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La biblioteca del dragón Teoría de las minificciones Orlando Mejía Rivera Antioquia en el alma de Caldas II Las cuatro provincias caldenses Julián Bueno Rodríguez Con cinco nominaciones a los premios Óscar Amor Jorge Abel Carmona Morales Sindéresis Asteroides: que sigan sus caminos Luis Enrique García Restrepo Caminando Colombia Andrés Hurtado García, entre la palabra y la imagen Gloria Luz Ángel Echeverri FOTO|ANDRÉS HURTADO GARCÍA!PAPEL SALMÓN Caño Cristales en la Sierra de la Macarena. EDICIÓN 1.059 DOMINGO 24 DE FEBRERO DE 2013 MANIZALES - COLOMBIA creación y vida

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Page 1: Papel Sálmon

La biblioteca del dragónTeoría de las minificcionesOrlando Mejía Rivera

Antioquia en el alma de Caldas IILas cuatro provincias caldensesJulián Bueno Rodríguez

Con cinco nominaciones a los premios ÓscarAmorJorge Abel Carmona Morales

SindéresisAsteroides:que sigan sus caminos Luis Enrique García Restrepo

Caminando ColombiaAndrés Hurtado García,

entre la palabra y la imagen Gloria Luz Ángel Echeverri

Foto

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a. EDICIÓN 1.059 domingo 24 DE FEBRERO DE 2013 MaNIzalEs - COlOMBIa

creacióny vida

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2 | |3ENSAYO| domingo 24 DE FEBRERO DE 2013 domingo 24 DE FEBRERO DE 2013 |ENSAYO

pueden utilizar estos formatos contemporáneos para generar un dislocamiento lógico, o una para-doja que nazca de una reflexión inesperada, o de una exageración que ridiculiza un precepto mo-ral, o una conducta aceptada por la sociedad. Además, la mayoría de las veces el “autor implícito” de estas “reflexiones” es un per-sonaje creado a propósito como la voz narrativa que “piensa” en términos “aforísticos” o “sen-tenciosos”.

Un caso típico de ello lo encontramos en el escritor ar-gentino Marco Denevi, quien en su extraordinario libro de minificciones titulado Falsifi-caciones (1966) tiene una serie de textos con el título común de “Pensamientos del señor Perogrullo”. Un ejemplo:

Los autores noveles no debe-rían tomar muy en serio los elo-gios que reciban de sus parientes. A menudo son elogios dictados no por la admiración sino por la sorpresa de descubrir que alguien a quien creían un incapaz haya escrito un libro.

Formas no literariasEl uso de formatos de escritura actual considerados

como no literarios, son un guiño de pacto lúdico im-plícito que tiene el autor con los lectores, incluso, así el contenido no sea en apariencia de tono jocoso o irónico. Las Instrucciones para subir una escalera y Las instruccio-nes para matar hormigas en Roma de Cortázar, al lado de La receta casera de Arreola son apropiaciones clásicas de

Pueden utilizar cualquier formato genérico. Tienen formas arcaicas y literarias contemporáneas. Reescritura en clave paródica. Los personajes son héroes históricos, literarios o mitológicos y antihéroes. Auge.

Orlando Mejía Rivera* Papel Salmón

Se denominan minificciones, o minicuentos, o cuentos en miniatura, o cuentos breves, en-tre otros nombres, a cuentos que posean una extensión menor a las dos cuartillas. Sin em-bargo, la extensión sólo es un criterio inicial,

pero no el único para aquellos que, como yo, piensan que esta variante del cuento es un auténtico subgénero del cuento de extensión tradicional. A continuación voy a enumerar algunas características teóricas y estructu-rales de las minificciones e iré dando ejemplos de algu-nos autores clásicos.

1- Su infinita capacidad proteicaQue le permite utilizar cualquier otro formato ge-

nérico como, por ejemplo, las denominadas “formas simples” o “formas arcaicas” como lo son: la fábula, el mito, la leyenda, el bestiario, la sentencia. Pero también se apropia de formas literarias de uso contemporáneo como el cuento infantil, el poema en prosa, el ensayo, el aforismo; e incluso, de formas no literarias como las noticias de prensa, los epitafios, los informes científicos, los avisos clasificados, la reseña, los folletos de instruc-ciones y las recetas de cocina.

Formas arcaicasEn relación con la fábula su uso contemporáneo es

irónico y se busca satirizar los antiguos propósitos mo-ralizantes y didácticos que predominaron en la Edad Media occidental, mediante la elaboración de “anti moralejas” o de fabulaciones sin moraleja. Acá las figuras de Augusto Monterroso y Juan José Arreola son paradigmáticas y reconocidas. Citemos la famosa Oveja negra de Monterroso:

“En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápida-mente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura”.

