pablo benito lynch

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Anales de Literatura Hispanoamerft.ana t5SN: 02104547 1998,n 027:89-109 Cuentos de la Pampa. Los casos de Alberto Ghi raído y Benito Lynch PABLO ANSOLABEHERE Universidad de Buenos Aires Fundaciones y límites En 1871, el poeta y crítico Ricardo Gutiérrez publicó por primera vez un texto inédito de su amigo Esteban Echeverría, muerto en 1851. Seguramente lo hizo sin prever que «El matadero», ese curioso relato que le pareció más bien un emocionado apunte sobre los abusos del rosismo, un posible borrador del poema Avellaneda, se convertiría en un texto fundacional de la literatura argentina. Curiosa y fantasmal fundación que recuerda a la de la propia ciudad donde la acción transcurre. «El matadero» es un poco como esa esquiva Buenos Aires que fundó Pedro de Mendoza, pero que tuvo que esperar a Juan de Garay para que, varias décadas después, realmente pudiera comenzar a existir Y no solo por la demora. Fundar una ciudad es marcar un territorio; es como trazar un circulo en una página en blanco y distribuir todo el espacio en función de ese circulo. La demarcación de la ciudad de Buenos Aires estableció para siempre la consti- tución geopolítica fundamental del futuro país: centro e interior, ciudad capi- tal y provincias. Los regionalismos particulares de la Argentina, sus regiones narrativas se definen como un todo en oposición a Buenos Aires, la zona que no es región pues representa a la nación entera y, al mismo tiempo, a lo cosmopolita. En el cuento de Echeverría el matadero es un punto extraño en la ciudad, una incrustación del interior en sus entrañas. El cuerpo de la civilización corro- ido por el cáncer de la barbarie. La Buenos Aires delineada en «El matadero» recuerda al mísero caserío fundado por Mendoza, a la imagen alucinada que los cronistas nos dejaron de la breve existencia del villorio, acosado por la pre- sencia amenazante del enemigo indígena, por el hambre, la desesperación y la muerte. La materia de «El matadero» está amasada en ese mismo barro que

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AnalesdeLiteratura Hispanoamerft.ana t5SN: 02104547

1998,n027:89-109

Cuentosde la Pampa.Los casosdeAlberto Ghiraídoy BenitoLynch

PABLO ANSOLABEHEREUniversidaddeBuenosAires

Fundacionesy límites

En 1871,el poetay crítico RicardoGutiérrezpublicó por primeravez untexto inédito de su amigoEstebanEcheverría,muertoen 1851. Seguramentelo hizo sin prever que «El matadero»,ese curiosorelato que le pareciómásbienun emocionadoapuntesobrelosabusosdel rosismo,un posibleborradordel poemaAvellaneda,se convertiríaen un texto fundacionalde la literaturaargentina.

Curiosay fantasmalfundaciónquerecuerdaa lade lapropiaciudaddondela accióntranscurre.«El matadero»es un poco como esa esquivaBuenosAires quefundóPedrodeMendoza,peroquetuvoqueesperaraJuandeGarayparaque,variasdécadasdespués,realmentepudieracomenzaraexistir Y nosolo por la demora.

Fundarunaciudad es marcarun territorio; es como trazar un circulo enunapáginaen blancoy distribuir todo elespacioen función de esecirculo. Lademarcaciónde la ciudadde BuenosAires establecióparasiemprela consti-tución geopolíticafundamentaldel futuro país:centro e interior, ciudadcapi-tal y provincias.

Los regionalismosparticularesde la Argentina,susregionesnarrativassedefinencomoun todo enoposicióna BuenosAires, la zonaque no es regiónpuesrepresentaa la naciónenteray, al mismotiempo, a lo cosmopolita.

En el cuentodeEcheverríael mataderoes un punto extrañoen la ciudad,unaincrustacióndel interioren susentrañas.El cuerpodelacivilizacióncorro-ido porel cáncerdela barbarie. La BuenosAires delineadaen «El matadero»recuerdaal míserocaseríofundadopor Mendoza,a la imagenalucinadaqueloscronistasnos dejaronde labreveexistenciadelvillorio, acosadopor la pre-senciaamenazantedel enemigoindígena,por elhambre,la desesperacióny lamuerte.La materiade «El matadero»estáamasadaen esemismobarroque

PabloAnsolahehere Cuentosdela Pampa Los casosdeAlbertoOhiraidoy. - -

malamentelosconquistadorestrataronde utilizarparala construcciónparasusendeblesranchos,destinadosal fuego y al derrumbe.En el cuentode Eche-verrríael acosode la indescifrablebarbarieamericanavuelveparainvadir laciudadunavez más.BuenosAireses un territorio tomadoy el mataderoes elfoco de esafuerzainconteniblequeamenazadestruirel territorio queresguar-da la ciudad.Yesadesterritorializaciónes el síntomade una inversiónpolíti-ca, el gobiernode Rosas.

El género

«El matadero»es,sin dudas,el primercuentoargentino.Su existenciaerrá-ticay suposiciónmarginal,inclusoenla obradel propio autor, ilustramuybienlahistoriay desarrollodel géneroenArgentina.«El mataderoesun cuento,perotambiénpareceserotracosa El mismoGutiérrez,quelo condenaal desvándela «pre-literatura»lo llama «borrador»,«boceto»,«apunte»,perono cuento2

Algo por el estilosucedeconmuchos«cuentos»de la literaturaargentina,sobretodo del siglo XIX. Su definición genéricapuederesultartan dudosacomola del texto de Echeverría.Estaindecisiónlimítrofe es unade las mar-cas de nacimientodel cuentomodernoy estápresenteen las consideracionessobreel corpusqueanalizaréen estetrabajo.

Peroel caracterfundacionalde «El matadero»tambiéninvolucra, comoyase sugirió, al conceptode lo regional:el corazóndel relato trabajael origendeunadisputacultural, políticay económicaquese defineen los limitesy domi-n1osdel terrttor~o.

Alrededorde esenúcleo se despliegaunaseriede temasque reapareceráncomo tópicosconstitutivosen el surgimientodel cuentorural en Argentina: laoposiciónciudad-campo,lo culto y lo popular,justiciay ley, oralidady escritura.

Regional,nativista,criollo, rural pampeano,campero,gauchesco

Existetodaunagamaclasificatoriaquesueledesplegarsealahorade defi-nir un tipo de relato cuyoorigen se encuentra,también,enel cuentode Eche-verría. Se sabequelas cuestioneslimítrofes provocanconflictos; la literaturano es ajenaa esteproblema.

La diversidadterminológicapresenteenel subtítulode esteparágrafoilus-tra almismo tiempoqueun deseode precisióntemática,la inevitabledificul-

¡ ~<Desdeeí puntodevista de su estructura‘El matadero’estámáscercadel ‘cuadro’ quedel cuento-Desdeel-punto-devistz-de-su--re-pre0sentación-e&-casi-definitivamente--un-cuento».BeatrizSano,Panoramadel cuento.Capítulo,cuadernosdeliteraturaargentina,BuenosAires,CEAL, ¡985,pág. 25.

2 JuanMaríaGutiérrez,«El matadero,notacrítica», enEstebanEcheverría,Prosaliteraria,Bs. As., Estrada,1971.

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taddemarcatoriadeunazonaliteraria.Dificultadagravadapor elhechodequela crítica ha recurrido no siempreconexactituda estasclasificaciones.Losatributosposiblesquehan acompañadohistoricamentea cierto tipo de cuentono son equivalentesy, además,no siemprehan sido utilizadosconel mismosignificado.Gauchesco,por ejemplo,es un término fundamentalen la histo-ria de la literaturaargentina,usadoparadesignarun génerocaracterístico:lapoesíagauchesca.Y tambiénes un caso paradigmáticode controversiaencuantoa susalcancessemánticos.Inicialmentese definió a la gauchescaporsu protagonista,el gaucho,peroen realidadla crítica ha demostrado,desdeBorgesenadelante,quelo definitoriodel géneroes la voz, laelección,por unautorletrado,del registrogauchescoparavoz enunciativak Sinembargo,aúnen la actualidadse incluyen erróneamenteen el génerogauchescoa poemascomo SantosVega, de RafaelObligado,o novelascomoJuan Moreira, deEduardoGutiérrezo Don SegundoSombra,de RicardoGtliraldes, textos enlos queno existeeseprocedimientocon la voz, definitorio del género,a pesarde la presenciade gauchoscomo protagonistasy del ambienterural comoentorno.

