para qué hacer historia

25
¿PARA QUÉ HACER HISTORIA? Seminario de Maestría en Filosofía e Historia de la Ciencias Presentado por: Lic. Horacio Sampayo. noviembre de 2001. 1

Upload: marta-flores

Post on 18-Jan-2016

219 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Historia

TRANSCRIPT

Page 1: Para Qué Hacer Historia

¿PARA QUÉ

HACER HISTORIA?

Seminario de Maestría en Filosofía

e Historia de la Ciencias

Presentado por: Lic. Horacio Sampayo.

noviembre de 2001.

1

Page 2: Para Qué Hacer Historia

I. Introducción:

El escritor Boris Vian1 plantea en una de sus novelas el caso de un hombre que,

cargado de recuerdos que lo molestan, inventa una máquina para quitar recuerdos de su

memoria, Poco a poco va borrando de su memoria los recuerdos de su infancia y de su

juventud y así llega a borrar por completo su memoria. En este momento muere.

La conciencia que tenemos de nosotros mismos, la hemos adquirido en forma de

memoria. Cada persona está conformada por los recuerdos de su pasado, y también,

claro está, por las racionalizaciones y reelaboraciones que de esos recuerdos fue

haciendo a lo largo de su vida. Sin conciencia de pasado no hay futuro; sólo presente.

Aún los pueblos ágrafos, descriptos en la literatura etnográfica, hacen una

historia de sí mismos. Por el hecho de ser una Historia oral, tiene indudablemente una

serie de limitaciones que a nosotros hoy nos parecen inaceptables desde la perspectiva

de la Historia moderna. Sin embargo ellos hacen Historia.

Con la aparición de la escritura, esta Historia puede llevarse a un grado de

certeza basada en la existencia de pruebas documentales escritas. Pero aún la

posibilidad de esta certeza nos plantea una serie de dudas acerca de qué es la Historia.

En principio reconocemos la existencia de dos significados distintos para esta

palabra: el de sucesión de acontecimientos en el pasado humano y el de los relatos que

nos acercan al conocimiento de esos acontecimientos.

Queda claro para nosotros que los hechos históricos que sucedieron, son de una

intensidad, una complejidad y una densidad tal que estamos imposibilitados de

conocerlos en toda su dimensión.2

Pero también se nos aparece evidente la idea de que los hechos del pasado

proyectaron una serie de elementos causales que nos afectan en el presente. De alguna

forma somos hoy la consecuencia de causas más o menos remotas. Y por otro lado el

futuro contendrá necesariamente mucho de lo que hoy se está construyendo.3 Es por ello

1 Vian, Boris, "La Hierba Roja". 2 La idea de "Descripción Densa" de Geertz, nos acerca a lo que pretendo describir en este punto. pero la considero irrealizable. Ver Geertz, Clifford, "La Descripción de las Culturas" Madrid, Gedisa, 1992. 3 Ver a Galbraith, John, "Historia de la Economía" ......

2

Page 3: Para Qué Hacer Historia

que para nosotros el pasado reviste tal interés. La búsqueda de nuestro pasado no es sólo

un tema de simple curiosidad: es un conocimiento imprescindible.

II.

Lo primero que nos debemos plantear al hacer Historia es si ésta constituye un

mero relato descriptivo de pasados aconteceres o si por el contrario deben contener

elementos explicativos y/o valorativos. Claro que si no se puede relatar la totalidad de

los hechos investigados, entonces: ¿que es lo que se relata? Si cualquier relato de

hechos del pasado significa una selección de determinados hechos eligiendo los

"relevantes" y desechando otros ¿Cuál es el criterio de selección?

Estas preguntas nos llevan a un problema que quiero esbozar y sobre el que

volveré, ¿es la Historia idiográfica, es decir simplemente descriptiva? o por el contrario

¿es nomotética?

No tengo dudas acerca de que la Historia es fuertemente idiográfica, en el

sentido de que es en gran parte una descripción de los hechos relevados y seleccionados

por el historiador. Sin embargo no se limita a esto, también es fuertemente nomotética.

