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 2. Una propuesta para la enseñanza y el aprendizaje del tiempo histórico  Una de las primeras y principales dificultades de la enseñanza y el aprendizaje del tiempo histórico reside en su propia definición y en la determinaci ón de las variables qué incluye. El tiempo social y el tiempo histórico son dos constr uc tor cult ur al es crea dos pa ra expl ic ar y compre nder los ca mbios y la s  permanencias en el devenir humano. Son conceptos sinónimos aunque tienen apl ica cio nes dif ere ntes seg ún los utilicen los historiadores u otros científicos soc ial es (antr opólog os, soci ólogos , eco nomist as, etc. ). A ef ect os edu cat iv os, cre emos que es posible enseñarlos y aprenderlos como partes de un todo, pues ambo s constituyen el eje vertebrados de la educación de la temporalidad. Dentro de la historiografía la reflexión sobre el tiempo históric o no ha constituido una línea de trabajo y de investigación, especialmente privilegiada, aunque de manera inevitable aparece como una constante de cualquier escuela histor iográfica. Desde las aport acione s de Braudel (1968) han aparecido trabajos muy importantes y ha aumentado el interés por el tema. Hoy es habitual que las obras de historiografía dediquen un apartado al análisis de la problemática del tiempo histórico. Algunos historiadores proponen, incluso, definiciones del concepto. Arostegui, por ejem plo, sugi ere como primera aproximació n, la si gui ent e de fin ici ón: tiempo es la denotación del cambio con arreglo a una cadencia de lo anterior y lo posterior, que en principio es  posi ble med ir y que en las realidades soci o-h istó ric as es un ingrediente esencial de su identi dad, pues tales realidades no quedan enteramente determinadas en su materialidad si no son remitidas a una posición temporal (1995,179). El tiempo histórico, según este historiador, se manifiesta a través de tres tipos de categorías, cada una de las cuales tiene funciones específicas, pero que una sin la otra ni tend rían sen tido ni permitir ían hace r del tiempo una "entidad empírica". La explicación del tiempo histórico empieza por la determinación del sentido exacto de la cronología, el tiempo de la historia en relación al tiempo astronómico. Tien e luego que pasa r a dete rmin acio nes del tiempo más sutil es y más precisas. El tiempo interno, el marcado por los acontecimientos, se refleja en el tiempo diferencial. El tiempo en este sentido tiene que ver con las regul aridad es y con las rupturas en el desarrollo de las sociedades. Y, por fín, lleg a al terreno de la  periodización histórica, de la fijación de épocas en el devenir de la humanidad, lo que equiv ale ahora al intento de establec er un conce pto de espac io de inte ligib ilid ad de los procesos históricos (Arostegui, 1995, 217). La reflexión epistemológica sobre la naturaleza del tiempo histórico es un requisito fundamental para la selección de los contenidos históricos, y en concreto, para determinar qué se debe enseñar y qué deben aprend er los alumn os sobre él. Nue stra prop uesta se funda ment a en las aport acio nes de Braude l (1968), Vilar (1980), Pomian (1984), Ariés (1986), Demoulin y Valéry (ed.) (1991) y otros autores que han reflexionado sobre el tiempo histórico y su enseñanza (por ejemplo, Mattozzi, 1986, 1988, 1990, 1991; Guibert, 1994). Pre ten de "apl icar a la enseñ anza la idea de Kosellec k (1993) de que el histori ador inve stiga el pasado desde el conocimiento de lo que ocurrió después, es decir, desde el presente, el "futuro del pasado", y , en consecuencia, desde una posición privilegiada en relación con los protagonistas y los hechos que investiga, pues, conoce como acabó la historia. Esta concepción, puede permitir al alumno establecer constantes relaciones entre el pasado y el presente, y aprender con mayor eficacia los mecanismos que rigen la temporalidad histórica.

