve en la idea de texto; pero lo hace para terminar recobrndolo en otro plano ms fundamental. Porque para l, el verdadero autor (a diferencia de los meros reproductores del lenguaje) es aquel que realiza un ejercicio de paradistole. Aquel que cuestiona las convenciones lingsticas existentes, e introduce en el habla de una poca sentidos nuevos para las categoras hasta entonces existentes.

Problema que plantea ste nfasis en la intencionalidad: Resuelve el problema del cambio histrico demasiado rpido. Todos los grandes cambios no son nada ms, entonces, que el resultado de grandes autores que vinieron a aportar novedades lingsticas. El lenguaje poltico moderno sera resultado del largo proceso de acumulacin de nuevos sentidos [footnoteRef:4]. Ahora bien, apelar a la idea del gran autor, de la figura providencial que viene a intervenir sobre la historia y establecer una realidad nueva es todava una explicacin demasiado fcil e insuficiente. Es como en las antiguas tragedias griegas, lo que se llama el deus ex machina: aparece un dios que, frente a una situacin insoluble, viene y la resuelve. Era una mquina, efectivamente, que entraba en escena y destrababa una situacin que por s misma no tena ninguna solucin. [4: Esto es lo que Skinner analiza en sus libro Los fundamentos del estado moderno. Esa es su gran obra histrica, donde lo que traza, a lo largo de 3 siglos, desde Maquiavelo hasta Hume y el s XVIII y la Ilustracin, es cmo fueron incorporndose nuevas categoras que dieron finalmente lugar al concepto de Estado moderno. Esta obra despus ser muy criticada porque ya en su mismo ttulo Skinner estara haciendo todo lo que l dice que no hay que hacer, ya que parece el caso de manual de mitologa de las doctrinas. Massingham, que rese ese libro, llega a decir que si no fuera Skinner quien lo escribi y fuera l quien lo estuviera reseando, dira que es un texto muy bien escrito en una tradicin perfectamente errnea. Skinner se hizo cargo de estos cuestionamientos, ya que se justific diciendo que lo hizo para conseguir un cargo.]

Para l es fundamental la figura del autor porque le da un sentido poltico. Lo asocia con que, si no pudiramos rebelarnos contra los lenguajes existentes, no habra margen para la libertad humana; y, en ltima instancia, no habra historia. Pero el punto fundamental, desde la perspectiva terica, es que esto no slo es una explicacin insuficiente, sino que nuevamente termina obligndolo a desmoronar toda su teora. Porque en el momento de explicar el cambio conceptual, no habra otra forma de volver.ESCUELA ALEMANALa escuela alemana de historia de conceptos (Begriffsgeschichte), que desarrolla Koselleck, es una reaccin contra la Ideengeschichte, que era una vieja tradicin alemana de matriz neokantiana cuyos principales representantes son Cassirer y Dilthey. Dilthey: se propuso completar el sistema neokantiano con una crtica de la razn histrica. Hay dos tipos de conocimientos: el conocimiento de los hechos naturales y el conocimiento de los hechos histrico-sociales. En el campo de las ciencias naturales, Kant tena razn, lo que nosotros creamos, construimos, es un objeto de conocimiento que nunca coincide con la cosa en s, el nmeno, esto es, todo conocimiento es abstracto y mediado a partir de categoras. Pero esto no es as para el caso del conocimiento histrico social, puesto que este es un conocimiento que no se encuentra mediado, es de tipo inmediato, nos coloca inmediatamente frente al objeto de estudio. Y esto porque lo que importa la historia no son los hechos en s mismos, sino los modos en que los sujetos experimentaron esos hechos. La historia no es una sucesin de acontecimientos, sino un entramado de experiencias histricas. Y esas experiencias histricas son inmanentes al propio sujeto; no nos colocan en un objeto que se encuentra por fuera del sujeto, sino que de lo que se trata es de reconstruir la propia experiencia. Y aparece el problema de la re-vivencia: qu sucede cuando nos colocamos ante pocas o culturas que nos son extraas, que no nos son inmanentes, con las cuales no guardamos vnculo existencial. Aqu de nuevo aparece el fantasma de la trascendencia: que lo que piensan los otros lo tenemos que reconstruir a partir de nuestras categoras, y por lo tanto de manera abstracta y mediada. Proyectamos sobre el otro nuestras propias categoras, pero no logramos captar ese objeto en s mismo nunca, nos es trascendente. No hay unidad entre el sujeto y el objeto de conocimiento. Es aqu donde Dilthey produce una afirmacin que funda la tradicin hermentucia: nosotros no podemos penetrar en la mente de los otros, no creemos en una penetracin mstica en la mente de los otros, pero s podemos reconstruir esas tramas de sentido a partir de las cuales se construy una cultura, una poca dada, a partir de las objetivaciones materiales de la cultura; a travs de instituciones, monumentos, etc. Aqu surge la tradicin hermenutica, que va a llegar hasta Geertz. Gadamer introducir un giro lingstico en esta tradicin hermenutica: dir que el gran monumento de la cultura donde se encuentran sedimentadas esas experiencias histricas es el propio lenguaje. Entonces, es a partir del lenguaje que nosotros podemos reconstruir esas tramas simblicas o universo de experiencia (Koselleck ser discpulo de Gadamer).

Una de las crticas que se le va a hacer recurrentemente a la historia de ideas es su ahistoricismo, el hecho que niega el cambio conceptual. Como vimos, esta crtica, en el caso de Lovejoy, es un poco injusta, ya que ste era consciente que la cadena del ser no era lo mismo para Platn que para Leibniz, esto es, no desconoca que las categoras cambiaban su sentido. Pero s es cierto que para esta tradicin neokantiana resultaba difcil pensar una nocin fuerte de cambio conceptual. Habra que suponer, de alguna forma, que por debajo del cambio histrico, hay un ncleo conceptual que se mantiene fijo. Pero entonces, si en cada nueva definicin, por ejemplo, de la idea de democracia, no hubiera nada que permaneciera de la anterior, entonces estaramos ante dos categoras distintas, y lo nico que las une es el nombre, sin que tengan ningn sentido en comn. NO habra forma de escribir una historia de la democracia, porque sera crear una entidad artificial a partir de la sola recurrencia incidental de un mismo nombre que no remite a nada en comn.Lo que va plantear Koselleck es justamente eso: que no hay nada en comn. Retoma la frase de Nietzsche: Slo lo que no tiene historia puede definirse. Esa es la diferencia fundamental entre una idea y un concepto. Y los conceptos, a diferencia de las ideas, son indefinibles. Y esto, porque no hay ninguna definicin que se pueda aplicar a todos los sentidos que histricamente adquiri el concepto de democracia. Toda definicin necesariamente es demasiado amplia y demasiado estrecha al mismo tiempo. Demasiado amplia porque, para dar cuenta de esa diversidad, tiene que volverse tan vaga que prcticamente no va a decir nada, donde entra todo. Y demasiado estrechas porque nunca van a poder lograr integrar completamente todos los postulados que deberan entrar dentro de esta categora.Los conceptos van cambiando histricamente, pero el punto es que a lo largo de eso scambios se va articulando una trama semntica. Y de lo que se trata es de reconstruir esa trama o tejido de sentidos. Aqu es donde entra el valor de la historia conceptual: nos permite reconstruir esos entramados histricos.Los conceptos no pueden definirse porque son inevitablemente plurvocos, a diferencia de las ideas, para Koselleck. Dentro de los conceptos siempre se encuentran inscriptas una pluralidad de experiencias histricas. Y es justamente ese carcter plurvoco lo que le da al concepto su valor histrico, y que hace que la historia conceptual exceda la historia social, ya que nos permite reconstruir grandes estructuras de sentido.Ahora bien, al mismo tiempo que la historia conceptual excede a la historia social, inversamente la historia social excede a la historia conceptual: y esto, porque ningn hecho se reduce a su designacin, ningn concepto es nunca tan nuevo que su sentido no se encuentre de alguna forma ya contenido en las convenciones lingsticas preexistentes. Esto deriva de que los conceptos no slo son ndices de la realidad sino que al mismo tiempo son factores de la realidad. Esto es, delimitan el rango de lo pensable y lo decible en cada momento. Ahora, en tanto que factores, esto significa que de alguna manera slo tienden a reproducir las estructuras existentes, esto es, las convenciones dadas. Slo la historia social puede explicarnos por qu las expectativas existenciales depositadas en un concepto se ven eventualmente frustradas y emerge una nueva realidad. La historia conceptual nos explicara las estructuras (la larga duracin). La historia social irrumpe en el momento de cambio, cuando se produce el acontecimiento, en los grandes quiebres histricos (la corta duracin). Pero entonces, la propia historia conceptual no podra dar cuenta de cmo cambian esos conceptos (ya que el concepto delimita el rango de lo pensable, y el uso presente de determinado concepto siempre se encuentra determinado). Aqu es donde se rompe esta unidad de que los conceptos son ndices y factores al mismo tiempo. Cuando hay que dar cuenta del cambio, los conceptos pasan a ser ndices de realidades de las cuales ellos mismos no han sido factores. Con lo cual, segn la propia teora koselleckiana, tampoco podran servir de ndices, ya que slo sirven de ndices aquellos que han sido factores. PROBLEMA: en el momento de dar cuenta del cambio, tiene que volver a una teora cruda de la representacin, los cambios en la historia conceptual son el sub-producto de cambios producidos en otro mbito de la realidad distinto al suyo, que es aquello que la propia teora koselleckiana trataba de enfrentar con su concepto de la experiencia histrica en tanto que en la historia conceptual los conceptos son ndices y factores, suponiendo as que la historia social no es algo que funcione con independencia de la historia conceptual y viceversa, sino que ambas se encuentran siempre imbrincadas una con otra.