Claro está que debo hacer una diferenciación: si por nomotética estamos

pensando en la posibilidad de que la Historia nos dé leyes generales acerca del hombre,

tales como la mecánica clásica nos las da del comportamiento de los cuerpos,

evidentemente no lo es. Sin embargo, la Historia nos da una serie de generalizaciones

teóricas que, de alguna manera, están más cerca de lo teórico que de lo empírico. En

este sentido, algo débil, la Historia es nomotética.4

La Historia no puede, dijimos, abarcar la totalidad de los hechos en estudio5,

debe seleccionar, pero toda selección, todo acotar el objeto nos lleva necesariamente a

algunos problemas relacionados con los criterios de selección; tanto criterios

individuales, es decir propios de cada historiador, como colectivos, es decir de una

comunidad completa.6 Esto tiene que ver con las memorias, tanto colectivas como

individuales y también con lo que Mary Douglas llama el "olvido institucional".7

4 Estoy incluyendo aquí la historia entre las ciencias. Por lo tanto los "hechos" descriptos deben ser valorados desde la "teoría" y a su vez están cargados de ella. El observador no puede permanecer neutro ante estos hechos. Ver a Olivé, León y Pérez Ransanz, Ana Rosa, "Filosofía de la Ciencia, Teoría y Observación." S XXI México 1996.5 El mejor ejemplo de lo que sería recopilar la totalidad de los hechos individuales lo tenemos en Borges, Jorge Luis, "Funes, el memorioso" incluido en "Ficciones", Buenos Aires, Emecé, 1996.6 Me refiero a la comunidad general, a la sociedad cuyos aconteceres se están estudiando y no a un conjunto de historiadores o científicos. 7 Douglas, Mary, "Cómo piensan las Instituciones".

3

Page 4: Para Qué Hacer Historia

Al elegir "hechos relevantes", al seleccionar y acotar los objetos de estudio, los

historiadores, al igual que otros científicos sociales, están priorizando, basados en una

teoría que puede ser explícita o difusa, pero que existe.

III.

En segundo lugar: ¿existe una clasificación de los hechos?

No podemos hablar, por lo menos en la experiencia práctica, de una "Historia

total" sino siempre parcial: así vemos una Historia política, o económica, o social, o de

las ideas, o de la ciencia, o de las instituciones, y muchas otras. Por lo tanto, cada una de

ellas rescatará del cúmulo de hechos cognoscibles del pasado aquellos que considere

relevantes para su propia clasificación y descartará todos los demás. Así, por ejemplo, la

Historia de Francia en el S XVIII, período de la Revolución Francesa, probablemente no

mencione a Lavoisier, a pesar que su descubrimiento del oxígeno representa un

gigantesco avance de la Química que, aún hoy, tiene grandes consecuencias.

Lo expuesto hasta aquí, si bien en forma sumamente breve, nos permite

asomarnos a algunos de los problemas que se presentan al tratar el tema de la Historia

como actividad académica.

¿Qué quiero decir con clasificación de los hechos?: Todas las ciencias

comienzan por clasificar los hechos de los cuales se va a ocupar, los que van a constituir

su "objeto", o el "campo empírico" sobre el cuál construir conocimiento.

Pero toda clasificación se construye sobre criterios lógicos. Y los criterios

lógicos significan ya una selección de características de cualquier objeto o evento que

serán agrupadas bajo un término teórico.

Daré un ejemplo: si yo hablo de "revolución" puedo mencionar una gran

cantidad de tales eventos en la Historia europea y americana de los dos últimos siglos;

la americana de 1776, la francesa de 1789, la de Mayo de 1810, la rusa de

octubre/noviembre de 1917, la radical de 1890 y tantas otras. Pero cada uno de estos

eventos históricos implicó una población, un tiempo, y una región geográfica

determinadas. Los sucesos fueron únicos, así como es única la caída de cada manzana

madura que se desprende de un árbol.

4

Page 5: Para Qué Hacer Historia

Sin embargo, si una sucesión de eventos reúne una cantidad de características

conflictivas, sean políticas, económicas, sociales o tecnológicas, las reunimos bajo un

solo término teórico: "revolución".

Pero como sostiene Dudley Shapere8:

"Este problema surge para los filósofos de la ciencia de la siguiente manera.

