OTOO ENSIMISMADOQu otoo ms largo, vive Dios!Como el otoo, letrgico y somnoliento, se demor hasta casi la primavera, las hojas dudan si caer o permanecer suspendidas de un hilo, y se arriesgan a que las hojas nuevas las sorprendan a medio caer, ni vivas, ni muertas, en trance.Y de aqu a la poltica, solo hay un paso: nos vale el mismo modelo climtico de ruina, confusin y debacle, lenta y perezosa, egosta y superviviente, distpica y venal.Cae un corrupto, luego otro, enseguida uno ms que pareca del ao pasado pero era de este, se desploma pesado y decrpito en plena juventud, germinando sobre el mantillo de cadveres que se amontonan, como retoo en invierno. Desmintiendo con su retraso y peste, la primavera oficial.No llueve lluvia frtil, cae un goteo que tortura de vida muerta que ya no tiene savia. Un calabobos que todo lo suspende. Lo viejo no muere y lo nuevo no nace, de manera que no sabemos si delante hay primavera o invierno. Detrs ya solo queda hielo y sequa. Pramo y desierto.En otros lares y climas civiles, cuando los golfos falsifican un expediente acadmico, que denota carcter tramposo, ya se ponen amarillos, y a los dos das se les arruga la piel y se desploman de su puesto poltico o institucional. Aqu no. Aqu caen (los que caen) de puro maduros, con solera, no cargados de dulce azcar sino de amarga toxina. Ya es una hazaa si se les abre un expediente volandero. Y de amarillos nada, si acaso esbozan una media sonrisa a lo Gioconda. El negocio del silencio cotiza en bolsa y beneficia a muchos.Cay un rey, brota un prncipe del mismo abono, sangre y fortuna que el anterior (designado por un dictador). No fruto del sol y el aire, o del libre designio de los votos, sino del invernadero que en su Palacio habita. Y el negocio con estircol se recicla.Casi toda la cohorte cinegtica del anterior monarca se apolill y acab entre rejas, como manzanas con gusano que el real hortelano cultivaba con primor, con su famosa foto de montera convertida en cartel de "se busca". Caer o no caer una infanta. Depender de si la Constitucin (o lo que queda de ella tras su mangoneo por los bancos) es de verdad o de mentira, es igual o desigual para todos, como es desigual para los ciudadanos y los bancos.Cay Brcenas sin caer del todo, en diferido y con truco final. Caen banqueros con indemnizaciones millonarias, caen ediles en pesebres opulentos, caen Granados y Esperanzas, caen halcones, tiburones y gerifaltes, del mar proceloso de la corrupcin, pero Rajoy y Ms son de otra madera, que flota.Fieles como la hiedra, en todos estos aos no se han abandonado el uno al otro, ni un solo momento, colaborando a esa maraa en que les iba la ocultacin, la bolsa y la vida, siempre caen hacia arriba con ms vidas que un gato.Y al final tambin Mas, el astut, se precipita.Quin ser el prximo? Y hasta cuando el goteo? Nuestra corrupcin est en funciones. Nuestra decencia civil, en ciernes.