parte iii: variación e hibridaciones · mos, de miyoshi jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente...

21
Parte III: Variación e hibridaciones

Upload: others

Post on 04-Jul-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

░Parte III: Variación e hibridaciones

Page 2: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi
Page 3: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

89AISPI Edizioni, 2019ISBN: 978-88-907897-9-3

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción, pp. 89-107

Narración histórico-lingüística del término “china” en Hispanoamérica: el caso de la China Poblana

Anna Sulai CapponiUniversità degli Studi di Perugia

1. La lexicografía hispanoamericana

Desde su originaria publicación en la primera mitad del siglo XVIII, el Dic-cionario de Autoridades de la Real Academia Española ha desempeñado un rol fundamental en el desarrollo de la lexicografía española no únicamente de la Península, sino también de los países hispanoamericanos. Es un dic-cionario único en su género en cuanto contextualiza histórica y cultural-mente la memoria de cada comunidad hispanohablante (Fernández Gordi-llo 2014). Cuando los países hispanoamericanos lograron su independencia de España se encontraron aislados entre sí, a pesar del ideal bolivariano, y en la búsqueda de su propia identidad se volcaron en lo regional, popular y vulgar. Para evitar la fragmentación lingüística, entonces, se ha preferido dirigirse hacia una lengua española común, la cual, no obstante varios in-tentos, no puede gozar de un diccionario que la recoja. Se ha pretendido establecer una homogeneidad que ha reducido los diversos usos regionales a uno de uso más amplio para crear una especie de español neutro (Fernández Gordillo 2014: 77). Pero: “¿qué diccionario puede dar respuesta a este mul-

Page 4: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

90

AISPI Edizioni

tilingüismo interno? Hasta ahora, ninguno. Para que lo hubiera tendríamos que empezar reconociendo el carácter cultural del diccionario, lo que […] lo hace un diccionario social y no un diccionario lingüístico” (Fernández Gordillo 2014: 78). Así que, a veces, pensamos abrir el diccionario y en-contrar la explicación de un término para seguir en nuestra lectura y com-prensión de algún texto y nos encontramos con una lista en la cual aparecen múltiples resultados que no siempre nos satisfacen. Nos encontramos, muy a menudo, con algunos vocablos que no se entienden si no los calamos en determinado territorio y en determinada época histórica. Un ejemplo signi-ficativo lo encontramos en el término “china”.

(1) china

Si paseando por Puebla te encuentras con la estatua de la “China poblana” y preguntas quién es la “China” puedes obtener varias respuestas. Abriendo el Diccionario de la Real Academia de España (2014) encontramos como mínimo tres lemas, y cada uno presenta tantas variantes:

china1: De la voz infantil chin. 1. f. Piedra pequeña y a veces redondeada. 2. f. Suerte que echan los muchachos metiendo en el puño una piedrecita u otra cosa se-mejante, y, presentando las dos manos cerradas, pierde aquel que señala la mano en que está la piedra. 3. f. coloq. dinero. 4. f. jerg. Trozo pequeño de hachís prensado. 5. f. coloq. Seg. y Sor. Hoguera, brasa, centelleo. 6. f. Ven. tirachinas. China pelona 1. f. Cuba. Canto pelado. Echar china un tabernero 1. loc. verb. coloq. p. us. Con-tar las chinas correspondientes a las copas bebidas por cada bebedor para cobrarlas. Poner chinas a alguien 1. loc. verb. coloq. Suscitarle dificultades. Tocarle a alguien la china 1. loc. verb. Corresponderle por azar algo desafortunado. Tropezar en una china 1. loc. verb. coloq. Detenerse en cosas de poca importancia.chino2, na: 1. adj. Natural de China, país de Asia. U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a China o a los chinos. 3. adj. Perteneciente o relativo al chino (| lengua). Léxico chino. 4. m. Lengua compuesta de diversas variedades, entre las que destaca el mandarín, que se habla en China, Taiwán, zonas del sudeste asiático y en comuni-dades chinas de los Estados Unidos. 5. m. Colador en forma de embudo. 6. m. co-loq. Lenguaje incomprensible. No sé a qué te refieres, porque me estás hablando en chino. 7. f. Raíz medicinal de una hierba del mismo nombre, especie de zarzaparrilla que se cría en América y en China. Es del tamaño de las batatas, con algunas pro-tuberancias, muy dura, sin olor, y de color pardo rojizo. 8. f. porcelana (| cerámica fina). 9. f. Cuba. Varicela. 10. f. P. Rico. Naranja dulce. 11. f. desus. Tejido de seda