Algunos términos que ocurren en las teorías científicas parecen referirse a clases de

entidades o procesos o conductas que no son directamente observables. Algunos

ejemplos clásicos son: "fuerza", "campo", "átomo", "gen", "subconsciente", "impulso",

(revolución?); usualmente términos como "magnético", "soluble", 'elástico",

esquizofrénico", 'inteligente", también se han clasificado como no observables, puesto

que parecen referirse a "tendencias" o "poderes" o "disposiciones" de entidades más

que a un comportamiento abiertamente manifiesto. A todos esos términos no

observacionales se les ha llamado más positivamente términos "teóricos". Ahora bien,

hay una larga tradición en la filosofía que ha visto con sospecha las entidades a las que

supuestamente se refieren estos términos; pues se supone que la ciencia sólo se ocupa

de lo que es observable y no de entidades "metafísicas" que pueden o no existir detrás

de los escenarios de la experiencia, pero que en ningún caso pueden ser observadas. Y

además, como señaló Hume: ¿ como pueden esos términos tener un significado más

allá de lo que pueda decirse en términos de la experiencia?".

De hecho, los historiadores utilizan gran número de conceptos o términos

teóricos, sin los cuales sería imposible llegar a ningún tipo de clasificación. Incluso

estas clasificaciones llegan a tener varios niveles de generalización. Cambios existen en

todos los procesos históricos, pero no todos los clasificamos como "revolución", de

manera tal que en realidad el término teórico "revolución" implica al término teórico

"cambio"; pero éste no implica a aquel.

Así los objetos o eventos individuales pueden ser clasificados mediante términos

de comprensión creciente. Por otro lado un mismo sistema taxonómico puede tener

niveles de comprensión siempre creciente. De este modo podemos incluir cada objeto o

evento dentro de una clase designada por un término común; a su vez las clases pueden

ser incluidas en géneros y así hasta designar la totalidad de fenómenos mediante una

sola proposición que los abarque.

8 Shapere, Dudley; "El Problema de los Términos Teóricos"; en Olivé, León y Pérez Ransanz, Ana Rosa; "Filosofía de la Ciencia: Teoría y Observación." Siglo XXI Editores, México, 1989.

5

Page 6: Para Qué Hacer Historia

Esto es trivial, pero los historiadores lo hacen continuamente. Fenómenos que

reúnen algunas características análogas se clasifican mediante términos teóricos. En

este sentido, podemos decir que la Historia es débilmente nomotética. Y no solamente

descriptiva.

IV.

Ahora bien: ¿estas clasificaciones pueden permitir explicaciones generales en el

sentido que da Shuster9 a este concepto?

Examinemos el discutido término teórico "revolución". Sabemos que existe una

clase de eventos, que comparten una cantidad de características y que designamos con el

nombre de 'revolución'. ¿Existen sucesos que se asemejen entre sí y que hayan sucedido

poco antes de producirse una revolución? Si así fuera, si eventos con alguna

característica semejante, ocurrieran en oportunidad de gestarse una revolución, entonces

podríamos asignarle la condición de "causa" de ésta.

Caractericemos un término teórico: "inquietud social". Supongamos que existen

eventos a los que llamaremos así. Éstos implicarían: una situación económica percibida

por la sociedad como crítica. La organización más o menos espontánea de grupos que

manifiesten su disconformidad y deseen un cambio. Un poder político que se muestre

débil. Un - o varios - grupos dispuestos a hacerse cargo del poder. Y una situación

internacional - es decir externa- que favorezca la ocurrencia de cambios en la situación.

Entonces podemos decir que la situación de "inquietud social" es condición necesaria

para la ocurrencia del evento "revolución". Pudiera ocurrir que no fuera ésta la única

causa, sino que además se necesitaran otras tales como que el poder militar apoye los

cambios o por lo menos no esté en condiciones de impedirlos, y otras. Diríamos

entonces que la "inquietud social" es condición necesaria pero no suficiente para la

revolución. O también que para la ocurrencia de una "revolución" deben co - incidir

causas concurrentes una de las cuales será la "inquietud social".

En los ejemplos citados hemos establecido por lo menos dos términos teóricos.

Y además los hemos relacionado causalmente. Por lo tanto hemos establecido una

proposición que relaciona lógicamente dos términos teóricos. En este sentido estaríamos

en condiciones de investigar en profundidad un alto número de casos históricos

9 Shuster, felix G. "Explicación y predicción".

6

Page 7: Para Qué Hacer Historia

individuales para poder caracterizar las condiciones previas necesarias y suficientes para

que se produzca. Es decir podríamos predecir (o retrodecir,) una "revolución".

