opuerto de fuerteventura cumple 50 años punto de unión con ...con la operación odessa diseñada...

40 Revista del Ministerio de Fomento

Aeropuer tos

El aeropuerto de Fuerteventura cumple 50 años

Punto de unióncon el mundo

Fuerteventura (8).qxp__Maquetación 1 17/12/19 14:11 Página 40

acreditado lugar de destierro. Allí cumplieron con-dena, entre otros nombres ilustres, Miguel de Una-muno, el diputado republicano Rodrigo Soriano ytambién el legendario anarquista BuenaventuraDurruti. La aviación, sin embargo, empezó prontoa cambiar esas condiciones de destino extremo, ya traer para sus habitantes una fuente más establede ingresos: el turismo, que hoy representa más del80% de su PIB.

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Separada del continente africano por apenasun centenar de kilómetros, la isla de Fuerteventuracontaba con poco más de 10.000 almas a comienzosdel pasado siglo. La ganadería caprina, en el interior,y la pesca, en algunos pequeños núcleos del litoral,eran los escasos recursos de una población conde-nada históricamente a la emigración. Quizá la másaislada y también la más desértica de las siete islas,no es extraño que su única fama le viniera como

Situado en El Matorral, a tan sólo cinco kilómetros de distancia de Puerto delRosario, la capital de la isla, el aeropuerto de Fuerteventura ha jugado un papeldeterminante en su desarrollo turístico y, por tanto, como catalizador también desu economía. Con un tráfico de pasajeros procedentes en su mayoría de la UniónEuropea, durante el año 2018 recibió a 6.118.840 personas en las 51.541operaciones de vuelo que registró, mientras que el tráfico de mercancías alcanzólas 874 toneladas.

uDos aspectos del interior deledificio terminal tras la reformainiciada en 2010.



Tefía, de aeropuerto a colonia pe-nitenciaria

Un 14 de septiembre de 1969 tomaba tierra en lapista del aeropuerto de El Matorral un Focker 27 deIberia procedente de Las Palmas y con destino a Lan-zarote. Se inauguraba así oficialmente el flamantenuevo aeropuerto de Fuerteventura. No era, sin em-bargo, el primero del que disponía la isla. Antes, en1924 habían amerizado hidroaviones de la empresaLatécoère en la ensenada cercana a Puerto de Cabras,con el fin de estudiar el terreno y establecer puntosde escala en sus rutas desde África al continente ame-ricano a través de las Canarias. Y poco más tarde, yaen los primeros años 30 del pasado siglo, la compañíaLAPE (Líneas Aeropostales Españolas) habíalevantado un pequeño campo de vuelo, en realidaduna improvisada explanada en la carretera de Tetirque servía como escala para sus vuelos de enlace entrela península y las islas. El objetivo era tambiéndisponer de un enlace con el cercano aeródromomilitar de Cabo Juby, en suelo africano, en el protec-torado español del Sáhara Occidental.

Luego, casi una década después, ya concluida laGuerra Civil, el Ejército del Aire elabora un plande defensa aérea para las Islas Canarias y proyecta,en 1941, un nuevo aeropuerto en unos baldíos delmunicipio de Tefía, en la planicie de Muchichafe,a unos 20 kilómetros de Puerto del Rosario. Seconsideró que el lugar quedaba lo suficientementelejos del alcance de la artillería naval, y para lapista, únicamente señalizada con unas toscas ba-lizas, se utilizó el suelo natural y se levantaron unosbarracones de madera para alojar a unaguarnición de unos 20 hombres. Despejada depiedras y compactada la pista en las zonas másbacheadas, casi un año más tarde, en 1942,aterrizó por primera vez allí un Junkers Ju-52 delEjército del Aire. Dos años después, a partir de1944, comenzarían a aterrizar con regularidadaviones militares y, en 1946, tras el decreto queautoriza al Ministerio del Aire a abrir al tráficocivil algunos de sus aeropuertos, en el aeródromode Tefía se inician los primeros trabajos de adap-tación para hacer posible la escala de aviones decompañías comerciales.

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uFingers juntoa la terminal.


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De este modo, apenas un año después, en 1947,comienzan ya a aterrizar los JU-52 de Iberia, conuna frecuencia de un vuelo por semana. Y, juntoa los pocos pasajeros, en total alrededor de 750personas al año, llegan también el correo, paquetespostales y, sobre todo, bienes de primera necesidadcomo medicinas con las que se pueden abastecerlas contadas farmacias de la isla.