Los bestiarios son un género literario nacido, en un principio, de la descripción de los animales existentes. Los textos fundacionales son La Historia de los anima-les de Aristóteles y Sobre la naturaleza de los animales de Claudio Eliano. Sin embargo, su desarrollo en la Edad Media fue otro: los bestiarios describían animales fabulo-sos imaginados por los poetas y seres provenientes de las mitologías. Los grifos, los dragones, los basiliscos, pinta-dos por los miniaturistas se convirtieron en los habitantes de las alcobas de los sueños de millones de seres humanos, temerosos de Dios y aterrados con las legiones de bestias malignas que castigaban a los pecadores.

LA bIbLIoteCA deL drAgÓn

teoría de las minificcionesNo obstante, hacia finales de la Edad Media, los bes-

tiarios sufrieron otra mutación: sus autores anónimos inventaron criaturas que parodiaban a personajes de carne y hueso o a tendencias de la sociedad, para poder criticar y ridiculizar a los poderosos, sin tener el riesgo de ir a la hoguera o ser decapitados. La tradición cayó en el olvido, pero fue resucitada en el siglo XX por los cuentistas. Dos bestiarios contemporáneos son obras maestras: El bestiario de Kafka y La zoología fantástica de Borges.

En las minificciones los bestiarios son más paródi-cos, pero también se viene explorado el desarrollo de las nuevas tecnologías para la invención de “nuevos bestiarios” que combinan la manipulación genética, la cibernética y la posibilidad de especies extraterrestres y no antropomórficas. Es ya un clásico el libro Bestiario de la ciencia ficción (1975), recopilado por Robert Silverberg. Pero también la parodización de las quimeras genéticas permite crear, o recrear, seudoespecies en ambientes de-terminados.

Las leyendas y los mitos folclóricos y literarios tam-bién son parodiados y reescritos en clave de humor ne-gro. Denevi, Monterroso y Ana María Shua han logrado versiones notables.

Existe otra forma “arcaica” que los críticos no inclu-yen dentro de las minificciones, pero que pienso tiene igual derecho de estar en este Corpus. Me refiero a los “caracteres” que son retratos de psicología moral y de conducta que inventó el griego Teofrasto en el siglo IV a.n.e.** Pero que también tiene su versión irónica y satí-rica en el extraordinario libro de Elías Canetti titulado El testigo Oidor, cincuenta caracteres (1974). Allí, en mini-textos como “El Moroso”, “El lamenombres”, “El dela-tor”, entre otros, Canetti hace una disección profunda de la civilización occidental del siglo XX, mediante la elaboración detallada de tendencias de la personalidad que estimulan en el lector, de manera paradójica, cierta indulgencia hacia los demás y una autocrítica gozosa. Cito un fragmento de su carácter La acaudalada:

“La acaudalada disfruta teniéndolo todo junto y muy cerca. No se despliega, se repliega, querría abarcar con la mirada cuanto po-see. No es preciso que sean cosas grandes, lo pequeño también tiene su valor, siempre y cuando esté a mano. Trata su dinero con ternura y precaución, no gasta más de la décima parte y vela por el resto. Lo alimenta para que no se le consuma. (.) Calcula cuánto valdrán todos sus bienes cuando celebre su octogésimo cumpleaños. Estu-dia los precios y le hace preguntas a su hijo, que la visita una vez al mes. La acaudalada no frecuenta a sus vecinos. No hacen más que gastarle el umbral a una y olisquearlo todo. Apenas entran en la habitación, ya se echa de menos algo”.

En un ensayo sobre los Caracteres advierte Canetti que ellos están en vías de extinción y que corresponde a los escritores volver a cultivar “una práctica que ha caído casi totalmente en desuso”.

Formas literarias contemporáneasEs fundamental comprender que las minificciones

no son poemas en prosa, ni aforismos, ni ensayos, ni sentencias, porque el elemento narrativo debe predo-minar sobre cualquier otro aspecto del texto. Pero, casi siempre en clave paródica, los autores de minificciones

la colonización literaria de escrituras realistas y utilitarias.

Otras formas de es-crituras no literarias, o de lenguajes de oralidad, también son susceptibles de ser usados por las mi-nificciones: los edictos públicos, los decretos, las normas jurídicas, los con-tratos de compra-venta, las partidas de bautizo y matrimonio, las esquelas funerarias, las fórmulas médicas, los manuales de autoayuda, los catálogos de los electrodomésticos, los avisos publicitarios, las transmisiones deportivas, etcétera.

2- el uSo de la reeScritura

en clave paródicaPor lo general se hacen

ejercicios de reescritura de los mitos clásicos griegos, de

las grandes obras de la literatura universal (es común la recreación escritural del Quijote), de los textos con-siderados sagrados (La Biblia, La Tora, El Corán), de formas lingüísticas o discursivas de épocas pasadas. Pero también se reescriben de manera paródica hechos históricos. El maestro indiscutible en la reescritura de los mitos griegos es Marco Denevi. En la recreación del Quijote hay piezas antológicas de Arreola, Kafka, Mon-terroso, Aviles Favila, el mismo Denevi. Algunos de los mejores textos de esta antología son, precisamente, reescrituras paródicas de las obras clásicas de la litera-tura y de los libros sagrados del budismo, el hinduismo, el islamismo y el cristianismo.