Dicho de otra manera. Si pudiéramos reunir bajo términos teóricos los

comportamientos sociales que nos interesan, podríamos determinar cuales son

condición necesaria para que ocurra una "revolución"; si se dieran varios de ellos juntos

podríamos predecir cuando va a ocurrir una.

Está claro que estoy proponiendo un camino empírico - inductivo. Y este

razonamiento puede ser objeto de las críticas que Popper10 y muchos otros han

formalizado para éste. Pero es el principio de una "legalización" en Historia.

De cualquier forma, el establecimiento de generalizaciones teóricas es un a

práctica habitual en la Historia. Deja de lado la simple descripción fenomenológica

para adentrarse en el terreno científico.

V.

Entremos ahora en el problema de las explicaciones causales legales.

Para el positivismo de fines del siglo XIX y principios del XX estaba claro que

la naturaleza se comportaba con regularidades que excluían el azar. Lo que aparecía

azaroso o aleatorio se debía a la imposibilidad humana de conocer o de tener en cuenta

la totalidad de los factores intervinientes en un fenómeno. Los hombres de ciencia

entonces debían encontrar las leyes que regían a la naturaleza. Con estos mismos

principios los primeros científicos sociales buscaron las leyes que imperan en las

sociedades humanas.

La palabra "ley" en este sentido tiene un doble significado: las regulaciones

emitidas por los parlamentos y las que rigen más allá de la voluntad humana. Las que se

buscaban eran indudablemente las leyes teóricas cuya obediencia no depende de la

voluntad humana. Cuando utilizo la palabra "ley" en este trabajo, lo hago pensando en el

segundo significado.

Muchos científicos sociales, de todas las tendencias ideológicas y filosóficas

buscaron esta forma de hacer ciencia social. Puedo citar a Stuart Mill11, a Carlos Marx12

o a Emile Durkheim13.

10 Popper, Karl; "La Lógica de la Investigación Científica". Buenos Aires, REI, 1989 11 John Stuart Mill. "¿Qué es el utilitarismo?" Buenos Aires, Espasa - Calpe s/f. 12 Marx, Carlos, "El Capital" 13 Durkheim Emile, "El Suicidio"

7

Page 8: Para Qué Hacer Historia

Para ellos la Historia es el relato de hechos del pasado que sirven al moderno

científico social para buscar explicaciones de los fenómenos que está buscando. Y

cuando hablo de explicaciones me refiero a la reducción de los eventos a términos

teóricos y la reducción de éstos a "leyes explicativas". Es el concepto de la "Historia

Magïstra".

El problema se suscita cuando se ha intentado producir el "salto creativo", de

una generalización de términos empíricos a una formulación legal omniabarcativa.

En ciencias naturales, especialmente en Física, se llegaron a formular este tipo

de explicaciones causales. Daré un ejemplo: no se necesitaron científicos para observar

que los objetos calientes trasmiten el calor hacia los objetos fríos. Tampoco para

observar que ambos términos, caliente y frío son relativos. Sí se necesitaron para

precisar qué es el calor, y para precisar que lo importante es la mayor o menor

temperatura y no la cantidad de calor. Hasta aquí el camino empírico - inductivo. Pero

de ahí a la formulación legal "el universo tiende a la entropía" hay un largo camino. El

"salto creativo".

Claro está que una vez establecida la proposición general podemos de ella

predecir lo que ocurrirá cuando encendamos la estufa.

Establecer este tipo de leyes en Historia requiere dar el "salto creativo'.

Existen dos razones para no dar este salto: la primera es la increíble complejidad

de los procesos históricos en relación con los físicos; la segunda es la "astucia de la

Historia".

VI.

Otro de los problemas que quisiera examinar es el de la complejidad de los

procesos históricos.

