origen, progreso y estado actual de toda la literatura (reseña)

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© Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. diecioch., 4, 2003, pp. 191-228 RESEÑAS 207 aborda la influencia de la literatura del Siglo de Oro en la Academia, Rogelio Reyes Cano se refiere al magisterio de Alberto Lista y, por último, Jacobo Cortines incide en el pasado más reciente de la institución relacionado con la poesía sevillana del siglo XX. Todos los artículos son de gran interés y serán apreciados en todo su valor por los especialistas en la materia. Finalmente, el libro recoge algunas reflexiones sobre el presente y el futuro de las Academias realizadas en una Mesa Redonda. Los discursos de clausura y aper- tura de tan magno congreso corrieron lógi- camente a cargo del director de la Real Academia Sevillana D. Rogelio Reyes Cano, a la sazón editor, junto con Enriqueta Vila, de este importante volumen. En definitiva, estamos ante un libro que cabe calificar de imprescindible tanto para los especialistas en el tema como para las personas interesa- das en conocer las actividades de este tipo de instituciones, que han tenido y seguirán teniendo un papel fundamental en el entra- mado cultural e intelectual histórico. Eva Velasco Moreno ANDRÉS, Juan Origen, progreso y estado actual de toda la literatura, Edición de J. García Gabaldón, S. Navarro Pastor y C. Valcárcel, dirigida por P. Aullón de Haro, Madrid: Verbum y Biblio- teca Valenciana, 1997-2002, 6 vols.: CCXI+416, 409, 536, 490, 570 y 999 pp. Dos grandes méritos ofrece la reedición, que se prevé completa, de las obras del jesuita expulso Juan Andrés. En primer lugar, desde luego, hacer posible a investi- gadores y lectores, a todos los que verda- deramente se interesan por el siglo XVIII, acceder a la obra reunida de un autor imprescindible. El segundo mérito de esta labor que el equipo dirigido por el profesor Pedro Aullón de Haro va llevando a cabo es haber puesto a la luz la importancia de esa producción (y, por el momento, la obra, con mucho, más extensa del conjunto, es decir, Origen, progresos y estado actual de toda la literatura) en la cultura del siglo de la Ilustración, situándola en el lugar cientí- fico que le compete. La vida del jesuita estudioso y huma- nista valenciano Juan Andrés (Planes, 1740- Roma, 1817) se desarrolló entre España e Italia. En España, muy joven enseñó Retó- rica y Poética en la Universidad de Gandía. Desde 1767, a raíz de la expulsión de la Compañía de Jesús, no sólo encontró refu- gio en Italia, donde transcurrió el resto y mayor parte de su vida, como en general aconteció a sus compañeros de orden y provincia, que tras Córcega arribaron a Ferrara, sino que en este país consiguió una excelente acogida y reconocimiento de sus méritos que le permitió una dedicación incansable a la investigación y la realización de su proyecto intelectual. Andrés recorrió la mayoría de las ciuda- des italianas adquiriendo un gran conoci- miento de su cultura literaria, es decir también científica y artística, como se puede comprobar fácilmente leyendo sus obras. Comenzó enseñando Filosofía en Ferrara, en el colegio de la Orden, donde publicó un Prospecto de Filosofía Universal que es programa del conjunto futuro de su extensa obra y en particular de Origen... Sucesiva- mente, viajó y conoció ampliamente Bolo- nia, Nápoles, Roma…, pero fue en Mantua donde transcurrió el periodo más largo y fructífero de su vida (entre 1773 y 1796) en casa del marqués Bianchi. En esta ciudad fue miembro de la afamada Reale Academia di Scienze e Belle Lettere donde el 3 de marzo de 1774 leyó la «Dissertazione sopra le ragioni della scarsezza de’ progressi delle Scienze in questo tempo», traducida al cas- tellano por su hermano Carlos Andrés en 1783. En esta misma época, publicó una

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  • Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. diecioch., 4, 2003, pp. 191-228

    RESEAS 207

    aborda la influencia de la literatura delSiglo de Oro en la Academia, Rogelio ReyesCano se refiere al magisterio de AlbertoLista y, por ltimo, Jacobo Cortines incideen el pasado ms reciente de la institucinrelacionado con la poesa sevillana del sigloXX. Todos los artculos son de gran intersy sern apreciados en todo su valor por losespecialistas en la materia.

