pablo ramos sánchez comentario a la publicación economía plural: nuevo modelo...

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Señor ministro de Economía y Finanzas, licenciado Luis Alberto Arce Catacora, distinguida viceministra, señor viceministro, autoridades del Gobierno, autoridades académicas, distinguido público, representantes de la prensa. Debo comenzar agradeciendo la oportunidad de comentar uno de los textos que viene a aportar, a contri- buir a un debate absolutamente necesario en la realidad actual de nuestro país, la presentación del Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo abre el debate, aunque éste ya debió haberse dado antes, pero es un momento de reflexión por las ideas que surgen a partir de este documento, sintetizado, pero que, obviamente, puede desarrollarse plenamente. Los temas centrales que el licenciado Arce Catacora presenta, parten de la caracterización del modelo. Como todo modelo, lo define como la forma de organi- zar la producción y la distribución a partir de la que se establecen las relaciones sociales, sobre las que, a su vez, se establece las demás relaciones jurídicas, religio- sas, culturales, políticas. Un modelo define cómo se genera y distribuyen los exce- dentes. Ésta es la vieja preocupación de los grandes econo- mistas, desde François Quesnay, con la escuela fisiocrática allá por 1752, pasando por Marx, por Keynes, para explicar cómo se forma, fluye y distribuye el producto neto, el exce- dente en la sociedad. Caracteriza, el licenciado Arce, al modelo actual como un modelo de transición, desde el modo de producción capitalista al modo de producción socialista. Lo que se está construyendo ahora es una economía de transición. En los años setentas, luego de que el doctor Salvador Allende instauró su gobierno con el propósito de transfor- mar la economía chilena, surgió un debate muy fructífero de lo que es la economía de la transición. Lamentablemente, los años posteriores con la instalación de regímenes fascistas en América Latina y, especialmente, luego, cuando en el mundo se imponen las ideologías neoliberales, ese debate de la economía de la transición pasó a un segundo plano, y ahora sí debe resurgir en las característi- cas del Siglo XXI, porque se va a dar, necesariamente, la transición desde el capitalismo al socialismo. Esta precisión de que estamos con una economía de transición es absolutamente necesaria. Primero, porque no se puede pasar directamente del capitalismo al socialismo. Hay un periodo de tránsito que no se mide en tiempo de calendario, sino en tiempos de acontecimientos, se mide en términos de acontecimientos, que es el periodo necesa- rio para que se estructuren las nuevas relaciones de producción que van a reemplazar a las viejas relaciones, y se va a establecer un nuevo sistema. Pero la importancia de plantear así el tema, está en que despeja muchas dudas creadas por muchos analistas de la economía que cuestionan, que critican en qué consiste el modelo actual, y dicen que no es otra cosa que una prolon- gación del anterior porque existe el mercado, existen los precios, existe el dinero y, en fin, muchas categorías que estuvieron vigentes hasta hace poco y que siguen vigentes. Para ello es importante recordar que hay categorías económicas que han surgido en épocas muy antiguas: el dinero, el mercado, los precios surgieron desde los fenicios, existieron en tiempo de Grecia, de Roma, en todo el medio evo, no son pues categorías del capitalismo, van a subsistir en el socialismo durante mucho tiempo. De modo que aquellos que dicen que no hay cambios porque hay ciertas categorías económicas que se las veían antes y que ahora se repiten, están equivocados. Si son economistas están cometiendo un error teórico. Todos lo sabemos. Pablo Ramos Sánchez Comentario a la publicación Economía Plural: Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo -1-

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Señor ministro de Economía y Finanzas, licenciado Luis Alberto Arce Catacora, distinguida viceministra, señor viceministro, autoridades del Gobierno, autoridades académicas, distinguido público, representantes de la prensa. Debo comenzar agradeciendo la oportunidad de comentar uno de los textos que viene a aportar, a contri-buir a un debate absolutamente necesario en la realidad actual de nuestro país, la presentación del Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo abre el debate, aunque éste ya debió haberse dado antes, pero es un momento de re�exión por las ideas que surgen a partir de este documento, sintetizado, pero que, obviamente, puede desarrollarse plenamente.

Los temas centrales que el licenciado Arce Catacora presenta, parten de la caracterización del modelo. Como todo modelo, lo de�ne como la forma de organi-zar la producción y la distribución a partir de la que se establecen las relaciones sociales, sobre las que, a su vez, se establece las demás relaciones jurídicas, religio-sas, culturales, políticas.

Un modelo de�ne cómo se genera y distribuyen los exce-dentes. Ésta es la vieja preocupación de los grandes econo-mistas, desde François Quesnay, con la escuela �siocrática allá por 1752, pasando por Marx, por Keynes, para explicar cómo se forma, �uye y distribuye el producto neto, el exce-dente en la sociedad. Caracteriza, el licenciado Arce, al modelo actual como un modelo de transición, desde el modo de producción capitalista al modo de producción socialista. Lo que se está construyendo ahora es una economía de transición.

