origen del sacramento de la unción

2

Click here to load reader

Upload: yeyson-rojas

Post on 12-Apr-2017

73 views

Category:

Spiritual


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: origen del sacramento de la unción

PENITENCIA Y UNCION

III DE TEOLOGÍA

GEYSON DIMATÉ ROJAS

ORIGEN DEL

SACRAMENTO DE

LA UNCIÓN DE

LOS ENFERMOS

Introducción

1. Enfermedad y curación en el

evangelio.

2. La unción de los enfermos en

el Nuevo Testamento.

3. La unción de los enfermos en

la tradición de la iglesia.

A) bendición del Óleo.

B) Practica de la unción de los

enfermos.

C) La “extremaunción” y otros

ritos afines.

Conclusión .

Bendición del óleo

La primera formula de bendición la encontramos

en la Tradición Apostólica de Hipólito de Roma. En

oriente, el Euchologio de Serapión mas antigua

aun.

La bendición de oleo aparece en los sacramentarios

mas antiguos: el Gelasiano y el Gregoriano, en el

Gran Eucologio, en los ritos ambrosianos e hispano-

mozárabes.

La formula de bendición procede del siglo V que se

utiliza hasta hoy.

La bendición del óleo en orden a usarlo con efectos

curativos es la practica mas extendida que se cono-

ce en la Tradición de la Iglesia, reservada su bendi-

ción a los obispos. Originariamente no se distinguía

entre el óleo de los enfermos y el crisma.

Practica de la unción de los enfermos

El primer testimonio es el ya comentado en Santia-

go es el del papa Inocencio I que en una carta al

obispo Decencio, le da respuesta a una consulta

sobre el mismo.

A comienzos del siglo IV el obispo Cesáreo de Arlés.

Siglo VII el obispo de Noyon, san Eloy.

Comentario mas antiguo: Besa el Venerable.

Con la reforma carolingia, el rito de las unciones

adquiere mayor importancia que el de la bendición

con el óleo, la unción pasa a ser un ministerio exclu-

sivamente sacerdotal, y se une a los sacramentos

que le cristiano debe recibir al final de su vida, en

especial el de la penitencia y la eucaristía. Ligada a

la situación grave o extrema de la enfermedad del

cristiano, se considera destinada a aplicarse de

modo ordinario una sola vez en la vida.

El oleo se distingue del santo crisma , a comienzos

del siglo X por Reginaldo de Prum, que impone al

presbítero llevar dos recipientes, uno para el crisma

y otro para el óleo de los catecúmenos y de los en-

fermos.

A partir del siglo V se introduce la practica de ungir

a aun difunto como signo de que ha llegado al final

del combate de la fe.

La unción de los enfermos en la igle-

sia se inspira fundamentalmente en el

ejemplo de Jesús y de los apóstoles ,

que ven en la enfermedad una desgra-

cia humana la que llega la misericor-

dia de Dios.

La fuerza de la gracia redentora de

Jesús sobre el hombre se considera

desde un principio llamada a la iglesia

a acudir al lecho de los enfermos para

ofrecerles el alivio de la fe.

El rito de la unción de los enfermos

tiene dos puntos de apoyo: la oración

litúrgica de la iglesia en favor del en-

fermo y la utilización del óleo bendeci-

do o consagrado.

La virtud de la unción esta en el óleo

bendecido por la Iglesia.

La práctica de la unción de los enfer-

mos se ve afectada notablemente en

la iglesia latina por su relación con

aquellos otros sacramentos que se

administran al enfermo y en concreto

al enfermo en peligro de muerte; la

penitencia y la eucaristía o el viatico.

La importancia de la unción es secun-

daria si se tiene en cuenta que lo que

importa es la salvación espiritual, y

esta depende principalmente de la

reconciliación penitencial y de la euca-

ristía.

CONCLUCIÓN

Page 2: origen del sacramento de la unción

INTRODUCCIÓN

ENFERMEDAD Y CURACIÓN EN EL EVANGELIO

Juega el papel de “pariente pobre” entre

los sacramentos y figura de ultimo lugar.