La reescritura paródica de la Biblia tiene una doble connotación. Pues al ser la Biblia el origen predominan-te de toda la literatura Occidental, como lo ha referido muy bien Alejandro Gándara en Las primeras palabras de la creación (1998), la parodia se puede extender desde el fragmento bíblico al resto de textos literarios o teológi-cos que recrearon en serio esos mismos episodios. Es decir, la reescritura de los libros bíblicos es también la reescritura de la literatura y sus relaciones con lo sagra-do y lo verdadero. Parodiar, por ejemplo, el Apocalipsis de San Juan es ironizar de manera simultánea con las obras de los padres de la Iglesia católica: San Agustín, Santo Tomás, San Buenaventura. Pero también con Shakespeare, Dante y Joyce.

Para decirlo en términos actuales, la reescritura paródica de la Biblia sólo es posible en una sociedad postmoderna que ha dejado de polemizar o defender el carácter místico del texto y lo ha incorporado con natu-ralidad al legado histórico de la imaginación humana. Su condición de escritura sagrada queda reservada a la vida privada de los individuos o de las comunidades religiosas, pero su secularización es innegable en una perspectiva cultural.

En conclusión, pienso que en la reescritura paródica de libros, mitos y hechos históricos subyace un núcleo conceptual: la realidad aceptada es sólo una de tantas y cada autor explora otro camino posible que tal vez no había sido pensado o soñado por la humanidad. De ahí el carácter transgresor y experimental que tienen varios de los grandes escritores de minificciones. Ade-más, en la brevedad de estas reescrituras de textos muy extensos se encuentra otra visión crítica: las palabras

Fotos|cortesíA orlAndo mejíA|PAPel sAlmón

sobre el estilo de marco deveni se ha escrito que los elementos característicos de sus obras son los personajes que bordean lo estrafalario, la ambigüedad de la percepción y el conocimiento, el predominio de la intriga y un humor que tiende al negro.

superfluas han terminado por ahogar lo esencial y el canon occidental está repleto de palabras que sobran y han sido repetidas hasta el hastío.

3- loS perSonajeS Son héroeS hiStóricoS, literarioS o mitológicoS y antihéroeS

del mundo contemporáneo que provienen del cine, la televiSión, la farándula,

loS cómicS.Al lado de la capacidad reconocida por todos de

Arreola y de Monterroso el maestro de maestros es, de nuevo, al argentino Marco Denevi donde la reescritura paródica de la historia de un héroe alcanza, en ocasio-nes, las cimas de la perfección y la genialidad. Cito un último ejemplo extraordinario:

El trabajo no 13 de HérculesSegún el apócrifo Apolodoro de la Biblioteca, “Hércules se

hospedó durante cincuenta días en casa de un tal Tespio, quien era padre de cincuenta hijas a todas las cuales, una por una, fue poniendo en el lecho del héroe porque quería que éste le die-se nietos que heredasen su fuerza. Hércules, creyendo que eran siempre la misma, las amó a todas”. El pormenor que Apolodoro ignora o pasa por alto es que las cincuenta hijas de Tespio eran vírgenes. Hércules, corto de entendederas como todos los forzu-dos, siempre creyó que el más arduo de sus trabajos había sido desflorar a la única hija de Tespio.

En Colombia las minificciones han venido teniendo un auge inusitado y un tanto esnobista, pero existen, en mi concepto, cuatro auténticos maestros del subgénero: Jairo Anibal Niño, Roberto Rubiano Vargas, Harold Kremer y Umberto Senegal (La uva de los filósofos, 2010)

*Escritor. Profesor titular, Departamento de Salud Pública. Universidad de Caldas.** a.n.e. (Antes de nuestra Era).

Harold Kremer es fundador de la red nacional de talleres (renata) de creación literaria del ministerio de cultura de colombia.c

Page 3: Papel Sálmon

|54|LIBROS| |L IBROSdomingo 24 DE FEBRERO DE 2013 domingo 24 DE FEBRERO DE 2013

Dos libros con los más hermosos paisajes del país. La solemnidad, silencio y majestuosidad hacen parte de la belleza. El hombre nos ha condenado a todos. Recorrido.

Gloria Luz Ángel Echeverri* Papel Salmón

El hermano Andrés Hurtado García, aunque no quería por-que dice que “segundas partes nunca fueron buenas”, hizo un segundo libro de fotografías

luego de que Benjamín Villegas lo conven-ciera de hacerlo. El primero fue Colombia secreta y el segundo es Caminando Colom-bia. “Al fin me animé, porque Benjamín me dijo que yo tenía muchas fotos muy bonitas que no se habían publicado y se podría sacar otro libro. Luego de dos me-ses, para no tirar ahí unas fotos en desor-den, pensé que se podía hacer una especie de caminos por Colombia, por páramos, ríos, lagunas, parques nacionales y así darle un orden”. Ambas obras tienen fotos de los lugares más sorprendentes y recón-ditos de nuestro país.