TERICO N2La historia, como deca Dilthey, no est hecha de una sucesin de acontecimientos sino de vivencias. Y estas vivencias llevan ya una carga cultural subjetiva. La historia no es algo independiente del sujeto, porque no es independiente del modo en que el sujeto experimenta esos hechos. Con lo que nos enfrentamos en la historia son siempre manifestaciones culturales y no hechos puramente naturales. De lo que se trata es de trascender de las manifestaciones visibles de la cultura y reconstruir las tramas de vivencias que le dieron origen: he aqu el concepto hermenutico de la cultura. ste provee la clave para leer las experiencias histricas como fenmenos culturales, lo cual es la diferencia fundamental entre un tipo de conocimiento histrico del tipo de conocimiento propio de las ciencias naturales. Esta fue toda la discusin propia de las filosofas de la vida, las filosofas neokantianas y fenomenolgicas de fines del siglo XIX y comienzos del XX en Alemania. De all salen Gadamer, Heidegger, y tambin sus discpulos: Koselleck y Blumenberg.Gadamer dentro de esta tradicin hermenutica da lo que denomin gir lingstico. Para l, esa gran manifestacin cultural donde se encuentran plasmadas esas experiencias histricas es el propio lenguaje, porque toda experiencia se expresa, se manifiesta o se articula a partir del lenguaje. No existe experiencia histrica que no est lingsticamente ordenada, por eso, es tambin a travs del lenguaje que podemos reconstruir esas manifestaciones culturales, que son a las que dieron lugar las experiencia shistricas. Esto es, el lenguaje sirve de ndice de las experiencias histricas justamente porque es un factor para su constitucin como tales. Koselleck est de acuerdo con esto: los conceptos son los que convierten los hechos en experiencias y permiten, de este modo, articular las distintas experiencias entre s. Slo a travs de los conceptos es que nosotros podemos hilvanar y conformar una vida histrica. Las distintas experiencias singulares cobran una unidad de sentido en la medida en que se encuentran conceptualizadas. Sino, son ocurrencias puramente NATURALES que no tienen ningna articulacin, ninguna UNIDAD DE SENTIDO. Lo que les da sentido, son los CONCEPTOS,y esto, porque sirven al mismo tiempo de ndice de factores de las experiencias histricas, porque no hay verdaderamente experiencia histrica, sino se encuentra de alguna forma conceptualizada, ordenada significativamente. El hecho se convierte en vivencia (Erlebnis).Ahora bien, el gran problema que se plantea a fin del siglo XIX es cmo responder al desafo evolucionista, esto es, una vez producida la quiebra de las visiones evolucionistas de la historia (Hegel, Schelling, etc.). El concepto evolucionista de la historia en el siglo XIX sucede desde el momento que se produce la muerte de Dios, se piensa que no hay nada ni nadie colocado por fuera de la historia, ninguna instancia trascendente, que la historia es un sistema inmanente de relaciones. Ahora, si eliminamos la idea de cualquier instancia que pueda introducir algo nuevo en la historia desde fuera de la propia historia, tenemos que suponer que no hay nada al final del proceso histrico que no se encontrara ya germinalmente, como potencia de desarrollo, en el origen. En ste estara prefigurado todo el desarrollo posterior, no en acto, sino como una finalidad inmanente en potencia pero que tiende a desplegarse histricamente. Este sera el legado hegeliano. La historia forma un sistema lgico, articulado, evolutivo, por debajo de todos los cambios yacen ciertos principios comunes que son los que dan origen y articulan entre s las distintas manifestaciones. En ltima instancia, una manifestacin surge necesariamente de otra precedente, nada surge de la nada. Existe la nocin de un proceso que integra todas las transformaciones histricas.Esto es lo que se quiebra a fines del siglo XIX, aparece la idea de un cambio ms radical de la historia, el cambio no se da solamente al nivel de la superficie visible de los fenmenos. Esto tiene que ver con la diferencia entre Koselleck y la historia de ideas neokantiana: no hay nada que permanezca idntico en la historia. Cada poca, cada cultura y cada momento forman estructuras significativas discretas e inconmensurables entre s. Y esto vuelve a replantear una y otra vez cmo es que stas estructuras cambian, cmo es que se produce el paso de una forma a otra, sin tener que apelar nuevamente a la idea de que existira un Dios por fuera de la historia responsable de ese cambio, que introduce en sta la novedad radical que no pudo surgir desde el interior de ella misma, puesto que de este modo no hara ms que reproducir su misma estructura lgica presente. La filosofa neokantiana de la historia y la fenomenologa van a introducir una idea mucho ms fuerte y radical de cambio, de rupturas histricas de la existencia. Autores como Dilthey intentan separarse de Hegel, cuando dicen que las experiencias histricas se van imbricando unas con otras, esto no puede ser totalmente as, porque si fuera as no habra verdaderamente cambio. Tambin Koselleck lo dice: en un concepto no puede haber nada que no se encuentre ya contenido en el universo dado. No puede haber nunca depositados en un concepto sentidos que no se encuentren de alguna forma ya contenidos en la trama simblica de la cual ese concepto surgi. Entonces, el desafio evolucionista es el que presenta que siempre va a haber problemas para explicar cmo eso es posible; cmo si B viene de A, hay en B algo que ya no estaba contenido en A. [footnoteRef:5] [5: Koselleck dice as: en el estadio consecuente siempre hay algo ms o menos que en el estadio precedente. La solucin que l da afirma que por detrs de ese ms o menos estn los hombres. Aparece aqu la figura del Hombre, del Sujeto, la idea del carcter agencial del sujeto o los sujetos (son los hombres los que hacen la historia).]

