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Rojo de mis azules Eugenio Castillo

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Rojo de mis azulesEugenio Castillo

Eugenio Castillo ha escrito los poemas más intensos y verdaderos de un arte que agonizaba de pequeñez, de mediocridad, de pauperismo, de insignificancia: la poesía. Nadie había captado la radical orfandad del tiempo que vivimos como lo han hecho los dos libros hasta ahora publicados por este joven poeta: primero Tachar donde dice Beatriz y ahora Rojo de mis azules. La desesperación de esta poesía es para la poesía esperanza, y nadie que lea puede negarse a este triunfo de la escritura. Lo impresionante es que hundiéndose en lo más profundo y al final inenarrable de la experiencia de un ser solo, esta poesía, al igual que Trilce es profundamente política; da cuenta también del infinito divorcio generacional que cruza hoy América Latina. Ah, y he nombrado Trilce a propósito; Vallejo habría llorado leyendo estos poemas.

Raul Zurita

Eugenio Castillo(Santiago, 1983) Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile. El 2014 publica Tachar donde dice Beatriz.

AndresitoEnzo CortavitarteLa penínsulaIgnacio Mardones NallyDiario de la renunciaFranco PescePartituraFrancisco Casas Qué sabe Peter Holder de amorVladimir Rivera ÓrdenesAutoayudaMatías CorreaEl funeral del señor MaturanaAndrés Valenzuela DonosoLo que una amaSalvador YoungCahili-HutaDiego Álamos

ColeCCión Satura traduCCioneS

OccidentalesJoaquim Machado de Assis Autorretrato (en el extranjero)Jean-Philippe Toussaint PoemasE.E. Cummings Prometeo mal encadenadoAndré Gide SucesosDaniíl Kharms Voces de la montañaCharles-Ferdinand Ramuz En la soledad de los campos de algodónBernard-Marie Koltès El país que no esEdith SödergranEl sendero frugalJacques Dupin

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ISBN 978-956-8940-64-5

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Rojo de mis azules

Rojo de mis azules

©Eugenio José Castillo GilRegistro de propiedad intelectual Nº 272.031

©Chancacazo Publicaciones Ltda.Santa Isabel 0545, Providencia, Santiago de [email protected]

Imagen de cubierta: Ilustración de un tratado árabe del siglo XIII de Zakariya al-Qazwini titulado Maravillas de Cosas Creadas y Aspectos Milagrosos de las Cosas Existentes.

Impreso en Chile / Printed in ChileI.S.B.N: 978-956-8940-64-5

La reproducción textual y digital de esta obra depende del previo consentimiento de su autor o la editorial, conforme a las leyes 17.036 y 18.443 de Propiedad Intelectual.

Castillo, Eugenio (1983)Rojo de mis azules [texto impreso]1a ed. – Santiago: Chancacazo Publicaciones, 2016.158 p.: 20,2 x 13 cm.- (Colección Poesía)

ISBN: 978-956-8940-64-5

1. Poesía chilena 2. Poesía

Rojo de mis azulesEugenio Castillo

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ÍNDICE

PRELUDIO

He dado señor por perdidas 13

I

La cima 17 El intérprete 21 A Bernardita 24 De demencia coja 26Sepan 28 A un sol 29 La dejé durmiendo 32 Antes de nombrar 33Ataque 34 Albor de Paloma 35 Todo mirada 39 Una carta y un ramo 40 Pero te amo 43 Palabras mayores 45 De almendras 51

II

Ausencia de Paloma 57 Miedo 58No sé 59

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III

Nací con una pistola de plata 63 Isabel 65 Si me preguntan 69 Poco sobre la luz 70 Ximena 71 Los ojos que me ven 74¿Convertido en qué? 75La realidad de mi rezo 76El infeliz 77 En mi ventana 78El limosnero fiel 79Las cadenas 83Mírame las manos 84 Hechizo 87 Ay 88* 89 Hice lo que pude 90