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Documento que orienta a la enseñanza del tiempo histórico

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  • 2. Una propuesta para la enseanza y el aprendizaje del tiempo histrico

    Una de las primeras y principales dificultades de la enseanza y el aprendizaje del tiempo histrico reside en su propia definicin y en la determinacin de las variables qu incluye. El tiempo social y el tiempo histrico son dos constructor culturales creados para explicar y comprender los cambios y las permanencias en el devenir humano. Son conceptos sinnimos aunque tienen aplicaciones diferentes segn los utilicen los historiadores u otros cientficos sociales (antroplogos, socilogos, economistas, etc.). A efectos educativos, creemos que es posible ensearlos y aprenderlos como partes de un todo, pues ambos constituyen el eje vertebrados de la educacin de la temporalidad.

    Dentro de la historiografa la reflexin sobre el tiempo histrico no ha constituido una lnea de trabajo y de investigacin, especialmente privilegiada, aunque de manera inevitable aparece como una constante de cualquier escuela historiogrfica. Desde las aportaciones de Braudel (1968) han aparecido trabajos muy importantes y ha aumentado el inters por el tema. Hoy es habitual que las obras de historiografa dediquen un apartado al anlisis de la problemtica del tiempo histrico. Algunos historiadores proponen, incluso, definiciones del concepto. Arostegui, por ejemplo, sugiere como primera aproximacin, la siguiente definicin:

    tiempo es la denotacin del cambio con arreglo a una cadencia de lo anterior y lo posterior, que en principio es posible medir y que en las realidades socio-histricas es un ingrediente esencial de su identidad, pues tales realidades no quedan enteramente determinadas en su materialidad si no son remitidas a una posicin temporal (1995,179).

    El tiempo histrico, segn este historiador, se manifiesta a travs de tres tipos de categoras, cada una de las cuales tiene funciones especficas, pero que una sin la otra ni tendran sentido ni permitiran hacer del tiempo una "entidad emprica".

    La explicacin del tiempo histrico empieza por la determinacin del sentido exacto de la cronologa, el tiempo de la historia en relacin al tiempo astronmico. Tiene luego que pasar a determinaciones del tiempo ms sutiles y ms precisas. El tiempo interno, el marcado por los acontecimientos, se refleja en el tiempo diferencial. El tiempo en este sentido tiene que ver con las regularidades y con las rupturas en el desarrollo de las sociedades. Y, por fn, llega al terreno de la periodizacin histrica, de la fijacin de pocas en el devenir de la humanidad, lo que equivale ahora al intento de establecer un concepto de espacio de inteligibilidad de los procesos histricos (Arostegui, 1995, 217).

    La reflexin epistemolgica sobre la naturaleza del tiempo histrico es un requisito fundamental para la seleccin de los contenidos histricos, y en concreto, para determinar qu se debe ensear y qu deben aprender los alumnos sobre l. Nuestra propuesta se fundamenta en las aportaciones de Braudel (1968), Vilar (1980), Pomian (1984), Aris (1986), Demoulin y Valry (ed.) (1991) y otros autores que han reflexionado sobre el tiempo histrico y su enseanza (por ejemplo, Mattozzi, 1986, 1988, 1990, 1991; Guibert, 1994). Pretende "aplicar a la enseanza la idea de Koselleck (1993) de que el historiador investiga el pasado desde el conocimiento de lo que ocurri despus, es decir, desde el presente, el "futuro del pasado", y , en consecuencia, desde una posicin privilegiada en relacin con los protagonistas y los hechos que investiga, pues, conoce como acab la historia. Esta concepcin, puede permitir al alumno establecer constantes relaciones entre el pasado y el presente, y aprender con mayor eficacia los mecanismos que rigen la temporalidad histrica.

