Orlandis, José. La Doble Conversión de los Pueblos Germánicos (siglos IV al VIII)

1. Planteamiento del problemaLa incorporación de los pueblos barbaros a la iglesia católica se produjo en virtud de una segunda conversión, ocurrida después de un periodo de varios siglos de adhesión a la confesión religiosa arriana. Los pueblos que protagonizaron esa aventura fueron los visigodos, los burgundios, los suevos y los lombardos. Importante recordar que algunos de estos pueblos nunca llegaron a profesar el cristianismo católico (vándalos y ostrogodos).

2. La histórica excepción: la conversión de los francosLos francos fueron el primer pueblo germánico que, quebrando con la trayectoria hasta entonces universalmente seguida, pasó, sin instancias religiosas intermedias, del paganismo a la Iglesia Católica. Clodoveo no fue el primer rey germánico católico, medio siglo antes un monarca suevo Rekhiario había abrazado el catolicismo, pero la trascendencia histórica de Clodoveo fue mayor y no solo se trató de la conversión del monarca, sino la de todo un pueblo.

La línea general de la política de Clodoveo será promover el buen entendimiento de los francos con la población galo- romana, lejos de hacer de la diversidad religiosa un factor de diferenciación entre su pueblo y el mayoritario elemento galo-católico.

3. Los orígenes del arrianismo germánico: Ulfila y su escuelaLos orígenes del arrianismo germánico nos conducen al obispo Ulfila. Desde que los visigodos se habían instalado en la Dacia algunos se habían convertido al cristianismo y constituían la Iglesia de Gothia, en la que Ulfila era clérigo con grado de lector. Este lector fue enviado a Constantinopla y fue allí donde se decidió su adscripción al arrianismo al ser consagrado Obispo de la Iglesia de Gothia por el influyente prelado arriano de la corte Imperial. 7 años pasó Ulfila en la Dacia, al frente de la Iglesia Gótica, que constituía una pequeña minoría entre un pueblo todavía pagano. Estos cristianos habían vivido ya perseguidos, una consecuencia de esta persecución fue la emigración de la minoría cristiana goda con su obispo al frente, a tierras del imperio romano.

33 años se prolongó el episcopado de Ulfila al frente de la Iglesia gótico-arriana; predicó en las lenguas griega, latina y gótica. Pero la empresa más ambiciosa de Ulfila fue la composición de un alfabeto gótico, gracias al cual el gótico se transformó en lengua escrita y pudo realizarse la versión gótica de la biblia. Además formó en torno suyo una escuela de clérigos, visigodos versados también, como él en la lengua gótica y en la griega.

4. La conversión de los visigodos al arrianismoDesde las estepas, los hunos emprenden en 375 la marcha hacia occidente. Sometidos a su poder los ostrogodos, los visigodos se dirigieron al imperio romano solicitando licencia para cruzar el Danubio y asentarse en las provincias de la tracia y la moesia. Los jefes del pueblo formularon además una interesante propuesta: si se les concedía asentarse en las mencionadas provincias, vivirían según las leyes de roma y se someterían a su autoridad, y para mayor garantía prometían hacerse cristianos si se les facilitaban doctores conocedores de su propia lengua.

Esta fue la hora de Ulfila y de sus discípulos. Valente otorgó licencia a los visigodos para establecerse en la provincia de la tracia. En el año 382 aceptaron el estatuto de federados y trasladaron su sede a la moesia interior. En estos dos últimos decenios, los visigodos habían sido eficazmente evangelizados por los misioneros provenientes de la escuela de Ulfila y la masa del pueblo abrazó el cristianismo arriano.

La conversión de los visigodos tuvo gran importancia histórica. En primer lugar por lo que significaba en sí mismo la adhesión de un gran pueblo germánico a la herejía, a la misma hora en que ésta desaparecía prácticamente del horizonte religioso del mundo greco latino y era proclamado el cristianismo católico religión del imperio. Un segunda razón de la importancia, fue su altísimo valor ejemplar. Los pueblos bárbaros invasores del imperio occidental, siguieron el mismo camino hasta el punto que pudo parecer que el arrianismo se había convertido en la confesión cristiana propia de los pueblos germánicos. Consideración de orden político que contribuyó al éxito del arrianismo entre los invasores bárbaros: la población de esos reinos era en su gran mayoría de ascendencia provincial romana y de religión católica. Los invasores no pasaban de ser numéricamente una pequeña minoría pero constituían la oligarquía aristócrata militar que detentaba el poder político. Germanos arrianos junto a romanos católicos sería a grandes rasgos un esquema que siguió siendo válido durante bastante tiempo.

5. El itinerario religioso de los burgundiosEl reino burgundio del este de la Galia fue el primero, entre los que profesaban el arrianismo germánico, en dar un paso en su historia religiosa y abrazar al cristianismo católico. Han de recordarse las buenas relaciones que habían mantenido tradicionalmente con el imperio y el hecho de existir cierto número de católicos no sólo entre el pueblo, sino en la familia real. Otro factor importante fue el inmenso prestigio de San Avito, el metropolitano católico de Vienne; y todavía tenerse en cuenta el impacto provocado por la conversión al catolicismo de sus vecinos, los francos.