    Finalmente, el libro recoge algunasreflexiones sobre el presente y el futuro delas Academias realizadas en una MesaRedonda. Los discursos de clausura y aper-tura de tan magno congreso corrieron lgi-camente a cargo del director de la RealAcademia Sevillana D. Rogelio Reyes Cano,a la sazn editor, junto con Enriqueta Vila,de este importante volumen. En definitiva,estamos ante un libro que cabe calificar deimprescindible tanto para los especialistasen el tema como para las personas interesa-das en conocer las actividades de este tipode instituciones, que han tenido y seguirnteniendo un papel fundamental en el entra-mado cultural e intelectual histrico.

    Eva Velasco Moreno

    ANDRS, JuanOrigen, progreso y estado actual de toda laliteratura, Edicin de J. Garca Gabaldn, S.Navarro Pastor y C. Valcrcel, dirigida por P.Aulln de Haro, Madrid: Verbum y Biblio-teca Valenciana, 1997-2002, 6 vols.:CCXI+416, 409, 536, 490, 570 y 999 pp.

    Dos grandes mritos ofrece la reedicin,que se prev completa, de las obras deljesuita expulso Juan Andrs. En primerlugar, desde luego, hacer posible a investi-gadores y lectores, a todos los que verda-deramente se interesan por el siglo XVIII,acceder a la obra reunida de un autorimprescindible. El segundo mrito de estalabor que el equipo dirigido por el profesor

    Pedro Aulln de Haro va llevando a cabo eshaber puesto a la luz la importancia de esaproduccin (y, por el momento, la obra,con mucho, ms extensa del conjunto, esdecir, Origen, progresos y estado actual detoda la literatura) en la cultura del siglo dela Ilustracin, situndola en el lugar cient-fico que le compete.

    La vida del jesuita estudioso y huma-nista valenciano Juan Andrs (Planes, 1740-Roma, 1817) se desarroll entre Espaa eItalia. En Espaa, muy joven ense Ret-rica y Potica en la Universidad de Ganda.Desde 1767, a raz de la expulsin de laCompaa de Jess, no slo encontr refu-gio en Italia, donde transcurri el resto ymayor parte de su vida, como en generalaconteci a sus compaeros de orden yprovincia, que tras Crcega arribaron aFerrara, sino que en este pas consigui unaexcelente acogida y reconocimiento de susmritos que le permiti una dedicacinincansable a la investigacin y la realizacinde su proyecto intelectual.

    Andrs recorri la mayora de las ciuda-des italianas adquiriendo un gran conoci-miento de su cultura literaria, es decirtambin cientfica y artstica, como se puedecomprobar fcilmente leyendo sus obras.Comenz enseando Filosofa en Ferrara,en el colegio de la Orden, donde publicun Prospecto de Filosofa Universal que esprograma del conjunto futuro de su extensaobra y en particular de Origen... Sucesiva-mente, viaj y conoci ampliamente Bolo-nia, Npoles, Roma, pero fue en Mantuadonde transcurri el periodo ms largo yfructfero de su vida (entre 1773 y 1796) encasa del marqus Bianchi. En esta ciudadfue miembro de la afamada Reale Academiadi Scienze e Belle Lettere donde el 3 demarzo de 1774 ley la Dissertazione soprale ragioni della scarsezza de progressi delleScienze in questo tempo, traducida al cas-tellano por su hermano Carlos Andrs en1783. En esta misma poca, public una

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    defensa de la obra de Galileo, Saggio sullafilosofia di Galileo (1776) y el Catalogo decodici manosscritti della famiglia Capilupidi Mantova (1797), que todava tiene graninters por ser considerado uno de los tra-bajos fundadores del moderno sistema decatalogacin.