Hubo al parecer, durante esos años, coincidentescon los de la Segunda Guerra Mundial, otro enig-mático aeropuerto en la península de Jandía, al surde la isla, en una de sus zonas más desérticas y des-pobladas. Hasta allí llegó en 1928 el ingeniero ale-

mán Gustav Winter Klingele, especializado en lainstalación de centrales termoeléctricas y que al-gunos años antes ya había puesto en marcha variasde ellas, tanto en la península como en las Canarias.Gustavo “El Alemán”, como llegó a ser más cono-cido, tras la venta de sus participaciones en la Com-pañía Insular Canaria Colonial de Electricidad yRiego, decide comprar a los marqueses de Lanza-rote, por entonces condes de Santa Coloma y Ci-fuentes, Grandes de España, la casi totalidad delos terrenos de la península de Jandía, unaextensión de 178 km2 que es uno de los últimos re-lictos señoriales de Canarias. En 1937, en la ciudadde Burgos, proclamada capital del alzamiento fran-quista, Winter firma con los herederos un contratode arrendamiento, por valor de 9.000 pesetas, conderecho a compra de toda la propiedad. Luego, fi-nalizada la Guerra Civil y a través de una sociedadinstrumental, Winter adquiere finalmente las tierrasde Jandía por unas 250.000 pesetas a las que seañaden su impresionante Hispano Suiza, del quese encapricha uno de los herederos de los condes.La intención declarada de Winter es establecer allí

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En 1947 comenzaron a llegar alaeródromo de Tefía los primerospasajeros a bordo de los JU-52

de Iberia

uZona de llegadas.



un emporio pesquero, con fábricas de conservas,salazones, una factoría de hidrógeno para la pro-ducción de hielo; también, en las tierras del interior,explotaciones agrícolas y ganaderas. Y junto a esosproyectos, entre 1940 y 1941, en un paraje cercanoa la costa, diseñada por él mismo, Winter construyeen secreto una pista de aterrizaje de 800 metros delongitud. Su utilización durante los años delconflicto bélico es un enigma frecuentado por todasuerte de especulaciones, al igual que los terrenoscosteros donde Winter levantó una encastilladamansión y que algunos informes de la inteligenciaaliada identifican como lugar frecuentado por lossubmarinos alemanes, utilizado como fondeaderoy punto de suministro y repostaje en sus patrullaspor el Atlántico. Finalizada la guerra, el lugar y lapista de aterrizaje siguieron siendo objeto de todasuerte de rumores y leyendas que lo relacionancon la operación Odessa diseñada por las SS y loconvierten en el último punto de fuga de sus ofi-ciales y otros responsables del gobierno nazi en suhuida hacia Argentina y Brasil. Ciertos o no, en1950 el general en jefe de la Zona Aérea de Ca-narias decidió prohibir su utilización y obligar aque cualquier aeroplano que tomara tierra enFuerteventura lo hiciera en el aeropuerto de Tefía.

De Tefía a El Matorral

Sin embargo, muy pronto, en los primeros 50, sehacen evidentes las enormes carencias de las ins-talaciones de Tefía: su aislamiento en el interior dela isla, la ausencia de carreteras y caminos practi-cables para vehículos de ruedas… Los responsablesde las instalaciones militares solicitan traslado a unnuevo emplazamiento más cercano a la capital,eligiéndose unos baldíos en la zona de LosEstancos, donde se construye una pista de 1.350metros de longitud y donde, en 1951, con enormeexpectación, aterriza ya un DC-3 de Iberia. El Mi-nisterio del Aire cierra definitivamente elaeródromo de Tefía en 1952 y traspasa las depen-dencias al Ministerio de Hacienda y luego al deJusticia, que decide establecer allí una colonia ycampo de trabajo para la redención de penas devagos y maleantes, donde se confinará a unas 200personas, en su mayoría presos comunes, políticosy homosexuales.

Mientras, avanzados los años 50 y pese a sus cadavez más evidentes carencias –exposición de los ae-roplanos a los fuertes y cambiantes vientos de nortey sur, cruce de la carretera de Tetir–, el aeropuerto

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uPlataformas deembarque.


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de Los Estancos prosigue su desarrollo con la cons-trucción de una segunda pista, finalizada en 1955,nuevos barracones para la tropa, aljibes de grancapacidad para almacenar el agua de lluvia, torrede control y edificio terminal. Hacia ese año, el ae-ropuerto es ya utilizado por unos 1.150 aviones alaño y unos 5.200 pasajeros. Sus instalaciones deuso civil se amplían también con personal admi-nistrativo y de servicios, entre ellos un médico quedebía atender no sólo cualquier contingencia acon-tecida al pasaje sino también las evacuaciones, puesaún la isla no cuenta con ningún hospital.