Dilthey se plantea este problema, frente a Hegel. Y es entonces que apela al concepto de Naturaleza. El concepto de Naturaleza en Dilthey entra por dos vas opuestas. Por un lado, aparece en un sentido ms tradicional, ms propio de la ilustracin. Si nosotros conocemos la historia, es porque sta nos es inmanente. Pero, qu pasa cuando no mantenemos ningn vnculo existencial con una poca o cultura? Dilthey resuelve esto diciendo que ms all de las diferencias culturales hay un sustrato unitario de la naturaleza humana, hay orientaciones psicolgicas generales que nos son comunes a todos. Las formas vacas de la experiencia histrica son comunes, aunque varen su contenido. La naturaleza aparece aqu como aquel sustrato unitario que permite vincular las variedades culturales haciendo as posible la inteligibilidad histrica de aquello que nos resulta, en principio, extrao. Ahora bien, en la segunda acepcin de naturaleza, vendr a responder a la pregunta opuesta, no y acmo explicar la unidad del gnero humano, sino cmo explicar el cambio. l se pregunta por qu la historia no se puede nunca articular completamente como un sistema lgico y cerrado de relaciones (como pensaba Hegel). En suma, por qu hay Historia (invirtiendo as el sentido de Historia, no ya indicando aquello que unifica las experiencias histricas y les da unidad de sentido, sino aquello que quiebra esa unidad e introduce una novedad. La respuesta que da es: porque el hombre tiene que lidiar con una instancia que le es extraa: la naturaleza. sta se enfrenta permanentemente en la historia con algo que no puede dominar nunca completamente. Y es eso lo que abre la historia a la temporalidad, fisura el espacio lgico. Los sistemas de intencionalidades nunca pueden articularse como sistemas lgicos, racionales y cerrados, porque siempre tienen ue enfrentarse con algo que los desafa desde afuera y que en ltima instancia termina dislocando las articulaciones histrico culturales dadas, dando lugar as a nuevas conformaciones histricas y formas simblicas. Esta acepcin, no se refiere a lo que nosotros solemos entender banalmente como naturaleza, sino que se refiere al residuo irracional que no se deja asimilar a las mallas simblicas. Esto es, siempre hay algo que desafa nuestros modos de experimentar, conceptualizar y asir la realidad, que est por fuera y no se reduce completamente a nuestro sistema asimblico. Esa lucha con eso que no se deja asir completamente es lo que obliga y motoriza esas permanentes configuraciones de sentido, la creacin de nuevas formas simblicas y estructuras. Esto es lo que hace posible la historia, no ya identificada con un concepto evolucionista, sino con un cambio radical, con aquello que quiebra los procesos evolutivos.Este gran cambio que se da en el siglo XIX y atraviesa el conjunto de pensamiento. Ej., en Biologa, surgirn teoras neodarwinistas que plantean los procesos evolutivos como no estando contenidos en el germen, sino que producindose por mutaciones globales y azarosas (Mendel). La teora de Koselleck, e incluso de Skinner, se inscriben en esa gran mutacin que se producen a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Estn pensando en la idea de un cambio radical, pero que supone necesariamente la reintroduccin de alguna instancia de trascendencia que va a tener distintos nombres: el sujeto, el agente; el autor en Skinner, la naturaleza en Dilthey. Esto no explica todava como los sujetos logran introducir novedades en la historia. Nunca terminan de resolver la problemtica evolucionista: en ltima instancia, ese sujeto al que se apela no es ms que un mero postulado, un nombre puesto al problema que con ello no se alcanza a resolver. Ese sujeto al que apelan estas teoras no va a ser ms que una versin secularizada de Dios, y al que se le van ahora a trasmitir esos mismos atributos que antes se pensaban en la figura divina.

En el caso de Koselleck, la idea de historia social funciona en este sentido: cmo es posible, si los conceptos articulan tramas histricas de sentido, que esas tramas en algn momento se quiebren y den lugar a nuevas configuraciones de sentido? Cmo el seala, los propios conceptos no pueden rebelarse contra sus propias condiciones de posibilidad. Pensar lo contrario sera atribuirles una suerte de poder demirgico. Aqu apela entonces a la historia social, que ocupa ahora el lugar de la naturaleza en su segunda acepcin en Dilthey, aquello que viene a quebrar la linealidad de los procesos evolutivos permitiendo pensar cmo es que se introduce una novedad radical en la historia. Esos momentos en que se pasa de un universo conceptual a otro es donde entra la historia social. Si nos quedaramos con la teora de Gadamer de que no hay verdaderamente experiencia histrica que no est conceptualizada recaeramos en un concepto evolucionista en donde no habra forma ya de pensar el cambio. Ahora bien, PROBLEMA, cul es esa historia social? Cmo podra haber historia propiamente que no se encuentre ya conceptualizada? Pues la historia es siempre entramados de sentido. Entonces la pregunta es cmo hechos puros, meras ocurrencias naturales o desprovistos de todo significado (porque el significado slo se los puede otorgar los conceptos) pueden dislocar estructuras de sentido dadas. Esto remite al doble exceso que se produce entre historia social e historia conceptual que es el que permite, segn Koselleck, entender la historia. Por un lado, permite comprender cmo se articulan las grandes estructuras histricas (esto es lo que explica la historia conceptual), y por otro, cmo stas se desarticulan (esto es lo que explicara la historia social). A la inversa, la historia social no puede explicar por s misma cmo se arman configuraciones y experiencias histricas, pero la historia conceptual no puede explicar por s misma cmo entran en crisis esas estructuras de sentido.

Sattelzeit: es el perodo de quiebre que va de 1750 a 1850, en el que se produce el paso de un universo tradicional a un universo moderno. El Diccionario de conceptos polticos fundamentales (que Koselleck escribi junto a Werner Conze y Otto Brunner) est destinado a comprender esa a gran mutacin conceptual y cultural que se produjo en Occidente y del que nace la modernidad. En estos aos se observa un gran cambio lingstico, un proceso de resemantizacin de todos los conceptos. Esta mutacin general est asociada con la singularizacin de ciertos sustantivos. Por ejemplo, se pasa de revoluciones (como hechos naturales, ciclos) a la idea de revolucin; de la idea de derechos (los que estaban en el antiguo rgimen) a la idea del derecho; as tambin, caso ms caracterstico que K. analiz, de las historias, se pasa a la idea de Historia. Esta es la idea de Historia como un sustantivo colectivo singular que despliega una temporalidad por s. Antes no exista la Historia, lo que existan eran historias. Esto tiene que ver con lo que l llama la quiebra del viejo tpico ciceroniano de la historia magistra vitae, esto es, la historia como maestra de vida; esto implica buscar en la experiencia pasada lecciones para el presente. En ltima instancia lo que muestra es la ausencia de un concepto de unidad y singularidad en la propia historia. SI yo puedo extraer lecciones del pasado para el presente, es porque lo que cambian son los nombres y los escenarios, pero las mismas situaciones se mantienen. El concepto ciceroniano est fundado en la idea de la iterabilidad de la historia, la historia siempre se repite. Cuando la historia cobra unidad, tambin hace imposible toda vuelta atrs; ella es una unidad que se va transformando a lo largo del tiempo y no una mera acumulacin de eventos singulares; avanza como un flujo unitario que impide cualquier retorno al pasado. Eso hace imposible que podamos extraer del pasado lecciones sustantivas para el presente. Lo nico que sabemos es que el futuro va a ser distinto del presente, como el presente es siempre distinto del pasado.Este gran cambio del que nace la idea de la Historia, l lo va atribuir a distintas explicaciones: uno es la era de las exploraciones, lo que va a dar a los europeos una nueva conciencia respecto de la diversidad cultural existente en el mundo. Por otro lado, los cambios tecnolgicos que van a dar lugar a la idea de progreso, por la cual el futuro no sera ms legible desde la experiencias del pasado. El otro hecho fundamental ser la Revolucin Francesa, sta va a dar una nueva conciencia del carcter agencial del sujeto, si la historia es cambio es porque los sujetos son los que constituyen la historia. Entonces, fundamentalmente, la idea de una temporalidad inmanentemente generada en el interior de la propia historia va a ser el resultado de la combinacin, por un lado, de la idea de progreso de la ilustracin con la conciencia de la constructibilidad de la historia producida por el hecho revolucionario. Esto es lo que permite el nacimiento de las filosofas de la historia del siglo XIX. Permite que surja la idea de Hegel del trabajo de la historia: la historia como sistema. Junto con esto, tambin va a aparecer una nueva idea respecto de la flecha del tiempo; porque el progreso genera constantemente nuevas experiencias que volcadas retrospectivamente hacen que nosotros veamos el pasado de forma siempre distinta. La quiebra de la historia magistra vitae obliga al pensamiento a replegarse sobre las formas vacas del cambio, las estructuras de la temporalidad. Nosotros no podemos extraer lecciones sustantivas de la historia, pero lo que la dota de inteligibilidad ya no son los contenidos histricos sino los grandes modos en los que se articula la temporalidad histrica.Koselleck define aqu dos grandes metacategoras histricas. stas son espacio de experiencia y horizonte de expectativa. Cmo se relacionan entre s es lo que permite entender las distintas formas de estructuracin de la realidad histrica. Lo que caracteriza a la temporalidad histrica propia de la modernidad es el divorcio entre espacio de experiencia y el horizonte de expectativa. En nuestro espacio de experiencia presente y lo que podemos esperar del futuro hay siempre un abismo. De all el extrae un postulado metahistrico ms general, que es lo que denomina la ley de la aceleracin del tiempo. sta dice que el cambio histrico se produce siempre en intervalos cada vez ms cortos del tiempo.