El término regionalistatambiénpuedegenerarunaseriecasi indefinidadecontroversias:¿cómodeterminarunaregión geográficay transformarlaenlite-raria?,¿quéelementodebeelegirseparaestablecerunaclasificación:el ámbi-to dondese desarrollala historia narrada,el lugar depertenenciadel autor?‘~,

¿todositioconcaracterísticaspropiaspuedeconvertirseen región literaria?Ysi es así,¿entoncestodo relato quepinte un sitio reconociblees regional?(enestesentidoCrónicasmarcianaspodríaserleídocomoun conjuntode relatosdefinidospor su indudableregionalismo).Másallá de estoscuestionamientosconvienepartirde labasedequeexisteconsensosobrela existenciadeun tipode narrativadefinidacomo regional, y quetanto su irrupción comosu desig-nación respondena circunstanciasconcretasde la historia argentina,cuyonúcleoes la disputaentreBuenosAires y su zonade influencia,por un lado,y el resto dcl país, llamado «interior»(a su vez subdivididoen regiones),porotro 5.

Dentrode esta lógicapampeanovendríaa designara unade esaszonasen lasquesehaconvenidoendividir a la Argentina,siguiendoun criterio querespondeno sólo a unaconsideracióngeográfica,sino que tambiénimplica

Paraunadefinicióndelagauchescapuedenconsultarselos trabajosdeJorgeLuis Borges,AngelRamay JosefinaLudmerconsignadosenla Bibliograría.

En la colecciónCuentosregionalesargentinos,de Editorial Colihue,seincluyeun volu-mendedicadoa la ciudadde BuenosAires, consideradacomo región. En la selecciónde loscuentosde estaantología,MaríaTeresaGramuglioincluyeun cuentodeRicardo Piglia,»Lasactasdel juicio», cuyaaccióntranscurreen Entre Ríos.

Aníbal Ford sostienequeexisteunabifurcaciónenla literaturano urbana:«Porun ladounaliteraturasobrelos camposproductivos,especialmentelos bonaerenses,erigidopronto..enmodeloliterario oficial...; porotro,unaliteraturasobreotraszonasrurales.,a lacual seaplica-rá el rótulo deregionalismo,términoqueindudablementeno essólo descriptivo».Anibal Ford,«El regionalismo»,en Desdela orilla de la ciencia,BuenosAires, Puntosur,1988, pág. 224.

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una división cultural, económicay política. La zonapampeana,que com-prendefundamentalmentea la provincia de Buenos Aires, no es cualquierregión,es la región, la zonadel paísque históricamentelogra imponersupolítica a las demás.Y que por lo tanto se erige como la región que va arepresentar,con su paisaje,susmodosdeproducción,suspersonajestípicosy suscostumbres,laesenciadel paísentero. En estesentido,rural o campe-ro funcionancomotérminoscasi equivalentesparadefinir a esazonaprivile-giada.(Un ejemplode hastaquépunto estaimposiciónregionalperduraen laculturaargentinaes la eleccióndel tipo humanorepresentativode esaregión,un gauchito,comoel logotipopromocionaldel mundial de fútbol jugadoenArgentinaen 1978).

Vinculadacon la preponderanciaqueva logrando lo rural bonaerenseenlaculturaargentinaaparecela cuestióndel criollismo. Uno delos debatescul-turalesmásintensosproducidosentrefinesdel siglo XIX y principios del sigloXX giró en tomoaestacuestión;lacontroversiacriollista tocabaal temade laesenciadela nacionalidadargentina,y secentrabafundamentalmentesobreladifinición del idioma nacionaly sobrela literaturaapropiadapararepresentaresaesencia.Indudablementeel conflicto se generaa partir de los aceleradoscambiossocialesque experimentala sociedadargentinadel período,y enespecialpor uno de sus síntomasmás visibles: la masivapresenciade inmi-grantes,portadoresde otras lenguasy otras culturas,y del crecimientoosten-sible de unaliteraturapopularque erapercibidacomounaamenaza

Estosdebates,queprovocanquepersonajesdestacadosdel campointelec-tual y político argentinocomoErnestoQuesada,Rafael Obligadoo MiguelCanécondenenlos «excesos»del criollismo (debatesque incluso motivanreposicionamientossobre los alcancesdel término), no afectanuna verdadínconmovible:lacifra de lo criollo, la idiosincrasiadel espíritugenuinamenteargentinose encuentraen el campo.En todo casolo quehabráquehacerseráajustarciertos desvíosy normativizar la forma de representarliterariamenteesazonay a su tipo característico,el gaucho.

Es tal vez porestelugarcentralquevaocupandoen el ámbitode la cultu-ra argentinamodernaque surge,se desarrollay consolidauna narrativaquetieneen comúnla elecciónde la llanurapampeanacomoel ámbitonaturalenel quese desarrollansusrelatos.

El tratamientonarrativo de estazonaha tenido, por supuesto,diversasresolucionesestéticase ideológicas.En cuantoalas motivaciones,ya sedijo,la crítica ha coincididoen señalarqueen muchosautoresla búsquedade loautóctono,de lo nativo —donde lo rural aparececomo unade las manifesta-cionesmásextendidas—responde,principalmentea un intentoconjuratoriok

6 Sobre la cuestióndel criollismo resultanfundamentaleslos trabajosde Adolfo Prieto yAlfredo Rubione,consignadosen laBibliografía.

Sobre estepuedenconsultarselos trabajosdeGracielaMontaldo,EduardoRomano,con-signadosen la Bibliografía,y los ya citadosdeAníbal Ford y Adolfo Prieto

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Sinembargo,y apesarde quela región rural bonaerense—y sobretodo sutipo social característico,el gaucho—se imponeprácticamentesin discusióncomolazonaquerepresentala quintaesenciade lo criollo, existenenlas prác-ticas culturalesdiferentesusosde esaimposición,queinclusopuedencontra-decirsusversionesmásdifundidas.

En estesentidome interesadetenermeen dos momentosde estaserielite-raria. En primer lugar me voy a ocuparde la narrativa rural de un escritorcomoAlberto Ghiraldo,promovida,sobretodo, desdeel espaciocreadoen laspáginasde su revistaMartin Fierro. Y en segundolugarvoy aanalizarlapro-duccióncuentisticade Benito Lynch, un narradorqueconstruyesu proyectonarrativocasi exclusivamentesobreestazonade la narrativaargentina.

C.hiraldo y el gaucho anarquista

Dramaturgo,periodista,cuentista,novelista,poeta,publicista,Ghiraldonoescapóde la tentacióndel ruralismo,y la plasmóen variosfrentes,en especialen el teatro.Muchosde susdramasse ubicanen un ambientorural, tendenciaquehaciael 900 fue la dominantedentro del panoramadel teatroargentino~.

En Ghiraldo laprimeray másexitosarepresentaciónde ese ámbitoocurreen1906 con el estrenode Alma gaucha.Complementariade esa predilecciónregionalson variosde sus cuentosde Carne doliente (1906)y la publicacióny direcciónde la revistaMartín Fierro (1904-1905).

