paul ricoeur e o transito gnoseologico de lo simbolico a la palabra

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  • A Parte Rei 66. Noviembre 2009

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    Paul Ricoeur y el trnsito gnoseolgico del simbolismo a la palabra.

    Felipe Martn Huete

    ResumenEl problema de fondo que plantea Ricoeur es ver si se da una oposicin entre

    la hermenutica del lenguaje religioso, en tanto hermenutica de la proclamacin o dela palabra Kerigmtica, y la fenomenologa (manifestacin) de lo sagrado o tambinsimblica de lo sagrado. Adelantando la respuesta de Ricoeur a dicha cuestin esconveniente sealar que lo que la fenomenologa de lo sagrado (smbolo) de lahermenutica de la palabra es la condicin de sta ltima. Taldiferenciacin tiene unas repercusiones importantsimas cara a la misma delimitacindel campo religioso y que ahora conviene aclarar.

    Palabras claveHermenutica, fenomenologa, sagrado, lenguaje religioso.

    AbstractThe fundamental problem posed by Ricoeur is to see if there is an opposition

    between the hermeneutics of religious language, while "Hermeneutics of proclamationof the word or kerygmatic," and "phenomenology (demonstration) of the sacred orsymbolic of the sacred.". Advancing Ricoeur's answer to that question is worth notingthat what the "phenomenology of the sacred" (symbol) of the "hermeneutic of the word"is the condition latter. Such differentiation has important implications tothe delineation of the religious field and that should now be clarified.

    Key wordsHermeneutics, phenomenology, sacred, religious language.

    Segn los fenomenlogos de la religin R. Otto y M. Eliade, la esfera religiosase delimita por su referencia a lo sagrado. El primero define lo sagrado (Lo Santo)como numinioso, como la potencia. Para el segundo, la nocin central es la hierofana.La tesis de Ricoeur es que lo numinioso y lo hierofnico no son originariamentepalabra, como sugiere ya la misma expresin de mostrarse o de manifestarse. Aqu lapalabra no tiene ningn privilegio. Las manifestaciones hierofnicas de lo Sagrado sonms csmicas que lingsticas. Lo sagrado es simblico, pero no lingstico en sentidoautnomo o creativo. De ah la articulacin entre mito y rito. Se puede objetar, Ricoeures consciente de ello, que no hay rito, y por tanto manifestacin, sin mito, es decir, sinun discurso. Ricoeur insiste precisamente en la correlacin rito/mito para probar la no Doctor en Filosofa por la Universidad de Granada. E-mail: [email protected]

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    autonoma del elemento lingstico en el mito. La palabra o narracin es parte del rito.Ms an, dicho elemento lingstico deriva del carcter hierofnico de lo sagrado. Losagrado se muestra dicindose simblicamente. Lo que origina la palabra es lamanifestacin o hierofana de lo Sagrado, no a la inversa. La capacidad de decir estfundamentada en la capacidad manifestativa del cosmos sagrado. Por esto la de lo Sagrado es una interpretacin ligada, no libre; es recuerdo omemoria (mnmesis) y su lgica del sentido est regida por la ley decorrespondencia con los arquetipos. Esta es la razn principal del por qu elsimbolismo de lo Sagrado no pasa a la metfora. Le falta el momento , la. Se explica entonces que Ricoeur busque romper la ilacin de la esferareligiosa con lo Sagrado, en vistas a poder desarrollar precisamente una hermenuticafilosfica del lenguaje religioso. A tal fin Ricoeur parte de un presupuesto y de unaconstatacin. El presupuesto es que slo hay hermenutica all donde se insiste en elcarcter paradigmtico de la palabra escrita o del texto. La constatacin es que eljudasmo, el cristianismo y el islam son , las cuales requierenuna hermenutica en el sentido ms riguroso. En tales religiones se produce unainversin decisiva, la palabra arrebata la primaca a lo sagrado, no en el sentido deque se niegue a ste ltimo entre ambos existe una relacin dialctica-, sino en quese lo considere solamente como .