APORTES DE KOSELLECKLa Historia de Conceptos como nombre puede ser un poco tramposo, porque a l no le interesa verdaderamente hacer un trazado de cmo cambia cada concepto singular, sino que detrs del anlisis conceptual de los cambios que sufre cada nocin particular a l lo que le interesa es reconstruir cmo se reconfiguran los grandes horizontes de sentido. La idea es trascender los cambios a nivel de cada concepto individual para ver cmo fue que se reconfiguraron aquellos grandes horizontes de sentido al interior de los cuales esos conceptos se fueron desplegando. Este es el primer aporte fundamental: articular grandes unidades de sentido a partir de la Historia conceptual que retoma desde Dilthey y sus maestros. El segundo aporte es que esta bsqueda de reconstruccin de los horizontes de sentido tiene que ver con una redefinicin del objeto de estudio. Lo que est buscando realmente no es analizar cmo cambian lo sconceptos sino las condiciones de posibilidad de los conceptos. En este sentido, hay que interpretar el postulado de evitar los anacronismos. Si yo digo que Moreno o Alberdi dijo algo que, en realidad, no dijo, eso es un error que uno puede comprobar leyendo al mismo autor. Pero eso no es un anacronismo. Para poder decir que esto que yo dije de Alberdi es un anacronismo, se tiene que poder demostrar que Alberdi no slo no dijo eso (Que no se encuentra en su obra), sino que tampoco nunca podra haberlo dicho. Y esto es una tarea propiamente hermenutica.

PROBLEMAS DE KOSELLECK

Uno es el ya mencionado problema del cambio. La idea del Sattelzeit plantea un primer problema: el sugiere la existencia de una nica ruptura conceptual en Occidente, que divide tradicin y modernidad, y que se produjo entre 1750 y 1850. Esto le hace perder de vista ocurrencias de otras rupturas. Por ejemplo, como acabamos de ver, a fines del siglo XIX se produjo una ruptura no menos radical cuando se quiebran las filosofas evolucionistas de la historia. Pero l tiende a ver modernidad y tradicin como si fueran dos bloques o unidades homogneas y claramente delimitadas entre s. De este modo, termina incorporando en estas categoras fenmenos, procesos y formas de conciencia histrica muy distintas entre s (ej.: hegeliana y neokantiana, que para el son las dos modernas, perdiendo de vista un quiebre; otro ej., ilustracin y romanticismo).Esto tiene que ver tambin con la ley de aceleracin del tiempo. Esta ley slo permite entender dentro de la modernidad diferencias de grados, de tipo cuantitativo. Lo que cambia del siglo XVIII al XIX va a ser la tasa del cambio: ste se va a producir ahora en intervalos ms cortos.

HANS BLUMENBERGl escribe su primer texto terico, lo manda al Archiv fr Begriffsgeschichte (Archivo para la Historia Conceptual), que se llama Paradigma para una metaforologa, donde cuestiona la historia conceptual y seala sus lmites. sta puede explicar cmo cambian los conceptos, pero no por qu cambian los horizontes de sentido dentro de los cuales los conceptos se despliegan y a los que siempre presuponen. Para acceder a estos cambios, es necesaria una metaforologa.Yendo al caso del Sattelzeit, est claro, por un lado, que el surgimiento de la idea de una historia en singular no se explica sin los cambios cientficos (todo lo que analiza Koselleck). Pero, inversamente, la revolucin francesa, los progresos cientficos, etc., no se podran haber producido sin los cambios conceptuales que le precedieron. Si los reyes eran vistos como sagrados, encarnaciones de Dios en la Tierra, no podran ejecutarlos.[footnoteRef:6] Entonces, no puede aceptarse esta idea de la historia social como apareciendo cual especie de demiurgo ltimo que introduce cambios de la nada, ya que esos mismos cambios histricos deben explicarse a partir de experiencias previas que no estn desprendidas de lo conceptual. No sera posible, entonces, desgajar nunca la historia social de la historia conceptual. Es el propio postulado de Koselleck: no hay historia que no sea historia conceptual, porque sin sta no hay tramas de sentido, no hay historia. Y esto es lo que remarca Blumenberg: no existe historia que no se encuentre ya imbrincada por lo simblico, pero va a proponer aqu una visin mucho ms compleja y estratificada de ese universo simblico, donde, ms all del plano de las ideas y los conceptos, existe otro plano de simbolizacin ms primitivo, que es el que nos permitira acceder, ms all de cmo cambian los conceptos, a cmo se reconfiguran esos grandes horizontes de sentido. Es aqu que apela entonces a los mitos, las metforas y a otras formas de inconceptualidad. [6: Aqu Blumenberg est partiendo de la idea de Husserl en la Crisis de las ciencias europeas. Husserl deca all que es mentira que las ciencias hayan sido las que provocaron la secularizacin del mundo la muerte de Dios-, sino a la inversa: fue primero necesario que el mundo perdiera sus misterios, que pudiera volverse objeto de anlisis cientfico, para que pudiera surgir la actitud racional hacia el mundo. Si nosotros pensamos que las vacas son sagradas, no las podemos diseccionar o convertir en mercancas.]