IV

Momentos del humo 95 Puedo no serlo 103 La conciencia de lo que soy 105 Ley 107Principios 108 Al partir 111Montañas de preferencia blancas 113El roble 115El hacer 118

Moros en la costa 120A perpetuidad 122 Oh esta Fe mía 123 Esperanza 124

V

Árboles que me olvido 127 Día del Juicio 130 El mar, el cuerpo, y la lluvia, el alma 133 Por Dios 134 Lo describo 135Soledad 137Mediodía 141

Epílogo

Los días contados 147

PRELUDIO

13

HE DADO, SEÑOR, POR PERDIDAS

Todas tus piedras,todas tus nieves. He dado el mar por raspado,el agua común a todos los hombres por olida.He anticipado la impresión en el vientre materno,el color de la leche en las banderas,el dolor en una mano, sobre todo cuando la sorprende el fuego,el grito al nacer, la perfecta redondez de la muerte,la narración de la lluvia, el viento del sur,las mentiras extinguidas con su primer uso,las caras flacas, los cánceres, los agobios,las pruebas de amistad,el plazo de una vida,la condición necesaria en el amor,los aplastados por pesos específicos de papeles y monedas,la sed de infinito, el hambre de victorias,el sueño profundo, curvo e incontable como los pelos de la cabeza,el temblor en la semilla,la mimada fidelidad de una costumbre,los mares, los rivales, el tiempo, cara de una ola,la eternidad, fuente cuyo fondo no ha manchadola arrojada moneda…

Dicho esto, Señor, y holgando como tú, en esta cruz del hoyo,magnificando mi palabra en un rezoque engendrará una estirpe de silencios reyes,ahora, en este largo,en que mis brazos cruzados se separan,

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en que la silla no me guarda…Todo de mí… he dicho, todo lo que soy visto a través de una ventana de vidrio sangrado,Señor, Dios mío, depongoel poder que puse en ti,para ponerlo en otro lugar,y luego reponerlo en tu corazón,tal como se parpadea inexplicablementeen el precipicio de la luz.

I

En cada Do, Re, Mi, Fa, Sol, de los segunderosFui feliz.

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LA CIMA

Como una sombra madura o inicial,hallazgo del recuerdo.Como una huella irracional,como un sueño.Dedicando mi amor en los columpios, viendo qué salvo del fuego.

He consumido los días a tal puntoque las noches me sobran.Todas mis sonrisas me reciben de nuevo.Lo he dicho todo, he dicho soledad.

De estas cuatro paredes, al menos uname servirá de espejo.Caí o caeré, más bien estoy cayendodel otro lado del suspiro.

Y ya cuando el día entra en la noche, sin irse realmente,tal vez porque siempre he contado con los padres de los niñospara alejarme de los niños,

la veo venir con mi ojo bueno, con el que aún no ha cegado la adúltera visión de Dios.

¿Lloras tú o lloro yo?, me pregunta.Contesto que lloro yo.

Pasan los días o más bien duermo para siempre.

1918

Es fácil decir “para siempre”.

Y al despertar del despertar,al separar el fuego tosco del hermoso,compruebo que en la tierra se cavó sin fin, con lenta pala, pero sin fin,y que ella ya no reposa a mi lado.

A la de la cima, a ella añoro,no la encuentro ni me encuentra.Hacia abajo es olvidadiza,hacia el cielo me recuerda.

Está ahí porque cavarondondequiera hubo sombra,y ya que ella lo voló todo,debo yo caminarlo todo.

Y la muerte que es moneda que entra en mi cuerpo sucia y sale limpia,y el trueno que tanto hace con tan poco,y el relámpago, luz despejada del hombro,y la entrada segura de los ejércitos en esos niños despoblados…¿Llevo todo eso conmigo cuando subo tanto y sin decirme más allá?

Yo no podría acostumbrarme a la encimada mujer roja y feliz,así como la encimada mujer roja y felizno podría acostumbrarse al sol.