CAminAndo ColombiA

Andrés Hurtado García entre la palabra y la imagen

que vinieron una vez a comprar mi archi-vo fotográfico, vieron las fotos y me dije-ron que tenían encuadres perfectos. No sé la parte técnica y de hecho tengo fotos de las que me dicen que rompen toda la me-cánica del paisaje, en cuanto que hay mu-cho cielo y poca tierra, por ejemplo, pero lo que busco es la belleza”.

Señala que después de que toma las fo-tos, éstas no le gustan, aunque sabe que son bonitas, “por eso cuando he hecho los libros con Benjamín Villegas es un tormento escoger las fotos. Cuando tengo unas cinco mil, llamo a algunos amigos a que me ayuden, pero ellos tampoco saben qué hacer y al final le entrego a Benjamín quinientas para que él seleccione las que se van a publicar”.

Andrés Hurtado tiene tres millones de diapositivas, de las cuales, asegura, hay entre trescientas o cuatrocientas mil para botar, lo que tendrán que hacer quienes le sucedan porque entre su labor educativa y los viajes no le queda tiempo.

“Antes me llevaba de setenta a ochen-ta rollos de fotografía que estaban paga-dos desde Londres o Nueva York para

escoger una sola foto. Ahora ya entré a la era digital y tengo casi dos millones de fo-tos digitales”.

la tierra eStá perdidaEntre los capítulos del libro hay uno

titulado “El hombre nos ha condenado to-dos” y es la reacción del hermano Andrés ante el daño que el ser humano le hace a la tierra. “Ese es un texto muy lindo en el que hablo de los cuatro elementos aristo-télicos: la tierra, el aire, el fuego y el agua, que eran puros en la era de las cavernas. El hombre los prostituyó y el primero fue el fuego que lo empleaba para hacer la comi-da y calentarse. Después, la tierra era de todos, el hombre era un nómada y no ha-cía daño porque cogía la leña de distintos lugares, el problema fue cuando se volvió sedentario y comenzó a deteriorar todo a su alrededor. Al quedarse en un solo lu-gar, también apareció lo mío y lo tuyo, y empezaron las guerras. Recientemente se prostituyeron los otros dos. El agua ya se vende en botellas en los supermercados y vemos cómo la tierra se acaba por la con-taminación del aire. Hay dos batallas que el hombre sabe que están perdidas, aun-que le toca lucharlas: la de la droga y la de la tierra. Los bosques se acaban y la pobla-ción aumenta”.

Andrés Hurtado dice que él utiliza la palabra para “tratar de atacar la corrup-ción que hay en el país, y utilizo la imagen para mostrar la parte bonita, la que hay que cuidar”

*Periodista. Editora de Papel Salmón

Andrés Hurtado García en la sierra nevada de santa marta.

Entre un libro y otro existen algunas diferencias. Colombia secreta tiene 396 fo-tografías en color y 23 mapas, Caminando Colombia tiene 208 fotografías en color. “En el primero se publicaron imágenes de 32 destinos del país, donde describía el lu-gar y mis emociones al estar en cada uno de ellos. El segundo tiene fotos de sitios diferentes, aunque hay algunos repetidos y los textos son más cortos y más poéti-cos, y a pesar de que también hablo de los lugares físicos, voy más a mis emociones y a mis valores”, dice el hermano Andrés, quien añade que este segundo le gusta más”.

Andrés Hurtado no siguió un orden geográfico, ni cronológico en sus dos li-bros, “ni le doy gusto a los departamen-tos como para que la obra se venda por todo el país. Escojo lo que me gusta a mí, lo más bello” y confiesa que tiene un sen-tido de la belleza muy refinado. La úni-ca alusión que hace de un departamento es del Quindío, no tanto por ser de allá, sino porque debía destacar algo “tan es-pectacular” como las palmas de cera, no propiamente las de Cocora sino las de La Ceja, que se encuentran a mayor altura. De Caldas están las fotos del Parque na-tural de los nevados, algunas de ellas de hace 50 años que muestran las nieves per-petuas que ya se han perdido.

agradable y bello a la viStaLa belleza debe tener algo de solemni-

dad, silencio y majestuosidad para Andrés Hurtado, por eso la encuentra en lugares alejados del bullicio de la ciudad. “San Agustín decía que bello es lo que visto agrada. Yo no estudié fotografía, pero ten-go el don natural del encuadre. Grandes fotógrafos de grandes revistas europeas

Palmas de cera. cordillera central. Quindío.

Fotos|Andrés HurtAdo GArcíA|PAPel sAlmón

ceibas barrigonas del cañón del río chicamocha.

raudal de jirijirimo, Parque nacional natural Yaigojé. selva amazónica.

laguna verde encantada. Parque nacional natural los nevados

río Inírida. departamento del Guainía.