    El eje de la fe bblica pasa por unos :

    a) La narracin o relato de las tradiciones: teologa de la tradicin.b) Las prescripciones de la Ley (Torah) que se articulan en la confesin de

    actos liberadores, cuyo paradigma es el xodo.c) Los discurso profticos, que llegan a estremecer las bases de la certeza y

    confianza, puestas por la narracin de los acontecimientos fundadores, ylos discursos sapienciales.

    En la religin bblica, una Teologa de la palabra se impone a una hierofanadel dolo y lo Sagrado de la naturaleza retrocede globalmente ante el elementohistrico. Entrando en un anlisis ms particular, se constata que una teologa de lahistoria no puede contemporizar con una teologa csmica 1

    1. Lenguaje religioso y Teologa de la palabra.

    Esta teologa se nos presenta en estado disperso, bajo las mltiples formasque toma la palabra en el campo de la teologa:

    1. Todas las afirmaciones de los telogos se apoyan en la conviccin de que Diosva al encuentro del hombre en forma de palabra: hablamos de palabra deDios.

    2. El cristianismo es la comprensin de esta palabra en cuanto se hace carne.3. El trabajo de los exegetas y telogos es a su vez una especie de discurso

    sobre estos discursos, con la finalidad ltima de reconquistar y reafirmar loasignificacin de la palabra original que pone en movimiento esta serie depalabras. As pues, la labor del telogo aparece en cuanto tal como un discursoltimo referente a la conexin interna e intima entre la palabra de Dios, Dios

    1 Rubio Ferreres, J. M. Lenguaje religioso y hermenutica filosfica en Paul Ricoeur: Loscaminos de la interpretacin. Anthropos 1991. pgs 223-224.

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    como palabra en Cristo, la palabra de la predicacin primitiva y su actualizacinen la predicacin moderna. En este sentido, toda teologa es una teologa de lapalabra.

    As que podemos hablar de una teologa de la palabra cuando la teologa seesfuerza en comprender juntamente su origen, su emergencia histrica, el momentodel testimonio y su actualizacin presente en la predicacin y en la labor teolgica. Almismo tiempo el problema de la interpretacin es conducido a una posicin central: Lahermenutica se convierte en algo ms que la metodologa de la exgesis, o sea,discurso de segundo orden aplicado a las reglas de lectura del texto; concierne a laconstitucin del objeto teolgico como proceso de la palabra, utilizando la expresin o .

    Al poner as la nocin de palabra y el problema de la interpretacin en unaposicin central, el telogo se coloca el mismo en una situacin de inevitableconfrontacin con toda clase de estudios lingsticos. La tarea de la teologa de lapalabra es doble: sistemtica y crtica, tarea sistemtica de unificar los campos de lateologa bajo el concepto de proceso de la palabra; pero tambin tarea crtica,consistente en la confrontacin de esa hermenutica del proceso de palabra con lasdistintas disciplinas que tienen algo que ver con el lenguaje.

    La investigacin que Ricoeur realiza se centra en el punto de inferencia de lahermenutica de la palabra y de la semntica de las palabras o de la palabra. Ricoeurva a proponer el considerar tres niveles en los que el problema de la palabra, en elsentido tcnico de las unidades de significacin, pero tambin en el sentido msfundamental, ms existencial de la palabra significante, tomar cada vez un sentidodiferente. En primer lugar, se situar en el punto de vista de una lingstica estructural;en segundo, en el de una fenomenologa de la palabra y, por ltimo en el de unaontologa del discurso. En la lingstica estructural es donde se aborda el lenguaje porla constitucin de su forma; la fenomenologa de la palabra aborda el lenguaje desdela perspectiva de decir algo; y, por ltimo, la ontologa del discurso en la que se abordael lenguaje en s mismo, como un modo del ser. En el manejo de estos tres puntos devista, de estos tres frentes, consistir el problema metodolgico de Ricoeur.