En los años setentas, luego de que el doctor Salvador Allende instauró su gobierno con el propósito de transfor-mar la economía chilena, surgió un debate muy fructífero de lo que es la economía de la transición.

Lamentablemente, los años posteriores con la instalación de regímenes fascistas en América Latina y, especialmente, luego, cuando en el mundo se imponen las ideologías neoliberales, ese debate de la economía de la transición pasó a un segundo plano, y ahora sí debe resurgir en las característi-cas del Siglo XXI, porque se va a dar, necesariamente, la transición desde el capitalismo al socialismo.

Esta precisión de que estamos con una economía de transición es absolutamente necesaria. Primero, porque no se puede pasar directamente del capitalismo al socialismo. Hay un periodo de tránsito que no se mide en tiempo de calendario, sino en tiempos de acontecimientos, se mide en términos de acontecimientos, que es el periodo necesa-rio para que se estructuren las nuevas relaciones de producción que van a reemplazar a las viejas relaciones, y se va a establecer un nuevo sistema.

Pero la importancia de plantear así el tema, está en que despeja muchas dudas creadas por muchos analistas de la economía que cuestionan, que critican en qué consiste el modelo actual, y dicen que no es otra cosa que una prolon-gación del anterior porque existe el mercado, existen los precios, existe el dinero y, en �n, muchas categorías que estuvieron vigentes hasta hace poco y que siguen vigentes.

Para ello es importante recordar que hay categorías económicas que han surgido en épocas muy antiguas: el dinero, el mercado, los precios surgieron desde los fenicios, existieron en tiempo de Grecia, de Roma, en todo el medio evo, no son pues categorías del capitalismo, van a subsistir en el socialismo durante mucho tiempo. De modo que aquellos que dicen que no hay cambios porque hay ciertas categorías económicas que se las veían antes y que ahora se repiten, están equivocados. Si son economistas están cometiendo un error teórico. Todos lo sabemos.

Pablo Ramos SánchezComentario a la publicación Economía Plural: Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo

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El concepto dentro del cual se estructura el análisis del licenciado Arce, es el de la crisis estructural de capitalismo. Esto implica que esta crisis que se está viviendo ahora, no son más que episodios de algo más profundo, de una crisis amplia, prolongada y profunda que está sacudiendo al capitalismo desde hace mucho tiempo, que es una crisis energética, alimentaria, climática y de las políticas económicas y de los respaldos teóricos; y, efectivamente, los respaldos teóricos no dan respuestas, ahora, a las problemáticas que debe enfrentar la política económica en los países capitalistas, especialmente en el centro.

Todo el respaldo teórico dado por el monetarismo, la economía de la oferta, la teoría de las expectativas racionales al neoliberalismo, ahora ya no sirven, no responden a lo que es la situación actual del capitalismo con todos los problemas que estamos viviendo y que los sentimos diariamente.

No es, pues, solamente una crisis económica–�nanciera. Es también una crisis social, tal como destaca el autor, por lo que se está viviendo con los movimientos sociales en Europa. Somos testigos, a través de la prensa, de cómo en Europa hay profundos movimientos sociales que cali�can una crisis social.

El funcionamiento del modelo es presentado con sugeren-cias muy importantes, y es muy motivadora la clasi�cación que hace de los sectores estratégicos generadores de exce-dentes y los sectores estratégicos de generación de empleo y de ingreso. Tiene novedad. Esa es la primera preocupación que ya mencionábamos desde los grandes economistas �siocráticos. Lo que en Bolivia hemos estado manejando siempre es que los sectores generadores de excedentes han sido el sector minero, que es el que generaba y genera el excedente minero; sector hidrocarburífero, que genera el excedente petrolero, y, hay que destacar, que los exceden-tes en Bolivia surgen por el trabajo, pero también por los recursos naturales, y de ahí que hay que cali�car como excedente petrolero o excedente minero.

Entre los sectores generadores de empleo y de ingreso están la industria, a la agricultura, los servicios en toda su amplitud. Y el excedente �uye desde los sectores que los generan hacia estos que lo utilizan. En Bolivia, todos sabemos, hay una problemática grande en el tema de los excedentes, porque nuestra estructura productiva es incompleta. En los

países desarrollados la diferencia entre la producción y el consumo se cubre con los bienes de inversión, es decir, con aquel sector productor de bienes de capital. Pero en Bolivia no tenemos ese sector. De tal manera que nuestro excedente formado por materias primas hidrocarburíferas y mineras, tiene que transformarse en divisas. Es la primera metamorfosis.