Page 5: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

91

o lienzo procedente de China, o labrado a su imitación. Media china 1. f. desus. Tejido de seda o lienzo más ordinario que la china. De chinos 1. loc. adj. Dicho de un trabajo, de una labor, etc.: Muy difícil y que requiere gran paciencia. Engañar a alguien como a un chino 1. loc. verb. Aprovecharse de su credulidad. Estar alguien en China 1. loc. verb. coloq. Cuba. No entender lo que se dice o lo que ocurre a su alrededor. Ponérsela en China a alguien 1. loc. verb. coloq. Cuba. Plantearle una situación difícil. Quedarse alguien en China 1. loc. verb. coloq. Cuba. Estar en China. Ser algo chino básico1. loc. verb. coloq. Arg. Resultar incomprensible o difícil de desentrañar. La electró-nica es chino básico para él. Tener alguien un chino atrás 1. loc. verb. coloq. Cuba. Tener mala suerte. Tener hablando en chino a alguien 1. loc. verb. coloq. Cuba. Tenerlo preocupado u ofuscado. Barrio chino. Clavel de China. Cochino chino. Cuento chino. Melón chino. Melón de la China. Naranja china. Papel de China. Perro chino. Tinta china.chino3, na: Del quichua čína ‘hembra’, ‘sirvienta’. 1. adj. Am. Dicho de una perso-na: De ojos rasgados. U. t. c. s. 2. adj. Arg., Chile, Guat., Par., Ur. y Ven. Dicho de una persona: aindiada. U. t. c. s. 3. adj. Col. Dicho de un indio: No civilizado. U. t. c. s. 4. adj. Perú. chino cholo. 5. adj. coloq. Ven. desnudo (| que no está cubierto de ropa). 6. adj. En la América colonial, nacido de padres de distintas razas, especial-mente de indio y zamba, o de zambo e india. U. t. c. s. 7. m. y f. Arg., Col., Cuba, Ec., Par., Perú, Ur. y Ven. U. para designar emotivamente, ora de manera cariñosa, ora despectiva, a alguien. 8. m. y f. Col. y Ec. Persona del pueblo bajo. 9. m. y f. Chile y Col. servidor (| persona que sirve como criado). 10. m. y f. Arg. Criado o sirviente de rasgos aindiados. U. m. en dim. 11. m. y f. coloq. Col. niño (| persona que está en la niñez). 12. f. C. Rica, Hond. y Nic. niñera. 13. f. Arg. Entre gauchos, mujer (| persona del sexo femenino). Chino, na cholo, la 1. loc. adj. Perú. Dicho de una persona: Descendiente de indio y negra, o de negro e india. U. t. c. loc. sust.

¿Cómo es posible, entonces, escoger entre los tantos significado que esta palabra abarca?

Nos damos, entonces, cuenta de que para encontrar el justo significado que nos importa tendremos que concebirlo dentro de un determinado te-rritorio y período histórico.

El término “china” nos aparece como representativo de tanta realidad ame-ricana, sea precolombina, sea de la colonia, sea actual. Hace falta una descrip-ción del vocablo diacrónica, pues genético-histórica, diatópica y una sincróni-ca en la cual analizar los rasgos semántico, gramatical y morfológico.

Page 6: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

92

AISPI Edizioni

2. Origen precolombino

Aprovechando del estudio sobre Algunos rasgos lexicológicos de los indigenis-mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china:

Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi 2003: 97). Campo semántico del hombre, su tipo. Campo gramatical pertenece a la clase del género sustantivo, adje-tivo. Desde el punto de vista morfológico aparece como mera transcripción fonética del étimo o como construcción morfemática casi originaria. El rasgo semántico figura como vocablo cuyo significado resulta ligeramente cambiado respeto a su étimo. Ac-tualmente en uso en Argentina, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela.Chino, na = “sirviente”. Origen quechua (Miyoshi 2003: 97). Se deriva del “chino, na = persona”. Campo semántico del hombre, su tipo. Campo gramatical pertenece a la clase del género sustantivo, adjetivo. Desde el punto de vista morfológico aparece como mera transcripción fonética del étimo o como construcción morfemática casi originaria. El rasgo semántico figura como vocablo cuyo significado es igual al de su étimo. Actualmente en uso en Argentina.

De ahí que el vocablo china de derivación quechua encuentra su origen en el étimo que indica “sirvienta”, cuyo uso exclusivamente queda en los terri-torios argentinos, mientras su extensión al significado de “persona” resulta en uso en el Cono Sur, además de Venezuela. En Perú, en cambio, hoy en día, indica una mujer joven generalmente campesina (Rohner 2014: 38).

En el diccionario actual quechua-español encontramos la salida: “Hem-bra. Animal del sexo femenino. || figdo. Cierto hueco o concavidad apto para recibir un objeto saliente o convexo. || Arg: Mujer de baja condición social. || Bol: fam. Criada, sirviente” (Diccionario: Quechua-Español-Que-chua, Qheswa-Español-Qheswa: Simi Taqe 2005: 27).

Parece claro, pues, que “china” con significado de “mujer” es una expan-sión del étimo original que únicamente se refería a la mujer que desempe-ñaba el rol de sirvienta, tanto que en el diccionario actual quechua la pala-bra para definir a la mujer es: “warmi, s. mujer, fémina o femenina. Ejem: warmi erqe, niña”. Y con el término warmi kay se define la “femineidad”, el “sexo femenino” (Diccionario Quechua-Español-Quechua, Qheswa-Espa-ñol-Qheswa: Simi Taqe 2005: 231).

Page 7: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

93

3. Durante la Colonia

Cuando España terminó la conquista y empezó a colonizar los territorios americanos, trató de organizarlos según su mentalidad burocrático-admi-nistrativa, política y social. Ya entrando el siglo XVIII las necesidades orga-nizadoras coincidieron con el saber ilustrado que tanto pretendía ordenar al mundo. Esta labor taxonómica no sólo se refería a la flora y fauna, sino que también tocó a los seres humanos que empezaron a clasificarse según las razas. Perú y México, elementos clave del imperio español americano, produjeron algunas de las categorías que empezaron a usarse en todo el te-rritorio de la colonia española.

Empezaron, así, a pintarse láminas y cuadros de casta en donde podían identificarse los diversos frutos del mestizaje (Rohner 2014: 39). Entre los vocablos más recurrentes de castas se conocen: mulato, zambo, mestizo… pero recordamos que también existen chino y china. En Nueva España el término “chino” indica las razas surgidas del mestizaje entre negro-india; lo-ba-indio; lobo-negra; pero también el producto de la unión de barcino (hijo de albarazado y mestiza) con mulata; de barcina con indio; o de chamizo (resultado de cambujo e india) con cambuja (hija de coyote e india) (Roh-ner 2014: 42). En el Perú resulta más fácil, en cuanto indica la unión entre india y mulato o india y negro: todo a significar la presencia únicamente de un cuarto, o la total ausencia de sangre blanca. En el Perú, pero, además de ser término referido a la casta, la variante femenina, “china”, indica a la mu-jer joven campesina empeñada, muy a menudo, como criada. Esta segunda acepción mantiene, entonces, su origen, como ya vimos, en el quechua.