    La poca mantuana fue probablementela ms feliz y fecunda de su rica produccinliteraria. Especialmente durante esos aosestuvo en contacto con buena parte de loscientficos y eruditos de su tiempo. As,pues, entre las varias posibilidades de pro-fundizar en las relaciones culturales his-pano-italianas (se podra decir europeas) dela segunda mitad del siglo XVIII se ha detomar en cuenta la lectura del Epistolarioprivado de Andrs (aparecer prxima-mente, editado por Livia Brunori, en laBiblioteca Valenciana), adems de sus Car-tas familiares, que forman un important-simo y erudito viaje de Italia, uno de losms notables del gnero en Europa y cuyaconsideracin tambin har cambiar elestado de la cuestin (ver la luz de inme-diato, en dos volmenes, en esta mismacoleccin de Verbum).

    Recordaremos que Dellorigine, pro-gressi e stato attuale dogni letteratura,publicado, en siete volmenes, en la Stam-peria reale de Parma por Bodoni, entre 1782y 1799, fue traducida al espaol (Origen,progresos y estado actual de toda literatura)por su hermano Carlos y publicada enMadrid por Antonio de Sancha (1782-1799).Esta inmediata versin espaola (tambinhay una parcial traduccin al francs), quees la que ahora se ofrece filolgicamentetratada con modernizacin ortogrfica y depuntuacin, no contena los dos ltimosvolmenes de Bodoni relativos a CienciasEclesisticas, los cuales son ahora traduci-dos por los editores formando el extensovolumen VI (unas mil pginas) de estanueva edicin, el cual es en verdad rele-vante por la gran cantidad de materiales

    patrsticos, canonistas y exegticos que con-tiene. Este volumen entrega, adems, unavaliossima onomstica (precedida de unamuy conveniente introduccin especfica)de la totalidad de la obra que ser exraordi-nariamente til para los estudios dieciochis-tas, en especial porque Andrs pone enjuego una muy seria y amplsima bibliogra-fa en todos los rdenes cientficos y huma-nsticos que hoy resulta en buena parte casidesconocida. Quiere decirse que, actual-mente, la obra de Andrs viene a constituirde hecho un instrumento de primer ordenaplicable a los estudios en general de histo-ria de las ciencias y las letras pero, sobretodo, del saber del siglo de la Ilustracin.

    La nueva edicin de Origen, progresos yestado actual de toda la literatura consta,como ha quedado dicho, de seis volme-nes. El primero incluye un amplio estudiopreliminar y la parte general de la obra, quetiene cierto sentido panormico e introduc-torio a modo de breve historia de toda laliteratura. El estudio preliminar contiene unestudio inusual tanto desde un punto devista historiogrfico como filosfico y, porsupuesto, filolgico. Se trata de una edicincrtica propiamente dicha, cosa muchsimoms rara de lo que se suele creer. No serfcil encontrar una obra del siglo XVIII pre-parada con esta amplitud de medios teri-cos y textolgicos. El segundo volumencomprende la Poesa. El tercero, la Elo-cuencia, la Historia y la Gramtica. Losvolmenes cuarto y quinto se ocupan de lasCiencias Naturales, la Filosofa y la Jurispru-dencia. Por ltimo, el sexto volumen es elreferido de las Ciencias Eclesisticas, ms laAddenda con los aadidos preparados porAndrs para la edicin de Roma, ltima envida del autor, y la Onomstica tambinsealada. Cabe decir que la nueva edicinde Verbum ha sido preparada en un plazorelativamente breve por un equipo dirigidopor el profesor Aulln de Haro, catedrticode Teora de la Literatura y LiteraturaComparada de la Universidad de Alicante.