Los procesos históricos son producto de decisiones sociales, es decir que en ellas

interviene un número muy elevado de actores los cuales producen acciones y toman

decisiones individuales, a su vez se organizan en grupos, facciones, clases sociales,

instituciones, y actúan desde éstas con decisiones colectivas y a éstas se deben agregar

las de los poderes "públicos", sean estos políticos, militares, religiosos o de otros

ordenes. Todas estas acciones y decisiones, a veces concurrentes, a veces antagónicas,

tomadas sobre la base de información incompleta, emociones, expectativas más o

8

Page 9: Para Qué Hacer Historia

menos racionales o simplemente por hábitos culturales, resultan muy difíciles de

evaluar, y por supuesto muy difícilmente se traduzcan en cifras que permitan un

tratamiento matemático o estadístico que lleve a legalizaciones y a predicciones.

La herramientas estadísticas desarrolladas para lograr predicciones muy certeras

en otras ciencias complejas, como la Meteorología o la Economía, no son de aplicación

directa a las demás Ciencias Sociales, y por supuesto no lo son en la Historia.

Pero la falta de una cobertura legal que permita seguir con cierta seguridad un

camino hipotético - deductivo no quiere decir que no se utilicen generalizaciones

teóricas de las cuales se deduzcan hechos pasados o futuros. En este sentido la teoría es

muy fuerte en la Historia. De hecho los historiadores levantan hipótesis basados en

presunciones teóricas y luego buscan los documentos que otorguen valor de verdad a

estas hipótesis. En realidad esta es una de las principales funciones de la Historia,

legitimar en el pasado acciones presentes. Y se lo hace siguiendo un camino hipotético

deductivo.

En los aspectos mencionados la Historia no se diferencia de las Ciencias

Naturales más que por su objeto y por su complejidad.

VII.

Otro de los problemas que presenta la Historia cuando la comparamos con las

ciencias naturales y sobre todo con la física, modelo ideal para la Filosofía de la

Ciencia, radica en lo que Marx ha llamado la astucia de la Historia.

El hombre, en tanto producto de una muy larga evolución natural, fue adaptando

su equipo sensorial a las necesidades que le fue imponiendo el medio ecológico y por lo

tanto a los rangos dimensionales adecuados a la supervivencia. Pero el hombre, a

diferencia de los animales, en algún momento de su evolución, decidió reemplazar la

adaptación natural al medio, por la adaptación cultural.

Esta estrategia, la de crear equipamientos culturales que mejoraran su adaptación

al "mundo real", significó ampliar el rango cognitivo más allá de las capacidades de su

equipo sensorial.

La "adaptación cultural"14 se diferencia de otras estrategias adaptativa por su

extraordinaria flexibilidad. En un período menor a una sola generación se puede

14 Sobre la cultura como sistema adaptativo ver Malinowski, Bronislaw, "Una Teoría Científica de la Cultura".

9

Page 10: Para Qué Hacer Historia

introducir un cambio adaptativo que mejore la relación con un medio exterior

cualquiera. Y esta mejora es inmediatamente transmitida a la generación siguiente

mediante el permanente proceso de endoculturación.

Cuando hablo de mejorar la adaptación me refiero a lo que es percibido por los

actores sociales como tal, aún cuando pueda resultar irracional desde otros puntos de

vista. En este sentido, los cambios adoptados deben poseer una racionalidad individual

o colectivamente subjetiva.

Entiendo en este sentido, incluso, el concepto introducido por Ortega y Gasset

de generación.15Una generación puede estar integrada por el conjunto de individuos que

comparten una franja etaria, y que, además, reciben su cultura de sus mayores y le

introducen cambios significativos; cambios que serán integrados a la cultura a partir de

ellos. Es por esto que la amplitud de la franja etaria es menor a la de una generación

biológica. Ocurre que los hombre y mujeres endoculturados simultáneamente adoptan

cambios endógenos y/o exógenos que resultan extraños a las generaciones anteriores y

serán "naturales" para las posteriores.16

De lo expuesto, se puede concluir que la conformación cultural de una sociedad

dada en un momento histórico reúne condiciones únicas y por lo tanto no producirá

necesariamente las mismas respuesta ante situaciones parecidas.

Por otro lado, si pudiéramos prever el futuro histórico, podríamos también

adoptar las medidas necesarias para que ese futuro no se produzca. Esa es, según Marx,

la astucia de la Historia.

Como digresión divertida diré también que, aun cuando muchos hechos futuros

se puedan prever, los hombre se niegan a ver y aceptar los hechos como son. Esta

ceguera también impide tomar las medidas para evitar algunos futuros. Sobre esto las

teorías de las pasiones de Malthus o el utilitarismo de Beltham tienen mucho para decir.