  • El mapa anterior incluye las principales varibles de lo que entendemos constituye la enseanza y el aprendizaje del tiempo histrico y de la historia:

    En el mapa aparecen desplegados aquellos conceptos y aquellas variables que ha de aprender el alumno para ubicarse en su vida y en su mundo y en los parametros temporales que caracterizan su sociedad. Esto supone adquirir consciencia de la existencia de un tiempo que viene del pasado y se proyecta inevi-tablemente hacia el futuro, y en el que su vida y su tiempo personal adquieren significacin. La interrelacin entre tiempo vivido y tiempo social en su triple dimensin de futuro, presente y pasado, es clave para conceptualizar correctamente el tiempo histrico en sociedades desarrolladas como la nuestra, donde el tiempo se ha convertido en un valor al alza.

    a) Pasado, presente y futuroEl tiempo social es por definicin histrico, ya que se conforma a travs de la relacin dialctica entre lo que ya ha sido el pasado, lo que es el presente como resultado de lo que ha sido, y lo que ser el futuro como consecuencia de lo que somos y estamos haciendo. Este tiempo social condi-ciona el tiempo vivido y su representacin mental a travs de las experiencias a las que nos sometemos como consecuencia de vivir en una sociedad organizada a travs de pautas temporales, algunas naturales (como el da y la noche, y los ciclos estacionales), pero, sobre todo, de las pautas sociales (el valor

  • social de la edad y de las etapas del crecimiento, el tiempo escolar, laboral y vacacional, el calendario festivo y religioso, etc. y, el tiempo impuesto por los medios de comunicacin, en especial por la televisin). Sin embargo, a la vez que estamos condicionados por.el tiempo social, somos tambin agentes constructores de tiempo, sea a travs de la socializacin y de la aceptacin acrtica de valores temporales impuestos, sea a travs de la contrasocializacin, es decir, de la posibilidad de asumir crticamente nuestro rol en la construccin de futuros alternativos.

    El sentido de tiempo que se adquiere a travs de la relacin dialctica pasado/presente/futuro ha de permitir entender nuestra experiencia de presente como un puente entre el pasado y el futuro, dentro del continuum histrico del que formamos parte. Este continuum histrico no slo consiste en orde-nar y clasificar hechos en funcin de su evolucin, sino bsicamente en entender las causas y las consecuencias de los hechos, y de las transformaciones habidas o actuales, en relacin con otros tiempos, y con el futuro que pretendemos construir. La dbil base temporal del presente, etrea y de lmites imprecisos, necesita del pasado para concretarse y adquirir significado, pues es el nico tiempo que ya ha sido. Sin embargo, el pasado sin el presente y sin su proyeccin hacia el futuro carecera de valor ya que la explicacin y la compresin de lo que ha pasado construidas por el presente es siempre un resultado de los problemas y de los interrogantes que las personas y las sociedades tienen sobre su propio tiempo y sobre su futuro.