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    El equipo de editores est formado porJess Garca Gabaldn (U. Complutense),Santiago Navarro Pastor (U. de Dsseldorf)y Carmen Valcrcel Rivera (U. Autnoma deMadrid), y su trabajo viene precedido pordiversos adelantos preparatorios de estosmismos y otros colaboradores, que hanconfigurado una suerte de seminario.Origen est planeado como una cons-

    truccin enciclopdica pero histrica, comoun compendio de los adelantos de los hom-bres en todos los mbitos de la cienciadesde sus comienzos conocidos hasta elmomento en el cual Andrs vive, y para elloatiende al estado epistemolgico y de clasi-ficacin de las ciencias interviniendo demanera convincente. Se puede afirmar, porotra parte, que es un ejemplo nico de His-toria Universal y Comparada de la Literaturay de la Ciencia, como ha explicado Aullnde Haro en ms de una ocasin, porquecuriosamente ese aspecto comparatistajams haba sido obervado, cuando dehecho es permanente y decisivo, desde lasestructuras mayores de la obra hasta el ele-mento lxico.

    Asimismo, Origen representa una histo-ria de la humanidad y de sus diferentes po-cas interpretada a travs de una visincristiana del mundo, pero su actitud y for-macin ilustrada le permite mirar con esp-ritu crtico las diferentes etapas culturales.En las pginas finales del primer tomo, enlas que el autor vuelve la mirada a los ade-lantamientos de las ciencias, se muestra cr-tico, como tantas veces, y en coincidenciacon su postura jesuita: Son muy recienteslos ejemplos de los perjuicios que las cues-tiones escolsticas han causado a la verda-dera sabidura para poner en duda que elquerer adelantar sobrado en busca de la ver-dad no sea causa de que decaigan las Cien-cias de la perfeccin adquirida (p. 387).

    Para Andrs el concepto de literatura es elpropio de la Ilustracin y del Neoclasicismoy, en consecuencia, se asimila al de cultura,como se lee en el estudio preliminar: La

    literatura para l significa fundamental-mente lo mismo que para los griegos yromanos; la literatura es lo escrito la lite-ratura es cultura en cuanto que es escritura.La cultura es, esencialmente, cultura escrita(pp. LXVI-LXVII). Este concepto se aclaraan ms, en la p. LXIX del mismo estudio:se debe recordar que el abate y sus con-temporneos entendan por literatura lo quehoy, en cierto modo, podramos llamar cul-tura elaborada, es decir, todo lo escrito conalgn relieve por la Humanidad, tanto obrascientficas y tcnicas como religiosas, jurdi-cas, poticas. En esta lnea tambin con-viene incardinar la gran importancia queAndrs atribuye a la cultura rabe, decisivaen la transmisin de la ciencia, de la medi-cina, de la msica y, asimismo, la influenciaque tuvo en las novelas morales y fbulasde las cuales tomaron inspiracin las nove-las posteriores. Este aspecto del peso de lacultura rabe para Occidente, que respondea lo que en general podemos llamar la tesisarabista, de la que es responsable Andrs,resulta extremadamente distintivo y tieneuna slida base erudita para la que fue fun-damental la biblioteca de El Escorial y suestudio por parte de Miguel Casiri, quien lotransmite a nuestro abate. Aunque tampocose pueden olvidar referencias como lasdedicadas a los chinos, pueblo del queadmira la cultura y los descubrimientoscientficos: Esta nacin nos ofrece en la lite-ratura un espectculo nunca visto en algunaotra parte del globo terrqueo (Origen, p.21). La convincente agudeza, ponderacin yaplicacin de los conocimientos es cons-tante y quiere abrir el camino de la ampli-tud de miras, ya se trate del problema delpapel, de la brjula, de los colegios mayo-res, el pre-renacimiento carolingio..., oPetrarca, valga de ejemplo: el padre de lacultura moderna, el autor del restableci-miento de las sepultadas letras no es otroque el gran Petrarca. Y no puedo entendercmo los literatos modernos se contentan

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    con mirar a aquel gran hombre como unautor de canciones y sonetos, y no le res-petan como padre y como verdadero res-taurador de la literatura moderna, ni leponen en el merecido lugar al frente deGalileo, de Descartes, de Newton, de Bos-suet, de Corneille (Origen, p. 280).