VIII.

15 Ortega y Gasset. 16 Puedo citar innumerables casos de instituciones que significaron profundos cambios culturales, y que para las generaciones siguientes aparecieron como una parte integral de la vida. Al hacer aparecer como natural la vida social cotidiana, la cultura nos esconde el hecho de que esa conformación específica de un momento y lugar históricos es sólo una de las infinitas posibilidades y que las instituciones sociales son contingentes y no necesarias. El velo del "maya" de algunas culturas de la india, o la superestructura ideológica de Carlos Marx, son nombres dados a este fenómeno cultural que esconde infinitas posibilidades y naturaliza la cultura recibida. Pero cuando una generación en el sentido de Ortega, adopta un cambio, la generación siguiente lo recibe como parte integral e indisoluble de la cultura.

10

Page 11: Para Qué Hacer Historia

Uno de los problemas más desconcertantes de la Historia, y de las ciencias

sociales en general, tiene que ver con la causalidad teleológica o final.

Desde Aristóteles y hasta la revolución científica de los siglos XVI y XVII se

admitía como verdadera la "causa final". Era el fin el que provocaba, anticipadamente,

los fenómenos. Los físicos primero, los biólogos después empezaron a sostener la idea

mecanicista que impide adjudicar causas a aquello que sea posterior al hecho en estudio.

Lo que está después no puede ser causa de lo que está antes. Los hechos son empujados

en términos temporales, no "atraídos".

Aquello hechos que se producen para lograr un resultado, como el crecimiento

de las hojas de los árboles en primavera, se produce por causas anteriores, es decir la

información contenida en el organismo vivo que le indica que ante determinados

estímulos, como la temperatura, humedad y otros, debe iniciar el desarrollo de nuevas

hojas. Pero la causa debe buscarse antes, no después.

Sin embargo, tanto los animales como los hombres, se mueven por fines. Es la

necesidad de encontrar agua o comida la que empuja a los animales a emigrar dirían los

mecanicistas. Pero también se puede pensar que en realidad es la esperanza de ello la

que atrae a los animales. ¿La causa está antes o después del hecho?

Algunos filósofos piensan que las ciencias sociales y por lo tanto la Historia

pueden referir a causas tanto anteriores como posteriores al hecho estudiado. Admiten

no solo las causas eficientes sino las causas finales, teleológicas. Personalmente creo

que esta es una cuestión imposible de decidir. Sin embargo creo que las decisiones de

los hombres se toman antes de los acontecimientos, y por otro lado los acontecimientos

naturales, aún los previsibles o pronosticables, actúan antes y no después. En todo caso,

se podrá tomar como causa las expectativas, más o menos racionales, que los hombres

puedan tener de sus acciones o de los acontecimientos naturales, pero no se puede

hablar de causas teleológicas.

Las acciones racionales con arreglo a fines, de Max Weber17, que parecieran

situar las causas en los fines, es decir estos "atraerían" a las acciones en realidad

recurren a explicaciones de tipo de expectativas previas. Esto lo explica también

Manuel Gil Antón18, en su trabajo sobre la epistemología del sociólogo alemán.

17 Weber, Max, "...

18 Gil Antón, Manuel "Conocimiento científico y acción social" Gedisa, Madrid

11

Page 12: Para Qué Hacer Historia

IX.

Tenemos que tratar ahora un último problema: el de si las acciones humanas son

explicadas mediante la apelación a causas o si son interpretadas de acuerdo con una

relación empática entre el actor y el estudioso.

El hecho de que los objetos de estudio sean hombres, y que por lo tanto podamos

"sentir" lo mismo que han sentido otros hombres, produce la sensación de que los

podemos comprender apelando a los mismos sentimientos. De alguna manera, lo

irracional puede comprender a lo irracional.

Mis sentimientos de pena, dolor, cólera, ira, alegría, pueden asemejarse a los

sentimientos de quienes son objeto de mi estudio histórico. Puedo "sentir" el dolor de la

úlcera de San Martín.

A partir de estos sentimientos, en principio, puedo "interpretar" las razones que

provocaron las acciones de otros hombres.