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|76 | | CINEdomingo 24 DE FEBRERO DE 2013 domingo 24 DE FEBRERO DE 2013PAISAJE CULTUR AL CAFETERO|

Del director alemán Michael Haneke. Protagonizada por Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva. Planos en tiempo real.

Jorge Abel Carmona Morales* Papel Salmón

Michael Haneke nos deslumbra con sus planos completamente alejados de los clisés cinematográficos del comercio actual, y al mismo tiempo nos desconcierta por el atrevimiento

visual que puede sacar de casillas al más experi-mentado de los cinéfilos acostumbrado a historias que al parecer no dicen mucho. Sus películas son un acercamiento desgarrado a los intersticios más inextricables del alma humana, sin hacer de los tremendismos que pueden extraerse de los senti-mientos más violentos que nos constituyen como personas su piedra de toque. La imagen, para él, es una buena excusa para lograr el distanciamiento, en algunos momentos brechtianos, con lo cual es capaz de encontrar los puntos de inflexión de las emociones, mostradas a través de la imagen como un conjunto de acciones casi plagiadas entre pelí-cula y película.

Sobriedad y dirección de actoreSHaneke, nacido en Munich en 1942, ha dirigido

trece películas, demostrando en cada una de ellas,

Con CInCo nomInACIoneS A LoS PremIoS ÓSCAr

que la sobriedad es el mejor acicate para la recrea-ción de la imagen que nos expone como una decla-ración de principios, siempre críticos, frente al ex-ceso de movimiento físico que permea los planos del cine actual. Su trabajo detallado de la dirección de actores estructura argumentos serios que se aportan en escenarios realistas, sin ser simplistas y que nos retrata como ningún director contempo-ráneo los vericuetos de los sentimientos humanos en personajes sobrios, que no exudan interpreta-ciones sobrecargadas con el fin de alcanzar algún grado de verosimilitud.

Varias de sus películas, como La pianista, nos introducen por los miedos, los odios y las angus-tias de individuos solitarios y que son presas in-evitables de uno de los males más acuciantes de la cultura presente: la incomunicación. En La pianis-ta, una mujer con un gran talento musical, es un producto artificial de su madre autoritaria y que despliega todo su odio contra los otros individuos que de algún modo ven en ella un motivo de ins-piración. También, en la Cinta blanca, ganadora de la Palma de oro de Cannes en el año 2010, encon-tramos un retrato de una sociedad que antecede a la Primera guerra mundial en una pequeña pobla-ción alemana, dueña de unos vacíos morales que edificó como natural el autoritarismo y la genera-ción de represiones individuales por la presión del colectivo; tal vez, el director justificaría la desidia y la naturalidad de la cultura europea ante los desafueros del nacionalsocialismo, como una con-

ducta reactiva y ante todo no evitable. Finalmente, Amor (2012), también ganadora de la Palma de oro, es la ventana sobre la que miramos las vidas de ancianos expuestos al declive de su salud física.

Más allá de la perdida de fuerzas, existe un des-gaste emocional e intelectual, oscurecido por la indiferencia de los propios familiares que son un resultado de una profunda desidia social, que se niega a develar el fenómeno, quizás por miedo a recordar que tarde o temprano, aquella etapa de la vida biológica no asegura mayores felicidades.

loS protagoniStaSAmor es protagonizada por dos figuras legen-

darias de la actuación. Por un lado, aparece Jean-Louis Trintignant de ochenta y dos años, un actor que ha pasado por las manos de Claude Lelouch con su excelente película Un hombre y una mujer y Kristof Kieslowski en Blanco, una de las obras que constituyen la trilogía de colores. Por el otro lado, hayamos a Emmanuelle Riva de ochenta y cinco años, una actriz que protagonizó una obra de arte en el cine como Hiroshima mon amour, dirigida por Alan Resnais y por Azul, también del mismo direc-tor polaco ya referenciado.

Ambas interpretaciones son impecables, pero la crítica cinematográfica ignora, a mi parecer in-justamente, el papel de Trintignant, concediéndo-le solo a Riva una nominación al Óscar a la mejor actriz por este papel, siendo la mujer de mayor edad en estar pendiente para un premio como ese. Al parecer, se ha vuelto un habito que la película ganadora de la Palma de oro de Cannes también entre en lista para obtener el premio a la mejor pe-lícula en los Oscar.

Amor o Amour, nos muestra a una pareja de an-cianos que ve cómo las vidas de ambos cambian cuando la señora sufre una hemiplejia del lado derecho, a cuyo cuidado, su esposo queda solita-rio frente a la indiferencia de su hija. El final nos asombra porque sin evidenciarlo la historia se cuenta de modo simple pero sin los efectismos desbordados que traerían temas como la vejez y la muerte. Todo en el film es sobrio, todo es creíble, nada, ningún plano está de sobra. La totalidad es un reflejo creíble de una situación real en la que pueden estar imbricadas todas las personas.

una manera de poetizar la realidadLa estética de Haneke, intenta devolver el pleno

realismo, sin desmedidos artilugios para conven-cer retóricamente al espectador de que la imagen se estatuye de un modo u otro. Lo que el director nos muestra es su modo particular de poetizar a la realidad, acudiendo a planos-secuencias de es-cenas cotidianas en un ambiente denso por la ten-sión de las situaciones que despliegan los perso-najes. Por ejemplo, la secuencia en tiempo real de la captura de la paloma por parte del anciano, es una ratificación del sueño que alguna vez expresó Andre Bazín sobre la recuperación del tiempo real en los films.