    En la teologa de la palabra, el sistema de la lengua no tiene relacionesexternas; en el diccionario, cualquier palabra remite a otra palabra, y nunca a unacosa; todas las palabras se remiten unas a otras, en una especie de ronda sin fin; enel mbito cerrado de los diccionarios, los signos slo remiten a otros signos; esto esllamado . Toda teologa de la palabrapresupone que el lenguaje no slo tiene una estructura, sino tambin un sentido, elsentido de una palabra dirigida por alguien a alguien.

    La teologa resulta ms afectada por la fenomenologa del haba que por elanlisis estructural de la lengua. Las palabras fundamentales de la teologa exigen unasituacin de discurso especfico, en la que nuestra existencia total es impulsada a laexpresin; adems, la comprensin del lenguaje bblico aade a la comprensin deesa situacin una comunicacin igualmente especfica, un universo de discursocompartido que desemboca en la continuidad de interpretacin.

    Las implicaciones de una fenomenologa del habla para una teologa bblica seprecisan ms al considerar el lugar de la polisemia en la semntica en general y en lasemntica del lenguaje bblico en particular.

    As pues, una teologa bblica no podra elaborarse sin una lingstica seria dela palabra, y de la polisemia como centro de esta semntica. La teologa bblica sebasa en palabras clave que tienen que ser interpretadas y reinterpretadas sin cesarcon ayuda de los recursos del entendimiento cultural de la poca; palabras tales comopecado y gracia se refieren a una situacin y a una comunidad de interpretacinque hay que restituir para establecer el sentido; por ello, la metfora no es un modo de

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    referencia indirecta entre otros, gracias a los cuales se consigue la comprensin de laexistencia en una comunidad de interpretacin particular.

    Segn Ricoeur, el lenguaje sera vano si no tuviese unas races ontolgicas enla estructura misma del ser. Esto a juicio de Ricoeur, es la aportacin ms importantede la filosofa de Heidegger: haber demostrado que a nada conduce una teora dellenguaje que permanece en el universo cerrado de los signos y que subraya el olvidode las estructuras de existencia previas al mismo lenguaje. El lenguaje, si a de ser unamediacin, no puede ser un punto de partida; sobreviene en un proceso de existenciaque lo precede y que lo arropa.

    Con lo anteriormente expuesto alcanzamos una dimensin del lenguaje anteriora la intencin subjetiva y a las estructuras de la lengua. Dentro de la dimensinestructural, Ricoeur dice que la palabra es una diferencia en un sistema; en laconsideracin fenomenolgica, Ricoeur deca que la palabra es una funcin de la frasecomo unidad significante; pero ahora Ricoeur dice que la palabra es el punto detrnsito del habla dirigida a nosotros al habla pronunciada por nosotros, es decir, lapalabra es el trnsito del decir al hablar.

    En efecto, la palabra es la sede de una dialctica entre lo que se manifiesta y loque nosotros captamos; entre la apertura del ser y su captacin por nosotros. Lo quese manifiesta pasa por la angostura de la palabra humana.

    Dentro de la ontologa del lenguaje, Ricoeur nos habla de que la unicidad de larevelacin y la universalidad de la manifestacin se refuerzan mutuamente. Ricoeurpone el siguiente ejemplo: puesto que acepto como palabra digna de ser creda que elverbo habito entre nosotros, simultneamente y en el mismo movimiento adquieroconfianza en la universal manifestacin del ser, en todo lenguaje que dice algo. Debidoa esto recibo incluso una especie de poder de atencin respecto a cualquier lenguajesignificante. E inversamente, al tener indicios de la manifestacin del ser en el verbofuera del evangelio, en la palabra del profeta y del pensador, me siento inclinado por laobra de estas mltiples manifestaciones del ser en el verbo, y estoy dispuesto a recibiral verbo como la manifestacin central y decisiva.