En Venezuela también existía el vocablo “china” durante el período de la Colonia para referirse a una india joven. Durante el período colonial este término era de uso regional, perteneciendo a las zonas andinas, de ahí, entonces, se refuerza su origen quechua. Una vez terminado el período co-lonial se origina un proceso de desemantización y resemantización permi-tiendo la extensión del uso también al género masculino y definiendo a la persona en edad infantil. La connotación de regionalismo permanece, el uso actual se registra en las zonas andinas en el registro del habla informal (Ramos 2010: 114). Otros usos muy venezolanos los encontramos en el valor semántico de la palabra “china” equivalente a “desnuda”. Muy proba-

Page 8: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

94

AISPI Edizioni

blemente la asociación china / desnuda remonta a la imagen de la niña indí-gena de varias etnias que va prácticamente desnuda hasta cuando, al crecer, se le cubre el pecho. Por la misma motivación, el adjetivo masculino “chino” es sinónimo de “lampiño, adolescente”. Tenemos otra relación entre cultura y lengua. En este caso hablamos de la Virgen de Chiquinquirá del Estado Zulia, de Venezuela, que viene apelada “la Chinita”, de forma cariñosa, por el pueblo, haciendo referencia a su virginal juventud. La Virgen también es rebautizada como “Guajirita” o “Chinita” dado que a los guajiros, etnia autóctona del Zulia, se les llama “chinos” (Pérez Clarín 2012).

En Chile también tenemos la devoción a la Santa Chinita de Andacollo, que está profundamente vinculada a los mineros (Contreras Mühlenbrock, González Hernández, 2014: 293). El sustantivo “chino” significa: “1. Sir-viente, antiguamente indio que sirve en casa española; más usado chinito || 2. Hombre del pueblo bajo, primitivamente indio. Así figura en ciertas fies-tas religiosas como la del pelícano o fiesta de mayo en Quillota ‘el baile de los chinos’ (cp. Catimbáo) || 3. Plebeyo” (Contreras Mühlenbrock, Gonzá-lez Hernández 2014: 81). En esta zona, efectivamente, se realizan los Bailes Chinos, danza ritual originaria que se remonta al período precolombino y que confluyó en el culto mariano desde la conquista española del territorio (Contreras Mühlenbrock, González Hernández 2014).

4. En la actualidad

En Nicaragua se conoce otra resemantización del vocablo “china” de origen quechua: el significado se ha pasado de “sirvienta” a “niñera”. No exclusiva-mente. El sustantivo “china”, con significado de “niñera”, ha procurado la derivación del verbo “chinear” que indica “sostener un niño en los brazos” y, generalizando, se puede usar en el sentido de “cuidar con cariño” (Daroca, 2014). El verbo “chinear” lo encontramos en otros países de Centroamérica:

En Costa Rica es sinónimo de “mimar”, de “tratar con cariño” usado con cualquier sustantivo y no únicamente referido a niño. El Participio Pasado “chinado” desempeña también el rol adjetival, tanto que podemos encontrar oraciones del tipo: “la niña es muy chineada”;

en Honduras significa “cargar en brazo un bebé”;en Guatemala este verbo, además de significar “educar y cuidar niños”,

Page 9: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

95

puede tener valor pronominal, indicando, en este caso, “preocupación”; por ejemplo se usa en frases del tipo: “se chinea por tonterías”;

en Perú “chinear” se relaciona más bien al origen quechua en el significado de mujer y el verbo es sinónimo de “cortejar a una mujer”.

En Perú se identifica no solamente con el quechua, sino también con la lengua moche igualmente hablada en los Andes a la llegada de los españoles (Puig Tarrats, 2007: XII). En la Región de Piura, en la lengua moche “china” también es sinónimo de “mujer joven” (Puig Tarrats 2007: 40), se usa en mo-dismos como: “china palangana” o sea “mujer pretenciosa”, o sirve para des-cribir las Danzas Chinas, o sea bailes de jóvenes mujeres campesinas, entre las cuales la más famosa es la danza de la China Ferosa (Nole Mendoza 2014: 18).

En Perú también indica cincuenta céntimos de un Nuevo Sol, la moneda oficial peruana.

En la Argentina y en Uruguay, además de indicar a las domésticas origi-narias del campo, con la palabra “china” se identifica también a amantes y concubinas. Muy probablemente la motivación reside en el hecho de que el étimo deriva del guaraní en donde el vocablo es compuesto por che = “mi” e ina = “amiga” (Fonseca). La palabra “china” también ha entrado en el Lunfar-do, el lenguaje críptico-criminal en uso en la zona rioplatense del siglo pasa-do. Se usaba para definir a la mujer, de capa social baja y de rasgos aindiados (Rodríguez).

