parábola de la vid verdadera

3
Parábolas del Evangelio Parábola de la vid verdadera 1º.- Experiencia humana: Para los niños, podemos partir de la siguiente parábola: La poda Mira mi pobre árbol lleno de ramas inservibles. Mis frutos han palidecido y se pierden en la inutilidad. Ni siquiera los animales quieren servirse de ellos como alimento. Sin embargo yo sueño todavía con ofrecer frutos lozanos, atractivos, que puedan ser grata comida para los caminantes. Frutos que vivifiquen al hombre del hambre y del cansancio. Pero mira mi pobre árbol, soñando con lo que no le pertenece y olvidando su propia cosecha. Vienen manos ansiosas extendidas, confiadas, a recoger el fruto de mi árbol, y encuentran decepción, insignificancias, frutos inservibles, no aptos para el alimento. La enfermedad, la plaga interna, dejan raquítico el fruto de mi árbol. En mi interiore se abren grietas de oscuridad y de muerte, y en la superficie, aparecen los estigmas de la improducción. Antes de que extienda el mal a las raíces, sana la enfermedad que crece y me lleva a la muerte. Acoge tus herramientas podador, corta todo lo seco, lo podrido, todo lo que impide el camino a la savia. Coge tus herramientas podador, arranca de mi árbol roda la rama inútil, toda la rama que estorba el crecimiento. Yo sé que tu poda me acusará dolor una vez y otra vez y siempre que se produzca, pero coge tus herramientas podadas, y ponte a la faena. Es la hora del dolor esperanzado. Podador me pongo entre tus manos, Divino Podador, Tú, yo y el viento. Se puede comentar con ellos y lanzarles algunos interrogantes: ¿Qué ramas inservibles en tu vida están evitando el dar frutos? Antes de que el mal llegue a las raíces, se puede cortar lo seco, lo que impide el camino a la savia. Pero se produce dolor. ¿Cómo lo sientes cuando te dejas podar? PIMC 1

Upload: jumelmc

Post on 28-Jul-2015

553 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Parábola de la vid verdadera

Parábolas del Evangelio

Parábola de la vid verdadera

1º.- Experiencia humana:

Para los niños, podemos partir de la siguiente parábola:

La poda

Mira mi pobre árbol lleno de ramas inservibles.Mis frutos han palidecido y se pierden en la inutilidad.Ni siquiera los animales quieren servirse de ellos como

alimento.Sin embargo yo sueño todavía con ofrecer frutos lozanos,

atractivos, que puedan ser grata comida para los caminantes.Frutos que vivifiquen al hombre del hambre y del cansancio.Pero mira mi pobre árbol, soñando con lo que no le pertenece y

olvidando su propia cosecha.Vienen manos ansiosas extendidas, confiadas, a recoger

el fruto de mi árbol, y encuentran decepción, insignificancias, frutos inservibles, no aptos para el alimento.

La enfermedad, la plaga interna, dejan raquítico el fruto de mi árbol.En mi interiore se abren grietas de oscuridad y de muerte, y en la superficie,

aparecen los estigmas de la improducción. Antes de que extienda el mal a las raíces, sana la enfermedad que crece y

me lleva a la muerte.Acoge tus herramientas podador, corta todo lo seco, lo podrido, todo lo que

impide el camino a la savia.Coge tus herramientas podador, arranca de mi árbol roda la rama inútil, toda

la rama que estorba el crecimiento.Yo sé que tu poda me acusará dolor una vez y otra vez y siempre que se

produzca, pero coge tus herramientas podadas, y ponte a la faena.Es la hora del dolor esperanzado. Podador me pongo entre tus manos, Divino

Podador, Tú, yo y el viento.

Se puede comentar con ellos y lanzarles algunos interrogantes:¿Qué ramas inservibles en tu vida están evitando el dar frutos?Antes de que el mal llegue a las raíces, se puede cortar lo seco, lo que impide el camino a la savia. Pero se produce dolor. ¿Cómo lo sientes cuando te dejas podar?

2º.- Iluminación desde la Palabra de Dios:

Se proclama en grupo de la Palabra de Dios:

“Yo soy la vid verdadera”, y mi Padre es el viñador: Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia para que de más fruto. Ustedes están ya limpios gracias a la palabra que les he dicho. Permanezcan en mí como yo en ustedes.

Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por si mismo, sino permanece en la vid; así tampoco ustedes sino permanecen en mí.

Yo soy la vid; ustedes los sarmientos.

PIMC 1

Page 2: Parábola de la vid verdadera

La vid y los sarmientos

El que permanece en mí y yo en él ese da mucho fruto; porque separados de mí no pueden hacer nada.

Si alguno no permanece en; mí, es arrojado fuera como el sarmiento y se seca; luego los recogen, lo echan al fuego y arden.

Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán

La gloria de mi Padre está en que den mucho fruto, y sean mis discípulos.(Jn. 15,1-8)

Profundizamos en la Palabra:

La alegoría de la vid y los sarmientos nos explica con viveza:La necesidad de estar en comunión con Jesús para dar fruto.La necesidad de la poda, para llevar más fruto.La condición miserable del sarmiento que se despoja de la vid.La necesidad de la Comunidad, del grupo, común - unión de los sarmientos con Jesús y entre sí:La fuerza y la eficacia de la oración hecha desde el Espíritu de Cristo en comunidad.

Compartimos:Poner algunos ejemplos de racimos cargados de frutos, a nivel personal, comunitario, …Ejemplos de racimos secos…Ejemplos de podas liberadoras…En tu caso concreto, ¿Por dónde tendría que empezar la poda?...Para dar vida, y una vida en abundancia… ¿A que tienes tú que morir?...

3º Compromiso:

Durante esta semana, me comprometo a vivir tres actitudes positivas, que en mi entorno, con mis amiguitos, en familia, en casa, en la parroquia, DEN FRUTO DE VIDA

4º Terminamos cantando juntos: “Yo soy la vid verdadera” y rezando el Padre Nuestro cogidos de la mano.

Pastoral Juvenil Mercedaria de la Caridad - PIMC 2