Pero si mi pasión es clara,si antes de pronunciarmi palabra es roja y oscura,si los pájaros que veo al pasoson el contra mundo del cielo,la consideración alada del mar,entonces puedo dar por hecho el color y encomendarme a los ruidos.

Subiré con los rezos recién aprendidos.Solo en la cima comenzaré a adiestrarlos.

Serán cantos justificados por un gran número de silencios.Arriba el color no está en pecado y suena.Una vocal entra en otra, es el silencio.Y lo que mis cantos hicieron por todosahora lo hacen por un silencio.

Huyo de la escena del crimeny comienzo mi subir.Si el infierno no fuera tan terrible,¿tendría que ser el cielo menos feliz?

Me recojo, me canso,cambio un dolor de espíritu por uno de cuerpo.Los riachuelos me miden.Todo de mí y tan poco de ellos.Continúo el tranco dándole al almami cuerpo en prenda.

2120

El 29 de diciembre del año en curso toqué cima.Ella no se cuidó de mi polvo,me desenterró el beso de la bocay se echó a dormir sobre mi sombra.Lo que los siglos le harán a los años.Lo que ese pedazo de tierra que compartimospodía hacerle al firmamento entero.

Sol de la imaginación, me dije.Hay soles de la imaginación.

EL INTÉRPRETE

Todo me esperanza.

Así la cruz no sea de lana me da esperanza.

Cuando zozobro en el mary veo que la última ola se gasta en mí, me esperanzo.

El puñal helado, filoso y su intérprete, me esperanzan.

Porque tengo edad para llorar,porque puedo sacarle al espejo lo que es mío, me esperanzo.

Me veo venir desde lejos, me abro, le hago las cosas fáciles a lo que soy.

Tener un lugar en el mundo,que me pregunten cómo estoy,sentir la tibia y pequeña gloria del que me guarda en su corazón.

Lo que me hago, todo me lo hace y no sobro.

No espero nada que no esté incubado ya en mí mismo.

2322

Conservo el poder de lo que pude hacer y no hice,y con él trabajo por el alivio,y ese trabajar no es vehículo en el que deposite una carga.

No hay lugar ni tiempo de espera,la esperanza es la fe que se alza sobre mí.

Por ella le sustraigo a las nubes la lluvia e imagino otra lluviaexactamente igual a la primera.Al más tumultuoso y esperanzador de los libros lo copio en mi propia letra.

Esta esperanza me hace recrear crímenes y furores de la cólera,desgarradas despedidas,martillazos en puertas que no son, y de ello me aparto y digo: no, así como la muerte me dice el mismo no.

La esperanza que yo sientono está inmediatamente puesta en las cosas, ni está encarnada.Mi esperanza son las veces que los hombres pisan sobre hierba mojada,las veces que se profesa amor, que se sella una carta con saliva,que se reconoce a un amigo por el olfato, las veces de un nacer solidario y de un morir en convalidación,las veces de la dulce costumbre de saludarse, de decir: adiós, de respetar al que está en plegaria.

Mi esperanza cuenta lo claro y las sombras comunes,se interna en el mar hasta hacerlo secundario, cosa de teclas,de pianos labrados con madera de guitarras.

Mi esperanza es disponer del tiempo, igualar al cero con el infinitoy repetir el hito de mi corazón.

2524

A BERNARDITA

Nunca me sentí más lejos de la muerte. Sé que la hay, pero es una copia vil de mi amor. Te dije que no hablaría de tus ojos, ¡cómo hacerlos míos!, quizás enfrentarlos a un niñoo ver en ellos lo que somos los dos.Me siento el alma, no soy ni chico ni grande, siento la respiración. No sé lo que es la música, nada en este espacio me suena a distancia, un silencio nos parte la misma voz.Tu origen es esa versión de la eternidadpor la que yo como el pan de todos los días, me duras en el corazón. Piano, flauta y violín se aprietan en la semilla que te esparzo en carnal unión. Y poco a poco crecemos en oídos y enamorados nos decimos lo que se dice a sí mismo Dios. Ya nos estoy viendo abrazados en esa noche de luna donde todos venían de a dos. Te amo, esperanza, te río en la memoria, a lo ancho, en la calle, a todas horas. Y aunque poco y nada me pides, me quedo en alma y cuerpo te doy.No bien tu belleza nos separanos vuelve a unir tu amable don.Y si cegaras tus ojos con vendas la luz cobraría olor.