La palabra se repite en algunos textos de tango:

El lazo, de Ramón Solveyra Casares (1926) (Del Greco).[…]Trenza de ocho, tradición,que va entrando en la leyendacon el tirador, la prienda,el chiripá y el facón.El anca del redomónya no siente tu cariciani la china ¡esa delicia!Se acomoda sobre el rollo,con su carne de pimpolloy sus ojos de malicia.[…]

Page 10: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

96

AISPI Edizioni

Tango triste y querido, de Nicolás Olivari (1930) (del Greco).[…]Con su pereza de china cansada,arrastra el flato un bandoneón,cruza un malevo alguna esquina,con tu recuerdo en el corazón.Esa muchacha se hace la esquiva,pero la alcanza a la deriva,el roce oscuro de tu emoción.[…]

Yerba loca de Micaela Sastre (sin fecha) (del Greco).[…]Un mate amargome trae mi linda china,mientras ensillomi bayo redomón.Un tierno besoel pie ya, en el estribo,y al trotecito,me voy del mancarrón.[…]En 1923, Carlos Gardel cantó el tango China hereje: (Taboada).Te fuiste de mi lao, china hereje,pa’ gozarte después con mi disgraciay no ves, china boba, que yo soygüen cantor, guitarrero y chupo caña.Jamás vas a saber que estoy sufriendo;pa’ qué vas a saber si aquel que no ama,¡No, tiene sentimientos pa’l cariño,no tiene corazón, ni sabe nada!Tampoco has de saber que hasta mi rancho,ayer fue dulce nido y hoy tapera,que hasta el pobre perrito hubo llorao,lo mesmo que un cristiano, por tu ausencia.Y la mesma calandria está tan triste,ya ni canta, como antes, de mañana.Parece que compriende que estoy solo;vaya al diablo con el perro y la calandria.

Page 11: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

97

Sirva caña, patrón. Sirva bastante.Porque un güeso se ha clavao en mi garganta.Hace días que estoy hecho un borracho;perdóneme, patrón, eche más caña.Y no crea, señor, que estoy llorando;son pavadas, nomás, que siente el alma.Es que a veces el hombre pierde el juiciocuando ve que se muere una esperanza.Si la ven a mi china por el pagono le cuenten, hermanos, mi disgracia,que yo no quiero que sepa que he lloraolo mesmo que el perrito y la calandria.Ella nunca sabrá que yo la quisecon tuito el corazón y tuita el alma.Vale más que no sepa, últimamente,a ver, patrón, eche más caña.

Durante los siglos de la Colonia, entonces, podemos decir que el valor se-mántico del término “china” se relaciona con el étimo quechua en sus dos significaciones de mujer joven y de sirvienta.

Cuando los varios territorios americanos logran su independencia de Espa-ña, se encuentran necesitados de reformar todo un sistema socio-político y, esencialmente, económico que hasta este momento se había basado sobre un sistema de trabajo organizado aprovechando de la labor de los esclavos. Una vez independientes, todos los países que se fueron formando en las regiones antes dominadas por los españoles van dictando sus nuevas leyes. Fundándose sobre la libertad del yugo extranjero, los estados nacientes deciden, entre las primeras cosas, la abolición de la esclavitud. El problema concreto era reorga-nizar la economía que ya no podía usar la fuerza trabajo de los esclavos.

La falta de manos de obra a bajo precio y la escasa demografía se intentan resolver con varios escamoteos. Una de las páginas negras de algunos estados recién nacidos se escribe en este momento, cuando se va a buscar manos de obra en las regiones orientales en el más allá del Océano Pacífico. Perú, Chile, pero también Cuba aprovechan de la pobreza de miles de personas que en aquellos entonces viajaban a Macao para rescatarse de la pobreza y de las deudas que los tenían esclavos. Algunos agentes viajaron entonces hacia

Page 12: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

98

AISPI Edizioni

el Oriente para contratar manos de obra utilizando contratos trampas que los veía a los nuevos esclavos empleados en las islas guaneras frente las costas peruanas y chilenas y en los cañaverales cubanos. Los tratos y las condiciones a los cuales fueron sometidos los culíes, así se llamaban, eran tan deshumanos que la mayoría no logró terminar el contrato por morirse antes o por suici-darse no pudiendo aguantar parecidos sufrimientos. Las mayorías eran chinos y, a seguir, también llegaron japoneses que no tuvieron mejores tratamientos. Las tremendas condiciones a las cuales venían sometidos eran ocultadas por los gobiernos y por la prensa hasta cuando, por casualidad, la comunidad internacional tuvo consciencia de lo que se estaba averiguando e intervino hasta concluir esta nueva forma de esclavitud. Al terminar el fenómeno, mu-chos orientales se encontraron entonces viviendo en los países americanos y empezaron a trabajar en negocios. La mayoría se dedicaron al comercio de las telas, mientras otros, sobre todos los japoneses, se dedicaron a la peluquería (Capponi 2013: 117-27).

Es en este momento que con el término “china” se empieza ahora a llamar a cualquier mujer de origen oriental, a pesar del país de procedencia. Chino y china entonces indican a los oriundos de China, pero también se aplican a los orientales en general. Se determina también la derivación del adjetivo “achi-nado” para indicar facciones a lo oriental y los ojos rasgados o almendrados.

Los portugueses se movían entre sus colonias asiáticas y americanas comer-ciando los productos a través de los Océanos. Entre las variadas mercancías leemos en Elementos de cronología universal y particular de España, Isla de Cuba y Puerto-Rico que los portugueses introducen, en 1540, en Europa y Amé-rica las naranjas procedentes de China (De la Torre, 1845: 209). Se trata, en efectos, de una variedad dulce dado que las naranjas ya se cultivaban en el Mediterráneo. China, entonces, pasa a ser sustantivo y adjetivo sinónimo de naranjas: “china dulce” en Puerto Rico; “naranja de China” en Cuba, Ni-caragua y República Dominicana, en donde, incluso, se encuentra el “jugo de China” en lugar del jugo de naranja; “chino dulce” en Venezuela (Luther Little Jr., Elbert Marrero José Wadsworth Frank Howard 2001: 266).