DIVERGENCIA: HEGELPara comprender el papel de la metaforologa en Blumenberg, hay que referirse necesariamente a de dnde viene la idea de concepto en Koselleck, segn propia teora de Palti, que es de Hegel. En la Doctrina del concepto, en la Lgica, Hegel se propona superar las limitaciones de lo que l llama las doctrinas del entendimiento propias de la Ilustracin. El principal problema que tena esta era que toda categora, a medida que gana en generalidad, pierde en contenido. El extremo se dara en el concepto de totalidad, que, paradjicamente, se terminara identificando con la nada, porque no se podra decir nada de ella, ya que si se dijera algo, necesariamente excluira algo, y no servira entonces como definicin de totaidad.Lo que se propone Hegel es buscar una forma en que el concepto, a medida que avance en generalidad, se enriquezca ms de contenido, y no se empobrezca ( Aqu vemos una de las matices que llegan a Kosseleck, ya que para ste los conceptos son siempre semnticamente mucho ms ricos que las ideas, ellos se van enriqueciendo histricamente). Pero lo que no puede admitir Hegel es la indefinibilidad de los conceptos. El gran problema de la filosofa del entendimiento, es la cpula es, cuando yo digo la rosa es roja, la Ilustracin lo entiende como estableciendo un vnculo meramente circunstancial y externo entre dos entidades plenamente constituidas con independencia entre s: la rosa y el color rojo. El problema, dice, es que el sujeto, desprendido de sus predicados, es una nocin puramente vaca. Slo el predicado nos dice lo que la cosa es. Ese vnculo que se establece no es meramente externo, circunstancial y contingente entre dos entidades, sino que es definicional. Slo en la medida que el sujeto se vuelve otra cosa de s es que se nos revela lo que la cosa es. Esa es la idea del movimiento del sujeto: ponerse fuera de s para recuperarse a s mismo. La estructura bsica para l del concepto es el juicio disyuntivo, que es donde se va agregando la pluralidad de predicados, y cuanto ms predicados, ms rico en determinaciones se vuelve ese concepto. Pero esto requiere un doble movimiento: un movimiento analtico, que permite ir descubriendo cules son esos atributos que se pueden predicar de ese sujeto, e inversamente, la sntesis que permite volver a ese sujeto sobre s, al concepto sobre s, para establecer ese vnculo definicional. La gran paradoja que aparece en la doctrina del concepto de Hegel, es que slo el anlisis nos permite saber lo que ese sujeto es, porque fuera del anlisis es vaco. Pero para poder saber si ese predicado le corresponde a ese sujeto, deberamos saber ya cules son los atributos de ese sujeto

BLUMENBERGEse vnculo primitivo que se establece entre un sujeto y un predicado, es un vnculo de tipo existencial, slo se establece mediante procedimientos retricos. No hay otra forma de establecerlo racionalmente sin caer en la circularidad. Slo se establece mediante figuras, imgenes que se crean, y a partir de ah entonces s se puede establecer un procedimiento discursivo, analtico, racional de un concepto. Pero en el instante primitivo de institucin de ese concepto como tal, en su base, existen mitos, metforas; distintas formas de procedimiento retrico. Porque el pensamiento discursivo no puede evitar esa paradoja que aparece en Hegel. Y de lo que se trata es de acceder a esos momentos de institucin primitiva de sentido, que se logra mediante instancias de simbolizacin que son previas a lo conceptual, y que es a lo que se orienta su teora de inconceptualidad.[footnoteRef:7] [7: Esto tiene que ver con los grandes camios que se dieron a finales del siglo XIX. Teorias de la Gestalt, test gestlticos,, ahora veo pato, ahora veo conejo, Bueno, no es que yo analizo primero y veo que ac hay un ojo, una boca, y ec., y digo ah, entonces es un pato, sino que es al revs: primero descubro sbitamente que se trata de un pato y despus, una vez que le doy sentido a la totalidad, puedo empezar a distinguir este es el ojo, esta es la boca, etc. Existen momentos de configuraciones de sentido que son sbitas y globales, que crean estructuras o totalidades de sentido dentro del cual despus se despliega el conocimiento de orden discursivo.]

Blumenberg, la metfora es ella misma una metfora. Fora es lugar,y meta es traslado. Es un traslado de lugar: designar una cosa mediante otro nombre, distinto de su nombre propio. Blumenberg se interesa por una forma de metfora, que son las que llama metforas radicales y que son las metforas fundamentales del discurso que tienen la forma de lo que Quintiliano (quien escribi una de las obras de retrica ms importantes de la Antigedad), llamaba catacresis. La alegora es darle otro nombre algo que ya tiene su nombre propio que lo define (yo al vaso le digo contenedor, pero puedo decirle tambin vaso. La catacresis aparece cuando uso una figura del lenguaje para ponerle un nombre a algo que no tiene un concepto que lo defina, un nombre propio que lo designe. Las metforas absolutas ya no valen por lo que dicen, porque en realidad no designan nada, no son ms que un nombre puesto a eso que no sabemos cmo definir. Pero si cumplen una funcin fundamental, porque es as que nosotros logramos dominar simblicamente ese objeto, inscribir en una trama discursiva a eso que se nos presenta en principio como extrao e incomprensible.APORTE DE BLUMENBERGEstablece un giro fundamental en los modos de interrogarse acerca del cambio conceptual. El lo que se pregunta, en Paradigmas de una metaforologa, es qu patologas del lenguaje son las que esas metforas absolutas vienen a llenar. El gran problema no es tanto ver qu es aquello que viene desde afuera a irrumpir sobre el lenguaje y trastocarlo, sino ms bien a la inversa: cules son esas patologas inherentes a nuestros sistemas de simbolizacin que nos llevan permanentemente a postular la existencia de este tipo de agentes, como la naturaleza, el sujeto, etc.

Lo que se pierde de vista la afirmacin de que los hombres construyen la historia, dice Blumenberg, es la naturaleza metafrica de esa misma afirmacin. El problema de quienes lo afirman es que toman literalmente lo que nada ms es una metfora. De lo que se trata es de descubrir qu lagunas de lenguaje son las que esas metforas vienen a llenar y que lleva a proyectar tales figuras desde el interior del propio lenguaje. Y es este giro en los modos de interrogacin que produce Blumenberg es fundamental y aqu encontramos el objeto ltimo de la historia de los lenguajes.