    b) Cambio y permanenciaEl tiempo social, el tiempo histrico, ilustra y torna comprensibles los cambios generados en el interior de cada sociedad. La enseanza de la historia ha de explicar, en primer lugar, la relacin de las sociedades con su duracin temporal, es decir, con el proceso de transformacin social en la multiplicidad de sus aspectos. Efectivamente, el tiempo es una relacin creada para coordinar y dar sentido a los cambios producidos en cada sociedad, en cada cultura, en cada civilizacin. La aceleracin del tiempo, que caracteriza nuestra sociedad, es una consecuencia de la rapidez y de la velocidad con que se producen los cambios en numerosos ordenes de la vida social y, en especial, en el dominio de la tecnologa y de la informacin. La incomprensin de esta aceleracin pueden conducir a la prdida de la coherencia temporal, al desarraigo y la marginacin, que puede y debe, evitarse a travs de la enseanza de la temporalidad, es decir, contrastando y analizando los fundamentos de la conciencia del tiempo vivido con el conocimiento sobre el tiempo generado por las ciencias sociales y la historia.Este conocimiento cientfico del tiempo es el resultado de los trabajos y de las investigaciones realizadas para comprender y explicar los cambios operados en las sociedades humanas en su devenir, desde el pasado ms alejado hasta el presente. Los cambios y las continuidades o permanencias producidos en el pasado han creado el tiempo social presente. Un tiempo que, en funcin de los distintos componentes sociales y de las relaciones producidas entre ellos, es diferente en cada sociedad y en cada cultura, a la vez que se manifesta de forma plural dentro de cada sociedad como consecuencia de la existencia de fenmenos de distinta naturaleza, con ritmos evolutivos propios. En este sentido no se puede hablar de la existencia de un nico tiempo social, monoltico y homogneo que vaya ms all de su dimensin cuantitativa, cronolgica los calendarios, tambin diferente entre culturas (Ricoeur et al. 1979), sino que es necesario considerar la existencia de una pluralidad de tiempos como reflejo de los cambios en los diferentes fenmenos que coexisten en cada sociedad.Esta coexistencia de ritmos evolutivos, perfectamente detectables en cualquier sociedad, y las interacciones que entre ellos se producen, provocan el cambio social o las permanencias, cambio que ser tan complejo como lo sean las sociedades a las que se refiera, o los fenmenos sobre los que acte (relaciones con el medio, relaciones sociales, econmicas o polticas, fenmenos de cultura y de mentalidad), y las relaciones que se establezcan entre ellos. El tiempo social, el tiempo histrico, es, por tanto, el resultado del cambio social que, a su vez, es la consecuencia de la evolucin de una plura-lidad de fenmenos que en el interior de cada sociedad conviven simultneamente, interactan o se ignoran momentneamente, se transforman permanecen, se aceleran o se estancan.El tiempo histrico ordena y explica el conjunto de cambios que se pro-ron en el seno de una sociedad, y la modificaron, la hicieron evo'=- Pero tambin da sentido a las permanencias, a aquellos fenmenos---- ductibles al cambio que actan como constantes inalterables amaciones que se producen a su alrededor. Para Snchez,

  • c) La explicacin y la comprensin de los cambios y de las permanencias: la duracinLa historia intenta comprender y explicar cmo y por qu se han producido los cambios y qu papel han jugado en ellos sus protagonistas y por qu. Busca los antecedentes de los cambios, las interrelaciones entre los fenmenos afectados por los mismos, y establece sus ritmos y sus duraciones.Para la comprensin del tiempo histrico es imprescindible conocer la duracin de los distintos fenmenos que tienen lugar en el seno de una sociedad, de un colectivo humano. Siguiendo las aportaciones de Braudel (1968) se pueden establecer tres tipos de duraciones cuyas diferencias no son de tipo cuantitativo, cronolgico, sino cualitativas, aunque tienen representaciones cronolgicas distintas. Las que corresponden a hechos y fenmenos de corta duracin, a los acontecimientos, al tiempo corto de la vida de las personas. Las que corresponden a la larga duracin, al tiempo largo de las sociedades, a sus estructuras, que se escapan de la percepcin de los contemporneos. Y, finalmente, y entre las dos, las que corresponden al tiempo medio de las coyunturas, unos tiempos ms largos que los tiempos de los acontecimientos, a los que incluyen y explican, pero mucho ms cortos que los tiempos de las estructuras.Los fenmenos sociales vividos y percibidos directamente por las personas son fenmenos de corta duracin, acontecimientos de cualquier tipo. Toda sociedad ha estado y est sometida a una sucecin de acontecimientos, pero no ha sido hasta la actualidad que los acontecimientos de corta duracin se han convertido en un elemento fundamental de la temporalidad al ser dados a conocer y al ser interpretados, desde los medios de comunicacin de masas. Este hecho, junto a la propia fugacidad de los acontecimientos, ha ocasionado una cierta prdida de coherencia temporal. Curiosamente, los acontecimientos constituyen la base de de la enseanza de la historia escolar. Por qu no han constuido un elemento clave en la formacin del tiempo histrico del alumnado? En palabras de P. Pags porque