Esas divisas, posteriormente, tienen que transformarse, a través de compra, en el exterior, de bienes, de equipo, capital, maqui-naria. Y este es el salto mortal en el proceso de acumulación de capital en Bolivia, porque ahí se da la fuga de sus excedentes. No todas las divisas se transforman en bienes de capital. Por lo tanto, sirven para incentivar los sectores productores o generadores de ingreso y empleo, y también, como ahora se está haciendo, y lo destaca en el cuadro de modelo, el apoyo a los sectores sociales a través de bonos redistribuidores como el Juancito Pinto, Juana Azurduy y la Renta Dignidad.

Este problema de que no tengamos en el país el sector productor de bienes de capital, es muy importante de entenderlo para desentrañar lo que es el modelo de acumu-lación de capital en Bolivia.

Los elementos esenciales del modelo económico comuni-tario y social, tal como lo presenta Luis Alberto, parten de la comparación, de la contrastación del modelo neoliberal y el actual modelo.

Para entenderlo, entonces, es preciso comparar, confrontar ambos modelos. Y es claro que el modelo neoliberal tenía como objetivo central, como primum móvil, la búsqueda del interés personal; o sea, un modelo egoísta. Destaca el autor, la exaltación del individualismo y de ser un sector excluyente y marginador; de ser un modelo excluyente.

Pretendía este modelo que la economía de libre mercado iba a llevar adelante una asignación e�ciente y algo más óptima de los recursos. Y tal cosa no ha ocurrido, porque, a decir verdad, la economía de libre mercado, que se diferen-cia de una simple economía de mercado, es una abstracción, es una creación teórica de los economistas. No ha existido en Bolivia. Y, al parecer, no ha existido en ninguna parte una economía de libre mercado, porque están presentes las fallas, a las que muchos economistas han hecho referencias y son citadas aquí, en este texto.

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Este modelo de libre mercado se basaba en la exportación de bienes primarios sin transformación, en la repetición y la prolongación del viejo modelo primario exportador y la fuga del excedente.

O sea, ese salto segundo del que mencionábamos en la metamorfosis del proceso de acumulación, no se ha dado, porque se iban los excedentes. Las grandes empresas transna-cionales, que luego de la capitalización --que era una privati-zación y extranjerización de los sectores básicos de la economía en los hidrocarburos, en la minería, en los servicios tecnológicos de punta, como las telecomunicaciones, la energía--, se iban fuera. Y no quedaban en el país. Por ello, era un modelo depen-diente del ahorro externo, a través de la deuda, de esa enorme deuda que se crea, y de la inversión privada directa extranjera, que según los datos, aparecen con montos muy grandes, pero cuando uno desentraña un poco lo que signi�caba, encuentra que se ha in�ado esas cifras, que mucho que no era inversión aparecía como inversión. En �n, ése es otro tema; pero en todo caso el modelo neoliberal se sustentaba en el ahorro externo.

El actor fundamental era el sector privado. En la primera concepción cuando el doctor Paz Estensoro establece el modelo neoliberal con el 21060, se creía que el sector privado nacional sería el que pudiera mover la economía. Pero el sector privado nacional es muy débil. Es timorato. Su participación en la inversión no representa más arriba del 2% del PBI, y siendo generosos.

Cuando se ve que no podía ser el sector privado nacional el que dinamice la economía, el que cumpla el papel motor se piensa en la transnacional. Y viene la segunda gener-ación de reformas, con Goni Sánchez, cuando se abre al capital extranjero, con la privatización, bajo el eufemismo de capitalización, y se entrega los sectores.

Pero la empresa transnacional nunca tuvo interés en el desarrollo nacional, en generación de empleos, en generación de ingresos, en la redistribución de la riqueza o en la disminución de la pobreza. Lo que le interesaba era sacar los excedentes al exterior. De ahí, pues, que viene el problema de la crisis social que �nal-mente va a sepultar al modelo neoliberal.

Buscó este modelo la estabilidad como un �n, como un �n nada más. Frente a eso, frente a esa crisis, a esa falta de solución de los problemas, porque además condujo al estancamiento de la economía que todos recordemos que a partir del 99 la tasa del crecimiento del PBI se vino abajo, surge el Nuevo Modelo, el modelo que lo presenta con detalle Luis Alberto Arce Catacora en este texto.

Cuál es el objetivo fundamental, el primum móvil de este Nuevo Modelo, el bien común, el bienestar de todos. Lo que la Constitución y en el discurso corriente ahora se llama el vivir bien, el suma qamaña, el ñandereko, el vivir bien.

Que no es una mera repetición o prolongación del viejo concepto de bienestar de la economía del bienestar tradi-cional, que consistía básicamente en la solución, en la satis-facción de las necesidades individuales.

Este es un concepto que además de suponer la satisfacción de las necesidades individuales implica armonía con la naturaleza, implica equilibrio. Y eso es lo nuevo, lo distinto, lo diferente con el viejo concepto de bienestar.

