orígenes de la quema de peticiones

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Orígenes de la quema de peticiones Introducción Diferentes denominaciones protestantes, evangélicas, así como la Iglesia católica, ofrecen oraciones –incluso ésta última, pero especialmente rezos- a Dios, no obstante algunos en la Iglesia Adventista se han preguntado de dónde proviene la quema de peticiones escritas en papel, ofrecidas en una cajita puesta a fuego, antes de lo cual se ora por ellas, creyéndose que Dios escuchará mejor nuestras petitorias a Él, que si lo hacemos tan sólo normalmente. Pero, ¿es esto verdad? El principio de la Sola Escritura Primeramente, debemos recordar que toda práctica debe estar fundada en la Palabra de Dios. Y debe decirse con claridad meridiana que ésta no apoya en ninguna parte la quema de peticiones. Sin embargo, algunos han tratado de defenderla al declarar que puede observarse sin problemas al ser un principio que puede substraerse de una enseñanza bíblica. Supuestos bíblicos para llevar a cabo la práctica de la quema de peticiones En una ocasión, me hallaba en una importante clase de ministerio, al lado de una de las oficinas de nuestra organización. La señorita que exponía lo hacía sobre algunos aspectos de la espiritualidad, hasta que alguien destacó que las tradiciones debían estar fuera de nuestra vida espiritual. Levanté la mano y señalé que por ejemplo, la quema de peticiones no es bíblica, y es una tradición originada en la China antes de Cristo. La exponente trató de defender la práctica arguyendo al símbolo de la oraciones de los santos ofrecidas en el libro del Apocalipsis (véase 8:3-5). No obstante expliqué que ese caso es desestimable para el tema, ya que allí trata acerca de las oraciones ofrecidas en el altar del incienso del santuario celestial (vs. 1, 2), donde Cristo es nuestro intercesor (Hebreos 4:14-16; 8:1, 2; etc.), y que nada tiene que ver por lo tanto, con una práctica que pueda extraerse para realizarla nosotros como creyentes, ya que refleja un ministerio que solo Cristo puede realizar como Sumo-Sacerdote en nuestro favor. ¿Cómo podemos aplicar dicho ministerio en la 1

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Page 1: Orígenes de la quema de peticiones

Orígenes de la quema de peticionesIntroducciónDiferentes denominaciones protestantes, evangélicas, así como la Iglesia católica, ofrecen oraciones –incluso ésta última, pero especialmente rezos- a Dios, no obstante algunos en la Iglesia Adventista se han preguntado de dónde proviene la quema de peticiones escritas en papel, ofrecidas en una cajita puesta a fuego, antes de lo cual se ora por ellas, creyéndose que Dios escuchará mejor nuestras petitorias a Él, que si lo hacemos tan sólo normalmente. Pero, ¿es esto verdad?

El principio de la Sola EscrituraPrimeramente, debemos recordar que toda práctica debe estar fundada en la Palabra de Dios. Y debe decirse con claridad meridiana que ésta no apoya en ninguna parte la quema de peticiones. Sin embargo, algunos han tratado de defenderla al declarar que puede observarse sin problemas al ser un principio que puede substraerse de una enseñanza bíblica.

Supuestos bíblicos para llevar a cabo la práctica de la quema de peticiones En una ocasión, me hallaba en una importante clase de ministerio, al lado de una de las oficinas de nuestra organización. La señorita que exponía lo hacía sobre algunos aspectos de la espiritualidad, hasta que alguien destacó que las tradiciones debían estar fuera de nuestra vida espiritual. Levanté la mano y señalé que por ejemplo, la quema de peticiones no es bíblica, y es una tradición originada en la China antes de Cristo. La exponente trató de defender la práctica arguyendo al símbolo de la oraciones de los santos ofrecidas en el libro del Apocalipsis (véase 8:3-5). No obstante expliqué que ese caso es desestimable para el tema, ya que allí trata acerca de las oraciones ofrecidas en el altar del incienso del santuario celestial (vs. 1, 2), donde Cristo es nuestro intercesor (Hebreos 4:14-16; 8:1, 2; etc.), y que nada tiene que ver por lo tanto, con una práctica que pueda extraerse para realizarla nosotros como creyentes, ya que refleja un ministerio que solo Cristo puede realizar como Sumo-Sacerdote en nuestro favor. ¿Cómo podemos aplicar dicho ministerio en la práctica, si primero deberíamos ser representantes de Él como sumo-sacerdotes que atienden las oraciones de los santos ante Dios? Orar unos por otros no es suficiente (Santiago 5:14-18), porque si bien debemos andar como Jesús anduvo (1 Juan 2:3-6), no aplica en aquello que sólo se le adjudica a Él, como lo es su ministerio en el santuario celestial, lo cual es suplantado desvergonzadamente en la tierra por el hombre de pecado (2 Tesalonicenses 2:3, 4); es decir, el papado (Daniel 7:25; 8:9-13, 23, 25; Apocalipsis 13:4, 5). Por ello, no puede aplicar tampoco el ministerio del sumo-sacerdote levita en el día de Expiación (véase Levítico 16), porque dicho ministerio fue abolido por Cristo al morir en la cruz, suplantando todo el ministerio al de Melquisedec (Hebreos 7:11-22). Ahora, alguien dirá que aunque no puedan invocarse los ejemplos bíblicos señalados para la práctica de la quema de peticiones, que qué tiene de malo. El problema es, que se arguye que Dios escuchará de forma especial, mejor, cuando eso es un invento contradicho por las Escrituras, que nos enseñan que “La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16). ¿Pero debe agregársele que es más eficaz si se queman peticiones? Eso es agregarle a la Biblia, y no extraer de ella para aplicar a la práctica de la oración. Mejor y lo correcto es seguir lo que Dios nos dice en su Palabra.