Oh, manzana de trigo, rojo de mi azul y maravillosa razón, es tanto lo que te quiero que vergüenza debería darme el dolor.

2726

DE DEMENCIA COJA  Soy feliz, todas mis mitades se están riendo.Soy feliz, los árboles conceden,me sobran pedazos de viento.Feliz, de demencia coja, de noche sacudiéndose el lucero como un perro mojado. Feliz… le creo a las moscas, creo firmemente que son aceitunas, que son las banderitas negras de una nación honrosa, que juraron lealtades, que sus reyes las reciben contentos, que no marcan distancia de las heces y que, por tal razón, no se alejan nunca de Dios.Creo que visitan ruinas, que en sus pequeños lomos negros cargan con espectros blancos y que ahí, donde ponen su sombra, la tierra se llena de ambición. No espantaré yo a las primeras y segundas moscas.No desarmaré el juego de los novillos de un solo aplauso.Seré con este cuerpo,una enorme ventana azul por donde entrarán polillas y abejorros a placer,y dejaré un pensamiento delicado entre sus alas.Todo zumbido con sus patitas musicales tendrá un lugar en una caja de fósforo. Feliz… dejaré palabras cuando se ponga el sol.Me columpiaré por gusto y cumpliré con mi deber de columpiar a los otros.

Todas mis vidas se cruzarán como cordilleras;El río de mis ojos de rubio llanto corriendo por el canal de lo que escucha,llegando al túnel de mi boca gustosa, deponiendo la luz del sol para que solo brille en el tridente que raja las aguas, sin saber dónde termina el olor de mi mujer y dónde empieza el de mi hijo… el río de mis ojos atronando: “El dolor se deshace como la nieve en nuestra altura”…como la nieve en nuestra altura… Almas, piedras, lápices, truchas, toda clase de pájaros, vinos, naranjas, aceros, cosas, personalidades, tejas de casas y sueños, órdenes y colecciones, bolsas de arenas, sacos sin fondo, paredes, ruidos, jocosas indecisiones, vigorizaciones, purificaciones, juegos de llaves, columpios, granizos, átomos, trigos jurados, nobles propósitos, buenas acciones mecanizadas, creación del vaso lleno de agua, reinvención del amor, damascos, honestidades, escobas llenas de risa, testimonio de cualquier ocurrir, total honestidad en el hambre, en la sed…así cuento yo hasta cincuenta. Soy inmensamente, insospechadamente, para qué decir roja, verde, amarilla, blanca y azuladamente feliz.

2928

SEPAN

Sepan que del cordel de la mirada decimos también:La huincha,el látigo,el cordón umbilical,la lanay la guirnalda.

A UN SOL

Animado, querido, estoy a un sol. Tiño al lenguaje de mí mismo imaginando a lo bestia lo que mañana también será bendito.

Me llevo las puertas, las manijas, los recuerdos de las ventanas. Remuevo mi tumba, ¡cómo lo explico!, altero las fechas de mi lápida.

Me doy a un mejor mar,me pincho en las crestas de las olas. Que mares precoces me superen, el fuego no lo supo.

Me leo las manos, me paso los caminos por el rostro. Estoy ahora a medio sol.

Mis orejas se enredan en el follaje de los árboles,por un momento soy un fruto, hay mestizaje.

La música me colea, el espíritu me colea, la noche me colea; los ángeles sostienen la bota de vino mientras me cambio el pan de mano.

Todo lo hablo erguido. Todo lo escucho arrullado.