De tal manera que aquellos que dicen que el vivir bien no es más que un repetir la teoría del bienestar, se equivocan.

Este Nuevo Modelo tiene un actor fundamental, que tiene que sustituir obviamente a los que fracasaron. Ese nuevo actor es el Estado. Pero un estado que ampliar sus funcio-nes, que tiene que hacerlo todo. Tiene que ser productor, ahorrador, inversión, �nanciador.

Es decir, tiene que participar en todas las dimensiones de la economía. Debe hacerlo todo. Pero tal como de�ne nuestra Constitución, y lo reitera el licenciado Arce Catacora, el sector público, es decir, el Estado participa con el sector privado, con el sector social cooperativo y con el comunitario.

En el capítulo cuarto de nuestra Constitución Política del Estado (CPE) --ustedes la conocen mejor que yo--, se destaca la Economía Plural con la participación de la forma de organización estatal, la forma económica privada, la forma social cooperativa y la forma comunitaria.

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De tal manera que ésos son los actores, pero el Estado es el cumple el papel dinámico fundamental, el que trans-forma la estructura productiva, el promotor de la economía y este Nuevo Modelo se basa en la producción, pero en la producción que no sólo consiste en las mate-rias primas, sino en la industrialización para, por un lado, aumentar el valor agregado por unidad exportada; pero, sobre todo, para crear la base del futuro desarrollo de Bolivia, es la industrialización la base de lo que será, más tarde, el requerimiento de la sociedad boliviana.

Recupera los recursos naturales y éste es un cambio sustantivo. Lo que había pasado hacer fuente de exceden-tes para que se vayan al exterior y en la cuenta de balanza de pagos se ve claramente las remesas de utilidades del extranjero, ahora pasa a manos nacionales.

Y es la base, no sólo de la política de redistribución a través de los bonos, sino la base de sustentación de la acumulación del capital en Bolivia.

Y por eso mismo, este modelo se basa en el ahorro interno, sin descuidar obviamente las posibilidades que se tengan en el ahorro externo.

Se llega al superávit �scal como una forma de generar el ahorro y se sustenta en la demanda interna, en el mercado interno con el apoyo de las exportaciones, pero lo nuevo, lo importante, lo que distingue, lo que le da esencia a este nuevo modelo es la participación social.

La participación social, y es un modelo -entonces- participativo, debido que lo que se busca �nalmente con el vivir bien es crear una sociedad solidaria, participativa y justa en la que se concilie los intereses individuales con el interés general.

Para cerrar esta presentación, que espero sea motivadora para que ustedes lean el texto y lo analicen palabra por palabra porque las frases tienen contenido, de las frases se pueden derivar muchos -yo diría- hasta textos, quiero cerrar con dos referencias.

En primer lugar la necesidad de avanzar en la aplicación de nuestra CPE, ahí está el modelo, la Economía Plural, el

papel del Estado, en �n, todo lo que Luis Alberto Arce Catacora destaca en esta presentación.

Y en segundo lugar una hipótesis, que plantea el autor, que está en el texto y dice: las crisis del capitalismo son oportunidades para los bolivianos, puesto que el país cuenta con recursos naturales para convertirse en gran productor de energía y alimentos, sin descuidar los demás sectores.

Está dándose ahí la pauta, la clave, de dónde debemos canalizar los recursos de la acumulación y creo que es realmente un aporte a lo que debe ser todo el trabajo que se realice desde el Estado y de los demás actores sociales.

Producir alimentos, primero no sólo para satisfacer la demanda de la gente, sino para evitar cualquier presión in�acionaria, distorsionante y frustrante de lo que pudiera ser la aplicación del modelo; segundo, porque es la base de lo que también puede ser la industrialización de los produc-tos primarios que surgen de la agricultura y la energía.

La sociedad moderna, contemporánea, sobre todo, la industrialización se basa en la energía y tenemos esa posi-bilidad. Creo que trabajando en esas líneas, y hay que añadirle el transporte porque también es necesario, podremos ir hacia delante.

Decía que la presentación de un texto debe ser para motivar la lectura. Espero que ustedes lean este texto, que lo anali-cen y que, repito, puedan sacar lo que de ahí sale como un aporte al debate.

Y ojalá que las academias en nuestras facultades, en nuestras carreras de economía lo tomen y lo desmenucen para eso está en un lenguaje claro, directo, sencillo, pero con un nivel académico importante.

Deseo, repito, que sea leído por todos. Y que nuestros periodistas, también lo analicen, y no se guíen sólo por lo que algunos analistas, a veces, no bien intencionados o sin la información su�ciente, re�eren sobre lo que es el modelo actual. Aquí está lo que es el modelo actual.

Felicitaciones Luis Alberto, gracias a ustedes.

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