patrimonio cultural y natural del d.f

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Descripción y definición de Patrimonio

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¿Qué es el patrimonio? Aunque la palabra patrimonio viene del término en latín patrimonium, la cual hace referencia a los bienes que heredan los hijos de su padre, es fundamental reconocer que el patrimonio también representa lo que vamos creando en el día a día, la expresión de nuestras ideas vivas y de nuestra sensibilidad como seres naturales, culturales y sociales. El patrimonio es considerado como propio de una sociedad, misma que lo dota de valor y sentido, por lo que decide preservarlo, ya sea que algunos de los elementos patrimoniales conserven su sentido y función originales, o que se mantengan en la memoria colectiva como parte del pasado. Es por ello que el patrimonio forja nuestra identidad y da sentido a nuestra memoria histórica, convirtiéndose en un reflejo de nosotros mismos. Si bien las diferentes manifestaciones que integran el patrimonio constituyen una unidad, suelen clasificarse para su estudio en patrimonio natural; patrimonio cultural: tangible e intangible, mueble e inmueble; y patrimonio mixto. El patrimonio cultural y natural Al encontrarse los ámbitos natural y cultural, en total interdependencia, es imposible comprenderlos de manera aislada, o salvaguardar uno sin el otro. En este sentido, el patrimonio hay que entenderlo como un todo indisociable, reconociendo el inmenso valor de la diversidad natural y cultural en su conjunto, así como ejerciendo acciones para su conocimiento, disfrute y preservación. De manera general, podemos decir que el patrimonio natural es el acervo de riquezas naturales, que están presentes en nuestro medio ambiente. De acuerdo a la UNESCO, el patrimonio natural está constituido por la variedad de paisajes que conforman la flora y fauna de un territorio, las reservas de la biósfera, los monumentos naturales, los parques nacionales, así como las formaciones geológicas y los santuarios de la naturaleza, todos ellos, portadores de valores medioambientales, científicos y estéticos. Patrimonio cultural Inmerso en el patrimonio natural, podemos apreciar las manifestaciones culturales, en constante relación con él. El patrimonio cultural hace referencia a los bienes culturales que la historia nos ha heredado, así como a los que vamos generando, y a los que como sociedad les otorgamos una especial importancia histórica, científica, simbólica o estética. De esta manera, se convierte en el testimonio de nuestra existencia como humanidad y de nuestra visión del mundo, nuestras formas de vida, maneras de ser y de interrelacionarnos con otras culturas. El patrimonio natural y cultural en su conjunto, nos otorga identidad como habitantes de una región específica y nos permite reconocer y respetar la diversidad presente en otros territorios y culturas. Patrimonio cultural tangible En el escenario cultural, podemos decir que todos tenemos aprecio por nuestro hogar, nuestro espacio, nuestras cosas y pertenencias. Cada una de ellas nos habla a nosotros mismos, y a los demás, de lo que somos, de cómo somos, y de lo que queremos ser. Son una proyección de intimidad y constituyen nuestro patrimonio cultural tangible. En este sentido, el término tangible hace alusión a los objetos, construcciones, y en general, a todas las cosas que se pueden palpar o tocar, siendo por lo tanto, la expresión de las culturas a través de sus realizaciones materiales. En la Ciudad de México, tenemos la fortuna de contar con patrimonio tangible de la más diversa índole y época. Es así que podemos encontrar una vasija creada en el mundo prehispánico, un retablo colonial o bien, un edificio de la época moderna, tal como el Palacio de Bellas Artes, por citar algunos ejemplos. Sabemos que gran parte de nuestro patrimonio tangible se ha perdido debido a causas naturales, pero principalmente a las acciones humanas, ya sea intencionalmente o por ignorancia y descuido, por lo que es nuestro derecho y obligación, coadyuvar en su cuidado y preservación para evitar que se continúe dañando o se pierda definitivamente, con la finalidad de seguir disfrutando de él y continuar su estudio, lo cual enriquece nuestra comprensión y valoración como cultura. Patrimonio mueble e inmueble Dependiendo de su capacidad de moverse de lugar, el patrimonio tangible puede ser mueble o inmueble. Los bienes muebles son aquellos que pueden trasladarse de un lugar a otro, por ejemplo: una figurilla de barro, un libro, un cuadro, un códice o un utensilio. Por el contrario, son considerados bienes inmuebles aquellos que no pueden trasladarse, o bien, todo aquello que esté unido a un inmueble de manera fija, que no pueda separarse sin deterioro del mismo inmueble o del objeto al cual está adherido, como son: los monumentos, los templos prehispánicos, las pinturas rupestres, las edificaciones y las ornamentaciones presentes en éstas últimas. Patrimonio intangible