Comose señalóanteriormente,en variosautoresla irrupción de la temáti-ca rural en la literaturaargentinaposteriora 1880 se correspondecon unanecesidadde búsqueday afirmación de la identidadnacional; y el rastreobuscala huellas,—como corresponde—en la tierra,en especialen el fructíferosuelode la pampa.Desdelaperspectivade laclasedominanteesabúsquedasetransformaenun actoconjuratorio,ya quelos efectosdelamodernizaciónquevancambiandola caradel país son vividos, en algunoscasos,conescepticis-mo y en otros contemorLos peligrosde la vidamoderna,definidapor mate-rialismo, amenazanlos valoresespiritualesque constituyenla esenciade lanación. Y los principalesportadoresde la amenazason los inmigrantes,loshijos no deseadosdel progreso,y el principalescenariode susandanzases laciudad, la babélicáBuenosAires. Babel es, sobretodo, mezcla lingtiística.Entonces,debevelarsepor un idioma cuyapurezaestáen peligro.

Imageny metáforade unaincomodidadquebuscacongelarunaestructu-ra social amenazadapor la movilidad, la reaccióntambiénintentaconjurar loqueMiguel Cané(unespecialistaenestetipo deacciones)llamó la«Olaroja»,es decir, la presenciaindeseabledel anarquismoy el socialismo~‘. En estesen-

Sirvan comoejemplosCalandria, deMarlinianoLeguizamón,Al campo,deNicolásGra-nada,o Barrancaabajo, de FlorencioSánchez.

Miguel Cané,«Laola roja»,enNotase impresiones,BuenosAires,L.J. Rosso,1923.

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tido (como lo ilustra elpropioCanéconalgunosde susrelatos)a la figura delagitadorforáneo,violento y apátridase leanteponeel personajedel gauchoyaconvertidoenmito, el criollo «depuracepa»,sumiso,callado, leal.

Ghiraldono es ajenoaestaproblemáticay alusodela tradiciónrural, perosu trayectoriacomointelectualy escritormarcaun desvíoquellegaaoponer-se a los fundamentosde ese rescate.Alma gaucha trabajacon una seriedelugarescomunessobrelanoblezadel criollo, peroprefiereretomarla líneadedenunciasocialcuyo máscélebrerepresentanteen la gauchescaes el MartfiFierro, y quesecontinúaenlosfolletinesde E. Gutiérrezy enlosdramasrura-les que siguenel modelodeJuanMoreira. Y tambiénbuscaen estosmodelossu carácterpopular,es decir,sucapacidadde llegadaal granpúblico, inclusoal analfabeto.(En los debatesen tomo al criollismo también se reacciona,comolo remarcaA. Prieto,contraunaliteraturaquealimentalas bajaspasio-nesdel pueblo,y quepresentaa célebrescriminalescomohéroes.Contraeste«morerismo»literario reaccionanvariosescritores;el dramarural Calandria,de MartinianoLeguizamón,es elejemplode eseintento reformista.Calandriaes un matrero«bueno»y aparececomoel antídotode Moreira).

Criminologíade la pampa

El nacimientodel cuentoargentinose produceen las páginasdel periódi-co. Es el formatodelahojadel diario o de la revista el que,consu limitaciónespacial,exige o la estructuraepisódicadel folletín, o el relato breveque, encuantoa su condición genérica,varia —y no siemprecon limites precisos—entrela crónica,lacharla,el cuadrode costumbres,el cuento.

En 1896 Ohiraldo—quetrabajacomoperiodistaparaLa Nación—esenvia-do por el diario haciael penalde Sierra Chica,enclavadoen el sur de la pro-vincia de BuenosAires, pararealizarunaseriede notassobrelos presosmáscélebresdeesacárcel.Lasnotascomienzanaaparecerenel diario esemismoaño, y al siguienteson reunidasen un volumen titulado Sangre y oro, queacompañabalos relatosconalgunasfotografíade los presos.El éxito del libromotivó surápidasegundaedición.

Esteviaje deGhiraldo se encuadraen unaprácticaperiodísticapromovidaporel diario (como lo ejemplificael viaje hacialaPatagoniaqueen 1898 rea-lizaRobertoII. Payrócomocorresponsalde La Nación,y cuyasnotas,apare-cidasen el diario de Mitre, se publicanluego bajo el título de La Australiaargentina).

En el casodel viaje de Ghiraldo las notascubrenunadoblezonade inte-résparael público de la época,zonade interésformadapordos elementosdediversaprocedencia,perounificadosy alimentadospor las páginasde lapren-sa: el ambienterural y la delincuencia.Síntomade esamezclaexitosahabíansido los dramaspoliciales de EduardoGutiérrez,y resultaindudable la filia-ción de estetrabajode Ohiraldocon la zagade Moreira.

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Peroaquí,apesarde launidadtemáticadadapor el viajedelperiodista,elgéneroelegidoparanarrares el relato.Cadapresoprotagonizaun caso,y res-ponde,en general,a unadeterminadapatologíatipificada por la vulgatacri-minológica. Además de la clasificacióncriminal, estadisciplina ofrece ungéneroquetambiénsecontaminaconel cuento,el caso.Bastever libros delaépoca,comola CriminologíadeJoséIngenieros,paracomprobarqueesashis-tonasqueel autornarraparaejemplificaralgunapatologíapuedenserleídosperfectamentecomorelatos; inclusoalgunosson de una calidadliteraria quesuperaa los productosde los másaventajadoscuentistasde la época(ver,porejemplo, el casodel envenenadorCastruccio)lO~

Esa inestabilidadgenéricade los relatosde Ghiraldo está ligadadirecta-mentea la mezclatemáticaquelos caracterizay, sobretodo, a la instanciadepublicación.Inicialmentepublicadoscomocrónicasenel espaciode las pági-nasdel diario, adquierenenel formatodel libro unaunidadqueenlazalos rela-toscasi a la manerade un libro de viajes (un viajeque sigueel modeloclási-co de descensoa los infiernos)o de novelaepisódica.

Sin embargo,la marchade estashistorias no se detieneallí, y sigue sucambiantecursoeditorial: en el comienzodel siglo Ghiraldo publicala terce-raedicióui de Gesta,queincluye en suúltima secciónlos relatosde Sangreyoro, ahorareunidosbajoel título de «CrónicaRoja».Estanuevaedición,den-tro de un volumenderelatos,hacequelas crónicas,aisladasde lo circunstan-cial, seanleídastambiéncomorelatos l1•

Estosson losprimerosrelatosdeOhiraldo vinculadoscon lo rural. Desdeelperiodismoy la criminologiase llega al ámbitola pampa.La reconstruccióndelas historiasde vida de los presosencerradosen el penalse cruzapermanente-mente con esa zona literaturizada.La cárcel se levantaen los confines de lapampa,y los delincuentesque la habitanson presosgauchos.Los relatosquereconstruyensusvidas recurren,entonces,a una seriede «tipos»aportadospre-víamentepor la tradición oral, la poesíagauchesca,los folletinesdeGutiérrezytambién,porqué no, a las tipologíasde gauchoselaboradaspor Sarmiento.Lonuevoen Chiraldoes el cruceestos«tipos» gauchos(«el cantor»,«el gauchomalo»,«el matrero»)con los prototiposde delincuentesaportadospor la crimi-nología de cuño lombrosiano(«el loco melancólico»,«el criminal nato», «elsimulador»).El discursode lacriminologíaproveeal narradorde las grillascIa-sificatoriasnecesariasparaleer, distribuir y organizarel relato deaquellospresosqueno encajandentrode los prototiposqueaportanla literaturay la tradición.

La vueltaenMartín Fierro

En 1904 Ghiraldo comienzaa publicar la revistaMartín Fierro. Nombresignificativo en esta relación de Ghiraldo con la literaturade carácterrural.

<> JoséIngenieros.Criminología.BuenosAires. Hemisferio.¡956.Lascitaspertenecenaestaedición:AlbertoGhimJdo,«CrónicaRoja»,en Gesta,BuenosMus,s/f.