    Hay una relacin circular entre la nocin heideggeriana de apertura y la nocincristiana de revelacin, lo cual lleva a Ricoeur a plantear una segunda implicacin dela ontologa del lenguaje para una ontologa bblica. Las palabras clave tales comocreacin, pecado, salvacin, gracia, etc., constituyen un espacio de gravitacin para lacaptura de sentido. La semntica bblica se convierte en una autntica labor teolgicacuando la palabra Dios queda reconocida como centro de ese espacio de gravitacin.La especificidad de la palabra Dios se perfila entonces en el interior de esa funcin delenguaje como un permitir ver, como manifestacin.

    Hay ms sentido en la palabra Dios que en la palabra ser, en primer lugarporque rene y agrupa todos los valores significantes acumulados en las culturas porel simbolismo religioso, valores que el concepto no simblico de ser ignora; por otrolado porque la significacin fundamental de un Dios que se da l mismo por amor ensacrificio a los hombres desborda cualquier posibilidad de significacin del ser:

    Pues bien, si comprendemos lo anterior, quiz comprendamos tambincmo la palabra puede ser a la vez origen de nuestras palabras y el recorridocompleto que recorren nuestras palabras. Aquello de donde toda palabraprocede y adonde retorna toda palabra, dice Ricoeur. 2

    2 Ricoeur, P., Reflexin sobre el lenguaje. Haca una teologa de la palabra, en Exgesis yHermenutica, op. cit., pg. 237-253.

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    2. Hermenutica del desvelamiento y Hermenutica de la revelacin.

    La palabra, el lenguaje es, pues llevar a sentido, esto es, a vida, a despliegue,lo que acaece. Y traer la palabra a la palabra, a su vez, es devolver la vida a laspalabras aparentemente muertas. Cabe en tal sentido decir: el lenguaje es la metforadel mundo. Pensadores y profetas son las metforas de esa metfora que es elhombre. En ellos la palabra es llevada a la palabra, y as se vivifican las palabras; sloen el interior de estas interacciones se produce el surgimiento, por y mediante eldespliegue interpretativo, del acontecimiento que viene del sentido y es llevado alsentido.

    Pero, a su vez, la propia nocin de interpretacin se despliega a s misma eninterpretaciones de s. Interpretaciones que se interpretarn la una a la otra, sevivificarn entre s, se activarn entre s en el encuentro que har a cada unadesplegar sus posibilidades. Llevar la palabra a la palabra, es decir, que lossignificados, que los mundos se encarnen y se llenen de sentido.

    Nos encontramos en una nueva circularidad hermenutica: la nocin misma deinterpretacin se apoya en la de apertura, encrucijada por medio de la cual unsentido llega hasta nosotros en la medida en que se despliega ante nosotros y asnos refuerza, en su salir-de-si-mismo y autosuperarse, a autosuperarnos. Pero esaidea fundamental, desvelamiento o manifestacin, Ricoeur la encuentra reservada,protegida y a la par interpretada, en dos conceptos circularmente relacionados ocorrelacionados entre s: la nocin greco-heideggeriana de , apertura o no-velamiento, y la nocin judaica de .

    Ricoeur dice que hay una relacin clsica de circularidad hermenutica entre lahermenutica bblica y la hermenutica filosfica que, en su calidad de hermenuticageneral puede actuar como rbitro, el rbitro que ellas precisan en el propio interior deese conflicto. En virtud de esa relacin mutua, la hermenutica bblica parecera sloun caso, una regin parcial dentro de la filosofa; regin a la que meramente sepodran aplicar las categoras establecidas por la primera.