COMBINACIN DE LOS APORTES DE LAS RESPECTIVAS ESCUELASEl problema que se plantea en estas escuelas es que siguen concibiendo la historicidad, el tiempo, el cambio, como algo que le viene a la historia conceptual desde fuera de ella. Desde estas perspectivas, la historia conceptual carecera de un principio inmanente de temporalidad que sea inherente a las propias estructuras del discurso. Por el contrario, se trata de pensar cmo es posible la idea de acontecimiento en el interior de la propia historia conceptual; no, como deca Koselleck, como algo que es inherente slo a la historia social. Esta problemtica es la que ninguna de estas escuelas por separado logra por terminar de resolver y lo que viene a plantear, justamente, Blumenberg. Esto es lo que conduce a ste ms all de la historia conceptual, hacia una instancia de realidad simblica prediscursiva que nos permitira explicar cmo es que se producen estas grandes reconfiguraciones en los propios horizontes de sentido dentro de los cuales se despliegan.En definitiva, la paradoja que plantea la historia intelectual, y que todos resuelven demasiado fcilmente, sin verdaderamente resolverla, es lo que podemos llamar el desafo evolucionista: cmo algo pudo surgir de lo que exista anteriormente, cmo ciertas estructuras de sentido pudieron haberse articulado en el interior de las estructuras de sentido preexistentes, siendo que, al mismo tiempo, llegan a trastocar la lgica de articulacin de las primeras. Cmo esas estructuras de sentido se pueden rebelar contra aquello que constituye sus propias condiciones de posibilidad. Porque los nuevos horizontes de sentido necesariamente surgen de los que ya estaban antes (nadie vino de afuera a traerlos). La escuela francesa nos muestra hasta qu punto esto es problemtico de explicar.Hasta ahora vimos que la escuela anglosajona vino a introducir una dimensin de lenguaje completamente extraa a la vieja tradicin de historia de ideas, que era la dimensin performativa (la idea del uso, qu es lo que hago yo con el lenguaje). La alemana se mantiene de alguna forma ceida al plano semntico del lenguaje, que era el propio de la historia de ideas, pero viene ahora a problematizar este propio plano, descubriendo distintos aspectos e instancias dentro de l. Por su parte, la escuela francesa, coherente con su impronta estructuralista, va a introducir una tercera dimensin de lenguaje que tambin era completamente ajena a la historia de las ideas, que tiene que ver con la forma, la sintaxis, la gramtica de los discursos. Vemos, entonces, tres niveles de lenguaje. Y la comprensin aislada de cada una de estas escuelas lleva a plantear problemas tericos, porque todas pierden de vista algn aspecto.Cmo se produjo el Sattelzeit? Este es el gran problema que constantemente se elude, pateando el problema hacia afuera, apelando a la historia social, al sujeto, etc.Tomando el ejemplo del Sattelzeit, la pregunta es cmo pudo surgir la idea de un mundo secular en el interior de un universo cristiano de ideas (de tipo teolgico). Nuestro universo moderno, secular, nace necesariamente a partir de las estructuras de pensamiento teolgico, que al mismo tiempo van a dislocar. Cmo se pudo producir ese quiebre?Blumenberg tiene un libro llamado La gnesis del mundo copernicano, donde demuestra, siguiendo la tesis de Husserl de La crisis de las ciencias europeas, que el surgimiento de la astronoma copernicana no fue lo que destruy ese universo teolgico, sino al revs: es lo que hizo manifiesto que ese universo teolgico se estaba descomponiendo (y si no, no hubiera sido posible la astronoma copernicana). Blumenberg en ese libro analiza la revolucin copernicana a partir de una historia de efectos, esto es, cmo Coprnico usa los principios de la fsica aristotlica y apela a sus mismos postulados para terminar dislocando la lgica sobre la cual se funda la propia fsica aristotlica.Ofrece as un modelo de anlisis de cmo se producen esas rupturas conceptuales. Blumenberg: lo que existe no es verdaderamente un agente externo, lo que va a existir es la necesidad de postular siempre algn agente para poder explicar el cambio. De lo que se trata ahora es de pensar no cul es ese supuesto agente que viene a cambiar todo, sino de donde nace esa necesidad de postular la existencia de ese agente trascendente. El sujeto, la naturaleza, la historia social en Koselleck, no son nada ms que resultados de las necesidades de las propias teoras para explicar un cambio que deben postular, pero que nunca llegan a explicar por s mismas. Blumenberg desnuda la naturaleza retrica de ese postulado, y nos obliga a repensar todo: a entender, no a ese agente o a ese sujeto, sino al propio postulado de la existencia de ese agente.

TERICO N3El saber natural de los siglos XVII y XVIII surge recluyendo la idea de Dios al momento original del surgimiento del mundo. Todas las especies y todo lo que existe fueron creados de una vez para siempre, siendo que a partir de entonces, el mundo gira y se ordena por s mismo. Esta es la idea del Dios Sabtico de Leibniz, el universo es como un gran reloj, una vez que Dios lo puso en marcha, ese mecanismo puede funcionar slo sin ningn ayuda desde fuera. Por otro lado, en el plano de la Biologa, en los siglos XVII y XVIII se van a perfeccionar los microscopios y se van a descubrir espermatozoides: algunos van a creer ver ya en los espermatozoides ojos, caras, etc. Queran ver perfectamente diseado al hombre maduro en el embrin. Esta era la nica forma de pensar la reproduccin sistemtica de las especies en la naturaleza. Si a lo largo de su crecimiento el embrin atravesara por diversas fases, si se produjeran mutaciones, cmo se podra explicar que las vacas nacen vacas y no sapos, sino fuera apelando a la existencia de una tutela providencial que presidiera el desarrollo? La nica forma de eliminar la idea de intervencin Divina era eliminando la idea de cambio, con lo que el proceso de crecimiento no es ms el de lo que ya est presente originalmente en el embrin.En el siglo XIX se introduce la idea de vida y de historia, producindose una gran mutacin en el saber occidental (relacionado con el concepto de Sattelzeit de K.). Nacen aqu las teoras propiamente biolgicas. Se va a descubrir que el embrin, a lo largo de su desarrollo, atraviesa distintas fases, esto es, sufre mutaciones. De una sustancia originalmente informe surgen las diversas especies Pero cmo se explica la sistematicidad de ese proceso de desarrollo evolutivo? Tampoco el siglo XIX va a poder prescindir completamente de un elemento de preformacin; solamente va a trasladar los elementos de preformacin a los principios formativos de esas formas. Esto es, lo que va a estar contenido en el embrin ya no es el ser adulto, sino los principios que ordenan ese desarrollo evolutivo. Se traslada el plano de la preformacin hacia las fuerzas motoras.Ahora bien, a fines del siglo XIX, se descartar el concepto evolucionista. Se dejar de lado la teora de Darwin de que los cambios en las especies son producidos por una acumulacin de pequeas transformaciones graduales. Redescubrimiento de Mendel, cura del siglo XVII que haba hecho experimentos con habichuelas. Un ojo no se puede formar de a poco, se forma o no se forma. Se adhiere a la teora de que los cambios de las especies se producen de manera sbita, azarosa y globalmente, son siempre totales, nunca graduales. De repente se pasa a una nueva forma, si muestra ser adaptativa, se preserva, si no, desaparece. La seleccin se da a posteriori, pero no incide e n el proceso gentico mismo.

El gran cambio que surge en el siglo XIX es que se van a desprender las ideas de estructura y finalidad. Sabemos que en el concepto evolucionista hay un fin inscripto en el propio germen que tiende por s mismo a desarrollarse, lo cual implica un concepto teleolgico (por lo que para entender un proceso evolutivo tendramos que saber cul es el fin al cual est orientado todo ese desarrollo, cules son los principios que ordenan las lneas directrices del desarrollo)[footnoteRef:8]. Se produce entonces una dicotoma entre estructuras y finalidades. Las estructuras, as, pasan a ser sistemas cerrados y autocontenidos de relaciones que slo tienden a su propia autoreproduccin. Las estructuras NO tienen un principio inherente de cambio, sino que slo tienden a preservar su propio equilibrio o homeostasis. Pero entonces, si los sistemas son cerrados, entonces quiere decir que el cambio debe venirles de afuera, se requiere de un agente externo que introduzca algo nuevo desde por fuera de esos sistemas; puesto que las estructuras no tienden a evolucionar, sino a reproducir su propia lgica, esto es, tal cual son. Los cambios se producen, pero se producen como postulan las teoras neodarwinistas en la Biologa, sbitamente, globalmente y azarosamente (y por la intervencin de una gente externo). [8: ]

Esta es la idea de sujeto que cambi en este siglo. Heidegger, en Caminos del bosque, tiene un captulo llamado La era de la representacin del mundo. All dice que la Modernidad, que aparece con la figura de Descartes, relaciona el subiectum con el hypokeimenon de los griegos. Esto es, el sub-iectum (lo que yace debajo) es aquello que permanece por debajo de las transformaciones que se le imponen. Es aquello de lo cual se predican los cambios, pero en s mismo, en tanto que sujeto, permanece inmodificado. Para la Ilustracin, la ideapreformista animculos: espermatozoides ya formados- se deja de lado en la Modernidad. El sujeto pasa a ser, como dira Hegel, el principio de sus propias transformaciones, aquello que tiene esa capacidad de convertirse en otra cosa permaneciendo el mismo. No es una sustancia que se mantiene siempre igual, sino que es una fuerza formativa del sujeto. Entonces, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, el sujeto pasa a designar eso que viene desde afuera de las estructuras a introducir una radical navidad. Se parte de la idea de que la historia es cambio; pero ese cambio no se puede explicar desde el interior de los propios sistemas, porque stos slo tienden a reproducirse a s mismos. Tiene que venir, entonces, un agente externo. Con esto se invierte el concepto de sujeto respecto de la ilustracin, ya que si en el siglo XVI, XVII y XVIII era aquello que permaneca siempre igual por debajo de los cambios, ahora es todo lo contrario: aquello que viene a producir transformaciones radicales.