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Además de la importancia y valor que otorgamos a nuestras creaciones y legado material, sabemos que también nuestras ideas, sentimientos, creencias o costumbres, tanto a nivel individual como colectivo, son esenciales en la conformación de nuestra cultura. Las valoramos, porque dan sentido a nuestra vida y por ello, constituyen nuestro patrimonio. Eso es justamente lo que entendemos por patrimonio cultural intangible. Se trata de manifestaciones que no tienen una consistencia física o corpórea, pero que definen la vida de un individuo, y que lo ligan con los otros. Los saberes, las fiestas o las tradiciones, unen a las personas y cohesionan familias, comunidades, pueblos y naciones enteras, al transmitirse generación tras generación por medio de la tradición oral y de las prácticas comunitarias, contribuyendo así, a inculcar un sentido de identidad. Es así que el patrimonio intangible es una parte invisible pero fundamental, que reside en el espíritu de cada cultura, pues se relaciona con la cosmovisión y forma de ser, actuar y expresarse de un pueblo a través de sus creencias, prácticas religiosas, conocimientos, intereses y sensibilidad. Lo constituyen, entre otros elementos, las lenguas, la tradición oral, las costumbres, las expresiones religiosas, la música, las danzas, las festividades, la poesía, los rituales, los modos de vida, la medicina tradicional, la gastronomía, los juegos infantiles y las creencias mágicas. Patrimonio intangible Además de la importancia y valor que otorgamos a nuestras creaciones y legado material, sabemos que también nuestras ideas, sentimientos, creencias o costumbres, tanto a nivel individual como colectivo, son esenciales en la conformación de nuestra cultura. Las valoramos, porque dan sentido a nuestra vida y por ello, constituyen nuestro patrimonio. Eso es justamente lo que entendemos por patrimonio cultural intangible. Se trata de manifestaciones que no tienen una consistencia física o corpórea, pero que definen la vida de un individuo, y que lo ligan con los otros. Los saberes, las fiestas o las tradiciones, unen a las personas y cohesionan familias, comunidades, pueblos y naciones enteras, al transmitirse generación tras generación por medio de la tradición oral y de las prácticas comunitarias, contribuyendo así, a inculcar un sentido de identidad. Es así que el patrimonio intangible es una parte invisible pero fundamental, que reside en el espíritu de cada cultura, pues se relaciona con la cosmovisión y forma de ser, actuar y expresarse de un pueblo a través de sus creencias, prácticas religiosas, conocimientos, intereses y sensibilidad. Lo constituyen, entre otros elementos, las lenguas, la tradición oral, las costumbres, las expresiones religiosas, la música, las danzas, las festividades, la poesía, los rituales, los modos de vida, la medicina tradicional, la gastronomía, los juegos infantiles y las creencias mágicas. Fiestas Las celebraciones son espacios fundamentales del patrimonio cultural intangible, ya que logran mantener viva la esencia de los pueblos, reflejando la forma de organización de las comunidades, sus creencias, sus hábitos y valores, además de una serie de códigos simbólicos que sobreviven gracias a ellas. Es muy interesante conocer las prácticas que se llevan a cabo en las fiestas, puesto que en la actualidad, podemos advertir una fusión de la herencia prehispánica con la europea, manifestando la riqueza y diversidad de nuestras raíces. Patrimonio mixto La presencia y actividad del ser humano en el paisaje natural, lo ha dotado de diferentes significados y usos, a la vez que lo ha transformado al vivir e interrelacionarse con él. Es así que, hoy en día podemos apreciar construcciones, obras artísticas y toda una serie de costumbres, festividades y tradiciones orales que se han creado en torno a él. Cuando un sitio reúne atributos naturales y culturales –tangibles e intangibles-, se le denomina patrimonio mixto, el cual también es conocido con el término de “Paisaje Cultural”. En la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO se utilizan las categorías: natural, cultural y mixto. Del total de sitios incluidos en la Lista (936 hasta abril del 2012), 725 son culturales, 183 son naturales y 28 son mixtos. En México, uno de los sitios nombrados patrimonio mixto en la Lista del Patrimonio Mundial, es el Paisaje Agavero y las antiguas instalaciones industriales de Tequila, en el estado de Guanajuato. En el DF, existen innumerables sitios que reúnen ambos valores (cultural y natural), independientemente de su inclusión o no, en la lista de la UNESCO; zonas arqueológicas como Cuicuilco o sitios como Xochimilco o el Cerro de la Estrella, son ejemplos de espacios mixtos, en los que sus características naturales y culturales han conformado su esencia e identidad. La relación indisoluble de los distintos tipos de patrimonio