    Asunto muy importante de la obra es elpropsito de, muy respetuosamente, aveces casi implcitamente, enfrentarse crti-camente con el mtodo seguido por losenciclopedistas franceses en la estructura,eleccin, finalidad de la Enciclopedia, quel considera falta de unidad (por la inter-vencin de muchos autores y la ausenciaarticulacin histrico-evolutiva) y sobretodo por haber mutilado muchas facetas delsaber de la humanidad, as el caso de lasCiencias Eclesisticas, que la ideologa enci-clopedista omite o manipula al antojo desus intereses. Por ello, Andrs, guiado yamparado por el sentido de la objetiva equi-dad, se permite una restitucin que hicierajusticia a la cultura cristiana, que a fin decuentas se encuentra en la base de la civili-zacin europea. En el estudio preliminar seplantea el concepto que Andrs tena deobra enciclopdica y adopt para Origen,pero al mismo tiempo se advierte de la reso-lucin prctica e instrumental subsumida enel mismo sentido enciclopdico: JuanAndrs rechaza el gnero del DiccionarioEnciclopdico y opta por una construccinensaystica historiogrfica de reducidasdimensiones, la cual, sin embargo, debidoal ndice de cosas ms notables que cierracada volumen permite una lectura enci-clopdica sirviendo como obra de referen-cia y de consulta sobre tantos autores,gneros, pocas o naciones, as comomanual de estudio (p. LXVIII).

    El jesuita no comparte la organizacinde las materias establecidas por los autoresde la Enciclopedia, considerando ademsintil su reparticin, mientras que sera sufi-ciente: que con puntualidad filosfica se

    sigan las huellas que nos ha dejado elentendimiento humano en la adquisicin delas Ciencias, en la formacin de las Artes yen el adelantamiento y perfeccin de unasy otras (Origen, p. 399). En el captulo pri-mero cita directamente la Enciclopedia, cri-ticando su punto de partida: DAlembert,en el Discurso preliminar de la Enciclope-dia, quiere que en la formacin de las Cien-cias se hayan tomado los principios de laFilosoa y, pasando de aqu a la Poesa,finalmente la erudicin haya fijado el tr-mino; y pretende que ste sea el ordennatural y el curso conveniente a la natura-leza del entendimiento humano. Pero estemodo de pensar de DAlembert, por msque parezca justo y conforme a la verdaderarazn, se apoya en algn hecho? Los escri-tos ms antiguos que tenemos pertenecen ala Historia y a la Poesa, pero no a la Filo-sofa; y si vemos cultivadas desde los prin-cipios algunas semillas de sta, no esporque los hombres abrazasen este trabajopara conseguir el conocimiento de la Natu-raleza, que es el fin y objeto de la Filosofa,sino para emplearle en utilidad de la Magia,de la Astrologa y de la Supersticin, hijas delerror y de la ignorancia (Origen, p. 17).

    Desde luego no es ste el lugar paraabrir un debate sobre el fenmeno culturaldel gnero de los diccionarios y las enciclo-pedias, que desde el siglo XVII es asociablea la quiebra del concepto de unidad de lacultura. En cierto modo, Andrs se sita eneste contexto, superndolo, es decir, suobra vuelve a un concepto unitario de cul-tura que desarrolla con mtodo analtico, yasimismo decide proponer, seleccionar elresultado de sus estudios de manera senci-lla a travs de aquel ndice de las cosas msnotables ya referido.