    El acontecimiento, como hecho histrico singular, nico e irrepetible, ha de ser, en gran medida, el punto de partida de la enseanza de la historia y de la formacin de la temporalidad, pero para ello ha de ser planteado desde una perspectiva ms global, ms general de lo que lo hace la historia tradicional. El acontecimiento debe servir para ejemplificar un comportamiento o un fenmeno social cuyas races y causas hay que buscar en cambios ms profundos, y ms alejados, a veces en el tiempo de las estructuras, a veces en el de las coyunturas. Por ello, creemos necesario que los hechos se planteen en su complejidad temporal, y conceptual, facilitando a los alumnos su reconstruccin e interpretacin a travs de las relaciones que aparecen en el siguiente mapa:

  • La capacidad de distinguir los ritmos y los niveles de la duracin se puede considerar como uno de los objetivos fundamentales del aprendizaje del tiempo histrico. Es, en cierto sentido, la culminacin del conocimiento histrico, el dominio de la historicidad y de la temporalidad. Ello es as porque supone que el alumno es capaz de situar los acontecimientos puntuales y caractersticos de la cotidianidad, del tiempo corto, en una perspectiva temporal alejada, de diferenciar los hechos puntuales y relacionarlos con los factores coyunturales y estructurales dentro de los cuales se insertan y adquieren sentido, de analizar causas y consecuencias, de comprender las intenciones de sus protagonistas. Asimismo, supone conocer los mecanismos conceptuales y metodolgicos que utilizan los historiadores para construir los hechos a travs de sus evidencias, y saberlos utilizar crticamente para construir su propia interpretacin.d) Mediciones y clasificaciones: la cronologa y la periodizacin.

    Una condicin fundamental para comprender el tiempo histrico y el cambio social es el dominio de los mecanismos temporales con los que cada sociedad se ha dotado. Estos instrumentos la cronologa y la periodizacin permiten ordenar la secuencia de acontecimientos y procesos, y clasi-ficarlos en etapas.La cronologa no puede ser confundida con el tiempo histrico porque, en tanto que instrumento de medida, no explica demasiadas cosas sobre lo que mide. La cronologa acta por repeticin igual y homognea, por unidades idnticas (da, ao, siglo, etc.), en un continuo, con una acumulacin cuan-titativa que se traduce en un aumento matemtico de cantidad. Es un instrumento tcnico de medida y un instrumento social de referencia para la regulacin de las acciones individuales y colectivas (Ragazzini, 1980, p. 232). El dominio de la cronologa permite orientarse en el tiempo, es decir, saber cundo pasan, han pasado o pasarn las acciones, los hechos, los fenmenos sociales, y relacionarlos entre s segn hayan pasado antes o despus (sucesin) o pasen a la vez (la simultaneidad). Permite, con la periodizacin, establecer sucesiones diacrnicas poniendo de relieve las diferencias existente las transformaciones entre distintos procesos histricos, y sincronas hi s tricas en tre procesos o acontecimientos coetneos las interrelaciones.