El hijo de Gundobado fue un católico ferviente y promovió sin reservas la conversión del pueblo burgundio al catolicismo. Gundobado falleció en 516 y su hijo, apenas iniciado el reinado se reunió presidido por Avito de Vienne, el concilio de Epaona. Su reinado ha de considerarse como el momento histórico de la segunda conversión de los burgundios.

6. Las conversiones religiosas de los suevosA ell reino suevo de Galicia le corresponde el honor de haber tenido el primer rey bárbaro católico de occidente, medio siglo antes de la conversión de Clodoveo. ¿Hubo una primera conversión católica del pueblo suevo en pos de Rekhiario, o el pueblo siguió siendo mayoritariamente pagano? A juicio de Isidoro, tras la muerte de Rekhiario los suevos habrían abrazado el arrianismo y su conversión por Martín de Braga sería una segunda conversión. El vacío total de noticias sobre la historia sueva, hace sin embargo aconsejable no tomar en sentido literal la versión isidoriana de los hechos. El estamento dirigente del reino si habría sido arrastrado al arrianismo y su conversión se relacionaría con la milagrosa curación del hijo del rey Teodomiro. Pero hay indicios que obligan a poner en duda que el conjunto del pueblo suevo hubiere profesado de modo efectivo el arrianismo.

Parece ser que el arrianismo no había arraigado en el pueblo suevo y, sin duda por eso, desde primera hora dejó de constituir una preocupación pastoral para el episcopado del reino suevo-católico.

La conclusión podría ser que la idea de segunda conversión se aplicaría con mayor propiedad a la realeza y al estamento dirigente, más que al pueblo suevo en su conjunto.

7. La nueva política religiosa de Leovigildo en la España visigoda

Constituye un hecho significativo también la especial dimensión religiosa que tuvo la conversión de los visigodos al catolicismo. La política confesional del rey Leovigildo rompió con el tradicional esquema dualista de godos arrianos frente a hispano romanos católicos. Dentro del marco más amplio de un gran proyecto unificador destinado a terminar con las tradicionales barreras existentes en la población de su reino, la consecuencia de la unidad religiosa habría de contribuir decisivamente en la integración de todos los súbditos en una única gens gothorum.

Las tensiones católico-arrianas se habían agudizado notablemente a la hora en que Leovigildo se puso a poner por obra su proyecto de unificación religiosa. Estos años fueron testigos de los esfuerzos del rey por conseguir la unidad confesional de sus súbditos, mediante la aceptación por todos de una forma mitigada de arrianismo (arrianismo tardío).

8. El fracaso de la “vía media”: la conversión de RecaedoEl punto de partida de este intento de síntesis confesional fue el sínodo de la iglesia oficial arriana reunido en Toledo, por mandato de Leovigildo en 580. El sínodo formuló la vía media arriano-católica que habría de constituir una solución aceptable para los súbditos de las dos confesiones. Este arrianismo mitigado profesaba una doctrina trinitaria que admitía la divinidad del hijo y rechazaba solo la del espíritu santo. Fracaso. El retorno de los católicos desterrados fue suficientes para que, fuera de España, corriera incluso el rumor de una conversión del monarca al catolicismo al momento de morir.

La conversión de los visigodos al catolicismo fue gracias al protagonismo del príncipe Recaedo, hijo y sucesor de Leovigildo, quien se convirtió al catolicismo a los 10 meses de ocupado el trono. La conversión solemne del pueblo tuvo lugar en el concilio III de Toledo en 589. La conversión de los visigodos significaba la definitiva victoria de la ortodoxia católica sobre el arrianismo. Es evidente que el arrianismo no despareció en ese momento de la faz de la tierra, sino que sobrevivió casi un siglo más en el reino longobardo en Italia; pero sería ésta una supervivencia residual.

9. La conversión de los longobardosEn el reino longobardo de Italia se dio una situación paradigmática. En este reino una monarquía coexistía con una serie de duques que gobernaban sus respectivos ducados con amplia autonomía. Los duques eran en su mayor parte arrianos y representaban la facción más apagada a su particularismo religioso. Arriano era también el rey Autario, quien prohibió que los hijos de los longobardos fueran bautizados con la fe católica. Pero, por otra parte, el mismo Autario ansiosos de consolidar su posición política, realizó un acto destinado a tener considerables consecuencias: contrajo matrimonio con Teodolinda, una princesa hija del duque de los bávaros, Garibaldo y perteneciente a la estirpe de los lethingos, en la que se encarnaba la legitimidad de la realeza longobarda. A partir de entonces, las tensiones y los acercamientos entre el tradicionalismo

arriano de la mayoría de los duques y la católica familia detentadora de la legitimidad monárquica nacional determinaron la oscilante trayectoria política religiosa del reino en el siglo vii. El sucesor de Autario fue Aguilufo, quien era arriano pero se mostró tolerante con los católicos, manteniendo buenas relaciones con el papa Gregorio Magno. Monarcas católicos alternaron con otros arrianos, elevados al trono como consecuencia de reacciones violentas de la facción tradicionalista. Pero el avance del catolicismo era imparables. La agonía y la muerte del arrianismo se consumaron antes de finalizar el siglo VII.