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Como hemos visto hasta el momento, el patrimonio está conformado por una gama de elementos tan diversos que en conjunto constituyen lo que distingue a una comunidad, una ciudad, o una nación. Dichos elementos interactúan constantemente, manteniendo un estrecho vínculo entre ellos. Por eso, cuando hablamos o estudiamos el patrimonio, podemos hacer referencia a alguno de sus elementos de forma particular, conocerlo y profundizar en él, pero para comprender a un pueblo, su historia, sus valores, aquello que lo caracteriza, es necesario crear una visión de conjunto, ya que el patrimonio es un todo armónico al que constantemente los seres humanos le damos sentido y vida. Sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en el DF La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), es una organismo especializado de la ONU, cuya misión consiste en contribuir a “la consolidación de la paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información” (www.unesco.org/en/strategic-planning). El Comité del Patrimonio Mundial, órgano independiente de la UNESCO, conformado por 21 Estados Partes, es el encargado de examinar las candidaturas de inscripción a la Lista del Patrimonio Mundial e incluir aquellos bienes patrimoniales que cumplan con los criterios establecidos por la Organización, en la Lista del Patrimonio Mundial. El Distrito Federal cuenta hasta el momento con cuatro declaratorias de Patrimonio de la Humanidad: una para el Centro Histórico y Xochimilco (1987); otra para la Casa Estudio Luis Barragán (2004); una más para el Campus Central de Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (2007) y la más reciente, correspondiente al Camino Real de Tierra Adentro que nace en el corazón de la Ciudad, declarado Patrimonio Mundial en el 2010. UNESCO. Patrimonio Intangible en el DF En 2003, la UNESCO llevó a cabo la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, a partir de ella, la organización también ha creado estrategias para proteger y preservar los bienes patrimoniales intangibles, representativos de los Estados Partes de la organización. Actualmente existe una Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia, y una Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En esta última, están presentes diversos elementos patrimoniales de México, tales como: La ceremonia ritual de los Voladores (2009), La pirekua, canto tradicional de los p’urhépechas (2010) y los Lugares de memoria y tradiciones vivas de los otomí-chichimecas de Tolimán: la Peña de Bernal, guardiana de un territorio sagrado (2009). Entre el Patrimonio Inmaterial que el Distrito Federal comparte con el territorio mexicano, se encuentran: Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos, La cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva, y El Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta declarados por la UNESCO en 2008, 2010 y 2011, respectivamente. Declaratorias de Patrimonio en el Distrito Federal. A nivel local, el Gobierno del Distrito Federal se ha encargado de proteger el patrimonio tangible e intangible, de nuestra ciudad. Recordemos que al llevar a cabo esta labor, se trata de brindar protección material a los bienes –en el caso de lo tangible-, pero también de proteger y perpetuar los valores de los que es portador el patrimonio. Hasta ahora, el GDF ha emitido cuatro declaratorias de patrimonio del Distrito Federal, las cuales son: Los juegos de pelota de origen prehispánico (2008), como patrimonio intangible; El conjunto urbano-arquitectónico ubicado en el antiguo Pueblo de San Ángel y El conjunto de expresiones culturales que en él se manifiestan (2010), como patrimonio tangible e intangible, respectivamente; La Orquesta Típica de la Ciudad de México (2011), como patrimonio intangible y finalmente, La Representación de la Semana Santa de Iztapalapa (2012), también como elemento patrimonial intangible. Los juegos de pelota de origen prehispánico Los orígenes del juego de pelota se remontan a la época prehispánica. Así, sabemos que en ciudades pobladas por la cultura olmeca, como son: La Venta y Tres Zapotes, se practicaba este juego que a su vez, era una ceremonia ritual. A partir de los olmecas, el juego se difundió por todo el territorio mesoamericano, por lo que existen diversas variantes de él. El juego que se ejecuta en el Distrito Federal es una variante conocida como “pelota mixteca”. Pueblos y Barrios originarios del Distrito Federal Los pueblos y barrios originarios del Distrito Federal son figuras representativas de nuestra comunidad, “cuya tradición milenaria los posiciona como el referente más antiguo de nuestra identidad” (Orientaciones Pedagógicas. Asignatura Estatal de Patrimonio Cultural y Natural del Distrito Federal 2011-2012, p. 128). Son poblaciones