Pese a todos los esfuerzos de mejora se compruebaque Los Estancos nunca podrá satisfacer las exi-gencias de un aeropuerto de carácter internacionaly se comienzan a buscar nuevos emplazamientos,barajándose tres posibles junto a Puerto del Rosarioy eligiéndose finalmente los de la zona de El Ma-torral, a unos 5 km de la capital majorera.

Tras un complicado proceso de expropiación, lasobras se inician en 1966 y su desarrollo significarásortear todo un cúmulo de dificultades. Toda lamáquina pesada de la isla se reduce a una docenade tractores, y para transportar los primerosbulldozer y motoniveladoras se recurre a una lanchade desembarco norteamericana prestada por laMarina. Ante el lento avance de las obras, el Ca-bildo decide subcontratar la mayor parte del pro-yecto con la empresa Cubiertas y Tejados. Se da


uTorre de control y,debajo, vía de servicios.



un nuevo empuje así a las obras de infraestructurasy urbanización, de modo que en septiembre de1969 el flamante aeropuerto internacional deFuerteventura en El Matorral está ya listo para suinauguración.

El primer avión en tomar tierra en la nueva pistadel aeropuerto de El Matorral será un Focker 27de la compañía Iberia, que hacía el trayecto LasPalmas-Fuerteventura-Lanzarote. A partir de esemomento el número de operaciones anuales efec-tuadas comenzará a crecer a ritmo vertiginoso, al-canzándose las 5.408 en 1972. Aumentan tambiénlas compañías que tienen como destino el aero-puerto; Spantax se suma a Iberia y, en 1973, lacompañía Condor comienza a efectuar vuelos di-rectos que conectan con varios países europeos através del trayecto Düsseldorf-Puerto del Rosario.El desarrollo turístico de la isla cobra pleno augey con él tiene lugar un espectacular despegue eco-nómico, que conlleva un importante retorno depoblación. En el aeropuerto aumentan también elnúmero de vuelos, frecuencias y destinos, de modoque en el año 1978 se hacen necesarias nuevasobras de mejora y ampliación.

Hacia 1992 el aeropuerto alcanza ya un tráficoanual de más de 1.600.000 pasajeros. Semejantevolumen obliga a un replanteamiento de su capa-cidad y a una profunda reforma del área terminaly estacionamiento de aeronaves. Las obras de la

nueva terminal se inician en 1994 y se emprendetambién la construcción de una plataforma de ae-ronaves, una calle de rodadura paralela a la pistade vuelo, una central eléctrica y una nuevacarretera de acceso.

En 2010, con un tráfico anual superior ya a los 4millones de pasajeros, fue necesario acometer unanueva remodelación, la de mayores proporcioneshasta la fecha. Con un presupuesto de 237 millonesde euros, a fin de interferir lo menos posible en lasoperaciones y actividades diarias, las obras de am-

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uÁrea infantil. Debajo,vista del terminal desde

los jardines.


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pliación, cofinanciadas por el Fondo Europeo deDesarrollo Regional de la Unión Europea, se de-sarrollaron en tres fases coordinadas entre sí: en laprimera se llevaron a cabo los trabajos en la nuevazona de llegadas, donde se instalaron 6 nuevos hi-pódromos de recogida de equipaje hasta alcanzarlos 13 actuales. En la segunda fase se construyó lanueva zona de embarque, dotada con otras 12puertas más, que elevaron a 24 el total, y 6 nuevaspasarelas telescópicas hasta alcanzar las 13 de quedispone hoy el aeropuerto. Por último, en la tercerafase se construyó la nueva zona de facturación, do-

tada con otros 31 nuevos mostradores hasta sumarun total de 65. Además de la ampliación del edificioterminal, se realizaron otras actuaciones de mejora,como la construcción de una nueva torre decontrol, la ampliación de la plataforma y la insta-lación del sistema automatizado de tratamiento deequipajes. Con todo ello, el aeropuerto consiguióaumentar su capacidad operativa hasta un tránsitoanual estimado en torno a unos 8 millones de pa-sajeros anuales.

También en el entorno se procedió a una adecuaciónque incluyó nuevas zonas de ajardinamiento y di-versas actuaciones destinadas a mejora medioam-biental. Así, se restauraron las zonas afectadas porlas obras con plantaciones de especies autóctonas,especialmente allí donde mejor podían servir de ba-rrera natural y reducir el impacto acústico y visualde la actividad aeroportuaria. Se construyó, además,una desaladora.

Gracias a la nueva configuración y al rediseño dela operativa, el aeropuerto consiguió disminuirtambién los sobrevuelos y su impacto acústico enPuerto del Rosario, actuaciones todas que le per-mitieron obtener la certificación ISO 14001, con-forme a los requisitos internacionales de gestiónmedioambiental.


Antonio Recuero / Fotos: Aena

uAcceso principaly, debajo, dársenasy zona de parking.


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