Aparece como un sacramento de segun-

do orden afectando el carácter de su

celebración. Y va muy unido al sacra-

mento de la penitencia. Tiene por lo tan-

to su propia y diferente identidad, aun-

que no haya encontrado en la pastoral

de los sacramentos un puesto relevan-

te, quedando como sacramento último

destinado a preparar al cristiano para la

muerte, suscitando en los fieles poca

simpatía y cierta resistencia a solicitarlo

a no ser en situación extrema.

Los efectos atribuidos al sacramento de

la unción pueden obtenerse a través de

otros sacramentos, se relaciona ordina-

riamente con situaciones de extrema

gravedad de las que solo se espera mi-

lagrosamente la curación corporal.

El sentido de la Unción queda orientado

a colocar sobre el cuerpo del enfermo el

signo de la gracia de Jesús, que no

abandona al bautizado en su frágil con-

dición mortal y le dispone a participar de

su resurrección gloriosa, es el sacra-

mento que sella la obra de la gracia en

el bautizado.

Elementos que permiten concebirlo doc-

trinalmente:

1. la enfermedad y la curación.

2. El hombre y su salvación.

3. La intención de la Iglesia al confe-

rir un sacramento que contempla

de forma especifica la situación

de la enfermedad corporal del

bautizado.

La realidad humana de la enfermedad, lo que

limita y aflige la existencia del hombre, está muy

presente en el Evangelio, la enseñanza y la con-

ducta de Jesús y sus apóstoles. Jesús se apoya

en su capacidad para dominar las fuerzas de la

naturaleza y sobre todo de aquellas que agobian

la vida del hombre y su lucha por la existencia y

la supervivencia.

Las pruebas y signos de que con Jesús ha lle-

gado al mundo lo afirma el propio Bautista. Las

enfermedades que cura son muchas y algunas

requieren su especial intervención.

Jesús cura apelando a la fe del enfermo sir-

viéndose de signos sencillos, no consta en los

Evangelios que haya echo uso del aceite, como lo

harán sus discípulos.

El poder de Jesús sobre la enfermedad y so-

bre la muerte es manifestación de su condición

de Enviado de Dios como Salvador de los hom-

bres. Cristo tiene victoria sobre el pecado, es de-

cir sobre la misma muerte.

La fe reconoce la vinculación que la vida y todo

su entorno tienen con Dios, creador y señor su-

premo del mundo, una llamada a confiar siempre

en el Dios de la vida y del amor, en la gracia que

Dios ofrece a los hombres a través de su Hijo,

para salvarle y liberarle de todos los males.

Lleva consigo determinadas acciones en las que

podemos ver dos elementos :

La utilización de unas practicas considera-

das provechosas para la salud del enfer-

mo.

La invocación a Dios hecha por aquellos

que dirigen la comunidad creyente.

LA UNCIÓN DE ENFERMOS EN EL NUEVO

TESTAMENTO.

Usos comunes

En el uso judío se emplea el aceite como

remedio para diversas enfermedades.

Antiguo Testamento: coronación de un rey,

o la consagración de un sacerdote o de un

instrumento de culto.

Antiguo Egipto: embalsamar difuntos, como

rito de preparación para el paso a la nueva

vida.

En el Nuevo Testamento: dos alusiones ex-

plicitas; en Marcos y la carta de Santiago.

Contempla los elementos esenciales del

signo sacramental:

La unción con el óleo.

La oración de los presbíteros.

Y los efectos que se atribuyen a dicho

sacramento: SALVACIÓN, RECUPERA-

CIÓN Y PERDON DE LOS PECADOS.

La antropología eminentemente bíblica de

la “salvación” permite deducir que nada

que tenga que ver con la salud espiritual o

física del enfermo queda excluido de ella.

En el siglo IV es rara la practica de la unción de

los enfermos, y aparece en la tradición oriental

como occidental juntamente con el agua, el

pan y el vino, el óleo tiene para los creyentes

cristianos un profundo significado religioso y

admite numerosas aplicaciones. En la practica

cristiana tiene el uso del óleo con la gracia de

Jesucristo.

LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS EN LA TRA-

DICIÓN DE LA IGLESIA