Esta es la oposicin entre estructura y fines, estructuralismo y fenomenologa, que subyace bajo todo el siglo XX, y bajo la cual se inscriben KOsselleck, Skinner, etc. Cuando piensan los sistemas conceptuales, lo piensan en trminos de estructuras, formas que slo tienden a su propia autorreproduccin y que no tienen principio inherente de cambio, puesto que eso sera volver a una idea evolucionista. Al mismo tiempo, es lo que los obliga a buscar necesariamente la fuente de cambio por fuera de los sistemas, apareciendo all diversas figuras, el sujeto; la naturaleza; etc. Esta episteme tensionada entre estructuralismo y fenomenologa, entre formas y fines, es la que entrar en crisis en los ltimos treinta aos, puesto que la filosofa intentar superar esta antinomia sin volver a un concepto evolucionista, sino apartndose ms de el.

ESCUELA FRANCESALa escuela de francesa se maneja en una dimensin del lenguaje relativa a la definicin de Saussure del mismo, esto es, el lenguaje no es sustancia, sino forma. Se trasciende el plano semntico, pero ya no en direccin a la pragmtica de los discursos, como en Inglaterra, sino en direccin a las estructuras subyacentes de esos enunciados, esto es, sus reglas de formacin. Los lenguajes NO son conjuntos de enunciados, sino un conjunto de reglas [mecanismos, formas de] para producir enunciados. Determinados modos de articular ideas, no un conjunto de ideas. Hablamos aqu de dos planos distintos, uno es el de los contenidos ideolgicos de los discursos y el otro es el de los modos de produccin de esos contenidos. De ah que los lenguajes sean indefinibles, indeterminados semnticamente. Esto permite entender por qu a lo largo de la historia pensadores liberales dijeron cosas tan contradictorias entre s. Es algo propio de cualquier lenguaje. Yo en espaol puedo decir perfectamente una cosa y tambin todo lo contrario. Lo que identifica una estructura discursiva no es lo que dice sino la forma de producir los enunciados que dice. Por eso desde una misma matriz se pueden decir cosas muy distintas y contradictorias entre s. Se puede ser liberal de formas muy distintas y hasta contradictorias entre s. Lenguaje Ideas. Esta distincin es fundamental en la historia intelectual, ya que nosotros podemos ver que ciertas ideas se mantienen alo largo del tiempo, pero los lenguajes de base, esto es, las estructuras a partir de las cuales esas ideas se fueron articulando, se han reconfigurando profundamente; con lo que el observar la recurrencia de ciertas ideas y motivos no nos permitira ver cmo en realidad estos ya alteraron profundamente su sentido, ya que estn inscriptas en matrices discursivas muy distintas. E inversamente: la percepcin de cambios a nivel de las ideas nos pueden llegar a impedir ver hasta qu punto las matrices bsicas de pensamiento se mantuvieron. Un autor dijo una cosa, despus dijo todo lo contrario, pero su matriz discursiva sigue siendo la misma. Si nos quedamos con el contenido de lo que dijo, todava no llegamos a comprender la estructura de su pensamiento respectivo. Ergo, para entender la historia del pensamiento, hay que trascender el nivel de los enunciados y reconstruir los aparatos argumentativos, las formas de los discursos. Este es el aporte de la escuela francesa.

El gran problema que plantea la escuela francesa es cmo pensar el cambio. Las estructuras no tienen un principio inherente de cambio. Entonces, el gran desafo que plantear ahora la escuela francesa es pensar cmo puedo yo decir algo en correcto espaol, esto es, que responda las leyes de construccin del lenguaje propias de la lengua espaola, pero que al mismo tiempo me obligue a reconfigurar esas reglas segn las cuales los enunciados fueron construidos? Dicho de otra manera, cmo puedo usando las mismas reglas, desafiar a las reglas? cmo puedo crear nuevas matrices discursivas a partir de las matrices preexistentes? Cmo puede un discurso rebelarse contra sus propias condiciones de posibilidad? Esto es lo que el estructuralismo no puede nunca explicar.CUESTIONAMIENTOS DEL ESTRUCTURALISMO

El cuestionamiento del estructura pasa por mostrar que la fenomenologa esconde todava un vestigio metafsico, a saber, la idea de que exista un sujeto o un agente por fuera de las estructuras. No hay sujeto por fuera de ellas, necesariamente, todo sujeto y todo agente se construyen en el interior de un sistema o estructura dada. Pero esto hace muy difcil, o llanamente imposible pensar el cambio.

El otro punto que cuestiona el estructuralismo es lo que Heidegger llamaba la metafsica de la presencia, que lo habamos visto en el caso del neokantismo y la fenomenologa. Esta es la idea de que exista una presencia inmediata del sentido: la idea de vivencia remite a eso. La crtica de la razn histrica, en Dilthey, est basada en la idea de que en la naturaleza, como deca Kant, todo conocimiento es mediado, pero no as en la historia. El objeto de la historia est inmediatamente presente porque es inmanente al propio sujeto, no es un objeto que le sea externo. Son sus propias vivencias y experiencias las que se le presentan inmediatamente. Buen ejemplo de esto es La Gestalt, a fines del XIX; as como para las teoras neodarwinistas, un pato en la realidad surge de golpe, tambin para la Gestalt las articulaciones surgen de golpe. Esas estructuras de sentido que forman totalidades integradas y articuladas se dan sbita y globalmente, presentndose inmediatamente a la conciencia: no son el resultado de una reflexivo, sino que son la condicin de posibilidad de toda reflexin, de todo orden discursivo, de todo sistema racional. Esta es la institucin primitiva de sentidos de la realidad, que sera el Ego trascendental del que habla Husserl. Es el sujeto el que se identifica con ese momento primitivo y articulacin de sentidos globales del mundo. Y este sujeto de la fenomenologa es el que viene a cuestionar el estructuralismo: no hay nadie que venga desde a fuera a instituir un nuevo terreno desde el cual operar. Todo saber existe en el interior de algn orden de discurso ya dado. Por lo tanto, tenemos que pensar que slo tendera a reproducir el sistema de saberes existente en el interior de ese rgimen. Puede introducir novedades a nivel de los contenidos, pero no de la forma. Desafo que le plantea el estructuralismo dentro de la fenomenologa: descartar la idea de un sujeto asociado a su vez a la idea de una presencia inmediata de sentido que no est mediada por un orden de saber discursivo. Si est necesariamente mediada por las estructuras del saber, pero que slo tienden a reproducir los saberes existentes.