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Martín Fierro es unarevistaquedesdeel subtítulo («Revistapopularilustra-da de crítica y arte»)reivindicasu condición de populary cuyaapuestapro-gramáticaes cruzargauchescay anarquismo.

Desdeelpropio nombrela revistabuscaunafiliación con la tradición gau-chesca.La utilización del nombredel gauchodeJoséHernándezintentares-catar, dentro de esatradicción,el componentede denunciasocial y rebeldíaquees unade las lineasconstitutivasde la poesíagauchesca.Con estarevistaGhiraldose proponerealizarun crucenovedosoen el ámbitode laprensacul-tural; su intenciónal reunir gauchescay anarquismoes nacionalizarel anar-quismo.es decir,desbaratarel lugarcomún«anarquismo/inmigrantesvs. espí-ritu criollo/hijos del país, y promoverotro tipo dealianza:explotadoscontraexplotadores.Y suuso de la tradición gauchescatienecomofin demostrarquela luchacontra la autoridadno es un invento de los inmigranteshuelguistas,sino que, comolo ilustra el propio Martín Fierro, forma partede la tradiciónnacional.

Y en ese espaciosignadopor lamezclavuelvena apareceralgunosde losrelatos de Sangrey oro, sobretodo aquellosde mayor saborcampero.Estaforma de publicacióndevuelvea estosrelatosotra vez al medioperiodístico,peroindependizadosde su unidadepisódica.El cortedeesacontinuidadlesdaunamayor entidad de cuento, ya desgajadosde la unidaddel libro o de laforma periodísticade «novelapor entregas».(Finalmenteestosrelatosvolve-rán a reaparecerotra vez juntos, y varios añosdespués,integrandola últimasecciónde un libro significativamentetituladoLa novelade la Pampa,y queen realidadtienepocode novelesco,yaquese tratadeunaantologíade diver-sos tipos de relatos cuyo denominadorcomúnes algunareminicencia—enalgunoscasosmuy leve— al ambientepampeano.)

Estosrelatosprovenientesde Sangrey oro convivenconotros de Ghiral-do, variosdelos cualesintegraránsu próximo libro de cuentos,Carne dolien-te. Se trata de un libro irregular,misceláneo—como muchos de Ghiraldo—,dividido en seccionesy dondepredominala forma cuento.

Esen la primerapartedel libro, sobretodo, dondeGhiraldo agrupaaque-llos relatosquemás tienenquever con lo rural campero.(en otros cuentoslorural estáconnotadopor las orillasy el trabajoconel registrode la lenguaoralde ciertostipos populares)

Los cuentosque integranesa primeraseccióndel libro estánordenadossiguiendouna secuenciahistórico-política.A travésde ellosGhiraldo narralahistoriadel paísy eligecomenzaresahistoriacontandola fábulade sus oríge-nesracialesy económicos:el relato que abrela serienarraun episodiode laconquistacuyotemacentrales el mestizajey la expoliación;esteorigen mar-cadopor la violenciay lamezclaforzadadelas razas(el conquistadorespañoly la mujer indígenasometida)es el fundamentode lacausalidadquehabráderegir la lógicade los demásrelatos.

A su vez, esta reconstrucciónficcional del pasadoargentinoes, comosueleocurrir en estoscasos,unamanerade tratarde explicarel presente.Por

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otro lado, estambiénestepropósitoesclarecedorqueimpregnaloscuentosdeun ostensible—y por momentosinsoportable—tono explicativo-pedagógico,elqueconstribuyeal sentidoalegóricode variosde los relatosy que los perso-najescarezcande carnadurareal y sepresentenmásbiencomotipos o —comose dice en algúncuento—«símbolos»í2~

Los materialesretóricose ideológicoscon los quetrabajaGhiraldo sondediversaprocedencia.En cuantoa la prosa,al léxico, alas imágenes,se percibeunaindudableinfluenciamodernista,peromezcladaconmaterialesde la tradi-cióncultural argentina,esencialmentelas historiasdegauchosperseguidospro-venientesde la gauchescay de losfolletinesdeGutiérrez,y tambiénlos postu-ladosde la línea liberal formuladospor SarmientoenFacundo.Hay todaunaterminologíausadacomocategoríade análisisde la realidadargentinay de sustipos socialesqueapareceen estoscuentos:la «barbarie»americana,el carác-ternaturalmente«salvaje»del gaucho,laastucia«felina»del indio, la tenacidadde las razaseuropeas.Sin embargo,hayun ingredientequese agregaa losante-riores, los postuladosideológicosprovenientesdel anarquismo,querediseñanel uso de esascategorías,hastallegar al colmo de la paradoja:el «cristiano»conquistadordel «desierto»es «tenazy bárbaro, civilizador y salvaje»(subra-yadonuestro).Estenuevoingredienteeselqueguíalamiradahistóricaqueana-lizalos orígenesde lanación,sudesenvolvimientoy supresente:lasrazonesdelasguerrasson «económicas»,inclusolasde la Independencia;el«sentimientopatrio»es «irracional»;la iglesiade Dios, un sitiodondese sacrificanhombres.Estemismopunto de vista ideológico lleva a la reformulaciónparcial de lospostuladosde Sarmiento:si por un ladoel gauchose caracterizapor su «mira-datorva»,por la «levadurasalvajede suraza»13, por otro la barbarietambiénes un atributodel «cristianocivilizador», en tanto explotador.La barbariey elsalvajismoson componentesde la razaamericana,pero también,y especial-mente,rasgosdefinitoriosde todasituaciónde explotacióny dominio.

Los personajesquepueblanel mundorural representadoen estoscuentosson el gaucho,el indio, el inmigrantey la autoridad.El indio, queperviveenla mezclaracial que da como resultadoel criollo («mestizode españoly deindígena»)14, aparececomosujetocolectivoen alianzaconel gauchoalzadoparaderrotar,gracias a su astuciay valor, al soberbiomilitar cristianoa laeuropeaque quiere darlescaza.El indio ya no es visto como un personajedemoníaco,y sí comovíctima de la conquista:«loscivilizadores...no preten-díansino laextincióndelos indiosy la de susdefensores,la esclavituddesusmujeresy el secuestrode sushijos» I5~

Sin embargo,la victoriadela alianzaentreindiosy gauchosfrenteal ejér-cito cristianoconquistadores,comolo sugiereel título, un «Postrerfulgar»de

El cuentosetitula «Independencia».Alberto Chiraldo. Carnedoliente,Buenos Aires,s/ed.1906.

13 Ohiraldo, Gesta,op. uit., pág. 59.‘ Op. cii., pág. 18.‘~ Op. uit>, pág. 35.

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quienes,por razoneshistóricas,estáncondenadosa la derrota.La miradanarrativade estos relatosestáfuertementeposicionadaen el presente:desdeese presentede comienzosde siglo ve los episodiosdel pasado.Y, a suvez,percibeen el presentelas pervivenciade ese pasado.La raza vencidase haconvertidoen lasoldadescadel ejércitoy la tropade lapolicía,los organismosrepresoresdelestado.