    Pero Ricoeur nos dice que esto no significa que haya de diluirse la ideacristiana de Revelacin en una suerte de revelacin universal. El mundo judaico siguesiendo, en cuanto universo de tica, no de esttica; de historia, no de naturaleza, unextrao absoluto del pensamiento griego. Y es al revs: porque comprender paracreer, pero tambin creer para comprender. Segn Ricoeur, porque creo que Cristoabre las Escrituras, interpretndolas por medio de su proclamacin del Reino -lmismo- que viene a nosotros; porque creo, pues, que es interprete y que el Verbo sehizo carne.

    Pero, al mismo tiempo, por esta confianza teolgica, mantenidaexegticamente, en el poder sagrado del lenguaje, se confirma que los textos queabren mundo, tanto al poetizar pensante como al pensar poetizante, cavan un huecode lo real-emprico para dejar paso al despliegue de la imaginacin ontolgica con suproductividad de propuestas. Y, en ltima instancia, porque la relacin entredesvelamiento y revelacin es circular, capto lo que de prximo y de alejado tienecada uno, su pertenencia y su separacin: lo que tienen en comn es que, ambos,mundo abierto por la palabra helnica y mundo abierto por la palabra judaica,pertenecen a la manifestacin, a la propuesta de mundo, al hacer ver que deja sera lo visto frente a nosotros.

    Si el crculo hermenutico tiene, pues, que ser entendido a la manera de lagadameriana funcin de horizontes, el crculo entre y es la funcin nunca co-fundante, es la tensin, en cuyo seno debe instalarse lahermenutica, entre judasmo y helenicidad, Evangelio y cultura, filosofa y teologa.Colocarse en la frontera, en el lmite entre ambos, es colocarse en el paso, en la

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    transicin, en el momento mismo de gracia de la constante traduccin y retraduccin,la constante interaccin y transferencia entre sospecha y escucha, confianza y sentidocrtico. El crculo entre ambas es, en la medida en que supone tanto como leer desdeel ateismo los textos evanglicos, y desde la creencia los filosficos, una inexcusableexigencia del interprete actual. En el choque de ambas tradiciones, a su vezinternamente mediadas, brota hoy, segn Ricoeur, la nica posibilidad de entender elpaso mismo de la estructura al acontecimiento, del sentido a la interpretacin.

    El lenguaje dir, pues, cuando deje que a travs suyo se explaye y explicite unmundo, relevante en cuanto abriente. Pero toda apertura es a su vez interpretacin.Ser, Decir, e Interpretar, en tanto que todos ellos se remiten al , parecen acabar bailando una danza a corro, segn el cual elser es siempre un decir-se que pide otro decir que diga, interpretndolo, ese primerdecir. El lenguaje dir, sin embargo, no antes sino cuando . Decir es iguala abrir, revelar. Y revelar es interpretar, por lo mismo que lo verdaderamenterelevante son los mundos mismos que las obras despliegan en un intercambio circularcon un interprete. 3

    3. Hermenutica de la manifestacin y Hermenutica de la proclamacin.

    Ricoeur se propone, ahora, agudizar la oposicin entre la hermenutica de laproclamacin y la fenomenologa de la hierofana, con el fin de hacer ms fecundo lasdiversas mediaciones que seran susceptibles de tranquilizar, hasta cierto punto unaoposicin demasiado brutal y demasiado poco dialctica.

    Ricoeur seala, que con la fe hebraica, la palabra es tomada sobre lonuminoso. Pero lo numinoso no falla en la revelacin de la zarza ardiendo, ni en larevelacin del Sinai. Pero lo numinoso es slo el teln de fondo donde se destaca lapalabra. Esta emergencia de la palabra fuera de lo numinoso, es a criterio de Ricoeur,el rasgo primitivo o primero que dirige todas las otras diferencias en los dos polosreligiosos.