Crtica de Derrida al estructuralismo: pasaje del estructuralismo al posestructuralismo

En Francia, con el deconstruccionismo se pasa del estructuralismo al posestructuralismo. En la crisis de los 60 y 70 todo el sistema de saber tensionado entre la antinomia de estructura y fines, estructuralismo y fenomenologa, sistemas autointegrados y agentes trascendentales. Derrida, en La voz y el fenmeno, va a partir del propio principio estructuralista de que el lenguaje no es nada ms que un sistema de relaciones inmanentes, por lo cual nosotros podemos definir un concepto mediante otro concepto, que a su vez para definirlo requiere de otro concepto, y as al infinito. Pero con esto llegamos a lo que Baudelaire llamaba el vrtigo de la hiprbole, el deslizamiento permanente en la cadena de los significantes sin nunca lograr articular un sentido. Para que una estructura logre quebrar ese deslizamiento permanente y se articule en el sentido, que esta cadena de significantes cobre algn significado, es necesario de la existencia de un significado trascendental, esto es, que haya un punto de esa cadena que se quiebre y remita inmediatamente al objeto. Esto es lo que permite quebrar ese sistema cerrado de relaciones y poder decir algo de la realidad, que eso cobre un sentido, y que toda la cadnea, entonces, se articule como un sistema de relaciones lgico y racional. Lo que distingue cada orden de discurso es cules son esos elementos que actan como significados trascendentales, articuladores de sentidos a partir de los cuales toda la cadena se estructura. Pero el punto fundamental para el deconstruccionismo es: la institucin de cada uno de esos significantes como un significado trascendental es siempre necesariamente arbitraria y contingente. No hay ningn punto donde venga naturalmente a alojarse una verdad. El que ocupa ese lugar de la verdad siempre ir cambiando histricamente. Y, de alguna forma, es necesario postular un punto a partir del cual ya no se puede pensar porque es el presupuesto de todo saber. Esto tiene un carcter axiomtico. Esto es as, porque es as. En suma, el estructuralismo para poder estructurarse como estructura tiene que quebrar su propio presupuesto, que es el pensar el lenguaje como un sistema apuramente inmanente de relaciones. Hay un punto donde ese sistema inmanente se quiebra, y es el ncleo a partir del cual esa estructura cobra sentido. Si el estructuralismo acusaba a la fenomenologa de adoptar una perspectiva metafsica (la secularizacin de la trascendencia divina, bajo la forma de un sujeto trascendental instituyente de sentido) y pretenda resolver esa herencia en la primaca de las estructuras, el deconstructivismo derrideano seala el lastre metafsico del estructuralismo en la medida en que ninguna estructura se sostiene como estructura de sentido si no es a partir de una institucin de sentido originaria y arbitraria [lo contrario sera caer en el vrtigo hiperblico de Baudeliare, un desplazamiento constante entre significantes sin significados]. La empresa deconstruccionista es confrontar todo orden del discurso con la radical contingencia de los fundamentos de su saber: desnudar la naturaleza contingente de aquellos que constituyen sus presupuestos impensados.

Ahora bien, cmo vamos ms all de esta antinomia entre estructura y sujeto para ver qu es lo que lleva a postular esa misma antinomia? Aqu entra Rosanvallon que, en realidad, retoma una distincin que ya apareca originalmente en Carl Schmitt, entre la poltica y lo poltico. La poltica sera una instancia ms, junto con otras instancias como lo econmico, lo social, etc. Lo poltico, por el contrario, remite al plano ms primitivo de cmo se articulan, o eventualmente se rearticulan, esas distintas instancias entre s. En Carl Schmitt, tiene que ver con lo que l llamaba acto de soberana, lo cual remite a esos actos institutivos originarios. Es la indecisin en el estado de excepcin segn la definicin de Schmitt: ah donde se vuelve indecidible es donde entra el sujeto, el que tiene que decidir. Si el sistema decide por m, yo no estoy decidiendo. Solamente aparece verdaderamente el sujeto ah donde ese sistema de relaciones se quiebra y se necesita establecer un postulado a partir del cual eso funcione. Para pel, todos los conceptos polticos tienen ese carcter decisionista. Ej. Nacin. Cmo definimos una nacin? Lo que importa es esa decisin primitiva. Tambin con la cuestin relativa a cmo est constituida una sociedad, si por individuos o por grupos. Eso no lo puede decidir ninguna eleccin, ningn congreso, porque todo congreso o eleccin presuponen ya una decisin de quines van a estar ya representados all. Todas las decisiones polticas fundamentales tienen ese carcter poltico axiomtico, son resultados de decisiones crudas que no responden a ninguna lgica o racionalidad. Esa instancia primitiva, lo que Schmit llama acto de soberana, es la instancia propiamente poltica, la instancia de lo poltico [relacionada con la radical indecidibilidad o indefinibilidad de los conceptos polticos].Todo orden poltico institucional se funda sobre la base de esos actos polticos, de soberana, donde se quiebra toda racionalidad y norma. La soberana es lo que yace por fuera de la norma, las formas y las estructuras.

ROSANVALLONRecientemente Terence Ball en un artculo que public en el Journal, la revista de la sociedad de historia de los conceptos, cuestiona esta teora de la radical indecidibilidad de los conceptos polticos. Si los conceptos polticos fueran indefinibles, entonces no sera posible el dilogo y la discusin. La poltica es indisociable de alguna idea de verdad en torno a la cual todos podamos converger racionalmente. Hasta que no aparece eso, no hay comunicdad. Unn Rosanvallon, lo que respondera a eso es: inversamente, si existiera una forma de cmo definir los conceptos polticos fundamentales, entonces tampoco tendra sentido el debate; bastara con encargarles a los expertos que dictaminen cul es ese concepto verdadero de democracia o lo que fuera. De alguna forma, lo que define a la naturaleza poltica de los conceptos puramente polticos es esta simultnea necesidad e imposibilidad de una verdad. Esta es la apora ltima sobre la que se funda la idea misma de poltica: su simultnea necesidad e imposibilidad de definirse.

Rosanvallon se propone pasar de lo que l llama historia conceptual de lo poltico; se propone pasar del plano de los modelos, de los sistemas de pensamiento, a una historia de los problemas. Los conceptos polticos, si no se pueden definir es porque no remiten a ningn conjunto de postulados o valores, sino que bsicamente son ndies de problemas. Para entender un concepto, de lo que se trata no es cmo se llen histricamente de sentido, sino cul es el problema que subyace por debajo de ese concepto que obliga permanentemente al pensamiento a llenarlo de sentido para poder definirlo. El va a identificar cuatro ncleos aporticos principales, que seran los que delimitan este campo de lo poltico. 1ero: Carcter equvoco del sujeto de la soberana. El pueblo va a ser un amo indisociablemente imperioso e inaprensible. Es necesario encontrar un sujeto de la imputacin soberana. Pero, en condiciones post tradicionales, donde no hay una instancia trascendente [soberano] que delimite eso, cules son los lmites que definen ese pueblo y quin es el encargado de trazarlos? Solo puede serlo el pueblo mismo. El pueblo va a pasar a ser el sujeto y el objeto de su propia tarea de discernimiento. 2do: Indeterminabilidad de la sede de la soberana. Doble naturaleza del soberano moderno [sobreano-sujeto (sbdito)]. Una vez que desaparece la idea de un soberano trascendente, se va a dar la paradoja de que el mismo que es sujeto es soberano y viceversa Cmo puede ser que el ciudadano sea sujeto y soberano al mismo tiempo? Para ser sbdito, el sujeto tiene que depsojarse de sus derechos soberanos y someterse a la ley que l mismo instituyo, por lo cual deja de ser automticamente soberano. Si los ciudadanos mantuvieran el derecho de impugnar soberanamente cualquier orden institucional, es imposible que exista ninguna ley. Si yo soy el creador de la ley, soy soberano y puedo obedecerla o no obedecerla, pero entonces no hay ley posible.[footnoteRef:9] Entonces, la idea de que el sujeto es soberano slo se puede mantener, paradjicamente, en la medida en que se deja de lado el principio de soberana del sujeto, que el sujeto renuncia a sus derechos soberanos. Si no, es imposible instituir ningn orden. Pero, una vez que renunci a su soberana, deja de ser soberano, con lo que tampoco va a poder instituir ningn orden, ya que ese orden se funda ahora en una soberana inexistente. [9: Esto se relaciona con la teora de Carl Schmitt, quien habla de la radical irreformabilidad de toda con