En esasecuenciahistóricadibujadapor los relatosde Carne doliente seproduceun desplazamientoquees,a lavez, temporaly espacial:amedidaqueel tiempodel relato se acercaalpresentede laenunciación,sealejadel desier-to y se aproximaa laciudad, en especiala sus arrabales.En laciudadmoder-na apareceun nuevopersonaje,el extranjerohuelguista.El enfrentamientoentrelo criollo y lo foráneoestáinstrumentadodesdeel poderpolítico y eco-nómico,y presentadofalsamentecomoun desafíoa la nacionalidad:

«los obrerosdel puertohabíanse,nuevamente,declaradoen huelgayparasofocaraéstase pedíaayudaalas tropasdestacadasen íascercanías.Ylos pobrescriollos, ofuscadosanteel deseodepelearcontra los gringosqueperjudicabanel paíscon susbatuques...no meditaronun solo instante..» 6

Desaparecidosel gauchoy el indio, la nuevafigura amenazanteparaelpoderes «la chusmaobrera/que/ erguiase,brava,contrala capitalista» ~. Laresoluciónficcional al enfrentamiento«soldadoscriollos vs obrerosgringos»es similar a la que programáticamentese proponedesde las páginasde larevista Martín Fierro. En Carne doliente esa propuestaes el núcleode «Unalzao»,relato narradocomomonólogo,y unode cuyoscomponentesdestaca-dos es, justamente,la voz, el registrodel hablapopular (uno de los funda-mentosde lagauchesca).El quehablaes un obrerocorrentinoque,junto conotros muchos coterráneos,viajó a BuenosAires, tras la promesade que lesdaríanun excelentetrabajoconinmejorablescondiciones.Porsupuesto,eraunengalio,ya quelos habíanllevadocomorompehuelgas.En el relato los alza-dosyano son gauchossino los obreroshuelguistas,lideradosporun extranje-ro quees encarceladoporexponeralos nuevostrabajadoressus ideas.La reac-ción del protagonistaes deadhesiónal«alzao»y de toma de conciencia:

« ... dejé el trabajoy me larguéala calle pensando,másquenunca,enqueelextranjeroteníarazóny queel vigilantequelo llevabaeratam-bién algún otro pobre diablo, algún otro pobre correntino engañado,comonosotrosconel trabajo,el uniforme, la lata...» ‘~.

Porúltimo,conrespectoa la revistaMartín Fierro, hayquedecirqueestosrelatos de Ghiraldocompartieronsu espaciocon otros cuentosde ambiente

~ Op. cii., pag. 51.7 Op. cii., pág. 50.

‘< Op. cd.,pág. 188.

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rural. Entre ellos se destacanun conjuntode relatosde ManuelUgarte,queformaronpartedel volumen titulado Cuentosde la pampa.Además,no sólode relatos se nutrió estavertiente criolla de la revista: tambiénaparecieronpoemasgauchescosy nativistas,clásicosy modernos,diálogoscriollos, cróni-casgauchasy ensayossobreel temadel crillismo y la literaturanacional.

Benito Lynch: modernidady tradición

Las primerasdécadasdel siglo en Argentinason el periodoen el que laforma cuentose consoliday comienzaa independizarseen tanto generoconreglaspropias. El impulso parteprincipalmentede la prensa,que pide esafonnabreve,pero tambiénse apoyaen la reflexiónde los nuevosautoresquecomienzana publicar en los mediosde prensadesdelos primeros añosdelsiglo. En estesentidoes paradigmáticoel casode HoracioQuiroga, tal vez elmejor cuentistadel períodoy uno de los primerosen reflexionar sobre lascaracterísticasformalesdel cuento.

Un síntomadel crecimientoy autonomíadel géneroes,además,la apari-ción, en 1919 de la primeraantologíaargentinadeclaradadel género,compi-lada y prologadapor ManuelGálvez.

Esta consolidacióndel cuentoacompañael crecimientode la narrativarural, queenla décadadel 20 va a consagrarse(y va a serconsagrada)con laapariciónde Don SegundoSombra,de RicardoGúiraldes,y queva aencon-trar a unode susmejoresexponentesenBenito Lynch.

A diferenciade Gtiiraldes,queno reducesu literaturaa lo rural, y que seconsagrasobretodopor esanovela,Lynch constituyesu obranarrativaenfun-ción de unazona: la campañabonaerense.Practicamentetodas las novelasylos cuentosde Lynch, salvoalgunaspocasexcepciones,se sitúan en el ámbi-to de lo ruralpampeano.

Lynch trabajala zona,su cultura, sus tipos, sus costumbresy modos deproduccióncaracterísticos.Su narrativaseñalaun corte con respectoa lavisión hastaentoncestradicional sobreel modo de registrarla vida en lapampa.La imagende la llanurapampeanaque transmiteGúiraldesen DonSegundoSombra,deliberadamenteanacrónicae idealizada,es diferente de laqueofrecenlos textosdeLynch.

I3staobservación,sinembargo,no implica queen suscuentosy novelasnose adviertaun trabajoparaleloconla tradición,o mejor, unapervivencia,enespecialconrespectoa lamiradadel narradorsobreelmundo«bárbaro»de lacampaña,sobrela naturaleza«salvaje»de sus habitantes.

Lynch no fue un cuentista,enel sentidoen quesilo fue HoracioQuiroga,alguienque se destacócasi exclusivamentepor suscuentos.La famaliterariade Lynch provienede susnovelas.Sinembargogranpartede su producciónlaconformansuscuentos,másde cien, casi todospublicadosen diariosy revis-tas de laépoca,y muy pocosreeditadosen libro. La popularidady el éxito de

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Lynch puedemedirsetambiénpor loslugaresde publicaciónde estosrelatos:diarios comoElDía, de La Plata,La Nación,revistascomoLa novelasema-nal, Carasy Caretas,que le asegurabanla llegadaa unacantidadde públicoconsiderable.

En vidadeLynch sólo ordenóun volumende cuentos,De los campospor-teños,publicadoen 1931, y quecontienerelatosqueyahabíanido aparecien-do en diariosy revistasdesde1921.

El título del volumenremarcael criterio zonalqueunificaa estosrelatos,y que en la tapa del libro se contaminae imbrica con el nombredel autor:Benito Lynch es por entoncesla marca reconocible—en 1931 ya hapublicca-do la totalidadde susnovelas—de un exitosoautorde narrativarural.

La preposiciónqueinicia el título, además,parecesugerirque loscamposporteñosson fuentesdehistorias,de historiasquecrecende su humuscasitanvigorosascomo«susganadosy susmieses».

El orden de los relatos

Comoen Ghiraldo,hayen este libro una lógicaque guíael ordende loscuentos.A eseelementocohesivoquees el título sele sumalapersistenciadepersonajes:un mismonúcleofamilar sereiteraatravésdelas historias.El per-sonajedestacadodeesenúcleoes Mario —completanla familia el padre,dueñode la Estancia,la madrey un hermanomenor Es precisamentela figura deMario laqueimponeelcriterio cronológicoenel ordenamientode los relatos.Es estecriterio cronológicovital elquepermiteleerDe loscamposporteños,comounaespeciedenovelade aprendizajeporentregas.

El primercuentodel volumen,«La espinadejunco»,condensalos rasgosquecaracterizanlos relatosde Lynch: el tipo depersonajes,laestructurasocialdel mundoal quepertenecen,lacondicióndelanaturaleza,el usode la lenguay el mododenarrar.

El protagonistade eseprimer cuentoes «El patrón»,así llamadono sólopor los peones,sino también por el narradorEl personajealternacasi demaneralógica estaposición socio-económicaque sirve paradesignarloconunafuncióndeordenfamiliar: eselpadredeMario (quienaquíessolo un bebéenfermoy lejano). Los demáspersonajesdel cuentocompletanel universosocialde lazonanarrativade Lynch: elhombrede campo,querecibeel motede gauchoy de peón alternativamente(condiciónesencialy económica,res-pectivamente),el inmigrante,y juntoconellos la naturaleza.

La naturalezafunciona,en esterelato,comoun personajemás.En Lynchno hay«locusamoenus»,lanaturalezaes hostil y casi nuncasetransformaenpaisaje,supresenciasolo se intensificaa travésde la amenaza;en estesenti-do cobraunafuncionalidadnarrativaimportante,algenerar,en varioscuentos(«la tormenta»,por ejemplo),el conflicto que precipita la acción dramática.En «La espina de junco» la tensióndel cuentosurge del correlatoentrela

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enfermedaddel hijo distantey la oposiciónque la naturalezaofieceal padre,deseosode reunirseconsu hijo: la espinadejunco quese clavaen su ojo, quelo martirizatanto comola noticiade la enfermedaddel niño, es lanaturalezamisma interpuestaen su camino e intensificadaen la lluvia que anegaloscaminosy le impide avanzarcon la velocidadquequisiera.