Con Amor o sin él, el cine seguirá ampliando nuestra conciencia a través de lo real en lo audiovi-sual. Las imágenes deben continuar encontrando nuevas y mejores posibilidades para reflejarnos como seres humanos, quizás porque la necesidad impostergable de contar historias solo habrá de terminarse cuando la especie desaparezca de la faz de la tierra

*[email protected]

Foto|tomAdA de HttP://4.bP.bloGsPot.com|PAPel sAlmón

Amor

Caldas se divide en cuatro provincias, dos de ellas de origen caucano. Expresiones culturales como el sombrero aguadeño, el aguardiente amarillo o el Carnaval de Riosucio. Por Caldas, lo caldense y los caldenses.

Julián Bueno Rodríguez* Papel Salmón

Como entidad territo-rial, Caldas no es ho-mogénea en cuanto a idiosincrasia, etnici-dad y cultura. El ac-

tual departamento se distribu-ye en cuatro provincias, de las cuales dos, de origen caucano, conforman una unidad aún no estudiada. Son esas provincias:

a. La de Salamina o Sur de Antioquia, conformada por los actuales municipios de Agua-

AntIoquIA en eL ALmA de CALdAS II

Las cuatro provincias caldensesdas, Pácora, Salami-na, La Merced, Fi-ladelfia, Aranzazu, Neira, Manizales, Pensilvania, Ma-rulanda, Samaná y Norcasia.

b. La de Marmato y la de Robledo, en el antiguo Norte del Cauca. La primera, o sea la de Marma-to, estaba integrada por los hoy pueblos de Marmato, Supía, Riosucio, Anserma, Risaralda, San José, Belalcázar y Viter-bo. La de Robledo la conformaron los municipios de Vi-llamaría, Palestina y Chinchiná.

Estas dos provincias, per-tenecientes originariamente al Cauca Grande, fueron mu-tiladas político-administrati-vamente con el desgaje del de-partamento de Risaralda. Los municipios risaraldenses de cada una de ellas forman con sus hermanos caldenses una unidad cultural e histórica.

c. La de Manzanares o Norte del Tolima, integrada por Man-zanares, Marquetalia, Victoria y La Dorada.

la cultura en laS cuatro provinciaS caldenSeS

Los territorios del norte caucano y del sur antioqueño fueron segregados de sus de-partamentos originales para formar el Viejo Caldas en 1905, mientras el del norte tolimense lo fue en 1907. En cada uno se venía formando a lo largo de los siglos una cultura nueva, que las diferenciaba de sus cepas matrices. Cada uno dio lugar a expresiones culturales que hoy se pueden considerar como verdaderos símbolos de lo neta-mente caldense.

Son esas expresiones: en la parte tolimense, el aguardiente amarillo ‘quitapesares’. En la antioqueña, el jipijapa caldense o sombrero aguadeño. Y en la caucana, el Carnaval de Riosu-cio. Desde luego no son los úni-cos símbolos de un innegable fenómeno cultural, pero sí son los más emblemáticos.

En cuanto al sombrero agua-deño, que los antioqueños usan con tanto orgullo y consideran como propio, a mediados del Siglo XIX, según la Comisión Corográfica de Agustín Coda-zzi, se elaboraban sombreros de iraca en Sopetrán y Santa Fe de Antioquia. No obstante dicha comisión hace clara diferencia-ción entre sombreros de iraca y sombreros jipijapa. Estos últimos ya se producían, exclusivamen-te dentro de la Antioquia de en-tonces, en la región de Aguadas. También se elaboraban los jipi-japas en Nariño, Cauca, Huila, Santander, y muy especialmen-te Norte de Santander, donde esta industria artesanal tenía la mayor fuerza.

Todavía en la actualidad pue-de apreciarse la gran diferencia que hay entre un jipijapa y un sombrero de iraca, muy parecido este al sombrero común de caña propio para el trabajo ya que la elaboración de este último sub-siste en municipios del Cauca, entre ellos Corinto. Puede en-tenderse que el sombrero de iraca es una versión rústica del jipija-pa, éste más elaborado, elegan-te y costoso, y que la artesanía aguadeña al tratar de reprodu-cirse en el noroeste antioqueño solamente logró reflejarse en su versión primitiva, más modesta y por tanto más barata y popu-lar. Es posible que la exigente labor aguadeña haya llegado al

actual municipio caldense des-de el sur (Nariño, Cauca, Huila) o desde el oriente (Santander, Norte de Santander).