    La finalidad de las enciclopedistas eradiferente, como se comprende por la mismaafermacin de DAlembert en suDiscours Pr-liminaire: Louvrage que nous com-menons a deaux objets: comme

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    Encyclopdie, il doit exposer autant quil estpossible, lordre et lenchanement des con-naissances humaines; comme Dictionnaireraisonn des sciences, des arts et des mtiers,il doit contenir sur chaque science et surchaque art, soit libral, soit mcanique, desprincipes gnraux qui en sont la base, et ledetails les plus essentiels qui en font le corpet la substance. Las tablas de clasificacinde las ciencias que contiene el estudio pre-liminar de Origen explican, mediante com-paracin, las organizaciones de Bacon,DAlembert-Diderot y Andrs, lo cual esmuy til a fin de aclarar las diferentes pos-turas ante cada disciplina y grupo de stas,as como la idea de progreso y su historia.Para Andrs, el estudio de la Historia es unode los momentos de unificacin de su obray su modelo remonta a los antiguos: la His-toria necesita gravedad y una seleccinsevera de los acontecimientos: Poltica yFilosofa para conocer bien los estados y loshombres genio histrico que forme elplan, que establezca el orden y que animetoda la Historia (Origen, p. 319). Sobreesta base Andrs inserta las disciplinas, queva considerando crticamente a lo largo desus volmenes, hasta abarcar y condensaren su obra la historia de la civilizacindesde su origen, punto de partida necesariopara el conocimiento del hombre.

    La edicin de Origen creo que, ademsdel gran inters que ha de suscitar en tantoque restitucin de la obra del autor valen-ciano y su proyeccin intelectual, como sesubray al comienzo de esta resea, tieneotro gran mrito: sealar el aspecto de lacultura ilustrada relativo al tema del pro-greso de las ciencias y, sobre todo, replan-tear el concepto de ciencia, su unidad odivisin en el camino de la civilizacin.

    Sin duda, estamos ante una de las gran-des ocasiones que pueden deparar los estu-dios dieciochistas.

    Simonetta Scandellari

    AULLN DE HARO, Pedro, GARCA GABALDN,Jess y NAVARRO PASTOR, Santiago (Eds.).Juan Andrs y la teora comparatista, Valen-cia: Biblioteca Valenciana, 2002, 378 pp.

    Es cuando menos interesante poder afir-mar que en el mbito de la historia intelec-tual espaola, o incluso ampliamente de lacultura, todava nos quedan sorpresas porvivir, es decir, nuevas experiencias, nomeramente interpretaciones, que sera lo deesperar. Desde el ao 1997 en que apareceun primer y decisivo volumen, gracias alempeo cientfico y editorial de PedroAulln de Haro y un equipo de investiga-dores dirigido por l, se va publicando laobra completa del abate Juan Andrs, elgran jesuita expulso de quien es deudora,puede decirse en general, la cultura euro-pea. Esta encomiable labor ha permitidoreplantear y dar a conocer a la comunidadcientfica el pensamiento y el ingente tra-bajo historiogrfico del importante pol-grafo del antiguo reino de Valencia, cuyaobra haba quedado olvidada por mltiplesy probablemente muy complicadas circuns-tancias. Como el mismo Aulln de Harohace notar, ni Friedrich Meinecke ni ErnstCassirer conocieron la obra ms decisiva deAndrs, Origen, progresos y estado actual detoda la literatura (Parma: 1782-1799;Madrid: 1784-1706; nueva edicin, com-pleta por primera vez en castellano, Madrid:Verbum-Biblioteca Valenciana, 1997-2002, 6vols.), donde el abate, y aqu desde un prin-cipio es ocasin de decirlo, emplea elmtodo comparatista. Esto es muy notableporque hasta el momento parece que no sehaba cado siquiera en la cuenta de estehecho metodolgico en verdad relevante,como veremos, cuando menos para ciertossectores filolgicos o ms bien de la histo-ria y la crtica literarias. A esta obra, porimportancia, aun en otro orden y gnero, sepuede acercar la tambin del mismo autortitulada Cartas familiares, que Aulln de