La naturalezasolo adquiererelieve escenográficoen los momentosdemayor intensidad;se la contemplaúnicamenteen los instantesde furia, o demanifestaciónhostil: tormenta,seca,inundación

La otra manifestaciónde lo natural se da a través de los personajes,enespecialdel gaucho,partenatural de ese ambienteen el que vive. Como severámásadelante,la caracterizacióndel hombredecampoen Lynch se apar-tade ciertatradición enla representacióndel gaucho,pero,al mismotiempo,seengarzaen unalínea fructíferadeliteraturaargentina.

El manejode la lengua

Los personjesde Lynch hablan con sus modismoscaracterísticos.Estafidelidadrealistaa lo distintivo del lenguaje,tributariade un criterio de vero-similitud, tambiénfuncionacomoun rasgoquedefinealosprotagonistasy losdiferencia.Estadiferenciaremarcaunadistanciasocial,distanciaqueno solosemanifiestaen el léxicoo la sintaxis,sino quetambiénirrumpeenel usodeltuteo del patrón hacia los peones,y en el diferencial uso del Ud. en la res-puesta.

Estadistanciarigurosatambiéndistingueal narrador,que no se contami-na de la lenguadela diferencia(no es un narradorgauchesco)y que se alejade su materiaa travésdejuicios de valor o de unaadjetivaciónqueponeunaespeciede vallado entre la voz narrativaque organizael relato y el mundodondetranscurrenlas historias

La tradición

«BenitoLynch es un artistaproboqueha roto elmito delos gauchospar-lanchines»afirma un entusiastaprologuistade su obra I9~ Rompe con unaforma tradicionalderepresentaral gauchoque,segúnla frase,pareceapuntara los gauchoscantoresde la tradiciónoral (cuyo símboloes SantosVega)y dela poesíagauchesca,y tambiéna los gauchosnarradoresy payadoreshastaelrécordde resistenciade EduardoGuitiérrez.

IndudablementeLynch representaun mundo social campesinodiferentedel habitualen la literaturade ambienterural, incluido Don SegundoSombra.Pero,al mismo tiempo,el pesode la tradición en la forma de pintar la idio-

‘> VicenteSalaverri,«Prólogo»enBenito Lynch.Raquela,BuenosAires,EspasaCalpe,1936.

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sincrasiade lafigura del gauchoy del mundorural es constitutivade la narra-tiva de BenitoLynch. La tradición literaria y cultural gravitaenestoscuentos,ya seacomoresiduode un viejo orden,yacomounatradición lateral,parale-laala literaturarural,perode indudablepesodentrode lanarrativaargentina.

Enel segundocuentodelvolumen,«Angelitogaucho»(dondeapareceporprimera vez el protagonistade la saga,Mario), el centro de la narraciónloocupaunade las figurasmásproductivasdela literaturay laculturaargentina,aquellaqueSarmientobautizócomoel gauchomalo. Es elmatrero, elmismogauchoque resemantizanHernández,Lussich y otros poetasgauchescos,yque popularizanhastalo intolerable los folletines de EduardoGutiérrez, enespecialJuanMoreira. Comoya se mencionóenestetrabajo,unode los moti-vos de la reacciónde muchosintelectualesy políticosprominentesqueani-maron eldebatesobreel criollismo, fue lapopularidaddel personajedeGutié-rrez, popularidadiniciadacon su folletín, pero acrecentadasobretodo por larepresentaciónteatral de los hermanosPodestá.Moreira se convirtió en unsímbolode la resistenciaante los abusosdel poder,y la gigantescapopulari-dadalcanzadaporelpersonajeresultóintolerableparaquienesveíanconestu-por cómose convertíaen héroedeleyendaa un asesino.Esa«plaga»recibióel nombrede moreirismo,y la literaturaque habíaforjadosu figura eracon-denada,desdelosrepresentantesde laaltacultura,no tantopor su calidadlite-raria, sino especialmentepor su peligrosidad.El aparatocultural ligado alpoderarremetiócontraesta literatura«criminal» desdevarios frentes,no sóloel literario.

Estapresenciadelmoreirismodejasu marcainclusoen textos ajenosa suestéticay a sumoral. Un ejemplo es Manuel Ugarte, quien en su ya citadovolumenCuentosdela Pampatieneunotitulado «La leyendadel gaucho»,enel que severifican los alcancesde la figura de Moreira. La accióntranscurreen Flores,localidadpor entoncesseparadade la ciudaddeBuenosAires, y ala quelas familias pudientesde la ciudadiban a pasarel verano.Allí, en lasfiestasdecarnaval(y tal comoocun-laen la realidaden los carnavalesporte-ños hastalas primerasdécadasdel siglo) unode los disfracesfavoritos es elMoreira. (‘¿nota?)El protagonistade la historia,un joven estudiantede posi-ción socialinferior a la del resto de suscompañeros,elige el disfrazdel gau-cho,y recurrea la ropay las armasque habíanpertenecidoa su padre.Losefectos «moreistas»en la adopciónde estafigura resultanfatales para elmuchacho,quien, posesionadopor su papely por las leyes de la herencia,seconvierteél mismoen homicida20

En el cuentode Lynch el matreroes un simpledelincuente,designadoporsu categoríalegal deasesino.Desdelaópticadel narradorel gauchocarecedetodo halodeheroísmo,peroelpesodela tradición se cuelainevitablementeenel relato.El gauchodelincuente,apresadopor la policía, y que permanecepresoen unade las dependenciasdela estanciaen la queviveel niño, es des-

20 ManuelUgarte,«Laleyendadel gaucho»,enCuentosde la Pampa,París,Garnier, 1910.

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cripto de un modo que recuerdaal gauchode Gutiérrez, pero resaltandolaferocidadde sufisonomíay su cercaníaalmundoanimal.La lógicadeesteusodela descripciónno es novedosa,y tienea su másbrillanteexponente,comoyase señaló,en el propio Sarmiento.En Lynch la descripcióndel hombredecamposiempreremite al mundoanimal.

Sin embargo,en la descripcióndel gauchodelincuenteestacargade ani-malidadquelo condenase complementaconun halode fascinación.Esafas-cinación,ausenteen las consideracionesdel narrador,actúacomo un imánsobreel protagonistade la historia,el niño. La presenciacercanadel asesino,estaqueadoal ladode lacocinade los peones,y vigiladopor un policía,horro-rízaa lamadrey alegraal chico. Ningunode losdos lo havisto, y laúnicaqueda unadescripciónde él es Gregoria,lavieja cocineragaucha.Ella es quien,enestoscuentos,ocupael lugarde la tradición oral gaucha:es la quelecuen-ta a Mario historias de Cndios y gauchos.(La literaturaestá prácticamenteausentedeesteuniverso:la transmisiónde relatoses oral, y su fuentees la tra-dición o la experiencia.La lectura es sinónimode aburrimiento—los librosparalos niños son libros deestudio—,y sólo se mencionaa las novelascuan-do Mario, a] sufrir un desengañode amor, las condenapor su falsedad,pormostrarsolucionesqueen la prácticarealno se producen).

Poresono parececasualqueGregoriaseala primeraenhablardel asesino,y tampocoqueel niño deseeverlo. Peroesedeseovaprecedidode unaimita-ción: en un gestoquepareceserunavariantemásde los efectosdel moreiris-¡no, Mario juegaa quees un asesino.No solo afirmaserun asesino,sinoquetambiénconsigueunacuchillay ensaya,asolas,«un simulacrode visteada»21

La segundadescripcióndel asesinola realiza el narrador,pero desdeelpunto de vistadel niño. En ella aparecenla ferocidady la fascinación,fasci-naciónubicadasobretodo en la mirada(comoen Facundo,se podríainsistir).Esteefectohipnóticodel gauchohacequeMario lo ayudea escapar.La huidadel gauchoy sudesapariciónen el bosqueseñalan,al mismotiempo, la oclu-sion definitiva de estepersonajeen elmundorural de la narrativade Lynch ysu pervivenciafugazcomoun fantasmadel pasado.