Se podría agregar, entre mu-chas otras expresiones cultura-les netamente caldenses, formas autóctonas de bambuco y de rumba criolla en Manzanares, y aún de desconocido rajaleña doradense en el sector caldense-tolimense. El oficio y el atuendo del arriero de la papa en Pensil-vania, el píonono en Aguadas, la ruana de Marulanda, la dan-za de las Vueltas Salamineñas y el Testamento de Judas y los corchos en Neira, dentro del sector caldense-antioqueño. Además, las culturas indígenas del maíz y la yuca en Riosucio y las colaciones de Supía en el sector caldense-caucano.

Como si todo lo anterior no bastara para demostrar la ne-gación de lo caldense por parte de muchos antioqueños y, tam-bién de numerosos caldenses, hay que recordar que uno de los componentes étnicos que de manera más altanera ha sido pasado por alto, como si no hu-biese existido o no hubiese im-portado, es el de los indígenas que poblaron la zona que se extendía desde el actual Pácora hasta el actual Manizales, en la primera mitad del Siglo XIX. Se trataba, en mi concepto, de una migración embera desprendida posiblemente en el Siglo XVII

desde Mistrató y Purembará, cuando los últimos indígenas que originalmente poblaban la región, los armas (sonsones y pipintáes), fueron traslada-dos por el gobierno colonial a la Vega de Supía, y más aún, a partir de 1691 cuando Carta-go fue trasladado de su inicial asentamiento en el actual Perei-ra, al lugar donde hoy está si-tuado, a orillas del río La Vieja.

De esa manera, el trayecto caminero Arma-Cartago que-dó inutilizado para el blanco y abierto a la ocupación indígena. De la inicial cordial relación de aquellas comunidades indíge-nas con la caravana del colo-no Fermín López, entre 1833 y 1834, se desprende que debie-ron ser absorbidos por el nuevo mestizaje caldense en el lapso de cien años. Y sin embargo, quedaban todavía supervivien-tes en Neira, en 1927. Pero nada de ello se dice.

Queda claro, entonces, que es una especie de diversidad tripartita la que identifica a Cal-das, más aún, al Viejo Caldas, pues resulta complicado y has-ta injusto excluir a Risaralda y Quindío. Para corroborarlo, está la obra Sebastián de Marisancena, el último hidalgo de la Casa del Vi-rrey, del escritor Aldemar Medi-na Rodríguez, oriundo, de Salen-to Quindío, obra que es un signo dramático y bello de la ancestral caucanidad quindiana.

No puedo menos que evocar (para no embarcarme en un casi bizantino estudio de la relación entre lo étnico, lo cultural y lo político-administrativo en Co-lombia) el caso del Caquetá, orgullosa y tajantemente fluc-tuante entre lo amazónico de las etnias witoto y coreguaje, lo andino de las migraciones hui-lense y caldense, y lo llanero del Yarí

*Escritor.Próxima entrega: La danza tradicional caldense y su procedencia en relación con Antioquia.

Fotos|ArcHIvo lA PAtrIA|PAPel sAlmón

el aguardiente amarillo de manzanares se puede considerar como un verdadero símbolo caldense a pesar de que la expresión de “quitapesares” de este licor venga del tolima grande.

Foto|cortesíA julIán bueno|PAPel sAlmón

la expresión del carnaval de riosucio tiene raíces en la cultura caucana.

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domingo 24 DE FEBRERO DE 2013PUBLICACIONES|

SIndÉreSIS ConVoCAtorIA

en eStAnterÍA

luiSa viaja en trenLuisa se despertó sobresaltada. Su

pequeño cuerpo se estremeció. Jaló el cobertor sobre su cabeza de cabellos castaños y ondulados y cerró los ojos, todavía cargados de sueño. Olvidán-dose del sobresalto y de por qué se había despertado más temprano de lo acostumbrado, se dispuso a gozar de la cama un rato más. Trató de vol-ver a conciliar pero estaba demasiado exaltada para dormir. “Niña Luisa, su desayuno está servido”, exclamó una muchacha joven, de cabellos largos que le cubrían parte del rostro. Vestía un uniforme de algodón azul y un delantal blanco.

CASTILLA, Julia Mercedes. Luisa viaja en tren. Editorial Norma. Bogotá. 2013. Pp. 119. $22.400.

loS diez mandamientoS del Siglo XXi

El filósofo Fernando Savater ac-tualiza los diez mandamientos ana-lizándolos a la luz de las ideas del si-glo XXI. ¿Qué vigencia tienen los diez mandamientos? ¿Siguen siendo una guía ética y moral para la sociedad oc-cidental a pesar del paso del tiempo y

fotografía

El concurso Pictures of the Year Latam 2013 abrió sus inscripciones hasta el próximo 5 de marzo. Las categorías, en las modalidades individual y serie, son: vida cotidiana; noticia; retrato; el medio ambiente, deportes, fiestas, tra-diciones y religión. Además, Vivir con las drogas en Ibe-

roamérica (serie), multimedia y el mejor libro de fotografía. Premios especiales: el fotógrafo iberoamericano del año, entre lo real y lo imaginario (serie), Nuestra mirada sobre la clase media (serie) y el premio Carolina Hidalgo Vivar de Paisaje humano (serie). Informes en www.fnpi.org