Este problema se ha discutido mucho en Filosofía de la Historia a partir de los

trabajos de Hans - Georg Gadamer19. Este pensador propone una interpretación

empática o simpática de los hechos de otros hombres ante la imposibilidad de establecer

causas eficientes tales como las que se manejan en ciencias naturales.

Gadamer es, sin embargo, ante todo un analista de la comprensión en artes . Su

obra fundamental, Verdad y Método, trata ante todo de desarrollar la idea de

interpretación de la obra de arte. No se puede crear un vinculo entre la obra y el

espectador, sino a través de un método de comprensión, es decir un lenguaje. Este

vinculo lingüístico varía en función del tiempo, y por supuesto varía en función de los

espectadores de la obra de arte. De este modo el concepto esencial de la Filosofía de

Gadamer es el de belleza. Claro que el concepto de belleza es relativo al lenguaje, la

época, el espectador. Existe en Gadamer, sin embargo, un referente permanente, la

belleza clásica. El concepto de belleza clásica es el que otorga universalidad al lenguaje

del arte.

Desde la experiencia con el lenguaje del arte Gadamer pasa a la experiencia

histórica. Si la experiencia artística sólo se da en el lenguaje, si la obra de arte se realiza

19 Gadamer, Hans - Georg, "Verdad y método".

12

Page 13: Para Qué Hacer Historia

en la relación del objeto con el sujeto a través de preguntas y respuestas, la

interpretación es la esencia de esta relación. De ahí que la relación del sujeto con la

Historia sea también y necesariamente una interpretación. De esta manera, y sólo de

esta manera, se abre la posibilidad de una experiencia histórica que se sustraiga a la

mera reconstrucción, y se revele como conocimiento inmanente de la comprensión.

Como historicidad de la interpretación. La Historia no existe objetivamente fuera de

algún sujeto "historiante". Historia comprendida y comprensión histórica son partes del

mismo proceso. El proceso que reúne la experiencia estética y el mundo histórico es en

el lugar donde se realiza el sujeto y el mundo; es decir en el lenguaje. De este modo

arte, historia y lenguaje son constitutivos del mismo proceso.

En este sentido, y siguiendo a Gadamer, podemos entender la Historia como

parte de un proceso que se realiza, junto con cada sujeto, en el lenguaje. ¿Dónde queda

entonces la objetividad en Historia? ¿Puede existir un conocimiento cierto de los

hechos ocurridos en el pasado? En este marco de referencia sin duda que no.

En antropología este problema fue ampliamente discutido. Los estudiosos que

plantean una visión "etic" de la cultura, contra los que sostienen la posibilidad de un

conocimiento "emic" de la misma. La cultura se asimila así a un código lingüístico de

referencia dentro del cual se realizan los sujetos. Y sólo podrá ser comprendido, nunca

conocido, mucho menos explicado. Debo "entrar" dentro del mundo de referencia

cultural para poder comprenderlo. En este sentido, dos universos culturales son

inconmensurables; y cada uno de ellos tiene sus propias reglas de interpretación. Es el

relativismo absoluto.

He trasladado el eje del problema, ahora la experiencia histórica será parte del

universo triádico: hechos, lenguaje, sujeto cognoscente.

Existe una demarcación, de principio, entre ciencias, arte, cultura. Esta

demarcación es propia de la Modernidad. En una cultura teológicamente determinada

por una referencia religiosa única podemos pensar que son experiencias distintas de un

mismo proceso vital unificado. En la Modernidad, las distintas experiencias fueron

separadas unas de otras. Y surgió un campo propio de conocimiento al que se procuró

dotar de precisión, validez universal, contrastación empírica. La Ciencia.

Cuando surge este campo, el de la ciencia, se lo separa habitualmente del campo

de las letras. Entendiendo en estas las Artes, la Literatura, la Filosofía. La duda se

13

Page 14: Para Qué Hacer Historia

plantea en esas zonas grises que produce toda clasificación hecha según criterios

lógicos. La Historia es una zona gris. Está a mitad de camino entre la Ciencia y la

Literatura.

XII. REFLEXIONES FINALES:

Tal como planteara en un trabajo anterior20 siguiendo una idea de Richard

Sweder21, el pensamiento originado en la Europa de la Modernidad se ha consolidado a

fines del S XVIII bajo la forma de dos corrientes fundamentales distintas. El

iluminismo, con sus distintas vertientes empiristas, racionalistas, materialistas, inglesa,

francesa, etc. Por un lado y por el otro la tradición idealista alemana, creadora del

romanticismo como reacción frente a la anterior.