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cuya estructura social y política se mantiene desde hace siglos y se ubican en las distintas delegaciones de la Ciudad. Poseen sus propias manifestaciones culturales que constan de ciclos festivos, asambleas comunitarias, trabajo comunitario, instituciones, así como de una memoria colectiva reflejada en su toponimia, nomenclatura, gastronomía, música, juegos y juguetes tradicionales, indumentaria, medicina tradicional, lengua, narrativa, leyendas y mitos de fundación. Algunos de los pueblos originarios del DF, son: Santa Rosa Xochiac, en la Delegación Álvaro Obregón; Copilco, en Coyoacán; Contadero, en Cuajimalpa de Morelos; Los Reyes Culhuacán, en Iztapalapa; Tacuba, en Miguel Hidalgo; Chimalcoyoc (La Asunción), en Tlalpan y San Andrés Mixquic, en la Delegación Tláhuac. Suelo Urbano y Suelo de Conservación en el DF Administrativamente, el territorio del Distrito Federal se clasifica en Suelo Urbano y Suelo de Conservación. El primero constituye el 41% del terreno, mientras el segundo, el 59%. El Suelo de Conservación está constituido por terrenos de cultivo, poblados rurales y áreas naturales cubiertas por bosques, matorrales, pastizales y zonas lacustres. Preserva una riqueza ecológica y cultural que otorga enormes beneficios ambientales a nuestra sociedad. De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal, actualmente existen 17 Áreas Naturales Protegidas (ANP) establecidas en el territorio capitalino. Fauna y flora del Distrito Federal Es muy interesante saber que en la Cuenca de México se encuentra representado el 2% de la biodiversidad del planeta y cerca del 12% de la biodiversidad del país. Pero así como es interesante, también conlleva responsabilidad y la ejecución de acciones que promuevan su cuidado y preservación. De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente del GDF, algunas de las especies de fauna silvestre que integran dicha biodiversidad en nuestra entidad son: el zacatuche, el ajolote, el gato montés y el venado cola blanca. Mientras que en la flora, destacan: el tepozán, el encino, el chapulixtle, la retama de tierra caliente, el palo loco y el capulín. (Fuente: Portal de Comisión de Recursos Naturales de la Secretaría de Medio Ambiente, (http://www.sma.df.gob.mx/corena/index.php) Además de las especies citadas anteriormente, el Atlas de México, de la Secretaría de Educación Pública, indica que en las sierras, la fauna también está comprendida por: la liebre, el tlacuache, la musaraña, el cacomixtle, el conejo de los volcanes, el gorrión y el colibrí; mientras que en los cuerpos de agua, podemos encontrar: el charal, el sapo, la rana, el ajolote y la culebra de agua, que a pesar de estar casi extintos, se pueden hallar algunos ejemplares en Xochimilco, Tláhuac y Mixquic. Elementos gastronómicos típicos Algo que caracteriza a nuestro país, sin duda alguna, es su comida. Los platillos de México, son una amalgama de colores, sabores y por qué no, de tradiciones que provienen de nuestro pasado prehispánico y que más adelante se fusionaron con otras de origen español. Algunos de nuestros elementos gastronómicos fundamentales son: el maíz, el chile, el tomate, el frijol, el nopal y el amaranto. Estos alimentos, además de tener un alto contenido nutricional, le otorgan a nuestra comida, ese toque especial que hoy en día, es reconocido en todo el mundo. ¿Qué se puede hacer por el patrimonio? La colaboración de todos en la preservación del patrimonio es esencial, pues como ciudadanos somos agentes culturales que recibimos, protegemos y heredamos nuestro legado cultural, por tanto, no es algo que sólo competa a las autoridades, sino que es una responsabilidad compartida entre ellas, las instituciones y la comunidad. Recordemos que el patrimonio no es algo estático, sino que cambia constantemente y que también corre el riesgo de perderse o de ser dañado; está en nosotros mantener su continuidad, al ser capaces de reconocerlo, de apropiarnos de él y asumir nuestra responsabilidad. La biodiversidad y el patrimonio natural en el Distrito Federal. Aborda el espacio geográfico y sus componentes naturales, como los suelos urbano y de conservación, así como las acciones necesarias para el cuidado, conservación y protección como parte del patrimonio natural de la ciudad. Conservación y difusión del patrimonio en el Distrito Federal. Se refiere a los espacios públicos, como foros de expresión social y cultural del patrimonio, los sitios declarados Patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, las

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declaratorias de Patrimonio del Distrito Federal y las acciones de cuidado, conservación y difusión, tomando como punto de partida la labor que realizan instituciones y organismos públicos para su protección, así como el papel de los jóvenes para su preservación como herederos y portadores del patrimonio del Distrito Federal. Las diferentes denominaciones del Valle de México y su riqueza multicultural. Ciudad de México, Distrito Federal, Zona Metropolitana del Valle de México. Interacciones sociales y culturales a partir de cada tipo de denominación. Transformaciones del espacio geográfico a través del tiempo en el territorio de Distrito Federal. Representación más antigua del Valle de México: El Códice Mendocino como patrimonio cultural.