Otra interpretación considera que las naranjas llegaban a América trans-portadas por los portugueses en cajas que venían marcadas con el nombre “China”, motivo por el cual se siguen denominando “chinas” a las naranjas (Reyes).

Page 13: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

99

5. La China Poblana

En México la realidad es totalmente distinta, siempre con respeto al térmi-no “china” y sus derivados. Es notable notar como “chino” se refiere a “pelo rizado”, “pelo de los negros”. Eso alude a un mestizaje no solamente indí-gena-español, sino que incluye también a lo africano (Vázquez Mantecón 2000: 129). En la mitad del siglo XIX, en un clima de gobiernos criollos, con “chinas”, en México, se describían a las mujeres del pueblo que mane-jaban muy bien las artes seductoras y que se interponían entre las mujeres casadas y las prostitutas. Se describen como mujeres muy guapas, de figura esbelta, tez aceitunada, ojos embrujadores, andadura audaz, de carácter ale-gre y vivaz, personas muy limpias, pero no fáciles de conquistar y que tenían una forma de vestir característica (Vázquez Mantecón 2000). Ya desde la segunda mitad de 1800 esta figura empieza a desaparecer dejando espacio a la conocida China Poblana. Esta nueva imagen de la “china” responde a una sociedad que va cambiando en las costumbres, debido a una realidad más burguesa que va imponiéndose. Estudios sobre el vestido típico de las chinas mexicanas remontan su aparición en la ciudad de Puebla en donde ya desde el siglo XVII circulaba el relato popular de la China Poblana entre-mezclándose, de esta manera, las historias.

Los relatos sobre la China Poblana empiezan inmediatamente después de la muerte de la mujer que interesó tanto la Iglesia Católica cuanto la Inqui-sición. A su funeral habían acudido personas de toda clase social y tanta fue la afluencia que fueron necesarios los soldados para evitar que la multitud le mutilara el cuerpo para llevarse reliquias. Durante la misa fúnebre, el 5 de enero de 1688, el jesuita Francisco de Aguilera predica en el sermón que Catarina, nombre cristiano con que se conocía a la China Poblana, fue traí-da a Puebla como esclava desde el: “reino de Mogor en las Islas Filipinas”. En 1689 Alonso Ramos, un jesuita español que había profesado como di-rector espiritual y confesor de Catarina desde 1673, publicó el primer volu-men de Los prodigios de la omnipotencia y milagros de la gracia de la venerable sierva de Dios, Catharina de San Joan, natural del Gran Mogor. También el bachiller José del Castillo Grajeda, en 1692, con el consentimiento de Ra-mos, publicó en Puebla un Compendio de la vida y virtudes de la Catarina de San Juan. En este último texto es relevante la notación de Grajeda que

Page 14: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

100

AISPI Edizioni

describe el habla de Catarina como “balbuciente” debido al hecho de que nunca aprendió a hablar correctamente el español (Brading 2008).

El lugar de nacimiento de la China Poblana viene indicado por Aguilera como el Reino de Mogor en las Islas Filipinas, se hace, pues, referencia al Gran Mogol, Imperio turco-islámico del subcontinente indio, que existió entre los siglos XVI y XIX y que abarcó, en su período de mayor esplendor, la mayor parte de los territorios actualmente correspondientes a la India, Pakistán y Bangladés, llegando a poseer zonas de Afganistán, Nepal, Bután y Este del Irán. Según Ortega Hernández (2007), Catarina es natural del reino del Gran Mogol e hija espiritual de la Compañía de Jesús. El mismo Ramos había re-conocido su origen en la India, agregando, además, que: “toda persona que entraba a México desde las Filipinas era llamado chino” (Brading 2008).

Esta información nos obliga hablar de la importante relación que por unos tres siglos han tenido México y Filipinas. Las Islas Filipinas representaron para la Corona Española la más importante de las colonias en el Oriente, en donde crearon una de las bases fundamentales para el comercio entre Europa, Amé-rica y Oriente, si bien manteniendo la posesión de un gran número de terri-torios en el Pacífico. Filipinas no tenían el mismo valor económico que tenían las colonias americanas: no existían riquezas enormes como lo eran las minas de oro, plata, diamantes, esmeraldas…, tampoco sus territorios se prestaban a cultivos extensivos de materias negociables… ni siquiera el elemento humano era de gran agradecimiento para los europeos para realizar el mestizaje que ca-racterizó, en cambio, las Américas. Filipinas, al contario, representaba un alto coste de mantenimiento y una dificultad para colonizar. El valor real de estos territorios consistía en lo logístico; Filipinas representarían la zona de inter-cambios económicos y culturales entre Europa, Asia y América. Los Galeones que viajaban entre los puertos de Acapulco y Manila permitían una relación constante entre la humanidad no únicamente asiática y americana, sino tam-bién europea en cuanto todo lo que merecía circular, aprovechando de los puertos mexicanos, pasaba del Océano Pacífico al Océano Atlántico rumbo a Europa, y viceversa. Las dificultades logísticas y económicas que procuraban las Filipinas a los españoles se trataron de resolver mediante la administración directa que México venía llamado a ejercer sobre las islas del Pacífico. Pues entonces el Virreinato de Nueva España se ocupaba y preocupaba de las pose-siones orientales de la Corona Española. Desde el puerto de Manila no salen

Page 15: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

101

solamente personas, mercancías, materiales filipinos, sino que al puerto llega cualquier cosa pueda ser objeto de intercambio con América y Europa. Es decir que Filipinas se transforman en el centro de recogida de todo lo que Asia podía comerciar con Europa, inclusive esclavos (Capponi 2016: 347-66).