Son como dos grandes troncos de los cuales surgen numerosas ramificaciones e

incluso injertos e intentos de mediación.

Resulta difícil caracterizar a cada una de estas corrientes de pensamiento. Pero

cada una de ellas integrará a su corpus teórico una forma distinta de conocer a la

historia.

Para la tradición idealista alemana la Historia será un objeto hermenéutico

lingüísticamente interpretado por los sujetos; para la iluminista la Historia será una

ciencia que relatará el pasado buscando hechos los que serán contrastados con leyes que

los expliquen causalmente.

Como podemos ver nos encontramos estudiando un tema que enfrenta dos

marcos referenciales diferentes, cada uno con sus reglas de comportamiento y su propio

criterio para evaluar los éxitos en la tarea. En el mismo momento y en la misma cancha,

dos equipos juegan el mismo partido con reglas distintas. Esto va más allá de dos

paradigmas22 enfrentados. Dentro de cada marco referencial hay paradigmas y

programas de investigación. Entre sí son inconmensurables. 20 Sampayo, Horacio. "Tradiciones enfrentadas". Manuscrito. Neuquén, 2000.

21 SHWEDER Richard, "La rebelión romántica de la antropología contra el Iluminismo o el pensamiento es más que razón y evidencia." En Reynoso Carlos, "El Surgimiento de la Antropología post-moderna" Gedisa, Barcelona 1992.

22 En el sentido que Thomas Kuhn da a este termino en "La estructura de las revoluciones científicas" FCE. México. 1991.

14

Page 15: Para Qué Hacer Historia

Neuquén, agosto de 2001.

Borges, Jorge Luis, "Funes, el memorioso" incluido en "Ficciones",

Buenos Aires, Emecé, 1996.

15

Page 16: Para Qué Hacer Historia

Douglas, Mary, "Cómo piensan las Instituciones". Madrid, Alianza

Universidad. 1996.

Durkheim Emile, "El Suicidio" en Bordieu, Pierre y otros "El Oficio de

Sociólogo" Buenos Aires Siglo XXI 1973.

Gadamer, Hans - Georg, "Verdad y método, 'Fundamentos de una

Hermenéutica Filosófica ". Madrid. S/d 1977.

Galbraith, John, "Historia de la Economía" Buenos Aires, Ariel 1990.

Geertz, Clifford, "La Descripción de las Culturas" Madrid, Gedisa, 1992.

Gil Antón, Manuel "Conocimiento científico y acción social" Gedisa,

Madrid

John Stuart Mill. "¿Qué es el utilitarismo?" Buenos Aires, Espasa - Calpe

s/f.

Kuhn, Thomas. "La estructura de las revoluciones científicas" FCE.

México. 1991.

Malinowski, Bronislaw, "Una Teoría Científica de la Cultura".Madrid,

Sarpe. 1984.

Marx, Carlos, "El Capital" F.C.E. México. 1991.

Olivé, León y Pérez Ransanz, Ana Rosa, "Filosofía de la Ciencia, Teoría y

Observación." S XXI México 1996.

Popper, Karl; "La Lógica de la Investigación Científica". Buenos Aires,

REI, 1989

Sampayo, Horacio. "Tradiciones enfrentadas". Manuscrito. Neuquén,

2000.

Shapere, Dudley; "El Problema de los Términos Teóricos"; en Olivé, León

y Pérez Ransanz, Ana Rosa; "Filosofía de la Ciencia: Teoría y Observación."

Siglo XXI Editores, México, 1989.

Shuster, Félix G. "Explicación y predicción". Buenos Aires CLACSO

1987.

16

Page 17: Para Qué Hacer Historia

SHWEDER Richard, "La rebelión romántica de la antropología contra el

Iluminismo o el pensamiento es más que razón y evidencia." En Reynoso Carlos,

"El Surgimiento de la Antropología post-moderna" Gedisa, Barcelona 1992.

Vian, Boris, "La Hierba Roja". S/d.

Weber, Max, en Gil Antón, Manuel "Conocimiento científico y acción

social" Gedisa, Madrid

17