«Orad constantemente» 1Ts 5,17

«Es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto dentro de la prueba como desde dentro de la alegría». Santa Teresita

«Es estar a solas con quien sabemos que nos ama». Santa Teresa

Don: ha de ser acogido con humildad

Alianza: entre Dios y el fondo de nuestro ser.

Comunión: Conforma a la persona a imagen y semejanza de Dios.

Tiempo fuerte: Dios nos concede ese tiempo para arraigarnos y cimentarnos en el amor

Mirada de Dios: que purifica el corazón, Dios nos revela y nos descubre la luz de su verdad.

Escucha: no pasiva sino obediente al plan de Dios.

Silencio: «amor silencioso». Recogimiento del corazón

Cristo es la fuente de toda gracia y amor. Que nos ayuda a:

1. Santificarnos en la vida matrimonial2. Permanecer unidos y fieles a nuestros

compromisos 3. Ver al esposo como un don de Dios4. Acoger a los hijos y educarlos

cristianamente Nada como la oración hace posible lo que es

imposible, fácil lo que es difícil. Quien ora se salva.

El modelo perfecto de oración, se encuentra en la oración filial de Jesús hecha:En soledad, en lo secreto (Mateo 6,6)Sin palabrerías (Mateo 6,7)Con adhesión amorosa a la voluntad del Padre (Mt 7,21)Con absoluta confianza de ser escuchada

Con corazón puro y humilde (Lucas 18,9-14)

Con fe viva (Mateo 6,25) Con audacia (Mateo 7,7) Con perseverancia

(Lucas 18, 1-8) Pidan en su nombre (Juan

14,13)

Gracias a la bendición de Dios, el hombre puede bendecir. Salmo 66«El Señor tenga piedad y nos bendiga ilumine su rostro sobre nosotros».Salmo 94«Venid y postrémonos por tierra bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque el es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que el guía».

Tiene por objeto el perdón, la obtención de las propias necesidades no contrarias a nuestra salvaciónLucas 18,13 (La oración del publicano)«Ten compasión de mí, que soy pecador»«Dios mío ven en mi auxilio, Señor date prisa en socorrerme»

Consiste en una petición a favor de otro. No conoce fronteras y se extiende hasta los enemigosLucas 23, 28«Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi, llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos».Lucas 23, 34«Padre perdónales, porque no saben lo que hacen».

Toda alegría y toda pena, todo acontecimiento y toda necesidad pueden ser motivo para dar gracias a Dios.Salmo 91«Bueno es dar gracias a Dios, y salmodiar a tu nombre Altísimo. Publicar tu amor por la mañana y tu lealtad por las noches, al son del arpa de diez cuerdas y la lira, con un susurro de cítara».

Totalmente desinteresada, se dirige a Dios, canta para El y le da gloria por ser quien es.«Gloria al Padre, gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo, Amén».Salmo 94«Venid aclamemos al Señor, demos vítores a la roca que nos salva; entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos».

Vocal: por medio de la palabra Meditación: Lectura pausada, tratando de

entender el significado y la posible aplicación personal. La meditación es ha de ser: lámpara que ilumine el camino, pan que alimente el alma, fuego que encienda el fervor, ruta que conduzca a la salvación

Contemplación: Mirar y sentirse mirado, amar y sentirse amado. Dejarse Amar, inundar por Dios.

Hazte acompañar por los tres ángeles: Paciencia: aceptar lo que no puedes solucionarPerseverancia: seguir orando, aunque no se sienta nada.Esperanza: confianza que todo pasará y mañana será mejor.Apóyate en los salmos, la Palabra de Dios y libros de autores espirituales.

Desaliento Sequedad Tristeza de no entregarnos totalmente a

Dios Orgullo , que nos endurece

Pon tu cuerpo y mente en paz Pide luz, acude al Espíritu Santo Escoge la materia que vas a meditar Busca el momento y lugar oportuno Induce, busca, analiza y aplica o

comprométete.

San Lucas 11, 9-13«Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y

hallareis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra, o si pide un huevo, le da un escorpión? Si pues vosotros siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!».