La presencia de intercambio comercial y de pequeños núcleos migratorios chinos en algunas de las islas del archipiélago de Filipinas aparece ya referida a principios del siglo XIII. El flujo migratorio de chinos creció de forma ex-ponencial con la llegada de los españoles a Manila en 1571. La interacción de chinos y españoles en Manila fue de aguda tensión y procuró episodios de conflicto y violencia. La migración china hacia Manila surge por exigencias comerciales y se desarrolla como un fenómeno estrechamente asociado al es-tablecimiento de una ruta comercial marítima que conecta los puertos del sur de Fujian y de Manila, a modo de enlace con la ruta transoceánica del Galeón de Manila, que unía Acapulco con Manila (Ollé 2008). El goberna-dor Gonzalo Ronquillo de Peñalosa en 1581 decide concentrar la populosa comunidad china en el llamado barrio de la seda. Se trataba de agrupar a los comerciantes chinos que permanecían en Manila durante unos meses para vender sus productos y fueron ubicados al exterior de la muralla y a tiro de cañón (Ollé 2008). El barrio tomó el nombre de Parián que en tagalo, lengua filipina, significa mercado. Este tipo de mercado, acorralado, con calles inter-nas y locales para la venta, y frecuentado por compradores ricos que podían permitirse productos finos como especias, sedas, perlas…, se traslada a Méxi-co y se realiza en varias ciudades de Nueva España. Otros lazos comerciales se entablaron entre Malaca y Manila y más tarde empezaron a llegar productos también de India, Persia y Turquía. Los españoles, desde Filipinas, comercia-ban también con Java (Batavia), Las Molucas, Siam, Camboya, Cochinchina y otros reinos del Sureste Asiático (Picazo Muntaner 2013). Muchos inter-cambios también se realizaron en Manila de productos japoneses que viajaban a España y de productos españoles que llegaban a Japón transportados por los mismos japoneses que residían en Filipinas por unos meses, justo para practi-car el comercio (Borao 2005).

No solamente se intercambiaban productos comerciales en las rutas que unían Asia a América y Europa, existía también un comercio de esclavos. El transporte de esclavo era una actividad muy lucrativa tanto que a Filipinas se conducían cautivos de varias partes de Asia, sobre todo del Estado de India,

Page 16: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

102

AISPI Edizioni

debido a que las autoridades eclesiásticas y el virrey promulgaron leyes muy permisivas en materia de esclavitud. La Corona Española, en cambio, era mucho más estricta con respecto a la esclavitud y, sobre todo, prohibía el trasporte de esclavas en los galeones por: “causa de muy grandes ofensas a Dios” (Oropeza Keresey 2001: 11). La preocupación de la Corona Española era la explotación sexual de las esclavas y el concubinato, tanto que se emite un mandato en 1608 y la orden de excomunión en 1620 en contra de quienes siguieran practicando dicho tráfico (Oropeza Keresey 2001: 15). No obstante las prohibiciones, el transporte de mujeres orientales no cesó. A veces eran los mismos habitantes de la Nueva España que mandaban traer esclavos asiáticos, lo que condujo al virreinato de Nueva España a miles de esclavos (Oropeza Keresey 2001: 50).

Esto es lo que le pasó a la propia China Poblana: el capitán portugués Mi-guel de Sosa pidió que le consiguieran una esclava asiática en Manila por tener estas esclavas fama de sirvientas agraciadas y modestas. Para poder viajar en el galeón, pese a la prohibición de la Corona Española, la China Poblana fue disfrazada de hombre y llegó a Puebla en 1621 (Oropeza Keresey 2001: 15). A los esclavos asiáticos normalmente se les devolvía la libertad al morir su amo o trataban de comprársela. Los esclavos orientales no aguantaban su condición al punto que a finales de 1670 se ordenó la emancipación general de los esclavos asiáticos en la Nueva España y fueron considerados como la población nativa indígena, o sea vasallos que necesitaban ser evangelizados. Según nos cuenta Oropeza Keresey (2010: 42), la China Poblana obtuvo su libertad a la muerte del capitán y, con su labor de costura, compró la libertad de su marido, el chino Domingo Suárez. Según la leyenda la China Poblana era en realidad una princesa del estado de India, cuyo nombre era Mirrha, que fue raptada por los portugueses y llevada a Filipinas en donde fue vendida como esclava. Al llegar a la Nueva España la familia de Sosa le dio educación, formación católica, la bautizó con el nombre de Catarina de San Juan y la casó con otro esclavo chino, Domingo Suárez. Sigue la leyenda que la Chi-na Poblana rehusó su matrimonio, viviéndolo virginalmente. A la muerte de su amo, rescatada su libertad y enviudada, empezó a vagar por las calles de Puebla en donde fue recogida por un jesuita que la ingresó en el convento en donde se quedó hasta la muerte. Empezó pues entonces una vida de oración, que la veía hablar con las estatuas del Cristo y conversar con los ángeles. Bor-

Page 17: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

103

daba sus trajes en los cuales lucían elementos del México mestizo y nostalgias de su tierra natal, y tanto original salió su vestimenta que fue copiada por las mujeres de la ciudad hasta convertirse en el traje tradicional de las mujeres de Puebla. Kathleen Myers (2000) y García Aguilar (2007: 53) reconocen en la leyenda de Catarina de San Juan los temas de la novela bizantina. Es más, Catarina de San Juan mientras con su leyenda recalca las heroínas que cuentan con un misterioso pasado de alto linaje desconocido a ellas mismas al cual se suman países exóticos, piratas, raptos, viajes de rumbo incierto, esclavos, triunfos y derrotas, con su vida encarna todo lo marginado de la sociedad novohispana. En primer lugar representa la condición femenina y la aislamiento que determina la viudez; también en su vida se denotan la soledad determinada por la falta de familia, de amistades, de instrucción, de riquezas. Catarina se encarna en el símbolo de cualquier persona que llegue desde el Pacífico a las tierras americanas y la soledad que vive junto con las dificultades que representa el no hablar perfectamente la lengua española (García Agui-lar 2007). La admiración que suscitó en su momento esta mujer provocó la intervención de la Inquisición que prohibió la primera parte de la biografía de Alonso Ramos, la parte referida a los prodigios, por contener: “revelacio-nes, visiones y apariciones inútiles, inverosímiles, llenas de contradicciones y comparaciones impropia, indecentes y temerarias y que saben a blasfemias” (García Aguilar 2007: 56). La Inquisición prohibió cualquier reproducción, retrato o estampa.