    Segn la obra de G. Von Rad, toda la teologa de Israel se articula y organiza apartir de ciertos discursos fundamentales, de un lado, la tradicin oral que es la matrizde una teologa de la tradicin, las instrucciones de la torah, se articulan sobre laconfesin de los actos liberadores, donde el xodo, es el paradigma; de otro lado, laprofeca que va hasta socavar las bases de certeza y de confianza puestas por latradicin oral de los acontecimientos fundadores. Sobre esta polaridad de la tradicin yde la profeca, otros discursos incorporan: himnos, sabidura, etc. De todos estosmodos, el eje de los religiosos, pasa por los actos de la palabra.

    En cuanto a las hierofanas, donde se ve el segundo criterio de lo sagrado, sepuede ver como en el campo hebraico, retroceden en la medida en que la construccinde la torah los lleva por encima de la manifestacin por la imagen.

    Una teologa del nombre se opone a una hierofana del dolo. La escucha de laPalabra a tomado el lugar de la visin de los signos. Hay as un espacio sagrado untemplo-, un tiempo sagrado, unas fiestas. Pero la tendencia general, aunque no hayaprevalecido sobre su rival, es fundamentalmente tica y no esttica, ahora se produceel cambio por el cual, meditar los mandamientos, predomina sobre venerar los dolos.

    No tiene ahora nada de extrao, que lo sagrado de la naturaleza retrocedeglobalmente ante el elemento de la palabra, ante el elemento tico, ante el elemento

    3 Prez de Tudela y Velasco, J., Desvelamiento y revelacin. El crculo hermenutico en PaulRicoeur, en Paul Ricoeur: los caminos de la interpretacin. Anthropos 1991. pg. 369

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    histrico. Particularmente, una teologa de la historia no poda acomodarse con unateologa csmica. La guerra debe darse sin piedad, sin concesiones dice Ricoeur.

    Esta radical desacralizacin israelita de tradicin, dara una seriedadcomparable a la que dan los paganos a los paradigmas sobre los cuales regulan susmitos. Ricoeur distingue una radicalizacin de antinomia entre hierofana yproclamacin por medio de una lgica del sentido diametralmente opuesta a la lgicade la correspondencia. Esta nueva lgica es la de las expresiones lmites.

    Las parbolas ofrecen un punto de salida interesante por su profundidadesencial: Son historias construidas alrededor de una intriga, de una fbula de unmithos. A su vez, la intriga vale como parbola en la medida en que la forma narrativaest animada por un proceso metafrico, que traslada el sentido en direccin desituaciones existenciales que constituyen el referente ltimo de la parbola.

    Segn Ricoeur, es necesario tomar el discurso religioso en su nivel msoriginario, todo lo ms pre-teolgico como sea posible. Este es el caso de la parbola,del proverbio, del dicho proclamatorio. Tal es la estrategia del proverbio, que lasabidura popular a procurado una primera orientacin: el proverbio propone orientar,desorientando. As funcionan tambin las expresiones escatolgicas de los sinpticos.El juego del lenguaje, del dicho escatolgico, es tambin llevado a su punto de ruptura.Todo esquema temporal, literal, capaz de encuadrar la lectura de los signos de hunde.La prctica apocalptica de buscar los signos, est dislocada; la expresin del Reinode Dios est entre nosotros, trasciende todas las interpretaciones clsicas.

    A este respecto, la expresin Reino de Dios puede comprenderse como elndice al que apuntan las expresiones lmite en direccin a las expresiones lmites queson el referente ltimo de nuestros modos de decir. Pero de todos estos modos, ellenguaje religioso o al menos este tipo de lenguaje religioso- rompe la circularidad,viendo siempre algo ms. Por eso, la lgica de las expresiones lmite se oponediametralmente a las correspondencias del universo sagrado.

    El ltimo paso a juicio de Ricoeur, consistira en decir que el lenguaje religiososlo usa experiencias lmites para abrir la misma experiencia y hacerla estallar haciaexperiencias que son en s mismas experiencias lmites.4

    4 Ricoeur, Paul., Manifestation et Proclamation, op. cit., pgs. 64-70.