Lenguamala

Como vimos, uno de los centrosdel debateque en Argentinagenerólacuestióndel criollismo literario giró en torno al uso de la lenguay sus dife-rentesregistros.Merecieronlacondenadelossectoresquevelabanpor lacon-servaciónde la purezadel idioma españoltanto las jergasnacidasde la mez-cía cultural producto de la inmigración masiva(el cocoliche,por ejemplo),comola jergagauchesca.

~l Benito Lyncb. «Un angelitogaucho»,De los camposporteños,BuenosAires,La Facul-tad, 1941.

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Estedebatey estacondenaaparecenen el cuentode Lynch a travésde laasimilaciónde lenguay ley. El personajequemásse horrorizapor lapresen-cia cercanadel delincuentees la madre,quien tambiénes la figura que seencargade velarpor lapurezadel idioma. En el cuentoel registromás«gau-chesco»pertenece,precisamente,al asesino.Su personajees antagónicoaldela madre,quiense caracterizapor un manejohipernormativizadodel español.Ella es la únicaquehablade «tú», y esquiencorrigeaMario cuandoutilizatérminos impropios: «¿Cómo ‘gañote»...qué palabraes esa?»le preguntaindignadaa su hijo luegode escucharlopronunciarla.Mario le contestaquesela echóa Eleuterio.Y entoncesella agrega«Eleuteriodice mal, porquees ungaucho,pero usted debedecir la garganta,o el cuello, o el pescuezo»22

Hablarcomoun gauchoes estarfuerade la ley del idioma,y justamentees unfuerade la ley quientieneel registromásagauchado.Tal vez por esoes quela madrese encargade definir alpresocomoun fuerade la ley: «hantraídoaun hombre,a un bandido,aun asesino»23~

El patrónen la pampa

Hay otra líneadentro de la tradición literaria argentinaqueretomaLynch.Línea desviada,de menor popularidadque la que funda Gutiérrez, y másemparentadacon la estéticanaturalista,que inicia EugenioCambaceresconSin rumbo. La novela de Cambaceres,de 1885. representaun mundo ruraldiferente,dondela figuracentrales el patrón, y dondeel campoyamuestralossignos de su modernización:la tierra está parcelada,hay alambradados,elganadono es sólo vacuno, sino tambiénlanar. La pampaabiertase urbanizaconla estancia.

La estanciay el campomodernizadotambiénsonel escenariousual de loscuentosde Lynch. EnDe loscamposporteñoslos relatosgiran entomo alniñoy su núcleo familiar, del que se destacanítidamentela figura del padre, elpatrón de la estancia.

La estructurapatriarcalpresidela seriede relatosy es,a su vez, el funda-mentode la organizaciónsocial de la comunidadcampesinacuyavida giraalrededorde la estancia.El patrón es padrepara el niño, perotambién lo esparasuesposa,a laquellama «hija»; ademásesarelaciónpaterno-filial presi-deel mundodel trabajoy su sistemade relacionesy sanciones.

Esteaspectoes narradopor Lynch en el cuento«La esquiladora»,en unaescenaquecoincidecasi de maneraexactaconel comienzode Sin rumbo.Lanovelade Cambaceresse abrecon ladescripciónde la esquilaen el galpóndela estanciadel protagonista,Andrés.La miradadel narradorse demoraen ladescripciónde los esquiladores,definidosnegativamentepor las notasdistin-

22 ~p cii., pág. 29.23 ~ cit., pág. 27.

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tivasde su condiciónde criollos,reconociblesenel atuendotípico (alpargatas,bombachas,chiripá, bota de potro) pero también por sus atributos físicosemparentadosinmediatamentecon lo animal («la vinchasujetandola cerdanegray durade los criollos) y con la mezcla(«seveíanconfundidosencon-junto mugriento»)24•

En Lynch se percibeun uso idéntico de la descripción,en él tambiénelmundode los esquiladoresestáconfundidocon la animalidad,y enesamara-ña oscuray mugrientasólo se distingueel personajede Mario, el hijo delpatrón:«Mario, consu trajedebrin, es lo únicolimpio quepuedenver losojosen mediode aquelamontonamientode hombresy debestiasque,uniformadospor la roña,cubrenel tendal»25

Esteuso de lo descriptivo,con sus sistemamás o menosfijo de connota-ciones sirve paradestacarla diferencia,que es esencialmentesocial. En estepunto tambiénresultapertinentela remisióna «El matadero»:enel relato deEcheverríala diferenciase ve, y la primeramarcadistintivapasapor el siste-ma delamoda.Los federalesdel mataderoidentificaninmediatamenteal dife-rente,alenemigopolítico quetambiénes un otro socialpor su modaunitaria:patilla en U, frac, pistolas,silla inglesa.A su vez, el mundode los habitantesdel mataderoyaha sidocaracterizadopor la mugre,lamezclay la animalidad.En Facundo Sarmientotambién señalaestas diferenciasmarcadaspor lamoda.Peroademásladescripcióndel mundodelhabitantedelacampañacon-tribuye, como ya se dijo, a la construcciónde tipologíascuya especiemásdegradadala encarnael gauchomalo. En el ordendel texto de Sarmiento,laelaboraciónde estastipologíasprecedela aparicióny descripciónde FacundoQuiroga,prototipo, justamente,del gauchomalo, definido por sus instintossanguinariosy porsucondiciónde «tigre».La miradadeFacundo,comoladeltigre que lo persigue,como la del gauchoasesinode «Un angelito gaucho»,causaespantoy al mismotiempofascinación.

La miradatambiéndefineel caráctery lapeligrosidaddel individuo. Es elcasodel peónesquiladorquedesafíalaautoridaddel patrón; el «gauchoreto-bado»de la noveladeCambacereses

«...unchinofornido, retacón,depómulossalientes,ojoschicos,sumi-dos, y miradatorva. Uno de esostipos gauchos,retobados,falsoscomoel zorro, bravoscomoel tigre» 26,

El gauchoconvertidoen trabajadordependiente,y quese atrevea desafiarlas diferenciasjerárquicasque esa relación laboral impone como diferenciassociales,es,antesquenada,chino, es decir indio. Destacaresecostadode sucondición demestizoes un modocomplementariode relegarlohacialo salvaje.

24 EugenioCambaceres.Sinrumbo.BuenosAires. Ed. Abril. 1989,pág. 925 Lynch, op. cir., pág. 158.26 Cambaceres,op. cii., pág. 10.

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En Lycnh reapareceel gauchoretobadode Cambaceres,pero enfrentadocon los «delegados»del patrón: su hijo y su capataz.Se tratade un «pampi-ta», tambiéndefinidopor su aspectoanimalizadoy su falsedad.

Ser«pampa»significaserhijo legitimo de la pampa,serdescendientedelas tribus indígenasque habitabaneseterritorio al quedieron su nombre.Peroen laestancia,y tambiénen la ciudad, ser«pampa»implica poseerun rasgode ilegalidad,de propensiónal delito: sersalvajeva contrala ley social.