Prácticas y origen de la quema de peticionesVarios rituales paganos de quema de peticiones se hallan registrados y practicas desde la antigüedad hasta hoy. Aunque algunos son más actuales.

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Así por ejemplo, los rituales de magia folklórica del Hoodoo, ofrecen oraciones ya sea de forma verbal, mental, o escrita, con el fin de traer “bendiciones de amor”, suerte, protección, dinero, salud, o curación. Las oraciones o peticiones por escrito, por ejemplo, son quemadas en una vela, sostenidas con las manos cubiertas de mojo, hasta quedar en cenizas o completamente consumida, pero antes lo untan con aceites, polvos, o fluidos corporales. (Mama Vescha, Prayer, Petition, & Name Papers for Hoodoo (17 de Julio, 2012)). El papel es marrón rasgado, von el fin de hacer que el papel sea “puro”. No obstante, hay ocasiones donde se le permite al practicante de Hoodoo cortar el papel con tijeras, lo que representa armas tales como espadas, y dagas contra los enemigos, esto en caso de oraciones imprecatorias o de castigo. (Carolina Conjure, Of Paper & Petitions; véase también a Storm Faerywolf, Creating a Petition Paper (The Mystic Dream, N Broadway, Walnut Creek, CA, 2009)).

También en la magia negra se practican rituales similares de quema de peticiones, pero tratándose de una práctica más general de magia en la quema de oraciones y peticiones, se siguen 9 pasos, entre los cuales está el realizar el ritual en un lugar tranquilo, con música suave, y si se desea, se coloca en la mesa donde se halle el candelero algún símbolo del dios, diosa, o poder supremo con el que se sienta una conexión, como una estatua, pintura u otra candela. Se mira el símbolo si hay uno, y se piensa por algunos momentos en la petición que se desea elevar, sin interferir en el libre albedrío de otra persona. Por último, se enciende la vela, y se quema la petición escrita en papel en ella; y se agradece al dios… a quien se le ofreció la oración. (Mackenzie Wright, How to Do Petition Magic (eHow-Discover the expert in you)).

Sin embargo, la práctica quizás más antigua registrada sobre la quema de peticiones u oraciones a un ser superior o poder, viene del taoísmo, sistema filosófico chino que nació en el 3er o 4to siglo antes de Cristo (Robinet (1997), p. xix). La mayoría de los eruditos del taoísmo reconocieron que “las peticiones presentadas en el ritual eran “transmitidas al cielo a través de la quema de estas”. (Anna Seidel, Early Taoist Ritual (Cahiers d'Extrême-Asie, 1988) Volumen 4, Número 4, p. 203).

Una de las formas de sacrificio entre los taoístas, involucra la quema de papel Joss, donde se asume que las imágenes consumidas por el fuego reaparecerán como el verdadero ítem allí señalado, en un espíritu mundial para ofrecerlo –dicho papel- a ancestros reverenciados o seres amados fallecidos.

Entre los chinos, también se halla la siguiente práctica antigua:

“En China, se cree que la manera de comunicarse con los dioses o de enviar objetos al otro plano de la vida es mediante el humo del fuego, por lo que escriben sus peticiones o las dibujan en papel que luego queman para asegurarse de que por medio del humo van a ser escuchados por los dioses. Así que puedes dibujar o escribir en un papel tus peticiones y quemarlas durante la noche de Año Nuevo. En la mañana del primer día del Año Nuevo, se puede venerar a los ancestros quemando papeles con dibujos de las cosas que les gustaban en vida y hacer la ofrenda de la comida, de la misma manera que se ofreció a los dioses la noche previa por medio del incienso”. (Mónica Koppel, Bruno Koppel, 2013 - Año de la serpiente de agua Yin (Libros Alamah, 2012), p. 39).

Una de las tradiciones del budismo tibetano, a saber el Jonang, o Jonangpa, fundada en el siglo XIV por Dolpopa, practica el rito, el cual es llamado el rito del fuego Agni-Hottri, donde se ofrecen doce quemas por el río; mientras tanto, debajo del templo, los monjes “cantan una versión simplificada de la Ofrenda del Fuego. Bolsas, en lugar de cucharadas, de arroz, de harina, así como peticiones

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escritas en papel, y cientos de libras de mantequilla Dri se queman en el ritual del fuego” . (Dr. Michael Saso, A Rare View of the Jonangpa).

A la luz de la evidencia discutida, es difícil tratar de no trazar los orígenes de la quema de peticiones en las iglesias cristianas y en el catolicismo romano, de la antigua china y otros ya mencionados, sin embargo no conozco de dónde provino hasta el momento, ni creo, al menos por ahora, que interese. El punto es que es una práctica pagana, y las prácticas de tal origen son condenadas por el Señor en las Escrituras (Deuteronomio 12:29-32; etc.)

Conclusión y pensamiento finalLa Palabra de Dios es la norma mediante la cual hemos de ser juzgados, ya que en ella se nos muestran los principios el Señor desea que sigamos, de todo corazón (Eclesiastés 12:13, 14; cf. Juan 14:15; 15:14; cf. Mateo 22:36-40). Por lo tanto, no debemos practicar algo -por más querido que sea- sino está abalado por Dios. Sea nuestro mayor deseo y oración acercarnos a Dios confiadamente, creyendo que las sencillas instrucciones dadas a nosotros por su Palabra, para presentar nuestras peticiones y agradecimientos delante de Él, serán escuchadas y contestadas, para su honra y gloria, y deleite espiritual de su pueblo. J. G. Piedra Q.

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