¿Cuál es, entonces, el rol de la China Poblana dentro de una sociedad no-vohispana que distingue la población por castas? “Una mujer, extranjera, es-clava, de color, de orígenes míticos, sin las habilidades lingüísticas ordinarias, fue insertada dentro de las castas poblanas por medio de la religión” (Robin Ann 2011: 570-71).

La China Poblana es esclava y noble; es Mirrha y Catarina de San Juan; su vestido es oriental y a la vez típico de la mujer poblana; es extranjera y a la vez poblana; no habla español pero habla con los ángeles; es lo marginal y a la vez la santidad; es hindú y cristiana; es china y poblana. Toda la dualidad de la mujer se refleja en el nombre con que fue apodada y recordada: china y poblana. Esa misma dualidad que es el reflejo mismo del mexicano y de lo mexicano, aquella dualidad que desde siempre representa a México: fruto del encuentro entre Cortés y la Malinche. La dicotomía del nombre esconde la

Page 18: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

104

AISPI Edizioni

contradicción profunda de una sociedad que rechaza al otro por ser extraño al ambiente en el que vive, pero que al mismo tiempo se va formando a través del mestizaje de tantas razas de las que la misma sociedad está formada.

Con “china” se define entonces lo que no pertenece a la realidad novohis-pana, “china” aparece, además, come un nombre abstracto, que no se refiere a un país determinado, sino a todo lo que está en Oriente, entendiéndolo no como espacio físico, sino como espacio efímero que encierra en sí mismo lo exótico y lo extraño. Con “china” se evidencia la distancia de una mujer que no pertenece al pueblo por tener origen misterioso; por no hablar la misma lengua, sino un español como “balbuciente”; por no vestir la misma ropa.

Con “poblana” conducimos a la mujer extraña en una dimensión geográfi-ca, cultural y social bien mexicana, por ser Puebla la ciudad que contendió a Ciudad de México el rol de protagonista en la historia del país.

Hay más: la conversión de la “china” necesita de una prueba; la “china”, por ser china, debe trascender la cotidianeidad del catolicismo de los demás, elevándose a venerable, beata y quizás santa.

Quizás como Mirrha o como Catarina de San Juan nunca alcanzaría el rol que el nombre de China Poblana pudo relegarle.

6. Conclusiones

Retomamos, entonces, la pregunta inicial de Fernández Gordillo (2014: 78): “¿qué diccionario puede dar respuesta a este multilingüismo interno? Hasta ahora, ninguno. Para que lo hubiera tendríamos que empezar reco-nociendo el carácter cultural del diccionario, lo que […] lo hace un diccio-nario social y no un diccionario lingüístico”.

La problemática es antigua y sin duda la creación de las veintidós Aca-demias de la Lengua Española en el mundo puede ayudar a mantener una visión única de la lengua española sin perder la peculiaridad de cada país. Resulta casi imposible la realización de un diccionario único que sirva para todos los países en donde la lengua castellana es lengua oficial o de adminis-tración. Podría ayudar la consultación de corpora paralelos en donde emerja la peculiaridad de cada término en cada país o región. Internet ya desem-peña un rol importantísimo en cuanto permite una consultación inmediata de las diferencias de uso, si bien no siempre con fundamentos científicos.

Page 19: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

105

Cual sea el camino, o los caminos, que surcamos para intentar comprender el significado de muchos vocablos, es de evidencia imprescindible tomar en consideración las diversidades culturales, las diferencias diacrónicas y sincrónicas, el substrato lingüístico originario de cada región.

La América hispánica es un continente que mantiene su encanto precisa-mente por la multiplicidad de tantos elementos que la componen y en que cada expresión, palabra, adjetivo o constructo se esconde tanta riqueza que va de lo precolombino al día de hoy. La variedad del elemento humano ha determinado una variedad lingüística que es el espejo de una historia ator-mentada, sufrida, gozada y vivida por tantas razas, culturas, ideologías, sue-ños, batallas, conquistas, derrotas. Una simple palabra como “china” puede esconder en sí tantos momentos vividos por hombres y mujeres a veces humildes, a veces sin nombre, quizás desconocidos que han contribuido a formar la riqueza de un continente.

Bibliografía citada

Borao, José Eugenio (2005), “La colonia de japoneses en Manila, en el marco de las relaciones de Filipinas y Japón en los siglos XVI y XVII”, Cuadernos CANELA, 17: 25-53.

Brading, David (2008), Psicomaquia Indiana, Discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Historia [03/06/2017] http://www.acadmexhistoria.org.mx/pdfs/discursos/DISCURSO_DAVID_BRADING.pdf.

Capponi, Anna Sulai (2013), “L’incontro dei popoli”, America: crocevia lin-guistico, Perugia, Edizioni Morlacchi, 2013: 13-155.

— (2016), “Santiago Matamoros: simbolo di identità, unione e protezione del popolo filippino”, De Peregrinatione, Studi in onore di Paolo Caucci von Saucken, ed. Giuseppe Arlotta, Edizioni Compostellane, Centro di Studi Compostellani: 347-66.

