Para dirigir tu propia vida, para llevar tu propia empresa personal hacia donde quieres, el primer paso debe ser escucharte, a tenerte en cuenta, a investigar para saber que es lo que realmente quieres.

Decía Carl Rogers: “el niño que se sabe escuchado crece seguro de si, mientras que el que no es escuchado deja un gran espacio para el deseo del otro, que va cubriendo, tapando y ahogando progresivamente su propio deseo.” Es decir el niño en su necesidad de ser aceptado, querido, desplaza su propia necesidad de realización. Hasta que la persona, adulto o niño, entra en crisis.

El cambio profundo y duradero en la persona adulta solo es posible cuando se produce la toma de contacto con el niño interior, sus deseos, etc, y se redefinen los significados sobre uno mismo, sobre los demás.

Escucharme me va a servir no solo para comprenderme mejor, sino también comprender y aceptar a las personas que me acompañan en el viaje de la vida. El mundo esta lleno de personas apasionantes, empezando por mí mismo. Para descubrirlas lo único que necesito es tiempo y actitud para escucharlas.

Descubriré que puedo encontrar las respuestas por mi mismo y que el silencio me brinda la oportunidad de escucharme y reconocerme.