Asteroides: que sigan sus caminosLuis E. García* Papel Salmón

Con la reciente visita de dos METEO-ROIDES también brillaron los dis-parates. Del primero, decían, “un asteroide de 40 metros nos pasó ro-zando”… a 28.000 kilómetros; según

convenciones astronómicas un ASTEROIDE ha de ser mayor de 50 metros. Y “si el cielo está despejado podrá verse con unos buenos pris-máticos o un telescopio de aficionado” (El País, España, 16/02). Y no faltó el gomoso que salió a buscarlo. Un prismático corriente acerca un objeto unas diez veces, o sea tendría el cuerpo celeste ¡a 2.800 kilómetros! El segundo meteo-roide al ingresar a nuestra atmósfera se convir-tió en METEORITO, y al arrancarle electrones a moléculas en su trayecto generando la estela luminosa visible se convirtió en METEORO, y al desintegrase en una impresionante bola de fuego, en BÓLIDO. Si no encuentran rastros probablemente fue de naturaleza pétrea (AE-ROLITO) y no metálica (SIDEROLITO).

Luego cuestionaron a los científicos sobre el porqué no lo habían detectado. De hecho se cono-cen trayectorias precisas de miles de asteroides, pero quizás llegue alguno sin anunciar visita ¡y mejor!: nada nos ganamos anticipándolo y se malgastan presupuestos averiguando. Veamos: terminada la Guerra Fría, los equipos y técnicos destinados a rastrear misiles rusos armaron el proyecto de detectar asteroides en curso de coli-sión con la Tierra (y una buena película popula-rizó el tema). Pero, primero, contra ellos nuestros misiles tendrían el efecto de un caucherazo y, segundo, de encontrar alguno hacia nosotros, no deben decir ni mu; esa alarma haría colapsar de un día para otro todas las instituciones socia-les. Imaginen: ante el inminente fin del mundo (anunciado por científicos, no por charlatanes) habría un caos generalizado, sin Dios ni ley, con tragedias, muertes, vandalismos… Y los científi-cos también fallan en sus cálculos. Preferible de-dicar la platica a investigar sobre energía por fu-sión y otras diferentes, en lugar de dilapidarla en pasatiempos investigativos como el mencionado, encontrar la “partícula de Dios” y otros tantos.

Tenemos problemas inmediatos más graves -ya los veremos- así que los asteroides sigan su camino. Al fin de cuentas ¡meteorito que se res-pete, cae en Nueva York!

P.S. Y entretanto nuestros científicos y polipo-quitos criollos siguen paniquiados por un humi-to en El Ruiz, mientras que en parques naturales de Costa Rica se puede dormir contemplando emisiones de lava.

*[email protected]

Todopoderosos de Colombia

¿Quiénes fueron estos personajes antes de llegar adonde están? ¿Qué arduo camino tuvieron que recorrer? A partir de una minuciosa investigación, Marta Orrantia recoge en estas páginas el valioso testimonio de la intimidad de nue-ve colombianos que son colosos en su campo. Detrás del renombre de cada uno de ellos existe una historia personal, mucho menos conocida, de esfuerzo y consagración antes de alcanzar la cima. Se trata de historias de obstinación, de relatos de vida, de la épica de la construcción de una fortu-na de nueve de las personalidades más poderosas del país.

ORRANTIA, Marta. Todopoderosos de Colombia. Editorial Planeta. Bogotá. 2013. Pp. 214. $36.000.

del cambio radical de la vida y las costumbres? Sin apartar-se de la realidad y sin olvidar las cuestiones que nos inte-resan a todos, la obra recorre uno a uno los mandamientos, desde el “no matarás” hasta el adulterio y su explicación histórica, pasando por el examen del acto de robar o el de-ber de honrar a los progenitores.

SAVATER, Fernando. Los diez mandamientos del siglo XXI. Debate. España. 2012. Pp. 184. $39.000.

el eSqueleto indiScretoSi Marcelino Hueso Fino hablara, no

pararía de contar las insólitas travesu-ras que se les ocurren a los integrantes del grupo de los Zancudos Temidos... Es el último día de clases y Marcelino se prepara para su descanso anual en su rincón de ciencias; pero todo cambia cuando deciden enviarlo de vacaciones en compañía de Leonardo y Mariana, no se imagina lo que le espera cuando sus traviesos amigos decidan dar rien-da suelta a su imaginación... El lector le tomará cariño y se hará cómplice de este personaje que conoce en el rincón de ciencias, el esqueleto ¿Será un encuentro afortunado o desafortunado?

PÉREZ, Lina María. El esqueleto indiscreto. Panamericana. Bogotá. 2013. Pp. 92. $26.300.