Contreras Mühlenbrock, Rafael; González Hernández, Daniel (2014), Será hasta la vuelta de año. Bailes chinos, festividades y religio-sidad popular del Norte Chico, Ciudad de Santiago (Chile), Salesianos Impresores S.A.

Daroca, Álvaro (2014), Descubriendo nuevas palabras hablando el mismo idioma, [21/05/2017] <https://redescubriendoelidioma.wordpress.com/page/6/>

Page 20: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

106

AISPI Edizioni

De la Torre, José María (1845), Elementos de cronología universal y particular de España, Isla de Cuba y Puerto-Rico, Habana, Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S.M.

Del Greco, Orlando, [29/05/2017] <http://www.todotango.com/mu-sica/tema/8100/El-lazo/>

— [29/05/2017] <http://www.todotango.com/musica/tema/8246/Tango-triste-y-querido/>

— [29/05/2017] <http://www.todotango.com/musica/tema/8257/Yerba-loca/>

Diccionario de la Real Academia de España, (2014) [16/05/2017] <http://dle.rae.es/?id=8nULcNf|8nUxPEI|8nW6cbD|8nWSNqz>

Fernández Gordillo, Luz (2014), “La lexicografía del español y el es-pañol hispanoamericano”, Andamios. Revista de Investigación Social, Distrito Federal, México, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, vol. 11, núm. 26: 53-89.

Fonseca, Bayard, Etimología de che, [21/05/2017] <http://etimologias.dechile.net/?China>

García Aguilar, Olimpia (2007), “Catarina de San Juan y su biógrafo. Relaciones, amistad y edificación en la autobiografía de José del Cas-tillo Grajeda”, Estudios de historia novohispana, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 37, 037: 51-90.

Luther Little Jr., Elbert; Marrero, José; Wadsworth, Frank Howard (2001), Árboles comunes de Puerto Rico y las Islas Vírgenes, Editorial de la Universidad de Puerto Rico.

Myers, Kathleen Ann (2000), “¿Testimonio para la canonización o prueba de blasfemia?: La Inquisición de Nueva España y la hagiogra-fía de Catarina de San Juan”, Mujeres en la Inquisición: la persecución del Santo Oficio y el Nuevo Mundo, España, Ediciones Martínez Roca: 326-56.

Nole Mendoza, Ysabella de los Milagros (2014), Las danzas en nuestra provincia de Sullana, [05/06/2017] <https://es.slideshare.net/yesano-le/monografa-sobre-las-danzas-en-sullana>

Ollé, Manel (2008), “Interacción y conflicto en el Parián de Manila”, Illes i imperis, 10/11: 61-90.

Page 21: Parte III: Variación e hibridaciones · mos, de Miyoshi Jun-nosuke (2003) observamos lo siguiente con respeto al término china: Chino, na = “persona”. Origen quechua (Miyoshi

Nuevas coordenadas del español: bilingüismo, variaciones y traducción

107

Oropeza Keresey, Déborah, (2011), “La esclavitud asiática en el Virreinato de la Nueva España, 1565-1673”, Historia Mexicana, Distrito Federal, México, El Colegio de México, A.C. vol. LXI, núm. 1: 5-57.

Ortega Hernández, María Luisa (2017), “Vox populi, vox Dei: Catalina de San Juan, ‘la Niña Santa’ de la Angelópolis (India, 1605?–Puebla de los Ángeles, México, 1688)”, Colonial Latin American Review, Print. Taylor & Francis Online, 26.2: 219-54.

Pérez Clarín, Antonio (2012), Chinita de Maracaibo, [22/05/2017] <https://antonioperezesclarin.com/2012/11/17/chinita-de-maracaibo/>

Picazo Muntaner, Antoni (2013), “Distribución de los productos asiáticos en América en el siglo XVII: una aproximación”, Temas Americanistas, 30: 87-109.

Puig Tarrats, Esteban (2014), Breve diccionario folclórico piurano, Piura, Universidad de Piura, 2007.

Quechua, Academia Mayor de La Lengua, (2005), “Diccionario: Que-chua-Español-Quechua, Qheswa-Español-Qheswa: Simi Taqe”, Cuzco, Academia Mayor de La Lengua Quechua (Qheswa Simi Hamut’ana Ku-rak Suntur).

Ramos, Elvira, et al. (2010), “Chinas y chontales. Regionalismos léxicos en documentos venezolanos del siglo XVII”, Fermentum, Mérida Venezuela, 19, 54: .102-16.

Reyes, Santiago [16/05/2017] <http://etimologias.dechile.net/?China>Robin Ann, Rice (2011), “De la India a la Puebla de los Ángeles: lo ‘extraño’

y lo ‘extranjero’ en Prodigios de la omnipotencia y milagros de la gracia en la vida de la venerable sierva de Dios Catarina de San Juan del Padre Alonso Ramos (1689-1692)”, Actas del I Congreso Ibero-asiático de Hispa-nistas Siglo de Oro e Hispanismo general (Delhi, 9-12 de noviembre, 2010), eds. Vibha Maurya; Mariela Insúa, Pamplona, Publicaciones digitales del GRISO/Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra: 563-577.

Rodríguez, Adolfo Enrique, Diccionario lunfardo, [16/05/207] <http://www.todotango.com/comunidad/lunfardo/termino.aspx?p=china>

Rohner, Fred (2014), “Usos y acepciones de chino, china en el norte del Perú, siglos XVIII-XIX”, Lexis, 38.1: 35-70.

Taboada, Pablo [29/05/2017] <http://www.todotango.com/musica/tema/2090/China-hereje/>