  • Dominar la cronologa es poseer una habilidad importante para calcular las diferentes duraciones, para situar "el cundo" de un hecho o de un fenmeno en relacin con el que lo precede, con el que lo sigue, o con otros hechos que suceden simultneamente. Y tambin para situarlo en relacin con el presente. La cronologa es el soporte necesario e imprescindible del tiempo histrico, pero no se puede confundir con l. Es una condicin necesaria para entenderlo pero no suficiente. Es la posibilidad de materializar el tiempo a travs del espacio y de calcular matemticamente las distancias entre los hechos o su duracin. Es un sistema de medida convencional diferente para cada gran civilizacin que, por sus condiciones "anormales" desde el punto de vista del clculo matemtico y de la lgica (inicio de los calendarios y las cronologas), hace falta ser enseado a los alumnos, aunque no existan evidencias de que su representacin , en lneas del tiempo sea suficiente para comprender la temporalidad de los fenmenos medidos (Thornton y Vukelich, 1988).Sobre la cronologa se ha de calcular la duracin matemtica de los hechos y de los fenmenos sociales, con 14 relatividad que implica la inexistencia de tiempos absolutos, se ha de relativizar la importancia del presente y se ha de descubrir su profundidad histrica. Pero tambin se ha de construir un modelo de periodizacin que permita identificar las divisiones que se han creado para diferenciar las formaciones sociales del pasado, las etapas y las pocas en que se ha dividido la historia y poder establecer una continuidad temporal entre ellas. La cronologa acta as como soporte de la periodizacin. La periodizacin, desde el punto de vista educativo, es un elemento indispensable para organizar y secuencias los fenmenos histricos y la evolu-cin de las sociedades. Pero tambin es un elemento problemtico porque el propio hecho de periodizar supone poner lmites, establecer fronteras entre los cambios y sus duraciones. Esto no es fcil ni para los propios historiadores, porque la existencia de ritmos evolutivos diferentes en el interior de cada sociedad, y entre ellas, hace que cualquier periodizacin difcilmente pueda generalizarse para el con junto de la humanidad e incluso para colectivos sociales afines (Ferro, 1991). La periodizacin ms habitual de la historia escolar se ha basado en fechas y acontecimientos concretos de la historia poltico-militar. Las etapas y los perodos histricos se iniciaban y terminaban en una fecha concreta que poda corresponder a una batalla, al inicio y al final de un reinado, a una revolucin poltica o al final de un imperio. Esta concepcin ha sido cuestionada ya hace tiempo en el campo de la historiografa, y se han hecho intentos de articular nuevas formas de periodizacin ms flexibles y acordes con la realidad de los cambios sociales.periodizar es individualizar una serie de aspectos de un proceso social, diferentes de los que existan antes y de los que existirn despus. Entendida de esta manera, la periodizacin debe ensearse partiendo de las caractersticas ms generales y sencillas de los grandes cambios producidos en el pasado, para avanzar progresivamente hacia la descripcin, el anlisis, y la comparacin de cambios ms concretos y complejos que se han dado dentro de aquellos (Pags, 1989). La visin sincrnica que se deriva de esta construccin ha de ser completada con una visin ms diacrnica de las transformaciones producidas en mbitos o fenmenos particulares con su propio ritmo evolutivo, al estilo de la periodizacin en historia del arte o de la literatura, pero tambin de cualquier otro fenmeno, sea de orden general (la evolucin econmica, del poder poltico o de la poblacin), o ms concreta (la energa, el hbitat o los medios de transporte).Para construir y aprender cualquier periodizacin se han de utilizar unos cuantos elementos significativos como puntos de referencia (hechos, problemas, conflictos o personajes): son las fechas. Las fechas no son ms que un medio, una referencia obligada en la construccin de la cronologa y de un sistema de periodizacin. No se han de identificar con el verdadero conocimiento histrico, como hace el positivismo, sino que son hitos, mojones, dentro de un perodo ms extenso. Las fechas se hallan en el inicio del proceso, pero en realidad son el final, la conclusin, del conocimiento histrico que de l tenemos, en tanto que ejemplifican un perodo o resumen y sintetizan una interrelacin bastante complicada de muchos fenmenos sociales de diferente origen.Desde las nuevas perspectivas historiogrficas e incluso didcticas, se hace difcil mantener la creencia de que las fechas concretas y la cronologa justifican la divisin de la historia ya que la caracterstica del cambio social y de la transicin, de un periodo o de una etapa a otra, nunca se produce en un solo momento sino que es el resultado de una evolucin ms o menos larga. Hoy no se puede considerar que el conocimiento histrico se base exclusivamente en saber cundo pas tal fenmeno o qu pas en tal fecha, sino que lo que caracteriza el conocimiento histrico es el proceso y el contexto que explica la fecha, el acontecimiento, que utilizamos como referencia cronolgica para comprender su temporalidad.