En relacióncon las clasificacionescriminológicasdel «hombredelincuen-te» de cuñolombrosianoquetantorepercutieronenel imaginariosocialargen-tino de fines y comienzosde siglo, Argentinaaportauna variedadautóctonaconestetipo del «pampa»,de ojos chicosy miradaaviesa27

La forma del desafioa la autoridaddel patrón,a la ley de la diferenciasocial, se manifiesta,comoen la gauchesca,a travésde la frase ingeniosaehiriente.En el cuentode Lynch el «pampita»se burla del Mario llamándolo«patrón,mayordomo,capatazy hastapalomo,aludiendosin dudaa la blan-curade su traje» 28 El que intervieneparaponerlas cosasen su lugar es elcapataz,otro gaucho,tambiéncaracterizadopor la fiereza,pero dignificadopor ser incondicionaldel patrón.En Cambaceresel enfrentamientoes direc-to; ante la crítica y la amenazade castigodel patrón por subrutalidaden eltrato de las ovejas,el pamparespondeburlón: «¡Ni quefuerami tata!» 29, yconestafraselogra laadhesiónfestivadel restode losesquiladores.El desa-fío es gravesobretodo porque la autoridadse ve amenazadapor un sujetocolectivo. La respuestadel patrón es el castigo,y la venganzadel pampa,armadode cuchillo, es conjuradapor la bocaun revólverqueel patrónesgri-me-cnnrapide-z-:-La-diferencia-de-las-armas-refuerzay- sostiene-esa-diferenciajerárquica.

En Lynch el desafio se diluye antesdel enfrentamiento,la enormedagaquecargael capataz,y sobretodo su mirada«esosojos atravesadosy renco-rosos...que recuerdanlos de un tigre en la trampa»30 hacenque el gauchoretobadobajesusojos y sólo responda,de espaldasalcapatazy en voz bajaaun compañero«¡Nome pegue,tataL.»3I~

Lynch agregala figura intermediaentrela autoridady los subordinadosenel personajedel capataz,tan gauchocomolos demáspeones,peroencargadode velarporladiferenciajerárquica.Estacalidadde sustitutohaceposiblequela burla sobrelas prerrogativasde la autoridadpaternacuestionadaspor lafrasedel pampade Cambaceresapuntenen Lynch, no al patrón,sino al capa-taz, quien,justamente,ha intervenidoparadefenderalhijo de su patrón.

27 Un ejemplode la pervivenciadeestatipología enla literaturaargentinaesel personajedelpatoterodecabaretconocidocomoEl PampaArnedo,delanoveladeManuelGálvezNachaRegules.

~ Lynch, op. cit., pág. 162.29 Cambaceres,op. cii., pág. 10.30 Lyuch, op. cii., pág. 180.~‘ Op. cit., pág. 180.

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Amor imposible

La ley de la diferenciasocialse ve amenazadapor lamezcla.En el cuen-to de Lynch esaamenazase metaforizaen la imagende la suciedady lagrasaque unifica alos habitantesdel galpónde la esquila,y que va salpicandoeltraje blanco de Mario a medidaque la accióntranscurre.Esadiferenciadecolorestambiénes unamarcade distinciónsocial,quese veamenazadapor elamor.Mario se enamorade unajoven esquiladora,alguien inferior a su con-dición. Y la marcainicial de esadistinciónjerárquica,apartedel rol diferen-cial queambosacupanenelprocesode producción,estáseñaladaporel colordepiel. «Esmorena,bastantemorena,pero...¡quédelicadezalade susfaccio-nes...» 32 exclamaMario al contemplarla,demostrandoen primer lugar lamáculaquerepresentael tonodeesapiel, sólodisimuladaporunabellezacon-juratoria. Y másadelante:«Asílavadoel rostro,resultamuchomásblancadelo que parecíaen el tendal,y su belleza,exaltadahastauna perfeccióndemaravilla» 1 La limpieza y la blancura,términosopuestosa la mugre y laoscuridadpropiosdel galpón,son atributosquetambiénreconocelamadredela muchacha:«¡Lindo chico!...¡Tanasiaoy tanblanquito!»~

Esteno es únicorelato dondeelamorde Marioamenazatransgedirlos lími-tes de lajerarquíasocial, transgresiónsancionada,sobretodopor las palabrasdesu padre;poresoMario «temequesu padrelo sorprenda‘dandoconfianzaaesagente»~. En el cuento«La chuña»tambiénel objetode su amores unamucha-cha de inferior condición. Cuandoesta situaciónse vuelve notoria, la voz delpadreconvertidaen ley se pronunciacontundente,aclarándolea su hijo que«cuandoquisieraandarconmujeresqueno fuesendesu condición,se fuese‘porahílejos... a la... m....!» 36~ Estasanciónde las inclinacionesde Mario es reitera-dapor losdemásintegrantesde lacomunidad,solidariosconla ley de ladiferen-cia: la madrela llama «guaranguita»,y losdemás,desdeelquintero, lacocinerahastalasirvienta,le repiteninvariablemente«parecementiraqueun niño, queunmocito ‘bien’ puedafijarse así,sinmalaintenciónen unachicapobre...»~.

Estosamores«prohibidos»conduceninevitablementeal fracaso,un fraca-soquees vivido por el niño comodesengaño.Se tratade amoresno corres-.pondidos;en ambosla «culpa»del fracasoes delas mujeres,cuyosapodossonlosquesirvenparatitular loscuentos:en el primercasoel apodode lamucha-chaes el términoquedesignasu condiciónlaboral,en el segundo,en cambio,el nombreapuntaa unadeformidadfísicade la muchacha,su «nariz quebra-da, comoelpico de las chuñas»3~. Amboscuentos(ubicadosuno despuésdel

32 Op. cit.,pág. 162.

>~ Op. ch.,pág. t65.‘ Op. ch.,pág. 175.

~> Op. ch..pág. 175.36 Op. uit.,pág. 200.~‘ Op. ch.,pág. 201.~ Op. uit., pág. 194.

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otro enel volumen)narranunaexperienciagradualde aprendizajeen el amory el desengaño,su consecuencialógica. Mientrasqueen «La esquiladora»elamordeMario ni siquierallega a declararsey el desengañose producecuan-do se enterade que la muchachaya estácasada,y su únicaculpa resideentenercomo esposoa un hombrebastantemayor que ella (tanto que Mariopiensaque es supadre),en «La chuña»,en cambio,la muchacha,ostensible-mentecortejadapor Mario, lo rechazaparacasarsecon un viejo con plata,luegode coquetearconel muchachoy dejarlohacerseilusiones.«La chuña»(personajeanimalizadopor suapodo»)representalos lugarescomunesde lamujer frívola, es la «pequeñacoqueta,queno quiere,peroqueno suelta»,esel prototipode la «crueldadfemenina»,opuestaa la «ingenuidadde los hom-bres»~ querepresentaMario. Tantaes la cargapuestacontraestepersonajeque el narradorcuentala historia apostrofandoa la muchacha:el relato estánarradocomounareprimendacuyo destinatarioes lamuchacha.

El final del cuentose encargaderemarcarlo significativode la experien-ciavivida por el protagonista,quienllora sin saberlo«el cadáverde su niñeza la queacabade matarsu adolescencia»40•

En la resoluciónde estahistoria, que señalael fin de una experienciadeaprendizaje,confluyen dos personajesaltamentetipificados y portadoresdenegatividad:la mujercoquetay elgauchoaindiado.Paralelaa laobradestructi-vade «La chuña»es la faenade un joven peón, de un «tapecito»,quecon suimprudenciaprovocalamuertedel caballopreferidodeMario, su potriííoruano.

Luego de estaexperiencia,en los cuentossiguientes Mario apareceyacomo adulto, alejadotanto de peonescomo de mujeres.El escenariode loscuentosse desplazaa la ciudad,aunqueel camposeconstituyeen lugarcons-tantede referencia.Mario es un solterónmilitante,y las mujeresquelo rode-an aparecendefinidasnegativamentepor su frivolidad, susactitudesmasculi-naso su crueldadconotrasmujeres,crueldadquemotiva el relatoevocativodeescenariocamperoy la comparaciónconel mundoanimal.

En estepunto quecierra el libro, la voz deMario se asimilaa ladel narra-dor: fueradel ámbitode los camposporteñosno hayposibilidadde aventurani de protagonismoy la única salidaes transformarseen unavoz que evocahistoriasdc aquelinundopasadoyya Iejan6

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